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Genero y Peronismo 10

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Editorial 02

Violencias de género: violencia sexual


y tortura en el terrorismo de Estado en la Argentina
Por María Sondereguer 04
Género y Peronismo en las Provincias
Gacetilla de Prensa 08
Consumo de sustancias y género
Por Fabian Chiosso 10
Premios Nobel: premiados y premiadas
Por Mabel Burín 14
Feminismo, peronismo y formas diversas de
hacer política
Por Laura Masson 18
Condiciones carcelarias, género y discriminación
Por Graciela Julia Angriman 23
Problemática carcelaria desde una perspectiva
de género
Por Lausana Malacalza 28
Dossier
Entrevista al Artista Plástico Mariano Sapia
Por Ana Zeliz 33
Montoneros: militancia y roles de género
Por Eva Prado 41
El mundo del jockey…el mundo de los deportes
Por Marta Antúnez 45
Si bien no se ha dado un debate suficiente ni una confrontación teórica al respecto, es cier-
to que se han producido intercambios interesantes entre los países, y muchos de los objetivos
planteados han comenzado a lograrse. En la Argentina, las jornadas bianuales de historia de
las mujeres y el Congreso Latinoamericano de Estudios de las Mujeres y Teoría de Género
Editorial

implicaron avances significativos que favorecieron el desarrollo teórico con conceptualizacio-


nes propias.
Hasta aquí, hemos analizado las herramientas teóricas para realizar el análisis político, acer-
ca de las políticas públicas llevadas a cabo.
Haciendo un rápido recorrido se pueden destacar algunos indicadores:

• Néstor Kirchner podría haber sido reelecto como presidente, pero prefirió no hacerlo y le
pasó la posta a su mujer, dando un claro mensaje de igualdad.
• Promocionó a dos mujeres en la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco y Carmen
Argibay.
• Designó al frente una cartera históricamente manejada por varones, como la de Defensa,
a Nilda Garré, quien ha impulsado fuertes cambios en una institución, tan anquilosada como
patriarcal.
• Se nombró a Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, quien fue la
primera mujer que ocupó ese cargo.
Esta revista se ha propuesto, desde su primer número, analizar el pero- • También a cargo del Ministerio de Industria y Comercio se puso a una mujer; Débora
nismo incluyendo la perspectiva de género. Ello implicó abrir un debate Giorgi.
que hasta entonces estaba ausente. • Se ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención contra toda Forma de Discriminación
En este momento, en que el peronismo es gobierno, resulta imposter- hacia la Mujer (Cedaw).
gable realizar el análisis de las políticas públicas puestas en marcha utilizan- • En la Cámara de Diputados se aprobó el matrimonio civil igualitario.
do la perspectiva de género. Con ese fin, aunque para algunos resulte rei- • Se promocionó el Plan Nacional contra la Discriminación.
terativo, revisaremos conceptualmente a qué nos estamos refiriendo. • Se impulsó el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Según el diccionario de género, éste surge como categoría analítica • Se otorgó la jubilación para amas de casa y empleadas domésticas.
para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfa- • Se desarrollo una política de derechos humanos que permitió llevar a cabo los juicios por
sis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo mascu- causas de lesa humanidad, que posibilitaron a mujeres víctimas de la violencia reclamar justicia.
lino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. El • Entre las políticas de redistribución se destaca "La
género es una categoría transdisciplinaria que desarrolla un enfoque glo- Asignación Universal por hijo"
balizador y remite a los rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que • Las políticas previsonales han favorecido a miles
se atribuyen a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada de mujeres
sociedad. • Se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral, y
Editorial

Aunque existen divergencias en cuanto a su conceptualización, la cate- se avanzó en la convocatoria a un equipo de expertas
goría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de para acordar los contenidos mínimos curriculares.
los roles, las identidades y los valores que son atribuidos a varones y muje- • Se asumió como política de Estado el tema de la
res, e internalizados mediante los procesos de socialización. violencia familiar y la violencia de género, creando ser-
Por ende es: vicios especializados a tales fines (el programa Las
Víctimas contra las Violencias, y la OVD, Oficina de 02
1. Una construcción social e histórica. Violencia Doméstica). 03
POR ANA ZELIZ

2. Una relación social. • Se visibilizó el problema de “Trata de Personas” y


3. Una relación de poder. más allá de su ley, se creó la oficina de Trata, dependien-
4. Una relación asimétrica. te del Ministerio de Justicia, que realiza la atención y el
5. Abarcativa. acompañamiento a las víctimas.
6. Transversal. Estas son algunas de las políticas en materia de géne-
7. Una propuesta de inclusión. ro que se pueden destacar de la actual gestión kirchne-
8. Una búsqueda de equidad. rista. No es poco, aunque haya que seguir trabajando.
Con la reapertura de los procesos penales por identificar una práctica reiterada y persistente de
los crímenes cometidos durante la dictadura, luego violencia sexual hacia las mujeres. El debate jurí-
Sección Violencias

de la declaración de inconstitucionalidad de las lla- dico a nivel internacional pudo entonces caracte-
madas “leyes de impunidad” (leyes de punto final y rizar la violencia sexual en el contexto de prácti-
obediencia debida y los indultos), algunas mujeres cas sistemáticas de violencia como una violación
que sufrieron distintas formas de violencia sexual específica de los derechos humanos, y en 1998 el
en los campos clandestinos de detención han Estatuto de la Corte Penal Internacional la tipifi-
comenzado a narrar una historia que había perma- có como crimen de lesa humanidad.
necido velada hasta el presente. En los años ochen- Para las Fuerzas Armadas y las fuerzas de
ta, en el juicio a las Juntas, la apelación a la ley seguridad argentinas, la gramática de los cuerpos
supuso el restablecimiento de la vigencia de un tiene una significativa incidencia en su constitu-
violencia sexual y tortura en el terrorismo de Estado en la Argentina

código común, y el relato de las víctimas, sometido ción como sujetos. El soporte corporal instituye
a la transformación de la escucha legal, redefinió la sus identidades e informa sobre los atributos de
tragedia vivida en un testimonio ordenado según sus integrantes. Por ende, la “intervención”
las normas de producción de la prueba jurídica. Ese sobre los cuerpos por parte de los perpetradores
relato, en el que los y las testigos devenían sujetos también se inscribe en un dispositivo disciplina-
de derecho, se construyó sobre la imagen de un ciu- rio: podemos leer en los crímenes una lengua, y
dadano abstracto que les escamoteaba su condición esa lengua nos interpela. Como señala Rita
de varones y mujeres concretos. En ese entonces, Segato en el libro Territorio, soberanía y críme-
las denuncias de prácticas de violencia sexual hacia nes de segundo estado: la escritura en el cuerpo
las mujeres –o hacia los varones- quedaron subsu- de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, en el
midas en la figura de los tormentos y en las distin- caso de la sexualidad, cuando esa lengua escribe
tas vejaciones. E incluso quedaron relegadas ante el su letra en el cuerpo de una mujer –o de un
crimen de la desaparición forzada, que se conside- varón– expresa un acto domesticador. Si en los
ró el elemento central de la metodología represiva cuerpos se inscribe la disputa política, en el cuer-
del terrorismo de Estado. Pero en los años noventa, po territorio de las mujeres –y de los varones– el
Violencias de género:

En el marco del estudio sobre “Violencia sexual y violencia de la incorporación de la perspectiva de género en la intercambio sexual juega un papel en la repro-
género en el terrorismo de Estado: análisis de la relación entre violen- investigación de violaciones masivas a los derechos ducción de la economía simbólica del poder
cia sexual, tortura y violación a los derechos humanos” que desarrolla- humanos en el mundo (en situaciones de conflicto cuya marca es el género. Pero mientras el cuerpo
mos en los Centros de Derechos Humanos de las universidades nacio- armado o en procesos represivos internos) permitió violado de los varones es destituido de su mascu-
nales de Quilmes y de Lanús (con la codirección de Violeta Correa)
nos propusimos interrogarnos, con perspectiva de género, sobre el
impacto diferencial de la violencia represiva sobre varones y mujeres.
Al indagar qué había sucedido con la violencia sexual y la violencia de
género durante la última dictadura en la Argentina tomamos como
*Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires

supuestos de análisis:

– que las mujeres detenidas en los campos clandestinos sufrieron


algún tipo de violencia sexual;
– que esta violencia fue sistemática y estuvo relacionada con la con-
dición de género de la víctima; 04
POR MARÍA SONDERÉGUER*

– que la violencia sexual ejercida contra las mujeres –y contra los 05


varones– constituyó un método de tortura basado en la estructura de
poder entre los géneros;
– que esta violencia fue invisibilizada en las indagaciones y en los
testimonios;
– que esta violencia fue invisibilizada en las políticas reparatorias
posteriores.
“ “
“Para las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad argentinas,
la gramática de los cuerpos tiene una significativa incidencia en su
constitución como sujetos. El soporte corporal instituye sus identida-
des e informa sobre los atributos de sus integrantes.”.

linidad, en el cuerpo violado de las mujeres se ins- La reflexión sobre las determinaciones sustanti- En los juicios actuales en la Argentina, los testi- “El delito de traición se insta-
cribe la “soberanía” de los perpetradores. Así, tam- vas que la estructura jerárquica entre los géneros monios sobre violencias sexuales hacen posible
bién en la “entrega” del cuerpo de las mujeres, en establece entre varones y mujeres nos impone tam- comenzar a pensarlas como tortura, tomarlas como ló en la circulación del cuerpo
los vínculos sexuales e incluso amorosos –y no sólo bién una reflexión sobre el testimonio –el testimo- tal, visibilizarlas y analizar de qué modo esa conside-
en los encuentros sexuales forzados, sino en aque- nio da fe de la memoria como experiencia estructu- ración ha comenzado a impactar en nuestra juris- de las mujeres. Los dilemas
llos vínculos afectivos “consensuados” entre secues- rante de la subjetividad– respecto de los crímenes prudencia. Por primera vez, en junio de este año, el
tradas y sus captores (sabemos que el contexto no es de violación sexual y de traición (sexual). Y el testi- Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mar del Plata conde- sobre cómo narrar lo inena-
neutro y está pautado por la violencia)– el inter- monio de las mujeres que padecieron violencia nó al suboficial Gregorio Rafael Molina, ex jefe del
cambio sexual se inscribe en un diferendo: por ello, sexual durante la dictadura se construye en sus ses- centro clandestino La Cueva, que funcionó en el rrable contrastan con la valo-
la “ocupación” del cuerpo de la mujer se asimila a gos, en sus opacidades, en sus grandes lagunas. viejo radar de la Base Aérea de Mar del Plata, por
la ocupación del territorio enemigo. Ambos crímenes, violación y traición, nos hablan “cinco violaciones y una tentativa”, entre otros deli- ración negativa y los juicios
Actualmente, en la legislación internacional las del desposeimiento de las mujeres, del enfrenta- tos de lesa humanidad. Si en los primeros años de
violaciones sexuales sistemáticas son consideradas miento de los varones con otros varones, del refor- la democracia esas violencias fueron silenciadas, morales que establecen los
violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, zamiento del estatus masculino. Ambos crímenes hoy es necesario avanzar en la incorporación de la
en todos los años transcurridos desde el final de la trazan también una escritura, una letra violenta en perspectiva de género a la reflexión sobre el terro- relatos sobre las sobrevivientes
dictadura, y regulada por una estructura de poder la que el cuerpo es soporte de una nueva normali- rismo de Estado. Esa mirada permitirá hacer visible
entre los géneros que se sustenta en el uso y abuso zación de las subjetividades de las víctimas. En la el impacto diferenciado de la violencia represiva de los campos clandestinos de
del cuerpo de unos por otros, la violencia sexual violencia sexual y la traición (en el tributo sexual) sobre mujeres y varones. La violencia sexual ejerci-
contra las mujeres durante el terrorismo de Estado del cuerpo de las mujeres se cristaliza una arcaica da en los campos clandestinos de detención es una
detención que se involucraron
en la Argentina no pudo ser considerada como un violación y privación de derechos. Puesto que todo experiencia clave para observar cómo la estructura
hecho político: hubo violaciones, se supo, pero no crimen puede leerse como un texto en el que se de género reafirma el sistema hegemónico masculi-
con sus captores.”
fueron significadas como una forma específica de articulan voces, enunciados, culturas, creencias, no y permite que haya permanecido invisibilizada
tortura, y no constituyeron un dato a visibilizar cuerpos y sujetos, esa trama nos revelan los vínculos trascendiendo al propio terrorismo de Estado. Por
específicamente en los testimonios. Desde esa que la ley, la justicia, la verdad y el Estado estable- ello, esa mirada no concierne tan sólo a la memoria * Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires; obtu-
misma lógica, la entrega del cuerpo a los perpetra- cen con aquéllos. sino que ancla en el presente. La lógica de domina- vo su DEA en Estudios de Sociedades Latinoamericanas en la
dores fue vista como traición y se significó como un Por ello, dar testimonio –interrogar los testimo- ción a través de los intercambios sexuales persiste Universidad de la Soborna. Es profesora titular e investigadora de la
hecho político. El delito de traición se instaló en la nios existentes, encontrar nuevos testimonios– del en la actualidad en las situaciones de detención y Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y profesora de la UBA.
circulación del cuerpo de las mujeres. Los dilemas impacto diferenciado de la violencia sexual y de encierro. La mirada de género incidirá no sólo en Directora del Centro de Derechos Humanos de la UNQ y codirectora
sobre cómo narrar lo inenarrable contrastan con la género sobre las mujeres tiene, además de su fun- la conceptualización legal de las conductas sino de la colección de Derechos Humanos de la Editorial de la UNQ. Ha 06
valoración negativa y los juicios morales que esta- ción “instrumental” (cuyo valor se dirime en el régi- también en los procesos de verdad y en las políticas publicado, entre otros ensayos, “Crisis: las certezas de los setenta”,
07
blecen los relatos sobre las sobrevivientes de los men de prueba de los juicios), una función “simbóli- de justicia y reparación. “Relatos sobre el pasado reciente en Argentina: una política de la
campos clandestinos de detención que se involu- ca”: en sus silencios, sus referencias oblicuas, su con- memoria”, “Memoria y narrativización de la identidad: historias de
craron con sus captores. En esos relatos, mientras flictiva visibilidad, sus voces más recientes, las narra- vida de los años setenta” y “Revista Crisis (1973-1976). Del intelec-
para los varones la traición tiene un signo de con- ciones de las víctimas de violencia sexual durante la tual comprometido al intelectual revolucionario. Antología”. Fue exper-
versión ideológica o moral, la traición de las muje- dictadura suscriben –e inscriben– valores, creencias, ta y redactora del Plan Nacional contra la Discriminación en Argentina
res se vincula al tributo sexual, sea por “entrega” o expectativas que informan de las pugnas y tensiones y es directora nacional de formación en derechos humanos de la
por sometimiento. en la economía de poder entre los géneros. Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Sección Provincias

femenino en adelante, las acciones políticas y tam- ción, respectivamente.


