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Doce Pasos Hacia Tus Sueños - Patricia Nieto
Doce Pasos Hacia Tus Sueños - Patricia Nieto
Doce Pasos Hacia Tus Sueños - Patricia Nieto
PASOS HACIA TUS
SUEÑOS
Lidera tu vida con el coaching
Patricia Nieto
¿Es este libro para ti?
Hace cuatro años, mi vida iba con piloto automático. Las cosas sucedían... o
mejor dicho, me sucedían, ya que para serte franca, no hacía que me ocurrieran las
cosas. El tiempo pasaba, sin que yo sintiera que realmente estaba “viviendo” mi
vida.
¿La vida te está pasando, simplemente?
¿Estás inmerso en la rutina y anestesiado por ella?
¿Miras afuera y ves que otros logran más que tú y piensas que es un tema de suerte?
¿Estás dando vueltas y vueltas sobre determinados objetivos sin poder lograrlos?
¿A pesar de conseguir determinadas cosas, sientes insatisfacción?
¿Quieres descubrir todo tu potencial y lograr más objetivos?
¿Te gustaría aprender a ser feliz y estar en paz?
Si respondiste que sí a una de estas preguntas, este libro es para ti.
Yo vivía todo esto sin darme cuenta. Estaba insatisfecha, pero no podía
identificar de dónde venía esta emoción. Simplemente, pensaba que la vida era así,
que uno crece, deja de ser niño y con esa etapa de tu vida quedan fuera el disfrute
y la felicidad. Este estado de ánimo continuó hasta que en mi camino encontré el
COACHING.
Finalmente, cambié y terminé abrazando el coaching por un tema personal.
O, tal vez, el coaching terminó por abrazarme a mí.
¿Qué es el coaching?
Las palabras “coaching” y “coach” son términos que escuchamos mucho en
la actualidad, pero la mayoría de las personas las identifican con el entrenador de
un equipo deportivo. Esto en cierta forma es correcto, porque hay muchos
entrenadores deportivos que utilizan el coaching con sus equipos o atletas. Por
otro lado, los concursos de canto y de baile y sus correspondientes “coaches”
también ayudaron a generar una imagen incompleta de lo que es esta disciplina.
Desde mi punto de vista, un coach no es un entrenador… porque es mucho más
que eso.
La Federación Internacional de Coaching (ICF, según sus siglas en inglés) es
una de las organizaciones que nuclea a los coaches profesionales alrededor del
mundo y en su página web define de la siguiente forma el coaching:
El coaching es la colaboración con los clientes en un proceso creativo y estimulante que les
sirva de inspiración para maximizar su potencial personal y profesional.[1]
La esencia del coaching es:
Ayudar a las personas a cambiar de la forma en que lo desean y a encaminarse en la
dirección a la que quieren dirigirse.
El coaching ayuda en todo nivel a las personas a convertirse en quienes desean ser.
El coaching construye conciencia, refuerza el poder de decisión y conduce al cambio.
Libera el potencial de las personas para maximizar su desempeño.
El coaching las ayuda a aprender en lugar de enseñarles.[2]
El coach utiliza preguntas para ayudarte a identificar dónde estás parado y
cuál es tu situación actual. Luego, te acompaña para definir dónde te gustaría estar
y cómo deseas que sea tu vida. Una vez que esos dos puntos están definidos, el
coach, siempre a través de las preguntas, te ayuda a identificar los distintos
caminos para conseguir lo que quieres, revisando los posibles obstáculos y
conectándote con los recursos que ya tienes en ti.
Este libro me permitirá ir guiándote paso a paso con este mismo método,
mediante ejercicios para descubrir qué deseas, dónde estás parado ahora mismo y
qué opciones puedes elegir para llegar allí.
¿A quién está dirigido este libro?
A todo aquel que desea crecer. En definitiva, no importa si el crecimiento
que deseas es profesional o personal, ya que el coaching te permite desarrollar
todo tu potencial en forma global.
Puedes ser un jefe recién ascendido, que necesita tener mayor seguridad en
lo que hace. Puedes tener muchos años en el puesto, pero estar cansado de los
mismos resultados. También, puedes ser un ama de casa, un estudiante, un
profesional independiente. El único requisito fundamental es que quieras crecer. A
qué dedicas tu tiempo será simplemente un aditivo que condimentará tu vida y tu
proceso personal.
¿Cómo podrás obtener mejores resultados de este libro?
Imagínate tener a tu lado un coach contratado especialmente para ti. Puedes
recurrir a él cuando necesites inspiración, empuje y nuevos puntos de vista. El
coach te ofrecerá sus preguntas e historias y a través de ellas podrás ampliar tu
forma de ver las cosas. Este libro pretende ser tu coach personal, para que
encuentres las respuestas en ti mismo a través de la lectura.
El coaching es una disciplina que te ayuda a alcanzar mejores resultados,
mientras vas aprendiendo en el camino, ya que cuando tienes una sesión con un
coach, se activan otros puntos de vista que antes no tenías. El momento en que esto
ocurre lo solemos llamar “cuando caen las fichas”. Es decir, el instante en que,
luego de haber puesto monedas en un tragamonedas por mucho tiempo, llegas al
premio mayor y todas las fichas caen de golpe. Esa sensación de descubrir cosas
que no veías, pero que estaban ahí, suele ocurrir en la sesión de coaching, aunque a
medida que pasan los días, también pueden seguir “cayendo fichas” pequeñas,
medianas o grandes. Por eso, es muy recomendable dejar un espacio de tiempo
entre una sesión de coaching y otra.
Ese mismo proceso es el que te invito a realizar con este libro. Cada capítulo
simboliza un paso hacia tus objetivos. Al comienzo de cada uno, encontrarás
lecturas cortas en las que invertirás algunos minutos para pensar, también historias
en las que te verás reflejado, así como ejemplos, frases, preguntas e invitaciones
para accionar de forma diferente. Una vez que las hayas leído, revisa las preguntas
y los ejercicios del final del capítulo. Reflexiona sobre el tema y observa cómo te
sientes.
¿Cómo se relaciona esto contigo?
¿Qué aprendizaje te llevas de la lectura?
¿Qué cosas puedes hacer de forma diferente para obtener resultados diferentes?
Es conveniente que te des tiempo para el proceso entre capítulo y capítulo,
no hace falta que lo leas todo de una vez, porque lo que busco no es pasarte
información, sino ayudarte a aprender. Todo aprendizaje implica poder ver las
cosas de forma distinta y, en consecuencia, actuar de forma diferente. De esta
forma te podrás dar cuenta y lograrás ver resultados al final de la lectura. Fíjate
cómo hace un bebé para dar sus primeros pasos: va dando uno a la vez, sin
comenzar a correr. De esta misma forma te propongo que trabajes, dándote tiempo
para cada paso y afianzando tu seguridad a medida que vas avanzando.
¡Gracias por darte esta oportunidad!
¡Gracias por darte este espacio!
¡Gracias por creer en ti mismo y buscar resultados diferentes!
Te deseo una buena lectura... ¡Y excelentes resultados!
Paso 1
¿Estás realmente cómodo/a?
Imagínate que siempre tomas el mismo camino de tu casa al trabajo.
Al comienzo el tránsito es ágil,
el camino fácil de recorrer, incluso es divertido.
Sin embargo, con el tiempo, las cosas se van complicando
y ya no te toma treinta minutos llegar al trabajo,
sino que ahora, tardas casi una hora.
Tú sigues allí, porque es el camino
al que estás acostumbrado, es el que siempre seguiste
y el que conoces mejor.
Tu cuerpo y tu mente lo conocen de memoria,
y casi no tienes que pensar al recorrerlo.
Es más, ni siquiera te divierte hacerlo, porque ya no miras alrededor.
Aparecen en él más baches, más obstáculos,
cada vez tardas más en llegar.
Sin embargo, sigues recorriéndolo
y mientras lo haces críticas lo mal que están los caminos
y lo ineficiente que es el municipio que no soluciona el tránsito.
Un día, no dispones de auto y un amigo te pasa a buscar.
Te lleva al mismo destino, pero por un camino diferente,
nuevo, más ágil, con menos autos y mejor pavimento.
Como no lo conoces, porque nunca lo recorriste,
ves paisajes nuevos, personas nuevas.
Ahora, comienzas a divertirte y asombrarte. Llegas en 20 minutos.
¿Qué te hizo usar tanto tiempo el mismo y tortuoso camino?
¿Por qué no descubriste este nuevo camino antes?
La ZONA DE COMODIDAD o CONFORT
La ZONA DE INCOMODIDAD o de APRENDIZAJE
En la ZONA DE COMODIDAD, las cosas son conocidas. Aparentemente,
están bajo nuestro control, aunque puede ser que no nos gusten, o estamos
satisfechos con ellas, porque solemos decir: “es lo que tenemos”, “es la vida que
nos tocó vivir”. De hecho, existe un refrán muy conocido que la apoya: “Mejor
malo conocido que bueno por conocer”.
Tanta es la rutina en la que vivimos inmersos, que lentamente comenzamos
a adaptarnos a las pequeñas molestias e insatisfacciones. Así, estas terminan siendo
parte permanente de nuestro día a día. Y, aunque luego de un tiempo, la zona de
comodidad se vuelve tremendamente incómoda, igual nos mantenemos allí.
¿Qué cosas te molestan de tu vida?
¿Con qué situaciones no puedes convivir pero lo estás haciendo?
¿Cuán “incómodamente” cómodo estás?
Si estás cómodo, no estás creciendo. Anónimo
Un barco atracado en un puerto está seguro,
pero no es la finalidad para la que fue construido. William Shedd
Algunos ejemplos que te permiten saber si estás en una zona demasiado
cómoda:
∙Te sientas cada día en el mismo lugar cuando vas a desayunar, almorzar o
cenar.
∙Sales a los mismos lugares y pides la misma mesa.
∙Vas de vacaciones a la misma ciudad y haces todo lo posible para alojarte en
el mismo lugar, porque ahí ya sabes dónde están los distintos servicios.
∙Recorres todos los días el mismo camino del trabajo a casa y viceversa.
∙Haces exactamente las mismas cosas los fines de semana, tanto, que otra
persona podría predecir tu itinerario.
∙Cuando vas a una reunión o un curso, te sientas al lado de personas que
conoces de antemano, incluso, puedes llegar al extremo de no ir, si no conoces a
nadie.
Locura significa hacer lo mismo una y otra vez
y esperar un resultado distinto. Albert Einstein
Conseguir los resultados que nunca has tenido está ligado a moverte en esa
zona. Por ejemplo, para bajar de peso necesitas, entre otras cosas, alimentarte de
forma diferente, empezar a hacer ejercicio, no dejarte llevar por lo que los demás
comen… Para comenzar a delegar, necesitas dejar de centrar la acción en ti,
deberás generar espacios de aprendizaje para el otro, aprender a confiar y
acompañar al otro, entendiendo que es un proceso y que no hay resultados
instantáneos. Es conveniente salir de tu zona de comodidad (comer de la misma
forma o hacer todo tú mismo) para avanzar hacia la de incomodidad o de
aprendizaje.
Tienes una meta, pero no estás seguro de cómo te vas a sentir ahí y si lo vas
conseguir o no. Sin embargo, allí podrás aprender cosas nuevas, desafiarte a
utilizar todas tus habilidades y talentos y, sobre todo, llegar a los resultados que
buscas.
¿En cuál de las zonas permaneces por más tiempo?
¿Qué cosas te gustaría hacer o tener que nunca conseguiste aún?
¿Qué miedos necesitas vencer para avanzar hacia tu zona de aprendizaje?
Te propongo dos ejercicios para salir de tu zona de comodidad y avanzar
hacia la de incomodidad o aprendizaje.
Ejercicio 1. La lista incómoda
En el libro Coaching para el éxito de Talane Miedaner, encontré este ejercicio
maravilloso e, inclusive, mágico: haz una lista pormenorizada y por escrito
(condición obligatoria) de todas las cosas que te molestan. Piensa desde lo más
simple como el reloj que debes reparar, la cortina del baño que está rota, esa
ventana de tu auto que no funciona, el mueble que debes cambiar, hasta aquello
más importante como un trabajo o una relación.
No hay límites para esta lista, puedes descargar ahí todo lo que te molesta.
Es más, te sugiero llamarla “Cosas que me molestan” o “Cosas que me
incomodan”. En cuanto la escribas, te darás cuenta de lo incómodo/a que estás y
comenzarás instintivamente a accionar para salir de allí.
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Ejercicio 2. Un día de incomodidad
Elige un día de la semana, revisa cuál es tu rutina y plantéate hacer cosas
totalmente diferentes ese día. Por ejemplo, vístete diferente, come diferente,
siéntate en lugares diferentes, cambia muebles de lugar, haz recorridos por
distintos caminos, etc. Los fines de semana son ideales para hacer este ejercicio, ya
que solo dependen de ti.
¿De qué te has dado cuenta con este ejercicio?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué has descubierto haciendo los ejercicios?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 2
¿Qué buscas en tu vida?
Charlie estaba en el patio trasero de su casa,
practicando tiro al blanco con su arco y sus flechas.
Templaba el arco y lanzaba la flecha a una cerca.
Luego, iba adonde había caído la flecha y dibujaba un blanco a su alrededor.
Después de tirar varias flechas, Lucy, su amiga, le dijo:
«No puedes practicar tiro al blanco de esa manera.
Primero dibuja el blanco, entonces tira la flecha».
La respuesta de Charlie fue: «Lo sé, pero si lo haces a mi manera ¡nunca fallarás!»
