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Libro Vulnerabilidad

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ANÁLISIS DE LA VULNERABILIDAD

SOCIAL DESDE UN ENFOQUE


MULTIDISCIPLINARIO

Salvador Villerías Salinas


Neftalí García Castro
(Coordinadores)
ANALISIS DE LA VULNERABILIDAD
SOCIAL DESDE UN ENFOQUE
MULTIDISCIPILNARIO

Salvador Villerías Salinas


Neftalí García Castro
(Coordinadores)
Índice general

INTRODUCCIÓN 1

1. LA VULNERABILIDAD A TRAVÉS DE LA MIRADA DE LAS 3


CIENCIAS SOCIALES.
Georgina Calderón Aragón

2. FACTORES SOCIECONÓMICOS DE VULNERABILIDAD DE 28


LA FRANJA COSTERA DEL ESTADO DE GUERRERO,
MÉXICO.
Neftalí García Castro y Salvador Villerías Salinas

3. VULNERABILIDAD EN SALUD: PRINCIPALES CAUSAS DE


MORTALIDAD EN JÓVENES DE 15 A 24 AÑOS DE EDAD 52
EN MÉXICO. UNA VISIÓN GEOESPACIAL
Giovanna Santana Castañeda y Marcela Virginia Santana Juárez

4. PROPUESTA TEÓRICA –METODOLÓGICA PARA EL


ANÁLISIS DE RIESGO Y VULNERABILIDAD SOCIAL ANTE 71
LA AMENAZA DE INUNDACIONES EN LA CIUDAD DE
LUJÁN /BUENOS AIRES, ARGENTINA
5. Mg. Noelia Principi

6. LA VULNERABILIDAD EN EL ESTUDIO DE LOS


PROCESOS DE RIESGO-DESASTRE, Y SU LUGAR EN LA 86
PROTECCIÓN CIVIL EN MÉXICO
Alejandra Toscana Aparicio

LA OCURRENCIA DE DESASTRES EN MÉXICO 2000-2016:


UN ANÁLISIS DESDE LA ÓPTICA DE LA
VULNERABILIDAD. 110
Felipe de Jesús Juárez Villanueva

7. VULNERABILIDAD ANTE PELIGRO VOLCÁNICO


ASOCIADO AL VOLCÁN DE FUEGO DE COLIMA EN LAS 135
LOCALIDADES DE QUESERÍA, COLIMA Y TONILA,
JALISCO
Mary Frances Rodríguez Van Gort
8. EVALUACIÓN DE LA VULNERABILIDAD ANTE EL
CAMBIO CLIMÁTICO PARA EL FORTALECIMIENTO 152
TERRITORIAL
María de la Luz Robles-Camacho, Elizabeth Olmos-Martínez,
María Concepción Arredondo-García y Gabriela Cruz-Piñón

9. EL FENÓMENO DEL NIÑO Y LA VULNERABILIDAD


PESQUERA EN GUERRERO, MÉXICO
Salvador Villerías Salinas, Iliana Villerías Alarcón y Neftalí 179
García Castro

10. CAMBIO EN LA COBERTURA VEGETAL NATURAL Y


EXPANSION DE LAS ACTIVIDADES AGRICOLAS-
PECUARIAS-FORESTAL EN EL MUNICIPIO DE ATOYAC
DE ÁLVAREZ, GUERRERO, MÉXICO 197
Humberto Antonio González González, José Ramón Hernández,
Santana, Leticia Bibiano Mendoza, Oscar Figueroa Wences ,
Marcos Eymar Cortés Gaspar
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Introducción

El concepto de vulnerabilidad ha recibido aportes de campos de conocimiento


múltiples (antropología, sociología, psicología, ecología, geografía, ingeniería); en
consecuencia, la literatura para estructurar un marco conceptual es vasta y
heterogénea. Dicha expresión suele acotarse a partir de una serie extensa de
elementos como el riesgo, las estrategias para enfrentar a éste, susceptibilidad,
adaptación, resiliencia, sensibilidad, estrés, entre otros (Ruíz, 2011; Sánchez y
Egea, 2011; Cecchini et al., 2012).
De acuerdo con el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), la
vulnerabilidad es producto de los factores siguientes: 1) la probabilidad de que
ocurra un evento con efectos adversos, 2) la mínima o nula respuesta frente a tal
contingencia, debido a la falta de mecanismos de defensa apropiados (tanto de
carácter endógeno como derivados de fuentes de apoyo externo) y 3) la inhabilidad
para adaptarse al nuevo escenario derivado de la materialización del riesgo
(CELADE, 2002).
A groso modo, la vulnerabilidad social se concibe como un estado de
indefensión que resulta de eventos, procesos y características, individuales o
colectivas, que dificultan la subsistencia, el acceso a mayores niveles de bienestar,
el ejercicio de los derechos humanos, así como la consolidación de proyectos a
nivel personal, familiar o comunal (Kaztman, 2000; Golovanevsky, 2007; Adamo,
2012). Su estudio requiere la consideración de aspectos concretos como:

1) las características del modelo económico vigente, 2) las conductas que suponen
mayor exposición a eventos dañinos, y 3) los atributos básicos de la población
que suelen realzar los riesgos o las dificultades (edad, género, nivel educativo,
condición étnica, composición del hogar, nivel socioeconómico, estatus
ocupacional) (Busso, 2005; CELADE, 2002; Caro, 2003; Peek, 2008; Stough et
al., 2010).

En consecuencia, la vulnerabilidad social denota el estado de una persona,


hogar o un grupo humano, el cual “varía en relación inversa a su capacidad para
controlar las fuerzas que modelan su propio destino, o para contrarrestar sus efectos
sobre el bienestar” (Kaztman, op. cit., p. 8). Es “la incapacidad de una persona o de
un hogar para aprovechar las oportunidades, disponibles en distintos ámbitos
socioeconómicos, para mejorar su situación de bienestar o impedir su deterioro”
(Ibid., p. 13).

7
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

De esta manera, tal estado de incapacidad es concebido como resultado de la


combinación de eventos, procesos y aquellas características, individuales o
colectivas, que pueden dificultar la subsistencia, el acceso a mayores niveles de
bienestar, el ejercicio de los derechos humanos, así como la consolidación de
proyectos a nivel personal, familiar o comunal (Golovanevsky, 2007; Adamo,
2012).
Otro aspecto medular de la vulnerabilidad social es su carácter coyuntural, ya
que si bien existe una propensión estructural básica, esta suele adquirir niveles
distintos cuando surge un evento que impacta de manera desfavorable; “de acuerdo
con el transcurso de la crisis y con el encadenamiento de los procesos que le
acompañan y sus consecuencias perdurables, y de acuerdo con la capacidad de
resistencia y de superación de los afectados” (Coy, 2010, p.21).
Por lo tanto, la vulnerabilidad social tiene variaciones espacio-temporales
ocasionadas por la heterogeneidad de los eventos y demás causas que inciden en su
manifestación; por ejemplo, la distribución disímil de la población, las
características de ésta y su evolución a lo largo del tiempo, la presencia diferenciada
de infraestructura de servicios, oportunidades laborales, etc. (Adamo, op. cit.).
En ese sentido, el carácter polisémico de la vulnerabilidad social ha originado
propuestas metodológicas distintas (Busso, 2002). Con frecuencia, algunas
investigaciones suelen examinar las condiciones de vida de personas, hogares o
grupos socioeconómicamente desfavorecidos, con la finalidad de revelar elementos
epistemológicos que favorezcan el diseño de estrategias en la materia (Sánchez y
Egea, 2011). De esta manera, ha proliferado, por ejemplo, el análisis de la
incertidumbre socioeconómica ocasionada por la globalización, en los sectores
sociales con ingresos medios y bajos (Busso, 2005; Moreno, 2008).
Por lo tanto, con el propósito de coadyuvar a la comprensión de dicho
concepto y a su alcance investigativo, a continuación se exponen las concepciones
reveladas por algunos estudios desarrollados en América Latina, así como las
propuestas metodológicas empleadas para medir la vulnerabilidad social.

8
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La vulnerabilidad a través de la mirada de las ciencias sociales

Georgina Calderón Aragón1

Por las calles voy dejando, algo que voy recogiendo


pedazos de vida mía, venidos desde muy lejos.
Voy alado a la agonía, arrastrándome me veo,
en el umbral, en el fundo, latente de nacimiento.
Miguel Hernández

Resumen

Los conceptos utilizados dentro del estudio de los desastres han tenido una muy
acentuada inclinación a la explicación desde las posturas cercanas a las ciencias
experimentales, las cuales ponen el foco de atención en la manifestación de los
fenómenos naturales.
Las ciencias sociales hicieron una contribución muy importante al incorporar
el concepto de la vulnerabilidad social, el cual se analiza en esta oportunidad para
evidenciar la profundidad del término con relación a la explicación que las propias
ciencias sociales han dado a la explicación de las situaciones de desastre.
La principal contribución de la vulnerabilidad está relacionada no sólo con las
condiciones de la población, sino también y más específicamente con las
características de los hogares y/o familias al tener que afrontar no sólo situaciones
de desastre, también los cambios dentro de la dinámica social del modo de
producción capitalista y en donde es necesario contemplar las diferentes
mediaciones que impactan estos cambios.
La vulnerabilidad introdujo al estudio de las situaciones de desastre, las
dimensiones económicas, políticas y sociales y las analizó tanto en términos de
totalidad como a trevés de las singularidades que conforman esa totalidad y
contribuir con ello a comprender el proceso social que configura el desastre,
dejando atrás las visiones fisicalistas del mismo.

Palabras clave: vulnerabilidad; vulnerabilidad social; acceso a recursos

1Colegio de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de


México. Correo electrónico: cat.odisea@gmail.com

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Introducción

La vulnerabilidad se ha utilizado dentro del estudio de los desastres desde casi todas
las disciplinas así como las perspectivas teóricas que han considerado la temática.
Esta variabilidad de propuestas lleva a considerarla dentro de un amplio espectro en
donde se incluyen las instituciones, las infraestructuras, lo económico, lo político y
lo social y algunas otras.
En esta oportunidad se discutirá y argumentará por qué la vulnerabilidad,
desde la tradición marxista la considera relacionada sólo con las condiciones de la
población y más específicamente con las características de los hogares y/o familias
al tener que afrontar no sólo situaciones de desastre, sino también los cambios
dentro de la dinámica social del modo de producción capitalista y en donde es
necesario contemplar las diferentes mediaciones que impactan estos cambios.
Por lo tanto, se presentan algunas de las distintas posturas dentro de las
ciencias sociales que han estudiado la vulnerabilidad, analizando desde su
incorporación en el estudio de los desastres y las diferentes disciplinas y propuestas
teóricas que las sustentan.
La vulnerabilidad, por otra parte, se ha ido quitando de la explicación de las
situaciones de desastre y se ha ido sustituyendo, por la resiliencia y se la han
otorgado a la explicación a todas las escalas como la familia, el pueblo, la ciudad o
el país como resiliente, a medida que los discursos han querido quitarle el peso a las
condiciones económicas y sociales, dejando de lado la totalidad dentro de la
explicación no sólo de las condiciones de desastre, sino también de la finalidad
dentro del modo de producción capitalista para su reproducción.

El cambio de visión

En 1974, el geógrafo estadounidense Gilbert White junto con sus colegas fueron los
que abrieron la puerta sobre el cambio de visión dentro de las ciencias sociales, al
publicar por primera vez, que los desastres no son sinónimo de las amenazas
naturales. Dentro de la amplia tradición geográfica de la relación sociedad-
naturaleza postuló que la posibilidad de estar en una situación de desastre no
dependía solamente de la magnitud de la amenaza natural sino también de la
vulnerabilidad de la sociedad expuesta a la propia amenaza.
Por lo tanto, la vulnerabilidad a partir del planteamiento de White, comenzó a
utilizarse dentro de los estudios de los desastres desde la década de los setenta y fue
aceptada como parte del modelo explicativo de los mismos de forma paulatina
dentro de las ciencias sociales y se relacionaba, como todavía se hace en la mayoría

10
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

de los estudios a un solo o a cada uno de los fenómenos naturales, pero también se
incorporaron las dimensiones económicas, sociales y políticas y fue considerada
dentro de los estudios de la economía política, sin embargo, los estudios no hacen
una crítica al modo de producción capitalista, como lo hace la economía política.
De esa manera, se era vulnerable a los sismos, a los ciclones, etcétera, o a
varios de ellos, pero siempre se explicaba dentro de la fórmula un fenómeno natural
afectando algún grupo social. Kenneth Hewitt, Andrew Maskrey, Gustavo Wilches-
Chaux y Terry Cannon fueron de los primeros que comenzaron a investigar
considerando este punto de vista.
El propio Cannon (1991) resume la propuesta de la siguiente manera:

"Hay características particulares de grupos poblacionales diferentes,


determinados por los procesos sociales y económicos, lo que significa que con
el impacto de un tipo particular de amenaza de una intensidad dada algunos
evitan el desastre y otros no. Los procesos que hacen a la población más o
menos vulnerable son en gran medida iguales a aquellos que generan
diferencias en riqueza, control sobre los recursos y poder, tanto nacional como
internacionalmente. El concepto de vulnerabilidad es un medio para traducir
procesos cotidianos de segregación económica y política de la población en
una identificación más específica de aquellos que estarían expuestos al riesgo
en ambientes expuestos a amenazas."

Así es que si bien la geografía ha sido considerada una ciencia social, desde la
mayoría de sus propuestas teórico-metodológicas ha defendido desde su
institucionalización en el siglo XIX, que ella estudia la relación hombre-medio y
con esta perspectiva, en algunas implícita y en otras explícitamente se ha acercado
al estudio de los desastres y de la vulnerabilidad defendiendo estos planteamientos.
Pero como se observa desde los estudios de White, los geógrafos han
participado muy activamente en los estudios de los desastres y han hecho
propuestas teóricas, a partir de las cuales se han modificado los puntos de vista de
los mismos, pero en la mayoría de los casos no se desprenden de esta dualidad en
los estudios. Sin embargo, lo que incluyeron los otros estudios fue la incorporación
de la perspectiva de la economía política sin dejar de lado la separación de la
sociedad y la naturaleza, porque para que un trabajo tenga perspectiva social tiene
que plantear las preguntas de investigación desde lo social y no condicionar la
vulnerabilidad a la presencia de un fenómeno natural. Esto es de importancia
primordial para la discusión de la vulnerabilidad, como se analizará más adelante.

11
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La vulnerabilidad

Dentro de las propuestas más consideradas para el estudio de la vulnerabilidad es la


planteada por el abogado Gustavo Wilches-Chaux y, como se vio anteriormente, es
parte de la tradición iniciada por White pero se ubica teóricamente dentro de la
tradición de la ecología humana de Hewitt, no obstante él la traduce, recogiendo la
tradición de esta perspectiva (como se verá más adelante), en una propuesta
sistémica, la cual se aleja del planteamiento de la economía política. Desde el punto
de vista sistémico, trata de relacionar ambiente y desarrollo, lo que es una nueva
versión de la relación hombre-medio y lo presenta como la interacción entre el
sistema “comunidad” con el sistema “medio ambiente.”
Y de acuerdo a las fórmulas propuestas para el estudio de los desastres y las
cuales sirven para explicar tanto desastre como riesgo y vulnerabilidad:

Desastre = Riesgo x Vulnerabilidad y,


Riesgo = Peligro x Vulnerabilidad

El desastre, de acuerdo a la fórmula sería el producto de la convergencia en un


momento y lugar determinados, de dos factores: riesgo y vulnerabilidad. El riesgo
es cualquier fenómeno de origen natural o humano que signifique un cambio en el
medio ambiente que ocupa una comunidad determinada, que sea vulnerable a ese
fenómeno.
Y la vulnerabilidad es la incapacidad de una comunidad para “absorber”,
mediante el autoajuste, los efectos de un determinado cambio en su medio
ambiente, o sea su inflexibilidad” o incapacidad de adaptarse a ese cambio. La
vulnerabilidad determina la intensidad de los daños que produzca la ocurrencia
efectiva del riesgo sobre la comunidad. Por amenaza (para una comunidad), vamos
a considerar la probabilidad de que ocurra un riesgo frente al cual esa comunidad
particular es vulnerable (Wilches-Chaux, 1993: 17).
Parte de considerar a la comunidad como un sistema que incluye a la
población, la infraestructura física, los recursos naturales y culturales disponibles y
la tecnología, y los medios para su transformación; incluye además a la
superestructura institucional de la comunidad, el Estado, la Religión, el Derecho, la
Moral, la Tradición, la Ideología, la Economía, la Ciencia, la Política, la Historia, la
Cultura, aspectos recuperados con la finalidad de elaborar su propuesta de
vulnerabilidad global en donde incluye todos estos aspectos que considera cada uno
de ellos como parte de la vulnerabilidad de la comunidad.

12
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Gustavo Wilches-Chaux es, junto con los autores que presentamos


anteriormente, parte de los estudiosos en América latina que conformaron La Red
de estudios de América latina y publicaron dentro de esta organización desde la
década de los setenta. Sus trabajos se convirtieron en un referente teórico, no sólo
para los estudiosos de las ciencias sociales, sino con el tiempo, también fue
adoptado dentro del discurso de los tomadores de decisiones dentro de los Estados
nación de América latina ya que algunos de los que eran parte de la propia Red eran
o los que dirigían Protección civil en sus países o académicos relacionados con las
ciencias sociales, con injerencia con los tomadores de decisiones.

La visión alternativa desde la ecología humana

Los principales promotores de esta visión se basaron en los argumentos propuestos


por el geógrafo Kenneth Hewitt y se denominó como la visión alternativa al estudio
de los desastres en contraposición a la referida visión tecnocrática, impulsada por
las ciencias experimentales y cuya propuesta consistía en la resolución de las
situaciones de desastre recurriendo a soluciones ingenieriles y sin considerar las
condiciones de la población. Muchos de los estudios desde las ciencias
experimentales
El planteamiento de Hewitt quedó plasmado en el libro de Interpretations of
Calamity y se convierte en visión alternativa porque pone en el centro de la
discusión a las condiciones de vida de la población y quita la mirada de los
fenómenos naturales.
Sin embargo, el acercamiento a la realidad lo hace desde la ecología humana y
de acuerdo con los autores que la defienden como Gerard G. Marten (2001), se
encarga de:

“estudiar las relaciones entre los seres vivos y su medio ambiente. El medio
ambiente, en la ecología humana se percibe como un ecosistema. Un
ecosistema es todo lo que existe en un área determinada –el aire, el suelo, el
agua, los organismos vivos y las estructuras físicas, incluyendo todo lo
construido por el ser humano. Las porciones vivas de un ecosistema –los
microorganismos, las plantas y los animales (incluyendo a los seres humanos-
son su comunidad biológica.”

Es importante destacar que para la geografía, con la llegada de la ecología


humana, ésta le quitó su campo de estudio, en virtud de que están centrados en la

13
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

misma relación y ponen el acento en la parte física. Lo que añade la ecología


humana, porque estar propuesta desde la biología, es considerarlos, como lo ha
hecho la biología desde tiempo atrás, a los ambientes como si fueran sistemas, en
muchos casos cerrados en donde se puede ver y medir las variaciones dentro de
ellas de acuerdo a las entradas y salidas de energía. Incorporan en el estudio a los
seres humanos como parte del ecosistema mismo, interactuando con el ecosistema
del ambiente, como dice la definición.
Más adelante, y para clarificar el planteamiento, Martel (2001) indica:

“Aunque los seres humanos son parte del ecosistema, es útil pensar en la
interacción de los seres humanos y el ecosistema como la interacción del
sistema social humano y el resto del ecosistema. El sistema social incluye
toda acerca de las personas, su población y la psicología y organización
social que moldean su comportamiento. El sistema social es un concepto
central en la ecología humana porque las actividades humanas que ejercen
algún impacto sobre los ecosistemas están fuertemente influenciadas por la
sociedad en que viven las personas… La tecnología define nuestro repertorio
de acciones posibles… Al igual que los ecosistemas, los sistemas sociales
pueden tener cualquier escala-desde una familia hasta la totalidad de la
población humana en el planeta.”

Lo anterior especifica como se ve lo humano (en sus términos), porque ponen


el foco en el sistema social, pero la atención se encuentra realmente puesta en el por
ellos descrito como el ser humano. El otro componente es el ambiente descrito
como:

“El ecosistema proporciona servicios al sistema social transportando materia,


energía e información hacia el sistema social, para satisfacer las necesidades
de las personas. Estos servicios ambientales incluyen el agua, combustibles,
alimentos materiales para confeccionar vestimentas, materiales de
construcción, y oportunidades de recreo… La materia, energía e información
se mueven del sistema social al ecosistema como consecuencia de las
actividades humanas que ejercen un impacto sobre el ecosistema [ya que] a)
Las personas afectan al ecosistema cuando utilizan recursos como agua, peces,
madera, y tierras de pastoreo, b) Después de utilizar los materiales de los
ecosistemas, las personas los devuelven como deshechos, y c) Las personas
modifican o reorganizan intencionalmente los ecosistemas existentes, o los

14
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

crean nuevos, para satisfacer sus necesidades de la mejor manera posible.” (las
negritas son del autor) (Marten, 2001).

Lo natural considerados ecosistemas proporcionan servicios al sistema social,


este fundamento cambia por completo la visión que desde la geografía se tenía de la
naturaleza, ya que en esta postura teórica el agua y el aire principalmente pasan a
ser un servicio y por lo tanto, se puede cobrar como cualquier recurso. Los incisos
permiten apreciar la importancia concedida a las personas, presentándolas en el
inciso b) como personas que toman los materiales del ecosistema y sólo le regresan
deshechos. En cuanto a la modificación o creación de los ecosistemas se refieren al
“movimiento de materiales dentro de ellos, o entre unos y otros.”
Por lo tanto, si bien la vulnerabilidad pasa a ubicarse en el centro de la
explicación de las situaciones de desastre, no hay un rompimiento con la visión de
la separación entre la naturaleza y la sociedad, lo que posibilita, y de hecho se hace,
seguir considerando al fenómeno natural como amenaza y por consiguiente como el
verdadero causante del desastre.
El británico Andrew Maskrey, quien ostenta los títulos de urbanista y
planificador, es un exponente de las propuestas de Hewitt y lo presenta en los
siguientes términos:

…es común confundir el uso de los términos: fenómeno natural y desastre


natural. Fenómenos naturales como terremotos, inundaciones y ciclones se
convierten en sinónimos de desastres naturales… [y si] son altamente
destructivos no necesariamente causan desastres… Un terremoto sólo causa
desastre cuando afecta directamente o indirectamente al hombre y sus
actividades en un lugar y tiempo determinado… En general se considera como
desastre natural a la coincidencia entre un fenómeno natural peligroso
(inundación, terremoto, sequía, ciclón, etcétera) y determinadas condiciones
vulnerables. Existe el riesgo de que ocurra un desastre cuando uno o más
peligros naturales se manifiestan en un contexto vulnerable (Maskrey, 1989:
19).

Como está planteado, es clara la contradicción entre introducir la


vulnerabilidad como importante en el análisis y no modificar los estudios hacia lo
estrictamente social, lo cual abre las posibilidades de seguir considerando al
fenómeno natural (como lo hace Maskrey) como peligroso como si los fenómenos

15
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

tuvieran finalidad y no se manifestaran de acuerdo a los fenómenos físicos que los


provocan.
En el mismo texto de Los desastres no son naturales, Maskrey (1989: 2)
considera que “los desastres son característicos de los fenómenos naturales
peligrosos. Los desastres ocurren por lo tanto cuando un peligro ‘no-programado’
irrumpe en la normalidad.” La normalidad estaría representada por las condiciones
desiguales impuestas por el modo de producción capitalista para su fácil
reproducción y no son críticos a este proceso, lo que se vuelve de gran utilidad para
los tomadores de decisiones, toda vez que en el proceso de reconstrucción, las
autoridades no atienden las causas profundas de la vulnerabilidad y reproducen y
algunas veces profundizan, la desigualdad social.Otro ejemplo de esta postura se
encuentra en Omar Darío Carmona quien lo explica como:

Es importante mencionar que la “convolución” es un concepto matemático que


se refiere a la concomitancia y mutuo condicionamiento, en este caso, de la
amenaza y vulnerabilidad, dicho de otra forma, no se puede ser vulnerable si
no se está amenazado y no existe una condición y no existe una condición de
amenaza para un elemento, sujeto o sistema si no se está expuesto y es
vulnerable a la acción potencial que representa dicha amenaza (Cardona,
2001).

Dentro de las ciencias sociales siempre ha representado un problema tratar de


interpretar lo que pasa en los procesos sociales con categorías de las ciencias
experimentales. En el caso de Omar Darío Cardona (no es un científico social tiene
una formación de Ingeniero civil, pero es una parte activa del grupo de La Red, y
fue Director Nacional para la Prevención y Atención de Desastres de Colombia)
está tratando de referirse a la relación sociedad-naturaleza desde la convolución
entre la amenaza y la vulnerabilidad, pero adherido a la idea de que uno condiciona
al otro, lo que significa que para él no habría vulnerabilidad fuera de la amenaza
que es la que lo define, como se puede apreciar en la siguiente cita.

“De acuerdo con lo anterior, la vulnerabilidad se puede definir como un factor


de riesgo interno de un sujeto o sistema expuesto a una amenaza,
correspondiente a su predisposición intrínseca a ser afectado o de ser
susceptible a sufrir un daño. La vulnerabilidad, en otras palabras, es la
predisposición o susceptibilidad física, económica, política o social que tiene
una comunidad de ser afectada o de sufrir daños en caso que un fenómeno
desestabilizador de origen natural o antrópico se manifieste. La diferencia de

16
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

vulnerabilidad del contexto social y material expuesto ante un fenómeno


peligroso determina el carácter selectivo de la severidad de los efectos de
dicho fenómeno” (Cardona, 2001).

La vulnerabilidad la define como un factor de riesgo, este es un problema


adicional en el estudio de los desastres, definir amenaza, peligro, riego y
vulnerabilidad uno con respecto al otro y al final no hay diferencia entre ellos, lo
que provoca una fuerte confusión para su análisis. Por otro lado, la vulnerabilidad
ya no es sólo social, sino también económica, política o social, pero todas en
función de la amenaza, fenómeno perturbador que abarca no sólo los físicos sino
también los sociales.
Y también sitúa la vulnerabilidad como una falta de desarrollo de los países,
sin considerar, como se dijo anteriormente, la historia propia del modo de
producción capitalista y la desigualdad como intrínseco a su permanencia. De la
siguiente manera:
Aceptando la hipótesis que existe una alta relación entre las carencias de
desarrollo y la vulnerabilidad, Cardona (2001a) propone los siguientes factores de
los cuales se origina la vulnerabilidad:

a) Fragilidad física o exposición, que es la condición de susceptibilidad


que tiene el asentamiento humano de ser afectado por estar en el área de
influencia de los fenómenos peligrosos y por su falta de resistencia
física ante los mismos.
b) La fragilidad social, que se refiere a la predisposición que surge como
resultado del nivel de marginalidad y segregación social del
asentamiento humano y sus condiciones de desventaja y debilidad
relativa por factores socioeconómicos.
c) La falta de resilencia, que expresa las limitaciones de acceso y
movilización de recursos del asentamiento humano, su incapacidad de
respuesta y sus deficiencias para absorber el impacto (Cardona, 2001a).

Uno de los exponentes, al lado de Andrew Maskrey que más intervino en


promover la visión alternativa en América latina es el geógrafo Allan Lavell y lo
llevaron a cabo por medio de fungir como coordinador general el primero y
coordinador del nodo para América central y del Caribe de la Red de Estudios
Sociales en Prevención de Desastres en América latina (La Red). Encabezaron esta
organización con la finalidad de impactar tanto en los planteamientos teóricos
dentro de la academia para el estudio de los desastres, como en la forma de

17
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

intervención de los tomadores de decisiones dentro de los países de América latina.


Un ejemplo de este interés lo constituye Omar Darío Carmona, que como se dijo
anteriormente fue el Director General de la institución para la prevención de los
desastres en Colombia.
Sin embargo, tener una teoría que en el papel era innovadora y contar con un
puesto dentro de la estructura gubernamental no hace que cambien las formas de
intervención. Tienen que responder a la estructura del sistema y no hay posibilidad
de acciones de prevención y no sólo porque no hay recursos en los países sino que
tampoco pueden cambiar la institución, en virtud de responder a las mediaciones
políticas y económicas de los grupos de poder que es el mismo pensamiento del
gobierno, dentro de los países que exigen dirigir los recursos para la reconstrucción
de la infraestructura con el argumento de que eso es lo que mueve la economía de la
zona afectada, dejando para lo último y la menor cantidad de recursos para atender
a la población, aumentando con eso la vulnerabilidad, como se verá más adelante.
En la compilación que hace Allan Lavell (1997) en el libro de Viviendo en
Riesgo, presenta su definición de vulnerabilidad y explica que la vulnerabilidad
humana o social son “conceptos ofrecen un complemento necesario a los avances
realizados en el estudio de los factores de riesgo físico o natural, hechos dentro de
las ciencias naturales o básicas. Durante los últimos diez años, han sido
desarrollados varios marcos conceptuales complementarios relacionados con los
niveles y componentes de la vulnerabilidad humana a los desastres” (Lavell, 1997:
49).
Como trata de presentar una propuesta de investigación-acción para el estudio
de la vulnerabilidad, analiza varias proposiciones y considera el esquema más
desarrollado para investigar sobre la vulnerabilidad el que presenta Gustavo
Wilches-Chaux (1989) “quien identifica diez componentes o niveles de la
vulnerabilidad global en los desastres.” Como se explicó anteriormente reproduce la
física, (o localizacional), económica, social, política, técnica, ideológica, cultural,
educativa, ecológica, institucional y considera que “las distintas combinaciones de
estos niveles de vulnerabilidad tienen un claro y diferenciado efecto en términos del
impacto de un evento físico en una matriz social particular.” Y recupera las
propuestas de “niveles o componentes de la vulnerabilidad han sido propuestos por
Cannon (1991) y Anderson y Woodrow (1989), porque “complementan y amplían
el esquema ofrecido por Wilches-Chaux.”
Si bien recupera el planteamiento de Terry Cannon que sitúa la vulnerabilidad
dentro de los sistemas de vida, aspectos de autoprotección y aspectos de protección
social, considera que este esquema no resulta tan comprensivo como el de Wilches-
Chaux (por ejemplo, explícitamente se da poca consideración a los aspectos de tipo

18
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

motivacional, psicosocial, educacional u organizacional), Cannon introduce el


importante aspecto de la composición por clase, género y etnias de las poblaciones
bajo riesgo, afirmando que "los aspectos más importantes de la vulnerabilidad
descansan en las características de los individuos y de los grupos derivados de su
condición de clase, género o etnicidad. Las diferencias en estos factores
socioeconómicos resultan en distintos grados de impacto de una amenaza física."
Además dice, “este acercamiento clarificativo tiene la virtud de destacar los tipos de
actores sociales responsables para las diferentes categorías de vulnerabilidad
(individual, familiar, comunidad, estatal, etc.)”
No obstante, indica que el análisis de Anderson y Woodrow (1988) “es más
convincente y desarrollado como una herramienta de diagnóstico en el análisis de
diversos casos de esquemas de reconstrucción postdesastre.” Por lo que refiere que
el término de vulnerabilidad se refiere a "los factores de largo plazo que afectan la
capacidad de una comunidad de responder a eventos, o que los hacen susceptibles
de sufrir una calamidad (...) preceden a los desastres, contribuyen a su severidad,
impiden respuestas efectivas frente a los desastres y permanecen."
Sin embargo, los autores vuelven a considerar lo físico, lo social y agregan un
nuevo factor considerado como motivacional de acuerdo con las formas en las que
las comunidades no sólo se ven sino como tratan tanto el ambiente físico, como el
sociopolítico.
Estos autores incorporan en su análisis la vulnerabilidad diferencial de acuerdo
“al género, clase, etnicidad, diferencias migratorias y de edad. Además, destacan
también el uso de su esquema para considerar no solamente las vulnerabilidades de
familias o comunidades, regiones o naciones, sino también de sus capacidades; o
sea, aquellos aspectos físicos, materiales, sociales, organizacionales, actitudinales o
motivacionales, que constituyen aspectos positivos al considerarse las respuestas o
las resistencias frente a agentes potenciales de desastre.”
En todos los casos consideran que el proceso de desarrollo en los países
pueden reducir las vulnerabilidades y ampliar las capacidades, sin embargo no
consideran el desarrollo desigual propio de la lógica del modo de producción
capitalista.
Asociada al desarrollo, también se encuentra la propuesta de Stephen Bender y
lo explica como:

…el desarrollo puede ser definido como un mejoramiento (usando la medida


que cada país escoja) por el cual la sociedad busca mantener un progreso a
través del tiempo. La vulnerabilidad (vulnerabilidad al desastre) es un reflejo
de dependencia que entorpece el mejoramiento… La diferencia entre

19
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

mejoramiento y vulnerabilidad es un reflejo de la resistencia de la sociedad


ante eventos naturales e inducidos por la población. Cuando un evento hace
que el nivel de mejoramiento actual se reduzca por debajo del nivel de
vulnerabilidad, se requiere de asistencia ajena, y el curso del mejoramiento
puede ser alterado por años e incluso por décadas (Bender, 1993: 100-101).

Explica que el estudio de la vulnerabilidad sirve para definir a la población


objetivo hacia donde se tienen que dirigir las acciones de desarrollo y con ello se
ayuda a la mitigación de los desastres. Reducir la vulnerabilidad tiene cada vez
mayor importancia para poder evaluar “para quién” se realizan los proyectos de
desarrollo.
Si bien el análisis parece estar dirigido a superar las condiciones de
vulnerabilidad por la vía de planes de desarrollo, más adelante propone que “la
reducción de la vulnerabilidad utilizando ciencia y tecnología debe jugar un rol más
grande en la definición del desarrollo incluyendo las agendas de mitigación de
desastres. Por lo tanto la invitación para una mejor respuesta se basa en asistencia
técnica, entrenamiento técnico (ambos para la planeación) y transferencia de
tecnología” (Bender, 1993: 101).
Lo presenta como si no fuera un problema para los países periféricos la
transferencia de tecnología, como si no fuera un gasto enorme el pago por la renta
tecnológica. Para salvar este problema muchos de los estudiosos de los desastres,
encabezados por el grupo que forman La Red en América latina, los cuales
proponen la introducción de la llamada tecnología intermedia, lo cual significa
comprar, igualmente en el extranjero una tecnología elaborada para los países
pobres, lo que evita desarrollar tecnología propia o contar con los últimos adelantos
sobre la materia.

La nueva aproximación o El modelo de At Risk

Si el libro de Kenneth Hewitt en 1983 significó el ingreso de la vulnerabilidad


social en el estudio de los desastres, el libro de Piers Blaikie, Terry Cannon, Ian
Davis, & Ben Wisner, At Risk: Natural Hazards, People's Vulnerability and
Disasters, publicado en primera edición en 1994 (2ª en 2003) y traducido por La
Red en 1997 con el nombre Vulnerabilidad, el entorno social, político y económico
de los desastres, bajo la propuesta teórica de la ecología política, la cual llegó a las
ciencias sociales al iniciar la década de los noventa.
Se considera el libro de Blaikie y colaboradores como un verdadero legado
porque con él se dio inicio a la ecología política regional, la cual definen como una
20
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

aproximación para entender a los impulsores económicos y políticos de la


degradación de los recursos y particularmente la falta de acceso a los recursos
naturales que sufren las personas pobres o marginadas.
Si bien la ecología política no deja de lado la consideración hacia los
fenómenos naturales como parte fundamental en la explicación de una situación
desastrosa, lo cierto es que los modelos propuestos para explicar la vulnerabilidad,
centran la atención en el contexto económico, político y social considerando las
distintas escalas de análisis.
Si bien, como anuncian en la introducción, en el libro se encuentran algunas
inconsistencias teóricas debido a la dificultad de hacer compatible el pensamiento
de cuatro autores. No obstante, las ideas generales y las novedades dentro de su
propuesta proporcionaron diferentes perspectivas para los estudios de la
vulnerabilidad.
Para ellos el análisis de los desastres “nos permite mostrar por qué no se deben
segregar de la vida cotidiana y cómo los riesgos implícitos en los desastres tienen
que estar conectados con la vulnerabilidad generada para mucha gente por su
existencia normal. Se trata de buscar las conexiones entre los riesgos que afronta la
población y las razones de su vulnerabilidad a las amenazas” (Blaikie et al, 1996).
Parece que otra vez se trata de buscar las conexiones o la relación entre naturaleza y
sociedad, no obstante el argumento también supone una “separación bastante
artificial entre la población en riesgo de amenazas naturales y las amenazas
inherentes de la sociedad normal” (Ibid) en donde introducen una crítica a la propia
separación entre lo que significan las amenazas dentro del estudio de los desastres,
ubicando con la misma importancia a las amenazas sociales que incluye lo
económico y lo político.
Por lo tanto, no hacen un cambio de terminología, lo cual siempre es un
problema cuando se quiere hacer una propuesta distinta, sin embargo la explicación
si muestra la diferencia en el punto de vista.

“El punto crucial de entender por qué ocurren los desastres es que no son sólo
los eventos naturales los que los causan. También son el producto del medio
ambiente social, político y económico (diferente del medio ambiente natural)
debido a la forma en que estructura la vida de diferentes grupos de personas.
Hay un peligro al tratar los desastres como algo peculiar, como eventos que
merezcan su propio enfoque especial. Al estar separados de las estructuras
sociales que influyen en la forma como las amenazas afectan a la gente, se da
demasiado énfasis en la gestión de los desastres a las amenazas naturales

21
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

propiamente dichas y no suficiente al ambiente social y sus procesos”


(Ibidem).

Lo que los hace diferente es puntualizar que lo crucial no sólo está en la


definición de los desastres a partir de los fenómenos naturales, también se encuentra
en las estructuras sociales y los procesos que la sociedad se relaciona partir de ellas,
cambian las formas que afectan a la gente, planteamiento que posibilita una manera
absolutamente distinta a las otras propuestas.
La vulnerabilidad, donde centran la explicación de las situaciones de desastre,
claramente está puesta dentro de los procesos socioeconómicos y políticos de la
población. Esto constituye el aspecto fundamental para la propuesta de sus
modelos:

“Muchos aspectos del medio ambiente social se reconocen fácilmente: la


población vive en situaciones económicas adversas que la llevan a habitar
partes del mundo que se ven afectadas por amenazas naturales, sean áreas de
inundación de los ríos, laderas de volcanes o zonas sísmicas. Pero hay muchos
otros factores políticos y económicos menos obvios que están tras el impacto
de las amenazas… La vulnerabilidad de la población se genera por procesos
socioeconómicos y políticos que influyen en la forma como las amenazas
afectan a la gente de diversas maneras y con diferente intensidad” (Ibid).

La definición de vulnerabilidad, como para todas las que tienen múltiples


acepciones se dificulta o hay una necesidad de identificar las características de los
conceptos, los autores proponen una definición práctica y la definen como “las
características de una persona o grupo desde el punto de vista de su capacidad para
anticipar, sobrevivir, resistir y recuperarse del impacto de una amenaza natural.
Implica una combinación de factores que determinan el grado hasta el cual la vida y
la subsistencia de alguien queda en riesgo por un evento distinto e identificable de
la naturaleza o de la sociedad” (Ibid).
Después de clarificar el planteamiento teórico que van a utilizar en el análisis
de la realidad, pasan a presentar los modelos. El primer modelo lo denominan de
Presión y Liberación (modelo PAR, pressure and release) y trata de exponer como
se presentan los desastres cuando los fenómenos naturales (que ellos les llaman
amenazas) afectan a la gente vulnerable. La Presión en la población la ejercen la
vulnerabilidad en la que se encuentran y lo severo de la manifestación de la
amenaza. La Liberación se utiliza para explicar cómo atenuar la presión para que se
reduzca la vulnerabilidad.

22
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Al segundo modelo lo llaman “modelo de acceso” y es el modelo que se


propone para analizar cómo se genera la vulnerabilidad, a través de considerar los
procesos socioeconómicos y políticos, o sea, como cambiar las condiciones en las
que viven los sujetos para reducir la vulnerabilidad por medio de mejorar la
protección y la capacidad de recuperación.
El modelo (PAR) lo esquematizan en la Figura 1, a la que denominan
“Presiones” que resultan en desastres: la evolución de la vulnerabilidad.
El modelo, al que los autores identifican como una herramienta relativamente
simple por lo general de su planteamiento, trata de advertir como, “para la
explicación del desastre, se necesita buscar alguna progresión a partir de donde se
relacione como es el impacto de un desastre sobre la población por medio de los
distintos niveles de los factores sociales que son los que generan la vulnerabilidad,
niveles y factores que encuentran su explicación en la esfera económica y política”
(Ibid: 28).

Figura 1. Modelo de Presión y Liberación

Fuente: Blaikie et al, 1996: 29

23
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La población se encuentra más alejada de las llamadas causas de fondo,


(referidas en la columna de la izquierda) sin embargo, éstas son fundamentales
porque son las que estructuran la vida económica y política no sólo del país en
donde se encuentren, también se refiere a la totalidad del modo de producción
capitalista, cómo funciona y cuáles son los principios rectores para su
funcionamiento. A partir de ello hacen hincapié en el poco acceso que tiene la
población, al poder, a las estructuras sociales y a los propios recursos, también
incluyen las estructuras ideológicas de los sistemas económicos y políticos que
determinan las relaciones sociales de la población con las estructuras creadas y
entre la población misma, lo cual configura sujetos sociales específicos. Los autores
las resumen como las “causas radicales [que] son normalmente una función de la
estructura económica, definiciones legales de derechos, relaciones de género y otros
elementos del orden ideológico. Están conectadas con el funcionamiento (o no) del
Estado y finalmente con el control de la policía y fuerzas armadas” (Ibid: 30).
En términos prácticos son fuentes de vulnerabilidad porque los sujetos sociales
están más alejados del acceso no sólo a los medios de vida y de recursos más
seguros y por lo tanto más provechosos, los que los llevan a incrementar los niveles
de vulnerabilidad y, por lo mismo, se convierten en las poblaciones menos
prioritarias no sólo para acciones de mitigación, sino también a la hora de las
ayudas durante las situaciones de desastre, lo que aumenta su vulnerabilidad.
La segunda columna, la de las presiones dinámicas, les ayudan a explicar
como determinados procesos y/o actividades dentro de esa estructura económica-
política, posibilitan que las condiciones inseguras de los sujetos sociales aumenten
la vulnerabilidad. Si bien las relacionan con la presencia de los fenómenos
naturales, están más relacionadas con el exiguo acceso a los recursos, sean éstos
base material para su reproducción, salud, vivienda que están directamente
relacionados con los compromisos de deuda externa de los países y los ajustes
estructurales propuestos por los organismos internacionales para otorgarles más
crédito. Esto afecta de manera primordial a los países periféricos.
Las condiciones inseguras en las que vive la población, se presentan en la
tercer columna y están condensadas en cuatro grandes rublos que incluyen al
ambiente físico frágil, una también frágil economía, una sociedad vulnerable y
acciones públicas con personas mal formadas o que no intervengan de forma
precisa en las situaciones de desastre, aumentando la vulnerabilidad.
Con la presentación de estas tres columnas tratan de crear una cadena
explicativa de la progresión de la vulnerabilidad que posibiliten comprender el
funcionamiento de las estructuras sociales. Cadena que no es estática, sino que se
24
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

encuentra en constante movimiento, porque es una cadena que articula las escalas
de funcionamiento del sistema, desde la escala mundial hasta la local, sin olvidar la
del Estado nación, escala en donde se concretizan las leyes y acuerdos que rigen a
la sociedad en su conjunto y las cuales posibilitan o no el acceso a los recursos. La
modificación de alguna de ellas transforma toda la cadena explicativa lo que la hace
muy dinámica y con una muy importante variabilidad temporal. Esta variabilidad es
la que se encuentra menos presente en los estudios sobre vulnerabilidad, lo que ha
evitado presentarlo como un proceso en constante cambio.
Dentro de las causas de fondo de importancia a escala mundial y que
dispararon un aumento de vulnerabilidad a esa escala se encuentra el
establecimiento de las políticas neoliberales y si bien tuvo y tiene repercusiones
diferenciales de acuerdo a las condiciones específicas históricas de cada uno de los
Estados-nación, para los países periféricos significó y hasta la actualidad lo sigue
haciendo un deterioro permanente de acceso a los recursos debido a las políticas de
estabilización impuestas por el Fondo Monetario Institucional (FMI), quienes junto
con ajustes estructurales dictados desde el Banco Mundial (BM), llevaron a la
reducción del gasto público. Con ello se originó la privatización de las empresas de
propiedad del Estado, aumentando el desempleo de forma considerable, se
redujeron los subsidios para el campo, aumentando los que aplican a las empresas
privadas y hubo una fuerte reducción del gasto a servicios como la educación, salud
y sanidad aumentando sensiblemente las condiciones de inseguridad de las personas
y por lo tanto de la vulnerabilidad de las mismas.
La explicación de Blaikie y colaboradores (1996) no termina con el análisis de
las causas de fondo y la cadena de ésta engarzada con las presiones dinámicas y las
condiciones inseguras, el modelo de acceso a los recursos es el segundo modelo
propuesto y a partir de él puntualizan aspectos de la propuesta teórica ya que este
modelo sirve para cambiar la escala y analizar los procesos desde otra perspectiva.
En este especifican (aspecto muy novedoso para el estudio de los desastres)
que “en realidad, la naturaleza forma una parte de la estructura social de la
sociedad, como es más evidente en el uso de recursos naturales para la actividad
económica. Las amenazas también están entrelazadas con sistemas humanos al
afectar el patrón de activos y medios de vida entre la población (por ejemplo,
afectando la distribución de la tierra y la propiedad después de inundaciones)”
(Ibid: 52).
Así es que, si bien le denominan amenazas, la explicación no separa a los
fenómenos naturales de las condiciones económicas, políticas, culturales y sociales
en las que vive la población y la manifestación de ellos pueden modificar
sustancialmente el acceso a los recursos.

25
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En este sentido proponen a este segundo modelo como un marco conceptual


dinámico que ayuda a comprender “como surgen las condiciones inseguras en
relación con los procesos económicos y políticos que asignan activos, ingresos y
otros recursos en una sociedad. Pero también nos permite integrar la naturaleza en
la explicación de los impactos de las amenazas, porque podemos incluir la propia
naturaleza, incluso sus extremos, en las operaciones de los procesos sociales”
(Ibídem).
En este modelo definen el acceso como “la posibilidad de un individuo,
familia, grupo, clase o comunidad de usar recursos que se requieren directamente
para asegurar la subsistencia. El acceso a esos recursos siempre se basa en
relaciones económicas y sociales, que incluyen generalmente las relaciones sociales
de producción, género, etnicidad, estatus y edad. Esto significa que los derechos y
obligaciones no están igualmente distribuidos entre la población” (Ibid: 55).
Como los autores son geógrafos o tienen alguna relación con la geografía,
como parte de su modelo explicativo tiene sustento en las diferenciaciones que el
sistema produce en el espacio geográfico, aceptan que el acceso puede tener
dimensiones tanto espaciales como económico-políticas,

“en la mayor parte de las situaciones, la desigualdad espacial de acceso es un


reflejo de las desigualdades económicas y sociales. Hay muchos casos en los
cuales la población que tiene poco acceso a los recursos trata de mejorar su
situación trasladándose a nuevos sitios (ciudades para buscar trabajo o
mendigar o áreas de inundación para cultivar) que por sí solos son más
propensos a las amenazas. La recuperación de un impacto a causa de desastre
igualmente puede menoscabarse por la inaccesibilidad espacial” (Ibid: 55).

