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Los Guerreros de Terracota (Trabajo Final) Arán Barrero Flórez
Los Guerreros de Terracota (Trabajo Final) Arán Barrero Flórez
Los Guerreros de Terracota (Trabajo Final) Arán Barrero Flórez
TERRACOTA
Aunque su imagen ha variado con el transcurso de los años, antiguamente su mandato era
recordado por su tiranía, autoritarismo y brutalidad. Qin Shi Huang era un hombre
supersticioso, obsesionado con la inmortalidad y con su posible asesinato.
Es precisamente esta obsesión con la inmortalidad lo que lleva al primer Emperador a ordenar
la construcción de esta necrópolis del tamaño de una gran ciudad antigua, y que cuenta con la
vigilancia de miles de guerreros en formación.
Son muchos los enigmas que a día de hoy aún giran en torno a la tumba del Emperador, pues
esta aún permanece sellada. No obstante, las figuras de arcilla de tamaño real que
salvaguardan el mausoleo sí han sido objeto de estudio, convirtiéndose en una de las más
impresionantes muestras de la grandeza de la antigua China.
Durante el periodo de los Reinos Combatientes, a pesar de ser un país pobre y relativamente
atrasado, en el reino de Qin se dieron las condiciones favorables para la aplicación de las
reformas radicales que lo convertirán en un estado poderoso y totalmente distinto de la
nobleza antigua. Su localización geográfica en la cuenca del río Wei supuso una gran ventaja,
pues favoreció la prosperidad agrícola y convirtió a Qin en un estado aislado y bien protegido
contra los ataques del exterior.
El auge de Qin comienza con las reformas legistas de Shang Yang, cuyo objetivo era
enriquecer el estado y reforzar el ejército a través de un nuevo sistema de impuestos. Shang
Yang fue un fiel defensor del sistema de premios y castigos, y aunque terminó siendo
ejecutado por el rey Huiwen, dejó asentadas las bases de un reino muy poderoso capaz de
someter al resto de los estados combatientes.
En el 221 a.C, una vez cae el reino de Qi, último estado chino independiente, el rey Zheng
solidifica su posición como único gobernante con la abdicación del primer ministro, Lu
Buwei.
Se concede a sí mismo entonces el título de Shi Huangdi o primer Emperador, título
compuesto a partir de alusiones a los legendarios soberanos Huang y al dios supremo de los
Shang, Di, anteponiéndole el ordinal “shi”. Además, designó que el siguiente sería el segundo
Emperador, al que le sucedería el tercer Emperador, y así durante las diez mil generaciones
que se suponía que duraría su dinastía en el poder, pues para los chinos diez mil equivalía a
decir “para siempre”.
A pesar de que la dinastía Qin duró apenas 15 años, deja como legado un estado centralizado
y un sistema burocrático con un profundo impacto en dinastías sucesivas. El primer
Emperador junto a su primer ministro Li si, tomando como referente las reformas legistas de
Shang Yang, pone en marcha la abolición del feudalismo, la persecución del confucianismo y
una fuerte centralización del Estado.
También tuvo lugar el desarrollo de una extensa red de carreteras y canales, conectando las
distintas provincias para acelerar el comercio entre ellas y facilitar los desplazamientos
militares, asegurando así un control efectivo del territorio.
Entre los proyectos de obras públicas más importantes se encuentra el extravagante mausoleo
del Emperador, junto a su ejército de Guerreros de terracota, que abarca una superficie de
2,13 km² que se convierten en una extensión de 60 km² si se incluyen el resto de tumbas que
completan el complejo funerario.
Esta dinastía se caracteriza por ser un periodo de tiranía y extrema crueldad, lo cual generó un
gran odio y descontento que se materializó en numerosas revueltas por toda China tres años
después del fallecimiento del primer Emperador, quien había sido capaz de mantener la
estabilidad gracias a su firme control en cada aspecto de la vida de sus súbditos.
A Qin Shi Huang le sucedió su segundo hijo, Huhai, quien no fue ni de lejos tan capaz como
su padre. A partir del 207 a.C las fuerzas de Qin ya no pudieron contener a los grupos
rebeldes bajo el control del comandante Liu Bang, quien finalmente se declara emperador
Gaozu e inaugura la nueva dinastía Han (202 a.C - 220 d.C).
