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Mauro Dora - Todos Mienten

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Dedicatoria

A mi hija Samanta que con su amor e infinita ternura siempre me


da mucha energía en innumerables momentos de mi vida, porque
siempre me sorprende con acciones conmovedoras y llenas de
afecto.
Al Dr. Israel Stolovitsky quien fue mi “Dr. House”, mi médico
personal a lo largo de mi vida, generalista y brillante diagnosticador
que me salvó la vida. Le estaré agradecida por el resto de mi vida.
A todas las personas éticas que existen en el mundo, en la
profesión que hayan elegido, y que se ven reflejadas en la ética
particular de Dr. House: salvar vidas a cualquier precio.
A todos los hombres y mujeres que, por errores médicos, han
atravesado la circunstancia difícil de estar entre la vida y la muerte
pero se han salvado por la atención de profesionales que con su
pericia luchan por nuestras vidas.
A familiares, amigos, pacientes y alumnos de diferentes grupos
que son muchísimos y me han acompañado a lo largo de mi vida.
¡A todos ellos mi eterno agradecimiento!
Agradecimientos

A Bernardo Stamateas, ya que sin su apoyo espiritual y su gran


generosidad y grandeza de alma, este libro no habría sido
publicado.
A Vera Mansilla, un ser maravilloso que me brindó su apoyo para
poder escribir este libro.
A Carlos Santos que con sus buenas acciones de la vida y su
creatividad posibilitó gráficos, fotos e ideas.
A Adriana Fernández del Rey, mi amiga del alma.
A Jazmín Darwich, mi amiga médica mexicana que con su afecto
siempre es una inspiración a las buenas obras de la vida.
A mis muchos amigos y amigas que siempre apoyaron mis
emprendimientos; sería muy largo nombrarlos a todos.
A los muchos estudiantes de mis cursos y pacientes que tanto me
enseñan a diario y son el motor de mi creatividad cotidiana.
A Andrés Mego que me indicó el camino correcto, paso a paso,
para que este libro esté ahora en tus manos. Agradezco su gran
paciencia y su bondad.
A Silvana Freddi que hizo las correcciones de este libro
impecablemente.
Prefacio

¿Por qué Dr. House es una serie tan fascinante?


¿Por qué más de 80.000.000 de personas en 66 países se han
sentado semana a semana a ver al Dr. Gregory House en el
Hospital Princeton Plainsboro?
Tiene todos los condimentos para atraer al público: un actor
brillante como Hugh Laurie, un creador alucinante como David
Shore y un equipo de guionistas maravillosos.
Tiene un código de ética personal con el que lucha contra las
instituciones, solo para hacer el bien a sus pacientes y salvarles la
vida.
Su ironía presente en sus metáforas y su interés por saber cómo
curar las enfermedades tan extrañas que se presentan de manera
tan distinta en cada episodio (con diagnósticos muy diferentes para
cada paciente) resultan conmovedores.
A lo largo de toda la serie podemos ver cómo llega a resolver
cada caso, en tiempo récord, porque si no lo hace, los pacientes
mueren. Los resuelve a la manera de un genio.
House es honesto con sus firmes convicciones.
Las mujeres no pueden resistirse a su encanto y muchas
espectadoras piensan, al verlo en la pantalla, lo mismo que le dice
su ex mujer Stacy en la primera temporada, en el episodio “Tres
Historias” (1.21):

Stacy.—Eres brillante, divertido, sorprendente y genial.

House arranca suspiros femeninos, pues descubrimos que detrás


de esa coraza hay un hombre con una gran ternura y una gran
profundidad en su corazón y en su alma.
Las mujeres se sienten tan atraídas, hasta el punto de
enamorarse de él, además por el hecho de que House demuestra
ser fiel a todas las parejas que tuvo.
A los hombres, por su parte, les agrada ese carácter transgresor y
lo admiran por su proceder arrogante y prepotente, con su estilo,
sus hazañas, su fuerza de voluntad, su falta de rencor y su manera
de ignorar el conformismo y “la moralina” de los demás.
House desafía permanentemente la burocracia del hospital, no
por simple gusto, sino por el bien de la salud y la vida de los
pacientes.
Los autores de la serie encontraron la manera de que todo el
público puede identificarse con él, por diversas cuestiones:

1. Por su humanidad porque en su cotidianidad, como nos pasa


a la mayoría de nosotros, es un ser con grietas y fisuras y
mucho dolor físico y anímico; como él se describe: “un
hombre dañado”.
2. Porque a muchos les gustaría poder enfrentar a todos los que
no entienden sus ideales y su ética en su lugar de trabajo, o
en la institución a la que pertenecen, como él lo hace: con
coraje y valentía
3. Porque a lo largo de las ocho temporadas, se tocan una
multiplicidad de temas: adicción, adulterio, infidelidad,
suicidio, aborto, esquizofrenia, psicopatía, obesidad,
embarazo adolescente, incesto, padre abusador sexual de su
hija, doble moral, adopción, violación, etc. Además de los
casos difíciles que descubre y diagnostica House.

La serie muestra otros temas que no aparecen a simple vista. Tal


es el caso de la psicopatía, brillantemente presentada a lo largo de
varios capítulos, encarnada en el dueño de un laboratorio llamado
Vogler. Este psicópata se quiere apoderar del hospital para vender
un mismo medicamento de su laboratorio pero más caro, y así
enriquecerse aún más. Es notable el modo en el que este personaje
despliega su psicopatía.
Este tipo de personas son grandes seductores y no se los puede
descubrir a simple vista. Pero la reacción de House nos abrirá los
ojos también para la vida real, para poder reconocer a un psicópata
y saber qué hacer.

Cómo me decidí a escribir sobre House

En una oportunidad, me encontraba descansando en mi casa de


veraneo cerca del mar, en Villa Gesell, Argentina. Descubrí unos
capítulos de Dr. House y, al verlos, quedé tan impactada que llegué
a Bs. As y compré todas las temporadas de la serie. Las vi todas de
manera consecutiva para seguir no solo los casos clínicos, sino
también la apasionante historia detrás de cada personaje que
ingresa al hospital con sus conflictos psicológicos.
Me fascinaron también las historias de los médicos que tienen una
continuidad a la manera de una novela. Y particularmente la historia
de House con su lado psicológico, apasionantemente desplegado a
lo largo de las ocho temporadas. Descubrí algo maravilloso para mí:
el polifacético Dr. House tiene una personalidad, metafóricamente
hablando, que se asemeja a un iceberg. Una gran masa de hielo de
la que en la superficie solo se ve una parte, aunque hay mucho más
debajo del agua. Me encanta esta metáfora de “lo que se ve” y “lo
que no se ve”.
Creo que esta es la clave para ver y entender la serie que trataré
de trasmitir página tras página. También gran parte de la razón del
éxito, porque muchos se identificarán con la parte más visible del
iceberg y verán al amargado, antipático, maleducado, exasperante,
grosero y desagradable Dr. House.
Otros, en cambio, se identificarán con la parte profunda del
iceberg, la parte invisible que es en realidad la más interesante de
su personalidad.
Somos testigos de un House que es honesto con sus
convicciones y, en consecuencia, rebelde a la “obediencia debida”
de la institución. Alguien que se opone al hecho de que “hay que
hacerlo porque sí, porque la burocracia del lugar así lo determina”.
Que es admirado y respetado en su profesión, por ser un gran
conocedor de su especialidad: el diagnóstico. Su curiosidad, propia
de la mente de un científico e investigador, lo lleva a resolver los
casos más difíciles.
Que es creativo, tierno, encantador. Muestra siempre gran gusto
por las manifestaciones artísticas como la música.
Que usa metáforas geniales. Su gran ironía deja perplejos a los
demás y los hace reflexionar, principalmente a sus discípulos porque
lo que más quiere es que ellos piensen y descubran todo por sí
mismos, sin repetir de memoria conocimientos que aprendieron en
la facultad.
Que hace lo correcto para él, en su lucha por salvar vidas. Para
perseguir este ideal, tiene su ética particular, a veces hasta el punto
de perder su licencia o incluso de ir preso.
Que es altruista y misántropo. No se deja ni sobornar ni
corromper. Es tenaz y obsesivo con su voluntad de tomar riesgos
ejercitando su imaginación.
La serie es como un juego de espejos en los que cada uno de los
espectadores verá lo que quiere ver de la personalidad del Dr.
House.
Este libro es mi mirada subjetiva como psicóloga. Seguramente
habrá otras miradas, pero a mí me apasionó su costado psicológico.
Así fue como decidí escribir un libro sobre este personaje tan
atractivo que me subyugó. Siempre me han atraído las personas
con una genialidad que les permite cumplir la misión con la que han
venido a este mundo.
El personaje de Dr. House tiene los ingredientes que a mí me
atraen sobremanera: genialidad y misión. Al mismo tiempo, estas se
presentan dañadas.
House tiene además una gran intuición psicológica para descubrir
las razones detrás de los comportamientos de todos los que lo
rodean: pacientes, familias y colegas.
En la mayoría de los casos, anticipa magistralmente sus
conductas a nivel psicológico, como si fuera un experto psicólogo o
un psiquiatra sumamente asertivo. Sin duda, lo podríamos comparar
con un ávido jugador de ajedrez que anticipa las jugadas de su
oponente.
Desde el punto de vista psicológico, su historia personal se
muestra de forma riquísima y su pensamiento se resume en su
famosa frase: “Todos mienten”.
En la quinta temporada descubrimos que le mintieron: su padre
biológico no es el papá que lo crió. Su padre es otro. La percepción
de esta verdad desde pequeño es lo que le ha quedado como una
marca indeleble en su psiquis. Si a un niño le mienten sobre este
tema, cuando sea grande siempre tenderá a pensar que “todos
mienten”.
¡Espero que lo disfrutes tanto como yo!

Dora Mauro
Por qué tener este libro en la biblioteca

Si te dispones a disfrutar cada capítulo de Dr. House, si aún no los


has visto todos, entenderás la apasionante personalidad del
protagonista y la historia maravillosa de los personajes que lo
rodean, siguiendo el hilo de una serie “acabada” de principio a fin.
Este libro te ayudará a disfrutar la trama de cada temporada y a
apreciar su personalidad polifacética.
En House nos encontramos con dos facetas principales: “el
bueno” (el genio de los diagnósticos) y “el malo” (por el modo en que
trata a la gente). Ambas facetas encarnadas en la misma persona:
Gregory House. Este resulta ser el gran atractivo porque en casi
todas las series y películas, un personaje es el bueno y otro
personaje, el malo. Así de sencillo.
Descubrimos que “el bueno” quiere que la gente no se muera; por
eso es un brillante diagnosticador.
Y al mismo tiempo, “el malo” se pone furioso con algunas
personas, y específicamente con los médicos negligentes y
descuidados que hacen que los pacientes mueran. También se
comporta con mal humor y sarcasmo, especialmente con pacientes
y familiares que mienten y dificultan su trabajo.
Para el Dr. House, los maltratadores son los médicos
incompetentes, ya que debido a ellos mueren pacientes.
Además de esto, su mal carácter obedece a que padece un
terrible dolor en su pierna por un mal diagnóstico.
Él llamaría “médicos idiotas” a los médicos que no dieron con el
diagnóstico correcto de su pierna. Él, en cambio, arriesga hasta su
profesión y su vida para hallar diagnósticos correctos. House marca
la diferencia.
Esta serie toma diagnósticos diferenciales muy bien
documentados con los que podemos aprender muchísimo. Lo que
me atrajo de esta serie son los “temas psicológicos” que se tratan,
además de los médicos. Si bien no se presentan como los
diagnósticos diferenciales que descubre House, están
excelentemente presentados y se relatarán a lo largo del libro.
Dr. House me apasiona porque podemos aprender a través de
sus temáticas médicas que nos permiten sacar conclusiones
psicológicas, tanto de él como de sus pacientes. Algunas de estas
temáticas están muy a la vista, otras no se ven tan fácilmente pero
las analizaremos un poco más en detalle.
Lo que vemos y no vemos de House conforma su maravillosa
personalidad. Lo que mejor se aprecia es lo estrictamente médico; lo
que está detrás es la parte psicológica de cada personaje. El
iceberg que consideraremos como metáfora de toda la serie.
Es mi deseo que, al leer este libro, la serie Dr. House te atrape
tanto como a mí.
Guía para entender a House

Desde el primer capítulo, se nos muestra una síntesis de lo que será


su polifacética personalidad. Pero para entenderlo realmente no se
deberá hacer desde la interpretación literal del lenguaje, puesto que
si así se hace, se nos dificultarán sus sarcasmos, su doble sentido,
sus bromas (que no son burlas) y sus maravillosas metáforas a
través de un lenguaje lleno de sutilezas.
Este lenguaje será enriquecido durante toda la serie hasta el
último episodio de la octava temporada. House se presenta en una
conversación con Wilson, quien será su mejor amigo. Y en el final
House aparece, en una última escena, acompañando a Wilson en
su enfermedad oncológica, yéndose ambos por el mundo, lejos del
hospital, a disfrutar de la vida.
La mayoría de los episodios empiezan mostrando los síntomas de
algún paciente. En el primero, Rebeca es una maestra jardinera que
se desmaya en el salón de clase frente a los niños y cae al piso.
Cuando llega al hospital se pone cada vez más grave. House
descubre que tiene cisticercosis: una tenia (lombriz) en el cerebro,
por haber comido jamón. Hace la conexión entre los síntomas y el
jamón que estaba en la heladera de Rebecca (encontrado por
Foreman y Cameron en la casa de ella). Con esos elementos,
House descubre el diagnóstico.

Método socrático

Para llegar a descubrir un diagnóstico, House practica siempre con


su equipo de residentes el método socrático: un método de
preguntas y respuestas que vemos en detalle en los episodios
“Método Socrático” (1.06) y “Tres historias” (1.21). Pero es una
constante a lo largo de toda la serie.
En esta sintética guía, tomamos como referencia el primer
episodio (1.01) que despliega la personalidad de House en su
totalidad. Lo hace en relación a su ética, a cómo funciona con los
demás y cómo funcionan los demás con él. A veces lo entienden y a
veces no tanto, pero lo siguen porque se dan cuenta de que es un
genio para diagnosticar pacientes difíciles. No es fácil para ellos
convivir con un genio.
Para que sea más sencilla su comprensión te propongo algunos
puntos a tener en cuenta:

House envía a su equipo a las casas de los pacientes

House necesita un equipo que investigue algún indicio, alguna pista


extra en las casas de los pacientes, para poder develar el misterio
médico. Por eso contrató a Foreman. La información del hospital
que brindan las historias clínicas de los pacientes, casi siempre, es
insuficiente para los diagnósticos difíciles y complicados como los
que él atiende.
Este “modus operandi” poco convencional, que se podría
denominar “allanamiento de morada”, consiste en ir a las casas a
investigar más de lo que los pacientes dicen (o no dicen porque
mienten), puede ser cuestionable pero en la mayoría de los casos si
no obtuviera esa información, el paciente moriría.

Todos los seres humanos mienten por alguna razón

Entre ellos están incluidos los pacientes. Cuando House dice que
“todos mienten”, sin excepción, aclara que todos los seres humanos
lo hacen por alguna razón. En este primer capítulo es Wilson, su
mejor amigo hasta el último episodio de la octava temporada, el que
miente. Le dice que la paciente Rebecca es su prima.
Wilson le miente a House por “una razón”: quiere que atienda a
Rebecca que tiene un diagnóstico complicado, porque a él no le
gusta atender pacientes de Guardia; tampoco los pacientes que
puede sospechar que tienen algún tumor o cáncer. Para ellos está
Wilson.
Wilson observa que Rebecca no tiene cáncer y se la deriva a
House con una mentira (al principio House no la quiere atender
porque sospecha que tiene un tumor). Para House es aburrido
atender a pacientes que se van a morir, a estos los puede atender
un especialista.
Y así como Wilson le miente por una razón, siempre habrá
personajes que le mienten a House por los más diversos motivos.
House descubrirá las mentiras y las razones de los demás, y
también se descubrirá la razón por la que House miente: en la
mayoría de los casos para salvarle la vida a un paciente; en
ocasiones, para averiguar cuáles son las historias de vida de los
miembros de su equipo y saber con quién cuenta para hacer mejor
su trabajo de diagnóstico. Por eso, las mentiras de House tienen
una sola razón: salvar las vidas de sus pacientes luego de descubrir
sus diagnósticos.

A House no le gusta atender pacientes de Guardia, es decir de


Clínica Médica

Una canción clásica de los Rolling Stones advierte que “no siempre
puedes obtener lo que necesitas”. Eso es lo que House le dice a
Cuddy, Decana de Medicina y Directora del hospital, cuando ella le
reclama que debe atender pacientes de Clínica porque es parte de
su trabajo. Ella quiere que él “haga su trabajo” y, por todos los
pacientes que no atendió, tendrá que compensar las horas de todos
los años que evitó hacerlo.
Cuddy decide que si House no hace “su trabajo”, no autorizará
hacer los estudios que él pida para los pacientes de diagnósticos
complicados. Eso mismo hace con los estudios que pide para
Rebecca. House se pone furioso cuando se entera de que
suspendió una resonancia para su paciente y entra en el despacho
de Cuddy gritando. Ella no se asusta con sus gritos y le dice que
buscó al filosofo que él mencionó anteriormente, un tal Jagger (en
alusión a Mick Jagger, líder de los Rolling Stones), y le completa la
frase: “No siempre puedes obtener lo que quieres pero, a veces,
obtienes lo que necesitas”.
Con lo que le quiere decir que si House atiende pacientes de
Clínica, obtendrá lo que él necesita, en este caso la resonancia para
Rebecca.
House rechaza atender pacientes de Guardia porque tienen
diagnósticos simples para él y los podrían atender otros médicos. A
él lo aburre atender pacientes con estas características:
En este primer capítulo vemos tres pacientes de Clínica que son
emblemáticos, porque así serán otros a lo largo de la serie gracias a
los cuales muchas veces House descubrirá sus diagnósticos más
difíciles.
El primer paciente que le asigna Cuddy es un donante importante
del hospital que está de color naranja, porque ha comido
demasiadas zanahorias y ha tomado vitamina A. House lo
diagnostica fácilmente en una primera entrevista, pero agrega ese
plus que tendrá a lo largo de toda la serie… darse cuenta de algo
más.
House deduce que su esposa debe tener una aventura amorosa
porque si le hubiera prestado atención, tendría que haber notado el
cambio de color en el hombre.
Descubre así la infidelidad de su esposa, lo cual es coherente con
lo que piensa House de que “todos mienten”. La mujer no se dio
cuenta del color naranja de su esposo porque está ocupada en tener
una aventura, es decir un amante. Y le aconseja que busque un
abogado porque eso es más importante que sus síntomas que no
son otra cosa que la mezcla de zanahoria con vitamina A. Al final del
episodio se descubre que House tenía razón.