El acceso a los recursos el Estado-nación los asegura a través de los derechos,


estos también pueden cambiar después de una situación de desastre, o aprovecharse
de ella para modificarlos, para hacer el análisis del acceso cambian la escala y
proponen al hogar como el espacio propicio en el estudio de la vulnerabilidad,
porque en ellos se concretiza las dimensiones económicas y sociales en términos de
acceso.
Y son los hogares porque cada uno “hace una elección (o se ve obligado) para
aprovechar una o más oportunidades de ingreso o subsistencia. En áreas rurales, la
mayoría de éstas será el cultivo de diferentes semillas y pastoreo de animales,
mientras en las áreas urbanas existe una amplia serie de oportunidades que incluyen
cosas tales como pequeño comercio, trabajo en una fábrica, trabajo informal o
trabajo doméstico. Cada oportunidad de ingreso tiene calificaciones de acceso. Esto

26
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

se define como un conjunto de recursos y atributos sociales (habilidades, miembro


de una tribu o casta particular, sexo, edad) que se requieren para aprovechar una
oportunidad de recurso” (Ibid: 58).
Cada oportunidad de ingreso tiene diferentes calificaciones de acceso y los
rendimientos que otorgan pueden ser dinero, productos físicos y otros servicios. Las
calificaciones altas están reservadas principalmente al capital, pero también con
habilidades especiales o con la infraestructura costosa, lo cual excluye a la mayoría
de la población. Entre las bajas calificaciones están los trabajos informales
generalmente muy mal pagados. En situaciones de desastre es importante conocer
las calificaciones de acceso de los sujetos que forman parte de los hogares para
evaluar las posibilidades de las familias en la recuperación, de las propias
modificaciones económico-políticas.
“El acceso a todos los recursos que posee cada individuo u hogar se pueden
llamar colectivamente su perfil de acceso” (Ibídem). Y ese perfil se va modificando
a lo largo de la vida de los sujetos y, por lo tanto de los hogares, tienen menos
riesgos los que poseen calificaciones altas de ingreso y los que tienen perfiles
limitados están obligados a considerar oportunidades con menos ingresos y les evita
ser flexibles en situaciones y aumentar la vulnerabilidad.
Las estrategias de los hogares se establecen a partir de las oportunidades de
ingreso de cada uno de los sujetos que conforman la familia y del momento en el
que estén porque pueden invertir en la modificación del perfil de ingreso de cada
uno o alguno de los miembros. En los años con buenas calificaciones pueden
invertir, comprar o en general, prepararse para condiciones adversas, por lo tanto,

“los flujos de ingreso entran luego al hogar como una serie de bienes y
efectivo: salarios, granos, envíos por parte de miembros del hogar ausentes,
utilidades del comercio o negocio, etc. Se puede construir un presupuesto del
hogar en el cual se enumeren los gastos e ingresos; la cuenta que se acumula
está en equilibrio o en déficit. Sobre esta base se toman decisiones sobre cómo
sobrevivir con déficits, ahorrar o invertir algún superávit y qué formas de
consumo deben ocurrir (que incluyan arreglos para casar a los hijos, tener
hijos, emigrar). Si hay superávit, el hogar puede decidir invertir y mejorar su
acceso a recursos en el futuro. Si la contabilidad está en déficit, se tendrá que
reducir el consumo o disponer de activos o tendrán que posponer y
posiblemente aumentar el déficit a la larga consiguiendo un préstamo de
consumo (lo cual puede resultar inadecuado). Las consecuencias de estas
decisiones darán como resultado un cambio en el perfil de acceso de cada
hogar en el siguiente periodo” (Ibid: 60).

27
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

El modelo de acceso, lo resume Blaikie y colaboradores en el cuadro


siguiente:

Figura 2. Acceso a recursos para mantener medios de vida

Fuente: Blaikie et al: 58

Los dos modelos de Blaikie et al, no sólo se complementan, también ofrecen


una forma de análisis dialéctica, a partir de los procesos sociales, económicos y
políticos en constante transformación, lo cual impacta a los países en una escala y a
las familias conformadas por sujetos que en general son los más afectados cuando al
cambio de las políticas a nivel mundial impactan las estructuras de los países a
partir de las reformas estructurales que les imponen, los más afectados siempre es la
población más pobre, los cuales se vuelven más vulnerables a todos esos cambios.
Y aunque la vulnerabilidad no es sólo una cualidad ligada a los fenómenos
naturales porque, como se indicó anteriormente, la naturaleza está incluida dentro
de los procesos sociales, sin embargo, cuando se presentan las situaciones de
desastre analizadas desde donde el fenómeno natural es la amenaza, la intervención
de los gobiernos está dirigida en última instancia a disminuir la vulnerabilidad. En
palabras de Rahmato (1988): "Es en los años de recuperación cuando en realidad se

28
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

siembran las semillas del hambre"(citado en Blaikie et al: 55).


Por lo tanto, los patrones de vulnerabilidad se modifican a partir de los
cambios que se producen en los procesos económicos, políticos y sociales. Y, ante
las transformaciones llevadas a cabo a escala internacional ha producido cambios
fuertes en la economía política de los países de América latina con dinámicas
repercusiones en los procesos espaciales y temporales de la vulnerabilidad. Como lo
presenta Aglietta (1979) (citado en Markrey, 1993), “Los diferentes regímenes de
acumulación y sus modos de regulación se caracterizan por diferentes patrones de
organización espacial y por ende de acumulación de vulnerabilidades.”
Y se han modificado tanto después de la Segunda Guerra Mundial como con
la implementación del modelo neoliberal. Ambos como parte de la estrategia, a
escala mundial, de acumulación capitalista y con la implementación del régimen de
acumulación-regulación que impactó nuevamente de manera diferencial a los países
centrales, “con un largo periodo de estabilidad y crecimiento económico y social y
una organización espacial de la producción relativamente estable basada en
inversiones a largo plazo de capitales fijos bastante rígidos. En América Latina la
estabilidad sólo se logró por períodos cortos y en ciertos enclaves modernos”
(Ibídem).
En palabras de Byung-Chul Han (2017: 25) “el neoliberalismo engendra una
injusticia masiva de orden global. La explotación y la exclusión son constitutivas de
él. Constituye un <<apóptico>>, una construcción basada en una <<óptica
excluyente>> que identifica como indeseables y excluya por tales a las personas
enemigas del sistema o no aptas para él.”
El neoliberalismo en el mundo, como se perfiló anteriormente, se concretizó
por la presión ejercida por los organismos internacionales hacia los países que
contrajeron deuda en los propios bancos internacionales, las cuales se convirtieron
en impagables a partir del aumento de los intereses, lo cual estuvo acompañado con
la privatización de empresas paraestatales, una privatización de las tierras y los
recursos naturales, una paulatina flexibilización en el empleo y modificaciones de
las leyes para permitir la libre circulación de capitales posibilitado principalmente
con la firma de tratados de libre comercio entre los países.
En México se llevó a cabo con la modificación, en 1992, del artículo 27
constitucional, modificación que permitió en diferentes momentos históricos, a
medida que se dieron las condiciones para hacerlo, de la propiedad ejidal, de los
energéticos, de los recursos. La reforma a la ley federal del trabajo en 1998 durante
la presidencia de Ernesto Zedillo y del artículo 123 para la flexibilización laboral. Y
durante el mandato de Enrique Peña Nieto, en 2013 la reforma energética, para
permitir la entrada de capital privado en los energéticos e hidrocarburos,

29
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

nacionalizados por el general Lázaro Cárdenas en 1939.


El capitalismo periférico de la época arrastró a América latina a un
crecimiento de las grandes ciudades a niveles muy altos y a una transformación
profunda de las economías rurales. Se produjo, por tanto, una profundización en las
vulnerabilidades tanto de las periferias urbanas como de los pobres en las áreas
rurales. Desde entonces se ha producido una incesante migración de fuerza de
trabajo, primero dentro de los países, principalmente del campo a la ciudad y
después de los países periféricos hacia los países centrales buscando mejorar sus
condiciones de vida a partir del acceso a los recursos.
En términos de Maskrey (1993) “el crecimiento de ciudades secundarias, la
incorporación de nuevas regiones en los mercados nacionales e internacionales y el
crecimiento de sectores productivos informales en base a la pequeña empresa,
acompañado por nuevos patrones de migración y distribución poblacional, son sólo
algunos de los mecanismos y procesos que han conducido a un cambio en esos
patrones de vulnerabilidad.”
Un patrón que se ha intensificado con los años y principalmente en los países
periféricos, en donde no solamente hay crecientes concentraciones de población en
espacios cada vez más empobrecidos, lo que ha ocasionado mayores
concentraciones de las vulnerabilidades.

Consideraciones finales

Las condiciones materiales de vida de la sociedad, a todas las escalas, se han venido
deteriorando a partir de las distintas estrategias implementadas dentro de los
procesos económicos, políticos y sociales a partir de la Segunda Guerra Mundial y
profundizados desde que el modelo neoconservador ocasionó mayores
desigualdades entre y dentro de los países, aumentando, como resultado, las
condiciones de vulnerabilidad.
Las ciencias sociales iniciaron los estudios sobre la vulnerabilidad a partir de
la década de los setenta y han contribuido, desde distintas posturas teóricas, a
buscar modelos explicativos para su análisis. A si es que desde la aparición del libro
de Kenneth Hewitt se produjo una nueva visión sobre los desastres y se fueron
complejizando los análisis hasta los dos modelos planteados por Blaikie et al, los
cuales llevan el análisis a entender los procesos socioeconómicos y políticos que
originan las condiciones diferenciales y crecientes de la vulnerabilidad.
Sin embargo, con la transformación del discurso social hacia los discursos
apologéticos de lo individual, el análisis de la vulnerabilidad se dejó de lado para
analizar con herramientas teóricas que ponen la atención no en el comportamiento

30
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

de los procesos socioeconómicos y políticos, sino en las capacidades individuales


de las personas para recuperarse.
Los conceptos fundamentales en los estudios sobre los desastres, en la
actualidad, sientan sus bases en la percepción y la resiliencia. El primero no es
ningún conocimiento, se sustenta en los sentidos y la resilencia no considera las
relaciones socioeconómicas, como si los sujetos vivieran aislados y no fueran
sujetos.
Por último, las ciencias sociales tienen que recuperar su carácter crítico y
regresar a los esquemas explicativos que permiten profundizar en los procesos de
cambio que aumentan la vulnerabilidad.

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

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32
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Factores socioeconómicos de vulnerabilidad de la franja costera del


Estado de Guerreo, México

Neftalí García Castro2


Salvador Villerías Salinas3

Resumen

Esta investigación evalúa los factores socioeconómicos de vulnerabilidad que


presenta la franja costera guerrerense. La vulnerabilidad social es una categoría
analítica neurálgica para formular criterios de prevención y mitigación, así como
para valorar el impacto potencial y las acciones posteriores a la ocurrencia de
fenómenos naturales o antrópicos que generan consecuencias adversas. Esto se debe
a que tal concepto enfatiza cómo las disparidades sociales y económicas de la
población motivan que ciertos segmentos de ésta resulten más afectados que otros,
debido a que son esas características socioeconómicas las que confieren maneras
distintas de gestionar el riesgo derivado de eventos adversos. De esta manera, con
base en la vulnerabilidad social como categoría de análisis y el valor índice medio
como propuesta metodológica para ponderarla, en el presente documento se expone
una tipología que revela que la mayor parte de las localidades estudiadas no tienen
condiciones socioeconómicas que les facilite anticipar, lidiar, resistir o recuperarse
de situaciones críticas, ya que ostentan escaso acceso a activos y estructura de
oportunidades.

Palabras clave: vulnerabilidad social; indicadores socioeconómicos; valor índice


medio

Introducción

2 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología-Universidad Autónoma de Guerrero-Maestría


en Ciencias: Territorio y Sustentabilidad Social. Chilpancingo, Guerrero, México. Correo
electrónico: ngarciaca@conacyt.mx
3 Universidad Autónoma de Guerrero-Maestría en Ciencias: Territorio y Sustentabilidad

Social. Chilpancingo, Guerrero, México. Correo electrónico: svillerias@uagro.mx

33
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Este trabajo forma parte del proyecto de investigación Gestión multidisciplinaria


del riesgo ante fenómenos sísmicos e hidrometeorológicos en Guerrero. En las
páginas siguientes se aborda la vulnerabilidad social como una categoría analítica
indispensable para la gestión territorial, ya que ésta tiene en cuenta la localización y
distribución espacial de los elementos que influyen en el desarrollo y bienestar de la
población (Cabrales, 2006).
En ese sentido, el concepto de vulnerabilidad social permite estudiar los
efectos adversos asociados con fenómenos naturales o antrópicos, desde una
perspectiva crítica que subraya cómo las disparidades sociales y económicas de la
población motivan que ciertos segmentos de ésta resulten más afectados que otros,
debido a que esas características socioeconómicas les confieren maneras distintas
de gestionar el riesgo derivado eventos desfavorables como los señalados arriba.
La evaluación de los factores socioeconómicos de vulnerabilidad de la franja
costera guerrerense es relevante porque ésta se ubica en un segmento del territorio
nacional expuesto, de manera frecuente, a fenómenos sísmicos e
hidrometeorológicos. Además, en el caso de las obras relacionadas con la temática
de esta investigación, la mayoría de los estudios sobre Guerrero exploran sólo las
particularidades físicas de ese tipo de fenómenos naturales; muestra de esto son los
textos de Ramírez y Lugo-Hubp (2000); Ramírez (2011); Clemente et al. (2012).
En lo fundamental, las obras afines con el propósito de este trabajo son las
investigaciones de García y Villerías (2016) y García (2017). En estas obras se
definen las diferencias socioeconómicas de las ciudades de Chilpancingo y
Acapulco, respectivamente; los autores utilizan la vulnerabilidad social como
categoría de análisis, proponen su evaluación con base en un conjunto de
indicadores que reflejen las principales características socio-territoriales de estos
asentamientos urbanos y dan explicaciones factibles de las mismas.
Al respecto, cabe destacar que examen de las diferencias socioeconómicas de
un espacio suele ser descriptivo, a menos que se realice desde un enfoque tipológico
que separe y clasifique áreas en tipos geográficos con atributos espaciales concretos
(Propin y Sánchez, 1998). Asimismo, el enfoque tipológico sirve para evaluar,
desde la óptica cuantitativa y cualitativa, la combinación de atributos socio-
territoriales identificada a partir de las fuentes oficiales de información estadística.
El enfoque tipológico también da pauta para agrupar “datos que evidencian
unidades territoriales básicas con un comportamiento similar” (Vázquez, 2007:
100). Debido a ello, surgió el interés por investigar las características socio-
territoriales que presenta la franja costera guerrerense, a través del enfoque
conceptual-metodológico descrito arriba y difundirlo como referente básico para

34
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

examinar sistemáticamente los atributos socioeconómicos de esta parte de Guerrero


y, con ello, aportar elementos que sirvan de base para formular criterios de
ordenamiento territorial.
Para alcanzar este propósito, en este capítulo se abordan los aspectos
siguientes: 1) las características del área de estudio, 2) los principales aportes
conceptuales relacionados con la vulnerabilidad social, 3) el valor índice medio
como propuesta metodológica para ponderar los factores socioeconómicos de
vulnerabilidad y 4) las diferencias socioeconómicas internas que definen cuáles son
las áreas prioritarias para una gestión territorial socialmente responsable en esta
parte de Guerrero.

Área de estudio

Esta investigación examina la porción del territorio guerrerense localizada en la


subprovincia fisiográfica Costas del Sur; ésta es adyacente al océano Pacífico y
ostenta menos de 200 metros sobre el nivel del mar. La llanura costera tiene una
anchura que oscila entre los 10 y 25 km; aunque, en algunas partes, la amplitud es
menor debido a la incursión de la Sierra Madre del Sur, sobre la costa, lo que
origina acantilados como los que existen en Acapulco o Zihuatanejo (García, 2011).
En términos político-administrativos, la franja costera forma parte de los
municipios siguientes: la Unión de Isidoro Díaz, Zihuatanejo de Azueta, Petatlán,
Tecpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Coyuca de Benítez,
Acapulco, San Marcos, Florencio Villareal, Copala, Marquelia y Cuajinicuilapa. En
el segmento del territorio guerrerense analizado existen novecientas cincuenta y un
localidades; por el número de habitantes, destacan Acapulco con 673 479 personas
y Zihuatanejo con 67 408 (Figura 1).
En el área estudiada tiene presencia trascendente, el clima cálido subhúmedo
con lluvias en verano (Aw); en particular los subtipos Aw 1 (w) y Aw0 (w). En el
primero, la temperatura media anual supera los 26°C y la precipitación fluctúa entre
1 100 y 1 600 mm anuales. En tanto, el subtipo Aw 0 (w) se diferencia, respecto al
anterior, por su menor humedad. En los dos subtipos, la mayor cantidad de lluvia se
registra durante verano, el resto del año se caracteriza por el predominio de cielos
despejados.
El área recibe influencia directa del Pacifico durante el verano; la fuente
principal de humedad y precipitación son las masas de aire, provenientes del Istmo
de Tehuantepec hacia el norte por el litoral del Pacifico, en ocasiones en forma de
huracanes. Desde el punto de vista de la variabilidad climática, los sectores
socieconómicos de la región pueden ser afectados.

35
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 1. Franja costera de Guerrero: ubicación en el contexto estatal

Fuente: elaborado con base en INEGI, 2017.

Este segmento de Guerrero forma parte de las regiones hidrológicas


RH19 (Costa Grande) y RH20 (Costa Chica-Río Verde), ambas vierten sus aguas
hacia el océano Pacífico. Los numerosos ríos que integran estas regiones nacen en
la Sierra Madre del Sur y en otras áreas serranas menores de la entidad; los ríos
principales son Tecpan, Nuxco, Zihuatlan, Grande, Nexpa, Papagayo, Copala y
Cortijos. En el área también existe una cantidad notable de lagunas, destacan Potosí,
Nuxco, Coyuca, Tres Palos, Tecomate, Tila y Chautengo.
La franja costera se distingue por la existencia de suelos claros, fáciles de
erosionar y con fertilidad moderada; sobre todo de tipo cambisol y regosol. Sin
embargo, por la ubicación geográfica, predomina el suelo solonchak, éste es

36
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

carácter salino y está conformado por material no consolidado, es común en


terrenos permanentemente o estacionalmente inundados. La vegetación asociada
con estos tipos de suelos son: en el caso de los dos primeros, la selva baja
caducifolia y la vegetación halófita, tolerante a la sal, se asocia con el solonchak
(García, 2011).
Con base en las características físicas de esta parte de la costa guerrerense, las
actividades económicas más frecuentes son las agropecuarias, la pesca ribereña y la
extracción artesanal de sal. En años recientes, las localidades, sobre todo las más
cercanas a las playas, registraron aumento de la población ocupada en
establecimientos que expenden alimentos o en alguna actividad recreativa para los
turistas. En esos sitios, el número de empleos y los ingresos económicos fluctúan
según la temporada alta o baja de afluencia de visitantes (García, 2011).
De acuerdo al Consejo Nacional de Población (CONAPO), la mayoría de las
localidades que forman parte de la franja costera guerrerense tiene grados de
marginación significativos. La mayor parte de la población local tiene dificultades
para subsistir, poseen niveles mínimos de bienestar, no puede ejercer sus derechos
humanos y, con frecuencia, no es capaz de consolidar proyectos a nivel personal,
familiar o comunal. Por lo tanto, existe capacidad escasa para hacer frente a
situaciones de emergencia de distinta índole y magnitud; derivadas de fenómenos
naturales o antropogénicos, las cuales pone en riesgo su integridad física y el
desarrollo de sus actividades cotidianas.
Esto cobra importancia debido a que, en Guerrero se registra la cuarta parte de
la actividad sísmica del país. La costa guerrerense forma parte de la franja del
Pacífico en la que la Placa de Cocos entra por debajo de la Placa Norteamericana, lo
que ha dado lugar a sismos de magnitud significativa como los acaecidos el 28 de
julio de 1957 (7.5 grados Richter) y el 14 de marzo de 1979 (7.6 grados). Los
especialistas advierten que en la Brecha de Guerrero, esto es el área localizada entre
Acapulco y Petatlán (Costa Grande), es muy probable que ocurra un sismo de
magnitud importante, se espera que éste tenga una magnitud mayor a 7.5 grados
Richter.
Asimismo, el Atlas de Riesgos del estado de Guerrero, identifica a la franja
costera como una de las zonas en donde la población enfrenta riesgos asociados con
fenómenos hidrometeorológicos (ciclones tropicales, lluvias extremas, inundaciones
pluviales, fluviales, costeras y lacustres); tal es el caso de Paulina, en 1997, e Ingrid
y Manuel, en 2013. Estos fenómenos ocasionaron centenas de defunciones, miles de
personas damnificadas y pérdidas materiales estimadas en millones de pesos,
sobretodo en el Puerto de Acapulco.

37
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En este contexto, el objetivo de la presente investigación es establecer una


alternativa conceptual y metodológica que de pauta para formular criterios de
ordenamiento territorial en la franja costera de Guerrero. Con este fin, se examinan
los aspectos siguientes: 1) el sustento cognoscitivo relacionado con la
vulnerabilidad social, 2) se ponderan los factores socioeconómicos de
vulnerabilidad que diferencian a la franja costera guerrerense y 3) se revelan las
áreas prioritarias para una gestión territorial socialmente responsable.

Marco de referencia

El concepto de vulnerabilidad alude a la inseguridad e indefensión que perjudica a


un ser humano, a una familia o a un grupo de personas más grande, lo que suele
colocarlos por debajo del nivel de bienestar mínimo. Esta condición es
multifactorial; sin embargo, suele ser producto, esencialmente, de los aspectos
siguientes: 1) la probabilidad de que suceda un evento con efectos adversos, 2) la
poca o nula respuesta frente a tal contingencia, 3) la falta de mecanismos de defensa
apropiados y 4) la inhabilidad para adaptarse a contingencias que entrañe efectos
desfavorables (CELADE, 2002; Moreno, 2008; Cecchini, et al. 2012).
De manera análoga, la vulnerabilidad social suele definirse como un estado de
incapacidad humana que se manifiesta a nivel individual o colectivo. Es producto
tanto de eventos que ocasionan dificultades como de aquellas características
socioeconómicas y territoriales que dificultan la subsistencia, impiden el acceso a
mayores niveles de bienestar o favorecen su reducción, imposibilitan el ejercicio de
derechos humanos y la consolidación de proyectos personales o colectivos
(Kaztman, 2000; Golovanevsky, 2007; Adamo, 2012).
En ese orden de ideas, la vulnerabilidad social es el proceso que se enfrenta,
de manera individual o colectiva, en un contexto socio-ambiental adverso; en el
cual cobra relevancia; 1) la existencia de riesgo externo a la persona, grupo o
comunidad en cuestión, 2) la cercanía a la fuente de riesgo, 3) la posibilidad de
evitarlo, 4) tanto la capacidad que se posee como los mecanismos para enfrentarlo y
5) el resultado final de la contingencia (Chambers, 1989; Bohle, 1993; Pérez de
Armiño, 1999 citados por Sánchez y Egea, 2011).
De esta manera, la vulnerabilidad social denota una propensión estructural
básica; incapacidad humana que se manifiesta a nivel individual o colectivo, la cual
suele adquirir niveles distintos al surgir un evento que impacta de manera
desfavorable; “de acuerdo con el transcurso de la crisis y con el encadenamiento de
los procesos que le acompañan y sus consecuencias perdurables, y de acuerdo con
la capacidad de resistencia y de superación de los afectados” (Coy, 2010: 21).

38
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Desde esa óptica, el impacto diferenciado de un evento adverso refleja rasgos


esenciales de interacción, organización y del modelo de estratificación social que
inciden en la capacidad de anticipar, lidiar, resistir o recuperarse de situaciones
críticas (Blaikie et al., 1994; Coy, 2010; Ruíz, 2012; González et al., 2013).
Por lo tanto, la literatura especializada considera esencial analizar: 1) los
recursos materiales y simbólicos que favorecen o dificultan el desempeño de las
personas en su contexto social (capital financiero, capital humano, experiencia
laboral, nivel educativo, composición y atributos de la familia, capital social,
participación en redes y capital físico, entre otros); 2) la estructura de oportunidades
(determinadas por el mercado, el Estado y la sociedad), las cuales varían debido a
las crisis o el crecimiento económico, las transformaciones de la estructura
productiva, los cambios tecnológicos y las diversas políticas públicas; y 3)
instituciones y relaciones sociales que las personas desarrollan como acción
colectiva (familia, sindicatos, empresas, movimientos sociales, partidos políticos)
(Blaikie et al., 1994; Pizarro, 2001; Busso, 2005; Feito, 2007; Filgueira, 2005 citado
por Golovanevsky, 2007; Birkmann y Fernando, 2008).
La medición de la vulnerabilidad social tiene propuestas metodológicas
múltiples (Busso, 2002). En ese sentido, “… sin que exista un acuerdo unánime en
la comunidad científica a la hora de establecer cuál es el método más adecuado, sí
se aprecia cierta decantación hacia los sistemas de indicadores sociales” (Navarro y
Larrubia, 2006: 485); éstos son fundamentales para evaluar, dar seguimiento y
predecir tendencias de la situación de un país, estado, municipio o ciudad; por
ejemplo, en lo referente a su economía, sociedad, desarrollo humano, etc., así como
para valorar el desempeño institucional relacionado con el logro de metas y
objetivos establecidos en cada uno de los ámbitos de acción de los programas de
gobierno (Pérez, 2002).
En el contexto internacional, las investigaciones de Dwyer et al. (2004), Cutter
(2006), Bernard (2007), Golovanevsky (2007), Fekete (2009), Flanagan et al.
(2011), Huang (2015), Rufat et al. (2015), Chakraborty y Joshi (2016), Willis y
Fitton (2016), con matices conceptuales y metodológicos distintos, han ponderado
la vulnerabilidad social mediante indicadores que dan pauta para elaborar
caracterizaciones territoriales concretas; fundamentalmente, en torno a los rasgos
socio-económicos que motivan que ciertos segmentos de la población resulten más
afectados que otros frente un evento adverso de origen físico o antropogénico.
En México, por mencionar algunos, los trabajos de Stern (2004), Cervantes y
Bueno (2009), Vergara (2011), Vite (2012), García y Villerías (2016) y García
(2017) han medido la vulnerabilidad social con información obtenida de censos o
encuestas. Esas investigaciones revelan las situaciones siguientes: los exámenes

39
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

producto de la recopilación de datos en campo tienen una cobertura territorial


reducida, debido a los recursos financieros y humanos que suele demandar la puesta
en práctica de esa técnica. En tanto, con frecuencia, aquellos sustentados en fuentes
oficiales de información estadística denotan que éstas no poseen las variables
suficientes para elaborar un análisis integral de la vulnerabilidad social (Kaztman,
2000).
Esos estudios gravitan, principalmente, en torno a tres vertientes
fundamentales; por una parte, los recursos materiales y simbólicos que existen en
un conjunto de demarcaciones (entidades federativas, municipios, AGEB) o en una
población concreta (ancianos, adolescentes, personas con capacidades diferentes).
En algunas ocasiones, también se toma en cuenta la estructura de oportunidades y,
otras tantas, las relaciones, conductas y formas de organización que inciden en la
capacidad de prevenir, mitigar o responder en un contexto adverso. Esto comprueba
que “… a diferencia de otras dimensiones de lo social, la construcción de medidas
de vulnerabilidad no cuenta con una suficiente acumulación de conocimientos
acerca de instrumentos e indicadores ya probados y discutidos por la literatura...”
(Katzman, 2000: 280).
La presente investigación se asocia con la primera de las tres vertientes
descritas arriba; en este trabajo se concibe que las características estructurales,
señaladas en el párrafo anterior, limitan el desarrollo individual o colectivo de las
personas y, en consecuencia, representan factores socioeconómicos importantes de
vulnerabilidad, en este caso en la franja costera de Guerrero (Sales, 2012).
Las personas que se encuentran en la línea de pobreza y con insuficientes
capacidades, ven agravada su situación cuando se enfrentan a desastres causados
por fenómenos naturales o antrópicos, es así que estas personas, aparte de realizar
un esfuerzo muy grande para posibilitar su reproducción cotidiana, deben
incrementar este esfuerzo para reponer los bienes y medios de vida perdidos. Si a
esto se añade que no existe una política de protección social, lo único que les queda
es sobrevivir en peores condiciones, pudiendo llegar en algunos casos a la
indigencia. (Salamanca, 2009: 5).

Metodología

En esta sección se describe cómo se determinaron las diferencias que existen a lo


largo de la franja costera de Guerrero, con base en el tratamiento metodológico de
los indicadores seleccionados para medir los factores socioeconómicos de
vulnerabilidad existentes en este segmento de México. Para garantizar un examen
con detalle territorial significativo, se usaron los datos por localidad generados por
40
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de


Población.
Se utilizó el método del valor índice medio para agrupar las localidades
costeras, según la repetividad, homogeneidad y jerarquía territorial de éstas. Esto es
relevante para la construcción de una tipología que sintetice los atributos de un
hecho, fenómeno o proceso concreto; lo que facilita la formación de grupos o tipos
discretos que, en lo fundamental, constituyen instrumentos valiosos para examinar
integralmente el comportamiento de las variables o indicadores que se compendian,
de acuerdo al marco teórico-conceptual de referencia (Sánchez, 2000).
Los indicadores se eligieron a partir de tres criterios fundamentales; 1) el
marco de referencia que da soporte a este trabajo, 2) las particularidades socio-
territoriales que refleja cada indicador (lo cual es más importante que la cantidad de
indicadores) y 3) la disponibilidad de información estadística oficial (Sánchez,
2000; Propin, 2003; García de León 2006). En esta ocasión, se trabajó con la
concentración territorial de población (CTP), tasa de desocupación (TD), relación
de dependencia (RD), porcentaje de hogares encabezados por mujeres (HJF) y el
índice de marginación (IM).
Concentración territorial de población (CTP). Indica el porcentaje de personas
que habita en una localidad, respecto al total de población existente en la franja
costera guerrerense. La lectura conjunta de este indicador con los otros cuatro,
descritos en los párrafos siguientes, permite identificar qué proporción de la
población tiene características socioeconómicas que dan lugar a magnitudes
distintas de vulnerabilidad social frente a posibles eventos adversos de origen
natural o humano.
Tasa de desocupación (TD). Es la relación que hay entre la población
desocupada y la población económicamente activa de una localidad. Permite
vislumbrar las dificultades del sistema económico para integrar la mano de obra
disponible a la dinámica productiva del espacio en cuestión; esto, dado que los
ingresos laborales son la principal fuente de recursos económicos en los hogares,
constituye un factor económico de vulnerabilidad de la población (Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sustentable, 2016)4.

4
Si bien, la tasa de desocupación puede ocultar realidades tales como: el porcentaje de
empleo informal importante, un desempleo relativamente bajo inducido en una época del año
donde incrementa el empleo temporal, porcentaje de subempleo importante, entre otras
realidades; este indicador se seleccionó ya que no se cuenta con información sobre el ingreso
de la población ocupada por localidad. Además, el índice de marginación, utilizado en esta
investigación, toma en cuenta indicadores sobre la capacidad del ingreso de los hogares. De
esta manera, la tasa de desocupación afina los escenarios revelados por este último indicador.
41
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Relación de dependencia (RD). Es el porcentaje de personas dependientes


(menores de 15 años y de 65 años y más), respecto a la población ocupada en la
localidad. Cuanto mayor es el valor de este indicador, es más amplia la proporción
de habitantes que debe mantener el segmento demográfico que labora, lo que suele
aumentar su vulnerabilidad (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable,
2016). Además, es importante identificar la cantidad de población infantil y de la
tercera edad porque ambos grupos son considerados vulnerables5.
Porcentaje de hogares con jefatura femenina (HJF). Revela la proporción de
hogares encabezados por mujeres, en relación al total de hogares que existen en una
localidad. Investigaciones nacionales e internacionales han expuesto que este tipo
de hogares son más vulnerables; por ejemplo, debido a la mayor carga de trabajo a
la que se enfrentan las madres solteras y a la falta de conformación de capital
común con una pareja (Sales, 2012).
El índice de marginación muestra el impacto que tiene: 1) la escasa instrucción
formal de la población, 2) los servicios de salud deficientes, 3) la residencia en
viviendas inadecuadas y 4) la falta de bienes en éstas. De esta manera, con base en
el análisis simultáneo de los cinco parámetros planteados en esta investigación, se
obtiene una imagen de los factores socioeconómicos de vulnerabilidad que presenta
la franja costera de Guerrero.
La investigación de García de León (2006) puntualiza como calcular el valor
índice medio, los pasos sustanciales son: 1) construir una matriz con los parámetros
para cada localidad, 2) cálculo de la media aritmética y la desviación típica del
conjunto de datos asociado con cada indicador (Tabla 1), 3) tipificación de los
valores originales de la matriz (se resta la media aritmética a los valores de los
indicadores y el resultado se divide entre la desviación típica (Tabla 2), 4)
calificación de los valores tipificados con base en los rangos calculados para el
conjunto de datos6 (Tabla 3 y 4), 5) cálculo del valor índice medio (resulta del

5
Este indicador requiere una lectura prudente, puesto que existen poblaciones en donde hay
un porcentaje importante de jóvenes menores de 15 años que trabajan, así como población
adulta mayor que labora (incluso siendo jubilada de un primer trabajo). También puede
ocurrir que adultos (hipotéticamente activos) no trabajen y dependan de otros adultos o
incluso de otros grupos como los jóvenes. Sin embargo, se optó por la relación de
dependencia porque permite ponderar, de manera conjunta, la presencia de dos sectores de la
población que presentan mayor vulnerabilidad (niños y ancianos).
6
Las calificaciones 1, 2, 3, 4, 5 son relativamente arbitrarias. Únicamente son indicativas de
la distancia de la variable original, de una unidad territorial, con respecto al valor de la media
aritmética. Esto da pauta para ponderar esos valores originales, ya que podrían darse los
valores 1, 2 y 3 a los casos bajos y medios, pero asignar 6 (en lugar de 4) a los casos
superiores a la media y 10 (en lugar de 5) a los casos muy superiores a la media, para
destacar sin duda (aunque rara vez hace falta sobredimensionar esta ponderación) aquellos
muy elevados (García de León, 2006).
42
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

promedio de los cinco valores tipificados que caracterizan a cada localidad) (Tabla
5) y 6) calificación cualitativa del valor índice medio con base en los rangos
calculados para éste (Tabla 6)

Tabla 1. Ejemplo del comportamiento cuantitativo de los indicadores


seleccionados

Localidad CTP TD RD HJF


Villa Rotaria 0.135 3.2312 0.9929 16.9164
Rodecia 0.0589 0 1.2694 35.3996
Tenexpa 0.1763 4.6307 1.0643 19.0839
Coatán 0.011 0 1.2631 5.21739
--------- ----------- ----------- ----------- -----------
Santa María 0.056 0 1.1658 11.6638
Las Tortugas 0.0053 0 1.875 37.5
Las Parotas 0.0167 3.3333 1.1379 12.6436
Suma 100 1313.42055 639.355402 7482.72634
Media 0.10526316 1.38254795 0.67300569 7.87655405
Desviación típica 2.11376444 4.40520237 0.80610178 11.6435219

Fuente: elaborado con base en INEGI, 2017.

Nota: el índice de marginación se tomó de los cálculos hechos por el CONAPO.

Tabla 2. Ejemplo de indicadores tipificados

Localidad CTP TD RD HJF

Villa Rotaria 0.0141 0.4197 0.3969 0.7764

Rodecia -0.0219 -0.3138 0.7399 2.3638

Tenexpa 0.0336 0.7374 0.4854 0.9625

--------- --------- --------- --------- ---------

Guajes -0.0497 -0.3138 -0.8349 -0.6765

Santa María -0.0233 -0.3138 0.6114 0.3253

Las Tortugas -0.0473 -0.3138 1.4911 2.5442

Las Parotas -0.0419 0.4428 0.5768 0.4094

Fuente: elaborado con base en la Tabla 1.

Nota: para el IM se tomó de los cálculos hechos por el CONAPO 43


Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Tabla 3. “Calificaciones” para valores tipificados

Calificación Rango de aplicación


1 Menor a -1.0
2 Entre -1.0 y -0.50
3 Entre -0.51 y 0.50
4 Entre 0.51 y 1.0
5 Mayor a 1.0

Nota: 1. Si el valor tipificado resultante es menor de -1,00, se le asigna calificación de 1 (la


más baja de todas, debido a que corresponde a un valor original también muy bajo).
2. Entre -0,50 y -1,0, calificación de 2 (corresponde también a un valor original bajo, pero
ya no tanto).
3. De -0,50 a +0,50 va la calificación de 3 (Por un valor original ya más cercano a la
media, donde la teoría de la probabilidad asume que se tendrán 68% del total de casos).
4. De +0,5 a +1,0 califica con 4. Se trata de un valor original que supera la media del
conjunto.
5. Mayor de +1,0 obtendrá 5. El valor más alto de todos ya que supera por mucho la media.

Tabla 4. Ejemplo de la cualificación de los indicadores utilizados

Localidad CTP TD RD HJF IM


Villa Rotaria 3 3 3 4 4
Rodecia 3 3 4 5 4
Tenexpa 3 4 3 4 4
Coatán 3 3 4 3 4
--------- ----------- ----------- ----------- ----------- -----------
Santa María 3 3 4 3 4
Las Tortugas 3 3 5 5 4
Las Parotas 3 3 4 3 4

44
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Tabla 5. Ejemplo del cálculo del valor índice medio

Localidad CTP TD RD HJF IM VIM


Villa Rotaria 3 3 3 4 4 3.4
Rodecia 3 3 4 5 4 3.8
Tenexpa 3 4 3 4 4 3.6
Coatán 3 3 4 3 4 3.4
--------- ----------- ----------- ----------- ----------- ----------- -----------
Santa María 3 3 4 3 4 3.4
Las Tortugas 3 3 5 5 4 4
Las Parotas 3 3 4 3 4 3.4

Nota: con el fin de ordenar las localidades en rangos de clasificación adecuados, se


aprovechó el valor del índice medio obtenido. Con base en los valores obtenidos, se
observó la posibilidad de formar cinco grandes grupos “naturales”. A partir de esa
agrupación es posible jerarquizar las localidades, en rangos con amplitud aceptable,
justificados por su similitud con la secuencia que presentan las unidades tipificadas
que permiten formar la curva de distribución normal (García de León, 2006).

Tabla 6. “Calificaciones” para el VIM

Calificación Rango de aplicación

1 Menor a 3.16

2 Entre 3.16 y 3.52

3 Entre 3.53 y 3.88

4 Entre 3.89 y 4.24

5 Mayor a 4.24

45
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Tabla 7. Ejemplo de la determinación de la condición de


vulnerabilidad social

Localidad VIM Condición

Villa Rotaria 3.4 3

Rodecia 3.8 4

Tenexpa 3.6 4

Coatán 3.4 3

--------- ----------- -----------

Santa María 3.4 3

Las Tortugas 4 4

Las Parotas 3.4 3

Resultados

El método del valor índice medio dio pauta para agrupar los factores
socioeconómicos de vulnerabilidad (Figura 2), en las condiciones siguientes:

Muy baja. Se identificó en cuatro localidades situadas en la parte central y


noroeste de la franja costera de Guerrero; La Estación (Acapulco), El Naranjito (La
Unión de Isidoro Díaz), así como Ixtapa-Zihuatanejo y Colonia Aeropuerto (ambos
en Zihuatanejo de Azueta). En términos generales, se trata de asentamientos
humanos pequeños con menos de 1% del total de habitantes registrados en el área
de estudio; la tasa de desocupación fluctúa entre 0.5 y 2.4%, la relación de
dependencia entre 0.9 y 1.4% y el porcentaje de hogares encabezados por mujeres
entre 13.4 y 19.4% .

46
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 2. Franja costera de Guerreo: condiciones de vulnerabilidad social

Fuente: elaborado con base en INEGI, 2017.

Los valores de los indicadores socioeconómicos que presentan estos cuatro


sitios se asocian con una condición muy baja (el valor índice medio no supera 3
puntos). Esto se debe al predominio de tres puntos, en los cinco indicadores
ponderados; únicamente, en las dos localidades pertenecientes a Zihuatanejo de
Azueta, el porcentaje de hogares encabezados por mujeres exhiben valores
significativos (4 puntos); en esos sitios la cuarta parte del total de hogares cuentan
con jefatura femenina.
Baja. Esta condición corresponde a veintitrés localidades costeras distribuidas
de la manera siguiente: Zihuatanejo (siete), La Unión de Isidoro Díaz (cuatro),
Técpan de Galeana (tres), Acapulco (dos), Coyuca de Benítez (dos), Petatlán (dos),
Benito Juárez (uno), Marquelia (una) y Copala (una). En conjunto, la población de
47
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

estos sitios representa 2.8% del total de habitantes de la franja estudiada. En


promedio, la tasa de desocupación supera 2.9%; la relación de dependencia apenas
supera 1% y el porcentaje de hogares encabezados por mujeres rebasa 14%. En
contraste, en más del 50% de los sitios analizados, el grado de marginación tiene
valores significativos; oscila entre valores altos (4) y muy altos (5).
El valor índice medio varía entre 3.2 y 3.4 puntos, ya que la concentración
territorial de población alcanza 3 puntos; asimismo, en más de 60% de estas
localidades, la tasa de desocupación y la relación de dependencia alcanzan ese
puntaje. Únicamente, el porcentaje de hogares encabezados por mujeres y el grado
de marginación tienen valores notables, en más de 50% de los casos analizados.
Media. Noventa y cinco localidades, distribuidas en doce municipios de la
costa guerrerense, presentan esta condición. Por el número de casos, destacan las
demarcaciones de Técpan de Galeana (veintiuno), Coyuca de Benítez (diecinueve),
La Unión de Isidoro Díaz (once), Zihuatanejo de Azueta (diez) y Petatlán (diez). En
conjunto, las noventa y cinco localidades con condición media reúnen 15.7% de la
población asentada en la franja costera; asimismo, en promedio, la tasa de
desocupación es de 3.7%, la relación de dependencia 1.2%, el porcentaje de hogares
encabezado por mujeres 18.4 % y el grado de marginación supera los 3 puntos.
El valor índice medio oscila entre 3.6 y 3.8 puntos; esto se debe a que la
concentración territorial de población es el único indicador que alcanza 3 puntos, el
resto de los indicadores ponderados presenta valores mayores a este puntaje; en
particular, el porcentaje de hogares encabezados por mujeres y el grado de
marginación registran valores altos y muy altos.
Alta. Cincuenta y seis sitios están en dicha condición; pertenecen a doce
municipios, en su mayoría localizados en la Costa Grande de Guerrero. Allí, las
demarcaciones con más casos son: la Unión de Isidoro Díaz (diez), Zihuatanejo de
Azueta (diez) y Coyuca de Benítez (ocho). En la Costa Chica, destaca Copala,
Florencio Villarreal y San Marcos, con cuatro localidades cada uno de éstos. En
contraste, Acapulco sólo tuvo dos casos.
Se trata de localidades rurales con menos de 0.01% de la población
identificada en el área de estudio, a excepción de las ciudades de Acapulco de
Juárez (64.8%), Zihuatanejo (6.5%) y San Marcos (1.3%). La tasa de desocupación
es menor a 10%, la relación de dependencia oscila entre 0.7 y 6.7%, el porcentaje
de hogares con jefatura femenina no rebaza 20% y el grado de marginación suele
ser alto. El valor índice medio oscila entre 4.0 y 4.4 puntos debido a que los
indicadores registran el comportamiento siguiente: la concentración territorial de
población tiene predominio de valores medios (3 puntos) y el resto de los
indicadores supera los 3 puntos.

48
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Muy alta. Se registra en quince localidades de los municipios enlistados a


continuación: La Unión de Isidoro Díaz (dos), Zihuatanejo de Azueta (tres), Coyuca
de Benítez (dos), Acapulco (una), San Marcos (dos) y Copala (cinco). El número de
habitantes representa menos de 0.01% del total de personas que viven en el área de
estudio. La tasa de desocupación es mayor a 10%, la relación de dependencia está
por arriba de 1.5%, el porcentaje de hogares encabezados por mujeres es mayor a
20% y el índice de marginación oscila entre el grado alto y muy alto.
En esas localidades guerrerenses, el valor índice medio oscila entre 4.4 y 4.6
puntos. Esto es resultado de las características socioeconómicas siguientes: tanto la
tasa de desocupación como la relación de dependencia tienen 5 puntos, el índice de
marginación tiene predominio de valores altos (4), el porcentaje de hogares
encabezados por mujeres está por arriba de los 3 puntos y la concentración
territorial de población tiene 3 puntos.

Discusión de resultados

Con base en la vulnerabilidad social como categoría de análisis y el valor índice


medio como propuesta metodológica para evaluarla, en esta investigación se
tipifican las asimetrías socio-territoriales que se presentan entre las localidades
costeras del estado de Guerrero; se ofrece una imagen específica del número y
ubicación de los asentamientos humanos que podrían resultar afectados de maneras
distintas, al ocurrir fenómenos adversos de origen natural o antrópico; puesto que
los sitios evaluados no tienen las mismas condiciones socioeconómicas que den
pauta para anticipar, lidiar, resistir o recuperarse de situaciones críticas.
Al respecto cabe precisar las cuestiones siguientes; la gama de condiciones de
vulnerabilidad social no muestra patrones socio-territoriales definidos; por ejemplo,
la condición alta se presenta tanto en asentamientos urbanos con un número
significativo de habitantes (en algunos casos con elevada densidad demográfica
como Acapulco), como en localidades rurales pequeñas, las cuales suelen advertir
poca población relativa. En cuanto a la distribución espacial, las localidades
relacionadas con la condición alta y muy alta se aglutinan, esencialmente, en la
región de la Costa Grande; en contraste, las localidades en condiciones muy baja,
baja y media están diseminadas en las tres diferentes regiones de la costa.
La tipología revelada corrobora uno de los hallazgos del trabajo de García
(2017); la condición de alta de vulnerabilidad social no siempre se relaciona con
indicadores socioeconómicos cuyas expresiones numéricas son, exclusivamente, 4
(alta) o 5 (muy alta). Al igual que en Acapulco, ciudad analizada por García, un
caso paradigmático de esto es el comportamiento del porcentaje de hogares

49
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

encabezados por mujeres, este indicador alcanza 3 o más puntos en las localidades
con condición de vulnerabilidad muy baja (1) o baja (2).
Esas localidades tendrían condiciones socioeconómicas para anticipar, lidiar,
resistir o recuperarse de situaciones críticas, ya que ostentan un significativo acceso
a activos y estructura de oportunidades. Este hallazgo es substancial para matizar
los aportes, hechos en investigaciones tanto nacionales como internacionales,
entorno a que ese tipo de hogares son más vulnerables; pues esta premisa se
cumple, sobre todo, en las localidades costeras que reportan condición alta y muy
alta de vulnerabilidad.
Entre las localidades costeras de Guerrero, la segunda característica
socioeconómica más relevante, es la existencia de grados de marginación notables;
esto implica que la mayor parte de la población ostenta escasa instrucción formal,
no tienen acceso a servicios de salud eficientes, residen en viviendas precarias y al
interior de éstas no hay muchos bienes. A grosos modo, el comportamiento del
índice de marginación denota una propensión estructural básica que limitará la
capacidad de anticipar, lidiar, resistir o recuperarse de las situaciones críticas
ocasionadas por los fenómenos hidrometeorológicos o símicos que impacten en
esas localidades.
La franja costera guerrerense no cuenta con suficientes alternativas laborales
para la mano de obra disponible; por lo tanto, los ingresos económicos escasos
suelen ser un factor socioeconómico de vulnerabilidad de la población, ya que esto
dificulta el desempeño de las personas en su contexto social e impacta de manera
negativa en la estructura de oportunidades de éstas. En ese sentido, el grueso de las
localidades, entre ellas las más relevantes para la dinámica socioeconómica de la
costa guerrerense, podrían mostrar las situaciones descritas por Salamanca (2009);
ya que al acaecer un fenómeno natural con efectos adversos además de esforzarse
para subsistir, deberán hacerlo para reponer los bienes y medios de vida perdidos.
Lo descrito en el párrafo anterior ubica a las quince localidades con condición
muy alta entre los sitios prioritarios dentro de una gestión territorial responsable, ya
que éstos además reportan porcentajes importantes de población menor de edad y
de la tercera edad; es más amplia la proporción de habitantes que debe mantener el
reducido segmento demográfico que labora, lo que suele restringir tanto la
capacidad que se posee como los mecanismos para enfrentar un contexto socio-
ambiental adverso, en este caso asociado con fenómenos hidrometeorológicos o
sísmicos.

