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Marvin Harris-Cap 3

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30 Introducci6n a la antropología general Capítulo 3

tativos pueden volverse inadaptativos. El registro evolutivo n1uestra que GENEALOGIA Y NATURALEZA HUMANAS
cuando can1bian las condiciones, las espeCIC-S. .inejor adaptadas sustituyen a
las _peor adaptadas o inadaptadas. En la mayoría de los casos, estas nuevas
especies no ___ :pu~den considerarse tnás o menos con1plejas, <~avanzadas~> o
«eficientes~) que sus predecesoras. Sencillamente, están n1ejor adaptadas a
las circunstancias.
Sin embargo, pese a la naturaleza pura1nente local, pragn1ática y opor-
tunista de la mayor parte de la evolución orgánica, ha habido una dírección
global en el proceso evolutivo de la Tierra. Esta dirección, que se deno1nina
evolución general) ha consistido en la ocupación y utilización graduales de~
todos los hábitats capaces de sustentar la vida, empezando poi- los n1ares
poco profundos y extendiéndose hasta los océanos, las costas, la atinósfera
y el interior de los continentes. Al llenarse de vida cada uno de estos há-
bitats, han aparecido estructuras y sisten1as orgánicos cada vez tnás con1-
plejos: primero las criaturas unicelulares, después las pluricelulares, a con-
tinuación los organisn1os con algunas partes del cuerpo especializadas, final-
mente las fonnas que tienen cientos de órganos altan1ente especializados y
finamente articulados. En la serie que se extiende desde los protozoos hasta
los peces, anfibios, mamíferos y seres hu1nanos, la adaptación ha produ-
cido nervios, glándulas y cerebros cada vez inás especializados. Los organis- Este capítulo aborda aspectos relativos al proble1na de la definición
111os «superiores» o más complejos, incluida nuestra propia especie, han de la naturaleza hu1nana. Describe, en pri1ner lugar, los rasgos anatómicos
evolucionado a partir de prototipos «inferiores» o más sitnples gracias a la y conductuales que co1npartin1os con nuestros parícntes lejanos del reino anin1al.
selección automática de innovaciones genéticas tclativan1entc ventajosas para Después, se centra en los rasgos anatón1icos y conductuales que co1nparti1nos
el éxito reproductor. Los tres capítulos siguientes se ocupan de la secuencia con nuestros parientes animales 1nás próxin1os. Por últin10, identifica aquellos
concreta de adaptaciones y transformaciones ~volutivas que condujeron al rasgos que sólo los Seres hun1anos poseen.
surgimiento de nuestra especie, el Hon10 sapiens.
Del animal al primate
Resumen
Los biólogos clasifican los organismos sirviéndose de un conjunto es-
El Hanzo sapiens es un producto evolutivo. La evolución organ1ca es ~andarizado de 21 categol·ías cada vez n1ás inclusivas, que ascienden desde
una consecuencia de la interacción de procesos reproductores y evolutivos. la especie hasta el reino. Los diferentes tipos de organismos dentro de cada
Los procesos reproductores dependen de la replicación de la información categoría se deno1ninan taxones. El objetivo de esta categorización consiste
genética codificada en las moléculas de ADN halladas en loci activos de los en agrupar a todos los organis1nos que poseen un antepasado común en el
cromosomas. En los seres humanos y otros organismos que se reproducen n1isn10 taxón. Así pues, si uno está interesado en la pregunta ¿qué es la
sexualrne.nte, los genes se combinan aleatoi-iamente durante la división naturaleza hu1nana?) parte de la respuesta radica, sin duda, en conocer los
reduccional. Esto da lugar a la distribución independiente de los caracteres taxones a los que pertenecen nuestros antepasados. Todos estos taxones han
hereditarios. El conjunto real de genes en los cromosomas de un organismo aportado algo a la naturaleza hu1nana.
constituye su genotipo; el fenotipo, su manifestación externa, es conse- Co1no nluestra la tabla 3.1) nuestra especie tiene una genealogía defi-
cuencia de la supresión de los alelos recesivos y de la interacción del ge- nida por 14 categorías taxonó1nícas pertenecientes al reino anin1al. Los
notipo con el medio ambiente. La evolución biológica se inicia con cam- espacios en blanco que siguen a ciertas categorías indican que, en dichos
bios en la frecuencia de genes hallados en una determinada población. Cua- niveles taxonómicos, no se distinguen convencionaln1ente taxones contras-
tro grandes fuetzas explican los can1bios en la frecuencia génica: deriva de tantes en nuestra genealogía.
genes, migración, mutación y selección natural. De éstos, la selección na- Los seres humanos son animales: organismos móviles y pluricelulares
tural es el más poderoso porque explica la adaptatividad de las especies que obtienen energía de la ingestión («comida»). Los animales son radical-
así corno las tendencias evolutivas generales.
31
32 Introducción a l'a antropología general Genealogía y naturaleza hu111anas 33

