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Ficha 2 Nuestro P Marcelino II
Ficha 2 Nuestro P Marcelino II
Ficha 2 Nuestro P Marcelino II
Fraternidades
Provincia de América Central EJE MARISTA
Introducción
Sigue siendo Marcelino referencia de unidad y de pertenencia al Instituto marista. Profundizar en su
vida, conocer el patrimonio que nos ha legado, saber de su camino de santidad… es una forma de
mantener vivo hoy el espíritu más genuino de Champagnat.
Con la mirada puesta en nuestro Fundador nos será más fácil testimoniar el espíritu marista en nuestro
tiempo. Otras fichas del Plan de formación desarrollan el itinerario espiritual de Marcelino, su amor a
María, su sencillez… La presente recoge grandes rasgos de su vida que, aunque de forma sintética,
ofrecen otros perfiles de nuestro Fundador. Conocerle más y mejor nos llevará a traducir mejor nuestra
misión de dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar, según quiso san Marcelino.
Objetivo
Conocer nuevos rasgos de la vida de san Marcelino para actualizar creativamente el carisma marista
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1 CRONOLOGIA DEL PADRE CHAMPAGNAT
2
2 LA FAMILIA DE MARCELINO CHAMPAGNAT
3
3 LOS RETRATOS ESCRITOS DEL FUNDADOR
Hno. Agustín Carazo
A. Retrato y carácter del P. Champagnat, descritos por el Hno. Juan Bautista Furet
El capítulo primero de la segunda parte de la VIDA se abre con una descripción jubilosa de
Marcelino. El hno. Juan Bautista, su autor, parece abandonar en esta página su “rigorismo
decimonónico” para presentarnos un retrato vivo y atrayente del Fundador. Y tenía argumentos para
conocer bien a su “biografiado” pues había convivido con él desde 1822, año de llegada al noviciado de
La Valla. Veamos su texto:
“El padre Champagnat era alto, erguido y majestuoso; tenía ancha
frente, los rasgos del rostro bien definidos, la tez morena. Su aspecto
grave, modesto y reposado infundía respeto y hasta, a primera vista,
temor. Pero estos sentimientos se trocaban en confianza y afecto en
cuanto se le trataba un poco, pues bajo esta capa un tanto adusta y en
apariencia severa, se ocultaba la persona más jovial.
Tan preciosos dones y cualidades, perfeccionadas por la gracia y realzadas por una profunda
humildad y exquisita caridad lo hacían amable en sumo grado a los Hermanos y a cuantos lo
trataban. Dios, que lo destinaba a formar educadores de la juventud, lo había dotado del carácter
más idóneo para la enseñanza. Así, los hermanos, en esto, como en todo lo demás, pudieron
seguir su ejemplo, y hallaron en él un modelo de las virtudes y cualidades necesarias a un
maestro, para realizar el bien entre los niños”.
Pareciera que la imagen física y el carácter de Marcelino, su forma de se4r,m han cautivado el
corazón de Juan Bautista y son más fuertes que otras páginas de la VIDA en que el autor, oficiando de
“formador” de los Hermanos, se dedica a componer o adornar escenas bastantes dramáticas que dejan
muy clavada en la mente de los lectores la imagen de un Fundador muy austero y rigorista (cfr Vida, Ed.
Bicentenario, pp.420-422).
Sabía esperar a las almas y motivar su retorno con toda clase de iniciativas maternales. Su
dirección espiritual no comportaba largos discursos; con frecuencia, consistía solamente en una
caricia paternal, en una palabra, la misma palabra repetida varias veces, pero, dicha por él
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penetraba hasta el fondo del corazón, haciendo surgir el arrepentimiento, el amor de Dios, el
deseo de ser mejor. ¡Cuántos encontraron con él la paz, la confianza, la felicidad!
Era recto y enérgico, sí, es verdad; su solo tono de voz o una de sus miradas, podrían habernos
hecho temblar; mas, sobre todo, era bueno, era compasivo, ¡era un padre!. Al fundar la
Congregación se propuso hacer de ellos una familia, una familia en la que el superior fuese un
padre y en la que los Hermanos mayores cuidaran y protegieran a los más jóvenes…”.
