6 LFREDO RAUL PUCCIARELLE
‘Segunda parte:
Aspectos econdmico-sociales
La economia politica del gobierno de Alfonsin: ereciente subordinacién
al poder econdmico durante la “década perdida”
or Ricardo Ortic y Martin Schorr sor
Los ganadores de la “década perdida”. La consolidacion
de las grandes empresas pravadas privilegiadas por el accionar estatal.
Argentina 1984-1988
por Ana Cavellani 835,
Politica y ceonomia durante cl primer aio del gobierno de
Rail Afonsin, La gesticn del minitrn Gringpiin
por Julien Pesce 367
Lucha politica y conflicw de claves en fa postioudca, Lénites ala
cconatitucién de alianzas policlasietar durante la administracién Alfoncin
‘por Eugenia Arnguate aa
(Crisis del Estado y pujas interburguesas. La economia politica de la
Miperinflaciéne
or Kicarde Ortisy Martin Schorr 461
Introduccion: la contradiccién democratica
1
Deve su recuperacién, 1a politica en demueracia y por ene Ta deanoert
sma, ha sulrido un lento pero inexorable procezo de degradacién. Alico
_mienzn se la concibi6 como el nticleo central y, 2 la vez, el instrumenta princl-
pal de un nucyo proyecto de refundacidn nacional, transformador de le
‘economia, fa sociedad yel Fstada, evastades por la gestin de la dictaduea mic
lita Sin embargo, cn cl momento actual, cuando Ia observamos transitando,
‘una de las tases mis criticas (y contradictorias) de su éxtenso cielo involutiv,
no podenus disinnuba, « nuesuu pesar. que se Ine convertidy en lo contrario:
cen lugar de ideologfa e instrumento politico institucional de recuperacién de
los derechos y acreenclas de los seetores populares sistematicamente expropia-
dos durante los treinta afios anteriores, funciona como una cxtensa red de com
plicidades corporativas intra y paraestataes destinadas a legitimar, conservar y
amplificar las estructuras de poder que ese proceso ha ido cgeandy. Agi mis,
5 le asignamos la importancia que ahora tienen la brutal expansién de las re
des clientelares yu contraparte, a consolidacidn tertivorial de un poderoso es-
tamento de punteros politicos insttueionales en las principales rexiones del
att, poddemas agregar nin nnevo rasger Ia democracia no sto administra y pro-
‘mucre la decadencia, sino que ahora se alimenta de ella. Para sobrevivir con-
servando sus actuales earacteristicas, el sistema politico partidario de base elec-
tural, que se reconstruyd en la década de 1980 para promover los cambios que
Ja mayorfa de Ia sociedad le reclamaba, se ha vuelto conservador; necesita ase:
gurarse, asegnranda su reproduecisn.
sc largo proceso de descomposicién politica, degradacién institucional y
demoticidn sistematica del aparatn estatal, que nos ha colocad frente alas con-
tradicciones irresolubles y los dilemas del momento actual, ha recoide una
serie de etapas que no fueron adecuadamente reconstruidas todavia, En este Ii-8 ‘ALFREDO RAUL PUCCIARELLE
‘bro analizamos las dos primeras, definidas por procesos y acontccimientos quc
‘wieron ingar durante ta presidencia del dactot Alfoncin, tratando de relacio-
nar sus caracteristicas originales con los postulados de su propuesta cmancipa:
doray relundacional, con su tadueccion en determinado tipo de poliueas esta
suado de rex ustiuic tu estilo plebiseitaio, y destinadas
compensar con periSdicas movilizaciones populares el menguado poder po-
Uieico acumulado por vta electoral. En efecto, la instalacin det primer gobie:
no demoeritico inieia un largo perfodo de confrontacién que buses defini
saupremacin dentra de un nuevo esqpiema de covretaciin Ae Puerzas compnes:
to porcl incipicnte poder politico surgido cn csa instancia, cl poder militar en
proceso de descampaticisin y el pader erandmicn en plena praresa de com
centracién, expansién y wansformacién. Las formas que asume la definicién de
la supremacia entre estos tres poderes se hallan, a su vez, fuertemente conde
cionadas por lus earacteristicas de uv tipo de poder, el. de las organiza
populares (organizaciones de derechos humanos,tindicatos, etc.) que deno-
‘ainaremos “poder reinante”. El poder es reinance cuando no puede ser pre-
dominante, ea decir cuando no tiene envergadura suficiente parm ingresar de
mada plena en el campo de cigpnta par la miptemacis, pera par mi reivindl
caciones y sus formas de accién cs capaz de fijar limites y condiciones al cjeret
cio de Ins formas restantes de poder.
