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Un Resumen de La Teología de Karl Barth
Un Resumen de La Teología de Karl Barth
Un Resumen de La Teología de Karl Barth
I. Nombres de su teología
1. Teología Dialéctica
Es por el uso del método afirmación y contra-afirmación. Para Barth, es la intención de mediar entre la contraposición
entre la negación y la afirmación, entre la tesis y la antítesis, de forma que surja la síntesis resultante. Pero esto no se
debe a elucubraciones filosóficas de ningún tipo —ajenas al evangelio— sino que se trata de una analogía tomada de
la doctrina de la justificación. De hecho, la relación contrapuesta entre la negación y la afirmación constituye un
paralelismo formal con la doctrina luterana del hombre como siendo, al mismo tiempo, “justificado” y “pecador”. En
Barth, la relación con Dios está rota, la única manera de revincular a Dios con el hombre es a través de la paradoja: la
encarnación, donde 2 son 1: Cristo, hombre y Dios; es allí donde se abre el diálogo con el hombre.
2. Teología de la Crisis
Barth trató de repudiar gran parte del liberalismo clásico. La Primera Guerra Mundial y sus horrores (crisis) ayudaron
a sacudir su mundo soñado. Los maestros teológicos de Barth se unieron a otros en declarar su apoyo a Alemania.
Estos habían quedado desenmascarados como maestros de una religión nacida de una cultura y atada a una cultura.
El liberalismo hacía de Dios algo inmanente al mundo. Barth, en oposición a esto, habló de Dios sólo como del
“Totalmente Otro”. El subjetivismo del liberalismo en el siglo XIX había colocado al hombre en el lugar de Dios. Barth
exclamó, “Sea Dios, Dios, y no hombre.” El liberalismo había exaltado el uso a culturado de la religión. El liberalismo
edificó la teología sobre la base de la ética. Barth quiso edificar la ética sobre la base de la teología.
Barth marca un quiebre con la teología moderna, la cual era antropológica y ontológica (confundía a Dios con el ser).
En sentido positivo, es una apertura hacia un nuevo paradigma (este paradigma y el moderno son inconmensurables
por cuanto no se entienden entre si). La teología ha de partir de la revelación y no del hombre.
3. NEO ORTODOXIA
Porque en algún sentido, vuelve a los reformadores, a Calvino y a Lutero, pero reedita sus puntos (Conn no estaría de
acuerdo con ésta afirmación).
4. TEOLOGÍA DE LA PALABRA
Para Barth, la teología venía equivocada con el liberalismo cultural tomando el sentir de la iglesia como parámetro
para hacer teología. Barth dice que hay que partir de la Palabra de Dios, contenida en la Biblia. En su obra, Barth se
refiere a la Palabra de Dios en tres sentidos:
a. La Palabra revelada: Se trata de la revelación de Dios inmediata, que ha sido transmitida por los profetas y los
apóstoles. La Biblia constituye, así, un medio de ese testimonio inmediato de los profetas y los apóstoles.
b. La Palabra escrita: La forma concreta de esta revelación es la Biblia como el recuerdo de lo una vez acontecido.
Para Barth, sin embargo, la Biblia misma no está libre de errores (Barth se mantiene fiel a la crítica bíblica), sino que
se trata sólo de la transmisión humana de los primeros testigos. La Biblia es, por tanto, “el medio concreto por el cual
la Iglesia recuerda el acontecimiento de la revelación de Dios”.
c. La Palabra proclamada: La palabra de Dios es palabra proclamada. El discurso humano sobre Dios es al mismo
tiempo el propio discurso de Dios mismo.Dios viene a la palabra en el lenguaje. Al venir a la palabra humana,
permanece atado a las limitaciones y errores del lenguaje humano.
El corazón de la revelación, de la Palabra de Dios, es Jesucristo. De hecho, Barthinsiste tanto en esto que se niega a
reconocer la existencia de cualquier otra revelación aparte de Cristo. La historia de la revelación y la historia de la
salvación vienen a ser la misma historia.
