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Ética Profes y Respon Social-Juan Pablo Saenz C
Ética Profes y Respon Social-Juan Pablo Saenz C
Ética Profes y Respon Social-Juan Pablo Saenz C
BENEDICTO XVI
FACULTAD DE HUMANIDADES
Programa de Segunda Titulación
Asignatura:
Trujillo, Perú
CONTENIDOS
UNIDAD Nº 1
CAPÍTULO I: ÉTICA
1.1 ÉTICA VS MORAL
A.- ¿Qué es la Ética?
B.- Ética y Moral
C.- ¿Qué busca la Moral?
D.- Lo bueno y lo malo
E.- La Educación y la Moral
1.2 RACIONALIDAD ÉTICA Y RACIONALIDAD CIENTÍFICA
(TÉCNICA) EN LA DETERMINACION DEL DEBER –SER DEL
TRABAJO PROFESIONAL
A.- Relaciones de subordinación y complementariedad entre la racionalidad
ética y científica.
B.- ¿El comportamiento ético reduce la eficacia profesional?
UNIDAD Nº 2
CAPÍTULO II: ÉTICA PROFESIONAL
2.1 Concepto de Ética Profesional
2.2 Ser Ético no es una Moda..
2.3 Ser Ético: Una Cuestión de Pedagogía
2.4 Amplitud de la Ética Profesional
UNIDAD Nº 3
UNIDAD Nº 4
CAPÍTULO IV: ÉTICA PROFESIONAL Y RESPONSABILIDAD SOCIAL.
A.- La Ley.
B.- Los Derechos Humanos.
C.- El Medio Ambiente y Generaciones Futuras.
D.- La organización en la que se trabaja.
E.- La Profesión.
Ética Profesional como concepto tiene una íntima relación con la responsabilidad social.
Tanto que es la Ética profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores que
pregona la Responsabilidad Social y es la Etica la que nos ayuda a ejercer la
responsabilidad en un marco de coherencia y correspondencia social. Para que la
responsabilidad social (RS), responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad
social empresaria (RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se
necesita de profesionales que sean éticos.
La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de premisas, principios,
valores, y normas de conducta que se han establecido por el colectivo social como
elementos representativos de la denominada Responsabilidad Social. La Etica sin
embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, tampoco la ética nos obliga o nos
recomienda que deba ser realizado. Su propósito se relaciona entre otros factores con la
praxis, con el cómo se ha de aplicar en los distintos contexto profesionales y personales
de nuestra vida los valores sociales.
Sabiendo que el procedimentalismo ético no recomienda ningún valor social concreto,
sino que centra su campo de acción en resolver los procedimientos que den legitimidad
a estos principios. La Ética entonces es una praxis racional de los principios y conceptos
relacionados a la Responsabilidad Social, desde una perspectiva de igualdad,
universalidad e interactividad con los actores del contexto de aplicación e
implicaciones.
El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas y
organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos, necesitamos que los
actores de la innovación institucional sean competentes, creativos, contextuales,
conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la clave para lograr la
sostenibilidad y para afrontar esta crisis de legitimidad que vivimos.
Este proceso de entender cómo bajar a la realidad cotidiana de nuestros actos estos
principios es un trabajo de conceptualización colectivo, aquí presentamos un
documento que busca contar claramente como se puede llevar la Etica profesional
conjuntamente con la Responsabilidad Social.
UNIDAD Nª 1
CAPÍTULO I: ÉTICA
1.1 ÉTICA VS MORAL
No obstante haber postulado Sócrates hace veinticinco siglos que la perfección humana
estriba en el conocimiento del bien y del mal, el concepto de la palabra "bueno", que es
el eje alrededor del cual gira la ética, ha sido muy discutido, explicable por cuanto su
significado está íntimamente relacionado con la cultura y el orden social en que tenga
aplicación.
Como dice Macintyre, a medida que cambia la vida social, cambian también los
conceptos morales, cambios que son aupados por la investigación filosófica. El filósofo
inglés G.E. Moore, citado por L. Rodríguez, va más allá al afirmar que el retraso de que
adolece el saber ético, se debe en gran medida al reiterado y pernicioso intento de los
filósofos por definir la bondad.