bién el discurso son nuestros, y es hora de que asu- El desarrollo de la actividad contó con un gran
mamos que somos portadores de ese discurso”, dijo número de concurrentes quienes, revista en
Timpanaro, subdirectora de la revista. Resaltó que mano, escucharon atentos las palabras de las
Eva Duarte fue declarada la mujer del Bicentenario. panelistas.
Eva, una figura internacional que trascendió las En las exposiciones Zeliz comentó la puesta en
fronteras de nuestro país por su lucha, sin dudas es marcha de Género y Peronismo, con el objetivo
reconocida universalmente, y como argentinas eso de saldar una cuenta pendiente ya que el peronis-
nos llena de orgullo. mo ha sido sin dudas promotor de muchas políti-
cas tendientes a la equidad de género pero no ha
elaborado un discurso en torno a ello. También
Ausencia de mujeres en el se realizó un recorrido por los cambios que se
relato histórico fueron sucediendo en la historia respecto del
papel de la mujer, y se plantearon los próximos
La licenciada Ana Zeliz, directora de Género y desafíos que se espera alcanzar. Timpanaro se
Peronismo, se refirió a la mujer y al Bicentenario refirió específicamente a un capítulo de la histo-
haciendo eje en la construcción social y cultural del ria de las mujeres: el derecho al voto femenino y
relato histórico, una construcción que en general la importancia del rol de Evita en esa concreción.
hicieron los varones. “Es notoria la ausencia de las “Los progresos han sido notables en la sociedad
mujeres en la historia, no aparecen, salvo algunas occidental pues se ha asumido que hay una mitad
excepciones, pero existieron, fueron partícipes de la femenina que se hace escuchar y participa activa-
historia y estuvieron presentes, sólo que fueron dis- mente en la construcción de la comunidad, si
criminadas por ser mujeres. La discriminación era bien en parte del mundo quedan grandes grupos
por género, por clase y por raza. No había peor lugar de naciones en los que la discriminación a la
Género y Peronismo estuvo presentándose en distintos social que ser mujer, pobre y negra o descendiente mujer es absoluta debido a cuestiones culturales y
de pueblos originarios”. religiosas”, reflexionó la diputada Silvina Frana.
lugares del país. Por su parte, Sandra Bustamante destacó, al igual
A su vez enfatizó que “el gran logro de Eva fue llegar
A pedido del partido, o invitadas por alguna agrupa- a las mujeres comunes, a las obreras, a las que reali- que sus compañeras de panel, el rol central de
Género y Peronismo

zaban tareas en sus casas, no sólo a las intelectuales. Perón y de Evita en el incremento de los derechos
ción, nuestra revista expuso sus últimos ejemplares en de las mujeres argentinas: “El peronismo eviden-
en las provincias

Ella pudo mostrarles que eran dueñas de sus dere-


diferentes provincias: Misiones, en Jardín América, y chos, no sólo el de votar, sino del resto de los dere- ció la presencia femenina en la política argentina,
en las calles, en las movilizaciones, y era necesario
Santa Fe, en Rosario. chos que el peronismo logró para el pueblo en gene-
encauzar esa presencia y establecer estructuras
ral. Ellas se sintieron incluidas porque Eva las convo-
có a ser protagonistas, les pidió que se involucraran donde pudiesen participar. Esto es lo que ve
y les exigió participación, que salieran de sus hoga- Perón. Por ello intenta esta apertura masiva de las
res cuando una causa las requiriera”. mujeres hacia las prácticas políticas cotidianas.
Jardín América Eva Perón fue una mujer política. Su rol lo con-
creta a través de su trabajo con los partidarios,
Con la participación mayoritaria de mujeres –aunque no faltaron los En Rosario con su intervención y las acciones que a través de
hombres– de Posadas, El Dorado, Oberá, Colonia Alberdi, Puerto la Fundación Eva Perón, de la dirección del
Libertad, Jardín América, Puerto Rico, Puerto Iguazú y San Vicente, A partir de la iniciativa de la agrupación universita- Partido Peronista Femenino”.
entre otras localidades, abrió el encuentro la vicepresidenta del ria Movimiento Octubre, se llevó a cabo el pasado Para el próximo año Movimiento Octubre, agru-
barrio San Antonio, de Jardín, Claudia Flores, luego de lo cual las viernes 3 de diciembre la presentación de la revista pación universitaria con participación en la
licenciadas en Sociología María Alicia Timpanaro y Ana Zeliz presen- en la ciudad de Rosario, en un marco de grandes Facultad de Ciencia Política y Relaciones
taron la revista Género y Peronismo, publicación del Instituto de expectativas y deseos de conocer la propuesta que Internacionales de la Universidad Nacional de 08
Altos Estudios Juan Perón, de Buenos Aires. desde este espacio se impulsa. Rosario (UNR), tiene programado continuar con 09
“El género atraviesa todas las áreas; si lo analizamos en nuestra vida Para la presentación se preparó un panel denomina- la difusión de la presente publicación en el ámbi-
cotidiana, veremos que está presente en todos los ámbitos. Si bien el do “Ciudadanía política femenina y peronismo”, en to en el que trabajan, no sólo para que llegue a
peronismo se ha impuesto políticamente; no fue así en la esfera cul- el cual ofrecieron sus exposiciones la licenciada más compañeros y compañeras, sino para que
tural. Por este motivo el discurso del género fue tomado por otros Sandra Bustamante, la diputada provincial Silvina todas y todos puedan realizar aportes interesantes
sectores, pero es nuestro porque las acciones tendientes a la equidad Frana, y las sociólogas Ana Zeliz y María Alicia que enriquezcan las reflexiones que se compar-
de género han sido y son del peronismo en su mayoría. Desde el voto Timpanaro, directora y subdirectora de la publica- ten en estas páginas.

En un momento de nuestro país en el que existe un creciente
debate sobre el problema de las drogas, este artículo pretende reali-
zar un aporte sobre uno de los aspectos más importantes y a la vez “En los años ochenta, quienes trabajábamos en el campo de las
menos tratado, como es el consumo de sustancias y la perspectiva de
Sección Actualidad

género. Estas reflexiones surgen de la experiencia concreta de aten- adicciones teníamos una experiencia directa de trabajo con varo-
ción de niñas, adolescentes y adultas consumidoras de sustancias en
una organización no gubernamental que trabaja con el modelo de nes jóvenes y adultos. La presencia de mujeres era extremada-
comunidad terapéutica (CT).
mente escasa: muchas de las parejas o amigas que “paraban”
Un poco de historia cercana
con los varones que atendíamos eran consumidoras de sustan-
En los años ochenta, quienes trabajábamos en el campo de las
cias, pero prácticamente ninguna se acercaba a pedir algún tipo
Consumo de sustancias y género.

adicciones teníamos una experiencia directa de trabajo con varones


jóvenes y adultos. La presencia de mujeres era extremadamente esca-
sa: muchas de las parejas o amigas que “paraban” con los varones que
de ayuda u orientación.”
atendíamos eran consumidoras de sustancias, pero prácticamente
ninguna se acercaba a pedir algún tipo de ayuda u orientación.
La década de los ochenta es el período de surgimiento de muchas En general las mujeres que solicitaban trata- problema del riesgo en que vivían estas muje-
instituciones que luego, a comienzos de los noventa, ingresarían en miento en la institución en esa época eran adultas, res se relaciona con la deconstrucción del estig-
una etapa de mayor organización, formalización y difusión de sus servi- con una larga trayectoria en el consumo de sustan- ma psiquiátrico y con la posibilidad de lograr
cios, y es probable que este factor tenga incidencia en el mayor acerca- cias. En las más jóvenes –de entre 25 y 35 años– la su inserción y desarrollo en el área laboral.
miento de mujeres a los tratamientos que se observa en este período. marihuana y la cocaína eran las sustancias ilegales Por otra parte, también se incorporaban a
Hacia mediados de los noventa la cantidad de mujeres que deman- de mayor incidencia. Estas prácticas casi siempre la CT –aunque en menor medida– mujeres
Algunas consideraciones desde la práctica

dan tratamiento en nuestra CT –y en muchas otras con las que traba- iban acompañadas del consumo de alcohol y en que de entre 19 y 24 años. En este grupo
jamos conjuntamente este tipo de problemática– creció aproximada- algunos casos se verificaba la utilización de sustan- observábamos problemas de consumo de sus-
mente un cincuenta por ciento, demanda que no dejaría de aumen- cias por vía endovenosa. A su vez, estas jóvenes com- tancias en diferentes grados, con característi-
tar y que iría presentando cambios significativos en su devenir. partían con las mujeres de mayor edad –de 36 a 45 cas similares a las ya descriptas. Generalmente
* Sociólogo, Psicólogo Social, Especialista en tratamientos de recuperación de consumo de sustancias

años– graves problemas relacionados con la auto- predominaba el abuso de psicofármacos y


medicación y el abuso de psicofármacos que, en la alcohol, así como de sustancias ilegales como
mayoría de los casos, estaba legitimado por la inter- la marihuana y la cocaína. No se detectaban
vención de un médico o psiquiatra, quien prescri- habitualmente en este grupo los mismos crite-
bía el uso de psicofármacos (básicamente tranquili- rios de psiquiatrización que en el de mujeres
zantes y antidepresivos) sin brindar el tratamiento mayores, aunque según cómo evolucionara el
psicoterapéutico complementario ni la supervisión consumo de sustancias la intervención psi-
adecuada del tratamiento. quiátrica se presentaba como una de las alter-
Estas mujeres provenían de sectores sociales nativas más concretas.
marginados y en proceso de empobrecimiento pau- Una problemática sumamente compleja
latino, y se encontraban fuera del alcance de los que impactaba especialmente en este grupo
deteriorados sistemas de salud pública y de las defi- era –y sigue siendo, especialmente en relación
cientes políticas asistencialistas estatales. con niñas y adolescentes– la de las madres con
El riesgo social en que se encontraban no sólo problemas de consumo de sustancias y
surgía del consumo de sustancias. También estaba HIV/sida, que se tornaba más compleja aún
10
ligado a la problemática laboral: las mujeres tenían porque casi no existían instituciones oficiales
11
POR FABIÁN CHIOSSO*

menos posibilidades de acceso a un trabajo formal ni privadas que dieran cuenta de este tema.
que los hombres; cuando accedían a él, trabajaban Curiosamente, predominaba una mirada frag-
en peores condiciones y la mayoría no tenía expe- mentada que tendía a tratar la maternidad, el
riencia previa ni acceso a una adecuada capacitación. consumo de drogas y los trastornos vinculados
Podrían enumerarse muchos otros factores, pero con el HIV/sida en instituciones diferencia-
queda claro que una de las maneras de abordar el das y especializadas.
También aparecen en estas jóvenes trastornos aso-
ciados a cuadros de bulimia y anorexia, violencia
familiar, violencia sexual, parejas conflictivas (varo-
nes alcohólicos, adictos, violentos) y, en menor medi-
da, situaciones judiciales relacionadas con delitos.

La primera década del nuevo siglo

El año 2001 representa un punto de inflexión en


cuanto al consumo de sustancias. Por una parte apa-
rece la pasta base o “paco” como droga de consumo
habitual en niños y adolescentes y, por otra, se con-
solida la pobreza y la exclusión social como un fenó-
meno estructural de nuestra sociedad. A partir de
entonces el consumo de sustancias y la “cuestión
social” quedan definitivamente entrelazados.
En este proceso, los niños y los adolescentes que
consumen drogas se transforman en un sujeto que
Estos modelos diseñados para trabajar con adul-
tos (principalmente varones y con una fuerte
impronta de la perspectiva psicológica y médica,
sobre todo en los dispositivos estatales) muy pronto
se vieron obligados no sólo a incluir la intervención
con niños y niñas, sino a incorporar la cuestión
social como un elemento co-constitutivo de las prác-
ticas de consumo de drogas y de los problemas que
plantean las adicciones. Esta última distinción es
muy importante, ya que no es del todo preciso
hablar de adicciones en niños y niñas que consu-
men drogas. Algunas investigaciones muestran que
el consumo de drogas en niños en situación de calle
es una “conducta social” que tiene relación con la
adaptación a un determinado contexto, conducta
que desaparece al incluirse los niños en un contex-
to de mayor contención.
La problemática de género adquiere en este pro-