TABLA 3.l en la garganta; (3) una cuerda nerviosa hueca que ten11ina en un cerebro.
Categorías y taxones de la genealogía hun1ana (Mostran1os los dos prin1eros rasgos sólo cuando son1os en1btiones.) Los
cordadas contrastan radicalinentc con unos 24 filos diferentes de anin1ales,
con10 las esponjas, las n1eclusas, los plateln1intos, los acáridos, los 1noluscos
Categoría Taxón Descripción conttin y los arttópodos (insectos, crustáceos, 111iriápodos, arácnidos).
Asiinisn10, los seres hun1anos son vertebrados, que se singularizan i'de
Reino Aniinalia Ani111ales otros subfilos de los cordados 1nerced a dos rasgos: (1) en todos los verte-
Chordata Animales con notocordios
brados adultos el notocordio está rodeado o se halla sustituido por una
Filo
colu1nna de discos cartilaginosos y óseos (las vértebras); (2) eJ cerebro está
Subfilo Vcrtebrata Aniinales con espina dorsal encerrado dentro de una cubierta ósea (el cráneo).
Superclase Tetrapoda Ani1nalcs con cuatro pies Dentro de los vertebrados pertencccn1os a la superclase de los tetrá-
podos, que literaln1ente significa «de cuatro pies», diferente a su vez de
Clase iVlan101alia Aniinales con pelaje y glándulas n1ainarias
la superclase de los peces. Los tetrápodos se dividen en cuatro clases: anfi-
Subclase Thcria Mainíferos que conciben crías fetales bios, reptiles, aves y 111an1Íferos. Nuestra clase, los n1an1íferos, se distingue
Infraclase Eutheria Mainífcros que aliinentan al feto en el útero de las otras por: (1) glándulas n1an1arias que secretan leche; (2) pelaje, y
(3) dientes incisivos, caninos y 111olares para cortar, desgarrar y triturar res-
Cohorte
pectivan1ente. Aden1ás, los n1a1níferos con1parten con las aves la capacidad
Superorden de n1antener su inedio son1fítico interno a una ten1peratura constante.
Orden Prin1ata * l,os n1an1íferos se dividen norn1aln1ente en dos subclases: los tcrios, n1a-
Anthropoídea ~< Todos los n1onos, silnios y hu1nanos 111íferos con10 nosotros que no ponen huevos, y los prototerios, 111.nn1íferos
Suborden
que ponen huevos, de Jos que el equidna (Echidna) y el ornitorrinco (Orni-
Infraorden thorhynchus) son los géneros representativos 111ejor conocidos y los únicos
Superfa1nilia I-Ion1inoidea * Sitnios supervivientes. I~l equidna y el ornitorrinco sólo se encuentran en J\ustra-
F<1.1nilia I-Io1ninidac ·:: Los hum.anos y sus antepasados in1nediatos lia, 'l'as111anía y Nueva Guinea. 1'icncn glándulas 111a1narias, pero no pezo-
nes, pelaje (en forn1a de púas en el caso del equidna) y un tern1ostato
Subfaniilia so111ático rudin1entario. El ornitotrinco copula en el r¡gu::t e incuba sus
Tribu huevos en una 1nadriguera durante diez días) aproxin1ada1nente. El equidna
vive 1nás bien en tierra y tiene una bolsa en la que coloca a su cría una vez
Sub tribu
que ha salido del huevo.
Género l-Ionio Mícn1bros actuales y extintos de la especie La subclase de los terios, que no pone huevos 1 se divide en dos infracla-
hun1ana
·ses vivientes: los n1et<Herios, o 111arsupiales, y nuestra propia infraclase 1 los
Subgénero eutcrios. La característica principal de los euterios es la presencia de la
Especie I-Ion10 stlpiens Especie hun1ana 1noderna placenta, una singuhu· estructura nutricia y de intcrcan1bio de desechos que
asegura el desarrollo del feto dentro del cuerpo de la niadr.e. Los n1etaterios
Subcspecie I-Jo1no sapiens sapiens Todos los seres huinanos conte1nporáneos
carecen p;Jrcial o totaln1cnte, de estructura placentaria. En efecto, 1nuchos,
1

aunque no todos 1 tienen una bolsa externa en la que la din1inuta cría recién
* Los vocablos prhnate, antropoide, hominoide y homínido se emplean a menudo nacida co1npleta su desarrollo fetal. Ade1nás de ejen1plos fan1iliarcs, con10
con10 términos informales. el canguro y la zarigüeya, los n1ctaterios presentan una variedad dcslun1-
brante de fonnas. Muchos viven una vida arborícola, alin1entándose de in-
sectos y frutos; unos son depredadores; otros excavan túneles; algunos
mente diferentes de los 1niembros del reino vegetal, de las bacterias, de las son acuáticos; otros saltan y se deslizan. lTay n1arsupiales que se parecen a
criaturas unicelulares (protistos) y de los hongos. . los ratones y otros recuerdan a los zorros, los visones, los lobos y las ar-
1~an1bién pertenecen1os al filo anÍlnal de los cardados c~yos 1n1en1bros dillas. Estas sen1cjanzas revisten gran interés teórico porque no se deben
poseen: (1) un notocordio, una estructura en fonn~ de bastan que propor- al hecho de descender de un antepasado co1nl1n 1 sino a adaptaciones a
ciona soporte interno al cuerpo; (2) bolsas bl'anquzales, aberturas laterales condiciones ecológicas sin1ilares.
34 Introducción a la antropología general Genealogía y naturaleza hu1nanas 35
Nuestra infraclase, los euterios, co1nprende 16 órdenes, incluyendo, der _s_us extremidades delant~ras. Esta capacidad explica la distinción entre
por eje1nplo, los insectívoros, carnívoros y roedores. El orden al que per- brazos y patas. Los brazos, en conjunción con una rnano prensil, ?.~----~-~_ap­
tenece1nos nosotros se lla1na prin1ates, un taxón que abarca a n1onos, si- tan _~~-~n a las funciones de explorar el espacio bajo las hojas y entre las
mios, tarseros, lé111ures y otros parientes cercanos. r?_t:ria_s_,__de _aga_rr_?J y acercar frutos y bayas, y de capturar pequeños_ a1)]1!1a-
les e insectos.
El orden de los primates