"Bueno" con cierto criterio general, significa cualquier acción o cualquier objeto que
contribuya a la obtención de un fin deseable. La bondad ética tiene que ver con el
hombre, con los actos que éste ejecute libremente y que vayan a beneficiarlo a él o al
"otro". El fin deseable sería, pues, alcanzar el bienestar, que a su vez involucra lo bueno.
El concepto axiológico de bien, de bueno, carece de unánime aceptación. ¿Puede
encontrarse una definición de "bien" que se identifique con lo que cada uno piensa que
es el bien?. Ese es, como ya dije, el quid que no ha resuelto la ética. Se ha carecido de
inteligencia frente a la idea del bien, como diría Platón. Así las cosas, habría que
aceptar, con enfoque práctico, que no es mediante la ciencia sino mediante el sentido
común como podríamos entender lo que es el bien.
Muchas personas afirman creer que actuar moralmente, o como se debe actuar, supone
aceptar conscientemente algunas limitaciones o reglas (bastante específicas) que ponen
límites tanto a la prosecución del propio interés como a la prosecución del bien general.
Aunque estas personas no consideran fines innobles, fines que debemos descartar por
razones morales el fomento de nuestros intereses o la búsqueda del bien general, creen
que ninguna de ambas cosas nos proporciona una razón moral suficiente para actuar.
Quienes suscriben semejante concepción creen que existen ciertos tipos de actos que
son malos en sí mismo, y por lo tanto medios moralmente inaceptables para la búsqueda
de cualquier fin, incluso de fines moralmente admirables, o moralmente obligatorios.
"La obligación moral tiene su origen en la vida misma y echa allí sus raíces mucho más
profundamente que en el pensamiento consciente. Proviene de los más oscuros e
inconscientes fondos del hombre". J.M. Guyau.
La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener de las
normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra
conducta moral es o no es valiosa. Existen dos posiciones fundamentales que explican la
naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica.
La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad
propia de la naturaleza del humano. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para
juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es un producto propio de
la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido del bien y del mal.
La posición empírica sostiene que la conciencia moral es resultado de la experiencia, es
decir, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación o del medio
sociocultural en general, por lo que, las ideas morales son de naturaleza social, están
determinadas por las condiciones materiales de existencia.
El amor a la verdad.
El apego a la sobriedad y a la lealtad.
La dedicación y la responsabilidad al trabajo.
El interés a la justicia y al bien común.
La aversión hacia la venganza, el odio, la hipocresía, la avaricia, el egoísmo y la
cobardía.
Es así como en el artículo 102 de la Constitución se plantea: "Desarrollar un individuo
con valoración ética".
Y en el Título I, artículo 3 de la Ley de Educación se plantea: "Fomentar el desarrollo
de la conciencia ciudadana".
La educación ha de procurar conducir a los jóvenes hacia la reflexión científica sobre
los grandes problemas y misterios de las cosas, de la vida y del cosmos, a fin de
proporcionar vivencias más profundas. Esto llevará hacia una formación de una cultura
general que lleve a la comprensión de nuestra cultural nacional, así como también a la
comprensión de otras culturas distintas a la nuestra.
Esta cultura general hará que el individuo se sienta, "ciudadano del mundo", mediante la
comprensión que obtiene de las formas de vida y manifestaciones culturales de otros
pueblos. De este modo, contribuirá a que haya mayor tolerancia para con otros pueblos,
otras costumbres y otros valores.
1.2 RACIONALIDAD ÉTICA Y RACIONALIDAD CIENTÍFICA (TÉCNICA)
EN LA DETERMINACION DEL DEBER SER DEL TRABAJO PROFESIONAL
A) Relaciones de subordinación y complementariedad entre la racionalidad ética
y científica.
En un segundo momento respecto al de la comprensión ético – filosófica del
trabajo profesional, y sólo en un segundo momento, esta actividad deberá ser
objeto de examen por parte de las distintas ciencias positivas que de algún modo
tienen el mismo objeto material: la medicina, la arquitectura, la pedagogía, etc;
y, de modo particular, por parte de la economía.