Pues bien, he aquí cómo describe el Hno. Lorenzo al Fundador, en su párrafo final:
“…el padre Champagnat era de carácter alegre y suave, pero firme. Sabía introducir en la
conversación palabras de humor para alegrar la compañía. Nunca se sentía incómodo entre los
Hermanos. A veces, le hacíamos preguntas harto complicadas, pero él jamás tenía ningún
problema para responderlas, y lo hacía de modo tan atinado que los Hermanos quedaban muy
contentos. Tuvo que sufrir mucho por causa de la diversidad de caracteres y por causa de
algunos espíritus atravesados, difíciles de guiar. Estos tenían, sin embargo, la seguridad de un
recuerdo especial en sus oraciones; pero si, tras haber agotado todos los medios para ganarlos a
Dios, aún se mostraban incorregibles, ¡ay amigo!, entonces tenían que marcharse”.
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Hemos de aclarar que estas Memorias datan de 1886, cuando el Hno. silvestre tiene 67 años. Sin
embargo, la fuerza y viveza de los objetivos elegidos para la descripción nos demuestran que quedó una
impresión profunda y duradera. ¿Por qué? Ciertamente porque, más que de su aspecto físico y
exterior, el Hno. Silvestre haría muy pronto la experiencia de la talla psicológica, espiritual y moral del
Padre Champagnat, que le salvó la vocación “a fuerza de comprensión y cariño”.
Conclusión
Marcelino supo fundir y amalgamar en su personalidad, en su forma de ser y actuar, aspectos y
facetas que a primera vista parecen casi excluyentes o poco conciliables. Vemos que su corpulencia,
fuerza física y voz potente, convivían con la sencillez y la cercanía en el trato hacia las personas que le
abordaban… Su aspecto serio y austero, en lo personal, lo sabía caldear con gestos que transmitían
alegría y comprensión para con los demás… el respeto y hasta el miedo que infundía a primera vista,
cedían el paso muy pronto a manifestaciones de cariño y de confianza… En una palabra, su persona y su
personalidad transmitían una fuerza interior y un entusiasmo humano y religioso que convencían y
arrastraban a sus contemporáneos, chicos y grandes. ¿Cómo explicar si no el gran número de vocaciones
que cultivó cuando la vida era tan dura y exigente?
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4 LUGARES DONDE VIVIO MARCELINO
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ROSEY
Rosey es una aldea del municipio de Marlhes, situada a poco más
de un kilómetro del centro de pueblo. Tiene unas pocas casas, y
entre ellas la casa natal de Marcelino que ya era de sus abuelos.
Hoy se puede ver una parte de esa casa con la cocina, y una de las
habitaciones del piso superior.
Igualmente podemos ver en este lugar una capilla moderna
construida a raíz de la beatificación de Marcelino en el año 1955 y con aportación de los alumnos
y antiguos alumnos de todo el mundo.
MARLHES
Se encuentra a 23 kms de Saint-Étienne. Cuenta con una población de 1054 habitantes. Y su
altitud es de 945 metros. Su fiesta patronal se celebra el día de san Saturnino.
Se destaca su bella iglesia, bajo la advocación de san Saturnino, con un campanario esbelto
construido en estilo gótico. A la izquierda de la entrada se encuentra la estatua de san Marcelino
Champagnat, hecha con un bloque de granito, traído en un carro desde su aldea natal, y varios
recuerdos.
LA VALLA
La villa de La Valla está situada en la ruta de montaña que va de Saint-
Chamond a BourgArgental, pasando por la Croix-Chaubouret, donde un cruce
conduce, a la derecha, a la villa del Bessat con su estación de deportes de
invierno y a Saint-Étienne; a la izquierda de la CroixChaubouret la ruta que
lleva al Pilat y a sus diversas cumbres, la Perdrix, les Trois-Dents, sin olvidar
el mismo Pilat, muy frecuentado por los turistas en verano.
Se encuentra a una altitud de 795 m y a 20km de Saint-Étienne y a 8 dc Saint-
Chamond. Tiene una población de 802 habitantes. Celebra sus fiestas patronales el día de Saint
Andéol.
Aquí es donde comenzó Marcelino su vida apostólica en 1816 tras ser ordenado de sacerdote.