Los tnamífetos prin1itívos tenían garras, el pulgar y el prüner dedo del


pie no oponibles y ojos colocados lateralmente. La principal dirección d<>
la e_volución de los prin1ates se caracteriza por la sustitución de las garras
por uiías planas, los pulgares y dedos del pie no oponibles por pulgares y
dedos. oponibles y los ojos colocados lateralmente por ojos colocados de~
lante. dela cara (cf. Schwartz y otros, 1978). Estos cambios solían explicarse
como adaptaciones a un estilo de vida propio de hábitats boscosos que Musarniia arboricola
implicaba trepar y saltar profusamente: los dedos oponibles y sin garras
para asir las ra1nas y saltar de árbol en árbol; los ojos orientados frontal-
111ente para la visión estereoscópica con el fin de correr y saltar a gran altura
por enciina del suelo. :p~r9 __ la vida arborícola no es suficiente para explicar
las _priin_eras fas_es de la evolución de los prin1ates. Por ejen1plo, las ardillas
c·arecen de los tres rasgos anteriores y, sin e111bargo, son consun1ados acróba-
tas aéreos. Parece probable que las funciones de asin1iento de las 111anos y
pies Je los prin1ates evolucionaron para facilitar 111ovÜTIÍentos cautos, bien FrG. 3.1.-Fonnas de asir de los pri?nates.
controlados, en busca de pequeños anin1ales e insectos entre las ran1as y
hojas más bajas de los hábitats boscosos. La v!sión estereoscópica de los pri-
111atcs se asemeja a la de los gatos y aves depredadoras, que tan1bién han 3. Agudeza visual.-~0~ ___9j9_~ . -sie_ los __ ptünates _son gran9~s y proporcio-
evolucionado en relación con la depredación de pequeños anünales e in- nados a la superficie facíál, y están siJJJJ!<l_os __ not111alinente__en la parte de-
sectos (Cartmill, 1974). La aportación de los primates a la naturaleza hu- lantera ~e la cabeza en vez de a los lados. ~--?.~?- _disposición sirve para
111ana se puede sintetizar en siete enunciados, cada uno de los cuales está Producir la visión estereoscópica y la capacidad para evaluar distancia.s, que
r.~Jaci_onado, hipotéticarncnte, con la necesidad de alirnentarse, desplazarse resultan vitales en un _hábitat bo_scoso. La n1ayor parte de los prunates
o reproducirse en un hábitat boscoso. iíl~111b-léri -\;e- -foS colores·. Pero en contraste con su bien desarrollado sentido
de la vista, su olfato es relativan1ente pobre. Muchos otros 111:p11íferos ob-
l. Manos y pies prensiles.-Los primates se desplazan subiendo y ba- tienen la niayor parte de su ínfor111ación olfateando el n1edio an1biente y
jando por los troncos de los árboles y a través de las ramas de los árboles los ojos se localizan detrás de sus hocicos. Los p_<,::xros. 1 por ejen1plo, carecen
1nediante rp_a_110.s____ y __ pie_s c_ap_aces de coger _y agarrar. Se dice, por eso, que de visión estereoscópíca y sólo ven en tonos blancos y negros. S911 litcral-
sus dedos flexibles, en especial el pulgar y el dedo gordo del pie, son pren- 1:ii_e11t.e ___c_onducidos poi· sus _narices. _El e111plaza1niento de los ojos en los pri~
silu._ En muchas especies de primates, el dedo gordo del pie, además del niates está relacionado con la prensilidad y n1ovilidad de sus extren1idades
Pulgar, es tan1bién oponible: su ye1na puede tocar las de los den1ás dedos. delanteras. La -~Ji_1nen_t_ ac::i_ón típica de los prünates ün_plica_ una_ acción de
Estrechan1ente asociada a la prensilídad está la ausencia o reducción de las asÍlniento p_ara-- Ifevarse los objetos a Ja boca, donde _son exan1inados por
gatras utilizadas por otros órdenes de 1na1níferos para trepar, depredat y los ojos antes de ser ingeridos. En can1bio, 19_;;, _n1a_1)1íferos con hocico exa-
defenderse. En efecto, la niayor parte de los pritnates tienen ufias planas, 111inan su alin1ento fundan1entaltnente n1ediante el sentido del olfato.
que refuerzan y protegen las puntas de sus dedos sin obstaculizar la prensi-
lidad (fig. 3.1). 4. Un núniero __1_·_ed_u.c;__id,q ___ de _cría_s por P_Cltto,_._-A un ?~ti yo n1a111ífero
arborícolíl<iú-e_--:·1:e_c_o_1T~ __ l_a_rgas distancias_ le resultaría difícil cuidar de una __ _
2. Fuucioues especializadas de las extremidades delanteras.-Los pri- gran ca1nada. J)ebido a ello 1 los prin1ates no suelen tener niás de dos o
1nates tienen una c_~P-ªS_i_q_a_d ___1nuy desatrollada para girar, flexionar y extcn- t.~-~e_s_ c_~J~_s_ p9i: _p_ax.to_ y 1 _ en, 1nuchas especies, la regL1__ es i¿n_g___ ~ol_a _cría.
36 Introducción a Ja antropología general Genealogía y naturaleza huinanas 37
5. Prolongación de la gestación y la infancia.-1.. a n1ayor parte de los prÍlnates n1ás sociales. Nuestro cerebro es, sobre todo, una consecuenci11
órdenes de 1na1níferos cuyo éxito reproductor depende de un gran nún1ero evolutiva de nuestra excepcional sociabilidad.
de crías por parto tiene cortos períodos de gestación seguidos por un rápido
inicio de la n1adurez sexual y del estado de adulto. En este tipo de n1an1í-
feros los elevados índices de natalidad sirven para con1pensar los naci1nien- El suborden de los antropoides
tos anonnales. Un~ alta_ proporción de los individuos de la can1ada nacen frente al suborden de los prosimios
inuertos o son ellininados poco después del nacin1iento con10 consecuencia
de- la cü111petencia entre los con1pañeros de can1ada por la leche, protección ~l _orden de los prin1ates con1prende dos subórdenes: .antropoides ___ y
y cuidados de la n1adre. ~g~ __ pr,ít}?:~~e~-~--cn ca1nbio, _se _concentra11 en.una sola prosun1os. ~os 1_11011os, _los gtandes siinios _y los_ seres hun1anos pertenecen
criatura a la vez y le proporcionan grandes cuida4os hasta que se desarrolla ... a~ pri1nero de estos s~bgrupos. El de los prosin1ios se halla integrado por
10 _ ?tlficíente con10 para ·poder ali1nentarse por sí n1isn1a. Con1paradas con len1ures, tarseros, lor1s y (tal vez) 1nusarafias arborícolas. Estos prin1os
C-1 l·Csto del reino a~í1nal, todas-las 1nadres pritnates 111ünan a sus crías. nuestros nlenos conocidos se encuentran en Afríca, Madagascar, India y
el Sudeste asiático .. Desde los puntos de vista biológico y conductual, nlu-
6. Co1nplejidad de la conducta social.~Otra de las consecuencias de chos de los prosinuos parecen estar a tnedio can1it10 entre los antropoides
no tener grandes camadas es que 1ª~_ _ p_au_ta~ de con_ducta de los_ prÍlnates y el orden n1an1ífero de los insectívoros. Por otra parte, a los antropoides
so_n __n1_uy sociales. Se deriva esto de la pr_olonga_da relación n1adre-hijo y de se 1~s deno1nina a veces «prin1ates superiores». 'l'icnen cajas craneanas
los __ i_1_~~ens.os cuicl_ados _pi:o_digados a cada crí_a. _La destreza 1nanual ta1nbién relat.1van1entc 1nás grandes y redondas, caras nlás planas y labios superiores
iñC-ren1enta la interdependencia social, puesto que pertnite a los priinates nlóvtle_s separa~os de las encías. Esto últín10 es in1portante para producir
a_<)calarse ___1nutuan1ente. La n1ayor parte de los prin1ates pasa su vida con10 expresiones faciales, que a su vez figuran en el desarrollo de las forn1as
i~1{en1bro de un grupo (no necesariaincnte aquél en que ha nacido) que 1nás avanzadas de la v!da social de los prin1ates. Los 1oris y los lé111urcs
~oopera en la b(lsqueda de alin1entos y en la defensa contra los depredado- (pero no los tarseros) tienen sus labios superiores unidos cxtcrnan1entc a la
res._ La vi_da en grupo se ve facilitada por siste1nas de con1unicación relati- nariz por una tira el.e piel hú1ncda Jlan1ada rhinariunt que ta111bién se puede
va111~_11__te__ c91nplejos, consistentes.en señales que indican la presencia de alí- observar en los hocicos de gatos y perros. Los hun1anos alardea1nos de una
rííCJ11:os, .Peli_gro, interés sexual y otras cuesti.ones cruciales. Los pri1nates nariz seca y de un labio superior seco y velloso. Pero los caballetes vertica-
neccsítan con1pafieros sociales no sólo para sobrevivir física1nente, sino tan1- les que conducen a nuestra nariz sugieren que alguien en nuestro árbol
genealógico tuvo un rhi11ariu111.
bién para n1adurar einocíonalinente. Muchos estudios han de1nostrado que
los n1onos criados en aislan1iento 1nanifiestan graves sínto1nas neuróticos,
con10 titnidez o agresividad excesivas (cf. I-Iarlo\v y otros, 1966). Las superfamilias de los antropoides

