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Cuarenta Días Con Jesús LL

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Cuarenta días con Jesús.

CAMINATA CUARESMAL POR SEMANAS.


DE MANO DE VARIOS SACERDOTES.
-Del Padre Sam.
- Padre Cipriano Sánchez.

SEGUNDA SEMANA. 4-10 de marzo de 2020


UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA
CUARESMA 2020.
Cuaresma - Oración - Conversión - Solidaridad –
Pascua Se trata de que hagas oración cada día.
Todos los días puedes empezar el rato de
oración con la "oración inicial para cada día";
después, leyendo con atención el "texto de cada
día", charlas con Dios y con María; por último,
terminar rezando la "oración final".
Dos ideas previas:
1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas
prisa en acabar. No es leer y ya está.
2. LO QUE NO ESTÁ ESCRITO: ¿Sabes qué es
lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú
le digas; la conversación que tú, personalmente,
tengas con Él.
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA.
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás
aquí; en estos pocos minutos de oración que
empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que
Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que
has querido morir libremente por mí en la cruz y
renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me
amas: ¡Tuyo soy, para ti nací! ¿Qué quieres,
Señor, de mí?
MEDITAR EL DÍA CORRESPONDIENTE.
ORACIÓN FINAL.

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que


me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan
temido para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado
en la Cruz y escarnecido. Muéveme ver tu cuerpo
tan herido muévanme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera, que
aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque
no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera; pues
aunque lo que espero no esperara, lo mismo que
te quiero te quisiera. Amén
OCTAVO DIA.

"Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal..«Que si


vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará
también a vosotros vuestro Padre celestial;" Mateo 6, 13-14
Día 8º. MIÉRCOLES 4 de marzo de 2020.
Dios no se asusta de mí. Quizá hayas visto la película
"Tarzán en Nueva York". Describe las divertidas
aventuras de Tarzán y Chita cuando son trasladados en
avión desde la selva a la ciudad de los rascacielos,
donde todo les llena de asombro y les ocurren mil
peripecias.
Chita protagoniza una de las sorpresas: al llegar a la
habitación del hotel ve reflejada su fea cara sobre el
gran espejo del armario. El susto fue tan descomunal
que, lanzando un terrible bramido presa de pavor, salió
corriendo: no se imaginaba que aquel feísimo
"monstruo" que ha visto en la habitación es su propia
imagen reflejada en el espejo.
La escena acaba bien: Chita se refugió en los brazos de
Tarzán, que la cogió con afecto, calmándola con sus
caricias. Y es que Tarzán quería a Chita como era: con
sus pelos negros y largos, su rostro de irracional y su
mirada extraviada.
Dios nos quiere a cada uno de nosotros infinitamente
más: sabe mejor que nadie cómo somos; conoce
nuestros fallos; no ignora que somos miserables y que
tenemos muchos defectos. Nos conoce mucho mejor
que podemos conocernos a nosotros mismos, y tiene
en cuenta nuestras cosas buenas y nuestros deseos de
mejorar.
Dios no se asusta de nuestras fealdades.
Gracias, Dios mío, porque me quieres a mí y a cada
uno más que todas las madres del mundo puedan
querer a sus hijos; no te asustas ante nuestras torpezas,
ni ante nuestras miserias, y nos acoges con un cariño
infinitamente mayor que el que tenía Tarzán a Chita.
El problema es que cuando yo voy descubriendo lo feo
que soy (mis limitaciones, fallos, miserias, etc) me
puedo "medio asustar" y pensar que no me es posible
ser santo, que no puedo estar cerca de ti, entonces
puedo desanimarme, olvidarme de que Tú me quieres
como soy, y alejarme de Ti. Que no me pase esto,
Señor. Si alguna vez me alejo de Ti, volveré corriendo
a tu lado contándote lo que me pasa.
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has
leído. Después termina con LA ORACIÓN FINAL.
NOVENO DIA.

