Religious Belief And Doctrine">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

1 El Sábado Enseñaré

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

RESEÑA
Textos clave: Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:11-19.
Dios es amor. Por este amor, él creó un Universo lleno de armonía, paz, alegría y más
amor. Llenó el espacio del Universo con seres que fueron creados para crecer en felicidad,
servicio y amor. Sin embargo, una rebelión ilógica en el cielo contra el Creador (a quien
acusaban de exigir una estricta obediencia) trastornó este orden perfecto. Es más, las
elevadas normas del Creador llegaron a interpretarse como peticiones de un tirano. La ley
del amor se tergiversó como una restricción de la libertad. El resultado: hubo guerra en el
cielo (Apoc. 12:7).
Lo que antes era inconcebible se convirtió en una trágica realidad. La sabia y hermosa
criatura, el querubín protector ungido (hebreo: keruv mimshaj hasojej; Eze. 28:14), llamado
“Lucero, hijo de la mañana” (hebreo: helel ben-shájar; Isa. 14:12) -traducido también como
“lucero del amanecer”, “estrella luciente” o “hijo de la aurora”- se rebeló contra el Creador
eterno, santo, bondadoso y amante, y formuló acusaciones injustificadas en su contra para
autoexaltarse. El egocentrismo, el encanto, las mentiras, el engaño y el egoísmo de Lucifer
disociaron a los ángeles y destruyeron la paz perfecta del cielo.
Dios, en su infinita sabiduría, reaccionó respetando la decisión de Lucifer, y de esta forma
permitió que todos los seres inteligentes comprendieran la naturaleza destructiva del mal,
que a primera vista podría parecer atractivo. Básicamente, un ser creado atacó a su Creador,
y surgió el desorden. El que debería haber protegido el gobierno de Dios y su Ley estaba
trastornando sus principios de respeto y amor de una manera tan astuta que hasta los ángeles
se confundieron en su lealtad a Dios. Dios, al aceptar la decisión individual, demostró que
respetaba la libertad personal pero que no podía condonar la destrucción de la vida, sus
valores y sus principios de bondad.

COMENTARIO
El misterio del origen del mal
El origen del mal está rodeado de uno de los mayores enigmas. Por un lado, “el misterio
de la iniquidad” está en acción (2 Tes. 2:7); y por otro lado, “el misterio de la piedad” (1
Tim. 3:16) trae una solución al problema del mal. El orgullo de Lucifer fue derrotado por la
humildad del Señor Jesucristo en carne humana (Fil. 2:6-11). Debido a su poder moral y a su
amor abnegado, Jesús obtuvo la victoria sobre Satanás, a pesar de que físicamente se volvió
más débil.
El mal es irracional y está plagado de desorden; por lo tanto, es imposible encontrar una
explicación lógica para su existencia. No hay motivo para ello. Isaías 14 describe las
circunstancias de la caída de Satanás (no su causa), a saber: el orgullo; y Ezequiel
simplemente declara que el querubín ungido era perfecto/sin mancha desde su creación hasta
que “se halló en [él] maldad” (Eze. 28:15). Al desconectarse de Dios, Satanás rompió su
relación con él y, por consiguiente, se aisló de la única Fuente de vida, lo que lleva a la
muerte. Todas las criaturas, incluyendo a los ángeles celestiales y a los seres humanos de la
Tierra, fueron creadas totalmente dependientes de Dios. Únicamente manteniendo esa
relación de amor y cultivando la presencia de Dios se elimina el riesgo de desobediencia y
rebelión y se garantiza una vida abundante. El camino por seguir es conocer a Dios y su
carácter, apreciar su bondad y fomentar una actitud agradecida.
No había razón para la rebelión en el Universo perfecto gobernado por el amor. No había
ningún defecto que hiciera necesario mejorar el tipo de gobierno de Dios. Podemos describir
las circunstancias, cuándo y qué sucedió, pero nunca podremos encontrar una excusa para la
rebelión, porque no existía justificación para ella. Dios permitió el mal porque eligió no
crear autómatas ni robots, sino seres con libre albedrío para que pudieran amar libremente.

