Actividad - Coma y Punto y Coma
Actividad - Coma y Punto y Coma
Actividad - Coma y Punto y Coma
“LA COMA”
EJERCICIOS:
a) Intenté buscar trabajo; pero, sin papeles, sin familia ni amigos, es muy
difícil sobrevivir.
b) Cuando llegamos a la casa el salón estaba lleno de gente; el jardín
resplandecía de luces de colores, y los manjares olorosos lucían en las
bandejas de plata.
c) Luciana leyó distraída los grandes titulares de las noticias luego;
mientras los papeles se les caían de las manos se puso a mirar hacia
fuera.
d) Lo máximo e insignificante se abandona al arbitrario; lo medio y
secundario se confía al consenso público, y el mínimo indispensable se
legisla.
e) Lentamente el sol comienza a penetrar la capa grisáceo que cubre la
ciudad de México; los trabajadores avanzan esquivando a los mendigos,
el comercio ambulante se instala en banquetas, bocas del metro, y
paradas de autobuses.
1. A cada hombre le daban algo del montón de comida que había sobre las
tres mesas: en la primera, un taco de barbacoa; en la segunda, un taco
de guacamole, y en la última un taco de frijoles.
2. Vendrán a cenar Inés Lourdes y Carla, a quienes invitó tu hermana;
Darío Álvarez Juan Pérez y Esteban Sánchez compañeros de mi trabajo
con sus respectivas esposas, el director de la escuela, tu madrina,
algunos vecinos, y si quieres tú invita a una amiga: es tu cumpleaños.
3. Lee y departe con los doctos, y procura pasar así dulcemente la vida,
alcanza la satisfacción de tu propia superación; porque la cosa mejor del
alma es la sabiduría, la cosa peor del cuerpo es la ignorancia, y el dolor.
4. Un capitalismo sin frenos, es decir, la libertad de la iniciativa privada
puede conducir a una crisis aguda, el estatalismo total, es decir, la
supresión de la iniciativa privada provoca una crisis reducida; pero,
permanente.
5. El incesante tránsito de coches, la notable afluencia de gente, el ruido, y
el griterío de las calles, la desusada animación de la ciudad, todo me
hace creer que se da hoy la primera corrida.
6. Como yo también he pasado por esa situación, comprendo
perfectamente bien su estado de ánimo; pero, no puedo autorizarle por
no tener facultades para ello, lo que ahora me impide.
7. El hombre débil, teme la muerte; el desgraciado, la llama el valentón, la
provoca, y el hombre sensato la espera.