¿Por qué este examen deberá realizarse solo en un segundo momento? Porque en
estas ciencias el trabajo profesional es visto de un modo objetivamente; es decir,
consideran esta actividad en sí misma, prescindiendo casi totalmente de la
condición de personas del trabajador y de los clientes.
Estos individuos, para las ciencias positivas, son sólo relevantes en cuento
“sujeto productor/ distribuidor de determinados bienes” o en cuanto “sujeto
consumidor de los bienes que otros producen/distribuyen”.
Ahora bien siendo la metodología científico – positiva ciega al ser del hombre
en cuanto tal, no es tampoco capaz de descubrir cuál es el fin objetivo al que este
debe dirigirse con su actividad y, en particular, con su trabajo. Y, por esta misma
razón, es incompetente para determinar la naturaleza de los “bienes” que han de
producirse o distribuirse, y el significado profundo que el término “racionalidad”
posee en la expresión “producir / distribuir del modo más racional posible”.
Por el contrario, una vez que se han fijado filosóficamente los bienes (fines) del
hombre que esta en juego en el ámbito de las relaciones profesionales, sí que
será justo hacer uso de las conclusiones a las que llegan las ciencias positivas en
estas materias. Aceptar en la práctica este hecho es característico de esta actitud
humana que se suele llamar “profesionalidad”, la cual lleva a realizar el propio
trabajo reconociendo el insustituible papel que las ciencias positivas
desempeñan:
Una cuestión que con frecuencia se plantea al estudiar las relaciones entre ética y
trabajo profesional es la siguiente: ¿en qué medida la introducción de valoraciones de
tipo ético, y la adopción de modelos de comportamiento que las tengan en cuenta,
influyen en la eficacia de aquél?.
La eficacia de la que aquí se habla puede ser de muy varios tipos, pero en mayor parte
de los casos se hace referencia al mayor o menor beneficio económico. Pues bien, por lo
que a este tipo de eficacia se refiere (aunque consideraciones análogas son válidas en
otros casos) podemos afirmar cuanto sigue.
Son muchos los ejemplos que permite sostener como tesis más probable – contra lo que
han sostenido algunas de las teorías económicas tradicionales-, que la adopción/
promoción de vínculos éticos ( personalista) en la praxis económica conduce, sobre todo
a medio y largo plazo, a resultados económicamente positivos, tanto para el agente
mismo como para la colectividad. La peor de las hipótesis: los comportamientos
egoístas o individualistas no aseguran una mayor eficacia económica que los
comportamientos alternativos altruistas.
En cualquier caso, es muy importante advertir que los razonamientos de este tipo,
aunque son útiles para defender dialécticamente la instauración de un orden
socioeconómico justo, no os permiten determinar – ya lo decíamos – cuál es el orden
ideal de la vida buena, ni, lo que es más importante, vivir bien.
En efecto, vivir la propia actividad según criterios éticos por razones de exclusiva
eficacia económica significa no vivir bien. Para que la propia actividad sea ocasión de
vida buena es necesario vivir intencionalmente y, en la medida de lo posible “
materialmente” como actuación del principio personalista.
El valor ético positivo de la eficacia es derivado: nace del hecho de que este proyecto
personalista implica, entre otras cosas, la profesionalidad, la preocupación por recurrir a
las distintas ciencias positivas con el fin de conocer cuáles son los medios técnicos más
idóneos para promover el valor de persona de los clientes. Pero ese mismo proyecto
personalista implica también aceptar, cuando sea el caso, las eventuales consecuencias
negativas de nuestro comportamiento justo.
UNIDAD Nª 2
CAPÍTULO II: ÉTICA PROFESIONAL
Ética profesional o moral profesional, se suele definir como la "ciencia normativa que
estudia los deberes y los derechos de los profesionales en cuanto tales". Es lo que la
pulcritud y refinamiento académico ha bautizado con el retumbante nombre de
deontología o deontología profesional. En efecto, la palabra ética confirmada por
diccionarios y academias con el sentido de "parte de la filosofía que trata de la moral y
de las obligaciones del hombre", no es tan preciso en el significado como la palabra
moral.