Esta historia, que me llegó a lo más profundo del corazón, la relata John C.
Maxwell en Actitud de Vencedor. En ella, el personaje principal es Charlie Brown, (el
amigo de Snoopy, el de los dibujos animados).
¿Cómo transitas tu vida?
¿Eliges tus blancos o te conformas con “lo que se da”, como lo hacía Charlie?
¿Cuánto te limita la posibilidad de fallar?
Las grandes mentes tienen objetivos y las demás, deseos. Washington Irving
No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va. Lucio Anneo Séneca
Hablaremos ahora de los pasos a seguir para definir hacia dónde quieres ir y
lograr tus objetivos:
Primero Saber dónde estás ahora mismo
Es muy útil revisar tu vida en varios ámbitos: relaciones, carrera, tiempo
libre, uso del dinero entre otros. También, es conveniente que reflexiones sobre
cuán satisfecho te sientes. Al final de este capítulo, encontrarás el ejercicio que te
permitirá hacer este análisis, ya que compartiré contigo dos tipos de revisiones
sobre tu situación actual. Una de ellas aborda distintas dimensiones de tu vida,
mientras que la otra abarca las habilidades que necesitas desarrollar como líder. Mi
invitación es que puedas analizarte en ambas revisiones.
¿Cuál es tu situación actual?
¿Qué te satisface de tu estado actual? ¿Qué te gustaría cambiar?
En cuanto te pongas a reflexionar sobre esto, es muy probable que te den
muchas ganas de salir corriendo a cambiar cosas, pero frena por un momento,
porque es necesario realizar otros análisis antes de iniciar tu camino hacia los
objetivos.
Segundo – Realizar un análisis sistémico de su situación actual
Nuestra vida es un gran sistema, porque las distintas dimensiones que se
mueven en ella influyen unas en otras. Esta forma de influir es distinta en cada
persona, ya que depende de cómo es ella misma y del contexto en que se mueve.
Con el fin de detectar el impacto que tiene una área en otra, necesitas hacerte
algunas preguntas, para tener mayor información.
Encontrarás las preguntas dentro del área de ejercicios de este capítulo y una
vez que las respondas podrás seguir adelante.
Tercero – Elegir tu área de apoyo
Una de las decisiones más importantes en este proceso será elegir un punto
de apoyo.
¿Qué es esto? Es una (¡sí! ¡una sola!) de las dimensiones de tu vida en la que,
si te enfocas, podrás lograr un crecimiento integral en todas las áreas de tu vida.
Esta elección puede parecer un poco difícil para algunas personas, pero es porque
tenemos la sensación que si solo elegimos una, no obtendremos resultados en las
otras.
Sin embargo, si la elección se hizo teniendo en cuenta la información del
Segundo punto, puedes confiar en ella. Enfocarte en tu área de apoyo te permitirá
dirigir tu energía hacia una sola meta y generar resultados que también podrás
visualizar en otras.
Recuerdo el caso de una empresa que me había contratado para trabajar con
el liderazgo de un gerente. Cuando me hablaban de su situación en ese momento,
me decían que era extremadamente inseguro, que nunca respondía a las preguntas,
que tenía una mala relación con su equipo y que siempre se atrasaba. Cuando
estuvo en el proceso de coaching, él hizo su propio análisis, escuchó la
retroalimentación que le daban sus jefes y comenzó a observar cómo se
relacionaban las distintas áreas de su vida y su liderazgo.
Cuarto – Visualizar tu futuro
Has elegido tu área de apoyo, y enfocándote en esa área mágica conseguirás
resultados en todos los aspectos de tu vida. Ahora, es el momento de plantearte a
dónde quieres llegar en esa área en el futuro.
¿Dónde te gustaría estar de aquí a cinco años?
¿Qué cosas te interesaría lograr en tu vida?
¿Qué experiencias querrías estar viviendo?
Una vez que tengas esas respuestas, acorta el plazo un poco más. Divide tu
objetivo por años… ¿Qué meta te puedes establecer para dentro de un año?
Quinto Diseñar una meta
Necesitas diseñar una meta para llegar a lo que deseas. Visualizar tu futuro
te muestra “el qué”, pero cuando diseñas tu meta, descubres “el cómo”. La meta es
el seguimiento permanente de un objetivo único, hasta que sea alcanzado.
Una meta sin un plan de acción y un tiempo es solo un sueño.
Las metas son sueños con patas. Anónimo
Una meta debe cumplir con las siguientes características:
Medible. Ser específico a fin de que puedas saber cuándo llegaste, porque
solo lo que se puede medir se puede lograr. Algunas metas pueden ser fáciles de
especificar y otras tal vez son más difíciles. Las más generales nos llevan a
resultados generales. Imagínate que hayas puesto: “Quiero ganar más”, que está en
positivo, pero ¿cuánto es más? Si indicaste: “Quiero una mejor relación de pareja”
¿Qué es mejor para ti? ¿Qué características tiene que alcanzar una relación de
pareja para considerarse mejor? En este sentido, es importante establecer los
parámetros que te gustaría lograr, revisar en qué porcentaje están cubiertos
actualmente y luego fijarte qué cosas se tienen que dar, para sentir que lo has
logrado.
Alcanzable. Orientar la meta hacia acciones que solo dependan de ti y que
sean realistas. En general, solemos diseñar nuestras metas incluyendo a los demás
en ellas. Sin embargo, la clave en este punto es identificar qué acciones están en
mis manos y cuáles no y diseñar la meta desde aquellas que yo sí puedo cubrir. Un
ejemplo claro de esto fue un cliente que había mencionado que su meta era que su
jefe le subiera el sueldo un 20%. Parecía que la meta sería todo un éxito, ya que era
específica (20%), estaba en positivo e indicaba lo que quería lograr (la subida de
sueldo). Sin embargo, ¿quién debía decidir la subida de sueldo? ¡El jefe y no él! Por
lo tanto, planteamos la pregunta: ¿qué necesito hacer yo para que mi jefe decida
subirme el sueldo? En ese momento, él pudo visualizar que para llegar y superar
las metas de facturación anual lo que estaba en sus manos era realizar la
reestructuración de su departamento, algo que tenía pendiente desde hacía tiempo.
A partir de allí, centró el diseño de su meta en eso y no en la subida de sueldo, ya
que esto sería una consecuencia natural del primer logro.
Ecológica. Que beneficie, pero que no perjudique a nadie. En muchos países,
sobre todo en los latinoamericanos, está muy instaurada la cultura del sacrificio:
para lograr lo que quiero tengo que dejar de lado ciertas cosas. Sin embargo ¿para
qué sacrificar otras áreas de nuestra vida, si podemos encontrar soluciones que nos
permitan lograr lo que queremos de forma ecológica? Cuidar la ecología en las
metas requiere creatividad para el proceso de lograrlas, pero no significa que yo
tenga que dañar o descuidar otras partes de mi vida.
Temporal. Establecer un plazo de cumplimiento. ¡Esto es muy importante!
Los límites de tiempo me permiten cambiar una meta de la categoría importante a
otra urgente e importante. Todo aquello que no tenga un límite de tiempo se
postergará hasta la eternidad.
Secuencial. Dividir la meta en pasos sucesivos o acciones a realizar para
lograrla. Esta visualización de años puedo reducirla a meses, y, si es necesario, a
semanas. Un pequeño paso a la vez y de forma constante te permitirá avanzar
hacia lo que quieres lograr.
Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso.
C.C. Cortéz
Cuanto más alto coloque el hombre su meta, tanto más crecerá.
Friedrich Schiller
Te invito a diseñar tu futuro pensando en qué quieres lograr y en qué cosas
tienes que hacer en tu presente para lograrlo. Elige los blancos que deseas alcanzar,
prepara tu arco y lanza tu flecha. ¡Es mejor contar en un futuro las anécdotas de tus
intentos y de cómo llegaste, que quedarte pensando en aquello que nunca te
animaste a obtener!
Reflexiona sobre todas las áreas de tu vida y no te limites al pensar, no
pongas barreras que no existen entre tus sueños y tú.
¡¡Todo aquello que creemos posible, lo podemos lograr!!
Ejercicio 1. Reviso mi situación actual
1) Este ejercicio también es conocido como “La rueda de la vida”, porque te
permite autoanalizar la situación de tu vida en sus distintas dimensiones. Coloca
un porcentaje que represente tu nivel de satisfacción, donde 0% es el menor nivel
de satisfacción, mientras que 100% representará la máxima satisfacción posible.
Recuerda, es tu percepción, no lo que los demás opinan de tu vida.
MI VIDA
Dimensiones
Qué incluye
%
actual
Fecha:
__ /__ /__
% deseado
Fecha:
__ /__ /__
1. Relaciones
Las relaciones que mantienes con tu familia cercana y amigos.
2. Romance
Tu relación de pareja. En caso de no tener pareja en este momento, evita
eliminar esta dimensión. Igualmente, puedes dar una valoración a esa situación.
3. Carrera
La actividad que realizas laboralmente: lo que haces, dónde lo haces y cómo
lo haces.
4. Salud y relación con el cuerpo
Cómo te sientes en cuanto a tu cuerpo: alimentación, descanso, actividad
física y cuidados.
5. Relación con el dinero
Tu capacidad de ganar dinero, tus gastos, tu facilidad para ahorrar y tu nivel
de inversión (utilizar dinero o bienes para generar más dinero o bienes).
6. Aprendizaje
Tu formación y aquello que te gustaría aprender: abarca tanto el aprendizaje
laboral como personal.
7. Tiempo libre
El tiempo que te brindas para hacer lo que tú quieres, solo o en compañía.
8. Ambiente físico
La logística de tu vida y el entorno donde te desenvuelves. Se refiere a tu
infraestructura (personal –tu casa– o laboral –tu oficina), así como a la forma de
trasladarte de un lugar a otro.
MI LIDERAZGO
Dimensiones
Qué incluye
%
actual
Fecha:
__ /__ /__
% deseado
Fecha:
__ /__ /__
1.Liderazgo con el ejemplo
Consiste en ser coherente. Acompaño mis palabras con la acción.
2.Logro de objetivos
Conseguir resultados palpables y medibles en lo que me dedico.
3.Habilidades de comunicación
Facultad de escuchar, preguntar, comunicarse asertiva y activamente, hacer
pedidos específicos, entablar conversaciones productivas que ayuden a alcanzar
resultados individuales y conjuntos.
4.Generación de trabajo en equipo
Ser capaz de identificar potencialidades en cada integrante del equipo y
utilizarlas para llevar a todos hacia un objetivo común, trabajando armónicamente
y con sinergia.
5.Organización del tiempo
6.Actitud Inteligencia emocional
Capacidad de gestionar las emociones que se generan a través de hechos del
día a día. Distinguir las emociones propias y las de los otros y accionar para
generar las que sean más propicias para el logro de objetivos.
7.Autoestima
Valoración personal que influye en cómo apreciamos lo que hacemos,
nuestro relacionamiento con los demás y el poder personal que pensamos que
tenemos para alcanzar un resultado.
8.Equilibrio entre trabajo y familia
Habilidad para crear espacios propios para cada ámbito y mantener un
esquema de acción, donde se potencie el tiempo asignado al trabajo o la familia.
Ejercicio 2. Análisis sistémico de tu situación actual y elección del área de
apoyo
Analiza tus dimensiones a través de preguntas y elige tu punto de apoyo
(aquella dimensión en la que, si inviertes tu tiempo y energía para conseguir
resultados, terminarás logrando un crecimiento integral en todas las áreas).
¿Qué dimensiones te preocupan más?
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¿En qué dimensiones estás poniendo más energía últimamente?
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¿Cuáles son las dimensiones que te motivan más?
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¿En qué dimensiones sientes que consigues resultados más rápidamente?
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¿En qué dimensiones piensas que obtienes resultados más lentos?
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¿Al crecer, qué dimensiones impactan en forma positiva en otras áreas?
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¿Si redujeras tu nivel de satisfacción, qué dimensiones afectarían
negativamente a otras áreas?
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Ejercicio 3. Visualiza tu futuro
Piensa que estás en el futuro, dentro de cinco o diez años en esa dimensión.
¿Qué te gustaría lograr? ¿Concretamente, qué te gustaría observar que está
pasando en tu vida? Relata como si estuvieras viviendo este futuro en el presente.
Ya estás allí, ya lo estás viviendo. ¿Qué cosas puedes ver? ¿Qué emociones te
genera? ¿Qué te dices a ti mismo en este momento en que te das cuenta de que lo
lograste? Redacta el párrafo en presente y en primera persona del singular (Yo).
Por ejemplo: “Soy una escritora reconocida. A través de estos diez años, he escrito
y publicado diez libros, que están a disposición de millones de personas y las ayudan a
crecer y a obtener mejores resultados en distintos ámbitos de sus vidas.”
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Ejercicio 4. Genera una meta a un año
En mi caso, me propuse hacer un libro por año. Las metas deben cumplir
con las siguientes características:
Positiva. Expresar lo que quieres lograr, no lo que quieres evitar.
Medible. Ser específico a fin de que puedas saber cuándo llegaste.
Alcanzable. Orientar la meta hacia acciones que solo dependan de ti y sean
realistas.
Ecológica. Que beneficie y no perjudique a nadie.
Temporal. Establecer un plazo de cumplimiento.
Secuencial. Dividir la meta en pasos sucesivos o acciones a realizar para
lograrla.
Revisa y completa el cuadro de la página siguiente.
Escribe el enunciado de la meta en positivo ¿Qué quieres lograr?
