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La calificación obtenida, aun cuando sea determinada con absoluta justicia, solo indica
cuánto sabe el alumno, pero lo deja totalmente ignorante en cuanto a qué sabe, cómo lo
sabe y, lo más importante, gracias a qué sabe lo que sabe.
De ahí que la calificación sirva poco educativamente hablando y que sea tan estéril para
orientar el mejoramiento de la enseñanza. Sin embargo, el problema se resuelve si en vez
de mecanizar la operación hasta la adjudicación de calificaciones, se detiene en el paso
inmediato anterior (revisión de los resultados de exámenes), el cual debería analizar junto
con los alumnos.
Evaluar: es el acto de comparar una medida con un estándar y emitir un juicio basado en
la comparación. Hacemos una evaluación cuando decimos, por ejemplo: la mesa es muy
larga, esto está caliente, el alumno no está motivado, es honesto, es demasiado lento.
En estos casos, se toma nota de la magnitud de una característica, se compara con un
estándar y luego se estima el juicio basado en la comparación.
En consecuencia, la evaluación se puede definir como un proceso continuo de reunión
e interpretación de información para valorar las decisiones tomadas en el diseño de un
sistema de aprendizaje.
4. Otras:
• Evaluación continua: pretende superar la relación evaluación-examen o
evaluación-calificación final de los alumnos, y centra la atención en otros aspectos
que se consideran de interés para la mejora del proceso educativo. Por eso, la
evaluación continua se realiza a lo largo de todo el proceso de aprendizaje y
pretende describir e interpretar, no tanto medir y clasificar.
• Evaluación criterial: a lo largo del proceso de aprendizaje, la evaluación criterial
compara el progreso del alumno en relación con metas graduales establecidas
previamente a partir de la situación inicial. Por tanto, fija la atención en el progreso
personal del estudiante, dejando de lado la comparación con la situación en que
se encuentran sus compañeros.
• Evaluación formativa: recalca el carácter educativo y orientador propio de la
evaluación. Se refiere a todo el proceso de aprendizaje de los alumnos, desde la
fase de detección de las necesidades hasta el momento de la evaluación final o
sumativa. Tiene una función de diagnóstico en las fases iniciales y de orientación
a lo largo de todo el proceso, e incluso en la etapa final, cuando el análisis de
los resultados alcanzados tiene que proporcionar pistas para la reorientación de
todos los elementos que han intervenido en él.
• Evaluación global: considera comprensivamente todos los elementos y procesos
que están relacionados con aquello que es objeto de evaluación. Si se trata de
la evaluación del proceso de aprendizaje de los alumnos, la evaluación global
fija la atención en el conjunto de las áreas y, en particular, en los diferentes
tipos de contenidos de enseñanza (hechos, conceptos, sistemas conceptuales,
procedimientos, actitudes, valores y normas).
• Evaluación inicial: se realiza al comienzo de cada una de las fases de aprendizaje y
tiene la finalidad de proporcionar información sobre los conocimientos previos de
los alumnos, para decidir el nivel en que hay que desarrollar los nuevos contenidos
de enseñanza y las relaciones que deben establecerse entre ellos. También
puede tener una función motivadora, en la medida en que ayuda a conocer las
posibilidades que ofrecen los nuevos aprendizajes.
• Evaluación integradora: referida a la evaluación del aprendizaje de los alumnos
en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, permite valorar globalmente
el trabajo realizado en todas las áreas y el grado en que se han alcanzado los
objetivos generales de la etapa. Por tanto, en última instancia, no se exige que se
alcancen los objetivos propios de todas y cada una de las áreas.
• Evaluación normativa: usa estrategias basadas en normas estadísticas o en
pautas de normalidad, y pretende determinar el lugar que el alumno ocupa en
relación con el rendimiento de los estudiantes de un grupo que ha sido sometido
a pruebas de este tipo. Las pruebas de carácter normativo pueden ser útiles para
clasificar y seleccionar a los alumnos según sus aptitudes, pero no para apreciar el
progreso de un alumno según sus propias capacidades.
• Evaluación cualitativa: describe e interpreta los procesos que tienen lugar en
el entorno educativo considerando todos los elementos que intervienen en él,
subrayando la importancia de las situaciones que se crean en el aula. Es decir,
fija más la atención en la calidad de las situaciones educativas creadas que en la
cantidad de los resultados obtenidos.
• Evaluación sumativa: su objeto es conocer y valorar los resultados conseguidos
por el alumno al finalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así considerada,
recibe también el nombre de evaluación final.