Ningún dualismo del bien y del mal


No creemos que el Universo esté regido por dos dioses rivales: por un lado, el Dios vivo,
que es el Dios del bien, y por otro lado, Lucifer, el dios del mal. Este dualismo es ajeno a la
revelación bíblica y no es compatible con su enseñanza. Las Escrituras atestiguan que Dios
creó una criatura excepcionalmente gloriosa y sabia (“Tú eras el modelo de la perfección,
lleno de sabiduría y de exquisita belleza” [Eze. 28:12, NTV],) que luego se rebeló contra su
Creador. Así, Lucifer, la creación irreprensible de Dios, se convirtió en Satanás. El apóstol
Juan describe al adversario en los siguientes términos: “Aquella serpiente antigua que se
llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero” (Apoc. 12:9, NVI). ¡Qué
pensamiento más increíble e impactante! El que estaba en la misma presencia de Dios, que
estaba en el Edén celestial, en el Santuario celestial, esa misma persona se rebeló contra el
Dios de amor. Las impresionantes acciones contra su Creador parecen irreales: la criatura se
atrevió a oponerse a su Rey y Comandante en jefe.
Y, por consiguiente, sucedió algo misterioso. El que fuera creado perfecto, el que estaba
dotado de muchos talentos, el que ocupaba el puesto más alto en el cielo después de Cristo,
se puso en contra de su Creador. El profeta Ezequiel declara: “Desde el día en que fuiste
creado tu conducta fue irreprochable, hasta que la maldad halló cabida en ti” (Eze. 28:15,
NVI). ¡Qué paradoja! El querubín protector, en vez de proteger el orden de Dios,
menospreció su Ley. Recuerda que en la Biblia encontramos querubines en Ezequiel 1 y 10
(cuatro seres vivientes son querubines, ver Eze. 10:15), y están estrechamente relacionados
con Dios, y lo acompañan ida y vuelta en su viaje al Templo de Jerusalén (Eze. 10:4, 5;
11:22, 23). En el Tabernáculo, los querubines protectores estaban en el Lugar Santísimo
sobre el Propiciatorio, debajo del cual se encontraba el Decálogo (Éxo. 25:18-22). Los
querubines simbolizaban la protección del orden y de la Ley de Dios. Sin embargo, Lucifer
abusó de su posición privilegiada, para luchar contra la autoridad de Dios.

Actividades de Lucifer
Ezequiel 28:15 declara que en el querubín ungido se halló “maldad”, o “iniquidad”
(LBLA). El término hebreo es ‘avlá, que significa “injusticia”. El que era perfecto y que
debía guardar la integridad de la Ley de Dios para garantizar el gobierno celestial acusó a
Dios de no ser bueno ni justo; es decir, de ser injusto. ¡Acusaciones muy inicuas! El término
“contrataciones” (Eze. 28:16), en hebreo, es rejulá y deriva de la raíz rajal, que significa
“proceder” o “ir de uno a otro”, ya sea para (1) comerciar o (2) chismear/calumniar. El
contexto pone en evidencia que no es el comercio ni los negocios lo que está en mente aquí,
porque sería el único lugar de la Biblia hebrea donde el comercio sería algo pecaminoso, y
eso no tiene sentido. Por lo tanto, la palabra más bien sugiere que el querubín protector
andaba dando vueltas vueltas chismeando sobre Dios, acusándolo de injusticia, chismeando
sobre su carácter y esparciendo mentiras. Lucifer sembró desconfianza e incredulidad, y
logró que otros dejaran de creer y seguir al Dios amoroso. Isaías describe los motivos de
Lucifer en términos de orgullo. Su arrogancia era tan fuerte que quería ser igual a Dios,
sentarse en el Trono de Dios, hacerse rey y elevarse a la posición de deidad (Isa. 14:13).
¡Qué arrogancia tan increíble!
El profeta Isaías describe la caída de Lucifer desde el cielo en tiempo pasado (Isa. 14:12).
Ezequiel afirma que fue arrojado “en deshonra de la montaña de Dios” y fue expulsado
[Eze. 28:16, NTV]). A continuación, Ezequiel revela lo que sucedió en el corazón de
Lucifer, es decir, cómo pecó en su mente al cultivar el orgullo. Observa atentamente la
naturaleza de sus cinco grandes declaraciones autorreferenciales: (1) “Subiré al cielo”; (2)
“en lo alto [...] levantaré mi trono”; (3) “en el monte del testimonio me sentaré”; (4) “sobre
las alturas de las nubes subiré” y (5) “seré semejante al Altísimo” (Isa. 14:13, 14; énfasis
añadido). Esta autoexaltación en el corazón de Lucifer se confirma en Ezequiel 28:17: “Se
enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu
esplendor”. Finalmente, después de esta autoglorificación, su destrucción completa se
presenta en tiempo futuro: “En cambio, serás bajado al lugar de los muertos [el sepulcro], a
las profundidades más hondas” (Isa. 14:15, NTV). El profeta Ezequiel coincide en que
Jehová exterminará a Lucifer, quien se convirtió en Satanás, el adversario. Su aniquilación
es tan cierta que Ezequiel utiliza el tiempo perfecto profético para expresar esa certeza: “Yo,
pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a
los ojos de todos los que te miran. [...] espanto serás, y para siempre dejarás de ser” (Eze.
28:18, 19).