Convocados de uryencia por un poder castrense en pleno proceso de diso-
‘cid, ot partidos tradicionales ingresan en la exeena politica, todavia domi-
nada por la perverse alianza establecida entre empresurios, wemdcratas yn
tarea ditrante la dictadura, con gran apoyo popular pero sin poder politico
propo. Deposirartes de un precaria content elecroral, chanda Hepa Ia hora
de gobernar deben asumir sus grandes carcneias ¥afrontar no 3610 los grandes
problemas heredados del period antetig, sina también la neceridad de trant
formar en consistentes poiticas de Estado las grandes promesas formuladas di
rante la contienda electoral S6lo el anzamiento de agreswas politicas de re-
coustruceiGu institucional y repaaeidn social pods ansfornmar ka debifidadl
en fortaleza, y poner en fincionamiento wn nuevo tipo de circulo virmoeo, ge-
neradar de apoyo polftico, poder institucional y autonomfa estatal destinado a
profundizar las politicss populares capaccs de sustentar nuevas instancias de
poder
Para iniciar ese proceso, reinstalando en cl eentro de la escena piblica alo
politico estata, ese debu! poder gubernamental debia ssumir prontariamente
tun desaffy monumental pata su época: recuperat pata el Estalu, y por vous
sguiente para el gobierno constiucional, el monopolio del ejereicio de la violen-
cia legfcima usurpado por la corporacién miliar. Debfa aprovechar su ostensi-
ble debilitamiento, desmoralizacién y desorganizacién para ubicar la *soberania
aymronucadn, 9
de fo piblico-eataal” en el centro del proceso de reconstruccién de un nuevo.
tipo de “demoeracia no tntelada". Kata enestin adapta desde a inicio misma
de a campafia electoral Ia forma de enfrentamiento yhucha cntre el nuevo por
der politico-gubernamental ylos lencos remanentes de la dictadura para dily-
eldarsi, eomy habia ocurrido durante toda nuestca historia los avis Ueicivos
dlebfan consideraree prestriptos nuciamente por haber constituido un factor
esencial del Exty en “la lucha contra la subversiGn” o si, por primera vez en
nuestra historia, se transponia el cirulo de fuego con que la corporacién mi
‘ar prevendfa perpetuar su derecho ala impunidad tora yse obligaha a los res:
pponsables de las aberraciones cometidas durante Ia vigencia del tcrrorismo de
Estado a someterseajuicineincoades par mumates det fiero ie
Tor nu parte, cl aucvo poder cconémico modificade yala ver concentrado
yfortalecida durante lx dictadtrn militar comienza a cultivar un bajo perll po-
Iigieo worporativo detrés del cual parece perseguir dos grandes ubjetius: a) ase-
{gurar con su apoyo implicito ala nueva institcionalidad demoeritica la conti
nuidad de las politicas pablicas y ay prdcticas esatales digi x consolidar
anteriores Ambitor privilegiados de acumulacién insertos en el denominado
“complejo estatal privado™ consolidado durante la dictadura; un Ambita de nego
cios diversos donde las grandes transferencias de recursos piblicos ac empleae
sen pra fac Jones noxmerrantileso paramereantiles—
grandes mérgenes de anancias extraordinarias a la fraccidnes mis concentiae
das del sector empresarial. b) Obstaculizar, manipuland precios y otras vatis-
les del mercado la puesta eur marcha de mecanisiios estates redisuibudvos
destinados a reparar al menos una parte del enorme daiio producido por laa
polikcas liberates de la dictadura sobre los secwores populares.