2. SOTERIOLOGÍA Y CRISTOLOGÍA
a. La reconciliación
En el Cristo de Barth, Dios reveló que no quería dejar que el hombre existiera en pecado. Por esto Barth insiste en que
nunca deberíamos mencionar el pecado a no ser que de inmediato agreguemos que el pecado ha sido derrotado,
olvidado, y superado en Jesús, el elegido. La reconciliación entre Dios y el hombre se efectúa por el acontecimiento
de Jesucristo. Jesucristo es Dios mismo, es decir, el Dios que se humilla a sí mismo. En su libertad, Dios cruza el
abismo abierto y muestra que El es verdaderamente el Señor. Dios "compromete su propia existencia como
Dios.Barth no quiere admitir la humillación del hombre Jesús. Según Barth, decir que la humillación se refiere al
hombre es una mera tautología. "¿Qué sentido habría en hablar del hombre como humillado? Esto es algo natural en
el hombre. Pero decir que Dios se humilla a sí mismo, según Barth, es entender el verdadero significado de Jesucristo,
como Dios mismo."
c. La cruz y la resurrección
Para Barth hay dos acontecimientos: la cruz y la resurrección, pero no deben ser explicados mediante pruebas.
Barth encuadra la cruz dentro de la revelación. En la cruz Dios mismo juzga el pecado del hombre y nos sustituye.
Jesús es el juez que es juzgado en nuestro lugar. La resurrección no tuvo nada que ver con los humanos, es una
decisión que pertenece exclusivamente a Dios. En la gloria de Cristo resucitado, se muestra la gloria del hombre
restaurado.
d. La elección
Uno de los rasgos más discutidos de la neo-ortodoxia ha sido su ambigüedad en cuanto a la posibilidad de la salvación
universal. Jesús es no sólo el Elector, sino también el Elegido. Jesús de hecho es también el único Elegido. Y en Cristo,
todos los hombres son reprobados. Barth repudia el concepto clásico de la doble predestinación, la idea de una
elección respecto a personas. Admite que no todos los hombres viven como elegidos, y que algunos viven como tales
sólo parcialmente. Sin embargo, la responsabilidad de la iglesia es proclamar a tales hombres que han sido elegidos
en Cristo, y que en consecuencia deben vivir como elegidos.
Karl Barth: Teología en el tránsito a la postmodernidad
1. Un protestante combativo en el Consejo Mundial de iglesias.
A principios de 1900 Barth realizó su carrera de teología en varios lugares de Alemania. En 1919, su libro “La epístola
a los romanos” lo ubicó como un teólogo celebre en el ámbito lingüístico alemán. Enseña en la universidad de
Basilea. En 1948 participa en Ámsterdam en la Primera Conferencia Mundial de las Iglesias, allí aprendió que en la
teología científica tenía que haber algo así como un ecumenismo. Pero el Papa de Roma no participo de esa asamblea
ecuménica, con lo cual Barth hizo sus profundas críticas, a tal punto ve no darles la menor cabida en las liberaciones
de dicho encuentro.
Barth en la “Dogmática”, escribe: “yo tengo a la analogía entis por la invención del anticristo y pienso que causa de
ella no se puede ser católico. Solo se comprende esa polémica que ve en la analogía del ser niveladora de Dios y
hombre, lo anticristiano por excelencia”. Barth protesta contra el Catolicismo Romano que puso a la misma altura a
Dios y al hombre estableciendo una reciprocidad entre Dios y hombre, naturaleza y gracia, razón y fe, filosofía y
teología.
Barth lucha contra el neo-protestantismo liberal que tomaba como punto de orientación solamente al hombre
religioso, al hombre piadoso y no a Dios y su revelación. Debido a esa igualdad entre Dios y el hombre ¿no
consideraron los cristianos alemanes protestantes el nacional socialismo como una especie de nueva revelación, y
llegaron a ver en Adolf Hitler un nuevo Lutero, más aun, un nuevo Jesucristo?
Para Barth se hacía evidente el peligro que comportaba en el terreno político una teología natural cristiana.
4. CONSENSO ECUMÉNICO
Desde los tiempos de la Reforma y del Concilio de Trento, se ha considerado como el impedimento básico para un
acercamiento de protestantes y católicos la doctrina de justificación del pecado.