Chequea las seis características:
Positiva – Expresar lo que quieres lograr
Medible – Saber cuándo llegaste
Ecológica – Que beneficie y no perjudique a nadie
Temporal – Con un plazo de cumplimiento
Alcanzable – Solo depende de ti
Secuencial – Divisible en pasos
¿Qué fortalezas (talentos, características personales) te acercan a tu meta?
¿Qué te puede impedir llegar a la meta
¿A quién o quiénes necesitas pedir ayuda para llegar a tu meta?
¿Quiénes son los beneficiarios de tu meta?
Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué emociones te genera planificar tu propia vida?
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¿Qué aprendiste de este proceso de planificación?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 3
Mi nivel de autoestima
¿Cómo afecta a mis resultados?
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas
que colgaban a los extremos de un palo
y que llevaba encima de los hombros.
Las llevaba desde su casa hasta el arroyo
y luego de regreso.
Una de las vasijas tenía varias grietas
e iba perdiendo el agua,
mientras que la otra estaba perfecta
y conservaba toda el agua hasta el final.
La vasija perfecta se sentía muy orgullosa de sus logros,
pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada.
La vasija agrietada estaba muy avergonzada
de su propia imperfección y se sentía miserable
porque solo podía hacer la mitad de todo
lo que se suponía que era su obligación.
Un día, la vasija quebrada, avergonzada,
pidió perdón al cargador.
Él le dijo: “Te pido que veas las bellísimas flores
que crecen a lo largo del camino.
¿Te diste cuenta que solo crecen de tu lado?
Viendo tus grietas, quise sacar el lado positivo de ellas
y planté algunas semillas de flores.
Si no fueras exactamente cómo eres,
con todo y tus defectos,
no hubiera sido posible crear esta belleza".
En la lectura, ambas vasijas estaban en condiciones diferentes: una perdía
agua y otra no. La vasija perfecta estaba orgullosa, mientras que la agrietada se
sentía avergonzada. Sin embargo, el cargador tuvo una visión positiva de las
grietas.
¿Cómo pueden existir dos versiones de una misma historia?
¿Qué hace que veamos algo positivo en forma negativa y viceversa?
El autoconcepto: se refiere a los hechos de nuestra vida, lo que decimos de
nosotros. Soy soltero/a o casado/a, soy maestro/a, soy arquitecto/o, soy
paraguayo/a, soy brasilero/a, tengo cuarenta años o tengo veintisiete años, tengo
hijos o no los tengo. Es la construcción que la persona hace de sí misma en su
mente.
La autoestima: se refiere a la interpretación que yo hago de los hechos de mi
vida y si les doy una valoración positiva o negativa. Por ejemplo, puedo decir que
soy docente y valorizar esto con un tremendo orgullo por la oportunidad de influir
en la vida de otras personas y ser recordada por mi labor, o bien puedo decir que
soy docente y sentirme a la vez como una profesional infravalorada, mal pagada y
sin éxito, porque en realidad no me hubiera gustado ser docente. Esta es una visión
de los extremos: o veo blanco o veo negro, pero puede ser que también las
interpretaciones hacia mi persona sean grises. En ese caso, sería pensar que
simplemente soy una docente y que eso es lo que hago para vivir.
Solo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser
auténtico, puedo ser verdadero.
Jorge Bucay
Una diferencia que hace la diferencia
Hechos
Interpretaciones
Situaciones que pasan o pasaron y que no podemos modificar.
Explicación o valoración que le damos a los hechos.
Representan afirmaciones que hacemos.
Representan juicios o declaraciones.
Son objetivos.
Son subjetivos.
Se pueden presentar pruebas de los hechos.
Surgen de la comparación con otros.
Se consideran verdaderos o falsos.
Se consideran válidos o inválidos.
Veamos algunos ejemplos de hechos e interpretaciones acerca de nosotros mismos:
Hechos
Posibles interpretaciones
Soy mujer
Interpretación 1: Soy el sexo débil y nunca podré hacer todas las cosas que
puede hacer un hombre.
Interpretación 2: Soy el sexo débil y estoy en una sociedad machista. Es una
desventaja. Siempre existirán diferencias en el trato y estaré en desventaja por este
hecho.
Interpretación 4: Hombres y mujeres somos diferentes e igualmente valiosos.
Creo que podré ser todo aquello que desee ser.
Tengo cuarenta y dos años
Interpretación 1: ¡Soy vieja! ¡Cómo me gustaría tener veinticinco otra vez! El
tiempo va pasando y yo voy de salida.
Interpretación 2: Estoy en la plenitud de la vida. He pasado por distintas
experiencias que me aportan madurez y me permiten disfrutar de una forma
diferente de la vida.
Como se puede ver en los cuadros de los ejemplos, a un mismo hecho le
puedo hacer interpretaciones diferentes. Los hechos tal vez no los puedo elegir,
pero sí puedo elegir mis interpretaciones, que según cambien, generarán
emociones en mí y harán que yo vea posibilidades u obstáculos.
¿Cuáles son los hechos de tu vida que más te afectan?
¿Qué interpretaciones tienes de ellos?
La mayor parte del miedo a ser rechazado descansa en el deseo de ser aprobado
por otras personas. No bases tu autoestima en sus opiniones. Harvey Mackay
Para establecer una verdadera autoestima debemos concentrarnos en nuestros
éxitos y olvidarnos de nuestros fracasos y cosas negativas de la vida. Denis
Waitley
Si me preguntaras cuál es el principal concepto que debes aprender para
que tu vida sea diferente, no dudaría dos veces en decirlo: hechos e
interpretaciones. Desde mi punto de vista, entender la fina línea que distingue a
unos de otros puede marcar un antes y un después, tanto a nivel de valoración
personal como en cuanto a comunicación y relaciones interpersonales.
∙A la imagen que tenga frente a los demás.
∙A la seguridad que tenga en mí mismo/a, ya que se verá reflejada en mi
forma de hablar, en las cosas que digo, en mi cuerpo (cómo camino, me visto, me
siento) y en mis emociones.
∙A cómo pueda guiar los procesos. Si tengo una baja autoestima estoy
constantemente centrado en mis errores y en lo que me falta. En consecuencia,
también haré lo mismo con el otro y al enfocarme en lo que el otro no tiene,
perderé de vista sus fortalezas y todo lo que sí tiene y es capaz de hacer.
∙A la forma en que me relacione con el otro. Las personas que tienen baja
autoestima pueden tener dos tipos de reacciones: se aíslan porque se sienten
menos que los demás o bien tienden a ser autoritarios e impacientes, ya que esta es
la reacción que tienen hacia sí mismos. Esta segunda opción también les hace
aislarse de alguna forma.
∙Si tengo baja autoestima estaré preocupado/a por demostrar que soy más o
mejor que el resto, entrando en competencias y comparaciones innecesarias y
utilizando el poder de mi posición para lograr los objetivos con el otro.
∙También existe la posibilidad de que quiera generar alguna dependencia del
otro hacia mí, para sentirme así de un mayor valor que el otro.
∙Acepta los hechos de su vida tal cual son. Si no los puede cambiar, les da
otro significado y si ve que hay algo por cambiar, lo hace.
∙Dice “no sé” sin sentir carga alguna, ya que estas palabras le dan el espacio
para conocer más.
∙Tiene independencia emocional, no siente temor de lo que van a decir o
sentir los otros con respecto a su persona. Por lo tanto, sus conductas no están
condicionadas a las conductas del otro.
∙Cree en su capacidad y su valía personal y eso hace que también crea en la
capacidad y el valor de la otra persona.
∙Recibe las observaciones del otro sin estar a la defensiva, sino como un
regalo ya que representa su punto de vista. Está abierto a recibir retroalimentación
de otros.
∙Se siente contento de que la persona a la que estuvo ayudando sea incluso
mejor que él o ella, ya que significa que hizo bien su gestión.
∙Cuida su cuerpo, porque es su “envase”, la forma en que el mundo lo puede
ver.
∙Siente pasión por lo que hace. Es feliz por sus elecciones.
∙Es flexible ante los cambios y capaz de abandonar la forma en que hace las
cosas para experimentar lo nuevo.
∙Es consciente de que relacionándose con el otro, también está aprendiendo.
∙Confía en sí mismo y en los demás y es franco en su comunicación.
∙Tiene un estado de ánimo, en general positivo y contagioso.
∙Respeta a los demás, independientemente de la condición del otro, y se hace
respetar, pero no a través del miedo o del poder de su posición.
∙Hace las cosas en forma organizada.
La peor soledad es no estar cómodo contigo mismo.
Mark Twain
Cuando la gente cree en sí misma tiene la primera llave del éxito.
Norman V. Peale
Ejercicio 1. Reviso mi autoconcepto y autoestima
Hechos de mi vida
Interpretaciones que hago
¿Cómo me ayudan estas interpretaciones?
1. Mis padres se separaron cuando yo tenía cinco años.
“Nunca tuve una familia normal”.
No me ayuda ya que me siento “anormal” ante la vista de los demás.
2. Tengo tres hijos.
“Son verdaderas bendiciones de Dios que me permiten aprender día a día
cómo ser mejor persona y madre”.
¡Sí me sirve! Me permite tener un estado de ánimo positivo con respecto a
mis hijos y las distintas situaciones que pueden presentarse con ellos.
¡Ahora es tu turno!
Hechos de mi vida
Interpretaciones que hago
¿Cómo me ayudan estas interpretaciones?
1.
2.
3.
4.
5.
Ejercicio 2. Reviso mi comportamiento
Analiza el comportamiento de la persona con alta autoestima (página 30) y
responde a las siguientes preguntas:
¿Cómo son tus acciones? ¿Qué dicen de ti? ¿En qué te enfocas más?
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¿Cómo son tus emociones? ¿Cómo te relacionas con los demás?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué eliges hacer a partir de ahora con respecto a tu autoestima?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 4
¿Qué dices de ti mismo?
Había comenzado a practicar fútbol.
Una de las cosas que más me atraía,
era cómo ciertos jugadores podían dominar el balón,
a través de las picaditas.
Le pedí a uno de mis hijos que me enseñara.
Al primer intento, la pelota cayó al piso
sin que yo pudiera hacer más que una picadita.
“Nunca voy a poder”, dije en voz alta para mí misma.
“Si eso decís de vos misma,
¿cómo pensás que lo vas a lograr?”, me dijo mi hijo Joaquín.
“No podés… TODAVÍA…”
“¡Soy inútil!”, “soy la oveja negra de la familia”, “yo no sirvo para esto”,
“no tengo edad para hacerlo”, “me dijeron que nunca podría ser bueno en esto”.
Estas expresiones negativas se escuchan en el día a día porque están presentes
tanto en conversaciones familiares, comentarios entre amigos o relaciones
laborales. Son ETIQUETAS que nos ponemos a nosotros mismos y a otros,
intentando describir lo que una persona es o no es.
¿Para qué lo hacemos?
¿Qué ventajas sacamos con ellas?
Somos lo que pensamos que somos…
¿pero de dónde proviene lo que pensamos que somos?
Si voy caminando por la calle y algún desconocido me dice algo negativo o
positivo, no me afecta mucho. Sin embargo, si la persona que me lo dice es alguien
importante para mí, presto más atención, lo tengo en cuenta e inclusive podría
actuar con respecto a eso.
Estas personas especiales para nosotros son nuestras figuras de autoridad y
son las encargadas de moldear nuestra forma de ser, a través de sus propios juicios
y creencias. Cuando eres niño/a tus figuras de autoridad son tus padres, tus
cuidadores o tus maestros. Una vez que hemos llegado a la adultez, los mejores
amigos, parejas y jefes pueden entrar también dentro de esta categoría.
Nuestra personalidad se estructura en los primeros años de vida, durante la
niñez, pero aún así, nuestro desarrollo es permanente y también la aparición de
nuevas etiquetas.
¿Quiénes son tus figuras de autoridad?
¿Qué cosas que ellos te dicen ayuda a tus resultados?
¿Cuáles de sus opiniones te limitan?
La opinión de los demás sobre ti no tiene que volverse tu realidad. Les Brown
Nunca te conviertas en una víctima. No aceptes la definición de tu vida por lo
que te dicen los demás. Defínete a ti mismo. Harvey Fienstein
¿Cuáles son las etiquetas negativas que te aplicas?
¿En qué te ayuda tenerlas/decirlas/pensarlas?
¿Qué opiniones positivas tienes de ti mismo?
¿Qué podrías decir de ti mismo para llegar a mejores resultados?
Ahora que sabes el poder que pueden tener las etiquetas en tu autoestima…
¿Qué tipo de etiquetas te pondrás?
La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú.
Ten cuidado, entonces, acerca de lo que te dices a ti mismo. Zig Ziglar
El ser humano tiene mucho poder a través del lenguaje, ya que puede crear
realidades y también dañar a otros. Genera relaciones o las termina; abre nuevas
posibilidades y también pone límites. ¿Qué quieres crear a partir de ahora?
Te invito a que a través de tus palabras, crees etiquetas positivas tanto para
ti como para otros. Verás que no solo tendrás un estado de ánimo distinto y
optimista al decirlas, sino que también producirás un agradable impacto en los
demás y en tus relaciones. ¡Pruébalo!
Ejercicio 1. Creo una declaración positiva de mi persona
¿Qué historias cuento de mí?
Si son malas… ¿para qué las cuento? ¿Cómo me ayudan a salir de mi situación?
¿Qué necesito decir de mí?
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a) Hago una lista de mis mayores fortalezas y de las debilidades que creo
que tengo y quiero cambiar.
Ejemplo de Rodrigo:
Mis mayores fortalezas
Mis mayores debilidades
Perseverante
Creativo
Responsable
No me gusta cometer errores.
