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Las Taulas de Menorca: Iconos Arquitectónicos y Calendáricos de La Sección Áurea Pitagórica

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LAS TAULAS

DE MENORCA

GONZALO CALVO PÉREZ


LAS TAULAS
DE MENORCA
Iconos arquitectónicos y
calendáricos de la sección
áurea pitagórica

por
Gonzalo Calvo Pérez
Contacto con el autor: gonzalo_calvo@yahoo.com
©2020, todos los derechos reservados por el autor
Registro de la propiedad intelectual
(Fotografía de portada por S. Juanico, por encargo del autor)
A la belleza de todas las madres
RESUMEN DE LA OBRA

Los estudios publicados hasta la fecha coinciden en definir a las llamadas "taulas", ("mesas", en catalán) de
la isla de Menorca, como megalitos compuestos en forma de T. Son en ciertos casos majestuosos y bien
conservados, localizados dentro de recintos aproximadamente semicirculares, con pilastras y muro
perimetrales a la taula central, y entrada adintelada.
Típicamente se considera que fueron construídos después de aproximadamente el año -600, durante el
dominio fenicio-púnico-cartaginés de la isla.
Se les supone asimismo mayoritariamente una función cultural simbólica, ritual y/o religiosa, en principio
desconocida. Su uso habría continuado hasta la invasión romana de la isla en el año -123, tras las Guerras
Púnicas, cuando serían abandonadas, semienterradas, o bien violentamente destruídas.

En el presente trabajo se desvela una novedosa serie de observaciones geométricas, arquitectónicas,


astronómicas, geológicas, epigráficas, toponímicas, e historiográficas. Sumándola a la reinterpretación de
algunas de las observaciones e interpretaciones ya mostradas por estudios anteriores, y a la luz de la
hipótesis pitagórica sugerida por Hernández Sanz en 1908, e Ibáñez Orts a partir del 2000, interpretamos
que estas construcciones son la firma, codificada, pero en grandes letras, de la escuela pitagórica griega
(fundada por el polímata presocrático griego Pitágoras de Samos, filósofo más influyente de la Historia,
descubridor de la esfericidad de la Tierra e inventor de las palabras filosofía, cosmos y matemáticas),
escuela que daría lugar a todas las academias posteriores, de la tradición europea u occidental, como la de
Atenas, o las actuales universidades de todo el mundo, así como todos los institutos y colegios.

Estos nuevos datos cercioran la construcción de las taulas en una fecha necesariamente posterior al
nacimiento de Pitágoras, el cual fue cerca del año -570. Esta fecha de construcción sería asimismo posterior
al año -522, fecha aproximada de fundación de la escuela pitagórica en Crotona (Magna Grecia, Sur de
Italia) por Pitágoras, y aún más probablemente posterior al año -450, fecha aproximada de la diáspora
forzada de la escuela desde Crotona hacia un destino antes desconocido. Proponemos pues la confirmación
de que ése destino fue Meloussa, la denominación de Menorca para los griegos, Nura para los fenicios.

Así pues, podemos ya desvelar que las taulas de Menorca son de entrada, desde el punto de vista
simbólico-ritual, iconos crípticamente representativos del concepto sagrado central del logos pitagórico,
gráficamente la letra tau mayúscula (T), la letra te del alfabeto griego, inicial y abreviatura críptica usada por
los pitagóricos para la palabra "tomí" (τομή), sección, o corte, en griego.
Tomí, tau, la "sección", hoy día llamada phi, sección áurea, o proporción áurea, fue efectivamente el
concepto matemático-cosmogónico-místico secretamente estudiado, y así denominado, por los pitagóricos,
filósofos iniciados en el rito de la escuela pitagórica griega, fundada por Pitágoras de Samos.

Adicionalmente a la interpretación simbólica pitagórica, proponemos para estos megalitos, y para sus
pilastras perimetrales, una función en tanto que elementos arquitecturales de sostén de un techado de lana
tejida, a la manera de una carpa, tienda o jaima amazigh norteafricana.
La finalidad de esta cubierta amovible sería no solo la de protección ante los elementos, de la hoguera y de
las personas y objetos que se albergaban en el edificio, sino también la de la observación astronómica, con
fines calendáricos y de investigación académica, aplicados a la agricultura, navegación, enseñanza, ritos de
sanación, etc..

A su vez, esta explicación arquitectónica permite, teniendo en cuenta el paralelismo morfológico con los
pilares y recintos de los templos mesolíticos de Göbekli Tepe, paralelismo ya señalado por su descubridor K.
Schmidt, proponer una extrapolación. Éstos otros templos y sus pilares en forma de T, aunque mucho más
antiguos, tendrían la misma utilidad funcional, arquitectónica y astronómica calendárica que la que
proponemos para el caso menorquín.
Las taus de Göbekli Tepe serían pues a su vez también iconos cosmogónicos, y pilares de sostén de una
cubierta tejida con lana de oveja, o pieles, a modo de tienda o carpa-observatorio ritual, e incluso lugar de
pernocta, de un grupo de especialistas interesados en desvelar los secretos del cielo que revelan el
calendario anual, para sembrar y cosechar a tiempo, y mejorar sus vidas como sociedad, hace más de
10.000 años, en plena revolución neolítica.

La función de los recintos de taulas de Menorca se revela así como cultural y múltiple: calendárica-
cronológica (kronías o kroniones) agrícola, de planificación de la navegación marítima comercial en cercanía
con los talayotes, además de sanitaria, académica, de pesos y medidas, de ofrendas y celebraciones, de
protección del fuego de los talayotes, de almacenamiento de grano y vino (al modo de los primeros bancos
que fueron los templos griegos), y posiblemente de reunión política aristocrática y celebraciones de los
diferentes ritos religiosos.
Las taus, tablas o taulas de Menorca se señalan pues ya como un caso único en el mundo, de conservación
de elementos materiales tanto del rito pitagórico original, en el tránsito entre la cultura filosófica griega
arcaica y la clásica, como del ibérico y púnico, en sus fases tardías.
El conjunto del recinto de taula obedece en definitiva a un sincretismo adaptativo del rito del témenos, o
recinto sagrado, de la incipiente y perseguida comunidad académica griega criptoracionalista, heredero de
una tradición arcaica del culto astronómico a la diosa Hera, instalado en la cultura megalítica aborígen
ibérica local, a la vez que bajo la influencia de los elementos imperiales religiosos y arquitecturales de la
cultura norteafricana cartaginesa, de influencia a su vez fenicia y egipcia.

Proponemos además que los restos funerarios del propio Pitágoras de Samos, filósofo considerado como el
Ser Humano más influyente de la Historia de la Humanidad, descubridor de la esfericidad de la Tierra, y
creador de la escuela pitagórica que dio lugar a las academias, pudieron ser los depositados en el hipogeo 2
de la necrópolis de Cala Morell, donde una tau labrada en la roca sostiene un techo, esta vez de roca, y
donde unas columnas griegas, acanaladas y con capiteles del orden dórico, decoran la ventana de la
estancia de acceso al hipogeo.

Señalamos finalmente la idea de que, a la luz de esta teoría, la liturgia de las actuales fiestas folklóricas
calendáricas menorquinas, como Sant Joan (solsticio de verano), perpetuaría la lógica de las tradiciones
calendáricas griegas de la Cronia, en el Hekatombaion, primer mes del año griego, iniciado en la luna nueva
del solsticio de verano (mes de Hera/Tanit/Mari/Juno/Junio), fiesta de purificación, de representación ritual
de los movimientos planetarios, y de celebración de su mejorado pronóstico, con la llegada de los
pitagóricos, en un contexto agrícola y ganadero de subsistencia y supervivencia de la población aborigen.

Moneda de Samos (Siglo -III) con una representación de "Pitágoras Samita" señalando con una varita, con
la mano derecha, unas esferas y una línea curva en el cielo, en referencia a sus grandes descubrimientos,
el de la esfericidad, separación áurea y "giros" de la Tierra y demás cuerpos planetarios, a partir del
concepto de medición astronómica de la latitud geográfica, del período orbital (año) y de la retrogradación
aparente, que se resumiría como armonía de las esferas. El grueso bastón que aguanta con el brazo
izquierdo sería un signo de su autoridad jerárquica como maestro, y, tal vez, un báculo o cetro de la
tradición sacerdotal de los templos egipcios donde se dice fue iniciado. Nótese el "garfio" que tiene el cetro,
que sería comparable a la estatuilla egipcia de un halcón que fue encontrada en Menorca.
¿Qué son las taulas?

¿Qué son las taulas? Esa es la pregunta que todo el mundo que visita Menorca se hace, que ninguno de los
trabajos publicados por los especialistas ha logrado responder de manera convincente hasta la fecha, y que
vamos a responder en este trabajo. Lo haremos desde la racionalidad del método científico, basado en el
conjunto de las observaciones comprobables y en la lógica hipotético-deductiva, teniendo en cuenta no solo
las características propias de estos yacimientos, sino tambièn su contexto y relación con otros yacimientos
comparables.

Los yacimientos megalíticos (del griego "mega", grande, y "lithos", piedra) denominados de taulas o taules
(mesas, en catalán, en referencia a la supuesta leyenda oral, vulgar, de que se trataría de las mesas de
gigantes pretéritos), que se hallan en la isla de Menorca (archipiélago de las Islas Baleares, España,
Mediterráneo occidental), han sido un misterio desde hace siglos, milenios incluso, tanto en cuanto a su
autoría, como en cuanto a su utilidad, antigüedad y/o significado arquitectónico o ritual.

La mayor de todas las taulas, la de Trepucó o Bintalfa, con sus casi 5 metros de altura -jalón de 1 metro de
longitud, como escala- vistos desde la entrada al recinto que la acoge, parece una T cursiva, ligeramente
inclinada hacia la derecha (Este). Está calzada por dos cuñas laterales y un refuerzo columnar, o calzo de
viga, lateral. Detrás de ella, en el lado izquierdo, vemos las losas del muro ciclópeo del recinto original que
la rodea, con una pilastra que fue recolocada con una base de cemento por los arqueólogos que excavaron
el yacimiento en 1931. A la derecha, el muro reconstruído, tras su destrucción parcial en el siglo XVIII. Al
fondo, el gran talayote, también el mayor de todos. Nótese en primer plano, abajo a la derecha, un bloque
del portal de entrada, hoy semidestruído, que daba acceso al recinto.

Antes de entrar en materia, y responder en profundidad a la pregunta central de qué son pues las llamadas
"taulas", empecemos por algunas cuestiones básicas previas, que tampoco son baladíes. Por ejemplo: ¿A
qué llamamos taulas? ¿Cuántas hay, y dónde están? ¿Qué antigüedad tienen? ¿Qué elementos se han
encontrado en su entorno, que nos puedan dar indicios sobre su utilidad?
Responder de manera exacta y precisa a estas aparentemente sencillas preguntas iniciales es más difícil de
lo que parece, según vamos a ver, pero vamos a lograrlo aquí, a pesar de todo, combinando observaciones
y razonamientos, y aplicando la llamada ley de la Navaja de Occam, regla de sentido común en científicos,
que dice que de todas las hipótesis existentes que expliquen la totalidad de observaciones disponibles, la
más sencilla es la cierta.

Sobre estos megalitos, destaca de entrada su singular forma de letra T mayúscula, que está compuesta, en
los ejemplos mejor conservados, típicamente por al menos dos grandes losas imbricadas de roca caliza , en
equilibrio inestable: una losa soporte vertical o subvertical, con una parte enterrada en el suelo, y una losa
capitel horizontal colocada sobre aquella. Son losas talladas con maestría, y además pulidas, en el caso de
la cara anterior de las losas soporte.

La losa soporte de Trepucó/Bintalfa es una delgada losa, pulida en su cara anterior

Estas grandes tes están sujetas en los ejemplos de mayor tamaño por refuerzos posteriores (nervaduras
dorsales talladas, como en Torralba d´En Salord, o bien apilamientos de bloques, como en Trepucó/Bintalfa)
y laterales, cuñas de roca, como en Trepucó/Bintalfa, o soportes columnares, también en forma de T, ya sea
en posición lateral (apoyo oblícuo aparentemente de cara a la estabilidad, en el ejemplo de Talatí, o bien
horizontalmente tumbadas, en el ejemplo de Trepucó/Bintalfa), e incluso en posición trasera (ejemplo de
Torretrencada).

Señalaremos también el lugar común inicial del manido discurso, que parte de decir que las "taulas" son
construcciones únicas en el mundo, solamente conocidas en la isla de Menorca, lo cual, según proponemos,
es sin ir más lejos de entrada erróneo.
El mundialmente reconocido arqueólogo alemán Klaus Schmidt, descubridor en 1994 del revolucionario
yacimiento de Göbekli Tepe, de la alta Mesopotamia, en la actual Turquía, datado en el entorno del milenio
-X del calendario cristiano, en la transición entre el Paleolítico y Neolítico, en llamado período Mesolítico o
Neolítico precerámico, habló en el simposio organizado en Sanliurfa el 6 de Octubre de 2012 (vídeo
disponible en YouTube), poco antes de fallecer, de su descubrimiento de una serie de construcciones de
aparente uso ritual, que serían ni más ni menos que las más antiguas construcciones de la Humanidad.
Uno de los yacimientos de Göbekli Tepe, donde se aprecia uno de los pilares en forma de T, en primer
plano, con bajorelieves interpretados como astronómicos. Es un pilar monolítico, como lo son también los
que se ven en segundo plano, insertos en el muro del recinto que lo rodea. Nótese la similitud con las taulas
de Menorca

Éstas "taulas" de la Alta Mesopotamia estan compuestas por pares de pilares monolíticos, igual que en
Menorca, en forma de T, a menudo decorados con grabados y bajorelieves, y rodeados por recintos
ovalados con pilastras. Schmidt dijo efectivamente en su presentación de 2012 que los misteriosos pilares
de Göbekli Tepe sólo tendrían un paralelismo con otros yacimientos en todo el mundo: las taulas de
Menorca, aunque a todas luces éstas últimas fueran con toda probabilidad muy posteriores (volveremos
más adelante al tema algo controvertido de la datación de las taulas menorquinas).

Schmidt cayó sin embargo en un error tal vez grave, al asumir, de manera seguramente algo precipitada,
que el paralelismo entre Menorca y Göbekli Tepe tenía poco recorrido, al, según él, carecer las taulas
menorquinas de cualquier tipo de epigrafía, a diferencia de los pilares con grabados y bajorrelieves de
Göbekli Tepe.
El gran arqueólogo alemán mostraba lado a lado en su diapositiva una foto de uno de los pilares grabados
de Göbekli Tepe y una foto de la taula de Torralba d´En Salord. Curiosamente, en esta taula nosotros hemos
encontrado recientemente grafías a pigmento, nunca antes mencionadas en la bibliografía. Las
mostraremos e interpretaremos más adelante en este trabajo, y plantearemos que son probablemente una
de las claves de resolución del enigma que nos ocupa en Menorca.
Señalaremos además que otras taulas tienen grabados. También vamos a verlos más adelante.

Uno de los recintos de Göbekli Tepe, con su recinto en forma ovalada, con pilastras incrustadas, y la pareja
de pilares en forma de T en los focos de la elipse. Realmente recuerda a un recinto de taula doble. (fuente:
https://elpais.com/elpais/2017/06/28/ciencia/1498673023_981204.html). Nótese que el número original de
pilastras perimetrales sería de 12 o 13.

Schmidt fallecería pues en 2014, sin haber podido resolver formalmente ni con precisión la cuestión de qué
son esos pilares en forma de T. Sí afirmó que aquellas construcciones serían supuestos templos, además
de las primeras construcciones humanas, en plena revolución neolítica, en el mismísimo inicio del tránsito
de la especie humana, entre la fase nómada de cazadores-recolectores, y la de sedentarización de
invención de la agricultura. Hablamos también del momento de domesticación de los animales, en el núcleo
del llamado del "Creciente fértil", en el nacimiento de los ríos Tigris y Eúfrates, región al parecer antaño
conocida como Edín, o Edén.
La enorme anacronía entre Göbekli Tepe, datado en el año -12800, y las "taulas" de Menorca, datadas
tentativamente en torno al -500, así como la gran separación espacial entre ambos yacimientos, sin duda
propiciaron este posible error de descarte precipitado.