Según las Memorias históricas de Sima Qian, Qin Shi Huang no era hijo del príncipe, sino
que en realidad era hijo de Lu Buwei, pues su madre había sido originalmente la concubina
del mercader y esta ya había quedado encinta antes de casarse con el príncipe. No obstante, a
pesar de que esta historia ha contribuido tradicionalmente a reforzar la mala imagen del
Emperador, hoy en día los historiadores ponen en duda la veracidad de esta teoría.
Zheng hereda el trono de Qin en el 247 a.C., con 12 años de edad, y tuvo un regente a su
lado hasta los 21, cuando toma el poder por un golpe de Estado. Posteriormente, a sus 38
años de edad, habiendo logrado el control de toda China y ansioso por mostrar que ya no era
otro simple rey como sus predecesores se autoproclama “Huangdi” o Emperador.
Por tanto, no es de extrañar que la represión, el absolutismo y la poca simpatía que despertaba
el Emperador entre sus súbditos tuvieran como consecuencia varios intentos de asesinato, que
terminaron por convertirlo en un paranoico y obseso de la inmortalidad. Esto le llevó a
contratar a sirvientes para que le trasladasen cada noche a diferentes estancias dentro del
palacio, e incluso a realizar numerosos viajes en busca de la inmortalidad.
Qin Shi Huang fallece precisamente en uno de estos viajes en el año 210 a.C., en la prefectura
de Shaqiu, a dos meses de distancia de la capital. Su primer ministro Li Si, por temor a que la
noticia de la muerte del Emperador pudiera desencadenar un levantamiento, decide ocultar su
muerte y ordena llevar dos carros de pescado inmediatamente antes y después de la diligencia
del emperador, ocultando así el olor del cadáver en descomposición.
Finalmente, una vez la corte imperial regresa a Xiangyang, por fin se anuncia su muerte y es
enterrado en el gigantesco recinto funerario que había ordenado construir, custodiado por
todo un ejército de guerreros de arcilla.
A pesar de todos sus esfuerzos por alcanzar la inmortalidad, el primer Emperador logró al
parecer conservar el suficiente sentido de la realidad como para ordenar la construcción de su
propio sepulcro, cerca de lo que hoy en día es la ciudad de Xian, provincia de Shaanxi.
En la China de hace 3,000 años creían en la vida después de la muerte, por lo que cuando un
rey o un noble moría se les solía enterrar junto a sus sirvientes. Al ordenar la fabricación de
este ejército de cerámica, el Emperador creía que las tropas seguirían bajo su mando en la
otra vida, y que estas guardarían el sepulcro. No obstante, sí que tuvieron lugar sacrificios
humanos, pues al oeste de la tumba se han encontrado cementerios masivos para los
trabajadores que, obligados, construyeron esta necrópolis.
El plano del mausoleo evoca la disposición de una ciudad imperial, cuya parte interior
representaría la “ciudad prohibida”, reservada al emperador, y la parte exterior, la periferia.
1. Túmulo
2. Muro interior
3. Muro exterior
4. Fosa 1
5. Fosa 2
6. Fosa 3
La fosa 2, descubierta en 1976, es más reducida y alberga más de 1.400 carros y jinetes.
Dentro de esta se han clasificado cuatro unidades básicas: una vanguardia de arqueros a pie,
sin armadura; dos unidades de caballería y carros; y una unidad más de caballería y carros
repartida en ocho corredores.
Al año siguiente se excavó una tercera fosa, un pequeño espacio irregular equivalente a la
séptima parte de la fosa 1. Sus figuras parecen representar un grupo de mando de élite, con
oficiales de alto rango y un antiguo carro de guerra.
Se estima que el ejército cuenta con un total de más de 8.000 guerreros, 130 carruajes y 150
caballos preparados para la batalla, además de otras figuras no militares como oficiales,
acróbatas, forzudos y músicos, encontradas en fosas a las afueras de los muros que rodean el
montículo de la tumba del Emperador.
