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Que Es Una Entidad Astral Parasitaria
Que Es Una Entidad Astral Parasitaria
Que Es Una Entidad Astral Parasitaria
Aparentemente, hay una barrera o un portal por el que hay que pasar para poder
entrar completamente en la luz. Si el espíritu del difunto se mueve más allá de ese
portal, avanzará hacia la 5ta densidad, a la cual van las almas de todos los seres
después de la muerte. Al morir, el cordón de plata que une al espíritu con el cuerpo
físico en la tercera densidad se rompe definitivamente.
Sin embargo, no todos los espíritus fallecidos siguen su camino hacia la luz. Algunos se
pierden en el camino, ya sea por decisión consciente o por simple ignorancia, muchos
quedan atrapados en el estado entre la quinta densidad y la densidad física, la tercera
densidad. Algunos autores denominan dicha zona como bajo astral, zona gris o zona
intermedia. Áquel que no traspasa el portal, vagabundea por dicha zona y puede que
encuentre a algún ser humano al que adherirse para poder seguir disfrutando de las
actividades inherentes a la vida física. De ésta forma, el espíritu descarnado se une
de forma parcial o total a la mente subconsciente de un individuo “vivo”, ejerciendo un
determinado grado de influencia en los procesos mentales, las emociones, la conducta
y el cuerpo físico. De esta forma la entidad se vuelve un parásito en la mente del
huésped. Una víctima de esta condición puede resultar totalmente amnésica durante
episodios de completa toma de control por parte de la entidad.
Hay una gran cantidad de razones por las cuales un individuo no completa su
transición; como ejemplos podemos citar:
Una muerte traumática o repentina puede tomar por sorpresa a la entidad,
produciendo un trauma en la conciencia del espíritu recién difunto. Dicha muerte
puede provocar diversos estados emocionales que pueden ir desde la sorpresa hasta la
furia, el miedo, la desesperación, la culpabilidad, el remordimiento, étc. Puede que la
entidad se niegue a aceptar su muerte física o quizá sea inconsciente de que ésta se
ha producido.
Las emociones, sean estas de carácter positivo o negativo, que rayan en la obsesión
actúan como un ancla que impide la partida de la entidad. Por lo tanto, los sentimientos
de odio, culpa, remordimiento, furia, e incluso excesivo amor, pueden interferir con la
transición.
Falsos sistemas de creencias sobre la vida después de la muerte pueden evitar que el
espíritu se dirija hacia la luz; puede que la experiencia de la muerte no coincida con las
falsas expectativas o nociones preconcebidas de cómo debería ser.
La muerte por sobredosis de drogas o alcoholismo puede provocar que el espíritu del
difunto conserve el apetito o el deseo de consumir tales sustancias; al ser un estado
de conciencia-energía, el mundo astral no puede satisfacer tales apetitos, por lo que el
espíritu decide holgazanear hasta encontrar un sujeto al que adherirse, por ejemplo,
un adicto que le proporcionará satisfacción a través de su aparato sensorio-motor. De
esta forma el espíritu se convierte en un parásito. Lo mismo puede ocurrir con
cualquier tipo de apetito u obsesión asociada al mundo material y físico de la tercera
densidad, por ejemplo: comida, sexo, otro ser humano, étc. }
El espíritu del recién difunto puede llevar consigo a la entidad parasitaria hacia la luz
y de esta forma rescatar al alma perdida.
Hay diferentes clases de EAPs. Los hay benignos, malignos y neutrales o pasivos.
Las razones que pueden llevar a que una persona actúe como imán de estas entidades
son muchas y de muy diversa índole. Puede tratarse de algo muy simple, como el hecho
de estar físicamente próximo al lugar donde se produjo el deceso. De acuerdo a W.
Baldwin, aproximadamente el 50% de los casos investigados clínicamente se debieron a
situaciones fortuitas sin que existiera relación alguna entre los EAP y el huésped ni en
ésta ni en ninguna otra encarnación. La otra mitad de los casos pueden deberse a que
existe algún tipo de relación o asunto sin terminar en esta u otra vida.
Una debilidad física, psíquica o emocional es una invitación inconsciente para que una
entidad se adhiera al individuo. Emociones demasiado fuertes, sentimientos negativos
reprimidos consciente o inconscientemente pueden ser la señal que las EAPs necesitan
para convertirse en inquilinos indeseados.
Las prácticas mágicas de cualquier tipo, la canalización, la acción de pedir ayuda a “los
guías” sin tener el conocimiento suficiente sobre el mundo invisible, las prácticas de
meditación para contactar a los “maestros espirituales”, las sesiones espiritistas y
todo tipo de “actividades espirituales” que sean realizadas sin un profundo
conocimiento de los mundos invisibles, son invitaciones gratuitas a que espíritus
oportunistas de toda clase, tanto descarnados como entidades demoníacas interfieran
y produzcan todo tipo de problemas. He aquí que muchas de las ideas propagadas por
la “Nueva Era” no sean más que pura desinformación que puede costar MUY CARO a
quienes no estén dispuestos a investigar más profundamente este tipo de enseñanzas.