“El año 2001 representa un
punto de inflexión en cuanto
al consumo de sustancias.
Por una parte aparece la
pasta base o “paco” como
droga de consumo habitual
en niños y adolescentes y, por
otra, se consolida la pobreza y
la exclusión social como un
vínculos que establecen con varones adultos,
situación que abre las puertas a uno de los temas
más estigmatizantes en las niñas: su sexualidad.
En efecto, la relación con varones adultos
implica en la mayoría de los casos la iniciación
sexual desde muy temprana edad, lo cual trae
aparejada, a su vez, una mayor exposición a
los abusos sexuales, embarazos no deseados,
abortos y maternidad precoz. Y en muchas de
ellas significa la iniciación en el mundo de la
prostitución a partir de los 14 o 15 años.
Estas situaciones marcan un punto de dife-
renciación muy importante respecto de los
niños. En efecto, si bien en términos genera-
les podemos considerar que tanto niños como
niñas son policonsumidores de drogas, en
estas últimas las cuestiones vinculadas a la
sexualidad sumadas al consumo de drogas las
interpela y desnuda la cara más aberrante del ceso mayor complejidad. Si bien las cuestiones des- fenómeno estructural de nues- exponen a una mayor estigmatización.
Estado neoliberal y pone en cuestión los modelos criptas anteriormente no sufren mayores cambios, Fácilmente son consideradas “putas”, “locas”
vigentes de asistencia y prevención. el dato más importante es que comienza a dismi-
tra sociedad.” o “reventadas” –principalmente por sus pro-
pios familiares–, y están más expuestas a per-
der a sus hijos en manos de un juez, o bien de
sus madres o abuelas que las consideran inca-
paces de hacerse cargo de la situación.
El abordaje de este tipo de situaciones
nuir la edad de las mujeres que requieren algún requiere de mucha creatividad por parte de
tipo de tratamiento, a la vez que surgen nuevas pro- los equipos de trabajo, como también de
blemáticas para resolver. Empiezan a ingresar en la mucha sensibilidad y un gran compromiso
CT niñas y adolescentes en quienes el consumo de humano. Pero esto solo no basta. Se precisan
sustancias es una más de las prácticas de riesgo y de también nuevos marcos conceptuales. Los
los estigmas sociales que atraviesan su vida. problemas que describimos en niñas y adoles-
Es altamente probable que una niña de 12 o 13 centes que consumen drogas no dejan de ser
años que consume drogas se encuentre viviendo en un espejo donde se reflejan cuestiones que
situación de calle desde una edad muy temprana. hacen a las mujeres en general: además de
Esto implica que instancias como la familia, el considerar los determinantes socioeconómi-
barrio, la escuela y el Estado han dejado de cumplir cos, el consumo de drogas no puede ser com-
con sus funciones básicas, y su ámbito de socializa- prendido por fuera de las matrices sociocultu-
ción y construcción de identidad comienza a ser en rales: tanto en niñas, adolescentes o en muje-
gran medida la calle. res adultas, el estigma de las drogas se ve
En este marco, el consumo de sustancias es sobredeterminado por los prejuicios cultura-
12
parte de las diversas prácticas que se ponen en les históricos sobre la mujer y su rol en los dis-
13
juego como estrategias de supervivencia en un tintos ámbitos de la sociedad.
ambiente extremadamente hostil. Estas prácticas Por este motivo, tanto los equipos profesio-
tienen varios sentidos, de los cuales señalamos dos: nales como quienes diseñan las políticas públi-
uno tiene que ver con las relaciones que establecen cas que se pongan en marcha deberán privile-
con sus pares, con los “modos de estar” entre ellos giar abordajes integrales que articulen las cues-
y con la construcción de condiciones de pertenen- tiones vinculadas a la salud con aquellas que
cia a distintos grupos; el otro se relaciona con los surgen del ámbito de lo sociocultural.
ras laborales de quienes se desempeñan en las laborales que les requieran tiempo, dedicación,
áreas reconocidas por el Premio Nobel. energía y compromiso, por verse obligadas a
Quizá la visibilización de las inequidades de tener que “elegir” entre su carrera laboral y su
Sección Actualidad

género en el otorgamiento de estos premios pone vida familiar. Si bien los discursos que se enun-
en descubierto otras inequidades que permanecen cian son políticamente correctos en cuanto a la
naturalizadas y que contribuyen a la construcción igualdad de oportunidades para la formación
del techo de cristal en la carrera laboral de las educativa y el acceso a la vida laboral para muje-
mujeres. El mencionado techo de cristal tiene una res y varones, en la práctica estas condiciones
doble inscripción: una objetiva y una subjetiva. En no se cumplen, de modo que todavía existe un
sus aspectos objetivos, está construido sobre la base amplio colectivo de mujeres que tienen que
del diseño de carreras laborales desde una perspec- optar entre la maternidad y el trabajo. Ésta es
tiva masculina, que impone restricciones a la subje- una opción que los hombres no tienen que
tividad femenina en cuanto al desarrollo de deseos plantearse. ¿Podría la ganadora del Premio
variados y diversos. Por ejemplo, el hecho de que se Nobel en Economía tener cinco hijos y una vida
atribuya a las mujeres la obligación de ser las prin- familiar como la que tiene su colega, premiado
cipales responsables de la formación de las familias junto a ella?
y del sostén emocional de los hogares y de los hijos, Se ha insistido mucho en la última década
especialmente mientras son pequeños, como parte en el proyecto de compatibilización de la vida
fundamental de la construcción de las sujetos familiar y la vida laboral, pero lamentablemen-
mujeres. Esto lleva a que muchas posterguen, a te hasta ahora en la mayoría de las organizacio-
veces indefinidamente, su inserción en carreras nes laborales se ha puesto el acento en que el
*Directora del Programa de Estudios de Género y Subjetividad, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES)
premiados y premiadas
Premios Nobel:

La adjudicación de los Premios Nobel 2009 nos ha dado una


sorpresa porque, por primera vez en su historia, han sido galardo-
nadas cinco mujeres en diversas áreas.
Ellas son Elinor Ostrom en Economía, Herta Muller en
Literatura, Elizabeth Blackburn y Carol Greider en Medicina y
Ada Yonath en Química. ¿Por qué es significativo este hecho?
Porque pone en evidencia la existencia del techo de cristal que
hasta ahora ha prevalecido en el otorgamiento de estos premios,
desde su creación en 1901. Del total de premios otorgados a lo
largo de más de cien años, sólo lo han recibido cuarenta mujeres
(aunque fueron entregaron en cuarenta y un ocasiones, porque
Marie Curie lo recibió dos veces). Una vez más nos preguntamos 14
por qué las mujeres estamos tan subrepresentadas en los puestos 15
jerárquicos más altos a la hora de reconocimientos como éstos,
POR MABEL BURIN*

que implican no sólo la suma de dinero, que se suele destacar, sino


también prestigio, reconocimiento social, aprobación de la pro-
ducción realizada, todos ellos aspectos muy relevantes en las carre-

género femenino sería el que tendría que hacerse como a los recursos que puedan obtenerse a través
cargo de ese proyecto, y no todas aquellas personas de políticas públicas y políticas sociales para que no
que quieran vivir en familia. persistan las inequidades de género. El hecho de “Si bien los discursos que se enuncian son política-
Aún persiste la problemática del ejercicio de la que hasta hoy la Argentina cuente con tres galardo-
corresponsabilidad de las parejas en la constitución nados con el Nobel –todos varones– no hace más mente correctos en cuanto a la igualdad de oportu-
de las familias y el sostén de una carrera laboral sig- que demostrar las excepciones que confirman la
nificativa, incluso en los países centrales, donde
desarrollan sus trayectorias de trabajo quienes pue-
regla, y que iluminan con más claridad el déficit
existente en el sostén de las carreras laborales de
nidades para la formación educativa y el acceso a
den aspirar al Premio Nobel. Esta corresponsabili-
dad implica tanto las negociaciones privadas de los
las mujeres en nuestro país.
Parecería que quienes pertenecen al género
la vida laboral para mujeres y varones, en la prác-
miembros que integran una familia como a las femenino sólo podrían incorporarse a una carrera
organizaciones laborales donde están insertos, así laboral significativa si siguen los patrones masculi- tica estas condiciones no se cumplen”
nos impuestos hasta ahora para ellas, ya que el allá de los supuestos tradicionales para el géne-
“Esto lleva a que muchas posterguen, a veces indefi- mundo del trabajo todavía está diseñado dentro de ro femenino. Las mujeres que quieran superar
principios masculinos a los que las mujeres deberí- estos obstáculos tendrán que desplegar lideraz-
nidamente, su inserción en carreras laborales que les an ajustarse para formar parte del “club de los gos heroicos para poder sostenerlos, con el con-
muchachos”. Esto también constituye violencia de siguiente costo subjetivo.
requieran tiempo, dedicación, energía y compromiso, género, pues impone restricciones al repertorio
deseante de las mujeres, inhibiendo y limitando
El techo de cristal en la carrera laboral de
las mujeres sigue siendo una barrera difícil de
sus posibilidades como sujeto dentro de estrechos traspasar. No es suficiente con que vislumbre-
por verse obligadas a tener que “elegir” entre su circuitos para el desarrollo de sus carreras. mos posibles resquebrajamientos de este techo.
Destacamos entre las implicaciones severas e injus- Lo que debemos procurar es que ni siquiera se
carrera laboral y su vida familiar” tas sobre la construcción de las subjetividades construya.
femeninas la dificultad para realizar anhelos más

16
17
Más allá del no reconocimiento del feminismo medios de expresión pública (periodistas, escri-
Sección Debates

como una forma de hacer política, para las feminis- toras) y, en muchos casos, dadas sus profesio-
tas el feminismo no sólo es político, sino que lo rei- nes, disponen de los medios necesarios para
vindican como la forma más auténtica y más radical transmitir sus valores a través de decisiones que
de hacer política. ¿Qué entienden las feministas tienen un efecto social (profesoras universita-
por política? ¿Cuáles son las características de la rias, abogadas, juezas, funcionarias del gobier-
política tal como ellas la definen? Y finalmente, no, legisladoras, representantes de organizacio-
¿cómo estas formas singulares de hacer política nes no gubernamentales). En relación con el
han permitido articular en algunos momentos de peronismo, esta característica las diferencia y
la historia peronismo y feminismo? las aleja tanto de la imagen de Eva (símbolo
Para comprender el feminismo es importante femenino ineludible del peronismo) como de
caracterizar a las feministas a partir de sus rasgos las mujeres de clases populares con la que el
comunes. El primero, que define a la mayoría peronismo se identifica con vehemencia.
(especialmente a la generación que reactivó el Como segundo rasgo, debemos destacar la
feminismo con la llegada de la democracia) es el noción de política propia del feminismo, la cual
y formas diversas de hacer política

acceso a la educación superior; entre ellas encon- aparece inmiscuida en la misma noción de per-
tramos a médicas, psicólogas, psiquiatras, sociólo- sona y prescinde de las formas organizativas
gas, periodistas, antropólogas, abogadas, filósofas e propias de los partidos políticos. Las feministas
historiadoras. Muchas de las que actualmente se construyen en sus prácticas militantes una
han convertido en líderes también han tenido manera de concebirse a sí mismas y de pensarse
Feminismo, peronismo

experiencias previas de militancia en partidos polí- en relación con el mundo. Para las feministas el
ticos, especialmente de izquierda. Estas mujeres cuerpo (y particularmente el cuerpo de las muje-
tienen un excelente dominio del lenguaje, acceso a res) es un lugar donde se definen “cuestiones

El editorial del primer número de esta revista anuncia la nece-


sidad de abrir un debate acerca de los temas de género dentro del
peronismo. Considero que la propuesta es un gran acierto porque
el peronismo, sin haber reivindicado a lo largo de su historia una
perspectiva de género, y habiendo sostenido una posición alejada
del feminismo, ha creado en diferentes momentos de la historia
argentina las condiciones de posibilidad para la participación de
las mujeres en el mundo político. El peronismo ha logrado, sobre
todo a partir de la imagen de Evita, un reconocimiento social
*Licenciada en Comunicación Social. Magister en Políticas Públicas.

amplio acerca de su rol en la integración de las mujeres a la polí-


tica y en la defensa de sus derechos. En contrapartida, el feminis-
mo ha sido escasamente reconocido. Sin embargo, hoy es imposi-
ble negar que los temas que comprometen los derechos de las
mujeres han podido ser colocados en la agenda pública a partir de
la militancia feminista y del movimiento de mujeres. Pero los pre- “…el feminismo ha sido escasamente reconocido. Sin
juicios que pesan sobre las feministas y el feminismo explican la
18
Diplomada en Estudios de Género.

escasa legitimidad que ha tenido este movimiento en tanto acción


política. En un intento de revertir parcialmente esa situación, me
embargo, hoy es imposible negar que los temas que compro- 19
POR LAURA MASSON*

