Generación Decapitada
Generación Decapitada
Generación Decapitada
Fecha: 08/11/2021
NOMBRE
HISTORIA
La Generación Decapitada fue una agrupación literaria, formada por cuatro poetas jóvenes
ecuatorianos en las primeras décadas del siglo XX.
Dos guayaquileños, Medardo Ángel Silva y Ernesto Noboa y Caamaño; y, dos quiteños, Arturo
Borja y Humberto Fierro. Estos cuatro escritores fueron grandemente influenciados por el
movimiento modernista de Rubén Darío y la poesía simbolista francesa de finales del siglo XIX.
Todos leyeron en su lengua original a emblemáticos bardos franceses, y se les conoció como la
"generación decapitada" por el hecho de que todos estos poetas murieron a muy temprana
edad, Silva a los 21 años, Borja a los 20 años, Fierro a los 39 años, Noboa a los 38 años,
Valencia a los 32; tres de ellos se suicidaron. Cabe destacar el hecho de que, aunque ellos se
conocieron en vida e incluso se dedicaron poemas mutuamente, nunca se reunieron para crear
propiamente una agrupación literaria.
INFLUENCIA CARACTERISTICAS 5
1. Como influencia principal, bastión de estos hombres de letras, nos encontramos con el gran
poeta Rubén Darío. El nicaragüense, quien fuera considerado el padre del modernismo
literario latinoamericano, fue uno de los tizones que encendió la llama de las letras en los
corazones de estos cuatro hombres.
3. Dos detalles importantes que influyeron grandemente en la vida de estos hombres fueron el
desamor y el abuso del opio.
4. Esta intensa mezcla causaba fosos letrados profundos en los que las letras emergían una tras
otra, dando origen a su poesía. Al leerles, es posible sentir esa aura pesada de desgano, de
tristeza perenne.
5. Los indígenas comenzaban a recuperar sus derechos, la educación laica empezó a tomar
auge, la libertad de culto se impuso. También se permitió el divorcio, a la mujer se le dio
derecho a votar y la pena de muerte fue abolida. Todos estos eventos ocurrieron con muy
poco trecho de tiempo entre ellos.
INTEGRANTES
Desde temprana edad escribe versos que envía a periódicos locales, sin embargo, tuvo que
esperar algún tiempo ver publicados sus escritos, fue en la revista literaria Juan Montalvo que
tiene su primera aparición pública; en adelante su carrera sería imparable, se dio a conocer en
los círculos literarios hasta merecer el respeto y la admiración de poetas, escritores,
periodistas, entre otros, con los que mantenía amistad y correspondencia.
La poesía no fue el único género literario que Medardo Ángel Silva desarrolló; fue cronista,
narrador, editor, crítico, publicista y músico. Sobre esta última, recuerdan sus amigos que
interpretaba magníficamente una pianola Playotone ubicada en una habitación del diario El
Telégrafo donde trabajaba.
El viaje depuró aún más sus gustos y sus percepciones. Le dio oportunidad de captar
imágenes extranjeras saturadas de poesía. Un ejemplo de eso es su composición Lobos
de mar, en el paisaje de Bretaña, cuando Noboa pudo contemplar a ese niño que
desde el regazo de la madre humilde torna sus glaucos ojos de futuro marino—y se
queda escuchando la promesa del mar!. Las impresiones de su vagabundeo lejano y las
que con alma sensible siguió recogiendo tras el regreso al país, pusieron el calor de lo
humano en sus versos, aunque acentuaron al mismo tiempo su desazón, su
pesimismo, su renunciamiento a la voluntad y el esfuerzo, su predilección por las
drogas heroicas, su insalvable prisa hacia la muerte. Esta, por cierto, no le sedujo de
veras, «con su paso humilde de reina haraposa». Pero, en cambio, le poseía un
desmayo invencible frente a las cosas de la vida: “Del más mínimo esfuerzo mi
voluntad desiste, —y deja libremente que por la vieja herida—del corazón se escape—
sin que a mi alma contriste—como un perfume vago, la esencia de la vida.” En medio
de su abandono amaba más radicalmente las lecturas de los autores favoritos: «Heme,
Samhain, Jules Laforgue, Edgar Allan Poe -y, sobre todo, ¡mi Verlaine!». O, de igual
manera que el modernista cubano Julián del Casal, confesaba su apetencia de morfina
y de cloral para calmar sus “nervios de neurótico”. Seguramente Ernesto Noboa
Caamaño fue la figura representativa del Modernismo en el Ecuador.
Leyó a los franceses, a Rubén Darío. A Juan Ramón Jiménez. Y de ese modo asimiló
virtudes de forma que le permitieron hacer poesía de gracia y delicadeza jamás
logradas antes en el país. Rasgos estilísticos, predilecciones por lo francés y lo exótico,
estado sentimental, singular aptitud renovadora, todo lo asocia legítimamente a lo
más caracterizado del movimiento modernista hispanoamericano. Pero no desoyó
totalmente el reclamo de los temas cercanos. Por eso compuso con certeza y colorido
aquel soneto titulado «5 a.m.», que es una imagen fiel, viva, visual, de las gentes
quiteñas que madrugan a la misa bajo el clamor de las campanas y que se mezclan con
el truhan y la mujerzuela como en un apunte goyesco. Ernesto Noboa Caamaño
publicó “Romanza de las horas” en 1922. Y preparaba un segundo volumen de poesía
— que jamás apareció— titulado La sombra de las alas.
