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Genero y Peronismo 10
Genero y Peronismo 10
Genero y Peronismo 10
• Néstor Kirchner podría haber sido reelecto como presidente, pero prefirió no hacerlo y le
pasó la posta a su mujer, dando un claro mensaje de igualdad.
• Promocionó a dos mujeres en la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco y Carmen
Argibay.
• Designó al frente una cartera históricamente manejada por varones, como la de Defensa,
a Nilda Garré, quien ha impulsado fuertes cambios en una institución, tan anquilosada como
patriarcal.
• Se nombró a Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, quien fue la
primera mujer que ocupó ese cargo.
Esta revista se ha propuesto, desde su primer número, analizar el pero- • También a cargo del Ministerio de Industria y Comercio se puso a una mujer; Débora
nismo incluyendo la perspectiva de género. Ello implicó abrir un debate Giorgi.
que hasta entonces estaba ausente. • Se ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención contra toda Forma de Discriminación
En este momento, en que el peronismo es gobierno, resulta imposter- hacia la Mujer (Cedaw).
gable realizar el análisis de las políticas públicas puestas en marcha utilizan- • En la Cámara de Diputados se aprobó el matrimonio civil igualitario.
do la perspectiva de género. Con ese fin, aunque para algunos resulte rei- • Se promocionó el Plan Nacional contra la Discriminación.
terativo, revisaremos conceptualmente a qué nos estamos refiriendo. • Se impulsó el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Según el diccionario de género, éste surge como categoría analítica • Se otorgó la jubilación para amas de casa y empleadas domésticas.
para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfa- • Se desarrollo una política de derechos humanos que permitió llevar a cabo los juicios por
sis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo mascu- causas de lesa humanidad, que posibilitaron a mujeres víctimas de la violencia reclamar justicia.
lino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. El • Entre las políticas de redistribución se destaca "La
género es una categoría transdisciplinaria que desarrolla un enfoque glo- Asignación Universal por hijo"
balizador y remite a los rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que • Las políticas previsonales han favorecido a miles
se atribuyen a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada de mujeres
sociedad. • Se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral, y
Editorial
Aunque existen divergencias en cuanto a su conceptualización, la cate- se avanzó en la convocatoria a un equipo de expertas
goría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de para acordar los contenidos mínimos curriculares.
los roles, las identidades y los valores que son atribuidos a varones y muje- • Se asumió como política de Estado el tema de la
res, e internalizados mediante los procesos de socialización. violencia familiar y la violencia de género, creando ser-
Por ende es: vicios especializados a tales fines (el programa Las
Víctimas contra las Violencias, y la OVD, Oficina de 02
1. Una construcción social e histórica. Violencia Doméstica). 03
POR ANA ZELIZ
de la declaración de inconstitucionalidad de las lla- dico a nivel internacional pudo entonces caracte-
madas “leyes de impunidad” (leyes de punto final y rizar la violencia sexual en el contexto de prácti-
obediencia debida y los indultos), algunas mujeres cas sistemáticas de violencia como una violación
que sufrieron distintas formas de violencia sexual específica de los derechos humanos, y en 1998 el
en los campos clandestinos de detención han Estatuto de la Corte Penal Internacional la tipifi-
comenzado a narrar una historia que había perma- có como crimen de lesa humanidad.
necido velada hasta el presente. En los años ochen- Para las Fuerzas Armadas y las fuerzas de
ta, en el juicio a las Juntas, la apelación a la ley seguridad argentinas, la gramática de los cuerpos
supuso el restablecimiento de la vigencia de un tiene una significativa incidencia en su constitu-
violencia sexual y tortura en el terrorismo de Estado en la Argentina
código común, y el relato de las víctimas, sometido ción como sujetos. El soporte corporal instituye
a la transformación de la escucha legal, redefinió la sus identidades e informa sobre los atributos de
tragedia vivida en un testimonio ordenado según sus integrantes. Por ende, la “intervención”
las normas de producción de la prueba jurídica. Ese sobre los cuerpos por parte de los perpetradores
relato, en el que los y las testigos devenían sujetos también se inscribe en un dispositivo disciplina-
de derecho, se construyó sobre la imagen de un ciu- rio: podemos leer en los crímenes una lengua, y
dadano abstracto que les escamoteaba su condición esa lengua nos interpela. Como señala Rita
de varones y mujeres concretos. En ese entonces, Segato en el libro Territorio, soberanía y críme-
las denuncias de prácticas de violencia sexual hacia nes de segundo estado: la escritura en el cuerpo
las mujeres –o hacia los varones- quedaron subsu- de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, en el
midas en la figura de los tormentos y en las distin- caso de la sexualidad, cuando esa lengua escribe
tas vejaciones. E incluso quedaron relegadas ante el su letra en el cuerpo de una mujer –o de un
crimen de la desaparición forzada, que se conside- varón– expresa un acto domesticador. Si en los
ró el elemento central de la metodología represiva cuerpos se inscribe la disputa política, en el cuer-
del terrorismo de Estado. Pero en los años noventa, po territorio de las mujeres –y de los varones– el
Violencias de género:
En el marco del estudio sobre “Violencia sexual y violencia de la incorporación de la perspectiva de género en la intercambio sexual juega un papel en la repro-
género en el terrorismo de Estado: análisis de la relación entre violen- investigación de violaciones masivas a los derechos ducción de la economía simbólica del poder
cia sexual, tortura y violación a los derechos humanos” que desarrolla- humanos en el mundo (en situaciones de conflicto cuya marca es el género. Pero mientras el cuerpo
mos en los Centros de Derechos Humanos de las universidades nacio- armado o en procesos represivos internos) permitió violado de los varones es destituido de su mascu-
nales de Quilmes y de Lanús (con la codirección de Violeta Correa)
nos propusimos interrogarnos, con perspectiva de género, sobre el
impacto diferencial de la violencia represiva sobre varones y mujeres.