En la cuestión de la justificación los católicos insisten en que la concesión de la salvación al creyente no depende de
la condición humana. Los luteranos insisten que la justificación no está limitada al perdón individual de los pecados.
El mensaje de la justificación en su calidad de decisivo desarrollo del centro del evangelio, tiene que ser discutido a
discusión una y otra vez, en cuanto que fundamenta la libertad cristiana frente a las condiciones que impone la ley
para recibir la salvación.
Cuando Barth sustituyo el título de “Dogmática cristiana” por “Dogmática de la Iglesia” ponía de relieve que la
dogmática no puede ser una ciencia libre sino vinculada al ámbito de la Iglesia y en ella posible y plena de sentido.
5. EL CONCILIO VATICANO II
Dicho concilio provocó en Barth mucho impacto, dado al doble cambio de paradigma (la integración del paradigma de
la Reforma y de la modernidad en la Iglesia y teología católica).
El concilio incluyó muchos puntos importantes para los reformadores, (desde la revaloración de la Biblia, de la
predicación de los laicos, hasta el empleo de la lengua vernácula en la liturgia), y para la modernidad, (libertad de fe,
de conciencia y de religión, tolerancia y acercamiento ecuménico, nueva actitud frente a los judíos, a las grandes
religiones, y en general al mundo secular). Barth empezó a maravillarse de la movilidad que parecía contrastar con un
prolongado estancamiento del protestantismo.
Barth es el iniciador de un paradigma postmoderno de teología. Esto quiere decir que a quienes desprecian a Barth,
que él es el iniciador principal de teología que ya se dibujaba en aquel entonces. Y para los que lo veneran, sin
espíritu crítico, Barth es el iniciador, pero no llevó a su plenitud tal paradigma. Después de la primera guerra mundial,
Barth fue de un paradigma moderno a una hondísima crisis. La teología personal evolucionó, por eso, a una teología
de la crisis, que en 1918 con la caída del imperio alemán, con el cese de los príncipes territoriales como jefes de la
Iglesia, con los Estados Unidos pisando suelo europeo, con la revolución rusa, y los disturbios sociales de Alemania
cobró un trasfondo dramático.
· Dejar la auto interpretación histórico-psicológica del hombre religioso, y la teología en cuanto a ciencia cultural e
histórica, y avanzar a la propia palabra de Dios, documentada en la Biblia, hacia la revelación, el reino y la acción de
Dios.
· Dejar la necesidad religiosa del hombre para acercarse a Dios, que es el “completamente distinto”, revelado sólo
en Jesucristo.
Su teología ha visto antes que otras con claridad- con crítica teológica de la ideología- las fuerzas despóticos-
destructivas de la racionalidad de la edad moderna, ha relativizado el imperialismo que se había arrojado la razón
ilustrada y confrontado la autoseguridad del sujeto moderno con sus propios autoengaños; en resumen: su teología
percibió antes que otras la “dialéctica de la ilustración”, y se encargó de ilustrar a la Ilustración. A la disolución liberal
de lo cristiano en lo generalmente humano o histórico, Barth opone una nueva concentración cristológica de la
salvación en Cristo. El compromiso teológico, radicalmente nuevo, de Barth mostró su fuerza política contra la
pseudo-religión nazi, en 1934, en el sínodo de Barmen, con la clara profesión de fe en Jesucristo, como la sola palabra
de Dios, al lado de la cual no pueden ser admitidos “como revelación divina otros acontecimientos y poderes, figuras
y verdades”.
SU TEOLOGÍA:
Los textos bíblicos no son simples documentos de investigación filológico-histórica, sino que hacen posible el
encuentro con el “totalmente distinto”; los testimonios perfectamente humanos de la Biblia, contiene la palabra de
Dios, que el hombre puede reconocer, acatar, y profesar públicamente.
Lo que se le exige al hombre va más allá del mero observar e interpretar con objetividad una fe que siempre es una
empresa arriesgada: lo que está en juego es la salvación o condenación.