"«Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu
Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan
cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en tentación, mas líbranos del mal." Mateo 6 9 - 13
Día 9º. JUEVES 5 de marzo de 2020
Conversión. La Cuaresma es buen momento para una
profunda conversión. Conversión significa cambiar la
dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona.
¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida
cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo
que se necesita es amor, servicio a los demás, corazón
que se da. Es una paradoja: para vivir y ser feliz, hay
que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para
tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te
propongo un cambio en concreto, por si te sirve: morir
a la ley del gusto.
Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque
me gusta, me apetece, me va bien... Un cristiano hace
las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a
Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo haga
esto, o lo otro.
Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu
Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la
elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis
caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de
Dios. Prefiero esto último, María, pero ayúdame.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
termina con LA ORACIÓN FINAL.
DECIMO DIA.

"Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y


todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios." I Juan 4,
7.
Día 10º. VIERNES 6 de marzo de 2020
Rezaba por los secuestradores. El 12 de abril de 1993
secuestran a una joven madrileña, Anabel Segura,
mientras hace footing cerca de su casa. Después de dos
años de secuestro encontraron su cuerpo ya sin vida.
Su padre, José, es un ejemplo como persona y como
cristiano. Transcribo unas preguntas de una entrevista
que le hacen en Mundo Cristiano:
- Dos años y medio: ¿en qué es distinto ahora don José
Segura, el padre de Anabel?
- En la fe, sin duda.
- Pero esa fe, a mí me parece que no es de ahora.
- No, desde luego. A nosotros nos viene de familia,
pero se hace más profunda; situaciones como ésta te
sirven para acercarte más. Lógicamente hay momentos
de duda, o mejor de desconcierto: ¿cómo puede Dios
permitir algunas cosas? Pero uno, en el fondo de su
alma, sabe que Dios sabe más.
¿Y nunca la rebelión? ¿Puede uno no rebelarse?
Mi experiencia es que se puede: no sé cómo, pero con
la ayuda de Dios, yo he podido no rebelarme.
¿Pero el odio? ¿Se puede sin ser un héroe vencer al
odio?
Odio no hemos tenido nunca. Me lo preguntaba un
periodista en los primeros días, en esta misma sala,
cuando los ánimos estaban más alterados, y le tuve que
dar la misma respuesta. A usted quizá se lo puedo
explicar más y sé que me entenderá: desde el principio
he pedido al Señor por Anabel y por sus
secuestradores, unas veces antes por Anabel y otras
veces antes por ellos, por si Dios les tocaba el corazón.
Desde el principio. Lógicamente, en la sociedad
española hay unas reglas de juego, unas normas y unas
leyes y según esas leyes tendrán que ser juzgados,
Odio no. Pienso que si su mente funciona bien, estarán
sufriendo ahora tanto como sufro yo. Por muy
especiales que sean, es imposible que estén tranquilos,
que puedan dormir bien. Sobre todo, si no pueden
rezar, si no tienen confianza en alguien, si no pueden
abrirse a nadie.
Señor, creo en Ti. ¡Cómo ayudas a los tuyos para que
se comporten como lo hubieses hecho Tú! Cuando no
entienda algo, que en el fondo de mi alma sepa que Tú
sabes más. Que ame y rece por los que no me quieren
o los que obran contra mi. ¡Amar al enemigo! Eso
quiero. Solo podré con tu ayuda. ¡María, ayuda a tus
hijos!
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has
leído.
Después termina con LA ORACIÓN FINAL.

SUGERENCIA**** Meditar el vía crucis.


ONCEAVO DIA.

"¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los
lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la
libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?"
Isaías 58 , 6.
Día 11º. SÁBADO 7 de marzo de 2020
Muerte. Tal vez hayas asistido alguna vez a la
proyección de un video en casa de un amigo que
quiere mostrarte lo mucho que ha disfrutado en su
último viaje por el Caribe. De repente, para hacerse el
gracioso, da el interruptor y la cinta se detiene; en la
pantalla queda la imagen congelada en su acción: Una
expresión bobalicona, un ceño fruncido, una ingenua
sonrisa... Resulta cómico y todo el mundo se ríe. Sin
embargo, no nos entrará la risa cuando Dios
interrumpa la cinta de nuestra vida y quedemos
captados para siempre en nuestra fealdad o en nuestra
hermosura. Por eso debemos estar preparados, en
gracia, para recibir a la muerte, que es un cambio de
casa. Por eso repetía Jesús: Velad y orad, porque no
sabéis el día ni la hora.
¿Eres consciente de que Jesús puede que te llame en
cualquier momento? ¿Y de que vale la pena morir bien
porque comparado con la tierra el cielo dura
infinitamente más?
Madre mía, ayúdame a estar preparado para cuando me
llame Jesús. Pero no de cualquier manera: con toda la
gracia que me sea posible. Tú eres la llena de gracia,
esto es, que Dios te llenaba, no había nada tuyo
personal que se opusiese a Dios; El hacía a través de ti
todo lo que quería, porque le dejabas. Así quiero vivir
y morir yo.
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has
leído.
Después termina con LA ORACIÓN FINAL.
DOCEAVO DÍA.

"De un instante es su cólera, de toda una vida su favor; por la


tarde visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo."
Salmo 30, 6.
Día 12º. DOMINGO 8 de marzo de 2020
Tendremos una eternidad para descansar. "Cualquier
persona -ha dicho Joaquín Navarro Valls, portavoz
oficial de la Santa Sede hablando de Juan Pablo II- con
mucha menos responsabilidad que la que él soporta,
tiene su sistema de descanso, su fin de semana
intocable, su deporte, cosas todas ellas que
probablemente son necesarias. En el caso del Papa,
nada de eso existe. Su único descanso es la posibilidad
de caminar por una terraza que hay encima de su
apartamento. En diez años de pontificado, en total
serán cuatro las veces que ha podido salir un día a la
montaña. Cuando alguna vez le han dicho: "Santo
Padre, está cansado... ", la respuesta que ha dado en
tono humorístico ha sido: "Tendremos una eternidad
para descansar".
Como ha dicho, también con humor, André Frossard,
"hasta ahora, el único medio que se ha descubierto
para obligarle a dejar el trabajo es la anestesia total".
Y decía en Uruguay: Jesucristo, nuestro Señor, es
también nuestro guía y modelo.
"Todo lo hizo bien" decían de Él las gentes. Cada uno
de nosotros -asumida por la fe nuestra condición de
hijos de Dios en Cristo- hemos de esforzarnos por
seguir sus huellas en el trabajo de cada día. Como
leemos en el Antiguo Testamento, no se le deben hacer
a Dios ofrendas defectuosas. Los cristianos serán
verdaderamente "sal de la tierra" y "luz del mundo", si
saben dar a su trabajo la calidad humana de una obra
bien hecha, con amor de Dios y con espíritu de
servicio al prójimo".
Señor, quiero trabajar en serio. Y cuando esté cansado,
también. A partir de ahora, cuando empiece a trabajar
te lo ofreceré, te lo regalaré. Por eso intentaré que no
sea defectuoso, sino algo bien hecho. Y ya, sólo
porque es mi regalo para Ti, mi trabajo es importante.
Este es mi propósito: en cuaresma trabajar bien por Ti.
Y cansarme trabajando.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
Después termina con LA ORACIÓN FINAL.
TRECEAVO DÍA.