Al indagar qué había sucedido con la violencia sexual y la violencia de
género durante la última dictadura en la Argentina tomamos como
*Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires
supuestos de análisis:
linidad, en el cuerpo violado de las mujeres se ins- La reflexión sobre las determinaciones sustanti- En los juicios actuales en la Argentina, los testi- “El delito de traición se insta-
cribe la “soberanía” de los perpetradores. Así, tam- vas que la estructura jerárquica entre los géneros monios sobre violencias sexuales hacen posible
bién en la “entrega” del cuerpo de las mujeres, en establece entre varones y mujeres nos impone tam- comenzar a pensarlas como tortura, tomarlas como ló en la circulación del cuerpo
los vínculos sexuales e incluso amorosos –y no sólo bién una reflexión sobre el testimonio –el testimo- tal, visibilizarlas y analizar de qué modo esa conside-
en los encuentros sexuales forzados, sino en aque- nio da fe de la memoria como experiencia estructu- ración ha comenzado a impactar en nuestra juris- de las mujeres. Los dilemas
llos vínculos afectivos “consensuados” entre secues- rante de la subjetividad– respecto de los crímenes prudencia. Por primera vez, en junio de este año, el
tradas y sus captores (sabemos que el contexto no es de violación sexual y de traición (sexual). Y el testi- Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mar del Plata conde- sobre cómo narrar lo inena-
neutro y está pautado por la violencia)– el inter- monio de las mujeres que padecieron violencia nó al suboficial Gregorio Rafael Molina, ex jefe del
cambio sexual se inscribe en un diferendo: por ello, sexual durante la dictadura se construye en sus ses- centro clandestino La Cueva, que funcionó en el rrable contrastan con la valo-
la “ocupación” del cuerpo de la mujer se asimila a gos, en sus opacidades, en sus grandes lagunas. viejo radar de la Base Aérea de Mar del Plata, por
la ocupación del territorio enemigo. Ambos crímenes, violación y traición, nos hablan “cinco violaciones y una tentativa”, entre otros deli- ración negativa y los juicios
Actualmente, en la legislación internacional las del desposeimiento de las mujeres, del enfrenta- tos de lesa humanidad. Si en los primeros años de
violaciones sexuales sistemáticas son consideradas miento de los varones con otros varones, del refor- la democracia esas violencias fueron silenciadas, morales que establecen los
violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, zamiento del estatus masculino. Ambos crímenes hoy es necesario avanzar en la incorporación de la
en todos los años transcurridos desde el final de la trazan también una escritura, una letra violenta en perspectiva de género a la reflexión sobre el terro- relatos sobre las sobrevivientes
dictadura, y regulada por una estructura de poder la que el cuerpo es soporte de una nueva normali- rismo de Estado. Esa mirada permitirá hacer visible
entre los géneros que se sustenta en el uso y abuso zación de las subjetividades de las víctimas. En la el impacto diferenciado de la violencia represiva de los campos clandestinos de
del cuerpo de unos por otros, la violencia sexual violencia sexual y la traición (en el tributo sexual) sobre mujeres y varones. La violencia sexual ejerci-
contra las mujeres durante el terrorismo de Estado del cuerpo de las mujeres se cristaliza una arcaica da en los campos clandestinos de detención es una
detención que se involucraron
en la Argentina no pudo ser considerada como un violación y privación de derechos. Puesto que todo experiencia clave para observar cómo la estructura
hecho político: hubo violaciones, se supo, pero no crimen puede leerse como un texto en el que se de género reafirma el sistema hegemónico masculi-
con sus captores.”
fueron significadas como una forma específica de articulan voces, enunciados, culturas, creencias, no y permite que haya permanecido invisibilizada
tortura, y no constituyeron un dato a visibilizar cuerpos y sujetos, esa trama nos revelan los vínculos trascendiendo al propio terrorismo de Estado. Por
específicamente en los testimonios. Desde esa que la ley, la justicia, la verdad y el Estado estable- ello, esa mirada no concierne tan sólo a la memoria * Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires; obtu-
misma lógica, la entrega del cuerpo a los perpetra- cen con aquéllos. sino que ancla en el presente. La lógica de domina- vo su DEA en Estudios de Sociedades Latinoamericanas en la
dores fue vista como traición y se significó como un Por ello, dar testimonio –interrogar los testimo- ción a través de los intercambios sexuales persiste Universidad de la Soborna. Es profesora titular e investigadora de la
hecho político. El delito de traición se instaló en la nios existentes, encontrar nuevos testimonios– del en la actualidad en las situaciones de detención y Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y profesora de la UBA.
