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Mateo

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MATEO: Introducción

Hoy iniciamos el estudio del Evangelio según Mateo.  Éste es uno de cuatro
evangelios, los cuales narran la vida y ministerio de Jesús (heb. Yeshua).  La
palabra “evangelio” significa literalmente: “buenas nuevas”.  La buena noticia es
que hay salvación a través de Jesús (1 Cor. 15:1-4).

LOS CUATRO EVANGELIOS


Cada evangelio presenta una perspectiva particular:

1.  Mateo:
Fue escrito para los judíos, con el fin de evidenciar que Yeshua era el tan
esperado Mesías, anticipado en las profecías bíblicas.  Mateo cita el Antiguo
Testamento (la Biblia hebrea: Tanaj) más que ningún otro Evangelio (61
referencias en Mateo, en contraste con 31 en Marcos, 26 en Lucas y 16 en Juan). 

Otro dato interesante de este evangelio es que se cree que fue escrito en hebreo,
a diferencia de los otros que fueron escritos en griego, el cual era el idioma
“internacional” de ese tiempo.   

2.  Marcos:
Este es el Evangelio más corto y conciso.  Según la tradición, se cree que fue
escrito por Juan Marcos, el primo de Bernabé (Col. 4:10; Hechos 15:37) como un
resumen de las enseñanzas de Jesús, tal como él las escuchó de Pedro.  

3.  Lucas:
Este es el Evangelio para los gentiles.  Fue escrito por Lucas, un médico que
acompañó a Pablo es sus viajes misioneros.  Él es el único escritor no judío o
israelita de toda la Biblia.  Lucas no conoció a Jesús en persona, pero traslada el
testimonio de muchos que le conocieron y fueron testigos de sus milagros (Luc.
1:1.4). 

4.  Juan:
El Evangelio de Juan también estaba dirigido a los judíos, pero el objetivo es
probar que Yeshua es el hijo de Dios (Juan 1:1).  Al final del libro, Juan explica
claramente el propósito de su testimonio:
(Juan 20:31)  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

En esta ocasión nos enfocaremos en el estudio del Evangelio según Mateo.  Pero
antes de entrar en el texto mismo, primero conozcamos quién era Mateo…

¿QUIÉN ERA MATEO?


Mateo fue uno de los doce discípulos más cercanos de Jesús.  La mayoría de
estos discípulos era gente sencilla, muchos de ellos pescadores de Galilea; pero
Mateo venía de un trasfondo muy distinto a los demás… 

La Biblia cuenta que Mateo era un recaudador de impuestos.


(Mateo 9:9)  Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba
sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le
siguió.

Como política del imperio, los romanos contrataban a gente local para recaudar
los tributos para el imperio.  A estos recaudadores de impuestos se les llamaba:
“publicanos”.  
Los publicanos eran odiados por la población local ya que eran considerados
como traidores por trabajar en favor de los “invasores romanos”.  No sólo eso, sino
que era un puesto que se prestaba a corrupción.  De hecho, algunos pagaban por
obtener el puesto de “publicano” ya que con esa autoridad podían extorsionar más
dinero a la población, y así enriquecerse.  

Mateo (también conocido como Levi, Luc. 5:27) era uno de estos publicanos. 


Muchos se sorprendieron cuando Jesús lo escogió a él para que le siguiera. 
También les confundía el hecho que Jesús hablara con la gente que tenía fama de
pecadora.  Leamos lo que Jesús dijo cuando le cuestionaron al respecto…
(Mateo 9:10-13)  Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he
aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron
juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.  Cuando vieron esto los fariseos,
dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y
pecadores?  Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico,
sino los enfermos.  Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento.

Jesús estaba citando un versículo del profeta Oseas…


(Oseas 6:6)  Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios
más que holocaustos.

En el tiempo de Jesús, el pueblo cumplía con los rituales religiosos, pero sus
corazones estaban alejados de Dios.  Muchos iban al Templo a ofrecer sacrificios,
pero cada uno vivía como quería en sus casas.  Eso no es compatible con lo que
Dios pide de Su Pueblo.