7, De.s_arroll9 de.l cerebro.~La n1ayor parte de los prín1ates presenta El suborden de los antropoides se con1pone de tres superfa1nílias:
una razóñ·-·alta entre los pesos cerebral y corporal. Cada una de las anterio- (1) los ccboides, o n1onos del Nuevo Mundo; (2) los cercopítecoides, o mo-
res consecuencias de la __ v~Q_a __arborícola proporciona la oportunidad o la nos del Viejo Mundo, y (3) los h 0 minoides, que comprenden todas las espe-
i:!_~_ce_si_cfad _de cerebros 1TiáS- cotnplejos. El 1nedio arbóreo, con su follaje azo- cies. _f.ósi_les y conten1poráneas de sin1ios y seres hun1anos ,., . Los 1nonos del
tado por el viento, rociado por la lluvia y n1oteado de luz, requiere una Viejo y del Nuevo Mundo tienen diferentes estructuras dentales que indi-
constante labor de vigilancia y de interpretación. Las 1naniobras explorato- can una antigua separación del tronco pritnate o prositnio co1nún. Los tno-
rias de las extren1idades delanteras y d~dos, así con10 su capacidad de acer- nos del Viejo Mundo tienen la lla1nada fórn1ula dental cercopitccoide:
car los objetos a los ojos para su exainen, requieren tan1bién con1plejos cir- 2.1.2.3
cuitos neurales. Pero el factor 1nás itnportante de todos es el alto nivel de (fig. 3.2). Las cifras encima de la línea designan, de izquierda a
interacción social. No es accidental que lq_s___ p_ritp_<ltes sean los n1a1níferos 2.1.2.3
1nª.s--....~<_cexebrales» y 1nás sociales. La depe-ndCl1cía prolongada de las crías detecha, el nún1ero de incisivos, caninos, pre1nolares y 1nolares en un cua-
¿;fin1ates, el gran volun1en de inforn1ación auditiva, visual y táctil intercan1- drante superior del inaxilar; las que están debajo, su número en un cua-
biada entre n1adte y prole, los juegos entre los adolescentes y el acicala-
111iento mutuo entre los adultos pr_esuponen una considerable capacidad ,., Algunos taxono1nistas distinguen dos infraórdenes dentro de los antropoides: ca-
para adquirir, al1nacenar y recordar infor1nacíón. No es tatnpoco casualidad tarrinos Y platirrinos, perteneciendo las superfamílias de los ccrcopitecoides y ceboides
al primero y al segundo respectivainente. No hay ningún acuerdo, sin embargo, en
que los hun1anos, los inás inteligentes de los primates, sean ta1nbién los
que esta distinción sea pertinente para Ja ascendencia de los homínidos.
38 Introducción a la antropología general Genealogía y naturaleza humanas 39
drantc inferior. (EJ nún1ero total de dientes es igual a dos veces su nú!Tiero alcanzar las ramas niás altas poi- encin1a de sus cabezas y con la propulsión
en el cuadrante superior n1ás dos veces su nú1nero en el cuadrante inferior.) iniciada por Jos brazos a través de espacios abiertos. Este balanceo de ran1a
2.1.3.3 2.1.3.2 en ran1a 1nediante los brazos se llan1a braquiación.
'Todas las fan1ilias ccboides tienen estructuras del tipo o --- . Tres de los hominoides vivientes -el Homo sapiens, el gibón '): el
2.1.3.3 2.1 .3.2 s1a1nang- rara vez se desplazan a gatas. El gibón y el sian1ang son iinte
(Si les han salido las 1nuelas del juicio, pueden descubrir que co1npartcn todo braquiadores que se balancean de ra1na en ran1a con las patas enco-
2.1.2.3 gidas contra sus cuerpos, propulsados a través de graciosas trayectorias
con los cercopitccoidcs la estructura ----.) gracias a sus brazos, extraordinarian1ente largos y fuertes.
2.1.2.3

FrG. 3.2.-Dentición de los


lllonos del Vicio Afundo (arri-
ba); dentición de los 111011os
del Nuevo Mundo (abajo).
FIG. 3.3. -Gorila (izquí~rdaJ;
'Hon;o sapiens (derecha). Hombre
Características de los hominoides

Los honJinoides difieren de los antropoides por la forma de desplazarse Aunque el chin1pancé, el gorila y el orangután ta1nbién tienen brazos
y_ pól:'~fa~ posturas que adoptan cuando se alüncntan. La n1ayor parte de largos, los individuos adultos son den1asiado grandes y pesados para bra-
los antropoides son capaces de una gran variedad de 111ovitnientos y pos- quear con energía. Sin e1nbargo, sacan partido de sus largos brazos cuando
turas, tales como andar, correr, ir a gatas o 111antenerse de pie; suspender- practican la alin1entación en suspensión: se suspenden con la ayuda de
se de una, dos, tres o las cuatro extren1idadcs; balancearse con uno o los los brazos y los pies prensiles, estirándose para arrancar sabrosos bocados
dos brazos; saltar y brincar. Pero otros prí1nates realizan sólo algunas de de ran1as que no podrían aguantar su peso. Ade111ás, los siinios africanos
estas posibilidades. A diferencia de los hominoides, la mayor parte de los han desarrollado forn1as especiales de andar en el suelo destacando 1 en
monos son pequeños anünales arborícolas que se deslizan a gatas por las este sentido, el chilnpancé y el gorila, que pasan la n1ayor Í)arte de sus días
ramas de los árboles y que, para alimentarse 1 se sientan erguidos sobre una sobre el suelo. En esto se parecen a los 1nonos que viven pertnanente1nente
ran1a. Algunos de los n1onos 1nás grandes han desarrollado colas prensiles) en el sue10 1 con10 los babuinos. Pero 1nientras que los babuinos 1nantienen
que les ayudan a agarrarse a las ran1as pequeñas cuando se abren paso en su forn1a de andar cuadrúpeda can1inando sobre las paln1as de las 1nanos 1

