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Sirviendo A Dios en Los Ultimos Dias 2

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SIRVIENDO A DIOS EN LOS ULTIMOS DIAS

1 PEDRO 4

Al continuar, el apóstol Pedro comenzó a mirar al futuro y


dijo, en el versículo 3 de este cuarto capítulo de 1 Pedro:
"Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que
agrada a los no judíos, andando en lascivias, placeres
sensuales, embriagueces, orgías, excesos en la bebida
y abominables idolatrías."
Después de haber sido convertidos, seríamos muy
insensatos si desperdiciáramos nuestras vidas en las cosas
que hacíamos antes. En realidad, no podemos hacerlo.
Ahora estamos unidos a Cristo y no podemos dejarnos
arrastrar por el pecado del sistema de valores del mundo.
En nuestra nueva vida tenemos que vivir para Dios. Esta es
una gran verdad. La vida es breve, el tiempo se nos escapa
fugazmente. Y tenemos que reconocer que tendremos que
presentarnos ante Su tribunal antes de no mucho tiempo.
Dice este versículo andando en lascivias, placeres
sensuales, embriagueces, orgías, excesos en la bebida y
abominables idolatrías. Aquí Simón Pedro señala los
pecados concretos. En cierta ocasión se le preguntó a un
amigo de un famoso predicador, el secreto del éxito de su
ministerio. Y él respondió: "Él predicaba sobre el pecado, y
siempre fue específico al tratar ese tema". Él lo presentó de
una manera muy clara". Pues bien, Simón Pedro también lo
presentó aquí de una manera muy clara.
Al hablar de la lascivia el apóstol se estaba refiriendo a vivir
en pecado sexual. El término lujurias incluía muchas cosas,
es decir, las pasiones de la naturaleza pecaminosa. A la
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embriaguez ya nos hemos referido en varias ocasiones. La
lista continuó con orgías, es decir, fiestas en las que se
come y bebe sin moderación y se cometen otros excesos.
Al final se mencionan las abominables idolatrías. La Biblia
nos dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males;
en nuestro tiempo, la codicia es una forma de idolatría.
Estas son las cosas que mantienen a una persona alejada
de Dios y Pedro las concretó con absoluta claridad.
Mucho de lo que se habla actualmente sobre estos temas
es impreciso, indefinido, ambiguo. Sin embargo, en este
pasaje se enumeran específicamente ciertos pecados, en
términos bien comprensibles, como si fueran luces de neón
en la Palabra de Dios, y entonces, no hay manera de
pasarlos por alto. Continuemos leyendo el versículo 4 de
este cuarto capítulo de 1 Pedro:
"A estos les parece cosa extraña que vosotros no
corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución,
y os ultrajan"
Siempre hay ante nosotros dos opciones. O agradar a Dios,
o complacer a los hombres. Si usted está complaciendo a
los hombres, no complacerá a Dios. En el Evangelio de
Juan 15:18, el Señor Jesús dijo: Si el mundo os odia,
sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si
los que sustentan el sistema de valores de este mundo no
lo odian, desprecian o ignoran, entonces hay algo que
funciona mal.
Y decimos esto basados en la experiencia de muchos que
se han convertido a Cristo y después han comenzado a
distanciarse de ciertas prácticas y actitudes que antes
formaban parte de su vida normal. En esos casos, cuando
un cristiano comienza a poner en práctica sus convicciones,
no se convierte en una persona precisamente popular sino,
más bien, en todo lo contrario. Entonces es consciente del
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rechazo, el abandono de ciertas amistades, el vacío de
grupos a los cuales pertenecía, y tiene que hacer frente al
ridículo al que le someten otros.
Estimado hermano, reiteramos que uno no puede continuar
viviendo en el pecado o siendo influenciado por él si se ha
convertido en un hijo de Dios. Como tal, usted tiene la
naturaleza de Cristo y está unido a Él. El sufrió en esta
tierra una vez; ya no sufrirá más, pero El puede ayudarle a
usted. El envió al Espíritu Santo para que habitara en
aquellos que son Suyos, que le pertenecen. Hemos sido
bautizados en el cuerpo de los creyentes, como así lo
señaló el apóstol Pedro y ahora, si nos dejamos controlar
por el Espíritu Santo, podemos vivir para Dios. No
olvidemos que no lo podremos hacer por nuestras propias
fuerzas, sino por medio de Sus fuerzas.
Ahora, el versículo 5 de este capítulo 4 de la primera
epístola del Apóstol Pedro, dice:
"Pero ellos darán cuenta al que está preparado para
juzgar a los vivos y a los muertos"
Dice aquí preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Todo el mundo, los vivos y los muertos van a ser juzgados
algún día por el Señor. ¿Juzgará El también a los
creyentes? Si, con toda seguridad. Pero no en relación con
la salvación, que quedó asegurada cuando ellos se
convirtieron en hijos de Dios. El no pasará por alto el
pecado en la vida del creyente, ya que está juzgando al
mundo por ello. Como Dios juzga a los cristianos en el
mundo, ---porque disciplina a Sus hijos que están en el
mundo--- los no creyentes deberían tomar este asunto del
pecado en serio. El no creyente ha sido advertido de que un
día el Señor vendrá a juzgar