"«Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con


justicia que la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna
que atesorar oro." Tobías 12, 8.
Día 13º. LUNES 9 de marzo de 2020
Amar al enemigo. Perdonar todo y siempre. El 13 de
mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, miles de
personas acuden a la plaza de San Pedro para ver a
Juan Pablo II. Una niña rubia con un globo azul
levanta sus manitas al Papa, que la toma en sus brazos
y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía presentir -
comenta el secretario del Papa, don Estanislao- lo que
iba a suceder. Cuando el Santo Padre daba la segunda
vuelta a la plaza, el turco Alí Agca disparó contra él,
(...). Yo estaba sentado como de costumbre detrás del
¡Santo Padre, y la bala, a pesar de su fuerza, cayó entre
nosotros en el automóvil, a mis pies. La otra rozó el
codo derecho, quemó la piel y fue a herir a otras
personas (.. )".
"¿Qué pensé? Nadie creía que una cosa así fuera
posible (...) Vi que el Santo Padre había sido
alcanzado. Entonces le pregunté:
¿Dónde está herido?" Me respondió: "En el vientre".
Todavía le pregunté: "¿Es doloroso?". Y me respondió:
"Sí"."
"El Santo Padre no nos miraba. Con los ojos cerrados,
sufría mucho y repetía breves plegarias exclamatorias.
Si no recuerdo mal, eran sobre todo: "¡María, Madre
mía! ¡María, Madre mía!."
"Cuando llegamos al hospital todo era confusión. Una
cosa era prepararse para recibir a un Papa, y otra verle
llegar exangüe e inconsciente La operación duró cinco
horas y veinte minutos, el pulso era casi imperceptible.
Todos temíamos lo peor. Le administré el sacramento
de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo
Padre estaba inconsciente."
"La esperanza renació durante la operación
gradualmente. Al principio parecía que la muerte era
inevitable: el Santo Padre había perdido las tres cuartas
partes de su sangre".
"Es extraordinario que la bala no destruyese en su
trayectoria ningún órgano esencial. Una bala de nueve
milímetros es un proyectil de una brutalidad inaudita.
Para no causar daños irreparables en una parte tan
compleja del cuerpo, tuvo que seguir una trayectoria
improbable. Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la
hubiera alcanzado, habría sido la muerte instantánea.
No tocó la espina dorsal ni ningún punto vital.
Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "
El Papa estuvo en serio peligro de muerte hasta el 15
de julio. Pero en cuanto pudo, Juan Pablo II se
desplazó hasta la cárcel donde estaba prisionero Alí
Agca, quien le disparó. Habló con él, a solas, durante
mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó.
Señor, qué ejemplo para mí. Como Tú, que perdonaste
desde la Cruz a los que crucificaban: "Perdónales,
Padre". iQue perdone siempre! ¡Ayúdame! Como
cristiano no puedo guardar rencor nunca, me hagan lo
que me hagan.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
Después termina con LA ORACIÓN FINAL.
CATORCEAVO DÍA.

"No comí alimento sabroso; ni carne ni vino entraron en mi


boca, ni me ungí, hasta el término de estas tres semanas."
Daniel 10 3.
Día 14º. MARTES 10 de marzo de 2020
Callar. Después de ser condenado, Pilatos ordena que
azoten a Jesús. Dos soldados brutales descargan toda
su fuerza sobre la espalda de Jesús. Noventa golpes
pueden contarse en la sábana santa. Cada látigo tenía
varias cuerdas y la punta de las cuerdas poseía
pequeños trozos de plomo sin pulir, con puntas y
salientes que hirieron todo el cuerpo de nuestro Dios.
Jesús lo sufrió por ti y por mí. Era tan doloroso que
muchos de los condenados morían en la flagelación.
María, nuestra madre, lo ve todo y sufre, pero se calla,
porque quiere que Jesús nos salve y para ello debe
morir.
Madre, haz que sepa callar; no contestar a mis padres,
no protestar, no decir siempre la última palabra.
Aunque sea injusto, o tenga motivos para protestar..
que me calle. También Tú podrías haber dicho muchas
cosas, y te callaste. Me cuesta pero ayúdame: que sepa
callar.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
Después termina con LA ORACIÓN FINAL.

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