circulación del cuerpo de las mujeres. Los dilemas impacto diferenciado de la violencia sexual y de encierro. La mirada de género incidirá no sólo en Directora del Centro de Derechos Humanos de la UNQ y codirectora
sobre cómo narrar lo inenarrable contrastan con la género sobre las mujeres tiene, además de su fun- la conceptualización legal de las conductas sino de la colección de Derechos Humanos de la Editorial de la UNQ. Ha 06
valoración negativa y los juicios morales que esta- ción “instrumental” (cuyo valor se dirime en el régi- también en los procesos de verdad y en las políticas publicado, entre otros ensayos, “Crisis: las certezas de los setenta”,
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blecen los relatos sobre las sobrevivientes de los men de prueba de los juicios), una función “simbóli- de justicia y reparación. “Relatos sobre el pasado reciente en Argentina: una política de la
campos clandestinos de detención que se involu- ca”: en sus silencios, sus referencias oblicuas, su con- memoria”, “Memoria y narrativización de la identidad: historias de
craron con sus captores. En esos relatos, mientras flictiva visibilidad, sus voces más recientes, las narra- vida de los años setenta” y “Revista Crisis (1973-1976). Del intelec-
para los varones la traición tiene un signo de con- ciones de las víctimas de violencia sexual durante la tual comprometido al intelectual revolucionario. Antología”. Fue exper-
versión ideológica o moral, la traición de las muje- dictadura suscriben –e inscriben– valores, creencias, ta y redactora del Plan Nacional contra la Discriminación en Argentina
res se vincula al tributo sexual, sea por “entrega” o expectativas que informan de las pugnas y tensiones y es directora nacional de formación en derechos humanos de la
por sometimiento. en la economía de poder entre los géneros. Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Sección Provincias
zaban tareas en sus casas, no sólo a las intelectuales. Perón y de Evita en el incremento de los derechos
ción, nuestra revista expuso sus últimos ejemplares en de las mujeres argentinas: “El peronismo eviden-
en las provincias
género. Estas reflexiones surgen de la experiencia concreta de aten- adicciones teníamos una experiencia directa de trabajo con varo-
ción de niñas, adolescentes y adultas consumidoras de sustancias en
una organización no gubernamental que trabaja con el modelo de nes jóvenes y adultos. La presencia de mujeres era extremada-
comunidad terapéutica (CT).
mente escasa: muchas de las parejas o amigas que “paraban”
Un poco de historia cercana
con los varones que atendíamos eran consumidoras de sustan-
En los años ochenta, quienes trabajábamos en el campo de las
cias, pero prácticamente ninguna se acercaba a pedir algún tipo
Consumo de sustancias y género.
dan tratamiento en nuestra CT –y en muchas otras con las que traba- iban acompañadas del consumo de alcohol y en que de entre 19 y 24 años. En este grupo
jamos conjuntamente este tipo de problemática– creció aproximada- algunos casos se verificaba la utilización de sustan- observábamos problemas de consumo de sus-
mente un cincuenta por ciento, demanda que no dejaría de aumen- cias por vía endovenosa. A su vez, estas jóvenes com- tancias en diferentes grados, con característi-
tar y que iría presentando cambios significativos en su devenir. partían con las mujeres de mayor edad –de 36 a 45 cas similares a las ya descriptas. Generalmente
* Sociólogo, Psicólogo Social, Especialista en tratamientos de recuperación de consumo de sustancias
menos posibilidades de acceso a un trabajo formal ni privadas que dieran cuenta de este tema.
que los hombres; cuando accedían a él, trabajaban Curiosamente, predominaba una mirada frag-
en peores condiciones y la mayoría no tenía expe- mentada que tendía a tratar la maternidad, el
riencia previa ni acceso a una adecuada capacitación. consumo de drogas y los trastornos vinculados
Podrían enumerarse muchos otros factores, pero con el HIV/sida en instituciones diferencia-
queda claro que una de las maneras de abordar el das y especializadas.
También aparecen en estas jóvenes trastornos aso-
ciados a cuadros de bulimia y anorexia, violencia
familiar, violencia sexual, parejas conflictivas (varo-
nes alcohólicos, adictos, violentos) y, en menor medi-
da, situaciones judiciales relacionadas con delitos.
género en el otorgamiento de estos premios pone vida familiar. Si bien los discursos que se enun-
en descubierto otras inequidades que permanecen cian son políticamente correctos en cuanto a la
naturalizadas y que contribuyen a la construcción igualdad de oportunidades para la formación
del techo de cristal en la carrera laboral de las educativa y el acceso a la vida laboral para muje-
mujeres. El mencionado techo de cristal tiene una res y varones, en la práctica estas condiciones
doble inscripción: una objetiva y una subjetiva. En no se cumplen, de modo que todavía existe un
sus aspectos objetivos, está construido sobre la base amplio colectivo de mujeres que tienen que
del diseño de carreras laborales desde una perspec- optar entre la maternidad y el trabajo. Ésta es
tiva masculina, que impone restricciones a la subje- una opción que los hombres no tienen que
tividad femenina en cuanto al desarrollo de deseos plantearse. ¿Podría la ganadora del Premio
variados y diversos. Por ejemplo, el hecho de que se Nobel en Economía tener cinco hijos y una vida
atribuya a las mujeres la obligación de ser las prin- familiar como la que tiene su colega, premiado
cipales responsables de la formación de las familias junto a ella?
y del sostén emocional de los hogares y de los hijos, Se ha insistido mucho en la última década
especialmente mientras son pequeños, como parte en el proyecto de compatibilización de la vida
fundamental de la construcción de las sujetos familiar y la vida laboral, pero lamentablemen-
mujeres. Esto lleva a que muchas posterguen, a te hasta ahora en la mayoría de las organizacio-
veces indefinidamente, su inserción en carreras nes laborales se ha puesto el acento en que el
*Directora del Programa de Estudios de Género y Subjetividad, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES)
premiados y premiadas
Premios Nobel:
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Más allá del no reconocimiento del feminismo medios de expresión pública (periodistas, escri-
Sección Debates
como una forma de hacer política, para las feminis- toras) y, en muchos casos, dadas sus profesio-
tas el feminismo no sólo es político, sino que lo rei- nes, disponen de los medios necesarios para
vindican como la forma más auténtica y más radical transmitir sus valores a través de decisiones que
de hacer política. ¿Qué entienden las feministas tienen un efecto social (profesoras universita-
por política? ¿Cuáles son las características de la rias, abogadas, juezas, funcionarias del gobier-
política tal como ellas la definen? Y finalmente, no, legisladoras, representantes de organizacio-
¿cómo estas formas singulares de hacer política nes no gubernamentales). En relación con el
han permitido articular en algunos momentos de peronismo, esta característica las diferencia y
la historia peronismo y feminismo? las aleja tanto de la imagen de Eva (símbolo
Para comprender el feminismo es importante femenino ineludible del peronismo) como de
caracterizar a las feministas a partir de sus rasgos las mujeres de clases populares con la que el
comunes. El primero, que define a la mayoría peronismo se identifica con vehemencia.
