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Metric A
Metric A
Metric A
Se debe contar el número de sílabas que tiene cada verso. Si el verso acaba en
palabra aguda, se cuenta una sílaba más; si acaba en palabra esdrújula, se cuenta
una menos. La razón de tales procedimientos es estrictamente fonética: una vocal
tónica en la sílaba final de la palabra produce un efecto de alargamiento de la
misma; por su parte, en una palabra esdrújula la sílaba intertónica parece más
corta, como si no existiera (véase, como ejemplo, lo que ocurre en la palabra
estética, de los versos de Machado que se citan a continuación).
Para medir los versos correctamente, es preciso tener en cuenta los siguientes
fenómenos:
1. Sinalefa: la vocal situada al final de una palabra se une con la vocal inicial de
la siguiente palabra; ambas vocales se cuentan como una sola sílaba. Este es un
fenómeno absolutamente normal en la lengua hablada. Por tanto, no merece
atención detallada a la hora de realizar un comentario métrico, a no ser que la
sinalefa sea muy insólita o suene muy violenta o desagradable al oído:
Los versos de entre dos y ocho sílabas se denominan versos de arte menor.
Los de nueve o más sílabas se llaman versos de arte mayor. Los versos de menos
de doce sílabas son versos simples; los de doce o más sílabas, versos
compuestos. Estos últimos están formados por dos mitades (que normalmente
tienen el mismo número de sílabas, aunque tal cosa no tiene por qué ocurrir
siempre), denominadas hemistiquios. Ambos hemistiquios están separados por
una pausa denominada cesura. A la hora de contar las sílabas de un verso
compuesto, la cesura tiene los mismos efectos que la pausa versal, de manera que
si el primer hemistiquio es agudo tendrá una sílaba más, mientras que si es
esdrújulo se contará una menos.
Viste Yo en una
triste doncella
sol? (Rubén Darío) mi estrella
miré. (Rubén Darío)
1. Además de los citados, hay que tener en cuenta otros fenómenos, bastante infrecuentes en la lírica
contemporánea, pero muy comunes en la poesía medieval y de los Siglos de Oro, que afectan al cómputo
de las sílabas:
- Aféresis: suprimir una sílaba al principio de una palabra (hora en vez de ahora).
- Síncopa: suprimir una sílaba dentro de una palabra (buenismo en vez de buenísimo).
- Apócope: suprimir una sílaba al final de una palabra (do en vez de donde).
- Prótesis: añadir una sílaba al principio de una palabra (arrecoger en vez de recoger).
- Epéntesis: añadir una sílaba en medio de una palabra (Ingalaterra en vez de Inglaterra).
- Paragoge: añadir una sílaba al final de una palabra (felice en vez de feliz).
- Hexasílabo (6 sílabas). - Heptasílabo (7 sílabas).
Moça tan fermosa ¡Pobre barquilla mía
non vi en la frontera, entre peñascos rota
como una vaquera sin velas desvelada
de la Finojosa. y entre las olas sola! (Lope de Vega)
(Marqués de Santillana)
- Eneasílabo (9 sílabas).
- Dodecasílabo (12 sílabas). Los dos hemistiquios suelen medir 6+6 sílabas, pero
también pueden darse hemistiquios de distinto número de sílabas (7+5).
- Heptadecasílabo (17).
Dios salve al rey del verso, que con su canto de bronce impera
y habla la fabulosa lengua del pájaro y de la fiera:
varón de fuertes bíceps, pecho velludo, frente altanera,
que desdobla en la India las cuatro rayas de su bandera.
(José Santos Chocano)
- Octodecasílabo (18).
- Eneadecasílabo (19).
- etc.
