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CCD Capi Tulo 1 - El Desafi o

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Parte1

Entendiendo el discipulado
Capítulo 1

El desafío
Vivimos en un país donde la fe Cristiana generalmente es tratada, experimentada y
observada a través de cosas sobre las que no estamos de acuerdo. Y como probablemente sabes,
estos lugares donde diferimos a menudo nos conducen, digamos que, a discusiones "acaloradas".

Protestante. Conservador. Tradicional. Evangélico. Posmoderno. Emergente. Neo-


reformado. Neo-ortodoxo. Fundamentalista. Antiguo. Futuro. Neo-monástico. Sensible al
Buscador sensible. Buscador consciente. Creyente en la Biblia. Carismático. Dispensacionalista.
Podríamos seguir y seguir.

Hay infinitas cosas que nos dividen: teológicamente, filosóficamente, y en la práctica.


Algunas de esas divisiones son muy reales y muy importantes.

Basados en todas las cosas que nos dividen, no podemos negar que estamos sintiendo y
viendo algunos cambios sísmicos que están ocurriendo en el mundo en el que vivimos. Y aún con
todo lo que nos separa, estamos compartiendo esta experiencia común.

Recientemente, encargamos la realización de un estudio para llegar al corazón de lo que


está pasando. Nuestro objetivo no era descubrir qué es lo que nos divide. Queríamos averiguar qué
es lo que estamos experimentando junto a tantos otros líderes cristianos ortodoxos. ¿Cuáles son
las preguntas que nos unen?

Más específicamente, aparte de la denominación, el marco bíblico teológico y la


hermenéutica o aplicación práctica, ¿cuáles son las preocupaciones que mantienen despiertos por
las noches a los líderes cristianos ortodoxos?

No intentábamos encontrar el credo en el que todos estén de acuerdo. Nosotros estábamos


buscando algo más visceral, algo profundamente emocional. ¿Cuáles son las preguntas que son tan
verdaderas, tan profundamente inquietantes, tan preocupantes, que las mismas transcienden por
encima de todas las cosas que normalmente nos dividen?

¿Cuáles son las preguntas que nos mantienen a todos nosotros despiertos por la noche?

Lo que encontramos probablemente no es tan sorprendente, pero la forma singular en que


estas preguntas fueron hechas no fue realmente impresionante. Estas fueron las preguntas:

¿Cómo luce la iglesia del futuro?

¿Cómo llegamos a las personas que no conocen a Jesús?

Mientras continuamos profundizando, haciendo preguntas, escuchando y reconstruyendo


lo que la gente decía, apareció otra pregunta.

Era una pregunta con la que la gente bailoteaba, la tenían en la punta de la lengua, pero
nunca lograron articularla explícitamente. Aun así, muchas de sus respuestas indicaban que esta
era una pregunta que necesitaba desesperadamente una respuesta. Fue la pregunta que en realidad
nadie hizo o tuvo el coraje de formular en voz alta. Es la pregunta que la gente no quiere admitir
el no tener una respuesta precisa.

Con todo, es la pregunta de la que depende todo lo demás.

La respuesta a la misma conduce al futuro de la iglesia. La respuesta nos enseña cómo No tenemos
llegar a personas que no conocen a Jesús. La respuesta es todo. un problema
"misional".
Y sin embargo, es posible que no nos demos cuenta de que deberíamos hacernos
tal pregunta o incluso empujarnos a nosotros mismos a tener que hacerla. Es como si Tenemos un
preguntar fuera vergonzoso. ¿No es esto algo que deberíamos ya haber encontrado? Se problema de
podría argumentar que somos las personas más educadas que han vivido. ¿Por qué discipulado.
estamos luchando con esta pregunta?, y ¿por qué no tenemos buenas respuestas para
ella?

Esta es la pregunta.

¿Cómo hacemos discípulos?

Si hacemos
No hay ningún "plan B"
discípulos,
siempre
El problema es que la mayoría de nosotros hemos sido educados y entrenados
para construir, servir y dirigir a la iglesia como organización. La mayoría de nosotros
encontraremos la nunca hemos sido entrenados para hacer discípulos. Programas de seminario, cursos
iglesia. Pero si y clases en iglesias y talleres de capacitación nos enseñan a hacer crecer nuestra base
nuestro énfasis es
de voluntarios, a formar sistemas y estructuras organizativas, a ofrecer sermones los
domingos por la mañana y a asimilar a los recién llegados a los servicios dominicales.
construir la Al mirar como la cristiandad se está desmoronando, cambiando para siempre el
iglesia, muy panorama de la iglesia, surge una descarnada revelación: la mayoría de nosotros hemos
raramente sido entrenados y educados para un mundo que ya no existe.
haremos Sin embargo, el llamado a hacer discípulos sigue aún vigente. Nunca vacila y
discípulos. nunca cambia. ¡Hacer discípulos!

Esto es lo que puede ser difícil de comprender con nuestras mentes: hacer
discípulos siempre nos conducirá a la iglesia. Pero si nuestro énfasis es construir la iglesia, muy
raramente haremos discípulos.