dedicaré aquí a analizar las formas de hacer política propias del


feminismo para intentar comprender, luego, cómo más allá de las
meten los derechos de las mujeres han podido ser colocados
reconocidas diferencias y contradicciones entre peronismo y femi-
nismo los avances en los derechos de las mujeres en la Argentina no en la agenda pública a partir de la militancia feminista y
pueden comprenderse sin tener en cuenta ambos movimientos: sus
contradicciones, sus límites y sus formas divergentes de resolver la del movimiento de mujeres.”
integración de las mujeres en la sociedad.
políticas” y esto es así porque consideran que las deci- mente se originan en ámbitos académicos y su cir-
siones sobre lo que sucede con “el cuerpo de las culación y apropiación se garantiza mediante
mujeres” deben ser tomadas por cada mujer y no por publicaciones, en las dinámicas de trabajo de
otra persona, ni por el Estado o por alguna imposi- encuentros regionales, nacionales e internaciona-
ción religiosa. Así, “decisión” y “autonomía” son pala- les, charlas, conferencias, cursos, en la circulación
bras que han ido adquiriendo un lugar central en lo de folletos y publicaciones de divulgación.
que ellas consideran una forma de hacer política. El feminismo es un espacio que ha sido apenas
Para poder dar sustento a esta concepción del explorado académicamente en tanto lugar de “par-
mundo, las feministas disponen de un vocabulario y ticipación política”. En la década del ochenta
de técnicas específicas para que cada mujer se reco- numerosas publicaciones en ciencias sociales anali-
nozca como autónoma buscando en primer lugar la zaron diversos tipos de militancia bajo la denomi-
liberación “dentro de sí misma”. Según esto, es en la nación de “nuevos movimientos sociales”. Si bien el
acción individual y reflexiva donde se aloja la posibi- feminismo podría pensarse a partir de este concep-
lidad de rebelarse. En ese sentido es de vital impor- to, el mismo fue utilizado en la literatura sociológi-
tancia para las feministas la conversión de las catego- ca de los años ochenta como una forma social
rías cognitivas y las maneras, interiorizadas e indivi- homogénea que no resulta útil para comprender el
dualizadas, de convertirse en feministas. La transfor- modo en que las feministas entienden el ejercicio
mación del lenguaje tiene una preponderancia en la de la política, precisamente porque el feminismo
militancia feminista que puede vislumbrarse en la cir- lleva implícitas en su definición la diferencia, la
culación internacional de las palabras y en los térmi- confrontación y la fragmentación como formas de las formas de acción del feminismo es necesario dad, con derechos propios, acercándose de esta
nos que articulan las formas de la militancia. Algunos interacción. La versión interiorizada del “ser femi- pensar sus acciones teniendo en cuenta quiénes manera a la categoría de “ciudadanía”. Otra
términos acuñados en eventos internacionales (tales nista” y el feminismo como una manera de pensar las realizan y cuál es su ubicación social. Una prue- característica de este organismo fue que no se
como “patriarcado”) nuclearon a mujeres feministas el mundo y pensarse a sí mismas posibilitan que las ba de estas formas “individualizadas” de hacer atendían casos personales, y esta función fue
de distintos países y fueron un eje articulador de la feministas ejerciten su práctica militante desde la política es que dentro del peronismo también hay delegada al Ministerio de Acción Social. Esta
militancia. El uso de estos términos también permi- posición social que cada una ocupa. feministas y dentro del feminismo hay mujeres medida tomada por las integrantes del CPM se
tió crear estándares morales compartidos, para En tanto las feministas consideran que “hay peronistas. Las acciones de las feministas peronis- contrapuso a una imagen tradicional de la
explicar y juzgar circunstancias que se identifican tantos feminismos como feministas”, esto las habili- tas (o peronistas feministas) han acercado en mujer ligada a la beneficencia pública, y espe-
como “injustas” hacia las mujeres y posibilitan moti- ta en principio a utilizar en cada caso estrategias varios casos el feminismo al peronismo. Analizaré cialmente a la figura de Eva. La perspectiva ins-
var las acciones militantes. Los conceptos general- adaptadas a situaciones diversas. Para comprender brevemente, como uno de los varios ejemplos taurada desde la creación del CPM legitimó la
posibles, la creación del Consejo Provincial de la incorporación y el reconocimiento de las muje-
Mujer (CPM) en 1987 en la provincia de Buenos res integrantes del Consejo en tanto profesio-
“La versión interiorizada del “ser feminista” y el feminismo Aires durante el gobierno de Antonio Cafiero. nales y expertas que promovieron en diferentes
El CPM fue impulsado por algunas de las pero- niveles la igualdad de derechos entre hombres
nistas feministas, quienes diseñaron un organismo y mujeres. Sin embargo, si bien hubo un reco-
como una manera de pensar el mundo y pensarse a sí mismas que, a diferencia de otros que administraban polí- nocimiento oficial de las integrantes del
ticas dirigidas a mujeres, se constituyó como un Consejo en tanto profesionales, y de las mujeres
posibilitan que las feministas ejerciten su práctica militante espacio burocrático independiente de las políticas destinatarias de las políticas como ciudadanas,
de acción social y fue administrado por un grupo esto no fue suficiente para imponer un nuevo
desde la posición social que cada una ocupa.” de mujeres que se caracterizó por su alto capital modo legítimo de representación de las muje-
intelectual. Bajo la perspectiva del CPM las muje- res en tanto ciudadanas, lo que hubiera reque- 20
res, en tanto destinatarias de esas políticas, adqui- rido una estructura burocrática organizada y 21
rieron dentro de la estructura burocrática un esta- sobre todo la liberación de recursos financieros
tus particular. Por un lado, su imagen deja de estar que permitieran avanzar en ese sentido. El
asociada a problemas de pobreza, desempleo, des- reconocimiento y la legitimación llegaron con
nutrición, tercera edad e infancia, y por otro se programas que reubicaron a las mujeres en
hace extensiva a grupos de mujeres que antes no roles maternales, ligados a la asistencia social y
estaban contempladas dentro de las políticas diri- al trabajo voluntario. Con el arribo de Eduardo
gidas por el Ministerio de Acción Social. En este Duhalde al gobierno de la provincia de Buenos
caso las mujeres son definidas en su individuali- Aires el CPM se convirtió en Consejo Provincial
“El editorial del primer número de esta revista anuncia la

Condiciones carcelarias, género y discriminación. La necesidad


Sección Actualidad
necesidad de abrir un debate acerca de los temas de género
dentro del peronismo. Considero que la propuesta es un gran

de una reformulación de la tutela legal y jurisdiccional


acierto porque el peronismo…ha creado en diferentes momen-
tos de la historia argentina las condiciones de posibilidad
para la participación de las mujeres en el mundo político.”

de la Familia y Desarrollo Humano (CPFDH) y las diferentes formas de concebir a las mujeres en
colocó a las mujeres (tanto a las ejecutoras de las relación con el espacio público. Para evaluar seria-
políticas públicas como a las destinatarias) en rela- mente el impacto de cada uno de estos procesos
ción con la acción social. La creación del CPFDH necesitamos más investigaciones acerca de la
incorporó a miles de mujeres de las clases popula- influencia de estas políticas sobre la vida cotidiana
res a la estructura de las políticas sociales de la de las mujeres con el fin de evaluar el grado de
provincia. Miles de mujeres actuando en el espacio empoderamiento que los roles tradicionales, que La relación de la mujer y el sistema penal, sea como víctima o como
¿público?, legitimadas por la simbología del pero- les son asignados, pueden (o no) propiciar. De esta infractora, siempre ha sido problemática, desde el plano científico y
nismo de la dedicación de las mujeres a la acción manera también podremos debatir acerca de las desde la política criminal.
social. Políticas destinadas a las mujeres sin pers- múltiples formas que el peronismo incorpora a las En términos generales, el conocimiento llamado “criminológico” así
pectiva de género, pero con una incorporación mujeres y las posibilidades de reducir de esta como el derecho penal han sido construidos “por el hombre, sobre el
masiva de mujeres de las clases populares. Así, manera las desigualdades de género. hombre en conflicto con el sistema penal”, sin proponerse la tarea ana-
dentro del propio peronismo podemos encontrar lítica de explicar el proceso de criminalización femenina desde una pers-
pectiva crítica. Este silenciamiento e invisibilización, como no podía ser
de otra forma, se ha extendido al tratamiento que se le proporciona a la
mujer privada de libertad.
Incluso en la actualidad, los grandes maestros impugnadores del
pensamiento penal –entre ellos el propio Michel Foucault– han exclui-
do a la mujer como objeto de estudio (más allá de algunas excepciones,
como lo son en nuestro ámbito Eugenio Raúl Zaffaroni, Alberto Binder,
Alberto Bovino, entre otros). Igual apreciación amerita el legado de la
criminología crítica.
El abordaje de la criminalización de la mujer ha permitido recono-
cer diversas perspectivas que pueden ser estructuradas en tres tipos de

POR GRACIELA JULIA ANGRIMAN*


teorías: las tradicionales o positivistas, las modernas y las feministas; las 22
dos primeras, de impronta etiológica, a pesar de estar desprovistas de 23
toda base empírica, dieron cauce a una penología que –matizada– pervi-
ve actualmente.
Retrotrayéndonos aun más en el tiempo, el influjo del Malleus
Maleficarum (El Martillo de las Brujas), de 1486, obra teórica fundacio-