A diferencia de lo que ocurre con Ie corporacién militar, a disputa inicia
«ia porlas corporaciones empresarales para redefinir i ral entra de los nie.
vos copacios de poder y, a través de ello, su influencia en la definickén de las
politics ecanimicas de Ketado es sinuosa,slenciosn e indirect, Sin tener ne-
cesidad de apelara grandes cuestionamientos,se dedica a dennustat eu forint
prictica,es decir manipulando inversiones, precios y otras relacionee de mer
‘cau, que el nuevg Estado desmocritico ha sido despojado por la diciadura de
su rol protagénico y ya no tiene eapacidad para dirigis orientar ni poner en
marcha su tes grandes objerivosinilale: la reineuiatizaciin, el desarrollo
econémico Ia modificacin del esqueme de distribucién del ingreso. En efec-
to, a pear de cantenmarnn gran Mmaio, esti desmantelado, ha perdido auto-
‘noma ysoberanfa.a manos del sector privado y sus instucioues. funcionaios
yypoliticas se hallan cada vez més subordinadas a las estrategias de acumulacién,
Puestas en marcha pur ks grandes empresas lideres Uel nuevo modelo de ac-
mulacién “liberal corporativo” diseiado durante eve perfodo.
rar —mediante re0 ALFREDO Rati PUOCIARELLE
Una debitidad intefnscea que no pudo scr compcnsade ai por el sorpres.
vo caricter plebiscitario de la primera eleccion presidencial, ni por el intento
de aglutinar grupos faymeutarivs existeutes eu et arco pulfivu aluededor de
‘una figura dominante como la que perfilaba poseer el ntievo presidente cons
rimeianal Ja pretensisn de comstrvir desde arriba, es decir desde Ins altas este.
149 gubernamentales, el denomistalo aver msvinienty histrion, que alguns e
trategas del oficialismo concibieron como sintesis auperadora de los proyectas
‘ie cambio sociale inetitneinnal enarbalades historicamente por let dos gran-
des patos adivivisales, fe debi eis
Je imponia la propia inerci
fructus, auto por lus ubsticulus que
social del momento como por la reiterada ineaps-
cadad que demostraron tener el Presidente ysu estrecho cuerpo de asesores pa-
va mascender con valentia y decisién los ifmites que tes imponta el ripo de eo
nnelaci6n de fucraas existentes.
acon graves problemas generados durante el tranacurco de la gestion guber
namental na minimizaron, empera, Ia traccendental innovacién que introdiya
el alfousinisuiy eu el audlisis de ke elacidu ene fa cuestiGu de fa iuspusidaal
riltary la cucatién de la recuperacién institucional. La imperioaa necesidad de
redebmir los cntenos fundacionales de nuestra soctabilidad general, de fas nue-
vas formas de confrontacién polttica y de los nuevos modos transparentes del
accionar del Estado cn términos estrctamente democriticos,ercaba esta vez un
‘nuevo umperattvo ético y un renovado contexto moral y jusidico, donde la im-
posicidn anrariraria de inrereses sectoriaies y proyectos corpararivas serfa defi-
niivamente desplazada por el apego yla subordinacién de todos los individuos,
‘in distineién a fos imperativos de Ia ley. Por ello, el juzgamiento de las aecio
es militares en el pacidia inmediatn debi complir wo dable objetivn:reinstal
cm de be najestad de la justia y ato fandacioneal de ka
3, sobre ean base, poncr en vigencia una vicfa y muy querida utopia del libcra-
lismo democratico: la retormulacion del lazo social a partur de la retundacion
fle un nnteva tipa de pacta marat
Para Cuuiplis con exe ubjedvu, elabora una de sus principales propuestas
clectorales: investigar, someter a juicio y condenar les acciones eriminales lle
vvadas a cabo por miembros de las Fuerzas Armadas durante la vigencia del te-
rrarismo de Fsrado, aplicando Ia denominada “docerina de los rres niveles de.