busca de ra1nitas con frutos y hojas delicadas. En algunas especies n1ás los gorilas y los chitnpancés andan sobre los nudillos: sus largas extren1ída-
grandes, la forn1a de andar cuadrúpeda se con1ple1nenta con la capacidad de des delanteras se unen en el codo fonnando una línea recta rígida y su 1
Introducción a la antropología general Genealogía y naturaleza hun1anas 41
40

peso hacia delante descansa sobre los nudillos. Los orangutanes, que pasan su oponíbilídad. Mientras que el pie de los póngidos puede ser utiliz,1do
1nucho 1nás ticn1po en los árboles 1 andan norn1aln1entc apoyándose sobre para tocar y asir objetos, el pie de los hu111anos se ha especializado en estar
de pie, andar y correr (fig. 3.4). ·
los diversos lados de Jos puños durante sus raras visitas al suelo ('futtle,
1969; Napier, 1970). Los largos brazos móviles de todos los póngidos vi-
vientes (siniios) sugieren que sus antepasados fueron poderosos braquia-
dores que practicaban la alin1entación en suspensión.
'fa1nbién es posible que el !Jonio sapiens tuviera antepasados braquia-
dorcs que practicaban la alünentación en suspensión, puesto que ta1nbién
teneinos brazos n1óviles bastante largos en co1nparación con la longitud
de nuestros troncos. En nuestro caso, sin e1nbargo, la capacidad de bra.:'
quíacíón fue casi totaln1ente abandonada en favor del bipedisnzo. Esto ha
llevado al alarga1niento de nuestras piernas hasta un punto que no conoce
parangón entre los hominoides (fig. 3.3).
l'iay que añadir tal vez que los hon1inoides son probablen1ente 1nás in-
teligentes que los de111ás prÍlnates, con10 sugieren los recientes experünen-
tos con la enseñanza de for1nas de co111unicación a gorilas y chiinpancés Dedo pulga• Calcáneo
(véase cap. 23).

La familia de los homínidos frente a la familia de los póngidos


y los hilobátidos

La superfamilia de los hominoides comprende tres familias: (1) los


Ho111inidae todas las variedades de hon1ínidos de los que el Flon10 sapiens
1

es el único representante superviviente; (2) ·Jos póngídos, todas las varie·


dades, conten1poráneas o extintas, de si111íos, salvo el gibón y el sia111ang,
y (3) los hilobátidos, el gibón y el siamang y sus antepasados fósiles.
Desde un punto de vista anatón1ico, las diferencias n1ás llan1ativas entre
los homínidos y los póngidos están todas relacionadas con el desarrollo del
bípedis1110 entre los hoinínidos. Con10 veren1os con 111ás detalle en el si-
guiente capítulo, los ho1nínidos abandonaron la alin1entación en suspen-
sión y la braquiación en favor de una vida que transcurría, en su n1ayor
parte,_ en el suelo y en un hábitat relativan1ente abierto o del tipo de la
sabana. De este catnbio básico de hábitat y niodo de andar surgieron una FIG. 3.4.-Ph, ht11ncu10 (arri-
serie de adaptaciones anatótnicas y conductuales que separaron a los hon1í- ba); pie de gorila (abajo).
nidos de los grandes sitnios. Para con1prender quiénes son1os debe111os en1-
pezar por el suelo. Al principio fue el pie.
2. Brazos _y 1na11os.-La gran ventaja del bipedisn10 de los hon1ínidos
estriba en que deja libres las n1anos y los brazos. El" goríla 1 el chi111pancé
l. El _pie.-La forma de andar bípeda fue posible graCias a una ex-
y el orangután dependen de sus brazos para la braquiación o para andar
tensión hacia atrás del hueso del talón y a una realineación del dedo gordo
en posición sen1icrecta. Los ho111ínidos son los únicos anin1ales que pueden
del pie. La fuerza de elevación de los músculos de la pantorrilla levanta el
recorter có111oda1nente largas distancias en el suelo 111ícntras llevan objetos
hueso del talón. Después, el apalancarniento contra el dedo gordo del pie
pesados en sus n1anos. Adcn1ás, la destreza n1anua1 de los hon1ínidos es
transmite un in1pulso hacia delante y hacia arriba. Los arcos que se extien-
insuperable; en el gibón y en el orangután, las necesidades de trepar y de
den desde la parte delantera a la trasera y de lado a lado mantienen elásti-
braquiación han reducido el ta111año y destreza del pulgar. El chi111pancé
ca la acción. El dedo gordo del pie humano, a diferencia del de los póngi-
y el gotila son bastante diestros, pero nuestro pulgar es n1ayor 1 1nucho n1ás
dos, se alinea con el resto de. los. dedos y ha perdido prácticamente toda
42 Introducción a la antropología general ( ;cncalogía y naturaleza hu1nanas 43

1nusculoso y n1ás flexible. La longitud y fuerza del pulgar hunu1no· nos anirnal que se desplaza a gatas se ttanstnite por la pelvis a las extre1nidadcs
penniten un asin1Íento extraordinaria1nente preciso, fuerte pero delicado. traseras. Entre los póngidos, las extre111idades traseras soportan un por-
Este asin1icnto, que es casi un rasgo tan distintivo de la hun1anidad con10 centaje 1nayor del peso total del cuerpo. La pelvis del chiinpancé, por
el bipedisn10 y el ta111año del Cerebro,_ ha ayudado a convertirnos en los eje1nplo, 1nuestra cierto aplananliento y robustecin1iento debido al íncr~-
supren1os artesanos del reino ani111al. 1nento de la función de sostener pesos. Pero en los hon1ínidos, la p~lv1s
tiene for1na de cuenca, y el centro de gtavedad del cuerpo pasa dir~cta­
3. Las extreniidades ínferiores.-En relación con la longitud del mente por ella (fig. 3.5). La conformación de la pelvis humana en forma
tronco, las piernas hun1anas son las n1ás largas entre los ho1ninoides de cuenca se con1pleta con vértebras que se doblan hacia adentro y liga-
(fig. 3.3). La gran pantorrilla de nuesttas extrcn1idades inferiores es dis- n1cntos en la base de la colun1pa vertebral que cierran la parte inferior de
tintiva; los grandes sitnios carecen de n1úsculos pron1ínentes de la panto-.. la cavidad pélvica. Unaimportante función de la pelvis consiste en propor-
trilla. Aún es n1ás hu111ana la in1ponente n1usculatura glútea que, cuando no cionar acopla1nientoS a los fuertes n1úsculos que controlan las piernas. La
nos sentan1os sobre ella, proporciona gran parte de la fuerza para can1inar forina de cuenca o anillo de la pelvis hu1nana con sus dos cías a 1nodo de
cuesta arriba, enderezarse después de agacharse, correr y saltar. anchas hojas incre1nenta la fuerza efectiva de toda la 1nusculatura que
4. El cinturón pélvico.-En los 1nan1íferos cuadrúpedos, la pelvis pre- interviene en la posición erecta. Los tnlisculos fijados a estas cías y a otras
senta el contorno de un estrecho tubo al que se fijan las cxtren1idades partes de la pelvis ta1nbíén proporcionan gran parte de la fuerza para mover
traseras forinando casi un ángulo recto. Casi la niítad del peso de un las extre1nidades inferiores.