50
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Conclusiones

El valor índice medio es útil para escudriñar los factores socioeconómicos de


vulnerabilidad que existen en un territorio específico. Al respecto cabe precisar las
cuestiones siguientes: 1) como señala García de León (2006), a diferencia de otras
técnicas multivariadas, el valor índice medio es una alternativa cuantitativa sencilla,
rápida y con resultados fácilmente inteligibles; 2) la tipología resultante clasifica,
jerarquiza y regionaliza unidades territoriales según su homogeneidad o
heterogeneidad reflejada por las variables o indicadores ponderados; y 3) esto es la
base para identificar patrones concretos en torno a la variación espacial del hecho o
fenómeno geográfico analizado, en este caso los factores socioeconómicos de
vulnerabilidad.
Asimismo, el tratamiento conceptual-metodológico en que se sustenta esta
investigación advierte cuáles son los principales aportes sobre la medición de la
vulnerabilidad social y la disponibilidad de información estadística oficial que
puede utilizarse para tal propósito en México. Con base ello, es posible contar con
un referente inicial que oriente el diseño de la política social relacionada con escalas
geográficas distintas (nacional, regional, estatal, municipal, local); en particular, las
acciones vinculadas con la subsistencia de la población, el acceso de ésta a mayores
niveles de bienestar, así como con el ejercicio sus derechos humanos o la
consolidación de proyectos personales o colectivos.
En ese orden de ideas, la franja costera guerrerense presenta setenta y un
localidades prioritarias; entre ellas Acapulco y Zihuatanejo, dos de los principales
asentamientos urbanos con importancia económica en el estado de Guerrero. La
lectura conjunta de la tipología y el material cartográfico, expuesto en esta
investigación, permite vislumbrar cuales son los factores socioeconómicos
primordiales que inciden en la capacidad de los habitantes de estos sitios para hacer
frente a las situaciones adversas originadas por fenómenos que amenazan tanto su
integridad física como el desarrollo de sus actividades cotidianas.
Asimismo, el mapa de la vulnerabilidad social de la franja costera de Guerrero
muestra el predominio de una condición media (90% de los municipios analizados);
en contraste, únicamente veintisiete localidades presentan una condición baja o muy
baja. A grosso modo, se trata de localidades con poca población; sin embargo, es
posible apreciar que el diseño de estrategias que buscan reducir la vulnerabilidad
social, debe tomar en cuenta, fundamentalmente, el alto porcentaje de hogares
encabezados por mujeres; y por ejemplo, incentivar el incremento de los ingresos en
los hogares con este tipo de jefatura, con el fin aumentar los activos y estructura de
oportunidades con los que se cuentan en éstos.

51
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Por lo tanto, esta investigación se suma al análisis de la vulnerabilidad social


mediante indicadores que sustentan caracterizaciones territoriales como las hechas
por de Dwyer et al. (2004), Cutter (2006), Bernard (2007), Golovanevsky (2007),
Fekete (2009), Flanagan et al. (2011), Huang (2015), Rufat et al. (2015),
Chakraborty y Joshi (2016), Willis y Fitton (2016). Se ratifica que los indicadores
son básicos para evaluar, dar seguimiento y predecir tendencias de la situación de
un país, estado, municipio o ciudad; por ejemplo, en lo referente a su economía,
sociedad, desarrollo humano, etc., así como para valorar el desempeño institucional
relacionado con el logro de metas y objetivos establecidos en cada uno de los
ámbitos de acción de los programas de gobierno (Pérez, 2002).

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57
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Vulnerabilidad en salud: principales causas de mortalidad en jóvenes de 15 a


24 años de edad en méxico. Una visión geoespacial.

Giovanna Santana Castañeda 1


Marcela Virginia Santana Juárez 2

Resumen

A pesar de que la mayoría de los jóvenes goza de buena salud, existen diversos
factores que pueden causar enfermedades y/o lesiones importantes e incluso
ocasionar una muerte prematura.
A principios del siglo XX las causas de mortalidad en este grupo de edad
habían sido de tipo infectocontagiosas, crónicas y algunas formas violentas de
muerte, sin embargo, se siguen perpetuando algunas de estas causas; esto queda
fundamentado en la revisión bibliográfica de la transición epidemiológica.
Para analizar la distribución de las principales causas de mortalidad se
utilizaron las tasas brutas, además de un análisis de series de tiempo sobre los
homicidios.
Dentro de los principales hallazgos, los homicidios, suicidios y otras causas
violentas de muerte han ocupado históricamente los primeros lugares, por lo que es
importante fomentar comportamientos saludables y adoptar medidas para la
prevención de problemas de salud, además se debe valorar la importancia de estar
en una edad productiva pues eso repercutirá en la salud futura del país y su
capacidad para desarrollarse y prosperar. Otra cuestión importante, es que causas
como la leucemia, los ahogamientos y el VIH, entre otros, se están acentuando
dentro de las principales causas, lo que supone una mayor atención.

Palabras clave: Transición epidemiológica, análisis de tendencia, homicidios,


jóvenes de 15 a 24 años.

1
Dra. En Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de
Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca, México.
gsantanac@uaemex.mx
2
Dra. En Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de
Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca, México.
mvsantana7@hotmail.com

58
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Fundamento

La teoría de la transición epidemiológica muestra que la mortalidad es un factor


importante en la dinámica poblacional, en este sentido, Mireles (2008) expresa que
la primera transición epidemiológica es vivida en el neolítico, cuando ocurre la
primer transformación radical de la forma de vida de la humanidad, que pasa de ser
nómada a sedentaria y por lo tanto existen diferentes estilos de vida y cambios en la
estructura socioeconómica, dando como resultado el aumento de las enfermedades
infecciosas y epidémicas.
Además esta autora sostiene que la segunda transición epidemiológica tiene
lugar a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, en la revolución
industrial. Esta fase es conocida como pretransicional, en donde predomina el
hambre y la miseria.
En esta fase se reduce la mortalidad, cambia la estructura por edad de la
morbilidad, aumenta la esperanza de vida, de la misma forma que la natalidad
decrece y emergen las nuevas enfermedades crónico-degenerativas (enfermedades
cardiovasculares, cáncer, diabetes mellitus, etc); esto ocurre en los países
desarrollados gracias a la mejora de la salud pública, la inclusión de las vacunas y la
irrupción de los antibióticos.
Para Omran, quien desarrollo la teoría de la transición epidemiológica en
1971, el desarrollo histórico de la mortalidad está caracterizado por tres fases, las
cuales reciben el nombre de la causa de muerte dominante, las fases son: la edad de
la peste y el hambre (1), la edad de las pandemias retraídas (2) y la edad de
enfermedades degenerativas y las causadas por el hombre (3).
Durante la transición, un cambio a largo plazo se produce en los patrones de
mortalidad y enfermedad por el que las pandemias de infección se desplazan poco a
poco, debido a las enfermedades degenerativas como la forma principal de la
morbilidad y la primera causa de muerte.
Además de ello, los cambios en los patrones de salud y enfermedad que
caracterizan la transición epidemiológica están estrechamente asociados con la
transición demográfica y socioeconómica de la población. Y existen variaciones
peculiares en el patrón, el ritmo, los determinantes y las consecuencias del cambio
demográfico diferenciando tres modelos básicos de la transición epidemiológica: el
modelo clásico, el modelo acelerado y el modelo contemporáneo.
El modelo clásico u occidental se ubica entre el siglo XIX y XX, éste explica
en términos generales la gradual transición progresiva de alta mortalidad y
fecundidad a baja mortalidad y fertilidad. En donde existe un crecimiento
exponencial de la población y un desarrollo económico sostenido, lo que resulta en
baja mortalidad y una disminución de las pandemias y hambrunas y baja fertilidad.

59
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

El modelo acelerado o rápido describe con claridad los procesos que se


desarrollaron en países como Japón, Taiwan, Chile, etc. que a pesar de que se
mejora en la supervivencia en la población menor a 15 años, existe altos niveles de
modernización lo que va de la mano de los avances médicos, medidas sanitarias
eficaces y mejoras en la sociedad en general, aunado a la disminución de la
fertilidad, se considera la era de las enfermedades degenerativas.
Y por último, el modelo contemporáneo o retardado que describe el cambio
hacia la transición completa en los países en vías de desarrollo (lento) entre 1930 y
1950, cuyas características son aumento en las medidas de salud pública, patrocinio
internacional en el ámbito médico, programas de control de población, especial
interés en niños y una fecundidad que va en aumento, al igual que el tamaño de la
población y las enfermedades crónicas se suman a las degenerativas.
Por otro lado, de acuerdo con Acosta L., (2009), el modelo de la transición
epidemiológica muestra cuatro fases: la primera fase denominada la edad de la
peste y el hambre, la segunda fase de la retracción de las pandemias, la tercera fase
de las patologías crónicas y degenerativas, en cardiopatías, cáncer y accidentes
cardiovasculares y la cuarta fase, cuya característica es la disminución de las
patologías crónicas y degenerativas además del aumento de causas sociales, como
los accidentes y otras formas violentas de muerte, dolencias causadas por el hombre
(accidentes, suicidio, homicidios, etc.).
Sin embargo, en los países en vías de desarrollo existe un traslape en las
etapas, debido principalmente a que enfermedades infecto contagiosas que parecían
olvidadas reaparecen y se observan procesos patológicos propios de la etapa o fase
de la peste y el hambre al mismo tiempo que se muestran enfermedades que son
incluidas en otra fase, esto es lo que Julio Frenk llamaría una transición
epidemiológica prolongada y polarizada, en su libro “La salud de la población.
Hacia una nueva salud pública”.
Para México, según datos de INEGI, a principios de los años 30 las personas
morían principalmente a causa de enfermedades transmisibles como, parásitos e
infecciones en el aparato digestivo o respiratorio, estos padecimientos se
controlaron y en algunos casos se erradicaron gracias al incremento en el número de
hospitales, los avances médicos, así como las campañas de vacunación y educación
para prevenir enfermedades.
Entre 1960 y el 2000, el número de muertes por enfermedades transmisibles
disminuyó, pero aumentaron las ocasionadas por el cáncer, los accidentes y las
derivadas de la violencia; y del 2000 al 2015 las principales causas de muerte
fueron: enfermedades del corazón, tumores malignos y diabetes mellitus.
Lo anterior se muestra como preámbulo para analizar las principales causas de
mortalidad de jóvenes entre 15 y 24 años de edad dentro del territorio nacional, las

60
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

cuales tienen que ver con las etapas antes mencionadas, aunque en el año 2015 se
inclinan por las causadas por el hombre como: las agresiones (homicidios), los
accidentes de vehículo de motor (tránsito), las lesiones auto-infligidas
intencionalmente (suicidios), la leucemia, la nefritis y nefrosis, peatón lesionado en
accidente de vehículo de motor, los ahogamiento y sumersiones accidentales, las
enfermedades isquémicas del corazón, el VIH/SIDA y las Infecciones respiratorias
agudas bajas (IRAs).
De acuerdo a la información dada a conocer por parte del Banco Mundial, la
población joven que se encuentra entre los 15 y los 24 años de edad en América
Latina llegó a los 108 millones de personas, de las cuales, según las proyecciones
del Consejo Nacional de Población, 21 millones 840 mil 440 viven en México, lo
que representa un 20%.
Aunado a ello, la investigación del Banco Mundial titulada “Ninis en América
Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades”, determinó que la
prevalencia de los jóvenes de la región que no estudian y tampoco trabajan se ha
agravado en los últimos años pese a la expansión económica y la menor pobreza
(Instituto Mexicano de la Juventud, 2017).
Aunado a ello, los adolescentes entre las edades de 10 y 19 representan
aproximadamente una sexta parte de la población mundial (1200 millones de
personas) y se calcula que en 2015 murieron 1,2 millones de adolescentes, es decir,
más de 3000 al día, en su mayoría por causas prevenibles o tratables.
Además de ello, aproximadamente el 11% de todos los nacimientos a nivel
mundial corresponden a mujeres entre 15 y 19 años y la mayor parte de esos
nacimientos se registra en países de ingresos bajos y medianos. La División de
Población de Naciones Unidas muestra que la tasa mundial de natalidad para el
mismo año, de las muchachas de esa edad, asciende a 44 nacimientos por 1000 y,
en función de los países, oscila entre 1 y más de 200 por 1000, a pesar de que,
desde 1900 existe un marcado descenso a nivel mundial.
Debido a que es un tema de gran interés, se plantea que para el 2030 exista un
acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva y lo que ello
conlleva; dentro de una de las metas específicas del Objetivo de Desarrollo
Sostenible (ODS) relacionado con la salud con miras a la disminución de la tasa de
natalidad entre las adolescentes.
Otro problema de gran relevancia es el virus de inmunodeficiencia
humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida VIH/SIDA, que según la OMS,
más de dos millones de adolescentes viven con ella.
A pesar de que el número total de muertes relacionadas con esta enfermedad
ha disminuido un 30% con respecto al nivel máximo registrado en 2006, las

61
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

estimaciones disponibles indican que las defunciones por VIH entre los
adolescentes están creciendo.
Esta relevancia queda expuesta en otra meta específica de la ODS que consiste
en acabar con las epidemias de VIH, tuberculosis, malaria, enfermedades tropicales
desatendidas, hepatitis, enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades
transmisibles al 2030, que se tendrá que poner especial interés en los jóvenes de
numerosos países.
Entre los jóvenes, otra casusa de gran relevancia es la mortalidad derivada de
la violencia, sobre todo en el sexo masculino. Un dato importante, es que la
violencia interpersonal representa un 43% de todas las defunciones de varones
adolescentes registradas en países de ingresos bajos y medianos de la Región de las
Américas de la OMS y que a nivel mundial, una de cada 10 chicas menores de 20
años manifiesta haber sufrido violencia sexual.
En la República mexicana, siete de cada 10 jóvenes, sufre violencia
psicológica, física o sexual, y tres de cada 10 se suicidan porque se sienten
excluidos de la sociedad, comunicó Analia García García, subdirectora de Bienestar
y Estímulos, del Instituto Mexicano de la Juventud (Imagen digital, 2017).
El asesinato de adolescentes que tienen entre 15 a 19 años de edad alcanzó una
tasa de 95.6 muertes por cada 100 mil jóvenes mexicanos, de acuerdo con un
reciente análisis estadístico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales; lo
que convirtió a México en el país con la tasa más alta de mortalidad, de acuerdo a
mapa de violencia, 2015 y a el Salvador y Brasil en el segundo y tercer lugar con 55
y 54 por ciento respectivamente.
Esta causa es de suma importancia debido a que es prevenible, pues en países
industrializados y de mayores ingresos como Australia, Reino Unido y Bélgica
reportan una tasa de 0.2 por cada 100,000 adolescentes (Excelsior, 2015).
Dentro de los estudios de violencia de Waiselfisz que produce desde hace 19
años, México empezó a ocupar un lugar desde el 2015. Aunado a ello, el mapa de
violencia mundial muestra que en los últimos dos años, la violencia en México y en
particular contra los jóvenes se ha desbordado y operado como parte de un sistema
genocida (Regeneración, 2015), que según diversos críticos tiene que ver con la
guerra contra el narcotráfico.
Además de ello, el consumo nocivo de alcohol y drogas entre los adolescentes
intranquiliza cada vez más a muchos países, debido a los malos comportamientos,
que pueden ocasionar muertes prematuras, lesiones (incluidas las provocadas por
accidentes de tránsito o vehículo automotor), violencia (que es una de las
principales causas de mortalidad), y que puede provocar problemas de salud en la
etapa posterior.

62
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Otra principal causa de mortalidad y discapacidad entre jóvenes son las


lesiones involuntarias; a nivel mundial, tan sólo en el año 2015, fallecieron más de
115,000 jóvenes a causa de accidentes de tránsito. En ese mismo año murieron
ahogados 57,000 jóvenes, el 33% eran hombres, lo que convierte a esta causa de
mortalidad en una de las principales; y la anemia por carencia de hierro fue la causa
principal de años perdidos por muerte y discapacidad.
La mayoría de las principales causas de mortalidad en el grupo de edad de 15
a 24 son prevenibles, por lo que es fundamental implementar políticas públicas en
salud dirigidas tanto a los grupos de edad como al entorno geoespacial.
La situación de la salud de los jóvenes es un aspecto a tener en cuenta en las
estrategias sanitarias, puesto que los cambios en las condiciones socioeconómicas y
culturales exigen mayor atención a este grupo.

Metodología

Universo de estudio

El universo de estudio es la República Mexicana, considerando una escala de


desagregación a nivel municipal. El territorio mexicano se integra por dos tipos de
superficies: la territorial (continental e insular) y marítima.
La superficie territorial es de 1 964 375 km² y la marítima de 3 149 920km²,
lo que da un total de 5 114 295 km², por lo tanto México es el décimo tercer país a
nivel mundial con mayor extensión territorial y el quinto más grande comparado
con el resto de los países de América Latina. (INEGI, n/d) Al norte colinda con
Estados Unidos de América y en el sureste con Guatemala y Belice; al este se
encuentra el Golfo de México y al oeste el océano pacífico.
México se organiza en 32 estados, cada estado se constituye a su vez por
municipios, de los cuales en todo el país se contabilizan 2,472, en el Censo de
Población y Vivienda 2010, realizado por el INEGI se contabilizaron 112 millones
336 mil 538 habitantes en México, con esa cifra el país se sitúa en el onceavo lugar
entre las naciones más pobladas del mundo. Los cambios en el número de
habitantes han sido significativos, pues la cifra se ha quintuplicado en los últimos
sesenta años, ya que en 1950 había 25.8 millones de personas y en 2010 se
registraron 112.3 millones. De 2005 a 2010, la población se incrementó en 9
millones de habitantes, lo que representa un crecimiento por año de 1 por ciento
(INEGI, n/d).
La población total en el grupo de edad de 15 a 24 es de 3, 009,128 de los
cuales 1, 331,859 son hombres lo que supone que el 55% son mujeres, de estos
jóvenes hombres el 63% se dedica al hogar y un 36% no tiene rol permanente; de

63
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

los hombres que no asisten a la escuela, el 78% está dedicado al hogar, mientras que
los que no estudian y tampoco trabajan el 66% se dedica al hogar.
Con relación a las mujeres del mismo grupo de edad, el 97% se dedica al
hogar, igual que de las que no asisten a la escuela, mientras que el porcentaje de las
que no asisten a la escuela y tampoco trabajan es de 98% (INEGI, 2015).
Cervantes (2015) analizó la carga de la mortalidad por suicidios en México, y
muestra que entre 2000 y 2012 se dio un incremento sostenido de la tasa de
mortalidad por suicidios, sosteniendo que el mayor impacto en la esperanza de vida
se dio entre los 20 y 24 años en hombres y entre los 15 y 19 años para mujeres y
que los estados con la mayor mortalidad son Yucatán, Quintana Roo y Campeche.
Esto muestra que la mortalidad por suicidio en México se ha incrementado de
manera constante.

Tipo de estudio

El estudio es de tipo cuantitativo, por utilizar datos numéricos como las tasas de
mortalidad; además es descriptivo y analítico debido a que se examina el
comportamiento y los patrones de distribución de la mortalidad; por último es
transversal y longitudinal, porque se analizan los patrones de distribución espacial a
lo largo de un periodo de tiempo analizando las realidades existentes en cada año y
un análisis más amplio en el año 2015.

Métodos

Principales causas de mortalidad

Se utiliza la Tasa de Mortalidad específica para el grupo de edad de 15 a 24, que se


obtiene de la relación entre el número de defunciones ocurridas en un período de
tiempo determinado (generalmente un año) y una estimación de la población
expuesta al riesgo de morir en el mismo período, en la misma unidad espacial.
Para la obtención de la tasa de mortalidad se utilizó la fórmula siguiente
(Fórmula 1):
𝐷𝑒𝑓.
𝑇𝑀 = ∗ 1000
𝑃𝑜𝑏.
Fórmula I., Tasa de mortalidad específica por grupo de edad

64
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Dónde:

𝑇𝑀 = 𝑇𝑎𝑠𝑎 𝐵𝑟𝑢𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑀𝑜𝑟𝑡𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑝𝑜𝑟 𝑔𝑟𝑢𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 15 𝑎 24 𝑎ñ𝑜𝑠.


𝐷𝑒𝑓. = 𝐷𝑒𝑓𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑜𝑐𝑢𝑟𝑟𝑖𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑎ñ𝑜 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐í𝑓𝑖𝑐𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑔𝑟𝑢𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒
15 𝑎 24 𝑎ñ𝑜𝑠
𝑃𝑜𝑏. = 𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑔𝑟𝑢𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑑𝑎𝑑, 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑎ñ𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑑í𝑠𝑡𝑖𝑐𝑜.

Los datos que corresponden a las defunciones se obtuvieron tomando en


cuenta el lugar de residencia de las personas que fallecieron y al año en que
efectivamente murieron, no el año de registro.

Análisis de tendencia

Como ya se ha mencionado con anterioridad, las principales causas de mortalidad


en jóvenes de 15 a 24 años en el país, son las agresiones (homicidios), los
accidentes de vehículo de motor (tránsito), las lesiones auto-infligidas
intencionalmente (suicidios), la leucemia, la nefritis y nefrosis, el peatón lesionado
en accidente de vehículo de motor, los ahogamiento y sumersión accidentales, las
enfermedades isquémicas del corazón, el VIH/SIDA y las Infecciones respiratorias
agudas bajas (IRAs) para el año 2015.
Dentro de ellas, una de las más preocupantes son los homicidios, debido a la
violencia que se genera y que desde hace décadas ha mostrado valores altos, motivo
por el que, el análisis de tendencia se realizará de esta causa. Los datos utilizados
para este proceso fueron las defunciones de personas entre 15 y 24 años de edad,
cuyas características toman en cuenta el municipio en donde ocurrió el deceso 3 y el
año de la defunción.
Para analizar la tendencia de las tasas de mortalidad de jóvenes, se elaboraron
series de tiempo, éstas se ocupan de examinar los cambios en una secuencia de
imágenes y son un recurso que permite entender la dinámica y evolución de un

3
Las características de los datos de las defunciones, toman en cuenta dos parámetros
importantes: el primero con referencia al lugar y el segundo al tiempo. El lugar, puede tener
tres observaciones: el lugar en donde murió, el lugar en donde se registró la muerte y el lugar
en donde vivía al momento de fallecer. Para el tiempo existen dos: el año en que ocurrió la
defunción y el año en el que se registró.
En el primer apartado se toma en cuenta el lugar de residencia, pues supone una relación con
su entorno, sin embargo, para el análisis concreto de las agresiones (homicidios) se toma en
cuenta el lugar en donde ocurrió el deceso, pues esta causa puede expresar una relación entre
el lugar en donde ocurrió y el hecho en sí mismo.

65
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

fenómeno, aunque regularmente es aplicado a variables ambientales, también es


adaptable a ramas sociales y económicas cuando se poseen datos de un periodo de
tiempo, en este caso 31 años (de 1985 a 2015).
Aunque existen diferentes tipos de análisis de tendencias, IDRISI® utiliza
cinco, el de “linearidad”, “correlación lineal”, “tendencia lineal”, “tendencia media”
y Mann-Kendall o tendencia monótona. Este último es un indicador de tendencias
no lineales que mide el grado en el que la tendencia aumenta o disminuye
consistentemente, se basa en la correlación de los valores en cada corte en el
tiempo, donde se observa el comportamiento de los valores durante toda la serie de
tiempo. Los valores resultantes van de -1 a +1, la interpretación es que a medida
que los valores se acercan a +1, indican una tendencia que aumenta y no disminuye,
por el contrario, a medida que los valores se acerquen a -1, indica el
comportamiento opuesto, la tendencia muestra un comportamiento en decremento;
y si los valores son iguales a 0, no existe una tendencia consistente (Santana, M., et
al 2013).
Cabe destacar que las estadísticas de tipo mann-kendall se definen como las
frecuencias relativas de los aumentos menos las frecuencias relativas de las
disminuciones, las combinaciones de pares de valores a través del tiempo son
evaluadas en unidad espacial y se realiza tomando en cuenta los números que
aumentan o disminuyen en el tiempo.

Resultados

Transición de las principales causas de mortalidad en jóvenes de 15 a 24 años,


de 1900 al 2015

Considerando los datos de la Secretaria de Salud por medio del Sistema Nacional
de Información en Salud, y tomando en cuenta la clasificación de la lista mexicana
de las principales causas, estas se han ido modificando para el grupo de edad de 15
a 24 años.
A lo largo del periodo, las agresiones (homicidios) han ocupado una de las
principales causas de mortalidad, incluyendo las causas mal definidas, otros
accidentes, lesiones, accidentes de tránsito, suicidios, ahogamiento, IRAs, diabetes
mellitus, otros tumores malignos, nefritis y nefrosis y enfermedad cerebrovascular.
Sin embargo otras causas como las enfermedades infecciosas intestinales.
aparecen en las primeras causas hasta 1999, y después ya no figuran. Aunado a ello,
los linfomas y mieloma múltiple, el edema proteinuria (en el embarazo), la

66
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

hemorragia obstétrica, la apendicitis el envenenamiento accidental y otras causas


maternas solo aparecen dentro de las principales causas hasta 1950.
La única causa que aparecía en el periodo de 1900 a 1950 eran las
enfermedades isquémicas del corazón, que desaparecen de las primeras causas de
1951 hasta 1999 y vuelven a aparecer a partir del año 2000.
Las causas que llevan por nombre peatón lesionado, leucemia, otros
trastornos neuropsiquiátricos, otras enfermedades digestivas y otras enfermedades
cardiovasculares ocupa un lugar dentro de los 15 primeros desde 1951.
Aunado a ello, desde 1990 aparece el VIH/SIDA dentro de las principales
causas y las enfermedades endocrinas, metabólicas, hematológicas e inmunológicas
aparecen dentro de las principales desde el año 2010 (cuadro 1).

Cuadro 1. México, quince principales causas de mortalidad en jovenes de 15 a


24 años.

De 1900 a De 1951 a De 1990 a De 2000 a De 2010 a


Lugar
1950 1989 1999 2009 2015
Agresiones Otros Agresiones Accidentes de Agresiones
1
(homicidios) accidentes (homicidios) tránsito (homicidios)
Causas mal Agresiones Otros Agresiones Accidentes de
2
definidas (homicidios) accidentes (homicidios) tránsito
Otros Accidentes de Accidentes de Otros
3 Suicidios
accidentes tránsito tránsito accidentes
Peatón Otros
4 Lesiones Ahogamiento Suicidios
lesionado accidentes
Accidentes de Peatón Peatón Nefritis y
5 Suicidios
tránsito lesionado lesionado nefrosis
Otras
enfermedades
6 Suicidios Ahogamiento Ahogamiento Lesiones
cardiovascular
es
Enfermedades Enfermedades
Peatón
7 infecciosas infecciosas Lesiones Leucemia
lesionado
intestinales intestinales
Otras causas Nefritis y
8 Suicidios Leucemia Leucemia
maternas nefrosis
Causas mal Otros tumores Otros tumores Otros tumores
9 Ahogamiento
definidas malignos malignos malignos
Otros
Nefritis y trastornos
10 IRAs Tuberculosis Lesiones
nefrosis neuropsiquiátri
cos
Otros
Diabetes trastornos
11 IRAs IRAs Ahogamiento
mellitus neuropsiquiátri
cos
12 Envenenamie Lesiones Otras VIH/SIDA Otras

67
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

nto accidental enfermedades enfermedades


cardiovascula digestivas
res
Otros
Enfermedades
Otros tumores trastornos
13 Leucemia IRAs isquémicas del
malignos neuropsiquiát
corazón
ricos
Otras
Nefritis y
14 Epilepsia Epilepsia enfermedades VIH/SIDA
nefrosis
digestivas
Enfermedad Otras Otras
Otros tumores
15 cerebrovascul enfermedades enfermedades IRAs
malignos
ar digestivas infecciosas

Fuente: Elaboración propia, con base en el Sistema Nacional de Información en Salud, 1900 a
2015.

Principales causas de mortalidad en jóvenes de 15 a 24 años, 2015

En México, para el año 2015, la principal causa de mortalidad en este grupo de


población fue los homicidios, en 18 Estados, lo que representa un 56.3%, además
de los accidentes de tránsito en 11 Estados (34.4% del total), además de los
suicidios en dos Estados y otros accidentes que está presente en Veracruz.
Dentro de la segunda causa de muerte, se encuentran los accidentes de tránsito
en 18 Estados, además de los homicidios que están presentes en 7 Estados y los
suicidios en seis, mientras que otros accidentes se presentan en el Estado de
Chihuahua.
Para la tercera causa, el mayor porcentaje de Estados está ocupado por los
suicidios, siendo este un problema que va tomando cada vez mayor relevancia e
importancia, con 17 Estados (53.1% del total), además otros accidentes están
presentes en ocho Estados, y en cuatro son los homicidios, mientras que los
accidentes de tránsito están presentes en dos Estados y otros tumores malignos se
encuentran en Aguascalientes.
La cuarta causa está ocupada en su mayoría por otros accidentes en 14
Estados, mientras que los suicidios se presentan en cuatro, y las lesiones y peatón
lesionado en tres y tres Estados; además de ello, las siguientes causas están
ocupando un Estado, estas son homicidios, accidentes de tránsito, las enfermedades
hipertensivas, el VIH/SIDA, las enfermedades endocrinas, metabólicas
hematológicas e inmunológicas, las causas mal definidas, la nefritis y nefrosis,
además de las enfermedades isquémicas del corazón.
Las causas principales que se encuentran en quinto lugar, son más variadas y
se incluyen causas que antes no se habían mencionado, por ejemplo, hay seis
Estados que registran otros tumores malignos (18.7% del total de Estados), cinco

68
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

con leucemia, la nefritis y nefrosis, así como otros trastornos neuropsiquiátricos


ocupan tres y tres estados, la presencia de otros accidentes está en tres Estados,
mientras que el VIH/SIDA y peatón lesionado están en dos y dos Estados, además
de ello, las siguientes causas están presentes en un Estado cada una, estos son los
homicidios, los suicidios, el ahogamiento, las lesiones, el peatón lesionado y otras
enfermedades infecciosas (figura I y cuadro 2).
La mayoría de las causas antes mencionadas son evitables, es por ello, que el
programa de Acción Mundial para los Jóvenes hasta el año 2000 y años
subsiguientes, identifica diez esferas que deben ser consideradas por los gobiernos
como las principales prioridades: educación, empleo, el hambre y la pobreza, salud,
medio Ambiente, uso indebido de drogas, delincuencia juvenil, actividades
recreativas, el sexo femenino y la participación de los jóvenes en la vida de la
sociedad y en la adopción de decisiones. Y en el año 2013 la Asamblea General
aprobó 5 esferas adicionales: globalización, tecnologías de la información y la
comunicación, virus de la inmunodeficiencia humana y síndrome de
inmunodeficiencia adquirida, los jóvenes y la prevención de conflictos y las
relaciones intergeneracionales (Naciones unidas, 2017).
A nivel nacional, la tasa de agresiones (homicidios) fue de 524.4 defunciones
por cada 100,000 habitantes, lo que significa que 4,251 murieron por esta causa,
debido a que había 119, 530,753 personas en México para el 2015. El municipio
que registró más muertes fue Acapulco con 253 muertes y una tasa de 31.21 por
cada 100,000 habitantes, los municipios siguientes fueron Ecatepec de Morelos y
Tijuana con una tasa de 14.3 y 11.3 respectivamente.
A nivel nacional para el 2015, la tasa de mortalidad por accidentes de vehículo
de motor (tránsito) fue de 355.5 (con 2,882 defunciones), las lesiones auto
infringidas, intencionalmente suicidios fue de 224.74 (con 1822 defunciones), la
leucemia una tasa de 75.99 (con 616 defunciones) y la nefritis y nefrosis una tasa de
75.49 (con 612 muertes).

Análisis de tendencia de la mortalidad por homicidios en jóvenes de 15 a 24


años.

Se elaboraron las series de tiempo utilizando el módulo Earth Trends Modeler


(ETM), considerando las defunciones por agresiones (homicidios) desde 1985 hasta
2015 de manera anual, para el territorio nacional.
Los municipios más afectados se encuentran al noroeste del país
principalmente en el Estado de Chihuahua, siete municipios en el Estado de Nuevo

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura I. México, principales causas de mortalidad en jóvenes de 15 a 24 años de edad, 2015.

Fuente: Elaboración propia con base en el Sistema Nacional de Información en Salud, 2015 e Instituto Nacional de
Estadística y Geografía, 2015.
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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro 2. México, principales causas de mortalidad en jovenes de 15 a 24


años, 2015.

Estado Principal Segunda Tercera Cuarta Quinta


Aguascalientes Accidentes de Suicidios O. tumores malignos E. hipertensivas Homicidios
Baja California tránsito
Homicidios Accidentes de O. accidentes Suicidios O. tumores malignos
Baja California Sur Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios Peatón lesionado O. accidentes
Campeche Suicidios tránsito de
Accidentes O. accidentes VIH/SIDA O. trastornos
Coahuila de Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios O. accidentes O.neuropsiquiátricos
tumores malignos
Zaragoza
Colima Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios E. endocrinas, Peatón lesionado
Chiapas Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios metabólicas...
Causas mal definidas O. accidentes
Chihuahua Homicidios O. tránsito
accidentes Suicidios Accidentes de tránsito O. trastornos
Distrito Federal Homicidios Suicidios Accidentes de Lesiones O.neuropsiquiátricos
tumores malignos
Durango Accidentes de Homicidios tránsito
Suicidios O. accidentes Lesiones
Guanajuato tránsito
Homicidios Accidentes de Suicidios O. accidentes Nefritis y nefrosis
Guerrero Homicidios tránsito de
Accidentes O. accidentes Suicidios Leucemia
Hidalgo Accidentes de tránsito
Suicidios Homicidios O. accidentes Peatón lesionado
Jalisco tránsito
Homicidios Accidentes de Suicidios Nefritis y nefrosis O. accidentes
México Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios O. accidentes Peatón lesionado
Michoacán de Homicidios tránsito de
Accidentes O. accidentes Lesiones Suicidios
Ocampo
Morelos Homicidios tránsito de
Accidentes O. accidentes E. isquémicas del Leucemia
Nayarit Accidentes de tránsito
Suicidios O. accidentes corazón
Homicidios O. E. infecciosas
Nuevo León tránsito
Homicidios Accidentes de Suicidios O. accidentes O. tumores malignos
Oaxaca Homicidios tránsito de
Accidentes O. accidentes Suicidios Leucemia
Puebla Accidentes de tránsito
Homicidios Suicidios O. accidentes Nefritis y nefrosis
tránsito

71
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Querétaro de Accidentes de
Suicidios Homicidios O. accidentes Nefritis y nefrosis
Arteaga tránsito
Accidentes de VIH/SIDA
Quintana Roo Suicidios Homicidios O. accidentes
tránsito
San Luis Potosí Accidentes de Homicidios Suicidios O. accidentes O. trastornos
Sinaloa tránsito
Homicidios Accidentes de O. accidentes Suicidios O.neuropsiquiátricos
tumores malignos
Sonora Homicidios tránsito de
Accidentes Suicidios O. accidentes O. tumores malignos
Tabasco Accidentes de tránsito
Homicidios Suicidios Peatón lesionado Ahogamiento
Tamaulipas tránsito
Homicidios Accidentes de Suicidios Peatón lesionado O. trastornos
Tlaxcala Accidentes de tránsito
Homicidios Suicidios O. accidentes neuropsiquiátricos
Nefritis y nefrosis
Veracruz Llave O. tránsito
accidentes Homicidios Accidentes de Lesiones VIH/SIDA
Yucatán Suicidios Accidentes de tránsito
Homicidios O. accidentes Leucemia
Zacatecas Accidentes de tránsito
Homicidios Suicidios O. accidentes Leucemia
tránsito
Fuente: Elaboración propia, con base en el Sistema Nacional de Información en Salud, 2015.

72
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

León, Tijuana y Playas de Rosarito en el Estado de Baja California, General


Plutarco Elías Calles en el Estado de Sonora, Los cabos en el Estado de Baja
California Sur.
Al centro del país se encuentran los municipios de Jesús María en
Aguascalientes, los municipios de el Salto, San Pedro Tlaquepaque y Tlajomulco de
Zúñiga en el Estado de Jalisco; el municipio de Yurécuaro localizado en el Estado
de Michoacán; los municipios de Pungarabato y Coyuca de Benítez en el Estado de
Guerrero; y en el Estado de México los municipios de Huahuetoca y Valle de
Chalco Solidaridad.
Al sur este del país, se encuentran los municipios de Chilón y Benemérito de
las Américas en el Estado de Chiapas; además tres municipios en el Estado de
Quintana Roo: Benito Juárez, Puerto morelos y Solidaridad.
Por otra parte, los municipios cuyas características muestran una tendencia a la
baja se localizan al centro y este, en los Estados de San Luis Potosí, Michoacán,
Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca, Chiapas
y Campeche.
En el Estado de San Luis Potosí el municipio de Rio verde; en el Estado de
Hidalgo, San Bartolo Tutotepec; En el Estado de México, los municipios más
urbanizados son los que tienen esta tendencia, estos son: Naucalpan,
Nezahualcóyotl, Toluca y Tenango del Valle, además en la Ciudad de México, las
delegaciones Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo y Benito Juárez. En el Estado de
Michoacán los municipios de Madero, Nocupétaro, Ario, Tumbiscatío y Arteaga
son los que van descenso.
El municipio de Puebla, en el Estado con su mismo nombre ha ido
disminuyendo esta causa; mientras que en el Estado de Oaxaca, los municipios son
Matías Romero Avendaño, San Juan Guichicovi, Heroica Ciudad de Ejutla de
Crespo, San Micguel del Puerto, San Pedro Pochutla, Santa Catarina Juquila, Villa
de Tutultepec de Mechor Ocampo y Santa María Zacatepec.
En el Estado de Chiapas se encuentra el municipio de Chicomuselo y en el
Estado de Campeche, el municipio que lleva su nombre. Por último el Estado de
Veracruz con los municipios de Ixhuatán de Madero, Tenochtitlán, Orizaba y Playa
Vicente (Figura II).

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura II. México, análisis de tendencia monótona de los homicidios, series de tiempo de 1985 a 2015.

74
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Conclusiones

La mayoría de las principales causas de mortalidad en el grupo de edad de 15 a 24


son prevenibles, por lo que es fundamental implementar políticas públicas en salud
a través de acciones de identificación oportuna, estrategias integrales de prevención,
además de integrar un estudio detallado de los factores de riesgo asociados y las
características geográficas en su entorno.
Se señalan dos características importantes de los problemas de salud y muerte
de los jóvenes: la mayoría son prevenibles y además multidimensionales, lo que
trae como consecuencia la búsqueda de soluciones con un enfoque
multidisciplinario y sectorial. Se sugiere políticas de prevención de la violencia,
promoción de estilos de vida sanos y estímulos que mejoren las condiciones de vida
de la población joven.
Por lo que fomentar relaciones de atención y cariño entre padres e hijos en una
etapa temprana de la vida, así como propiciar el desarrollo de aptitudes para la vida
y reducir el acceso al alcohol y las armas de fuego puede contribuir a prevenir
lesiones y defunciones como consecuencia de la violencia. Asimismo, ofrecer a los
jóvenes supervivientes de actos de violencia una atención eficaz y empática puede
ayudarlos a superar las secuelas físicas y psicológicas.
Muchos niños y niñas de países en desarrollo padecen desnutrición y cuando
llegan a la adolescencia, los hace más propensos a contraer enfermedades y morir a
una edad temprana. En el lado opuesto, el número de adolescentes con exceso de
peso u obesidad está aumentando en los países tanto de ingresos bajos y altos,
debido a la mala alimentación, a la falta de acceso o ignorancia al consumir
diferentes productos alimenticios.
Se debe desarrollar en la adolescencia buenos hábitos de alimentación sana y
ejercicio físico pues es fundamental para gozar de una buena salud en la edad
adulta. Asimismo, reducir la comercialización de alimentos ricos en grasas
saturadas, ácidos grasos trans, azúcares libres o sal, y ofrecer acceso a alimentos
sanos y oportunidades para la ejercitación, son medidas importantes para todos,
pero en particular para que los niños y los adolescentes lleguen fuertes y sanos a la
edad madura.

75
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Bibliográfia
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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Propuesta teórica-metodológica para el análisis de riesgo y vulnerabilidad


social ante la amenaza de inundaciones en la ciudad de Luján (Buenos Aires,
Argentina)

Mg. Noelia Principi1

Resumen

El capítulo presenta una propuesta teórica-metodológica para el abordaje del riesgo


y la vulnerabilidad social ante la amenaza de inundaciones en la ciudad de Luján
(Buenos Aires, Argentina). Se realiza un recorrido por los antecedentes de teóricos
y metodológicos vinculados al tratamiento de estas temáticas en Argentina y se
propone un avance hacia una metodología de análisis espacial con Sistemas de
Información Geográfica (SIG), desde el enfoque de la Geografía Aplicada que
permita obtener resultados concretos sobre el riesgo y la vulnerabilidad social para
poder vincularse al Ordenamiento Territorial. La propuesta incluye el diagnóstico
espacial sobre áreas con riesgos ante inundaciones presentes y con un enfoque
prospectivo al año 2030, que considere una simulación de la expansión urbana de la
ciudad, con el objetivo final de brindar conocimientos que sean de utilidad para la
formulación de propuestas que consideren la gestión del riesgo en el área de
estudio.

Palabras claves: Geografia aplicada; vulnerabilidad social; riesgo; inundación;


crecimiento urbano.

Introducción

Los trabajos que abordan la problemática de la vulnerabilidad social y del riesgo lo


hacen poniendo un mayor énfasis en distinguir los aspectos perceptuales del riesgo.
Esto se justifica en la idea de que el riesgo no es el daño en sí sino la situación
previa, que puede minimizarse e incluso evitarse si se es consciente de dicho riesgo.

1 Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO),Universidad Nacional de Luján


(Argentina). Correo electronico: noeliaprincipi@gmail.com

78
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Es en este sentido que se consideran las representaciones sociales, el contexto


temporal y cultural de las sociedades a partir de enfoques principalmente
sociológicos que en Geografía los adopta la vertiente de Geografía de la Percepción.
En este caso estamos frente a la concepción de riesgo de tipo subjetivo, que
considera las percepciones individuales o colectivas, y que pueden vincularse con el
concepto de incertidumbre, que se genera al no poder determinar exactamente cuál
es el riesgo al que se exponen las personas.
La propuesta teórica- metodológica que aquí se presenta está vinculada con el
análisis socioespacial desde el enfoque de la Geografía Aplicada, poniendo énfasis
en la asociación de la vulnerabilidad social y las áreas con peligro de inundación en
la ciudad de Luján a partir de una análisis que no deje de considerar los aspectos
perceptuales del riesgo pero que enfatice en la identificación concreta de las áreas
con riesgo, como etapa científica y técnica dentro de la fase de diagnóstico del
Ordenamiento Territorial. La posibilidad de modelización de dinámicas de
crecimiento urbano (Buzai, 2010) permite no sólo realizar un análisis del contexto
socioespacial actual de riesgo por inundaciones sino que brinda la posibilidad de
poder avanzar hacia un análisis prospectivo de escenarios socioespaciales de riesgo
hacia el año 2030. La incorporación metodológica de un modelo de simulación de
expansión urbana es importante si consideramos que éste es actualmente uno de los
temas centrales en los estudios territoriales y que según las consideraciones de
Hábitat III se estima que para el 2030 un 60% de la población mundial vivirá en
ciudades y el 95% de la expansión urbana se producirán en los países en desarrollo
(Naciones Unidas, 2016).
El interés principal de la propuesta es lograr identificar la distribución espacial
de la vulnerabilidad social de la población de la ciudad de Lujan y asociarla
espacialmente con las áreas de peligro de inundación para poder determinar
diferentes niveles de riesgo de la población ante el evento de inundación.

Área de estudio: Ciudad de Luján

La propuesta que aquí se plantea será puesta en práctica en la ciudad de Luján


(Provincia de Buenos Aires. Argentina), que es una aglomeración de tamaño
intermedio (entre 50.000 y 500.000 habitantes) de la República Argentina y se
representa cartográficamente a través de 42 fracciones censales urbanas que
contienen la aglomeración y que de acuerdo a los datos censales del último Censo
Nacional de Población y Vivienda del año 2010 cuenta con 79.790 habitantes.

79
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 1. Ubicación del área de estudio: Ciudad de Luján

Fuente: elaboración propia.


80
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La ciudad de Luján está atravesada por el el río Luján, que realiza su recorrido
por la planicie ondulada de la Pampa, nace en de la confluencia del arroyo de Los
Leones y del Durazno y la Cañada de Castilla, en el partido de Carmen de Areco, y
una pequeña superficie del partido de Chacabuco, con un recorrido de 115
kilómetros hasta su desembocadura en el delta del Paraná, y luego 42 km más en
dirección noroeste-sudeste hasta su desagüe en el río de la Plata.
Los rasgos singulares del río Luján son propios de los de zonas de escasa o
nula pendiente. Las cotas fluctúan entre los 46 y 58 m con una media del tramo
superior que ronda los 47 m (Paso Viola, 2016).
La ciudad de Luján tiene recurrentemente problemas de inundaciones por
encontrarse emplazada en el valle de inundación del río, por eso realizar un estudio
del riesgo y la vulnerabilidad social desde el enfoque de la Geografía Aplicada
resulta muy importante en función de poder generar propuestas que de
Ordenamiento Territorial que consideren la gestión del riesgo.

Figura 2. Barrios céntricos de Luján inundados por la crecida del río Lujan.

Fotos de la autora – Año 2012.