De tiempo de Marcelino se conserva la ermita de la Virgen de la Piedad, que restauró con sus
manos, y algunos espacios de la primitiva casa de los maristas. La iglesia actual fue construida
poco después de la muerte de Marcelino.
EL HERMITAGE
Durante la primavera de 1 824, un crecido número de hermanos que
ya no cabían en la pequeña casa de La Valla se establecen, como
pueden, en el Hermitage, convertidos en improvisados albañiles, y
trabajan a las órdenes de dos peritos de la construcción contratados
por el P. Champagnat. El entusiasta y juvenil equipo realiza los trabajos de nivelación, acarreo de
materiales, preparación de argamasa, etc. Al cabo de un año está ya la construcción acabada.
Se encuentra esta casa en un estrecho valle que desciende de los montes de Pilat, con la corriente
del río Gier. Está a 5 kms. de La Valla y a menos de 4 de Saint- Chamond. La finca, comprada
por Marcelino de 1824 a 1840 tiene una extensión de 134 899 metros cuadrados.
A la muerte de Marcelino había allí un edificio para unos 150 hermanos, con muchas deudas,
pero muy valioso para los maristas de todos los tiempos.
Hoy se puede ver parte de la estructura original, algunas salas conservadas con cariño tal como
las hizo Marcelino, y un montón de recuerdos suyos y de los primeros hermanos, destacando la
preciosa urna de la capilla, que contiene sus restos.
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VERRIÉRES
Verrières es una aldea del extremo del departamento del Loira, en la que Marcelino está de 1805 a
1813, haciendo los estudios de humanidades y filosofía propios de la carrera sacerdotal. Cuando
llegó Marcelino, había unos 50 chicos instalados en la casa del párroco y en una granja vecina. Al
acabar su estancia en ese pueblo ya había un seminario bien organizado.
LYON
Lyon es la tercera ciudad en importancia en Francia, después de París y Marsella. Está situada en
la confluencia de los ríos Saona y Ródano, en una llanura fría y nebulosa en invierno y cálida y
seca en verano. Es de origen romano. La importancia de Lyon estuvo en ser una gran ciudad
textil, aunque en la actualidad su industria es muy diversa.
En una colina que domina la ciudad se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Fourvière,
que es de origen muy antiguo, aunque la basílica actual es posterior a Marcelino.
En esta ciudad Marcelino estuvo de 1813 a 1816, haciendo los estudios de teología propios de la
carrera sacerdotal, en el seminario de San Ireneo, fundado en 1 662.
También aquí fue naciendo la idea de fundar a los maristas, y una vez ordenado de sacerdote,
Marcelino y sus compañeros subieron a la Virgen de Fourvière para consagrar su vida y su obra a
tan buena Madre.
Valfleury. Este santuario, cercano a Saint- Chamond, fue muy visitado por Marcelino y los
maristas del Hermitage. Aquí Marcelino presentó a María sus proyectos para consagrar su vida al
servicio de los hermanos. Esto fue el 25 de julio de 1828, y los propósitos que escribe en esta
ocasión son los últimos que nos quedan como indicadores de su maduración espiritual. Hoy se
puede ver una placa como recuerdo de la presencia de Marcelino.
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Encuentro 1
Nuestro Padre Marcelino – II
Recordar algunos de los lugares maristas (sea por el Hermano o por algún miembro de
la Fraternidad que los haya visitado)
PARA COMPARTIR
Alguna percepción nueva de la personalidad del Padre
Marcelino
Para orar:
FIDELIDAD CREATIVA
Frente al futuro, a la novedad constante de Dios y su Espíritu, Marcelino respondió con firmeza,
rapidez, audacia, riesgo… Hoy tenemos muchos retos que se centran todos en la Refundación.
Miremos a Champagnat, su decisión y audacia y apropiémonos de su corazón, de sus ojos, de su
audacia… caminemos en paz, pero de prisa.
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Le combatían
y discutían su idea de locura,
desanimaban su entusiasmo y se oponían;
él no tenía quien luchase a su favor.
Pero fue Dios el que apoyaba
cada paso de este hombre,
el que velaba y desmentía al orgulloso
y charlatán.
La roca
Feliz el hombre que construye su casa sobre Roca, nada ni nadie podrá derribarla.
Llegan las lluvias y los torrentes, Tú has construido, sobre todo, hogares de luz
soplan la tempestad y los vientos. para los niños de los pobres habitantes de chozas.