Vamos pues a ver aquí cómo en realidad no solo hay un simple paralelismo arquitectónico-morfológico.
Vamos a señalar que las taulas sirven para explicar la utilidad arquitectónica de estos grandes pilares en
forma de letras T de una u otra región. La comparación también nos va a servir para resolver las preguntas
acerca de la utilidad cultural de los recintos en que se encuentran, igualmente muy similares en ambas
regiones, si bien los recintos de Göbekli Tepe son siempre ovalados/elípticos y con dos pilares en forma de
T en los focos de la elipse, mientras que en Menorca son típicamente semi-óvalos/óvalos truncados, o semi-
elipses/elipses truncadas (lo que se viene llamando planta en herradura, absidal o absidial, en forma de letra
D, para ser más exactos y gráficos), con una sola T central.

En ambos casos hay, por otro lado, no solo estos enormes pilares centrales en forma de T, -monolíticos en
Göbekli Tepe y bilíticos o polilíticos en Menorca-, sino también pilares menores insertos, con misma forma, y
similar número, en el perímetro del muro del recinto perimetral.

El recinto de taula de Torralba d´En Salord tiene la típica forma absidal, de D, de semicírculo, con fachada
ligeramente cóncava, aunque no orientada hacia el Sur, (la orientación Sur es típica en la mayoría
yacimientos de taulas), sino hacia el Este. Su taula, en el centro del recinto, está rodeada por un
determinado número de pilastras. Nótese el edificio a su izquierda, un almacén de semillas, al parecer.
(Arqueólogas y tractor como escala)

Analizaremos en el siguiente apartado estas y otras evidencias arquitectónicas en detalle. Pero antes
hablemos de cuántas de estas construcciones en forma de T existen en Menorca.
Hay, si no andamos equivocados, según la bibliografía, al menos 31 yacimientos de taulas en Menorca.
Por orden alfabético, sin contar las existentes en hipogeos funerarios (ej: hipogeo 2 de la necrópolis de Cala
Morell) las taulas comúnmente reconocidas en Menorca serían las de:

Alfurinet, Algaiarens, Bellaventura, Biniac Vell, Binicrodell Nou, Binimaimut, Binimassó, Binissafullet,
Cavalleria, Cotaina, Es Tudons, Na Comerma de Sa Garita, La Beltrana, Sa Cudia Cremada, Sa
Torreta de Tramuntana, Sant Agustí Vell, Son Angladó, Son Bernardí, Son Catlar, So Na Caçana
(Este y Oeste, contadas como una), Son Olivaret Nou, Son Rotger, Talatí de Dalt, Torralba d'En
Salord, Torralbenc Vell, Torre d'En Galmés, Torrellafuda, Torrellisar Vell, Torretrencada, Torrevella
d'En Lozano, y Trepucó/Bintaufa.

En el trabajo del arqueólogo mallorquín Aramburu-Zabala se aporta no solo un mapa de la localización de


las taulas, sino un dato interesante más: Estarían orientadas típicamente hacia cuevas de enterramiento y
talayotes. Aramburu aporta además la localización de una posible taula más: Torralba, en el término
municipal de Ciudadela, a no confundir con Torralba d´En Salord, en el término de Alayor.

Distribución y orientación de las taulas de Menorca, según Aramburu-Zabala, 1) Alfurinet, 2) Algaiarens, 3)


Bellaventura, 4) La Beltrana, 5) Biniac, 6) Binicodrell Nou, 7) Binimaimut, 8) Binimassó, 9) Binisafullet, 10)
Cotaina, 11) Sa Cudia Cremada, 12) Es Tudons, 13) Cavalleria, 14) Sant Agustí, 15) Sa Torreta de
Tramuntana, 16) Son Angladó, 17) So Na Caçana Este, 18) So Na Caçana Oeste, 19) Son Catlar, 20) Son
Olivaret Nou, 21) Son Rotger, 22) Talatí de Dalt, 23) Torralba (Ciutadella), 24) Torralba d´En Salord, 25)
Torralvenc Vell, 26) Torre d´En Galmés, 27) Torrellafuda, 28) Torrellisar Vell, 29) Torretrencada, 30)
Trepucó/Bintalfa. Nótese que Aramburu-Zabala incluye Torralba (Ciudadela), pero no incluye Son Bernardí ni
Torrevella d´En Lozano, y que cuenta So Na Caçana como dos.

Forzando un poco la interpretación, a estos 31 o 32 yacimientos de taulas de Menorca se sumarían, ya en


Mallorca, el recientemente excavado de Punta d´Es Patró (Hernández Gasch), y el de Son Fornés
(Montuiri). En estos ejemplos las losas verticales sí parecen indudablemente pilares de sostén de algún tipo
de cubierta o techumbre.

-En el mapa de la siguiente referencia, cuya veracidad no podemos asegurar de entrada, aparecen 3
supuestos yacimientos más, "Aldabusset", "Font Redona" y "Malbúger", en los que afirman habrían
desaparecido las taulas, lo cual es un dato más que dudoso, pero digno de mención:
https://web.archive.org/web/20061214015133/http://www.dearqueologia.com/megalitismo_balear_pag3.htm-

11
12
10
9 1

8 C 2
5
7 6 4 3

E
Planta del recinto de taula de Torralba d´en Salord. La taula central (T) está frente a la entrada (E) al recinto,
y próxima a una estructura de combustión (C). Nótense los doce pilares perimetrales (1-12). (fuente:
Rodríguez-Miranda et al., vía Aramburu-Zabala, modificado)
13 14
12
1

11 ES
2
10
9 3
8 7 6
4

Imagen aérea del recinto de Torralba d´En Salord. Nótese la diferencia con el mapa de Rodríguez-Miranda,
en lo que respecta al muro de la derecha, ¿cementado?, en cuanto al número de pilares (14) y la presencia
de una estructura semicircular (ES) en el suelo, al pie de dicho muro, entre las pilastras numeradas 1 y 2.

Entremos sin embargo ya a estudiar qué son estas curiosísimas construcciones.

Una pregunta simple es, ¿hay por ejemplo alguna inscripción en las taulas, que indique algo sobre su autor,
o sobre qué eran? A esta pregunta los menos expertos responden que no, y veremos que están muy
probablemente equivocados.

En yacimientos ya excavados hemos realizado descubrimientos de rasgos perfectamente expuestos que


han sido, por lo que parece, totalmente pasados por alto, pues no se mencionan en la bibliografía existente,
anterior a la de Noviembre de 2020 del autor que esto escribe.

El caso por ejemplo de las grafías que presenta la cara Este (la que se ve nada más entrar en el recinto) de
la taula del celebérrimo y de pago yacimiento de Torralba d´En Salord, es, sin ir más lejos, un caso llamativo
de existencia de elementos epigráficos sin citar previamente.

Avanzamos ya que más adelante en este trabajo detallamos una interpretación/descodificación de estos
signos gráficos, los cuales interpretamos como signos crípticos griegos, firma de la Escuela Pitagórica.

Estudios recientes (Torres Bagur et al.) han realizado también hallazgos de grafías en yacimientos de taula
expuestos igualmente desde hace mucho, en este caso en capiteles de pilastras caídos en el interior del
recinto de tau de Son Catlar. Las interpretaciones de estos últimos grabados hablan de nombres de
divinidades fenicio-púnicas, como Baal-Hammon, Caelestis y el Dios del plenilunio.

También se conoce una inscripción en letras griegas, en una taula muy poco visitada, que no está
señalizada, la cual consideramos de gran intererés. Hablaremos de ella en el apartado de pruebas
epigráficas, más adelante.

Por otro lado, hay unas líneas en la cara Sur de la taula de Trepucó/Bintalfa, que son de difícil
interpretación, a bote pronto. Se trata de unas 29 líneas diagonales, que no es fácil decir si están hechas
por la mano de alguien, o si son diaclasas de la roca. Incluso podrían ser ambas cosas a la vez.

Varias de ellas presentan penetración profunda en la roca, pero la mayoría no. En un primer momento las
estudiamos como un posible rasgo epigráfico, pero ahora estamos en la duda. De hecho nos preguntamos
si esa cara Sur presenta una capa de estuco. Para discernir esto requeriríamos hacer un análisis muy
avanzado, con alguna técnica física, a la cual no tenemos acceso. También hablaremos en todo caso más
adelante de una hipótesis sobre estas líneas.
La taula de Torralba d´En Salord exhibe unas grafías que no han sido citadas aún en la bibliografía (flecha
roja), si no es por el borrador que hemos publicado el 16/11/2020 en https://www.academia.edu/44533815
(título: "Descubrimiento e interpretación pitagórica de epigrafías alfabética griega y religiosa fenicia en la
taula de Torralba d´En Salord (Alayor, Menorca)" por G. Calvo Pérez, 2020 )

Un dato inicial también importante a tener en cuenta es el de usar la toponimia correcta, y en este caso
podemos empezar por la de la mayor de las taulas, la de Trepucó, incorrectamente nombrada a nuestro
entender, pero que fue correctamente citada como localizada en la finca de "Bintalfa" por Serra Belabre,
arqueóloga menorquina predecesora de Plantalamor a la cabeza del Museo de Menorca. Interpretaremos
este y otros topónimos. como pueda ser el de "Cornia", más adelante, como datos relevantes, por
aparecernos como topónimos antiquísimos, cuyo significado propondremos.

Para finalizar esta introducción, concluiremos una serie de ideas que parecen ser en principio consensuadas
y apoyadas por los datos existentes y por la lógica, y que son en cualquier caso que estas construcciones
tienen forma de T, y que parecen ser, en ellas mismas, según la gran mayoría de especialistas reconoce,
por no decir todos, el objeto en sí del rito o culto, supuestamente religioso, que en esos recintos se
practicaba.

En resumen, el modelo más ampliamente aceptado habla de que se trata en todo caso de recintos de
carácter cultural/ritual, y que su uso comenzó en torno al año -600 como muy pronto, y cesó de manera
violenta con la invasión romana del año -123.

Todo esto casaría, en principio, con el conjunto de las dataciones y tipologías de los materiales hallados
sistemáticamente en contexto en las excavaciones formales, y con las interpretaciones que, por basarse en
estos hechos, son científicas.

Las interpretaciones de que estas construcciones, las taulas serían muy anteriores, como por ejemplo la de
Murray, o la de Plantalamor, que afirman que pueden ser anteriores al -1500, no son, en principio, apoyadas
por pruebas de datación absoluta radiométrica, y son por ello dudosas, aunque sugerentes. A nosotros no
nos convencen, a priori.

-En una charla informal con éste último experto, él propuso la idea de que habría que levantar alguna de las
taus, y encontrar debajo del apoyo de la losa soporte algún resto orgánico que se pudiese datar con
Carbono 14. Esto no se podría hacer fácilmente en Trepucó/Bintaufa, donde el equipo de Murray excavó el
sustrato frente a la taula para ver la forma del pie de apoyo, y alteró con ello el material.-

Por otro lado hay que señalar otro dato base de enorme importancia, que es el de que la datación del
período de construcción y uso de las taulas mediante los elementos que se han encontrado en contexto en
el interior de los recintos correspondería con la del período de dominio fenicio-púnico-cartaginés de la isla
de Nura/Menorca (Nura es como los fenicios llamaban a Menorca), período en todo caso que no aparece
recogido en trabajos recientes (Ferrer et al.).

Lo que parece indudable es el acuerdo acerca del abandono forzado del uso de los recintos de taulas en el
momento de la invasión romana del -123, tras las guerras púnicas, momento clave que se asocia con la
destrucción, más o menos cruenta, de los recintos y de las propias taulas, unas veces quebradas, y otras,
por fortuna, simplemente cubiertas con bloques de los muros del recinto.

Por otro lado, las taulas se encuentran típicamente cerca de los talayotes (del catalán talaiot, atalaya
grande), elementos en principio más antiguos que son sin duda un elemento de gran importancia
arqueológica, y mucho más numerosos que las taulas en la isla, pero que sin embargo no son el objetivo del
presente trabajo.

Cabe señalar empero que puesto que existe una relación espacial típica de cercanía entre ambas
construcciones, a veces adosadas, es necesaria una mención sobre éstos. Se trata de edificios con forma
de cono truncado (troncocónicos), que también se han descrito en Mallorca, allí a veces con planta
cuadrada, y que se suelen considerar más antiguos que las taulas. Son claramente más toscos, si bien a
menudo tienen o tuvieron cámaras interiores sostenidas por columnas, a menudo abovedadas, de bloques
superpuestos. Se les atribuye un doble carácter: funerario y de control visual del territorio.
El nombre catalán de talaiot, castellanizado como talayote, o atalayaza, indica la interpretación de que
serían efectivamente atalayas, lugares de vigilancia para avisar de posibles ataques, y de comunicación
entre poblados mediante hogueras y/o señales de humo, pero también de oteo y comunicación con el mar, a
modo tal vez de faros o torres de señales.
Han sido puestos estos talayotes en paralelismo con las nuragas de Cerdeña, si bien existen diferencias en
el estilo constructivo.

Las propuestas de datación más antiguas de la construcción estos turriformes (forma de torres) son las de
Rosselló Bordoy, que los sitúan en torno al -1500, y las más modernas, las de Guerrero, Calvo y Salvà, que
los sitúan a partir de los siglos -IX y -VIII.

-Una idea que señalaremos ya es la de que los talayotes, y con ellos los poblados y recintos de taulas, se
encontrarían a menudo en las cabeceras de los torrentes que continúan el trazado de las calas de la costa
Sur de la isla, de mejor acceso para las embarcaciones. ¿Podría tratarse, como decimos, de una especie de
faros, para guiar a los navegantes, y controlar también el acceso a la isla desde el mar? Parece una
hipótesis digna de estudio. Hay en todo caso citas antiguas acerca de que los navegantes fenicios hablaron
de blancas torres de fuego en la isla, a la cual nombrarían por ello Nura, "tierra de fuego" en su lengua. La
duda es sin embargo si hablaban de los talayotes o de las taulas. Parece más lógico que fuera de los
primeros, por la simple cuestión de que las taulas no son torres, pero también por el hecho de ser la altura
mucho mayor en los talayotes, y por ello mucho más favorable, en principio, a la función de comunicación
con fuego y control visual a grandes distancias.-

Aramburu-Zabala cita la orientación de las taulas como explicable merced a una relación visual típica entre
taulas y otras construcciones cercanas, frecuentemente funerarias, como los propios talayotes, o bien
cuevas funerarias.

En cualquier caso, se suele atribuir a la cultura local aborígen, llamada talayótica, la construcción de estos
talayotes, de impresionantes dimensiones, arquitectura interna compleja, y enormes bloques.
Hay sin embargo citas de autores clásicos que describen a los locales como primitivos, que descarnaban
sus cadáveres con cuchillos de palo, y colocaban los huesos en el interior de cuevas o de los propios
talayotes, donde se han encontrado dichos restos, supuestamente de personajes de alto reconocimiento
social, tal vez líderes, guerreros o aristócratas.

También se mencionarán otras referencias básicas, que son las de las relaciones de origen de las
poblaciones aborígenes baleares, y en particular las de los aborígenes de la isla, con la península ibérica,
siendo ésta una hipótesis innegable de las primeras poblaciones, como mínimo por la cercanía geográfica.
Otras hipótesis son que viniesen de otras regiones, como el Sur de Francia, o Cerdeña, pero esto se antoja
más complicado, siendo la isla solamente visible desde Mallorca y desde la Península.

En cualquier caso la Historia es larga, y tras una primera población desde la península sin duda llegaron
otras desde otros lugares, como el Mediterráneo central y oriental.

Hay una sugerente idea, que es la de que pudieron llegar asirios a la isla. También está la idea de que
Menorca fue conquistada por un faraón egipcio, que dejó a uno de sus coroneles, de nombre Baleo, al
cargo. De ahí vendría el nombre de Baleares.
Se han encontrado de hecho artefactos que apoyarían estas ideas, sin embargo en principio no estaban en
un contexto que pudiera confirmar una datación, ni aún menos asegurar dichas ideas.

En todo caso, se conoce la presencia de griegos focenses, atraídos por el comercio con la isla a la que
llamaron Meloussa, por su abundancia de ganado. Se han hallado cerámicas griegas en la isla, de las
cuales hablaremos más adelante, en un dato que puede ser de gran importancia.

Se conoce igualmente que las Baleares fueron visitadas por comerciantes fenicios. Como decimos, es
mayoritariamente aceptado que las islas acabarían siendo parte del imperio cartaginés, en lo que se llama el
período fenicio, cartaginés, o púnico, habiendo sido Ibiza el punto desde el que se inició la conquista del
archipiélago y fuente de muchos de los artefactos que se han encontrado en Menorca (ánforas, etc.).

