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Fuentes Sonoras.
Fuentes Sonoras.
Fuentes Sonoras.
Hemos visto que todo cuerpo vibrante es una fuente sonora, siempre y cuando la
frecuencia de intensidad de las ondas que produce esté dentro de la gama audible.
La mayoría de las fuentes sonoras funcionan de forma compleja. Pensemos, por
ejemplo, en un violín, en un piano, en una persona hablando o en la membrana de un
altavoz, que ha de vibrar de modo sumamente complicado para producir la maraña de
sonidos de una gran orquesta. Hacer aquí una exposición completa sería imposible, y
por ello habremos de limitarnos a examinar las leyes básicas concernientes a las
propiedades de los sonidos.
CALIDAD TONAL. TIMBRE
Del tono y la intensidad ya tratamos en el capítulo anterior, pero aquí interesa
explicar lo que significa la calidad tonal. Gran parte del placer experimentado oyendo
diversos instrumentos musicales se debe a que cada tipo de éstos posee su «calidad»
o «color» tonal propios. Suele usarse la palabra timbre para denotar esta
característica que nos permite distinguir un instrumento de otro.
Si tomamos un diapasón y observamos su salida en el osciloscopio, comprobaremos
que tiene una onda senoidal pura. Hagamos el mismo experimento con un clarinete,
tocando una nota igual a la del diapasón. Resultará muy diferente no sólo el sonido,
sino su forma de onda. Aunque los ciclos de la nota del clarinete se suceden a la misma
velocidad que los del diapasón, la forma de onda, no es igual, presenta irregularidades.
Se dice que el sonido del diapasón es «puro», y el del clarinete «complejo».Fig 3.1.
Fig. 3.1.
(a) f.d.o. de una nota pura (diapasón).
(b) Clarinete. Es más complicada como se ve.
La nota del diapasón se compone de una sola frecuencia, mientras que el sonido del
clarinete es una mezcla de varias. Esta diferencia podría demostrarse en el analizador
de espectros, aparato que separa las frecuencias presentes en un sonido y las
despliega en líneas verticales espaciadas. La altura de cada una de ellas indica la
amplitud de cada una de las frecuencias componentes.
Tomando como ejemplo a dos instrumentos cuyos vibradores son cuerdas, el violín y
el piano, se podrá comprobar cómo se comportan los resonadores.
Las cuerdas del violín están tensadas a través del puente. Al vibrar hacen que vibren
también el interior de la caja y la caja misma. Las cuerdas del piano están tensadas
mediante un bastidor de acero a través de dos puentes, el uno formado por el bastidor
mismo y el otro situado sobre una caja sonora. Cuando una cuerda percutida por el
macillo, las vibraciones resultantes se acoplan a la caja y ésta vibra a su vez.
Existen muchos otros ejemplos que ilustran la idea básica de cómo se refuerzan los
sonidos por una caja o cuerpo resonante. Ya hemos visto que las cavidades de la
garganta, boca y nariz constituyen sistemas resonantes para la voz. En el xilófono, las
varillas vibrantes están adosadas a tubos, cuyas columnas de aire «suenan» al golpear
las varillas.