3. LA RIMA.
La rima se define como la identidad total o parcial, entre dos o más versos, de
los sonidos situados a partir de la última vocal tónica. Puede ser de dos tipos:
consonante o total, si los sonidos idénticos son vocales y consonantes, y
asonante o parcial, que se produce cuando sólo las vocales son idénticas:
4.1. PAUSAS.
En todo poema, existen pausas determinadas por dos factores: en primer lugar,
la propia longitud del verso; en segundo lugar, la estructura sintáctica de la oración.
Hay cuatro tipos de pausa que nos interesa considerar:
4.1.1. Pausa estrófica, que se produce al acabar una estrofa, y que es obligada.
Se señala con una doble barra inclinada.
4.1.2. Pausa versal, que se produce al acabar un verso, y que es obligada. Se
señala con una doble barra inclinada.
4.1.3. Cesura, que se produce en el interior de los versos compuestos. Esta
pausa impide la sinalefa. También se marca con una doble barra inclinada.
4.2. ENCABALGAMIENTO.
4.3. BRAQUISTIQUIO.
5. ESTROFAS.
5.1.1. Pareado: consiste en dos versos que riman entre sí. Lo más habitual es
que sean dos versos de la misma medida, aunque también pueden tener diferente
número de sílabas métricas. Los hay de arte mayor y también de arte menor; por su
parte, la rima puede ser consonante o asonante. Lo esencial es que los dos versos
tengan la misma rima:
5.2.1. Terceto: consiste en tres versos de arte mayor, de los cuales el primero y
el tercero riman en consonante; el segundo queda libre. La fórmula de la estrofa es
ABA:
........................
5.2.2. Tercerilla: la forma estrófica del terceto se puede emplear también con
versos de arte menor y rima consonante:
Granada, Granada
de tu poderío
ya no queda nada.
(Francisco Villaespesa)
5.2.3. Soledad (o soleá): la forma estrófica del terceto, pero con versos de arte
menor y rima asonante:
5.3.1. Cuarteto: lo forman cuatro versos de arte mayor con rima consonante
ABBA:
5.3.3. Redondilla: cuatro versos de arte menor con rima consonante abba:
5.3.4. Cuarteta: cuatro versos de arte menor con rima consonante abab:
Existe también una variante de la cuarteta, con rima asonante, que se denomina
cuarteta asonantada o tirana:
5.4.1. Quinteto: lo componen cinco versos de arte mayor con dos rimas
consonantes, que deben respetar dos normas: no puede haber tres versos
seguidos con la misma rima, y los dos versos finales no pueden rimar entre sí. Las
fórmulas métricas posibles con tales condiciones son AABAB, AABBA, ABAAB,
ABAAB, ABBAB:
5.4.2. Quintilla: las mismas condiciones métricas que las del quinteto, pero con
versos de arte menor:
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento,
y la furia del mar en movimiento.
5.5.2. Sexta rima: estrofa formada por seis versos de arte mayor (normalmente
endecasílabos), con rima consonante. Su esquema más general es ABABCC,
aunque caben diversas variantes, como el empleo de endecasílabos agudos, la
combinación de las rimas (AAC'BBC') o la introducción de algún verso de arte
menor.
5.5.3. Sextilla: estrofa de seis versos de arte menor, con varias combinaciones
de rima, normalmente consonante (aabaab, abcabc, ababab, etc.):
5.5.5. Sextina: estrofa de seis versos endecasílabos que forma parte del poema
de igual nombre (véase el epígrafe 6.1.5.).
5.6.1. Séptima: la forman siete versos de arte mayor, cuya rima queda a gusto
del poeta, con la única condición de que tres versos no vayan seguidos de la misma
rima:
5.7.1. Copla de arte mayor: también llamada copla de Juan de Mena (porque
este autor la utilizó en su poema alegórico Laberinto de Fortuna), consta de ocho
versos de arte mayor, generalmente dodecasílabos, y con rima consonante, según
el esquema ABBAACCA:
5.7.2. Octava real u octava rima: consta de ocho versos de arte mayor,
generalmente endecasílabos, y con rima consonante, según el esquema
ABABABCC:
5.7.4. Octavilla: ocho versos de arte menor, generalmente octosílabos, con gran
variedad de esquemas de rima. Las combinaciones más usuales son abbcdeec y
ababbccb:
5.8.1. Copla real o falsa décima: consta de diez versos de arte menor, con rima
consonante. Se trata, en realidad, de la fusión de dos quintillas:
Es ya caso averiguado,
que no se puede negar,
que a veces pierde el hablar
lo que el callar ha ganado;
y el que fuere enamorado,
jamás se verá en aprieto,
si fuere honesto y secreto.