*Abogada.
nal del discurso legitimante del poder punitivo, con la elevada carga de
discriminación biológica que ha sabido cosechar, ha estado destinado a
controlar brutalmente a la mujer, reputada como bruja o hereje.
“ …en la respuesta de los sistemas judiciales predominan aún A pesar de la enorme crisis que atraviesa la cárcel penitenciaria total, cifra que se elevó a un 9,7% en
punitiva como herramienta estatal de la gestión de la 1995.
argumentaciones que encierran concepciones estereotipadas conflictividad social, y de los denodados esfuerzos De acuerdo con un informe elaborado por el
emprendidos por la comunidad internacional para Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas
sobre la inferioridad femenina, y el tratamiento deparado a las mitigar su uso y sus efectos nocivos, América Latina
asiste a las más elevadas tasas penitenciarias de la his-
para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente (ILANUD), basado en datos oficiales,
toria de la humanidad, con gran hacinamiento y en la Argentina, a nivel nacional, en el año 2008
personas privadas de libertad en general está plagado de con- deterioro de las funciones básicas de las prisiones, las mujeres pasaron a representar el 10% de la
donde las alternativas a la pena de prisión no logran población carcelaria; de ese guarismo, el 69% han
notaciones positivistas.” evitar el fenómeno de la “expansión de la red”. sido privadas de libertad por delitos vinculados
Según Loic Wacquant (Las cárceles de la mise- con la ley 23.737, por conductas de tráfico de estu-
ria), las presiones de las llamadas “campañas de la pefacientes.
ley y el orden” impulsadas por las usinas del Enmarcada en esa guerra, la mujer se enrola
La atención que el médico alienista Cesare privadas de libertad en general está plagado de con- Manhattan Institute, importadas por los sectores en el grueso de las “bajas” de la empresa belicis-
Lombroso le ha dedicado a la mujer en su obra La notaciones positivistas. concentrados del empresariado mediático al calor ta acuñada al calor del control de la narcocrimi-
donna delincuente, la prostituta e la donna normale Al calor del surgimiento del feminismo de la del borramiento del Estado social en los noventa, y nalidad, de desconocida voracidad contra la
ocupa un lugar especial en este terreno, ya que fue un década del setenta comenzó a instalarse la problemá- las dificultades evidenciadas en el control de la vio- mujer pobre y joven, que constituye una trans-
disparador del estudio de la mujer y la criminalidad, tica de la criminalización de la mujer en el ámbito de lencia urbana en las últimas décadas, han favorecido mutación de ese poder de género que encarna el
y una auténtica definición de una estrategia de con- la academia. el uso de políticas penales expansivas o de “toleran- poder punitivo.
trol. A grandes rasgos puede decirse que esta corrien- Si a lo largo del decurso histórico la criminalidad cia cero” en el ámbito regional, lo que ha acarreado No es una novedad que la política criminal no
te de pensamiento pretendió barrer los aspectos críti- femenina había estado planteada en términos de un notable aumento de la punición como respuesta se define ni se opera en abstracto. De ahí que dis-
cos de la Ilustración, y su característica esencial fue la “enfermedad” y desviaciones morales, con predomi- prácticamente excluyente al fenómeno de la crimi- currir sobre la política criminal exige desentrañar
aplicación de las ciencias naturales a las ciencias nio de la etiología biológica, más tarde el estereotipo nalidad violenta y también al amparo del control del los factores que definen el esquema del control
sociales. De la mano de la biologización del delito, la criminalizante femenino estuvo ligado a los llamados tráfico de drogas ilícitas. social de la mujer, muchas veces yuxtapuestos con
criminología tuvo como objeto un grupo humano “delitos de género”: infanticidio, aborto, homicidios Sobre todo a partir del auge de la persecución de otros mecanismos de control social.
biológicamente diferente e “inferior”, motivo por el pasionales, entre otros; en los setenta la criminaliza- conductas vinculadas al tráfico de estupefacientes El control social no sólo abarca la función del
cual se llegó a designarla como una rama de la zoolo- ción de la mujer marca un giro ascendente cuando hegemonizada por Estados Unidos bajo el velo de la aparato represivo estatal en sentido estricto, es
gía. La mujer delincuente pertenecía a esa categoría, pasa a asociarse a los delitos contra la propiedad “guerra contra las drogas” se constató una bisagra decir, el sistema penal, sino también una amplia
y puntualmente fue considerada un monstruo. (robo, hurtos y otros). que marca una dinámica ascendente de criminaliza- gama de dispositivos latentes que impregnan las
En la visión lombrosiana, las mujeres delin- El penitenciarismo tradicionalmente no ha ción masiva global, que tuvo su correlato regional y políticas sociales primarias (salud, educación, asis-
cuentes o las prostitutas son especialmente degene- brindado una atención específica a la mujer, sobre abrió paso a un sensible incremento de la criminali- tencia social, etc.) e incluye mecanismos de auto-
radas, y peores que los hombres, puesto que no sólo todo por la baja proporción de criminalización zación femenina, alterando las proporciones de la rregulación no formales, dispuestos por fuera de
han violado las reglas legales sino también su condi- femenina, lo cual ha traído aparejada una limitada composición de la población carcelaria tradicional. las políticas estatales, entre los cuales se ubican la
ción femenina. regulación de los aspectos penitenciarios relativos Nuestro país no pudo escapar a las consecuencias de familia, la religión, la cultura y la opinión mediáti-
Justamente la obra de Lombroso y Ferri acuñó la a las mujeres reclusas, relegando a éstas a una posi- este fenómeno verificado a nivel global, y se importó ca, entre otros.
mayoría de los estereotipos responsables de la elabo- ción secundaria y desconociendo toda perspectiva acríticamente esta tendencia planetaria, como lo Dentro de esa relación de género-especie, la
ración de las ulteriores tipologías de mujeres que de género. Al amparo de un modelo andrógino, el demuestra la información suministrada por el organización social patriarcal incide en la defini-
infringen la ley, más aún en países de acervo positivis- sistema penal ha reforzado los esquemas patriarca- Servicio Penitenciario Federal, según la cual en 1984 ción de los lineamientos educativos, la socializa-
ta, como la Argentina. Por eso su inevitable referen- les socialmente arraigados. las mujeres representaban un 4,2% de la población ción y los medios coercitivos para garantizar que
cia, ya que en la actualidad la conexión entre la bio- Este indisimulado desdén hacia la situación de la
logía y la criminalidad femenina se mantiene. mujer privada de libertad pasa a ser insostenible con 24
Esta perspectiva no sólo tiene fuertes implican- las implicancias de las políticas de control de estupe- 25
cias en el proceso de criminalización, sino que en la facientes diseminadas por Estados Unidos a través de
actualidad se expresa en la construcción de la res- la “guerra contra las drogas”, que derivó en un incre-
puesta punitiva y en el diseño del tratamiento peni- mento ostensible en la tasa de encarcelamiento de la
tenciario. Así, en la respuesta de los sistemas judicia- mujer, trastocando los guarismos de la composición
les predominan aún argumentaciones que encierran de la población carcelaria a nivel planetario.
concepciones estereotipadas sobre la inferioridad 1. La mujer y la política criminal de la guerra con-
femenina, y el tratamiento deparado a las personas tra las drogas
los miembros de la sociedad se “conformen” a sus Las facetas del control que se ejerce contra la esta forma se mantiene celosamente la integridad de En los últimos años se han registrado en nues-
expectativas. mujer permiten detectar al sistema penal como una un discurso que la constituye a partir de su función tro país avances objetivos y cualitativos en la ope-
Las formas de control social no sólo tienen capa- instancia donde se reproducen e intensifican las con- reproductora, de modo excluyente, en la cual la ratividad de los derechos humanos, particular-
cidad para sancionar desviaciones, sino que contribu- diciones de opresión mediante la imposición de un mujer queda acotada a ese estereotipo que será mente en lo atinente a las minorías históricamen-
yen a constituir al sujeto. Así, el modo en que opera padrón de normalidad. fuente de beneficios pero también habilitará un te marginadas. La discusión que precedió a la san-
el control social sobre la mujer se observa con clari- Numerosas investigaciones dan cuenta de que las mayor poder punitivo si la reclusa no se adecua al ción de la ley de matrimonio igualitario sin dudas
dad desde su niñez, puesto que una vez demostrada mujeres detenidas soportan los mismos padecimien- rol materno. Un claro ejemplo de ello son la forma abre un contexto social fértil para debatir y revisar
la asignación y la confirmación genérica por parte de tos que los que afrontan los varones detenidos, pero en que el sistema judicial administra las medidas no la acuciante situación de las mujeres en prisión.
los padres –más allá del sexo biológico o genético–, que a ello se agregan otros sufrimientos de singular privativas de libertad, o las salidas de baja punición, La armonización de los derechos humanos
inciden también fuertemente las representaciones valía, inherentes a la condición de género, que no que con relación a la mujer están supeditadas a su de las mujeres privadas de libertad, y la elabora-
del orden cultural. son registrados y que constituyen un agregado puniti- condición de embarazada o a su maternidad, donde ción de un nuevo paradigma en el trato peniten-
Eso implica que a lo largo del historial de la vo cargado en la cuenta de las condenadas (entre con frecuencia se enjuicia el cumplimiento del rol ciario dirigido a revertir las aristas específicas de la
mujer van a interactuar otras instituciones –más allá otros, mayor abandono por parte de sus parejas, de madre de las reclusas, que en rigor no se trata de vulnerabilidad social que atraviesan las mujeres
de la familia– a través de las cuales se organiza el menor infraestructura carcelaria, ausencia de servi- medidas de acción positiva para asegurar la igual- detenidas es, desde esa óptica, una tarea pendien-
patriarcado en la actualidad, donde el sistema penal cios sanitarios acordes a sus necesidades así como de dad sustancial sino que la finalidad es preservar al te, donde los parámetros de la Convención sobre
ha pasado a detentar mayor proyección, especialmen- prestaciones educativas y laborales dirigidas a revertir feto o al niño. la Eliminación de Todas las Formas de
te en la franja de mujeres de menor acceso a recursos su posición desigual estructural con los varones). Yagüe Olmos (en Madres en prisión: historia de Discriminación contra la Mujer nos marca una
materiales, jóvenes y mayormente multíparas, que Es más. La literatura criminológica y penológi- las cárceles de mujeres a través de su vertiente mater- hoja de ruta a seguir.
son las que responden al estereotipo criminalizante, ca permite observar que el abordaje científico de nal) pronostica sin equivocarse que “la igualdad en Es ineludible el diseño de un programa peni-
es decir a los sectores más vulnerables a caer en las las condiciones de encierro de la mujer ha girado el trato penal adquirirá todo su sentido cuando las tenciario que, en términos generales, sea apto
redes de un sistema penal altamente selectivo que cri- preponderantemente, de forma dirimente, en legislaciones recojan el mandato igualitario que para promover el desarrollo autónomo de las
minaliza las conductas más burdas, no así las que cau- torno a la problemática de su maternidad y emba- expresa la reciente recomendación REC (2006) 2 del mujeres detenidas donde sean erradicados pará-
san mayor daño. razo intramuros. Comité de Ministros del Consejo de Europa que no metros sexistas, dotado de una oferta laboral, edu-
Nadie ignora las controversias que surcan a la diferencia el sexo del progenitor que puede ingresar cativa, recreativa y cultural puntualmente predis-
2. Mujer y cárcel: la doble punición. Ser o no ser maternidad en prisión, y las lacerantes consecuencias en prisión con un hijo de corta edad. Esta posibili- puesta que permita delimitar las expectativas de
madre para los niños obligados al encierro de sus progenito- dad abrirá otra vía de debate interesante […]. las mujeres detenidas y sirva para orientar la
ras. Es difícil aceptar pasivamente la imagen de un ¿Habrá que crear estructuras específicas para estos misión del personal penitenciario.
Dentro del crítico escenario que exhiben las cár- chico menor de cinco años tras las rejas. padres? ¿O, más bien, se plantearán módulos mixtos
celes en la región, la situación de las mujeres privadas Desde el plano legislativo, judicial y administrati- de madres y padres?”
de libertad ostenta específicos ribetes que permane- vo predomina una conceptualización de la institución
cen invisibilizados. carcelaria destinada en principio a varones, donde los 3. La mujer en prisión como sujeto de derechos
La tradicionalmente reducida representación tímidos intentos por tutelar los derechos de las muje- constitucionales
femenina dentro de los sistemas penitenciarios en res privadas de libertad se han circunscripto a las que
comparación con la masculina –como ya se anticipó– son madres o están embarazadas. Este esquema está El derecho a la igualdad en el ámbito constitucio-
trajo aparejado su silenciamiento y excluyó delibera- lejos de respetar y asegurar la titularidad jurídica pro- nal nacional actual supera el terreno de las garantías
damente la cuestión de género dentro de las agendas pia de la mujer. liberales o negativas –que consisten solamente en
públicas, como observa Zaffaroni, quien señala que Del mismo modo que bajo el imperio de la socie- deberes públicos negativos o de no hacer–, en la
“desde esta perspectiva, aparentemente ingenua, la dad patriarcal la maternidad totaliza, en el caso de la medida en que se perfecciona con el derecho antidis-
mujer aparece como virtualmente excluida del poder mujer en prisión ésta se monta sobre un entramado criminatorio, a partir de la reforma de 1994, que forja
punitivo, centrado casi únicamente sobre hombres”. complejo, con contornos propios, que debe ser obje- un entramado normativo que pone en manos de los
Se considera que ese formidable poder de vigilan- to de estudio, para no correr el riesgo de afianzar poderes públicos un conjunto de obligaciones, un
26
cia que ejerce un sistema penal selectivo no es inofen- patrones culturales patriarcales basados en concep- quehacer positivo al cual están vinculados.
27
sivo o menor para la mujer. El poder punitivo no ciones estereotipadas y prejuiciosas de las mujeres. La incorporación de la legislación supranacional
puede ser utilizado indistintamente para el hombre o La legítima preocupación por la maternidad en de derechos humanos operada en 1994 ha marcado * Abogada, graduada en la Facultad de Derecho y Ciencias
para la mujer, “sino que está estructuralmente vincu- el encierro, que constituye el abordaje predominan- un punto de inflexión propiciatorio de un cambio de Sociales de la UBA; especialista en Derecho Penal y Ciencias Penales,
lado a la dominación y subordinación de la mujer, y te, se ve opacada si se la analiza en el contexto carce- paradigma en el diseño infralegal y en la proyección Facultad de Ciencias Jurídicas de la USAL; doctorando en Derecho
sólo con su reducción y contención la mujer podrá lario actual, y crea una doble reja de estirpe machista de políticas públicas, donde el Estado nacional está Penal y Ciencias Penales (USAL); especialista en Delitos Económicos y
superar su posición de subordinada del poder”, aler- porque desconoce la dinámica de las relaciones de subordinado a las convenciones y pactos de derechos Crimen Organizado, Facultad de Derecho de Toledo, UCLM; profesora
ta el citado catedrático. De allí que el poder punitivo poder entre hombres y mujeres e impide visualizar a humanos que contienen expresos mandatos dirigidos adjunta de Derecho Penal Especial, Facultad de Derecho UFLO; miem-
contra la mujer es “poder de género”. la mujer presa como sujeto de derecho autónomo. De a los poderes públicos. bro referente del INECIP, autora de publicaciones doctrinarias.
Sección Actualidad

escasa educación formal y han permanecido ajenas desentiende de implementar políticas públicas
a cualquier tipo de política social de carácter inclu- que garanticen los derechos fundamentales de
La problemática carcelaria desde una perspectiva de género: sivo. En este marco, las instituciones de encierro, los niños y sus madres.
lejos de revertir estas realidades, reproducen las

las mujeres detenidas en la provincia de Buenos Aires desigualdades y estructuras dominantes que perpe-
túan al cuerpo de la mujer como depositario de
Violencia carcelaria y otras violencias

múltiples violencias. La violencia inherente a las instituciones


La violencia inherente a las instituciones de de encierro se manifiesta en los cuerpos de las
encierro se manifiesta en los cuerpos de las muje- mujeres a través del despliegue de tecnologías
res a través del despliegue de tecnologías de poder de poder tendientes a su control, sometimien-
tendientes a su control, sometimiento y docilidad. to y docilidad.
Ello se ejerce, entre otros métodos, por el uso del ais- En este sentido son prácticas habituales las
lamiento como mecanismo de castigo, las requisas requisas sobre los cuerpos desnudos, las
personales o colectivas como trato vejatorio y degra- duchas colectivas en lugares donde pueden ser
dante, la represión en sus expresiones más tradicio- observadas y controladas por personal peni-
nales, la violencia producida por la presencia de per- tenciario y la presencia de personal masculino
sonal masculino en las cárceles de mujeres y los tras- de seguridad que, aunque reglamentariamen-
lados constantes por distintas unidades carcelarias te no debería mantener contacto directo con
en forma arbitraria y periódica. Estas prácticas sue- las detenidas, interviene en situaciones de con-
len constituir un marco habilitante para la sucesión flicto como fuerza represiva.
de malos tratos y tortura por parte del personal peni- Otro mecanismo, que en el caso de las
tenciario hacia las mujeres detenidas. mujeres tiene consecuencias singulares, es el
Pero existen otros mecanismos de castigo que de los traslados constantes y arbitrarios por
instituyen en las cárceles una violencia de carácter distintas unidades carcelarias. En los móviles
simbólica que se manifiesta centralmente en la de traslados, las mujeres se encuentran a dis-
Abordar la problemática carcelaria desde una perspectiva de invisibilidad de la problemática particular de las posición de personal penitenciario masculino,
género implica necesariamente una reflexión sobre las violencias mujeres en las reglamentaciones, la disposición de viajan esposadas y hacinadas en pequeños
que sufren las mujeres detenidas. Violencias en plural, pues nos la arquitectura penitenciaria y el reforzamiento, a compartimentos por gran cantidad de horas y
referimos a distintas manifestaciones de la violencia ejercida por través de la educación y la formación laboral, de expuestas a agresiones físicas y tratos vejato-
el poder carcelario: violencia institucional, física, psicológica, los roles asignados tradicionalmente a las mujeres. rios, incluso por parte de personal masculino
sexual y simbólica. Se da aquí la paradójica situación de que el dere- de seguridad. En este sentido el traslado a uni-
Sin embargo, no es posible pensar las lógicas de las institucio- cho penal y la institución carcelaria refuerzan esos dades penitenciarias lejanas de sus lugares de
nes de encierro sin reflexionar sobre el problema más amplio de roles y al mismo tiempo condenan a aquellas muje- origen provoca la ruptura de los ya vulnerables
la criminalidad y las formas en que las mujeres acceden a la res que han transgredido las pautas morales referi- lazos familiares y comunitarios de las mujeres
Justicia. Al explorar las relaciones de las mujeres con el delito, das al ejercicio de la sexualidad y la maternidad. La y de sus hijos. De hecho, uno de los reclamos
necesariamente se debe analizar el contexto socioeconómico, his- legislación vigente en la Argentina que autoriza la más frecuentes de las detenidas es conocer el
tórico y cultural, como también las estructuras de dominación y convivencia de niños con sus madres en prisión es paradero de sus hijos, que generalmente,
opresión en las que se hallan insertas las mujeres detenidas. En la una expresión de aquella paradoja, pues al mismo cuando no hay red familiar que los contenga,
provincia de Buenos Aires se ha producido un importante aumen- tiempo que permite esa convivencia el Estado se terminan institucionalizados.
to de la cantidad de mujeres detenidas en los últimos años, a par-
*Lic. en Historia. Especialista en género

tir de la desfederalización en materia de drogas, donde el delito


28
POR LAURANA MALACALZA*

de tenencia de estupefacientes fraccionados para la comercializa-


29
ción directa ha sido remitido a la órbita provincial. El cuarenta
por ciento de las mujeres alojadas en las unidades carcelarias de la
provincia han sido detenidas por este tipo de delito, que constitu-
ye actualmente la principal causa de encarcelamiento femenino.
La mayoría de las mujeres que están acusadas o han sido con-
denadas por haber cometido un hecho caracterizado por la ley
como delito, han sido previamente víctimas de violencia física y/o
sexual. En su mayoría son pobres, desempleadas, han recibido