La prioridad de House es descubrir el diagnóstico

House descubre el diagnóstico correcto y luego el paciente decide


si, conociendo lo que tiene, quiere morir o no. No es House quien
toma la decisión.
Desde el principio vemos esa concepción ética que mostrará a lo
largo de todas las temporadas.
Aun sabiendo su diagnóstico, Rebecca quiere morir. Él la respeta
y le dice a su equipo que resolvió el caso; lo que quiere significar es:
“Encontré el diagnóstico correcto”.
La ética de House es que si con el diagnóstico correcto un
paciente quiere morir, deben respetarlo (aunque él no esté de
acuerdo con que los pacientes mueran).
A pesar de eso, va a la habitación de Rebecca para intentar
convencerla de que desista de morir, pero no tiene éxito. Cuando
ella le anuncia que quiere una muerte digna, House le responde que
“no existe el morir con dignidad”, solo podemos “vivir con dignidad”.
Y la respeta… Si el paciente se rehúsa a recibir el tratamiento
indicado morirá naturalmente a los pocos días, sin que los médicos
intervengan.
Con esto House nos está señalando su postura frente a la
eutanasia: no está de acuerdo con la “muerte digna” porque para él
toda muerte es indigna.
La Organización Mundial de la Salud define la eutanasia como
aquella “acción del médico que provoca deliberadamente la muerte
del paciente”. House tampoco está de acuerdo con el médico que
mata deliberadamente a un paciente.
Por lo tanto, estaría en profundo desacuerdo con Jack Kevorkian,
o el “Dr. Muerte” (así llamado en la vida real), magníficamente
interpretado por Al Pacino en la película sobre su vida. Este hombre
promovió la eutanasia y mató a más de 130 enfermos terminales.
Después de enviar un video donde le aplica la eutanasia a un
enfermo terminal, en 1999 fue declarado culpable de homicidio (por
considerarse un delito) y pasó ocho años en prisión. Fue puesto en
libertad condicional en el 2007. Los familiares de algunos de los
pacientes que mató Kevorkian lo acusaron de “asesino en serie
porque asistió a personas emocionalmente inestables que no eran
terminales”. Publicó un aviso en los clasificados de un periódico
local que decía: “¿Desea morir con dignidad?”. Pero podríamos
preguntarnos qué pasa cuando el enfermo no es terminal, existió un
error de diagnóstico y el médico lo mató.
Este tema está muy bien planteado en el episodio “Orden de no
reanimar” (1.09), donde un médico llamado Hamilton viene a matar
al paciente John Henry Giles. Él mismo lo diagnosticó erróneamente
pero House descubrió que tenía otra cosa, gracias a lo cual el
paciente no murió.
Tenemos mucho para reflexionar con respecto a la ley que acepta
la “muerte digna” en algunos países, como es el caso de Argentina
donde recientemente se promulgó en el año 2012.
¿Nos encontraremos con casos en los que un médico diagnostica
incorrectamente a un paciente y, creyendo que tiene una
enfermedad terminal (que en realidad no tiene), le quita la vida?
House investigado

Este libro es el resultado de una exhaustiva investigación del


personaje Dr. House que realicé durante más de cuatro años. Lo
hice sobre la base de los 177 episodios (con el “detrás de escena”
incluido en el episodio 178) que nos ayudan a comprender al
personaje y a la serie en su totalidad.
Así nos enteramos de qué cosas le molestan y lo enojan, con
quiénes se lleva mal y hacia qué personas no tiene un buen trato:
los mentirosos, los corruptos, los médicos mediocres (idiotas según
él) que hacen mal las cosas y provocan la muerte de sus pacientes.
Somos testigos de la gran sátira de la sociedad en su conjunto,
principalmente a través de House y también de todos los demás
personajes que interactúan con él.
Los geniales libretistas dejan en evidencia lo que ocurre en la vida
diaria en todo el mundo (van del microcosmos de un hospital ficticio
al macrocosmos de la realidad).
Por medio de historias conmovedoras, la serie presenta temas
polémicos como la donación de órganos, la eutanasia, el aborto, la
adopción, la donación de esperma, la esquizofrenia, la infidelidad, la
bulimia y la anorexia, etc. Todos son tratados con los elementos que
la ciencia pone a disposición, y lo permitido por las reglas morales.
En resumen, esta es una serie que merece ser bien apreciada y
este libro, que tienes en tus manos, es para ayudarte a entender a
sus personajes en profundidad desde mi propia mirada: la
psicológica.
CAPÍTULO 1

House y su pensamiento: “Todos mienten”

House y yo

E sta serie me fascinó y más que eso, me hizo reflexionar y me


causó mucha curiosidad. Aunque debo reconocer que la frase
del Dr. Gregory House: “Lean menos y vean más televisión” me
cayó un poco mal cuando la escuché, quizás por ser una adicta a la
lectura y preferir los libros antes que la pantalla. Pero luego, cuando
comprendí el significado de sus palabras y me fue interesando cada
vez más, empecé a ver más televisión casi del mismo modo que
House ve la serie de médicos en el hospital. Después de todo si leí
un poco menos para ver a House, ¡no me arrepiento en absoluto!
La prueba está en tus manos. ¿Qué puedo decir? Me pareció tan
buena que me impulsó a escribir este libro. He intentado volcar aquí
una cantidad de temas variados y apasionantes y todo lo que pude
reflexionar a partir de ellos. Espero que disfrutes leerlos tanto como
yo verlos.
Para plantear la dinámica de la lectura, me permití jugar de dos
maneras al escribir este libro, haciendo un juego de roles entre el
personaje y yo. En primer lugar, tomando a House como si hubiera
sido mi paciente durante ocho años, es decir durante las ocho
temporadas. En este juego fui escribiendo todo lo que descubrí de
él: el por qué de sus afirmaciones, por qué “todos mienten”. Me
pregunté y analicé: ¿por qué a House le cuesta tanto superar los
duelos?; ¿por qué se le hace insoportable el alejamiento de las
diferentes personas que ama, ya sea mediante separaciones,
divorcios o muertes?; ¿qué le sucedió con “sus mujeres” a las que
verdaderamente amó?; ¿cómo repercute en su vida la muerte de
sus colegas y de sus pacientes? Esto me permitió descubrir y
conocer en profundidad su vida emocional.
Y en segundo lugar, también jugué tomando a House como si
hubiera sido un colega a lo largo de ocho años en un hospital
universitario. ¿Qué me habría pasado? Seguramente lo habría
admirado. ¿Por qué? Por su intuición, su perspicacia, su creatividad,
su ironía, su sarcasmo. Me movilizó su lucha institucional,
arriesgándose continuamente para encontrar el “diagnóstico
correcto” de sus pacientes. Su licencia profesional estuvo en riesgo
en más de una ocasión. En este juego de ser su colega, me siento
maravillada por su genialidad como médico. Me impactó su gran
astucia para descubrir la psicología de cada paciente y sumarla al
diagnóstico; también su rol de psicólogo, profesionalmente no lo es
pero de algún modo para mí sí lo es.
Jugué durante ocho años de este modo y fue un placer todo lo
que descubrí, no solo con House sino con todos los temas tratados
a lo largo de estos maravillosos años.
La serie posee temas muy diversos y bien tratados como:
adulterio, infidelidad, adopción, violación, suicidio, aborto, asesinato
médico, locura, esquizofrenia, abuso sexual, incesto, embarazo
adolescente, psicopatía, bulimia, etc. Se abordan con cada paciente
que House trata, en busca de un diagnóstico por una enfermedad
médica grave, difícil y complicada. El hecho de tratar temas
médicos, sumado a los conflictos psicológicos, es algo que hace
único el enfoque de House y es lo que me impulsa a estudiar su
manera de pensar.
Por supuesto me sentí atraída por la genialidad de sus autores
quienes fueron muy eficaces con sus técnicas de narración, por
hacerlas tan cercanas a la realidad de las historias que escuchamos
a diario en los consultorios. Me emocionó e impactó su veracidad,
sabiendo que estaba mirando una serie muy bien lograda en sus
libretos.
También debo mencionar el trabajo bien logrado de algunos
personajes. Como Stacy Warner (Sela Ward), la ex mujer de House,
que aparece en capítulos no continuos pero siguiendo el hilo de la
trama. Estas historias de personajes van y vienen pero siguen el hilo
de las tramas que están impecablemente contadas y resueltas a lo
largo de las ocho temporadas. Vemos a Hugh Laurie interpretar a un
doctor dañado y genial que hoy recibe el merecido reconocimiento
de todo el público que ha visto la serie. Se destaca además la
colaboración de la Dra. Lisa Sanders, escritora del New York Times,
quien aportó su basamento científico de manera tan maravillosa.
En resumen, con este conjunto de elementos se ha logrado
transmitir los casos clínicos excelentemente documentados y sus
explicaciones científicas, las cuales se destacan por encima de lo
que hemos visto en otras series en las que se tratan temas médicos.
Volviendo al juego de este libro, puedo decir que me divertí mucho
al llevarlo a cabo pero al mismo tiempo lo tomé muy en serio, como
quien juega al ajedrez y anticipa jugadas, mueve fichas a modo de
acertijos, etc. Tal como lo hace nuestro protagonista.
Los diálogos y las historias de los personajes, al ser tan reales,
me permitieron conectar algunos mecanismos descriptos por
autores geniales de la psicología como Freud, Lacan y Jung. Mejor
no podrían estar demostrados en las conductas de todos los
personajes, tan acordes a lo que ocurre en la realidad actual con las
personas y las instituciones.
Luego de esta breve introducción, mi intención es dejar sentadas
las bases acerca de la personalidad de House: un genio médico
poco convencional. Si lo tenemos en cuenta desde ahora, lo
comprenderemos más en profundidad a lo largo de todos los
capítulos y podremos disfrutarlo.
Como referencia, la división de este libro será en “capítulos”,
mientras que cuando me refiera a la serie, hablaré de “episodios”.
Los episodios se mencionarán entre paréntesis (1.01). Aquí el
primer n°1 se refiere a la primera temporada y el 01 al episodio. El
“piloto” es el primer episodio de la primera temporada. Esto te será
útil cuando estés leyendo el libro y quieras ver el video de un
episodio, lo podrás localizar rápidamente.

Piloto (1.01)

Este episodio, que es verdaderamente el primero de la serie, es


fascinante porque en él se muestran muchos de los rasgos de la
personalidad del Dr. House, los cuales serán constantes a lo largo
de todas las temporadas. Asimismo, se presentan situaciones
particulares de los miembros del equipo en relación a House y su
ética.
Este primer episodio es una síntesis de lo que será House: su
personalidad multifacética y ética. La misma será enriquecida a
medida que avance la serie, hasta el último episodio de la octava
temporada.

1. Presentación en sociedad

Al inicio se presenta a House conversando por los pasillos del


hospital con el Dr. James Wilson. House es un profesional experto,
Jefe del Departamento de Diagnóstico y Wilson es el Jefe de
Oncología. Wilson será el mejor amigo de House a lo largo de toda
la serie. El último episodio de la octava temporada concluye con
ambos personajes. ¿De qué manera? Lo veremos en el último
capítulo de este libro pero ahora empecemos por el primer
episodio…
En este primer episodio “piloto” se presentan otros personajes, la
personalidad de House y ciertas situaciones que se verán también
en los episodios que siguen, de modo más explícito y magistral. Con
este juego de lo que se ve y lo que no se ve, utilizando la metáfora
del “iceberg” que propongo, notaremos aquello que se muestra y
aquello que se oculta.
La mayor parte de los episodios comienzan mostrando los
síntomas de pacientes que, por su gravedad, han sido derivados de
otros médicos quienes no han dado con el diagnóstico adecuado.
También se suelen presentar casos de pacientes que atraviesan
alguna circunstancia inesperada y manifiestan síntomas rarísimos.
La paciente principal es Rebecca Adler, maestra de un jardín de
infantes, quien no tiene familiares que la visiten. Se desmaya con
convulsiones en el salón de clases delante de los niños; cae al piso
diciendo incoherencias y es trasladada al Hospital Princeton
Plainsboro.
Se describen los síntomas: Rebecca Adler es una mujer de 29
años que sufre convulsiones, perdió la capacidad de habla,
balbucea y tiene un deterioro progresivo de su estado mental. En el
hospital se pone cada vez peor.
Se presenta, caminando por los pasillos del hospital, al Dr. House,
médico mundialmente famoso, especialista en enfermedades
infecciosas y nefrología (enfermedades del riñón) y al Dr. Wilson.
Este último lleva una bata blanca de laboratorio y House usa saco y
pantalón, su camisa está arrugada y camina apoyándose en un
bastón.

House.—¿Ves eso? Todos suponen que soy un paciente por


este bastón.
Wilson.—Usa una bata blanca como todos.
House.—No quiero que piensen que soy doctor.
Wilson.—Tienes problema con la administración por esa
actitud.
House.—La gente no quiere a un doctor enfermo.

En esta presentación de ambos se marca la diferencia, la rebeldía


de House que no quiere usar un guardapolvo como todos los demás
doctores. Por un lado, porque no quiere mostrarse como un doctor
enfermo pero, por otro lado (sutil y metafóricamente), porque quiere
mostrarse diferente de los otros médicos y mostrar una diferencia
respecto a los uniformes.

2. Todos mienten

Es la frase preferida y la creencia de House. Wilson le dice que


Rebecca es su prima Rachel y es el primero que le miente. Lo hace
para que tome el caso y la atienda, ya que House solo se interesa
en los casos extremadamente difíciles. Wilson miente en muchas
oportunidades (por una buena razón como esta) para que su amigo
acepte un caso. Y como House siempre dice que “todos mienten por
alguna razón“, a Wilson siempre lo comprende y lo perdona porque
“tiene buenas razones”. Wilson quiere convencer a House para que
atienda a su prima (que en realidad no lo es), pero él se resiste
porque ve un caso aburrido: afirma que tiene un tumor cerebral y
morirá.
A House le resulta aburrido atender pacientes que otros médicos
pueden atender y, en este caso si realmente se tratara de un tumor
cerebral, podría atenderla Wilson que es especialista en Oncología.
Otra característica de House que veremos es que no le gusta
atender pacientes de Clínica Médica o de Guardia. Por ejemplo, un
resfrío que pueden atender otros profesionales. Del mismo modo, le
resulta aburrido tratar a pacientes como la prima de Wilson que “no
tiene tratamiento ni cura y morirá”, según cree él.
House se apasiona con los casos rarísimos, los cuales otros
profesionales no saben diagnosticar porque tienen síntomas
complejos. Él afirma: “Lo raro funciona para mí” y le encanta
descubrir el diagnóstico y salvar a pacientes de la muerte, “les salva
la vida”. En resumen, siente pasión por atender pacientes que tienen
tratamiento y cura y descubrir en el camino “acertijos”: sus difíciles
diagnósticos.
Avanzando en los minutos de este primer episodio, House se
reúne con el equipo y al ver unas radiografías del cerebro de
Rebecca, les explica que se trata de una lesión. Lo verde dentro de
lo azul en un mapa es una isla, por lo tanto, dirigiéndose al grupo les
dice:

House.—Esperaba algo más creativo.


Foreman.—Deberíamos hablar con la paciente.
House.—¿Es doctora?
Foreman.—No.
House.—Todo el mundo miente.

“Todo el mundo miente” sigue siendo el pilar del pensamiento de


House. Sabe que no solo le mintió Wilson, cree que los pacientes
también lo hacen y no tiene sentido preguntarles, pues no brindarán
la información correcta. Por eso, entre los atrevimientos más
creativos de House se encuentra el haber tomado la decisión de
entrar en las casas de los pacientes para conseguir la información
correcta. De hecho, en este caso, encuentra un elemento clave en la
casa de Rebecca.

Cameron.—A House no le gusta ver a los pacientes.

Es interesante notar que esta afirmación de la Dra. Allison


Cameron responde a un mito creado hacia House desde el primer
episodio. Porque, en realidad, por diferentes motivos visita a todos
los pacientes de la serie.
Foreman.—¿Acaso no es para eso que nos convertimos en
doctores?
House.—No, somos doctores para tratar enfermedades.
Tratar pacientes es lo que nos amarga a los doctores, si no
les hablamos no nos mentirán, sería una ventaja, la
“humanidad está sobrevaluada”.

3. House investiga, descubre enfermedades, llega al


diagnóstico correcto y, como resultado, cura a sus pacientes

Él tiene en claro que lo hay que hacer es encontrar el diagnóstico,


tratar con las enfermedades. La prueba de esto es que ya desde el
primer episodio le pide al equipo que sean más creativos, que
primero investiguen sin necesidad de tener contacto con el paciente
porque ellos mienten.
Sin embargo, es interesante lo que veremos a lo largo de la serie:
House conoce a todos los pacientes. Los visita solamente cuando
tiene todas las pruebas de laboratorio o cuando les tiene que decir
algo importante para salvar sus vidas. A Rebecca, por ejemplo, la ve
luego de hacerle todas las pruebas de laboratorio. En este caso,
encontraron el diagnóstico pero ella no quiere vivir.
Por otra parte, House no solo cree que los pacientes mienten,
como se verá en la mayoría de los episodios, sino que “todo el
mundo miente“. Y otro concepto de House, a lo largo de todas las
temporadas, es que la “humanidad está sobrevaluada”.

4. La psicología de House y las mentiras

Psicológicamente, ¿qué le sucede a House con la mentira? Su


relación con la mentira tiene origen en su infancia. Cuando él era
chico, sus padres le mintieron sobre algo que quedó marcado en él
para siempre.
En el cuarto episodio de la quinta temporada “Marcas de
nacimiento” (5.04), House intuye que su papá no es su verdadero
padre. Toda la vida le hicieron creer que su padre fue militar de la
marina, muy estricto, casi tirano en las actitudes frente a su hijo. Él
siempre sospechó que era mentira pero descubrió la verdad cuando
murió el hombre a quien él consideraba su padre.
En este episodio, luego de decir unas palabras de despedida,
House se acerca al féretro y toma una muestra de su oreja para
luego realizar una prueba de ADN. Allí es cuando comprueba que
no es su padre biológico. Es decir que vivió una mentira toda su vida
porque sus padres nunca se lo dijeron.
Gregory House tiene una marca de nacimiento en su cuero
cabelludo, parecida a la que tiene su presunto padre biológico. En la
sexta temporada, en el episodio “Vidas privadas” (6.15), se ve a
House leyendo un libro de sermones escrito por un ministro. Wilson
descubre que la contratapa del libro corresponde a John House, el
padre biológico de Gregory House, a quien reconoce por haberlo
visto en el funeral de su padre adoptivo.
Entonces, si los padres le mintieron sobre ese tema tan delicado,
¿en quién puede confiar? ¿Y quién podría decir la verdad? En este
primer capítulo, Wilson (su mejor amigo) también le miente, aunque
sea por una buena causa. ¿Cómo no pensar que los pacientes
también mienten? Y de hecho, lo hacen.
Podríamos inferir que en la psiquis de nuestro Dr. House hay una
rebeldía a usar uniforme. Se niega a utilizar la bata blanca por haber
visto a su padre siempre vestido con uniforme. Después de todo,
House ha visto en ese velatorio, y durante su vida, a hombres
poderosos como su padre y sus subordinados hacer siempre caso
por “obediencia” sin pensar absolutamente nada en profundidad,
solo obedeciendo una orden. House no se parece a su padre militar,
si bien fue él quien lo educó, e inconscientemente se rebela porque
no es su padre biológico.
Podríamos decir que House se rebela contra el padre y su
ideología.
No funciona con “obediencia debida”. No hace caso a lo que le
digan sus superiores cuando cree que ellos no están en lo cierto. Su
rebeldía la hace notar hasta en su negativa a ponerse uniforme o
bata blanca. Él no trabaja con ese estilo, ni como médico ni como
científico.
Tampoco dejará morir a alguien que se encuentre al borde de la
muerte, sin haber hecho lo posible (más lo imposible) para salvarlo.
Por el contrario, él hace lo que cree “correcto” y lo correcto para él
es descubrir diagnósticos y salvar vidas. Lo demuestra al encontrar
una cura a la enfermedad del paciente sin ponerse uniforme, sin
acatar una orden que no meditó antes. Hace notar en cada episodio
su disconformidad ante las reglas burocráticas de las instituciones.
Y se destaca su motivación, aquello que le importa en primer lugar:
que los pacientes no mueran.
Muchas veces su enojo se debe a médicos negligentes y
distraídos que hacen que los pacientes mueran; a estos médicos los
denomina “idiotas”. Describiremos este tema en el capítulo “Médicos
idiotas” y en el episodio “La navaja de Occam” (1.03). Se diferencia
de otros médicos principalmente en que ellos no se arriesgarían
como lo hace él para encontrar el diagnóstico correcto. Este rasgo
es la clave que hace a House tan diferente de los demás
profesionales de la medicina. Él siempre buscará a través de todos
los métodos, ortodoxos y no ortodoxos, la cura del paciente al
descubrir su verdadero diagnóstico.
Volviendo a la paciente Rebecca, House le dice a su equipo:

House.—No creo que sea un tumor.