Soy pasivo (dejo que los otros hagan o digan cosas que me dañan sin hacer
nada).
Introvertido (no me abro a los demás).
Ahora, prepara tu propio cuadro
Mis mayores fortalezas
Mis mayores debilidades
b) Cambio lo negativo a la columna de positivo a través de un antónimo o
buscando una realidad diferente.
En el ejemplo de Rodrigo:
Mis mayores fortalezas
Perseverante
Creativo
Responsable
Tengo una buena relación con el error y aprendo de él
Soy asertivo, diciendo lo que siento y pienso desde el respeto.
Extrovertido.
Ahora, en tu caso:
Mis mayores fortalezas
c) Construyo una declaración personal, con todos los elementos.
En aquellas debilidades que siento que me tomará más tiempo cambiar o
revertir puedo poner “en proceso de”. Es muy importante que me sienta
cómodo/a con lo que dice mi declaración y que lo crea realmente.
Ejemplo de Rodrigo:
Yo, Rodrigo, soy un hombre perseverante, creativo y responsable. Tengo una buena
relación con el error y aprendo de él. Soy asertivo, diciendo lo que siento y pienso desde el
respeto. Estoy en proceso de ser una persona extrovertida, abriéndome para conocer mejor a
los demás y que ellos me conozcan a mí.
Ahora, construye tu declaración positiva:
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Sugerencias de utilización de la declaración positiva:
∙Colócala en un lugar visible, donde la puedas mirar todos los días. Por
ejemplo, en el espejo del baño, como fondo de tu teléfono móvil o de tu
computadora, o en la puerta del refrigerador.
∙Repítela por lo menos una vez al día y escucha la emoción con que la dices.
Busca decirla con seguridad, como si eso ya estuviera en ti, porque necesitas
creerla para poder convertirla en una realidad.
∙Cuando estás en una situación donde se pone a prueba aquella debilidad
que quieres revertir, repite la declaración positiva correspondiente. Por ejemplo, en
el momento en que Rodrigo comete un error puede repetirse a sí mismo “tengo
una buena relación con el error y aprendo de él”.
Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué emociones diferentes te genera tu nueva declaración positiva?
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¿Cómo eliges hablar de ti y de otros a partir de ahora?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 5
Mi cuerpo, mi envase
El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo es intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de “vivir”.
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?
Anónimo
En la autoestima, existen tres factores claves: mi conversación, mi emoción y
mi cuerpo. En el capítulo anterior, hemos visto que la autoestima se puede ver
condicionada por lo que decimos de nosotros mismos. Ahora veremos cómo afecta
mi cuerpo a mis resultados.
¿Qué es nuestro cuerpo para nosotros?
El cuerpo es nuestro envase, contiene nuestras emociones y hasta nuestra
alma. Además, se constituye en un espacio de relacionamiento con los demás,
porque el otro me ve, me observa, aprende de mí a través de mi cuerpo y a partir
de allí genera interpretaciones del espacio de posibilidades que tiene conmigo. El
cuerpo habla a los otros de mí, pero a su vez, mi cuerpo me da mensajes que
muchas veces no deseo o no puedo escuchar.
Desde mi punto de vista, nuestro cuerpo es la forma en que nos presentamos
a la vida y a los demás y también representa nuestras limitaciones. Somos cuerpo,
mente, emociones y espíritu. En consecuencia, lo que le sucede a nuestro cuerpo
impacta en los otros ámbitos, al igual que cada cosa que nos pasa y que nos
produce sufrimiento queda “marcada” en nuestro cuerpo.
Asimismo, este cuerpo mío habla de lo que mi boca prefiere callar. Nuestro
lenguaje corporal delata los pensamientos que tenemos, por eso cuando decimos
una cosa y nuestro cuerpo muestra otra, aparece la incoherencia. Un gran
porcentaje de nuestra comunicación se basa en el lenguaje corporal, con lo cual, lo
que mostramos a través de él tiene más peso que nuestras palabras.
Cuando nos pusimos a revisar qué interpretaciones le podían servían para
conseguir un mejor contexto de trabajo, se dio cuenta que ninguna de ellas. Le
propuse hacer un ejercicio para buscar otras posibles interpretaciones que le
generaran mejores resultados. Un día, haciendo un ejercicio basado en simular una
conversación, para que fuera más consciente de su forma de comunicarse, le pedí
que se grabara. Al terminar, se escuchó a sí misma y dijo: “uso las palabras
adecuadas, pero igual se nota que no tengo esperanza en que cambien”.
Al revisar una vez más sus interpretaciones, se dio cuenta de que solo
cuando las cambiara con sinceridad y realmente creyera en ellas, su cuerpo dejaría
de delatarla.
El proceso de cambiar una interpretación no es fácil, sobre todo cuando la
tenemos integrada como una creencia, como era el caso de esta gerente. Sin
embargo, el primer paso es darnos cuenta de que esa interpretación está allí y nos
impide conseguir lo que queremos. El segundo paso es hacernos cargo de la
interpretación y cambiarla por algo que sí nos sirva.
El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad.
Víctor Hugo
¿Cuál es la realidad que muestra tu cuerpo?
¿Qué mensaje te está dando a ti mismo y que no estás escuchando?
¿Qué mensaje está dando a los demás? ¿Qué te está pidiendo por favor?
Relación autoestima y cuerpo
El cuerpo es un espacio declarativo de mi persona, por lo tanto, muestra lo
que pienso de mí y el valor que me adjudico como persona. Por otro lado, cuando
logro modificar algo en mi cuerpo y me siento bien, me pongo contento, y esto
ayuda a mejorar mi autoestima.
¿Cuáles son los rasgos corporales de una persona que tiene una alta
autoestima?
∙Camina en forma segura
∙Mantiene la cabeza en una posición normal, busca igualar la mirada del
otro.
∙Sus movimientos son calmados.
∙Se sienta con la espalda recta.
∙Es fácil y común verla con una sonrisa.
∙Cuida su aspecto, así como su higiene personal.
∙Mira de frente y su mirada es amable.
∙Escucha con todo el cuerpo, deja lo que está haciendo para enfocarse en lo
que dice la otra persona.
∙No necesita objetos externos para que le den seguridad (amuletos, tener un
bolígrafo en la mano o un cigarrillo, entre otras cosas).
∙Sabe moverse en el espacio que tiene a su disposición.
Mi CUERPO
HECHOS
INTERPRETACIONES
Altura
¿Cuánto mido en centímetros?
¿Cómo me considero? ¿Alto, bajo? ¿Con quién me comparo cuando digo que
soy alto o bajo?
Peso
¿Cuánto peso?
¿Qué digo de mi peso? ¿Siento que estoy en un peso adecuado, me siento
gordo/a, considero que el peso que tengo es excesivo? ¿Con quién me comparo
cuando evalúo mi peso?
Cabello
¿Qué tipo de corte tengo? ¿Cómo arreglo mi pelo? ¿Qué cuidados le doy a
mi pelo?
¿Cómo me siento con respecto a mi cabello? Si mi pelo hablara a las demás
personas… ¿Qué diría de mí?
Mi vestimenta
¿Qué tipo de prendas utilizo normalmente? ¿Cuáles son los colores que más
uso?
¿Cómo son las prendas que utilizo: cuidadas o tienen agujeros y manchas?
¿Qué dice de mí mi vestimenta? ¿Qué personaje busco construir a través de
ella? ¿Para qué escojo ciertos colores? ¿Qué cuidado tengo con respecto a
seleccionar mi ropa? ¿Qué mensaje estoy dando a los demás a través de mi forma
de vestir?
Así, puedo ir analizando cada parte de mi cuerpo: mi nariz, mis manos, mis
pies... todos aquellos aspectos que forman parte de mi imagen exterior y que
hablan de mí.
Evalúa lo que es importante en la vida real, acepta lo que recibiste como
herencia, saca el mejor partido de ti, cuídate y exprésate a través de tu cuerpo.
También recuerda que tu autoestima puede verse afectada por “ilusiones”.
Muchas veces sentimos que tenemos menos valor, porque no nos ajustamos a los
estándares que se presentan en los medios escritos y en la televisión. ¡Cuidado! En
ocasiones, lo que vemos puede ser una ilusión, ya que una foto de un anuncio pasa
normalmente por un proceso de retoques, que hacen que la belleza real no sea tal.
Una persona que muestra una perfección exagerada muchas veces pasó por
procesos no naturales para llegar a esa apariencia.
La importancia que le doy a mi cuerpo
Cuando hablamos del cuerpo lo primero que suele surgir es la “belleza”. Sin
embargo, no solo hablamos de apariencia física, sino también de cómo lo cuido a
través del descanso, el ejercicio y la alimentación.
Los espacios que genero para el descanso, para una alimentación tranquila y
saludable y para hacer deportes o compartir con amigos cualquier actividad física,
también dan un mensaje de dónde estoy yo mismo en mi propia lista de
prioridades. Conseguir resultados con un cuerpo cansado, enfermo o fuera de
forma es mucho más difícil.
¿Qué nivel de descanso tengo?
¿Cómo contribuye mi alimentación a que me sienta bien?
¿Cómo activo mi cuerpo a través de la actividad física?
¿En qué nivel de prioridades me pongo a mí mismo y a mi cuerpo?
Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino.
Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.
Henry F. Amiel
El cuerpo y el aprendizaje
El cuerpo no solo alberga a todo nuestro ser, es también nuestra principal
herramienta de aprendizaje, ya que gracias a él los conocimientos quedan
impregnados en nuestra memoria. ¿Alguien acaso aprendió a andar en bicicleta o a
nadar y luego olvidó cómo hacerlo? Cuando aprendemos con el cuerpo, nunca lo
olvidamos.
¿Utilizas tu cuerpo para aprender?
¿Los conocimientos quedan como tales o los aplicas en el día a día para aprenderlos a través
del cuerpo?
Ejercicio 1. Reviso cómo me relaciono con mi cuerpo
a) Hago una lista que todas aquellas cosas positivas que hago en el día a día
y que me ayudan en mi cuidado corporal.
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b) Reviso los hábitos que son nocivos para mi cuerpo.
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué eliges hacer con respecto a tu cuerpo a partir de ahora?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 6
¿Eres víctima o protagonista?
Dos ranas cayeron en un tambor que contenía leche hasta la mitad.
Aunque eran buenas nadadoras, empezaron a cansarse
y cuando intentaron salir,
descubrieron que estaban demasiado lejos del borde
como para alcanzarlo de un salto.
Una de las ranas se desesperó.
“No puedo más” jadeaba “no saldremos vivas de aquí”.
“Resiste, resiste” respondía la otra
“Ya encontraremos una solución. No debes abandonar.
Sigue nadando, mantente a flote”.
Un rato más tarde,
la ranita quejumbrosa renunció a continuar esforzándose y se ahogó.
Su valiente compañera siguió nadando,
con la energía que da la confianza.
Y tanto nadó, que la leche comenzó a cuajarse
por el batido de sus patas hasta que se convirtió en sólida manteca.
En ella hizo pie para dar un salto que la sacó triunfal de la trampa.
En el día a día, tenemos situaciones difíciles en las que nos vemos
involucrados y para enfrentarlas siempre tenemos dos opciones: ser víctimas o ser
protagonistas.
Examinemos primero la postura de la víctima:
Si fuese la rana y me sintiese víctima, buscaría al culpable: “¿Quién habrá
dejado con mala intención este tambor con leche?”, “¿Por qué no nos avisaron?”,
“¿Qué hacen que no vienen a rescatarnos?”.
En estos relatos, sentimos que el expresar nuestras penas nos hace bien y nos
conforta, además, muchas veces nos gusta ir repitiendo nuestra historia una y otra
vez. De hecho, hay estudios que mencionan que cuando nos pasa algo bueno se lo
contamos a cinco personas y que cuando nos sucede algo malo no paramos de
hablar hasta contárselo a diecisiete personas. Al parecer, esto forma parte de
nuestra cultura, una cultura “cómodamente incómoda” donde los otros tienen que
ver con nuestros resultados.
¿Qué logramos cuando contamos nuestra historia de esta forma?
¿La lástima de los demás o una justificación?
¿El problema que tenemos se soluciona contándolo así?
¿Para qué lo hacemos?
Estas expresiones pertenecen a la cultura de víctima, en la que siempre hay
un victimario que se convierte en el culpable y responsable de lo que me pasa. Te
invito a escuchar las conversaciones que se dan a tu alrededor... y verás que la
cultura de la víctima está allí. Si la culpa la tiene otro, ese otro debe solucionarlo,
no yo.
Solo se necesita una persona para cambiar tu vida: TÚ. Ruth Casey
En su libro, Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, Stephen Covey nos
muestra que podemos posicionarnos en dos círculos diferentes: el círculo de
preocupación o el círculo de influencia. El círculo de preocupación es donde nos
sentimos víctimas, porque nos estamos enfocando en aquellas cosas, que no
dependen de nosotros y sobre las cuales no tenemos control. Por ejemplo, no
podemos controlar el clima, el tránsito, lo que piensen o hagan los demás, así como
entre otras cosas, no podemos hacer nada con respecto a algo que ya ocurrió.
A veces las cosas no son como uno quisiera, pero siempre son como deben ser.
Aprende a aceptar y dejar fluir. Sherezade
CÍRCULO DE PREOCUPACIÓN
CÍRCULO DE INFLUENCIA
Ahora, revisemos la postura de protagonista:
La rana (y cualquiera de nosotros) puede asumir su papel de protagonista al
analizar qué la llevó a estar allí y qué debe hacer para salir de esa situación. En
cada cosa que nos sucede, tenemos una parte de responsabilidad. Al asumir lo que
no hicimos en forma correcta, se abrirán frente a nosotros las posibilidades de
solución. Y en este caso, la solución solo depende de nosotros y de nuestra
capacidad para generar acción.