Antecedentes sobre análisis de riesgo y vulnerabilidad social en Argentina

El análisis de los riesgos y la vulnerabilidad social presenta un desarrollo amplío y


con diversidad de enfoques teóricos y metodológicos, aunque con una
predominancia de los estudios cualitativos, con énfasis en los aspectos perceptivos
del riesgo.

81
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En un trabajo coordinado por Aneas (2012) se realiza un recorrido teórico y


metodológico sobre el análisis de riesgo y la vulnerabilidad y se presentan estudios
de caso en Argentina. Los autores consideran diferentes dimensiones de la
vulnerabilidad (física, económica, social, política, técnica, ideológica, cultural,
educativa, ecológica e institucional) siguiendo lo que Wilches-Chaux (1993)
denomina como vulnerabilidad global, entendida como las características socio-
culturales que causan incapacidad en las personas para enfrentar impactos negativos
de cualquier peligro a los que estén expuestos. En esta línea, presentan un análisis
de riesgos ambientales en el Departamento de Rawson (San Juan, Argentina), a
nivel de fracción censal, con el objetivo de determinar áreas diferenciales de
vulnerabilidad global, a partir de considerar individualmente diferentes variables
censales vinculadas a algunas de las dimensiones de la vulnerabilidad global, como
la estructura demográfica, la pobreza o la delincuencia, que luego integran en un
índice de vulnerabilidad global, ponderando las variables por peso poblacional y lo
representan en un mapa de diferentes niveles de vulnerabilidad. De manera similar,
la geógrafa Foschiatti (2007) analiza la vulnerabilidad global en diferentes escalas
en la región del nordeste argentino, poniendo especial ´énfasis en el análisis de la
pobreza y la percepción de la población sobre los riesgos sociales y ambientales
Natenzon (1995, 2005) aborda el estudio de la vulnerabilidad social desde la
Teoría Social del Riesgo, considerando cuatro dimensiones para el análisis del
riesgo: la peligrosidad, la vulnerabilidad, la exposición y la incertidumbre. En sus
trabajos aparecen resaltados aspectos cualitativos (vinculados a factores políticos,
ideológicos, culturales) que deben considerarse para el análisis de riesgos. En la
misma línea, en el Instituto de Geografía de La Universidad Nacional de La Plata
(Argentina), la geógrafa Andrade y su equipo (2008) estudian las problemáticas de
las inundaciones desde la Teoría Social del Riesgo.
En la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina) se ha trabajado
durante décadas sobre la reducción y gestión del riesgo a desastres siendo los
pioneros en nuestro país y quienes además lo hicieron con proyección internacional
a partir del trabajo con conjunto con Organismos de las Naciones Unidas. Gray de
Cerdán (2013) presenta una síntesis del largo camino recorrido con su equipo en
estos temas, y resalta la importancia de la vinculación entre docencia, investigación
y transferencia. La autora focaliza en la importancia de la labor del geógrafo en los
procesos de Ordenamiento Territorial y desarrolla una línea de acción para
incorporar el análisis de riesgo a desastres en la planificación del territorio.
Egea Giménez y otros (2012) presentan una compilación de estudios sobre
vulnerabilidad social en España y en América Latina desde diferentes enfoques. Se
expone un caso presentado por Gauto de Paz donde se analiza la vulnerabilidad

82
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

social en Resistencia (Chaco, Argentina) desde técnicas cualitativas, con el estudio


de historias de vida de familias para superar situaciones adversas. Se consideran
aspectos personales, como independencia, capacidad de relacionarse y también
aspectos sociales como relaciones sociales y apoyo familiar y se realiza un estudio
comparativo de las familias consideradas. En el mismo material autores argentinos,
mexicanos y cubanos analizan la vulnerabilidad social centrándose en diferentes
grupos de personas que consideran con mayor riesgo social. Se analizan casos de
migrantes, personas de la tercera edad, pobres y adolescentes.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Centro Latinoamericano y
Caribeño de Demografía (CELADE), fue pionera en trabajar el tema de la
vulnerabilidad social y riesgos en los países latinoamericanos y caribeños. El
CELADE (2002) realizó un detallado desarrollo conceptual sobre vulnerabilidad
social, donde se explicita que la investigación sistemática sobre vulnerabilidad en
América Latina y el Caribe se desarrolló a partir de la década del ’90, vinculada
principalmente al estudio de las consecuencias de las crisis económicas y la
pobreza. En el trabajo se presentan propuestas de medición de la vulnerabilidad
social a partir de ejemplos en diferentes países, entre ellos Argentina. En el caso
del PNUD existe un trabajo muy reciente realizado junto Ministerio de Seguridad y
la Secretaría de Protección Civil y Abordaje Integral de Emergencia y Catástrofes
de la República Argentina (2017) donde se presenta una propuesta metodológica
para la elaboración de mapas de riesgo, a partir de cartografía de amenazas y
vulnerabilidad, como herramienta para la prevención y mitigación de desastres. Este
aporte será muy importante para el avance en la propuesta metodológica.

Marco teórico-conceptual de la propuesta

Hacia finales del siglo XIX se comienza a desarrollar el enfoque teórico de la


vulnerabilidad social (Moser, 1998; Katztman, 1999 y 2000; Rodríguez, 2000),
sobre todo para el análisis de los países latinoamericanos. Se comienza a pensar en
la vulnerabilidad social como un proceso en el cual puede incurrir cualquier persona
o grupo social que en un momento determinado se encuentre en una situación
desfavorecida o de desventaja con respecto a otras personas o grupos sociales; y que
las causas y consecuencias de esa desventaja se investigan considerando los riesgos
a los que se enfrentan y los activos con los que cuentan para mitigar el efecto de los
mismos, y de esta manera presentar diferentes niveles de vulnerabilidad (Sánchez
González, et al, 2012).

83
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En el análisis de la vulnerabilidad social el riesgo tiene una importancia


fundamental y se lo define como la probabilidad de que un peligro o amenaza se
convierta en un desastre. Tradicionalmente, los riesgos más estudiados fueron los
relacionados con fenómenos naturales. En el caso de los riesgos sociales se puede
también hablar de acontecimientos probables considerando peligros sociales como
por ejemplo, el desempleo o el analfabetismo. En este sentido el riesgo puede
analizarse desde tres componentes que nos permiten definir la vulnerabilidad social.
La peligrosidad, es decir, la amenaza potencial que enfrenta las personas y que
inciden en el riesgo (Ayala; 2002), la exposición, relacionadas a la localización
espacial de las personas o grupos sociales en áreas de peligros o amenazas, y los
activos, que pueden definirse como los elementos con los que cuenta una personas o
grupo social para enfrentar y/o mitigar los riesgos y sus consecuencias.
Desde las teorías sociológicas del riesgo (Beck 1986 y 2010, Giddens; 1991)
se considera que el riesgo no es el daño sí en sino la situación previa, que puede
minimizarse o evitarse si se es consciente o si se tienen medios para hacerlo. De
esta forma se pone especial atención a la percepción del riesgo a nivel individual o
grupal. Es lo que se denomina como construcción social del riesgo y tiene sentido
en tanto se lo considere en un contexto espacio-temporal específico. Existen al
respecto algunas apreciaciones que consideran que esta construcción del riesgo
muchas veces es apoyada por intereses de determinados sectores económicos,
políticos e incluso científicos y que terminan influyendo en la percepción de la
sociedad (Cardona, 2003), o que los intereses de poder construyen riesgos para
legitimar o desacreditar determinadas políticas (Mitjavila, 1999).
Por eso, además de considerarse los riesgos desde la percepción es importante
analizar riesgos individuales o sociales concretos, como el subempleo, el
envejecimiento, la falta de cobertura social o las viviendas deficitarias, que pueden
ser medibles en el espacio geográfico a partir de variables de tipo socio-
demográficas e incorporarse al análisis de la vulnerabilidad social.
Como vemos, el estudio de la vulnerabilidad es complejo y se justifica en que
estamos analizando la realidad, o mejor dicho, un recorte de la realidad, entendida
como una totalidad organizada o “sistema”, cuyos elementos no pueden ser
estudiados aisladamente, sino a partir de las relaciones entre los mismo (García,
2006).
Desde el enfoque de la Geografía Cuantitativa, en su carácter de ciencia
aplicada, se realiza el estudio del espacio geográfico y su ordenamiento empleando
técnicas cuantitativas y modelos para analizar diferentes problemáticas de índole
espacial. En este sentido, se ha realizado un considerable esfuerzo para establecer
modelos teóricos que expliquen adecuadamente procesos geográficos. Estos

84
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

modelos, que son una representación simplificada de la realidad, permiten abstraer


y analizar características espaciales (Capel y Urteaga, 1991). Cuando el análisis
espacial es adecuado se posibilita la realización de predicciones acerca de las
distribuciones espaciales, y por tanto, se puede hablar de una Geografía Aplicada
prospectiva que tiende al descubrimiento de relaciones de causalidad pudiendo
modelar configuraciones espaciales, considerando la planificación espacial en el
marco del Ordenamiento Territorial.
Como perspectiva de análisis espacial, la Geografía Aplicada pone su atención
en las manifestaciones espaciales que son resultado de los procesos sociales.
Incorpora el análisis espacial cuantitativo con Sistemas de Información Geográfica
(SIG), considerando los conceptos centrales del análisis espacial (Buzai, 2010) de
localización, asociación, interacción y evolución espacial, con una focalización
empírica que permite una gran variedad de posibilidades aplicativas, a partir de
considerar que la realidad existe, desde el enfoque del realismo; que además puede
ser estudiada a partir de sus elementos materiales, desde el materialismo sistémico;
que estos elementos se relacionan ampliamente en la conformación de sistemas,
desde un enfoque sistémico y que la forma más eficiente de acceder a ello es a
través de la ciencia. (Bunge, 2012).
En este contexto, desde la Geografía Aplicada se revalorizan los aspectos
conceptuales y metodológicos de la Geografía Racionalista y la Geografía
Cuantitativa, reconociendo un claro enfoque espacial, al proveer de conceptos y
metodologías que le dan sustento a las aplicaciones geotecnológicas (Buzai, 2010).
Es así que los conocimientos geográficos son aplicados a la resolución de
problemáticas socioespaciales vinculadas al Ordenamiento Territorial, donde el
geógrafo puede realizar aportes significativos (Tapiador, 2001), ya que se presenta
un ámbito muy amplío del aplicaciones geográficas, es donde el geógrafo puede
manifestar su sentido de síntesis y de espacio (Phlipponneau, 2001).
En relación al Ordenamiento Territorial y la vinculación con la Geografía
Buzai y Baxendale (2010) destacan la instancia del diagnóstico socioterritorial,
desde el enfoque del análisis espacial donde se realiza el estudio del sistema
territorial en el pasado, en el presente y también sus posibilidades de evolución
futura a partir de procedimientos de modelación, y por otro lado, la instancia de la
propuesta, que apunta a la búsqueda de escenarios alternativos con el objetivo de
apoyar la toma de decisiones espaciales y lograr la equidad y eficiencia espacial.
La incorporación de la tecnología de los SIG en el análisis espacial puede
considerarse como una revolución tecnológica y también intelectual (Buzai y
Baxendale, 2012). Mientras que la revolución tecnológica está relacionada con
procedimientos metodológicos y técnicos en el tratamiento de datos espaciales, la

85
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

revolución intelectual se relaciona con un cambio en la forma de pensar la realidad


ya que diferentes disciplinas comienzan a incorporar la dimensión espacial. En
estos momentos, la Geografía como ciencia está en el centro de todos estos
procesos convirtiéndose en la disciplina central pues ha contribuido a la formación
de la actual Geografía Automatizada, basada en la Geotecnología.

Avances en la propuesta metodológica

La propuesta, como ya se adelantó, se enmarca dentro de la línea del análisis


espacial con Sistemas de Información Geográfica para la determinación de áreas de
vulnerabilidad social, peligro de inundación y riesgo en la ciudad de Luján en el
entorno del Ordenamiento Territorial, específicamente en la etapa del diagnóstico
socioespacial y con un enfoque que permitirá estimar los contextos socioespaciales
de riesgo futuro.
Para comenzar con el desarrollo metodológico se hace necesario confeccionar
una base de datos para Sistemas de Información Geográfica de estructura vectorial
y raster. La elaboración de cartografía de vulnerabilidad social, peligros y riesgos
se realizará con información cartográfica del Instituto Geográfico Nacional (IGN)
de la República Argentina, con análisis visual de imágenes satelitales y con
información obtenida a partir entrevistas para la elaboración de mapas mentales de
riesgo.
Los pasos incluirán la elaboración y análisis de mapas mentales para
incorporar la percepción de riesgo de la población de Lujan. En este sentido
siguiendo el trabajo de Buzai (2011) sobre mapas mentales se aplicará la
metodología basada en la visualización, que tiene sus orígenes en Lynch (1986). La
misma se desarrollará en dos etapas: primero con la realización de una entrevista a
la población local y segundo el análisis de la imagen (mapa mental) que realicen los
entrevistados. En las entrevistas se solicitará a los participantes que realicen un
bosquejo, sobre un papel en blanco, del mapa de la ciudad Luján con las zonas que
presentan mayor riesgo ante inundaciones. Esto luego puede ser vinculado a la
tecnología de los SIG representando el mapa mental de la comunidad en una visión
esquemática, como aproximación al análisis espacial de datos cualitativos que se
integrará al análisis espacial de peligros y vulnerabilidad social para lograr una
visión integral de los riesgos.
El análisis de peligros o amenazas, se realizará a de los eventos concretos de
inundación y las áreas de afectación. Los estudios precedentes sobre inundación en
Luján serán una base importante junto a las marcas territoriales de inundación y el

86
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

análisis visual de imágenes satelitales en períodos de inundación permitirán obtener


un mapa de amenazas, es decir, de áreas susceptibles de sufrir inundaciones.
El análisis de la vulnerabilidad social permitirá tener una aproximación al
mapa social de la ciudad de Luján. La metodología para realizar los mapas de
vulnerabilidad social si bien se encuentra bajo análisis, incluirá una técnica de
Evaluación Multicriterio que permita considerar diferentes variables que expliquen
las condiciones de vulnerabilidad de la población. En principio se utilizarán como
referencia las variables mínimas recomendadas en el Manual para la Elaboración de
Mapas de Riesgo (Renda, et. al., 2017) que incluyen la cantidad de población, la
distribución de la pirámide demográfica, las características socioeconómicas, el tipo
y la calidad de las viviendas, la infraestructura productiva y la infraestructura de
servicios públicos.
Una vez definidos los pasos metodológicos anteriores se podrá avanzar hacia
la obtención del mapa de riesgo a partir de la asociación espacial mediante la
metodología de modelado cartográfico que se refiere a la forma de procesar
información geográfica estructurada en capas temáticas, y poder realizar
superposición cartográfica para la obtención de resultados (Tomlin, 1990). Esta
metodología se usa para analizar simultáneamente las características tanto
espaciales como temáticas de la información geoespacial. Por un lado, la
componente temática de la información geoespacial se analiza mediante la
realización de operaciones geo-estadísticas sobre los datos, mientras que las
características espaciales de la información geoespacial se describen mediante
técnicas de análisis espacial (que se basan en coordenadas). En este sentido la
superposición de la cartografía obtenida en el entorno SIG permitirá identificar las
diferentes áreas de riesgos en la ciudad de Luján.
A la vez, se propone aplicar un modelo de simulación de crecimiento urbano
basado en autómatas celulares que permitirá simular el crecimiento urbano de la
ciudad de Luján hacia el año 2030 a partir de diferentes parámetros que definirán
configuraciones espaciales futuras que podrá ser analizado considerando un mapa
de aptitud urbana actual que se realizará a partir técnicas de evaluación
multicriterio. Siguiendo a Aguilera Benavente y otros (2012) los modelos para
simulación de crecimiento urbano que se basan en autómatas celulares consideran
una estructura de base raster donde cada píxel contiene un autómata; un conjunto
finito de estados en los que cada autómata o pixel se puede encontrar; una
definición de vecindad que generará una influencia en el estado de cada autómata;
un conjunto de reglas de transición que determinan los cambios de estado de cada
autómata o píxel relacionado a su estado inicial y al estado de sus vecinos; y
finalmente una secuencia discreta de tiempos o iteraciones que permiten simular el

87
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 3. Ejemplo de mapa de vulnerabilidad social en el Manual para la Elaboración de Mapas de Riesgo
de Argentina

Fuente: Renda, et. al, 2017. 88


Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

crecimiento urbano a partir de diferentes parámetros.


A la vez, se propone aplicar un modelo de simulación de crecimiento urbano
basado en autómatas celulares que permitirá simular el crecimiento urbano de la
ciudad de Luján hacia el año 2030 a partir de diferentes parámetros que definirán
configuraciones espaciales futuras que podrá ser analizado considerando un mapa
de aptitud urbana actual que se realizará a partir técnicas de evaluación
multicriterio. Siguiendo a Aguilera Benavente y otros (2012) los modelos para
simulación de crecimiento urbano que se basan en autómatas celulares consideran
una estructura de base raster donde cada píxel contiene un autómata; un conjunto
finito de estados en los que cada autómata o pixel se puede encontrar; una
definición de vecindad que generará una influencia en el estado de cada autómata;
un conjunto de reglas de transición que determinan los cambios de estado de cada
autómata o píxel relacionado a su estado inicial y al estado de sus vecinos; y
finalmente una secuencia discreta de tiempos o iteraciones que permiten simular el
crecimiento urbano a partir de diferentes parámetros .
La combinación del modelo de simulación basado en autómatas celulares con
las técnicas de evaluación multicriterio utilizando SIG, permitirá la generación de
diferentes escenarios futuros de crecimiento urbano y riesgos asociados.
Los procedimientos metodológicos explicitados pretenden generar
información de base para la realización del diagnóstico territorial y una
modelización futura, y a partir de esto avanzar en la generación de propuestas que
favorezcan la gestión del riesgo en la ciudad de Luján.

Conclusiones

La aplicación de la propuesta aquí presentada intenta analizar la asociación espacial


de las áreas con peligro de inundación y los diferentes grados de vulnerabilidad
social de la población de la ciudad de Luján esto permitirá evidenciar cuales son las
áreas con diferentes niveles de riesgo ante inundaciones y de esta manera poder
prever cuál será población afectada en la actualidad y en futuro, a partir de una
simulación de crecimiento urbano al 2030, y de esta manera poder pensar en las
posibilidades de recuperación ante inundaciones en función de las características
socioespaciales estructurales de la misma.
La Geografía Aplicada en el Ordenamiento Territorial cumple un importante
papel al brindar conceptos y metodologías del análisis espacial con Sistemas de
Información Geográfica (SIG), en la etapa de diagnóstico y propuestas. El
diagnóstico espacial sobre áreas con riesgos ante inundaciones presentes y futuras
brindará conocimientos que serán de utilidad para la formulación de propuestas que
89
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

consideren la gestión del riesgo en el área de estudio, considerando el desarrollo


territorial sostenible.

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La vulnerabilidad en el estudio de los procesos de riesgo-desastre, y su lugar en


la protección civil en México

Alejandra Toscana Aparicio 1

Resumen

Este texto busca mostrar los principales estudios realizados en torno al concepto de
la vulnerabilidad en el marco de las investigaciones sobre riesgos y desastres, así
como su incidencia en el desarrollo de la política pública de la protección civil en
México. A pesar de que la vulnerabilidad es un concepto que ha tenido auge en
América Latina para comprender la causalidad de los riesgos y desastres, a partir de
las fallas del modelo de desarrollo, su presencia en la política pública de protección
civil es escasa; además desde inicios del siglo XXI se observa una tendencia a
sustituir el concepto de vulnerabilidad por el de resiliencia, que tiende a exaltar
características positivas de las comunidades y sociedades relativas a la capacidad de
resistir y sobreponerse a los desastres.

Palabras clave: vulnerabilidad, resiliencia, desastre, protección civil.

Introducción

Con el paso del tiempo, los desastres aumentan en frecuencia y resultan más
costosos en términos económicos; las pérdidas y daños no se distribuyen al azar,
sino en función de la vulnerabilidad de las comunidades y sociedades. Se entiende
por vulnerabilidad, la susceptibilidad a sufrir daño; de manera más específica, es la
capacidad de las comunidades y sociedades de anticipar el impacto de un fenómeno
peligroso, prevenirlo, sobrevivir y recuperarse. Este texto tiene por objetivo revisar
el significado de la vulnerabilidad en el estudio de los riesgos y desastres, y su
proyección en la política pública de protección civil en México, misma que tiene la
finalidad de proteger a las personas, sus bienes y los ecosistemas del impacto de los
fenómenos tanto de origen geofísico como antrópico, potencialmente catastróficos.
Actualmente en las Ciencias Sociales los desastres son comprendidos como
procesos detonados o activados por fenómenos geofísicos (sismos, tsunamis,

1Departamento de Política y Cultura, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco


Correo electrónico: atoscana@correo.xoc.uam.mx

94
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

erupciones volcánicas, inundaciones, procesos de ladera) o antrópicos (explosiones,


fugas de materiales tóxicos, accidentes colectivos), también llamados “amenazas” o
“fenómenos perturbadores”, que al incidir en sociedades y comunidades vulnerables
generan pérdidas y daños. Pero esto no siempre ha sido así: por mucho tiempo se
consideró que los desastres eran eventos producidos por seres sobrenaturales, o que
eran castigos divinos, así se explica el Diluvio en el Génesis, pero también en
tiempos recientes, los daños asociados al tsunami asiático, que también fueron
interpretados como manifestación de la ira divina (Toscana, 2006). Estas
concepciones siguen presentes en diversos ámbitos, y coexisten con perspectivas en
las que los desastres se consideran producto del impacto de uno o más fenómenos
peligrosos, ya sean de origen geofísico o antrópico. Y son estas las perspectivas,
generadas en las Ciencias de la Tierra y las ingenierías, las que han dominado el
ámbito científico del estudio de los desastres. El fenómeno peligroso, la tecnología
para su conocimiento y las obras estructurales para su control son el centro de
interés, incluso hay poca distinción entre el fenómeno peligroso detonante y el
desastre en sí mismo (Wisner y Luce, 1993).
También se han desarrollado concepciones en las que se considera que la
ocurrencia de los desastres y la magnitud de los daños depende del entorno social,
político, económico y cultural de las comunidades y sociedades afectadas; en estas
concepciones, un desastre se entiende como un proceso social, complejo, crítico,
que resulta del impacto de un fenómeno peligroso sobre una sociedad vulnerable;
con consecuencias inmediatas (muertes, daños y pérdidas) y a mediano y largo
plazo (problemas de reconstrucción, afectaciones en el producto interno bruto,
entre otras). Se dice que es un proceso social para hacer hincapié en que no se trata
de un “accidente” o “evento” sucedido por azar o mala suerte, sino que es un
proceso derivado de la interacción entre peligros y vulnerabilidad, y sus
consecuencias pueden ser profundas: los desastres pueden transformar
drásticamente el espacio tanto físico como social, generar crisis que se graban en la
memoria colectiva de la población (Horlick-Jones, 1995; Hoffman, 1999) y
convertirse en problemas políticos (Olson y Gawronski, 2003). En síntesis, los
desastres siempre son la materialización de un riesgo, dado por la posibilidad de
que converjan espaciotemporalmente peligros y comunidades o sociedades
vulnerables.
A pesar de que los desastres han afectado notablemente a la humanidad a lo
largo de la historia y en diversos contextos socioculturales, su estudio sistemático se
limita a las últimas décadas, durante las cuales han surgido diversas formas de
entenderlos y estudiarlos. En los siguientes apartados se revisan algunos aspectos
importantes del concepto de vulnerabilidad y de resiliencia, éste último muy en

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

boga desde el inicio del siglo XXI en el campo de riesgos y desastres y que está
ganando rápida aceptación entre académicos y funcionarios; posteriormente se
revisa cómo estos aspectos han incidido en la protección civil en México.

El concepto de vulnerabilidad en el estudio de los riesgos y desastres

Un antecedente aislado en los estudios de la vulnerabilidad aparece en el siglo


XVIII, tras el terremoto de Lisboa en 1755 (se calcula entre 10 mil y 15 mil muertos
entre las 170 mil personas que había en Lisboa, se colapsó la mayor parte de los
edificios del centro; al sismo siguieron incendios y tsunamis de los que la población
no logró ponerse a salvo; Böhme y Böhme, 1996). La magnitud de los daños y
pérdidas en dicha ciudad llamó la atención filósofos, entre ellos, Voltaire, quien
aprovechó la oportunidad de criticar la doctrina del optimismo de Leibnitz y Pope,
que postulaba que el mundo era el mejor de los posibles, y que dominaba el mundo
occidental en aquella época, mientras que a Rousseau le dio la oportunidad de
responderle a Voltaire, dándose así la primera discusión de corte social en torno a
un desastre. Voltaire cuestionó que un Dios bueno no podría querer la destrucción y
el sufrimiento de los inocentes. Rousseau, que sintió atacada la fe y la religión,
contestó que los daños se debían a las acciones de los hombres: la concentración de
casas de 6 y 7 pisos en el centro de la ciudad, el desconocimiento de medidas de
seguridad y de lo que debe hacerse en caso de sismo, entre otras; además Rousseau
cuestionó que el terremoto había llamado la atención de los filósofos por haber
sucedido en una ciudad importante para el mundo occidental, que afectó a
caballeros, pero que si hubiera sucedido en algún lugar exótico, no habría llamado
su atención, tal como ya había sucedido con frecuencia en el pasado. Debido a esta
discusión, el terremoto de Lisboa simboliza el resquebrajamiento de la forma de ver
el mundo del siglo XVIII (Dynes, 2001), ya no como consecuencia de la ira divina,
sino de acciones humanas. Sin embargo, esta discusión no incidió rápidamente en el
estudio de lo desastres, que por mucho tiempo siguió siendo asunto de cronistas y
milenaristas, más que de científicos, y menos de científicos sociales, en particular,
la vulnerabilidad aparece en el contexto de los estudios de desastre claramente hasta
la década de los años ochenta. Antes de eso existen algunos aportes a la dimensión
social de los desastres que provienen de diversas ramas del conocimiento: de la
Sociología, de la Ecología Humana, de la Geografía Radical y la Economía Política,
mismas que a continuación se exponen.
El interés sociológico en el estudio de los desastres surge durante la Guerra
Fría en Estados Unidos, sobre todo por el comportamiento colectivo de la
población durante la emergencia, tema qu deio inspiración a gran cantidad de

96
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

investigaciones posteriores. Un trabajo pionero, en este sentido es la tesis doctoral


de Samuel Prince, Catastrophe and Social Change (1920), sobre la explosión de
Halifax (Quarantelli, 1978: 2; Scanlon y Osborne, 1992: 190). El barco francés
Mont Blanc, cargado de municiones, explotó el 6 de diciembre de 1917 en el
puerto de Halifax, Nueva Escocia, Canadá. Debido a la explosión, murieron 1,963
personas, 9,000 resultaron heridas y se destruyó gran parte de la ciudad. En el
Centro Nacional de Investigación de Opinión, en Estados Unidos, cede de estas
investigaciones, se tomó como fundamento que el comportamiento colectivo de la
población durante la emergencia de desastre, sería similar a su comportamiento en
caso de ataque bélico (Gilbert, 1998), de hecho, de aquí viene que en el campo de
los desastres, los fenómenos potencialmente peligrosos se denominen “amenazas”.
Poco a poco el tema se volvió relevante en sí mismo, independientemente del
interés que despertara en la Guerra Fría, y en 1963 se fundó el Centro de
Investigación de Desastres, hoy situado en la Universidad de Delaware, y con un
papel protagónico en el estudio de desastres (Quarantelli, 1994; Stallings, 1998).
Los aportes de estas investigaciones contribuyeron al entendimiento de las
respuestas sociales y comportamiento colectivo en casos de desastre, y echan abajo
varios mitos al respecto, algunos todavía vigentes, entre ellos los siguientes:
durante las emergencias predomina el caos, la población entra en pánico y su
comportamiento es irracional; su actitud es pasiva, por lo que no pueden intervenir
en la superación de la emergencia; la población aprovecha el descontrol para el
saqueo; y las instituciones civiles son frágiles, por lo que se requiere un control
centralizado para controlar el caos (Dynes y Quarentelli, 1968; Quarentelli y
Dynes, 1969). Esto es importante porque los especialistas han demostrado que son
mitos, pero estás ideas se siguen considerando conocimientos válidos y vigentes en
la protección civil, como se verá más adelante.
Otra influencia importante en el estudio de la vulnerabilidad viene de la
Ecología Humana. En la década de los años treinta, Harlan Barrows coloca el rol de
las decisiones humanas y sus efectos sobre el medio como la causa central en la
génesis del riesgo de desastre (Koelsch, 1969). Barrows enfatiza en la importancia
de estudiar y de entender las adaptaciones de los grupos sociales al medio, y las
relaciones entre el medio y la distribución de las actividades humanas como
generadores de riesgo, y se cuestiona la manera en que los seres humanos utilizan la
tierra y sus recursos, así como las ventajas y desventajas de esa utilización; las
desventajas serían los riesgos y desastres (Sauri, 1993). La Ecología Humana se
centra en el estudio de las adaptaciones humanas al medio, en la identificación del
rango de posibles ajustes humanos a riesgos, en el estudio de la percepción de los
riesgos, en la descripción de los procesos de adopción de medidas encaminadas a la

97
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

reducción de riesgos en diversos contextos sociales, y en la estimación de conjuntos


de ajustes óptimos en términos de anticipar consecuencias sociales. El aporte de
esta disciplina es importante porque si bien la propuesta data de la década de
mediados del siglo XX, aún existen propuestas en torno al cambio climático
centradas en la adaptación humana al medio.
Desde este enfoque, Gilbert White, su máximo representante, distingue entre
los conceptos de “peligro” y “riesgo”, que comúnmente se usan como sinónimos sin
serlo: el peligro se refiere a un fenómeno de origen geofísico o antrópico
potencialmente desastroso; mientras que riesgo implica la acción humana, es decir,
cuando ese peligro afecta a un grupo humano. De modo que la diferencia entre
ambos radica en un conflicto de atribución, el riesgo puede ser atribuido a las
decisiones de alguien, el peligro no (Luhmann, 1996).
La propuesta para el estudio de riesgos de la Ecología Humana tuvo un buen
recibimiento desde las políticas públicas, al haberse demostrado que buena parte de
los riesgos se derivan de las adaptaciones humanas hechas al medio, y que para la
prevención de desastres puede regularse el suelo e implementar otras acciones
desde el Estado (Mileti, 1999). Esto sigue vigente, pues en los casos en que se ha
tomado en cuenta el riesgo para la regulación del uso del suelo, se han logrado
reducir pérdidas en caso de desastre (Lavell, 2003).
Pero fueron las investigaciones realizadas por geógrafos radicales desde la
Economía Política las que pusieron de manifiesto con claridad la importancia de la
vulnerabilidad para comprender los desastres, al observar y deducir que los
impactos de los fenómenos geofísicos dependen en mayor medida de los contextos
sociales, culturales, políticos y económicos en los que impactan, que de la
intensidad y magnitud del fenómeno en sí.
En las décadas de los años setenta en países de bajo y mediano desarrollo
hubo una gran cantidad de pérdidas humanas y materiales en desastres detonados
por fenómenos geofísicos (entre ellos el terremoto en Perú en 1970, las
inundaciones en Bangladesh en 1970, el ciclón de la India, 1971, el terremoto de
Nicaragua en 1972, el huracán Fifi en Honduras en 1974, el terremoto de
Guatemala en 1976 y la sequía del Sahel). Las dificultades de estos países para
salir adelante implicó la presencia de observadores y agencias de cooperación
internacional para recibir ayuda. Estos desastres se convirtieron en objeto de
estudio para observadores e incluso periodistas extranjeros que detectaron los
desastres como problemas sociales. Entre ellos, el estudio de Frederick Cuny,
Disasters and Development (1983), que aborda diversos desastres en diferentes
ámbitos y escalas: los sismos de Nicaragua en 1972 (en el ámbito urbano) y
Guatemala en 1976 (de escala nacional), el ciclón de la India en 1977 (en el ámbito

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

rural) y la sequía del Sahel a principios de la década de los años setenta (de escala
regional), para aportar una explicación de cómo la reconstrucción postdesastre
puede abrir una puerta al desarrollo al incorporar en la reconstrucción mediadas
preventivas, también destaca la relación fácilmente identificable entre pérdidas,
daños y pobreza. Otro ejemplo es el reportaje de Alan Riding sobre el sismo de
Guatemala de 1976, al que termina denominando “classquake” debido a la
distribución socioeconómica de las consecuencias, a las condiciones de
marginación y exclusión de la población que recibía las mayores consecuencias,
especialmente comunidades indígenas (Di Jhon, 2001).
Estos desastres, sobre todo la sequía de África y sus efectos, inspiraron a los
geógrafos Phill O´Keefe, James Lewis, Michael Gane y Ken Wastegate, de las
corrientes de la Geografía Radical y de la Economía Política a fundar en la
Universidad de Bradford, Inglaterra la Unidad de Investigación sobre Desastres,
con un interés por estudiar los desastres en el marco de la teoría de la dependencia:
los desastres serían conceptualizados como el “resultado de procesos económicos y
sociales globales, regionales y locales, que crean condiciones de existencia humana
insostenibles frente a los eventos naturales extremos” (Lavell, 2004: 12).
Sus investigación señalan que la dependencia económica y el legado colonial
exacerban los efectos de los fenómenos geofísicos; fenómenos con intensidades y
magnitudes similares arrojaban estragos muy distintos en contextos sociales,
económicos, políticos y culturales diferentes, siendo mayores los estragos en donde
la pobreza, la marginación, el deterioro ambiental, la opresión política y la
dependencia económica son mayores. Se concluyó que los desastres no
necesariamente suceden por el impacto de un fenómeno geofísico extremo, sino que
son causados y acrecentados por la situación de la población existente previa al
desastre: desnutrición crónica, bajos ingresos, nivel educativo bajo, marginación
socioespacial, entre otras, por lo que se sugiere que en vez de denominarlos
“desastres naturales” como suelen ser nombrados, deberían ser llamados “desastres
sociales” o “desastres políticos” (Oliver-Smith, 1986: 15 y 18). Los estudios de
estos académicos y de otros que tomaron ese mismo enfoque, dieron lugar a lo que
posteriormente se denominó la Escuela de la Vulnerabilidad, que cobraría
importancia en América Latina en las siguientes décadas (Lavell, 2004).
Otro aporte sólido al concepto de vulnerabilidad es el realizado por Hewitt
(1983, 1995), quien destaca la vulnerabilidad como la clave para entender y mitigar
el efecto de los desastres; critica que los desastres sean caracterizados como
“eventos” de carácter “inesperado”, “impredecible”, “repentino”, “incontrolable”;
“causados” por fenómenos “extremos”, “incontrolables”, “sin precedentes”, y
critica también que las soluciones propuestas para evitar o reducir desastres se

99
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

basen en obras ingenieriles, uso de tecnología, y en la planeación del uso del suelo.
Hewitt también habla de la contraposición entre el desastre y la vida cotidiana;
considera que un desastre es más explicable en términos de las condiciones
económicas y sociales del hábitat, que como un evento geofísico extremo, por lo
que un desastre debe ser estudiado en su contexto social que lo prefigura y le da
sentido, y no sólo en su dimensión geofísica.
Desde entonces, la vulnerabilidad se ha definido y estudiado desde diferentes
perspectivas, pero todas aceptando como punto de partida que las características
económicas, políticas, sociales y culturales de la sociedad, magnifican o minimizan
el impacto de los fenómenos peligrosos potencialmente desastrosos. A partir de la
premisa de que todos los grupos humanos son vulnerables, pero no igualmente
vulnerables, se han elaborado numerosas propuestas, algunas de las cuales se
presentan a continuación: las más tradicionales que se fundamentan en las
condiciones económicas de desventaja, el pobre es más vulnerable por su falta de
capacidad de acceder a recursos que mejoren sus condiciones de vida, y en caso de
desastre, su capacidad de recuperación es limitada (Cuny, 1983; Arya y Srivastova,
1988); las que tratan de aportar explicaciones holísticas que abordan ubicación y
características físicas de las construcciones, condiciones económicas, sociales,
educativas, políticas, institucionales, ideológicas y culturales de comunidades y
sociedades (Wilches-Chaux, 1993; Maskrey, 1994; Zaman, 1999; Cardona, 2001);
las que proponen la búsqueda de su origen en la historia (Bankoff, 2004); las que
se enfocan a condiciones de etnia, género y edad, se ha encontrado correlación
estadística entre estas variables y los daños e incapacidad para salir adelante o
recuperarse en caso de desastre (Bolin y Bolton, 1986; Fothergrill, 1996), aunque
no explican causalidad en sí mismas (Wisner y Luce, 1993); y las que centran la
vulnerabilidad en la capacidad de recuperación de los grupos afectados, a partir del
capital social (Nagawaka y Shaw, 1994) o de las instituciones (Hewitt, 1983).
Como señala Lavell (2004), son los contextos de los países de bajo y mediano
desarrollo los que dieron lugar al surgimiento del concepto de vulnerabilidad, pero
los primeros aportes los realizaron académicos anglosajones, cuyas obras no se
traducían. Fue el trabajo de La Red el que empezó a realizarse desde América
Latina para comprender los desastres de la región. También en la década de los
años ochenta fueron frecuentes los grandes desastres en varios lugares de América
Latina, entre ellos los detonados por los sismos de Popayán, Colombia en 1983, en
México en 1985, en El Salvador en 1986, en Costa Rica y Panamá en 1991; las
erupciones volcánicas del Chichonal en Chiapas en 1982, México y del Nevado de
Ruíz en Colombia en 1985, por mencionar algunos. Estos desastres despertaron el
interés de científicos sociales locales que empezaron a entrar en contacto entre sí a

100
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

través de CLACSO en 1984, hasta que finalmente en 1992 lograron conformar La


Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (Lavell,
2004). Cuando estos autores conocieron los trabajos hechos por observadores
internacionales como Cuny y por los geográfos de la Universidad de Brandford,
entre otros, los retomaron y los complementaron. Así, el estudio de los riesgos,
desastres y vulnerabilidad en América Latina se conformó desde el inicio
multidisciplinariamente, en el campo convergieron geógrafos, sociólogos,
antropólogos, economistas, historiadores; cada científico social interesado en el
tema, participó desde su campo de conocimiento. A diferencia de otras corrientes
que estaban dominadas por sociólogos, como el grupo de Quarantelli y Dynes, o
por geógrafos, como el grupo de Gilbert White y el de la Universidad de Branford
(Lavell, 2004).
Para el grupo de La Red son de gran influencia los trabajos de Hewitt (1983)
pero también el de Blaikie (1994 traducido al español en 1996) y modificado en
2004 (Wisner et al., 2003), que resulta muy convincente al explicar la complejidad
de las relaciones que configuran la vulnerabilidad, a partir de un modelo de
“presión y descarga”. La idea es que la vulnerabilidad está arraigada a procesos
sociales y sus causas pueden tener orígenes distantes al evento catastrófico en sí.
Desde esta perspectiva, la vulnerabilidad se genera por medio de diferentes
factores sociales, algunos de los cuales pertenecen a las esferas económicas y
políticas. Los autores distinguen tres niveles de causas, en un primer nivel se
ubican los procesos económicos, políticos y demográficos que determinan la
distribución y disponibilidad de recursos entre diferentes grupos de personas, estas
causas suelen estar muy relacionadas con el funcionamiento del Estado e inclusive
controladas por él. De ellas se derivan procesos y actividades que trasladan los
efectos de las causas de origen a condiciones particulares de inseguridad como
crecimiento demográfico y urbano acelerados, deforestación, migración campo-
ciudad, desnutrición, ocupación de áreas peligrosas, por mencionar algunas, que
son el nivel dos, lo que se traduce en una marginación económica y espacial en la
que se manifiesta la vulnerabilidad en unas coordenadas espacio-temporales
determinadas, a esto corresponde el nivel tres. Esto quiere decir que los fenómenos
geofísicos peligrosos se manifiestan localmente, restringen a los seres humanos que
crean su vulnerabilidad y esos peligros se pueden originar bajo la influencia de
estructuras localizadas en espacios lejanos y tiempos remotos de la interfase
contemporánea entre las personas y los ambientes peligrosos (Mitchel, 1990 en
Wisner y Luce, 1993). Los grupos de personas altamente vulnerables también se
encuentran al margen de la importancia de los tomadores de decisiones y por ello

101
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

no son beneficiarios del desarrollo en materia de prevención y mitigación de


riesgos y desastres, lo que incrementa aún más su nivel de vulnerabilidad.
La Red enfatizó en la relación entre los desastres y los modelos de desarrollo,
así como en la degradación ambiental; apuntaló el concepto de la vulnerabilidad
para comprender la causalidad y consecuencias de los desastres. Entre los
planteamientos fundamentales de La Red, se cuenta la eliminación del “agente”
(huracán, tornado, erupción volcánica, terremoto o cualquier otro fenómeno
geofísico o antrópico) como causa del desastre, la cual se transfiere a las
características estructurales de las comunidades o sociedades afectadas: El desastre
ya no se plantea como un efecto de un agente natural, sino como un proceso
resultado de las características de la sociedad, principalmente aquellas relacionadas
con el crecimiento de la población, el aumento de la pobreza y la desigualdad
(Velásquez et al, 1999: 11).
Gracias a los estudios de La Red, se popularizó la frase de que los “desastres
no son naturales”, así como la fórmula de riesgo=
(peligro*vulnerabilidad)/prevención. En donde la distinción entre peligro y riesgo
es clave: el peligro se refiere a un fenómeno de origen geofísico potencialmente
desastroso; se habla de riesgo cuando se introduce la acción humana, cuando ese
peligro puede afectar a un grupo humano vulnerable. Como ya se mencionó, la
diferencia entre ambos radica en un conflicto de atribución, el riesgo puede ser
atribuido a las decisiones de alguien, el peligro no. De este modo, el riesgo se
concibe como una construcción social, porque deriva de desigualdades sociales,
económicas y políticas (García, 2005); como antesala del desastre, y que puede ser
modificado para prevenir desastres (Zilbert, 1998; Lavell, 2003). Del trabajo de La
Red, tras las consecuencias del huracán Mitch en 1998 en Centroamérica,
especialmente en Honduras y Nicaragua (Comfort et al, 1999), surge la propuesta
de la gestión de riesgo, que plantea la prevención como un conjunto de acciones
permanentes que deben ser parte de la planeación del desarrollo (Lavell, 2003), con
esta propuesta se enfatiza en la relación desastre-desarrollo, así como en la
importancia y necesidad de la incorporación del riesgo en la planeación.
En síntesis, la vulnerabilidad se convierte en la clave para entender la
causalidad de los desastres y no sólo eso, sino también para entender sus
consecuencias. Se trata de un concepto crítico, que busca conocer las causas
profundas de los desastres, y no sólo solamente conocer la exposición de la
población a los diversos peligros. Es un concepto vigente porque los desastres
detonados por fenómenos peligrosos, especialmente los de origen geofísico, aún
presentan víctimas fatales y cada vez son más costosos, de acuerdo a los datos de la

102
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

industria del aseguramiento, y son los países más pobres, así como la población más
marginada los que sufren la peor parte (O´Brien et al., 2006).

La Resiliencia

Como se mencionó en el apartado anterior, la vulnerabilidad se convirtió en un


concepto clave para comprender los procesos de riesgo-desastre, especialmente en
contextos como el de América Latina. Sin embargo, al relacionar las pérdidas
materiales y humanas con los modelos de desarrollo, la marginación, la pobreza y la
degradación ambiental, parece difícil avanzar en la reducción de desastres.
Probablemente por ello, es que desde inicios del siglo XXI, en el campo de los
estudios de desastres, ha aparecido y cobrado relevancia el concepto de resiliencia,
especialmente a partir de la conferencia mundial sobre la reducción del riesgo de
desastre en Kobe, Hyogo, Japón (2005) en la que se aprobó el Marco de Acción de
Hyogo 2005-2015: aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades
ante los desastres, uno de los acuerdos internacionales más importantes para la
reducción de desastres (González-Mussio, 2013). Aunque en otras disciplinas como
las ingenierías y la psicología han empleado el concepto desde tiempo atrás.
En dicho marco de acción, la resiliencia se entiende como “la capacidad de un
sistema, comunidad o sociedad potencialmente expuesto a amenazas para adaptarse,
resistiendo o cambiando, con el fin de alcanzar o mantener un nivel aceptable en su
funcionamiento y estructura. Viene determinada por el grado en que el sistema
social es capaz de organizarse para incrementar su capacidad de aprender de
desastres pasados a fin de protegerse mejor en el futuro y mejorar las medidas de
reducción de riesgos” (EIRD, 2005: 5). La definición de vulnerabilidad en este
marco se reduce a “las condiciones determinadas por factores o procesos físicos,
sociales, económicos y ambientales que aumentan la susceptibilidad y exposición
de una comunidad al impacto de amenazas" (EIRD, 2005: 2), omitiendo la
capacidad de anticiparse y recuperarse en caso de desastre.
Así mismo, en el Marco de Sendai para la Reducción de Riesgo de desastre
2015-2030, continuación del Marco de Acción de Hyogo, se plantea como uno de
los objetivos reformar la resiliencia como factor prioritario para la reducción de
riesgos. Se busca mejorar la preparación de respuesta y la recuperación en caso de
desastre, más que prevenir los desastres en sí mismos; en parte porque la resiliencia
se ha vinculado al cambio climático, y frente al cambio climático se espera la
adaptación más que la transformación de comunidades y sociedades o del modelo
de desarrollo hegemónico.
La resiliencia ha sido adoptada como un principio que guía la preparación para
casos de desastre, para crear condiciones más seguras. La idea es que si las
103
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

comunidades pueden aumentar su resiliencia, entonces estarán en mejores


condiciones de enfrentar adversidad y de recuperarse más rápido de lo que sería si
no hubiera inversión en la construcción de la resiliencia de las comunidades (Cutter
et al., 2010). La resiliencia se entiende como un proceso, no como un resultado, que
implica el aprendizaje, adaptación, anticipación, y mejoramiento de las estructuras
básicas, actores y funciones (Norris et al., 2008).
A diferencia del concepto de vulnerabilidad, que es visto como una condición
que incrementa la susceptibilidad a sufrir daños, el de resiliencia, que significa
elasticidad o resistencia, trata de captar las características positivas o deseables que
hacen que las comunidades y sociedades resistan y se recuperen de los desastres
(Macías, 2015). Norris et al., (2008) la definen como un proceso que vincula,
conecta o enlaza un conjunto de capacidades de adaptación hacia una trayectoria
positiva del funcionamiento y adaptación después de un disturbio.
Pero la propuesta de la resiliencia en el ámbito de los estudios de desastres, en
realidad no es nueva, ya que la idea había sido incluida en diversos estudios sobre
vulnerabilidad, pues algunos autores consideran como un aspecto de la
vulnerabilidad la capacidad de las comunidades para recuperarse tras el impacto de
una amenaza con sus propios medios o capital social (Wilches Chaux, 1993; Mileti,
1999; Ermoliev et al, 2000; Wisner et al 2003; McEntire, 2011, entre otros). En
realidad el concepto de resiliencia solo enfatiza en las características positivas de
las comunidades en relación a la preparación y respuesta ante los desastres, oculta
las causas profundas y exalta la participación social a nivel local, para que las
responsabilidades de prevención de desastres sean compartidas entre el sector
público, privado, y la sociedad civil. “Frente al concepto de vulnerabilidad, visto
más bien como una característica negativa de la sociedad que subraya las fallas del
desarrollo y se constituye en una crítica social del mismo, la resiliencia permite
enfatizar los aspectos positivos de ciertas definiciones de la vulnerabilidad”
(Metzger y Robert, 2013: 27), que tienen que ver con la capacidad de las
comunidades y sociedades a anticipar un fenómeno destructor, y organizarse para
resistir su impacto y recuperarse de él.
El concepto de resiliencia “permite disociar los problemas estructurales de la
sociedad, para identificar los aspectos positivos, cuya promoción casi siempre se
refiere a arreglos ingenieriles, de seguros, de educación (más bien de 'capacitación'),
de sistemas de alerta tempranas con igual énfasis en los elementos tecnológicos y de
'capacitación' y de mejor relación con el ambiente” (Macías, 2015: 11), no busca
causas o explicación de los daños en los desastres, sino formas de anticiparse o
adaptarse al peligro, principalmente mediante uso de tecnologías y seguros.
Para Twigg (2007), los conceptos resiliencia y vulnerabilidad son caras

104
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

opuestas de la misma moneda, enfocarse en la resiliencia, significa poner mayor


énfasis en qué es lo que las comunidades pueden hacer por sí mismas y cómo se
pueden fortalecer sus capacidades, mientras que concentrarse en la vulnerabilidad
implica concentrarse en las carencias. Pero también puede verse, como en la
definición que plantean Blaikie et al (1994) de la vulnerabilidad, como una parte de
ella, sólo una parte, pero que permite desligar responsabilidad estatal frente a la
población: en México el Estado es responsable de proteger a la población y a sus
bienes, pero este concepto traslada el centro de atención a lo que las comunidades y
sociedades pueden hacer por sí mismas.
De acuerdo con Twigg (2007), una comunidad es resiliente cuando tiene la
capacidad de anticipar, minimizar y absorber las fuerzas destructivas a través de
capacidad de adaptación y resistencia; manejar o mantener ciertas funciones básicas
y estructuras durante eventos desastrosos; y recuperarse tras un evento. Aunque no
se especifique ni se busque entender por qué algunas comunidades y sociedades han
desarrollado más estas capacidades positivas que otras.