Moral polariza y concreta de tal manera las obligaciones internas de la conciencia que,
excluye al menos parcialmente, las obligaciones derivadas del orden jurídico. En otra
palabras: El concepto medular de la ética profesionales el concepto de moralidad.
Todos los principios normativos y las aplicaciones prácticas de sus casuística deben
estar impregnadas e impulsadas por la moral. Pero erraría quien hiciera objeto de la
ética y responsabilidad profesional solamente a las obligaciones impuestas por la moral
o el derecho natural, con exclusión de cualquier otra exigencia de índole jurídica o
social.
Ética, ¿será la nueva palabra de moda en el mundo? del mismo modo que antes lo
fueron "beneficio", " productividad" y "calidad" y "excelencia".
La ética no es una cuestión de moda ya que todavía sigue necesitándose lo mismo que
en otras épocas; para ser ético: trata a los subordinados, empleados, integrantes,
aprendices, miembros, colegas, etc., de la misma manera que nos gustaría que nos
trataran a nosotros.
Partiendo de las cuestiones anteriores y para intentar una suerte de respuesta, el gran
desafío para el tercer milenio y, desde siempre, será la recuperación de la vigencia de
los paradigmas clásicos de moralidad.
¿Cómo se puede promover este tipo de formación moral?. No es fácil responder a esta
pregunta ya que se llevan más de 20 años intentando contestarla. Aún queda mucho por
investigar, sabiendo que algo se ha avanzado al respecto. La enseñanza interactiva
puede ser una.
Uno de los problemas a los que se debe enfrentar, al querer contribuir a la formación
moral de los individuos (alumnos, empleados, practicantes, etc.) es el siguiente: sea para
bien o para mal, parece que no son pocas las personas que, al querer dar sentido a sus
vidas no encuentran en los paradigmas clásicos una respuesta satisfactoria a sus
inquietudes. Es más: uno de los factores que agrava la crisis moral actual parece ser que
no hemos revisado a tiempo la vigencia de tales paradigmas o categorías mentales en las
vidas de los individuos. Como consecuencia, desde esa perspectiva se ha perdido
relevancia moral.
Al darnos cuenta de lo que está sucediendo, muchas veces se observan contenidos
curriculares de cursos (sistemáticos o asistemáticos), por ejemplo, totalmente
reformulados. Se utiliza un nuevo lenguaje, más a tono con los tiempos actuales,
tratando de ser más claros a nivel intelectual.
Pero no se presta debida atención a la manera en que los individuos aprenden lo que
realmente influye en sus vidas. Es decir, se modifican contenidos sin tener en cuenta las
estructuras de aprendizajeque se puedan observar. Abrirse a un nuevo aprendizaje a
través de una ética no meramente teórica, sino práctica, desde los más bajos niveles
cognoscitivos, será la eficiente respuesta para la comunidad en general.
La cuestión ya fue planteada por Aristóteles, quien, reflexionando sobre las causas de la
felicidad, se preguntaba si podía deberse al azar, contestándose a sí mismo: "realmente,
si hay en el mundo algún don que los dioses hayan concedido a los hombres, deberá
creerse seguramente que la felicidad es un beneficio que nos viene de ellos; y tanto más
motivo hay para creerlo así, cuanto que no hay nada que deba el hombre estimar sobre
esto... y añado, que la felicidad es en cierta manera accesible a todos porque no hay
hombre a quien no sea posible alcanzar la felicidad, mediante cierto estudio y los
debidos cuidados".
El texto del filósofo sugiere la idea de que la alegría es un don. Algún lenguaje
coloquial viene a reforzar esta idea. Dentro del núcleo de palabras relacionadas con la
alegría existe una que presenta un matiz singular: es el agrado. El agrado, como hecho
de agradar y también cualidad que convierte a las personas o cosas en realidades
"gratas", corrientemente se toma por significación análoga a la alegría, una especie de
alegría suave, tranquila.
