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MATRÍCULA: LIA190204002
UNIDAD DE APRENDIZAJE:
MACROECONOMIA
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE:
FECHA DE ENTREGA
15 DE FEBRERO DE 2020
Contenido
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................................................2
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD.....................................................................................................3
CONCLUSIONES.....................................................................................................................................4
FUENTES CONSULTADAS....................................................................................................................5
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INTRODUCCIÓN
A lo largo de los años 1980 a la actualidad se tratará de explicar cómo se comportó la economía
en nuestro país
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Esta sección ofrece una revisión sintética sobre las definiciones y metodologías alternativas para
caracterizar los ciclos económicos. Como se podrá inferir, no existe un consenso en la profesión ni en
términos de lo que es el ciclo económico ni de los métodos de estimación.
Esta definición merece varios comentarios. En primer lugar, la identificación de los ciclos
económicos en este contexto se basa en información proveniente de actividades económicas diversas,
como: producción, empleo, ingreso, indicadores de la producción industrial y ventas al menudeo, entre
otras. Segundo, se pueden identificar cuatro etapas del ciclo económico, lo cual es consistente con el
enfoque descriptivo de Mitchell (1913). En la práctica, el NBER caracteriza el ciclo económico en
términos de contracciones y expansiones. En tercer lugar, el término ciclo no implica que éste exhiba
un comportamiento regular o predecible. Por último, es posible que en cada fase del ciclo puedan
ocurrir cambios pequeños y efímeros en la actividad económica. Por ejemplo, una recesión puede
incluir un periodo corto de expansión seguido de una disminución adicional en la actividad económica,
o una expansión puede incluir un lapso corto de contracción seguido de un incremento adicional en la
actividad económica.
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Una definición alternativa del ciclo económico está formulada por Lucas (1977), quien describe
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al ciclo económico en términos de desviaciones alrededor de la tendencia del PIB. En este contexto, las
propiedades del ciclo económico se explican en función de los movimientos de las desviaciones
En lo referente a la estimación del ciclo, existen varios métodos para extraer la información
cíclica de una serie económica. Con base en las dos definiciones alternativas del ciclo económico ya
mencionadas, dichos métodos pueden dividirse en dos categorías: la primera está basada en la técnica
de identificación de puntos de giro para una serie de referencia; la segunda, en la eliminación del
componente permanente de una serie (esto es, su tendencia).
El algoritmo de Bry y Boschan (1971) es utilizado, entre otros, por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) para la elaboración de los indicadores compuestos coincidente y
adelantado. Para ello, el Instituto primero selecciona varias series de datos relacionados con los
sectores productivo, financiero y laboral, de acuerdo con ciertos criterios. Luego, a cada una le aplica el
algoritmo de Bry y Boschan (1971) para identificar los puntos de giro correspondientes. Con base en
esta información, las series son clasificadas como adelantadas, coincidentes o rezagadas con respecto a
las respectivas fechas de un ciclo de referencia, el cual representa la evolución de la actividad
económica. Por último, las series son agregadas en un índice de acuerdo con dicha clasificación (para
mayores detalles, véase INEGI, 2004).
Como puede inferirse de la sección anterior, un análisis sobre las características del ciclo
económico en México requiere tanto de una definición del ciclo económico como de un método para
identificar la información cíclica de una o varias series económicas. Debido a la falta de consenso sobre
el particular, en este apartado se ofrece una caracterización con base en la definición clásica del ciclo.
Luego, el componente cíclico se caracteriza en términos de desviaciones alrededor de la tendencia del
PIB utilizando el filtro HP modificado, y sus cimas y fondos se comparan con aquéllos estimados
mediante el método clásico.7 Por último, se lleva a cabo un comparativo entre el ciclo de México y el
de países desarrollados y se comenta de forma breve la relación que existe entre los ciclos económicos
7
de EE.UU. y México.
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El cuadro 1 presenta las características del ciclo económico en México para el periodo 1980-
2009, con base en información del ICC del INEGI. Las primeras dos columnas muestran los periodos
en los cuales se identifican los puntos de giro (esto es, tanto las cimas como los fondos) del indicador.