Aquí también hará lo que será una constante en toda la serie: si


primero creía que era un tumor, será flexible a las evidencias que le
indiquen que puede ser otra patología. Y quiere reflexionar sobre
esto con su equipo.
El Dr. Eric Foreman le da una respuesta muy básica:

Foreman.—Primer año de Medicina: si escuchas cascos


(ruidos de pezuñas que hacen los caballos con sus
herraduras), piensa en caballos, no en cebras.

Foreman le quiere decir a House: “Si pensamos que es un tumor


no se debe pensar en otra cosa, es un tumor”. Pero House le
transmite a su equipo el poder desafiar aquello que les enseñaron
en la Facultad de Medicina, ya que eso muchas veces no funciona
en este Departamento de Diagnóstico. Lo que va a funcionar es “lo
raro“. Entonces la metáfora será otra: “Si escuchas cascos, habrá
que pensar en cebras”.
House afirma en varias oportunidades: “Lo raro funciona para mí”.
Lo que significa que no se trata de los “caballos” que aprendieron en
la facultad, no son diagnósticos simples los que se harán aquí sino
las “cebras”; lo raro entre los caballos, de eso se ocuparán en su
Departamento de Diagnóstico.

House.—¿Está en su primer año de Medicina?


Foreman.—No.
House.—Entonces sigamos, no creo que sea un tumor.

5. Metáfora: “Si escuchas cascos, piensa en caballos”

Esta metáfora significa que el equipo del Dr. House persigue las
“cebras de la medicina”. Buscan las anomalías, enfermedades raras
o extrañas, las cuales no son identificadas por los médicos en una
consulta común.
Y House le responde a Foreman:
House.—En primer lugar, no hay nada en la tomografía y
segundo, si este es un caballo, su gentil Dr. en Trenton (el
lugar donde vive la maestra jardinera donde se supone que
hay un doctor que ya la examinó) hace el diagnóstico obvio y
este caso no llegaría a este Departamento de Diagnóstico.

De ese modo, hace pensar a Foreman y, a la vez, a todo el


equipo. House continua preguntando, lo cual se transformará en el
magistral método socrático:

House.—Diagnóstico diferencial; si no es tumor, ¿de qué


sospechan? Porque no podía hablar —dice en referencia a la
paciente Rebecca.

6. Método socrático

House es brillante al utilizar el método socrático para descubrir los


diagnósticos. Lo aplicará siempre a lo largo de todas las
temporadas. Es el gran método de preguntas y respuestas, el cual
practicará de manera extraordinaria en todos los episodios y
veremos más detalladamente en “Método socrático” (1.06) y “Tres
historias” (1.21). Aquí, en este primer capítulo, lo apreciamos por
primera vez de manera práctica:

Chase.—Aneurisma, derrame, accidente cardiovascular,


síndrome isquémico.
House.—Hagan resonancia con contraste.
Cameron.—¿Enfermedad de Creutzfeldt-Jacob?
Chase.—¿La de la vaca loca?
House.—Cebra loca —nuevamente muestra su ironía para
hacerlos pensar más profundamente.
Foreman.—¿Enteropatía de Wernicke?
House.—No, los niveles de tiamina en sangre eran normales.
Foreman.—Los estudios del laboratorio de Trenton (el lugar
de origen de Rebecca) pudieron confundir los análisis…
“todos meten la pata”.
La frase de Foreman es una versión del “todos mienten”. Lo dice
con ironía, como queriendo desafiar a House, burlándose de él o, tal
vez, respondiendo por lo que dijo anteriormente: “cebra loca”. Pero
House, ante estas cuestiones, en lugar de contestar y producir una
pelea inútil, dice:

House.—Hagan los análisis nuevamente y prográmenla para


la resonancia pronto. Y veamos con qué clase de “cebra”
estamos tratando.

En esta escena, se demuestra la manera en que House, por


medio de una lluvia de ideas, constantemente hace pensar a su
equipo. Su ironía les resulta útil para hallar el diagnóstico correcto y,
de ahora en más, será el modo como aplique magistralmente el
método socrático.

7. No le gusta atender pacientes de Clínica Médica o de Guardia

Nos detendremos en la escena donde la Dra. Lisa Cuddy lo


encuentra a House tomando el ascensor para irse a su casa. Allí le
pide que “haga su trabajo” porque para ella esto significa también
atender pacientes comunes de Clínica, de Guardia y de
Emergencias, incluidos aquellos que se acercan al hospital sin tener
algo demasiado grave. Pero como ya conocemos a House,
sabemos que a él no le gusta atender a estos pacientes porque
considera que hay muchos médicos que pueden dedicarse a ellos.
Por el contrario, a él le gustan los casos complicados.
Pero Cuddy, Decana de Medicina y Directora del Hospital, no se
resigna e insiste en que “haga su trabajo”; además dice que debe
compensar las horas de todos los años que evitó hacerlo. A lo que
House responde:
House.—Como dijo el filosofo Jagger: “No siempre obtienes
lo que quieres” —en alusión a un clásico de los Rolling
Stones cantado por Mick Jagger que hace referencia a que
en la vida no todo es posible.

Cuddy no se conforma con la negativa de House y por cualquier


medio pretende que atienda pacientes de Clínica Médica. Hace
suspender todos los estudios que él pidió para Rebecca, lo cual de
alguna forma representa una extorsión que perjudica al paciente.
Cuando House se entera, entra furioso al despacho de Cuddy y le
grita:

House.—¡Arriesga la vida de una paciente! ¡Me muestra falta


de respeto!

Ella no se asusta por sus gritos. Pero House tiene suficientes


motivos para estar enojado: está arriesgando la vida de una
paciente y lo está extorsionando.

Cuddy.—Busqué al filósofo de quien hablaba —esta vez es


ella quien responde con ironía—: “No siempre obtienes lo que
quieres pero si te esfuerzas, obtienes lo que necesitas”.

Lo que quiere decir es que si él se esfuerza en atender pacientes


de Clínica Médica, obtendrá lo que necesita: los estudios para
Rebecca.
La conducta de Cuddy demuestra ser poco ética al pretender
presionar a House. Del mismo modo, muchos médicos arriesgan la
vida de sus pacientes solo por cuestiones entre profesionales. Es
cuestionable la posición de Cuddy cuando afirma: “Si no atiendes
pacientes de Clínica, no autorizo estudios para Rebecca”. Cuando
en realidad, a quien dirige el hospital debería interesarle la vida de
todos los pacientes tanto como a House.
Cuando se observan los resultados de los estudios, no dan
todavía con un diagnóstico y House propone investigar si hay alguna
causa genética o ambiental que detone una respuesta inflamatoria.
Observa a la paciente a través del vidrio de la habitación, no la ve
bien y llama a Cameron y Foreman que están con ella adentro. Les
indica que le administren esteroides, por si es un diagnóstico de
basculitas cerebral y luego dice:

House.—La tratamos, si mejora tendremos razón.


Cameron.—¿Y si no mejora? —pregunta con preocupación.
House.—Habremos aprendido algo.

8. Aprendizaje constante

Esto es lo que House le enseña a su equipo. Tiene este concepto de


su profesión y se lo inculca a ellos: estar en constante aprendizaje y
aprender siempre del error. Por eso dice: “Habremos aprendido
algo“. La consigna es no quedarse a vivir en el error. Si esto no
funciona para Rebecca, habrá que probar otro tratamiento hasta
hallar el diagnóstico correcto. Esta es la mente de un científico, se
aprende del error y se sigue adelante, así es como la ciencia
avanza.

9. La psicología de House: los errores y la ciencia

Aquí House se separa de la mentalidad que su padre (no biológico)


le inculcó de chico. Se diferencia del entrenamiento militar que va
para adelante sin tener en cuenta los errores y siempre pretende
tener la razón, aunque cometa faltas que son irreparables. La
creencia de House es que si hay un error, hay que aprender de este.
Siguiendo esta línea de pensamiento, le pide a Foreman que vaya
a la casa de Rebecca a investigar “algo más” que ellos desde el
hospital no pueden ver porque no tienen la información. Y le pide
que busque en la casa cosas como contaminantes, basura o
medicamentos para seguir investigando.

10. El equipo va a las casas de los pacientes para encontrar


más causas que den con el diagnóstico

Esta es la otra característica de las investigaciones de House para


hallar el diagnóstico correcto: enviar a su equipo a las casas para
obtener mayor cantidad y calidad de información. En este episodio,
el Dr. Foreman y la Dra. Cameron se dirigen a la casa de Rebecca y
allí ella describe brevemente a House:

Cameron.—House no cree en las falsedades, cree que la


vida es corta y dolorosa, así que solo dice lo que piensa.

11. Descubrimos que House no es hipócrita

Cameron describe a House tal y como es: no es falso y dice lo que


piensa, como comúnmente decimos que es una persona que habla
“sin filtros”.
Foreman encontró jamón en la heladera pero cuando vuelve al
hospital dice que no encontró nada.

House.—¿Cómo que no encontró nada? Encontró jamón.


Donde hay jamón hay puerco (cerdo) y donde hay puerco hay
neurocisticercosis.
Chase.—¿Tenia? ¿Cree que tiene un gusano en el cerebro?
House.—¡Encaja!

12. ¡Encaja!

Es la palabra usada por House cuando descubre el diagnóstico. Y


así es como descubre el diagnóstico de Rebecca: comer carne de
cerdo mal cocida puede provocar cisticercosis. Cuando él descubre
la enfermedad que tiene la paciente, se dirige al grupo que lo
escucha atentamente y les da una explicación magistral:

House.—Ingirió cerdo, huésped intermediario universal, que


contenía “huevos de tenia” (gusanos) y al ingerir carne de
cerdo la tenia se alojó en el intestino y de ahí los huevos se
alojaron en el encéfalo (en la cabeza). También se alojan en
los músculos y en el tejido subcutáneo.

En todos los episodios, cuando House encuentra el diagnóstico da


una explicación maravillosa, con la cual su grupo aprende mucho de
diagnóstico. También todos los que vemos la serie aprendemos de
estos diagnósticos, con sus síntomas tan complicados. ¡Cada
episodio es imperdible!
Llega Wilson al grupo y dice:

Wilson.—Recién estuve con Rebecca y no quiere más


experimentos, quiere ir a morir a su casa.

House decide ir a la habitación y ver a Rebecca, como lo hace


con todos los casos de los pacientes (no hay ninguno que no
conozca personalmente); tiene fama de no verlos, pero en realidad
los ve a todos por algún motivo. Aquí sucede algo a nivel psicológico
con House y lo que él cree acerca de las emociones.

13. La psicología de House y las emociones

¿Por qué House no quiere ver a los pacientes si no es necesario?


¿Por qué no quiere involucrarse emocionalmente con ellos?
Él afirma: “Así se cometen errores porque se pierde objetividad”.
Porque sabe que le haría perder objetividad y cometer errores en el
diagnóstico. En especial se lo dice a Cameron, porque ella es quien
suele involucrarse emocionalmente con los pacientes y es la más
vulnerable a los sentimientos que ellos le despiertan.
Es por eso que mantiene distancia emocional con todos los
pacientes y hace su máximo esfuerzo para que la emocionalidad no
influya en el diagnóstico. Sin embargo, no deja de verlos cuando
tiene todas las pruebas de laboratorio y sabe lo que en realidad les
está pasando. Generalmente los va a ver cuando están en peligro
de muerte o cuando desean morir.
Visita a Rebecca para decirle que encontró lo que ella tiene en
realidad, encontró su diagnóstico y tiene cura. En ese momento se
produce entre ellos uno de los diálogos más enriquecedores de la
serie:

House.—Soy el Dr. House.


Rebecca.—Mucho gusto, al fin lo conozco.
House.—Eres muy tonta —en alusión a que quiere ir a su
casa a morir—, tienes una tenia en tu cerebro que no es
agradable pero si no hacemos nada, morirás el fin de
semana.
Rebecca.—¿Usted vio el gusano? ¿Lombriz?
House.—Cuando estés mejor te mostraré mis diplomas.
Rebecca.—¿Qué me hará ese tratamiento?
House.—No hablo de un tratamiento, hablo de una cura pero
como tal vez me equivoqué, prefieres morir.
Rebecca.—¿Qué lo dejó lisiado?

La pregunta de Rebeca en este primer episodio de la serie le


permite a House explicar lo que sucedió con su pierna:

House.—Tuve un infarto.
Rebecca.—¿Un ataque al corazón?
House.—No en el corazón, yo lo tuve en el músculo, tuve un
derrame.
Rebecca.—¿No hubo algo que pudiese hacer al respecto?
House.—Había mucho que hacer con un diagnóstico
correcto, pero el único síntoma era el dolor; no muchos tienen
experiencia en muerte muscular.
14. La psicología de House y el diagnóstico correcto

A partir de este primer episodio y, conociendo el problema de su


pierna, podríamos deducir uno de los principales propósitos de la
vida de House y su razón de ser: se propuso convertirse en un
doctor que busca por todos sus medios el “diagnóstico correcto”.

Rebecca.—¿Creyó que iba a morir?


House.—Yo deseaba morir.

House siempre se encuentra al límite entre su vida y la de los


pacientes, y el dolor físico que debe soportar a diario.

Rebecca.—Quiero morir con dignidad.


House.—No existe morir con dignidad, no existe tal cosa,
nuestros cuerpos fallan. A veces a los 90, otras antes de
nacer, pero siempre ocurre y nunca hay nada de dignidad en
ello. Podemos vivir con dignidad pero no morir con ella, eso
jamás.

15. En la psicología de House, no existe el “morir con dignidad”

Sí existe el “vivir con dignidad” que es su lema.


Él es un ejemplo de “vivir con dignidad” en su profesión pues se
juega hasta su licencia médica para descubrir un diagnóstico y
salvar una vida. No está de acuerdo con “la muerte digna” pero
respeta la decisión de la paciente.
Y cuando sale de ver a Rebecca, le dice al equipo mostrándose
apesadumbrado que no hagan ningún tratamiento, ella lo rechazó y
quiere volver a su casa a morir. House intentó convencerla pero no
la obligó a someterse a un tratamiento si ella no quería. Tampoco
realizará ningún procedimiento para matarla, simplemente la dejará
ir a su casa sin intervenir. Cuando House está yéndose a su casa, le
dice al equipo:
House.—Ningún tratamiento.

Él no la persuadió sino que la respetó. Y agrega:

House.—Resolví el caso, mi labor está hecha.

Se refiere a que encontró el “diagnóstico correcto” y la respeta.


Aquí son los miembros de su equipo quienes sugieren formas de no
respetarla, el primero es el Dr. Foreman:

Foreman.—Quizás podamos conseguir una orden judicial


para hacer caso omiso a sus deseos. Declarar que ella no
tiene la capacidad de tomar esta decisión.

Foreman es el primero en la serie, y en el primer episodio, en no


respetar la decisión de una paciente. Vemos que House sí lo hace,
sabiendo que ella tiene el diagnóstico, por lo que le contesta a
Foreman que Rebecca tiene la capacidad de tomar la decisión:

House.—Pero la tiene.
Cameron.—Podríamos declarar que la enfermedad la hizo
incompetente.

Aquí es la Dra. Cameron quien tampoco respeta a la paciente en


su decisión. Ellos quieren infringir las leyes, declarando una mentira
ante la justicia y abusándose de que la paciente no tiene familiares
que la pudieran ayudar en la toma de decisión; la quieren declarar
incompetente cuando no lo es. Y Foreman insiste en el “no respeto”
ni a la paciente, ni a la ley ni a su ética de médico y dice:

Foreman.—Un resultado bastante común.


House.—Que no ocurrió aquí.
Wilson.—Él no lo va a hacer. Ella no es un expediente para
él. Él la respeta.
16. La ética de House

Esta será una postura ética y consistente de House a lo largo de


toda la serie respecto al “consentimiento informado”, ya sea que lo
haya firmado el paciente o sea implícito.
House respeta la decisión del paciente pero se asegurará de que
el paciente decida luego de conocer su verdadero diagnóstico.
“Nunca matará a un paciente deliberadamente ni por ningún medio
mecánico”. Luego que ambos sepan el diagnóstico correcto,
respetará su decisión.
Y ateniéndonos a su historia personal, él mismo quiso morir y no
lo respetaron cuando sufría tanto dolor en su pierna. Se relatará en
detalle en el capítulo 12 referido al episodio “Tres historias” (1.21),
una de ellas es la historia de House.
El equipo quiere seguir haciendo pruebas como para demostrar
que la paciente tiene un gusano en el cerebro. Ellos convencen a
House de hacer una radiografía pero él les propone hacerla en la
pierna. Porque sabe que si se ve un gusano allí, también habrá uno
en el cerebro y dice:

House.—Si hay uno en la cabeza, les garantizo que hay en la


pierna.

Al realizar la radiografía, el equipo descubre que el diagnóstico de


House era correcto. Ante esta excelente noticia el Dr. Robert Chase
va a la habitación de Rebecca con las pruebas que le hicieron y le
dice que la pueden curar. Solo debe tomar Albendasol y se curará.
Ahora Rebecca teniendo el diagnóstico acertado, y con la
persuasión de Chase, decide curarse. Es la paciente quien toma la
decisión de no morir, en esta ocasión a partir del diagnóstico
correcto.
Aquí haremos un pequeño paréntesis ya que hubo mucha
polémica sobre el episodio “Orden de no reanimar” (1.09), que
veremos en el capítulo 6. Se lo criticó a House porque el paciente
quería morir y había firmado una “orden de no reanimar”. La
polémica giró en torno a si él había violado o no esa orden. A mi
criterio no la violó, ya que el caso es totalmente distinto.
El paciente tiene un diagnóstico equivocado realizado por otro
médico, el Dr. Hamilton. Y a causa de ese diagnóstico incorrecto, no
quiere vivir más; no podía soportar la vida como un inválido en una
silla de ruedas. Cuando House descubre su verdadero diagnóstico,
el paciente se cura y puede salir caminando del hospital. En ese
momento le agradece a House que se haya ocupado de él y, como
es músico, le regala una trompeta en señal de agradecimiento. Es
verdaderamente una escena muy emotiva. A mi gusto, un episodio
brillante donde se ve claramente su ética de “no matar a ningún
paciente”. Este es el motivo por el cual muchas veces irá más allá
de las normas.
Volviendo al episodio de Rebecca, cuando ella finalmente está
recuperándose, Chase y Cameron le tienen una sorpresa: la visita
de sus alumnos de jardín de infantes. Rebecca les dice que le
gustaría agradecerle al Dr. House pero él no vuelve a visitarla.
Cameron le explica:

Cameron.—Él te curó.

17. Si cometemos errores, la gente muere

Es una de las frases claves de House. Es justamente el error


aquello que lo atormentará toda su vida. No se permite errores,
mucho menos distracciones. Su clara misión es curar y salvar vidas.
En otra escena, el Dr. Wilson mira una serie de médicos por
televisión con House y le dice:

Wilson.—¿Por qué hacemos esto?


House.—Porque somos doctores, si cometemos errores la
gente muere.

