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Sociologia de La Educación Actividad N 2 - 22 de Abril 2021

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ISIEC (Instituto Superior de la Iglesia Evangélica Congregacional)

Profesorado en Ciencias Sagradas

Cursado: 3er año

Cátedra: Sociología de la educación

Profesor/a: Adriana Bourlot

Trabajo: Actividad 2

Estudiante: Maximiliano Kreick


SOCIOLOGIA DE LA EDUCACIÓN ACTIVIDAD N°2

Para comenzar a transitar este camino por la sociología de la educación, trabajaremos con
el libro de Emilio Tenti Fanfani y otros artículos.

1) ¿En qué consiste la educación como sistema nacional?

La educación como sistema nacional consiste en el desarrollo de dispositivos


especializados que aseguran que todos los miembros de la sociedad tengan la
oportunidad de cultivarse integralmente. Este sistema busca formalizar, generalizar y
comenzar temprano con la educación de los miembros, y para ello, la instrucción tiene
lugar en instituciones especializadas exclusivamente en ese cultivo: las escuelas, a las que
todos los niños tienen el derecho y la obligación de concurrir independientemente de su
origen. En este sistema nacional, el Estado concentra tanto la autoridad para determinar
qué cuenta como disposiciones indispensables en todo miembro de la sociedad, como la
responsabilidad de asegurar que todos los miembros de la sociedad las desarrollen.

2) ¿Cómo es la sistematización de las instituciones educativas y la consolidación del


poder de los Estados?

La sistematización de las instituciones educativas y la consolidación del poder de los


Estados ha sido un proceso, mediante el cual la educación, bien social, ha sido
monopolizada por el Estado, en pos de su universalización.

Para reproducirse en el tiempo, todas las sociedades necesitan y han necesitado siempre
cultivar en sus miembros las disposiciones y habilidades físicas e intelectuales
indispensables para cooperar eficazmente. Todas las sociedades desarrollan dispositivos
especializados que aseguran que todos sus miembros tengan la oportunidad de cultivar
las habilidades críticas para la supervivencia del conjunto social y eviten desarrollar las
disposiciones contrarias a esa supervivencia. Lo que distingue a la formalización de la
educación moderna es que se ha desarrollado a través de la constitución de un sistema
que articula a todas las instituciones especializadas en la educación, que cuentan con
materias/asignaturas, ciclos, medidas de rendimiento y aprendizaje, credenciales y títulos,
etc., promoviendo la universalidad de la educación. Finalmente, lo que distingue a la
temporalidad de la educación moderna es que el ingreso en instituciones especializadas
en la formación de sujetos es relativamente temprano y uniforme para todos los
miembros de la comunidad.

El contraste más notorio entre la educación moderna y otras formas de educación es la


concentración en el Estado tanto de la autoridad para determinar qué cuenta como
disposiciones indispensables en todo miembro de la sociedad, como la responsabilidad de
asegurar que todos los miembros de la sociedad las desarrollen. Aún sin monopolizar los
medios de enseñanza, el Estado, en su carácter de representante de la existencia política
de la comunidad y del interés común, monopoliza los medios de consagración del
conocimiento socialmente relevante. Esto no quiere decir que en el Estado resida la
facultad de determinar qué debe ser considerado auténtico conocimiento. En las
sociedades modernas, el saber legítimo y el poder legítimo están institucionalmente
separados. Sin embargo, el Estado ha adquirido la facultad de sancionar, dentro del
conjunto de conocimientos disponibles, aquellos que la comunidad política tiene interés
en cultivar entre sus miembros. En definitiva, aunque no existe un monopolio del saber
legítimo, existe un monopolio del reconocimiento del saber socialmente relevante. Este
reconocimiento hace que las disposiciones y habilidades subjetivas desarrolladas en los
procesos educativos adquieran una existencia objetiva en la forma de títulos y
certificados.

En sus orígenes, en Europa Occidental, los Estados debieron disputar con otros institutos
el monopolio de la coacción física legítima. Dentro de los territorios que hoy ocupan los
Estados europeos, diversos nobles locales desafiaban la autoridad de los monarcas.
Atravesando las fronteras políticas, la autoridad de la jerarquía y las leyes de la Iglesia
Católica se superponían, y muchas veces entraban en contradicción y conflicto, con las de
los gobernantes seculares. El poder de los Estados creció en proporción a la erosión de los
poderes feudales. Los Estados apuntaron a la territorialización y la concentración del
poder político, y, con ellas, la victoria sobre los poderes locales y el poder eclesiástico,
fueron favorecidas por tres grandes transformaciones sociales: la urbanización, el
desarrollo de la economía de intercambio y la Reforma protestante. Para consolidar su
hegemonía sobre los poderes regionales y sobre las autoridades eclesiásticas, los
Estados nacionales desarrollaron diversas estrategias. Una de ellas fue la concentración
del poder de reconocimiento de los saberes socialmente relevantes a través de la
articulación de las prácticas educativas en sistemas de alcance nacional. El ejercicio del
poder político como soberanía en la modernidad es una consecuencia de la consolidación
de la autoridad de los Estados

3) ¿Cuál es la noción de Estado?