“…el estado provincial sólo garantiza el vínculo de una mujer detenida A partir de la normativa vigente y las prácticas Esta situación es agravada por la inexisten-
estatales en las cárceles destinadas a alojar mujeres, cia de redes sociales y comunitarias que permi-
con sus hijos menores de cuatro años que residen con ella en prisión, pero los actores estatales definen en las unidades carce- tan que esos hijos permanezcan con familiares
larias una serie de modificaciones de carácter par- u otros vínculos, abriendo la posibilidad certe-
no implementa políticas que garanticen el acceso a los derechos fundamen- cial, que no perduran en el tiempo y no se proyec- ra de la institucionalización de los niños en el
tan al total de los establecimientos carcelarios. momento de la detención de las madres.
tales de estos niños y que tomen en consideración los efectos perjudiciales de Estas modificaciones contemplan el aspecto mate-
rial del contexto donde se desarrolla el vínculo La maternidad en los procesos judiciales
la detención de las mujeres sobre las redes familiares, en particular en materno-filial. Es decir, brindar los elementos
materiales indispensables para que la función Las condiciones y el régimen de deten-
cuanto a la situación de sus hijos, tanto los que conviven en prisión como materna pueda ser efectivamente ejercida (cunas, ción, así como la situación judicial de las muje-
mamaderas, pañales, etc.). Parecería que el Estado res detenidas que residen en prisión con sus
aquellos que permanecen fuera de la cárcel.” entiende que el cuidado y la protección de un hijos, han sido tema de debate público y legis-
niño/a en una unidad carcelaria es garantizado lativo en el país y en la provincia de Buenos
con la sola presencia de la madre; el vínculo mater- Aires en los últimos años.
no filial no es concebido como una construcción En el marco de la reforma procesal penal
social y particular sino que se considera la materni- aprobada por la Cámara Legislativa de la pro-
dad como una condición natural de la mujer. vincia de Buenos Aires en diciembre de 2008 se
En este sentido, el estado provincial sólo garan- incluyó la categoría de “mujeres con hijos
tiza el vínculo de una mujer detenida con sus hijos menores de cinco años y embarazadas” dentro
menores de cuatro años que residen con ella en de quienes pueden acceder a instancias alter-
prisión, pero no implementa políticas que garanti- nativas a la prisión preventiva.
cen el acceso a los derechos fundamentales de Por un lado, se pretendía dar cuenta de un
estos niños y que tomen en consideración los efec- avance legislativo en cuanto a la visibilidad de
tos perjudiciales de la detención de las mujeres la particular situación de las mujeres detenidas
sobre las redes familiares, en particular en cuanto respecto del acceso a la Justicia. Por el otro, se
a la situación de sus hijos, tanto los que conviven intentaba superar la disyuntiva entre la perma-
en prisión como aquellos que permanecen fuera nencia de niños en unidades carcelarias con
El cuerpo de las mujeres es el lugar donde se La situación de las mujeres detenidas que con- de la cárcel. serias deficiencias estructurales, hacinamiento
materializa la perpetuación del poder carcelario, a viven con sus hijos En muchos casos, las mujeres que han sido y situaciones de violencia institucional y el
través del uso de la fuerza represiva. En el transcurso detenidas constituían el ingreso monetario más derecho de estos niños a permanecer junto a
del año 2009 en la Unidad Nº 33 de Los Hornos, En las cárceles de la provincia de Buenos Aires importante del núcleo familiar por ser ellas las su madre en los primeros años de su vida.
donde conviven mujeres detenidas con sus hijos y las mujeres pueden permanecer con sus hijos hasta principales proveedoras, a través, por ejemplo, de El reclamo por una mayor visibilidad en los
mujeres embarazadas, acontecieron dos hechos de que éstos cumplan los cuatro años. la recepción de algún programa social. Cuando se procedimientos judiciales acerca de la particu-
represión ante el reclamo de las mujeres por la ade- Si bien es loable que la legislación nacional y produce la detención, este ingreso se pierde y así lar situación de las mujeres alojadas con sus
cuación estructural del área de salud. Un episodio también la provincial en cuanto a ejecución de la son afectados los hijos y otros niños a su cuidado hijos en unidades carcelarias de la provincia de
represivo de similares características tuvo lugar en la pena reconozcan a las mujeres el derecho de alo- que no ingresan a convivir con la detenida en la Buenos Aires ha sido una estrategia impulsada
Unidad Nº 31 de Ezeiza, donde también se encuen- jarse con sus hijos hasta los cuatro años en las uni- cárcel, e incluso algunos adultos mayores y otros por distintos organismos de derechos huma-
tran detenidas mujeres que residen con sus hijos. dades penitenciarias, no se puede soslayar que ese miembros del hogar que no estén capacitados para nos. En este sentido, la Comisión Provincial
Ante estos reclamos de carácter colectivo, las reconocimiento-concesión puede ser también autoabastecerse. por la Memoria implementó, años antes de la
autoridades penitenciarias autorizaron la interven- entendido como una reafirmación por parte del
Estado de aquellos valores morales que la mujer no
30
ción del grupo antimotines, conformado en su
debe abandonar incluso si se encuentra detenida.
31
gran mayoría por personal penitenciario masculi-
no. Las actuaciones de este grupo fueron desmedi- En este sentido, el Estado regula y garantiza
das en relación con el carácter del reclamo y se las condiciones reproductivas de las detenidas,
aplicaron las fórmulas represivas tradicionales –uso delegando en la función materna el cuidado y la
de balas de gomas, golpes, gas picante– aun cuan- atención de los niños/as, aun en un ámbito
do quienes son objeto de estas actuaciones son donde estas responsabilidades le corresponden a
embarazadas y mujeres alojadas con sus hijos. ese mismo Estado.
modificación de la ley, un conjunto de acciones de la prisión. Lo que se mantiene inalterable y no
litigio estratégico destinadas a las mujeres que resi- acompaña al cambio en la legislación son otros
den en prisión con sus hijos con el objetivo de componentes del derecho, que operan indepen-
lograr resoluciones judiciales que otorgaran medi- dientemente del componente formal-normativo.

:MARIANO SAPIA
das alternativas a la prisión. En diferentes oportu- Un componente estructural en la forma en que los
nidades (acciones declarativas de las detenidas en operadores judiciales administran justicia es la uti-
el marco de reclamos colectivos, petitorios realiza- lización sistemática de la prisionización y la invisi-
dos por ellas a funcionarios públicos y organismos bilización de la experiencia femenina en los proce-
de derechos humanos) las mujeres detenidas recla- sos judiciales.
maron a la Justicia y a los funcionarios públicos que
su condición de madres se hiciera visible, tanto en
los procesos judiciales como en el diseño de políti-
cas públicas.
En este marco, la maternidad como parte de
una estrategia judicial tendiente a superar la pri-
sión preventiva y garantizar el acceso a la Justicia
de las mujeres detenidas parte de una conceptuali-
zación acerca del sentido y el potencial transforma-
dor de estas reivindicaciones. En tanto estas condi-
ciones propias de las mujeres se insertan en rela-
ciones sociales y de poder preexistentes desventajo-
sas, su potencialidad argumentativa puede provo-
car tensiones y, por lo tanto, posibles transforma-
ciones en los paradigmas dominantes en el dere-
cho penal y en la administración de justicia.
Sin embargo, la “posibilidad” –y no el deber–
de los jueces de otorgar medidas alternativas a la
prisión no ha redundado en impactos significativos
en la “prisionización” de las mujeres detenidas con
hijos y embarazadas.
En este sentido, lo que permanece inalterable y
no acompaña el cambio en la legislación son otros
componentes del derecho penal, que operan inde-
pendientemente del componente formal-normativo. En este sentido, adoptamos el concepto de violencia definido en la
De acuerdo con la información brindada por el Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Ministerio de Justicia y Seguridad provincial, el Violencia contra la Mujer que en el artículo 1: “Por violencia contra la
porcentaje de mujeres que accedieron a medidas mujer debe entenderse cualquier acción o conducta basada en su géne-
alternativas a la prisión preventiva durante 2008 ro que cause muerte, daño o sufrimiento, físico sexual o psicológico a la
corresponde al 0,43%, mientras que en 2009 este mujer, tanto en el ámbito público o privado”.
porcentaje aumentó al 1,3% de la totalidad de 32
33

entrevista a
mujeres detenidas. Este aumento no es significativo Desde distintos organismos de derechos humanos, incluidos la
si tenemos en cuenta, además del cambio en la Comisión Provincial por la Memoria, se hicieron diversas gestiones para
legislación, que durante este período el porcentaje que en el texto de la ley quedara establecido el carácter imperativo de la
de mujeres detenidas se incrementó un 29%. obligación de los jueces de otorgar medidas alternativas a la prisión pre-

POR ANA ZELIZ


Surge entonces la pregunta acerca de cuáles ventiva o morigeradoras de la pena, situación que no fue incorporada a
son los obstáculos que permanecen, una vez modi- la ley, donde se establece que el juez “podrá” otorgar esta medida de
ficada la legislación, y que continúan obturando el acuerdo con los criterios que considere oportuno evaluar y considerar al
acceso de estas mujeres a una medida alternativa a respecto.
Entrar en el mundo de Mariano Sapia es toda una ¿Qué pensás del arte moderno? Leonardo da Vinci trabajaba y enseñaba cómo había
aventura, desde el mismo ingreso a su taller lleno de que hacer las cosas, esto se relacionaba con una con-
obras: las terminadas, las que está pintando y otras Tengo la sensación de que mucha de la falta de signi- cepción de la época, con cánones culturales que
que saca de distintos estantes escondidos envueltos ficado que tiene el arte moderno, o directamente habían sido probados a lo largo del tiempo, y que
en papeles, como pequeños tesoros. carencia de significado, o la insignificancia de una tenían que ver con tradiciones, con mil cosas. No es
Él es amable y generoso, no escatima explicaciones parte del arte moderno, tiene que ver con que está que yo piense que haya que recuperar cosas viejas o
ni tiempo. todo encarado desde un lugar externo, donde la per- antiguas. Lo que digo es que ahora se trata de agra-
sona que lo hace no está ahí, está como separada, dar a gente sin ningún valor.
Contame cómo te inicias en la pintura mediatizada por algo. Creo que la mayor parte de la Sin embargo, como en todas las épocas, hay gente
Yo tuve una formación extremadamente anárquica. gente no puede entrar, no tiene una relación que le que trabaja bien, otra más o menos, otra que lo hace
Crecí en un contexto en el que toda mi casa estaba toque en el cuerpo, que lo toque en su vida. Tengo la mal. En este momento la pintura está muy despresti-
llena de libros, de cuadros, de esculturas, de pintu- sensación de que la mayor parte del arte moderno giada respecto de otras disciplinas: el video, la foto-
ras. Con lo cual el acercamiento al arte para mí es está absolutamente disociado de la gente. Por empe- grafía, la instalación. Pero creo que es un momento
siempre desde el placer, no desde el estudio metó- zar de los propios artistas que lo realizan. especialmente bueno en la pintura en el arte argen-
dico. Crecí en un contexto donde todo era arte. De todos modos tuve grandes maestros, como tino. Veo por lo menos veinte, treinta personas que
Algo así como: “comés, dormís, vas al baño, pintás”. Gorriarena, de quien aprendí mucho más que a pin- están trabajando de verdad muy bien. Con un nivel
Como una parte más de la vida. tar; en esa época, en plena dictadura, era un espacio de complejidad y de profundidad insólitos. Como
donde se podía pensar, discutir, hablar de lo que se muestra, te puedo nombrar a Kuitca, Pirozzi, Stupía,
¿Cómo se da, para vos, el hecho artístico? quisiera. Más tarde estudié con Pesce. Daniel Santoro, López Herrero, Marcelo Torretta,
González Perrin.
Creo que el arte surge de una parte del ser que nos- Sé que tenés una visión bastante crítica del arte hoy…
otros usamos poco y nada. El hecho de vivir la cultura Algunos críticos dicen que pintás buscando mostrar la
nos produce una enorme cantidad de angustias, ten- Sí, mirá, hay un circuito de obras que se hacen para contradicción.
siones. La función que tenía, y que eventualmente poder venderlas, y nada más. Podría decir que esto es 34
tiene, el arte es volver a ponernos en paz con el uni- un hecho inédito, pero no es verdad. El problema Muchas veces pinto la contradicción porque me 35
verso por un momento. Creo que el origen del arte que tiene nuestra época es que lo que se supone que parece más interesante, porque me gustan los con-
está ahí. Cuando uno se siente separado, todo empie- es correcto y estaba bien, hoy es despreciable. Lo que trastes. La contradicción está en todas partes. Es
za a carecer de significado, y de alguna manera cuan- está bien ahora es lo que está bien hecho para un sumamente enriquecedora. El mundo es cada vez
do volvés a sentirte conectado, que es lo que trata de pequeño grupo de decoradores, diseñadores, cura- más amplio, en el mejor de los sentidos. A mí no me
buscar el arte, las cosas retoman su significado. dores de museos y nada más. Cuando, por ejemplo, alcanza el tiempo para pintar y estoy haciéndolo per-
manentemente. Hay tantas cosas para pintar. No cultos anteriores la mujer no se encontraba tan al ¿Es reemplazada por la fotografía?
solamente conflicto, hay tanta belleza… margen; la prueba de eso es que existían las sacerdo-
Yo pinto lo que me sorprende, mirá esto por ejem- tisas, y esto no existe en el mundo occidental. A par- Claro, por lo menos te libera del naturalismo, para qué vas a pintar
plo, ves una calle en la que hay un edificio italiani- tir del Romanticismo reaparece la mujer de diferen- lo que podés fotografiar. Hay un punto en que el pintor está libera-
zante del siglo XIX, tenés un chalet con techo a dos tes maneras. Ahora creo que está apareciendo cada do; como un antiguo poeta, tiene sentimientos, tiene percepciones,
aguas apretado, después un edificio chato, al lado vez con más fuerza. Por suerte, porque eso le da al y en este sentido yo me siento ligado a los antiguos pintores orien-
una típica casita “chorizo”. De la misma manera, a mundo mayor sanidad, menor locura. Ahora bien, si tales. Pinto lo que me gusta sin importarme por qué me gusta, hay
mí me asombra ver que la Argentina tiene una recordamos La ciudad de las mujeres, de Fellini, uno cosas que en su momento pensé que las pintaba por algo y muchos
manera de pararse frente al mundo que es indus- podría pensar que se puede llegar a odiar lo masculi- años después me di cuenta de que había sido por un motivo muy
trial, tiene partes industriales, tiene partes agrarias no… y es también otro delirio. distinto. En este momento en general en el mundo hay una supre-
en el sentido neolítico, y tiene partes del paleolíti- macía de la explicación de los cuadros. Yo creo que esto es así por-
co: verdaderos recolectores urbanos. ¡A mi eso me ¿Entonces en tu obra hay una compensación histórica? que lo que se pinta no le importa a nadie. ¿Sabés por qué?
asombra!
Digamos que estoy intelectualizando algunas cosas, de No, no sé.
En tus obras hay una presencia muy abundante de muje- ahí a que esto sea verdad… no lo sé. A mí me sale así,
res. ¿Por qué? yo pinto lo que me gusta, no pinto cuestiones delibera- Porque son cosas pagadas con dinero de terceros. A través de fun- 36
das. Uno pinta y uno es con una parte de uno, la racio- daciones que por ley tienen que gastar determinada plata en obras 37
Creo que nosotros vivimos en una sociedad que nal, que es una pequeña parte que creemos que dirige de arte. Yo creo que el arte sería diez mil veces más vigoroso si se
viene de la conjunción de la civilización griega y el todo, y no es así. Por eso pinto lo que pinto. Y la situa- acabara la plata de las fundaciones y de los Estados. El arte no es
mundo judío: me refiero al cristianismo, un mundo ción actual así lo permite. Porque hasta hace un tiempo lógico y no se puede pretender organizarlo. Pretender organizarlo
en el cual la mujer está totalmente excluida. Es más, te pedían un retrato, una situación histórica… Hoy la es propio de los totalitarismos.
en muchos casos representaba lo demoníaco. En los pintura ha sido liberada de esto.
Mariano Sapia
nació en Buenos aires, argentina en 1964. Vive y trabaja en Buenos aires