¡Maravilloso primer episodio! Aquí empiezan a aparecer las


primeras claves de la personalidad del Dr. House y principalmente
descubrimos el motivo por el cual él incorpora a cada uno de los
miembros de su equipo:
Foreman: fue seleccionado, en primer lugar, por ser un excelente
médico que obtuvo las mejores calificaciones. En segundo lugar,
debido a su historial de delincuencia y antecedentes penales. House
necesitaba en el equipo a alguien con experiencia en las calles que
pudiera entrar en las casas de los pacientes para descubrir lo que
ellos ocultan.
Chase: fue seleccionado porque su padre, un prestigioso médico
que aparece más adelante, hizo una llamada telefónica.
Cameron: a ella House mismo le dijo por qué fue seleccionada…
“porque es extremadamente bonita y, en su lugar, hay quienes
eligen caminos que con el mínimo esfuerzo les otorgan grandes
recompensas”. Esta es una ley natural que Cameron desafió. Bien
podría haber buscado un millonario y haberse casado, o haber sido
modelo y con solo aparecer todo el mundo le habría dado algo. Sin
embargo, no lo hizo y se esforzó. “Las mujeres bellas no van a la
escuela de medicina, a menos que hayan sufrido algún daño
psicológico”. Estas fueron las palabras de House explicándole los
motivos por los cuales la había contratado. Pero Cameron no lo
entendió, no se dio cuenta de que se trataba de un halago. Ella
creyó que fue con la intención de acostarse con ella. Claramente
vemos que eso no es lo que le dijo House, sino lo que ella
interpretó. Debido a esta mala interpretación de parte de ella, se
produce una relación entre ambos muy interesante que se aprecia
en el capítulo “Cameron”.
Hasta aquí hemos comenzado a apreciar la interesante
personalidad de House que se desplegará episodio a episodio...
CAPÍTULO 2

Paternidad, adopción y mentiras

“Paternidad y adopción”: episodio (1.02)

E s interesante que en cada episodio House plantee no solo


problemas médicos sino también conflictos culturales y
sociales. ¿Cuál es su reacción frente a un hijo adoptado a quien sus
padres le han ocultado la verdad? Este capítulo trata sobre el tema
de la adopción y nos permite reflexionar sobre las distintas actitudes
que toman los hijos frente a estas circunstancias.
En la escena se observa a Dan, un adolescente, quien se
desploma en el campo mientras juega un deporte llamado lacrosse.
Llega al Hospital Princeton Plainsboro para lograr que House los
atienda; en este caso Cameron escribe una carta de recomendación
a los padres y falsifica la firma del doctor.
Aquí en lugar de Wilson (que en el episodio anterior le miente a
House diciendo que Rebecca era su prima cuando no lo era), es
Cameron quien miente para que House atienda a Dan.
A House le interesa el caso porque el paciente presenta terrores
nocturnos. Situado frente al pizarrón, le pregunta al equipo si alguien
cree que no tienen una historia familiar precisa.
Una vez más, este gran intuitivo se interesa en ahondar en las
historias familiares y descubrir mentiras. Lo hace con el interés de
un investigador, lo cual lo conducirá al diagnóstico correcto. Con
esta pregunta queda en evidencia que desde el principio House
duda de la historia familiar, teme que no sea precisa, que falte algo y
ya intuye algo extraño. Entonces plantea posibilidades: ¿tal vez no
son los padres verdaderos?; ¿creen que Dan pueda ser adoptado?
A lo que Cameron dice:

Cameron.—Saqué un historial correcto.


House.—Su padre no es su padre.

La psicología de House

Pareciera que el Dr. House tuviera una intuición especial para


detectar padres que “mienten” sobre la verdadera identidad de sus
hijos y evitan confesarles que no son sus padres biológicos.
Esta es la gran cualidad de House: anticiparse con pacientes y
familiares que mienten y ocultan información relevante para el
diagnóstico correcto.
Es asombroso el modo en que tiene desarrollada esta cualidad,
su mente funciona como si fuera un psicólogo avezado y con gran
experiencia en el conocimiento del ser humano. Le dice al grupo:

House.—El 30% de los padres no se dan cuenta de que


están criando al hijo de otro.

House afirma por estadísticas el tema de la paternidad. Pero le


ocurrió a él mismo: su padre no se dio cuenta de que estaba criando
a un hijo que tenía otro padre.
Fue educado por un militar, tal como se ve en el episodio “Marcas
de nacimiento” (5.04), cuando en realidad su padre biológico era
ministro o predicador de la Iglesia, como veremos en “Vidas
privadas” (6.15).

House.—Nuestras madres nos hacen creer eso. Apuesto a


que tengo razón.
Foreman.—Acepto la apuesta.
House.—Di en el blanco, descuide Foreman. ¿El sujeto que
te arropaba por las noches era tu papá?
Foreman.—Apostemos cien.

House se siente tan seguro que le apuesta al grupo que Dan es


adoptado.
Continúa con el tema que lo marcó en su vida: la mentira de sus
padres que no le dijeron que su papá no era su verdadero padre.
Ahora le apuesta a Foreman por el mismo tema. Está seguro de su
frase emblemática: “Todos mienten”. Este episodio nos ayuda a
comprender que esta conclusión de House tiene origen en su familia
y en su infancia.
Volviendo al caso de Dan… el paciente queda internado en el
hospital. Ese día House se va a su casa, ya es casi de noche, y
escucha en su contestador un mensaje de su equipo en el que le
dicen que el paciente se escapó de la habitación.
Es importante notar que a partir de este episodio demuestra lo
mucho que le importan los pacientes, que para él no son solo
“acertijos” que quiere descubrir, sino seres humanos a curar. Por lo
tanto, vuelve al hospital; en ese momento la ve a Cuddy que sale,
vistiendo un lindo equipo deportivo, y le dice:

House.—Dra. Cuddy, ¡qué lindo atuendo!... atuendo deportivo


para gimnasia o tenis.
Cuddy.—¿Qué hace aquí? ¿Para qué volvió? ¿Para ver a un
paciente? —pregunta con incredulidad.
House.—¡No! A una nudista, vino a mi consultorio en vez de
a mi casa —responde con ironía.

Aquí House muestra su ironía, como es costumbre, porque si


vuelve al hospital no será por una nudista sino por un paciente. Pero
Cuddy ni siquiera sabe que el paciente se escapó. Tampoco
pregunta y se va. A juzgar por la vestimenta, se dirige al gimnasio o
a practicar algún deporte. House vuelve a marcar una diferencia con
los médicos comunes, en este caso, con la doctora y Directora
Decana del hospital.
Más allá de los horarios que deba cumplir, toma su trabajo
siempre en serio y aunque a los demás les parezca que no se
preocupa por los pacientes a él le importan mucho. No vuelve al
hospital solo para descubrir un diagnóstico, ni por el “complejo del
cubo Rubik“ (necesita resolver el acertijo) que los demás dicen que
tiene.
Cuando regresa, le da al equipo una pista de dónde podría estar
el paciente: en la terraza. Es precisamente allí donde lo encuentran.

House.—Asegúrense de revisar el techo, los de limpieza lo


mantienen abierto para salir a fumar —le dice a Foreman
cuando se encuentran en el pasillo del hospital.

House dice que se vuelve a su casa porque en sus condiciones


no puede ayudar mucho caminando por todos lados. El equipo
encuentra a Dan en la terraza donde sugirió su jefe.
Al otro día, con todo su equipo, House pregunta si alguien le avisó
a la familia y dice que deberían estar felices porque ese hecho
significa que no tiene esclerosis. No entiende por qué creen que
está siendo sarcástico, cuando es bueno que no tenga esclerosis.
Entonces exclama: “Eso es bueno”. Dan estaba en el techo
creyendo que estaba en el campo de deportes, en un estado de
confusión que no concuerda con la esclerosis múltiple.
Y aquí House muestra su ironía nuevamente, cuando en medio de
la lluvia de ideas para descubrir qué enfermedad sufre el paciente
Cameron dice:

Cameron.—¿Qué hay del sexo? —en referencia al paciente.


House.—Podría volverse complicado. Digo, trabajamos
juntos. Soy mayor pero quizás eso te gusta.
Durante toda la serie, House hace alusión a que trabajar juntos y
tener sexo sería complicado. Para él las emociones y los
sentimientos en el lugar de trabajo distraen y hacen que se cometan
errores. Y, en consecuencia, podrían morir pacientes.

La ética de House

Siempre se ha comentado que en los hospitales hay bastante sexo


entre profesionales y con enfermeros también. Se lo ha atribuido al
hecho de ser un ámbito propicio: hay guardias de noche y muchos
consultorios vacíos.
En este contexto, House tiene una de las cualidades para
enamorar a las televidentes femeninas: no se acuesta con cuanta
mujer pasea por los pasillos, mucho menos con pacientes ni
tampoco con profesionales del hospital. Esto habla de su moral y
ética profesional.
En el diálogo anterior vemos que se lo dice a Cameron con ironía,
pero también se ve la faceta de la personalidad de House con
respecto al sexo: “Donde se trabaja el sexo es complicado”. Él no
aprueba que esto ocurra y es el primero en cumplir con “no tener
sexo ni amoríos en el lugar de trabajo”. De hecho, en capítulos
posteriores, reprende a quienes transgreden esta regla.
Continuando con este episodio se encuentra con Wilson a tomar
un café. Por allí pasan los padres de Dan, llevando una bandeja y
dos vasos de café que apoyan en la mesa donde están los doctores.
Acto seguido lo increpan a House y le preguntan por qué está allí sin
hacer nada por su hijo.
House, luego de repetirles de memoria todas las pruebas y los
resultados de los estudios con exactitud, les pide que vayan a tomar
la mano de su hijo, que él se ocupará de sus tazas de café. En
realidad, las llevará para realizar un estudio de ADN.
Cuando ven los resultados, Cameron y Chase comprueban la
verdad:

Cameron.—House tenía razón, el padre no es el padre.


Chase.—¡La madre tampoco es la madre! —agrega con
sorpresa.

Al enterarse, House irrumpe en el despacho de Cuddy, donde se


encuentran los padres de Dan, y les dice:

House.—Idiotas, ¡me mintieron! ¡No son los padres de Dan!

Los padres explican que Dan es adoptado y su hijo no tiene por


qué saberlo. House les responde:

House.—¡Pero yo sí! —dice con firmeza y enojo.

House pregunta si la madre biológica fue vacunada de sarampión


y los padres adoptivos no tienen respuesta, realmente no lo saben.
Así se descubre que Dan tiene panencefalitis esclerosante
subaguda causada por una mutación del virus del sarampión en
estado latente durante años. Si la madre biológica hubiera recibido
la vacuna, Dan no se habría enfermado, por eso era importante
saber si ella había sido vacunada de sarampión.
Esa información tan importante no estaba en la historia clínica y
los padres adoptivos tampoco lo sabían. House, desde el principio,
al pedir la historia algo intuyó, por eso le apostó al equipo que Dan
era adoptado. Junto a ellos en busca de un tratamiento se pregunta:

House.—¿Por qué las personas mienten? —refiriéndose a


los padres de Dan.

La psicología de House
Una vez más, se confirma lo que House piensa: “Todos mienten”; en
este caso los padres de Dan le mintieron a House al no decirle que
el chico era adoptado. Esas actitudes lo ponen furioso.
Se suma otro ingrediente al conflicto. Cuando House va al
despacho de Cuddy, ella le dice que no es posible solicitarle un ADN
de u$s 3.200 al seguro de salud porque ese estudio lo pidió para
ganar una apuesta.
La realidad es que House hizo un ADN para salvar la vida de Dan,
¿sería justo que tuviera que pagar por eso?

House.—Ese no es el costo real; el hospital es el dueño de la


máquina y dígale a los padres que le hagan pagar al seguro.
Cuddy.—El seguro nunca pagará una apuesta.

Lo que dice Cuddy es una falacia*, nada tiene que ver la apuesta
de House con el hecho de que el seguro de salud deba pagar el
estudio de ADN.
House continúa:

House.—Tendría que pagarla, si no el paciente habría


muerto. Sin el ADN no habríamos descubierto que Dan era
adoptado, lo cual fue la clave del caso. Solo que no quiere
pagar lo que le toca. Bueno, le daré lo que gané en las
apuestas.

Reflexión

¿Tiene que pagar House? ¿Por qué? Pareciera un modo encubierto


de criticar el sistema de salud, pero enfocado en House quien
tendría que pagarle a la aseguradora.
Aquí hay una gran ironía que habla de los sistemas de salud.
House saca de su billetera lo que ganó de las apuestas a todo su
equipo, afirmando que Dan era adoptado. Y le paga a Cuddy aquello
que en realidad debería pagar el seguro de salud. House paga con
el dinero de sus apuestas, que podría haber sido de su bolsillo, para
salvar la vida de Dan.
Y aquí relacionaremos los sistemas de salud de algunos países,
tomando como referencia la película extraordinaria de Michael
Moore Sicko, un documental sobre el servicio de salud en los
EE.UU.
En ese país, como en el caso de Dan, aunque el paciente tenga
una compañía aseguradora, podría ser que no pagara el estudio de
ADN. Y lo tendrían que pagar los padres, tal como en la serie Cuddy
se lo hace pagar a House.
En países como Inglaterra, Canadá, Francia, Inglaterra y Cuba,
según este documental, se cubren los estudios gratuitamente. Pero
en EE.UU. las compañías aseguradoras rechazan casi todos los
estudios costosos y los tienen que pagar los pacientes; si no pueden
hacerlo, en muchos casos pierden la vida.
Esta película es altamente recomendable porque allí se presentan
casos verídicos (documentados) en los que esto ha ocurrido. Las
compañías aseguradoras no pagan los estudios necesarios para
salvas vidas. Parte del comentario de este documental se encuentra
en el capítulo 8 de este libro.

Epílogo

La adopción es un tema fuerte del que poco sabemos. ¿Por qué


algunos padres les mienten a sus hijos y ocultan la verdad por
muchos años? Cuando esto sucede, a cada ser humano lo afecta de
manera diferente.
A House lo dañó psicológicamente; él lo sospechaba de chico y lo
comprobó cuando su padre murió. Dan, el paciente, se enteró
cuando descubrió que tenía un hoyuelo en el mentón. Averiguó que
se trataba de una marca hereditaria y sus padres no la tenían, por lo
tanto llegó a la conclusión de que era adoptado.
La ética de House

Este capítulo nos hace reflexionar. ¿Qué harías si estuvieras en el


lugar de Dan y el Dr. House te salvara la vida? ¿Cuánto realmente
te importaría la forma en la que obtuvo las pruebas de ADN para
curarte? ¿Te molestaría que haya sido a través de los vasitos de
café? ¿Cómo te sentirías si te enteraras de que fue de ese modo
que tu doctor obtuvo las pruebas que te salvaron la vida?
Si la vida nos lleva a ser padres adoptivos, para no hacerles un
daño psicológico a nuestros hijos, busquemos toda la información y
ayuda posible a través de libros y profesionales (psicólogos,
psiquiatras y trabajadores sociales). Tratemos de vivir la
maternidad/paternidad de la mejor manera, minimizando cualquier
daño hacia los hijos. Es a los padres a quienes les corresponde la
responsabilidad de hablar con sus hijos acerca de la verdad de su
origen.
CAPÍTULO 3

Monja embarazada que abortó

E n el episodio “Fe o buenas intenciones” (1.05), House atiende a


una paciente de Clínica Médica a pedido de Cuddy. Se trata de
la monja Agustine que está acompañada por otras dos hermanas.
Aquí se trata un tema polémico: las religiosas que tienen sexo,
quedan embarazadas, abortan y usan un DIU. Sin embargo, House
descubre las mentiras de su paciente y la salva de la muerte.
Al comienzo el Dr. House cree que Agustine tiene una erupción
(por ser quien lavaba las ollas de cobre), entonces la trata por
dermatitis. Le administra un antihistamínico y le quiere dar agua
pero la monja dice que ellas toman “té de escrofularia”, y entra en
shock anafiláctico. House le inyecta epinefrina para contrarrestar la
anafilaxia y sufre un ataque cardíaco.
Frente a este cuadro, Cuddy le dice que se equivocó, que pudo
haber tomado la jeringa equivocada en el apuro y haberle dado una
sobredosis de epinefrina. House asegura que no, que los síntomas
de la monja deben tener otra causa.
En otra escena, House se dirige a la capilla del Hospital Princeton
Plainsboro y allí pasa tiempo mirando Hospital General en un
televisor portátil. Como ya sabemos, prefiere ver esta serie en lugar
de tratar a pacientes aburridos de Clínica Médica. Es entonces
cuando llega otra de las monjas y mantienen este magnífico diálogo:
Monja.—Debo hablar con usted Dr. House, la hermana Agustine
cree en cosas que no son reales.
House.—Creí que eso era un requisito laboral para ustedes
—dice con ironía.

Para House, quien se basa en evidencias científicas, la religión


tiene conceptos que se basan en cosas irreales, como el concepto
de Dios. Para él, el concepto de Dios no es real porque no se basa
en pruebas científicas que así lo demuestren. La monja le sigue
contando a House: Monja.—A ella le gusta mentir (por Agustine) y
conseguir la simpatía de los demás, es hipocondríaca.
House.—¿Quiere advertirme que puedo estar tratando una
afección inexistente?
Monja.—Dolores de garganta, dolores de cadera, siempre
está mal pero nunca hay una razón; la Madre Superiora cae
en sus juegos, la libera de sus tareas y la trata con fragilidad
y con amor.

Aquí House tiene información de la paciente Agustine, al igual que


los psicólogos, que es una persona mentirosa y podría ser
hipocondríaca (creer que tiene alguna enfermedad infundada). Al no
tener que lavar las ollas, lo cual era su tarea, tampoco está
demasiado en contacto con el cobre cuando se creía que eso era lo
que le producía los síntomas.
Más adelante, hablando con Agustine, House deduce (por lo dicho
y lo no dicho), que tiene un DIU de cobre todavía incrustado en su
cuerpo y eso es lo que la está afectando. Por lo tanto, no es
hipocondríaca como supone la monja que la cuida.
Aquí se confrontan también dos maneras de pensar. Por un lado,
la de House (científica) que encuentra algo real en el cuerpo de la
monja: un DIU o dispositivo intrauterino y la cura. Y por el otro, el
pensamiento de la otra monja que cree en algo no real: la
hipocondría de Agustine.
En la Capilla sigue este diálogo:

House.—Eso debe molestarle a usted.


Monja.—Me molesta, a Agustine no le ayuda mucho.
House.—¿Quiere? —la invita a comer un chocolate que él
también comía.
Monja.—No debería —pero le acepta el chocolate y se sienta
al lado de modo algo seductor.
House.—Debe conocer bien a la gente para ser una buena
enfermera —dicho con ironía ya que estaba siempre al lado
de Agustine.

House le responde a esta monja diciéndole que seguramente la


conoce bien a Agustine por ser buena enfermera de ella. Y le hace
entender que él también conoce bien a la gente en el diálogo que
sigue: Monja.—Sí —dice comiendo con gran gusto el chocolate.
House.—Y si tenemos orgullo, envidia, ira, gula, cuatro de los
siete pecados capitales en menos de dos minutos…
¿Ustedes llevan registros de esas cosas? ¿Hay Olimpíadas
Católicas para esas cosas?

Aquí House compara a las religiosas con los médicos que “tienen
registro” de lo que hacen con los pacientes, que hacen olimpíadas
científicas y se pregunta si ellas hacen lo mismo.

Monja.—Dicen que usted posee un don.


House.—A la gente le gusta hablar.

No le da importancia a la posibilidad de poseer un don, porque “la


gente habla por hablar”.

Monja.—Se oculta detrás de su inteligencia.


House.—Sí, eso es muy estúpido.
Monja.—Y hace bromas porque teme tomar algo en serio,
porque si toma las cosas en serio importan.
House.—Cuando las cosas van mal, me duele, no soy fuerte,
soy vulnerable.

La psicología de House
Analizaremos aquí un diálogo riquísimo. Los demás ven a House
como un hombre que posee un “don” y él no le da importancia a lo
que la gente opina; esto habla de su humildad.
Así se va perfilando, en cada episodio, su personalidad: sensible y
vulnerable porque cuando las cosas van mal, a él le duele. No es
fuerte como parece, contrariamente a lo que los demás creen. Se
resguarda en esa coraza para que los sentimientos no lo hieran; la
coraza es la razón y la lógica, donde se siente seguro y a salvo. De
este modo hace lo posible para que su sensibilidad no sea
vulnerada por sus emociones.

Monja.—Apenas lo conozco, y no sé si tengo razón; solo


espero que no sea tan desdichado como parece ser.

Como no le gusta lo que le dijo la monja, con ironía, le contesta lo


que él ve de ella:

House.—Por la forma en que me mira ahora, diría que entró


en el número cinco: lujuria.