Sin embargo, la raíz etimológica del agrado, gratum (don, regalo), está diciendo que la
alegría es algo que se nos da, un don, un regalo, con lo cual se pone de relieve la
dificultad de que el hombre pueda actuar directamente sobre su propia alegría. ¿Ser
ético, una cuestión de pedagogía? implica un rediseño del proceso E-A, con coherencia
vital que contribuyan en la educación de los valores en las dimensiones curriculares,
extensionistas y sociopolíticas. Enfoque que dé como resultado en su implantación el
hombre moral y ético que requiere la "aldea global".
¿Qué implica la ética profesional?, ¿en qué se fundamenta?, ¿cuáles son sus
dimensiones? Los expertos de Empresa Responsable nos orientan.
A nuestro alrededor, la palabra ética resuena como una voz distante y ajena a nuestro
ser. Actuamos sin pensar en el bienestar del prójimo y lo miramos ajeno a nuestras
vidas; encerrados en nuestros propios problemas, sólo nos ocupamos de
lo que nos beneficia en el corto plazo o nos causa satisfacción.
Si el mundo mira con esos ojos de indiferencia todo lo que le rodea, incluyendo su
misma naturaleza humana, la ética se convierte en una realidad, que podría decirse,
que ya no pertenece al ser del hombre y se convierte en anticuado quien la adopta
como un valor fundamental en su vida y con el paso del tiempo lo que antes
distinguíamos como bien o mal nos parece ahora la misma cosa.
Este compromiso es tan profundo que en él, retomando de nuevo las ideas de
Aristóteles respecto a las virtudes, afirma que “poco o nada tiene que ver el saber,
pues para la ética valen más los actos de justicia, templanza, la responsabilidad, y
especialmente la autenticidad.
La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una
profesión. En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética
aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad.
Cabe destacar que la ética, a nivel general, no es coactiva (no impone sanciones legales
o normativas). Sin embargo, la ética profesional puede estar, en cierta forma, en los
códigos deontológicos que regulan una actividad profesional. La deontología forma
parte de lo que se conoce como ética normativa y presenta una serie de principios y
reglas de cumplimiento obligatorio.
Podría decirse, por lo tanto, que la ética profesional estudia las normas vinculantes
recogidas por la deontología profesional. La ética sugiere aquello que es deseable y
condena lo que no debe hacerse, mientras que la deontología cuenta con las
herramientas administrativas para garantizar que la profesión se ejerza de manera ética.
La ética periodística, por ejemplo, condena que una periodista reciba dinero para
publicar una noticia tendenciosa a favor de una determinada persona, organización o
empresa. En el mundo de los negocios, por otra parte, la ética señala que un vendedor
no puede realizar operaciones por afuera de la empresa para la cual trabaja como
empleado.
El concepto de ética profesional es aquel que se aplica a todas las situaciones en las
cuales el desempeño profesional debe seguir un sistema tanto implícito como explícito
de reglas morales de diferente tipo. La ética profesional puede variar en términos
específicos con cada profesión, dependiendo del tipo de acción que se lleve adelante y
de las actividades a desarrollar. Sin embargo, hay un conjunto de normas de ética
profesional que se pueden aplicar a grandes rasgos a todas o a muchas de las
profesiones actuales. La ética profesional también puede ser conocida como deontología
profesional.
La idea de ética profesional se establece a partir de la idea de que todas las profesiones,
independientemente de su rama o actividad, deben llevarse a cabo de la mejor manera
posible, sin generar daños a terceros ni buscar exclusivamente el propio beneficio de
quien las ejerce. Así, algunos de los elementos comunes a la ética profesional son por
ejemplo el principio de solidaridad, el de eficiencia, el de responsabilidad de los hechos
y sus consecuencias, el de equidad. Todos estos principios, y otros, están establecidos a
modo de asegurar que un profesional (ya sea abogado, médico, docente o empresario)
desempeñe su actividad coherente y sensatamente.
En algunos casos, la ética profesional tiene que ver con acciones específicas de cada
profesión. En este sentido, un abogado, un psicólogo o un médico tienen como valores
de ética profesional la confidencialidad de la información recibida, la eficiencia ya que
en algunos casos se trata de situaciones que implican riesgo de vida, etc.
UNIDAD Nª 3
El ser humano por necesidad se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una
serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se
encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les
denomina responsabilidades sociales.