La misión de la Iglesia consiste en hablar en la sociedad sin hacer concesiones y a través de la palabra humana de la
predicación, de esa palabra de Dios que el hombre puede aceptar confiado una y otra vez.
Tanto la predicación como la dogmática de la iglesia han de concentrarse totalmente en Jesucristo, en quien, para los
creyentes, no solo habló y obró un “hombre bueno” ejemplar, sino, el mismo Dios; Jesucristo es el criterio decisivo de
todo discurso sobre Dios y el hombre.
Barth tiene una convicción: “Creo para entender”. La fe tiene prioridad en todo, según él, el cristiano desde el
principio tiene que dar un salto a la cosa misma. No ha de tratar de comprender primero, para creer después, como
opina Schleiermacher, sino justamente al revés, primero cree para indagando después en las posibilidades de esa fe,
comprenderla.
La fe es definida por él, como conocimiento y aceptación de la palabra de Cristo, la cual sin embargo, es identificada
muy pronto con el credo cristiano, con la profesión de fe devenida en el curso de una larga historia. Esta es la posición
Barth basándose en Anselmo de que: partiendo como verdad de que Dios existe, que es un ser con tres personas, que
se hizo hombre, ahora solo hay que reflexionar sobre en que medida eso es verdad.
La palabra de Dios es el propio Dios en su revelación. Pues se revela como el Señor y ello significa, según la Escritura,
para el concepto de revelación, que Dios mismo en intacta unidad, pero también en intacta diferencia, es el
revelador, la revelación y el estar-revelado, o en términos bíblicos: Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
· Si la creación de Dios no es ya, una especie de embudo de entrada para la gracia de Dios, que caía verticalmente
desde arriba. Si la creación de Dios, en el Barth tardío, puede ser plenamente aceptada incluso como obra buena de
Dios, hasta el punto de escribir cuatro tomos de la dogmática sobre ella.
· Si Dios, visto desde una perspectiva teológica-objetiva, está sin lugar a dudas, en el inicio de todas las cosas y así
conserva constantemente el primado ¿Por qué no va estar permitido teológica y metódicamente empezar con las
preguntas y necesidades de los hombres de hoy, para partir de ellas, preguntar por Dios, puesto que el orden del ser y
del conocer no son meramente idénticos?
· Si para el cristiano el mensaje bíblico es indiscutido sobre todo discurso sobre Dios ¿por qué tiene que depender
de la biblia todo discurso sobre Dios?
· Y si lo enunciados negativos de la biblia sobre error, tinieblas, mentira, pecado, son vistos como una invitación a
la conversión ¿por qué hay que silenciar, el hecho de que Dios es el Dios de todos lo hombres y como tal está cerca,
de tal modo a los no cristianos también?
Por último, Barth remitió la doctrina de la reconciliación a través de Jesucristo, como luz del mundo. “Jesucristo es la
sola luz, la única luz de la vida”. Pero junto a esa “luz”, hay también “otras luces”, y junto a esa “palabra”, hay “otras
palabras verdaderas”. No obstante, frente a toda la empiria, las otras luces son solamente reflejos de la única luz que
es Jesucristo, sostiene Kung.
BIBLIOGRAFÍA
Kung; Hans. Grandes pensadores cristianos. Una pequeña introducción a la teología. Editorial Trotta: Madrid, 1995.
Pp. 181 -212.
TEOLOGÍA CONTEMPORANEA
1. TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA Introducción Prof. P. Atanasio I. Yanes-Fernández GBU
2. ¿QUÉ ES LA TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA?- La teología contemporánea se define en parte como reacción a las
tendencias liberales extremas propias del S. XIX y los estudios críticos en el marco de la filología bíblica que los
acompañaron.- Responde a la necesidad de dar solución al problema teórico-práctico de la relación del Cristianismo
con la dimensión político-social del hombre y con el contexto contemporáneo de las sociedades abiertas tras la crisis
del eurocentrismo moderno, en medio de la globalización y de la autoconsciencia post-humanista del siglo XX.