Los expertos distinguen tres categorías o rangos principales entre las figuras: infantería,
caballería y aurigas. Incluso dentro de estas categorías podemos hacer distinciones entre
oficiales de alto y bajo rango, pues la peculiaridad de este ejército de arcilla es que no existen
dos guerreros de Terracota iguales, cada figura tiene sus rasgos distintivos que la hacen única.
Cada guerrero difiere del resto por su rostro, vestimenta y peinado, acorde con el rango que le
corresponde.
3.1.2. Fabricación
Los guerreros reciben su famoso nombre de un término alfarero que designa la arcilla
modelada y endurecida en el horno. No obstante, lo realmente peculiar de este ejército de
terracota es que no fue producido en serie ni mediante la utilización de moldes, sino que cada
figura fue modelada individualmente.
Se cree que la cabeza y los brazos eran modelados a parte y posteriormente unidos al cuerpo
con tiras de arcilla, al igual que otras piezas adicionales como las orejas, la barba o la
armadura. Mientras que los detalles del rostro y de la vestimenta se labraban sobre una fina
capa adicional de arcilla. Finalmente, las figuras se horneaban a elevadas temperaturas y eran
unidas a la peana, también previamente horneada.
De esta manera cada guerrero posee un estilo propio, y esto ha permitido descubrir entre ellos
representantes de minorías nacionales de los más alejados rincones del Imperio, lo que da
idea de la gran capacidad de reclutamiento del ejército del primer Emperador.
Los estudios clasifican los rostros en alrededor de ocho tipos atendiendo a la forma. Sin
embargo, existen diversos rasgos que los
diferencian -además de la variedad étnica,
anteriormente mencionada- como la edad, o
incluso el uniforme, que nos informa acerca
del rango militar de cada uno de los
guerreros.
La falta de estas armas, junto con los indicios de que el recinto de madera que cubría las
figuras fue incendiado y destruido, son evidencia de que la tumba fue saqueada poco después
de la caída de la dinastía Qin. A pesar de esto, se han podido recuperar más de 40.000
elementos de armamento de bronce, entre los que se incluyen espadas, dagas, lanzas, hachas,
escudos, ballestas, etc.
La cámara funeraria, situada en el centro del palacio subterráneo que hay en el mausoleo, aún
no ha sido abierta y por tanto, tampoco la tumba del Emperador. Sima Qian en sus Memorias
históricas afirma que esta se encuentra rodeada por ríos de mercurio.
Por otro lado, varios académicos a partir de 1976 han propuesto explorar el palacio
subterráneo alegando que el mausoleo se encuentra en una zona sísmica, y es importante
desenterrar las reliquias para asegurar su protección y además evitar posibles robos.
Los opositores a tales excavaciones sostienen que la actual tecnología con la que cuentan los
arqueólogos no es suficiente para poder desenterrar y preservar las reliquias con éxito, pues
en el caso de los Guerreros de terracota los arqueólogos no lograron preservar la capa de
pintura que originalmente recubría las estatuas. Finalmente, la Administración Nacional del
Patrimonio Cultural de China decretó que debía de desarrollarse un plan de protección para el
palacio subterráneo y rechazó la propuesta.
4. Posible conexión con la antigua grecia
Hoy en día los secretos de la tumba de Qin Shi Huang continúan siendo un misterio
inquietante. No obstante, el ejército de guerreros que lo custodia es objeto de varias
especulaciones, entre ellas destaca la posible influencia de artesanos griegos en la creación de
las figuras.
Un fiel defensor de esta teoría es el historiador británico Dan Snow, quien revela sus
hallazgos y toda evidencia sobre la importación de técnicas e ideas provenientes del mundo
occidental durante ese periodo en el documental La mayor tumba en La Tierra: secretos de la
antigua China. Según Snow, en las esculturas de los acróbatas halladas cerca de las fosas
principales los rasgos propios del arte griego son muy marcados, y estas figuras son
diferentes al resto de guerreros.
En la historia de China no hay evidencia de figuras humanas de este tamaño previas a los
Guerreros de terracota. Las esculturas fabricadas anteriormente solían medir alrededor de 20
centímetros, y no existen pruebas de una evolución artística que las conecte con el Ejército de
Terracota. Por lo que resulta increíble el nivel de sofisticación alcanzado por los artesanos
chinos, al no contar con ningún tipo de referente.