“La resiliencia favorece una lectura positiva de la sociedad, exaltando las


capacidades de las sociedades, comunidades e individuos, y no sus
susceptibilidades”, tal como sucede cuando se estudian los desastres desde la
vulnerabilidad. Por ello la resiliencia se ha vuelto un concepto más exitoso,
que el de vulnerabilidad “cuya evocación es negativa: más vale hablar de
ciudades resilientes que de ciudades vulnerables” (Metzger y Robert, 2013:
30). Y esto se refleja en la política de protección civil en México, tema que se
verá a continuación.

La vulnerabilidad en la política pública de protección civil en México

En las últimas décadas del siglo XX las políticas públicas se muestran como
herramientas e instrumentos útiles para superar la crisis económica y fiscal del
Estado, para mejorar los servicios que se consideran insatisfactorios, en calidad,
cobertura, costo/beneficio, así éstas políticas se recibieron como un instrumento de
conocimiento y gestión que pueden dirigir asuntos de manera más eficaz y con
mayor aceptación social; veremos el caso de la Protección Civil.
No hay duda de la importancia que tuvieron los sismos de 1985 en la
protección civil en el país. Antes de 1985 solo se contaba con el Plan DN III E,
creado en 1966 y a cargo del Ejército y Fuerza Aérea para atender situaciones de
emergencia de desastre, en particular inundaciones en el ámbito rural. Con los
sismos sucedidos en 1985 en la Ciudad de México quedó claro que el plan era
insuficiente. Es por ello que el gobierno optó por la creación de un Sistema
105
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Nacional de Protección Civil (SINAPROC), para garantizar una adecuada


planeación, seguridad, auxilio y rehabilitación de la población y de su entorno ante
una situación de desastre, aunque esto en realidad aún no se logra cabalmente, en
parte porque no se ha logrado reducir la vulnerabilidad de las comunidades y
sociedades expuestas a la incidencia de fenómenos peligrosos. El enfoque con el
que se creó el SINAPROC fue emergencista y asistencialista, es decir, enfocado a la
atención de emergencias más que a su prevención, y militarizado, con las fuerzas
armadas para intervenir en la atención de emergencias (Macías, 1999), muy a pesar
de los aportes hechos desde décadas atrás por Dynes y Quarantelli (Dynes y
Quarantelli, 1968; Quarantelli y Dynes, 1969) ya mencionados en este texto.
Como parte del SINAPROC, para su desarrollo y fortalecimiento, se crearon
el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en 1988 para el
apoyo científico y técnico, y el Consejo Nacional de Protección Civil (CNPC) en
1990 como órgano consultivo de coordinación de acciones y de participación social
en la planeación de la protección civil. Desde los primeros años de la existencia del
sistema poco a poco se ha ido robusteciendo mediante la creación de instrumentos
financieros para atención de emergencias principalmente pero también en menor
medida para acciones preventivas, legislaciones y de la certeza jurídica de la
protección civil como política pública (Vilchis, 1999), ya que en sus inicios
funcionaba mediante decretos presidenciales.
Para los fines de este análisis, son relevantes los programas nacionales de
protección civil porque son instrumentos reguladores de los esfuerzos nacionales
para hacer frente a riegos y desastres, son también las herramientas de planeación
gubernamental “para hacer eficiente y perfeccionar la política pública de protección
civil”, que guían a los sistemas estatales y municipales de protección civil
(Programa Nacional de Protección Civil 2008- 2012). Una revisión a estos
programas permite identificar de qué manera se ha ido modificando la protección
civil y cómo incide en ella los avances científicos en torno al tema de riesgos y
desastres, entre ellos los que se relacionan con la vulnerabilidad.
El primer Programa Nacional de Protección Civil (1990-1994), se caracteriza
por ser básicamente emergencista y por su visión “encajonada” de concebir los
desastres: "El desastre se puede definir como un “evento concentrado en tiempo y
en espacio, en el cual la sociedad o una parte de ella sufre un daño severo y
pérdidas para sus miembros, de tal manera que la estructura social se desajusta y se
impide el cumplimiento de las actividades esenciales de la sociedad, afectando el
funcionamiento vital de la misma". Sin embargo, los desastres no son “eventos”,
sino que procesos y no se concentran en el tiempo y en el espacio: sus causas no
son inmediatas, sino van gestando históricamente, tal como señalan Blaikie et al.

106
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

(1996). En este primer programa es muy visible la influencia de las Ciencias de la


Tierra y la nula influencia de las Ciencias Sociales.
El Programa Nacional de Protección Civil 1995-2000 se enmarca en el nuevo
federalismo para fortalecer estados y municipios, fomentar la descentralización y el
desarrollo regional, y alentar la participación social, procesos por los que atravesaba
la administración pública del país. Su discurso continúa siendo de corte fisicalista;
destaca la importancia otorgada al volcanismo, pues recién se habían activado el
Popocatépetl y el Volcán de Fuego de Colima, evidencia de ello es el diseño de
planes de emergencia, sistemas de alerta y planes operativos, éstos de carácter
centralizado aun cuando el SINAPROC pretendía ser un sistema descentralizado
(Comisión Nacional de Reconstrucción, 1986), por lo que resultan contradictorios
al discurso, y con el ejército como protagonista, lo que fortalece su carácter
emergencista. El programa también menciona el resto de fenómenos geofísicos
potencialmente peligrosos frecuentes en el país como sismos, ciclones, sequías,
frentes fríos, estos últimos vinculados a los “cambios climáticos”, y de fenómenos
sanitarios, como el repunte del cólera y del dengue, y otras enfermedades asociadas
a la contaminación ambiental. Cabe señalar que los “cambios climáticos” tienen una
posición secundaria frente al vulcanismo, aspecto que cambia en los siguientes
planes hasta convertirse el cambio climático en el riesgo más importante y
preocupante.
Este programa ya parte de un diagnóstico de los resultados arrojados por el
programa anterior e identifica algunos problemas: debilidades en el sistema
normativo, falta de cultura de la prevención, inobservancia en reglamentos y
programas de ordenamiento territorial, falta de capacidad operativa del sistema,
falta de capacitación del personal. Para atender estas fallas propone: mejorar los
niveles municipales y estatales de protección civil; consolidar la normatividad,
planeación, coordinación y concertación; fortalecer la comunicación social y
fomentar la cultura de protección civil y la autoprotección; reducir la vulnerabilidad
de sistemas afectables; capacitar, adiestrar y formar personal directivo, técnico y
operativo; mejorar la administración de emergencias; ampliar la cooperación
internacional; fomentar la investigación y el desarrollo tecnológico.
Como se verá más adelante, en el último programa de protección civil, se
siguen identificando esos problemas y básicamente se siguen proponiendo las
mismas soluciones para atenderlos, lo que es muestra de los avances limitados del
sistema.
El Programa Nacional de Protección Civil 2001- 2006 estipuló pasar de un
modelo reactivo centrado en la atención de emergencias a un modelo en donde se
gestionara el riesgo, es decir, centrado en las medidas preventivas y no en las

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

reactivas. Una buena gestión del riesgo mitiga los desastres porque se actúa para
reducir el riesgo antes de que se materialice en desastre. Su objetivo es: “Transitar
de un sistema de protección civil reactivo a uno preventivo con la
corresponsabilidad y participación de los tres órdenes de gobierno, población y
sectores social y privado” (SEGOB, 2001: 15), lo cual implica un proceso
permanente de reducir, prevenir y controlar el riesgo para garantizar mayores
niveles de seguridad a la sociedad.
Aunque retoma la propuesta de la gestión del riesgo, muy en boga en el
contexto latinoamericano de esos años y los previos, debido a las consecuencias
sufridas en Centroamérica por el paso del huracán Mitch en 1998, el programa sigue
considerando los desastres como “naturales” y omite que el riesgo es la conjunción
del peligro y la vulnerabilidad, por lo que el cambio en el discurso no lograr generar
cambios reales en materia de protección civil, ya que a pesar de retomar la
propuesta de la gestión del riesgo, lo social queda invisibilizado frente a lo
geofísico.
El Programa Nacional de Protección Civil 2008- 2012, continuando con la
gestión del riesgo, aparece la noción de Gestión Integral del Riesgo (GIR) que se
refiere al “conjunto de acciones encaminadas a la identificación, análisis,
evaluación, control y reducción de los riesgos, considerándolos por su origen
multifactorial y en un proceso permanente de construcción, que involucra a los tres
niveles de gobierno, así como a los sectores de la sociedad, lo que facilita la
realización de acciones dirigidas a la creación e implementación de políticas
públicas, estrategias y procedimientos integrados al logro de pautas de desarrollo
sostenible, que combatan las causas estructurales de los desastres y fortalezcan las
capacidades de resiliencia o resistencia de la sociedad”.
La estrategia para la GIR es la trasnversalización en la Administración
Pública, potencializando los recursos de otras instancias y políticas públicas de
manera concurrente y multiplicando el esquema hacia las entidades federativas y
municipios. Con esto se pretende subsanar la desvinculación que hay entre niveles
de gobierno e instancias.
Al igual que los programas anteriores, retoma, tardía y limitadamente, los
avances científicos disponibles, e incluso con algunas contradicciones: Los riesgos
se conciben como multifactoriales pero los factores sociales quedan subsumidos a
los naturales. Reconoce que la prevención es más barata que la atención de
emergencias, al igual que los costos económicas son más baratos que los costos
sociales y políticos. Se reconoce que los desastres son eventos sociales más que
naturales, vinculados al desarrollo. Se considera que la vinculación con la población
permitirá atender necesidades reales, pues sería la sociedad quien identificaría los

108
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

riesgos, lo que además aumentaría el nivel de confianza de la población en el


SINAPROC. Propone la incorporación de la perspectiva de género y derechos
humanos en la protección civil, temas de moda en los últimos años.
Aunque el planteamiento podría parecer novedoso y de vanguardia, en el
campo académico no lo es, pues son los postulados de la vulnerabilidad de las
décadas de los años setenta, ochenta y noventa.
Entre sus objetivos están garantizar la seguridad nacional preservar la
integridad física y el patrimonio de los mexicanos mediante el fortalecimiento de
las Fuerzas Armadas, y de los gobiernos estatales y municipales en la preparación,
ejecución y conducción de los planes de auxilio correspondientes (estimulando la
centralización del sistema). Lograr un patrón territorial nacional que enfrente la
expansión desordenada de las ciudades, provea suelo apto para el desarrollo urbano,
reconociendo la necesidad de incorporar criterios para la prevención de desastres en
los planes de desarrollo urbano y de desarrollo sustentable. Impulsar medidas de
adaptación a los efectos del cambio climático (retomando los postulados de la
Ecología Humana de principios del siglo XX).
Otras características del Programa es que señala al cambio climático como un
eje de los factores de análisis de la protección civil, regresando a la dimensión
geofísica del desastre y exaltando el potencial y protagonismo de los fenómenos
geofísicos. Sobrevalora el cambio climático como detonante de desastres asociados
a fenómenos hidrometeorológicos, (además de sequías, inundaciones, tornados,
huracanes y todo tipo de tormentas, también incendios, procesos de ladera,
epidemias, plagas y cualquier forma de inestabilidad de los sistemas biológicos),
omitiendo los contextos sociales y económicos de las poblaciones afectadas, porque
ayuda a eludir responsabilidades, ya que se acepta que el cambio climático es global
y se genera en otros espacios principalmente pero nos afecta intensificando el
potencial destructivo de los fenómenos hidrometeorológicos.
El Programa reconoce la vulnerabilidad pero solo como sinónimo de
exposición, como se hacía en la década de los años setenta (Maskrey, 1994),
desvinculándola de su contexto económico, político, social, otorgándole más peso a
la resiliencia de la sociedad. Un rasgo particular del Programa es que incorpora
nuevos riesgos a la lista de los que se deben atender, además de los
hidroemeteorológicos, geológicos, químicos y sanitarios, añade los actos
deliberados como el comercio ilegal de estupefacientes y armas.
Y, al igual que los programas anteriores, este critica la falta de medidas
preventivas a lo largo de la existencia del SINAPROC.
En el Programa Nacional de Protección Civil 2014-2018, vigente, se observa
un retroceso en la forma en que entiende los desastres, pues ya en el anterior se

109
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

reconocía el origen multifactorial de los riesgos, es decir, no solo las características


geofísicas de los fenómenos, sino los contextos sociales que contribuyen a su
configuración, como construcciones sociales (García, 2005), pero en este Programa
nuevamente las manifestaciones de la fuerza de la naturaleza se conciben como la
causa de los desastres, caracterizados como naturales, es decir, se atribuyen a las
fuerzas de la naturaleza. El peso del discurso regresa al desastre desde la dimensión
geofísica del fenómeno natural. En particular señala los fenómenos
hidrometeorológicos intensificados inevitablemente por el cambio climático, ante el
cual, la sociedad debe aprender a ser resiliente.
Sus objetivos principales son prácticamente los mismos que los programas
anteriores y como se verá en las siguientes páginas, aunque hay algunos logros,
queda demasiado por mejorar. Plantea fortalecer el enfoque preventivo del
SINAPROC, la autoprotección y la capacitación en materia de protección civil a
través de la Escuela Nacional de Protección Civil; reducir la vulnerabilidad física de
la infraestructura existente; consolidar el Atlas de riesgos, utilizarlo en la
planeación territorial y vincularlo con el atlas nacional de vulnerabilidad ante el
cambio climático; fortalecer el sistema de alertas y fomentar la capacidad de la
resiliencia de la sociedad mexicana; e impulsar la trasnversalidad de la GIR en la
APF. En particular en este punto no hay avance: El SINAPROC sigue actuando al
margen de otras instituciones. Un caso que así lo demuestra es el derrame de
sustancias tóxicas de la mina Buenavista del Cobre de Cananea sobre la cuenca del
Río Sonora, en donde se observa una desarticulación total entre la protección civil y
la protección ambiental. Debido a que la política ambiental le compete a la
SEMARNAT y es una política centralizada, y se consideró que lo más grave era la
afectación sobre un río, las actividades de la protección civil en los municipios
afectados fue marginal (Toscana y Canales, 2017), incluso existe esta
desvinculación posterior a la creación en 2012 del Centro Nacional de
Comunicación y Operación de Protección Civil, como un área de vinculación entre
los integrantes del SINAPROC en las tareas de preparación, auxilio y recuperación.

Conclusiones y reflexiones finales

En los programas nacionales de protección civil se observa que el concepto de


vulnerabilidad aparece poco, está ausente en los primeros programas y después
aparece pero solo para referirse a la exposición de la población a los fenómenos
peligrosos, no como causante de riesgos y desastres, por lo que mediante estos
programas difícilmente se logrará modificar las condiciones de vulnerabilidad de
las comunidades y la sociedad. Debido a esto, hay una tendencia a adoptar el

110
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

concepto de resiliencia, que como se señaló, más que enfocarse en la búsqueda de


las causas de los riesgos y desastres, se enfoca a promover las capacidades locales
de las comunidades para que resistan y se recuperen en caso de desastre
fortaleciendo el sistema de alertamiento temprano y el aseguramiento del
patrimonio, sin embargo en este aspecto no será fácil avanzar, pues en el país no
existe una cultura del aseguramiento del patrimonio, por lo que el aseguramiento se
da como parte de la planeación gubernamental y empresarial, principalmente para
proteger la infraestructura pública y las grandes inversiones privadas, pero no el
patrimonio de las familias.
Los programas nacionales, al darle un gran peso a los fenómenos
hidrometeorológicos, a su errático comportamiento debido al cambio climático, y a
todo lo que se deriva de este fenómeno global, se da un retroceso en el sentido
fisicalista de centrar la atención en la dimensión geofísica y recolocar las causas
sociales en un segundo plano. Es decir, que los avances de las ciencias sociales
desde las últimas décadas del siglo XX quedan subsumidos ante la nueva
centralidad de la dimensión geofísica de los fenómenos, lo cual para los
funcionarios es una oportunidad para evitar responsabilidades pues, al atribuir los
desastres al cambio climático, se diluyen las responsabilidades. Esto contribuye al
éxito del concepto de resiliencia que no invita a hacer transformaciones profundas
en las características sociales estructurales sino solamente adaptaciones.
Centrarse en el estudio de la vulnerabilidad, en toda su complejidad política,
económica, social y cultural, no significa ignorar los fenómenos geofísicos o
antrópicos, ni negar la utilidad de la tecnología, pero sí implica reconocer cómo los
procesos sociales intervienen en la construcción del riesgo y los desastres, y que
para reducir los desastres es fundamental evitar los asentamientos en laderas
inestables, en lechos de inundación, en construcciones en mal estado y hacinadas,
etc. todo esto generado muy frecuentemente como consecuencia de los modelos de
desarrollo.
Hasta el último programa nacional de protección civil se detectan problemas
relativos a los resultados no plenamente satisfactorios de esta política pública,
mismo que podrían reducirse si se tomaran en cuenta los aportes realizados desde
las Ciencias Sociales en el campo de los estudios de los riesgos y los desastres.

111
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

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117
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La ocurrencia de desastres en México 2000-2016: un análisis desde la óptica de


la vulnerabilidad.

Felipe de Jesús Juárez Villanueva.1

Resumen

Un desastre no se puede prevenir, sin que antes se comprendan la interacción de los


conceptos que lo integran; riesgo, amenaza y vulnerabilidad. Por lo cual, el presente
capítulo considera la importancia de comprender el concepto de vulnerabilidad,
empleado en la visión alternativa de los desastres que refiere que estos son una
construcción social, ligada a los riesgos que no han sido atendidos, ni manejados.
En México en el periodo 2000-2016 se emitieron 22,902 declaratorias
municipales de emergencias, contingencias climatológicas y desastres. En 17 años
el 97 % de los municipios en el país, tuvieron por lo menos una declaratoria de
desastre. En este rubro, se reconoció la ocurrencia de 7,697 eventos. Sin embargo,
sólo existen datos de 115 desastres cuyos daños superaron los $53 mil millones de
pesos; Cifra que equivaldría al presupuesto para la construcción de dos nuevos
aeropuertos de la Ciudad de México.
Las regiones con más desastres fueron Suroeste y Oriente (63%). A nivel
estatal, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Nuevo León, y Guerrero (62%). Por tipo de
riesgo, las lluvias y ciclones representaron el 73% de todos los desastres.
Finalmente, se contabilizaron 170 decesos, 5 millones de afectados, 81 mil
viviendas afectadas, 1829 escuelas afectadas.

Palabras clave: Desastres, vulnerabilidad, enseñanza de Geografía.

Introducción: dos visiones sobre los desastres, un punto de convergencia

Aún en pleno siglo XXI, existe un sector de la población mundial que encuentra la
explicación de los desastres en causas naturales, sobrenaturales, divinas y que son
un producto ajeno a su previsión, por lo cual carece de capacidades para controlar
los efectos que se presentan. En el peor de los casos, existen tomadores de

1 Colegio de Geografía; MADEMS Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Ciudad


Universitaria. UNAM, México. Correo electrónico: goefel119@hotmail.com
118
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

decisiones que están convencidos de esta idea y equívocamente continúan


reconstruyendo los desastres.
La visión dominante concibe a los desastres como eventos naturales, por
lógica se concentra en las amenazas, pero tiende a eximir las condiciones
socioeconómicas y organizativas del lugar. Comúnmente tiende a proponer medidas
estructurales para la reducción de los impactos, como la construcción de diques, la
ampliación del drenaje o construcción de muros de contención –entre otras más-, si
bien es cierto, que gracias a esta visión se han podido monitorear amenazas, en
algunos casos predecir eventos y, en muchos otros generar sistemas de alerta
temprana. La crítica hacia esta visión consiste en que la toma de decisiones se lleva
a cabo desde “afuera” de las comunidades y desde “arriba”, lo cual significa que
alguien ajeno a la comunidad propone medidas de acción que la población debe
acatar (Hewitt, 1989; citado en Calderón, 2001).
En caso contrario, la visión alternativa, fundamentada en las ciencias sociales,
entiende al desastre como una construcción social donde la naturaleza no es el actor
principal, sino un catalizador que pone al descubierto la suma de distintos procesos
sociales, económicos, políticos y culturales en un territorio. Para esta visión los
desastres tienen causas profundas que han generado vulnerabilidad, y que son el
resultado de la dinámica de varios factores que intervienen en periodos de tiempo
mucho más lejanos al tradicional “antes, durante y después”. Los estudios deben
realizarse desde “adentro” de las comunidades afectadas y desde “abajo”, esto es
desde los propios sectores más afectados de la población. Las medidas no
estructurales, son su alternativa, que consiste en la cultura de prevención,
simulacros y demás acciones que no requieran obras ingenieriles.
Ya sea por medio de metodologías cuantitativas, cualitativas o mixtas, ambas
visiones tienen el objetivo de reducir los riesgos de desastres, por lo cual una
efectiva gestión del riesgo debe considerar ampliamente la aplicación de medidas
tanto estructurales, como no estructurales, por medio de la aplicación de ambas
visiones. Una que evalúe las amenazas socio-naturales y otra que analice la
vulnerabilidad de los actores sociales. Entendiendo al desastre como un proceso
social.

La vulnerabilidad como un elemento en la producción de desastres

La vulnerabilidad y la producción de desastres

La vulnerabilidad es un concepto que tiene distintas definiciones, de manera general


se puede establecer que para las ciencias naturales la vulnerabilidad es física, y para
las ciencias sociales es socioeconómica. La primera relacionada con la ubicación
119
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

física y estudia los componentes naturales del lugar. La segunda considera el tipo de
materiales en la construcción de las casas, en la elección del lugar a habitar, el
empleo y desempleo, y el bajo nivel de educación. La vulnerabilidad debe
considerarse como progresiva y acumulativa (Romero y Maskrey, 1993).
La vulnerabilidad es diferenciada entre los sectores de la población, surge de
desventajas sociales que pueden depender de la edad, propiedad de la vivienda,
desarraigo, carencia de derechos, desigualdad y exclusión, entre otras. Los grupos
más vulnerables son aquellos que también tienen máxima dificultad para
recuperarse después del desastre, y son más vulnerables a los efectos de los
próximos desastres. Las decisiones políticas forman parte del contexto previo a la
ocurrencia de desastres (Toscana, 2003; Blakie et al.,1996; y Hewitt, 1989 en
Mansilla, 1996).
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres
considera que la vulnerabilidad involucra “las características y las circunstancias
de una comunidad, sistema o bien que los hacen susceptibles a los efectos dañinos
de una amenaza” (UNISDR, 2009:34). Esta definición forma parte de la
terminología sobre la reducción del riesgo de desastres, que es aplicada por distintas
instancias gubernamentales a nivel internacional y local.
Para diversos especialistas de la visión alternativa 1 y distintas instituciones de
gobierno, un desastre ocurre cuando un grupo de personas ha sido afectado y no
posee los recursos suficientes para hacerle frente, por lo cual su recuperación
requiere de ayuda externa. Aunque, debe aclararse que un desastre puede afectar
desde una persona o una familia, hasta cientos de miles de personas, por lo cual no
debe asignarse un número mínimo de damnificados, decesos, o daños económicos.
No necesariamente los más pobres siempre son los más afectados, algunas
ocasiones son los ricos quienes se ven inmiscuidos en situaciones de desastres y
vulnerabilidad. En este tenor de ideas, la explicación se centra en el grado de
exposición que los actores presentan ante los riesgos. Este elemento varía de lugar
en lugar, por lo cual una persona presenta distintos grados de exposición. En aras de
alcanzar un mayor desarrollo, la sociedad y los gobiernos al desconocer las
amenazas de un territorio, modifican laderas, rellenan terrenos bajos sujetos a
inundaciones, construyen a orillas de los ríos, entre otras más.
La suma del desconocimiento de los anteriores elementos, además de la poca
experiencia frente a situaciones de emergencia y/o desastres, pueden minimizar su
percepción del riesgo, esto también les puede ocurrir a las autoridades locales. Si se
añade la escaza o nula participación en simulacros, y los vagos conocimientos que

1
Ian Burton, Allan Lavell, Anthony Oliver-Smith, Jesús Manuel Macías, Gabriela Vera,
Alejandra Toscana.
120
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

en materias como Geografía han sido aprendidos en la escuela 2 . El resultado al


conjugar distintos factores puede desencadenar la correncia de desastres.
El modelo de presión y liberación PAR (Pressure and Release por sus siglas en
inglés) de Blakie et al. (1996) permite analizar los elementos que construyen un
desastre, el cual es el punto de liberación de dos fuerzas, por un lado, los procesos
que generan vulnerabilidad; 1) Causas de fondo; 2) Presiones dinámicas y 3)
Condiciones inseguras. Por otro lado, la exposición física ante una amenaza socio-
natural. La reducción del desastre equivale a la liberación y para ello es necesario
reducir la vulnerabilidad (figura 1).

Figura 1. Modelo PAR aplicado a la ocurrencia de desastres en México.

Fuente: Modelo PAR de Blakie et al. (1996), realizado con base en modificaciones
vinculadas con la ocurrencia de desastres en México 2000-2016.

Los desastres no son eventos esporádicos, sino una serie de procesos


concatenados en esferas algunas veces externas a la propia sociedad afectada, en
muchos de los casos se dice que los desastres son construcciones que se gestan a lo
largo de distintos periodos temporales. Así pues, con base en el modelo PAR se

2
Dada la importancia del tema de enseñanza de los riesgos de desastres en Geografía, en el
último apartado del capítulo se desarrollan estás ideas
121
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

puede identificar un encadenamiento que interconecta el impacto de un desastre con


distintos factores sociales que generan vulnerabilidad. Es posible que existan
territorios con multiamenazas socio-naturales.
Para Wilchaes-Chaux, la vulnerabilidad siempre debe ser evaluada
específicamente frente a cada amenaza socio-natural, que de manera particular
pudiera afectar a un territorio, la vulnerabilidad solamente se relaciona con la
realidad que se vive en cada localidad y ésta puede variar de un lugar a otro, del
mismo modo. Para entender la vulnerabilidad de la sociedad, hay que analizar la
combinación de 8 factores: 1) Ambientales; 2) Físicos; 3) Económicos y; Sociales
divididos en: 4) Políticos; 5) ideológicos y culturales; 6) Educativos; 7)
Institucionales y 8) Sociales relativos a la organización (Wilchaes-Chaux, 1998:30).

Propuesta para el análisis de la vulnerabilidad en México: SEDATU y los atlas


de riesgos

En algunas ocasiones, cuando los desastres son recurrentes en una entidad


federativa y/o en municipio, pero estos cuentan con un atlas de riesgos, donde se
han identificado acciones para la construcción de obras ingenieriles para el
“control” de las amenazas (represas, muros de contención, cimentación de laderas,
diques, entre otras), pero han dejado de lado a la vulnerabilidad, quiere decir que
existen otros factores de vulnerabilidad que tal vez no han sido atendidos por
completo. Tampoco la existencia de los atlas de riesgos significa que no ocurrían
desastres, son pues el inicio de una gestión del riesgo.
Entre las múltiples razones que justifican las acciones ejecutoras de obras y
políticas públicas, se encuentra la concepción que esos actores sociales poseen
sobre las causas de fon de un desastre, si son concebidos como algo natural,
efectivamente la vulnerabilidad no será un elemento destacable para la atención. Sin
embargo, hay evidencias oficiales al menos desde el sexenio de 2006 al 2012,
donde distintos documentos como el Plan de Desarrollo Nacional, y otros
programas como el de Protección Civil, mencionaban que los desastres son eventos
donde el ser humano tiene responsabilidades en su ocurrencia. Sin embargo, no
ofrecían una metodología para analizar la vulnerabilidad social de un territorio.
Es hasta 2016 cuando SEDATU 3 dio a conocer el documento Términos de
Referencia para la Elaboración de Atlas de Peligros y/o Riesgos. El cuál incluye el
cálculo de vulnerabilidad social, pero antes de describir en qué consiste, es
importante mencionar que la vulnerabilidad social es definida como un “conjunto
de características sociales y económicas de la población que limita la capacidad de

3
Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU).
122
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

desarrollo de la sociedad; en conjunto con la capacidad de prevención y respuesta


de la misma frente a un fenómeno y la percepción local del riesgo” (SEDATU,
2016:117).
Una de las aportaciones más significativas del documento SEDATU consiste
en la obtención del grado de vulnerabilidad social, que es resultado de la
integración de tres elementos: 1) Las condiciones sociales y económicas 4 tendrán un
peso del 50%; 2) La capacidad de prevención y respuesta5 tendrán un peso del 25%;
3) La percepción local6 tendrá un peso del 25%. La suma de los resultados en las 3
partes dará como resultado valores cuantitativos que determinarán los rangos de
vulnerabilidad social 7 de un territorio (SEDATU, 2016:71). A título personal la
propuesta sobre la obtención del grado de vulnerabilidad social es interesante.
Aunque no se puede aseverar si los resultados serán de dominio público, ni
tampoco, si por Ley todas las alcaldías tendrán que efectuarlos, tampoco se sabe la
continuidad de esta propuesta.

Ocurrencia de desastres en México 2000-2016

Este apartado fue elaborado con base en dos fuentes oficiales. Por un lado, la
publicación en el Diario Oficial de la Federación de declaratorias de contingencias
climatológicas, emergencias y desastres en el periodo 2000-2016. Por otro lado, se
revisaron los datos sobre el impacto socioeconómico de los daños y pérdidas
ocasionados por los desastres en México en el periodo 2000-2015. La información
fue agrupada en cuatro niveles de referencia espacial: el nacional, el regional y
estatal8.
El concepto de vulnerabilidad social y los factores que la integran, sumados a
la ocurrencia de amenazas socio-naturales, derivaron en la gestación de
declaratorias de contingencias climatológicas, emergencias y desastres a nivel
municipal que en el periodo 2000-2016 sumaron 22,910; de las cuales 7,697 fueron
de desastres (34%), 10,195 de emergencias (45%) y 5,018 de contingencias
climatológicas (22%). Estos datos sólo permitieron identificar el número de

4
Los indicadores se relacionan con temas de salud, educación, vivienda, empleo, ingresos y
población. (SEDATU, 2016:67).
5
Incluyen planes de emergencia, mecanismos de alerta temprana, disponibilidad de espacios
para refugios temporales, entre otros más. (SEDATU, 2016:69).
6
Tipos de peligro, ocurrencia de desastres, puesta en marcha de simulacros, entre otros.
(SEDATU, 2016:70).
7
Divididos en: Muy bajo de 0 a 0.20; Bajo de 0.21 a 0.40; Medio de 0.41 a 0.60; Alto de
0.61 a 0.80; Muy alto >0.80.
8
Por cuestiones de espacio, solamente se mencionarán los municipios donde existe
niveles muy alto y alto en la ocurrencia de desastres.
123
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

ocurrencias clasificadas en riesgos hidrometeorológicos y geológicos y el tipo de


fenómeno que se presentaron además de los años en que ocurrieron. Con base en lo
anterior fueron generadas tres preguntas que forman parte de las más de 7 mil
razones para entender la importancia de la vulnerabilidad en la ocurrencia de
desastres en México.

 ¿Cuál ha sido la ocurrencia de desastres en México en el periodo 2000-


2016?
 ¿Cuáles son los principales fenómenos socio-naturales asociados a los
desastres en México en el periodo 2000-2016?
 ¿Cuáles han sido los daños asociados a desastres en México en el
periodo 2000-2015?

¿Cuál ha sido la ocurrencia de desastres en México en el periodo 2000-2016?

En el periodo 2000-2016, fueron contabilizados 7,697 desastres que promediaron


453 por año. En ocho9 de los diecisiete años se registró el 74% de la ocurrencia de
desastres. En este lapso, un 97 % de los municipios 10 (2,388) que integran el país
fueron afectados por al menos un desastre. Agrupadas por la clasificación de
riesgos, un 92 % fueron hidrometeorológicos, el 7% geológicos y el restante 1%
químicos. De esta manera se puede aseverar que en México el 99% (7,622) de los
desastres se clasificaron en hidrometeorológicos y geológicos.

Ocurrencia de desastres por regiones socioeconómicas

 Se contabilizaron 7,696 declaratorias en total: Suroeste 32 %; Oriente


31 %; Noroeste 10 %; Noreste 10 %; Occidente 6 %; Sureste 5 %;
Centro norte 5 %; Centro 0 %
 En relación al porcentaje de ocurrencia para cada región: Noreste 100 %
(total 132 municipios); Noroeste 100 % (total 206 municipios); Sureste
99 % (total 145 municipios); Oriente 99 % (total 573 municipios);
Suroeste 99 % (total 769 municipios); Centro norte 98 % (total 191
municipios); Occidente 92 % (total 268 municipios); Centro 80 % (total
174 municipios).

9
2005 (1,046 declaratorias), 2010 (859), 2002 (831), 2013 (693), 2011 (623), 2007 (556),
2003 (551), y 2012 (541),
10
Con base en el marco geoestadístico INEGI, 2016.
124
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Ocurrencia de desastres por estados y municipios

Décadas atrás los mapas vinculados con desastres consideraban tres grados: alto,
medio y bajo. Actualmente, como lo pondera SEDATU 2016, y otros autores se
pueden representar 5 niveles: muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo. La discusión
recae en torno hasta donde llevar los umbrales de una variable, esto es, si son 5
grados a cada uno debería ser asignado un 20 %, para en conjunto obtener un 100%.
Sin embargo, lo anterior forma parte de los problemas para estandarizar la
ocurrencia de desastres, ya que necesariamente esa ponderación adquiere un
significado para saber qué es muy bajo, bajo, y los demás grados. Seguramente
quien utiliza las matemáticas emplearía alguna fórmula para obtener distintos
valores y ponderar estadísticamente un valor, pero quién mejor que catalogar estos
parámetros que tomadores decisiones vinculados con la seguridad pública y la
protección civil de un municipio. De esta forma se realizaron un par de entrevistas
entorno a qué implica la frecuencia de valores de ocurrencia de desastres.
Los valores a nivel estatal; por la suma de municipios que involucran,
tendría que ser mayor a la del nivel municipal. De esta manera, se enlistan los datos
destacables identificados, entre ellos, en promedio ocurrieron 453 desastres por año,
lo cual representa 14 desastres por entidad para cada año.

Grado de declaratorias de desastres a nivel estatal (7,69611 ) frecuencias en


total) 2000-2016

 Muy alto: > 501 (3,470 frecuencias; 204 promedio). Estados: Veracruz 24
%, Oaxaca 21%. En conjunto representaron el 45 % de toda la ocurrencia.
 Alto: 301 a 500 (1,868 frec.; 96 promedio). Estados: Chiapas 6 %, Nuevo
León 6%, Guerrero 5% y Puebla 5 %. En conjunto representaron el 21 %
de toda la ocurrencia.
 Medio: 201 a 300 (1,084 frec.; 78 promedio). Estados: Jalisco, Durango,
Hidalgo, Tamaulipas, Yucatán, Chihuahua. Que en conjunto representaron
el 17 % de toda la ocurrencia.
 Bajo: 101 a 200 (523 frec.; 31 promedio). Estados: San Luís Potosí,
Sonora, Zacatecas. En conjunto representaron el 7 % de toda la ocurrencia.
 Muy bajo: < 100 (751 frec.; 44 promedio). Estados: Coahuila, Michoacán,
Colima, Quintana Roo, Sinaloa y el resto del país que en conjunto
representaron el 10 % de toda la ocurrencia.

11
Un desastre afectó a dos entidades por eso fue restado del total quedando en 7,696.
125
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Grado de declaratorias de desastres a nivel municipal 2000-2016

Los valores de la ocurrencia de desastres variaron entre 0 y 21, para los 17 años que
enlistan los datos. Esto significa que en el 18 % de los municipios fueron
declarados entre 6 y 21 desastres. En el 82 % de los municipios han ocurrido entre
0- 5 desastres en 17 años; En el 63 % de los municipios ocurrieron entre 1 y 5
desastres y; El 19% de municipalidades no han ocurrido desastres en 17 años.
Figuras 2 y 3.

 Muy alto: 13 a 21 ocurrencias. 727 desastres en 48 municipios


(727d/48m). Estados: Veracruz (527d/34m): Nuevo León (147d/10m);
Baja California Sur (40d/3m) y; Guerrero (13d/1m). El 9 % de los
desastres fueron registrados en el 2 % de los municipios del pa
 Alto: 10 a 12 ocurrencias. 702 desastres en 66 municipios 702 desastres
(702d/66m). Estados: Veracruz 382d/36m; Nuevo León (151d/14m);
Guerrero (54d/5m); Quintana Roo (53d/5m); Chiapas (20d/2m); Colima
(12d/1m); Baja California Sur (10d/1m); Chihuahua (10d/1m); Oaxaca
(10d/1m). (3% país). El 9 % de los desastres fueron registrados en el 3%
de los municipios del país.
 Medio: 6 a 9 ocurrencias. 2,152 desastres en 305 municipios
(2,152d/305m). El 28 % de los desastres fueron registrados en el 12 % de
los municipios del país.
 Bajo: 3 a 5 ocurrencias. 2,917 desastres en 744 municipios (2,917d/744m).
El 38 % de los desastres fueron registrados en el 30 % de los municipios
del país.
 Muy bajo: 1 a 2 ocurrencias. 1,198 desastres en 825 municipios
(1,198d/825m). El 16 % de los desastres fueron registrados en el 34 % de
los municipios del país.
 Sin ocurrencia: 470 municipios (19 %) sin desastres.

Municipios con muy alta y alta ocurrencia de desastres:

 Baja California. Muy alto: Comundú, La Paz, Loreto. Alto: Los Cabos.
 Chiapas. Alto: Ostuacán, Tapachula.
 Chihuahua. Alto: Juárez.
 Colima. Alto: Manzanillo.
 Guerrero. Muy alto: Coyuca de Benítez. Alto: Acapulco, Atoyac de
Álvarez, Benito Juárez, Chilpancingo, Técpan de Galeana.
126
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 2. Grado de ocurrencia de desastres en México 2000-2016.

Fuente: Elaboró Mtro. Felipe Juárez con base en declaratoria de desastres DOF 2000-2016.

127
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 3. Grados de ocurrencia de desastres a nivel estatal y municipal en México 2000 – 2016

50
45
45
40
35
34
30
Porcentaje

30
24
25
19
20
14
15 12
10
10 7
5 2 3
0
0
Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Sin ocurrencia
% nivel estatal % nivel municipal

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de desastres en DOF

Nota: Equivalen al 100%: 7,696 declaratorias de desastre.

128
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

 Nuevo León. Muy alto: Allende, Apodaca, Gral. Escobedo, Gral. Terán,
Guadalupe, Juárez, Linares, Montemorelos; San Nicolás de los Garza,
Santa Catarina, Alto: Aramberri, Cadereyta Jiménez, Cerralvo, Galeana,
García, General Bravo, Hualahuises, Iturbide, Los Herreras, Los Ramones,
Monterrey, Pesquería, San Pedro Garza García, Santiago
 Oaxaca. Alto: Santiago Jamiltepec.
 Quintana Roo. Alto: Benito Juárez, Cozumel, Othón P. Blanco, Isla
Mujeres, Solidaridad.
 Veracruz. Muy alto: Agua Dulce, Álamo Temapache, Angel R. Cabada,
Atzalan, Cerro Azul, Chiconquiaco, Coatzacoalcos, Coatzintla,
Cosoleacaque, Gutiérrez Zamora, Hidalgotitlán, Ixhuatlán del Sureste,
Jáltipan, Jesús Carranza, Juchique de Ferrer, La Perla, Las Choapas,
Martínez de la Torre, Minatitlán, Misantla, Moloacán, Nanchital de Lázaro
Cárdenas, Nautla, Ozuluama de Mascareñas, Papantla, Poza Rica de
Hidalgo, San Andrés Tuxtla, Santiago Tuxtla, Tecolutla, Texistepec,
Tihuatlán, Tuxpan, Uxpanapa, Xalapa.
Alto: Actopan, Acula, Altotonga, Alvarado, Atzacan, Catemaco, Cazones
de Herrera, Chinameca, Chontla, Colipa, Cosamaloapan de Carpio,
Coscomatepec, Huayacocotla, Hueyapan de Ocampo, Ixtaczoquitlán,
Jalacingo, Lerdo de Tejada, Mariano Escobedo, Mecayapan, Naranjos
Amatlán, Orizaba, Pajapan, Pánuco, Pueblo Viejo, Río Blanco,
Saltabarranca, San Rafael, Soteapan, Tatahuicapan de Juárez, Tatatila,
Tenochtitlán, Tlapacoyan, Ursulo Galván, Vega de Alatorre, Yecuatla,
Zontecomatlán de López y F.

En los municipios mencionados convergen amenazas socio-naturales y


factores de vulnerabilidad que han incidido en la ocurrencia de desastres. Por lo
cual se hace muy necesaria la puesta en marcha de estudios locales que incluyan la
participación de las comunidades afectadas, para el diseño de políticas de gestión
del riesgo de desastres. En ningún momento se establece que estos sean los
municipios exclusivos de atención, ya que como se verá en el siguiente apartado,
los daños asociados a un solo desastre pueden superar a los producidos por varios
desastres, por lo tanto, la ocurrencia de desastres no siempre es igualitaria al daño.
Es factible que la experiencia frente a desastres recurrentes le permita a la población
llevar a cabo acciones para aminorar los daños, caso contrario a la población y
autoridades que no han experimentado situaciones de desastre o emergencias.

129
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

¿Cuáles son los principales fenómenos socio-naturales asociados a los desastres


en México en el periodo 2000-2016?

En comparación con los fenómenos geológicos, los fenómenos hidrometeorológicos


acapararon el mayor número de declaratorias por desastres. De esta manera la figura
4 muestra la distribución de ambas variables, entre las que destacan las lluvias, los
ciclones y/o huracanes, las sequías e inundaciones que en conjunto representaron el
91% de los desastres. En adición, los sismos y los deslizamientos se asociaron al
7% de los desastres. En conjunto el 98% de los desastres en México se relacionaron
con alguno de estos fenómenos.

Figura 4. Fenómenos naturales ligados a la ocurrencia de desastres en


México 2000-2016.

Tornados 0.05
Fuertes vientos 0.43
Nevada, helada o granizada 0.95
Incendios forestales 0.96
Porcentaje

Deslizamientos 2.53
Sismos 4.07
Inundaciones 5.39
Sequías 12.97
Ciclones tropicales 26.87
Lluvias 45.78

0 10 20 30 40 50

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de desastres en DOF

Agrupadas por regiones la ocurrencia de desastres según el tipo de fenómeno


es mostrada en el cuadro 1 que permitió identificar las regiones enlistadas por
ocurrencia de desastres: 1) Oriente 31.5 % de los desastres; 2) Suroeste 31.4%; 3)
Noroeste 10.2%; 4) Noreste 9.9%; 5) Occidente 5.8%; 6) Sureste 5.4%; 7) Centro
norte 5.4% y; 8) Centro 0.5%.

130
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro 1. Ocurrencia de desastres México por regiones y tipo de fenómenos 2000-2016.

Nevada,
Fuertes
Ciclones Inundaciones Lluvias heladas o Sequía Tornado Deslizamientos Sismos Total Total %
Región vientos
DOF DOF DOF granizada DOF DOF DOF DOF DOF DOF
DOF
DOF

Centro 4 3 24 5 36 0.471883602
Centronorte 19 32 135 225 411 5.38733779
Noreste 71 13 586 7 65 3 2 5 752 9.857124132
Noroeste 141 41 332 5 253 1 2 5 780 10.22414471
Occidente 188 21 156 37 25 14 441 5.780574125
Oriente 695 33 203 1205 61 174 26 6 2403 31.49823044
Sureste 262 63 84 1 410 5.374229912
Suroeste 688 39 1001 209 30 164 265 2396 31.40647529
Total 2068 33 415 3523 282 789 4 220 295 7629 100

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de desastres en DOF.

131
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

El cuadro 2 en lista los años donde ocurrieron el mayor número de


declaratorias de desastre, que sumaron 5,700 24 , de ellos 2,318 desastres se
relacionaron con ocho fenómenos hidrometeorológicos 25 , la columna “Mun
desastre” pondera el número de municipios afectados por ese evento, de esta forma
se afirma que Stan afectó a 646 municipios, lo que representó el 62% de desastres
en el año 2005 y el 8% del total de desastres de todo el periodo.

Cuadro 2. Fenómenos naturales vinculados con la ocurrencia de más


desastres en México 2000-2016.

Total
Año Fenómeno desastres Municipios % % total
año desastre desastres
2005 Stan (DT-huracán) 1,046 646 62 8
2010 Ciclón tropical Mathey 859 172 20 2
2002 Sequía atípica 831 355 43 5
2013 Ingrid y Manuel (DT-huracán) 693 383 55 5
2011 Tormenta tropical Arlene 623 120 19 2
2007 Huracan Dean 556 229 41 3
2003 Lluvias atípicas 551 114 21 1
2012 Huracan Ernesto 541 299 55 4
Total 5,700 2,318 41 30

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de desastres en DOF

 Lluvias (3,523 total): Veracruz 28%; Oaxaca 17%; Nuevo León 11%;
Chiapas 7 %; Durango 5 % Que representaron el 69 % de las lluvias.
 Ciclones (2,068 total): Oaxaca 23 %; Veracruz 20 %; Yucatán 10 %;
Chiapas 7 %; Hidalgo 7 % Que representaron el 67 % de los ciclones y
huracanes.
 Sequías (789 total): Chihuahua 20 %; Veracruz 13 %: San Luis Potosí 13
%; Zacatecas 11 %; Puebla 9 % Que representaron el 65 % de las sequías.
 Inundaciones (415 total): Veracruz 49 %; Tabasco 15%; Chihuahua 6 %;
San Luis Potosí 6 %; Oaxaca 5 % Que representaron al 80 % de las
inundaciones.