¿Cómo llegué a esta situación?
¿Qué talentos míos puedo utilizar para salir?
¿Qué puedo aprender de esto para que no me vuelva a pasar?
El protagonista comienza a actuar desde el círculo de influencia. ¿Qué hay
allí? Todo lo que está en nuestras manos, lo que depende de nosotros. Te doy
algunos ejemplos:
∙Puedo cambiar la forma en que pienso sobre algo que ocurrió o está
ocurriendo. No puedo cambiar el hecho en si, pero sí puedo cambiar la
interpretación que hago de ese hecho. Hace poco, una mujer que estaba en
proceso de coaching me contaba que estaba muy angustiada por cómo su hija se
ocupaba de su primera nieta, que había tenido una enfermedad pulmonar con
tantas complicaciones que tuvo que ser internada. Las interpretaciones que hacía
de su hija eran: “no quiere asumir su responsabilidad”, “ser mamá es un juego
para ella”, “jamás va a madurar”, etc. A partir de esas interpretaciones, todo lo que
decía eran críticas hacia su hija, que se alejaba cada vez más de ella, y si seguía con
esa situación también vería menos a su nieta. Le pedí que pensara en qué otras
interpretaciones, que no fueran negativas, podría elegir que la hicieran accionar de
forma diferente. Luego de unos minutos de reflexión, me dijo: “tal vez no es que
no quiere atender a mi nieta, sino que no sabe cómo hacerlo o cómo pedir ayuda”.
Esta nueva interpretación le permitió acercarse de una forma diferente a su hija e
hizo que esta se animara a pedirle ayuda.
∙Puedo elegir la forma en que me comunico con la otra persona. Recuerdo
el caso de un jefe que había venido a mí, buscando generar mejores resultados en
su equipo. Me explicó que las personas con las que trabajaba se quejaban de su
forma de tratarlas, pero él no conseguía entender a qué se referían ya que sentía
que hacía lo correcto. Entonces, le pedí que en la sesión de coaching
representáramos una situación cotidiana.
∙Puedo elegir mis metas y la forma de llegar a ellas. En una sesión de
coaching de vida, una mujer me planteó que sentía mucha angustia cuando iba al
trabajo. Aunque le gustaba lo que hacía, sentía que su verdadera vocación era la
decoración de fiestas. Se sentía atrapada en una encrucijada, porque era madre
soltera y tenía muchas responsabilidades. “No puedo dejar de un día a otro mi
trabajo para dedicarme a algo, que no sé si va a poder darme de comer a mí y a mi
hijo”.
En su esquema mental, solo podía alcanzar una meta, si dejaba de lado su
actividad actual. Luego de algunas preguntas, pudo visualizar una forma más
organizada para lograr lo que deseaba. Así que pensó en un plan de dos años: en el
primero realizaría actividades de decoración fuera del horario de trabajo y los fines
de semana, lo que le permitiría tener más experiencia, conocer el mercado,
comenzar a armar su cartera de clientes y, sobre todo, testear el nivel de ingresos
que podría lograr. Con este plan logró hacer una transición más equilibrada, sin
dejar de lado su pasión, ni sus responsabilidades como madre. Al terminar el
segundo año, se dio cuenta de que era lo suficientemente conocida como para
poder tener un buen nivel de ingresos, incluso mayor que en su trabajo, que dejó
para dedicarse a su propia empresa de decoración.
Tal vez te hayas dado cuenta de que en los tres ejemplos comienzo con la
palabra “puedo”, porque al ubicarme en el círculo de influencia y asumir la
postura de protagonista aumenta mi poder personal, poniendo el foco en lo que
puedo y no en lo que no puedo.
¿Cómo cambiar de postura?
¿Quieres realmente solucionar tus problemas? Si es así, te propongo que te
cuentes a ti mismo tu historia, asumiendo la responsabilidad sobre lo que te
sucede. En muchos casos, tal vez no hayas sido el culpable, pero seguramente
también colaboraste de alguna forma para llegar a ese resultado. Veamos algunos
ejemplos de cómo convertir el lenguaje de la víctima en lenguaje responsable:
“Y no sabes lo que me hizo...”
→
“Y no sabes lo que permití que me hiciera”
“Justo a mí, me viene a pasar...”
→
“Yo dejo que me pase a mí”
“No entiende lo que le digo...”
→
“No logro hacerme entender...”
“Me puso demasiado nervioso/a”
→
“Elegí ponerme nervioso/a...”
“No tengo tiempo”
→
“No me hago tiempo”
“Lo único que me quedó fue reaccionar”
→
“Elegí reaccionar”
Si cambio mi conversación, podré ver qué nivel de responsabilidad tengo en
mis resultados y podré modificarlos. La otra alternativa es seguir siendo
cómodamente la víctima y dejar que el otro (el victimario) se decida a solucionarlo.
¿Estás dispuesto a esperar? ¿Te gusta depender de los demás? ¡Estoy segura de que
no! Por eso, te invito a escucharte y cada vez que percibas que estás en el papel de
víctima puedas analizar cómo asumir tu responsabilidad.
En la vida, puedes elegir entre estas dos posturas: buscar a los culpables y
seguir lamentándote por el problema, o actuar dentro de la responsabilidad y
buscar las soluciones. Si no eliges ser el protagonista de tu vida, corres el gran
riesgo de quedarte como la víctima de una historia, donde los otros son los
protagonistas.
No soy lo que me sucedió, soy lo que elegí ser. Carl Jung
Ejercicio 1. Revisando lo que está en mis manos
Elige un aspecto de tu día a día, por ejemplo: el ambiente familiar, tu trabajo,
cuando haces deporte con tus amigos, cuando asistes a un restaurante o al teatro.
Analiza aquellas cosas que están en tu círculo de preocupación (que no dependen
de ti) y aquellas que están en tu círculo de influencia (que sí están en tus manos)
CÍRCULO DE PREOCUPACIÓN
CÍRCULO DE INFLUENCIA
Ejercicio 2. ¿Sé detectar a la víctima o al protagonista?
Escucha una conversación, ya sea que esta sea real o ficticia (por ejemplo, la
que se da en una película, serie o telenovela). Copia las frases que te llaman la
atención y analízalas: ¿están expresadas desde la postura de víctima o de
protagonista?
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Ejercicio 3. De víctima a protagonista
Piensa en una situación en la que te sientas víctima. Escríbela en un máximo
de dos párrafos. Lee atentamente tu historia y genera una segunda versión donde
relatas la situación desde otro punto de vista, en el que tienes parte de
responsabilidad en los resultados.
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¿Qué quedó en tus manos?
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¿Qué soluciones puedes ver en esta segunda versión?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué emociones sientes cuando estás en la postura de víctima?
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¿Y cuando asumes la postura de protagonista?
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¿Qué postura eliges a partir de ahora?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 7
¿Cuán inteligente eres emocionalmente?
Había un joven que tenía muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos
y le pidió que cada vez que perdiera la paciencia
clavara un clavo detrás de la puerta.
El primer día clavó 37 clavos.
Luego, a medida que aprendía a manejar su carácter,
fue disminuyendo el número de clavos.
Llegó el día en que logró mantener
la paciencia durante todo el día.
A partir de ese día, su padre le pidió que quitase un clavo por cada día
que podía manejar su forma de ser.
Pasaron los días y llegó el momento en que ya no clavaba nada
y había sacado todos los clavos.
Su padre le dijo: “Has trabajado duro…
mira ahora la puerta cómo ha quedado”.
Si bien la puerta estaba sin clavos,
tenía un montón de hoyos.
“La puerta nunca será la misma”, le dijo,
“cada vez que pierdes la paciencia contigo mismo
o con los demás, dejas cicatrices exactamente como estas”.
El origen de la inteligencia emocional
Este término, que se escucha cada vez más en nuestro día a día, aparece en la
literatura psicológica en la década de los ‘80. Otro término similar fue “inteligencia
social” que utilizó Thorndike en 1920 para referirse a las habilidades para
relacionarse, comprender y motivar a otras personas.
∙Lingüística: Corresponde a la facilidad para leer, contar, hablar, escribir. Es
decir, expresarse a través de la palabra escrita y hablada.
∙Visual y espacial: Capacidad de pensar en imágenes, construirlas y resolver
situaciones a través de la relación espacio y cuerpos.
∙Musical: La capacidad de expresarse por medio de canciones y sonidos.
La teoría de las inteligencias múltiples explica que todos tenemos distintos
tipos de inteligencia, en diferente nivel de desarrollo. Sin embargo, tenemos
algunas más desarrolladas que otras, por ejemplo, un futbolista exitoso es seguro
que tiene la corporal y cinética más desarrollada, lo que le permite dominar su
cuerpo. Asimismo, también tendrá desarrollada la visual y espacial, que le permite
medir los espacios, regular su fuerza e introducir el balón en espacios pequeños,
impulsándolo desde una gran distancia.
Si te observas a ti mismo, ¿qué tipo de inteligencias ves más desarrolladas?
El concepto de inteligencia emocional surge de la unión de dos tipos de
inteligencia: la interpersonal y la intrapersonal y es planteado y popularizado por
Daniel Goleman, en su libro La inteligencia emocional, editado en 1995.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Según Goleman, es la capacidad de comprender las emociones y dirigirlas,
de tal manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros
procesos de pensamiento, consiguiendo mejores resultados.
Al ser más inteligentes emocionalmente tendremos acceso a:
Tomar contacto con nuestras emociones ante cada situación.
Comprender los sentimientos de los demás.
Tolerar las presiones y frustraciones de la vida diaria, tanto a nivel laboral
como personal.
Mejorar nuestra capacidad de relacionarnos con otros y trabajar en equipo.
La persona inteligente emocionalmente tiene habilidades en cuatro áreas:
identificar emociones, usar emociones, entender emociones y regular emociones.
John Mayer.
¿Qué nivel de contacto tienes con tus emociones y con las emociones de los demás?
¿Cómo afectan las emociones a mis resultados?
Como dijimos antes, los resultados que obtengo provienen de las acciones o
comportamientos, que a su vez provienen de mis emociones. Observa las
siguientes expresiones:
¡Qué contenta estoy con tu trabajo!
¡Qué rabia me da la forma en que te comportas!
Me siento impotente ante tantas cosas...
¡Estoy feliz con mi vida!
¿Qué tipo de acciones nos surgen desde la rabia? ¿Y desde la impotencia?
¿Y la felicidad y la alegría? Normalmente, desde cada emoción surgen acciones que
están conectadas con ella.
Como coach, observo que en general nos cuesta entrar en contacto con las
emociones, ponerles un nombre y un apellido. Decir “estoy enojada” o “estoy
decepcionado”. Tendemos a utilizar expresiones generales que no concretan lo que
estamos sintiendo, como “me emocioné”. ¿Qué fue? ¿Una emoción positiva o
negativa? ¿Qué emoción específicamente? o “Me molestó demasiado” ¿Qué grado
de molestia? ¿Fue enojo, ira, decepción, frustración?
Al entrar en contacto con la emoción, puedo entender mejor qué me pasa.
Por otro lado, es importante identificar de dónde viene mi emoción. La emoción
proviene de hechos a los que les doy una interpretación. ¿Cómo estoy
interpretando lo que me sucede?
Pienso
Siento
Acciono
No les importa.
Decepción, tristeza, enojo.
Les grito, les pongo etiquetas negativas (“Son xxx”) y dejo de ayudarles.
No quieren colaborar conmigo.
Enojo, indignación.
Si ellos no quieren colaborar conmigo, yo tampoco voy a colaborar con ellos.
No saben cómo hacer el trabajo o no pueden hacer el trabajo.
Ganas de poder ayudar.
Les pregunto cómo se sienten con respecto al trabajo, les ayudo a identificar
sus dudas, veo cómo ayudarles para llegar al resultado.
Como puedes ver en este ejemplo, mi interpretación hace variar mi emoción
y de esa forma escojo acciones que me ayudan o no a alcanzar el resultado. Y tú
¿cómo te sientes con respecto a tus emociones?
La inteligencia emocional no es lo contrario de la inteligencia, no es el triunfo
del corazón sobre la cabeza. Es la única intersección de ambas. David Carusso.
La inteligencia emocional y tu cuerpo
“La forma en que te sientes emocionalmente termina siendo la forma en que
te sientes físicamente”, nos dice Don Colbert en su libro Emociones que matan.
¡Cuánta verdad en sus páginas! Al leerlas y ver las descripciones de las reacciones
de nuestro cuerpo y las emociones a las que corresponden pude observarme a mí
misma, en varias etapas de mi vida en las que mis emociones no eran las mejores.
¿Prestas la suficiente atención a tus emociones?
¿Te dejas llevar por ellas y te quedas enganchado con interpretaciones
y emociones que no te hacen bien?
¿Sientes cómo sufre tu cuerpo ante las emociones negativas?
¿Te acercan las emociones negativas a los resultados que quieres?
Revisemos una de las emociones más comunes en nuestro día a día: el
enojo.
Sientes que la sangre recorre más rápido tu cuerpo, tus músculos se tensan
y tu cuello se estira. Tu respiración se acelera, así como los latidos de tu corazón.