llium

.F1G. 3.5.-Pelvis hun1a11a (arriba);


pelvis de chi111pancé {abajo). F1G. 3.6.-Columna vertebral de gorila (izquierda); columna vertebral htonana (derecha).
45
44 Introducción a la antropología general c;encalogía y naturaleza huinanas

5. La colunn?t1 vertebral.~Para posibilitar la postura erecta, la co- occipitales están muy próxin1os al centro de gravedad de la ca?eza. Nuestra
lun1na vcrtcbnd hun1ana ha desarrollado una singular curva en la región cabeza casi se balancea por sí sola en lo alto de la curva cervical; por ello,
lu111bar (fig . .3.6). Aquí, la colu1nna se encorva hacia delante por cncin1a sólo necesiu11nos en el cuello unos 111úsculos relatíva1nente pequefios; te-
del ccnlro de L1 pelvis y, al encontrarse con la pelvis, vuelve en sentido nen1os un cuello distintivan1ente largo y delgado.
inverso para [orinar una hoz con el 1nango arriba. Sin esta curva, el centro
de _gnn1cdad del cuerpo se alteraría> y la gente tendería a dcsplo1narse hacia 7. El cráneo -La pa1te posterior del c1áneo a la que se fijah los
atrás. Aunque es capaz de soportar setecientas libras o i11ás, nuestra c0Ju111- músculos del cuello se llama el plano de la nuca (fig. 3.8). Entre los pón-
na vertebral est<i sujeta a un funcionan1iento defectuoso. Las fuertes pre-
siones sobre los discos cartilaginosos entre las vértebras producen hernias,
alinean1íentos defectuosos y «dolores de espalda» específican1ente hu111a-..
nos. En su extre1no superior {la región cervical) la colun1na vertebral
hu1nana se curva hacia delante, después hacia arriba y ligeran1cnte hacia
atrás, y se articula con nuestro cráneo en un punto próxin10 a su centro de
gravedad. Las vértebras cervicales del hon1bre carecen de las largas pro- Toro
supraorbitario
longaciones espinosas hacia atrás que sujetan los grandes 111úsculos del
cuello del gorila (Harrison y Montagna, 1969).
Arco
6. El cuello.-I..a cabeza gira en lo airo de la columna vertebral sobre cigomático ...,..,
un par de protuberancias óseas situadas en la base de nuestros cráneos.
Estas protuberancias se ll.an1an cóndilos occipitales (fig. 3.7). En los pón- ~'Jd~/¡·f
't:
. '·
-·'"..·O- Ramus
·1
i
Plano de la nuca
gidos la mayor parte del peso de la cabeza se desliza hacia adelante de los ::.:" :' J Foram~n magnum
puntos giratorios. Los fuertes n1úsculos del cuello necesarios para la estabi- ' :::_JI
lidad oscurecen totaln1ente el contorno esquelético de la región cervical Mandibula
del gorila. Los hon1ínidos n1odernos son diferentes; nuestros cóndilos

FrG. 3.8. ~Cráneo hunuino


(arriba); cráneo de gorila
(abajo).
·f
. ~ ··.
gidos, este área es n1uy grande y se eleva fonnando un ángulo .abrupto con
el resto de la cabeza en la cresta de la nuca. En el Ilo1110 saptens la cresta
de la nuca está ausente, el área del plano de la nuca se ha reducido. 1nucho
y su posición se encuentra debajo, en vez de en la par~e post~r~or, <lel
cráneo. Esta nueva disposición proporciona un contorno lrso, esfenco ª.,la
parte posterior del cráneo hu1nano. La redondez continúa en la regton
Fit>. 3.7.-Base del cráneo
htonano. frontal y está claramente relacionada con el hecho de que nuestro cerebro
46 -Introducci6n a la antropología general Genealogía y naturaleza humanas 47