7. LA FILOSOFÍA COMO TEOLOGÍA RACIONAL G. W. F. HEGEL (1770-1831)“ Esta actitud religiosa produjo un aval úo
muy elevado de todas las capacidades del hombre, sobre todo de la razón humana como autor ida d final, como
criterio último de verdad. Hegel es el exponente máximo de esta veta intensamente platónico aristotélica del
pensamiento moderno”. H. Conn
9. ¿QUÉ DIJO BARTH?- El comentario de Barth acerca de Romanos intentó repudiar a sus antiguos maestros crítico-
liberales.- El liberalismo y el racionalismo teológicos llegan a convertir a Dios en un objeto del juicio crítico, junto con
la Biblia y la tradición textual de la Iglesia.- Barth, orientándose consciente oin conscientemente a las raíces dela
espiritualidad patrística oriental–algo que, aunque en otro sentido ,va a hacer también P. T. Chardinen abierta
oposición a la teología del esse de Tomás de Aquino-, habló de Diossólo como del “Totalmente Otro”, y del Reino de
Dios como una realidadescatológica por encima de todo esfuerzo y volutad humanos.
10. ¿QUÉ DIJO BARTH?- Barth llevó a cabo la necesaria una “vuelta” a la Revelación, al Deusabsconditus y al misterio
como principio y fundamento de la relación del hombrecon Dios y de toda teología posible. El subjetivismo del
liberalismo en el siglo XIX había colocado al hombre en el lugar de Dios. Barth exclamó: “Sea Dios Dios, y no
hombre.”
11. MÉTODO DIALÉCTICO EN BARTH El comentario de Barth “introdujo” también un “nuevo método” para abordar el
saber teológico: la dialéctica. Lo que se reconoció como “nuevo método”, ha sido el modo según el cual desde la
experiencia mística, que es en esencia una “teología apofática”, desde Dionisio Areopagita, ha hecho frente a la
realidad misteriosa de Dios. El nombre mismo “teología dialéctica” quedó muy pronto asociado con el pensamiento
de Barth, aunque el método mismo se tomó de los escritos del filósofo existencialista S. Kierkegaard.
12. LA PRESENCIA DE LA TEOLOGÍA LIBERAL EN BARTH- Persiste en Barth la presencia de la relativización del evento
histórico de laencarnación y la resurrección, al estilo de toda la tradición idealista alemana.“Aunque las ideas de
Barth representan, hasta cierto punto, una revuelta contra el liberalismo clásico, en un sentido más
profundo, Van Til acierta muy bien al llamar sus ideas “el nuevo modernismo.” Barth conserva el punto de vista
crítico liberal de la Escritura”. (H. Conn).- La infalibilidad de la Escritura es una de las diferencias cruciales entre
elnaturalismo y el cristianismo, y la posición de Barth lo sitúa claramente en elterritorio naturalista-liberal.
14. LO ESCATOLÓGICO EN LA TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA4. Esfuerzo de mediación de las dos posiciones extremas
anteriores: “Theinaugurated eschatology” de Florovsky. O: Cullman, J. Jeremias, W.G.Kümmel, etc.5. El “fin de los
tiempos” como la “hominización” y “cristificación delcosmos” en Pierre Teilhard de Chardin.6. Hans Urs von
Balthasar: El “Reino de Dios” como la transformación dela historia en el Amor infinito de Dios.
16. LA RESPONSABILIDAD FRENTE AL MUNDO Y LOS PROBLEMAS SOCIALES. TEOLOGÍA DE LA LIBERA CIÓN. “¿Cuál es
la experiencia e intuición originales de las que brota la Teología de laliberación? No fue otra que la experiencia
cotidiana de la injusta pobreza en que son obligados a vivir millones de hermanos latinoamericanos. Y en esta
experiencia y desde ella, la palabra contundente del Dios de Moisés y de Jesús: esta situación no es conforme a su
voluntad, sino contraria a ella.” Roberto Oliveros
17. TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN: PRINCIPIOS FUNDAMENTALES - Entre los principios esenciales que definen la
Teología de la Liberación,se pueden refrerir entre otros: 1. Opción por los pobres y víctimas de la injusticia social
como “preferidos de Cristo”. 2. Afirmación de la inmanencia y el compromiso de Dios con el mundo y su justicia como
inicio de la instauración del Reino, a través de su Hijo Jesús Cristo. 3. No es posible para la Iglesia en nuestra época
hablar de redención del género humano, de Reino de Dios y de vida eterna, si no se compromete primeramente con
la causa de los pobres y los sometidos, dando con ello testimonio de que realmente es portadora del amor de Cristo.