House psicólogo

Aquí House le contesta con ironía a la monja, descubriendo sus


intensiones en la mirada y la manera seductora con que se está
mostrando. Lo hace para descubrirla, como ella intentó descubrirlo a
él.
Antes le dijo que ella adolecía de cuatro pecados capitales:
orgullo, envidia, ira y gula. Y luego descubrió el quinto en la mirada
de ella: lujuria, como si quisiera seducirlo.
Sin palabras, la monja le devuelve el chocolate y se va de la
capilla mientras House sigue mirando su televisión portátil. No por
casualidad, se escucha: “Dr. Brown, yo también lo amo”.
Cuddy deja a House fuera del caso porque piensa que se
equivocó al poner a la monja Agustine en una cámara hiperbática,
para continuar averiguando el diagnóstico.
Foreman lo delata y se lo cuenta a Cuddy. House vuelve al lugar
de las inyecciones para ver si pudo haberle dado una dosis
incorrecta cuando le aplicó la inyección a Agustine, aunque está
seguro de que hizo lo correcto.
Apartado del caso, se dirige al Monasterio donde estaba la
Hermana Agustine antes de su internación. Allí le hace preguntas a
la Monja Superiora porque ella conoce a la paciente. Se produce
entonces este maravilloso diálogo de preguntas y respuestas, a la
manera del “método socrático”: Monja.—¿Por qué no le pregunta a
la hermana Agustine?
House.—Cuando quiero saber la verdad sobre alguien, esa
es la última persona a quien preguntar.

Este método es muy propio de House: para averiguar la verdad


sobre la conducta de alguien, pregunta a los demás primero. Saca
conclusiones antes de repreguntar a la persona de quien quiere
conocer la verdad. Sabemos que él piensa que los pacientes
mienten.

Monja.—¿Ha estado hablando con la hermana Eucaristía? (la


monja con la que habló en la capilla del hospital).
House.—Ella traicionó a su compañera muy rápido.
Monja.—Convertirse en monja no te hace santo.
House.—Convertirse en doctor no te hace curandero.
Monja.—El que vivamos en un monasterio y oremos no
significa que no tengamos tiempo para el drama.
House.—¿Y cuál es esa clase de drama de Agustine?
Monja.—Vivió en un orfanato católico hasta que llegó aquí.
¿Quiere té?
House.—Claro. ¿Todas ustedes mienten? Es buena
estrategia, es simple cuando todas dicen la misma mentira,
pero ella no pasó toda su vida como buena católica. Cuando
sufrió un paro cardíaco tuve que abrir su blusa para la
resucitación y noté dos cosas: las monjas tienen lindos
pechos y ella tiene en el hombro un tatuaje. Tal vez sea el
tatuaje de José, pero hasta donde yo sé, los orfanatos
católicos y los monasterios no tienen salas de tatuajes en los
comedores.
Monja.—Consideramos que nuestra vida empieza cuando
nos ponemos el hábito y hacemos los votos, lo que ocurrió
antes…

Lo que la Superiora le quiere decir a House es que lo que vivió en


el orfanato antes de llegar allí y tomar los hábitos de monja no les
interesa para recibirla.

House.—Es irrelevante para usted pero es relevante para mí.


Monja.—La hermana Agustine llegó al orfanato cuando tenía
seis años y se fue a los doce. Vivió en las calles y consumió
drogas; cuando cumplió quince años quedó embarazada,
trató de hacerse un aborto y perdió el bebé. La aceptamos
cuando regresó. Si hubiera sido médicamente relevante, se lo
habríamos dicho.

Con toda esta información, House se va del monasterio y vuelve


al hospital. Allí se entera de que la hermana Agustine, aun estando
en una sala estéril, tiene un choque anafiláctico.
House conversa con Wilson, ambos están extrañados por esta
situación:

Wilson.—Quizás sea voluntad divina.


House.—Pero no es mi voluntad.
Wilson.—Quiero que aceptes que los pacientes mueren sin
razón y otras veces mejoran sin razón.
House.—No, no lo hacen, es que no sabemos el motivo.

La psicología de House
House siempre piensa que “no es simplemente voluntad divina” lo
que les ocurre a los pacientes, en este caso a Agustine. Todo tiene
una razón de ser y los pacientes no mueren sin razón. En todo caso
“no se supo la causa”, no se descubrió el diagnóstico correcto, por
eso investiga hasta las últimas consecuencias. No descansa hasta
encontrar la razón. Más adelante (en el capítulo “Médicos idiotas”)
veremos que llamará “idiotas” a los médicos que desconocen los
motivos o no buscan las causas.

House psicólogo

Cuando House se entera de que la Hermana Agustine quiere salir


del hospital e irse al monasterio a morir, se dirige a la habitación y le
habla como lo haría un psicólogo: House.—Está huyendo como
siempre lo hace. Escapó del monasterio, tuvo relaciones, escapó del
mundo real cuando el sexo no resultó muy bien. Ahora las cosas no
funcionan de nuevo y se va.
No hay una mejor interpretación de la Hermana Agustine que la
que realiza House: de todos lados escapa, del orfanato, del
monasterio, del mundo real y ahora del hospital. Es frente a estas
respuestas que, como el juego que propuse al principio del libro, si
yo fuera su colega, realmente lo admiraría.
Continuando con el dialogo entre House y Agustine:

Agustine.—¿Por qué le es tan difícil creer en Dios?


House.—Con lo que tengo dificultad es con todo el concepto
de creencia, la fe no está basada en la lógica, ni en la
experiencia.
Agustine.—Experimento a Dios a diario y el milagro de la vida
en todas partes.

Ante estos conceptos de ella tan abstractos, House le dice algo


muy concreto y real:
House.—¿Y dónde está el milagro cuando se da a luz a un
bebé fármaco dependiente (eso es lo que él sabe de ella por
haber recibido información en el monasterio de que era adicta
a las drogas) y su madre lo abandona porque necesita otra
dosis? Ahora el milagro de amor tiene el doble de posibilidad
de ser asesinado por la persona que ama, no por un extraño.

House sabe que Agustine se hizo un aborto por la conversación


que tuvo con la Madre Superiora cuando fue al monasterio.

Agustine.—¿Está tratando de alejarme de mi fe?


House.—Puede tener toda la fe que quiera, en los espíritus,
en la vida eterna, en el cielo y en el infierno. Pero cuando se
habla de este mundo, no sea tonta porque cuando tiene que
cruzar la calle, sé que mira a ambos lados.

Él insiste con que cualquiera puede tener la fe que quiera pero


cuando se trata de la vida terrenal, nos encontramos en un mundo
real. Cuando cruzamos la calle, tenemos que mirar a ambos lados
para que no nos atropelle un auto. Eso es experiencia pura en este
mundo.

Agustine.—Creo que está “dentro de mí”, ya sea que viva o


muera.

¿Lo que está dentro de ella es Dios? Seguramente es eso a lo


que ella se refiere. Pero quien escucha un poco más podría
interpretar que tal vez se refiere al bebé que no fue porque se
practicó un aborto.
¿Habla del DIU (el dispositivo intrauterino que descubre House
por lo que le sigue contando)?
Una vez más el Dr. House, apostando a la vida, le dice que en
estas circunstancias tiene mejores chances con él que con Dios. Se
lo dice de este modo: House.—Pero lo mejor es que viva, tiene
mejor opción apostando a mí que a él —en referencia a Dios.
Agustine.—A los 15 años tuve todo control de anticonceptivos
conocido por el hombre y aun así quedé embarazada.

Nuevamente House hace una interpretación acertada. Si Agustine


usó todo tipo de anticonceptivos y “tiene a Dios dentro de ella”,
sospecha que puede tener colocado un DIU y pide al equipo hacer
un escaneo (resonancia) de cuerpo entero.
Al realizar el estudio, notan una cruz de cobre en forma de
anticonceptivo, comúnmente llamado DIU, una forma de control
natal de los años 80. Ahí se descubre su alergia al cobre, la cual se
acentúo al lavar constantemente ollas de ese metal.
Un poco más adelante, cuando le informan que van a programar
la cirugía para el día siguiente para quitárselo, Agustine le dice a
Chase: Agustine.—House encontró un milagro.
Chase.—Dudo que House lo interprete de esa manera.

Hasta aquí un maravilloso y polémico episodio. Los temas a


debatir son:

1. La religión contra el pensamiento científico.


2. Las monjas y el sexo, los métodos anticonceptivos para el
control de la natalidad, el embarazo y el aborto.

Resulta polémico el hecho de que todos estos temas están


intercalados con la religión pero son de por sí polémicos en sí
mismos, dentro o fuera de la religión.

Reflexión final

Se puede tener la religión que cada uno elija, todas son respetables,
se puede tener fe en Dios. Pero, como dice House, a la hora de
cruzar la calle hay que mirar a ambos lados.
Para que la paciente “pueda vivir“, un médico tiene que operarla
para quitarle el DIU de cobre que le ocasiona todos los síntomas y
puede llevarla a la muerte. Y así como House respeta a todo
paciente que crea en Dios o tenga fe, también necesita creer en lo
terrenal y confiar en un profesional, ya sea médico, psicólogo,
asistente social o quien sea que pueda curar el cuerpo y la psiquis.
La fe ayuda muchísimo a la parte espiritual y estas se
complementan, no se excluyen.
CAPÍTULO 4

Esquizofrenia

Esquizofrenia: enfermedad de la psiquis

E n el episodio “Método socrático” (1.06), House se ve atraído


por los misterios de la mente humana. Utiliza como eje del
relato la historia de la paciente Lucy Palmeiro y su hijo, un menor de
15 años.
Lucy y su hijo se encuentran en la recepción de las Oficinas
Estatales de Desempleo frente a una empleada administrativa,
llenando los papeles para que la examine un médico. Lucy está con
la mirada perdida y oye voces que solo están en su cabeza, no se
escuchan en realidad:

Las voces.—¿Te comió la lengua el ratón o el gato? Tú


mataste al ratón, le cortaste la cabeza.
Lucy.—Maté al ratón, hay mucha sangre —les contesta en
voz alta a las voces que escucha en su cabeza.

La administrativa, que escuchó a Lucy, la mira perpleja, hace los


papeles rápido y le pide al hijo que le diga el diagnóstico:

Hijo.—Esquizofrenia, diagnóstico del Dr. Walters del 11 de


mayo del año pasado, está en el expediente.

Para entender mejor de qué se trata esta enfermedad que le


diagnosticaron a Lucy, en la práctica clínica habitualmente cuando
algún paciente escucha voces, se presume que puede estar
indicando algún tipo de esquizofrenia* o psicosis*.
El hijo le pide un poco de agua a la administrativa y, cuando ella
se va, le da un poco de vodka a la mamá para que la tome. Es allí
cuando Lucy se desploma y cae al suelo. Entonces, desde las
Oficinas de Desempleo, es trasladada al Hospital Princeton
Plainsboro.
Ingresa a la guardia: mujer blanca de 38 años, con ausencia
temporal de respiración, entubada y pobre en oxígeno.
El hijo de Lucy conversa con un médico de urgencias, quien
acaba de ver a su madre y le da el siguiente panorama:

Médico de urgencias.—Tu mamá tuvo una embolia pulmonar,


un coágulo que apareció en la pierna y se alojó en los
pulmones y bloqueó el paso de oxígeno; su nivel de alcohol
era alto.
Hijo.—Yo se lo di, un poco de vodka la tranquiliza, pero era el
primero en tres días, he tenido mucho cuidado, ella escucha
voces.
Médico.—¿Es esquizofrenia? Ello explica la trombosis, el
alcohol hizo que se desmayara y la mantiene inmóvil por
largos períodos de tiempo.

El hijo le aclara que no es alcohólica, que piensa que debe ser


algo más. Casualmente House está allí en la recepción,
escuchando. No está de acuerdo con la explicación que le dio el
médico de urgencias al hijo de Lucy; no cree que el coágulo sea por
combinación de esquizofrenia y alcoholismo.
El Dr. Gregory House se pone en marcha: toma el caso de Lucy y
para comenzar, le dice a su equipo que la esquizofrenia no es la
“causa” de la trombosis. Busca causas para la enfermedad de esta
paciente, lo cual posibilitará descubrir su diagnóstico. Y nuevamente
denominará “médicos idiotas” a quienes no las buscan.
Conversando con Wilson en los pasillos del hospital, reflexionan
sobre lo poco que se sabe acerca de la verdadera causa de la
esquizofrenia. House afirma que desde la Clínica Médica, no se
sabe cómo tratar esta enfermedad mental.
Con su habitual ironía, hace un poco de historia y compara los
avances de la medicina en otros temas y lo poco que se ha
avanzado, según su criterio, en encontrar soluciones para
enfermedades como la esquizofrenia. En este sentido, le comenta a
Wilson que, por ejemplo, Galeno trataba con “fumigación en la
vagina” y ahora tenemos: lobotomía, rayos x, cuartos acolchados,
electrochoques, etc.

House.—Si no fuera por Sócrates, el delirio, la esquizofrenia


no tratada, no tendríamos el método socrático: “la mejor
forma de enseñar todo, acerca de nada”, aparte de jugar con
serruchos.

House señala que, si no fuera por Sócrates, no tendríamos el


método socrático porque se presupone que él fue esquizofrénico.

¿De qué se trata el método socrático que House utiliza tan


hábilmente?

Es un método de preguntas para pensar e investigar acerca de una


infinidad de temas. Por eso House dice que es la mejor forma de
enseñar todo acerca de nada: medicina, psicología, filosofía, física,
química, etc. Es un método a modo de dialéctica (tesis - antítesis -
síntesis) de preguntas y respuestas, o demostración lógica para
nuevas ideas; para descubrir la verdad acerca de algo. Tiene este
nombre porque fue Sócrates quien lo creó y Aristóteles atribuyó la
esencia del método científico a su descubrimiento.
También es conocido como “mayéutica”: técnica que consiste en
interrogar a una persona para hacer que llegue al conocimiento a
través de sus propias conclusiones (no por conocimiento aprendido).
Se basa en la capacidad potencial de cada individuo y asume que
“la verdad está oculta en el interior de uno mismo”.
House, al igual que Sócrates, implementó la “ironía socrática”.
Pretende que su equipo, todos los residentes y los alumnos en el
Hospital Universitario Princeton Plainsboro comprendan que el
conocimiento está basado en prejuicios. La mayéutica afirma que el
conocimiento se encuentra latente en cada uno de nosotros y que
es necesario descubrirlo.
Por eso, en más de una oportunidad, House les dice con ironía a
los estudiantes: “Lean menos y vean mas televisión”. Lo hace para
hacerlos pensar, sabiendo que ellos tienen un potencial a explorar y
grandes conocimientos a desarrollar. No se trata de repetir de
memoria lo que les enseñaron en la facultad. Cuando egresan es
tiempo de que aprendan a pensar.
Ahora bien, ¿por qué Sócrates denominó su método “mayéutica”?
La palabra “maieutke” significa parto, embarazo. La madre de
Sócrates era partera, practicaba el arte de hacer nacer a los bebés.
Él focalizó este concepto en el arte de hacer nacer, o dar a luz, el
conocimiento por el pensamiento.
Este es el método que le encanta aplicar a House: realizar
preguntas para que quien las escucha tenga que meditar y
encontrar las respuestas por sí mismo. La ironía, tal como él la
práctica (y también Sócrates la practicaba), está dirigida a personas
que creen que saben pero que en realidad son ignorantes. La
“mayéutica”, también practicada por ambos, está dirigida al mismo
tiempo a las personas que se creen ignorantes y no lo son.

Solo sé que no sé nada

Volvamos a House que sigue caminando por los pasillos del hospital
y habla con Wilson… él nombra a quienes considera genios y de los
cuales también se cree que padecieron esquizofrenia: Sócrates,
Newton, el guitarrista de Pink Floyd, etc.
Lo que en realidad inquieta a House es este misterio: ¿por qué la
genialidad tiene que estar emparentada con la esquizofrenia? Para
él es un tema a investigar y en el camino cuestiona a la medicina
porque aún no ha hallado tratamientos efectivos que la curen.
Puesto que House resuelve misterios médicos tratables y curables,
él se pregunta por qué no se pueden investigar científicamente las
enfermedades mentales. Es interesante que esta deducción que
hace House, cuando habla con Wilson, también le interesó
muchísimo al Premio Nobel John Nash.
Nash fue el inspirador de la premiada película Una mente
brillante. Él dijo: “Los avances de la ciencia ayudarán a disminuir el
estigma de las enfermedades mentales, tal como ya ocurrió con
otros males. Por ejemplo, se pensaba que las ulceras de estómago
eran psicosomáticas y luego se descubrió que se debe a una
bacteria que se trata con antibióticos. Nos detendremos por un
momento en esta “mente brillante”, ya que encontraremos muchas
similitudes con nuestro genio protagonista…
Cuenta la historia real que el matemático y economista
estadounidense John Forbes Nash Jr., nacido el 13 de junio de
1928, fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1994.
De pequeño le gustaba mucho leer y, aunque sacaba malas notas
en clase, mostró una gigantesca aversión a la disciplina.
A pesar de tratarse de una mente privilegiada, de un talento
superdotado, en su infancia fue considerado un niño solitario, ya que
jugaba muy poco con otros niños de su edad. A lo largo de su vida,
su mayor característica fue el egocentrismo que lo incapacitó para
comprender a los demás, a los que nunca consideró como iguales.
Estudió ingeniería química en la Universidad Carnegie Mellon. Su
padre fue su profesor de matemáticas y quien lo convenció para que
se especializara en ellas. Más tarde, aceptó una beca para el
Doctorado en Matemáticas en la Universidad de Princeton. La carta
de recomendación tenía una línea que decía: “Este hombre es un
genio”. En la Universidad de Princeton impartía clases Albert
Einstein, y esto fue algo que motivó su ansia de aprender y obtener
cierto reconocimiento.
En 1958, cuando se le diagnosticó esquizofrenia, Nash estuvo
internado cincuenta días en el Hospital McLean y luego fue
hospitalizado en varias ocasiones en otros centros psiquiátricos de
Nueva Jersey. Cuando salió, tuvo que aprender a vivir con sus
alucinaciones, tratando de ignorarlas. Años después consiguió
regresar a la universidad, dictando clases de matemáticas y dando
conferencias en todo el mundo, pese a su avanzada edad…
Cualquier parecido de este “genio” con nuestro Dr. House ¡es pura
coincidencia!
Sigamos con House y su enseñanza. En este episodio, por medio
de preguntas suyas y respuestas del equipo, descubren dos
diagnósticos en Lucy: la enfermedad llamada Wilson que es un
trastorno genético que produce síntomas psiquiátricos y
neurológicos; y el problema hepático también relacionado con esta
enfermedad.
House se dirige a la habitación y le pregunta a Lucy cuánto bebe
en realidad. Sorprende a todos por la gran conexión que tiene con
ella y su hijo Lucas. Le lee del libro de poesías de W.B. Yeats que
tiene en la habitación (su hijo también le lee) y trata de escucharla
para poder entender lo que dicen sus delirios.
House y su equipo descubren que Lucy tiene un tumor en el
hígado pero, según las normas quirúrgicas, es muy grande para que
sea operada. House decide no tener en cuenta dichas normas y
reducirlo con etanol. Lo hace para poder operarla porque lo que ella
padece es tratable.
Este episodio presenta un caso muy interesante desde distintos
puntos de vista. Por un lado, observamos que House se involucra
muy de cerca con la paciente. Muestra su lado bondadoso y
compasivo, que en realidad siempre tiene. Claro que este perfil no
se ve tan claramente, está oculto para la mayoría de las personas.
Esta es una parte del “iceberg” que no se puede ver. Y
paralelamente se observa el modo en que House se apega al
método socrático de enseñanza, sintiéndose atraído por el hecho de
que Sócrates pudo haber sido esquizofrénico y tuvo la genialidad de
crear ese método de razonamiento tan útil para cualquier disciplina.
Continuando con la búsqueda del diagnóstico de Lucy, House
descubre que ella llama a Servicios Sociales para que se ocupen de
su hijo, ya que es menor y no quiere que tenga tanta
responsabilidad con su cuidado. Es entonces que House observa
una conducta demasiado cuerda para una esquizofrénica y se
pregunta si en verdad Lucy padece alguna enfermedad mental. Aquí
se presenta otro conflicto, ya que el hijo de Lucy le había pedido
expresamente a House que no llamara a los Servicios Sociales. Él
sabía que aquello lo apartaría de su madre. House no lo traiciona,
no llama; pero es la madre quien realiza el llamado.
House empieza a dudar de que Lucy tenga una enfermedad
mental. Se levanta por las noches y llama a números de teléfono
que tiene el hijo en una libreta, a médicos a los que ella visitó. Entre
ellos, figura que consultó a un oftalmólogo. Entonces cuando House
se reúne de nuevo con su equipo, con su habitual método socrático,
pregunta:

House.—¿Si no es esquizofrenia, qué otra enfermedad


produce síntomas psíquicos?
Cameron.—La porfiria.
Chase.—La locura del Rey Jorge.
Cameron.—¿Y eso del cobre? ¿Cómo se llama eso de que el
cuerpo acumula demasiado cobre?
Chase.—La enfermedad de Wilson.
Cameron.—Sí.
House.—Muy rara, excelente, ingeniosa, me gusta.