Una ola de calor te recorre el cuerpo y te parece que puedes explotar. Las palabras
salen de tu boca a un ritmo más acelerado y cada vez subes más el volumen de tu
voz y dices lo que dices sin pensar en las consecuencias. ¿Te resulta familiar? Es el
enojo, una de las emociones que, en mi opinión, más impacto tiene en tu cuerpo y
tus relaciones.
¿Cuán frecuente es el enojo en tu persona y en tus relaciones?
¿Ante qué situaciones te enojas?
¿Qué consecuencias físicas sufres cuando te enojas?
La Universidad de Ciencias de la Salud de la Ciudad de Guadalajara realizó
y publicó un estudio que refleja los siguientes efectos del enojo:
•Se siente fatiga y hambre.
•Células cargadas de lípidos liberan grasa en la sangre.
•Deterioro de las paredes de las arterias y la grasa acumulada se convierte
en colesterol malo.
Consecuencia principal: envejecimiento tres mil veces más rápido de lo
normal, que puede ser reparado con la felicidad, la risa y el enamoramiento.
¿Para qué hacerte esto a ti mismo por algo que no puedes cambiar?
¿Cómo puedes pasar del enojo a la paz?
Desde mi punto de vista, la clave está en darte cuenta de lo que no puedes
cambiar y enfocarte en lo que sí puedes. Si bien no eres capaz alterar el hecho que
ya ocurrió, puedes modificar la interpretación que haces de ese hecho. Esto se
llama reinterpretación o resignificación.
El dolor es físico, el sufrimiento es emocional y
depende de tus interpretaciones… ¿Eliges sufrir?
Ser inteligente emocionalmente vs. controlar las emociones
En mi relación con las personas, observo una confusión muy común, que
consiste en que se interpreta que ser inteligente emocionalmente es aparentar que
no pasó nada. Como dice la canción de Lady Gaga, poner “póker face” y que el otro
no pueda saber lo que me pasa. Desde mi punto de vista, eso no es ser inteligente
emocionalmente, sino buscar controlar una emoción.
Nosotros somos seres humanos y como tales, somos seres emocionales. Nos
movemos a través de emociones y ellas están presentes en el día a día, todos los
días, todo el día. Intentar no tener emociones sería convertirnos en máquinas y
dejar de ser humanos.
Varias personas recurren a mí por tener miedo a hablar en público. “Me
pongo como un tomate”, “me tiembla la voz”, “comienzo a sudar”. Normalmente
les digo: ¡Felicidades, estamos frente a un ser humano al que le importa lo que va a
hacer!
No es el hecho de estar frente a un público (por más que sean dos personas)
lo que hace que la persona se sienta así. Por el contrario, son las interpretaciones
que tiene en ese momento (y que normalmente son conversaciones internas) las
que generan esas reacciones corporales.
Si tengo miedo, enojo o cualquier otra emoción y trato de ocultarlo como si
nada pasara, esta emoción no desaparece, se mantiene en mi interior. En mi país se
dice “la procesión va por dentro” o “tragar sapos”, que significa que no muestro la
emoción negativa que se ha apoderado de mí, sino que la mantengo en mi interior.
La emoción sigue existiendo, la situación no se resuelve y, como vimos en el caso
del enojo, sus efectos se trasladan a mi cuerpo.
¿Cómo eres con las emociones?
¿Las ocultas o las demuestras?
5 S Emocional
La primera S – Seiri – Descarte
Deshazte de todas las emociones tóxicas que no te sirven para llegar a tu objetivo.
La segunda S – Seiton – Orden
Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar o lo que no te mata en esta vida te
fortalece y aquello que te pesa lo tienes que dejar para seguir adelante. Cuando
tengas que disfrutar, disfruta... Cuando tengas que llorar, hazlo, porque lo peor
son las emociones reprimidas.
La tercera S – Seiso – Limpieza
Solo puedes vivir en un ambiente emocional adecuado, si limpias tu corazón.
Cuando los demás vean lo feliz que eres, te preguntarán qué hiciste y lo harán.
La cuarta S – Seiketsu – Higiene y sistematización
Convierte el cuidado de tus emociones en un estilo de vida, porque como te sientes
emocionalmente, termina siendo la forma en que te sentirás físicamente.
La quinta S – Shitsuke – La autodisciplina
¡¡Mantén todas las S para ser feliz!!!
Ejercicio 1. Revisa cómo eres con respecto a las emociones
∙Ponte en contacto con tus emociones ¿Cuáles sueles transitar con mayor
frecuencia? ¿Eres capaz de poner nombre y apellido a tus emociones?
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∙¿Cómo actúas con respecto a tus emociones? ¿Te dejas llevar por ellas? ¿Te
dejas llevar por las emociones de los demás?
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Ejercicio 2. Autocoaching de emociones negativas
¿Qué emoción estoy sintiendo?
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¿Qué hechos estoy viendo que me generan esta emoción? ¡Solo hechos!
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¿Qué interpretaciones estoy haciendo de estos hechos?
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¿Cómo me ayuda esta emoción a los objetivos que deseo lograr? ¿Qué tipo
de acciones salen de ella?
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Si deseas cambiar de emoción, responde a estas preguntas.
¿Qué otras interpretaciones podría tener de estos hechos?
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¿Qué emoción te genera esa interpretación?
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¿Qué acciones podrás emprender a partir de ella?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué elecciones harás para tener una mayor inteligencia emocional?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 8
¿Eres capaz de perdonar?
Una joven debía esperar mucho para embarcar en su vuelo. Por lo tanto, decidió comprarse
un paquete de galletas y comerlas, mientras leía un buen libro. Se sentó y se dispuso a
pasar un buen rato de descanso. Al lado de su asiento, donde se encontraba el paquete de
galletas, un hombre abrió una revista y también se puso a leer.
Cuando ella cogió una galleta, el hombre cogió otra. Ella se sintió irritada por este
comportamiento, pero no dijo nada, solo pensó: “¡Qué cara dura! ¡Come mi galleta sin
permiso!”. Cada vez que cogía una galleta, el hombre hacía lo mismo. Ella se iba enfadando
cada vez más, pero no quería hacer un espectáculo.
Cuando solo quedaba una galleta pensó: “¿Qué va a hacer ahora?” El hombre cogió la
última galleta, la partió en dos y le dio la mitad. “Bueno, esto ya era demasiado…” ¡Estaba
muy enfadada! En un arranque de rabia, cogió su libro y sus cosas y salió disparada hacía
la sala de embarque. Cuando se sentó en su asiento del avión, abrió su bolso y, con gran
sorpresa, descubrió su paquete de galletas intacto y cerrado
¡Se sintió tan mal! No comprendía cómo se había podido equivocar… Había olvidado que
guardó su paquete de galletas en su bolso. El hombre había compartido con ella sus galletas
sin ningún problema, sin rencor, sin explicaciones de ningún tipo… mientras ella se había
enfadado tanto, pensando que había tenido que compartir sus galletas con él… y ahora no
tenía ninguna posibilidad de explicarse, ni de pedirle disculpas.
Cuento extraído de internet de origen desconocido
El camino para la realización de nuestros sueños no es un camino recto y
fácil ya que pueden darse malos entendidos –como el de las galletas– y podemos
cometer errores. A menudo descubro en mis sesiones de coaching la poca
tolerancia que tenemos al error, ya sea nuestro o de los demás.
El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
Goethe
Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de
aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.
Santiago Ramón y Cajal
Algunos se equivocan por temor a equivocarse.
Gotthold Ephraim Lessing
Cada vez que cometo un error, busco recordar mi condición: soy un ser
humano y como tal, soy propensa a caer en errores. Pero, ¿qué es el error?
Depende exclusivamente de ti cómo lo interpretes: puedes elegir verlo como lo
peor que te ha pasado o descubrir en él un espacio de aprendizaje.
¿Cómo te relacionas con tus errores?
¿Y con los errores de los demás?
Ante un error, observo que hay dos caminos. El más común y transitado por
todos es ocultarlo, evitar verlo y que sea visto por otros, desviar la atención
buscando el error del otro. El menos utilizado es mirarlo como un gran regalo,
examinarlo, ver qué parte es nuestra responsabilidad y a partir de allí ver qué
puedo sacar para que me ayude en el futuro.
Recuerdo una de las épocas más tormentosas de mi vida: mi marido y yo
habíamos invertido parte de nuestros ahorros en un emprendimiento, junto con
otros socios. Transcurrió el tiempo, pero las cosas no iban como esperábamos y
como yo en ese tiempo era asesora de empresas, propuse revisar el funcionamiento
del negocio para ver qué estaba sucediendo.
Ese fue el momento en que me atacó la culpa: “yo, yo, yo y solamente yo”.
La culpa es una emoción totalmente destructiva y sobreviene luego de un error. Se
podría definir como decepción y enojo hacia sí mismo, por una elección
aparentemente incorrecta. La culpa nos suele llevar a perder la objetividad y a
asumir, en forma exclusiva, el fracaso que vemos frente a nosotros.
Si el sentimiento de culpa fuera un animal, sería un pulpo. Todo viscoso y
retorcido y con cientos de tentáculos, que se te enroscan en las tripas y te las
aprietan fuerte.
Annabel Pitcher
Una persona que se siente culpable, se convierte en su propio verdugo.
Séneca
No dejes que el futuro sea un rehén de tu pasado.
Neal A. Maxwell
Como buena asesora, expuse la situación a los socios: o invertíamos más
dinero sin saber a ciencia cierta cómo nos iba a ir, o bien debíamos cerrar la
empresa. Entre las dos opciones, elegimos cerrar. Ese día fue uno de los más tristes
para mí a nivel personal y profesional. ¡¿Cómo yo que era asesora de empresas me
había equivocado tanto?! ¡¿Con qué cara iba a seguir ayudando a empresarios, si
no había sido capaz de llevar exitosamente mi propia empresa?!
Recuerdo que conduje cuarenta y dos kilómetros de regreso a casa sin poder
parar de llorar por la culpa que sentía. Algo más se subía a mi mochila imaginaria
de errores.
¿Cuán a menudo te ataca la culpa?
¿Qué nivel de objetividad tienes cuando mides tu culpa en lo sucedido?
La culpa y el enojo te hacen mirar siempre hacia el pasado. ¿Alguna vez
trataste de avanzar de espaldas? Es prácticamente la misma situación. Sabes que
tienes que seguir, pero sigues mirando para atrás. Perdonar no solo es un proceso
liberador para el que cometió el error, es aún más beneficioso para el que perdona,
ya que lo libera del pasado.
Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de
perdonar. Un ser vil no perdona nunca, porque no está en su naturaleza.
Laurence Sterne
El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.
Martin Luther King
Para perdonar, primero tenemos que resignificar lo que sucedió. En mi caso,
me di cuenta de que ser asesora de empresas no me liberaba de la posibilidad de
cometer errores al emprender. Además, lo que al comienzo pensé que sería mi cruz
profesional se convirtió en un diferencial muy importante, ya que todo el mundo
quería saber cómo pude aceptar mis errores y salir adelante.
Te invito a revisar tus errores y tus culpas, así como aquellas cosas que
debes perdonar. Tienes que dar este paso, para aligerar tu mochila y llegar más
rápido a lo que deseas.
El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito;
bendice al que lo da y al que lo recibe. William Shakespeare
El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no
sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando
tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió. Madre Teresa de Calcuta
Ejercicio 1. Revisa los errores más importantes que piensas haber cometido.
¿Cómo te sientes con respecto a ellos?
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¿Cómo puedes darle una significación positiva a lo que ocurrió?
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¿Qué necesitas perdonarte para seguir avanzando?
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¿A quiénes necesitas pedir perdón?
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Ejercicio 2. Revisa los errores que otros cometieron contigo.
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¿Qué necesitas perdonar?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué acciones diferentes emprenderás a partir de ahora con respecto a tus errores, la
culpa y el perdón?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 9
Generamos realidad con el lenguaje
Un sultán soñó que había perdido todos los dientes. Al despertar, ordenó llamar a un sabio
para que interpretase su sueño. “¡Qué desgracia, mi señor!” exclamó el sabio – “Cada
diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad”.
“¡Qué insolencia!” gritó el sultán enfurecido. “¿Cómo te atreves a decirme semejante
cosa? ¡Fuera de aquí!”. Llamó a su guardia y encargó que le dieran cien latigazos.
Más tarde mandó que le trajesen a Nasrudín y le contó lo que había soñado. Este, después
de escuchar al sultán con atención, le dijo: “¡Excelso Señor! Gran felicidad le ha sido
reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes”. Se iluminó el
semblante del sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran a Nasrudín cien monedas
de oro.
Cuando Nasrudín salió del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: “¡No es posible!
La interpretación que hiciste de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo por
qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro”.
“Recuerda bien, amigo mío”, respondió Nasrudín,
“ que todo depende de la forma como se dicen las cosas”.
El lenguaje nos distingue a los seres humanos, nos permite relacionarnos
con otros y llegar a objetivos personales y grupales.
“¡No podrás hacerlo, así que no insistas!” “¡Estoy segura de que te va a ir
excelente!”
“¡Preguntas mucho, deberías callarte más!” “¡Eres el mejor haciendo esto!
Declaraciones como estas generan distintas realidades en las personas y nos
acercan o nos alejan de los resultados que deseamos lograr.
En la Ontología del Lenguaje, filosofía sobre la cual se basa el Coaching
Ontológico, vemos que el lenguaje es una herramienta poderosa, a través de la que
podemos crear una realidad diferente para otros y también para nosotros.
∙Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos
“El lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el tipo particular de
seres que son. El lenguaje, postulamos, es la clave para comprender los fenómenos
humanos”, dice Echeverría. En este punto, el lenguaje funciona como el
diferenciador entre los seres humanos y las otras especies. Hemos generado un
lenguaje que no solamente se constituye en palabras, sino también se expresa a
través del cuerpo y de nuestras emociones.