En todo caso también, es innegable que todos estos pueblos post-aborígenes, de origen mediterráneo
oriental y meridional, que habrían influenciaron de manera decisiva la construcción de las taulas, fueron
atraídos a la isla por su valor estratégico (el puerto de Mahón es el mejor puerto natural del Mediterráneo
occidental), pero también por la existencia de yacimientos de Cobre, Zinc y Hierro (Illa d´En Colom, islote al
Norte de Menorca), por la riqueza de su ganadería (los famosos caballos menorquines, la abundante
ganadería bovina, favorecida por el clima y geología locales, en particular en el Norte de la isla, pero
también ovejas, cerdos, cabras, etc.) y productos derivados (aún hoy el queso menorquín es famoso, y se
han encontrado utensilios para su fabricación, en las excavaciones).

La gran riqueza estratégica balear y menorquina, fue en todo caso el decisivo recurso humano militar que
constituyeron los legendarios honderos baleares, conocidos artilleros de élite, mercenarios, que se dice solo
aceptaban pago en vino (no eran productores en la isla) y mujeres (esclavas para paliar seguramente la
endogamia). Se han encontrado en el interior de estos recintos de taulas restos de ánforas de vino
ebusitanas en gran número.

Así, las importaciones de la isla serían, aparte de las de vino y esclavas, las de tejidos, cerámicas,
abalorios, pero también probablemente aceite de oliva, al menos hasta el aprendizaje de su uso, tardío en la
isla.

No se puede tampoco obviar el tipo de artefactos que se han hallado durante las excavaciones dentro de los
recintos de taulas, hallazgos que hacen hablar de un más que probable uso cultural, si bien no
necesariamente excluyente con el de habitación.

Entre estos artefactos están pebeteros de estilo helenístico, con forma de cabeza femenina, atribuídos al
culto fenicio a Démeter-Tanit-Astarté, tal vez en sincretismo con otros cultos a divinidades femeninas
ibéricas equivalentes.
Izquierda: Timaterion o pebetero fenicio, de 17 cm de altura, datado entre los Siglos -III y -II del yacimiento
de Torralba d´En Salord, usado como símbolo y/o para quemar ofrendas de perfumes o cereales,
interpretado como representativo de una divinidad femenina agrícola, habitualmente identificada como
Démeter o Core y relacionado supuestamente con ritos de incineración y creencias de ultratumba de origen
siciliano y estilo helenístico, dedicado a los templos de Démeter, extendidos desde Cartago por todo el
Mediterráneo occidental (imágenes y texto tomados de la colección digital del Museo de Menorca)

Derecha: Ánfora púnica ebusitana que transportaba y contenía vino. De estas ánforas se ha hallado un gran
número de restos en el interior de los recintos de taulas (fuente: colección del Museo de Menorca)

A esto se añaden artefactos muy singulares, como los hallados en el interior del recinto de taula de Torre d
´En Galmés, entre los que está la ya famosa estatuilla egipcia, y de gran lujo, de Imhotep (también conocido
como Asclepio, dios de la medicina y la curación para los griegos, divinizado en la región de Saqqara-
Menfis, y llamado Eshmun, por los fenicios, Esculapio por los romanos), con inserciones de oro en los ojos,
cosa ésta última única, al no aparecer en las muchas otras estatuillas conocidas de Imhotep halladas fuera
de Egipto, y siendo del tipo que se encontraban dentro de los templos egipcios. ¿Quién sería el personaje
tan importante que se haría merecedor de semejante distinción? La estatuilla apareció dentro de una caja
de piedra, junto con dos espátulas o bisturíes de bronce, que asemejan serpientes.

Imhotep/Asclepio/Esculapio, "dios" de la sabiduría, la arquitectura y la medicina, y del estudio en general,


fue por otro lado un personaje histórico, visir y consejero del faraón Djoser, polímata, constructor de la
primera gran pirámide, la pirámide escalonada de Saqqara, evolución de las mastabas.

Con esta estatuilla del recinto de taula de Torre d´En Galmés, se halló, como decimos, lo que podría ser
instrumental quirúrgico, dos lancetas de bronce, típicas a parecer también del "culto" de Imhotep. A todo
esto le daremos una interpretación lógica en el contexto explicativo de la hipótesis Tau que proponemos.

¿Pudieron ser lo recintos de taulas Asclepeia (plural, del singular griego Asclepeion o Asklepeion), templos
curativos griegos en honor al semidios Imhotep/Asclepio/Esculapio, donde se realizarían sanaciones y otros
rituales relacionados, incluidos intervenciones quirúrgicas, interpretación de sueños (hoy conocida como
psicoterapia), uso de medicamentos (plantas medicinales, venenos de serpientes, animales asociados a
Asclepio...), y tratamientos de musicoterapia, etc.?

Se sabe por otro lado que los pitagóricos realizaban igualmente este tipo de prácticas. Proponemos pues
nosotros, sobre el propietario de la estatuilla y bisturíes/espátulas, que podría tratarse del propio Pitágoras
de Samos, quien tuvo el rarísimo privilegio de acceder al estudio en los templos egipcios, y debió ser
distinguido por ello con esta estatuilla, la cual llevaría como distinción, recuerdo o "diploma" de estudios, a lo
largo de su vida. Se dice en cualquier caso que Pitágoras estudió en Menfis, y que usaba serpientes en sus
sanaciones.
En cualquier caso también, los sacerdotes de los Asclepeia eran llamados latromantis, videntes-médicos u
hombres-medicina.

Según vemos, de Esculapio, nombre transferido al médico que atendía el edificio, podría venir además
escolar y escuela, aunque se dice que escuela significa ocio en griego. Ahí dejamos la supuesta
controversia etimológica, por no ser expertos en el asunto. En todo caso los recintos de taula pudieron ser
escuelas pitagóricas, tanto como Asclepeia. Esto es lo que proponemos.

Otras figurillas se han hallado igualmente dentro de estos recintos de taulas, como son el conocido torito de
bronce de Torralba d´En Salord, una representación, según la hipótesis mas aceptada, del Dios Baal, del
panteón púnico, o la de un guerrero de bronce, tal vez también ese dios. Zeus sin embargo también se
representa como un toro, y se asocia con el animal, y el guerrero se asocia con Marte, dios de la guerra, o
con el propio Baal, si no andamos equivocados.

Izquierda: figurilla de bronce de un toro joven, de 17 cm


de largo, con un pivote bajo cada pata para ser encajado
en un altar o peana, posiblemente representación del dios
fenicio Baal, hallada junto a la taula de Torralba d´En
Salord, datada entre los siglos -IV y -I

Derecha: figurilla egipcia de bronce de 15 cm de altura de Imhotep-Asclepio, visir del faraón Djoser y dios de
la medicina, con detalles de oro incrustados en los ojos, y papiro con la epigrafía jeroglífica egipcia de época
helenístico "Imhotep, hijo de P´tah, nacido de Hrdw-nh", hallada dentro de una urna cuadrangular de piedra,
junto a la taula de Torre d´En Galmés, y acompañada de dos pequeñas lancetas de bronce, asociadas a
ritos del culto a Imhotep. La estatuilla está datada entre los siglos -VII y -VI. El uso del recinto se afirma que
habría continuado hasta los siglos -III y -II. La estatuilla tiene un pivote bajo los pies, para su fijación en un
soporte, o en un bastón.
(Ambas imágenes tomadas de la colección digital del Museo de Menorca)

Igualmente han aparecido pebeteros con representación del rostro de una mujer, probablemente Tanit,
esposa de Baal Ammon, principal dios fenicio, de origen mesopotámico, adorado en Cartago, y también en
Asia Menor por babilonios, caldeos, fenicios (asociado a Melkart), filisteos, israelitas y sidonios. La figura
podría referir igualmente a Perséfone (hija de Zeus, asociada con el ciclo agrícola anual de la vegetación) o
Démeter (hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus, diosa griega de la fertilidad y el trigo).

El símbolo de Tanit aparece, según una sagaz interpretación, en la disposición de bloques del paramento de
mampostería del muro de uno de los recintos de taula de So Na Caçana.

Pequeñas cisternas, de probable uso ritual purificativo (ej: lavado de pies), se encuentran comúnmente
dentro de estos recintos de taulas, excavadas en el suelo, así como en cuevas labradas de uso funerario
con pilares tallados en su interior, como las de la necrópolis de Cala Morell.

Finalmente, se han encontrado importantes depósitos de cenizas, a menudo adosados a los muros internos
de los recintos, y restos de hogueras, también dentro de ellos, además de restos de huesos de animales, tal
vez ofrendas (exvotos), o bien restos de la fase de abandono o destrucción de los recintos.
Proponemos nosotros enseguida una posible explicación a estas acumulaciones de cenizas.
Arquitectura de las taulas y de sus recintos

Las taulas están compuestas típicamente, como hemos dicho, y simplificando mucho, de dos grandes losas
a primera vista cuasi-paralelepipédicas. Son normalmente dos monolitos de roca caliza local: uno clavado
en el suelo con su eje largo vertical, a la cual llamamos losa soporte, o losa vertical, típicamente plana, y
una segunda losa, de menor tamaño, más gruesa, colocada horizontalmente encima de la anterior, a
menudo con un rebaje, a modo de "machihembrado", en el que encaja la losa soporte.

A esta losa superior la llamamos losa capitel, en referencia a los capiteles de las columnas, éstas últimas
elementos arquitectónicos típicos de las construcciones antiguas del mediterráneo oriental, desde la cultura
minoica (ej: palacio de Knossos), hasta los templos egipcios y griegos.

Las losas soporte están típicamente pulidas solo en su cara Sur, que mira hacia la entrada del recinto.
El pie de las losas soporte se supone que es semicircular, como se comprobó en Trepucó-Bintalfa, tras la
excavación del entorno anterior del mismo por el equipo de Murray.

Esta forma redondeada no sería ningún símbolo fálico, como algunas han querido ver, sino, según
proponemos, un rebaje con finalidad práctica. Al introducir la losa en el agujero excavado en el suelo, si el
pie fuese recto o cuadrangular, sería imposible enderezar luego la losa rotándola en su propio plano, en
caso de que quedase torcida. En cambio, con una base semicircular es posible enderezarla, haciéndola
rotar dentro del plano Este-Oeste, una vez apoyada. Este enderezamiento se asegura además con un poste
lateral, el cual vemos claramente en el ejemplo de la monumental taula de Trepucó/Bintalfa, y en ejemplos
mucho más bastos, como el de Talatí, aparece el poste lateral apoyado sobre la taula, prueba de que no fue
realizada por un maestro arquitecto, en ese caso.

Las losas capitel de las taulas, la parte superior de la T, por su lado, presentan a menudo unos lados
laterales acuñados, no parelelos entre sí. A esta forma se le ha dado (Mascaró) la explicación simbólica de
representar el astado de un toro, siendo la cara de la forma de la taula en su conjunto la representacion del
rostro de un toro. No es imposible que esto vaya bien encaminado, y de hecho en una cueva de
enterramiento coetánea se ha encontrado un grabado, supuestamente también coetáneo con las taulas, con
una especie de taula dibujada con una forma marcadamente representativa de una cabeza bovina.

Nosotros vamos a presentar aquí una idea no excluyente con esa hipótesis, y con un sentido más práctico.
El capitel debió ser arrastrado desde la cantera por uno o varios bueyes, al modo de las "idi-probak",
pruebas de arrastre de piedras tiradas por bueyes, del deporte tradicional vasco. Las sogas se debieron
pasar por la parte trasera de la losa, y para evitar que se escurriesen hacia arriba, la losa fue tallada con esa
forma acuñada en al menos uno de sus lados, facilitando con ello su desplazamiento.
Esta explicación además casa con la hipótesis vascoiberista, aplicada a la identificación de la cultura
aborígen de los menorquines. Ésta última viene siendo censurada desde el franquismo, heredero del
también alienante y opresivo fascismo romano, el cual impuso ritos de tortura de este animal. El toro fue sin
embargo adorado por la cultura arcaica aborígen mediterránea, por su fuerza, y como símbolo de riqueza,
cuando no como divinidad por las religiones egipcia y cartaginesa.

Las taulas están típicamente también localizadas en el centro de un recinto en forma aproximadamente de
D, una especie de semicírculo irregular, que algunos denominan planta absidal o de herradura. Nosotros
vamos a hablar de que son hemiciclos, que es como los pitagóricos llamaban a sus grupos.

Estos recintos hemicíclicos están compuestos por muros de bloques de mampostería colocados en seco
(originalmente), a veces de gran tamaño, que incluyen un cierto número de columnas, también llamadas
pilastras, las cuales en los ejemplos mejor conservados muestran que también tenían capiteles,
similarmente a las taulas centrales. Este hecho conduce a la primera hipótesis, que es la de que las propias
taulas fueran en sí mismas pilastras, columnas, hechas para sostener un gran techado o cubierta desde el
centro del edificio.
Sobre las pilastras perimetrales hay que señalar que presentaban grabados, como el de una rama vegetal
en Trepucó/Bintalfa (Belabre), y los de nombres de dioses fenicios en Son Catlar (Torres Bagur et al.).
Además delimitan lo que se ha dado en llamar "capillitas". En los muros de éstas se hallan hornacinas. En el
caso de Torralba, estas subdivisiones en habitaciones o capillitas parecen más claras, talladas en la roca
base. ¿Pudieron ser habitaciones como las de un hospital, o de una residencia estudiantil? Nosotros
pensamos que sí, aunque no descartamos que fuesen a la vez, o alternativamente, según el caso, espacios
dedicados al uso cronológico, y religioso, como veremos más adelante.

Hay que señalar en todo caso que esta primera hipótesis a primera vista tan lógica de que las taulas fueran
pilares de soporte de una cubierta, señalada por ejemplo por Cartailhac, ha sido a menudo descartada con
vehemencia posteriormente, al reconocerse una en principio demasiado grande distancia entre el muro del
recinto y la taula.
Así, uno de los argumentos para este descarte de la existencia de una cubierta, que veremos como
precipitado, pasaba por la asunción de que si había una cubierta ésta debía estar hecha sobre postes de
madera (de piedra se asume imposible, y no se han hallado), a modo de vigas o travesaños, colocados
radialmente desde el capitel de la taula central hasta los capiteles de las pilastras del muro del recinto, al
modo de la pequeña sala hipóstila de Torre d´En Galmés.

Esta hipótesis fue, como decimos, descartada un tanto precipitadamente por casi todos, por dos razones
más o menos sólidas: la primera es que no se ha encontrado resto alguno de dichas grandes vigas o
travesaños de madera, ni aún menos de piedra, y la segunda, más endeble, que asume que en Menorca no
hay y nunca ha habido árboles tan grandes como para producir vigas tan largas y robustas, y por tanto es
improbable que tales vigas y cubierta existiesen.

Una reconstrucción virtual de un recinto de taula (vía Lagarda Mata). La escala no ha sido respetada, pues
ni siquiera el mayor de los recintos de taula, el de Trepucó/Bintalfa, tiene tanta distancia en la parte trasera,
entre taula y muro. Tampoco el tamaño y altura del dintel de la puerta de entrada sería tan grande. El estilo
constructivo del muro del recinto tampoco es del todo correcto. Éste, en realidad, está contruído a menudo
con grandes losas planas colocadas verticalmente, y siempre suelen estar compuesto de bloques
irregulares, unos bien tallados, y otros no. Finalmente tampoco la hoguera estaría al pie de la taula. En
varios ejemplos se encuentra entrando al recinto, a la derecha, entre taula y muro, igual que en las
viviendas.

En cualquier caso sí parece lógico que la estabilidad de dichas supuestas vigas horizontales, pesadas, aún
siendo de madera, y las de la propia taula y pilastras del recinto, estuviesen comprometidas por tal
hipotético plan arquitectónico de pesados elementos rígidos horizontales, ciertamente insostenible, en
sentido estricto.

Además los arqueólogos hasta la fecha tampoco han identificado, en principio, resto alguno del material del
que supuestamente hubiese estado hecha la hipotética cubierta o terrado.
Sí se han encontrado sin embargo grandes cantidades de cenizas en el interior de estos recintos de taulas.
Hablamos de cenizas finas, al parecer sin restos vegetales. Son capas bastante gruesas, pero no
homogéneas en su distribución. Se han encontrado en acumulaciones adosadas a los muros interiores.

Otro dato, señala la existencia de restos de hogueras que se ha reconocido típicamente en el interior de los
recintos. Algunos investigadores han interpretado esto como argumento, o incluso prueba, de que los
recintos no estaban cubiertos; un razonamiento de lo más endeble.

Nosotros vamos a proponer en este trabajo una nueva hipótesis, la cual habría sido pasada por alto por los
investigadores hasta hoy. ¡Proponemos que la cubierta de los recintos de taul(la)s fuese de lana tejida!
Esto asemejaría a una pérgola o tienda de campaña.