EStudioS
¿Qué pensás de la política actual? ¿Qué lugar te parece que ocupa el varón hoy? Estudió dibujo y grabado con Ernesto pesce y pintura con Carlos Gorriarena
En 1991/92 participó en el taller organizado por Guillermo Kuitka y la Fundación
En ese sentido me siento muy solitario, Alfonsín es Yo creo que el hombre y la mujer son absolutamente antorchas, y realizó un mural para el aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas
de la universidad de Buenos aires.
muy sencillo, Reutemann no transformó Santa Fe, y distintos; una cosa es la igualdad de derechos y otra es
esta gente del PRO me parece que son un delirio… la igualdad de género. Bueno, primero te confieso ExpoSiCionES indiVidualES
Ahora bien, cuál es la gracia de ser argentinos: es que que yo no sé mucho de estos temas. Pero creo que hay 2008 El río sin orillas- Gachi prieto Gallery. Buenos aires, argentina
hay un punto en que no nos creemos estupideces. Te 2006 Centro Cultural Borges. Buenos aires. argentina
en los hombres una enorme incapacidad de salir de
2004 Galería Silvia Vesco. Buenos aires, argentina
doy un ejemplo absurdo: no buscamos hacer la cierto infantilismo con lo cual hay situaciones respec- 2003 Facultad de Ciencias de la Comunicación. paraná, Entre ríos, argentina.
mejor caja de fósforos del mundo, queremos estar to de la masculinidad, como dificultad para tomar 2002 Galeria praxis arte internacional. Buenos aires, argentina
bien con la familia, tener tiempo para disfrutar con decisiones, asumir la paternidad, los compromisos. Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina
2000 Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina
ellos, no somos como otra gente de otras partes del Se ven más los cambios en las mujeres, y aparte hay
1999 Galeria praxis arte internacional. Buenos aires, argentina.
mundo… Si un amigo te pide plata, no le pedís que otro tema importante: las mujeres tienen una con- Centro Cultural Borges. Buenos aires, argentina.
te firme un pagaré. Y si te cagó, bueno… somos dis- ciencia del tiempo muchísimo más clara que el hom- Commenoz Gallery. Key Biscayne, Florida, uSa
tintos y ésa es nuestra gracia. bre, posiblemente por sus ciclos menstruales, posi- 1997 praxis internacional art. ney York, uSa
1994 Galería tema. Buenos aires, argentina
Borges decía que nosotros éramos muy diferentes de blemente por sus ciclos hormonales y posiblemente 1992 Galería tema. Buenos aires, argentina
los españoles hasta que encontró en el Quijote una porque en algún momento dejan de ser fértiles. El 1991 Fundación Banco patricios. Buenos aires, argentina
frase que dice: “Que allá se encuentren ellos con sus hombre, al no tener conciencia de los ciclos, tiene 1989 Fundación Banco patricios. Buenos aires, argentina
pecados”, es decir, para qué vamos a estar juzgando a 1988 Colegio Ward. ramos Mejía. pcia de Buenos aires, argentina
menor conciencia de la finitud, y creo que esto tiene
1984 Galería angelus, Buenos aires, argentina
todo el mundo… que ver con ese infantilismo en los hombres.
En lo político yo creo que es tiempo de hacer una Las exigencias sociales son cada vez mayores. Fijate prEMioS Y diStinCionES
síntesis, tratar de no tener dos sistemas sino uno en las mujeres, tenés que estudiar, viajar, tener expe- 2005 premio accesit. premio pintura aerolíneas argentinas
tercer premio de pintura. premio de artes Visuales Fundacion oSdE.
solo, donde haya acuerdos, acuerdos mínimos. riencia, cuidarte el cuerpo y ser una profesional exi-
2001 tercer premio de dibujo. Salón Municipal. M Belgrano. Museo Sivori.
La primera cosa que aprendí en el taller de tosa, ¡y cómo no vas a tener hijos! ¡Empezá a sumar y Buenos aires, argentina
Gorriarena tenía que ver con la pintura y también te aplasta todo eso! Y con el hombre pasa lo mismo. 1998 primer premio de pintura, 1ª Bienal del deporte. Salas nacionales de
con la política, y es que la manera de actuar en el Exposición.
Buenos aires, argentina.
arte era una, y la manera de actuar en política era ¿Sí, te parece? 1995 invitado por el ministerio de relaciones Exteriores y Culto representó a la
absolutamente otra; en política tenés que pensar, argentina en la
tenés que ceder, tenés que especular, en el arte Me parece que es obvio. Aunque las exigencias esté- primera Bienal de Sudáfrica
podés ir a todo o nada. Yo tengo la impresión de 1993 primer premio de pintura, ritos de Buenos aires, Centro Cultural recoleta.
ticas son mayores en las mujeres, por esto que te
Buenos aires, argentina
que buena parte de los artistas especulan, actúan decía de los ciclos, pues una mujer con canas puede
como políticos, y buena parte de los políticos no parecer atractiva y tiene que ver con que pasó el oBraS En ColECCionES púBliCaS
actúan como si fueran artistas. Habría que lograr tiempo de su fertilidad, no a nivel consciente, claro. the Metropolitan Museum of art, new York, uSa, Casa de las américas, la Habana,
Cuba, Museo rally, punta del Este, uruguay., Museo Eduardo Sivori, Buenos aires,
acuerdos mínimos. Pero bueno, yo soy pintor, no En cambio un hombre canoso sigue pudiendo tener
argentina, Fundación telefónica de argentina, Museo de Bellas artes de arrecifes,
soy político. hijos… ¿no? pcia. de Buenos aires, argentina, Fundación Banco patricios, Buenos aires, argentina
Fundación oSdE Buenos aires, argentina, Fundación aerolíneas argentinas
Secretaría de deportes de la nación

38
39
Sección Otra historia
Las organizaciones armadas de los setenta revolucionaron, entre

Montoneros: militancia y roles de género


otras cosas, las relaciones familiares en diversos aspectos. Un trabajo
de investigación sobre estas transformaciones en el caso de la organi-
zación político-militar Montoneros me ha permitido, a partir del aná-
lisis de testimonios y otras fuentes, vislumbrar las propuestas revolu-
cionarias que en el seno de esta organización tuvieron lugar, cuáles
pudieron plasmarse en prácticas concretas y cuál fue el destino que
esos cambios tuvieron con el transcurso de los años.
Distintas organizaciones compartieron aspectos éticos, ideológi-
cos y morales; aun así, cada una tuvo sus particularidades. En el caso
de las relaciones familiares y los roles materno y paterno, existieron
distintas posturas acerca de la procreación en medio del clima reinan-
te. En Montoneros no hubo una postura única sobre tener o no
tener hijos mientras se desarrollaba la militancia. La cuestión varió
según el contexto y los subgrupos. Como no se estableció un manda-
to al respecto, los militantes debieron adoptar, según sus propios cri-
terios, diversas decisiones. De todas formas, se puede afirmar que en
También tiene que ver con un tema de la moda; hace es más o menos sensible a algunas cosas, sensible a general –y en contraposición con otras organizaciones– los militan-
poco eligieron una supermodelo para no sé qué sus emociones, debería tener la capacidad de decir tes de Montoneros conjugaron paternidad y maternidad con la prác-
cosa… era una piba de 1,80 de altura y 45 kilos a la “esto no me gusta, esto me parece una basura” sin tica militante.
que le veías a través de la falda el sacro, el ilíaco… preocuparse por si sabe o no de pintura ¿Por qué la En la mayoría de los casos, el conocimiento sobre métodos anti-
¡Un espanto! Pero pensar que la realidad es la que gente tiene que ser experta para poder disfrutar de conceptivos era prácticamente nulo. Aun cuando se fomentó la pos-
venden los medios de comunicación es otorgarles una pintura? La pintura se impone por su presencia. tergación de la procreación, no hay datos que confirmen que se haya
demasiada importancia. Entonces, yo les diría a tus lectores que confíen en adoptado una política de educación en salud reproductiva. Sí, en
Por eso yo pinto mujeres reales, mujeres pobres, que sus percepciones, que confíen en sus sentimientos, algunos casos, se criticó el hecho de “no haberse cuidado”, pero no se
no tienen los mambos de la clase media, y que son que confíen en lo que son. Y que si algo les parece daban directivas de cómo hacerlo. La excepción se encuentra en el
lindas. Pinto escenas de la vida real del que le tocó feo, que lo digan, y si les contestan “vos no entendés” contexto de entrenamiento militar realizado en el exterior, en aras de
ese lugar en el mundo y sin embargo tiene derecho que respondan “sí, no entiendo, pero me parece feo, la Contraofensiva.
a producir un hecho estético. ¿y qué?”. La ascesis católica del grupo fundacional de Montoneros puede
ser una de las variables que permitan explicar la falta de control de la
¿Te gustaría decir algo más? Muchísimas gracias natalidad, aunque –como todo hecho social– debemos asumir que el 40
fenómeno es multivariable. Otras tendencias que responderían a esta 41
situación se enmarcan en el mandato social de procrear, y de hacerlo

* Licenciada en Sociología (UBA).


Sí. El arte se ha vuelto enormemente insignificante
para todo el mundo, y yo creo que toda persona que a cierta edad, que pesaba sobre los militantes; también en el senti-
miento de dar vida en un contexto de muerte, como forma de contra-

POR EVA PRADO*


rrestar ésta; y, al mismo tiempo, en función de asumir un proceso a
largo plazo, los hijos significaron en algunos casos una garantía de
continuidad del proyecto emprendido.
Debe reconocerse un especial afán, principalmente entre las
mujeres, por romper con ciertos mandatos sociales, con énfasis parti-
cular en aquellos referidos a la familia y los roles de individual, se supone que en la asimétrica relación de ciencia o discapacidad, sino que se asumió y enfrentó asociado a la femineidad. Esta tendencia iniciada
género, los comportamientos femeninos esperados y género que socialmente se establece y promueve, son esa realidad. algunos años antes fue de gran utilidad para dar
los espacios socialmente habilitados a las mujeres. ellas quienes tienen un lugar subordinado y de mayor Sólo en relación con los rangos y espacios de lugar a la práctica de la equidad y la igualdad en el
Pero, en ciertas circunstancias, por razones de seguri- explotación y menor libertad, lo que inclina la balan- toma de decisiones algunos recuerdan diferencias de interior de las parejas.
dad y buscando la “mimetización” con el entorno, za a favor de los hombres. Entonces, las mujeres género, pues éstos eran hegemonizados por hom- La práctica de socializar en todos los aspectos
debieron, aun contra su proyecto e ideología, repro- modificaron o actualizaron a su circunstancia social y bres. Se debería investigar si esto respondía a una de la vida propició esas relaciones más equitativas,
ducir estereotipos sociales, sobre todo en cuanto a política el rol femenino, tomando de arrebato espa- postura ideológica y/o a una subestimación de las desde la colectivización de lo material hasta la socia-
relaciones de género y cuestiones domésticas. cios históricamente masculinos, asumiendo compor- capacidades de las militantes, como otras posibles lización de cuestiones más simbólicas como roles y
Algunas veces estos estereotipos del imaginario tamientos y responsabilidades tradicionalmente explicaciones. responsabilidades.
social sirvieron como herramienta, y las diferencias reservados a los hombres, lo cual supuso en general En última instancia, podemos afirmar que en la Está claro que no podemos pretender que algu-
de género se explotaron estratégicamente. Por ejem- un agregado a las responsabilidades corrientes de las organización regía la igualdad de género y las relacio- nos años fueran suficientes para desterrar aquello
plo, una apariencia femenina “corriente” brindaba mujeres, que no fueron socializadas por los hombres. nes equitativas. Pero, en definitiva, debemos recordar que se forjó durante siglos. Las marcas y las atadu-
cobertura en operativos o acciones. Sin duda, esta Los hombres y las mujeres militantes de que estos militantes, por más revolucionarios que fue- ras que caracterizan a los sujetos sociales son difíci-
ventaja no contrarresta las desventajas sociales que se Montoneros, muchos de ellos padres y madres, jóve- ran, competían contra una tradición social en la que les de quitar. Un sector de una generación lo inten-
les imponían. nes en su gran mayoría, experimentaron una novedo- ellos mismos estaban inscriptos y, como sujetos socia- tó, le dio cuerpo y realidad a un ideal, a un discur-
En otras ocasiones, aun bajo circunstancias propi- sa organización social en el interior de sus núcleos les, estaban sometidos a patrones de comportamien- so. Si esto fuera una batalla simbólica, de lo nuevo
cias para romper con aquellos mandatos que se con- familiares y en la organización como núcleo mayor. to y roles establecidos que muchas veces no son fácil- contra lo viejo por decirlo sencillamente, podría-
traponían a la ideología de la organización y, funda- Supieron establecer condiciones más igualitarias para mente reconocibles, sino que se entretejen en infini- mos afirmar la derrota de los retadores; pero prefie-
mentalmente, a su propuesta de sociedad y vida, todos, independientemente del género u otras varia- dad de elementos simbólicos que encuentran respal- ro pensar, como el filósofo Rubén Dri, que aquella
enmarcados en la idea del Hombre Nuevo, pese a los bles. Pusieron en marcha roles más equitativos para do en instituciones sociales que los legitiman. experiencia dejó el germen de la transformación,
avances logrados y a pesar de los nuevos comporta- ambos miembros de la pareja, también en lo que res- En relación con la responsabilidad materna y de la superación y de la igualdad como guía de
mientos practicados, los militantes de Montoneros no pecta a las responsabilidades que los hijos implican. paterna respecto de los hijos, es preciso recordar que todas las relaciones humanas. Quizás podamos
pudieron escapar de los roles configurados social e Casi de forma tendencial, ante el “fracaso” o “desar- nuestra visión sobre ésta está teñida por nuestra expe- encontrar en esta experiencia la semilla de algunas
históricamente, contribuyendo a la reproducción de me” del proyecto que los aglutinaba, todo volvió “a la riencia actual. Debemos reconocer las transformacio- transformaciones que en la actualidad podemos
las mismas prácticas criticadas, en especial en las rela- normalidad”, como si nunca hubieran podido supe- nes y los avances que se han dado a nivel global en lo evidenciar si comparamos la organización social de
ciones de género y –mayormente– en cuestiones rarse, como si las transformaciones y los cambios pro- referente a este tema. Ahora bien, situándonos en ciertos sectores y grupos, y el alcance de ciertos
domésticas. Esto sucedió con la responsabilidad que puestos y vivenciados sólo los hubieran atravesado tiempo y espacio, podemos decir que los militantes derechos por parte de algunas minorías. Por 42
suponía la paternidad, de forma diferencial a lo que momentáneamente, sin dejar huellas, o sólo dejándo- de Montoneros –como también sucedió en otras supuesto, éstas son sólo hipótesis que merecen y 43
se esperaba del rol materno, y en muchos casos se las como recuerdos. organizaciones– revolucionaron la figura paterna. deben ser contrastadas con la realidad.
limitó a las compañeras, como sujetos en general y En el interior de la organización –no ya a nivel de Asumieron más su responsabilidad y su importancia El nivel de adhesión a la organización y a sus
como militantes en particular, relegándolas y sobre- pareja o familia– en general se vivió una igualdad de en la crianza de los hijos. Los avances de la ciencia, postulados responde a la apropiación que los mili-
cargándolas. género, que en algunos contextos supuso un mayor especialmente de la psicología –y de ésta tenida en tantes hicieron de los valores y modelos que ésta
Sin duda, las mujeres pudieron romper los mol- esfuerzo para las mujeres por las diferencias biológi- cuenta por la medicina– fomentaron estas transfor- proponía. Bajo la concepción de construir un
des sociales impuestos según género en mayor medi- cas y culturales que los cuerpos de hombres y mujeres maciones. Poco a poco, los hombres fueron abando- Hombre Nuevo y una sociedad nueva para él, los
da que los hombres. Para ellos era más cómodo el llevan inscriptas, sobre todo en la práctica militar. En nando esa actitud rígida y hostil a todo lo que pudie- militantes encontraron un marco moral que les
mantenimiento del orden vigente porque, a nivel ningún caso esas diferencias se vivieron como defi- ra relacionarse con lo “sentimental”, corrientemente permitía no sólo imaginar y proyectar ese ideal,
Sección Deportes
Las últimas imágenes mediáticas de mujeres deportistas que
estuvieron en las miradas de todos fueron las de Las Leonas triun-
fales en uno de los torneos más importantes del hockey sobre cés-
sino intentar construirlo a partir de la práctica coti- ped. En realidad no sólo fueron las últimas sino que fueron las
do a la tradición que se intentaba cambiar.
diana. Hubo, en general, plena conciencia de que la únicas, porque a pocos días de este evento se disputó el mundial
Los logros en las experiencias individuales pare-
idea era utópica y su concreción demandaría largo de hockey, pero sobre patines, en España en el cual Las Águilas,
cen haber sido muchos y gratos. A niveles más macro
tiempo, pero que su encarnación en aquel presente nuestra selección, venció rotundamente en la final al equipo fran-
podemos aceptar la hipótesis que sostiene que los
era necesaria para alcanzar aquella meta, predicando cés y se quedó con el campeonato, aunque casi sin prensa, pasión
tiempos no fueron suficientes para socializar esa
con el ejemplo para contribuir a un modelo que ni argentinidad como el disputado en Rosario, que además tuvo
experiencia, y hacer masiva la adscripción a esos valo-
debía moldearse en la cotidianidad. un rating televisivo importante.
res que darían lugar a estructuras y prácticas sociales
El retorno a la democracia significó, para muchos Vale preguntarse respecto del porqué de estas cuestiones
más igualitarias y equitativas.