es el más grande y pesado de los cerebros de los primates. Visto desde no tienen que ser masticados tan vigorosamente como los crudos, puede
atrás, nuestro cráneo se distingue por sus escarpadas paredes laterales. Su ser el factor responsable del reducido tamaño de nuestros maxilares.
anchura máxima se alcanza encima, en lugar de por debajo, de los oídos.
La cabeza de un gorila es más imponente que la nuestra, pero el espacio 9. Maxilares y dientes.-Nuestro equipo masticador es uno de nues-
disponible en su interior es mucho más pequeño. G ran parte de su cráneo tros rasgos más importantes y distintivos. Nos basamos en los fragmentos
se halla ocupado por gruesos huesos y prominentes crestas, que sirven fosilizados de maxilares e incluso de dientes sueltos para trazar la filo~enia
como acoplamiento para los músculos y como refuerzos estructurales. Tales de los homínidos y distinguir entre taxones de homínidos y póngidos. Los
crestas, como veremos en el siguiente capítulo también se hallan en algunos póngidos modernos tienen una arcada dental en la que largas hileras en
homínidos extintos . paralelo de molares y premolares se unen por una curva de caninos e inci-
sivos en forma de U . P or contraposición, la arcada de los homínidos es
8. La cara y el maxilar superior.-Entre los póngidos, la cara conti- parabólica o redondeada y está muy comprimida para conformarse a su
núa extendiéndose más allá del plano de la frente. El corrimiento hacia ade- ortognatismo. Los incisivos y caninos de los póngidos son grandes en
lante continúa en el maxilar superior, lo que da lugar a una forma deno- comparación con sus molares e imponentes en comparación con los incisi-
minada prognatismo (véase fig. 3.8). En cambio, el maxilar superior de vos y caninos de los homínidos; los incisivos y caninos de un homínido son
los seres humanos actuales es ortognato; se alinea verticalmente con la pequeños en comparación con sus molares (fig. 3 .9).
frente, directamente bajo las cuencas de los ojos. En los gorilas, hay una
gran barra sobre los ojos denominada toro supraorbitario. Esta estructura Estas diferencias implican adaptaciones alimentarias radicalmente dife-
protege la parte superior de la cara de la enorme presión provocáda por rentes. E l imponente tamaño de los dientes delanteros de los póngidos
los imponentes maxilares y los poderosos músculos masticadores del gorila. está probablemente relacionado con el uso de los incisivos y caninos para
Con la excepción de ciertas especies extintas, los homínidos tienen maxi- cortar y desgarrar la cubierta exterior de vegetales leñosos, como el
lares más pequeños, músculos masticadores menos poderosos y un toro bambú, y la cáscara dura de los fru tos del bosque y el apio silvestre. La
supraorbitario más reducido. La introducción de alimentos cocinados. que estructura dental característica de los homínidos (incisivos y caninos pe-
queños en relación con grandes molares) sugiere una dieta diferente, basa-
da en sustancias q ue los dientes delanteros transforman fácil mente en
trozos del tamaño de un bocado, pero que después deben ser trituradas y
molidas durante· bastante tiempo antes de poder ser ingeridas. Tras sus
estudios sobre babuinos que comen hierba y semillas, Clifford Jolly (1970)
ha desarrollado la teoría de que . los rasgos distintivos de la dentición de
los homínidos eran adaptaciones a alimentos pequeños y duros como semi-
llas de gramíneas, tallos y raíces arenosas. Esta dieta exige la transforma-
ción de grandes cantidades de productos pequeños y/o arenosos. Para sub-
sistir, el animal debe afimentarse con frecuencia, y los molares deben utili-
. zarse casi ininterrun:ipidamen te, moliendo y triturando las semillas y tallos.
La importancia de los dientes para moler y triturar en la adaptación de
nuestros antepasados viene sugerida por el modo flexible en que está en-
cajado nuestro maxilar inferior, lo que permite movimientos rotatorios de
atrás hacia delante y de lado a lado cuando masticamos.
O tro rasgo evocador de la pauta de moler y triturar es el brote retar-
dado de los molares en los homínidos de tal forma que cuando se desgastan
los molares delanteros, se sustituyen por molares jóvenes en la parte de
atrás . Un aspecto final de esta pauta consiste en que los molares de los
homínidos son más altos que anchos o largos. Este es otro rasgo que pro-
porcionaría una ventaja selectiva al resistir el desgaste producido por una
Pre. 3.9. - Maxilar de gori-
acción prolongada de moler (Simons, 1968; Simons y Ettel, 1970.)
la {arriba) ; maxilar humano Otro rasgo definitorio de la dentición de los homínidos consiste en que
(abajo). nuestros caninos sólo sobresalen un poco o nada por encima del nivel de
48 Introducción a la antropología general Genealogía y naturaleza humanas 49

los dientes adyacentes. Por contraposición los caninos de los póngidos, en


1
celo, sino que pueden servir con10 base para la for.n:ación de ví~culos
especial, los caninos superiores, son tan grandes que necesitan espacios en la sexuales de laroa duración. Al 111is1no tíe1npo, la debilidad de los r1tn1os
arcada opuesta para que los n1axilares cierren herinétican1entc. Estos cani~ biológicos que ;igen la sexualidad supone que las relaciones varón-hen1bra
nos son cspecialincntc visibles entre los 1nachos de los póngídos. Aden1ás son n1ás fáciln1ente n1ol<lcables por convenciones culturales. Estos rasgos~de
de desgarrar tallos y frutos, se usan para an1enazar a los depredadores, y la sexualidad hun1ana contribuyen a explicar el hecho de que los s~res
a las hen1bras y n1achos 1nás jóvenes. I)ucsto- que no tenc1nos ni grandes hun1anos sean los únicos anin1ales que co1nbinan las dos siguientes fori'nas
caninos ni otros grandes dientes, nuestros inaxilares han perdido la capaci~ de cooperación entre los sexos:
dad defensiva u ofensiva a que sirven en 1nuchos otros anímales (Sheets y
Gavan, 1977). l. An1bos sexos traen con regularidad diferentes alí1nentos para su
La estructura básica de la dentición de los hon1ínidos no corrobora el- n1utua distribución y consuinen en coinún las conüdas resultantes (Isaac,
estereotipo popular, de que nuestros antepasados eran «siinios n1atadores» 1978).
sedientos de sangre. De hecho, la verdad parece ser justan1ente lo contrarío 2. An1bos sexos proporcionan en con1ún con1ída y refugio a los recién
(véase p. 76). Los seres hu111anos, privados de caninos, provistos de ufias nacidos y jóvenes.
en los dedos de las 1nanos y los pies en lugar de garras, so1nos, aunque
parezca extraño, criaturas anatón1ican1ente inofensivas. Desnudos, sin arn1as
o conocin1ientos de judo o kárate, nos resultaría práctica1nente ünposible Lenguaje y cultuta
111atar a cualquier anin1al grande, incluidos nuestros propios congéneres
adultos. (Los puños, tan Ílnportantes en las peleas de las películas nor- Muchos anín1ales poseen tradiciones aprendidas q1.Jc se transn1itcn de
tea1nericanas, son den1asiado frágiles para causar heridas 1nortales, y los generación en generación y que constituyen una forn1a rudilnentaria de
que pegan patadas descalzos se ron1pen los dedos.) cultura. Con10 veren1os en el siguiente capítulo, los chiinpancés y otros
prin1ates fabrican y cn1plean útiles con10 consecuencia de este aprendizaje.
Sin e1nbargo, sólo entre los ho1nínidos la cultura se ha convertido en una
La sexualidad de los homínidos fuente pri1naria de conducta adaptativa, niás in1portante que la evolución
biológica que in1plica can1bios en las frecuencias génicas. Segura1:1ente, lo.s
I:n todos los prin1ates, salvo en los seres .hun1anos, la hen1bra sólo se hon1ínidos 1nás antiguos, con su capacidad para sostenerse .de pie y canu-
n1ucstra sexualn1cnte receptiva durante unos días antes y después de que nar erguidos y sus extren1idades delanteras con1pletan1ente libres de la fun-
el óvulo rnaduro pase del ovario al útero. Este es el período en que se ción de locon1oción y sostén, fabricaban, transportaban y en1pleaban con
debe producir la fertilización para que el óvulo quede in1plantado en la eficiencia un repertorio de útiles con10 1nedio principal de subsistencia. Los
pared del útero. Con la n1aduración del óvulo, la he1nbra de los prin1ates n1onos, en can1bio, sobreviven pcrfectan1ente sólo con el inventario n1ás
1nuestra una receptividad sexual de acuerdo con ritn1os n1ensuales o esta- sin1ple de tales útiles. L.os hon1ínidos, antíguos y rnodcrnos) probabl.en1en.te
cionales. Mediante señales olfativas y visuales atrae ~d n1acho a la copula- han dependido sien1pre de alguna forn1a <le cultura para su propia exis-
ción. En algunos prin1ates) las hen1bras en celo 1nuestran hinchazones tencia.
policron1a::; en la región del ano y de la vagina. Por ejen1plo, la receptívídad Estrechan1ente ligada a la capacidad de adaptaciones culturales está la
sexual en los chin1pancés se exterioriza nicdiantc una hinchazón de color capacidad exclusivan1cnte hun1ana del lenguaje y de sisten1as de pcn~an1ie.n­
rosado brillante en la piel ano-genital, y durante este período se ha llegado to dependientes del lenguaje. Aunque otros prilnates usan con1ple¡os s1s-
a observar hasta veinte n1achos copulando con una n1isn1a hen1bra (Van ten1as de señales para L1cilitar la vida social, el lenguaje hun1ano difiere
La\vick-C;oodall, 1965). Sin en1bargo, algunos chin1pancés fonnan parejas cualitativan1entc de todos los den1ás sistcn1as de con1unicación anii11al. Los
de consortes durante este tien1po. rasgos privativos del lenguaje hun1ano, que analizaren1os en .el capítulo 23,
Aunque el ciclo inenstrual de la he1nbra hun1ana se parece en n1uchos provienen indudablcn1cnte de adaptaciones genéticas relacionadas con la
aspectos al de los póngidos y otros prin1ates, no hay signos externos que creciente dependencia de los hon1ínidos pri1nitivos de la cooperación social
indiquen el período de 111áxín1a fertilidad. De hecho) norn1aln1ente las 11111- y de n1odos de subsistencia cultnraln1entc adquiridos. l,as criaturas hun1a-
jeres no se dan cuenta de su propia ovulación. Co1no no hay signos claros nas nacen con un sisten1a de circuitos neurales que hace que aprender
del período fértil, la adaptación reproductora dC:' las hen1bras hun1anas de- a hablar sea algo tan natural para ellas con10 aprender a andar. f:',stos
pende de su receptividad sexual durante todo el ciclo del estro. Las circuitos a su vez representan el tipo de «instalaciÓJl» n1ental útil para una
relaciones sexuales hun1anas no tienen por qué ser, pues, esporádicas y criatura que necesita aln1acenar y transn1itir gran cantidad de ínforn1ación
discontinuas co1no en los anin1ales que tienen estaciones o períodos de no en los genes, sino en el cerebro.
50 Introducción a Ja antropología general Genealogía y naturaleza humanas 51