Pero tu casa inquebrantable Enseñaste a amar a Jesús y a María, nuestra Madre,
permanece firme sobre la roca. anunciaste el Evangelio para gloria del padre.
Jesús y María hacen los cimientos. Hoy tú estás para abrirnos el mundo;
Tu confianza y fe son tu sola pasión. Dios junto a los hombres en una obra fecunda.
Así has construido la casa de tus hermanos; Contigo, si quieres, haremos la ronda
La Valla sobre los montes, islote de nuestra para tomar de la mano a todos los niños de la tierra.
tierra;
en el valle del Hermitage, junto al riachuelo,
tus discípulos se convierten en constructores sin
fronteras. ¿EN QUÉ, EN QUIÉN ESTÁ
AFIANZADA MI VIDA?
¿SOBRE QUÉ EDIFICO MI VIDA?
¿QUIÉN ME DA SEGURIDAD?
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Encuentro 2
Nuestro Padre Marcelino - II
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4. ¡CUÁNTOS NIÑOS MUEREN SIN QUE NADIE LES HABLE DEL PADRE DIOS!
Es el 28 de octubre de 1816. Marcelino camina con agilidad por un sendero que le lleva a la aldea de
Palais para atender a un chico de 17 años que está muy enfermo.
Al llegar se asusta de que no tiene los más mínimos conocimientos de
religión, y de que no puede administrarle los sacramentos. Entonces se sentó
a la cabecera de la cama y pasó dos horas hablándole del Padre Dios, de
Jesús, del perdón y de la esperanza, de la alegría de creer y de la salvación. Y
le confesó a pesar de que el chico estaba tan grave que apenas entendía lo que
se le decía. Dejándole descansar, fue a visitar a otro enfermo de una casa
vecina. Y un rato después volvió para seguir atendiendo a ese joven al que
había tomado cariño. Pero cuando llegó, sus padres lloraban sin consuelo
porque ya había muerto.
Marcelino sintió un fuerte latido en su corazón de apóstol y no pudo quitar de su pensamiento la idea
de que muchos chicos pueden estar en parecidas circunstancias y necesitar el testimonio creyente que
empuja a la fe y a la esperanza.
Este hecho fue decisivo para su proyecto de fundar los maristas.
6. PERDIDOS EN LA NIEVE
Febrero de 1823. Marcelino y el hermano Estanislao visitan la escuela de Bourg-Argental en la que
está enfermo el hermano Juan Bautista, el futuro biógrafo del fundador y de los primeros maristas.
Al volver a La Valla, por los senderos oscuros de una noche que llega pronto, se
encuentran con que la nieve ha borrado los caminos, al mismo tiempo que el frío
congela las piernas que se hacen cada vez más pesadas.
El hermano Estanislao no puede más y cae desfallecido. Marcelino intenta
reanimarle, pero no lo consigue. Juntan sus fuerzas para rezar con fe a la Virgen
la bella oración cristiana “Acuérdate, Virgen María, que ninguno de los que han
acudido a ti se ha quedado sin tu ayuda y protección...”
En la cima del monte ven una pequeña luz, de un granjero que sale a
vigilar el ganado del corral. Marcelino pide ayuda y entre el campesino y él llevan al hermano a la casa
donde pasan la noche.
Marcelino agradeció siempre a María el haberle cuidado de forma especial aquella fría noche en que
se perdieron en la nieve.
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Es un valle estrecho lleno de árboles y refrescado por el río Gier. Por la mañana resuenan en él las
canciones y plegarias de la misa al aire libre, y luego durante el día los golpes de los picos cortando
la roca, las carretas que llevan maderas y piedras, el chapoteo de los trabajadores en el agua cristalina
del río. Cuando cae la noche, el silencio y las estrellas rejuvenecen los cuerpos y llenan de alegría los
corazones por la obra realizada.
En octubre está hecha la mayor parte de la obra. Se pone el tejado antes
de los hielos del invierno, y en mayo de 1825 se instalan en la nueva
casa 20 hermanos y 10 postulantes.
Marcelino ha soportado burlas, pero se ha hecho uno entre los hermanos,
y con la casa ha crecido la familia y la comunidad.