(especialmente a la generación que reactivó el Como segundo rasgo, debemos destacar la
feminismo con la llegada de la democracia) es el noción de política propia del feminismo, la cual
y formas diversas de hacer política
acceso a la educación superior; entre ellas encon- aparece inmiscuida en la misma noción de per-
tramos a médicas, psicólogas, psiquiatras, sociólo- sona y prescinde de las formas organizativas
gas, periodistas, antropólogas, abogadas, filósofas e propias de los partidos políticos. Las feministas
historiadoras. Muchas de las que actualmente se construyen en sus prácticas militantes una
han convertido en líderes también han tenido manera de concebirse a sí mismas y de pensarse
Feminismo, peronismo
experiencias previas de militancia en partidos polí- en relación con el mundo. Para las feministas el
ticos, especialmente de izquierda. Estas mujeres cuerpo (y particularmente el cuerpo de las muje-
tienen un excelente dominio del lenguaje, acceso a res) es un lugar donde se definen “cuestiones
de la Familia y Desarrollo Humano (CPFDH) y las diferentes formas de concebir a las mujeres en
colocó a las mujeres (tanto a las ejecutoras de las relación con el espacio público. Para evaluar seria-
políticas públicas como a las destinatarias) en rela- mente el impacto de cada uno de estos procesos
ción con la acción social. La creación del CPFDH necesitamos más investigaciones acerca de la
incorporó a miles de mujeres de las clases popula- influencia de estas políticas sobre la vida cotidiana
res a la estructura de las políticas sociales de la de las mujeres con el fin de evaluar el grado de
provincia. Miles de mujeres actuando en el espacio empoderamiento que los roles tradicionales, que La relación de la mujer y el sistema penal, sea como víctima o como
¿público?, legitimadas por la simbología del pero- les son asignados, pueden (o no) propiciar. De esta infractora, siempre ha sido problemática, desde el plano científico y
nismo de la dedicación de las mujeres a la acción manera también podremos debatir acerca de las desde la política criminal.
social. Políticas destinadas a las mujeres sin pers- múltiples formas que el peronismo incorpora a las En términos generales, el conocimiento llamado “criminológico” así
pectiva de género, pero con una incorporación mujeres y las posibilidades de reducir de esta como el derecho penal han sido construidos “por el hombre, sobre el
masiva de mujeres de las clases populares. Así, manera las desigualdades de género. hombre en conflicto con el sistema penal”, sin proponerse la tarea ana-
dentro del propio peronismo podemos encontrar lítica de explicar el proceso de criminalización femenina desde una pers-
pectiva crítica. Este silenciamiento e invisibilización, como no podía ser
de otra forma, se ha extendido al tratamiento que se le proporciona a la
mujer privada de libertad.
Incluso en la actualidad, los grandes maestros impugnadores del
pensamiento penal –entre ellos el propio Michel Foucault– han exclui-
do a la mujer como objeto de estudio (más allá de algunas excepciones,
como lo son en nuestro ámbito Eugenio Raúl Zaffaroni, Alberto Binder,
Alberto Bovino, entre otros). Igual apreciación amerita el legado de la
criminología crítica.
El abordaje de la criminalización de la mujer ha permitido recono-
cer diversas perspectivas que pueden ser estructuradas en tres tipos de
*Abogada.
nal del discurso legitimante del poder punitivo, con la elevada carga de
discriminación biológica que ha sabido cosechar, ha estado destinado a
controlar brutalmente a la mujer, reputada como bruja o hereje.
“ …en la respuesta de los sistemas judiciales predominan aún A pesar de la enorme crisis que atraviesa la cárcel penitenciaria total, cifra que se elevó a un 9,7% en
punitiva como herramienta estatal de la gestión de la 1995.
argumentaciones que encierran concepciones estereotipadas conflictividad social, y de los denodados esfuerzos De acuerdo con un informe elaborado por el
emprendidos por la comunidad internacional para Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas
sobre la inferioridad femenina, y el tratamiento deparado a las mitigar su uso y sus efectos nocivos, América Latina
asiste a las más elevadas tasas penitenciarias de la his-
para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente (ILANUD), basado en datos oficiales,
toria de la humanidad, con gran hacinamiento y en la Argentina, a nivel nacional, en el año 2008
personas privadas de libertad en general está plagado de con- deterioro de las funciones básicas de las prisiones, las mujeres pasaron a representar el 10% de la
donde las alternativas a la pena de prisión no logran población carcelaria; de ese guarismo, el 69% han
notaciones positivistas.” evitar el fenómeno de la “expansión de la red”. sido privadas de libertad por delitos vinculados
Según Loic Wacquant (Las cárceles de la mise- con la ley 23.737, por conductas de tráfico de estu-
ria), las presiones de las llamadas “campañas de la pefacientes.
ley y el orden” impulsadas por las usinas del Enmarcada en esa guerra, la mujer se enrola
La atención que el médico alienista Cesare privadas de libertad en general está plagado de con- Manhattan Institute, importadas por los sectores en el grueso de las “bajas” de la empresa belicis-
Lombroso le ha dedicado a la mujer en su obra La notaciones positivistas. concentrados del empresariado mediático al calor ta acuñada al calor del control de la narcocrimi-
donna delincuente, la prostituta e la donna normale Al calor del surgimiento del feminismo de la del borramiento del Estado social en los noventa, y nalidad, de desconocida voracidad contra la
ocupa un lugar especial en este terreno, ya que fue un década del setenta comenzó a instalarse la problemá- las dificultades evidenciadas en el control de la vio- mujer pobre y joven, que constituye una trans-
disparador del estudio de la mujer y la criminalidad, tica de la criminalización de la mujer en el ámbito de lencia urbana en las últimas décadas, han favorecido mutación de ese poder de género que encarna el
y una auténtica definición de una estrategia de con- la academia. el uso de políticas penales expansivas o de “toleran- poder punitivo.