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1 PEDRO 4:6
"Porque por esto también ha sido predicado el
evangelio a los muertos, para que sean juzgados en
carne según los hombres, pero vivan en espíritu según
Dios".
Este versículo está inserto en el contexto del juicio que
Pedro dice llegará a los que viven disolutamente (v. 4). Los
incrédulos no pueden evitar la responsabilidad de sus
acciones tan fácilmente, ya que Dios los tendrá un día por
responsables: Ellos "darán cuenta" a Aquel que está
"preparado para juzgar a los vivos y a los muertos". La
expresión "dar cuenta" es usada de la responsabilidad
humana ante un superior (Lc. 16:2) o a autoridades
gubernamentales (Hechos 19:40), y también de la
responsabilidad humana ante Dios en el juicio final (Mt.
12:36; Heb. 13:17). El hecho de que Dios está preparado
para juzgar sugiere la posibilidad que el juicio podría venir
de repente, sin advertencia (v. 7; 2 Pedro 3). Pero no son
sólo los que viven quiénes serán juzgados, sino también los
muertos, una declaración que claramente implica que la
muerte no permitirá a nadie evitar el juicio, sino que todas
las personas estarán conscientemente delante Dios en
aquel día.
De hecho, este es el destino de los creyentes que han
muerto y a los que Pedro presta ahora atención. Sus
lectores pueden haberse preguntado sobre las ventajas de
ser cristiano para aquellos creyentes que habían muerto ya.
Esto puede haber incluido algunos que murieron como un
resultado directo de la persecución, pero el texto no permite
que nosotros limitemos su aplicación a los tales; esto
simplemente habla de “los muertos”. Él dice, que esta es la
razón de qué el evangelio fue predicado aun a los muertos.
La palabra "esto" se refiere al sujeto de la oración anterior,
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el juicio final. En otras palabras, “fue debido al próximo
juicio final que el evangelio fue predicado a aquellos que
creyeron en Cristo y luego más tarde murieron”. De esta
manera, la expresión “los muertos” significa “aquellos que
están muertos ahora” (cuando Pedro escribía), aunque
cuando el evangelio les fue predicado a ellos mientras
vivían aun en la tierra. El hecho que ellos murieron no
debería preocupar las mentes de aquellos dejados vivos, ya
que el evangelio nunca tuvo el propósito de salvar a la
gente de la muerte física. Todas las personas, tanto
cristianas como no cristianas, todavía tienen que morir
físicamente (y este es el sentido aparente de juzgados en
carne según los hombres). Pero aunque ellos sean
juzgados en la carne como hombres (el juicio de muerte
que vino con el pecado de Adán todavía les afecta, como
hace a todos los hombres), el evangelio de Cristo les fue
predicado de modo que ellos pudieran vivir en el espíritu,
que es la esfera de Dios. Fue con respecto al juicio final (v.
5) que el evangelio fue predicado, y esto los salvará de la
condenación.
Algunos han sostenido que “ha sido predicado el evangelio
a los muertos” se refiere a aquellos que están
"espiritualmente muertos", o los incrédulos. Pero esto es
poco probable ya que la expresión verbal está en pasado,
aun se seguía predicando a los espiritualmente muertos
mientras Pedro escribía; no era algo suscrito al pasado.
Otra interpretación común ha consistido en que este
versículo significa que el evangelio fue predicado a las
personas después de que ellas murieron, dándolos “una
segunda posibilidad” para arrepentirse y creer el evangelio.
Pero tal sentido no encaja en el contexto. ¿Qué tipo de
advertencia sería decir que Dios está listo a juzgar a la
gente por su maldad (v. 5), y luego añada que esto
realmente no importa mucho ya qué habrá una segunda
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posibilidad para ellos de ser salvos después de que ellos
mueren? Además, esto animaría poco a los lectores
perseguidos a perseverar como cristianos en el difícil
camino de la obediencia, si el camino fácil del libertinaje
pudiera ser perdonado después de que ellos murieran. Por
lo demás, algunos textos específicos del Nuevo Testamento
(Lc. 16:26; Heb. 9:26-28; Mt. 25:10-13), no apoyan la idea
de una segunda oportunidad.