La idea que los individuos tengan una responsabilidad para con su sociedad se remonta
a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.
"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate,
participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin
embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica"; la
vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver
personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad
de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en
cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de
convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la
religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único
objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera
Iglesia", con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la
responsabilidad era exigir el respeto los espacios privados y a su vez vigilar que se
cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
Así, por ejemplo, el estoicismo pone énfasis en los deberes cívicos, la responsabilidad
social, la importancia de una buena ley y la igualdad de los derechos ciudadanos. Uno
de sus grandes representantes, Cicerón, en libro primero de “Los Deberes”, habla sobre
los deberes que tiene el hombre hacia la sociedad y hacia él mismo y propone que existe
sólo una ley verdadera. Esta ley es la recta razón, la cual de acuerdo con la naturaleza,
gobierna sobre todos los hombres, es eterna y no cambia. La misma impulsa a los
hombres al cumplir con sus deberes, prohibiéndoles hacer el mal.
Es notorio que a medida que pasa el tiempo la responsabilidad social cambia; lo que era
bueno para algunos tiempo después se convirtió en un delito y viceversa, las personas
tienen la obligación de ser responsables con la sociedad moral y legalmente,
independientemente si no están de acuerdo; cabe resaltar que las normas de conducta las
determina la entidad que tenga más poder en el momento, como la iglesia, el Estado, las
empresas, entre otros; ellos determinan las reglas aceptadas de acuerdo con la situación
que se viva.
Notable entre esas nuevas percepciones es la de Claus Offe, para quien responsabilidad
social tiene, como principal entre sus funciones en las complejas sociedades modernas,
actuar como mecanismo de creación y promoción de una “moral autónoma y el
autocontrol civilizado de sus miembros [o, por decirlo a la inversa, en la medida en que
no puedan compensar de manera suficiente los déficit de tal autocontrol con el aporte de
los medios (coercitivos) del derecho y (estimulantes) del dinero.
Una reflexión que compartimos con las personas que trabajan en las
Organizaciones:
Fijemonos ahora en una reflexión para los profesionales, funcionarios y docentes que a
diario construyen con su accionar distintas realidades en las organizaciones, este
mensaje dice: “Si nosotros -las personas que trabajamos en las organizaciones- no
damos el ejemplo con la acción, si no aplicamos en nuestros proyectos las mejores
prácticas profesionales, si no trabajamos en nosotros para que la Responsabilidad
Social y la Etica Profesional no sólo sean parte de nuestros discursos, libros y artículos
y comiencen a visualizarse en nuestras actividades, tareas y actitudes. Si no mejoran
las personas siendo responsables y éticas nuestras instituciones por sí mismas no
mejoraran, no serán ni más justas, ni más éticas, ni más inclusivas, ni más
responsables. Somos las personas con nuestro accionar las que construimos,
mantenemos y transformamos las organizaciones”.
Ante este estado de situación lejos de visualizar soluciones se siguen aplicando modelos
ortodoxos que centran su eje en el cambio de las organizaciones para cambiar las
personas. La Red Pensar de Nuevo.org con sumo respeto de este enfoque plantea otra
mirada: El cambio de las personas que transforman las organizaciones. Este proceso
debe darse en Red, de forma Interactiva, con solidaridad, y prácticando la
Responsabilidad Social y la Etica Profesional.
Esta Red plantea reflexionar y entender cada una de nuestras responsabilidades que
como profesionales estamos llamados a respetar. La Responsabilidad Social se
convierte en Acción cuando cumplimos con ética nuestra:
● Responsabilidad ante La Ley,
● Responsabilidad ante Los Derechos Humanos,
● Responsabilidad ante El Medio Ambiente,
● Responsabilidad ante las Generaciones Futuras,
● Responsabilidad ante La organización en la que se trabaja.
● Responsabilidad ante La Profesión.
UNIDAD Nª 4
Etica Profesional como concepto tiene una íntima relación con la responsabilidad social.
Tanto que es la Etica profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores que
pregona la Responsabilidad Social y es la Etica la que nos ayuda a ejercer la
responsabilidad en un marco de coherencia y correspondencia social. Para que la
responsabilidad social (RS), responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad
social empresaria (RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se
necesita de profesionales que sean éticos.
