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Jueces 6
Jueces 6
Jueces 6
"Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor los
entregó en manos de Madián por siete años. Como la mano de Madián los
oprimía cada vez más, los hijos de Israel, por temor a los madianitas, se
hicieron cuevas en los montes, cavernas y lugares fortificados."
"Con sus tiendas y sus ganados, subían como una inmensa nube de
langostas. Ellos y sus camellos eran innumerables, y venían a la tierra
para devastarla."
"Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que está
en Ofra, la cual era de Joás abiezerita. Gedeón, su hijo, estaba
sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas"
Jesucristo tenía sentido del humor. Un día, por ejemplo les dijo a los
fariseos en Mateo 23:24: "¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis
el camello!" Ahora, si usted no cree que eso tiene gracia, la próxima vez
que vea un camello, mírelo bien. Un camello tiene más partes que
sobresalen, que un vehículo espacial. Hasta tiene cuernos. También tiene
la nuez de garganta más grande que existe. Tiene como almohadillas en
sus rodillas, grandes uñas; algunos tienen una sola joroba, mientras que
otros tienen dos. Por todas partes tienen protuberancias. Ahora,
volviendo a las palabras de Jesús, ¿puede usted imaginarse a aquellos
líderes religiosos intentando tragarse un camello? Dios, realmente, tiene
sentido del humor.
Pues bien, una de las cosas más ocurrentes que el Señor pudo haber
llamado a Gedeón fue "varón esforzado y valiente," porque era muy
temeroso. Creo que cuando Gedeón miró hacia arriba y le oyó decir,
"varón esforzado y valiente," miró a su alrededor para ver si no había otro
por allí, porque ese término ciertamente no era aplicable a él. Y luego se
volvió al ángel y le dijo: "¿Quién? ¿Yo? ¿Me llamas varón esforzado y
valiente cuando estoy por aquí abajo en el lagar, echando el trigo al aire,
cuando en realidad debía estar allá arriba, en la parte alta de la colina? Si
yo fuera un hombre esforzado y valiente, es allí donde estaría, y no aquí
abajo. No soy nada más que un cobarde." El Señor quiso animarle, claro,
pero el caso es que fue un título algo humorístico el que el Señor le dio a
este hombre.
Bueno, Dios le había llamado ahora a este cargo para librar a su pueblo, y
había nombrado a un hombre bastante peculiar. Ahora, este hombre
sufría de un complejo de inferioridad. Leamos el versículo 13 de este
capítulo 6 de Jueces:
"Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por
qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas
que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó el Señor
de Egipto?. Y ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado en
manos de los madianitas."
Ahora, el ángel del Señor no dijo que el Señor estaba con Israel en este
tiempo. Estaba con Gedeón. Francamente, no estaba con Israel debido a
su pecado. El ángel dijo: "El Señor está contigo." Es el número singular.
"Contigo, Gedeón." Pero Gedeón no podía creer que Dios estuviera con
él. Quería saber dónde estaban todos aquellos milagros de los cuales sus
antepasados le habían hablado. Creía que el Señor había desamparado a
Israel. Pero se equivocó. El Señor en verdad no había abandonado a
Israel. Eran los israelitas quienes habían abandonado al Señor.