¿Qué es lo que Dios quiere y espera de Su Pueblo?  El profeta Miqueas lo explica


con claridad:
(Miqueas 6:6-8) ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios
Altísimo?   ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se
agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré
mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? 
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

a.  Hacer justicia: obedecer el orden de Dios y guardar Sus Mandamientos.


b.  Amar misericordia: tener compasión de aquel que falla.  Sabemos que todos
fallamos, pero también podemos tener la oportunidad de ser restaurados.
c.  Humillarse ante Dios: Reconocer que Dios es el Soberano de nuestras vidas,
y estar dispuesto a hacer Su Voluntad.

EJEMPLO DE ZAQUEO
Mateo no fue el único publicano con quien Jesús tuvo contacto.  Otro ejemplo
notable fue Zaqueo…
(Lucas 19:1-10)  Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y
sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era
pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle;
porque había de pasar por allí.  Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia
arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario
que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver
esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre
pecador.  Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad
de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo
devuelvo cuadruplicado.  Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por
cuanto él también es hijo de Abraham.  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y
a salvar lo que se había perdido.

Noten que Zaqueo buscó a Jesús.  Él no sólo manifestó “curiosidad” por el


Maestro, sino también mostró un genuino arrepentimiento.  Zaqueo no sólo estaba
arrepentido de la corrupción en la que había participado, sino que estaba
dispuesto a dejar de robar y también a restituir a los que había damnificado (Lev.
6:1-5). 

***Regresemos a hablar sobre Mateo…


Aparte de su llamado, no se sabe mucho acerca de la vida de Mateo.  Sólo se
menciona como uno de los doce discípulos cercanos a Jesús (Mat. 10:3; Mar.
3:18; Luc.  6:15; Hechos 1:13). 

El nombre de Mateo en hebreo es: Matityahu, que significa: regalo de Dios. 


Ciertamente él fue un regalo para todo creyente, pues nos dejó el testimonio de
todo lo que vio en el tiempo en que él siguió a Yeshua, desde una perspectiva
única. 

EVANGELIO DEL REY MESÍAS


Como mencionamos anteriormente, el enfoque del Evangelio de Mateo está en
probar a los judíos que Jesús es el Mesías.  Por esa razón, el autor comienza con
la genealogía de Jesús, describiéndolo como “hijo de David”, linaje del cual está
profetizado que vendrá el Mesías (2 Samuel 7:11-16; Isaías 9:6-7; Génesis 49:10).
[Nota: en la próxima entrada veremos unos datos interesantes sobre la genealogía
que presenta Mateo, en contraste con la de Lucas].

La mención de Jesús como Mesías “hijo de David” (heb. Mashiaj ben David)


aparece nueve veces en este Evangelio.  Por otro lado, Mateo llegó a entender
que Jesús primero debía presentarse como, que según la tradición hebrea es el
“Mesías Sufriente”. 
En el Antiguo Testamento (heb. Tanaj). se encuentran profecías sobre el “Mesías
Rey” (Mesías hijo de David, heb. Mashiaj ben David), pero también sobre el
“Mesías Sufriente”, conocido como “Mesías hijo de José” (heb. Mashiaj ben
Yosef).  Esta aparente contradicción ha intrigado a los comentaristas judías, y por
eso algunos han llegado a creer que vendrán dos o más mesías.  Sin embargo, los
Evangelios y las cartas de Pablo nos ayudan a entender que no se trata de dos
personas, sino uno sólo: Yeshua HaMashiaj—pero en dos ocasiones: En su
primera venida, Yeshua vino a morir como el Cordero de Dios (Mesías Sufriente);
y en su segunda venida Él regresará a gobernar como el Rey de toda la Tierra
(Mesías Rey).    

Mateo - Introducción
Aunque solo tiene una extensión de 28 capítulos, el
Evangelio según Mateo es un libro muy importante. En
realidad, Génesis y Mateo son los 2 libros claves de la
Biblia. Lo consideramos como

El puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento


Al acercarnos hoy al Evangelio según Mateo, me
agradaría tender un puente entre el Antiguo Testamento
y el Nuevo Testamento. Porque, para apreciar y tener una
comprensión correcta del Nuevo Testamento, es casi
esencial saber algo sobre este período de,
aproximadamente, 400 años. Es el período de tiempo
entre la época de Nehemías y Malaquías, y el nacimiento
de Jesucristo en Belén. Es que desde que el profeta
Malaquías habló, fue como si el cielo hubiese
permanecido en silencio. Hasta que un día el ángel del
Señor irrumpió en el templo, a la hora de la oración,
cuando un sacerdote llamado Zacarías estaba ejerciendo
su ministerio ante el altar en Jerusalén. El ángel anunció
el nacimiento de Juan el Bautista, quien sería el
precursor del Señor Jesús. Más adelante consideraremos
la importancia de Juan el Bautista en este Evangelio.
Descubriremos que muchos sucesos tuvieron lugar en
este intervalo de 400 años, aunque en cuanto a las
Sagradas Escrituras, fue un período de silencio. Fue un
tiempo apasionante y emocionante de la historia de los
pueblos y en ciertos aspectos, fue también una época
trágica. Las condiciones internas del pueblo descendiente
de Judá experimentaron una transformación radical. En
esos tiempos surgieron nuevas culturas, diversas
instituciones y organizaciones desconocidas. Muchos de
estos nuevos elementos aparecerían luego en el Nuevo
Testamento.
La historia mundial ha registrado grandes progresos en el
intervalo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El
Antiguo Testamento se clausuró con el Imperio Medo
Persa como potencia dominante. Y Egipto era aún un
poder con el que había que contar en las relaciones
políticas mundiales. Durante el mencionado intervalo
entre los dos Testamentos, ambas potencias fueron
decayendo gradualmente como naciones destacadas en el
panorama internacional. El poder mundial se desplazó del
Este al Oeste, del Oriente a Occidente, de Asia a Europa y
de Medo Persia a Grecia. Cuando se inauguró el Nuevo
Testamento, un nuevo poder, Roma, era el líder mundial.
Una breve consideración de algunas fechas importantes
nos ofrecerá una vista panorámica de este gran período
de transición. Solo cabe aclarar que estas fechas son
aproximadas, teniendo en cuenta que algunos
historiadores difieren al respecto.
480 A.C. Jerjes, de Persia, venció a los griegos en las
Termópilas, aunque fue derrotado en la batalla de
Salamina. En realidad, fue vencido por una tempestad.
Este fue el último intento del Este para dominar al
mundo.
333 A.C. Del Este vino aquel "macho cabrío" que
menciona el libro del profeta Daniel en su octavo
capítulo. Era Alejandro Magno, el macho cabrío con un
cuerno prominente. El llevó a los ejércitos griegos unidos
a la victoria sobre los persas en Issus.
332 A.C. Alejandro Magno visitó Jerusalén. Se le mostró
la profecía de Daniel, que hablaba de él y por ello
perdonó a la ciudad. Esta fue una de las pocas ciudades
que evitó atacar.
323 A.C. Alejandro murió en Persia, a donde,
aparentemente, había tratado de trasladar el imperio. Las
partes oriental y occidental de su imperio mundial se
dividieron entre sus cuatro generales.
320 A.C. Judea fue anexionada a Egipto por Tolomeo
Sóter.
312 A.C. Seleuco fundó el reino de los Seleúcidas, que era
Siria. Intentó tomar Judea y, de esta manera, Judea fue
un campo de batalla entre Siria y Egipto. Ese pequeño
país se convirtió así en un estado tapón.
203 A.C. Antíoco el Grande ocupó Jerusalén y Judea
quedó bajo la influencia de Siria.
170 A.C. Antíoco Epífanes conquistó Jerusalén y profanó
el templo. El había sido citado en el libro de Daniel 8:9
como el "cuerno pequeño". Ha sido llamado el "Nerón de
la historia judía".
166 A.C. Matatías, el sacerdote de Judea, provocó una
rebelión contra Siria. Aquel fue el principio del período de
los macabeos. Es posible que la nación de Israel nunca
haya sufrido tanto como durante aquella época, ni jamás
lucharían con tanto heroísmo como en aquellos tiempos.
Macabeo, cuyo nombre significa "el martillo", fue el líder
que organizaría la sublevación.
63 A.C. Pompeyo, de Roma, tomó Jerusalén y el pueblo
de Israel pasó a estar gobernado por un nuevo poder
mundial. Ellos estaban bajo la autoridad de los romanos
cuando nació Jesús, extendiéndose su gobierno durante
todo el período del Nuevo Testamento.
40 A.C. El Senado romano nombró a Herodes como Rey
de Judea. Nunca ha habido una familia o un personaje tan
malvado como éste.
37 A.C. Herodes ocupó Jerusalén y asesinó a Antígono,
último de los reyes y sacerdotes macabeos.
31 A. C. César Augusto se convirtió en Emperador de
Roma.
19 A.C. Comenzó la construcción del templo de Herodes.
La edificación ya había estado llevándose a cabo durante
unos años en el momento en que el Señor nació y aun
continuó en la época del Nuevo Testamento.
4 A.C. Nuestro Señor Jesucristo nació en Belén.
En la vida interna de la nación de Judea se registraron
cambios radicales, debido a las experiencias vividas
durante este período entre los dos Testamentos. Después
del cautiverio en Babilonia, los judíos se apartaron de la
idolatría y se implicaron en un intenso esfuerzo de
búsqueda de la santidad de la ley, que se convirtió en un
ídolo para ellos. El hebreo clásico dio paso al arameo en
su lenguaje diario, conservándose el hebreo para su
utilización en las sinagogas. Las sinagogas comenzaron a
existir después de la citada cautividad, convirtiéndose en
centros de la vida religiosa en Judea y por todas las
regiones donde el pueblo se dispersó. También surgieron
un grupo de partidos que se mencionan en el Nuevo
Testamento y de los que no se había oído hablar en el
Antiguo Testamento.