Resumen vínculos sexuales y a una n1ayor cooperación entre el varón y la hen1bra en


la subsistencia y en el cuidado y alünentacíón de los niños.
1:.':l I-101110 sapiens con1partc algunos rasgos con todos los aniinales. Los El rasgo inás característico de los hon1ínídos, o al 1nenos del Iion20
anin1alcs con los que con1partin1os 1nás rasgos son los cordadas, vertebra- sapiens, es su capacidad lingüística y cultural. En tanto que otros prin1ates
dos, tett·ápodos, n1an1íferos, terios, cuterios, prünates, antropoides y ho- poseen tradiciones aprendidas y, por consiguiente, culturas rudin1entari_íls,
n1inoídes. Los antepasados de cada uno de estos taxones fueron ta1nbién los en los hon1ínidos la cultura eclipsa a la herencia genética co1110 fuente ide
nuestros. Nuesttos parientes evolutivos 111ás cercanos son los den1ás n1ie111- can1bios adaptativos. Esta dependencia de la cultura está estrecha111ente
bros del orden de los prín1ates, en especial los n1icn1bros del suborden de relacionada con la singular capacidad humana para el lenguaje, y ambas
los antropoides. Co1npartin1os los siguientes rasgos con otros prín1ates: están relacionadas a su vez con la destreza manual conseguida gracias al
(l) manos prensiblcs; (2) piernas y brazos especializados en diferentes fun~ bipedis1no, la sustitución de maxilates y dientes por útiles y una coopera-
ciones; (3) visión estereoscópic'a y de los colores; (4) una o dos criaturas ción social intensa y a largo plazo basada en los vínculos sexuales.
por parto; (5) embarazos prolongados y un largo período de dependencia
infantil; (6) intensa vida social, y (7) grandes cerebros en relación con el
ta1nafio del cuerpo.
Es probable que todos estos rasgos representen respuestas evolutivas
con valor de adaptación a la vida arborícola en los bosques tropicales. El
suborden de los antropoides con1prende n1onos, siniios y seres hun1<H1os,
todos los cuales descienden de un antepasado prin1atc con1ún. Entre los
sin1ios, los póngidos -gorilas, chi111pancés y orangutanes -son los que
111ás se parecen a los ho111ínidos. Al igual que los póngidos, los hon1ínídos
probablcn1cntc tuvieron un antepasado braquiador que se alin1entaba en
suspensión, pero que después desarrolló otros n1odos especializados de an-
dar sobre el suelo. La 1nayor parte de los rasgos que distinguen a los
ho1nínidos de los póngidos están funcionalincntc relacionados con su pecu-
liar bipedismo, adoptado por los homínidos cuando abandonaron el hábitat
boscoso para trasladarse a un inedia 111ás abierto.
Del hecho de que los hon1ínidos tengan grandes n1olares y pequeños
dientes delanteros cabe deducir que, en un principio, su dieta se con1ponía
principaln1ente de scn1illas y otros alimentos arenosos n1ás que de carne o
frutos selváticos. Las adaptaciones distintivas de los hon1ínidos asociadas
al bipedismo y a la vida en un hábitat de sabana son: (l) un pie con doble
arco y dedo gordo no oponible y un hueso del talón de gran ta111año;
(2) n1anos y brazos especializados en asir con fuerza y precisión y trans-
portar objetos pesados; (3) grandes piernas con fuertes 1núsculos en la
pantorrilla y las nalgas; (4) pelvis en forn1a de cuenca o anillo para soste-
ner el peso de la parte superior del cuerpo y su jetar los músculos de las
extre1nidades inferiores; (5) curva lun1bar para niantener la postura erecta
del tronco y la cabeza; (6) pequeñas vértebras en el cuello debido a la
ausencia de grandes inúsculos; (7) un cráneo de superficie lisa y for111a
globular que se balancea sobre el cuello; (8) cara y maxilares ortognatos
relacionados con la cabeza globular y los reducidos n1Úsculos niastícadores,
y (9) caninos planos, reducción de los dientes delanteros y énfasis en los
n1olares especializados en rnoler y triturar pequeños alí111entos arenosos.
Los ho111ínidos ta1nbién poseen un distintivo ciclo de estro en el que
no hay signos externos de ovulación, asociado a un estrechan1iento de los

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