responsabilidad”. Una suma de criterios concebidos para asegurar quc las ac
tuaciones judiciales por venir impusieran procezoe y condenas golamente aoe
principales pratagonietae, definides no por me acciones especifi
lipo de responsabilidad denue la cadena de mnavidus, distinguiendo ente los
‘que habjan dado las érdenes y los que las habfan cumplido en un clima de ho
rrory coercion, y los que se habian excedido en su cumplimiento. A pesar de
sus evidences lmmitaciones, las grandes innovaciones que trajo consigo esa pro-
wcine paren
INTRODUCGION n
puesta antiimpunidad y ls erecientes expectatvas de cambio que se crearon @
fualrededor hicieron pasar inadvertida una serie de inconsistencias ycontra-
dicciones originales del planteo. Contradicciones que tendsfan efectos letales,
no s6lo sobre e! dseiio dela estrategia gubernamental de
ta conducta militar, sino sobre la propia direccién politica del conficto social
sgenerado por los reclamos crecientes del “poder reinante”.
En efecto, ise leva a cabo un analisis detallado del proyecto de la UCR, en
suversin original, es posible identifica en el tema militar un alto grado de in-
consistencia ldgica, apenas disimulado por un efieaz gjercicio de la ret6rica po-
Jiticoelectoral. Al considerar “no judicializables” los erimenes de lesa humani-
dad cometidos conscientemente por los cuadros medios de las Fuerzas Armadas,
bajo el pretexto de a obediencia debida, l Poder Fjecutiv inicié su promet-
da politica de construccién de una nueva rama social exenta de prvilegios cor
pporativosinjustificades y de poderes defacto inmunes generando precisamen-
ten contraio, un nuevo dmbito de impunidad militar. Por ese medio quedaban
al margen de lajustcia los responsables militares de esa gama aterradora de con-
‘ductasaberrantes que pusieron muy claramente de manifiesto, poco tempo des-
pués, tanto la investigacién de la Comision Nacional sobre la Desaparicién de
Personas (CONADEP) como el dictamen de la Camara Federal que condené a
Josintegrantes dela primeras juntas militares de la dictadura, Por la perspect-
sa adoptada y porla forma en que se condujo desde el propio Estado el proce-
s0 anterior y posterior de “judicializaci6n” de s6lo una parte de los erimenes co-
1etidos porla corporacin militar el enorme progreso realizado con esosjuicios
nla solucién del principal dilema politico insituicional del nuevo gobierno de-
‘nocriticn no resold el problema, sino que lo cambié de forma.