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de desastres en DOF.

24
La suma de declaratorias de estos años, representa el 74% del total de desastres del periodo
2000-2016.
25
Estos ocho eventos representan el 30% del total de declaratorias del periodo consultado.
132
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

 Sismos (290 total): Oaxaca 40 %; Guerrero 38 %; Chiapas 13 %; Colima 4


%; Veracruz 2 % Que representaron el 98 % de los sismos.

¿Cuáles han sido los daños asociados a desastres en México en el periodo 2000-
2015?

El anterior apartado hizo referencia exclusivamente al número de ocurrencias


registradas, sin embargo, aunque aportó datos significativos, la base no refirió los
daños. Para ello, se consultó otra fuente que hace alusión al número de decesos,
afectados, viviendas afectadas, escuelas afectadas y el monto de los daños en
millones de pesos en el periodo 2000-2015.
Un punto a destacar es que existe una inconsistencia entre la información que
refieren ambas bases, ya que, si se considera el total de daños de la base impactos,
sólo representa el 28% del total de declaratorias (6,174 de las 22,240 publicadas).
Ese 28 % ha costado $411,137 millones de pesos ($29,357 millones de dólares). El
DOF daba a conocer la ocurrencia de 7,697 desastres, pero la base de daños
únicamente contiene datos de 117 desastres26, que representan el 1.5 % del total de
desastres27. Se clara que los siguientes datos sólo refieren a ese 1.5 % de datos.
Figura 5.

26
El número se redujo a 115 debido a que fueron enlistados dos o más entidades para una
misma declaratoria.
27
Solamente fueron considerados los daños que señalaban declaratorias de 115 desastres.
Existen 311 declaratorias que combinaron desastres, emergencias y contingencias
climatológicas. Sumaron $24,451 millones de dólares.
133
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 5. Monto de los daños económicos por declaratorias de desastres


enlistadas por tipos de amenaza en México 2000-2015.

Fuente: Elaboración propia con base en Serie impactos socioeconómicos de los


desastres en México 2000-2015. El 100 % equivale a $54,782 millones de pesos.

Distribución de daños por regiones socioeconómicas en México (Figura 6)

 Daños económicos (total $53,259 mill. de pesos): 1) Suroeste 34 %; 2)


Oriente 23 %; 3) Sureste 14 %; 4) Noroeste (2 %; 5) Occidente 9 %; 6)
Noreste 4 %; 7) Centro-norte 2 %; 8) Centro 1 %.
 Decesos (total 170): Suroeste 61 %; Oriente 9 %; Centro 7 %; Noroeste 7
%; Occidente 6 %; Centro norte 5 %; Noreste 4 %; Sureste 1 %
 Afectados (total 5,120,574 habitantes): Noreste 72 %; Sureste 7 %;
Suroeste 6 %; Oriente 5 %; Occidente 4 %; Noroeste 4 %; Centro norte 2
%; Centro 0 %
 Viviendas afectadas (total 81,851): Suroeste 49 %; Noroeste 14 %;
Oriente 12 %; Sureste 10 %; Occidente 6 %; Centro 4 %; Noreste 2 %;
Centro norte 2 %
 Escuelas afectadas (total 1,829): Sureste 50 %; Suroeste 23 %; Oriente 9
%; Occidente 8 %; Noroeste 5 %; Noreste 3 %; Centro 2 %; Centro norte 1
%

134
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 6. Daños asociados a desastres en regiones económicas de México en el periodo 2000-2015


(millones de pesos).

80
72
70
61
60
50 49
50
Porcentaje

40 34
30 23 23
20
12 14 12 14
10 7 5 7 5
9
6 4 6 8 9
5
9 7 10 6
1 4 2 2 2 2 1 4 4 2 3 4 1
0
0
Centro Centronorte Noreste Noroeste Occidente Oriente Sureste Suroeste
Daños mill pesos Decesos Afectados Viviendas afectadas Escuelas afectadas

Fuente: Elaboración propia con base en Serie impactos socioeconómicos de los desastres en México 2000-2015.

135
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Distribución de daños por entidades federativas más afectadas:

 Daños económicos (total $53,259 mill. de pesos): Chiapas 30 %, Veracruz


11 %, Hidalgo 10%, Tabasco 9 %, Chihuahua 6 %, Campeche 5 %,
Colima 4 % y Oaxaca 4 %. En el 25 % de los estados se registró el 79 %
de los daños económicos.
 Decesos (total 170): Chiapas 52 %, Oaxaca 9 %, México 6 %, Hidalgo 5
%, Chihuahua 4 %. En el 15 % de los estados acontecieron el 76% de
todos los decesos.
 Afectados (total 5,120,574 habitantes): Nuevo León 68%, Campeche 6 %,
Veracruz 5 %, Chiapas y Tamaulipas 4 % c/u. En el 15 % del territorio se
registró el 87 % de los afectados.
 Viviendas afectadas (total 81,851): Chiapas 40 %, Veracruz 9 %,
Campeche 8 %, Guerrero 5%, Chihuahua 5 % En el 15 % del territorio se
registró el 67 % de las viviendas afectadas.
 Escuelas afectadas (total 1,829): Tabasco 25 %, Campeche 25 %,
Chiapas 18 %, Hidalgo 5 %, Veracruz 4 % En el 15 % de los estados se
ubicó el 76 % de las escuelas afectadas.

Con base en el comparativo de los datos de ocurrencia de desastres del DOF y


de los impactos, se establecieron dos ideas: 1) No necesariamente una mayor
cantidad de desastres representa un mayor número de daños. Ejemplo el caso de
Veracruz (17 desastres; 257 mil afectados; $5,876 mill. de pesos), Oaxaca (12
desastres; 92 mil afectados; $2,288 mill. de pesos) y 2) No necesariamente una
menor cantidad de desastres implica un menor número de daños. Ejemplo el caso de
Tabasco (1 desastre; 38 mil afectados; $4,594 mill. de pesos), Campeche (2
desastres; 300 mil afectados; $2,614 mill. de pesos), Chiapas (5 desastres; 196 mil
afectados; $ 15,989 mil. de pesos), Hidalgo (5 desastres; 11 mil afectados; $5,300
mill. de pesos), Nuevo León (6 desastres; $261 mill. de pesos; más de 3 millones de
afectados). Figura 7.

136
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 7. Daños asociados a desastres en estados de México en el periodo 2000-2015 (porcentaje).

70 68

60
52
50
40
Porcentaje

40
30
30 25 25

20 18
15
11 10 10 9
9 9 9
10 5 4 5 5 6 6 8 5 5
4 4 4 3 5 4 4 4 4
1 0 1 0 1 2 2 2 2 1 2 2 0 0 0
0
Chiapas Veracruz Hidalgo Tabasco Chihuahua Campeche Oaxaca Nuevo León

Desastre Decesos Afectados Viviendas afectadas Escuelas afectadas Daño millones de pesos

Nota: El 100% equivale a: 115 desastres, 170 decesos, 5,120,574 afectados, 81,851 viviendas, 1,829 escuelas, $53,259
mill. de pesos de daños.

Fuente: Elaboración propia con base en Impactos socioeconómicos de los desastres en México 2000-2015.

137
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La importancia de la enseñanza del concepto vulnerabilidad para reducir los


desastres

Una aportación sobre y la ocurrencia de desastres y el grado de estudios

Una de las ideas para el análisis de vulnerabilidad social que contiene el documento
SEDATU, refiere que “las características educativas influirán directamente en la
adopción de actitudes y conductas preventivas y de autoprotección de la población,
asimismo, pueden mejorar sus conocimientos sobre fenómenos y riesgos”
(SEDATU, 2016:67). Sin embargo, esta aseveración no es tan precisa ya que
pareciera afirmar que entre mayor sea el grado de estudios de una población, mayor
será su autoprotección, y se derivará en una seria de actitudes y acciones que eviten
los riesgos y desastres.
En profundidad con lo anterior, basta mencionar el ejemplo de los habitantes
de la localidad de La Pesca en Tamaulipas, la gran mayoría son pescadores y
muchos ni siquiera habían terminado la primaria, pero conocían su entorno, no
tenían necesidad de que alguien con mayor “preparación educativa” les dijera
cuándo era necesaria desalojar sus viviendas. Si los cangrejos salían de la laguna y
se refugiaban en las zonas altas, vaticinaban la ocurrencia de inundaciones, y la
población tiene entre 3 y 4 horas para desalojar sus viviendas. Un detalle, que ni las
autoridades locales de Soto La Marina tenían conocimiento 28.
Al retomar la idea de SEDATU sobre las características educativas, en teoría
los municipios cuya población contase con un mayor grado de estudios, tendría
menos desastres que aquellos municipios con menor grado de estudios. De tal
forma se comparó la información de ocurrencia de desastres de municipios en muy
alto grado del tercer apartado, con el grado promedio escolar y el grado de rezago
social, para aseverar que la idea de SEDATU en materia de educación no es tan
precisa y requiere su reelaboración.
Se utilizó el caso de los municipios considerados en muy alto grado de
ocurrencia de desastres, que en total sumaron 727 frecuencias y lo conformaron los
estados de Veracruz (72%), Nuevo León (20 %), Baja California Sur (6 %) y
Guerrero (2 %). En este ejercicio comparativo se identificó: el grado promedio
escolar; los niveles educativos (primaria, secundaria 29 , bachillerato 30 ) de INEGI,

28
Un caso vivencial registrado en el trabajo de campo durante la carrera de Licenciatura en
Geografía, en el año 2009.
29 Estudios técnicos o comerciales con primaria terminada y secundaria en el Sistema

Educativo Nacional (SEN).


30
Preparatoria, estudios técnicos o comerciales con secundaria terminada y normal básica.
138
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

(2015) y; el grado de rezago social CONEVAL (2015). En teoría con base en la


idea estipulada por SEDATU, debería existir una relación entre el grado de
ocurrencia de desastres con el grado de rezago social (grados muy alto-muy alto;
alto-alto; medio-medio; bajo-bajo; muy bajo-muy bajo).

Relación de municipios en muy alto grado de desastres y rezago social 2015.


Figura 8.

 Muy alto: Ningún municipio se ponderó en esta categoría.


 Alto: 85 desastres en 6 municipios (6%); Grado promedio escolar 4.4 a 7.9
(primaria y secundaria).
 Medio: 196 desastres (27 %) en 13 municipios (27 %), de los estados de
Veracruz (12) y Guerrero (1); Grado promedio escolar 6.2 a 7.9
(secundaria).
 Bajo: 219 desastres (30 %) en 14 municipios (29 %), de los estados de
Veracruz (11), Baja California Sur (2) y Nuevo León (1); Grado promedio
escolar 7.4 a 10.0 (secundaria-bachillerato).
 Muy bajo: 227 desastres (31 %) en 15 municipios de los estados de Nuevo
León (9), Veracruz (5) y Baja California Sur (1); Grado promedio escolar
8.6 a 11.4 (secundaria-bachillerato).

Figura 8. Rezago social 2015 de municipios con muy alto grado de ocurrencia de
desastres.

Nota: El 100% equivale a 727 declaratorias de desastres.

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI 2015 y Ocurrencia


de desastres 2000-2015.

139
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Para el ejercicio realizado, el grado de ocurrencia de desastres y el grado de


rezago social son inversamente proporcionales. Ya que los municipios
considerados con un menor nivel de rezago social (muy bajo y bajo) fueron
escenario del 61 % de los desastres. Pese a contar con un mayor nivel educativo
(7.4 a 11.4), también en estos municipios han ocurrido más desastres. Destacó el
hecho de que ningún municipio considerado en muy alto grado de rezago social, se
asoció a la categoría de muy alto grado de ocurrencia de desastres, del mismo
modo, en los municipios catalogados en alto grado de ocurrencia de desastres, la
población tiene el menor promedio escolar cursado (4.4 a 7.9). Como parte final se
vierten algunas explicaciones que dan cabida a estas dicotomías, y forman parte de
los razonamientos sobre educación y el estudio de desastres desde la Geografía,
ciencia y materias que analizan el espacio geográfico.

La enseñanza de los riesgos de desastres desde la Geografía.

La SEP propone los programas de estudio en la educación básica, aunque ocurran


desastres o emergencias en los municipios, si los programas oficiales (federal-
estatales) no contemplan los temas a asociados a los riesgos de desastre, las
autoridades municipales no tienen la injerencia para obligar a los docentes a
impartir esos conocimientos. Prácticamente queda a su libre albedrio enseñar estos
temas, si es que el docente los considera importantes.
En este punto cobra mayor relevancia el papel de la enseñanza de la
Geografía, a veces vista como una materia de relleno, capaz de distraer a los
alumnos con la memorización de elementos, iluminación de mapas y
reconocimiento de banderas. Al menos en el nivel secundaria y medio superior 31,
entre un 60 y 70% de los contenidos se concentran en el componente físico, el
restante 30 y 40 % del curso, en el mejor de los casos, aborda temas sociales,
económicos, políticos y culturales, temas que involucran el análisis de
problemáticas territoriales y superan la descripción de aspectos físicos.
Si la Geografía analiza el espacio socialmente construido, por ende, tiene que
incluir la enseñanza de los temas de mayor relevancia para la sociedad, aquellos que
generan disparidades, contradicciones y múltiples expresiones socio-espaciales. Sin
menospreciar a otros temas, los riesgos de desastres involucran directa o
indirectamente a todos los componentes del espacio geográfico, tan solo el concepto
de vulnerabilidad y sus factores de generación son una muestra clara.

31Programas cursados hasta 2017. Secundaria: SEP. Bachillerato: Escuela Nacional


Preparatoria.
140
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La enseñanza de Geografía en sus distintos niveles (primaria, secundaria y


bachillerato) no debe formar geógrafos, pero sí debe, formar ciudadanos
conscientes de los problemas que acarrea una mala organización del espacio y una
deficiente toma de decisiones. Los alumnos son las futuras generaciones que
enfrentarán estos problemas, y en algún punto, algunos serán los tomadores de
decisiones que buscarán soluciones, desde las distintas áreas en las que se inserten,
la academia, el gobierno, las empresas privadas, y demás sectores de la población,
es factible que intervengan para aumentar o disminuir la ocurrencia de nuevos
desastres. Entonces en Geografía ¿qué deben saber enseñar los docentes y qué
deben aprender los alumnos?

En materia educativa hay varios puntos clave a investigar:

 ¿Cuáles son los contenidos curriculares que se enseñan en Geografía?


 ¿Desde que visión de la Geografía se imparten esos contenidos
curriculares?
 ¿Cuál es el perfil de los profesores que dan Geografía en todos los
niveles educativos en los sectores público y privado?
 ¿Cuál es el perfil de egreso de los alumnos que toman esas materias?
 ¿Para qué aprender la utilidad de la Geografía en la vida cotidiana?

En materia de desastres:

 ¿Por qué se registraron 1,829 escuelas afectadas por desastres?


 ¿Qué enseñanzas sobre desastres desarrollan los contenidos
curriculares?
 ¿Desde que visiones de los desastres son enseñados los conceptos y
las problemáticas?
 ¿Cuáles medidas son puestas en marcha para disminuir los desastres
en cada escuela?
 ¿La enseñanza de desastres aborda los eventos que ya ocurrieron o
aquellos que van a ocurrir?

La educación es uno de los pilares fundamentales para transmitir esos


conocimientos, si bien una persona adquiere distintos aprendizajes en la escuela,
también lo hace con base en las experiencias que vive fuera de los planteles
educativos. En el caso particular de la ocurrencia de desastres se aprende más de la
experiencia frente a estos eventos, por lo cual aquellos sectores de la población
afectados más de una vez, son quienes poseen los conocimientos que debieran ser
141
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

transmitidos en los sectores educativos y también, deberían estar presentes en los


atlas de riesgo y demás estudios. Esta puede ser una de las razones que explique,
porqué los habitantes con menos preparación educativa, sumado a otros factores,
pueden llegar a ser menos vulnerables o contar con menor grado de exposición,
sobre lo que han aprendido y cómo se han adaptado a vivir en riesgo.

Conclusiones

El manejo tradicional del riesgo desde la escala nacional hacia la local, los
programas, leyes, objetivos y líneas de acción que buscan la reducción del riesgo de
desastres, llegan a ser ineficaces ya que son reactivos cuando el desastre es
inminente, al vislumbrar los riesgos como eventos naturales, se enfocan más en la
reducción de amenazas naturales, que en la reducción de vulnerabilidades. Si esos
programas no consideran previamente la atención de problemas socio-organizativos
de los lugares objeto de estudio, podrían no tener éxito cuando se lleven a cabo las
medidas de concientización ciudadana.
La participación ciudadana requiere algo más que responder encuestas, hay
estudios que han generado más conflictos que soluciones, debido a la escasa o
precaria comunicación del riesgo. Por ello, los estudios locales deben involucrar a
los actores sociales que desarrollan sus actividades en un lugar en riesgo en la toma
de decisiones y la generación de propuestas. ¿Qué tan efectivas pueden ser las
políticas públicas si el concepto de vulnerabilidad no es correctamente asimilado?
ya que podrían originar el aumento de los factores que construyen la vulnerabilidad,
las amenazas socio-naturales, el riesgo y como consecuencia los desastres.
Entre tantos temas y acciones, el sector educativo representa un pilar
fundamental no sólo en la enseñanza de medidas de reducción, también en la
ejecución y en el diseño de nuevas formas para hacer frente a los desastres. Una
eficaz preparación y educación en Geografía, seguramente permitirá que en años
próximos los números disminuyan. Para ello es necesario fortalecer la generación
de datos, que se reduzca la imprecisión de la información, ya que esos números
generan acciones y/o diagnósticos, pero si están mal planteados no reflejarán la
realidad que viven las comunidades en riesgo.
Los daños asociados a los desastres en 16 años superaron los $411 mil
millones de pesos, si ese monto se dividiese entre el total de habitantes del país,
existiría una disminución considerable de la pobreza en México, ya que a cada
mexicano le corresponderían poco más de $3 millones de pesos. Esta y cada una de
las declaratoria de desastres forman parte de las más de 7 mil razones para entender
la importancia de la vulnerabilidad en la ocurrencia de desastres en México.

142
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Se deben rescatar los aprendizajes más significativos de los desastres


ocurridos, y utilizar esa experiencia desde las instituciones de gobierno y demás
actores sociales, en la puesta en marcha y corrección de medidas que han sido
inadecuadas, y con esto prever posibles situaciones de desastre. Quizás sea
imposible disminuir todos los factores que inciden en la vulnerabilidad, pero la
educación es una vía factible y alcanzable, para ello se requiere la suma de más
especialistas, no sólo en Geografía, sino en otras disciplinas, cuya intención sea la
de reducir la ocurrencia de desastres.

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

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144
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Vulnerabilidad ante peligro volcánico asociado al volcán de fuego de Colima


en las localidades de Quesería, Colima y Tonila, Jalisco

Dra. Mary Frances Rodríguez Van Gort1

Resumen

El volcán de Fuego de Colima es considerado uno de los volcanes de mayor


actividad en México debido a su importante nivel de explosividad, lo que llevó a la
reubicación de la localidad de la Yerbabuena a finales de la década de los 90´s. De
entonces a la fecha su actividad ha continuado, aumentando considerablemente de
nuevo entre 2015 y 2017. Analizar la vulnerabilidad institucional de dos
poblaciones a menos de 15 kilómetros del cráter, en condiciones similares de
peligro, pero en entidades administrativas diferentes es el propósito de este trabajo.
Para ello se llevó a cabo una visita de campo en 2016, donde por un lado, se
constató en recorrido el alcance del peligro y por otro se realizaron 204 entrevistas
tanto a la población, como a las autoridades de Quesería en Colima y Tonila en
Jalisco. Los principales resultados muestran que la mayoría de los habitantes no
ubican su vivienda en el mapa de peligros, 75% y que la vulnerabilidad institucional
se observa marcadamente diferente, ya que en Jalisco cuentan con el semáforo de
alerta volcánica a diferencia de Colima, donde las condiciones de prevención son
menores, por lo que la vulnerabilidad institucional aumenta las condiciones de
riesgo.

Palabras clave: vulnerabilidad institucional; peligro volcánico,; Volcán de Fuego


de Colima

Introducción

En México se tiene la presencia de al menos 20 volcanes activos, de éstos, ocho


están considerados de alto riesgo para la población que se ubica asentada en su zona
de influencia. A pesar de ello se cuenta solamente con cuatro mapas de peligros
volcánicos: el Popocatépetl en el Estado de México, Morelos y Puebla, el

1Colegio de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de


México. Correo electrónico:francesrv@gmail.com
145
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Citlaltépetl entre Puebla y Veracruz, el Chichón ubicado al noroeste de Chiapas y el


Volcán de Fuego de Colima entre Jalisco y Colima.
En fechas recientes el volcán de Fuego de Colima ha aumentado
considerablemente su actividad, por lo que después de la erupción violenta de 1999
el Comité Científico Asesor recomendó la reubicación de la población de la
Yerbabuena, asentada a solo 8 kilómetros del cráter del volcán, desde entonces y a
la fecha la atención se ha centrado principalmente en las poblaciones que se ubican
entre los 7 y 12 kilómetros de radio, sin embargo las poblaciones que se ubican en
la zona de lahares a 13 y 14 kilómetros como Tonila en Jalisco y Quesería en
Colima, respectivamente, no cuentan con la misma atención por parte de los
gobiernos estatales y municipales, lo cual es preocupante ya que nuevamente en
2015 aumentó la actividad, por lo que se reforzó el monitoreo.
Aunado a esto, las condiciones de vulnerabilidad de dichas localidades son
preocupantes, ya que una característica de las zonas rurales en México es que
carecen de condiciones de seguridad médica, alimentaria y de acceso al agua
potable. Por lo que en octubre de 2016 se realizó trabajo de campo en ambas
localidades para observar las condiciones de vulnerabilidad estructural, condiciones
socioeconómicas, de alimentación y disponibilidad de agua, así como de tierras de
cultivo, también sobre aspectos de organización ya sean institucionales o
comunitarios, así como la percepción de riesgo que la población tiene con relación
al peligro volcánico.

Características de la zona de estudio

La zona de estudio se ubica al este del país, en el límite de los estados de Colima y
Jalisco, al sureste del Volcán de Fuego de Colima, a una altitud de alrededor de
1250 msnmm (Figura 1). Las actividades fundamentales son la agricultura y las
actividades terciarias, fundamentalmente comerciales, de hecho alrededor del 60%
del territorio está ocupado por uso de suelo agrícola, el resto se comparte entre
urbano y de bosque de coníferas (NA-VI-1, IG, 2007).
La localidad de Quesería se ubica en las faldas del volcán a 14 kilómetros del
cráter en el municipio de Cuauhtémoc en Colima y para 2010 habitaban en ella
8,079 personas, las cuales representan casi el 27% de la población del municipio
que contaba con 30,198 (INEGI, 2010). Tonila en Jalisco es la cabecera del
municipio del mismo nombre, esta localidad también en las faldas del volcán se
localiza a 13 kilómetros del cráter y para 2010 se concentraba en ella una población
de 3,110, cerca del 44% del total de la población municipal que ascendía a 7,119
(SEDESOL,2015).

146
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 1. Mapa de Peligros del Volcán de Fuego de Colima

Fuente: Martín Del Pozo et al., 1995 (fragmento)


147
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En cuanto al medio natural con el que tienen que convivir los habitantes,
además de las manifestaciones del volcán, se tienen las condiciones de temperatura,
que se caracteriza por ser de clima cálido con una temperatura media anual de más
de 22 Co, donde las máximas en el año pueden llegar a ser de entre 42 y 48 C o. Lo
anterior puede representar condiciones de inconfort por posible fatiga en exposición
prolongada o actividad física, considerando la temperatura fisiológicamente
equivalente para el mes de julio (NA-IV-3-D; NA-IV-4; NA-XII-2-D, IG, 2007).
Por otra parte el régimen pluviométrico de la zona se caracteriza por presentar
una precipitación total anual de entre 800 y 1,200 mm, con una moda anual de entre
400 y 800 mm y la posibilidad de ocurrencia de precipitaciones máximas en 24
horas de entre 200 y 400 mm (NA-IV-5; NA-IV-7; NA-IV-11, IG, 2007). Además
es importante considerar que la zona se ubica en la trayectoria de huracanes
provenientes del Pacífico y que de hecho ha tenido la influencia de huracanes de
categoría 5 (NA-XIII-1-C, IG, 2007). Finalmente debemos tomar en cuenta que la
ciudad de Colima es susceptible a inundaciones (NA-XIV-2, IG, 2007), lo cual es
relevante ya que es el centro urbano más importante en caso de un desastre y es ahí
donde además se monitorea al volcán.

Peligro volcánico

La actividad más reciente de los volcanes Popocatépetl y Colima ha estado


caracterizada por la formación y destrucción de domos de lava. Si bien la mayoría
de las erupciones han sido de magnitudes bajas, otras han sido destructivas en grado
moderado, como las del volcán de Colima de 1576 y 1818. Desde 1960 este volcán
inició una actividad efusiva que continúa hasta el presente, estos episodios de
actividad efusiva se alternan con episodios de erupciones explosivas. Los flujos de
lavas más viscosas, sólo pueden avanzar sobre terrenos de pendientes fuertes y,
como se observa por ejemplo en el caso del volcán de Fuego de Colima, se detienen
cuando la pendiente del terreno es menor que aproximadamente el 15%. Sin
embargo, ese tipo de flujos de lava de bloques puede fragmentarse y generar
fácilmente derrumbes o avalanchas de rocas incandescentes que al deshacerse
pueden liberar flujos piroclásticos, como ha sido el caso de la actividad reciente del
volcán de Colima. A finales de 1998 se presentaron numerosos flujos piroclástico
de magnitud moderada producido por el derrumbe de bloques de lava en el volcán
de Colima de este tipo, lo cual motivó varias evacuaciones preventivas de
poblaciones cercanas (De la Cruz Reyna, 2008).
El Volcán de Fuego de Colima se Localiza en los 19.51° N, 103.62° O, entre
los estados de Colima y Jalisco, presenta una altura de 3,820 msnm y se caracteriza

148
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

por ser un volcán andesítico. Es un volcán que presentó una fuerte actividad a
principios del siglo XIX, en 1818, seguida de actividad continua y luego otro
episodio de gran erupción en 1913, casi un siglo después para continuar haciendo
erupción durante todo el siglo XX e intensificarla a mediados de 1994 con una
explosión que destruyó parte del domo. De entonces a la fecha ha presentado
continua e intensa actividad (Cuadro 1). De hecho en las visitas que se realizaron a
campo en 2016 se observó que las áreas de cañadas por donde bajaría el lahar en
caso de ocurrencia de un evento de este tipo, se encuentran completamente
saturadas de material debido a las erupciones continuas que se presentaron durante
2015 (Figura 2).

Cuadro 1. Actividad eruptiva del Volcán de Fuego de Colima (1818-1999).

Fecha Evento
15/02/1818 Gran erupción con extensas lluvias de ceniza, que llegan hasta Guadalajara,
Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosí y la Ciudad de México.

12/06/1869 Varias erupciones forman un nuevo cono adventicio en el flanco NE del


volcán (Volcancito).

26/02/1872 Erupción explosiva del Volcancito, con abundante lluvia de ceniza.


06/01/1886, 26/10/1889 Erupciones explosivas con lluvias de ceniza y flujos
de lava.

16/02/1890 Erupción explosiva importante, con lluvia de ceniza sobre distancias


mayores de 100 km.

1891-1893 Repetidas erupciones con frecuentes emisiones moderadas de ceniza. Se


instala un observatorio vulcanológico.
15/02 al
Erupción explosiva con lluvias de ceniza al N y NE del volcán y flujos
31/03/1903 piroclásticos.
18/12/1908,
Erupciones explosivas, lluvias de ceniza. Fragmentos incandescentes
04/02/1909 lanzados, causan incendios en las faldas de los volcanes.
20/01/1913 Gran erupción explosiva con abundante lluvia de ceniza y flujos
piroclásticos. Algunas víctimas. 1960 Se inicia un nuevo episodio de
crecimiento de domo.

14/02/1991 La recientemente instalada Red Sísmica de Colima detecta una considerable


actividad sísmica en el volcán de Colima. Se alerta a los sistemas de
protección civil de Colima, Jalisco y Nacional.

149
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

01/03/ al Se inicia la extrusión de un domo de lava, que genera numerosas avalanchas


de rocas incandescentes y algunos flujos de bloques y ceniza sobre los
17/04/1991
flancos Sur y Suroeste del volcán. Se toman medidas preventivas que
incluyen simulacros de evacuación.

21/07/1994 La red de monitoreo volcánico RESCO detecta un incremento en la actividad


sísmica desde el 15 de julio de 1995, que culmina con una explosión el 21 de
julio del mismo año alrededor de la media noche que destruye parte del
domo y forma un cráter de 135 m de diámetro.

1998 Desde marzo se detecta actividad sísmica creciente. El 17 de noviembre se


evacuan las poblaciones más cercanas al volcán. El 20 de noviembre se
observa un nuevo domo de lava creciendo en la cumbre. Posteriormente,
ocurren derrames de bloques de lava, flujos piroclásticos menores y
explosiones.

1999- Se registran explosiones aisladas. Una mayor ocurre el 10 de febrero, que


lanza fragmentos incandescentes y produce incendios en la vegetación de las
faldas del volcán y algunos flujos de bloques y ceniza. Se efectúa una
segunda evacuación de las poblaciones más cercanas. Otra explosión similar
se registra el 10 de mayo de 1999, motivando una tercera evacuación. La
actividad de flujos de lava y derrumbes de fragmentos continúa a lo largo de
2000 y 2001. Posteriormente se reduce y en 2003 continúa en un nivel
relativamente bajo, aunque aun se detectan explosiones y flujos piroclásticos
esporádicos, como el ocurrido el 17 de julio de 2003.

Fuente: Tomado de: De la Cruz Reyna, 2008 (fragmento).

Figura 2. Colada de lava proveniente del Volcán de Fuego de Colima.

Fuente: Tomada en campo en octubre de 2016 desde el municipio de Tonila


a 8 kilómetros del cráter del volcán.

150
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Vulnerabilidad

Se ha observado que la vulnerabilidad resulta el elemento de mayor relevancia en la


construcción del riesgo, ya que las amenazas, si son de origen natural resultan
difíciles de modificar, por lo que reducir la vulnerabilidad se vuelve prioritario en la
mitigación del riesgo. Debido a que las condiciones de la población que la hacen
susceptible de sufrir daños en mayor o menor medida son multifactoriales, éstas se
suelen analizar por la naturaleza que las agrupa, por lo que se consideraron para este
trabajo la vulnerabilidad estructural, la socio-económica, la institucional-
organizacional y la vulnerabilidad por percepción de riesgo. Existe un cierto
consenso en que las condiciones de la población son lo que caracteriza a la
vulnerabilidad de la misma y a que dichas características son dinámicas y por lo
tanto pueden aumentar o reducirse y a su vez constituyen la resiliencia de la
localidad que enfrenta el riesgo.
En la vulnerabilidad estructural pueden agrupar las características de la
infraestructura de una localidad o de las viviendas, tanto de sus materiales como de
los servicios con los que cuenta, el número de niveles de un edificio, la complejidad
en los planos de construcción, la forma geométrica del edificio, el uso del edificio,
las características de los materiales de construcción y la resistencia y flexibilidad de
las estructuras (Climent et al., 2003), los años de construcción, las condiciones de
mantenimiento (Puente 2010), y hasta las medidas de confort que se encuentren en
la vivienda (Adger, 2006). En el caso de las localidades de Quesería y Tonila se
consideraron las condiciones de la vivienda en los materiales de sus muros y su
techo fundamentalmente así como los servicios básicos de agua de la toma y
electricidad.
En cuanto a la vulnerabilidad socio-económica, se suele considera la mayoría
de variables posiblemente manejables para su análisis sobre las condiciones sociales
y económicas de una localidad (Rodríguez-Van Gort, 2017), las cuales que pueden
ir desde el tamaño de la población (Araña y Ortiz, 1984) o el manejo de recursos y
estrategias para enfrentar un evento de desastre (Pizarro, 2001). Por otra parte
pueden incorporarse grupos vulnerables, por ejemplo en los jóvenes y sus
características particulares como pueden ser la inestabilidad del ciclo de vida, la
asimetría existente entre la familia y el mundo adulto o las expectativas e inequidad
entre la educación y el trabajo (Rodríguez, 2001). Para el caso de la zona de estudio
se consideraron el ingreso familiar, el analfabetismo, el servicio médico, la
discapacidad de alguno de los miembros de la familia y algunas características de la
alimentación y de la tenencia de la tierra para cultivar, así como la posibilidad de
apoyo gubernamental para las cosechas en caso de un desastre.

151
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Las condiciones de organización con las autoridades y conocimiento de los


planes de emergencia conforman parte de la vulnerabilidad institucional. Un
elemento puede ser el trabajo de sensibilización de las autoridades para gestionar
que los asentamientos con riesgo pudieran convivir con las amenazas (Araña y
Ortiz 1984). En caso de un desastre es importante considerar que el papel de las
autoridades debe contemplar la concientización, la evaluación, el conocimiento, los
preparativos y la puesta en práctica (Macías 2009). Resulta interesante señalar que
en muchos casos en que la población responde que conoce el plan institucional de
contingencias, no es capaz de explicar en que consiste (Rodríguez, 2015). Para
Quesería y Tonila se consideró si ubicaba su localidad en el mapa de peligros del
volcán , si conocía el Plan de Protección Civil en caso de emergencia volcánica, si
contaba con algún tipo de organización comunitaria en caso de evento volcánico y/o
familiar en caso de cualquier tipo de contingencia, si confiaba en los miembros de
su comunidad y si contaba con algún tipo de apoyo gubernamental.
La percepción del riesgo se ha incorporado recientemente al análisis de
riesgos, tiene que ver con lo que la población considera de sí misma con respecto a
algún peligro o amenaza y su condición propia del riesgo (Adger, 2006). Esta
percepción conviene contrastarla con el nivel de riesgo real en que se encuentra la
población (Puente, 2010), para ajustarla en dirección de una mayor conciencia y
con ella de una participación activa de la población en la reducción de su condición
de riesgo. Esta percepción resulta un elemento fundamental en la construcción de la
vulnerabilidad, por lo que es importante considerar la percepción de la mayoría de
los sectores involucrados, por ejemplo: la población, los científicos y los gestores
gubernamentales. Por otra parte conviene considerar que esta percepción no es
estática, se va modificando con base en las experiencias, en primer término, pero
también con base en la educación y la divulgación del conocimiento científico. En
este caso se tomo en cuenta si consideraba a su vivienda en riesgo volcánico, si se
considera capaz de protegerse ante los peligros de una erupción volcánica y si
considera que los desastres se pueden evitar, entre otras cuestiones.

Metodología

En octubre de 2016 se realizó trabajo de campo para valorar las condiciones de


vulnerabilidad de dos localidades ubicadas en las proximidades del volcán de Fuego
de Colima, en ambas localidades se consideró que tuvieran un peligro similar, que
ambas se ubicaran a menos de 15 kilómetros del cráter y que fueran de distintas
entidades. Es decir, que las dos localidades tuvieran en común la mayoría de las
características, excepto la institucional, por lo que se eligió Quesería en Colima y

152
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Tonila en Jalisco para valorar como se llevan a cabo las acciones de prevención y
mitigación. El objetivo fundamental fue identificar las condiciones de
vulnerabilidad estructural de las viviendas (Figura 3), socio-económica de sus
habitantes y su percepción de riesgo. Así como las medidas de organización
comunitario y gubernamental en caso de un evento volcánico de gran magnitud.
Para la valoración de la vulnerabilidad se elaboró el instrumento de
levantamiento, se calculó la muestra mínima, estadísticamente significativa para
cada localidad (140 para Quesería y 64 para Tonila). Se dividió cada localidad en
Áreas Geoestadísticas Básicas (Agebs) para lograr la representatividad espacial y
obtener levantamiento de datos de cada manzana (Figura 4). Se realizaron las
entrevistas en octubre de 2016 y con los datos se elaboró la base de datos para el
análisis de los mismos.

Figura 3. Aspecto de las viviendas de la localidad de Quesería en Colima a 14


kilómetros del cráter del volcán.

Fuente: Tomada en trabajo de campo en octubre de 2016.

153
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 4. Mapas de las localidades de Quesería en Colima y Tonila en Jalisco por Agebs para el
levantamiento de datos en campo.

80
Quesería, Colima. Mapa de manzanas Tonila, Jalisco. Mapa de manzanas
79

81
11
55 12
61 6
84 29 10
28 7 9
56
30 64
8
31 65
27 70 58
78 71 83
77 69
57 66
76 49 63
73 32 48
74 62
75 72 1 35
82 3 17
4 24 18 16
36
25 0
23 26 2 32 54
37 15
35 67
33 5
14
34 38
16 24 19
111 13
21 122
11 102 110 41 39
126 104 23 43
7 38 15 105 14 0
6 18 39 10 101 113 40
22 103 31
25 50
136 12 36 115 44
20 116 112 68
8 17 69 60 30 52
134 42
125 137 19 37 59 3
138 9 97 99 114 34
68
135 13 22 26
139 131 130 94 100 41 51
109 98 43
140 29
133 93 21 33 4
141 132 90 117 2
95 45
67
44 46
142 147 129
124 85 121 91 118
96 42
48 28
148 56 55 47 53
120 87 92 57 40 46
144 66 1
143 86 59 58 27
128 127 88 89 53 50
60 65 54 49 20
51
107146 145 61 52
119 45 47
63 62 72 71
123 64
70
108
5

106

Fuente: INEGI 2010

154
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Resultados

Dentro los principales resultados se encontró que alrededor del 65% no cuentan con
un servicio médico hospitalario; a pesar de que el 80 % reporta tener agua en su
vivienda, no cuentan con el servicio adecuado, por lo que el agua es de mala
calidad, lo que favorece que cerca del 50% compre agua embotellada para beber. En
cuanto a la alimentación, en general (40%- 50%) realizan 2 a 3 comidas al día y las
verduras y las frutas en la dieta se consumen entre 1 y 3 veces a la semana. A pesar
de ser localidades que se ubican en zonas agrícolas, el 95% no tiene forma de
cultivar y de los que sí, el 100% no tienen ningún tipo de apoyo gubernamental en
caso de desastre. Es importante destacar que el grupo de habitantes que cultiva,
presenta condiciones de vida de mayor vulnerabilidad, ya que en general realizan
solo dos comidas al día, no tiene agua en su vivienda y consumen frutas y verduras
1 o 2 veces a la semana (Cuadro 2).
Dentro de la vulnerabilidad socio-económica se observó que solo entre el 30%
y 47% cuenta con servicio médico institucional, el resto tiene otro tipo de servicio
que difícilmente cuenta con la posibilidad de atención hospitalaria (Figura 5a). Lo
anterior se suma a que la cifra de familias con alguna persona con discapacidad es
considerable, especialmente en Tonila, donde el 81% reportó contar con alguien en
esas condiciones de vulnerabilidad (Figura 5b). El consumo de agua embotellada es
alto, alrededor del 45% gasta en comprarla debido a las condiciones del agua de la
toma del servicio domiciliario (Figura 5c). A pesar de ser comunidades agrícolas
fundamentalmente solo el 19% en Tonila y el 7% en Quesería posee tierras de
labranza, el resto solo es jornalero (Figura 5d).
Para la vulnerabilidad institucional/organizacional se observó que
aproximadamente el 25% de los entrevistados ubica su localidad en el mapa de
peligros del volcán, por lo que el 75% restante no tiene idea de que vive en las
faldas del propio volcán (Figura 6a). La población que dice conocer el Plan de
Protección Civil para contingencias ante una erupción volcánica fue del 13% en
Quesería y un poco más alto en Tonila, 28% (Figura 6b). Al cuestionarlos sobre si
cuentan con algún tipo de plan comunitario u organización de la propia localidad, el
95% respondió que no (Figura 6c). Sin embargo, el 57% de las familias cuenta con
alguna estrategia en caso de algún desastre o contingencia general (Figura 6d).

155
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro 2. Principales resultados sobre condiciones de vulnerabilidad de


las localidades de Quesería en Colima y Tonila en Jalisco.

Respuestas por localidad


Tipo de (porcentaje)
Variables consideradas
vulnerabilidad Quesería Tonila
% %
Vulnerabilidad Analfabetismo 14 34
socio- Hablantes de lengua indígena 20 19
económica Servicio IMSS/ISSSTE 47 30
médico Seguro 47 55
Popular/Centro
de Salud
Particular 4 9
Otro 2 6
Algún habitante con discapacidad 16 81
en la vivienda
Toma de agua en la vivienda 98 100
Compra de agua para consumo 47 41
Consume verduras diario 31 90
Consume frutas diario 45 86
De 3 a 5 comidas al día 50 40
Posee tierras de cultivo 7 19
Organizacional Plan familiar 42 42
Plan vecinal o comunitario 5 6
Conocimiento del Plan de 13 28
Protección Civil
Confía en los miembros de su Siempre 2 70
comunidad ante un desastre Casi 14 6
siempre
Sin 57 0
respuesta
Ubica su localidad en el mapa de 25 25
peligros volcánicos
En caso de desastre confía en que Siempre 34 41
recibiría apoyo del gobierno
Casi 25 13
siempre
Percepción de Considera que su vivienda se 47 55
riesgo encuentra en riesgo volcánico
Se considera capaz de protegerse Siempre 53 61
ante los peligros de una erupción Casi 21 14
volcánica siempre
Considera que los daños Siempre 82 87
ocasionados por un desastre Casi 9 11
afectarían a muchas personas siempre
Considera que los desastres se Siempre 28 27
pueden evitar Casi 9 9
siempre

Fuente: Elabora a partir de los datos levantados en campo en octubre de 2016.


156
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 5. Gráficas de Vulnerabilidad Socio-económica en las localidades de


Quesería en Colima y Tonila en Jalisco. a) Servicio Médico; b) Hogares con
integrantes con discapacidad; c) Consumo de agua embotellada y d)
Propiedad de tierras para cultivar.

Servicio Médico en Quesería Servicio Médico en Tonila

Médico Otro Médico Otro IMSS/ISS


Privado 2% IMSS/ISS Privado 6% STE
4% STE 9% 30%
47%

Seguro Seguro
Popular Popular
a) 47% 55%

Hogares con algún integrante con Hogares con algún integrante con
discapacidad en Quesería discapacidad en Tonila

Sí No
17% 19%

No
83%

81%
b)

Consumo de agua embotellada Consumo de agua embotellada en


en Quesería Tonila
Sí Sí
47% 41%

No No
53% 59%
c)

Cuentan con propiedad de Cuentan con propiedad de cultivo


cultivo en Quesería Sí en Tonila
7%

19%

No No
93% 81%
d)

Fuente: Elabora a partir de los datos obtenidos en campo en octubre de 2016.


157
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 6. Gráficas de Vulnerabilidad Institucional/Organizacional en


las localidades de Quesería en Colima y Tonila en Jalisco: a) Ubicación
de su localidad en el mapa de peligros del volcán; b) Conocimiento del
Plan de Protección Civil para el volcán; c) Existencia de un plan
comunitario para evento volcánico y d) Existencia de un plan familiar
para contingencia general.

Ubica su localidad en el mapa de Ubica su localidad en el mapa de


peligros del volcán en Quesería peligros del volcán en Tonila
Sí Sí
25% 25%

No No
a) 75% 75%

Conoce el plan de contingencias Conoce el plan de contingencias


gubernamental para riesgo volcánico gubernamental para riesgo volcánico
en Quesería en Tonila
No sabe
"No Sí "No 3%
existe" 13% existe" Sí
4% 5% 28%

b) No No
83% 64%

Cuentan con un plan comunitario en Cuentan con una plan comunitario en


caso de contingencia volcánica en caso de contingencia volcánica en
Quesería Tonila
Sí No sabe Sí
No sabe 5%
1% 2% 6%

c) No
No
92%
94%

Cuentan con un plan familiar de Cuentan con un plan familiar de


contingencias general en Quesería contingencias general en Tonila

No sabe No sabe Sí
1% Sí 1% 42%
42%

d) No No
57% 57%

Fuente: Elabora a partir de los datos obtenidos en campo en octubre de 2016.


158
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Finalmente en cuanto a la percepción de riesgo podemos observar que


alrededor del 50% de la población entrevistada considera que su vivienda se ubica
en zona de riesgo volcánico, lo cual es preocupante ya que el 100% de las viviendas
presentan este tipo de riesgo (Figura 7a). Un resultado interesante es que alrededor
del 50% de los pobladores consideran que los desastres sí se pueden evitar, lo que
representa una perspectiva alentadora, ya que ello deriva en una participación más
dinámica de la población con respecto a los peligros naturales, en este caso.

Figura 7. Gráficas de Percepción de riesgo en las localidades de


Quesería en colima y Tonila en Jalisco: a) Consideran que los
desastres se pueden evitar mediante acciones deprevención y
mitigación y b) Consideran que su vivienda se ubica en zona de riesgo
volcánico.

Considera que su vivienda se ubica


Considera que su vivienda se ubica
en zona de riesgo volcánico en
en zona de riesgo volcánico en
Quesería
Tonila
No Sabe No Sabe
6% 6% Sí
Sí 55%
47%

No No
47% 39%

Considera que los desastres se


Considera que los desastres se
pueden evitar en Quesería
pueden evitar en Tonila
Posiblem Posiblem
Casi ente ente
Nunca Siempre Casi Siempre
1% Nunca 1%
9% 28% 27%
12%

Casi Casi
Nunca Siempre Nunca Siempre
53% 9% 51% 9%

Fuente: Elaborada a partir de los datos obtenido en campo en octubre de


2016.

159
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Conclusiones

Las condiciones de vulnerabilidad de dichas localidades se establece en alta debido


a que no presentan condiciones de seguridad médica, de acceso al agua ni
alimentaria. Sin embargo la vulnerabilidad institucional se observa diferenciada por
el gobierno que se encuentra a cargo de la gestión del riesgo, así por ejemplo, en
Tonila se cuenta con el sistema de alerta volcánica, en la plaza principal se ubica el
semáforo volcánico y su percepción del riesgo es más próxima al nivel de riesgo en
que se ubican.
Tienen más conocimiento del Plan de Contingencias gubernamental, por lo
que están más informados y confían en niveles más altos en los miembros de su
comunidad con respecto a los de Quesería. Un elemento adicional que se pudo
apreciar en el trabajo de campo es que las autoridades de Colima se centran mucho
más en la atención de las localidades que se ubican al oeste del volcán como la
Yerbabuena, la Becerrera o Cofradía de Suchitlán por mencionar las más
importantes y prestan casi nula atención a las comunidades al este, como
Cuauhtémoc y Quesería o la propia ciudad de Colima por considerarla segura, a
pesar de que se encuentra dentro de los peligros volcánico del mapa.