1. Los fariseos
Eran el partido dominante, que surgió para defender el
estilo de vida de los judíos frente a las influencias
extranjeras. Sus integrantes eran legalistas estrictos que
creían en el Antiguo Testamento. En política, eran
nacionalistas, que querían restaurar el reino para la
descendencia de David. Eran, pues, un partido político-
religioso. Hoy en día se les consideraría conservadores
desde el punto de vista teológico y de extrema derecha
en política.

2. Los saduceos
Este partido estaba constituido por personas de buena
posición y de mentalidad social, que querían librarse de
la tradición. Eran liberales en su teología y rechazaban el
elemento sobrenatural. De esta manera, se oponían a los
Fariseos. Los Saduceos eran muy semejantes a los
Epicúreos griegos, cuya filosofía, que en un principio se
limitó a afirmar que el más alto bien de la vida era el
placer, que consistía en la ausencia de dolor, al final llegó
a la perversión de promover la búsqueda de placeres
extravagantes. Más allá de la conocida frase "comamos y
bebamos que mañana moriremos". Lo que ellos
pretendían alcanzar era una vida buena; muchos
pensaban que podían vencer sus apetitos o pasiones
físicas satisfaciéndolas. Y que dando rienda suelta a tales
pasiones, éstas ya no necesitarían ser atendidas. Muchos
aceptan hoy esta filosofía. Solo cabe agregar que si ya
entonces, no funcionó, hoy tampoco lo hará.

3. Los escribas
Eran un grupo de expositores profesionales de la ley, que
surgieron en la época de Esdras, descendiente de Aarón,
y funcionario del gobierno persa encargado de los
asuntos judíos, que fue a Jerusalén con los repatriados
que regresaban para reanimar su fe. Tuvo autorización
para imponer la ley de Moisés, que leyó públicamente,
según veremos al estudiar el libro de Nehemías. Ellos
eran los que argumentaban y discutían sobre sutilezas,
más preocupados por la letra de la ley, que por el espíritu
de la ley. Cuando el rey Herodes llamó a los escribas para
preguntarles dónde iba a nacer Jesús, ellos le informaron
que sería en Belén. Estimado oyente. Existe el peligro de
desear solamente información y un conocimiento de la
Biblia sin integrarlo, sin interiorizarlo, ni haciéndolo
formar parte de nuestra vida. Por medio del estudio
podríamos aprender los hechos básicos de la Biblia y la
verdad teológica de las Escrituras, pero sin permitir que
la Palabra de Dios tome posesión de nuestros corazones.
Los escribas, fueron un claro ejemplo de esto. Sí, es
importante conocer la Palabra de Dios; es un logro muy
loable, pero es igualmente importante traducirla a la vida
real y transmitirla a otros.