Con este método House ofrece la posibilidad de que, por medio


de una lluvia de ideas, se investiguen los diagnósticos. A su vez,
alienta al equipo cuando se encuentra el posible diagnóstico
diciendo: “Muy rara, excelente, ingeniosa, me gusta”. Con esta
respuesta además se cae el mito que dice que solo él quiere tener
razón, como mostrándolo inflexible. Por el contrario, es sumamente
flexible, tiene razón hasta que alguien le demuestre lo contrario.
Tiene una mente científica y es así como funciona también la
ciencia.
Con estos datos, el equipo junto con House se dirige a ver a Lucy
y en sus ojos todos observan los “anillos de Kayser-Fleischer”:
círculos de color cobre alrededor de las corneas. De esta manera
confirman que tiene la enfermedad de Wilson, por la cantidad de
cobre expresado en estos anillos. Al instante comienzan el
tratamiento.
Es interesante que esta vez sea Cameron quien da en el blanco.
Se destaca de este modo el interés de House por descubrir el
diagnóstico y que se les pueda dar un tratamiento a los pacientes,
sin importar de quién sea la idea. Y volviendo a la metáfora del
iceberg, cuando se observa solo lo superficial, falsamente se cree
que House quiere siempre tener razón.
House privilegia encontrar el diagnóstico correcto, sea quien sea
que lo descubra. Por eso, alienta a todos en su equipo para que
tengan ideas. Practica ironías y metáforas para dejarlos pensando.
Se pone furioso cuando están faltos de ideas y no encuentran las
causas de las enfermedades; en esas ocasiones los llama idiotas.
Finalmente, la historia clínica de Lucy tiene el diagnóstico correcto
y, en consecuencia, el tratamiento correcto que le permite curarse.
Cuando está lista para irse a su casa, la viene a buscar su hijo que
salió de Servicios Sociales. Mientras la lleva en su silla de ruedas
(porque recién está recuperándose de la operación) lo ven a House
en el ascensor. Lucy lo mira y le agradece por ser quien descubrió
que no tenía esquizofrenia, sino un tumor en el hígado, operable
gracias a él y curable. Entonces le dice:

Lucy.—Gracias a Dios que tenía cáncer, es terrible que


piensen que estoy loca.

En esta, como en muchas otras ocasiones, cuando se retiran del


hospital los pacientes le agradecen a House por su intervención.
Pero el hijo, pensando que fue House quien llamó a Servicios
Sociales, le dice:

Hijo.—Yo jamás le agradeceré, me traicionó.

Recordemos que fue la mamá quien llamó a Servicios Sociales, y


gracias a eso House descubrió que no tenía esquizofrenia. Ese
llamado respondía a una conducta muy cuerda y de gran
responsabilidad, lo cual no condice con esa enfermedad mental.
House no lo traicionó pero para no revelar que fue la mamá quien
llamó, se quedó callado. Seguramente lo hizo para que siguieran
teniendo un buen vínculo madre-hijo, puesto que él sería quien la
cuidaría a partir de ese momento. Tal vez si House la delataba,
ponía en riesgo esa buena relación.

La ética de House

Esta es una conducta muy propia de House: no traicionar y no


delatar. La veremos a lo largo de toda la serie. Por el contrario, los
demás sí se traicionan entre ellos y también lo traicionan a House.
En este episodio, el Dr. House muestra un gesto de bondad,
compasión y ternura; tanto hacia la paciente Lucy como hacia su
hijo. De algún modo lo sorprendió que un hijo fuera tan dedicado a
su madre y, a pesar de ser muy joven, tomara tanta responsabilidad.
Cuando están saliendo del ascensor, House le dice a Wilson:

House.—Tenías razón no era la trombosis, era la


esquizofrenia.
Wilson.—Lo sé.
House.—Lo que tenía de interesante lo perdió.

Aquí House lo deja contento a Wilson, dándole la razón, pero la


realidad es que Lucy llegó al Princeton Plainsboro con un
diagnóstico de esquizofrenia realizado por un tal Dr. Walters. Un
diagnóstico equivocado sumado al hecho de que el médico de
urgencia también se equivocó cuando le dijo al hijo que, creyendo
que sufría de esquizofrenia, su madre tenía una trombosis.
Como siempre House emplea la ironía, aquí con Wilson, porque
esquizofrenia y trombosis eran los dos diagnósticos equivocados de
los anteriores médicos que atendieron a Lucy. Ambos profesionales
erraron el diagnóstico pero House y su equipo hallaron el correcto.
House dice: “Lo que tenía de interesante lo perdió” porque él las
enfermedades mentales las considera un misterio a resolver. Perder
la razón es justamente un misterio interesante para House que
posee una mentalidad lógica y es puro razonamiento.

Reflexión sobre la ética de House

House descubrió que Lucy no tenía esquizofrenia, sino la


enfermedad de Wilson que es curable. Esta enfermedad, además de
presentar síntomas de alucinaciones y confusión mental, tiene la
característica de acumulación de cobre. El tumor debía ser operado.
Si estuvieras en el lugar de Lucy y pudieran operarte de un tumor
hepático (con esto tendrías una cura para tu enfermedad),
¿aprobarías que House tomara la decisión de darte etanol para
reducirlo y luego poder operarte? ¿Qué opinas del hecho de que
haya actuado fuera de las normas?
Tanto la esquizofrenia como las psicosis son tratadas por
especialistas en psicología o psiquiatría. Aunque no es su
especialidad, House siempre se siente atraído por estas afecciones.

¿En qué se parece House a Sócrates?

Como hemos visto, a la hora de buscar la verdad ambos practican el


método socrático o mayéutica. Este método se basa en la idea de
que el conocimiento no es algo dado, sino que cada uno debe
descubrirlo por sí mismo. Afirma que la única forma de que alguien
aprenda es por medio de preguntas que lo ayuden a razonar.
Una forma de aplicar esta tónica de ayudar a otros a razonar, y
así acercarse a la verdad, es tener un comportamiento detestable y
arrogante que obligue a otros a cuestionarlo constantemente. Este
comportamiento de “irritar a otros” es el leitmotiv de House a lo largo
de toda la serie.
El método socrático es un método paradójico que tiene tres
pasos:

1. Para practicarlo hay que admitir que no se conoce la verdad


(cuando llega un paciente a House no se sabe el
diagnóstico). En esta etapa se encuentra la afirmación de
Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”.
2. Por otra parte, hay que actuar de forma tan convincente como
si se estuviera seguro de que se sabe la verdad. Y tener una
hipótesis.
3. ¿Pero qué sucede si nos hemos equivocado? Necesitamos
que otros refuten esa hipótesis, que nos cuestionen, para
saber si tenemos evidencia suficiente o hicimos una
suposición incorrecta. Esto es lo que hace House delante de
su equipo, utilizando su pizarrón y provocando un torbellino
de ideas con sus preguntas.Cuando camina por los pasillos
del hospital con su equipo, podríamos hacer un paralelo con
Sócrates caminando por Atenas con sus alumnos.

House trata a los demás como ignorantes o idiotas para


desafiarlos a que encuentren la verdad. Como Sócrates que al
pronunciar “solo sé que no sé nada”, quería decir “yo no sé y
ustedes tampoco; vamos a averiguarlo”.
Tanto para Sócrates como para House es necesario que las
personas los confronten. Es por eso que el médico utiliza ese
comportamiento arrogante y detestable, el cual obliga a otros a
cuestionarlo permanentemente; los obliga a pensar.
Siguiendo la metáfora del iceberg, hay quienes ven en House solo
la arrogancia y el cinismo; esa es la parte visible. Y muchos otros
ven la parte profunda del iceberg, se dan cuenta de que se trata de
una constante provocación para que los demás se queden
pensando.
Muchas personas dejan de pensar y aceptan las posturas de los
otros, aun estando en desacuerdo, a ellos House los llama “idiotas”.
Sócrates y House necesitan formar personas que los confronten y
cuestionen en sus suposiciones pero, para que tengan este
comportamiento, necesitan sentirse atacados o amenazados. Por
eso, lo vemos a House atacando a los demás irónicamente con
preguntas y comentarios desde todos los frentes, para que
contraataquen y cuestionen todo el tiempo.

Crítica a las propias suposiciones de House

Una verdadera educación es aquella que los estudiantes puedan


confrontar y así avanzar en el conocimiento; esta es la propuesta de
House. Él la practica con su propio comportamiento y los residentes
aprenden, pero nos preguntamos si en verdad aprecian lo que
aprenden. Él los desafía por medio de preguntas, fomenta la
discusión y el debate, hace todo para que se resuelvan los casos
médicos. Pero, ¿los residentes se darán cuenta de que les enseña
tanto? ¿Sabrán que la ironía es parte del método? Quizás todos los
residentes que se van, y en algún momento de su vida quieren
regresar, lo hacen porque reconocen a House como un genio.
CAPÍTULO 5

Infidelidad

La infidelidad y sus consecuencias

E n el episodio “Infidelidad” (1.07), se tratan temas como los


esposos infieles y el sexo. Trataremos de descifrar si House es
fiel y qué opina de los amantes. Además reflexionaremos sobre
estas cuestiones: ¿Qué ocurre cuando se descubre la infidelidad de
modo fortuito? ¿Cómo reacciona el afectado?
En la primera escena vemos a dos hombres corriendo vestidos
con ropa deportiva y uno le pregunta al otro por qué no puede correr
como siempre. Bromeando, le pregunta si es que no durmió bien la
noche anterior, o si será que tuvo sexo con su esposa Elise. Este
vecino, o amigo, tiene mucha curiosidad y le pregunta por su esposa
de un modo muy insistente para obtener información de la
frecuencia con la que tienen sexo.
Cuando terminan de correr, el esposo entra en su casa y la llama:

Esposo.—¡Elise! —la encuentra durmiendo—. ¡Elise, cariño!


—grita para despertarla—. Hace cuatro días que estás
durmiendo.
Elise.—Creo que algo me pasa.

Se dirigen al Hospital Princeton Pleinsboro. Cameron le dice a


House que Elise ha estado durmiendo 18 horas por día y el doctor le
contesta:
House.—El esposo dice que su esposa ha estado
inusualmente irritable. No sabía que para una mujer fuera
posible estar así —empieza con su habitual ironía.
Cameron.—Usted es misántropo no misógino.
House.—¿Por qué le interesa esta paciente? ¿El esposo está
pendiente? —se dirige especialmente a Cameron.
Cameron.—No se aparta de su esposa.
House.—Significa que no es enfermedad Lyme porque por el
sarpullido, el esposo lo habría notado.

La psicología de House

House sospecha de la fidelidad de estos esposos, con la intuición


que lo caracteriza. Cree que hay un problema de infidelidad. A
Cameron, en cambio, los esposos pendientes de sus esposas le
atraen, pues ella cree inocentemente que la fidelidad se traduce en
que se muestren uno pendiente del otro.

Intuición psicológica de House

House, con su genialidad, su maestría y su anticipación, intuye que


estos pacientes mienten. No cree que el estar pendientes uno del
otro signifique que sean fieles. Especula con que Elise o su marido
hayan podido tener una aventura con algún tercero o “amante” que
haya viajado a África. Y dice:

House.—En la etapa final de la tripanosomiasis africana, casi


todos los parásitos están dentro del cerebro, tal vez no se
encuentren en el microscopio.

Esta enfermedad es un padecimiento parasitario que ocasiona un


letargo extremo, por eso se llama la enfermedad africana del sueño.
House intuye que Elise padece esta enfermedad.
Foreman.—Pero no es posible para un paciente que nunca
estuvo en África tener una enfermedad africana.
House.—Digo que encajan los síntomas, rechazamos la
enfermedad Lyme porque el esposo hubiera notado el
sarpullido.
Foreman.—Es eso, Lyme, o la paciente pidió que en la
carretera alguien la llevara y llegó a África —con ironía en
respuesta a House.
House.—Son dos pésimas ideas pero mejores que todas las
otras —también responde sarcásticamente.

Por lo general el mal humor de House se desata cuando el


equipo, en este caso Foreman, se rehúsa a seguir investigando y da
por sentado un diagnóstico que no es el correcto. Pero aquí, en
lugar de mostrar mal humor, muestra sarcasmo hacia Foreman.
House atiende a otra paciente en los consultorios de Clínica
Médica (algo que no le gusta demasiado hacer), también por una
temática sexual. En el momento que recomienda a esta paciente
usar condones, se le ocurre una idea y va rápidamente del
consultorio de Clínica hacia donde está su equipo.
La manera como se le ocurre una idea a House es propia de los
genios, lo veremos en el capítulo “Estrategia de los genios”. Debido
a su gran creatividad y genialidad, se le ocurren ideas de
diagnóstico en cualquier parte, por algo que vio o escuchó. En
cualquier momento le vienen ideas relacionadas y las conecta a los
diagnósticos difíciles que está investigando.
House les pregunta si vieron algo en las pruebas de laboratorio, a
lo que todos responden que no, entonces les dice:

House.—Tengo la respuesta.
Chase.—¿Para qué?
House.—Para la vida misma, el sexo. Todo lo que se trasmite
por sangre puede ser trasmitido por el sexo.
Foreman.—¿Enfermedad del sueño por sexo?
House.—No sin un precedente.
Foreman.—Tiene razón —dice con ironía— a menos que la
paciente viajara a África y tuviera sexo con una mosca Tsé
Tsé.

Foreman ironiza y rivaliza con House pero no investiga. House, en


cambio, vive pensando y es un investigador de alma; le responde:

House.—Hace tres años, a un portugués le diagnosticaron


enfermedad del sueño; su única conexión con África era su
novia que sirvió en el ejército de Angola.
Chase.—¿Dónde se enteró de eso?

House es una persona que pasa mucho tiempo leyendo y está


muy bien informado. Explica:

House.—En el diario del Instituto de Higiene y Medicina


Tropical. ¿No leen portugués?
Cameron.—¿Usted sí?
House.—Seguro que eso decía —ironizando—. O era un
anuncio para lentes de sol, no sé.
Cameron.—Su esposo tampoco estuvo en África.

La respuesta de Cameron es automática, sin pensar en que


podría existir infidelidad porque está segura de que hay fidelidad
entre los esposos. Está prejuzgando y, como médica, esta actitud no
ayuda a investigar el diagnóstico de la paciente.

House.—Otra vez su lógica es impecable, a prueba de balas


—con ironía hacia Cameron.
Cameron.—Creo que ignorar síntomas respiratorios es más
probable que engañar.

Ella quiere pensar que los esposos no engañan y que se pueden


tener en cuenta los síntomas respiratorios que el equipo quizás ha
obviado, continuando así con sus prejuicios. Por lo tanto, House le
pregunta:

House.—¿Por qué?

Vuelve a preguntarle para ver si Cameron seguirá con su hipótesis


de fidelidad, y con su razonamiento a prueba de balas, o puede
abrirse a un razonamiento diferente.

Cameron.—Están consagrados el uno al otro. Son


completamente devotos el uno al otro.
House.—¿Por qué?

Y House sigue repreguntando con su método socrático para


hacerla pensar aún más…

Cameron.—Están enamorados.

Aquí Cameron muestra un mecanismo de proyección; lo vemos


muy claramente en el capítulo “Cameron” dedicado a ella. Proyecta
en los esposos lo que es de ella, su modo de pensar respecto a la
fidelidad.

House.—¿O?

Con esta pregunta quiere hacerla pensar más en profundidad.


Pero Cameron llega hasta ahí y es Chase quien responde:

Chase.—Están compensando su culpa.

Entonces House, ante esta respuesta de Chase y refiriéndose a


Cameron, dice:

House.—Averigüe cuál es —le dice a Cameron.


Cameron.—¿Quiere que le pregunte a un hombre cuya
esposa está a punto de morir, si lo engañó?
House.—¡No! —con ironía—. ¡Quiero que sea cortés y la deje
morir!

En la vida real, ¡cuántos médicos por no preguntar a fondo harían


lo mismo que Cameron! Por sus prejuicios, no preguntarían aun
cuando los pacientes puedan morir por ello. Claro que House no se
encuentra entre esos médicos y le responde a Cameron:

House.—De hecho, no quiero que pregunte. Quiero que


Foreman le pregunte al esposo y Chase a la esposa.

Foreman y Chase por separado le preguntan a cada uno de los


esposos si alguno de ellos tuvo sexo con otra persona y ambos
responden que no… ¿quién miente?
La paciente entra en coma. House va a verla y se encuentra con
el esposo. Allí le informa que la esposa tiene tripanosomiasis
africana, o enfermedad del sueño. El esposo le confiesa que él no
tuvo una amante. House igualmente le pide su consentimiento
informado porque la droga para tratar esta enfermedad es peligrosa.

Esposo.—No mentiría.
House.—No pregunto por qué los pacientes mienten, solo
asumo que lo hacen, eso es lo que las personas hacen. Pero
si cree que, solo por una vez, ella no haya sido perfecta... un
fin de semana que usted salió y ella se fue con una amiga a
una fiesta navideña tras una discusión… entonces permítame
iniciar el tratamiento porque si no lo hacemos, estará muerta
mañana.

Con esto, le está diciendo al esposo que ella pudo haberlo


engañado y que sabe que “todos mienten, por alguna razón”. Solo
que House no pregunta el por qué mienten. Sin importar el motivo,
asume que todos lo hacen. El pensamiento de House es el
siguiente: “Su esposa pudo cometer una infidelidad, no me importan
los motivos por los cuales la cometió, solo me interesa que no se
muera”.

House.—¿Confía mucho en su esposa?


Esposo.—No lo sé.
House.—Entonces empezaré el tratamiento.

En la habitación donde le están suministrando el tratamiento están


solo Cameron y el esposo, entonces el hombre dice:

Esposo.—Si se recupera, ella no estuvo siempre para mí.


Cameron.—Significa que ella cometió un error.

Esposo.—Una gran parte de mí no puede lidiar con esto, no


lo entiendo. No quiero que se recupere —él sabe que si se
recupera le fue infiel—. ¿Eso me hace un mal hombre?
Cameron.—Sí.

En este “sí”, Cameron vuelve a manifestar sus prejuicios. House


entra al laboratorio mientras Cameron está de espaldas a él,
llorando frente a una máquina centrífuga.

House.—¿Qué ocurre?
Cameron.—Estoy calibrando el centrifugador.
House.—Dese vuelta. Es algo muy triste ver el centrifugador
descalibrado —con ironía porque la ve llorando— a mí
también me hace llorar.
Cameron.—No estoy llorando, le dije al esposo que era un
idiota.
House.—¿Por qué?
Cameron.—Cuando estuve en la universidad, me enamoré y
me casé y duró seis meses. Cáncer de tiroides con
metástasis en el cerebro, no pudieron hacer nada. Yo tenía
21 años y vi morir a mi esposo.
House.—Lo lamento. Pero esa no es toda la historia, es un
síntoma, no la enfermedad; el cáncer de tiroides pudo
haberse diagnosticado un año antes de su muerte. Sabía que
se moría y se casó con él. Lo tenía desde que lo conoció, y
aun así se casó; no puede ser esa buena persona sin
repercusiones.
Cameron.—¿Por qué?
House.—Porque llora sobre los centrifugadores.