La noción de Estado (formulada por el sociólogo alemán Max Weber) dice que un Estado
es “un instituto político de actividad continuada […cuyo…] cuadro administrativo
[mantiene] con éxito la pretensión al monopolio legítimo de la coacción física para el
mantenimiento del orden vigente.”

El Estado es un instituto porque su autoridad se extiende sobre un territorio y porque su


capacidad de obligarnos a obedecer sus disposiciones mientras permanezcamos en el
territorio que controla es independiente de nuestra voluntad o nuestro consentimiento.
Pero un instituto con características especiales: el conjunto de funcionarios encargado del
mantenimiento del orden monopoliza el ejercicio de la violencia física legítima. El Estado
es una asociación territorial en la que la autoridad para ejercer la violencia en respaldo de
sus órdenes le es reconocida solamente a un grupo de funcionarios.

4) ¿Qué son los estados modernos? Emile Durkheim, como padre de la sociología
moderna, ¿que nos aporta?

Los Estados modernos son el poder político como ejercicio de soberanía. Es decir, que
hay una instancia última de poder público que tiene capacidad de decidir en forma
inapelable sobre todos los conflictos.

Durkheim, quien se dedicó a analizar y promover el monopolio estatal sobre el


reconocimiento de los saberes socialmente relevantes, aporta que:

“Desde el momento en que la educación es una función esencialmente social, el Estado


no puede desinteresarse de ella. Por el contrario, todo lo que es educación debe estar,
en alguna medida, sometido a su acción (…). (...) Ni siquiera es admisible que la función
de educador pueda ser cumplida por alguien que no presente las garantías especiales de
que sólo el Estado puede ser juez. No hay ninguna escuela que pueda reclamar el derecho
de dar con toda libertad una educación antisocial." (Fragmento que resume su
pensamiento)

5) Realiza la actividad N°1 de la página 16.

- ¿En qué se parece y en qué se distingue la educación de Burgundia de los sistemas


de educación modernos?

Al comparar la educación de Burgundia con la educación que brindan los sistemas


modernos, podemos ver tanto similitudes como diferencias, expresadas a continuación:

- Elementos en común: el estudio culmina en la experiencia laboral; hay personas


que están más o menos tiempo en el sistema educativo, para completar el mismo
grado de formación.

- Elementos no compartidos: la educación de Burgundia no comienza de niños


(como en la actualidad), sino de jóvenes; la educación moderna no enseña solo un
rubro del saber, sino “cultura general”, de diferentes campos; el profesor en
Burgundia era un hombre con experiencia, a diferencia de la actualidad, en la que
se requiere que el docente sea alguien capacitado y certificado académicamente
por el Estado; la educación en Burgundia no era obligatoria, una marcada
diferencia con nuestro sistema, que tiene obligatoriedad de trayectoria escolar; el
profesor en Burgundia trabajaba por el alimento y el vestido, lo cual contrasta con
la actualidad, en la que los docentes poseen un sueldo (retribución monetaria)
reglamentado.

6) Define Nación, estados y educación.

- Nación: Ha sido definida como comunidad de destino (Renan). La nación es


identidad colectiva (por religión, lenguaje, cultura, o lo que fuere), que nos
precede y nos excede; es una persona plural, nosotros, que se experimenta en
conjunto. Lo que distingue a ese “nosotros” de otras comunidades nacionales es,
precisamente, las cosas que le ocurren: es decir, la historia (con minúscula), y el
modo de interpretar y relatar las cosas que le ocurren: es decir, la Historia (con
mayúscula). El vínculo nacional consistía no tanto en una memoria como en la
complicidad de un olvido colectivo, articulando una historia selectiva de la Historia.

- Estado: Puede conceptualizarse como la institución gobernante en un territorio, en


un tiempo determinado, y que asegura la supervivencia histórica de los
gobernados (la nación).

- Educación: Puede entenderse como la formación destinada a desarrollar la


capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y
las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen. Es una especie de
mecanismo de perpetuación de las sociedades, que generalmente responde a las
expectativas de una nación (o a una élite de ella), y que es ejecutado por el brazo
de poder nacional: el Estado.

7) ¿Por qué hablamos de escolarización como integración nacional?

Se habla de la escolarización como estrategia de integración nacional debido a que es el


dispositivo particular para la formación y uniformización de sus jóvenes, y por ende, el
referente de identidad colectiva propuesto por la idea de nación, una participación común
en un nosotros que existe aquí y ahora y que neutraliza las diferencias sociales en nombre
de una igualdad terrenal frente a la protección y al poder del Estado. Por tal motivo, los
procesos de constitución de los sistemas educativos nacionales adoptaron una secuencia
similar en los distintos estados: declaración del interés nacional en la educación de masas,
legislación para hacer obligatoria la enseñanza, creación de un ministerio o departamento
de educación y establecimiento de la autoridad del Estado sobre las escuelas existentes o
de nueva creación. La escolarización resultó así una de las herramientas institucionales
más eficaces en el proceso de homogeneización indispensable para la constitución de la
nacionalidad y el fortalecimiento del poder estatal.
8) Realiza la actividad N°2 (p. 33).