Atendiendo al modelo típico de clasificación moderna, la evaluación por característi-
cas funcionales y formales se divide en diagnóstica, formativa y sumativa:
Evaluación diagnóstica
Tiene por función principal establecer el nivel de entrada en cualquier parte del proceso
de formación, de conocimientos, habilidades y actitudes de los estudiantes, y determinar
sus necesidades particulares de formación en la actividad académica que se inicia.
Evaluación formativa
Entrega un juicio sobre el desempeño de un estudiante con el fin de introducir, sobre la
marcha, estrategias que ayuden a mejorar su rendimiento en el proceso de aprendizaje.
Esta medición se aplica durante el desarrollo de la actividad académica y retroalimenta
tanto al estudiante como al docente, donde este último puede efectuar correcciones
generales en sus estrategias de enseñanza.
Tiene un importante componente afectivo, lo cual incide en las actitudes del estudiante
con relación a su propio aprendizaje. El éxito de la evaluación formativa requiere que
el docente informe al inicio de la asignatura los logros que se proponen, tanto en lo
cognitivo como en lo procedimental y actitudinal. Para que el estudiante se beneficie
plenamente con la utilización de este tipo de evaluación, será de vital importancia una
regularidad en la retroalimentación por parte del docente, de manera que el alumno
perciba la metodología y desarrolle conciencia de su propio aprendizaje, en cuanto a la
capacidad de detectar sus progresos y pesquisar sus dificultades.
Con dicha información, cada estudiante estará en condiciones de tomar ciertos aspectos
de su trabajo intelectual, revisar el producto y corregir durante el desarrollo de la
asignatura. Por lo mismo, tiene la posibilidad, según sus medios intelectuales, de mejorar
la calidad de su trabajo, de sus aprendizajes y el alcance de sus objetivos.
Se sugieren algunos criterios básicos que pueden ser de ayuda para el éxito de la tarea
de retroalimentación para el estudiante:
• Formular los comentarios que merezca el desempeño del estudiante en forma precisa.
• Evitar señalar únicamente lo que el estudiante no ha comprendido o no ha respondido
bien, y agregar una indicación precisa de la naturaleza del error y qué es lo que no se
ha comprendido.
• Entregar la lista de criterios en que se basa un buen desempeño, de modo que el
estudiante tenga claridad de cómo ha sido evaluado y qué debe mejorar.
• Ofrecer sugerencias para mejorar los errores asegurándose que el alumno entienda
cómo proceder para ello, de manera que mantenga su motivación por el aprendizaje.
El estudiante debe percibir que los comentarios tienen como fin principal ayudarlo a
mejorar su aprendizaje.
• Si el trabajo del alumno es muy deficiente, es recomendable que el docente centre sus
observaciones en los problemas mayores e ignore las dificultades menores, evitando
así la desmotivación definitiva del estudiante.
• La intervención evaluativa del docente durante el proceso de aprendizaje tiene como
propósito central la superación de las dificultades del estudiante, las cuales pueden
situarse eventualmente en aspectos actitudinales o procedimentales. Se requiere,
entonces, que el docente entregue indicaciones que lleven al alumno a una reflexión
metacognitiva y que lo guíen en el reprocesamiento de su propio aprendizaje.
• Incorporar tanto comentarios positivos como negativos, de manera que el estudiante
perciba que tiene una base adquirida sobre la cual apoyarse para el mejoramiento.
Esta información es valiosa tanto para el profesor como para el alumno, quien
debe conocer no sólo la calificación de sus resultados, sino también el por qué de esta,
sus aciertos (motivación y afirmación) y sus errores (corrección y repaso).
Evaluación sumativa
Es aquella que se realiza con el fin de emitir un juicio sobre el aprendizaje del estudiante
al término de todo el proceso o de una etapa de este. Es un balance de los conocimientos,
habilidades y actitudes que el alumno ha adquirido. Este juicio permite tomar una
decisión en cuanto a certificar el logro del aprendizaje del estudiante con el fin de que
este continúe en la siguiente etapa o pueda cursar la actividad académica que le sigue,
de la cual la asignatura vigente es un prerrequisito.
La evaluación sumativa no está pensada para corregir el proceso y, por ello, no ayuda
necesariamente a los estudiantes durante el desarrollo del aprendizaje. En general, la
evaluación sumativa califica al alumno de acuerdo con un estándar predeterminado, el cual
indica el nivel de desempeño requerido para que el estudiante sea promovido a una etapa
o nivel superior. En este escenario, lo que se hace es confrontar los resultados obtenidos
por cada estudiante con ciertos criterios de desempeño, con lo cual la evaluación asume
la forma de un juicio definitivo que genera posteriormente retroalimentación y toma de
decisiones, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje.