el mundo de los deportes


que vivieron aquellos intentos transformadores en diferenciales que hacen que sobre un deporte se ponga tanta luz
Es necesario reconocer el poder de las marcas

El mundo del hockey…


carne propia, un retroceso, una vuelta a foja cero, y el otro quede en un cono de sombras, ya que si de resultados se
sociales que los sujetos llevan inscriptas en sus sub-
como si nada hubiera pasado en el medio. El sabor trata las diferencias no existen. Puede pensarse en la popularidad
jetividades si en algún momento pretendemos
amargo de no haber alcanzado lo que se propusieron, de cada uno de los deportes, puede decirse que hay más mujeres
intervenir en la sociedad y sus relaciones. Tener
ese proyecto de sociedad, se vuelve más doloroso para que juegan sobre césped que sobre ruedas, puede hablarse de
conciencia de las amarras que la sociedad nos pro-
quienes pese a haber sentido que en el interior de sus lugares geográficos, de trabajo dirigencial, de apoyos estatales y
vee parece ser condición necesaria –y seguramente
familias vivieron como “proto”-hombres nuevos, que privados. Pero de lo que no se habla es de las cargas culturales
no suficiente- para quien quiera proponer des-suje-
sí intentaron ejemplificar con sus propias vidas la que los deportes tienen sobre las niñas que incursionan en las
tar a los sujetos sociales en cualquier proyecto de
sociedad que pretendían para el conjunto, también actividades deportivas y recreativas desde los ámbitos escolares,
transformación social.
retornaron a una situación acorde al orden hegemó- de clubes o lugares públicos, donde se ofrecen distintos tipos de
nico que intentaron cambiar. actividades a niñas y a varones de acuerdo a patrones culturales
Podemos señalar entonces que Montoneros, bajo que aplastan a quien determine políticas y propuestas diferentes,
la propuesta y concepción de un Hombre Nuevo y pues se cree que existen actividades que son más adecuadas para
una sociedad nueva, como proyecto a alcanzar, como cada edad… y sexo. En este sentido, el tema del sexo es primor-
dial, y el cuerpo sexuado cobra una inusitada preponderancia,
fin de la militancia integral que se asumía, permitió a 44
aun en las edades más tempranas, de modo que los juegos son
los militantes, a partir de los valores que se promoví- 45
an, experimentar relaciones sociales, y entre ellas rotulados como aptos “para nenas” o “para varones” sin más fun-
damento que “el cuidado” del cuerpo de las niñas y el “entrena-

POR MARTA ANTÚNEZ


relaciones de género, más igualitarias y equitativas,
comparativamente hablando en relación a la socie- miento” del cuerpo de los varones como meta para el “futuro
dad argentina de aquella época. Ciertos aspectos de deportista”.
los mandatos sociales, del imaginario social y de las El hockey (sobre césped) pudo romper algunos de estos
representaciones sociales que estructuran las subjeti- 1. Donatello, Luis M.: Catolicismo y Montoneros. Religión, política y paradigmas, porque aun siendo un deporte muy rudo (¿quién no
vidades no lograron superarse, o reaparecían, volvien- desencanto. Ed. Manantial. Bs. As. 2010 Págs. 99-116 conoce a una jugadora de hockey que no tenga, al menos, un
por estas épocas es ineludible, sobre todo en discipli- El mérito de Las Leonas se debió al trabajo, al
nas donde el nivel alcanzado es indiscutido. Con esto tesón, a la organización, al tiempo, a la confluencia
dejarían de depender de las becas de la Secretaría de de apoyos; no puede desperdiciarse ni quedar
Deporte, de los convenios que el Estado tiene con las anquilosado. Ahora el paso debe ser lograr lo que
universidades privadas donde deben estudiar y, con- se consiguió para los deportes masculinos más mul-
secuentemente, de los fondos que hoy se invierten titudinarios de nuestro país, el crecimiento profe-
en el hockey (sobre césped) de rendimiento –algo sional, antes de que muera en el achatamiento o
así como cinco millones de pesos según la Secretaría deban concentrar un altísimo presupuesto injusto
de Deporte– y que indiscutiblemente están rela- en manos de un solo equipo para sostenerse en lo
cionados con el desempeño alcanzado, y de este más alto. Las deportistas son profesionales, lo han
modo estos fondos podrían utilizarse para el demostrado, y siguen dependiendo del beneficio
fomento de deportes que aún deben hacer el estatal, que en definitiva no las reconoce como
camino que las Leonas y la asociación lograron tales, sino como deportistas aún en desarrollo. Y la
doloroso bochazo en alguna parte del cuerpo des- deporte argentino, de Víctor Lupo. Y a pesar de que con muchísimo esfuerzo. injusticia está dada porque hay deportistas que aún
pués de un partido?) pudo instalarse como deporte en años posteriores el deporte decayó, el fuerte De esta manera, quizás, podrían dejar de soste- requieren de los esfuerzos estatales, como las del
femenino nacional sin lugar a dudas, lo cual es suma- anclaje en el sistema escolar inglés, el desarrollo en nerse como única imagen de las “chicas deportistas” hockey sobre patines, que nunca tuvieron estos
mente auspicioso teniendo en cuenta la falta de pers- los clubes y la organización deportiva lo hicieron cre- las “chicas de la pollerita”. Democratizar fondos, estímulos, y que han demostrado que son capa-
pectiva de género con que las políticas deportivas se cer y desarrollarse, sostenerse con fondos estatales en políticas e imágenes es un combo perfecto para el ces de obtener resultados también desde hace
generan. El hockey (sobre patines) no pudo dar ese un trabajo conjunto entre lo que es fomento y plani- desarrollo de los deportes de las niñas, en particular muchos, e invisibles mundiales, y más injusto
salto, como tampoco todos los demás deportes, algu-
nos más visibles aún.
Como todas las cosas, esto también tiene una
explicación: las políticas deportivas son misóginas,
no cabe ninguna duda. Los medios de comunicación
acompañan esta tendencia; las pautas culturales res-
pecto del deporte marcan, sostienen y refuerzan
todo lo anterior y mucho más. Con este panorama, la
avanzada del hockey es un logro excelente, pero peli-
groso si no consigue escapar al “modelo deportivo
femenino” al cual deben asemejarse todos los demás
deportes para poder ser considerados.
El hecho de que el hockey sobre césped se ha eri-
gido en el deporte “femenino” por excelencia es
indiscutible. Pero también es indiscutible que eso del
“deporte femenino” y Las Leonas como “modelo de
equipo y garra” también ha generado un cierto este-
reotipo de lo que se supone deben ser las deportistas
que quieran llevar la celeste y blanca y de las que
quieran emularlas.
En primer lugar, porque tiene una larguísima
trayectoria en el país, que no empezó con Las Leonas
sino que ya en el primer Mundial en 1972 Argentina
se quedó con el subcampeonato, y quedó en el podio
entre Holanda y Alemania; lo mismo sucedió en
1974, cuando nuestras jugadoras no contaban con
ficación para el alto rendimiento. Todos éstos son
condimentos imprescindibles para estar en el
mundo de los mejores, considerando que las poten-
cias en esta disciplina son muy fuertes, aunque no
tan numerosas como en deportes más multitudina-
rios como son el básquet o el fútbol.
Lo peligroso de este asunto es que este modelo
quede anclado y se cristalice como estereotipo, de
manera que quienes no logren alcanzarlo, como
sucede en el hockey sobre patines por regional, en el
fútbol por cuestiones de clases sociales, y en los
demás por cuestiones resultadistas –resultados que
en definitiva surgen de estas mismas cuestiones– que-
den fuera de toda política deportiva, sea de desarro-
llo, de rendimiento o social. Pero también es peligro-
so para las mismas jugadoras de hockey, sean Leonas
o estén en camino de serlo.
Debemos tener en cuenta que en nuestro país no
hay deportes femeninos de conjunto a nivel profesio-
nal, y que a pesar de las voces que se manifiestan en
contra cada vez que se habla de profesionalismo, el
derecho al trabajo es innegable. Las deportistas con
el nivel logrado por Las Leonas no pueden eludir las
responsabilidades que implica el trabajo de alto ren-
dimiento deportivo con la exclusividad que se exige
para mantenerse, quedando bajo la protección del
de los que, a pesar de los resultados, están fuera de
los apoyos estatales.
Si bien este tipo de características feminizantes y
masculinizantes enmarcan a todos y cada uno de los
deportes con diferentes particularidades, pautan
además las expresiones deportivas según clases socia-
les, según si requieren o no agresividad, y una canti-
dad de otras variables.
Este peligro implica el encarcelamiento de las
mujeres deportistas al eterno paternalismo estatal,
con la consecuente rigidez respecto de imagen
necesaria, “modelo” de mujer diferenciada de los
deportistas varones, valores “femeninos” contrasta-
bles a los deportivos y asimilados a los domésticos,
aunque con más exigencias que para el común de
las mujeres no mediáticas. Estas cuestiones no son
inocentes, no están puestas “sin querer”, el estado
de rehenes de los deportistas ante subsidios y
espónsores es incompatible con el máximo rendi-
miento que se quiere alcanzar.

aún para los deportistas en desarrollo, para
deportes realizados por muchos jóvenes que no
cuentan con una base en la que puedan lograr
un vuelo internacional.
Entonces, políticas deportivas, estatales y priva-
das, de común acuerdo, dictaminan qué se espera
de nuestras chicas para ingresar al privilegiado
mundo de los deportes, lo que esperan las familias
de las niñas que quieren hacer deportes y las niñas
que quieren parecerse a Las Leonas, únicas refe-
rentes del deporte de conjunto.
No sólo debe pensarse en qué se les exige a
estas mujeres, además del sostén de la imagen, del
paternalismo al que la organización deportiva esta-
tal y privada las somete, de las fotos que pueden o
no sacarse, todo por el mismo precio, sino en qué
se les exigirá a nuestras niñas y niños, además de
encuadrarse en las diferencias por sexo que deter-
minan todas las demás diferencias.

“…pudo instalarse como deporte femenino nacional sin lugar a dudas, lo


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apoyo estatal. “Yo jugué en una época en la que orga- Estado y dependiendo de la buena fortuna para cual es sumamente auspicioso teniendo en cuenta la falta de perspectiva de
nizábamos cafés concert y vendíamos diarios para lograr un sostén económico en el futuro.
juntar el dinero y poder viajar a los mundiales”, dice El derecho al deporte en este nivel se enlaza con género con que las políticas deportivas se generan.”
Verónica Alfonso en el libro Historia política del el derecho al trabajo digno, y la profesionalización

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