Un ejemplo de este tipo de arquitectura seminómada son las carpas o tiendas beduinas, bereberes (más
correctamente imazighen), de la cultura aborígen norteafricana, aún viva, que debió tener gran influencia en
la de Cartago y que también se ve en las jaimas beduinas del desierto. ¿Es posible que a nadie se le haya
ocurrido antes esta explicación tan válida? Y es que casa además con el contexto cultural cartaginés,
insistamos, probablemente la principal influencia política en la isla, antes de la invasión romana del -123.

Modelo 3D reconstruido de un recinto de taula supuestamente completo. Se echa de menos sin embargo al
menos una pilastra perimetral más, en el lado derecho de la fachada, y la pilastra a la derecha de la taula es
atípica. Igualmente el refuerzo horizontal a la izquierda de la taula sobra. (autor F. Sánchez-Cuenca Alomar,
vía Lagarda Mata)
Carpa, jaima o tienda norteafricana, de la cultura seminómada amazigh/bereber y nómada beduina del
desierto del Sahara (fuente: https://www.nomads.org/). Nótese que hay una serie de pilastras perimetrales, y
que el pilar central tiene una terminación superior plana, a modo de capitel, de manera a no perforar la
cubierta de lana de cabra u oveja, y para recoger y filtrar en esa parte alta el humo de la hoguera que se
hace en su interior, y el aire caliente en verano. En el caso de la foto se trata de pilastras y capiteles de
madera. Los "vientos" que tensan la cubierta están en este caso clavados.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: 1. Mujer amazigh del Sahara marroquí tejiendo lana de cabra en
un telar igual al que se pudo en Torre d´En Galmés, donde se han encontrado pesas del mismo. Nótese un
muro de piedra detrás de ella, y sobre su cabeza un techado de lana. 2. Transporte de una tienda de lana. 3.
Pesas rellenables para los vientos de la tienda. 4. Pilar y aro de madera para sostener el techo de lana,
comparable a pilastra y capitel, o a una taula. En otros casos en vez de un aro es una plancha alargada y
oblonga de madera. Nótese el refuerzo de banda de lana en la cubierta.(fuente:
https://www.nomads.org/tekna.html)

Basta asi con darse cuenta de que una simple cubierta de lana no es pesada, protege del Sol, del rocío y
bastante bien de la lluvia (se pueden poner varias capas, y reforzar con pieles de animales), aísla del frío y
del calor (colocando relleno entre capas), deja pasar el humo, y se puede asegurar con pesos atados, como
podrían ser las múltiples ánforas que se han encontrado en los recintos, o bien anclándolo a piedras del
muro perimetral (algunas de éstas tienen agujeros). En el caso de las ánforas a modo de contrapeso, basta
con llenarlas de agua, y los "vientos", las cuerdas de amarre de la carpa, quedan asegurados por el peso y
por el esfuerzo de palanca y rozamiento con las pilastras. Además esto explicaría que las taulas sean
típicamente centrales, y también el hecho de que sean más altas que las pilastras del recinto perimétrico.

Aguja curvada de cobre, de 13,9 cm de largo, de Trepucó/Bintalfa, datada entre el -300 y el -200, que pudo
usarse para hacer la cubierta de lana gruesa del recinto de taula y de las casas del yacimiento (fuente de la
imagen: colección digital del Museo de Menorca)

Además tambíén el modelo de carpa explicaría por qué tanto las taulas como esas pilastras perimetrales
tienen capiteles: se evita con ello que se atraviese el tejido de la cubierta de lana.

Esta arquitectura permite incluso una ventilación que resulta higiénica y salubre, eliminando acumulaciones
de humos y miasmas, y los insectos. Es por tanto adecuada para un sanatorio y para un templo, así como
para un uso doméstico de habitación.

Se han hallado restos de telares en los poblados donde se encuentran las taulas, y también restos de
cabaras y ovejas, cuya lana se aprovechaba con seguridad.

Finalmente, una cubierta de lana es una estructura que protege al fuego de ser apagado o arrastrado por el
viento, especialmente si hay un paramento lateral como son los muros de piedra.

Este modelo de carpa/tienda, de cubierta de lana tejida, es por añadidura extrapolable a otros yacimientos,
no solo como Göbekli Tepe, sino también como Stonehenge, etc..

Portal de acceso al recinto y taula de Bellaventura (fuente: http://imatgesdemenorca-


magda.blogspot.com/2010/03/bella-ventura-taula-ciutadella.html, autora: Magdalena Clopés). Nótense la
forma y las proporciones del hueco del portal.

Prosiguiendo con la definición e interpretación de la arquitectura de los recintos de taulas, hay además
siempre al menos un portal de piedra de entrada al recinto, que en algunos casos se ha conservado
prácticamente intacto. El portal está siempre en el centro de una fachada, rectilínea o ligeramente cóncava
hacia afuera, orientada, como decimos, típicamente al Sur.

Alineación en Trepucó/Bintaufa, entre un pilar externo recolocado, la entrada del recinto de taula, la mayor
de las taulas, el mayor de los talayotes, y el Norte Geográfico (marcado aproximadamente con una estrella,
ver también foto de portada de esta obra).

Esta orientación Sur ha llevado a lo que entendemos como sobreinterpretaciones arqueoastronómicas,


como fueron las de los alemanes Fenn, y las de Hochsieder y Knösel, o la del inglés Hoskin, si bien
respetables desde el punto de vista de la experimentación imaginativa y del método sistemático.
Más aún, nosotros, en una fase inicial de nuestro trabajo, cuando no conocíamos éstas, identificamos unas
sorprendentes alineaciones astronómicas, como es el caso de la línea perfecta Norte-Sur que une a 4
elementos principales del yacimiento de Trepucó/Bintalfa: el monolito que hay frente a su entrada, la propia
entrada al recinto de taula, la propia taula, el gran talayote, y la actual Estrella Polar, localización del Norte
geográfico, que ya los antiguos sabían identificar, si bien con otras referencias estelares, debido al cíclico
cabeceo y nutación del eje de rotación terrestre, etc..

La prácticamente sistemática orientación al Sur de los recintos de taula no es en cualquier caso fortuita.
Responde como mínimo a un plan arquitectónico, según proponemos, de cara a la correcta entrada de luz
en un edificio, pero también de cara a la protección frente al viento del Norte, la famosa Tramuntana
menorquina.
Señalamos que la localización de los recintos de taula, muchas veces al pie Sur del talayot, responde a esta
idea de protección aerodinámica.
Más aún, señalamos que la planta absidal Norte-Sur de los recintos de taula se puede explicar por una
adaptación aerodinámica a esta peculiaridad del clima y orografía menorquines, defendiendo el hogar
interior, en una evolución desde la arquitectura de las navetas.

La taula, por su lado, parece delimitar detrás de ella un espacio peculiar, donde en algún caso se han
encontrado ánforas en número considerable. Es posible que este espacio estuviese separado también por
algún tipo de cortina, o similar, dando privacidad a un posible almacén de ofrendas, o de objetos más o
menos valiosos o sagrados: el "tesoro", que típicamente albergan los templos, pero también la habitación
del sacerdote, médico, u otro.

Igualmente mencionaremos que se encuentran pequeñas cavidades excavadas en el suelo del interior de
estos recintos de taulas, las cuales hay consenso en explicar como pequeños aljibes, de almacenamiento
de agua, para fines por ejemplo rituales purificativos, como por ejemplo la limpieza de los pies.

Volviendo al muro, ¿para qué construir pues esos muros y pilastras alrededor de las taulas centrales? La
explicación básica es que simplemente delimitaban el espacio sagrado, el témenos, según la denominación
griega.

Podemos avanzar ya una idea, que parece indudable. Si se hacían hogueras en el interior del recinto, es
lógico pensar en que los muros de éste tuvieran, de momento, una primera función práctica, que es la de
impedir que los vientos apagasen las hogueras. En una isla conocida por sus vientos, especialmente el de
Norte, la famosa Tramuntana, es una hipótesis de entrada sólida.
¿Pero por qué esas pilastras colocadas a espacios regulares en esos muros perimetrales, entonces? Más
adelante vamos a explicarlo.

Los muros suelen tener en su cara interior "capillitas", a modo de repisas, donde resulta obvio que se
podían colocar objetos, tal vez estatuillas, vasijas, o lámparas.

Estudios sesudos y metódicos que han medido y comparado los tamaños de las taulas frente a los de sus
respectivos recintos han llegado a la conclusión de que hay una relación entre ambas medidas. A mayor
taula, mayor recinto, y viceversa. Esto apunta claramente a un sentido arquitectónico, o cuando menos a un
sentido de la proporcionalidad en la mente de los arquitectos, a la hora de diseñar y ejecutar la edificación.

En cuanto a la pregunta típica que todo visitante hace, de cómo desplazaron aquellos enormes bloques de
piedra caliza que componen las taulas, pero también las navetas y talayotes, proponemos aquí de nuevo la
explicación sencilla pero convincente, basada en las prácticas aún vivas en el deporte rural vasco del "idi
probak", o "pruebas de bueyes". En estas demostraciones de fuerza y crianza ganadera, uno o varios
bueyes tiran de grandes bloques de piedra paralelepipédicos, a los que se les ata con cuerdas. Son bloques
muy similares en tamaño a los que conforman las pilastras, los capiteles y las losas soporte de las taulas.

Pruebas de arrastre de piedra con bueyes, o "idi probak", del país vasco.

En Menorca hay además una antigua tradición ganadera bovina, y es evidente pensar que las poblaciones
aborígenes baleares provendrían inicialmente de la península ibérica, único lugar desde el que se divisa el
archipiélago. Esta hipótesis vascoiberista, que explica convincentemente también muchos otros elementos
de la cultura e identidad profunda de los aborígenes baleares, y que fue señalada ya por Astarloa y
Larramendi, y continuada por Von Humboldt, fue sin embargo prohibida y censurada desde el año 1940, por
el régimen franquista, empeñado en atacar las raíces culturales aborígenes ibéricas, como ya demostró en
el bombardeo de Guernika, en colaboración con los nazis alemanes.

Y es que hablamos de los vestigios, a menudo aún vivos, de la cultura e identidad aborígen no solo de
Baleares y de Iberia, sino también del conjunto del Mediterráneo arcaico y áreas de influencia, como
muestran las pruebas lingüísticas de la rama camítica de lenguas, entre las que se encuentran el ibérico,
que no es otra cosa que el euskera antiguo o paleoeuskera, junto con el tamazight norteafricano, el etrusco
itálico, el griego jónico, o el guanche canario.

Más aún, hablamos también a todas luces de la raíz común de los pueblos aborígenes de Europa, tal y
como han mencionado múltiples especialistas. Lamentablemente, aún a día de hoy, las instituciones
españolas continúan perpetuando la censura y desinformación sobre esta teoría vascoiberista, por razones
obvias de intento de control social mediante alienación cultural. Se ha traducido ya sin embargo la escritura
ibérica, mediante el estudio del euskera antiguo. Este idioma, el paleoeuskera, el ibérico, era sin duda el
idioma aborígen de los Baleares, y como veremos más adelante, en las taulas de Menorca habría
evidencias de ello.

Estas pruebas deportivas de arrastre de piedras con bueyes, las "idi probak", conservadas en la tradición
ibérica vasca, nos dan una pista no solo sobre cómo se debieron trasladar las losas que forman las taulas,
sino también permiten sugerir, como antes hemos dicho, una explicación a la forma de varias de las losas
capitel de grandes taulas como Trepucó/Bintaufa, que presentan en sus lados menores ángulos
pronunciados. Estos ángulos, cuales cuñas, permitirían evitar que las cuerdas de las que tirarían los
animales se escapasen hacia arriba.

Esto explicaría también el "culto" al bóvido, que aparece en varias de las islas baleares, siendo el animal
más poderoso y por tanto útil en la cultura propia indígena, especialmente en Menorca, idónea para el
ganado bovino.

Trabajos previos ya citados hablaron así de que la forma de esos capiteles recordaba a la cornamenta de un
bóvido, y que por tanto las taulas representarían la faz o cabeza de dicho animal. Es una hipótesis
compatible con la que hemos expuesto, y no merece ser descartada precipitadamente. La cultura aborígen
de Menorca seguramente era animista, y atribuía a estos animales los valores de grandiosidad y respeto
que posteriormente otras culturas trasladarían a dioses antropomorfos o semi-antropomorfos, como los de
los panteones egipcio, fenicio, e incluso romano.

Finalmente cabe hablar de estas construcciones como posibles altares. Un altar se define como un templo
en el que se hacen ofrendas votivas. Una ofrenda votiva es un objeto dejado en un lugar sagrado por
motivos rituales. Estos exvotos son unas características de sociedades modernas y antiguas, y suelen
hacerse para ganar el favor de fuerzas sobrenaturales, como atestiguan las fuentes históricas griegas y
romanas, si bien actos parecidos se siguen haciendo en la actualidad, como por ejemplo en los pozos de los
deseos o en las permanentes llamas votivas (velas, etc.). También pueden ser ofrendas al sacerdote, para
su alimentación, vestido, mantenimiento del templo, etc..

Datos de los yacimientos de taulas mejor conservados

La mayor de las taulas, próxima a Mahón, es la de Trepucó/Bintalfa (preferimos el segundo topónimo, luego
veremos por qué, aunque haya caído en desuso para el yacimiento).
Esta taula gigantesca no solo impresiona al visitante por su tamaño, sino también porque produce
inmediatamente un curioso efecto de majestuosidad, de hermosura, de equilibrio en las formas, al ser
observada desde la entrada del recinto que la rodea.
Éste es un dato que veremos que no es simplemente subjetivo.

Esta taula tiene una altura, según se dice, de 4,20 metros, en principio medidos desde el nivel del suelo,
hasta no se sabe bien qué referencia en altura. Mediciones rápidas propias acerca de la altura visible de la
losa vertical, a lo largo del canto, desde el suelo hasta la base de la losa capitel, hechas con un telémetro
láser, arrojan el dato de unos 4,40 metros de alto. El ancho de esa losa vertical, en su contacto con el suelo,
sería de unos 2,81 metros.
Veremos más adelante que estos datos geométricos, medidos también en otras taulas, son la clave central
que permite resolver el enigma de qué diantres son estas enigmáticas taulas.

Llama poderosamente la atención otro hecho, que es el de la alineación entre el Norte geográfico, hoy
marcado por la estrella polar, el talayot, que también es el mayor de todos los conocidos, la majestuosa
taula, el portal, cuyo dintel hoy vemos en el suelo, y una curiosa columna que se encuentra frente a éste,
recolocada verticalmente por los arqueólogos. Es una alineación de 5 elementos principales. No es casual.
Hay un plan arquitectónico expresado ahí, por alguien que sabía geometría, arquitectura y astronomía.

Cuando se movieron algunos de los grandes bloques y losas del muro, como la poligonal de la esquina
suroeste de este yacimiento, que se hallaban derrumbados, probablemente debido a la violencia de la
invasión romana, se encontraron finos grabados, hoy ya difícilmente reconocibles. Serra Belabre los
describe como un antropomorfo con un bastón y la cabeza en unas nubes. ¿La representación de un dios
fenicio, la de uno romano, o bien un personaje diferente? También nos habla de otro de una rama vegetal,
en una de las pilastras.

Finalmente menciona una controversia acerca de las múltiples líneas de la pulida cara Sur de la losa vertical
de la taula, pero no la explica. ¿Se trata de rasgos geológicos o bien de grabados? No es fácil de decir a
primera vista, ni siquiera para un geólogo.

A primera vista parece que esas líneas no penetran en la losa, con lo cual serían grabados superficiales,
pero en ciertas zonas sí se llega a apreciar que tienen penetración. ¿Son por tanto finas fracturas, llamadas
diaclasas? ¿Pueden ser ambas cosas? ¿Puede haber una capa de estuco superpuesta?
La hipótesis pitagórica

En 1908 se publica un trabajo clave, como es el de Antoni Vives Escudero, de origen menorquín, que habla
del estilo egeo, micénico, de las taulas. Francisco Hernández Sanz, profesor e investigador mahonés, en su
obra "Compendio de Geografía e Historia de la isla de Menorca", curiosamente también de 1908, escribe
una simple frase, sin detallar, acerca de que las taulas podrían representar la "tau de la misteriosa India". ¿A
qué se refería el erudito?