trol. A grandes rasgos puede decirse que esta corrien- Si a lo largo del decurso histórico la criminalidad cia cero” en el ámbito regional, lo que ha acarreado No es una novedad que la política criminal no
te de pensamiento pretendió barrer los aspectos críti- femenina había estado planteada en términos de un notable aumento de la punición como respuesta se define ni se opera en abstracto. De ahí que dis-
cos de la Ilustración, y su característica esencial fue la “enfermedad” y desviaciones morales, con predomi- prácticamente excluyente al fenómeno de la crimi- currir sobre la política criminal exige desentrañar
aplicación de las ciencias naturales a las ciencias nio de la etiología biológica, más tarde el estereotipo nalidad violenta y también al amparo del control del los factores que definen el esquema del control
sociales. De la mano de la biologización del delito, la criminalizante femenino estuvo ligado a los llamados tráfico de drogas ilícitas. social de la mujer, muchas veces yuxtapuestos con
criminología tuvo como objeto un grupo humano “delitos de género”: infanticidio, aborto, homicidios Sobre todo a partir del auge de la persecución de otros mecanismos de control social.
biológicamente diferente e “inferior”, motivo por el pasionales, entre otros; en los setenta la criminaliza- conductas vinculadas al tráfico de estupefacientes El control social no sólo abarca la función del
cual se llegó a designarla como una rama de la zoolo- ción de la mujer marca un giro ascendente cuando hegemonizada por Estados Unidos bajo el velo de la aparato represivo estatal en sentido estricto, es
gía. La mujer delincuente pertenecía a esa categoría, pasa a asociarse a los delitos contra la propiedad “guerra contra las drogas” se constató una bisagra decir, el sistema penal, sino también una amplia
y puntualmente fue considerada un monstruo. (robo, hurtos y otros). que marca una dinámica ascendente de criminaliza- gama de dispositivos latentes que impregnan las
En la visión lombrosiana, las mujeres delin- El penitenciarismo tradicionalmente no ha ción masiva global, que tuvo su correlato regional y políticas sociales primarias (salud, educación, asis-
cuentes o las prostitutas son especialmente degene- brindado una atención específica a la mujer, sobre abrió paso a un sensible incremento de la criminali- tencia social, etc.) e incluye mecanismos de auto-
radas, y peores que los hombres, puesto que no sólo todo por la baja proporción de criminalización zación femenina, alterando las proporciones de la rregulación no formales, dispuestos por fuera de
han violado las reglas legales sino también su condi- femenina, lo cual ha traído aparejada una limitada composición de la población carcelaria tradicional. las políticas estatales, entre los cuales se ubican la
ción femenina. regulación de los aspectos penitenciarios relativos Nuestro país no pudo escapar a las consecuencias de familia, la religión, la cultura y la opinión mediáti-
Justamente la obra de Lombroso y Ferri acuñó la a las mujeres reclusas, relegando a éstas a una posi- este fenómeno verificado a nivel global, y se importó ca, entre otros.
mayoría de los estereotipos responsables de la elabo- ción secundaria y desconociendo toda perspectiva acríticamente esta tendencia planetaria, como lo Dentro de esa relación de género-especie, la
ración de las ulteriores tipologías de mujeres que de género. Al amparo de un modelo andrógino, el demuestra la información suministrada por el organización social patriarcal incide en la defini-
infringen la ley, más aún en países de acervo positivis- sistema penal ha reforzado los esquemas patriarca- Servicio Penitenciario Federal, según la cual en 1984 ción de los lineamientos educativos, la socializa-
ta, como la Argentina. Por eso su inevitable referen- les socialmente arraigados. las mujeres representaban un 4,2% de la población ción y los medios coercitivos para garantizar que
cia, ya que en la actualidad la conexión entre la bio- Este indisimulado desdén hacia la situación de la
logía y la criminalidad femenina se mantiene. mujer privada de libertad pasa a ser insostenible con 24
Esta perspectiva no sólo tiene fuertes implican- las implicancias de las políticas de control de estupe- 25
cias en el proceso de criminalización, sino que en la facientes diseminadas por Estados Unidos a través de
actualidad se expresa en la construcción de la res- la “guerra contra las drogas”, que derivó en un incre-
puesta punitiva y en el diseño del tratamiento peni- mento ostensible en la tasa de encarcelamiento de la
tenciario. Así, en la respuesta de los sistemas judicia- mujer, trastocando los guarismos de la composición
les predominan aún argumentaciones que encierran de la población carcelaria a nivel planetario.
concepciones estereotipadas sobre la inferioridad 1. La mujer y la política criminal de la guerra con-
femenina, y el tratamiento deparado a las personas tra las drogas
los miembros de la sociedad se “conformen” a sus Las facetas del control que se ejerce contra la esta forma se mantiene celosamente la integridad de En los últimos años se han registrado en nues-
expectativas. mujer permiten detectar al sistema penal como una un discurso que la constituye a partir de su función tro país avances objetivos y cualitativos en la ope-
Las formas de control social no sólo tienen capa- instancia donde se reproducen e intensifican las con- reproductora, de modo excluyente, en la cual la ratividad de los derechos humanos, particular-
cidad para sancionar desviaciones, sino que contribu- diciones de opresión mediante la imposición de un mujer queda acotada a ese estereotipo que será mente en lo atinente a las minorías históricamen-
yen a constituir al sujeto. Así, el modo en que opera padrón de normalidad. fuente de beneficios pero también habilitará un te marginadas. La discusión que precedió a la san-
el control social sobre la mujer se observa con clari- Numerosas investigaciones dan cuenta de que las mayor poder punitivo si la reclusa no se adecua al ción de la ley de matrimonio igualitario sin dudas
dad desde su niñez, puesto que una vez demostrada mujeres detenidas soportan los mismos padecimien- rol materno. Un claro ejemplo de ello son la forma abre un contexto social fértil para debatir y revisar
la asignación y la confirmación genérica por parte de tos que los que afrontan los varones detenidos, pero en que el sistema judicial administra las medidas no la acuciante situación de las mujeres en prisión.