3. Habitualmente se afirma que la educación es un vehículo de ascenso social y que la


extensión de la educación es una herramienta de igualación social. Quienes sostienen
esta posición, afirman que la posesión de mayores conocimientos, facilita el acceso a
empleos más calificados y mejor remunerados, y de este modo, la distribución
equitativa de las oportunidades equitativas garantiza una distribución equitativa de las
posibilidades de progreso social. ¿Usted está de acuerdo con esta posición? En
cualquier caso, por sí o por no, elabore un argumento para fundamentar su respuesta.

Estoy de acuerdo con la posición, pero solo de forma parcial. Me explico. Es un hecho
cotidiano comprobado, en las sociedades modernas, que el obtener estudios y grados
académicos certificados, deriva en una mayor probabilidad y posibilidad de conseguir
ascenso social, poder y honor. Por tanto, la universalización de la educación, y la
promoción de un variado abanico educativo para la mayor cantidad de personas
posibles, es una política que evidentemente ha traído progreso social e individual, en
las sociedades occidentales. Ahora bien, esta lógica no puede seguirse hasta sus
últimas consecuencias, ya que tanto la teoría (de la inflación de credenciales, por
ejemplo) como la experiencia nos demuestra que el ascenso social y el progreso en
diferentes áreas no depende sencilla ni exclusivamente del grado de estudios
académicos que una persona posea. Aún más, el escenario posmoderno evidencia que
las personas que experimentan un ascenso social meteórico y sostenido, no suelen ser
aquellas con más estudios, sino aquellas que, providencialmente, aprovechan su
“tiempo y ocasión” (claro está, si es que estos se presentan). Ergo, es falsa la
afirmación (keynesiana, de origen) de que “toda oferta genera su propia demanda”;
esto implica que, la adquisición de grados académicos por gran parte de la sociedad,
no asegura su ascenso social ni el mejoramiento de la calidad de vida. Por tanto,
puedo expresar sintéticamente que, aunque el grado académico social es una
condición necesaria para el progreso social y el ascenso individual, no es una condición
suficiente para estos propósitos, sino que requiere de otros factores, que
corresponden a las ciencias relacionadas a la economía y la política.

4. Pensando en los problemas de eficiencia y equidad que tienen tanto los sistemas de
educación básicamente estatales y centralizados como las iniciativas
descentralizadoras y privatizadoras, póngase usted un momento en la piel de un
ministro de Educación. Si tuviera que decidir por un sistema en el cual el principal
incentivo para las escuelas fuera satisfacer las demandas de las autoridades del
sistema, y otro en el cual el principal incentivo fuera satisfacer las preferencias de los
usuarios de los servicios de educación, ¿por cuál se inclinaría? ¿Cómo justificaría esta
decisión frente al Presidente? ¿Cómo la justificaría frente a la opinión pública?
Sin duda alguna, me inclinaría hacia un sistema que satisfaga las preferencias de los
usuarios de los servicios de la educación. Me parece una noción absolutamente perversa
aquella que quiere “satisfacer al Estado y al gobierno, solo por satisfacerlos”; esta idea es
absurda, ya que se desconecta de la realidad (está en una burbuja ficticia burocrática), y
ya no busca ayudar a los ciudadanos de la nación, sino incrementar el poder del Estado, y
cumplir los objetivos del Estado, por amor al Estado mismo, y no por satisfacer
necesidades de la nación, la cual se conforma de individuos. Si, como afirma la
Constitución Nacional, las autoridades del Estado están para servir a la ciudadanía, sería
una evidente antinomia pensar en un sistema que quiera satisfacer a las autoridades
mismas, y no a las personas a las que ellas representan.

Mi decisión sería justificada ante el Presidente con la sencilla causal de que un funcionario
público (como el ministro de educación) debe cumplir con la función que la sociedad le ha
confiado, para el bien de la nación, por medio del poder estatal, a través de los mejores
medios a disposición. No hacer tal cosa, incurriría en una violación de múltiples normas
que regulan el Estado de Derecho, y me transformaría en culpable del delito de
“incumplimiento de los deberes del funcionario público”.

A la opinión pública, me presentaría como su servidor (significado de la palabra ministro),


dispuesto a reformar la educación estatal tanto como sea posible y necesario, a fin de que
las metas sociales de la nación sean alcanzadas en esta área. La opinión pública tendría
peso en las decisiones a tomar, ya que, en última instancia, lo que un representante
(gobernante o funcionario) hace, es ejecutar la voluntad popular, siempre que se hable en
el marco contextual del Estado de Derecho democrático y republicano.

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