Solo la dependencia de Dios da la victoria


Recuerda, Satanás no podía ser derrotado mediante argumentos ni poder, sino solo por
alguien “más débil” que él. Esta es la razón de la Encarnación. En el libro de Apocalipsis, el
dragón y diferentes bestias fueron derrotados por el Cordero; algo totalmente inaudito en el
mundo natural. Pero, la fuerza moral del amor y la verdad de Cristo conquistaron al mundo,
y él obtuvo la victoria sobre Satanás y sus poderes. Jesús, que nació como un ser humano
frágil, derrotó a Satanás por su pureza, obediencia y entrega total al Padre. Su vida
inmaculada y abnegada, su sufrimiento por nosotros y su muerte victoriosa en la Cruz
condenaron y firmaron la destrucción de Satanás. Ahora es solo cuestión de tiempo hasta
que Satanás sea ejecutado y el Gran Conflicto termine.

APLICACIÓN A LA VIDA
Piensa y responde las siguientes preguntas:
1. En cuanto al origen del mal: ¿Por qué un Dios amoroso y bondadoso permitió la
existencia del mal? ¿Es Dios responsable de la existencia del mal? Explica. ¿Por qué
decidió el Señor, en su infinita sabiduría, no destruir a Lucifer inmediatamente cuando
los malos pensamientos se originaron en su corazón? O ¿por qué Dios no destruyó a
Lucifer inmediatamente después de que comenzó a trabajar en secreto contra el gobierno
divino, para así evitar que la rebelión se extendiera ampliamente?
2. En cuanto a la descripción de lo que sucedió en el cielo: ¿En qué otros términos puedes
describir el orgullo y el accionar de Lucifer? ¿Quién sufrió más en esta situación de
rebeldía? ¿Podría Dios haber reaccionado de manera diferente ante Satanás para
garantizar una solución duradera a la existencia del mal? Justifica tu respuesta. ¿Cómo
fue derrotado Satanás?
3. En cuanto a vencer el orgullo: La historia de Lucifer es una advertencia seria para que
no caigamos en actividades y comportamientos igualmente incorrectos. Si el orgullo es
tan engañoso, ¿cómo podemos estar en guardia para no caer en su trampa mortal y ser
engañados por su “gloria” y éxito? Explica cómo es que la envidia, el egoísmo y el
orgullo van de la mano a la hora de destruir relaciones significativas.
4. Con respecto a cambiar el comportamiento de alguien: ¿Cómo puedes ayudar a los
orgullosos (los que no escuchan razones, están poseídos por la autoexaltación y el
egoísmo, y solo se miran a sí mismos y a sus propios intereses) a que se humillen?
¿Cómo puedes ser un pacificador o un agente de reconciliación para transformar una
atmósfera venenosa a tu alrededor y proponer la solución en medio de la tensión, la
envidia, la incomprensión y las acusaciones?

También podría gustarte