Algunas sugerencias:
Recordar algún hecho de nuestra propia vida que ha marcado de alguna manera nuestra persona.
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Encuentro 3
Nuestro Padre Marcelino - II
1 CORTÓ LA ROCA
Marcelino era un gran trabajador. En los últimos años de su vida decía que se podía dar un baño con
todos los sudores que le había costado el subir y bajar montes para visitar enfermos y escuelas. Gracias a
ese tesón se construyó el Hermitage.
Los mejores obreros que trabajaban con él se confesaban incapaces de retarle
a trabajar, pues les ganaba a todos.
Trabajaba un día con obreros excavadores, y el jefe, que era robusto y duro, y
tenía fama de no retroceder ante ninguna dificultad, se le acercó y le dijo: Padre,
hemos renunciado a partir esa roca, porque es tan dura que se pierde el tiempo en
golpearla.
Marcelino quería que a toda costa desapareciese aquella roca, pues rezumaba
agua contra el edificio y llenaba de humedad los locales próximos, y le contestó
sonriendo: Pero, ¿se desanima usted por tan poca cosa? No hay que extrañarse de
que no puedan con ella, pues dan unos golpes tan flojos que no romperían la
suela de mi zapato.
Y usted - le dijo a otro - tiene menos energía que una gallina que haya
pasado toda la noche dentro del agua.
Estas bromas y el ejemplo que dio empuñando el pico y dando tales golpes que la roca saltaba en
pedazos, produjeron el efecto deseado. Volvieron a emprender el trabajo con tal empuje que a la mañana
siguiente la roca había desaparecido.
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- Pero, padre ¡si no tenemos más que ensalada y queso!
- Pues pelaremos unas papas y nos las guisaremos para todos.
Y así se hizo. Marcelino se puso a pelarlas con ellos y hasta enseñó al cocinero a hacerlo rápido.
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Y, en vez de esperar en portería, siguió al hermano, que halló a Marcelino en la huerta y le dijo:
- Vea, padre, este señor pide un marqués.
El fiscal no le dio tiempo a contestar y aclaró:
- Señor cura, soy el enviado del rey para una investigación en su casa.
- Nos sentimos muy honrados con su visita, contestó Marcelino.
Y al ver que los guardias rodeaban la casa, le dijo:
- Ya veo, señor, que usted viene a hacer un registro para enterarse de si tenemos nobles, personas
sospechosas o armas. Quizá le hayan dicho que los tenemos en los sótanos, así que vamos a
empezar por ellos.
Y Marcelino les llevó por toda la casa.
Había una habitación cerrada y no se podía encontrar la llave. Aunque el fiscal le dijo que no lo
hiciera, Marcelino rompió la cerradura con un hacha.
Y se fueron sin encontrar al marqués, pero admirados de unas personas tan sencillas y cordiales que
hasta les invitaron a una pequeña merienda.
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Encuentro 4
Nuestro Padre Marcelino - II
Unos 25 años después de la muerte de Marcelino, el H.Juan Bautista , que escribió su vida,
recogió en otro libro los apuntes que había tomado en charlas y explicaciones del querido Fundador. Ese
libro se llama ENSEÑANZAS ESPIRITUALES. De él se ha tomado los cinco apartados que siguen.
1.
En el Hermitage había un extraordinario ambiente
ayunar de vida religiosa y vida de familia. Los más
en la jóvenes se animaban con los mayores y éstos se
sentían muy felices con el entusiasmo de los
Cuaresma primeros.
Con la llegada de la Cuaresma todos querían
ayunar y hacer penitencia. Y en eso pensaban también los jóvenes.
Nombraron seis delegados para ir al cuarto de Marcelino y pedirle permiso para hacer duras penitencias
cuaresmales. Eso le dijo el mayor de los delegados que no tenía todavía dieciséis años. Marcelino los
mandó cenar bien aquella noche y les prometió una contestación en la charla del día siguiente.
Después de explicar así el ayuno de la Cuaresma, Marcelino animó a los jóvenes a hacerlo con
todo su entusiasmo y también les permitió ayunar corporalmente los viernes a pesar de que por su edad
no tenían obligación de hacerlo.
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alegría, hay que ofrecer lo mejor de nosotros mismos, la vida entera si es necesario, por los demás y por
sus necesidades.