Se habla de evaluación sumativa para designar la forma mediante la cual se mide y juzga el
aprendizaje con el fin de certificarlo, asignar calificaciones, determinar promociones, etc.
a. Propósito: tomar las decisiones pertinentes para asignar una calificación totalizadora
a cada alumno, que refleje la proporción de objetivos logrados en la asignatura,
semestre o unidad didáctica correspondiente.
b. Función: explorar en forma equivalente el aprendizaje de los contenidos incluidos,
determinando con los resultados individuales el logro alcanzado.
c. Momento: al finalizar el hecho educativo (asignatura completa, partes o bloques de
conocimientos previamente determinados).
d. Instrumentos preferibles: pruebas objetivas que incluyan muestras proporcionales
de todos los objetivos incorporados a la situación educativa que va a calificarse.
e. Manejo de resultados: conversión de puntuaciones en calificaciones que describen
el nivel de logro, en relación con el total de objetivos pretendido con el hecho
educativo. El conocimiento de esta información es importante para las actividades
administrativas y los alumnos, pero no se requiere una descripción detallada del por
qué de tales calificaciones, ya que sus consecuencias prácticas están bien definidas y
no hay corrección inmediata, dependiendo de la comprensión que se tenga sobre una
determinada circunstancia.
Diagnóstica:
• Se realiza al inicio de una unidad de aprendizaje, de un grupo de objetivos o de un
curso.
• Su propósito no es calificar, sino determinar las habilidades y conocimientos ya
adquiridos y sus niveles.
• Detecta las condiciones en que se encuentra el participante para iniciar el proceso de
aprendizaje.
• Sirve de base para planificar el desarrollo del proceso de aprendizaje.
• Proporciona información útil para ayudar al estudiante a superar deficiencias.
Formativa:
• Se realiza durante el desarrollo del proceso de aprendizaje.
• Su propósito no es calificar, sino ayudar a un aprendizaje eficiente.
• Proporciona información sobre el progreso del participante.
• Sirve de apoyo al educador y al estudiante para revisar y superar las deficiencias,
además de orientar las actividades hacia el logro de los objetivos previstos.
• Permite el seguimiento del proceso de aprendizaje.
• Tiene como marco de referencia ciertos criterios preestablecidos.
Sumativa:
• Se realiza al finalizar una unidad de aprendizaje, un grupo de objetivos o cursos
completos.
• Su propósito es calificar y certificar.
• Proporciona información acerca del rendimiento en función de los objetivos previstos
y teniendo como referencia normas y criterios preestablecidos.
• Determina la efectividad del proceso de aprendizaje.
• Retroalimenta en la forma de un juicio definitivo.
• Sirve de base para la toma de decisiones.
• Las evaluaciones internas son preparadas y aplicadas por personas que participan
directamente en el proceso educativo, entre ellas, el docente mismo.
• Las evaluaciones externas son aquellas en las cuales el que prepara y aplica la
evaluación, es un agente que no está involucrado en el proceso educativo específico,
un docente que no participa en el curso, o bien, un evaluador externo a la institución
educativa.
La evaluación interna puede ser llevada a cabo por las distintas personas partícipes del
proceso educativo. De acuerdo con este criterio, podemos encontrar los siguientes tipos:
• Autoevaluación
• Heteroevaluación
• Coevaluación
Autoevaluación: el estudiante juega un rol central. Es él quien evalúa sus logros de
aprendizaje. En una aplicación total de este tipo de evaluación, debiera ser el propio
alumno quien determine qué aprendizajes desea evaluar, a través de qué método y
en qué momento. Lo que ocurre en la práctica común, es que el docente es quien
planifica y establece los criterios para realizar el proceso evaluativo. En tal caso, el
estudiante solo se remite a responder el instrumento autoevaluativo.
Entre las ventajas que ofrece esta modalidad de evaluación, desde el punto de vista
del estudiante, podemos mencionar las siguientes:
• Le ayuda a desarrollar su capacidad crítica y favorece su independencia.
• Lo compromete con su proceso educativo, motivándolo en su aprendizaje.
• Aporta información de lo que piensa el estudiante respecto de su propio aprendizaje,
del programa aplicado, de la metodología empleada, de los recursos usados, etc.
Cada estudiante tiene su propio juicio de valor en relación con estos aspectos y es
preciso disponer de los medios adecuados para que los explicite.
• Es consustancial con un modelo educativo centrado en el estudiante, puesto
que les da importancia a sus percepciones de lo que el docente y el ambiente de
aprendizaje le ofrecen.
También es importante señalar que para que la autoevaluación sea eficaz, el docente
debe preparar al estudiante y ofrecerle situaciones que la favorezcan.
Metaevaluación
Es un momento para ir más allá de la evaluación y tomar una distancia crítica que nos
ayuda a mirar con otros ojos la complejidad de su aplicación.