Un hecho que los jóvenes de hoy (y los no tan jóvenes también), que ignoran
profundamente la seriedad del tema, están expuestos a la intrusión astral al escuchar
cierto tipo de música, así como también a inclinarse por la práctica sexual promiscua,
las drogas, el alcohol, etc. No se trata aquí de ser “puritano”. Se trata de que el
Sistema de Control utiliza estas herramientas para su beneficio, asignando una gran
cantidad de entidades demoníacas a aquellos que podrían tener la posibilidad de
DESPERTAR y de ENTENDER la verdadera naturaleza de nuestra realidad. De esta
forma, los jóvenes –y hablo especialmente de los jóvenes porque en cierta forma, son
los más vulnerables a las influencias externas – impulsados por la necesidad de
“pertenecer” a un determinado grupo, andan por caminos sinuosos que ponen en peligro
mucho más que su vida física: ponen en peligro la libertad de sus ALMAS. Hablaremos
de esto cuando tratemos el tema de entidades demoníacas.
Una persona puede ser afectada por una EAP de muchas formas sin llegar a sospechar
nunca que una o varias EAPs se hallan adheridas a ella. Las actitudes, la conducta, las
inclinaciones, los deseos, los pensamientos y las emociones pueden estar influenciadas
o incluso ser determinadas por la acción de otra personalidad con una historia y un
patrón de conducta diferentes, sin embargo el individuo creerá que son sus
pensamientos y sus emociones. Tal entidad actúa como un vampiro psíquico –sin
importar cuál sea la intención de la entidad, negativa o positiva – succionando la
energía vital del huésped quien en su ignorancia, cree que se trata de un hecho
incorregible. La entidad vive al nivel del subconsciente del individuo y ejerce sobre él,
todas sus cargas mentales, emocionales y físicas.
En muchos casos una persona reconoce la posibilidad de haber albergado una EAP sólo
después de haberse sometido a terapia y de haber descubierto o notado que ciertos
hábitos, pensamientos, adicciones u obsesiones han desaparecido. Esta nueva
conciencia puede llegar pasados meses del tratamiento.
Los síntomas de la intrusión astral pueden ser muy sutiles. Una EAP puede estar
presente sin producir ningún síntoma notable – y esto se aplica también a las entidades
demoníacas. Sin embargo EAPs SIEMPRE ejercen algún grado de influencia.
Los lazos que unen a dos individuos en esta u otra vida –ya sean de amor, de odio,
celos, venganza, etc.- pueden ser un factor importante que permita la intrusión astral.
Sin saberlo, un individuo puede, inconscientemente, “invitar” a un ser querido a
unírsele cuando este último ha fallecido. Esta invitación puede producirse por el dolor
que produce la pérdida y por rehusarse a “dejar ir” al ser amado. El espíritu de la
persona fallecida puede sentir de la misma forma y decidir “quedarse” para acompañar
al otro, protegerlo, darle “amor”, etc. Sin embargo esto NO BENEFICIA a ninguno de
los dos. La intrusión que se produce por los lazos de “amor” que unen a dos individuos
es una VIOLACIÓN del LIBRE ALBEDRÍO de ambas almas. La realidad es que por
mucho que la persona que continúa viva extrañe, anhele o sienta dolor por la pérdida
del fallecido, el espíritu de este NO TIENE derecho a invadir el espacio y la energía
de la otra persona, así como tampoco, la persona viva NO DEBE jamás invitar a un
espíritu a quedarse. De ninguna manera es un acto de AMOR impedir el progreso
espiritual de otro ser y es una acto extremo de servicio a sí mismo (SAS). Violar el
libro albedrío de un ser es anotar una gran deuda en el libro del Karma y es
completamente perjudicial para ambos seres.
Sin embargo pareciera ser que hay algunos casos en donde la intrusión astral es
planificada en la etapa previa a la vida como parte del plan para aliviar deudas
kármicas. De todas formas puede que esto sea una excepción que sólo se permite a
ciertas almas.
Una conducta inconsistente y errática puede resultar del pase del control del
individuo de una EAP a otra. Este tipo de comportamiento es similar al cambio que se
produce entre personalidades alternas en los casos de trastornos disociativos de
indentidad o personalidad múltiple.
Una intrusión reciente o una posesión puede causar el deseo desmedido por la comida,
las bebidas, las drogas, el sexo, la obsesión por una idea o una persona, el cambio
repentino del sistema de creencias, de los intereses, de los gustos, etc. La voz y las
expresiones faciales y corporales también pueden cambiar drásticamente.
La realidad de las EAPs refuta el lema tan difundido en los últimos años por el
movimiento de la “Nueva Era” de que “tú creas tu propia realidad”. Esto es una falacia
peligrosa y puede desatar un verdadero caos psicológico en la mente de un individuo. A
este respecto pueden leer el artículo de “Por qué TU NO creas tu propia realidad” por
Moris Tarantella.