los padres –más allá del sexo biológico o genético–, que a ello se agregan otros sufrimientos de singular privativas de libertad, o las salidas de baja punición, La armonización de los derechos humanos
inciden también fuertemente las representaciones valía, inherentes a la condición de género, que no que con relación a la mujer están supeditadas a su de las mujeres privadas de libertad, y la elabora-
del orden cultural. son registrados y que constituyen un agregado puniti- condición de embarazada o a su maternidad, donde ción de un nuevo paradigma en el trato peniten-
Eso implica que a lo largo del historial de la vo cargado en la cuenta de las condenadas (entre con frecuencia se enjuicia el cumplimiento del rol ciario dirigido a revertir las aristas específicas de la
mujer van a interactuar otras instituciones –más allá otros, mayor abandono por parte de sus parejas, de madre de las reclusas, que en rigor no se trata de vulnerabilidad social que atraviesan las mujeres
de la familia– a través de las cuales se organiza el menor infraestructura carcelaria, ausencia de servi- medidas de acción positiva para asegurar la igual- detenidas es, desde esa óptica, una tarea pendien-
patriarcado en la actualidad, donde el sistema penal cios sanitarios acordes a sus necesidades así como de dad sustancial sino que la finalidad es preservar al te, donde los parámetros de la Convención sobre
ha pasado a detentar mayor proyección, especialmen- prestaciones educativas y laborales dirigidas a revertir feto o al niño. la Eliminación de Todas las Formas de
te en la franja de mujeres de menor acceso a recursos su posición desigual estructural con los varones). Yagüe Olmos (en Madres en prisión: historia de Discriminación contra la Mujer nos marca una
materiales, jóvenes y mayormente multíparas, que Es más. La literatura criminológica y penológi- las cárceles de mujeres a través de su vertiente mater- hoja de ruta a seguir.
son las que responden al estereotipo criminalizante, ca permite observar que el abordaje científico de nal) pronostica sin equivocarse que “la igualdad en Es ineludible el diseño de un programa peni-
es decir a los sectores más vulnerables a caer en las las condiciones de encierro de la mujer ha girado el trato penal adquirirá todo su sentido cuando las tenciario que, en términos generales, sea apto
redes de un sistema penal altamente selectivo que cri- preponderantemente, de forma dirimente, en legislaciones recojan el mandato igualitario que para promover el desarrollo autónomo de las
minaliza las conductas más burdas, no así las que cau- torno a la problemática de su maternidad y emba- expresa la reciente recomendación REC (2006) 2 del mujeres detenidas donde sean erradicados pará-
san mayor daño. razo intramuros. Comité de Ministros del Consejo de Europa que no metros sexistas, dotado de una oferta laboral, edu-
Nadie ignora las controversias que surcan a la diferencia el sexo del progenitor que puede ingresar cativa, recreativa y cultural puntualmente predis-
2. Mujer y cárcel: la doble punición. Ser o no ser maternidad en prisión, y las lacerantes consecuencias en prisión con un hijo de corta edad. Esta posibili- puesta que permita delimitar las expectativas de
madre para los niños obligados al encierro de sus progenito- dad abrirá otra vía de debate interesante […]. las mujeres detenidas y sirva para orientar la
ras. Es difícil aceptar pasivamente la imagen de un ¿Habrá que crear estructuras específicas para estos misión del personal penitenciario.
Dentro del crítico escenario que exhiben las cár- chico menor de cinco años tras las rejas. padres? ¿O, más bien, se plantearán módulos mixtos
celes en la región, la situación de las mujeres privadas Desde el plano legislativo, judicial y administrati- de madres y padres?”
de libertad ostenta específicos ribetes que permane- vo predomina una conceptualización de la institución
cen invisibilizados. carcelaria destinada en principio a varones, donde los 3. La mujer en prisión como sujeto de derechos
La tradicionalmente reducida representación tímidos intentos por tutelar los derechos de las muje- constitucionales
femenina dentro de los sistemas penitenciarios en res privadas de libertad se han circunscripto a las que
comparación con la masculina –como ya se anticipó– son madres o están embarazadas. Este esquema está El derecho a la igualdad en el ámbito constitucio-
trajo aparejado su silenciamiento y excluyó delibera- lejos de respetar y asegurar la titularidad jurídica pro- nal nacional actual supera el terreno de las garantías
damente la cuestión de género dentro de las agendas pia de la mujer. liberales o negativas –que consisten solamente en
públicas, como observa Zaffaroni, quien señala que Del mismo modo que bajo el imperio de la socie- deberes públicos negativos o de no hacer–, en la
“desde esta perspectiva, aparentemente ingenua, la dad patriarcal la maternidad totaliza, en el caso de la medida en que se perfecciona con el derecho antidis-
mujer aparece como virtualmente excluida del poder mujer en prisión ésta se monta sobre un entramado criminatorio, a partir de la reforma de 1994, que forja
punitivo, centrado casi únicamente sobre hombres”. complejo, con contornos propios, que debe ser obje- un entramado normativo que pone en manos de los
Se considera que ese formidable poder de vigilan- to de estudio, para no correr el riesgo de afianzar poderes públicos un conjunto de obligaciones, un
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cia que ejerce un sistema penal selectivo no es inofen- patrones culturales patriarcales basados en concep- quehacer positivo al cual están vinculados.