El primer puesto junto al Sagrario
En la capilla, en el altar, en el Sagrario, Jesús está vivo y presente. Se hace
pan y alimento para nosotros. Se hace alegría de la comunidad que se reúne en
su mesa. Por eso hay que estar muy cerca de él, hay que ocupar el primer puesto
junto a él. Saber rezar en la capilla y aprender de este Jesús, que es pan y vida, a
ser generosos, a ser todo para los demás.
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La reflexión y la prudencia conservan lo mejor de uno mismo
Todas las cualidades de una persona, sus virtudes, sus valores, se guardan y crecen si esa persona es
prudente, reflexiva. La alegría es bondad del corazón y no jolgorio vacío. La disponibilidad y la entrega
son fruto de un acercamiento sencillo a las necesidades de los demás. La inteligencia y el diálogo son
naturales y auténticos.
La reflexión y la prudencia ayudan frente al mal y frente al egoísmo
Y es que el mal siempre nos ronda. La violencia, el egoísmo, la superficialidad, los caprichos, la
pereza... En un corazón reflexivo, el mal se reconoce, se intenta evitar, se controla con las precauciones
necesarias. El mal es un camino de sombras que con prudencia se elimina y poco a poco se puede evitar.
La reflexión y la prudencia deben crecer con los años y las misiones que uno va teniendo en la
vida
Los buenos educadores, los buenos padres, los amigos y las personas que dirigen a otros tienen que
tener esta cualidad de prudentes y reflexivos. Con reflexión se sabrá cuándo hay que felicitar y cuándo
hay que corregir, cuándo estimular y cuándo poner límites a actividades y planes. De la prudencia debe
nacer la bondad, la comprensión, la acogida, y hasta la misma autoridad.
Marcelino tiene otras muchas ideas en este campo, pero se podrían resumir en una frase suya
que siempre ha estado en el corazón de todo marista: PARA EDUCAR A LOS NIÑOS, HAY QUE
AMARLOS, lo que quiere decir que se educa porque se ama y que educar es amar.
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Encuentro 5
Nuestro Padre Marcelino – II
EN EL CORAZÓN DE CHAMPAGNAT
MEDITACIÓN
RADIOGRAFIA
ESPIRITUAL “El Superior es un hombre sin experiencia, sin capacidad, sin dotes
intelectuales...
DE
CHAMPAGNAT Pero no juzgaban así en La Valla al P. Champagnat:
“todos lo consideraban como sabio y prudente; y nosotros, los
hermanos, lo tenemos por un SANTO”.
Hno. Mariano Varona
Los rasgos que nos perecen más sobresalientes en la santidad de Marcelino, los anotamos, a
continuación, organizados en clave cristológica.
2. Con María...
El amor a María fue una de las constantes de Marcelino. Desde el hogar
basta el día de su muerte, acaecida mientras los hermanos cantaban la Salve.
A María le confiaba la vida, los trabajos, las resoluciones, la obra de los
hermanos, todo. La devoción mariana de Champagnat era una expresión
sobresaliente de su actitud de infancia espiritual y de su sencillez de vida condensada muy bien en
su característica expresión: “arrojarse en los brazos de María”. María es para él la “Madre Buena”
que le acompañaba, le protegía y le defendía.
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prueba, que depositó en la Providencia paternal de Dios, en Jesús y en María.
Confianza que era abandono de hijo a la voluntad del Padre, seguridad en su presencia,
serenidad y alabanza a Dios en las pruebas y dificultades. Confianza tanto en la prosperidad como
en la adversidad. Confianza que se manifestaba en una oración de niño y de hijo, sencilla, dialogal,
transparente, pobre:
“Vous savez mon Dieu...”, consciente de sus propios limites, pero seguro de la grandeza,
poder y misericordia de Dios.
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Para ayudarle a la oración y contemplación
Oración:
Padre,
mi corazón está contigo hoy.
En este día, mis pensamientos se dirigen a ti.
Mis ojos miran tus ojos.
Mis manos estrechan tus manos.
Mi voluntad busca tu voluntad.
Como Jesús,
trabajaré pro tu Reino.
Como María,
escucharé tu palabra y la guardaré en mi corazón.
Como Marcelino Champagnat
haré tu voluntad porque tú lo quieres.
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