Una persona que sufre la intrusión astral puede tener ideas suicidas que parecieran
salir de la nada. Puede experimentar imágenes mentales inexplicables, oír voces,
presenciar extraños fenómenos, sentir miedo repentino o tener la sensación de ser
observada o perseguidas. Las EAPs también se manifiestan en sueños y pesadillas. Una
EAP puede reactivar la memoria de su muerte en la mente del huésped haciendo que
éste tenga visiones o sueños con dicha escena. También puede generar emociones
asociadas a lugares, situaciones, ideas u otras personas.
Es muy importante tener en cuenta que antes de realizar cualquier terapia de vidas
pasadas, el terapeuta debe diagnosticar la posible presencia de EAPs. Una terapia de
vidas pasadas realizada sin esta precaución puede resultar en un completo fracaso
para aliviar los síntomas del paciente, ya que podría estar tratando la vida de una EAP.
Una persona puede creer que está recordando sus otras vidas, cuando en realidad, son
las de la EAP. Si realmente se trata de la vida del individuo, éste deberá recordar los
acontecimientos que siguieron a la muerte, es decir, la luz, la transición a la 5ta
densidad –conocida como el Bardo por algunos autores- su estancia allí, el proceso de
la planificación de la nueva vida, la vuelta a la 3ra densidad, la entrada al cuerpo y el
nacimiento. Si por el contrario, el individuo no tiene recuerdos sobre el proceso
posterior a la vida, es probable que se trate de los recuerdos de la EAP. La entidad ha
quedado traumatizada por los hechos previos a la muerte por lo que los síntomas del
paciente pueden ser los de la entidad. El terapeuta o la persona misma deberá
cuestionar los recuerdos hasta encontrar la prueba de que estos son de la persona en
cuestión y no los de una EAP. Por ejemplo, el tiempo o la época en la que transcurre la
vida de la EAP pueden no ser los apropiados para los del individuo. La EAP recordará la
edad que el huésped tenía cuando ésta se le unió así como también las circunstancias
de la intrusión.
La entidad debe ser liberada guiándola hacia la luz, el terapeuta o la persona que hace
la liberación debe asegurarse de que la entidad caiga en buenas manos, es decir, que
los guías que acuden a su encuentro provengan de la luz. Es necesario explicarle qué es
lo que va a ocurrirle de modo que se deshaga de los obstáculos que le impiden partir.
Una espíritu humano descarnado puede no presentar tantos problemas como uno que
tenga dentro de sí a una o varias entidades demoníacas o como una entidad demoníaca
en sí misma
¿Cuáles son las diferencias entre los síntomas de una persona víctima de una EAP y los
de una persona que sufre de un trastorno disociativo (TDI)?
Los pacientes con trastornos disociativos presentan, por lo general, diversos síntomas
psicológicos y físicos:
Ansiedad, depresión.
Abuso de sustancias psicoactivas (alcohol, drogas)
Automutilación.
Intentos de suicidio.
Síntomas de:
El diagnóstico diferencial de este trastorno incluye síntomas causados por los efectos
fisiológicos de una enfermedad, particularmente, algunas formas de epilepsia, y los
efectos agudos de un medicamento.
De acuerdo al Dr. Richard Kluft (1986), hay cuatro factores determinantes para el
desarrollo del TDI: [*]
El Doctor Bennet Brown (1986) propuso un modelo 3-P del desarrollo de este
desorden: [*]
Hay dos factores hipotéticos que predisponen a un individuo a desarrollar el TDI:
La interacción con el abusador que continúa por un período de tiempo indefinido y cuyo
control está fuera del alcance de la víctima
Estados disociativos en individuos que han sido sometidos a formas crónicas e intensas
de coerción (por ejemplo, lavado de cerebro).
Conclusión:
Podemos concluir que hay diversos factores que diferencian al Síndrome de Intrusión
Astral del Trastorno Disociativo de Identidad.
Veamos un cuadro que resume estas diferencias.
TDI
SIA
·Los síntomas se inician en la infancia. Los síntomas visibles se dan, por lo general,
entre los 20 y 40 años. La mayoría de los pacientes fueron víctimas de abuso durante
la infancia.
· Una Entidad Astral Parasitaria puede adherirse en cualquier momento de la vida del
huésped, manteniendo una consciencia clara de su identidad, del momento en el que se
unió al huésped y de la razones que la llevaron a dicha unión. Sin bien la salud mental,
emocional o física del huésped, pueden influir en la atracción de la entidad, no juegan
un factor determinante en la intrusión astral.
·En el SIA, sólo la liberación de la entidad produce el alivio de los síntomas. Por lo
tanto el tratamiento de los conflictos de la entidad sólo se realiza como un medio para
lograr su partida. El objetivo final es aliviar los síntomas del paciente.
·Las personas que sufren de este desorden padecen de amnesia durante el período de
control de una de las personalidades.
·Por lo general, el huésped no presenta amnesia sino que más bien, se identifica con las
conductas, las emociones y los pensamientos de la entidad, como si se tratara de los
suyos propios. Sólo se produce amnesia en un caso de posesión total, lo que no es muy
común.
·Dr Ralph Allison (1985)[*], que ha investigado en detalle el tratamiento del TDI,
declara que muchos de sus pacientes con TDI, han demostrado síntomas de posesión.