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sivo o menor para la mujer. El poder punitivo no ciones estereotipadas y prejuiciosas de las mujeres. La incorporación de la legislación supranacional
puede ser utilizado indistintamente para el hombre o La legítima preocupación por la maternidad en de derechos humanos operada en 1994 ha marcado * Abogada, graduada en la Facultad de Derecho y Ciencias
para la mujer, “sino que está estructuralmente vincu- el encierro, que constituye el abordaje predominan- un punto de inflexión propiciatorio de un cambio de Sociales de la UBA; especialista en Derecho Penal y Ciencias Penales,
lado a la dominación y subordinación de la mujer, y te, se ve opacada si se la analiza en el contexto carce- paradigma en el diseño infralegal y en la proyección Facultad de Ciencias Jurídicas de la USAL; doctorando en Derecho
sólo con su reducción y contención la mujer podrá lario actual, y crea una doble reja de estirpe machista de políticas públicas, donde el Estado nacional está Penal y Ciencias Penales (USAL); especialista en Delitos Económicos y
superar su posición de subordinada del poder”, aler- porque desconoce la dinámica de las relaciones de subordinado a las convenciones y pactos de derechos Crimen Organizado, Facultad de Derecho de Toledo, UCLM; profesora
ta el citado catedrático. De allí que el poder punitivo poder entre hombres y mujeres e impide visualizar a humanos que contienen expresos mandatos dirigidos adjunta de Derecho Penal Especial, Facultad de Derecho UFLO; miem-
contra la mujer es “poder de género”. la mujer presa como sujeto de derecho autónomo. De a los poderes públicos. bro referente del INECIP, autora de publicaciones doctrinarias.
Sección Actualidad
escasa educación formal y han permanecido ajenas desentiende de implementar políticas públicas
a cualquier tipo de política social de carácter inclu- que garanticen los derechos fundamentales de
La problemática carcelaria desde una perspectiva de género: sivo. En este marco, las instituciones de encierro, los niños y sus madres.
lejos de revertir estas realidades, reproducen las
las mujeres detenidas en la provincia de Buenos Aires desigualdades y estructuras dominantes que perpe-
túan al cuerpo de la mujer como depositario de
Violencia carcelaria y otras violencias
:MARIANO SAPIA
das alternativas a la prisión. En diferentes oportu- Un componente estructural en la forma en que los
nidades (acciones declarativas de las detenidas en operadores judiciales administran justicia es la uti-
el marco de reclamos colectivos, petitorios realiza- lización sistemática de la prisionización y la invisi-
dos por ellas a funcionarios públicos y organismos bilización de la experiencia femenina en los proce-
de derechos humanos) las mujeres detenidas recla- sos judiciales.
maron a la Justicia y a los funcionarios públicos que
su condición de madres se hiciera visible, tanto en
los procesos judiciales como en el diseño de políti-
cas públicas.
En este marco, la maternidad como parte de
una estrategia judicial tendiente a superar la pri-
sión preventiva y garantizar el acceso a la Justicia
de las mujeres detenidas parte de una conceptuali-
zación acerca del sentido y el potencial transforma-
dor de estas reivindicaciones. En tanto estas condi-
ciones propias de las mujeres se insertan en rela-
ciones sociales y de poder preexistentes desventajo-
sas, su potencialidad argumentativa puede provo-
car tensiones y, por lo tanto, posibles transforma-
ciones en los paradigmas dominantes en el dere-
cho penal y en la administración de justicia.
Sin embargo, la “posibilidad” –y no el deber–
de los jueces de otorgar medidas alternativas a la
prisión no ha redundado en impactos significativos
en la “prisionización” de las mujeres detenidas con
hijos y embarazadas.
En este sentido, lo que permanece inalterable y
no acompaña el cambio en la legislación son otros
componentes del derecho penal, que operan inde-
pendientemente del componente formal-normativo. En este sentido, adoptamos el concepto de violencia definido en la
De acuerdo con la información brindada por el Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Ministerio de Justicia y Seguridad provincial, el Violencia contra la Mujer que en el artículo 1: “Por violencia contra la
porcentaje de mujeres que accedieron a medidas mujer debe entenderse cualquier acción o conducta basada en su géne-
alternativas a la prisión preventiva durante 2008 ro que cause muerte, daño o sufrimiento, físico sexual o psicológico a la
corresponde al 0,43%, mientras que en 2009 este mujer, tanto en el ámbito público o privado”.
porcentaje aumentó al 1,3% de la totalidad de 32
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entrevista a
mujeres detenidas. Este aumento no es significativo Desde distintos organismos de derechos humanos, incluidos la
si tenemos en cuenta, además del cambio en la Comisión Provincial por la Memoria, se hicieron diversas gestiones para
legislación, que durante este período el porcentaje que en el texto de la ley quedara establecido el carácter imperativo de la
de mujeres detenidas se incrementó un 29%. obligación de los jueces de otorgar medidas alternativas a la prisión pre-
EStudioS
¿Qué pensás de la política actual? ¿Qué lugar te parece que ocupa el varón hoy? Estudió dibujo y grabado con Ernesto pesce y pintura con Carlos Gorriarena
En 1991/92 participó en el taller organizado por Guillermo Kuitka y la Fundación
En ese sentido me siento muy solitario, Alfonsín es Yo creo que el hombre y la mujer son absolutamente antorchas, y realizó un mural para el aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas
de la universidad de Buenos aires.