∙Interpretamos el lenguaje como generativo
“El lenguaje no solo nos permite describir la realidad, el lenguaje crea realidades. La
realidad no siempre precede al lenguaje, este también precede a la realidad”. Yo puedo
decir “este trabajo es de 8:00 a 18:00” y en ese momento estoy describiendo la
realidad. Sin embargo, cuando digo “este trabajo es terriblemente agotador” lo que
hago es generar una realidad, a través de la declaración que hago.
Esta realidad será más o menos fuerte, dependiendo de la autoridad que
tengo. Por ejemplo, si esta declaración la hace la persona de mayor jerarquía en la
empresa o la persona que hace la tarea desde hace mucho tiempo, la declaración
tendrá un peso importante para otras personas, que no hayan ejecutado el trabajo y
que lo escuchen. Si la declaración la dice alguien que realmente no ha hecho el
trabajo, puede aparecer otro que pregunte “¿cómo lo sabes si nunca lo hiciste?”.
∙Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje
y a través de él
No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.
Juan Luis Vives
¿Qué elementos del lenguaje nos permiten generar realidad y acción?
∙Las afirmaciones: son descripciones de hechos sin ninguna expresión de
nuestro punto de vista. Pueden ser verdaderas o falsas. Ejemplos: “Este miércoles
es feriado”, “Tengo 37 años”, “Hace 23 grados de temperatura”.
∙Las declaraciones: generan realidad o acción para nosotros o para los otros,
una vez que las expresamos. Las declaraciones se dividen en:
a.Los juicios: son las explicaciones personales que les damos a los hechos.
Pueden ser válidos o inválidos y hablan de la persona que los emite. Ejemplos
“este feriado será maravilloso”, “soy joven aún”, “El clima está templado”.
c.Los pedidos: nos permiten articular acciones con otros para alcanzar
objetivos. Los pedidos son efectivos cuando contienen todos los elementos básicos
y nos permiten llegar a los resultados. La acción a realizar la tiene que ejecutar el
receptor, es decir, la persona que recibe el pedido. Por ejemplo: “te pido que
llegues a las 13:00 horas”, “necesito que me traigas un vaso con agua”.
d.Las ofertas: al igual que los pedidos, generan acciones con otros, pero la
acción la realiza el emisor, es decir, la persona que expresa la oferta. Por ejemplo,
“me ofrezco a llevarte hasta tu casa”, “yo puedo encargarme de ese informe”.
e.Las promesas: podemos prometer con liviandad o con responsabilidad. El
cumplimiento o no de las promesas afecta nuestra confianza. Por ejemplo, “te
prometo que el pedido estará listo para mañana”.
La importancia de las declaraciones fundamentales en nuestro lenguaje
Las declaraciones fundamentales son actos lingüísticos básicos. Sin embargo,
la relación con cada una de ellos puede variar de persona en persona. Podemos
relacionarnos bien con unas y no ser tan hábiles utilizando otras. Lo bueno es que,
como seres humanos, una vez que nos damos cuenta de que no usamos una
declaración fundamental, podemos trabajar esos aspectos de nuestro lenguaje y
mejorarlos.
1.El no y el basta: sirven para establecer límites. Nos permiten respetarnos y
respetar a otros. Cuando queremos decir no, pero decimos sí nuestra dignidad
como personas se siente comprometida.
¿Cómo te relacionas con este tipo de declaración?
¿Eres capaz de decir no cuando lo quieres decir?
¿Te es fácil mantenerte en tu no o cambias rápidamente de parecer ante la insistencia del
otro?
¿Eres capaz de escuchar y entender el no del otro?
¿Qué consecuencias te supone no poder decir que no?
2.El sí: tiene una importancia primordial cuando el otro nos hace un pedido
o estamos comprometiéndonos. Somos la persona que somos en relación con todos
los sí que hemos dado en nuestra vida. Asimismo, ante cada cosa que decimos que
sí, hay otras cosas a las que decimos que no.
¿Cómo te llevas con el sí?
¿A qué cosas le dices que sí?
¿Tu sí es firme o dices sí con liviandad?
¿A qué cosas te falta decirle que sí?
¿Te es fácil decir no sé?
¿Qué opinión tienes acerca de la persona que es capaz de decir no sé?
¿A qué cosas te gustaría decir no sé para poder abrirte al aprendizaje?
Cuando quieres decir no sé y no lo haces ¿qué piensas que sucede contigo?
¿Eres una persona agradecida?
¿Cómo son tus agradecimientos? ¿Sinceros y detallados o solamente por cortesía?
¿Te enfocas en lo que recibes o en lo que te falta?
¿Eres capaz de recibir el agradecimiento del otro?
¿Cómo es tu relación con el perdón?
¿Perdonas a otros? ¿Sabes pedir perdón?
¿Te perdonas tus errores?
¿Qué impacto tiene en tu vida la falta de perdón?
¿Alimentas tus relaciones personales con los demás?
¿Qué te impide decir te quiero?
¿Qué sucede con el otro cuando se lo dices?
Ejercicio 1. Revisando mi relación con las declaraciones fundamentales
Reflexiona sobre las declaraciones fundamentales y responde a las preguntas
que expuse en cada definición.
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Define cuáles son las declaraciones con las que tienes mejor relación y
cuáles son en las que deberías trabajar más.
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Escribe:
o Aquello a lo que quieres decir que no
o Aquello a lo que quieres decir si
o Los no sé que te gustaría expresar
o ¿A quiénes les dirías gracias y por qué específicamente?
o ¿A quiénes te gustaría perdonar y pedir perdón?
o ¿Qué cosas te perdonarías?
o ¿A quiénes les dirías te quiero?
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Revisa cómo está el uso de las declaraciones fundamentales en tu familia, tu
grupo de amigos, tu familia. ¿Cómo podría mejorar el ambiente y los resultados
con su uso?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué eliges a partir de ahora con respecto a tu lenguaje?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 10
Saber pedir
Cuenta una vieja historia que había un rey fabulosamente rico.
A su muerte legó todo lo que poseía a Yusuf, su leal esclavo,
pero estableció una sola condición:
que primero le fuera concedido elegir alguna cosa de valor a cada uno de sus cuatro hijos.
Cada uno de los príncipes pidió lo que creía más conveniente.
El mayor se decidió por el palacio real, el segundo por un magnifico jardín flotante,
el tercero optó por el deslumbrante trono adornado
con piedras preciosas de incalculable valor.
Los tres se lamentaron de que el resto fuera a parar a manos del esclavo Yusuf.
Faltaba el cuarto hermano, el menor, que nada había dicho.
Se levantó y expresó con firmeza y serenidad ¡quiero al esclavo Yusuf!
Un grito de asombro se elevó entre todos lo que componían
la asamblea testamentaria: jueces, cortesanos y guerreros.
A todos les pareció una elección extravagante.
El muchacho había elegido al viejo Yusuf como si fuese un objeto de valor,
pero la posesión del esclavo implicaba el dominio de todo lo que el rey le había legado.
La ley vigente sobre la esclavitud ordenaba
que todo el patrimonio de Yusuf fuese propiedad legítima del joven,
ahora dueño de la mayoría de los tesoros de su difunto padre.
La mayoría de las veces necesitamos de otros para llegar a nuestras metas,
porque solos no podemos hacer todo. También, muchas veces, encontramos
personas que hacen determinadas cosas mejor que nosotros, por eso, poder
generar pedidos efectivos (que lleguen a resultados) es imprescindible.
Pedir o no pedir, esa es la cuestión. En el día a día, existen distintas
situaciones en relación con los pedidos, como veremos a continuación.
a)Somos buenos pidiendo y, gracias a esta capacidad, conseguimos que los
demás se involucren, y en conjunto logramos resultados.
Si estás en el primer grupo: ¡Felicidades!
Dime dónde no pides ayuda y te diré dónde sufres
Muchas veces el no querer pedir está relacionado con ocasiones anteriores
en las que pedimos, pero no logramos el resultado deseado. Si esta situación fue
repetida, generamos una creencia: “mejor lo hago solo”, “está visto que soy el
único que lo puedo hacer”, “a los demás no les importa”, entre otras cosas. Sin
embargo, el pedir puede tener muchas barreras que impiden que podamos realizar
el acto.
Por otro lado, muchas veces pedimos sin pedir. Es decir, nuestro pedido no
es claro y nadie se da cuenta de que debe realizar una acción. Algunos ejemplos:
“Hace un poco de frío acá” (Quiero que se cierre la ventana). “Me parece que hay
alguien que no entiende su responsabilidad” (se lo lanzamos a un grupo, pero sin
decírselo a nadie en concreto). “Me encantaría que me ayudaran a lograr este
objetivo” (y tal vez no queda claro cuál es el objetivo y para cuándo).
No quiero pedir. ¿Por qué? El no pedir puede estar relacionado con algunas
interferencias que no nos permiten hacerlo.
•Ignorancia: no sabemos pedir, a quién o cómo.
•Creencias limitantes: “Es mejor dar que recibir”, “Hay que ser
autosuficientes”, “Yo tengo que encargarme de esto”, “Este es mi papel”.
•Miedo: a ser rechazados, sentirse tontos o insuficientes, a deber algo.
•Baja autoestima: “no merezco lo que le voy a pedir”.
¿Con cuál de estas interferencias te identificas?
¿Qué está evitando que puedas realizar un pedido?
Elementos de un pedido. Muchas veces realizamos pedidos que no tienen
todos los elementos y por ello no son comprendidos por el otro y en ocasiones, ni
siquiera escuchados.
∙Orador: la persona que emite el pedido
∙Tiempo: es el plazo en el que esperamos que se concrete la acción solicitada
∙Condiciones de satisfacción: es cómo nos gustaría que se realice la acción,
si es que tenemos especificaciones, o bien deberíamos indicar que se le da libertad
al oyente.
∙Algo que falta: lo que pedimos tiene que ser algo que nos está faltando o
algo que necesita el oyente. Si este no entiende que está respondiendo a una
necesidad real, pierde el sentido de su acción.
¿Cómo son tus pedidos? ¿Qué elementos tienen y qué no?
Los problemas con pedidos no concretados, ¿con la falta de qué elemento se relacionan?
Una fórmula para que tus pedidos mejoren. Es importante que tus pedidos
sean concretos, además de verificar que todos los elementos sean explícitos. Por
ejemplo, “Yo te pido X en tiempo Y”. (X = exactamente lo que necesitamos con las
condiciones de satisfacción que queremos. Y = el periodo en que lo necesitamos).
Ejemplos:
“Necesito que busques una solución definitiva para el problema de la puerta
para antes del martes, porque tendremos visitas”.
“Te pido que me devuelvas el libro que te presté, para antes del 10 de este
mes, cuidando de mantenerlo en las mismas condiciones en que estaba”.
¡Ser más específicos en los pedidos tiene su recompensa!
Muchas veces las cosas no se le dan al que más las merece, sino al que sabe
pedirlas con insistencia. Arthur Schopenhauer
Ejercicio 1. Reflexiona sobre cómo eres al pedir
¿Cómo eres pidiendo?
¿En qué áreas de tu vida sufres y necesitarías pedir ayuda?
¿Cuáles son las barreras internas que tienes para pedir?
¿Qué dificultades tienen normalmente tus pedidos?
¿Qué podrías hacer para mejorar tu forma de pedir?
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Ejercicio 2. Analiza aquellas cosas que te gustaría alcanzar como meta
∙¿A quién o quiénes deberías pedir ayuda?
∙¿Qué necesitarías pedir específicamente?
∙¿Cómo deberías estructurar tu pedido?
∙¿Qué objeción interna tuya deberías revisar antes de pedir?
∙¿Qué objeción podrías recibir de la otra parte? ¿Cómo reducirías el riesgo de
tener esa objeción?
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué eliges hacer, a partir de ahora, con respecto a tus pedidos?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 11
El poder de la escucha
Un hombre llama al médico de cabecera de la familia,
porque está preocupado por su esposa María:
“Se está quedando sorda, así que necesito que vengas a verla”.
El médico recomienda: “Vengan el lunes”.
“¡Imposible! No puedo esperar tanto tiempo…”, dice el esposo.
“Está bien, haremos unas pruebas por teléfono”,
acepta el médico, “¿Dónde estás tú y dónde está ella ahora?”.
El esposo angustiado, le da la información:
“Estoy en el dormitorio y ella está en la cocina lavando los platos”.
“¡Excelente! Llámala por su nombre desde allí…”, solicita el médico.
“¡Maríaaaaa...! No, no me oye”, dice el esposo.
“Bueno, acércate a la puerta del dormitorio
y grítale desde el pasillo”, le pide el médico.
“¡Maríaaaaa....! No, ni caso”, repite el esposo. “Acércate a ella por el pasillo,
llamándola para ver cuánto te oye”, dice el médico.
“¡Maríaaaaa....! ¡Maríaaaaa....! ¡Maríaaaaa....!
No hay manera. Estoy delante de la puerta de la cocina y la veo.
Está de espaldas lavando los platos, pero no me oye.
¡Maríaaaaa....! No hay manera.”
“Acércate más…”, pide nuevamente el médico.
El hombre entra en la cocina, se acerca a María,
le pone una mano en el hombro y le grita en la oreja: “¡Maríaaaaa...!”
La esposa se da vuelta furiosa y le grita: “¿Qué quieres?
¿¡Qué quieres, qué quieres, qué quiereeeeees...!?