Antoni Vives Escudero (izquierda) y Francisco Hernández Sanz (derecha) publicaron en 1908 sendos
trabajos hablando, respectivamente, del estilo micénico de los recintos de taulas, y de que éstas podrían
representar la "tau de la misteriosa India"

Todo esto parece caer en el olvido por los trabajos posteriores, y no es sino a partir del año 2000, cuando el
alicantino Vicente Ibáñez Orts publica varios artículos que señalan que las taulas pudieron ser hechas por
un pitagórico. Para llegar a esta brillante hipótesis se basa supuestamente en que las dimensiones (ancho,
largo y alto) de las losas capitel de cada taula estarían en progresiones matemáticas precisas, como por
ejemplo 2, 4 y 8, lo cual indicaría conocimientos matemáticos. Puesto que en aquella época remota, sólo los
pitagóricos conocían estos cálculos, y recopilando observaciones adicionales de símbolos pitagóricos y de
problemas geométricos representados en cuevas de la isla, deduce que debió de ser un pitagórico el autor
de las taulas. Además indica Ibáñez que esas longitudes que mide en los capiteles dan números enteros,
cuando medidas en palmos griegos (7,4 cm), unidad de medida de la antigua Grecia. Ibáñez no citaría al
parecer a ni a Hernández Sanz ni a Vives Escudero.

En el presente trabajo, que fue iniciado en 2017, hemos ya propuesto una idea original de cuál es la utilidad
arquitectónica de las taulas, y de los recintos que las acogen. Vamos enseguida a demostrar, ya de manera
explícita y convincente, la veracidad de la hipótesis pitagórica acerca de la autoría de las taulas. Más aún,
vamos a descubrir al gran público hasta qué punto Vicens Escudero adivinó el origen y Hernández Sanz
acertó acerca del significado simbólico de estas construcciones.

Pero antes veamos quiénes fueron los pitagóricos.

La Escuela Pitagórica

Pitágoras de Samos, es considerado como el más influyente de todos los filósofos, entre otras cosas por
haber fundado la escuela pitagórica, en la que estudió el fundador de la Academia de Atenas, Platón, autor
clave en la cultura occidental o europea.
-Hay quien, como Bertrand Russell, dice que Pitágoras sería el más influyente de todos los humanos que
jamás han existido, pero yo siempre tengo un recuerdo para aquel homínido africano anónimo que
domesticó el fuego.-

Pitágoras -esto mucha gente no lo sabe- fue el descubridor de la esfericidad de la Tierra, gracias a la
invención del concepto de banda climática y latitud. Fue inventor también de las palabras filósofo y
matemáticas, posiblemente del concepto de Cosmos, Ley u orden natural, central en ciencia.

Habría nacido en la isla jónica de Samos alrededor del año -570, hijo según se dice de comerciante
marítimo fenicio y griega jónica. Sería alumno de, entre otros, Tales de Mileto, considerado padre de la
filosofía occidental.
Alrededor del año -530, Pitágoras saldría de Samos, posiblemente por su oposición al tirano Polícrates,
quien destruyó uno de los más antiguos templos, el de Hera, de la isla, para construir otro encima.

Viajaría entonces por Egipto, donde se supone tuvo la rarísima oportunidad de acceder a los conocimientos
atesorados por los sacerdotes de los templos egipcios, regidos por la reverencia al polímata Imhotep,
maestro de la geometría y del cálculo racional, de la arquitectura, de la medicina, etc., considerado dios de
la medicina y referente del conocimiento.

Viajaría también según se dice por Babilonia, donde se asume conoció al sabio-mago Zaratás o Zaratustra,
de quien al parecer aprendería entre otros el saber astronómico, al cual ya había sido iniciado antes.

Se instaló luego en la ciudad de Crotona, en la Magna Grecia, región costera del Sur de Italia, colonizada
por los griegos. Estableció allí la primera escuela pitagórica, una sociedad de filósofos y filósofas, con un
ritual y unas normas estrictas de estilo de vida (comunismo, vegetarianismo/veganismo, etc.) y férreo
secretismo.

Se dice que moriría asesinado en aquella ciudad de Crotona, cerca del -495.

Se sabe que los pitagóricos desarrollaron el estudio holístico de las matemáticas (aritmética, geometría...),
la astronomía, la música, la medicina, y que en particular conocían ciertos números irracionales como el
número pi, escrito π, y sobre todo el número tau, escrito Τ, o τ, al cual reverenciaban, acerca del que
guardaron secreto, y del que hablaremos enseguida, por ser la clave del presente trabajo.

Usaron como emblema el pentáculo o pentagrama regular, la estrella de cinco puntas, a la que llamaban
pentalfa (cinco ángulos, en griego), por atesorar esta figura geométrica las proporciones del número tau,
entre sus segmentos, número al que conocemos como phi desde hace dos siglos, por haberlo usado un
inglés para homenajear al escultor Phidias, quien se supone lo usó para sus esculturas de cuerpos
humanos perfectamente proporcionados.

Izquierda: pentagrama regular, estrella pitagórica, o pentalfa, que es como los pitagóricos llamaban a esta
figura, en la cual la relación entre la longitud de cada segmento y la del segmento mayor o menor siguiente,
es la sección, tomí, la proporción áurea, aproximadamente 1,618, abreviada T o tau. Por ello esta figura fue
elegida por los pitagóricos como emblema de su escuela. (fuente: Wikipedia "Pitagóricos")
Derecha: monedas acuñadas por los pitagóricos, con su emblema de la pentalfa (fuente:
http://www.madrimasd.org/blogs/matematicas/2016/04/01/140934)

Tau es por un lado la letra te del alfabeto griego, y por otro la abreviatura de "tomí", sección, en griego. He
aquí, según proponemos, la revelación de qué representan estas grandes letras T, que son las taulas de
Menorca. Más adelante demostraremos esto con gran precisión.

Los miembros de la escuela pitagórica se saludaban mostrando la palma de la mano abierta, con los dedos
separados, sin tocarse. A este gesto, preventivo de pandemias, que hoy usamos aún para saludarnos, y que
los griegos actuales curiosamente consideran un insulto, lo llamaron "hygea", que significa salud, de donde
viene la palabra saludar. Los cinco dedos de la mano representan los cinco puntas del pentagrama, o
estrella pitagórica, así como las cinco letras de la palabra "hygea", de donde viene higiene.

El centro de la doctrina pitagórica sería el estudio del reconocimiento de la existencia de esta proporción
matemática, la "sección", en el Cosmos, el orden de la Naturaleza. Otras interpretaciones hablan de que los
pitagóricos guardaban total secreto sobre tomí porque al ser un número irracional (no puede escribirse como
fracción de dos números enteros), demostraba como falsa la teoría central pitagórica, la de la unicidad
primordial, base de la Tetraktys, etc.. A este concepto matemático hoy se le llama sección áurea, o
proporción áurea, pero antes fue llamada también razón áurea, razón extrema y media, divina proporción,
número de oro, etc.. En inglés se suele llamar Golden Ratio.

Pitágoras enseñó que esta proporción regía, entre otras, la distancia entre los tallos de las ramas de los
vegetales, la colocación de las escamas de una piña de pino, o de las pepitas de la flor de girasol o de
alcachofa, las proporciones del cuerpo, como por ejemplo la relación entre longitudes de las falanges
sucesivas de los dedos de la mano, entre la longitud de la mano y la del brazo desde la muñeca al codo,
entre ésta y la del brazo desde la punta del dedo corazón hasta el codo, y la de ésta y la del brazo entero, o
entre la distancia entre varias de las facciones de un rostro humano hermoso, así como también la distancia
entre los planetas.

No en vano, a los pitagóricos se adjudica la idea de creación del concepto de "Cosmos", u orden natural,
central en Ciencia, y más aún, la idea de que éste orden se expresa en números (el lema de Pitágoras sería
"todo es número"), cosa admitida hoy por la Física, que explica la Naturaleza mediante ecuaciones
matemáticas numéricas. La idea de Pitágoras sería tal vez considerada peligrosa porque no necesitaba ya a
los dioses para lograr una explicación de la conformación del mundo.

A Pitágoras se atribuye tambíén la invención del concepto de notas musicales, por supuestamente haber
oído la consonancia y la disonancia del repicar de martillos diferentes a la puerta de un taller metalúrgico.
Aplicaría éste y otros conceptos de música a la medicina, a la sanación del alma (psiquiatría y
musicoterapia).

Pitágoras fundaría como decimos una escuela, a la que daría nombre, la escuela pitagórica, que se
extendería por diferentes ciudades griegas. En ella se enseñaría su conocimiento, el cual se supone estaba
cargado con dosis de misticismo numérico, tal vez una estratagema para poder justificar sus prácticas,
comparándolas a una religión más.

Los pitagóricos alcanzarían un gran estatus social, reconociéndose su sabiduría práctica, pero también
probablemente por controlar el uso de pesos y medidas, llegando incluso a acuñar moneda. Se supone que
ejercerían de consejeros para los jefes democráticos, pero se piensa también que entrarían en conflictos
políticos, posiblemente por las envidias y ansias de poder de sus envidiosos, que terminarían costándoles
caro. Se habla en concreto de una guerra entre la ciudad de Crotona y aliados, contra la de Síbaris.

Es así sabido que los pitagóricos hacían exámenes de acceso a su escuela, y que aunque vivían en
régimen de comunidad de bienes, mantenían jerarquía (estaban por un lado los matemáticos, los que
hablan, y acusmáticos, los que escuchan), cosa que tal vez les atrajo críticas democráticas igualitaristas.

A partir de mediados del Siglo -V (c.-450/400), tras la supuesta muerte del maestro alrededor del año -495, y
la extensión de los ataques contra los pitagóricos en toda la Magna Grecia, éstos huirían hacia un destino
que se considera desconocido.
Hacia el -450, la gran mayoría de los pitagóricos abandonó la Magna Grecia,. Se sabe que continuaron sus
prácticas, porque siglos después reaparecen en otras localizaciones.

Las taulas pudieron ser construídas así por la diáspora de los pitagóricos, aproximadamente a partir del
-508, cuando se produjeron ataques anti-pitagóricos en Crotona, y más probablemente a partir
aproximadamente del -450, cuando estos ataques se extendieron a toda la Magna Grecia, y la casa de
reunión de los pitagóricos en Crotona fue quemada con todos menos dos de los pitagóricos en su interior.

Arquitas, uno de los pitagóricos, permaneció en Italia, y fuentes antiguas citan que fue visitado allí por el
joven estudiante Platón, a principios del siglo -IV. Platón cita conocimientos pitagóricos en sus textos.

Es pues este mediado del Siglo -IV el momento que parece más probable para el inicio de la construcción
de las taulas, por parte, según proponemos, de la diáspora pitagórica refugiada en el mejor puerto del
Mediterráneo occidental, entonces bajo dominio fenicio-púnico-cartaginés.
Es sin embargo posible que fuesen construídas en el siglo anterior, y que lo fuesen tal vez por el propio
Pitágoras. En cualquier caso consideramos improbable que lo fuesen antes del -530, cuando Pitágoras huyó
de Samos, e imposible que lo fuesen antes del -570, aproximadamente, cuando se piensa nació. Veremos
por qué.

Creemos que este desarrollo de la hipótesis pitagórica de construcción de las taulas de Menorca tiene una
consecuencia importante, pues acota así, alrededor del -450, su datación más probable.

De esta manera se puede arrojar luz sobre el período oscuro de "matemáticos anónimos", entre el -480 y
-430 de la periodización de Bartel Leendert van der Waerden, quien distingue cinco generaciones en el
pitagorismo matemático entre los años 530-360:
• 1ª Generación (530-500): Pitágoras
• 2ª Generación (520-480): Hípaso de Metaponto, Alcmeón de Crotona
• 3ª Generación (480-430): Matemáticos anónimos
• 4ª Generación (440-400): Filolao, Teodoro de Cirene
• 5ª Generación (400-360): Arquitas de Tarento

Pruebas geométricas, historiográficas y arquitectónicas

Vamos al grano.

El principal hallazgo que presentamos en este trabajo, como prueba de una autoría pitágórica de las taulas
de Menorca, es que los rectángulos que muestran al visitante al recinto las caras Sur, pulidas, de las losas
soporte de las taulas mejor orientadas, más hermosas, y mejor conservadas (hablamos como mínimo de las
de Trepucó/Bintalfa, Torrellisar y Torretrencada), presentan precisas proporciones áureas entre sus
dimensiones de altura y anchura. ¡Son por tanto precisos rectángulos áureos! Esto no puede ser fruto de la
casualidad ni de la coincidencia, especialmente a la luz de la larga serie de observaciones adicionales que
recogemos.

1,618 1,618 1,618

1 1

Las taulas de Torrellisar, Torretrencada y Trepucó/Bintalfa exhiben precisas proporciónes áureas en el


cociente altura/anchura de los rectángulos, o paralelepípedos, que muestran las partes visibles de sus losas
soporte. He aquí un dato clave para demostrar el significado simbólico de las taulas como representaciones
gráfico-geométricas de τομή, tomí, la "sección", o proporción áurea, la cual los pitagóricos abreviaban con la
letra "Tau", la letra te (T o t) del alfabeto griego, que es como los filósofos pitagóricos nombraban a éste
número, hoy llamado phi (φ o Φ), sobre el que guardaban secreto y al que reverenciaban cual deidad por
sus características matemáticas, cosmogónicas y estéticas.

Ante estos rectángulos áureos, cualquiera que entrase en el témenos (misma raíz que tomí, átomo, tomo,
etc.), el recinto sagrado que alberga la tau, o icono de τομή, tomí, se inclinaba necesariamente, al tener
que agacharse para cruzar el dintel de piedra del portal de entrada que está justo enfrente de la figura.

Suponemos que esto tiene sentido en la hipótesis pitagórica, pues los pitagóricos tenían prohibido divulgar
sus conocimientos a los no-pitagóricos, y una manera de sortear esta norma tan limitante es la de asumir
que si alguien se inclina ante la tau, el símbolo críptico del "dios" del pitagorismo, entonces es que se le
puede considerar un pitagórico, o al menos alguien que respeta el credo pitagórico, y se puede tener trato
con él. Recordemos que esta escuela lucharía por sobrevivir en su nueva tierra de acogida, tras al menos
una gran persecución, y que necesitaría aprender a ser generosa con sus anfitriones, en tierra extraña y de
acogida.

Más aun, nos permitimos extrapolar esta idea, y proponer una resolución del significado de la famosa frase
"No entre aquí quien no sepa geometría", frase que se afirma estaba grabada en el dintel de entrada a la
Academia de Atenas, regida por el pitagórico Platón.

Así, realizando nuestras propias medidas de las dimensiones de estos rectángulos en varias de las taulas,
mediante una herramienta de precisión, como es un telémetro láser, hemos comprobado con asombro que
el cálculo de la división A/B, de la medida del alto (A) partida por la ancho (B) de dichos rectángulos, da una
número próximo a 1,6, que es el valor redondeado de tau con una cifra decimal.

Recordemos que Tau, o Phi, se calcula aritméticamente como T=Φ=(1+√5)/2. Esto da un valor con infinitos
decimales, que se suele redondear como 1,618.

Más aún, cuando hemos tomado las medidas en fotografía, mediante la herramienta de medición de
distancias de un programa gratuito como GIMP, el sencillo cálculo de división del alto por el ancho, de los
rectángulos de las losas verticales de las taulas más perfectas y mejor conservadas, que son por ejemplo
las de Trepucó/Bintalfa, Torrellisar Vell, y Torretrencada, fotos tomadas desde la entrada de cada recinto,
con la ligera deformación del efecto de la perspectiva, vemos atónitos que el resultado obtenido da
EXACTAMENTE la cifra de 1,618, es decir, el valor de tau con tres decimales de aproximación. ¿Alguien
puede creer que esto sea casualidad?

Cualquiera puede realizar las medidas y el cálculo por sí mismo y comprobar lo que aquí se dice.

También se puede realizar la comprobación sin necesidad de tomar medidas numéricas ni de realizar una
división. Basta con sacar del bolsillo una tarjeta de crédito, que es un rectángulo áureo, o bien el DNI o el
carnet de conducir, y colocarlo en perspectiva entre el ojo y la foto o la taula objeto de estudio, hasta cubrir
exactamente, como se comprobará, el rectángulo que forma la losa soporte. Se ve así que ambos
rectángulos se solapan, y tienen por tanto la misma forma. ¡Son rectángulos áureos!