4. Los herodianos
Ellos formaban un partido en los días de Jesús y eran
exactamente, oportunistas políticos. Procuraban
mantener a Herodes en el trono para que su partido
pudiese permanecer en el poder.
El período de tiempo que transcurrió entre ambos
Testamentos fue de gran actividad literaria, a pesar de
que no hubo una revelación de Dios. El Antiguo
Testamento fue traducido al griego en Alejandría, en
Egipto, entre los años 285 y 247 A.C. El grupo de
traductores estaba formado por 6 miembros de cada una
de las 12 tribus de Israel. Por lo tanto, el nombre dado a
esta traducción fue Septuaginta, que significa " setenta."
Esta traducción fue utilizada por el apóstol Pablo, y
nuestro Señor aparentemente citó algunos pasajes de
ella.
En este período se escribieron los libros llamados
Apócrifos, que no formaron parte de las Escrituras
hebreas, sino de la citada traducción griega realizada en
Egipto. Los puntos de vista sobre ellos divergen según las
iglesias o su tradición eclesiástica. Desde un no
reconocimiento de autoridad o inspiración sobre
cuestiones de fe y doctrina, algunas opiniones admiten
que tales libros pueden resultar provechosos para una
lectura privada, mientras que otras destacan el valor
histórico de algunos de estos libros, para un mejor
conocimiento del período que estamos considerando.
Aunque esta época se caracterizó por el silencio de Dios,
es evidente que Dios estaba disponiendo en el mundo las
condiciones para la venida de Cristo. El pueblo judío, la
civilización griega, el Imperio Romano y las inquietas
multitudes del Oriente estaban todos siendo preparados
para la llegada de un Salvador, puesto que todos esos
pueblos de resonancia universal formaban la escena que
el apóstol Pablo describió como "la plenitud de los
tiempos".
Los cuatro Evangelios fueron escritos y dirigidos a los 4
grupos principales del mundo de aquella época,
El Evangelio según Mateo fue escrito primero en Hebreo a
la nación de Israel, dirigido principalmente a las personas
religiosas de aquella época.
El Evangelio según Marcos fue dirigido a los romanos. El
Romano era un hombre de acción que creía que el
gobierno, la ley y el orden eran los métodos con los que
se podía controlar el mundo. Muchísimas personas
piensan que aquellos métodos deberían aplicarse en la
actualidad. Es cierto que la ley y el orden son esenciales,
pero los romanos pronto se dieron cuenta de que con
estos principios solos, no se podía gobernar el mundo. El
mundo necesitaba escuchar a Alguien que creía en la ley
y el orden, pero que también ofrecía el perdón de los
pecados, la gracia y misericordia de Dios. Este era el
Señor a quien el Evangelio según Marcos presentaba a los
Romanos.
El Evangelio según Lucas fue escrito en Griego, para el
hombre racional.
El Evangelio según Juan fue escrito directamente a
creyentes, e indirectamente para el Oriente, donde en
aquella época, había millones de personas cautivadas por
creencias y religiones misteriosas, clamando por una
liberación.
Aun en la actualidad se percibe un clamor, por parte de
un mundo que necesita un Libertador. El ser humano
religioso necesita a Cristo más que a su religión. La
persona poderosa necesita a un Salvador que tiene poder
para salvarle. El hombre racional necesita a Alguien que
puede satisfacer todas sus necesidades mentales y
espirituales. Y naturalmente, el ser humano desdichado
necesita conocer a un Salvador que, no solo puede
salvarle sino también restaurarle para que pueda vivir
para Dios.

El escritor
El Evangelio según Mateo fue escrito por un recaudador
de impuestos sobre quien el Señor Jesús puso su mano
de una manera muy clara, como relata este escritor en
9:9. Y se convirtió en un seguidor del Señor Jesús; en un
apóstol. Papias, dirigente cristiano, lo afirmó; Eusebio, un
historiador, lo confirmó y otros padres apostólicos, que
fueron teólogos cristianos que conocieron personalmente
a los apóstoles, estuvieron de acuerdo en que este
Evangelio fue escrito originalmente por Mateo en Hebreo,
para la nación de Israel: un pueblo religioso.
No tenemos tiempo para entrar en el trasfondo y los
antecedentes aquel momento histórico, pero Dios había
preparado a toda aquella nación para la venida de Cristo
al mundo. Y El procedía de esta nación. En el Evangelio
según Juan 4:22, se registraron las palabras del mismo
Señor Jesucristo, que dijo: "la salvación viene de los
judíos". Un gran historiador alemán dijo que Dios había
preparado al Salvador para que procediese de Israel, y a
los paganos para la salvación, porque estaban perdidos y
la necesitaban.