La influencia proveniente del extranjero parecer ser la respuesta más simple y probable.
Además, se ha hallado a varios kilómetros del mausoleo una tumba colectiva cuyos restos
posiblemente pertenecen a trabajadores que participaron en la construcción del mismo. En
concreto, se descubrió un cráneo distinto a los cráneos típicos de los habitantes de la zona,
que aunque no era europeo, tampoco era chino. Esto demuestra la presencia de extranjeros en
la zona por aquel entonces.
Por otro lado, según otros expertos, en aquella época el mundo mediterráneo y el Este de Asia
no eran mundos tan aislados como se podría pensar, pues el mundo griego había extendido
sus fronteras hasta lo que hoy en día se conoce como la India. Por lo que, aunque sí que
pueden haber existido transferencias culturales, estos expertos afirman que los Guerreros de
terracota son eminentemente chinos.
Sin embargo, esta falta de consenso entre historiadores hace que la cuestión de si los antiguos
griegos tuvieron algo que ver en
la construcción de estas figuras
continúe siendo hoy en día una incógnita, y convierte al Ejército de Guerreros de terracota en
uno de los más grandes misterios del país asiático.
5. Conclusiones
No cabe duda de que este ejército de guerreros de arcilla representa uno de los
descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XX, pues no se trata de un
descubrimiento cuyo impacto haya afectado únicamente a la historia y arqueología de China,
sino que se trata de algo único en la historia de la humanidad.
Es interesante cómo los guerreros de Terracota forman parte de nuestra cultura general, pues
si lo pensamos detenidamente se trata de una construcción de la China de la dinastía Qin y
nosotros somos como españoles del siglo XXI - incluso podríamos generalizar aún más y
referirnos a nosotros mismo como europeos del siglo XXI- probablemente hayamos oído
hablar de ellos en algún momento.
Hoy en día nuestra situación actual no da lugar a dudas, vivimos en un mundo globalizado y
todo lo que ocurre en cualquier punto del planeta nos termina afectando al conjunto de la
humanidad, en mayor o menor medida, tarde o temprano. Sin embargo, no hace falta vivir
una pandemia para darse cuenta de algo tan evidente.
Volviendo al campo de la arqueología, en España se encuentra el conjunto de restos humanos
más antiguos y numerosos de Europa, cuyo descubrimiento ha tenido una enorme
repercusión científica. Se trata del yacimiento de Atapuerca, que al igual que los Guerreros de
terracota de Xian está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Ambos son hallazgos de relevancia para la comunidad científica a nivel internacional, pues
en el caso del hombre de Atapuerca, este revolucionó las teorías sobre el primer poblador de
Europa. No obstante, por alguna razón si preguntamos a personas de distinta edad, sexo o
nacionalidad, es muy probable que la mayoría hayan oído hablar antes de los Guerreros de
terracota que del hombre de Atapuerca.
El ejército de Terracota es, al igual que la Gran Muralla, una maravilla si tenemos en cuenta
la tecnología y recursos de la época, no es de extrañar que su construcción se prolongase
durante casi 40 años. Además, cabe destacar que la historia tras estos guerreros es una
historia de grandeza, pues son fruto de la tiranía de un emperador obsesionado con lograr la
inmortalidad.
Qin Shi Huang es un personaje célebre dentro de la historia de China, entre otras razones por
ser el primero en autoproclamarse emperador, pero también tiene cierta relevancia en todo el
mundo, pues ha dejado un legado que resulta difícil de pasar por alto. Su actual fama a nivel
internacional se debe principalmente gracias al grandioso ejército que lo acompaña y protege
en el más allá.
Desde luego, resulta impresionante para cualquiera visitar las fosas donde se encuentran estos
guerreros, y más aún pensar en cómo y cuándo se fabricaron, pues fueron fabricadas una a
una meticulosamente. Lo que el primer Emperador nunca supo fue que sus numerosos viajes
en busca de la inmortalidad realmente habrían sido innecesarios, pues finalmente logró ser
inmortalizado, aunque tal vez no de la forma que él esperaba.
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