House psicólogo

Al encontrar llorando a Cameron, House descubre el conflicto que


ella sufría: lo que él denomina “su parte dañada”. Esto fue lo que
quiso averiguar cuando la contrató en el primer episodio “Piloto”
(1.01), pero Cameron allí no se lo contó. Estalla en llanto ahora,
cuando su parte emocional dañada se confronta con esta situación
de “esposos infieles”. Su esposo murió pero ella lo sabía antes de
casarse y odia a las personas que, como el esposo de Elise, tienen
esta conducta ante una infidelidad.
Todo el equipo va a ver a la paciente a la habitación y allí está el
esposo al lado de la cama de Elise:

House.—Parece que su esposa no mejora.


Esposo.—No te mueras —dice acercándose a la esposa y
llorando —porque si muere, significa que le fue fiel.

El conflicto del esposo

Si luego de proporcionarle el tratamiento para la enfermedad


africana reacciona positivamente y se recupera, significa que tuvo
sexo con otro hombre y allí se contagió; por lo tanto, le fue infiel. Si
muere, es que tiene reacción negativa al tratamiento y significa que
fue fiel. Por ese motivo, le dijo a Cameron que él desearía que ella
muriera.
En ese momento, la esposa reacciona y se despierta. Mientras el
equipo chequea que Elise realmente se repone, Cameron observa
que el esposo abandona la habitación. La esposa queda sola y
llorando. Entonces Cameron lo sigue. El hombre camina rápido con
un bolso colgado al hombro, señal de que se está yendo del
hospital. Y ella le dice:

Cameron.—¿Qué va a hacer? ¿Sabe lo afortunado que es?


Su esposa está viva y lo ama.
Esposo.—No puede hacer lo que hizo si me ama. Si me
engañó, yo ya no puedo amarla —y se va.

En la habitación, la esposa está llorando cuando entra House que


le pregunta:

House.—Necesito saber con quién tuvo la aventura, también


él tiene que recibir tratamiento y debe ser notificado. ¿Por
qué nos mintió? Sabía que su vida corría peligro.
Elise.—Él no volverá —lo dice por el esposo.

Elise le confiesa a House que mintió porque sabía que si su


esposo se enteraba del engaño, se iría de su lado; tal fue la
reacción que tuvo ni bien lo supo.

House.—Todos cometemos errores y todos pagamos el


precio. Necesito el nombre…

Elisa decide darle el nombre de quien es su amante, House se lo


pide para darle tratamiento a él también y que no muera.
Cameron va a la dirección del hombre que dijo Elise y sale un
hombre que al verla le hace esta pregunta:

El amante.—¿La puedo ayudar?

El que le abre la puerta a Cameron es el mismo hombre que


aparece al principio del episodio, el amigo con quien el esposo corre
todas las mañanas. El mismo que le preguntaba tan insistentemente
cuántas veces tenía sexo con su esposa Elise.
La realidad es que House ayuda también al amante de Elise, ya
que corre peligro su vida y necesita el tratamiento. Como vemos, a
House le interesa salvar vidas. “El amante” es un hombre más a
quien salva a distancia, ni siquiera es su paciente. Tampoco House
practica el “complejo de Rubik” para descifrar el acertijo.
Simplemente muestra humanidad hacia la gente. Probablemente la
envía a Cameron para que se convenza de que existe la infidelidad
entre esposos.

La ética de House

House salva la vida de la paciente y por consiguiente la del amante,


sin preguntarle a la gente por qué miente. Sabe que cada persona
tiene sus motivos y se reserva el preguntar las razones. Gracias a
su premisa “todos mienten”, intuye, acierta y salva dos vidas. Le
dice a Elise, cuando se queda sola llorando en la habitación, que
“las mentiras tienen sus consecuencias”. Para el Dr. House, la
consecuencia de la mentira, si esta no se descubría, era la muerte
de dos personas. Para Elise, la consecuencia de su mentira fue que
su marido se fue de su lado.

¿En qué se parece House a Freud?

Freud basa toda su teoría en la “sexualidad humana”. Gran parte de


los diagnósticos que descubre House tienen que ver con la
sexualidad de las personas, como en este episodio.
También por ese motivo, muchas de las conversaciones con
Wilson suelen rondar en torno al sexo. House no está de acuerdo
con la infidelidad en la pareja, ni con engañar a la mujer que es su
pareja. Wilson y otros integrantes del equipo lo hacen. Freud
escribió sobre el deseo insatisfecho de las personas en las
relaciones humanas, indicando que este da como resultado todo tipo
de vínculos, y uno de ellos es la infidelidad de los esposos.

Para debatir y reflexionar: ¿qué es infidelidad y adulterio?

Infidelidad consiste en no cumplir un compromiso que hace al


respeto mutuo entre los miembros de una pareja, y al cumplimiento
de un pacto explícito o implícito de exclusividad; es decir, de
mantener relaciones íntimas con la persona que hemos elegido para
que esté a nuestro lado. Por lo tanto, la infidelidad es quebrar ese
pacto.
Adulterio es la unión de dos personas “amantes”, cuando una de
ellas o las dos están casadas. Las diversas culturas lo han
censurado, algunas solo de palabra; otras lo han penado porque lo
consideran un delito.

Conclusión

Frente a estos conflictos, existe la necesidad de consultar a un


terapeuta, más que nada por la angustia que se genera, como le
ocurrió a Elise. Y de acuerdo con Freud, la infidelidad tiene que ver,
entre otras cosas, con el “deseo insatisfecho” y sus consecuencias.
CAPÍTULO 6

“Orden de no reanimar”: ¿morir por error


médico?

E l episodio “Orden de no reanimar” (1.09) es uno de los mejores


de la serie. Plantea un tema controversial en el cual nuestro
protagonista se muestra comprometido hasta el final. En esta
ocasión, analizaremos su actitud frente a un nuevo dilema: ¿qué
hacer cuando el paciente desea morir pero en realidad no está
informado de su verdadero diagnóstico?
El paciente es John Henry Giles, un eximio músico, trompetista de
jazz, a quien le falta la respiración a causa de su neumonía y se
desmaya durante una sesión de grabación en la ciudad de Nueva
York. Por este motivo es derivado al Hospital Princeton Plainsboro, a
pedido del doctor Marty Hamilton, médico tratante de Giles y antiguo
mentor de Foreman.
Cuando ingresa al hospital Giles es llevado en silla de ruedas
porque, además de haber contraído neumonía, no puede caminar
debido a la parálisis de sus piernas. Primeramente es admitido en el
hospital como paciente del Dr. Hamilton pero como Foreman hizo la
residencia con él, quiere que sea su ex mentor quien lo trate de la
neumonía.
El Dr. Hamilton dio un diagnóstico de ELA (esclerosis lateral
amiotrófica*). Se trata de una enfermedad degenerativa
neuromuscular y se cree que, a causa de ella, el músico se
encuentra en silla de ruedas. Por este motivo, el paciente siente que
tiene una sentencia de muerte sobre él.
House es fanático de la música de Giles y, al enterarse de esta
internación, le pide a Cuddy que lo incluya en el equipo. Quiere
indagar respecto a la parálisis del músico, por si acaso tuviera otro
diagnóstico diferente y existiera la posibilidad de que camine.
Cuddy se niega y afirma que Hamilton dio instrucciones a
Foreman para que solo se lo trate por la neumonía. Aduce que el
médico tratante no incluyó a House en el equipo. Es entonces que
House y Cuddy mantienen el siguiente diálogo:

House.—Pero eso de no caminar puede convertirse en algo


grave.
Cuddy.—Hamilton se encarga de la parálisis y la trata.
House.—Sé de estos tratamientos múltiples. Múltiples
cirugías hacen progresos pero no le curan la parálisis,
arreglan todo, menos las piernas; la neumonía puede tratarla
Foreman.

Según House, lo sencillo, como en este caso la neumonía, puede


ser atendido por Foreman o por cualquier otro médico. Pero él
quiere abocarse a lo raro y lo complicado: ¿por qué no camina?;
¿por qué está en silla de ruedas? El tema lo atrae porque tiene que
ver con su propia condición (su vida cambió a partir del problema en
su pierna) y agrega:

House.—El tipo ya está paralizado, ¿cómo se lo podría


arruinar más?

Con este panorama se retira del despacho de Cuddy, convencido


de que el hecho de investigar más para que vuelva a caminar no le
haría ningún daño adicional al paciente.

La psicología de House
Para House, el problema de las piernas es particularmente especial.
Sin ir más lejos, es por causa de un mal diagnóstico que él tiene que
usar bastón y soportar terribles dolores. Tal como se lo describe a la
paciente Rebecca en el episodio (1.01), cuando ella le pregunta qué
le pasó en su pierna. Sin duda, no quiere que le suceda lo mismo a
sus pacientes y lucha para que tengan un “diagnóstico correcto”.
Este es el principal motivo por el cual quiere investigar el problema
real del trompetista Giles. Si existe la posibilidad de curarlo, él está
dispuesto a atenderlo y tratar la parálisis.
A pesar de que el Dr. Hamilton pidió que Foreman esté a cargo en
el tema de la neumonía, como a House le interesa el caso, sigue
investigando junto con todo su equipo. Continúa con la pregunta:
“¿Cuál podría ser el diagnóstico del trompetista, más allá de la
neumonía?”. Y seguidamente le pide a Foreman que le haga una
resonancia para investigar más el tema de la parálisis.
Foreman va a ver al trompetista a la habitación. El músico le
pregunta si la neumonía está conectada a la esclerosis. La
respuesta es que todo apunta a la esclerosis. Y con esto,
simplemente repite lo que dijo el médico de cabecera de Giles, sin
investigar nada. No le da información correcta ni completa. Ya que le
asignaron el papel de “jefe” en este caso, quiere quedar bien con
Hamilton y no se preocupa por investigar nada más.
Luego de esta respuesta, el paciente le pide “uno de esos
papeles” para que, si algo sale mal, no le hagan nada más. Quiere
una “orden de no reanimar”. Lo que significa que quiere morir,
porque piensa que su parálisis se agravará y no quiere llegar a esa
instancia. En realidad, no se sabe si tiene este diagnóstico y, de
hecho, no lo tiene.
Más tarde, Foreman ingresa a la oficina de House y lo ve tirado en
el suelo, con auriculares, disfrutando la música de Giles. Allí le
comenta que el paciente firmó una “orden de no reanimar”. Pero,
según House, no debería extrañarle aquella firma después de
haberle dicho al paciente que tenía esclerosis lateral amiotrófica.
Frente a este escenario, Foreman opta por no hacer nada. Aduce
que el trompetista no quiere más tratamientos y cree que se está
muriendo de esclerosis. House, desde el suelo de su despacho y
frente a las tapas de todos los discos de Giles, se quita los
auriculares y le dice:

House.—Si no haces nada, no importa cuál de nosotros


tenga razón.

House quiere decir que si no se realizan las acciones para


investigar qué otro diagnóstico puede tener el músico que no sea
ELA, entonces no importa quién tenga razón. Si no tiene ELA y no
se investiga el diagnóstico correcto, de todas formas el paciente
querrá morir.

La ética de House

Y agrega, lo que considero una respuesta genial: “lo correcto” se


investiga por acciones. Si Foreman no hace nada, no se sabrá el
resultado porque no se hizo ninguna acción para investigar aquello
que pueda tener Giles que no sea parálisis.

House.—Lo que es correcto es algo que uno hace o


desempeña, es más, se descubre por medio de esa acción y
se reconoce solo por su resultado.

Lo que le quiere decir a Foreman es que si realiza una acción, por


ejemplo la resonancia sugerida, esto lo puede llevar a averiguar que
Giles no tiene esclerosis, y así se descubriría el verdadero
diagnóstico.
House es siempre activo y proactivo. Pero Foreman no le hace la
resonancia, lo medica. Como consecuencia de esto, el paciente
presenta una reacción adversa frente a esa medicación y sufre un
ataque en la habitación. Parece estar muriendo.
El equipo completo lo llama a House de urgencia y cuando él llega
a la habitación, al ver que está dejando de respirar, lo entuba y lo
reanima.
No obedece la “orden de no reanimar” que firmó el paciente para
no ser resucitado, creyendo tener ELA. House no permite que la ley,
la expectativa, la suposición, la aceptabilidad social o la supuesta
certeza proscriban o recomienden sus acciones. Lo reanima porque
la descompensación fue por una medicación que le administró
Foreman en forma incorrecta. No se estaba muriendo por el motivo
que el paciente firmó (creyendo que tenía ELA). Cuando House lo
entuba, lo reanima y le salva la vida.
House le dice a su equipo:

House.—Él firmó una “orden de no reanimar” porque no


quería una muerte lenta y dolorosa por esclerosis; lo que
pasó no tenía que ver con la esclerosis, fue por la
inmunoglobulina que se le administró.

La inmunoglobulina es una medicación que le administró Foreman


en forma incorrecta, y ese error médico casi lleva al paciente a la
muerte.
Las consecuencias no se hacen esperar. Por este malentendido,
por reanimar al paciente, a House le llega una orden de la Corte que
indica que no puede acercarse a él a menos de quince metros. A su
vez, enfrenta cargos penales por agresión, por entubar a Giles en
contra de sus deseos.
En la Corte, el abogado de House afirma que su defendido debe
tener su oportunidad de explicarse en un tribunal. Mientras que su
compañero Wilson (que lo acompaña a la Corte) le pregunta para
qué hace esto, ya que incluso puede ir a la cárcel. Pero House le
dice: “Para ganar tiempo”. Este “ganar tiempo” implica que House
pueda investigar más y encontrar el diagnóstico correcto del
paciente. Wilson, por lo bajo, le dice a House:

Wilson.—Algunos médicos se sienten el Mesías, tienen que


salvar al mundo; tú tienes “el complejo de Rubik“, necesitas
resolver el acertijo.

A House, al igual que a Sherlock Holmes, lo intrigan los enigmas a


resolver. Lo veremos más en detalle en el capítulo “En qué se
parece House a Sherlock Holmes”. Allí haremos referencia a la obra
de Robert Dilts, experto en programación neurolingüística* e
investigador en el estudio de la estrategia de los genios. Pero para
introducirnos brevemente en el tema… Sherlock Holmes es un
personaje ficticio creado por Arthur Conan Doyle. Se destaca por su
inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento
deductivo para resolver casos difíciles. Es el arquetipo del
investigador cerebral. Y para trazar un paralelo, su compañero el Dr.
Watson es para Holmes lo que Wilson (en este momento a su lado
en la Corte advirtiéndolo) es para House.
En contraste mientras esto ocurre, Hamilton, el médico tratante de
Giles, sin investigar más asegura que el trompetista padece ELA,
una enfermedad incurable. Convencido de esto, viaja desde Los
Ángeles para desconectar a Giles por medios mecánicos, lo que
significaría quitarle la vida.
Hamilton se dirige al despacho de House especialmente para
decirle que se levantaron los cargos contra él. Pero para House no
son buenas noticias porque esto quiere decir que no habrá juicio y
que no tendrá más tiempo para lo que él quería: descubrir el
“diagnóstico correcto” del músico.
Hamilton se muestra simpático y seductor, características
psicopáticas encarnadas en el personaje de Vogler (que veremos en
el capítulo 9 de este libro). Acto seguido, le extiende la mano,
aunque House no hace lo mismo, y le dice:

Hamilton.—Te investigué House, sé que eres un buen médico


y tienes que saber que yo también.
House.—¿Por qué?

House piensa que Hamilton no es un buen médico y, por lo tanto,


no merece darle la mano; sabe que viene a matar al paciente.
Los médicos que matan a los pacientes por no investigar más no
son buenos para House. Sin saber el diagnóstico correcto, lo viene a
desconectar, lo cual es sinónimo de haber viajado desde Los
Ángeles para matarlo. El paciente con un diagnóstico correcto
podría estar caminando y seguramente no querría morir.
Es entonces que Hamilton se dirige a la habitación para
desconectar al paciente. Mientras tanto House y Wilson conversan.
House, mirando al paciente a través del vidrio, le dice que si es
Wegner, los pulmones no seguirán funcionando porque esta
enfermedad afecta las vías respiratorias. Esta era una hipótesis de
House pero él no pudo llegar a investigar nada (ni esta ni otras
hipótesis), porque la institución no se lo permitió.
Se produce un momento de mucha tensión cuando, ya entubado,
el paciente con un gesto de su cabeza le dice a Hamilton que lo
desconecte mientras salen lágrimas de sus ojos. Hamilton, con cara
de satisfacción, comienza a desconectarlo.
En ese momento House, preocupado por lo que se supone que
ocurrirá, le dice a Wilson:

House.—El no debería morir.

El trompetista, una vez desconectado, no muere. Entonces House


llega a la conclusión de que no tenía la enfermedad de Wegner y
reconoce que volvió a equivocarse. Ahí se lo ve a House humilde,
reconociendo sus errores. Sin embargo, el hecho de que no haya
muerto lo incita a seguir investigando, aunque no se lo permitan.

La psicología de House

De los errores se aprende y House seguirá buscando el diagnóstico


de Giles, para saber si tiene oportunidad de curarse. Luego se dirige
a la habitación del músico y se produce un diálogo imperdible:

Giles.—Así que vino a decirme que aunque no pueda


caminar, aún puedo oír el canto de los pájaros, disfrutar la
brisa y el arco iris, sentir el sol en mi rostro y el sonido del
mar.

Pero House no vino a la habitación de Giles para eso, sino para


encontrar la posibilidad de que pueda volver a caminar.

House.—Estas cosas son divertidas pero “la vida apesta”, es


cierto; la suya mucho peor, más que la de los demás. No
tanto como la de algunos, lo cual es deprimente en sí. Pero
hágame un favor, solo déjeme averiguar qué tiene. Luego, si
todavía quiere morir, yo lo ayudaré. ¿Qué le parece?

La ética de House

En esta declaración vemos a un House que respeta la voluntad del


paciente pero después de que el músico conozca su verdadero
diagnóstico, respetará su decisión con respecto a la “orden de no
reanimar” (ONR). Nunca lo desentubaría porque no está en su ética,
probablemente le diría que se vaya a su casa porque su labor está
terminada, pero siempre una vez descubierto el diagnóstico real.
Así ocurrió en el primer episodio de la serie (y primer capítulo de
este libro): la paciente Rebecca quería morir porque sabía su
diagnóstico, entonces House respetó esa decisión. Cuando dijo “mi
labor está terminada” y se fue a su casa, dio a entender que él
nunca haría nada para que un paciente muera. Luego, el equipo y
Chase persuadieron a Rebecca de que no fuera a su casa a morir
porque tenía cura.
Volviendo a este caso, el paciente Giles le dice a House:

Giles.—Sí, claro, seguiré aquí para satisfacer su obsesión*.


Se acabó, perdí el aliento. La cita de la otra noche con esos
chicos la hice para ver si aún podía tocar, y no puedo.

Se refiere a la ocasión cuando se encontró con un grupo para


tocar música y se desmayó (a causa de la neumonía), razón por la
cual llegó al hospital.

House.—¿Y todo lo que es? Usted es músico.


Giles.—Tengo algo igual que usted. Es lo único que tengo.

Y el diálogo que sigue es aún más interesante:

House.—¿De veras? Al parecer me conoce mejor de lo que


yo a usted.
Giles.—Sé de esa renguera, ese dedo sin anillo en el dedo
anular y esa obsesiva naturaleza suya, su gran secreto. Uno
no arriesga su carrera y su libertad e ir a prisión para salvar a
quien no quiere ser salvado, al menos que tenga algo, lo que
sea, una sola cosa. La razón por la que la gente normal tiene
esposa e hijos y pasatiempos es porque ellos no tienen “eso”
que los motiva tanto profundamente. Yo tengo la “música“,
usted esto. Es “aquello” en lo que piensa todo el tiempo y le
impide ser normal, por eso somos extraordinarios, los
mejores y nos hace geniales. Perdimos la oportunidad de
tener lo otro: una mujer esperando en casa después del
trabajo con un beso y una copa. Eso no nos pasa.