En él se puede apreciar que, en promedio, las contracciones tienen una duración de 19 meses mientras
que las expansiones, una de 43 meses. De acuerdo con este indicador, la contracción más prolongada se
registró desde septiembre del 2000 a noviembre del 2003 (38 meses). A su vez, la expansión más larga
se tuvo desde enero de 1987 a octubre de 1992 (69 meses). Sin importar la forma en que se mida (de
fondo a fondo o de cima a cima), el ciclo económico completo en México tiene una duración
aproximada de 61 meses, en promedio.
Para propósitos de comparación, el cuadro 2 presenta las características del ciclo económico en
México de acuerdo con el Economic Cycle Research Institute (ECRI); su cronología de ciclos está
basada en la tradición del NBER, lo cual permite una comparación directa con aquélla identificada por
el ICC del INEGI. Quizá de manera no sorpresiva, en general no existen grandes diferencias entre las
fechas identificadas como cimas y fondos por parte del ECRI con aquéllas provenientes del INEGI. De
acuerdo con el ECRI, las contracciones en promedio duran un poco menos (17 meses en lugar de 19)
mientras que las expansiones son ligeramente más duraderas en promedio (46 meses en lugar de 43). A
su vez, en este caso, el ciclo económico completo tiene una duración, como media, de entre 60 y 63
meses.
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Como se mencionó en la sección anterior, una forma alternativa de identificar los ciclos
económicos es en términos de las desviaciones del PIB respecto a su tendencia. Con base en esta
metodología, la gráfica 3 presenta el componente cíclico del PIB de México para el periodo 1980-
2009.9 La gráfica sugiere que la contracción económica más reciente sería de una magnitud mayor a la
registrada durante la crisis del tequila (esto es, una diferencia entre fondo y cima de alrededor de 12.6
puntos porcentuales en el primer caso y de 11.2 en el segundo).10 En términos de desviaciones respecto
a la tendencia (representada por la línea horizontal a nivel cero), el componente cíclico exhibe también
una mayor caída durante el ciclo económico actual en comparación con lo registrado durante la crisis
del tequila (-8.9 versus -6.3%, respectivamente).
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Una vez discutidas las propiedades del ciclo económico en México, el siguiente paso es
compararlas con las de otros países, en particular, con la de economías desarrolladas. Al respecto, el
cuadro 4 presenta un comparativo internacional de las recesiones y expansiones del ciclo económico
durante las décadas más recientes. La información de la segunda columna del cuadro proviene del IMF
(2002), con base en una muestra de 16 economías desarrolladas 12 para el periodo 1973-2000. La
siguiente columna ofrece datos para el caso de EE.UU. durante el periodo 1973-2007, de acuerdo con
el NBER. La última muestra las propiedades correspondientes para México durante los últimos 29
años, tomando como referencia el ICC del INEGI.
Cabe advertir que en el cuadro 4 el IMF define una recesión en términos de uno o más años
consecutivos de crecimiento negativo en el PIB real, mientras que una expansión está definida en
términos de uno o más años consecutivos de crecimiento positivo. Si bien el criterio del IMF no es
consistente con una caracterización clásica de los ciclos económicos (como en los casos de Estados
Unidos de América y México), la información contenida en este cuadro sigue siendo bastante útil.
En cuanto a las recesiones, la disminución en términos del PIB ha sido de 2.5% para el caso de los 16
países industrializados y de 1.8% para el de EE.UU., en promedio. Quizá de manera sorpresiva, la
disminución de 2.2% como media para México es muy similar a la registrada en las naciones
desarrolladas. Sin embargo, las disminuciones en producción para el caso de México exhiben una gran
varianza, por ejemplo, la caída en producción (en términos desestacionalizados) fue de 5.1% durante la
recesión de 1982-1983 y de 7.1% durante la de 1994-1995. Por otra parte, si se excluye la de 1992-
1993, la disminución de la producción en México durante una recesión sería de 3.7% en promedio.
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El siguiente renglón del cuadro 4 muestra que, en promedio, las recesiones forman alrededor de
13% de la duración total de un ciclo económico en los países desarrollados. En contraste, este
porcentaje es de 30% en México. Esta proporción sólo es equiparable al promedio de 29% registrado
en los 16 países industrializados durante el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales (véase
IMF, 2002).