Un libro clave
Esta obra notable es un libro clave en la Biblia porque
recurre al Antiguo Testamento y recoge más profecías del
mismo que ningún otro libro. Esto resulta lógico, ya que
fue escrito primeramente para los Judíos. Pero también
avanza en dirección al Nuevo Testamento más que los
otros Evangelios. Por ejemplo, ningún otro Evangelio
menciona específicamente a la iglesia, pero Mateo, sí lo
hace. El es el único que registra las Palabras del Señor,
en 16:18; "sobre esta roca edificaré mi iglesia". Incluso
Renan, el escéptico francés, hablando de este Evangelio
dijo que era "el libro más importante de la cristiandad, el
libro más importante que jamás haya sido escrito".
¡Viniendo de él, ésta es una afirmación extraordinaria!
Mateo, un recaudador de impuestos que se había
convertido, fue le elección del Espíritu de Dios para
escribir este Evangelio principalmente para el pueblo de
Israel.
El Evangelio de Mateo presenta el programa de Dios. La
expresión peculiar de esta obra es "reino de los cielos" y
aparece 32 veces. La palabra "reino" se repite 50 veces.
Una comprensión adecuada de la frase "reino de los
cielos" resulta esencial para cualquier interpretación del
Evangelio y de la Biblia. Quizás este sea el momento
apropiado para afirmar categóricamente que el reino y la
iglesia no son iguales. No son términos sinónimos.
Aunque la iglesia está en el reino hay que destacar la
diferencia entre ambas entidades. Porque el reino de los
cielos, sencillamente expresado, es el reino de los cielos
sobre la tierra. Los judíos, como receptores de este
Evangelio, comprendieron esta expresión como la suma
total de todas las profecías del Antiguo Testamento
relacionadas con la venida de un Rey desde los cielos
para establecer un reino en esta tierra, de acuerdo con el
modelo celestial. La expresión no era nueva para aquellos
lectores del Antiguo Testamento.
Podemos concluir, pues, que el reino de los cielos es el
Tema de esta Evangelio. El que va a establecer ese reino
en la tierra es el Señor Jesús. El reino es sumamente
importante y el Evangelio según Mateo contiene 3
discursos importantes sobre el reino:
1. El sermón del monte. Esta es la ley del reino. Creo que
es solamente una lista parcial de lo que se pondrá en
vigor.
2. Las parábolas de los misterios. Estas parábolas de
Mateo 13 tratan el Tema del reino. Nuestro Señor nos
enseña que el reino de los cielos es como un sembrador,
como el grano de mostaza, y así sucesivamente.
3. El discurso del monte de los Olivos. Este considera el
futuro establecimiento del reino aquí en la tierra.
Podrá verse que el término "reino de los cielos" es una
expresión progresiva en el Evangelio según Mateo, y es
importante tomar nota de ese desarrollo. En el Evangelio
hay un movimiento que debe ser percibido para no perder
la perspectiva de esta obra.
Este libro se parece mucho al libro del Génesis. Porque
ambos son libros esenciales en la Biblia. Debiéramos
estar suficientemente familiarizados con ellos para que al
leerlos, podamos captar el desarrollo del pensamiento
unificador de sus hechos y enseñanzas, y la idea total que
comunican. He colocado títulos a los capítulos para que
sirvan de orientación al progreso del mensaje. Para
terminar, incluyo una forma de esquematizar el libro bajo
el título,

"He aquí vuestro Rey"


1. La persona del Rey - capítulos 1 y 2
2. La preparación del Rey - capítulos 2 - 4:16
3. La propaganda del Rey - capítulos 4:17 - 9:35
4. El programa del Rey - capítulos 9:36 - 16:20
5. La pasión del Rey - capítulos 16:21 - 27:66
6. El poder del rey - capítulo 28
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