Por esas causa, tanto el inconmovible poder econémico como el tamba-
leante pero persistente poder militar comienzan a reinsilar en el seno del Es
tado, con formas yritmos diferentes sus propios crterios de reproduccién cor
porativa; unos para transformar a la anterior “patria contratista” en tna primera
versin de lo que se denominé después la “patria financiera”,y otros, para re-
sistir el persstente embate dela sociedad civil tratando de prolongar por tiem-
po indefinido su pretendido derecho a la impunidad politica y judicial, combi-
nando la amenaza de golpe militar con la promocién de variados tipos de
sivas institucionales. La designacin Juan V. Sourrouilleen la cima del Mi-
nisterio de Economia y el reemplazo de Ia dupla formada por los generalet
Pianta y Fernéndez Torres por el general Rios Ere en la jefauura del Ejérek
to, comienzo del ato 1985 marca —como lo revelan varias investigaciones de
nuestro libro— el comienzo del proceso que defini mas fuertemente las ea-
racteristicas de la gestién alfonsinista en todo su desarrollo. Una prolongada
ctapa donde el progresivo abandono de las promesas (e ilusiones) democrata ALFREDO RAUL PUCCIARELLE
«as originales acompaits la adopeién de un pragmatismo politico auc, just
cado con Ia excuse de defender Ia eapacidad de gobernar de wm democracia
débil ¢ incipiente, fue adoptando de modo paulatiny la mayoria de los argue
‘mentos neoliberales predominantes durante el periodo presidencial posterior,
Los cronistas de esta etapa crucial dela yestiin del yobiesno cadical suelen
analizar ambos acontecimientos por separado, vale decir, generados por pro-
esos econdmicose instituciouales difereutes e iudependiewtes. Sit embargo
Ja proyeccién de una mirada distante y mas abarcadora generada por el paso
{de os aftos nos induce @ afirmar ahora que ambas cuestiones se hallaban pro-
fandomente interconcetadas. La irrupcién del innovador equipo de economis
tas teenocriticns acompafiante del niieva ministen y el aecensa hacia fas mae al.
tas posiciones castrenses de una nueva camada de oficiales superioresligados,
primero, a Ia gestion gubernamental del general Lanusse y Juego a la fraccion
“polidciste” de} Ejército duvante la din dictadurs silica. caseieude e ign
Ficado especifico de eu presencia en sus reepectivos émbitos de poder y revela
el comienzo de un nuevo proceso social, politico e ineinacional que algunos
analistas aislados de la Gpoca sc apresuraron en caracterizar como “nucva de-
recha, teenocritica, maderniradara y demacritica” para nbicarla en entrap
sicin con “la vieja derecha, tradicional y autocrética” dominaca por la deca
dente corporacion militar
‘Aunque intciaban un nuevo proveso de convergeutia, las dos desiguacio-
nes del Poder Kjecutivo obedecfan a designios diferentes. lin el primer caso,
primaba el inverés de enftentar los problennas endémicos de la economfa—d6-
Feit fecal, inflacién, endeudamiento, ce, con un nuevo paquete de politiess
ecomémicas que desemhaes primero en ef Plan Austral, se cantinné hnega con
‘Plan Primavera, atin més ortodoxo, y dcsembocé hacia cl final de su manda-
ten Los tragicos episodios huperinilacionarios. La sorpresiva apanicin en es
cera del nuevo jefe del Rjército obedevia a un objetivo igualimente ambiciosy:
concertar un aeuerdo politico institucional por medio del eual las Fuerzas Ar
madac xe decidirfan a acatar lng procedimientas y dectsiones de la justicia elt
cen lo referido al juzgamicnto del terrorismo de Estado y el Poder Ejecutivo sc
comprometeria.a buscar por via directa alguna forma idénea de amnistia en-
cubieria, El acuerdo preteudia wegurar una sulucién defititiva a ha cuestion
militar en el mediano plazo, pero su urgente puesta en marcha pertegufa tam
bién para et Paster Fjecusivo un objetivo inmediato: frenar los amagos de rebe-
lign encabezados por el acctor mis retrégrado de Ia corporacién militar, deci
dido a impertir par cualquier media el inicio inminente de tos juirios civtes a
Jos integrantes de fas tres primeras juntas militares.
‘Como la amenaza era ciertay ponia en riesgo el incipiente proceso de tran-
sicidn, el elenco gubesimuneutal enfients el desafio ulizanddy ef ecuisy prefe-
INTRODUCCION 18
vido y mis eficiente de la primera parte de su yestidu: combing la negociacién
pactada con la céipula, con Ja denuincia medidtica y la convocatoria a participar
‘en nna gran moullizacién ce masas preparada para apoyar la poiftca militar de}
gobicmo y enfrentar los intentos de renucitar eriterios y personajes de un omi-
nose pasado que ya habia sida definiivamente condenadio. Las observattores ce
la époea catimaron que la concurrencia habia alcanzado a lao 250.000 personas.