En cuanto a las expansiones, existen diferencias notables entre México y el resto de las
economías desarrolladas. En una expansión típica, la producción se ha incrementado entre 24 y 27%
aproximadamente en los países desarrollados; en México, sólo ha sido de 16.6% en promedio. El
incremento máximo en producción durante una expansión para el caso de México ha sido de 31%
durante el periodo 1995-2000. Sin embargo, este notable incremento se explica parcialmente por la
caída sustancial en producción durante la crisis del tequila.
En términos de duración de las expansiones, ésta ha sido aproximadamente de entre seis y siete
años en promedio en las economías desarrolladas. En el caso de México, la duración promedio es de
sólo 3.6 años. Como se ha mencionado, la expansión más larga en México durante los últimos 30 años
ha sido de 69 meses (5.75 años), lo cual implica una duración ligeramente inferior al promedio en
EE.UU.
En resumen, la información del cuadro 4 indica que no sólo los incrementos en producción
durante las expansiones son significativamente menores en México, sino que también las expansiones
son de menor duración en promedio. Además, las recesiones en el país forman alrededor de un tercio
del ciclo económico completo en promedio. Este porcentaje es más del doble de lo que se registra en
economías desarrolladas.
Como es bien sabido, existe una estrecha relación entre el ciclo económico de México y el de
EE.UU., en especial durante los 15 años más recientes. Esta relación ha sido muy documentada en la
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literatura académica, véase, por ejemplo, Mejía (2003), Cuevas et al. (2003), Torres y Vela (2003),
Herrera (2004), Mejía et al. (2005), Chiquiar y Ramos Francia (2005, 2008), Garcés (2006) y Antón
Al respecto, la gráfica 4 muestra los componentes cíclicos del PIB de México y EE.UU. para el
periodo 1980-2009. Para el caso de EE.UU., la serie se construye con base en la información sobre la
tendencia del PIB estimada por el Congressional Budget Office (CBO). Se puede observar cómo, en los
periodos previos a 1996, la correlación entre ambas series es relativamente débil. Sin embargo, a partir
de ese año, los componentes cíclicos se comportan de manera muy similar en general. 14 Por otra parte,
la gráfica sugiere cómo el periodo de expansión posterior a la crisis del tequila y la recesión más
reciente en México podrían ser explicados de forma razonable por el ciclo económico de EE.UU.
Esta sección está relacionada con dos temas: primero se discute si la recesión más reciente en
México podría haber llegado a su fin o estaría próxima a terminar y se compara la disminución en
13
producción correspondiente con aquélla registrada durante la crisis económica de 1994-1995. Luego se
examina cuánto tiempo podría tardar la economía mexicana en regresar a su nivel de tendencia o de
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largo plazo, tomando en cuenta las perspectivas sobre el componente cíclico del PIB en EE.UU.
Consistente con lo discutido antes, una manera natural de evaluar este punto es tomando la
información proveniente del ICC del INEGI. De acuerdo con él, la recesión habría terminado en mayo
del 2009 (véase la gráfica 1), que es cuando la serie registra su punto más bajo. Sin embargo, dado que
dicho índice no exhibe un incremento sostenido en los meses posteriores, podrían existir ciertas dudas
sobre si la recesión en realidad habría terminado.
Por otra parte, el componente cíclico del PIB que viene del filtro HP modificado ofrece una
aproximación bastante razonable sobre las cimas y los fondos del ciclo económico en México. Con
base en esta observación, la gráfica 3 sugiere que la recesión más reciente podría haber llegado a su fin
en el segundo trimestre del 2009. No obstante, hay al menos dos objeciones naturales que llevarían a
tomar este resultado con reserva: en primer lugar, el filtro HP modificado sólo permite corregir de
forma parcial el problema de estimación al final de la muestra inherente a esta clase de filtros. Así, en
la medida que surja nueva información sobre el PIB en el futuro, su componente cíclico podría
estimarse con mayor precisión; en segundo lugar, las cifras del PIB están sujetas a un proceso natural
de revisión (de hecho, oficialmente, las publicadas por el INEGI para los trimestres más recientes son
de carácter preliminar). Estos procesos de revisión podrían afectar la estimación presentada en la
gráfica 3.