18. KARL RAHNER (1904-1984)- La base de la teología de Rahner constituye una especie de
“antropologíatrascendental”. Se basa en el principio de que todos los seres humanos tienenuna conciencia de Dios
latente dentro de los marcos de los límites de suconocimiento y de su libertad como entes finitos. - La “gracia” es un
elemento constitutivo tanto de la “realidad objetiva de la revelación” (la Palabra proclamada) como del “principio
subjetivo de la Escucha” (a través del Espíritu). En la “gracia” Dios nos muestra su condición esencialmente
misericordiosa, más allá del sentido humano de justicia y de la dualidad de “crimen” y “castigo”. La Cruz y la
Resurrección de Cristo son eventos fundamentados en la gracia infinita de Dios.
19. HANS URS VON BALTHASAR (1905-1988): LA FE AUTÉNTICA COMO EXPERIENCIA DEL AMOR DE DIOSLa revelación
del Deus absconditusa través de Cristo y su Cruz sólo sepuede entender si se comprende laentrega del Dios
encarnado hastala muerte como expresión del Amortotal que constituye un fundamento ontológico de Dios. De este
modo, lafe, cuando es auténtica y madura, es una respuesta personal y colectivaal amor que se vació por todos y cada
uno.
20. LA FE AUTÉNTICA COMO EXPERIENCIA DEL AMOR DE DIOS“Aún cuando la unidad en la fe no sea posible, la unidad
en el amor es siempre posible” H. U. Von Balthasar
21. PIERRE TEILHARD DE CHARDIN (1881-1955): EL CRISTO EVOLUCIONADOR La Cristología en Teilhard de Chardin se
fundamenta en la posibilidad de conciliación de la teología tradicional que enseña la unidad sin confusiónde lo Divino
y lo humano en la Persona de Cristo, con la enseñanza de laciencia moderna que nos habla de la progresiva síntesis
de los elementoscósmicos en un corpus común de fenómenos inextricablemente unidos a través de una evolución de
millones de años y regidos por principios básicos universales.
23. HANS KÜNG Y LA ÉTICA GLOBAL - Küng funda su teología ética sobre el principio -esencialmente neokantiano-de
la posibilidad de una ética universal que gobierne la praxis humana comouna “razón práctica”. "No habrá paz mundial
sin paz entre las religiones, no habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones". - Promueve el diálogo
interreligioso sobre el principio de la existencia de estosprincipios éticos fundamentales comunes al género humano,
que deben usarsecomo base para iniciar los procesos de acercamiento y conocimiento mutuo queconduzcan a la paz
mundial.
24. PETROS BASILIADIS: LA CONCIENCIA ECUMÉNICA CONTEMPORÁNEA - Este teólogo griego ortodoxo aboga por una
nueva comprensión de laCristología y la Pneumatología de la Iglesia. - La encarnación del Logos de Dios, y su obra
salvífica, más que dividir a lahumanidad entre “salvados” y “condenados”, produce una apertura esencial enel
continuum histórico llevando a la humanidad a la toma de consciencia deprincipios espirituales comunes y de la
voluntad de compromiso con la verdad. - Por ello, el Teólogo ve allanado el camino hacia lo que denomina una
“teología de las religiones”, en la que se exponga lo esencial-universal al espíritu religioso humano sobre la base del
reconocimiento de un único Dios creador de todas las cosas, sin hacer desaparecer las diferencias específicas de cada
tradición.
En el presente análisis consideramos brevemente tres hechos que tratan acerca del porqué
y para qué de la Teología Contemporánea, ellos son: el aspecto antropológico, el debate de
la razón y la revelación, y el rescate de las ciencias sociales en los estudios bíblicos.