Podemos por ello afirmar ya que el autor de al menos éstas taulas de Menorca era conocedor de la
proporción áurea, lo cual nos hace concluir que era necesariamente un pitagórico, pues solamente los
pitagóricos conocían este concepto matemático entonces, el cual representaban con la letra T, que es la
figura gráfica obvia que forman estas construcciones.
El creador de estas taulas era además era alguien capaz de calcular el efecto de perspectiva desde un
punto determinado, con tal maestría como para que el observador que mirase la taula desde el dintel de
entrada al recinto sagrado viese un perfecto rectángulo áureo, obteniendo con ello una sensación de
belleza, de majestuosidad, de equilibrio, sinceramente impresionante.
Para ello es necesario conocer el llamado teorema de Pitágoras, teorema que se atribuye al sabio samita,
aunque hoy se sabe en realidad no lo creó, pues se ha encontrado en documentos más antiguos, egipcios,
y al parecer babilónicos, así como en construcciones y estatuas egipcias posteriores, como las propias
pirámides de Gizeh.

Recordemos que los griegos antiguos eran expertos en realizar estos cálculos geométricos de perspectiva,
tal como se ha demostrado en las columnas de varios de sus templos.

¡Según concluimos de estas pruebas, la hipótesis pitagórica queda confirmada! El enigma de las taulas
queda resuelto.

Podemos pues afirmar que las taulas de Menorca fueron diseñadas y contruídas para reflejar rectángulos
áureos en sus caras verticales de la losa soporte, vistas desde la entrada al recinto de cada una de ellas, y
que además lo fueron para representar en su forma general la letra griega tau, es decir, la letra T
mayúscula del alfabeto griego, abreviatura que los pitagóricos usaban para referirse a Tomí, la "sección",
que era el concepto central de su rito matemático-místico. Con esta forma además se protegía al rectángulo
áureo de la intemperie, y se podía incluso cubrir el recinto con una cubierta de lana.

Esto se puede comprobar directamente, insistamos, aún 2500 años después de su construcción, en los
mejores ejemplos de taulas, que son al menos las tres mencionadas (Trepucó/Bintalfa, Torrellisar Vell y
Torretrencada), los cuales incluyen a la mayor de todas las taulas.
La medida del ancho de la losa soporte de Trepucó/Bintalfa mediante un programa digital (GIMP) ofrece el
dato de 1000 píxeles

La medida del alto visible (efecto de perspectiva incluído) del rectángulo de la losa vertical de
Trepucó/Bintalfa es de 1618 píxeles. El cociente de alto/ancho es 1628/1000=1,618, lo cual es exactamente
el valor de la proporción áurea, con un redondeo de tres decimales. Un dato sorprendente que se repite en
varios otros yacimientos.

Sin duda fueron por tanto realizadas por la mente y la mano de un experto en los conocimientos secretos
pitagóricos, no sabemos si tal vez el propio Pitágoras de Samos, un alumno aventajado suyo, o ambos a la
vez, pero, en cualquier caso, con total seguridad, por al menos un miembro de la escuela pitagórica, pues
sólo dichos miembros conocían estos conceptos, avanzadísimos, en aquella remota época de la
antigüedad.

Las taulas más bastas, como por ejemplo las de Talatí, fueron hechas visiblemente por un mal imitador, o
por un mal alumno. Su utilidad arquitectónica no mengua sin embargo.

Las larguiruchas pero regulares afirmamos que pudieron ser obra de alumnos pitagóricos, como el grupo
llamado "Hemiciclo Pi-Tau", en la de Torralba d´En Salord, que en ella dejó su firma escrita.
Hemicírculo o Semicírculo es como los pitágóricos llamaban a sus grupos. Pentalfas es como llamaban a
sus lugares de reunión secreta, normalmente cuevas recónditas.

Evidencias epigráficas

Ibáñez y De Nicolás publicaron en 2009 un trabajo en el que se interpreta el descubrimiento publicado por
Mascaró (1952) en cuevas de Menorca de grabados con símbolos pitagóricos, como el pentagrama,
emblema de la escuela pitagórica. Aparece incluso un antropomorfo arrodillado frente a la figura geométrica,
con los brazos extendidos en gesto de adoración.

Ideogramas de los grabados rupestres de la Cova de S´Encantament (Alayor), entre los que está el
pentagrama, o estrella de cinco puntas, junto con un antropomorfo en actitud de reverencia (arrodillado con
los brazos extendios en cruz) (fuente: Mascaró, vía Ibáñez). Nótese que el pentagrama, antiguo, cubierto
por una fina pátina calcarea y líquenes, está grabado sobre una columna tallada en roca que asemeja una
taula

En otras cuevas que también identifican aparecen representaciones geométricas de conocidos problemas
matemáticos clásicos, que son explicados por estos autores.

Carbonell Beviá publicó la existencia, ya señalada por autores anteriores, de un grabado de una palabra en
letras griegas en la escondida taula de Binicodrell Nou* (más abajo indicamos la localización de esta taula
tan poco visitada). La traducción de un experto, según Carbonell, la transcribe como "POLITA". A esto no
dan una explicación o traducción.

Proponemos nosotros aplicar aquí la teoría vascoiberista, que dice que los aborígenes ibéricos, también los
baleares, eran paleoeuskaldunes, esto es, que hablaban el euskera antiguo, o paleoeuskera, como lengua
propia materna. En euskera antiguo, incluso en euskera moderno, "polita" significa hermoso/hermosa,
proporcionado/proporcionada. Incluso parece ser que el griego jónico era de la misma familia de lenguas
que el euskera. -El término "polit/polida" se sigue usando curiosamente con esta acepción de "bonito/a" en
la lengua hablada de Ibiza, Menorca, y en menor medida Mallorca.-

Esto tiene una explicación inmediata a la luz de nuestro modelo tau: Si las taulas querían simbolizar
rectángulos áureos, los cuales se relacionan con la proporción áurea, es decir, con la idea belleza en las
formas, es lógico que el maestro escribiese su agrado ante la obra, tal vez inacabada, de, probablemente,
un discípulo.
La taula de Binocodrell tiene una inscripción en letras griegas antiguas, en la parte media izquierda de su
cara Norte. A la derecha, arriba, la inscripción, con escala, y a la derecha, abajo, la misma inscripción, mejor
sombreada (fuente imagen inferior derecha: F. Lagarda Mata).

Para visitar esta taula y su inscripción se puede usar Google Maps, pues no hay ningún cartel ni acceso
previsto. Apárquese en el cruce entre la carretera Me-20 y el Camí des Pins, y continúese hacia el Sureste
por el arcén derecho, unos 200 metros, hasta una pequeña valla cerrada, la cual hay que saltar.

Hablaremos también del hallazgo de lo que parecen ser, a todas luces, grafías griegas antiguas, en la taula
de Torralba d´En Salord (Calvo Pérez, 2020).

Es sorprendente que estando estas grafías a la vista, en la parte central-alta de la pulida e iluminada cara
Este de la gran taula, perfectamente visible nada más entrar en el recinto, no haya habido, al parecer,
ninguna mención hasta hoy de las mismas. La única explicación sencilla es que, al estar algo borradas,
seguramente por el paso del tiempo, las hayan pasado por alto los investigadores.

Se distinguen en cualquier caso cuatro signos, tres signos que interpretamos como similares a letras del
alfabeto griego antiguo, y un signo encima de ellos que asemeja a la estatuilla de bronce de un bóvido que
se encontró junto a la taula (torito de Torralba).

Interpretamos las tres “letras” a continuación, a partir de esa hipótesis griega, y de la del simbolismo
geométrico pitagórico.
Las grafías de la taula de Torralba d´En Salord

De izquierda a derecha, la interpretación es la siguiente:


• “Semicírculo”, o “hemiciclo”: Así es como los pitagóricos llamaban a sus grupos. Nótese cómo la "D"
tiene sus ángulos afilados, igual que la "D" del recinto de esta taula de Torralba d´En Salord (ver
mapa anteriormente mostrado)

• “Pi”: Se trata de un círculo, desdibujado, con un segmento tangente prolongado en vertical hacia
abajo, cuya longitud corresponde a la de la circunferencia, y desde el extremo inferior de éste, un
segmento menor perpendicular cuya longitud corresponde a la del diámetro del círculo. Esto remite
al concepto de “pi”, conocido por los pitagóricos. La longitud de la circunferencia es el diámetro
multiplicado por pi.

• “Tau”: Se trata de un cuadrado, algo desdibujado, con uno de los lados prolongado hacia abajo por
un segmento, cuya longitud sería igual a la de la recta desde la mitad del lado del cudrado hasta la
arista opuesta. La proporción entre el lado del cuadrado, de valor 1, y la longitud del segmento es la
proporción áurea, o “sección”, “tomi”, que es como llamaban los pitagóricos a esta proporción para
ellos sagrada. La denominaban por su letra inicial “tau”, la letra te del alfabeto griego, inicial de
“tomi”. Éste es el método más común para representar la citada proporción.

“Semicírculo Pi-Tau” es la interpretación que damos al conjunto, siendo “pi-tau” el inicio de la palabra
“pitá(u)gora”, siendo “pitágora” el nombre del maestro de la escuela.El término “gora” es “viva” en euskera,
la lengua propia más probable de los aborígenes ibéricos de Menorca, pudiendo relacionarse con el culto al
dios representado por el bóvido superior.
Tabla con las diferentes letras de los alfabetos fenicio, etrusco y griego. Nótese la correspondencia de las
tres “letras” de Torralba con el alfabeto griego occidental, signos “delta”, “alpha” y “pi”, resaltados con un
recuadro, (fuente: Promotora Española de Lingüística)

Observaciones cerámicas, astronómicas, y geológicas adicionales

La presencia de griegos en la Menorca protohistórica quedaría también apoyada por la existencia de


cerámicas griegas obtenidas de diferentes puntos de la isla, entre los que están cuevas de enterramiento,
como Cales Coves o la necrópolis de Cala Morell, en cuya Cueva 2 se cita el hallazgo de fragmentos de
cerámica griega (Juan, 2003) junto con huesos humanos.

Esta cueva en concreto sería especialmente importante, no solo por estar ornamentada su entrada con
columnas griegas (orden dórico, el más antiguo y simple, y el griego por excelencia), sino por contener
además una columna de soporte del techo tallada cuidadosamente con forma de taula, y a la vez un rebaje
en el capitel similar al de las columnas dóricas de la entrada.

El pequeño nicho que se encuentra frente a ella debió contener una de estas cerámicas, con los huesos de
un personaje, que bien podría haber sido el mismísimo Pitágoras de Samos, según proponemos, o alguno
de sus alumnos o familiares. Valdría la pena hacer una datación absoluta por radiocarbono de los mismos, y
compararla con las fechas de supuesta vida del gran maestro, entre el año -570 y el -475,
aproximadamente.
Izquierda: columnas dóricas griegas talladas en la ventana del acceso a la Cueva 2 de la Necrópolis de Cala
Morell (Ciudadela). Centro: columna en forma de taula tallada en el interior de esa misma Cueva 2, que
sostiene su techo. Derecha: Vista de esa misma taula/columna, con nicho en el muro al fondo (flecha roja)
donde se hallaron restos de cerámica griega y huesos humanos, los restos funerarios, según interpretamos,
de un personaje importante proveniente de Grecia, y relacionado con las taulas. ¿El propio Pitágoras?

Otro dato que no queríamos dejar en el tintero, por indicar el nivel científico, en este caso geológico, del
autor de los mayores y más perfectos recintos de taulas, como los de Trepucó/Bintalfa, y Torralba d´En
Salord, es que en ellos se encuentran bloques de piedra de composición geológica anómala en su entorno.

Estos yacimientos donde aparecen los bloques de litologías alóctonas se encuentran en la mitad Sur de la
isla, compuesta por calizas grises-blanquecinas messinienses, sin embargo varios de los bloques y
fragmentos de roca que hemos observado provienen, con total seguridad, de la mitad Norte de la isla, donde
afloran los materiales mucho más antiguos, paleozoicos, de colores rojizos y gris oscuro-negro, de la facies
Bundtsandstein permo-triásica (areniscas silíceas versicolores), etc.. Esos bloques han sido pues
transportados varios kilómetros, desde la mitad Norte de la isla, por alguna razón, hasta ser colocados en
los recintos mencionados, en la mitad Sur de la isla.
Izquierda: En el muro interno Este del recinto de Torralba se encuentra un bloque de arenisca roja
(Bundtsandstein), igual que en Trepucó/BIntalfa (derecha), donde sin embargo el muro está reconstruído
algo mal, tras su destrucción en épocas modernas. Estos bloques tienen mismo tamaño, caras planas, y
misma litología alóctona: provienen del Norte de la isla, a varios kilómetros de estos dos yacimientos.
Esto indica que, primero, quien los fue a buscar y los llevó allí conocía geología, al menos la suficiente
geología básica como para identificar las diferencias de litologías de la isla. Segundo, esta anomalía indica
un propósito, que algunos quieren ver como religioso, llamando "betilos", o piedras sagradas, a estos
bloques, que también han sido citados en otros recintos. Nosotros sin embargo les vemos unas funciones
más prácticas.

Proponemos que se trata por un lado de herramientas de tallado y/o pulido de las taulas y demás elementos
de mampostería (pilastras...). Efectivamente, estos bloques geológicamente extraños corresponden a
litologías siliciclásticas, mucho más duras que las calizas pulidas, como las de las caras Sur de las taulas en
cuestión. A la pregunta de cómo se pulieron las caras Sur de esas losas soporte de caliza de estas y otras
taulas, señalamos la idea de que fuera con esos bloques silíceos, como el paralelepipédico que se
encuentra inmerso en el muro mal reconstruído del recinto interior Este de Trepucó/Bintalfa, o al pie del
muro también interno oriental, pero de Torralba d´En Salord. Señalamos pues que estos bloques de
arenisca silícea del Buntsandstein se pudieron usar como bloques de lija. Frotándolos sobre una caliza, la
desgastan fácilmente, por la diferencia de dureza, generando superficies planas pulidas, como las de las
citadas caras Sur de las más perfectas taulas.

Proponemos igualmente que por otro lado se trataría de bloques con una función gnomónica móvil. En el
ejemplo de Torralba, se aprecia cómo el bloque rojo está colocado sobre un arco de círculo de piedras, arco
cuya longitud sería de 12 veces el ancho del citado bloque-marcador-gnomon. El bloque, de precisas
dimensiones, podría ir moviéndose cada ciclo lunar (mes lunar) una posición, a lo largo de ese arco de
círculo de piedras. Al cabo de doce ciclos lunares llegaría al final del mismo, marcando el final del año.
¿Estaríamos ante un marcador calendárico? He aquí una posible función de estos recintos. Otra sería la de
identificar el doceavo día del mes de verano, el Hekatombaion, cuando se celebraba la cosecha en una
fiesta llamada la Cronia.

Los semicírculos de piedras que se observan en Torralba tanto al pie de la taula como entre pilastras,
delimitando "capillitas" o habitaciones, bien parecen ser algo así como la esfera de un reloj de manecillas,
pero para contar períodos de tiempo más largos, observando el ciclo anual entre dos efemérides
astronómicas, como pueden ser los equinoccios, solsticios, o las retrogradaciones aparentes de los planetas
como, precisamente, Marte.

Podría tratarse, a la hora de interpretar estos "betilos" rojos tan extraños en este contexto geológico, de una
representación de un planeta, como Marte, del mismo color rojizo de esa roca. Es sabido que el movimiento
de los planetas era uno de los fenómenos del orden natural (cosmos) que Pitágoras estudiaba (armonía de
las esferas), y al que asociaba el concepto de tomí, la sección, o número áureo, que hoy sabemos
efectivamente es el factor entre las distancias relativas de los planetas, entre planetas y Sol, como él atisbó.
Estatuillas de bronce de guerreros, asociables al dios Marte, y de cascos bélicos griegos se han encontrado,
ya fuera de contexto, en la región. Son sin embargo probables símbolos móviles, gnomones móviles, de
éstos movimientos planetarios, representados en el templo cronológico.

La flecha roja señala el bloque de roca roja, al pie de la pilastra, que se puede desplazar 12 veces su ancho,
encima del arco de círculo de piedras sobre el que está, hasta una losa plana (flecha azul), que marca el
final del trayecto. ¿Una medida de los 12 ciclos lunares anuales, o meses, a partir de la primera luna llena
desde el solsticio de verano, inicio del mes del Hekatombaion, primero del calendario ático?

La observación de estos "giros astrales" (movimiento retrógrado aparente planetario) figura como una de las
observaciones del rito pitagórico. Tiene una utilidad calendárica, insistamos, por su periodicidad anual.
Establecer el año es la clave para perfeccionar el calendario de siembras y cosechas, y las festividades
asociadas, así como para establecer el inicio y el fin del calendario de navegación marítima.