Una tercera forma de evaluar si la recesión más reciente en México habría terminado proviene
de los indicadores compuestos adelantados. Como su nombre lo indica, éstos tienen la propiedad
de adelantarse al ciclo económico. En específico, buscan anticipar por algunos meses en qué periodo
futuro podría presentarse un punto de giro en la actividad económica. Sin embargo, existe cierta
incertidumbre sobre dicho pronóstico, lo cual es natural en ejercicios de esta naturaleza.
Para México, existen dos fuentes públicas de información sobre indicadores compuestos
adelantados: el INEGI y la OCDE.15 En ambos casos, están construidos con el algoritmo de Bry y
Boschan (1971), aunque utilizan series distintas para su construcción. Hasta donde se tiene
conocimiento, el INEGI no provee información oficial sobre cuántos meses su indicador es capaz de
anticipar al ciclo económico en promedio. No obstante, si se comparan los puntos de giro de los
indicadores compuestos coincidente y adelantado del Instituto para el periodo 1980-2009, el indicador
adelantado se ha anticipado cuatro meses en la detección de puntos de giro, en promedio. Por su parte,
la OCDE señala que su indicador está construido de tal forma que permite anticipar los puntos de giro
aproximadamente seis meses.
se registró en diciembre del 2008, es decir, este indicador sugiere que el fondo de la recesión más
reciente también se habría alcanzado alrededor de junio del 2009.
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En conjunto, los indicadores compuestos adelantados del INEGI y de la OCDE sugieren que el
fondo de la recesión más reciente se habría registrado entre el segundo y tercer trimestre del 2009 (en
este último caso, tomando en cuenta la información sobre el ciclo económico en EE.UU. y su estrecha
relación con el ciclo de México). Cabe destacar que la metodología de ciclos de crecimiento también
llega a un resultado similar. Con ello, se puede concluir que existe evidencia sólida que sugiere que el
fin de la recesión en México se habría registrado entre el segundo y tercer trimestre del 2009.
Si se considera que la cima más reciente en México se registró en enero del 2008, la recesión
más actual habría tenido una duración entre 13 y 18 meses, lo cual es consistente con la información
contenida en el cuadro 1. Sin embargo, con base en la información preliminar disponible, esto
15
implicaría una caída del PIB (en términos desestacionalizados) de alrededor de 9.5% durante la
recesión más reciente. Esta caída se encuentra muy por encima del descenso promedio de las recesiones
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en México (véase cuadro 4) y se ubicaría aproximadamente 2.5 puntos porcentuales por encima de la
caída registrada durante la crisis del tequila.
Si bien existe evidencia robusta que sugiere que la recesión en México habría terminado entre el
segundo y tercer trimestre del 2009, el siguiente paso es evaluar cuánto tiempo tardaría la economía
mexicana (en específico, el PIB) en regresar a su nivel de tendencia o de largo plazo. Dada la
importancia que tiene el ciclo económico de EE.UU. sobre el de México, en principio las perspectivas
de la economía mexicana podrían inferirse a partir de las de EE.UU. en los próximos años. De acuerdo
con esta idea, un análisis de esta naturaleza requiere dos insumos: una proyección para la brecha del
PIB en EE.UU. durante los próximos trimestres, así como una relación estadística entre las brechas del
PIB de EE.UU. y México. Con base en esta información, se puede llevar a cabo una proyección para la
brecha de producción en México.
La proyección de la brecha del PIB de EEUU proviene del CBO, la cual fue publicada en marzo
del 2009 y se reporta para el cuarto trimestre de cada año durante el periodo 2009-2015. 17 Lo
interesante de la proyección del CBO es que incorpora el impacto estimado de los incrementos en gasto
público y reducciones en impuestos previstos por el American Recovery and Reinvestment Act
(ARRA), anunciado por el gobierno norteamericano en febrero del 2009.