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162
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Evaluación de la vulnerabilidad ante el cambio climático para el


fortalecimiento territorial

María de la Luz Robles-Camacho1


Elizabeth Olmos-Martínez2*
María Concepción Arredondo-García3
Gabriela Cruz-Piñón1

Resumen

El cambio climático y sus efectos han repercutido en las actividades sociales y


económicas, así como en el ambiente. Sin duda, estas repercusiones advertidos en
las Áreas Naturales Protegidas, como es el caso de la Reserva Ecológica Estatal
Estero de San José del Cabo poseedora de una gran biodiversidad y de la única
laguna costera de agua dulce del estado de Baja California Sur. El objetivo de este
estudio es evaluar la vulnerabilidad, de dicha área natural y su área de influencia
ante los efectos del cambio climático. Para ello se construyó un índice con variables
sociales, económicas y ambientales, ajustándolo al nivel local, se utilizaron las
metodologías del Instituto Mexicano para la Competitividad, la Comisión Nacional
de Áreas Naturales Protegidas (2015), Ríos Aguilar (2014) y el Departamento
Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (2009); asimismo se trabajó
con secciones geoelectorales establecidas por el Instituto Nacional Electoral que
permiten analizar datos a nivel de distrito y sección electoral. El índice está
compuesto por tres subíndices que a su vez se integran por un total de 21 variables.
Los resultados muestran que la vulnerabilidad más alta se presentó en el subíndice
ambiental y en las zonas de influencia con mayor población.

Palabras clave: cambio climático, vulnerabilidad, área natural protegida.

1
1Universidad Autónoma de Baja California Sur, Carretera al Sur KM 5.5., Apartado Postal
19-, B, C.P. 23080, La Paz Baja California Sur, México. Correo electrónico:
mrobles_16@alu.uabcs.mx, gacruz@uabcs.mx
2
*Universidad de Occidente, Unidad Mazatlán, Av. Del Mar #1200, Col. Flamingos C.P.
82149, Mazatlán, Sinaloa. Correo electrónico: elizabeth.olmos@udo.mx
3
Universidad Autónoma de Baja California, Carretera Tijuana-Ensenada 3917, Playitas
22860 Ensenada, B.C. Correo electrónico: conchita@uabc.edu.mx
163
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Introducción

Las consecuencias que se han presentado en los últimos años respecto al cambio
climático han llevado a los organismos nacionales e internacionales a prestar
atención a este tema, por lo cual se ha publicado mucha información científica al
respecto, por ejemplo Informes de Evaluación del IPCC I (1990), II (1995), III
(2001), IV(2007) y V (2014), cambio climático y agua (Bates et. al., 2008), cambio
climático y biodiversidad (Gitay et. al, 2002), Tecnologías, políticas y medidas para
mitigar el cambio climático (Bates et. al.,1996), entre otros, que generalmente
abarcan estudios a nivel país y estado. Desde 1988, la Organización Meteorológica
Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estableció el
Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), formado por expertos en la
evolución del clima y sus consecuencias ambientales, ecológicas y sociales. Este
panel tiene por finalidad el brindar asesoría a los gobiernos sobre las consecuencias
del cambio climático y las posibles medidas de adaptación y mitigación del mismo.
A nivel internacional el IPCC se ha encargado de proporcionar información
relacionada a las causas, consecuencias y medidas de adaptación ante el cambio
climático. El trabajo publicado principalmente por el Grupo II, encargado de los
impactos, la adaptación y vulnerabilidad ante el cambio climático es uno de los ejes
de la realización de este trabajo, en donde se menciona que dentro de los aspectos
más importantes a incidir en un plan nacional o regional para cambio climático está
la evaluación de vulnerabilidad que la define como el grado hasta el cual un sistema
es susceptible o incapaz de enfrentarse a los efectos adversos del cambio climático,
incluidas la variabilidad climatológica y las manifestaciones extremas del clima.
Entonces la vulnerabilidad se da en función del carácter, magnitud y rapidez
del cambio climático y de la variación a la que un sistema está expuesto, de su
sensibilidad y de su capacidad de adaptación (IPCC, 2014). Otros autores afirman
que la vulnerabilidad puede ser entendida mejor a través de la dinámica que juegan
los componentes sociales y ecológicos, en donde se relacionan la vulnerabilidad,
resiliencia y capacidad de adaptación (Gallopin, 2006).
En el plano nacional, se han llevado a cabo diversos estudios de vulnerabilidad
en diferentes escenarios nacionales y estatales, por ejemplo vulnerabilidad costera
(Núñez et. al, 2016), vulnerabilidad social (Sandoval et. al, 2014) y vulnerabilidad
ante el cambio climático (Espino, 2015; Tapia et. al., 2015; González-Baheza,
2013). Donde destaca que los efectos del cambio climático serán principalmente
sentidos en las zonas costeras, y especialmente en regiones tropicales debido a que
se encuentran en zonas geográficas propensas a ciclones y huracanes, con gran

164
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

densidad de habitantes y con índices importantes de marginación social (Núñez et.


al, 2016).
El estado de Baja California Sur (BCS) es una región geográfica privilegiada
que posee un valor natural, histórico y cultural, presenta un elevado número de
áreas naturales protegidas localizadas en su mayoría en el Golfo de California
(Olmos-Martínez, et al., 2013). Una pieza clave para la protección y conservación
del entorno ha sido la creación, consolidación y manejo de las áreas protegidas. Un
ejemplo de esta estrategia es la Reserva Ecológica Estatal Estero San José del Cabo
(REEESJC) declarada como área natural protegida el 10 de enero de 1994, es una
zona sujeta a conservación ecológica y reconocida como sitio RAMSAR.
La REEESJC es un oasis costero, el más grande y más sureño de los oasis de
la península de Baja California. Debido a que es uno de los escasos cuerpos de agua
dulce del estado de BCS, el estero concentra una diversidad biológica
desproporcionadamente grande. Al mismo tiempo, dada a su ubicación geográfica,
en las inmediaciones de un polo de desarrollo turístico a nivel nacional, la
REEESJC es uno de los humedales amenazados de la región (Pronatura, 2010).
Debido a las presiones antropocéntricas, las áreas protegidas suelen volverse
más vulnerables, por lo una evaluación íntegra de la zona permitiría crear
estrategias de manejo, recuperación y conservación para disminuir riesgos. La
REEESJC es un ecosistema de gran relevancia para la región, tanto desde la
perspectiva hídrica como biológica, debido a que alberga especies vegetales únicas
y constituyen importantes corredores y refugios de flora y fauna, condiciones que
han generado importancia para la actividad turística, lo que depende de la adecuada
funcionalidad del ecosistema, asimismo es una zona de belleza paisajística al
contrastar con el entorno árido de la región (Armenta, 2015).
En la REEESJC, a lo largo de veinte años se han presentado cambios en el
marco jurídico donde se ha modificado en diferentes ocasiones tanto el polígono de
la reserva como la zona núcleo. La última declaratoria del 4 de abril de 2011
propuso una modificación más al polígono además de un cambio en la extensión de
512-229 a 766-684 has (Armenta, 2015).
Ahora bien, los indicadores sirven para ordenar y sistematizar información
para la planificación, evaluación y toma de decisiones, y permiten constituir
sistemas de información que dan cuenta de las características cuantitativas de un
ámbito institucional, económico, geográfico, cultural, educativo, etcétera (CEPAL,
2010). Es por ello que el objetivo de este estudio es evaluar la vulnerabilidad de la
Reserva Ecológica Estatal Estero de San José del Cabo y su área de influencia ante
los efectos del cambio climático a partir de la construcción de un índice de
vulnerabilidad.

165
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Área de estudio

La presente investigación se realizó en 42 regiones Geoelectorales (de acuerdo a


INEGI) que se encuentran en y alrededor de la REEESJC, localizada en el
municipio de Los Cabos, BCS en las coordenadas 23° 05' de Latitud Norte y -109°
40'de Longitud Oeste. (B.O. 2011. Abril. 04. No. 23. Tomo XXXVIII) (Figura 1).
La REEESJC se encuentra en la Región Sur -Este del estado de BCS. Limita
al oeste con la ciudad de San José del Cabo, al norte con las poblaciones de Santa
Rosa y Ánimas altas, al este limita con el poblado La Playa y al sur con el Golfo de
California (Armenta, 2015).

Figura 1. Localización de la Reserva Ecológica Estatal Estero de San José


del Cabo

Fuente: Elaborado por María de la Luz Robles Camacho

166
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Metodología

La zona de estudio comprende la Reserva Estatal Estero de San José del Cabo así
como las localidades que se encuentran alrededor de éste. Dada la necesidad de
datos locales para la construcción del índice de vulnerabilidad y la dificultad de
obtención de datos locales, para llevar a cabo la evaluación de la vulnerabilidad en
sus componentes económicos, sociales y ambientales se utilizó el Sistema de
estadísticas censales a escalas geoelectorales (INEGI-IFE, 2010), dicho sistema es
una herramienta que permite analizar los datos del censo de población y vivienda
2010 a nivel de distrito y sección electoral, que fue la escala más pequeña que se
encontró para la obtención de datos. Mediante la información contenida, es posible
hacer diagnósticos y planeación de estrategias territoriales en las escalas de distrito
y sección electoral (http://gaia.inegi.org.mx/geoelectoral/viewer.html).
Se identificaron un total de 42 secciones geoelectorales en la zona de estudio,
dichas secciones al ser espacios referenciados pequeños, permiten contextualizar el
territorio a nivel local, tener una visión de los datos asociados ya que es el lugar
donde se toman las decisiones (INEGI-IFE, 2010).
Para la elaboración del índice de vulnerabilidad se consideraron metodologías
mixtas e indicadores propuestos por la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas (CONANP), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO),
Ríos-Aguilar (2014) y el Departamento administrativo nacional de estadística de
Colombia (DANE) (2009) para finalmente construir un índice de vulnerabilidad,
basado en la ecuación 1 de Ríos-Aguilar (2014).

V= IVa+IVe+IVs+IVi ecuación 1
Donde:
IVa= Índice de Vulnerabilidad ambiental
IVe= Índice de Vulnerabilidad económica
IVs= Índice de Vulnerabilidad social
IVi= Índice de Vulnerabilidad institucional

Debido a la naturaleza del estudio, por tratarse de indicadores locales, los


datos del ámbito institucional, no pudieron ser considerados debido a datos no
localizados.
El índice de vulnerabilidad tiene un rango y una escala de clasificación
cuantitativa donde de acuerdo al número obtenido (normalizado), a su vez, recae en
una clasificación cualitativa, para este estudio se utilizó ambas clasificaciones

167
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

recomendadas por Vázquez-González et al. (2014) las cuales se muestran a


continuación:

Índice de vulnerabilidad

Clasificación cuantitativa Clasificación cuantitativa

de 0 a 0.24 Bajo

de 0.25 a 0.50 Medio

de 0.51 a 0.75 Alto

de 0.76 a 1 Muy alto

Los indicadores y los subíndices que lo componen, se analizaron para cada


una de las secciones geoelectorales de manera individual. A su vez, cada subíndice
permite generar un mapa donde se aprecia el espacio georreferenciado de las
diferentes vulnerabilidades asociadas al cambio climático por sección geoelectoral.
Cada subíndice se compone de diferentes indicadores, los cuales llevan
asociada una ponderación para la totalidad de dicho subíndice. Cada indicador es
producto de una observación estadísticamente consistente. La ponderación de los
indicadores se realizó en base a la metodología propuesta por Ríos-Aguilar (2014) y
DANE (2009), donde dicha ponderación es generada por la opinión calificada de
los expertos, basada en promedios geométricos. Cabe mencionar que le otorgan
mayor ponderación a los indicadores que por su naturaleza, condiciones o
circunstancias sitúan en mayor vulnerabilidad a la población.
Para la elección de los indicadores se tomó cuenta a la recomendación del
DANE (2009), por medio de su “Guía para diseño, construcción e interpretación de
indicadores” en la que menciona que los criterios para la selección de indicadores
son la pertinencia (que el indicador describa la situación o fenómeno determinado/
objeto de la acción), la funcionalidad (que sea medible), la disponibilidad (que
exista la información), la confiabilidad ( procedencia de los datos) y la utilidad (
que los resultados permitan tomar decisiones).
Para que el indicador tome el valor de entre 0 a 1, la suma de los indicadores y
a la vez de los subíndices, debe normalizarse. Para la normalización de los datos se
utilizó el método de Mínimo-Máximo (Min-Max), el cual consiste en transformar
los niveles de las variables para llevarlos al intervalo de 0 a 1, empleando la
168
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

distancia entre los valores mínimos y máximos que la variable adquiere, se toman
todos los datos de la variable en su conjunto a través de la ecuación 2:

x´ −min
𝑥= ecuación 2
max − min

Donde:
X´ valor de la variable original
X: valor de la variable normalizada
min: es el valor mínimo de los valores de la muestra
max: es el valor máximo de los valores de la muestra.

El método de normalización (Min-Max) consiste en la siguiente operación:

𝑥1 − min{𝑥1 , … , 𝑥𝑛 }
𝑥1´ =
max{𝑥1 , … , 𝑥𝑛 } − min{𝑥1 , … , 𝑥𝑛 }

Donde indicador {𝑥 ´1 , … , 𝑥 ´ 𝑛 }, se encuentra acotado por: 0 ≤ 𝑥1´ ≤ 1

En particular, max {𝑥 ´1 , … , 𝑥 ´ 𝑛} = 1 y min {𝑥 ´1 , … , 𝑥 ´ 𝑛 } = 0, respectivamente,


esto es, la observación máxima después de la normalización será igual a 1 y la
observación mínima después de la normalización será igual a 0.

Resultados

Los resultados muestran la descripción de cada subíndice con los indicadores que lo
conforman a partir de una fórmula; asimismo, se hace notar la ponderación
(porcentaje entre paréntesis) que las metodologías propuestas por Ríos-Aguilar
(2014) y el DANE (2009) otorgan a cada uno de ellos. Además cada indicador
ponderado se construyó de otros indicadores que también tienen una ponderación.

A) Subíndice social

Fórmula y ponderaciones: Subíndice social = persona (40%) + vivienda (30%) +


salud (30%)

1. El indicador persona está conformado por aspectos de escolaridad,,


discapacidad y edad que de acuerdo a la metodología propuesta por Ríos-

169
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Aguilar (2014) cada uno de ellos tienen una ponderación de 10%, 30% y 60%
respectivamente, los cuales se describen a continuación:

1.1. Escolaridad (ponderación del 10%):

La educación interviene en todos los campos del ámbito social y de


mejoramiento de la calidad de vida, en las prácticas productivas, la actitud
hacia la salud, el mejoramiento y la conservación de la naturaleza, entre
muchos otros, y es parte esencial en el proceso de formación del capital
humano (Domínguez, 2009). A mayor nivel de escolaridad, la población se
vuelve menos vulnerable al tener mayor conocimiento de cómo enfrentar los
efectos del cambio climático llevando a cabo acciones que les ayuden a
mitigarlos.

1.2. Discapacidad (ponderación del 30%):

La población que tiene alguna discapacidad tiene mayores dificultades para


recuperarse después de un evento climatológico, tanto por sus capacidades
diferentes como por su desigual acceso al mercado laboral (IMCO, 2012).
Asimismo, la población que cuenta con alguna limitación se vuelve más
vulnerable por su incapacidad para manejarse de manera independiente, lo que
los pone en riesgo en caso de un evento por los efectos del cambio climático.

1.3. Edad (ponderación del 60%):

Los adultos mayores pueden ser más susceptibles a enfermedades causadas


por un evento climático, y al igual que los niños pequeños que tienen
restricciones de movilidad en caso de evacuación (IMCO, 2012). En las
localidades aledañas a la REEESJC la población vulnerable (0-14 y 60 y más
años) oscila entre el 30 y 40% de la población por sección geoelectoral. Es por
eso que considerar la edad como el indicador de vulnerabilidad con mayor
ponderación, dentro del sub índice social, se debe a que en caso de desastre es
más difícil su desplazamiento; asimismo, se suma su bajo poder adquisitivo
para enfrentar sus consecuencias.

2. El indicador de vivienda contempla los siguientes índices: promedio de


habitantes, medios de comunicación (disponibilidad de radio y disponibilidad
de televisión) y servicios (Piso diferente de tierra, luz eléctrica, agua entubada,

170
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

sanitario, drenaje). De acuerdo a la metodología propuesta por Ríos-Aguilar


(2014) cada uno de ellos tienen una ponderación de 50%, 20% y 30%
respectivamente.

2.1. Promedio de habitantes en viviendas particulares habitadas (ponderación del


50%):

El concepto de vulnerabilidad se asocia a la posibilidad de que personas o


familias resulten afectadas o dañadas por procesos o acontecimientos de orden
externo, se parte del supuesto de que existen situaciones de riesgo que
potencializan los factores adversos o incrementan la vulnerabilidad ante la
exposición a situaciones cambiantes del entorno social y ambiental (Acosta y
Bernal, 2013). Un mayor número de ocupantes en una vivienda, la hace más
vulnerable debido a que existen mayores necesidades que cubrir. En caso de
desastre, es más complicado cubrir las necesidades de todos los ocupantes por
el costo económico que implica.

2.2. Medios de comunicación (ponderación del 20%):

Compuesto por la disponibilidad de televisión y radio. Se sabe que el acceso a


la información acerca de los fenómenos meteorológicos por medio de la
televisión, es una característica usual en las familias ya que es un medio de
fácil acceso para la mayoría de la población. Por otro lado, la radio es otro
medio de comunicación masiva de fácil acceso ya que las familias buscan
información sobre los eventos meteorológicos y las medidas de prevención.

2.3. Servicios en la vivienda (ponderación del 30%):

Compuesto por indicadores de disponibilidad de luz eléctrica, agua entubada,


excusado, drenaje y piso de material diferente de tierra. Las características de
las viviendas permiten crear una visión de la situación de las familias y las
medidas a tomar en caso de fenómenos meteorológicos, así como las políticas
por parte de las administraciones. Presentan un panorama general de las
características de las viviendas y de los servicios básicos con que cuentan sus
residentes, información básica para la planificación del desarrollo habitacional
de las regiones. Las estadísticas de vivienda tienen una gran importancia, por
su elevada incidencia social y económica (López et. al., 2008).

171
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

3. El subíndice de salud contempla a las personas sin derechohabiencia, las que


tienen seguro popular y a quienes tienen IMSS/ISSSTE. De acuerdo a la
metodología propuesta por Ríos-Aguilar (2014) cada uno de ellos tienen una
ponderación de 60%, 30% y 10% respectivamente.

3.1. Sin derechohabiencia (ponderación del 60%):

Los trabajadores independientes, empleadores, los trabajadores por cuenta


propia y los trabajadores subordinados no remunerados están excluidos del
sistema de seguridad social vinculado al trabajo (CEFP, 2013). Debido a las
enfermedades que se han surgido en los últimos años y a las enfermedades que
se manifiestan después de un evento climatológico, la población
sin derechohabiencia es más vulnerable.

3.2. Seguro Popular (ponderación del 30%):

El Seguro Popular está dirigido a la población que de algún modo no tiene un


empleo fijo con prestaciones de servicios de salud como IMSS e ISSSTE,
todos los integrantes de las familias afiliadas al seguro popular tengan acceso a
los servicios de salud, médicos, hospitalarios, farmacéuticos y quirúrgicos.

3.3. IMSS/ISSSTE (ponderación del 10%):

El IMSSS e ISSSTE son dependencias, privada y pública respectivamente,


mediante los cuales se busca garantizar el derecho a la salud, la asistencia
médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales
necesarios para el bienestar individual y colectivo, así como el otorgamiento
de una pensión de los trabajadores (CEFP, 2013).
De las 42 secciones geoelectorales que se encuentran en la zona de
estudio, aquellas que se encuentran más próximas a la REEESJC y donde se
ubica el mismo Estero, presentan una menor vulnerabilidad social, debido a
que la población que ahí habita es menor que en las zonas donde la
vulnerabilidad social resultó mayor. Los resultados muestran que en total, 12
secciones geoelectorales (29%) presentan vulnerabilidad social baja, 23
secciones (55%) presentan vulnerabilidad media, 6 secciones (14%) presentan
vulnerabilidad alta y solo 1 (2%) presenta vulnerabilidad social muy alta
(Cuadro 1).

172
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro 1. Secciones geoelectorales y el grado de vulnerabilidad


social

Grado de vulnerabilidad social


Secciones geoelectorales Muy Porcentaje
Alta Media Baja
alta
298 X 2
314,414,421,423,436,438 X 14
291,296,297,300,413,415,416,417,41
8,419,420,422,
X 55
424,425,426,427,428,429,432,433,43
4,435,437
290,292,293,294,295,299,302,313,31
X 29
5,430,431,439

Fuente: Elaborado por la autora principal en base a los resultados.

Para el índice de vulnerabilidad social, una vez descritos y ponderados la


suma de los indicadores de la persona (ponderación del 40%), vivienda
(ponderación del 30%) y salud (ponderación del 30%) la metodología utilizada
también permite crear un mapa georreferenciado que ayudará en la toma de
decisiones locales para reducir la vulnerabilidad de los habitantes que conviven
alrededor de la REEESJC (Figura 2).
En el análisis específico sobre las secciones geoelectorales que colindan con la
REEESJC, en su mayoría, seis de ellas, tienen una vulnerabilidad social baja, dos
de ellas tienen vulnerabilidad social media y una de ellas tiene vulnerabilidad social
muy alta. Cabe mencionar que ésta última sección geolectoral es donde se encuentra
el mayor número de asentamientos humanos. No obstante este sub índice es solo
una tercera parte del análisis final ya que este estudio contempla los subíndices
económico y ambiental.

173
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 2. Vulnerabilidad social en las secciones


geoelectorales alrededor de la REEESJC

Fuente: Elaborado por María de la Luz Robles Camacho

B) Subíndice económico

Fórmula y ponderaciones: Subíndice económico = población económicamente


activa (33%) + actividades económicas por sector (33%) + población ocupada
(34%)
Cabe mencionar que el indicador ingreso suele ser uno de los más importantes
en esta clase de estudios, sin embargo, para este análisis a nivel local esa
información no existe, por lo que se prescindió de dicho dato.

1. Población económicamente activa (ponderación del 33%)

Son las personas de 12 años y más que trabajaron; tenían trabajo, pero no
trabajaron o; buscaron trabajo en la semana de referencia (INEGI, 2010). La
población económicamente activa al encontrarse en la edad productiva tiene
un mayor soporte económico ante eventos por el cambio climático que les

174
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

demande invertir parte de su ingreso en alguna acción preventiva o correctiva,


por lo que su vulnerabilidad es menor que el resto de la población, de acuerdo
a Ríos-Aguilar (2014).

2. Actividades económicas por sector (ponderación del 33%):

De acuerdo con su carácter específico, las actividades productivas se clasifican


en tres sectores económicos: primario o agropecuario, secundario o industrial
y terciario o de servicios y presentan la siguiente estructura (Delgado de
Cantú, 2003):

a) Actividades primarias: Agricultura, ganadería, silvicultura, pesca.


b) Actividades secundarias: Minería y extracción de petróleo, industria
manufacturas, electricidad y agua, construcción.
c) Actividades terciarias: Comercio, transporte y comunicaciones, servicios
financieros, de administración y alquiler de bienes muebles e inmuebles,
servicios comunales y sociales; hoteles y restaurantes; profesionales
técnicos y personales, incluidos los servicios relacionados con:
agricultura, construcción, transporte, financieros y comercio.

Para nuestro análisis, dentro de las actividades económicas por sector,


la ponderación que se le otorgó a cada uno de ellos es la siguiente: terciario
(60%), secundario (20%) y primario (20%).
De acuerdo a Ríos Aguilar (2014) la alteración de los ciclos naturales,
los eventos meteorológicos extremos, la aparición de plagas dañinas a los
cultivos, son factores que impactarán negativamente en las actividades del
sector primario y turístico, como es el caso de la actividad preponderante
alrededor de la REEESJC; asimismo, el impacto de una disminución de
estas actividades será directamente recibido por la población dedicada a
ellas y que viven en la zona impactada.

3. Población ocupada (ponderación del 34%):

Ésta población está representada por las personas de 14 o más años de edad
que durante la semana de referencia realizaron algún tipo de actividad
económica, estando en cualquiera de las siguientes situaciones: a) Trabajando
por lo menos una hora o un día para producir bienes y/o servicios de manera
independiente o subordinada, con o sin remuneración; y b) Ausente
175
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

temporalmente de su trabajo sin interrumpir su vínculo laboral con la unidad


económica (vacaciones, permiso, enfermedad, etc.). Incluye a los ocupados del
sector primario que se dedican a la producción para el autoconsumo (excepto
la recolección de leña) (INEGI, 2010).
Las personas ocupadas ya se encuentran inmersas en el mercado laboral,
reciben un ingreso fijo lo que les permite llevar a cabo acciones preventivas o
correctivas, les permite ser proactivos o reactivos a fenómenos relacionados
con el cambio climático o cualquier eventualidad extrema de la naturaleza por
lo que son menos vulnerables a eventos de este tipo.
Los resultados del subíndice económico muestran que una sección
geoelectoral (2%) tiene una vulnerabilidad baja, orea sección (2%) muestra
vulnerabilidad media, 11 secciones (26%) con vulnerabilidad alta y 29
secciones (69%) con vulnerabilidad muy alta. (Cuadro 2).

Cuadro 2. Secciones geoelectorales y el grado de vulnerabilidad


económica

Grado de vulnerabilidad
económica
Secciones geoelectorales Porcentaje
Muy
Alta Media Baja
alta
292,296,297,299,315,413,414,415,416,
417,418,419,
420,421,422,423,424,425,427,428,429, X 69
430,431,432,
433,434,436,437,438
290,291,293,294,295,300,302,313,426,
X 26
435,439
314 X 2
298 X 2

Fuente: Elaborado por la autora principal en base a los resultados.

Para el índice de vulnerabilidad económica, una vez descritos y ponderados la


suma de los indicadores población económicamente activa (ponderación del 33%),
actividades económicas por sector (ponderación del 33%) y población ocupada
(ponderación del 34%) la metodología utilizada también permite crear un mapa
georreferenciado que ayudará en la toma de decisiones locales para reducir la
vulnerabilidad de las actividades económicas que se realizan alrededor de la
REEESJC (Figura 3).

176
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En el análisis específico sobre las secciones geoelectorales que colindan con la


REEESJC, en su mayoría, cinco de ellas, tienen una vulnerabilidad económica alta,
y otras cinco muy alta, una de las secciones tiene vulnerabilidad media y otra más
vulnerabilidad económica baja. Hay que recordar que el mapa de vulnerabilidad
social presentado anteriormente, en la mayoría de las secciones geoelectorales
presentaba una vulnerabilidad baja, pero en este caso, al incorporar al análisis los
indicadores económicos, los resultados son completamente diferentes ya que en su
mayoría las secciones referidas tienen vulnerabilidad muy alta y alta.
Coincidentemente las secciones vulnerables socialmente en categoría baja, son las
mismas que tienen vulnerabilidad alta en los indicadores económicos. Lo anterior
muestra que el subíndice social puede cumplir con ciertas características que les
permitan ser menos vulnerables socialmente pero al incorporar otras características
económicas, en un análisis multidisciplinario, los resultados son completamente
diferentes.

Figura 3. Vulnerabilidad económica en las secciones geoelectorales alrededor


de la REEESJC

Fuente: Elaborado por María de la Luz Robles Camacho.

177
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

C) Subíndice ambiental

Fórmula y ponderaciones: Subíndice ambiental = uso de suelo (50%) +


aprovechamiento del agua superficial (25%) + aprovechamiento del agua
subterránea (25%)
Cabe mencionar que Ríos-Aguilar (2014), para el análisis ambiental,
recomienda los indicadores de disponibilidad de agua, degradación del suelo,
biodiversidad y variabilidad climática, sin embargo para el presente análisis no se
encontraron dichos indicadores locales por lo que se ajustó al uso de los indicadores
mencionados para la composición del subíndice.

1. Uso de suelo (ponderación del 50%):

Es importante considerar el uso de suelo en los indicadores, puesto que ante


eventos extremos es uno de los mayormente impactados y que constituye la
base de los ecosistemas y de las sociedades. El suelo es parte tanto del
problema como de la solución del cambio climático. Es indispensable apoyar
las prácticas de utilización del suelo que ayuden a mantener y, en lo posible,
aumentar la materia orgánica del suelo (Comisión Europea, 2009).

2. Aprovechamiento del agua superficial (ponderación del 25%):

El aprovechamiento del agua de manera excesiva podría provocar grandes


dificultades en eventos de grandes sequías. Por ello, tomar en cuenta la presión
ejercida en las secciones geoelectorales permitirá visualizar cuales se
encuentran mayormente vulnerables. Si es mayor la presión sobre los cuerpos
de agua la región es más vulnerable ante una disminución de lluvias. La
repercusión económica y social de ello es crítica (Ríos-Aguilar, 2014).

3. Aprovechamiento del agua subterránea (25%):

Al igual que el aprovechamiento superficial, toma gran importancia en el tema


de cambio climático, puesto que se hace uso de ésta cuando las sequías son
extremas. A pesar de que no es posible hacer con certeza estimaciones sobre la
alimentación de los acuíferos bajo los efectos del cambio climático, es
previsible que el incremento de la frecuencia de sequías promueva un mayor
aprovechamiento del agua subterránea para amortiguar el riesgo para la
producción de los agricultores (FAO, 2011).

178
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

En el subíndice ambiental se destaca que la vulnerabilidad es muy alta en


30 secciones geoelectorales (71%), una sección (2%) con vulnerabilidad alta,
cuatro secciones (10%) con vulnerabilidad media y siete secciones (17%) con
vulnerabilidad baja (Cuadro 3).
Este subíndice presenta mayores secciones geoelectorales con
vulnerabilidad muy alta, debido a la transformación que han sufrido esas
secciones con respecto a las que se encuentran colindante a la REEESJC, las
cuales son secciones menos transformadas y que en caso de evento por
consecuencia del cambio climático la población de esas zonas se vería menos
afectada, ya que, al tener un suelo menos degradado el impacto por fenómenos
de cambio climático es menor.

Cuadro 3. Secciones geoelectorales y el grado de vulnerabilidad ambiental

Grado de vulnerabilidad
ambiental
Secciones geoelectorales Porcentaje
Muy
alta Alta Media Baja
291,292,293,297,299,300,302,415,41
6,417,418,419,
71
420,421,422,423,424,425,426,427,42 X
8,429,430,431,
432,433,434,436,437,438
414 X 2
290,314,315,435 X 10
294,295,296,298,313,413,439 X 17

Fuente: Elaborado por la autora principal en base a los resultados.

Para el índice de vulnerabilidad ambiental, una vez descritos y


ponderados la suma de los indicadores uso de suelo (ponderación del 50%),
aprovechamiento del agua superficial (ponderación del 25%) y
aprovechamiento del agua subterránea (ponderación del 25%) la metodología
utilizada permite generar un mapa georreferenciado que ayudará en la toma de
decisiones locales para reducir la vulnerabilidad del medio ambiente que
existe alrededor de la REEESJC (Figura 4).
En el análisis específico sobre las secciones geoelectorales que colindan
con la REEESJC, en su mayoría, cuatro de ellas, tienen una vulnerabilidad
ambiental muy alta, y otras cuatro tienen vulnerabilidad media, se encuentra
que solo una sección tiene vulnerabilidad ambiental baja. Se observa que en el

179
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

mapa de vulnerabilidad económico las secciones geoelectorales vulnerables en


categoría alta, tienen vulnerabilidad baja ambientalmente, no obstante las
secciones económicas vulnerablemente muy altas coinciden ambientalmente
vulnerables con categoría muy alta.

Figura 4. Índice de Vulnerabilidad en las secciones geoelectorales


alrededor de la REEESJC

Fuente: Elaborado por María de la Luz Robles Camacho

Índice de vulnerabilidad

Finalmente, los resultados obtenidos del índice de vulnerabilidad en las 42


secciones geoelectorales alrededor de la REEESJC se muestran en el cuadro 4,
donde se aprecia el porcentaje, respecto al total de las secciones geoelectorales, de
la vulnerabilidad evaluada de forma cualitativa, se destaca que 57% de las secciones
geoelectorales tienen una vulnerabilidad muy alta; 17%, alta; 14%, media y 12%,
baja. Es menester tomar en cuenta que las secciones geoelectorales tienen diferente
tamaño espacial y que son clasificadas por el número de población que las compone
(de acuerdo a la conveniencia del INE); entonces, escapa de éste estudio el análisis
para poder diferenciar, no solo el porcentaje de cada sección en su conjunto, por lo
que es necesario hacer el análisis ya sea por el número de población de las
secciones o por el tamaño de las secciones.

180
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Por otro lado, en el cuadro 5 se observa los diferentes subíndices (social,


económico y ambiental) e índice de vulnerabilidad de forma cuantitativa y
solamente el índice de vulnerabilidad de forma cualitativa. Destacan las secciones
geoelectorales 438, con un índice de vulnerabilidad de 0.9937, la sección 436 con
un índice de vulnerabilidad de 0.9846 y la sección 421 con un índice de
vulnerabilidad de 0.9521. Estas secciones con mayor índice de vulnerabilidad se
encuentran inmersas en la zona más poblada.

Cuadro 4. Índice de vulnerabilidad en las secciones geoelectorales

Índice de vulnerabilidad
Secciones geoelectorales Porcentaje
Muy alta Alta Media Baja
297,300,415,416,417,418,419,420,421,
422,423,424,425,426,427,428,429,430, X 57
432,433,434,436,437,438
291,292,293,299,302,414,431 X 17
290,296,314,315,413,435 X 14
294,295,298,313,439 X 12

Fuente: Elaborado por la autora principal en base a los resultados.

Cuadro 5. Índice de vulnerabilidad en las secciones geoelectorales alrededor


del ESJC

Sección Subíndice Subíndice Subíndice ÍNDICE DE


Clasificación
geoelectoral social económico ambiental VULERABILIDAD
0.086757 0.69219430 0.470632
290 0.283282019 media
69 9 33
0.265327 0.71048826
291 1 0.742311421 alta
23 5
0.75899762
292 0 1 0.605267211 alta
4
0.226554 0.74265793
293 1 0.738137542 alta
05 8
0.220854 0.70141964 0.054969
294 0.111143435 baja
23 4 73
0.216568 0.66940199 0.026794
295 0.070388534 baja
81 4 4
0.312669 0.75811903 0.216476
296 0.307098586 media
24 9 28
0.269511 0.75813616
297 1 0.775072772 muy alta
11 9

181
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

298 1 0 0 0.125527087 baja


0.176691 0.80323056 0.969168
299 0.725419545 alta
71 2 55
0.435550 0.63516111
300 1 0.802292708 muy alta
87 4
0.202403 0.69115354
302 1 0.690318163 alta
33 6
0.203971 0.57095614 0.026475
313 0 baja
72 5 53
0.630962 0.46041187 0.314986
314 0.382376293 media
97 3 7
0.109945 0.78645583 0.405261
315 0.316199194 media
27 3 54
0.303516 0.75023052 0.188563
413 0.278684697 media
8 6 57
0.514349 0.79858709 0.516894
414 0.650038619 alta
12 4 33
0.363831 0.939327
415 1 0.94921572 muy alta
27 85
0.385620 0.99788491
416 1 1 muy alta
09 6
0.270913 0.82267744
417 1 0.81675395 muy alta
69 5
0.253911 0.77453510
418 1 0.775578075 muy alta
61 9
0.354189 0.78258592
419 1 0.84404936 muy alta
32 8
0.437890 0.82722491
420 1 0.925169215 muy alta
19 5
0.509583 0.79824864
421 1 0.952169689 muy alta
95 2
0.350581 0.80409757
422 1 0.855366012 muy alta
77 5
0.515857
423 0.76667986 1 0.936181496 muy alta
79
0.373971 0.78290186
424 1 0.856752545 muy alta
11 2
0.402007 0.80947281
425 1 0.89126814 muy alta
34 9
0.458486
426 0.70932717 1 0.863667877 muy alta
57
0.299841
427 0.81168657 1 0.828091107 muy alta
1
0.270111 0.91823648
428 1 0.876647177 muy alta
82 2
0.260108 0.77178424
429 1 0.777755925 muy alta
06 1
0.233007 0.86720924
430 1 0.82094203 muy alta
85 8
0.126968 0.77950572 0.816604
431 0.582563795 alta
14 8 65
182
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

0.367157
432 0.77840944 1 0.849606262 muy alta
39
0.273717 0.87536007
433 1 0.851825579 muy alta
94 4
0.387468 0.83039087
434 1 0.895300305 muy alta
57 6
0.260042 0.72707630 0.497321
435 0.431727692 media
81 8 35
0.539946 0.81926136
436 1 0.98464252 muy alta
55 3
0.435884 0.79647882
437 1 0.904467709 muy alta
39 7
0.548211 0.82540002
438 1 0.993746515 muy alta
33 6
0.171860 0.73061583 0.223513
439 0.205161466 baja
11 1 74

Fuente: Elaborado por la autora principal en base a los resultados.

Estos mismos datos permiten sobreponer los mapas georreferenciados de


manera individual para cada sección geoelectoral, que finalmente identifica las
zonas de mayor vulnerabilidad, desde el punto de vista multienfoques.
La figura 5 muestra el mapa del índice de vulnerabilidad en la zona de
influencia del Estero, se aprecia que solo una sección geoelectoral, que colinda con
el polígono de la REEESJC, tiene una vulnerabilidad baja, cuatro de ellas tienen
vulnerabilidad media y dos de ellas están dentro de la clasificación alta. Se observa
que existen secciones con vulnerabilidad muy alta pero que no colindan
directamente con el polígono del área de estudio, sin embargo, se observa que son
las zonas con mayor población del total de secciones geoelectorales, una vez más la
el tamaño de la población es un factor determinante para la vulnerabilidad de las
secciones estudiadas. Los resultados se muestran interesantes y son una herramienta
para la toma de decisiones de los gobiernos y sociedad en general.

183
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 5. Índice de Vulnerabilidad en las secciones geoelectorales


alrededor de la REEESJC

Fuente: Elaborado por María de la Luz Robles Camacho

Conclusiones

La evaluación de un área protegida, de un tamaño menor que otras áreas, llevo


consigo que la búsqueda de la información haya sido un trabajo difícil. En la
mayoría de los estudios que se dedican a la evaluación de vulnerabilidad se toman
en cuenta principalmente aspectos ambientales. Las vulnerabilidades creadas
socialmente han sido ampliamente ignoradas, principalmente a causa de
cuantificarlas, Romero (2000) manifiesta que hasta el año 2000 solo 10% de las
investigaciones que se hacían en México se relacionaban con algún aspecto de
ciencias sociales y cambio climático; esto explica por qué las pérdidas sociales
están normalmente ausentes en los reportes que estiman los costos/pérdidas después
del desastre (Rodríguez-Herrero el al., 2011).
Los indicadores del subíndice social en los cuales se contemplaron
características de la persona, la vivienda y la salud, muestran en la mayoría de
secciones geoelectorales, donde se concentra la mayor población, tienen una
evaluacion de vulnerabilidad media, lo cual indica que cuentan con los servicios
básicos, servicios médicos y características para enfrentarse a un fenómeno ante
cambio climático.

184
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

La vulnerabilidad social en esta zona está dada principalmente donde se


encuentran los asentamientos humanos, los cuales pueden verse afectados por
distintos factores. Una de ellas es la elevación en la temperatura por ondas de calor,
que afectan principalmente a personas mayores y a niños; además propician
enfermedades entéricas debidas a la falta de higiene y educación sanitaria (INE-
PNUD, 2008).
La información sobre las medidas de adaptación ante el cambio climático y las
políticas públicas deben enfocarse entonces en primer lugar a la sección que tuvo
vulnerabilidad muy alta, seguida de las secciones de vulnerabilidad alta. De igual
forma, proveer a la población con vulnerabilidad media y baja con la información y
oportunidades para que las consecuencias de cambio climático les impacten en
menor medida.
Por su parte, el subíndice económico presenta una vulnerabilidad económica
alta y muy alta en las secciones geoelectorales aledañas a la REEESJC, puesto que,
aunque presentaba un subíndice social bajo, al tomarse en cuenta los aspectos de la
población relacionados con la población económicamente activa, la población
ocupada y las actividades por sector, las características de la población que habita
en esa zona presentan una vulnerabilidad alta y muy alta, al no poder reponerse ante
eventos del cambio climático tan fácilmente.
De igual forma, las secciones geoelectorales donde se concentran la mayoría
de la población muestran una vulnerabilidad económica alta. Esto debido a que las
actividades a los que se dedican mayormente se enfocan en el sector terciario y
como lo menciona Ríos-Aguilar (2014), un impacto por evento de cambio climático
será percibido directamente en las actividades de las personas que se dedican a
ellas.
En el subíndice ambiental, los resultados muestran que la vulnerabilidad más
alta viene de las zonas donde se concentra la mayoría de la población. Las secciones
que comprenden la REEESJC y sus zonas más cercanas presentan vulnerabilidad
muy alta, media y baja.
Las principales aplicaciones del concepto de vulnerabilidad en que aparece la
temática medioambiental surgen vinculadas principalmente a la ocurrencia de
desastres naturales y a las evaluaciones de vulnerabilidad de poblaciones en riesgo
de sufrir escasez de alimentos llevadas a cabo por el Programa mundial de
alimentos en diversos países del mundo (CEPAL, 2001).
El índice de vulnerabilidad en la REEESJC tiene diferentes categorías y
niveles de acuerdo a las distintas zonas y características particulares. En el sitio en
donde hay menos transformación o modificación en el uso de suelo y menor
población asentada, éste presenta una vulnerabilidad baja, sin embargo, en el norte

185
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

de la REEESJC la vulnerabilidad empieza a aumentar evaluándola como


vulnerabilidad media y alta cuando se acerca a las zonas con mayor población.
Éstas últimas zonas presentan una vulnerabilidad más alta. Del lado oeste de la
reserva, la vulnerabilidad también se presenta alta, alternando entre baja y media en
las zonas de menor modificación del suelo.
Ante la vulnerabilidad del cambio climático estamos obligados a definir de
manera adecuada los acuerdos y políticas públicas a corto, mediano y largo plazo.
Sociedad y gobierno debemos prestar atención a la naturaleza para la organización
preventiva y correctiva ante los impactos inminentes, asimismo debemos estar
obligados a tener un plan de adaptación para reducir a vulnerabilidad en un contexto
del desarrollo sustentable.

Agradecimientos

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Universidad Autónoma de Baja


California Sur (Laboratorio de Ecología de Sistemas Costeros), Universidad
Autónoma de Baja California, Universidad de Occidente, Unidad Mazatlán.

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191
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

El fenómeno de EL Niño y la vulnerabilidad pesquera en Guerrero

Salvador Villerías Salinas1


Iliana Villerías Alarcón2
Neftalí García Castro3

Resumen

La pesca fue una de las primeras actividades del ser humano que permitió proveer
de la alimentación necesaria para satisfacer sus necesidades básicas y actualmente
contribuye de manera notable a la seguridad alimentaria al mejorar, las condiciones
de subsistencia de la población que dependen de esta actividad económica. El
fenómeno de El Niño es uno de los mayores promotores de las alteraciónes
climáticas a nivel global y provoca variaciones en el medio marino y en
consecuencia afecta a la actividad pesquera. A finales de 1998 se presentó dicho
fenómeno con una alteración de positiva de + 1°C y en consecuencia una migración
de los peces a aguas más frias. La captura pesquera para este año incio un descenso
y se ha mantenido en niveles bajos a estas fechas. También es de considerar que se
ha incrementado, el número de pescadores y su capitalización, además de una alta
demanda de productos del mar. En este sentido, el fenómeno de EL Niño y la
presión sobre el recurso pesquero contribuyen que, la población dedicada a la pesca
este en una situación de vulnerabilidad social.

Palabras claves: fenómeno de El Niño; vulnerabilidad; pesca; estado de Guerrero

Introducción

Expertos en el cambio climático (CC) han evaluado, las amenazas para la


humanidad y ecosistemas. En la pesca es un tema que se ha convertido en prioridad,
debido a las consecuencias que puede en la pesca ribereña y en las comunidades
costeras, debido a la importancia que desempeña por suministrar alimentos de alta

1
Centro de investigación y Posgrado en Estudios Socioterritoriales, UAGro. Correo
electrónico: svillerias@uagro.mx
2
Posgrado en Geografía, UNAM. Correo electrónico: villerias.al@gmail.com
3
Cátedra CONACYT, Centro de Investigación y Posgrado en Estudios Socioterritoriales,
UAGro. Correo electrónico: ngarciaca@conacyt.mx
192
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

calidad nutricional y la generación de ingresos. Los impactos que generados por el


CC en el medio marino está afectando a los ecosistemas y ha provocado, la
migración de especies de peces de las zonas cálidas hacia las templadas. En
consecuencia, menor captura en zonas tropicales y aumenta, la vulnerabilidad de
estas zonas pesqueras tropicales.
Las consecuencias del cambio climático en las comunidades pesqueras
dependerán de su exposición a este factor, de la sensibilidad de las especies y
ecosistemas objetivo al cambio climático y de la capacidad de los pescadores para
adaptarse al cambio climático (Gamito et al, 2016). También recomiendan para
reducir el riesgo en las relaciones humas, atender el acceso al crédito y la
planificación de la adaptación, esto proporcionará sinergias para a adaptación social
y ayudará a generar una adaptación eficaz de los pescadores de pequeña escala
(Azril et al, 2017). Sin embargo es importante, desarrollar políticas adecuadas de
adaptación y planes de manejo para reducir, los impactos del cambio climático para
mantener la seguridad alimentaria y reducir vulnerabilidad. Sobre todo porque la
vulnerabilidad social se incrementa cuando se tiene mayor dependencia pesquera y
menor diversificación socioeconómica (Mozaira-Luna et al, 2014).
El clima ha tenido desde la antigüedad una intrínseca relación con los aspectos
socioeconómicos, sobre todo aquellos países que se localizan en el trópico. Por
otro lado, la oscilación del sur de El niño (ENOS) afecta al clima en todo el mundo,
de forma particular es más recurrente en las zonas donde se encuentran, los países
en desarrollo y estos son los más vulnerables a los efectos de ENOS. Por lo que,
desde el punto de vista de la formulación de políticas sugieren oportunidades de
ajustes a corto plazo para la gestión del choque climático y los programas de ayuda
internacional, dependiendo del estado existente y los patrones intermedios del ciclo
ENSO (Smith & Ubilava, 2017).
El fenómeno del Niño Oscilación Sur (ENOS) es el resultado de un vasto y
complejo sistema de fluctuaciones climáticas entre el océano y la atmósfera; y
actualmente es considerado como la señal dominante del clima global para escalas
de tiempo que oscilan desde meses hasta años (Philander, 1985; Galindo &
Zenteno, 1989). Este fenómeno se caracteriza principalmente por el calentamiento
de las aguas superficiales de la zona ecuatorial del océano Pacífico hasta las costas
de México y Sudamérica; y al mismo tiempo genera una disminución de los vientos
alisios en el lado este del océano Pacífico. Cabe resaltar que este fenómeno se inicia
en el periodo de abril a junio y se presenta con mayor intensidad de diciembre a
febrero en el caso particular del hemisferio norte.
Asimismo, El Niño es un fenómeno marino-atmosférico de carácter costero
que afecta principalmente, al sistema marino y provoca disminuciones en las

193
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

especies ícticias, debido a que aumenta considerablemente, la temperatura del agua


del océano. De acuerdo a Lehodey (2006) El Niño presenta tres impactos
importantes en la zona de las costas:

1. Aumenta, la temperatura de la costa hasta 8 °C.


2. Reduce, la producción de plancton, mediante el proceso de termoclina (capa
dentro de un cuerpo de agua o aire donde, la temperatura cambia rápidamente
con la profundidad o altura), que inhibe la generación de nutrientes.
3. Cambio en las relaciones trofodinámicas.