El movimiento retrógrado aparente es un fenómeno astronómico conocido por los griegos antiguos, quienes
llamaron "planetes/planetoi", en griego vagabundos o errantes, a esos astros que se destacaban de los
demás, no solo por no formar constelaciones, sino por desplazarse a través de éstas, en el llamado zodiaco,
por donde transitan también el Sol y la Luna. En la figura de la izquierda, un planeta como Marte, en rojo, es
observado desde la Tierra, en azul, en el momento en que es adelantado en sus respectivas órbitas. La
figura que el movimiento errante del planeta rojo genera una vez al año es a veces una "S", y a veces un
bucle. A la derecha, el mismo fenómeno, pero en el caso del planeta Venus. (fuente: Wikipedia)
¿Ecos de los ritos pitagóricos preservados en el folklore menorquín?

Los caballos de las fiestas calendáricas tradicionales de Menorca, como Sant Joan, en Ciudadela, portan en
la frente estrellas pitagóricas, representarían los planetas, con su "baile" de verano, el movimiento
retrógrado aparente planetario. (fuente imágenes: René Van Bakel via Pinterest.com,
https://festesdemenorca.blogspot.com/p/ornaments-dels-cavalls.html y menorca.es)

Proponemos que la tradición menorquina de la festividad del solsticio de verano, Sant Joan, la mayor fiesta
de la isla, calendárica, en la que hay un ritual muy pautado, con un carnero que es llevado de casa en casa,
hasta la casa del alcalde, representa un ciclo solar anual, y una ofrenda a un maestro "caixer", o cajero.

El baile posterior de una serie de caballos, marcados en su frente con una estrella pitagórica, los cuales
corren entre el gentío, el cual representaría el fondo de estrellas, y paran de golpe, se dan una vuelta, y
luego vuelven a correr, es, según interpretamos, la representacion del movimiento de los planetas que
hacen una vez al año su movimiento retrógrado aparente en el cielo de verano, coincidiendo con la fiesta de
la cosecha cerealística del solsticio.

La tradición de vestirse de lino blanco, y de darse un baño en el mar, concidiría con la vestimenta de lino de
los pitagóricos, heredada de la de los sacerdotes egipcios de Heliópolis, donde Pitágoras habría estudiado,
y con la tradición de éstos de purificarse, lavarse, con baños.

En una de las taulas, se encontró por otro lado una serie de esculturas de bronce de unos pies o pezuñas
de caballo, encajados, si no vamos errados, en huecos de la taula... ¿Hay algún otro ejemplo en alguna
taula de alguna representación de conceptos astronómicos planetarios? Pensamos que posiblemente sí.

La pulida cara Sur de la mayor de todas las taulas, la taula de Trepucó/Bintalfa, presenta un número preciso,
29, de líneas paralelas diagonales. Estas líneas, que no está claro si están grabadas o si son diaclasas de la
roca, o ambas cosas, están en un ángulo preciso de 40º de inclinación respecto de la horizontal.

Esto casa primero de todo con la inclinación de la eclíptica o banda zodiacal, en la latitud de Mahón, latitud
que es precisamente de 40º.

En segundo lugar, una de las líneas presenta un quiebro, una especie de "Z", que podría querer asemejar la
trayectoria del movimiento retrógrado aparente de un planeta como Marte.
¿Representaciones de la diosa?

Líneas diagonales aparentemente grabadas, o bien diaclasas de la roca, o ambas cosas (es posible que
haya una capa de estuco) en número de 29 (días del mes lunar), ángulo de 40º (ángulo de la
eclíptica/zodíaco y latitud de Mahón, siendo Pitágoras inventor del concepto de latitud), y quiebro de una de
las líneas, asemejando la representación del movimiento retrógrado aparente de un planeta como Marte

Así, cada línea podría representar un día del mes lunar, y el quiebro de la línea mencionada sería una fecha
concreta dentro de ese mes lunar, que bien podría ser el del solsticio de verano, actualmente llamado Junio,
en dedicación a la madre de Marte, y Juno, en la mitología clásica, que estaría relacionada con la Uni
etrusca, y tendría el epíteto de Caelestis, y sería la Tanit de los púnicos.
Recordemos que se encontró el grabado "Caelestis" en uno de los bloques caídos en el suelo del recinto de
taula de Son Catlar, y el símbolo de Tanit en la disposición de los bloques de uno de los recintos de taula de
So Na Caçana, además del pebetero con la efigie de la diosa, antes mostrado.

Hera/Juno/Uni/Caelestis/Tanit sería la esposa de Zeus, reina de los dioses, hija de Rea y Cronos, diosa del
cielo, de las mujeres, de la fecundidad de los matrimonios, de los partos, del rejuvenecimiento, etc.. Son
éstos acontecimientos que podrían celebrarse en los recintos de taulas, y/o por parte de los sacerdotes o
sabios que los regían. A ella se sacrificaba una vaca, y después un pavo real.

Dice la Wikipedia de "Hera": "Se representa a Hera solemne, a menudo en el trono y coronada con el polos
(una alta corona cilíndrica usada por varias de las Grandes diosas), pudiendo llevar en su mano una
granada, símbolo de la fértil sangre y la muerte, o una cápsula narcótica de amapola. El investigador Walter
Burkert escribió en Religión griega: «Sin embargo, hay registros de una representación anterior sin iconos,
como una columna en Argos y una tabla en Samos».". Recordando que Pitágoras era de Samos,
encontramos al fin en esta representación de Hera como una columna y un tabla, una posible explicación
adicional a la simbología de la taula Es la "reina" de los dioses, la que rige a los planetas. Sabemos que los
dioses eran explicaciones míticas de los planetas, del Sol y de la Luna.
"Hera pudo haber sido la primera deidad a quien los griegos dedicaran un santuario con un templo cerrado
con techo, en Samos sobre el 801 a.C. Posteriormente fue reemplazado por el Hereo, uno de los mayores
templos griegos de la historia. Los altares griegos de la época clásica estaban frente a los templos, al aire
libre. (...) Sabemos que el templo creado por el escultor y arquitecto Reco fue destruido entre 570 y el 560
a.C., siendo reemplazado por el templo de Polícrates entre el 540 y el 530 a. C. ".

Más aún, hay citas clásicas de que los más antiguos templos de Hera estaban en lugares altos, como las
taulas, y de que carecían de techo, aunque esto fue observado muchos siglos después de que fueran
abandonados. Pudieron haber tenido igualmente una carpa de lana, amovible a voluntad.
La corona de Hera, según pensamos, sería tal vez el círculo que forman las estrellas al girar, llamado
circumpolar, que tan bien captó nuestro colaborador, el fotógrafo astronómico menorquín Santiago Juanico:

Fotografía circumpolar desde la entrada del recinto de Trepucó/Bintalfa (autor: S. Juanico, por encargo
nuestro)

Tenemos ahí la cabeza de una vaca con un círculo encima. ¿No recuerda esto al culto egipico de Isis, que
fue sincretizado por los griegos? Recordemos igualmente que el hijo de Isis es Apis, el buey sagrado,
heraldo de Ptah, luego de Osiris, y luego de Soker. Fue venerado en Menfis. El historiador romano Plinio el
Viejo refiere en su Historia natural, aunque de manera sucinta, las prácticas adivinatorias asociadas al culto
del buey Apis durante la época de la dominación romana:
En siendo hallado (el buey apis) lo llevan los Sacerdotes a Menfis, adonde tiene dos templos
consagrados a él, que llaman talamos, de adonde los pueblos toman sus agüeros. Entrando en
el uno, significa cosas alegres, y entrando en el otro, las pronostica tristes. Da respuestas a los
particulares tomando el manjar de mano de los que le piden consejo de cosas venideras.

Ptolomeo I Sóter, gobernante griego de Egipto desde el -323, introdujo el culto a Serapis, dios sincrético,
con elementos mitológicos griegos y egipcios. El culto a Serapis perduró hasta el año -385, cuando los
cristianos destruyeron el Serapeum de Alejandría, y, posteriormente, su culto fue prohibido por el decreto
Teodosio I.

Apis no fue el único toro adorado en Egipto. Aunque menos conocidos, al menos hubo tres tipos más de
toros sagrados:
• Mnevis o Merur, el toro sagrado relacionado con Atum-Ra, llamado "La renovación de la Vida", y con
Osiris como Mnevis-Osiris o Mnevis-Uenen-Nofer; fue venerado en Heliópolis. -Recordemos que
Pitágoras fue iniciado en Heliópolis.-
• Bujis o Baj, el toro sagrado de Montu, venerado en Hermontis, el "Toro de las montañas y el ocaso".
Es evidente la relación de los recintos de taulas con las montañas y el ocaso. -Sobre Montu hemos
encontrado en Mallorca un topónimo, Montuiri, que uniría al nombre egipcio Montu con "-iri", que en
euskera significa pueblo, o ciudad (iri, herri, como por ejemplo Madar-iri, Madrid, Ciudad de
Perales...). -
• El toro del dios Min, venerado en Coptos y Jemnis; mencionado con relación al dios Min. -¿Aquí
podría pensarse en el topónimo "Min-orca"/Menorca?-

Volviendo al dato más relevante, el del paralelismo estrecho entre el culto a Hera, reina de los dioses, y las
taulas, vemos igualmente cómo la constelación de la Corona (hoy llamada Corona Borealis) tiene una forma
de C, muy parecida a la forma de los recintos de taulas. ¿Es la corona de Hera?

Izquierda: constelación Corona Borealis en el cielo nocturno. Nótese su similitud con la planta de los
recintos de taula, a la derecha plano del recinto de taula de Trepucó/Bintaufa (Hochsieder y Knösel)

A Hera se asocia en cualquier caso el mito de la Vía Láctea, siendo ésta el chorro de leche que ella emitió,
cuando apartó al bebé Heracles de su pecho, el cual era hijo de una relación de su marido Zeus con una
mujer.

Dice también la enciclopedia veloz: "Su asociación arcaica era principalmente con el ganado, como una
Diosa Vaca que fue especialmente venerada en la «rica en ganado» Eubea. ". Es por tanto una diosa
perfecta también para la isla de "Meloussa", en griego literalmente "rica en ganado", en especial vacas.
Quedaría explicada así también la observación de la semejanza de las taulas con el rostro de un bóvido.
¡No sería sin embargo el de un toro, como apuntó Mascaró, sino el de una vaca!

Hera, en tanto que divinidad femenina superior a los demás dioses, sería además aceptable sincréticamente
por los aborígenes menorquines, quienes tendrían una cultura matriarcal, y posiblemente adorasen a esa
"diosa blanca", de la que habló Robert Graves, tras instalarse en estas islas. Aún hoy se habla de "Mari", en
la religión vasca tradicional, heredera de la ibérica, de la mediterránea arcaica. De aquí vendría el mito de
María, etc.. En cualquier caso aceptarían su culto por el aspecto práctico de definir el paso de las
estaciones, mejorando con ello la agricultura, y con ello la ganadería, etc.. Efectivamente, al culto de Hera
se asocia el de la llegada de la estación bella, la de la primavera y el verano.

Por otro lado sugerimos que el témenos del recinto de taula, su muro perimetral, podría representar
igualmente la banda zodiacal, el plano de la eclíptica, por el cual se mueven los planetas, el Sol y la Luna.
La típica orientación cardinal de los recintos de taula casa bien con este modelo de planisferio celeste, y de
marcador equinoccial.

Una mención a la toponimia, nos permite sugerir también una explicación al topónimo "Cornia", del
yacimiento próximo a Mahón. Siendo Hera hija de Crono, dice de éste la Wikipedia: "(...) Se le solía
representar con una hoz o guadaña, que usó como arma para castrar y destronar a su padre, Urano. En
Atenas se celebraba el duodécimo día de cada mes (Hekatombaion) una fiesta llamada Cronia en honor a
Crono para celebrar la cosecha, sugiriendo que, como resultado de su relación con la virtuosa edad dorada,
seguía presidiendo como patrón de la cosecha. Crono también fue identificado en la antigüedad clásica con
el dios romano Saturno.". Así, es probable que ése yacimiento próximo a Mahón fuese dedicado a Crono,
padre de Hera. Uno de los talayotes aparece cortado en una línea o pasillo Norte-Sur, como si fuese con la
guadaña de Crono, el titán.
Dice luego en el apartado "El Crono fenicio": "Cuando los helenos se encontraron con los fenicios y luego
con los hebreos, identificaron al El semítico, mediante interpretatio graeca, con Crono.".
"Su asociación con la edad dorada terminó haciendo que se convirtiera en el dios del «tiempo humano», es
decir, los calendarios, las estaciones y las cosechas".

Finalmente, pensamos además que el topónimo "Bintalfa" provendría de "Pentalfa", que es como los
pitagóricos llamaban a las cuevas donde se reunían, si no andamos equivocados, siendo la pentalfa (cinco
ángulos, en griego) también la estrella pitagórica o pentagrama regular, como el hallado en la Cova de S
´Encantament, en Alayor, cerca de Torralba d´En Salord.

Trepucó/Bintaufa tiene también, igual que muchos otros yacimientos de taulas, pequeña cuevas próximas.
No es casual que uno de los ritos iniciáticos pitagóricos pedía que el candidato pasase un cierto tiempo solo
en una cueva. Estas cuevas o pentalfas servirían también para asegurar el secreto de los ritos que los
pitagóricos hacían durante sus reuniones. Estos ritos, al parecer, eran, por ejemplo, recitar en grupo series
numéricas concretas, como: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55... Esta serie se obtiene al ir sumando los dos
números anteriores para obtener cada número sucesivo (1+1=2, 1+2=3, 2+3=5, etc.). Tiene esta serie la
peculiaridad de esconder la proporción áurea, tomí, como factor en los números sucesivos. Así, por ejemplo
55/34=1,6176..., lo cual es una muy buena aproximación a tomí, el número áureo, de infinitos decimales, y
que se redondea como 1,618. Continuando la serie, la ración se aproxima cada vez más el cálculo al valor
real.

Conclusión: Avance en el conocimiento y consecuencias en la Historia de la Ciencia

Concluímos de todo esto que estamos ya en posición de proponer la resolución del enigma del significado,
utilidad, autoría y datación de las taulas y recintos de taulas de Menorca.

Los recintos de taula habrían sido casas pitagóricas, herederas de la tradición griega del culto a la reina del
cielo, reina de los dioses, y diosa de las mujeres y del matrimonio, Hera, típico de Samos, sincretizado con
la tradición ibérica aborígen menorquina, probablemente matriarcal, de adoración a la Madre/Mari, y con la
religión cartaginesa fenicio-púnica, con influencia egipcia, de Tanit e Isis.
Estos recintos, multifuncionales, no tenían techo, sino una cubierta de lana amovible para la observación del
cielo nocturno.

En estas casas pitagóricas se realizarían las actividades académicas de los pitagóricos, así como
ceremonias de todo tipo para el poblado en general, todo ello a partir de la observación astronómica,
relacionada tanto con la incipiente filosofía, como con la cronología aplicada al ciclo agrario, a partir de la
medición de las efemérides solares, lunares y planetarias.

Además serían también lo que hoy llamaríamos hospitales o sanatorios (los pitagóricos utilizaban la
observación astronómica como terapia, además de la música, etc.), e iglesias, donde ofrendar al culto, y
celebrar matrimonios, funerales, etc.. Serían además tanatorios, donde preparar los cadáveres, en las
diferentes tradiciones funerarias, incluídas la local, que suponía al parecer el descarnamiento de los
cadáveres, y la preparación de los huesos para ser introducidos en los talayotes.
Servirían también como lugar donde preservar una hoguera siempre encendida, para dar fuego tanto al
poblado como al talayote, donde se usaría como señal de aviso, tanto entre poblados, como a navegantes
marítimos.

Estaríamos por tanto ante el único ejemplo conservado en todo el mundo de las casas pitagóricas, pentalfas
y pitagoreia. Se escribe con ellas un capítulo oscuro dentro de la cronología de la escuela pitagórica,
inmediatamente posterior a su éxodo desde la Magna Grecia, a mediados del siglo -V. A la vez estos
recintos serían Serapeos, Asclepeia, y Heriones, Cronías y Baaleos.

Las taulas fueron pilares de sostén de una cubierta de lana, en la tradición samita de los primeros templos
de Hera, y representaciones simbólicas anicónicas, en forma de tabla, de la diosa, así como del concepto
sagrado de tomí, de la escuela pitagórica, simbolizado crípticamente como una T, y como un rectángulo de
proporciones áureas, en aquellas taulas, como Trepucó/Bintalfa y Binicodrell, que fueron construídas por un
maestro, y no por los escolares, como en el caso de Torralba, donde dejaron su firma epigráfica.