La proyección del CBO considera dos escenarios posibles: uno supone un alto impacto del programa
ARRA sobre la economía estadounidense (optimista); el otro se lleva a cabo bajo el supuesto de un
bajo impacto de dicho programa (pesimista). Cabe destacar que, en su reporte más reciente (agosto del
2009), la perspectiva del CBO es que la recuperación de la economía de EE.UU. sería, más bien, lenta.
De acuerdo con él, las razones son la débil situación económica y financiera a nivel mundial, las
restricciones en los mercados de crédito, el alto nivel de desempleo y el deseo de las familias
estadounidenses de reconstruir sus ahorros. En términos de su proyección de marzo del 2009, esto
implicaría que el CBO le ha asignado una mayor probabilidad de ocurrencia al escenario pesimista.
La brecha del PIB de EE.UU. estimada por el CBO para el periodo 1987-2015 se muestra en la gráfica
6. Naturalmente, el escenario optimista prevé una recuperación mucho más rápida en los próximos dos
años. Sin embargo, a partir del 2013, la brecha tendría un comportamiento similar, sin importar el
escenario previsto. Se puede observar, también, que esta proyección no incorpora el cambio anunciado
por el CBO en agosto del 2009, en el sentido de que la brecha se cerraría en el 2013.
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La evidencia en Antón (2009) sugiere que la relación cíclica entre el PIB de EE.UU. y México
es contemporánea en promedio (en especial, alrededor de los 15 años más recientes). Con base en dicha
evidencia, la caracterización estadística se lleva a cabo en el mismo sentido. Para el caso de la brecha
del PIB de México, esto implica estimar una regresión de la forma:
donde ỹt, j representa la brecha del PIB en tiempo t para el país j, con j = mx, eu; α0 y α1 son coeficientes
a estimar y εt es un término de error. Los datos correspondientes al periodo 2000Q2-2007Q3 se
muestran en la gráfica 7. Como es de esperarse, los datos exhiben una relación positiva entre las dos
variables.
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donde los errores estándar se indican en paréntesis. 19 Con ello, la relación estadística reportada en la
estimación (2) junto con la proyección de la brecha del PIB para EE.UU. desarrollada por el CBO se
pueden utilizar para elaborar escenarios futuros para la brecha del PIB de México.
Los resultados correspondientes se muestran en la gráfica 8 para el periodo 1987-2015. De manera
similar al caso de EE.UU., el escenario optimista prevé una recuperación rápida en los próximos dos
años. No obstante, a partir del 2013, ambas brechas convergerían y tendrían un comportamiento
similar. En la gráfica también se puede observar que, sin importar el escenario previsto, la economía
mexicana aún no habría alcanzado su nivel potencial hacia finales del 2015.
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Esto lleva a preguntarse por qué la recuperación durante la crisis del tequila habría sido mucho
más rápida que la prevista para los próximos años. La respuesta viene sugerida por la información
contenida en la gráfica 4: durante la crisis de 1994-1995, la recuperación del PIB de México a sus
niveles de largo plazo sólo tomó un par de años, lo cual se debió, en gran medida, al hecho de que el
ciclo económico en EE.UU., en ese entonces, estaba en una etapa de franca expansión. Como se
sugiere en Antón (2009), el canal de exportaciones de México hacia EE.UU. habría sido un detonante
crucial para dicha recuperación. Por el contrario, la lenta mejora de México prevista para los próximos
19
años sería sólo un reflejo de la débil recuperación esperada para la economía de EE.UU.
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Como es natural en este tipo de proyecciones, los resultados deben ser tomados con reserva.
Además de la incertidumbre inherente a cada pronóstico existen, al menos, tres razones adicionales que
deben ser tomadas en cuenta: en primer lugar, el CBO enfatiza que sus proyecciones están sujetas a una
mayor incertidumbre de la normal, lo cual se debe a que, tanto la magnitud de la turbulencia financiera
observada en fechas cercanas como la magnitud de las acciones del gobierno estadounidense y de la
Reserva Federal ante la recesión están fuera del rango de la experiencia reciente. Además, existe una
gran incertidumbre sobre cómo los hogares estadounidenses ajustarán sus patrones de ahorro ante las
grandes pérdidas en su riqueza.
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Julián Pérez Porto. (2019). Definición de política económica. 25/05/2019, Sitio web:
https://definicion.de/politica-economica/
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