Ya me has llamado como diez veces y diez veces te he contestado “qué quieres”.
Cada día estás más sordo, no sé por qué no vas al médico de una vez…”
(Cuento adaptado de Jorge Bucay)
Cuando hablamos de comunicación, estamos hablando de “común acción”.
Significa que cuando me comunico estoy buscando poner en común con otra
persona información, opiniones, pensamientos, etc.
El nuevo paradigma de la escucha. Anteriormente se pensaba que el que
escuchaba tenía un rol pasivo dentro de la comunicación, pero en la actualidad, la
escucha se convierte en protagonista. Solo hay comunicación cuando el receptor ha
podido interpretar correctamente lo que el emisor le ha querido decir, pero para
interpretar, debe primero oír y luego escuchar.
¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar? Oímos desde lo fisiológico y
escuchamos desde la persona que somos, desde la forma en que vemos el mundo,
a través de nuestras experiencias y nuestras propias creencias. Una madre puede
decir “hijo, arregla tu cuarto” y el pedido puede ser oído o no. Si lo dice desde el
otro lado de la casa y el sonido no llega hasta el hijo, no hay audición, pero hay
casos en que el otro oye y sin embargo, su escucha no responde al pedido
realizado. Si al interpretar el pedido el hijo lo compara con sus creencias de “quiero
ayudar a mi madre”, “es importante que arregle mi cuarto”, “tiene un beneficio
que yo arregle mi cuarto”, entonces cumplirá con el pedido. Si el hijo tiene
creencias como “para eso está la empleada o mi mamá”, “limpiar es una pérdida
de tiempo”, no responderá al pedido realizado.
¿Qué me permite escuchar bien? Las palabras que vienen de cada persona
reflejan el estado de su alma y su corazón. Si yo puedo escuchar atentamente, no
solamente lo que dice, sino cómo lo dice y qué gestos y tono de voz acompañan al
mensaje, se puede decir que tengo acceso a la intención de la persona, a sus
necesidades y expectativas.
Quien habla tiene una intención cuando dice lo que dice, y al escuchar
atentamente puedo interpretar la inquietud del otro.
¿Cuán atento estás a interpretar la inquietud del otro?
¿Realmente escuchas o solo esperas tu oportunidad de hablar?
Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con
atención, a responder serenamente, y a callar cuando no tengas nada que decir.
Johann Kaspar Lavater
¿Qué tengo que ser capaz de escuchar?
•Las palabras y las acciones que se describen a través de las palabras. No
es lo mismo escuchar “debo hacer esto” que “quiero hacer esto”. En la primera
frase hay un deber, y en la segunda una elección o un deseo.
•La intención del otro. ¿Para qué me dice lo que me dice? ¿Cuál es su
objetivo?
•El estado del ánimo del otro, sus emociones. Si escuchas las posibles
respuesta a un “¿cómo estás hoy?”, te darás cuenta de que tienen significados
diferentes un “y... bien” a un “¡Excelente!”. Mientras que un “aquí en la lucha” me
muestra un estado de ánimo distinto.
•Su cuerpo. ¿Qué dice el cuerpo del otro? ¿Acompaña sus palabras o las
desmiente? Recordemos que el cuerpo dice lo que muchas veces la boca calla.
Cuando mi comunicación es sincera, ambos lenguajes, el corporal y el verbal,
coinciden. Si se da lo contrario, se produce una falta de coherencia.
Un elemento esencial de la escucha: la retroalimentación
¿Cómo sé que entendí bien lo que el otro me dijo? ¿Mi interpretación es la
correcta? Recordemos que escuchamos desde la persona que somos, por lo cual es
importante, verificar que el mensaje fue entendido correctamente, sin malas
interpretaciones. En este punto, es necesario realizar la retroalimentación, pero
¿cómo lo hago? Puedes usar los siguientes esquemas:
∙“Lo que estás diciendo es....” “Entonces, lo que me quieres decir es...” (y allí
repito lo que entendí)
¿Cuán a menudo verificas lo que el otro entendió o lo que tú entendiste?
Las interferencias en la escucha
1.La biología o características físicas del individuo. Cada persona tiene una
capacidad específica para captar los sonidos. Muchas veces la capacidad de oír (de
la cual depende la de escuchar) va disminuyendo con la edad, también si la
persona está en contacto constante con ruidos, puede mermar su audición.
Conozco casos de personas que escuchan mejor de un oído que del otro, por ello se
inclinan hacia el emisor con el oído que escuchan mejor. Otras personas ni siquiera
se dan cuenta de que no oyen bien.
2.El contexto social o código. Cada cultura y grupo social puede dar
significados distintos a una misma palabra, incluso en países que comparten una
misma lengua como es el caso del castellano, se pueden encontrar distintos
significados. Por ejemplo, en Chile se le dice “cabros” a los menores. Cuando es un
niño es un “cabro chico” y cuando es un joven es un “cabro grande”. Para llegar a
esa interpretación, yo necesito entender el significado que se le da a esos vocablos
en esa cultura.
5.Emocionalidad y estado de ánimo. Nuestras emociones se constituyen en
un punto de interferencia muy fuerte. Imaginemos que una persona se
comprometió a tener una reunión con nosotros, y nos avisa tres horas antes por
mensaje de texto, que no va a poder cumplir su promesa. Si el hecho nos produce
enojo, el “no voy a poder estar” se va a escuchar como “no me importa mucho
nuestra reunión”. Si estamos aliviados, porque teníamos otras obligaciones que
cumplir al mismo tiempo, probablemente lo escuchemos como “estás libre”. En las
películas y comerciales, se utiliza la música como fondo del mensaje para generar
una emocionalidad específica.
6.Nuestras interpretaciones. La forma en que vemos al emisor, a su mensaje
o a la forma en que se comunica y cómo lo interpretamos pueden generar una
escucha distorsionada. Por ejemplo, un padre le pide a su hijo que llegue más
temprano cuando va a una fiesta. En ese momento, mentalmente, el hijo comienza
a juzgar al padre: “qué sabe él, ni siquiera busca divertirse, es un viejo... en sus
épocas eran otros horarios, ¡pero eran sus épocas y no las mías!” El joven no
entiende el mensaje “te quiero cuidar” sino que interpreta, “no te entiendo, quiero
que todo sea igual a como era cuando yo era joven”.
7.Ruidos externos. Pueden ser fuertes, como el de un auto pasando justo en
el momento en el que estamos hablando o bien leves, pero continuos, como un aire
acondicionado que, aunque no molesta a quien está hablando, sí lo hace para el
que escucha.
8.Condiciones del que escucha. Si el que debe escuchar está cansado, tiene
hambre o está pensando en otra cosa, también se genera una barrera que hace que
la escucha se distorsione o bien sea selectiva.
Te invito a que analices tu nivel de escucha. El poder estar atento al otro, a
sus emociones, sus necesidades y sus pensamientos te permitirá tener información
valiosísima, que te ayudará a generar conversaciones más productivas y relaciones
más sólidas.
Tenemos dos orejas y una boca para que podamos escuchar el doble de lo que
hablamos.
Epíteto
Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice.
Peter Drucker
Ejercicio 1. Analiza tu escucha.
o ¿Prestas realmente atención cuando el otro habla?
o ¿Te escuchas a ti mismo?
o ¿Escuchas palabras, emoción y cuerpo?
o ¿Qué tipo de mal entendidos se generaron porque no fuiste un buen
escucha?
o ¿Cómo puede beneficiar a tu clase/familia/equipo de trabajo que hables
menos y escuches más?
o ¿Qué tipo de retroalimentación sueles utilizar?
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Ejercicio 2. Revisa tus interferencias al escuchar.
o ¿Qué problemas en la comunicación has tenido debido a las interferencias
al escuchar?
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o ¿Cómo podrías reducir cada tipo de interferencias? Escribe acciones
concretas para cada uno de los casos.
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Preguntas de aprendizaje para responder después de hacer los ejercicios
¿Qué eliges hacer con respecto a tu escucha?
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¿Qué aprendizajes te deja este capítulo?
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Paso 12
¿Te atreves a soñar?
Una pequeña oruga caminaba un día en dirección a la montaña. En el camino, se encontró
con una langosta: “¿hacia dónde te diriges?”, le preguntó. La oruga contestó: “tuve un
sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle.
Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo”.
Sorprendida, la langosta le dijo: “Tú debes estar loca. ¿Cómo podrías llegar hasta aquel
lugar?
Tú, ¡una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y
cualquier tronco una barrera infranqueable”.
Pero la oruga ya estaba lejos y no la escuchó. Durante el resto del camino, se fue
encontrando con el escarabajo, la araña, el topo y la rana. Todos se rieron de ella y le
aconsejaron desistir...
“¡Tú no lo lograrás jamás!”, era el mensaje principal.
Sin embargo, ella seguía avanzando. Un día, agotada, sin fuerzas y a punto de morir,
decidió descansar. “Estaré mejor”, fue lo último que dijo y murió. Todos los animales del
valle, durante varios días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del
pueblo.
Había construido con su tumba un monumento a la insensatez.
Todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una
advertencia para los atrevidos. De pronto, quedaron atónitos. Aquel capullo duro comenzó
a resquebrajarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que podría ser la de la oruga
que todos creían muerta…
Poco a poco, como para darles tiempo a reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas
alas, arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.
No hubo nada que decir. Todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y
realizaría su sueño.”
(Cuento adaptado de Internet, gentileza de mi madre, Stella Aranda)
Hemos sido creados para soñar, para desarrollar paso a paso todo nuestro
potencial. Sin embargo, el camino hasta nuestros sueños, no es fácil. Está lleno de
obstáculos que muchas veces parecen más grandes que nosotros. El miedo y la
resignación que sentimos frente a ellos son emociones que nacen de una
interpretación. Observamos algo, que consideramos que puede ser peligroso,
difícil o imposible e interpretamos que no podemos ser lo suficientemente
valientes y valiosos como para enfrentarlo.
¿Qué obstáculos hay entre tú y tus sueños?
¿Son realmente más grandes o solamente nos imaginamos que lo son?
¿Cómo son tus recursos con respecto a ellos?
El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos
que has tenido que superar en el camino.
Anónimo
Nunca desistas de un sueño, solo trata de ver las señales que te lleven a él.
Paulo Coelho
A través de los distintos capítulos, hemos ido revisando juntos temas
básicos que te ayudarán a generar mejores resultados. Hay otros más, con mucha
seguridad… pero recuerda que el éxito no es instantáneo, sino que es como una
construcción que requiere bases sólidas.
El proceso de salir de tu zona de comodidad (ser oruga) y avanzar a tu zona
de aprendizaje (ser mariposa) no es un camino fácil, te lo aseguro. Recibirás juicios
de parte de muchas personas que te rodean. Te considerarán loco o loca por salir
de donde estás. Algunos no te comprenderán y otros te alentarán. Aquí lo único
importante eres tú mismo… lo que pienses de tus sueños, cómo los conviertas en
metas y cómo trabajes para llegar a ellos.
Te invito, además, a que explores si los obstáculos realmente existen o no,
cuán grandes son (¡pero desde los hechos comprobados, no desde las
interpretaciones!), que revises los recursos que tienes y que te prepares para
sorprender y sorprenderte...
Como último regalo, comparto contigo la letra de la canción “Aprender a
Volar” de Patricia Sosa, cantante argentina. Desde mi punto de vista, resume de
manera muy clara cómo será este camino de aprendizaje, con su lado oscuro y con
sus grandes satisfacciones.
¡Que lo disfrutes!
Aprender a volar
Intérprete: Patricia Sosa
Compositores: SosaMediavillaVilá
Duro es el camino y sé que no es fácil
no sé si habrá tiempo para descansar
en esta aventura de amor y coraje
solo hay que cerrar los ojos y echarse a volar
y cuando el corazón galope fuerte, déjalo salir
no existe la razón que venza la pasión, las ganas de reír.
Puedes creer, puedes soñar
abre tus alas, aquí está tu libertad
y no pierdas tiempo, escucha al viento
canta por lo que vendrá
no es tan difícil que aprendas a volar.
No pierdas la fe, no pierdas la calma
aunque a veces este mundo no pide perdón
grita aunque te duela, llora si hace falta
limpia las heridas que cura el amor.
Y cuando el corazón galope fuerte, déjalo salir.
No existe la razón que venza la pasión, las ganas de reír.
Puedes creer, puedes soñar...
Y no apures el camino, al fin todo llegará
cada luz, cada mañana, todo espera en su lugar.
Puedes creer, puedes soñar...
¡Gracias por llegar hasta este punto del camino!
¡Gracias por haberte otorgado tiempo para poder hacerlo!
Me encantaría conocer tu opinión sobre este libro, así como lo que has
conseguido a través de aplicar los ejercicios planteados para tu vida.
La retroalimentación es la principal fuente de aprendizaje, así que espero tus
comentarios en: patricianietocoach@gmail.com
¡¡Un abrazo lleno de luz!!
Patricia Nieto
A mi esposo Guillermo y a mis hijos María Paz, Joaquín y Felipe,quienes con su amor
incondicional son mi fuente de inspiración.
Bibliografía básica
Colbert, Don: Emociones que matan. Editorial Betania: E.U.A., 2006.
Echeverría, Rafael: Ontología del lenguaje. KATZ: Madrid, 2011
Goleman, Daniel: La inteligencia emocional. Kairós: Barcelona, 2002.
Miedaner, Talane: Coaching para el éxito. Urano: Barcelona, 2002.
[1] (http://www.coachfederation.org/espanol/)
[2] (http://www.internationalcoachingcommunity.com/es/queesel
coaching)