Las 29 líneas diagonales de la taula Trepucó/Bintalfa representan tanto el concepto de latitud, inventado por
Pitágoras, mediante la representación del ángulo de la eclíptica en el equinoccio (40º en Mahón), como los
29 días del ciclo lunar y menstrual. Esas líneas recuerdan a su vez a los del chiton, o manto de lino, de la
escultura de la Hera de Samos, datada alrededor del -570, momento de nacimiento de Pitágoras en esa isla,
donde la fecha de destrucción del templo en que se hallaba coincide con la de la partida del filósofo.

Desde esta hipótesis, que consideramos sólida, se hace una aportación significativa a la hora de dar un
ejemplo del momento clave de la Historia de la Filosofía, de la Historia de la Ciencia, de la transición del
mito al logos.
En la tradición egipcia arcaica, en el culto de Isis y Osiris, las grandes letras T serían posibles
representaciones simbólicas del rostro de la diosa-vaca, y del amarre de la barca de Osiris, dios inventor de
la agricultura, de la religión, benefactor civilizador, juez soberano y supremo de las Leyes del Maat, quien
recogería el alma del fallecido para su viaje al más allá, en su barca solar, y cuyo rito celebraría el año
nuevo. Los colonos griegos que vivían en Menfis adoptaron su culto hacia el siglo IV a.C. en su forma local
de Osiris-Apis, el toro sagrado muerto y momificado. Los gobernantes lágidos introdujeron este culto en su
capital, Alejandría, en forma de Serapis, el dios sincrético grecoegipcio.
Igualmente recordarian las taulas a los Merket, instrumentos de medición de la orientación cardinal que
usaban los sacerdotes egipcios antes de plantear un trabajo arquitectónico, tal y como señalaron Arguimbau
Bagur y De Juan Benejam.

Estatua de la Hera de Samos, del Museo del Louvre. Nótense su actitud rígida y los pliegues diagonales del
manto en su pecho, en los que tal vez se inspiró el autor, también samita, de la taula de Trepucó/Bintalfa

Finalmente sugerimos que las taulas podrían servir también como campanas. Existe un vídeo en YouTube
de un turista extranjero golpeando con una piedra el capitel de la semienterrada taula de Na Comerma de
Sa Garita. El sonido que emite la taula, sorprendentemente, es como el de golpear un objeto de cristal. Así,
serviría el sonido para multitud de propósitos, tanto de alarma al poblado, como de celebraciones varias, o
incluso como reloj de llamada al culto, o a las actividades lectivas y de ocio de los escolares pitagóricos,
etc..
Recordaremos el paralelismo con la leyenda que habla de que Pitágoras, escuchando el batir de diferentes
martillos, a la puerta de una herrería, inventó el concepto de las notas musicales. ¿No recuerdan las taulas
a martillos, dentro de esta hipótesis sonora/musical? Tañirlas todas es un experimento que proponemos.

Más aún, de las observaciones puesta de relieve en este trabajo se establece un paralelismo útil con las
más antiguas construcciones de la Humanidad, las hasta ahora igualmente misteriosas taulas de Göbekli
Tepe, las cuales, según proponemos, servirían también como observatorios astronómicos aplicados a la
incipiente agricultura y ganadería, en el tránsito Paleolítico-Neolítico del Edén/Edin altomesopotámico.
Aquellos pilares en forma de T se explicarían gracias a esta idea como pilares de sostén de una cubierta de
lana amovible, pero también como representaciones del mito de un ser mágico que sostiene la bóveda
celeste. Recordeos que uno de los pilares tiene unos grabados de brazos, vestido de piel y cinturón,
habiendo sido interpretado como la representación de un brujo, o mejor una deidad o ser mágico. El capitel
de este pilar corresponde con la cabeza del antropomorfo.

Podemos igualmente proponer que el mejor candidato para ser el mausoleo de Pitágoras es la cueva 2 de la
necrópolis de Cala Morell, donde se encontró cerámica griega, y donde un pequeño nicho está al pie de una
taula, localizada dentro de la cueva cuya ventana está ornada con columnas dóricas griegas.
Lo que queda por hacer:

Obviamente, sería ideal comprobar cuántas de entre todas las taulas presentan la proporción áurea. No es
un trabajo fácil de hacer, cuando se carece de los medios económicos para desplazarse el tiempo suficiente
a Menorca, como para visitar estas varias docenas de taulas, ni cuando muchas no están localizadas para
el visitante, ni a veces siquiera accesibles.
Muchas de ellas están además dañadas, y no conservan el rectángulo original de la losa soporte. Otras
tendrán su base semicubierta (ej: Na Comerma de Sa Garita), y hasta que no se excave hasta el nivel
original del suelo, no se podrán medir para probar esta hipótesis.

Sobre aquellas taulas completas que no presentan la proporción áurea, cabe explicar que no son
visiblemente obra de ningún maestro, sino probablemente obra de un aprendiz, o de un grupo de ellos,
como es el caso de Torralba d´En Salord, donde uno de los grupos de estudiantes, el hemiciclo pi-tau, dejó
aparentemente su firma, no solo epigráficamente, sino también orientando la taula hacia el Este, en vez de
hacia el Sur.
En cualquier caso proponemos que el monolito aislado que hay al Sur del poblado, en un campo, sería para
indicar la posición del talayote y la taula de Torrellissar, los cuales serían un punto intermedio de
comunicación con So Na Caçana, desde donde se comunicaría con la cala estratégica de Cala En Porter.

En todo caso no se puede utilizar el frío argumento estadístico como intento de devaluar el dato matemático
tan importante que hemos hallado como mínimo en estas tres taulas bien conservadas, que son
Trepucó/Bintalfa, Torretrencada y Torrellisar.

Imágenes de 14 yacimientos de taulas (fuente: Aramburu Zabala)

Ponemos aquí la colección de imágenes de taulas propuesta por Aramburu-Zabala, para que el lector pueda
valorar si presentan o no posibilidad de medir la proporción áurea, o posiblidad de considerarse
suficientemente bien conservadas como para medirlas a la luz de esta hipótesis.
En cualquier caso esperamos poder tener la oportunidad de visitarlas y valorar esta medición en breve.

No queremos olvidar, por otro lado, señalar los muchos otros rectángulos áureos que visiblemente muestran
talayotes, cuevas de enterramiento, y construcciones varias, en los muchos yacimientos de Menorca. Aquí
ponemos algunas imágenes, para que el lector pueda valorarlas en este sentido. ¡Se esperan aportaciones!
La pequeña taula de Na Comerma de Sa Garita, semienterrada aún. ¿Una candidata a conservar s
rectángulo áureo? Creemos que sí, y consideramos de máxima importancia que las excavaciones respeten
el nivel del suelo original, para poder medir su altura correctamente.

Esperamos que futuros trabajos permitan aportar aún más datos en favor de esta "hipótesis Tau". ¿Habrá en
los demás yacimientos más evidencias aún no descritas? Según nuestra experiencia, es más que probable.
Instamos sin embargo al lector a no realizar jamás alteraciones de los yacimientos. Destruir información
valiosa es gravísimo, e irreversible.
Un portal megalítico a la entrada del yacimiento de Talatí de Dalt. A nosotros nos parece el hueco un
rectángulo áureo. ¿Qué opina el lector? Jalón de 1 metro, de referencia.

"Ventana" de la cara Sur del talayote de Torelló. ¿No tiene pinta de ser un rectángulo áureo?
Una de las taulas de Torrellafuda, de losa soporte irregular. Nótese sin embargo lo que podría ser una
epigrafía, ya casi imperceptible, en la parte alta, rodeada por un óvalo de líquenes negro.
Epílogo y agradecimientos

Mi primera toma de contacto con la astronomía y la proporción áurea fue a principio de los 80, en el
cementerio de Jalance, pueblo de origen de mi abuela paterna, donde mi padre nos llevaba a mis hermanos
y a mí, junto con los niños del pueblo, a ver el cielo nocturno de verano. Allí nos enseñó a identificar la
estrella polar a partir de la Osa Mayor, y nos habló de la mitología griega a la hora de aprender las demás
constelaciones. Uno de esos días, en compañía también de unos mayores, oí como él hablaba con ellos de
la proporción áurea, lo cual me intrigó.

Años más tarde, como alumno del Colegio La Salle de Palma, tuve que hacer un trabajo sobre arqueología
de Baleares, y ahí entré en contacto con la existencia de las navetas, los talayotes y las taulas. Fue mi
primer trabajo de investigación. Recuerdo que hice unos dibujos a lápices de colores de la Naveta d´Es
Tudons, edificio más antiguo de Europa, y de una taula, que me produjo una extraña sensación placentera,
por su geometría rectangular.

En 2008 pasé un invierno chopiniano en Menorca, ya como profesor interino, en el Centro de Enseñanza
para Adultos Joan Mir i Mir, de Mahón. Fue mi primera visita a la isla, donde, como geólogo, quedé sin
embargo encantado. En cuanto a arqueología, no visité más que la Naveta d´Es Tudons, a cuyo interior aún
se podía acceder entonces. Una persona anónima sin embargo me habló, lo recordé hace poco, en voz
baja, de las taulas, y de que representarían la proporción áurea. Quedé sorprendido por su aparente miedo
a ser escuchado por terceros.

Sería el 5 de junio de 2017, desempleado, en mi segunda visita a la isla, con motivo de mi asistencia como
oyente-mendigante a las sesiones de aula de la reunión nacional de la Comisión de Patrimonio de la
Sociedad Geológica de España, por mi proyecto de crear un geoparque en Baleares, cuando, teniendo que
buscar un sitio próximo a Mahón donde plantar furtivamente la tienda de campaña para hacer noche, elegí
el yacimiento de Trepucó, que olvidé visitar antes. Aquella noche fue mágica.
Recuerdo leer el cartel informativo, poco interesante, donde se hablaba del significado misterioso de las
taulas, y de su probable función simbólica religiosa. Aparecían unos ridículos personajes tipo cavernícolas,
con greñas y taparrabos, de rodillas y con los brazos extendidos, inclinándose alrededor de la taula, como si
rezasen a la Meca.

Recuerdo plantar la tienda a hurtadillas, cerca del tranquilo párking y de la taula, con el calor de la noche,
que estaba estrellada. Sudaba tanto después de montar la tienda y el colchón hinchable que, visto lo
solitario del sitio, me quité toda la ropa menos las sandalias. Decidí entonces ir a ver la gran taula. Al
acercarme a la misma, desnudo, desde el Sur, quedé impactado. La taula me miraba de frente, y estaba
perfectamente alineada tanto con el gran talayote que quedaba tras ella, como con la estrella polar, detrás y
encima de ambos. Enseguida me plantéé la hipótesis de un significado astronómico del monumento. Al
fijarme más, en busca de algún posible indicio adicional que apoyase mi idea, ví que también la entrada al
recinto estaba alineada, y quedé extasiado cuando vi que la taula tenía una serie de líneas diagonales, las
cuales inmediatamente me hicieron pensar en el movimiento de las estrellas. El asombro fue máximo,
cuando al mirarlas de más cerca vi que una presentaba un quiebro, que era lo que yo buscaba, como
posible representación del movimiento retrógrado aparente que Carl Sagan explicó en su serie Cosmos.

A partir de aquella visita empecé a investigar, volviendo dos veces más a la isla, para ver más taulas y poner
a prueba mi hipótesis. Empezaría también a darme cuenta de que otros había hablado ya de una
interpretación arqueoastronómica de las taulas, pero sin grandes resultados.
Insistí en mi investigación, y me reuní con un aficionado a la astronomía, de la asociación Astromallorca,
quien, sobre la foto de la taula de Trepucó/BIntalfa que le dí hizo la observación sagaz de que las líneas
estaban en número de 29, lo cual vimos remitía al número de días del mes lunar. Más aún, se me ocurrió
con él medir el ángulo de dichas líneas, por si pudiera casar con el de la eclíptica en Mahón. Quedamos
atónitos ambos cuando medimos en la pantalla de mi portátil, y gracias al clinómetro de mi móvil, un ángulo
de 40, precisamente el de la latitud de Mahón,y por tanto el de la eclíptica allí.
Seguiría yo con la investigación, animado ya, y daría, gracias a internet, con el trabajo de Ibáñez Orts, que
me abrió los ojos a la hipótesis pitagórica.

Me di cuenta de la relación de estos pitagóricos con la astronomía, y no solo con la geometría, y entonces
di, gracias a Wikipedia, con la observación clave: Los pitagóricos adoraban a la seccion áurea, a la que
llamaban "Tau", como abreviatura de "tomí", "sección". Enseguida caí en el paralelismo con las gandes
letras T que son las taulas, y cogí la foto que había hecho de la taula de Trepucó, para medr la proporción
altura/anchura de su gran rectángulo visible de la losa soporte, al que sospeché áureo. Grité "¡EUREKA!" en
cuanto vi que mi hipótesis era certera, y había dado con la resolución del enigma.
Volví a Menorca dos veces más, en los veranos de 2019 y 2020, y seguí haciendo observaciones
sorprendentes, y durmiendo otra vez como un mendigo, donde pude. Acabaría dando con dos taulas áureas
más, la poco frecuentada de Torrellissar, en 2019, y la de Torretrencada, en 2020, las cuales ya apercibí
como tales en fotos de internet.

Más aún, dí con el dato de la existencia de grabados en griego en la taula de Binicodrell, y sobretodo tuve la
gran fortuna de observar, también desde internet en un principio, la existencia, no mencionada esta vez en
la bibliografía, de unas inscripciones en la taula de Torralba d´En Salord, las cuales he interpretado como
firma pitagórica.

Una persona también anónima, con la que charlaba sobre mi tesis, me comentó que en Menorca hay
masones, y que al parecer son ellos los responsables de que no se haya investigado o divulgado el
significado pitagórico de las taulas. En fin, si eso es cierto, y sin duda en Menorca hay y ha habido una
importante actividad masónica, es hora de poner fin a la desinformación. Todos los científicos somos
herederos de la tradición académica de Pitágoras, y más aún, todas las personas que hemos sido alguna
vez alumnos, lo somos igualmente. No es decente esconder que en Menorca están las más antiguas
academias del mundo. Nosotros,a diferencia de los pitagóricos, no tenemos ningún juramento de
secretismo, sino, bien al contrario, un deber de divulgación, máxime en la era de internet, donde no es fácil
censurar secuestrando publicaciones, o similares.
Sea como fuere, es hoy cuando se publica esto, poniendo fin a un demasiado período de misterio, tal vez de
desinformación, sobre estas taulas de Menorca.
He dudado si publicarlo, porque se me ha negado la ayuda financiera formal, y todo lo que aquí he
descubierto lo he hecho con mis muy limitados recursos, estando desempleado durante muchos años.

Quiero por ello dar las gracias a todas las personas que me han ayudado a sobrevivir mientras tanto,
particularmente a mi madre, María del Carmen Ángela Emiliana Pérez Miguel y a mis hermanos Marina
Calvo Pérez y Manuel Calvo Pérez, sin olvidar el recuerdo a mi abuela Ángeles Miguel Gutiérrez.

No daré las gracias a los responsables de las instituciones públicas baleares, ni en particular a las de las
menorquinas, pues me han negado insistente y repetidamente el acceso a los recursos públicos de
investigación, que son de todos, cuando los he solicitado para investigar, publicar y divulgar mis múltiples
descubrimientos, no solo en arqueología, sino también en geología. Son recursos que sin embargo siguen
otorgando a cambio a todos aquellos que no descubren nada, aunque lo tengan delante de las narices, y
encima hacen todo lo posible por tratar de callar la boca a los que sí lo hacen. Más aún, se me viene
acosando desde hace más de 10 años, a todos los niveles (laboral, personal, a mi familia y bienes, en mi
hogar...). En un país que se quiere democrático y libre de corrupción no ha de haber cabida para esos
comportamientos, ni silencio frente a ellos, haya o no haya sociedades secretas u omerttá de por medio.

Finalmente denunciaré tambíén, para quien no se haya enterado, que mi país es una tiranía controlada por
la familia March (descendientes del traficante, magnate, asesino y golpista Joan March Ordinas, alias "el
buitre", "en Verga", o "el que se pasó de frenada"), al modo de la tiranía de Polícrates, pero de tapadillo.
Queden estos nombres malditos para siempre, en persistencia de la memoria y de la curiosidad, y en
espera de expropiación. No es posible ocultar ni quiénes somos, ni quiénes sóis. La verdad prevalece.

Gu gara.

Palma, 1 de Diciembre de 2020


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Graffiti artístico de Atenea, diosa griega de la sabiduría, en un callejón del centro histórico de Ciudadela
(Menorca). Está en inglés, así que mucho caso no le haremos (!)

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