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3 Actitud de Oracion.
Continuemos leyendo el versículo 7 de este cuarto
capítulo de 1 Pedro:
"El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios
y velad en oración."
Tomemos nota de este anuncio. El fin de todas las cosas se
acerca. Esto ha sido cierto desde el día en que el Señor
Jesús regresó al Cielo. El apóstol Pablo podía decir que la
venida de Cristo era un evento inminente, como leemos en
su carta a Tito 2:13 mientras aguardamos la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo. Por su parte, el apóstol
Pedro dijo, como ye hemos leído el fin de todas las cosas
se acerca. Él va a detener, a paralizar a este mundo uno de
estos días mientras lo juzga. Él quitará a los Suyos de este
mundo, y habrá muchas cosas que enderezar en la vida de
los creyentes. Ellos tendrán que presentarse ante el
Tribunal de Cristo, no en relación con su salvación, sino en
cuanto a la recompensa que recibirán o no por a la vida que
han vivido para Dios. Y esa es otra razón por la que
deberíamos vivir para Dios, porque tendremos que
comparecer ante Su evaluación, ante Su juicio.
En consecuencia, el apóstol escribió a sus lectores Sed,
pues, sobrios y velad en oración. El término "sobrio" quiere
decir templado, moderado. EL apóstol Pedro usó con
frecuencia esta expresión y realmente les quiso decir "por
lo tanto, sed inteligentes, sed cristianos inteligentes".
Un cristiano inteligente es aquel que conoce la Biblia; es
decir, que la conoce lo mejor posible. Pero, un creyente
inteligente y sobrio va a conocer todo lo que pueda sobre la
Palabra de Dios.

7
El cristiano tendrá que ser también inteligente en este mal
sistema de valores de este mundo. El Señor Jesús les dijo a
Sus discípulos, en Mateo 10:16, Sed, pues, prudentes
como serpientes y sencillos como palomas. Usted
debería tener hoy la sabiduría de una serpiente; si no la
tiene, tenga la absoluta seguridad de que otra serpiente va
a venir a morderle.
Y ahora destacamos la frase final del versículo velad en
oración. En otras palabras, la oración debe contener la
actitud de espera y anticipación, la expectativa de la venida
de Cristo. Muchos encuentros o reuniones de oración
podrían caer en la rutina y no revelar ninguna vida espiritual
sino expresan esa espera ante el regreso del Señor. El es
el Cristo viviente. Deberíamos conversar con Él en este
tiempo, porque vamos a conversar con El después, en el
más allá.

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