Hablaremos también de la influencia de la teología contemporánea en nuestros días,
partiendo de algunos de los teólogos más sobresalientes del siglo anterior.
B. Segundo momento: El siglo XX: Karl Barth, Paul Tillich y Dietrich Bonhoeffer
Con la paz de Westfalia en 1648, se había decidido una separación entre la Iglesia y el
Estado. Entre lo religioso y lo político. Ocurre la laicización y secularización del Estado.
Marx opinaría que “las creencias en el hombre le quitan la autonomía. Cuando sea
abolida la religión el hombre alcanzará la libertad”. Y es entonces cuando filósofos como
Kant, Feuerbach, Nietzsche y Heidegger, van a plantear el necesario ateísmo en la
historia.
Kant, va a hablar de “la mayoría de edad”. El hombre tiene que ser adulto cuando es
autónomo en su modo de pensar. Traslada la autonomía del individuo a la autonomía de
la sociedad. La sociedad debe tomar decisiones no por mitos ni creencias sino por
convicción de principios. La sociedad no es adulta porque no se ha liberado de la niñez de
la religión. Feuerbach (1872), considerado el padre intelectual del humanismo
ateo contemporáneo, también denominado ateísmo antropológico, consideraba que la
inmortalidad es una creación humana y constituye el germen básico de la antropología de
la religión.
Este Übermensch no cree en las cosas que prometen las religiones después de la muerte, él
sólo cree en lo real y en lo que puede ver. Por su parte, Martín Heiddeger (1927), el
filósofo existencialista, opinaba que la primera misión de toda filosofía es aclarar «el
sentido del ser», lo que significa «ser». Uno de sus postulados fundamentales es que en el
ser humano “la existencia precede a la esencia” (Sartre), es decir, que no hay una
naturaleza humana que determine a los individuos, sino que son sus actos los que
determinan quiénes son, así como el significado de sus vidas.
Si la razón no había podido dar una respuesta satisfactoria al proceder del hombre contra
el hombre en medio de la guerra, si el apartarse de Dios y de la teología había llevado al
hombre por caminos de destrucción y pérdida de la esperanza, la teología renovada en la
Palabra debería ponerse de nuevo al frente de la controversia entre la fe y la razón para
dar una explicación de la miseria del hombre y no tanto del silencio de Dios. El camino
sería de nuevo la esperanza que trae el evangelio, por medio de la paz que allí se anuncia,
a un mundo que le da la espalda a Dios y entroniza la razón. La defensa de la fe debe estar
por encima de cualquier interés mezquino del hombre contra el hombre.
La gracia de Dios debe ser entendida como gracia cara, que tuvo un costo altísimo en la
muerte de Jesús por los pecados del mundo y que no puede ser objeto de simple estudio
científico sin cambios sociales. Es en ese sentido que la voz de Bonhoeffer se levanta para
cuestionar el papel cristiano y el del teólogo y ministro en una sociedad en crisis. Con
Bonhoeffer se va a recuperar el papel social y político de la Iglesia.
C Tercer momento. Desde Karl Barth hasta 1970: Paul Tillich, Gustavo Gutiérrez
Sin esta proclamación espiritual de la verdad del evangelio, expresado por Jesús en
términos de amor a Dios, entrega y servicio al prójimo, cada quien estará construyendo
“su propio reino”, pero no el de Cristo. Considero, desde la perspectiva de Tillich, que se
hace relevante volver al campo de la afirmación de la verdad del mensaje cristiano que,
indudablemente, traerá como resultado el compromiso (o actualización) en la
transformación del individuo. En el presente de nuestra sociedad colombiana, ni lo uno ni
lo otro se está haciendo bien. No hay mucha afirmación de la verdad, hay más bien
“negociaciones de la verdad” a expensas de intereses personales, y poco o casi nada de
compromiso con esa misma verdad y lo que implica en términos sociales.
Síntesis: Debemos hacer ambas cosas, y nuestro ‘deber’ (Sollen) y nuestro ‘no-poder’
(Nicht-Können) deben honrar a Dios.