“Ante esa muti, yenando tedia el minda esperaha tna mensaje exclarereddor
‘que hiciera explicitos los términos del cafrentamiento que habia motivado la
‘convoeatoria, Alfonsin pronuncia un discursa desconcertante y desmovilizador
entel cual desplaza el andlsis de la sustancia del cunflicto institucional por 1a ex-
pposicién de los reales pero extemporsineos problemas econémicos generados
por la crisis del proyecto rediscribucionista del ministro Grinspun. Alls plante6
<1 famoso ealogan “ingresamos cn una cconomfa de guerra", coin el cual preten-
ld justifioar nn sorpesion paquete de rnetas medidas antipopaitares que le ena-
Jeni el apoyo de la mayoria de sus aliados y abri6 un severo frente de conflicto
‘en la propia Unidn Civica Radical, Con la presentacion en sociedad del futuro
“progrania de gjuste” justfivady por ef propio presidente, en medio de una de
Ja mayores ceremonias plebiscitarizs pro alfonsinistas de ese periodo, el nuevo
agrupamiento de centro derecha recibfa un verdadero bautismo de fuego.
La gran movilizacién popular frend, en efecto, temporalmente la intento-
nae golpistat y le otorgé al gohierna nina euora adicional de poder qne fhe muy
bien usilizado para continuar avanzando sin sobresaltos en ambos frentcs: la
instrumentacion del nuevo programa econdmico ye inicio del juicio alasjun-
‘us militares. No ocutsi6 Io mismo con el reiterado intento de cummplit el acuer-
do extablecido con la caipula military trasladar hacia [a esfera de Ia jsticia la
Gefinicin de los criterias de aplicacién del principio de “obediencia debida”
clegido para exculpar al resto de los oficiales comprometidos con la ciccucién,
del tereorismo de Estado 1. sncesiin de iniciaivasdiversaty mmichaeweres cone
tradictorias instrumentadas por el gobierno para obligar a definir con criterios
Judiciales cuestiones que s6lo podian ser resuelias politicamente desemboc6,
dos afios después, en el denominado “levantamnienw militar de Semana Santa”.
En cm oczsi6n traté de enfrentar esa forma atipiea de rebetién militar wily
‘anda los mismos instruments del aio TORK; sin emharga esta we7 no ke prod
Jeron los resultados esperados. El esccnario permaneciainalterable pero ¢l com
Hicto era condueido por protagonisias que perseguian los mismos objetivos de
siciupre ullizandy esteateyias seusiblemente diferentes, Lintenw gubeu tae
tal de articular otra vez Ia movilizacién popular y la negociacién con la caipula
para mantener el control del conflict y neutralizer la creciente radicalizacion
de las iniciativas autnomas surgidas en el seno mismo del “poder reinante”, le
ppermitis dirigie desde Ia evigpide avin el pracesa hasta el episadtio finaly mante-“ ALFREDO RAUL PUCCUBELLI
ner ls ofensiva politica durante las veinticuatto horas subsiguicntea, Pero, sence
20 ese carta lapte de figay dedliimbeamienta y pblicadlas las terminos hacta eee
‘momento ocultos de la negociacibn con el comando amotinado, el consenso orie
ginal se transforms primera en desconcierte y hiego en clara, abierta y dafiniti-
‘va opoxicién. La aprobacién casi inmediata de una Ley de obedtiencia debida,
que venia precedida de otra con similar intencién exculpatona denominada de
“Panto final, terming de definir et maico legal que prontulgs, eu fora ence
bierta, la amnistia total que reclamaba la corporaci6n militar. La medida dicta-
da por Ia auestaza de coerci6n, el sniedo politico, el oporvunistue y el prague
temo congelé por un tiempo, de Ia peor manera, los conflictos auscitadas por la
enecrlén militar de forma legal pero flegfrima. Asse la hira saber Ia chiadanta
al partido de gobierno unos pocos mescs después cuando le asest6 cn Ins urnas