Arturo Borja
Arturo Borja Pérez; Quito, 1892-1912, poeta ecuatoriano perteneciente a la
«Generación decapitada», así llamada porque todos sus miembros, procedentes de la
aristocracia criolla, se suicidaron a temprana edad.
En 1907 viajó a París para curarse de una lesión sufrida en un ojo. Allí aprovechó para
seguir un curso de literatura, y leer y establecer contacto con poetas simbolistas como
Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud, aunque su escritor preferido era Verlaine.
De regreso a Quito, Arturo Borja se puso a la cabeza de toda aquella juventud de la
capital ecuatoriana que se sentía atraída por la literatura. Formó un grupo con
Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño y Francisco Guarderas, y vivió una etapa
bohemia. En 1910 tradujo Les chants de Maldoror del Conde de Lautréamont, que
publicó en la revista Letras.
Sus expresiones literarias siempre tenían un fuerte dejo de tristeza. Ninguno de sus
amigos tomaba en serio su amenaza de que cuando se le acabara el dinero de la
herencia de su padre se suicidaría; sin embargo, pocos días después de terminar su
luna de miel con su esposa Carmen Roza Sánchez, con quien se había casado el 15 de
octubre de 1912, murió de una sobredosis de morfina.
Su vida, breve y precoz, se había hundido en un profundo pesimismo, dominado por la
tristeza y la nostalgia; anhelaba retomar el ambiente intelectual de una Francia a la
que, bien sabía, no le sería dado volver. Su escasa producción fue recogida y publicada
por sus amigos en el libro titulado La flauta de Ónix (1960). Arturo Borja es recordado
en Ecuador como el primer poeta que agitó en los albores del siglo XX la bandera de un
nuevo modo de hacer poesía.
Humberto Fierro
(Quito, 1890 - 1929) Poeta ecuatoriano perteneciente a la llamada «Generación
decapitada», compuesta por poetas de la aristocracia criolla. Hijo de una familia
acomodada, adquirió esmerada educación, y en las propiedades de sus padres dedicó
buena parte de su tiempo a la lectura de sus autores preferidos.
De una sensibilidad exasperada, introvertido, sencillo y modesto, se desempeñó toda
su vida como amanuense en una oficina del Ministerio Público, sin preocuparse por
mejorar su situación económica. Centró toda su dedicación en la poesía, la música y la
pintura, y sobresalió principalmente en el primero de estos campos.
Junto con Arturo Borja, Ernesto Noboa Caamaño y Medardo Ángel Silva, Humberto
Fierro conforma el grupo de modernistas conocido como la «Generación decapitada» a
causa del temprano fallecimiento de sus miembros. Siguiendo los pasos del
nicaragüense Rubén Darío, los modernistas ecuatorianos rompen con las formas
tradicionales de la poesía, renuncian a la rigidez del verso medido y dan preferencia al
ritmo interior; pero, sobre todo, reivindican el ensueño, la fabulación y el entusiasmo
como pilares de la creación literaria.
El laúd del valle (1919), que fue publicado en vida del autor, y Velada palatina, editado
en 1949, son los títulos que firmó Humberto Fierro, cuyo propósito fue elaborar un
sistema estético culto alejado de los referentes nacionales, del prosaísmo de un país
sumido en la pobreza y la corrupción política. Como la de Borja y Noboa, la poética de
Fierro es la del desencuentro de clase, la de la escisión entre su ensoñación
aristocrática y su ciudadanía mestiza.
Análisis:
TEMA: Amor no correspondido.
Su musa es realmente inspiradora, la siente tan lejana y tan cercana a la vez, que
cuando choca con la realidad la tristeza invade su alma.
NARRADOR: Primera persona.
TIEMPO: Presente.
ESPACIO FÍSICO: Se desarrolla en el transcurso de su inspiración a su decepción.
PERSONAJES: Autor – Dama.
CONTEXTO: En la juventud – amor hacia alguien de mayor edad y sabia.
GÉNERO:
Lírico – Subjetivo- descriptivo.
Expresa su admiración.
Describe a su musa.
Análisis:
Mes de__a-le-grí-a. Bri-sas de__a-ro-mas
Sílabas gramaticales / poéticas: 12 / 10
Sílabas tónicas poéticas: 1-4-6-9
Rima: -omas Esquema Asonante: A Esquema Consonante: A
¡la mo-ce-dad!
Sílabas gramaticales / poéticas: 4 / 4+1
Sílabas tónicas poéticas: 1-4
Rima: -ad Esquema Asonante: f Esquema Consonante: b
y__e-sa son-ri-sa
Sílabas gramaticales / poéticas: 6 / 5
Sílabas tónicas poéticas: 1-4
Rima: -isa Esquema Asonante: i Esquema Consonante: g
¡la__an-cia-ni-dad!
Sílabas gramaticales / poéticas: 5 / 4+1
Sílabas tónicas poéticas: 1-4