La mayoría de nosotros se ha vuelto bastante bueno con este asunto de construir la iglesia.
Con todo, discípulos es lo único que a Jesús le importa, y es el único número que Jesús está
contando. No es nuestra asistencia ni nuestro presupuesto o nuestros edificios. Él quiere saber si
estamos "haciendo discípulos". Muchos de nosotros servimos o dirigimos en iglesias a las que
asisten cientos e incluso miles de personas los domingos. Pero tenemos que responder
sinceramente a esta pregunta: ¿es la vida de esta gente parecida a la vida de la gente que vemos en
las Escrituras? ¿Somos buenos para reunir a la gente una vez por semana o tal vez para reunirlos
en un grupo pequeño (célula), o somos realmente buenos para producir los tipos de personas sobre
los que leemos en el Nuevo Testamento? ¿Hemos cambiado nuestro criterio sobre un discípulo
efectivo por el de alguien que llega a nuestros eventos, da dinero y ocasionalmente alimenta a los
pobres?

Un discipulado eficaz es aquel que construye la iglesia, y no al revés. Tenemos que


entender a la iglesia como el efecto del discipulado y no la causa del mismo. Si tu meta es la de
construir la iglesia, no hay ninguna garantía de que vayas a hacer discípulos. Es mucho más
probable que termines produciendo consumidores que dependen de los servicios espirituales que
proporcionan profesionales religiosos.

Ahora, una de las palabras de moda alrededor nuestro hoy en día es la palabra "misional".
La gente quiere tener iglesias misionales o programas misionales o pequeños grupos misionales.

El problema es que en la iglesia occidental no tenemos un problema "misional" o de


liderazgo. Tenemos un problema de discipulado. Si sabemos cómo discipular a la gente
correctamente, siempre conseguiremos ser misionales. Siempre. Verás, en algún momento del
camino empezamos a separar el ser "misionales" del ser discípulos, como si de alguna manera los
dos pudiesen estar separados. Los pastores empezaron a decir que no querían enfocarse hacia el
interior de la iglesia de manera que dejaron de invertir en el desarrollo de su congregación con el
propósito de enfatizar el trabajo en personas fuera de sus iglesias.

Sin duda, debemos centrarnos en la gente que todavía no conoce a Jesús, pero Jesús nos
dio el modelo para hacerlo: discipular a las personas. Si tú realmente sabes cómo hacer discípulos,
sabrás también cómo llegar a la gente que no conoce a Jesús. Porque eso es simplemente lo que
hacen los discípulos. Ese fue exactamente el plan de Jesús. Si tú y las personas de tu congregación
hacen discípulos en sus idas y venidas cotidianas, con el trabajo y la guía del Espíritu, entonces
surgirá el futuro de la iglesia.

Todo comienza con el hacer discípulos.

Jesús no te ha llamado para construir su iglesia. De hecho, en todos los Evangelios se


menciona la palabra iglesia sólo dos veces. Una de las veces en que se le menciona, es sobre el
tema de resolución de conflictos. ¿La otra vez? Para decir que Él (Jesús) va a construir su iglesia.
Nuestro trabajo, nuestro único trabajo en base a las últimas instrucciones que Él nos dio, fue hacer
discípulos. Y el resultado de este trabajo producirá la iglesia. Como resultado de esto, surgirá el
futuro, y si hacemos esto bien, habrá una ola misional del tipo que no hemos visto nunca.

Lo que queremos hacer en este libro es darte los conceptos básicos de cómo hemos
aprendido a hacer discípulos durante los últimos veinticinco a treinta años. Aprendimos a hacer
esto en el crisol pos cristiano de Europa que es el lugar donde surgieron muchas de estas ideas y
prácticas y donde menos del 1% de las personas asistían a la iglesia; allí comenzó una revolución
misional. Lo que hemos encontrado, una y otra vez, es que si tú haces discípulos, esto siempre
conducirá a la misión. Hemos visto esto en Europa. En África y América del Sur, en Asia y sí...
también en los Estados Unidos. El modelo de Jesús para ver el cielo chocar con la tierra, para ver
el avance del reino de Dios en la comunidad, para transformar al mundo y convertir a seres
humanos en cristianos, es el discipulado. Punto. Este era su asunto. Así que si ante todo estás
contando conversos, presupuestos o edificios, no estás contando las cosas que Jesús cuenta como
importantes, y no estás contando lo que cambiará el mundo: ¡discípulos!

Queremos ser claros: no estamos diciendo que esta es la única manera de transformar a
personas en discípulos o incluso que esta es la mejor manera de hacerlo. Este método ha
funcionado para darle forma a nuestro trabajo, enseñándonos a ser aprendices de Jesús y en
consecuencia ahora ha conseguido formar y transformar comunidades en todo el mundo. No es un
sistema perfecto porque no hay ningún sistema perfecto (¡lo cual es particularmente cierto cuando
te das cuenta de que el discipulado es una tarea relacional que depende de personas quebrantadas
que viven bajo la gracia de Dios!) Humildemente ofrecemos este libro y nuestra experiencia como
una manera posible de moverse hacia adelante tomando en serio otra vez la Gran Comisión de ir
y hacer discípulos.

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