un golpe catastrafico. Definitivamente derrotado, el presidente, postrado y des-
pojado de toda iniciativa politica, uaté de ejerver penosainente el ime Wainy
de un mandato constitucional que no pudo completar,
1
En este libra se exponen los resultados abtenidot por vn conjuinto de inves
tigaciones individuales, realizadas en el marco de ua proyecto colectivo dest
nado’ examinar, con un marco analitico comiin e hipétess generales compar-
‘Gdas, las etapa iniciales del destomsinadlo “proceso de trausici6u democratica”
ssucedidae durante el ejecicio del mandato presidencial del doctor Raul Alfon
si. Las hemos agrnpada en das grandes secclones, la primera contiene las in-
dagaciones que buscan explicar le naturaleza de los grandes, definitvos y cone
tewtictorins cambios operados en el imbito politica institucional; la segunda
sein ls investgationes dedicadas ademostiat que eel plany exwuinivo o>
‘ial ocurre exactamente fo contrario: se concolida y deviene por completo pre
dominance el proceso de concenrracién del capa, ce ta propiedad, dela pro-
duceidn y de los ingresosiniciado durante cl transeurse del perfode dictatorial.
“Aulus se allan precedidas por "Juego de patsiots. Militares y poitices en
el prime: gobietwo posdictadura.en olivia, rasly Uruguay” un texto inioduc-
‘orie de Waldo Ansaldi que analiza similitudes y diferencias polities entre nes
cco objew de estudio y procesus de democratizicin casi smulineos ocurridos
| Bats invenigacones fueron cealindas en el Inteta de Iverigasionse Ciao Carman! dix
rante os aoe 20012005 por un grupo de inveetgndores del CONICET y dela Pacultd de Cien
‘as Socials del Universidad ce Bucnos Airs Se fnanciaron pariasinte com un subse oto
seado por a Secreta de Gieiay Tecnolugl ek usa Universidad (UBACYT SO 117.
IN rRUDUCEIEN, 8
‘on es de nuestros pases fronterizos, Brasil, Bolivia y Uruguey. All sc analizan los
confictoe turitaloe ene lx da protagoniata prineipairs, parties paliicas y
fucrras armada alrededor de ls cuatro euestiones que, asujuicio, definen lana
turaleza poliicensiuacional de Ia transirin: eo ce Ta erie militar en el die
fiu de las formas los tiempos de traspaso del gobicrno al poder politics; posicién
de maltares y poliucos feenve a los reclamas de investigacidn,juico y estigo de
Jas eunductas aberrante denunciadas por las organizaciones de defensa de los
derechos humanos; esrategias de le gobiernos democriticos para subordinar el
poder military recuperar de eve iodo para el Estady constiueiontal eA monopo-
lio del ejercicio de a violencia legtima; construccién de nuevas formas de poder
potitien, combinando la convocatoria electoral con la moxtlizcion de macas.
En cl artfeule que cneabeze le primera parte, denominado “La descompo-
sncion del poder militar de Ia Argentina, Las Fuerzas Armades durante las pre-
sidencias de Galtiesi Dignone y Alfonsin (1981-1987)", Paula Cauelo e co
centra en Ia primera de csas euestiones. Analiza el rol desempessado por lot
‘conflicios invernos en la aceleracin del proceso de descomposicion del poder
nilita, operado durante la lima etapa de la dietadura. Para marear su rasgo
Principal y el modo en que condleloné la instrumentactén y evohcksn de Ia
transicién democritica, propone una novedose distinciéa analitica entre “po-
der arbitral” y “poder earporativ”, términes que designan respectivamente los
momentos de auge y de decadcncia del largo proceso de involucién que so-
frieron las Fuerzas Armadas argenuunas desde su primer aalto al poder consti-
ucional, eu el alo 1980 fasia la actual,
I poder arbitral deviene corporatvo cuando deja de jusificar es peris