muy sencillo, Reutemann no transformó Santa Fe, y distintos; una cosa es la igualdad de derechos y otra es
esta gente del PRO me parece que son un delirio… la igualdad de género. Bueno, primero te confieso ExpoSiCionES indiVidualES
Ahora bien, cuál es la gracia de ser argentinos: es que que yo no sé mucho de estos temas. Pero creo que hay 2008 El río sin orillas- Gachi prieto Gallery. Buenos aires, argentina
hay un punto en que no nos creemos estupideces. Te 2006 Centro Cultural Borges. Buenos aires. argentina
en los hombres una enorme incapacidad de salir de
2004 Galería Silvia Vesco. Buenos aires, argentina
doy un ejemplo absurdo: no buscamos hacer la cierto infantilismo con lo cual hay situaciones respec- 2003 Facultad de Ciencias de la Comunicación. paraná, Entre ríos, argentina.
mejor caja de fósforos del mundo, queremos estar to de la masculinidad, como dificultad para tomar 2002 Galeria praxis arte internacional. Buenos aires, argentina
bien con la familia, tener tiempo para disfrutar con decisiones, asumir la paternidad, los compromisos. Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina
2000 Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina
ellos, no somos como otra gente de otras partes del Se ven más los cambios en las mujeres, y aparte hay
1999 Galeria praxis arte internacional. Buenos aires, argentina.
mundo… Si un amigo te pide plata, no le pedís que otro tema importante: las mujeres tienen una con- Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina.
te firme un pagaré. Y si te cagó, bueno… somos dis- ciencia del tiempo muchísimo más clara que el hom- Commenoz Gallery. Key Biscayne, Florida, uSa
tintos y ésa es nuestra gracia. bre, posiblemente por sus ciclos menstruales, posi- 1997 praxis internacional art. ney York, uSa
1994 Galería tema. Buenos aires, argentina
Borges decía que nosotros éramos muy diferentes de blemente por sus ciclos hormonales y posiblemente 1992 Galería tema. Buenos aires, argentina
los españoles hasta que encontró en el Quijote una porque en algún momento dejan de ser fértiles. El 1991 Fundación Banco patricios. Buenos aires, argentina
frase que dice: “Que allá se encuentren ellos con sus hombre, al no tener conciencia de los ciclos, tiene 1989 Fundación Banco patricios. Buenos aires, argentina
pecados”, es decir, para qué vamos a estar juzgando a 1988 Colegio Ward. ramos Mejía. pcia de Buenos aires, argentina
menor conciencia de la finitud, y creo que esto tiene
1984 Galería angelus, Buenos aires, argentina
todo el mundo… que ver con ese infantilismo en los hombres.
En lo político yo creo que es tiempo de hacer una Las exigencias sociales son cada vez mayores. Fijate prEMioS Y diStinCionES
síntesis, tratar de no tener dos sistemas sino uno en las mujeres, tenés que estudiar, viajar, tener expe- 2005 premio accesit. premio pintura aerolíneas argentinas
tercer premio de pintura. premio de artes Visuales Fundacion oSdE.
solo, donde haya acuerdos, acuerdos mínimos. riencia, cuidarte el cuerpo y ser una profesional exi-
2001 tercer premio de dibujo. Salón Municipal. M Belgrano. Museo Sivori.
La primera cosa que aprendí en el taller de tosa, ¡y cómo no vas a tener hijos! ¡Empezá a sumar y Buenos aires, argentina
Gorriarena tenía que ver con la pintura y también te aplasta todo eso! Y con el hombre pasa lo mismo. 1998 primer premio de pintura, 1ª Bienal del deporte. Salas nacionales de
con la política, y es que la manera de actuar en el Exposición.
Buenos aires, argentina.
arte era una, y la manera de actuar en política era ¿Sí, te parece? 1995 invitado por el ministerio de relaciones Exteriores y Culto representó a la
absolutamente otra; en política tenés que pensar, argentina en la
tenés que ceder, tenés que especular, en el arte Me parece que es obvio. Aunque las exigencias esté- primera Bienal de Sudáfrica
podés ir a todo o nada. Yo tengo la impresión de 1993 primer premio de pintura, ritos de Buenos aires, Centro Cultural recoleta.
ticas son mayores en las mujeres, por esto que te
Buenos aires, argentina
que buena parte de los artistas especulan, actúan decía de los ciclos, pues una mujer con canas puede
como políticos, y buena parte de los políticos no parecer atractiva y tiene que ver con que pasó el oBraS En ColECCionES púBliCaS
actúan como si fueran artistas. Habría que lograr tiempo de su fertilidad, no a nivel consciente, claro. the Metropolitan Museum of art, new York, uSa, Casa de las américas, la Habana,
Cuba, Museo rally, punta del Este, uruguay., Museo Eduardo Sivori, Buenos aires,
acuerdos mínimos. Pero bueno, yo soy pintor, no En cambio un hombre canoso sigue pudiendo tener
argentina, Fundación telefónica de argentina, Museo de Bellas artes de arrecifes,
soy político. hijos… ¿no? pcia. de Buenos aires, argentina, Fundación Banco patricios, Buenos aires, argentina
Fundación oSdE Buenos aires, argentina, Fundación aerolíneas argentinas
Secretaría de deportes de la nación
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Sección Otra historia
Las organizaciones armadas de los setenta revolucionaron, entre
apoyo estatal. “Yo jugué en una época en la que orga- Estado y dependiendo de la buena fortuna para cual es sumamente auspicioso teniendo en cuenta la falta de perspectiva de
nizábamos cafés concert y vendíamos diarios para lograr un sostén económico en el futuro.
juntar el dinero y poder viajar a los mundiales”, dice El derecho al deporte en este nivel se enlaza con género con que las políticas deportivas se generan.”
Verónica Alfonso en el libro Historia política del el derecho al trabajo digno, y la profesionalización