6.1.2. Letrilla: es una variante del villancico, del cual se diferencia únicamente
por el contenido, puesto que la letrilla tiene siempre una intención burlesca o
satírica:
"Poderoso caballero
es Don Dinero."
"Poderoso caballero
es Don Dinero."
(Francisco de Quevedo)
No será ni es nacido
tal para mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor ya me la só,
Ya la esperanza es perdida,
y un solo bien me consuela:
que el tiempo que pasa y vuela
llevará presto la vida.
Si el deseo desfallece,
cuando la esperanza mengua,
al contrario en mí parece,
pues cuanto ella más desmengua
tanto más él se engrandece.
Y no hay usar de cautela
con las llagas que me atizan,
que en esta amorosa escuela
mil males me martirizan,
y un solo bien me consuela.
(Téngase en cuenta que las letras mayúsculas señalan en este caso qué palabra
de final de verso de la primera estrofa se repite en cada uno de los finales de verso
de las otras estrofas. No indican, por tanto, un esquema de rima, puesto que
aunque se repiten los finales de los versos, éstos resultan demasiado lejanos para
provocar el efecto de la rima). Veamos un ejemplo contemporáneo de sextina, que
tiene la particularidad de que las palabras finales de cada verso son en su mayoría
trisílabas:
APOLOGÍA Y PETICIÓN
4. Otro tipo de soneto distinto al petrarquista, y muy utilizado sobre todo en las literaturas de habla
inglesa, es el llamado soneto shakespeariano o soneto isabelino, cuya estructura es más adecuada a la
lengua inglesa, en la cual resulta más difícil que en la castellana mantener las mismas rimas consonantes.
Dicha estructura consiste en tres cuartetos o serventesios (con frecuencia de rimas distintas), rematados
por un pareado final.
por no hazer mudanza en su costumbre. que aún tienen sal las manos de su dueño.
(Garcilaso de la Vega) (Lope de Vega)
En el Modernismo el soneto experimentó un gran número de transformaciones y
variantes: serventesios en vez de cuartetos, rimas distintas para el segundo
cuarteto, modificaciones en los dos tercetos finales (que en algunos casos forman
un tercer cuarteto seguido de un pareado), utilización de metros distintos del
endecasílabo (alejandrinos, dodecasílabos, etc.). Hay incluso sonetos heterométri-
cos:
Al olmo viejo, hendido por el rayo ¿Qué nuevo nombre a ti, creadora de poetas,
y en su mitad podrido, esencia de la juventud,
con las lluvias de abril y el sol de mayo, si todas las magníficas y todas las discretas
algunas hojas verdes le han salido. cosas se han hecho y dicho en tu virtud?
6.2.1. Romance: consta de una serie ilimitada de octosílabos, de los cuales sólo
los versos pares tienen rima asonante, mientras que los impares quedan libres. Es
una forma métrica de amplísimo cultivo en todas las épocas de la literatura
española, pues se adapta tanto a las características de la poesía popular como a
las de la lírica culta. Según la llamada "teoría tradicionalista" los romances proceden
de la partición de los versos compuestos de los cantares de gesta: los versos
alejandrinos o hexadecasílabos de estos poemas -demasiado largos para recitarlos
con comodidad- se dividen en sus dos hemistiquios, formando así la estructura
métrica característica del romance:
LA DISTRAÍDA