La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de premisas, principios,
valores, y normas de conducta que se han establecido por el colectivo social como
elementos representativos de la denominada Responsabilidad Social. La Etica sin
embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, tampoco la ética nos obliga o nos
recomienda que deba ser realizado. Su propósito se relaciona entre otros factores con la
praxis, con el cómo se ha de aplicar en los distintos contexto profesionales y personales
de nuestra vida los valores sociales.
El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas y
organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos, necesitamos que los
actores de la innovación institucional sean competentes, creativos, contextuales,
conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la clave para lograr la
sostenibilidad y para afrontar esta crisis de legitimidad que vivimos.
Este proceso de entender cómo bajar a la realidad cotidiana de nuestros actos estos
principios es un trabajo de conceptualización colectivo, aquí presentamos un
documento que busca contar claramente como se puede llevar a la práctica la
Responsabilidad Social.
Por lo expuesto anteriormente se comprende que este es un trabajo colectivo, que aún
está incompleto, que es abierto a nuevos aportes y factible de ser perfeccionado del
aporte de todos.
EN LA PRÁCTICA:
Dimensiones abordadas:
A.- La Ley.
E.- Comunidad
F.- La Profesión.
● Cumpliendo con todas las leyes, regulaciones, normas del país en el que se
reside y en el que se trabaja.
● Denunciados actos fuera de la ley de los que sea testigo y se posea las pruebas
objetivas requeridas por la justicia para demostrar el hecho denunciado.
● Asegurándose que todo personal a su cargo sin excepción conoce los derechos
humanos y culturales y de no ser así capacitarlos para que lo conozcan.
● Recibiendo una retribución económica justa que guarde relación con la tarea
realizada.
● Aclarando las relaciones que guarda ante quien patrocina sus servicios cuando
emita juicio profesional que sirva de base a terceros para tomar decisiones.
● Rechazando las tareas que no cumplan con la moral, el honor, la dignidad y las
buenas prácticas sociales.
● Cuidando las relaciones con sus colaboradores, con sus colegas y con las
instituciones que los agrupan, buscando que nunca se menoscabe la dignidad de
la profesión sino que se enaltezca.
● Trabajando para que la sociedad en general y los clientes gesten una imagen
positiva y de prestigio, para lo cual sólo se valdrá de su calidad profesional y
personal. Esto siempre sin caer en una auto-promoción carente de significado
profesional y social.
● Aceptando sólo trabajos para los cuales está capacitado y preparado tanto
técnica como emocionalmente.
● Asumiendo la responsabilidad por las consecuencias de cualquier informe que
llevara su firma, como de cualquier secuela directa de sus actos.
LECTURA Nº 01
2. LA COMPETENCIA PROFESIONAL
1 Artículo publicado en: Revista Cubana de Educación Superior. Vol. XXII No.1. 2002,
pp. 45-53).
El enfoque dinámico exige, por tanto, una concepción de competencia más vinculada al
funcionamiento de la persona en el contexto de su actuación profesional (perseverancia,
flexibilidad, autonomía, responsabilidad) que a la simple enumeración de cualidades o
atributos (aptitudes, actitudes, conocimiento, habilidades) que la hacen apta para un
eficiente desempeño.
Lawshe y Balma (1966), citado por Vargas, plantea que la competencia comprende tres
aspectos: la potencialidad para aprender a realizar un trabajo, la capacidad real para
llevarlo a cabo y la disposición (motivación o interés) para realizarlo. Spencer y Spencer
plantean: las competencias están compuestas por características que incluyen la
motivación, los rasgos psicofísicos, las formas de comportamiento, el autoconcepto, los
conocimientos y destrezas manuales, las destrezas mentales o cognitivas.
5. A MODO DE CONCLUSIÓN
ACTIVIDAD Nº 02
● GAY BOCHACA, J., Curso de Filosofía, Rialp, Madrid 2001, 341 – 388.
● GAY BOCHACA, J., Curso básico de Ética Cristiana, Rialp, Madrid 1998.