Algunas de las consecuencias que generan estos impactos, son las migraciones
de especies hacia aguas más frías y el aumento de la mortalidad de las especies
marinas, debido a la baja producción de nutrientes en el océano, que ambas
conllevan a la disminución de productividad de la pesca, afectando la economía de
los pescadores.
En México tiene un total de 11,000 km de litoral y 4.7% (525 km) corresponde
al estado de Guerrero, desde la desembocadura del río Balsas hasta punta
Maldonado y es el segundo estado con mayor superficie litoral del pacifico sur
mexicano, una característica fundamental de la zona costera del estado es su
plataforma continental, que es de 5,402 km2 con una profundidad máxima de 180 m
(INEGI, 2010), no obstante es irregular frente a las cercanías de Zihuatanejo y
Acapulco (Figura 1), por tener un fondo rocoso y un relieve vertical variable, zonas
que dificultan la actividad pesquera (Lankford,1974).
A nivel nacional, el estado de Guerrero ocupa el 17° lugar en producción
pesquera y es caracterizada como pesca comercial ribereña, es decir, los pescadores
capturan, las especies cerca a la costa y abastecen principalmente de productos
pesqueros a Acapulco, Zihutanejo, Chilpancingo y a otros mercados regionales.
Asimismo, este litoral posee una alta diversidad y cerca de 40 especies de peces son
consideradas para en la pesca y estas se convierten en una importante fuente de
empleos e ingresos para la población dedicada al sector, además de proporcinar
alimento con un alto contenido en la región.

194
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 1. Estado de Guerrero: Relieve y profundidad del mar

195
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

A nivel estatal, las principales actividades que se realizan son: del sector
terciario con un 71.21%, sector secundario con un 23.69% y por último, el sector
primario con 5.09%, dentro del sector primario, la pesca representa menos del 1%
dentro de las actividades primarias, por participar solamente 443 Sociedades
Cooperativas de Producción Pesquera. Sin embargo, cabe resaltar que esta actividad
en el estado se ve afectada de forma temporal por el fenómeno de El Niño,
afectando las capturas, esto debido a la presencia de corrientes de agua más
calientes de lo normal provenientes de la corriente marina ecuatorial (corriente
cálida) y la disminución de la corriente de California (corriente fría), ello provoca,
la migración de especies regionales hacia el norte u otras zonas con aguas más
templadas y así perjudicando la captura que realizan las cooperativas pesqueras.

Materiales y Métodos

Para este estudio se utilizaron modelos de análisis mensuales de la anomalía de la


temperatura superficial del mar, de la sección de monitoreo del ENOS de Iri
Columbia, para los años de 1997 a 1998 y 2008, que fueron los años donde, el
fenómeno de El Niño se presentó con mayor intensidad en México; asimismo se
obtuvo, la anomalía de temperatura de la superficie del mar, para el día 5 de octubre
y 15 de octubre del año de 1997, que fueron fechas de estabilidad, para las aguas
oceánicas. También se obtuvo información de los vientos alisios a 10 metros en la
componente Ultra Violeta para el año de 1997, la fuente fué de la base de datos de
Era Interim Daily; y por último se consultaron, los anuarios estadísticos de pesca de
la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(SAGARPA) de los años de 1997-1998 y 2008, para obtener la captura de pesca
mensual.

Resultados

En el año de 1997 y principios 1998, fué cuando se presentó en México y parte de


sus costas, el fenómeno de El Niño de mayor intensidad y duración. En esta ocasión
afectó a gran parte del territorio mexicano y generó grandes pérdidas económicas
alrededor de 8 mil millones de pesos, esto fue propiciado, por las diversas sequias e
incendios forestales que se presentaron en la parte centro y sur de la república. Asi
como también se presentarón grandes inundaciones en el norte y sureste de la
nación (Magaña, et al, 2004).

196
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Al observar cada una de las imágenes (Figura 2) se puede inferir, que


durante los primeros dos meses, la temperatura en la parte central del océano
Pacifico oscilaba de un rango de -1°C a -3 °C. En esta ocasión, la costa de Guerrero
presentaba una anomalía neutral, que perduró hasta el mes de abril y en el mes de
mayo se empezó a mostrar, los primeros embates del fenómeno de El Niño, debido
a que la temperatura del agua del pacífico central se incrmentaba y los vientos
alisios comenzaban a debilitarse (Figura 3). A partir del mes de julio hasta
septiembre, fué cuando se empezo a tener una anomalía positiva en la temperatura
del agua del océano, cerca de la costa del estado Guerrero. En octubre, la costa se
encontraba en una anomalía neutral, sin embargo es importante resaltar que fue en
este mes cuando se presentó, el huracán Paulina de categoría 4 y la temperatura del
océano para esas fechas se encontraba con una anomalía neutral que duro hasta fin
de mes, no obstante a unas millas de la costa de Guerrero se presentaba una
anomalía negativa de -1°C (Figura 4), que no afecto a Guerrero.
Para los meses de noviembre y diciembre, el fenómeno de El Niño presentó,
las mayores temperaturas en las costas de Colombia y Ecuador. En el caso de
México, la zona de Baja California siguió con altas temperaturas, mientras que,
para la zona de estudio, parte de la costa que colinda con el litoral de Oaxaca se vió
afectada por una anomalía positiva de 0.5 °C y se incrementó en 1°C en el mes de
diciembre, esto influyó de cierta manera en la producción pesquera. Al
incrementarse, la temperatura del agua se ve afecto en gran parte el ecosistema
marino y puede estar causando migraciones de los peces a aguas más profundas o a
otros regiones. Sin embargo, la costa del pacifico tropical mexicano es afectada con
frecuencia por el fenómeno de El Niño y por lo regular las aguas del mar tienen
una alta temperatura.
Por lo tanto, cuando hay una variación negativa en la temperatura del medio
marino, esta puede estar en relación directa con la producción primaria y puede
influir en toda la cadena trófica y crear estabilidad en el ecosistema. Esta variación
puede ayudar a las especeies de interés pesquero a pemanecer en las costa de
Guerrero. Las especies ícticias que tienen mayor importancia económica en la pesca
son: huachinango (Lutjanus peru, Nichols & Murphy, 1922), flamenco (Lutjanus
guttatus, Steindachner, 1869) y cocinero (Caranx caballus, Guntter, 1868), el ronco
(Haemulon flaviguttatum, Gill, 1862), jurel (Caranx caninus, Günther, 1867), entre
otras especies de importancia comercial en la región. En la costas de Guerrero se
ubicaron a 443 Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera y en promedio
una población 8 mil personas dedicada a la pesca. Para desarrollar la pesca, hay un
total de 2996 embarcaciones registradas (SAGARPA, 2013). Actividad que no
puede pasar desapercibida del contexto estatal. Además de su importancia por ser

197
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

una actividad que se practica de forma ancestral y amigable con el medio amiente,y
por su contribución social.

Figura 2. Anomalía de la temperatura mensual del agua superficial del


océano, 1997

Fuente: Reynolds, R.W., N.A. Rayner, T.M. Smith, D.C. Stokes y W. Wang, 2002.

198
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 3. Vientos alisios mensuales a10 metros, 1997

199
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Fuente: ERA Interim, Daily, 1997.

200
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 4. Anomalía de la temperatura del agua superficial del


océano durante el Huracán Paulina

Fuente: Reynolds, R.W., N.A. Rayner, T.M. Smith, D.C. Stokes y W. Wang, 2002.

201
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Las mayores capturas de estas especies se debe a la presencia de anomalías


negativa, en este caso, el recurso pesquero se acerca más a la costa; al contrario,
cuando se presenta una anomalía positiva, las capturas de las especies como el
huachinango, cocinero, ronco y flamenco tienden a disminuir; la sierra tiende a
migrar hacia aguas más templadas, por lo que, cuando se presenta, el fenómeno de
El Niño esta se desplaza hacia el norte (Gutiérrez, & Cabrera, 2012).
Este fenómeno no solo afectó a las economías generadas dentro del territorio,
sino, también influyo en la actividad pesquera, como es el caso del estado de
Guerrero que disminuyó su producción durante los meses de abril de 1997 hasta
febrero de 1998 (Figura 5).
De acuerdo a los anuarios estadísticos de pesca, al inicio del año de 1997, la
producción pesquera era realmente significativa, ya que recolectaban mensualmente
un promedio de 1,889 toneladas de producto pesquero, no obstante, fue a partir del
mes de abril cuando, la producción disminuyo de manera significativa, propiciado
por la presencia del fenómeno de El Niño. Durante, el periodo de abril a junio
cuando del mismo año, el ENOS no afectaba directamente a la costa de Guerrero y
su producción fue de alrededor de 430 a 550 toneladas mensuales, así disminuyo
poco más o menos, una tercera parte de la capturaba durante, los primeros dos
meses del año. Esto fue propiciado debido a que se tenía una anomalía neutral en la
temperatura del océano.

Figura 5. Producción pesquera de Guerrero, 1997-1998

2500
2000
1500
Toneladas

1000
Producción
500
de 1997 y
0 1998

Meses

Fuente: elaboración propia con base en SAGARPA, 1997-1998.

202
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

A partir del mes de julio cuando se presentó la anomalía positiva de 1°C en la


temperatura del agua, la actividad pesquera sufrió una caída significante en la
producción, disminuyó en 390 toneladas mensuales en promedio y provocó un
descenso hasta 100 toneladas de julio a septiembre. En el mes de octubre se tuvo un
incremento en la captura de 200 toneladas más que el mes anterior, esto debido a
que presentaba una anomalía neutral en la costa.
Sin embargo, el ENOS se presento con mayor intensidad durante, los meses de
diciembre a febrero de 1998, por lo que, generó una nueva caída en la captura de
especies marinas al tener un promedio de 387 toneladas mensuales. En el mes de
marzo de 1998, cuando el fenómeno de El Niño empezaba a disminuir, se volvió a
originar un incremento en la producción en 760 toneladas.
Los impactos que generó el ENOS en 1997, originó repercusiones en el
ecosistema marino. En el siguiente año, las especies marinas que habían migrado
hacia otras zonas no se reprodujeron en esta parte del océano y provocó una
disminución de la cantidad de especies. A su vez, como la cantidad de especies era
reducida, los pescadores sobre explotaban el océano, por lo tanto, no existía un
periodo de resiliencia, para que se regeneraran las especies marinas.
Durante condiciones normales, es decir, sin presencia del fenómeno de El
Niño o de La Niña, los vientos alisios, trasladan y acumulan grandes cantidades de
agua y calor hacia, la parte oeste del océano pacífico ecuatorial, logrando aumentar,
el nivel del mar cerca de Indonesia y disminuyéndola cerca de Perú y Ecuador
(Espinosa, 2007).
En el año 2008, fue donde la mitad de sus meses se presentaron condiciones
normales, a excepción de los primeros seis cuando aún persistía, el fenómeno de La
Niña con una intensidad media (Figura 6). La Niña es un fenómeno caracterizado
por presentar condiciones inversas al Niño, es decir, parecidas a las condiciones
normales, pero de manera más intensa. Los vientos alisios aumentan su intensidad,
desplazando una mayor cantidad de agua y calor hacia el oeste, originando como
resultado una temperatura superficial del mar por debajo del valor normal (Wei,
Evans & Lee, 2012). Durante La Niña, la actividad pesquera puede sufrir una sobre
explotación debido a que las especies marinas se encuentran más cerca de la
superficie.

203
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 6. Anomalía de la temperatura del agua superficial del océano, 2008

204
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Fuente: Reynolds, R.W., N.A. Rayner, T.M. Smith, D.C. Stokes y W. Wang, 2002.

En este año, la captura pesquera se vio favorecida durante los primero meses
(Figura 7), debido a la existencia del fenómeno de La Niña, propiciando así a una
sobre explotación de las especies; durante los primeros tres meses, el promedio de
captura mensual era de 1327 toneladas, en este periodo se tenía una anomalía
neutral, no obstante, disminuyo la captura en 500 toneladas durante el segundo
trimestre, esto fue debido a la temperatura del océano por encontrase dentro de un
parámetro de 0.4 a 0.8 °C de variación, en este periodo hubo una anomalía positiva.
Para el mes de julio a diciembre se tenía un promedio aproximado de 649 toneladas
mensuales, en este tiempo, el fenómeno de La Niña ya no influía en las costas de
Guerrero y por consiguiente, presentaba una anomalía neutral, favoreciendo así a
los ecosistemas marinos.

205
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura 7. Producción pesquera de Guerrero, 2009

2500

2000

1500
Tíoneladas

1000 Producción
del 2009
500

0
ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic
Meses

Fuente: elaboración propia con base en SAGARPA, 2009.

No obstante, la baja captura que se obtuvo durante el 2009. Fue consecuencia


de la sobre explotación que se dio un año interior, cuando el fenómeno de la Niña
presento una intensidad media, esto se puede relacionar con el fenómeno de El
Niño, que se originó en el 2006. En este año, la captura fue baja para los
pescadores, así recuperándose al año siguiente, incrementando la captura por medio
de la sobre explotación y no permitiendo, crear una resiliencia en el ecosistema
marino.
Cabe resaltar, que esta sobre explotación se generó por la forma
indiscriminada de la captura de las especies, ya que los pescadores no consideran
una talla adecuada, que son 600 gramos que recomienda la Carta Nacional
Pesquera. De acuerdo con el índice de abundancia relativa en pesquería, este
representa la captura realizada por las embarcaciones en el año, entre la relación al
esfuerzo (tiempo de búsqueda) de pesca (Gatica & Hernández, 2003); Guerrero
registraba en el periodo de 1985 a 1997, una producción en promedio de 41
toneladas, pero de 1998 a 2001 disminuyó hasta menos de 2 toneladas (Carta
Nacional Pesquera, 2012). Esta disminución de la captura tuvo en parte, por el
incremento de dotación de embarcaciones a las cooperativas pesqueras y
concesiones a permisionarios privados.

206
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Consideraciones finales

EL Niño (ENOS), es un fenómeno que disminuye la captura pesquera a nivel


mundial, y en específico afectó, la producción en la zona costera de Guerrero
durante el año 1997. No obstante, esta disminución también dependió directamente
de los patrones captura que se daban por parte de los pescadores, debido que estos
actores, al no tener otra fuente de empleo se veían en la necesidad de extraer
cualquier recurso pesquero, para poder subsistir, sin importar que existiera una
escases derivada de la migración de los peces por la presencia del Niño. Así
disminuyendo la capacidad de reproducción adecuada dentro de las especies, por lo
tanto, es necesario establecer dentro de la Carta Nacional Pesquera un marco
tendiente con el manejo y regulación de extracción de las especies, más específico
para, la parte costera del pacifico sur, es decir, que sea referente a la extracción por
tallas y fechas de veda para cada una de las especies, y no solo para aquellas de
mayor valor comercial. Esto es con la finalidad de permitirles tener su periodo de
recuperación y de reproducción; para que los ecosistemas no sean tan afectados.
Asimismo, llevar acabo monitoreo en los cuales se permitan establecer, las fechas
ideales de captura, para cada especie cuando se presente este fenómeno, por medio
de la implementación de un sistema de información geográfica o redes de
monitoreo.
Ante esta situación de cambio en medio marino por efectos del ENOS, la
población asentada en las localidades donde se realizan, las actividades pesqueras y
con participación gubernamental, sector educativo, ONG´s y privados se deben
generar sinergias para formular políticas a largo plazo que, conlleven a mitigar, los
efectos del ENSO y disminuir la vulnerabilidad de población.

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209
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cambios en la cobertura vegetal natural y expansión de las actividades


agrícolas-pecuaria-forestal en el municipio Atoyac de Álvarez, Guerrero,
México.

Humberto Antonio González González 1


José Ramón Hernández Santana2
Leticia Bibiano Mendoza1
Oscar Figueroa Wences1
Marcos Eymar Cortés Gaspar1

Resumen

El trabajo de detección de cambios de la cobertura de vegetación, se llevó a cabo


en el área de estudio del municipio Atoyac de Álvarez, empleando el conjunto de
datos vectoriales de la carta de uso del suelo y vegetación de la serie I y IV de la
carta E14-7-10 a una escala de 1:250 000, del territorio del estado de Guerrero. Se
trabajó para la serie I el año 1988 y para la serie IV el año 2008, para determinar
los cambios de la cobertura de vegetación se utilizaron los Sistemas de Información
Geográfica, empleándose el software ILWIS 3.31. El análisis se llevó a cabo a
partir del cruce de los mapas temáticos de vegetación, convertidos en formato raster
donde se llevó a cabo una matriz de cambio, considerando los años de estudio
(1988-2008), obteniéndose una proporción de cambio de un 24%, en ese período de
tiempo. La clase Agrícola_Pecuario_Forestal se ha extendido del 8% del total del
área de estudio hasta el 27%, ganando territorio a costa de las clases: “Selva
mediana subcaducifolia”, “Selva mediana subperennifolia”, “Selva baja
caducifolia”, y “Bosque mesófilo de montaña”, principalmente.

Palabras claves: cambios; cobertura; vegetación; bosques; selvas; pastizal;


agrícola-pecuario; sistemas de información geográfica

1 Unidad de Ciencias en Desarrollo Regional No 2, campus “El Pericón”, “Alexander Mora


Venancio”, Universidad Autónoma de Guerrero, México. correo electrónico:
hgonzalez02@yahoo.com, oscar_figueroa_wences@hotmail.com, garbisnp@hotmail.com,
marcoeymard@hotmail.com
2 Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, D. F. Correo

electrónico. santana@igg.unam.mx
210
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Introducción

Nájera et al. (2010), comentan que la deforestación y el cambio de cobertura y uso


del suelo en México es un problema que se ha presentado desde tiempos
precolombinos, sin embargo, durante las últimas cinco décadas este proceso se ha
incrementado dramáticamente, con un panorama poco alentador; las 52 x106 de ha
de bosques y selvas con que contaba el país en el año 2000, presentaron una tasa de
deforestación promedio de 631 000 ha/año (FAO, 2005). A su vez, otros autores
como Velázquez et al. (2002) y SEMARNAT (2005) plantean que esta última cifra
puede diferir con la reportada por otras instituciones o investigadores; no obstante,
se ubica entre los rangos extremos reportados para México por la SEMARNAT
(2005) de entre 316 000 a 800 000 ha/año.
Por otra parte, autores como Mas et al. (2009) plantean que estos estudios
regionales de caso, conducidos con diferentes técnicas y metodologías han
reportado tasas de deforestación entre uno y ocho por ciento anual, dependiendo de
la región, tipo de vegetación y período estudiado.
La deforestación y los cambios de uso del suelo han situado a los procesos de
cambio de cobertura y uso del suelo en el centro de la investigación ambiental
actual y representan un punto de importancia en los ámbitos gubernamental,
académico y social (García y Mas, 2008), donde el análisis del cambio de cobertura
y uso del suelo representan un medio para entender los mecanismos de este proceso
de deterioro y constituye una guía útil para la toma razonable de decisiones sobre el
uso del territorio (Chen y Yang, 2008), que en el país y el estado han sido aplicados
por diferentes investigadores con fines de monitoreo de hábitat, de monitoreo de
áreas de protección, incorporadas en la caracterización del paisaje o como
información base para instrumentos de planeación como el ordenamiento ecológico,
impacto ambiental sectorial y de manera más reciente relacionadas con cambio
climático.
Sánchez-Colon et al. (2008) exponen que México no escapa de las tendencias
mundiales antes descritas, ya que dentro de sus casi dos millones de kilómetros
cuadrados de superficie, se observan una gran cantidad de cambios que, en general,
están por arriba de la media mundial en cuanto a tasas de deforestación, incremento
de las áreas de cultivo y pastoreo, expansión urbana y muchos otros fenómenos bien
documentados. Couturier y Mas (2009) plantean que el análisis de cambio de
cobertura y uso del suelo (ACCUS), se ha convertido en México en un insumo
fundamental y que las bases de datos, tanto de los insumos como las derivadas del
mismo análisis, no son perfectas. La evaluación de la calidad de la información es
211
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

crucial y ocupa hoy día una posición central en las agendas de las instancias que
deben su existencia a la generación de insumos propios para elaborar ACCUS. En
México, como en la mayor parte del mundo, aún no existe la cultura de someter una
base de datos cartográfica a una evaluación rigurosa. A la fecha las experiencias
que incluyen un diseño estadísticamente robusto son prácticamente nulas. Couturier
(2007) expuso que esta tarea es sin duda ardua, dada la complejidad de condiciones
que prevalecen en el territorio nacional. Debido a la extensión del territorio, la
topografía montañosa, la gran diversidad de tipos de coberturas vegetales, la
fragmentación y la dinámica de los paisajes, la elaboración de cartografía sobre
uso/cobertura del suelo en México es difícil. En su enorme superficie es todo un
reto poder contar con insumos de la resolución espacial adecuada, dado que por un
lado a una escala muy pequeña (e.g., 1:1, 000,000) se perdería la enorme cantidad
de procesos locales sobre la dinámica de la cubierta y uso del suelo. Por otro lado, a
una escala muy grande (1:50,000) resultaría muy costoso mantener la base de datos
actualizada.
Pineda (2011), plantea que el análisis de los cambios de la ocupación y uso del
suelo en cualquier territorio conlleva a comprender como interactúan los diversos
factores socioeconómicos y biofísicos que en él se encuentran. En el caso de las
superficies boscosas, ya sean tropicales o templadas, los cambios se deben a
diversas causas y factores (Lambin, 1997). Los impactos más evidentes provocados
por estas transformaciones del territorio se manifiestan con mayor regularidad en el
clima, la hidrología y en la calidad de los suelos, la carencia de alimentos, el riesgo
a enfermedades y la pérdida de la biodiversidad (Chhabra et al., 2006).
Lambin et al. (2001), expone que las causas que inducen estos cambios se
subdividen generalmente en dos grupos: a) causas directas y b) causas indirectas.
Las causas directas son actividades y acciones que afectan de manera inmediata al
uso del suelo, por ejemplo, la extracción de madera o la construcción de caminos;
mientras que las causas indirectas son factores fundamentales que sostienen las
causas directas, como los factores demográficos, económicos, tecnológicos,
institucionales y culturales (Verburg et al. 2004).
Merino y Segura (2002), hacen referencia que en los últimos años la
deforestación y la alteración de los ecosistemas forestales ha sido preocupante en
numerosas regiones de México, lo que ha provocado que diversos sectores en el
país se vean involucrados en tareas de evaluación y análisis de este fenómeno. No
obstante, algunos reconocen la enorme complejidad que representa estudiar las
causas y orígenes de estos procesos.
Se planteó por parte de Más (2009), que el incremento poblacional (de 1x109
a finales del siglo XIX a 6.5 x 109 a principios de siglo XXI) aunado a las tasas de

212
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

consumo son patrones asociados a estos procesos de degradación. ¿Dónde ocurren


estos cambios?, ¿de qué magnitud son? y ¿cuáles serán los escenarios posibles?, son
preguntas recurrentes y relevantes para cada país? Esto es crucial para aquellos
países donde se concentra la mayor riqueza natural y cultural, así como las mayores
tasas de pérdida y degradación de los ecosistemas (los trópicos). Por su parte,
Lambin et al. (2001), consideran que buena parte de estas preguntas se cubren en un
análisis del cambio en la cobertura y uso del suelo (ACCUS).
El tema del cambio en el uso del suelo es de gran interés para los científicos
preocupados por la alteración de las condiciones ambientales de nuestro planeta
(Ojima et al., 1994). Mientras que, Skole et al. (1994) plantea la atención en la
conversión de bosques tropicales en áreas agrícolas y ganaderas, porque a esta
deforestación se le atribuye una parte significativa del incremento en la
concentración del bióxido de carbono en la atmósfera, lo cual, se afirma, provocará
el calentamiento global de la atmósfera terrestre.
Entre las tareas actuales de los científicos que estudian el cambio en el uso del
suelo se encuentran, medir la velocidad de la deforestación, determinar su extensión
geográfica y entender cuáles son las causas sociales y económicas de los cambios,
en las escalas global, regional y local (Cortina, 1999).
Cuando hay referencias de vegetación y de población multitemporales
disponibles, los datos similares son comparables en el tiempo y entonces es posible
integrar ambos al análisis del cambio de uso de suelo, elemento muy valioso en el
estudio de la calidad del medio ambiente y de vida de la población. Resaltan dos
aspectos importantes: el tipo de cambio, es decir, de qué tipo a qué otro tipo de
cobertura vegetal o uso se cambia, y la rapidez de ese cambio, asimismo la
magnitud de la cobertura que cambió en cierto tiempo. Además, la dinámica varía
de un lugar a otro y se pueden medir atributos del paisaje como el aumento de las
perforaciones y la fragmentación, parámetros de suma importancia para la
conservación de la naturaleza (Cortina, 1999).
Lambin et al. (2001) plantean que las causas directas del cambio del uso de
suelo y la deforestación son las actividades humanas que afectan directamente al
ambiente y constituyen la fuente principal del cambio en el uso de suelo y se
pueden agrupar en tres grandes categorías: expansión de cultivos y de pastos;
explotación forestal y la expansión de infraestructura.
La vegetación nativa juega una importante función ecológica al dar albergue y
alimentación a muchas especies de animales silvestres y tiene una función directa
en los niveles de humedad y luz en que se desarrolla el cultivo de café.

213
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Área de estudio

El área de estudio está constituida por 36 ejidos y bienes comunales, ubicados


dentro del municipio de Atoyac de Álvarez (Figura. 1), y se localiza entre los 17°
04’ y 17° 34’, de latitud norte, y los 100° 05’ y 100° 34’, de longitud oeste,
conformando los municipios de la región Costa Grande de Guerrero. Posee una
superficie de 155 845 ha; limitando al norte, con los municipios Tecpan de Galeana,
San Miguel Totolapan y General Heliodoro Castillo; al este, con Coyuca de Benítez
y Benito Juárez; al sur, con los municipios de Coyuca de Benítez y Benito Juárez; y
al oeste, con los municipios de Benito Juárez y Técpan de Galeana.

Figura 1. Área de estudio: municipio Atoyac de Álvarez, Guerrero, México.

Fuente: Elaborada por el autor a partir del INEGI (2009).

214
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Dentro de las principales actividades económicas del área, se encuentran las


agrícolas, con predominio del cultivo del café y del coco, así como maíz, frijol,
chile, jitomate, sandía, pepino y ajonjolí. La actividad pecuaria está constituida por
ganado bovino criollo, porcino, ovino, caprino y equino. Actualmente, en su
cobertura vegetal sobresalen el bosque mesófilo de montaña, el bosque de pino, el
bosque de encino, el bosque mixto de encino-pino, la selva baja caducifolia, la selva
mediana subcaducifolia, la selva mediana subperennifolia y vegetación hidrófila de
tular.

Materiales y métodos

Elaboración de los mapas de vegetación de distintos períodos

La metodología establecida para el establecimiento de los mapas de vegetación


entre los diferentes años, se llevó a cabo utilizando los Sistemas de Información
Geográfica, empleándose como software ILWIS v. 3.31 y operaciones, Import,
Polygon to Raster, Attribute Map y Cross como herramientas de trabajo del
software.
La bases de datos para la obtención de los diferentes resultados se obtuvieron
a partir de las bases digitales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) a una escala de 1: 250 000, empleando el conjunto de datos vectoriales de
la carta de uso del suelo y vegetación de la serie I y IV de la carta E14-7-10, del
territorio del estado de Guerrero.
La Serie I, de los años 80´s, para esta área se trabajó con el año 1988 y la Serie
IV, última serie elaborada en el período del 2007 al 2010, esta se derivó con base a
la información presentada en la Serie III de Uso del Suelo y Vegetación, se trabajó
con el año 2008.
El trabajo para la elaboración de los mapas temáticos de ambas series, se llevó
a cabo a partir de la base de datos de los mapas digitales en formato shapes, con un
sistema de coordenadas que presenta una proyección UTM, zona 14, datum y
elipsoide WGS 84; estos fueron importados a través de la operación Import, del
software ILWIS 3.31, una vez recibidos ambos mapas de dichas series (I y IV), se
recurrió a obtener los mapas temáticos para cada serie a partir de la operación de
Attribute map, debido a que presenta una tabla de atributo con diferentes columnas
que presenta distintos campos, por lo que se decidió obtener dichos mapas con la
columna que presentaba el campo de tipo de vegetación, al tener los mapas
resultantes con este campo o dominio se decidió convertirlos en mapas raster, para
215
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

poder llevar a cabo la operación Polygon to raster se trabajó con un sistema de


georeferencia que posee un tamaño de pixel asociado y el mismo sistema de
coordenadas que el mapa en formato shapes, una vez que se procede a esta
operación y el mapa queda convertido en formato raster, se operó a recortar estos
mapas rasters resultantes con otro mapa raster que se tiene que posee el polígono
del área de estudio, a partir de la formula ifnotundef(areapoligono,mapaserie), de
este modo se obtuvieron ambos mapas de tipos de vegetación de la Serie I y IV, con
sus respectivas clases temáticas de vegetación y sus superficies, para al final llevar
a cabo el trabajo de detección de cambios de vegetación en cierto período de
tiempo, a partir de estos cruces de mapas rasters por la operación Cross.

Formaciones Vegetales de la Serie I y IV de INEGI en el área de estudio.

Se reconocieron los tipos de vegetación naturales de la Serie I, que las podemos


agrupar dentro del tipo de bosques como son bosque mesófilo de montaña que
ocupa la mayor superficie dentro de este tipo de vegetación con 61522.27 hectáreas,
representando el 39.48% del área total, bosque de pino, bosque de encino, bosque
de encino-pino y bosque de pino-encino, se encuentran también el tipo de
vegetación de selva, donde el área agrupa tres tipos de selvas; selva baja
caducifolia, selva mediana subperennifolia y selva mediana subcaducifolia que
ocupa el 16.67% del área total, con una superficie de 25982.09 hectáreas, siendo la
mayor superficie dentro de los tipos de selvas. En lo referente al aspecto de
vegetación antrópica e inducida, encontramos que para la serie I, se encuentra
agricultura temporal con una superficie de 11777.57 hectáreas que muestra la
mayor extensión dentro de este tipo de vegetación y representa el 7.56% del área
total, pastizal cultivado y pastizal inducido, este último lo podemos encontrar en la
vegetación de la serie IV y por último un tipo de vegetación hidrófila llamada tular.
Se obtuvo un mapa de tipos de vegetación para la serie I (Figura. 2).
Para el mapa de la Serie IV se reconocieron los tipos de vegetación naturales, que
las podemos agrupar dentro del tipo de bosques como son bosque mesófilo de
montaña, bosque de pino, bosque de encino, bosque de encino-pino y bosque de
pino-encino, se encuentran también el tipo de vegetación de selva, donde el área
agrupa tres tipos de selvas; selva baja caducifolia, selva mediana subcaducifolia y
selva mediana subperennifolia. En lo referente al aspecto de vegetación antrópica e
inducida, encontramos que para esta serie, se encuentra Agrícola_Pecuario_Forestal
y pastizal inducido, este último lo podemos encontrar en la vegetación de la serie IV

216
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 2. Mapa de tipos de vegetación serie I. Mapa obtenido a partir de


las bases digitales de los mapas de Uso del Suelo y Vegetación del Instituto
Nacional de Estadísticas y Geografía.

Fuente: Elaborada por el autor a partir de la serie I del INEGI (1988).

y por último un tipo de vegetación hidrófila llamada tular. Un mapa temático de


vegetación se obtuvo para la serie IV reflejando la vegetación actual del área de
estudio (Figura. 3).

217
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 3. Mapa de tipos de vegetación serie IV. Mapa obtenido a partir de


las bases digitales de los mapas de Uso del Suelo y Vegetación del Instituto
Nacional de Estadísticas y Geografía.

Fuente: Elaborada por el autor a partir de la serie IV del INEGI (2008).

Resultados y discusión

La obtención de los distintos mapas temáticos de vegetación del territorio permite


hacer un análisis de las superficies que presentan vegetación en el área y los
cambios ocurridos en un período de tiempo determinado de dichas áreas de los
tipos de vegetación, a partir de las operaciones del SIG, relacionándola a su vez,
con una base de datos sustentada, mediante una tabla de atributos que viene
asociada a cada mapa temático, lo que establecería una interrelación con los
distintos elementos naturales reflejados en cada uno de los mismos, donde se
obtendría realmente un resultado de los cambios ocurridos en un período de tiempo

218
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

de la vegetación del territorio a partir del empleo de un SIG, en este caso para poder
llevar a cabo este trabajo, se utilizó la operación Cross del software ILWIS 3.31.
La operación Cross ejecuta una superposición de capas de los dos mapas
rasters de los tipos de vegetación para las distintas series (I y IV) para comparar
píxeles en la misma posición en ambos mapas y mantienen el registro de todas las
combinaciones que ocurren entre las clases tipos de vegetación de ambos mapas.
Se elaboró una matriz de detección de cambio, para los distintos tipos de
vegetación en las series I y IV, (Cuadro. 1), el resultado de estos cruces permite
ilustrar la proporción de los cambios ocurridos en el área de estudio que fue
alrededor de 24%, así como los cambios que ocurrieron en los diferentes tipos de
vegetación en función de la superficie existente en ambos mapas en el período de
tiempo de estudio.
El arreglo de la matriz de detección de cambios permite, en los mapas que se
están evaluando, el cálculo de los cambios, por cada clase de vegetación. Los datos
en la diagonal principal representan píxeles sin cambio en el tiempo. Aquéllos que
se encuentran fuera de la diagonal representan los cambios entre las dos fechas, de
una clase a otra en forma de ganancia, si se encuentran en las hileras, o pérdida, si
se encuentran en las columnas (Berlanga, 2010).
En la tabla de matriz de detección de cambio realizada, se calculó la
estabilidad de localización (EL) y estabilidad de residencia (ER) para cada tipo de
vegetación. Berlanga (2006) expone que la estabilidad de residencia que es la
estabilidad que mide la proporción (porcentaje) de una clase que permanece como
la misma clase en la misma localidad al inicio y al final del período de estudio.
Berlanga (2010), explica que la estabilidad de localización se refiere al porcentaje
de una clase que no sufre alteración espacial, es decir, que durante el periodo
analizado conserva la misma ubicación. Adquiere valores de cero, que indica
cambio total, a 100, sin cambio. Sobre la estabilidad de residencia Berlanga (2006)
cita a Ramsey III (2001), planteando que es una medida de cambio de cada clase
con respecto al área total durante el período de estudio, por lo que toma valores
negativos cuando hay pérdidas de coberturas, toma valores positivos cuando la
clase aumenta con respecto al año inicial y es cero cuando la clase no presenta
cambios. Berlanga (2010) cita a Berlanga y Ruiz (2007) que la estabilidad de
residencia se refiere al porcentaje de cambio en cada clase dentro del área en
estudio durante el periodo de seguimiento.

219
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro. 1. Matriz de cambio de los tipos de vegetación de la serie I y IV.

Serie_I_1988

% de
% Ganancia
Total
Clases AgT BE BEP BP BPE BMM PC PI SBC SMSc SMSp T por de Otras
Serie IV
Clases Clases
Serie IV

AgPF 11370.87 686.62 687.95 2188 5487.94 1572.35 1876.43 6566.55 7935.27 3460.96 41832.94 26.84 19.55

BE 6.93 1079.02 40.19 12.89 1139.03 0.73 0.04

BEP 1.4 145.35 2.73 149.48 0.10 0.003

BP 14.64 3110.4 1268.07 215.03 4608.14 2.96 0.96


Serie_IV_2008

BPE 36.5 10784.3 1620.77 177.05 1.03 177.65 9.28 12806.58 8.22 1.30

BMM 53132.9 53132.9 34.09 0.00

PI 12.58 15.7 28.28 0.02 0.008

SBC 294.26 1.42 7486.89 1761.66 9544.23 6.12 1.32

SMSc 54.38 1416.96 16107.5 17578.84 11.28 0.94

SMSp 15008.84 15008.84 9.63 0

220
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

T 21.28 21.28 0.01 0

Total
general 11777.58 1767.04 145.35 3798.35 13015.22 61522.26 1573.77 2297.1 15471.43 25982.08 18479.08 21.28 155850.54 100.00
Serie I
% por
7.56 1.13 0.09 2.44 8.35 39.48 1.01 1.47 9.93 16.67 11.86 0.01
clases

EL 96.55 61.06 100.00 81.89 82.86 86.36 0.00 0.68 48.39 61.99 81.22 100.00

ER 255.19 -35.54 2.84 21.32 -1.60 -13.64 0 -98.77 -38.31 -32.34 -18.78 0

% de
Cambio a
Otras 3.45 38.94 0 18.11 17.14 13.64 100 99.32 51.61 38.01 20.78 0.00
Clases
Serie I

Nota: AgT: Agricultura Temporal, AgPF: Agrícola-Pecuario-Forestal, BE: Bosque de Encino, BEP: Bosque de encino_pino, BP: Bosque de pino,
BPE: Bosque de pino_encino, BMM: Bosque mesófilo de montaña, PC: Pastizal Cultivado, PI: Pastizal Inducido, SBC: Selva Baja Caducifolia,
SMSbc: Selva Mediana Subcaducifolia, SMSbp: Selva Mediana Subperennifolia, T: Tular. EL: Estabilidad de Localización; ER: estabilidad de
Residencia.

Fuente: Elaborada por el autor.

221
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Valores de cero asociados a una clase indican cambio neto nulo en su área de
cobertura dentro del área total, en el periodo de seguimiento. Valores positivos
indican un incremento en la cobertura final comparada con el año base y valores
negativos, disminución en la cobertura (Ibid.). Asimismo, con la estabilidad de
localización puede derivarse una medida del porcentaje de pérdida de cobertura:
100-estabilidad de localización.
La clase Agrícola_Pecuario_Forestal se ha extendido del 8% del total del área
de estudio hasta el 27%, ganando territorio a costa de las clases: “Selva mediana
subcaducifolia” (7935 ha), “Selva mediana Subperennifolia” (3460.96 ha), “Selva
baja caducifolia” (6,566 ha) y “Bosque Mesófilo de montaña” (5,487 ha),
principalmente. La estabilidad de localización para esta clase (96.55%) es la
segunda más alta después de la de la clase “Bosque de encino-pino”, los cual
implica que la mayor parte de los terrenos dedicados a esta actividad, desde los
80’s, se conservaron como tales hasta el final del periodo de estudio (2008).
La clase “Selva baja caducifolia” presenta la menor estabilidad de localización
(48.39%), lo que significa que poca más de la mitad de la superficie original de esta
clase cambió a otra categoría en este caso para Agrícola_Pecuario_Forestal,
principalmente. Su estabilidad de residencia por otra parte, muestra que no
existieron áreas nuevas que se incorporaran a esta clase, teniendo como resultado
una pérdida neta de 38.31% de la superficie original, representando el mayor
porcentaje de las estabilidades de residencia, lo que implica que es una de las clases
que más superficies ha perdido.
La Selva mediana subcaducifolia y Bosque de encino presentaron un
comportamiento similar, con pérdidas en su superficie original de 38%
aproximadamente, presentando cada uno una Estabilidad de Localización de 61.99
para Selva mediana subcaducifolia y 61.06% para Bosque de encino
respectivamente y pérdidas netas de más de 30% donde se ve representadas en la
Estabilidades de Residencias de 32.34% para Selva mediana subcaducifolia y
35.54% para Bosque de encino, exhibiéndose sus pérdidas de sus respectivas
superficies en estos porcentajes.
Se realizó un análisis (Cuadro.2), donde se muestran las pérdidas y ganancias
para los distintos tipos de vegetación de las series I y IV en el período de estudio
(1988-2008), con respecto al área inicial (serie I) y al área total de estudio, así como
sus respectivas tazas de cambios (r%) y deforestación (dn).
En el cuadro (2) se debe destacar que las principales pérdidas que se reflejaron
en las diferentes clases, se observaron en la selva mediana subcaducifolia (8403.14
ha), con un porcentaje de pérdidas de 5.39% de la superficie total del área de
estudio, donde tenía una superficie original de 25982.09 hectáreas, representando el

222
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Cuadro. 2. Superficies de los tipos de vegetación de la serie I y IV y sus tazas de cambios (r) y deforestación
(dn).

Serie I (1988) Serie IV (2008) % Ganancias/Perdidas(-) Tazas


Con
Vegetación respecto r dn
Ha % Ha % Ha %
al área (%) (%)
inicial
Agricultura temporal
11777.57 7.56 41832.94 26.84 355.19 30055.37 19.28 6.34
/Agrícola_Pecuario_Forestal
Bosque de encino 1767.04 1.13 1139.04 0.73 64.46 -628.00 0.40 -2.20 -2.2

Bosque de encino_pino 145.35 0.09 149.48 0.10 102.84 4.13 0.00 0.14 0.14

Bosque de pino 3798.35 2.44 4608.15 2.96 121.32 809.80 0.52 0.97 0.97
-
Bosque de pino_encino 13015.24 8.35 12806.58 8.22 98.40 -208.66 0.13 -0.08
0.08
Bosque mesófilo de -
61522.37 39.48 53132.90 34.09 86.36 -8389.47 5.38 -0.73
montaña 0.73
Pastizal cultivado 1573.77 1.01 0.00 0.00 0.00 -1573.77 1.01 na 0
-
Pastizal inducido 2297.10 1.47 28.29 0.02 1.23 -2268.81 1.46 0
21.98
Selva baja caducifolia 15471.43 9.93 9544.22 6.12 61.69 -5927.21 3.80 -2.42 2.4

223
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Selva mediana
25982.09 16.67 17578.95 11.28 67.66 -8403.14 5.39 -1.95 -1.9
subcaducifolia
Selva mediana
18479.08 11.86 15008.84 9.63 81.22 -3470.24 2.23 -1.04 -1.0
subperennifolia
Tular 21.28 0.01 21.28 0.01 100 0.00 0.00 0

Total 155850.67 100 155850.67 100

Fuente: Elaborada por el autor.

224
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

16.67% de la superficie original y en estos momentos representa el 11.28%


(17578.95 ha) de la superficie total, lo que conserva actualmente el 67.66% de su
área inicial. (Figura. 4).

Figura. 4. Cambios ocurridos en la Selva Mediana Subcaducifolia.

Fuente: Elaborada por el autor.

La selva mediana subperennifolia fue otra clase que presentó perdida en su


superficie (3470.24 ha), mostrando un porcentaje de pérdidas de 2.23% con
respecto al área total, donde tenía una superficie original de 18479.08 hectáreas, que
representaba el 11.86% de la superficie original y en estos momentos representa el
9.63% con una superficie de 15008.84ha de la superficie total, conservando el
81.22% de su área original. (Figura. 5).

225
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 5. Cambios ocurridos en la Selva Mediana Subperennifolia.

Fuente: Elaborada por el autor.

La selva baja caducifolia también presentó pérdidas notables (5927.21ha) que


representan el 3.80% de la superficie área total, donde en un inicio presentaba una
superficie de 15471.43 hectáreas, representando el 9.93% de la superficie total y en
estos momentos posee una superficie de 9544.22 hectáreas que representa el 6.12%
de la superficie total, conserva en estos momentos el 61.69% de su área original
(Figura. 6).

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Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 6. Cambios ocurridos en la Selva Baja Caducifolia

Fuente: Elaborada por el autor.

La clase que pertenece a bosques que tuvo pérdidas también fue Bosque
Mesófilo de Montaña, que contaba con una superficie original de 61522.37
hectáreas, representando el 39.48% del área total y en estos momentos posee una
superficie de 53132.90 hectáreas que representa el 34.09%, lo que significa que
tuvo una pérdida de 8389.47 hectáreas, que representa un 5.38% de pérdida de su
superficie con respecto al área total, actualmente conserva el 86.36% de su área
original (Figura. 7).

227
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 7. Cambios ocurridos en Bosque Mesófilo de Montañas

Fuente: Elaborada por el autor.

La clase agrícola pecuario forestal, representa en estos momentos el 26.84%


de la superficie total, con una extensión de 41832.94 hectáreas, para 1988 poseía
una superficie de 11777.57 hectáreas, que representaba el 7.56% de la superficie
total, ha tenido una ganancia de 30055.37 hectáreas, representando el 19.28% del
área total, de ganancia o cambio donde ha ocupado superficies de otras clases, su
porcentaje con respecto a su área original se ha incrementado considerablemente
(355.19%), dando muestra de la política de expansión agrícola que ha existido en el
territorio (Figura. 8).

228
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Figura. 8. Expansión Agrícola-Pecuario-Forestal.

Fuente: Elaborada por el autor.

En lo referente a las dos tasas, la de cambio (r) y la de deforestación (dn); los


tipos de vegetación que presentaron pérdidas fueron los de la selva baja caducifolia
con un mismo valor de -2.4% tanto para la tasa de cambio (r) como para la de
reforestación (dn), bosque de encino con un valor de -2.2% para ambas tasas, selva
mediana subcaducifolia con un valor de -1.9% también para ambas tasas y selva
mediana subperennifolia con un valor de -1.0% igual para ambas tasas, esto
significa el porcentaje de la velocidad de pérdida de la superficie por año, lo que
pasarían estas superficies a otra clase que en este caso la mayor superficie cambio
se debió al paso del tipo de vegetación Agrícola_Pecuario_Forestal. Una
observación importante que se hace es la pérdida de 2268.81 ha de pastizal inducido
en el período evaluado (20 años) de las 2297.10 ha que poseía en un inicio, lo que
mostró una tasa de cambio (r) de -22.0%, su principal cambió se le atribuyó a la
cobertura de Agrícola_Pecuario_Forestal.

229
Análisis de la vulnerabilidad social desde un enfoque multidisciplinario

Conclusiones

Las principales afectaciones se han visto en las selvas, producto de la expansión


antrópica, que ha generado estos cambios en las diferentes clases de vegetación,
reflejándose en la expansión de la agricultura. Los tres tipos de Selvas; Baja
Caducifolia, Mediana Subcaducifolia y Mediana Subperennifolia, presentaron
pérdidas representativas por parte de la cobertura Agrícola_Pecuario_Forestal.
Dentro de los tipos de bosques; el Bosque Mesófilo de Montaña, fue el más
afectado, al perder parte de su cobertura también por la clase
Agrícola_Pecuario_Forestal.
Los SIGs, básicamente el ILWIS 3.31 y sus operaciones como Polygon to
Raster; Attribute Map; Cross Operation; constituyeron una herramienta muy
eficientes para poder determinar y hacer los cambios que ocurrieron en las dos
series (I y IV) de la vegetación y uso del suelo de INEGI, para el área de estudio en
el Municipio Atoyac de Álvarez.
El análisis realizado a partir de los cambios detectados sobre la vegetación
natural en este período de estudio demostró como las actividades agrícolas y
pecuarias han sido la principal causa de los cambios de la cobertura vegetal natural,
mostrándose a través de distintos mapas, la expansión de las actividades agrícolas
pecuarias y las pérdidas de la vegetación natural.

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