Esta conducta obsesiva que menciona Giles nos hace ver que
House tendría más comportamientos al estilo de una personalidad
que Freud denominaría “neurosis obsesiva”, la cual lleva implícita el
mecanismo de la “compulsión a la repetición”. Por otra parte,
“aquello” a lo que se refiere Giles es la misión* que cada uno tiene
en la vida.
Pero para salir de ese momento tan profundo, House le tiene que
poner su ironía y sentido del humor y dice:

House.—Por eso Dios hizo el microondas.


Giles.—Sí, pero cuando termina, termina.
House.—Sí.

Es entonces que House abre la puerta de la habitación, toma la


camilla y lo lleva por los pasillos del hospital él mismo para hacerle
la resonancia que Foreman se había negado a realizar.

Giles.—¿Qué hace?
House.—No ha terminado para mí; tampoco llamará a la
policía si hacemos esto, si quiere morir puede hacerlo dentro
del aparato para hacer resonancias.

La psicología de House

En forma irónica, House le dice al paciente que si se quiere morir,


puede hacerlo en una máquina de resonancia. Una vez más vemos
que, aunque el Dr. House tiene fama de no ver a los pacientes, en
realidad los conoce a todos. Aquí demuestra que le importan, que
los conoce porque dialoga con ellos e indaga su parte psicológica.
Y en este caso, se acerca para decirle que “respeta su decisión y
si después de conocer el verdadero diagnóstico quiere morir, él lo
ayudará”. Queda claro que House respeta al paciente y su orden de
no reanimar (ONR), pero respetará esa decisión solo luego de
investigar y descubrir la verdad. No mata a los pacientes antes de
descubrir su diagnóstico, tal como lo hacen los médicos como
Hamilton.
El músico describe a House como alguien obsesivo que posee
una pasión que le es familiar. Se refiere al “talento” o “don” que cada
uno de nosotros tiene. Lo que el músico llama “aquello” es lo que se
denomina misión o propósito en la vida. Robert Dilts, uno de los
grandes investigadores de la programación neurolingüística, creó un
modelo que posee seis niveles de aprendizaje* en referencia a la
misión que cada uno tiene en la vida. Esta misión tiene que ver con
el talento que unos tienen para la música, otros para la medicina,
otros para el periodismo, otros para la escritura, etc. Solo que hay
quienes lo desarrollan y otros no.
En el lenguaje de House, este desarrollo de su talento se
convertirá en las “acciones correctas” para salvar vidas.
Y, nuevamente frente a su equipo, dice algo que no podemos
pasar por alto:

House.—Entubar o no entubar, esa es la gran cuestión ética.


En realidad, esperaba que pudiéramos evitarlo y tal vez solo
practicar un poco de medicina.

House acaba de soltar una gran metáfora: “entubar o no entubar,


¡esa es la gran cuestión ética!”. Ser o no ser, ¡esa es la cuestión!
Aquí House nos maravilla una vez más con sus metáforas,
recordando a William Shakespeare en el soliloquio de Hamlet
referido a la muerte. Para los médicos, quienes conviven en el límite
de la vida con la muerte de los pacientes, se trata de entubar o no
entubar; para Shakespeare es ser o no ser.
Ser o no ser, esa es la cuestión. Recordar esas palabras es una
maravilla que demuestra lo que quiere decir House:
Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así!
House es maravilloso refiriéndose a su equipo. En lugar de
cuestionar si hay que “entubar o no entubar” a un paciente para
remendar el error médico, prefiere practicar la medicina y salvar
pacientes con diagnósticos correctos.

La ética de House

Esa es la gran cuestión ética que surge del conflicto entre dos
ideales. Primer ideal: los médicos deben hacer lo que sea mejor
para sus pacientes. Segundo ideal: los pacientes tienen el derecho
de controlar lo que ocurre con su propio cuerpo.
Resolver un dilema de este tipo supone priorizar, elegir cuál ideal
es más importante en una situación determinada. Y aquí nos
encontramos en el reino de la bioética, el área de la filosofía que
incluye el análisis ético de las decisiones médicas.
Si analizamos el momento cuando House entubó a Giles, vemos
que lo hizo porque Foreman administró mal un medicamento y, por
lo tanto, tuvo en cuenta las cuatro reglas: benignidad, beneficencia,
autonomía y justicia, las cuales corresponden a la bioética.
El desenlace tiene lugar luego de la resonancia realizada por
House. Cuando observa el resultado de las imágenes junto a su
equipo, todos quedan asombrados frente a la pantalla al descubrir
que se trata de una malformación arteriovenosa en la columna
vertebral (MAV). Ese es su verdadero diagnóstico y es curable. Por
lo tanto, se confirma la hipótesis de House: John Henry Giles no
tenía esclerosis lateral amiotrófica. Finalmente House propone una
cirugía y se revierte la parálisis de Giles.

Epílogo

Los dos salen del hospital caminando. Giles le agradece a House el


hecho de no haber abandonado el caso y, en reconocimiento, le
ofrece nada menos que su trompeta como regalo. Frente a esto,
House queda verdaderamente conmovido.
Es claro que si House hubiera abandonado el caso, Giles habría
muerto por el error de diagnóstico del Dr. Hamilton. Los doctores
como Hamilton, que abandonan de alguna manera a sus pacientes,
quieren hacer creer que son capaces de viajar por el bien del
paciente. Son aquellos que se acercan con una excelente imagen,
vestidos de impecable traje y corbata, pero con un objetivo cruel:
desconectarlo para que muera. Aquellos que simplemente transitan
sin investigar más son hipócritas para House, pero bien podría
calificarlos de “canallas”. No sienten culpa porque un paciente
muera, son carentes de toda sensibilidad por otro ser humano.

Reflexión

Querido lector, sinceramente, ¿aceptarías que te atendiera un


doctor como Hamilton? ¿Confiarías en alguien muy bien vestido y
con buenos modales (lo que para House es hipocresía)? ¿Qué
dirías de él si se hubiera equivocado en tu diagnóstico y viniera de
lejos para matarte? Luego de esta historia, tal vez elegirías a un
doctor como el Dr. House que puede salvarte la vida con un
diagnóstico correcto. Gracias a sus acciones, alguien que ingresa al
hospital en silla de ruedas, puede salir caminando. ¿Cuál es tu
reflexión al respecto?

Conclusión

Pacientes como Giles, que han sido muy dañados física y


psicológicamente, necesitan tratamiento psicológico. Haber estado
al borde de la muerte implica una conmoción traumática.
Lamentablemente el hecho de curarse no lo es todo, luego de tener
un diagnóstico correcto y de ser salvados de la muerte, tienen que
empezar a vivir su “nueva vida”.
CAPÍTULO 7

Indigentes

E ste episodio trata acerca de la discriminación. A diferencia de


otros profesionales de la salud, House no discrimina y trata a
todos los pacientes por igual, según se muestra claramente en el
episodio “Historias” (1.10).
La paciente central es Victoria, una mujer sin hogar identificado, la
cual tiene una convulsión durante una fiesta. Se sabe que había
ingresado a la misma en busca de alguien llamado James.
Este episodio es sumamente interesante porque se anima a
hablar de la diferencia en la atención que realizan los médicos hacia
ciertos pacientes que no son de su agrado, o no cumplen con
determinados patrones.
House es un médico que no hace diferencia con ningún paciente.
Sea quien sea que llegue al hospital lo trata sin ningún tipo de
discriminación. Puede tratarse de un indigente, un convicto
condenado a muerte, alguien que salió de la cárcel, un pervertido,
etc. Para tratarlos, House tiene la capacidad de ignorar el pasado y
considerar lo que es mejor para el paciente. Está convencido de
que, desde el punto de vista médico, todos merecen ser curados.
Por el contrario, en el lado opuesto se encuentra la personalidad
de Foreman. Posee un alto grado de discriminación, sobre todo
hacia los pacientes en condición de indigencia. Vemos claramente
que, al examinar a Victoria, cree que ella está fingiendo síntomas y
no quiere atenderla. Planea enviarla nuevamente a la calle porque
supone que, sin hogar y sin identificación, ella solo busca tener un
lugar donde dormir. Pero House toma el caso a pesar de las
protestas de Foreman.

La ética de House

House siempre muestra compasión por todos los enfermos, sea cual
sea su condición o su posición social. Y una vez detectado el
diagnóstico, su objetivo es curarlos.
Pero Foreman sería capaz de dejar a Victoria en la calle, lo que
produciría un “abandono de paciente”. Genera una conducta de
“desamparo”*, ya que esta paciente no tiene hogar y es indigente.
Una persona desamparada es quien necesita de otra que atienda
alguna de sus necesidades, en este caso la necesidad de ser
asistida por un médico (luego de sufrir una convulsión en una fiesta).
El estado de desamparo consiste en que un médico como Foreman
la abandone en la calle.
En honor a la verdad, si pensamos en quienes son los que causan
este tipo de desamparos, tenemos que mencionar a muchas
compañías de seguros. Por ganar cada vez más dinero, también
arrojan a la calle a los pacientes. Esta realidad se refleja en el
documental desgarrador de Michael Moore Sicko que ya
mencionamos. Allí se ve claramente cómo echan a la calle a
personas (incluso vestidas con el camisolín de la internación), sin
darles el tratamiento que necesitan.
En el capítulo 8 hacemos referencia a lo que ocurre con las
compañías aseguradoras de los EE.UU. Pareciera que Foreman es
capaz de hacer lo mismo. Pero House toma el caso de Victoria a
pesar de sus protestas.
En un diálogo que mantienen entre ellos, Foreman le pregunta a
House:
Foreman.—¿Qué le resulta fascinante en este caso?
House.—Que usted prefiera no tratarla es fascinante.

Es una respuesta irónica hacia la discriminación de Foreman.


House lo envía a revisar las calles para tener más indicios de
Victoria. Lo envía a él ya que, por su pasado, conoce muchos más
indigentes que todos los demás. Se dirige al lugar donde estaba
Victoria y la gente que vive ahí le muestra dónde está la caja de
cartón donde ella dormía. Ni bien entra en una especie de carpa,
aparecen murciélagos que salen volando de la caja. Encuentra un
cuaderno con dibujos que ella hacía y lo lleva al hospital.
A House le interesa mirar los dibujos y ve que uno es un auto
estrellado contra un cactus; en base a esto cree que hubo un
accidente. Ella sigue dibujando en el hospital y en uno de sus
dibujos se puede ver lo que fue su hogar. Gracias a estos dibujos, y
otras conclusiones, encuentran la dirección de la casa donde vivía
Victoria antes. Wilson, interesado en el caso, descubre junto a
Foreman el pasado de Victoria al visitar el departamento.
Allí ven fotos de su marido y su bebé junto al artículo de un diario
que detallaba el accidente de automóvil en el que los dos murieron
cuando ella estaba al volante. Hallaron un departamento con signos
de abandono que hacía tiempo que nadie habitaba.
Se puede suponer que Victoria padeció una gran depresión* y
nadie la trató psicológicamente, por eso llegó a este extremo. Ni
siquiera recordaba que tenía una casa y vivía en la calle. En las
fotos que encuentran Foreman y Wilson, ven a una persona
completamente distinta de la que llegó al hospital… alguien que
tenía un hogar junto a su marido y su hermoso bebé.
Se descubre luego que está enferma de “rabia” contraída de los
murciélagos que estaban en la caja de cartón donde dormía en la
calle. Vivía allí presumiblemente por lo trastornada que quedó en su
psiquis luego del accidente. Sin duda, se siente culpable porque era
ella quien conducía el auto y se quedó sin familia. Pero la realidad
es que tiene una casa, el departamento que visitaron Foreman y
Wilson y que no puede recordar debido a la gran depresión que
sufre.
Algunas personas, al igual que Victoria, pierden la memoria por un
gran estrés que vivieron o porque tienen algún trastorno en su
razonamiento. Una terapia psicológica quizás la habría sacado de
ese estado y podría haber vivido en su casa sin contraer “rabia”.
Luego de que Foreman descubre el pasado de Victoria, se sabe
que tiene rabia contraída de los murciélagos y no pueden hacer
nada para salvarla. Entonces Foreman la ayuda a morir en paz.

Epílogo y debate

Querido lector, si por alguna circunstancia no tuvieras casa ni dinero


para pagar una obra social o un seguro privado, ¿qué harías si te
atendiera un médico que te echa del hospital y te deja en la calle sin
darte tratamiento alguno?

Conclusión

Con algún tratamiento psicológico o psiquiátrico para la gran


depresión que sufría, Victoria no habría llegado a ese extremo de
contraer rabia… se podría haber salvado.
CAPÍTULO 8

Trasplante de corazón por bulimia

E n el episodio que analizaremos titulado “El nuevo Jefe del


Consejo” (1.14) o “Control” en inglés, veremos la postura de
House ante una enfermedad de origen psicológico.
El personaje central es Carly, una joven y atractiva ejecutiva que
es la presidenta de la firma de cosméticos Songa. Ella se encuentra
en medio de una reunión con ejecutivos, vendiendo un producto
femenino en el mercado asiático y allí se descompone. Enseguida le
pide a su secretaria que llame a un médico. Es entonces que tres
asistentes y quince vicepresidentes deciden que el elegido para
tratarla es el Dr. House, por ser el médico más capacitado de la
región. Y así llega al Hospital Princeton Plainsboro.
Al ingresar la describen como: mujer de 32 años con parálisis y
severo dolor en la pierna derecha. Es diagnosticada con una grave
insuficiencia cardíaca. House descubre un frasco de ipecacuana*
que ella tomaba para inducirse el vómito, con el fin de no subir de
peso. Por querer ser delgada y lucir una linda figura sufre de
bulimia* y esto es lo que provocó su problema del corazón.
Necesita inmediatamente un trasplante de corazón. La cuestión
es que si no padeciera de bulimia, estaría al principio de la lista del
Comité de Trasplante; pero si se enteraran de que padece un
trastorno psicológico, la colocarían al final de la lista. Y por el tiempo
que tendría que esperar, seguramente moriría porque su corazón no
resistiría la espera.
House psicólogo

Se dirige a la habitación de la paciente para hablar con ella y saber


si realmente ella quiere vivir. Y aunque el problema es de corazón,
para lo que es necesario un trasplante (tema estrictamente médico),
lo que lo ocasionó fue la bulimia (enfermedad de origen psicológico).
Lo que quiere averiguar hablando con ella es si acaso tiene una
propensión al suicidio. Pero se va convencido de la habitación, sabe
que en realidad quiere vivir y toma una decisión: oculta que ella
sufre de bulimia. De este modo arriesga su licencia profesional. Ante
el Comité de Transplante, House niega que haya algún factor
psicológico que descalifique a la paciente.

House ético

En la habitación, se produce el siguiente diálogo con la ironía


habitual de House:

House.—Este sería un buen momento para ofrecerme un


soborno*. ¿Sabe cuánto vale su vida? ¿Cuánto vale mi
trabajo?

Y esta ironía en palabras de House es para marcar la diferencia


en cuanto a lo que otros médicos sin ética le propondrían.

Carly.—Dígame ¿qué quiere?

Otro médico pediría dinero y se aprovecharía de la condición de


esta paciente que es una ejecutiva de alto rango. Pero House no se
aprovecha porque no va con su ética y dice:

House.—Quiero saber qué es lo correcto, ¿quiere vivir o


morir? Quiero que me diga si su vida es importante para
usted, porque no lo sé. Porque eso está sobre la mesa ahora:
su vida en riesgo.
Vuelve a marcar su ética, él solo quiere saber qué es lo correcto.
Para él lo correcto es que Carly le diga que quiere vivir, que no se va
a suicidar. Lo correcto es que aunque salve la vida y esté en riesgo
su licencia médica, el Comité de Trasplante otorgue un corazón a
quien no va a suicidarse.

House psicólogo

Busca en la paciente su afección psicológica y la encuentra: su


bulimia. Encontró lo que tomaba para producirse el vómito y vio
además marcas en su cuerpo que lo llevaron a esta conclusión.
Entonces supo lo que le pasaba verdaderamente a su corazón: una
afección orgánica con una causa psicológica. Va a la habitación y
habla con ella, tratando de que elabore lo que sucedió con su
corazón al estar al borde de la muerte.
Durante la reunión del Comité de Trasplante, entre las muchas
preguntas que le hacen a House para determinar si la paciente tiene
la aptitud física y psicológica, Cuddy le pregunta:

Cuddy.—¿Hay algún criterio que descalificaría a su paciente


para conseguir un corazón?
House.—No.

Con este “no” hace que el Comité de Trasplante incluya a Carly al


principio de la lista y finalmente le realicen el trasplante de corazón.
Se recupera por completo. House le salva la vida.
Nadie había descubierto la enfermedad de bulimia hasta el
momento del trasplante, solo House lo hizo por tomar decisiones
rápidas. Cuando se enteraron de lo que padecía Carly, ya era
demasiado tarde para eliminarla de la lista de trasplantados.
Así es como House obtiene los resultados con sus pacientes: por
su visión, su percepción, su investigación y su rapidez para detectar
diagnósticos antes que otros. Siempre lucha para que sus pacientes
reciban tratamiento y vivan. En este caso su lucha es para conseguir
órganos y lo logra, le consigue a Carly un corazón para que no
muera.
Luego del trasplante, va a la habitación de Carly y nos
encontramos con un Gregory House que se parece mucho a un
psicólogo. Quiere comprobar lo que ella le prometió: si está en
condiciones de modificar su desorden alimenticio, es decir su
bulimia. Esta es otra característica de House, chequea a sus
pacientes hasta el final. La conducta patológica de Carly es
netamente psicológica, a lo que House también le da mucha
importancia. Entonces se dirige a ella (mirándola con gran ternura y
llevándole un paquete):

House.—Hola.
Carly.—Hola.
House.—Sé que el cardiólogo le dio algunas instrucciones,
una dieta de medicamentos y una dieta estricta. Es lo que
alguien con desorden alimenticio necesita y pensé en hacerla
empezar, le traje pollo de la tienda de la esquina.
Carly.—¿Es en serio?
House.—Sí, lo conseguí abajo.

Carly.—¿Por qué peleó por mí? Se arriesgó mucho y apenas


me conoce.
House.—Usted es mi paciente.

La ética de House

House toma a cada paciente como si fuera de su propiedad y lo


considera como “mi paciente” mientras está internado; pero la
persona deja de ser de su propiedad cuando se cura y sale del
hospital. Claro que House mintió, una vez más, para salvar la vida
de una paciente haciendo honor a su frase preferida: “Todos
mienten por alguna razón”. Su razón siempre es salvar la vida de un
paciente.

House lucha y consigue el transplante

Este es un episodio brillante que nos deja muchos temas para


pensar. Quisiera agregar uno más: el que vemos en Sicko, el
documental del extraordinario director Michael Moore. Muestra un
caso real, con nombres, apellidos, direcciones y teléfonos, que tiene
que ver con un trasplante. Es un caso de trasplante de médula (en
lugar de corazón), pero sirve igualmente para el mensaje que me
gustaría trasmitir:
El paciente es Tracy Pierce. Julie, la esposa de Tracy, busca
atención médica para su esposo. Ella trabaja en la Unidad de
Terapia Intensiva del Centro Médico en Kansas City Missouri y, por
este centro, su familia tiene seguro médico en First Health, True To
Life, Downers Grove II 60515-1223.
El médico de Tracy dice que hay resultados exitosos en trasplante
de médula para la enfermedad que él sufre que es cáncer de riñón.
Asegura que con el trasplante de médula hubo casos en los que se
detuvo la enfermedad, y en otros casos incluso se curaron
completamente.
Uno de los hermanos de Tracy es un donante perfecto, según
estudios que le hicieron, y lo llama una enfermera al domicilio para
comunicárselo.
Con trasplante de médula hay tratamientos prometedores para
vencer el cáncer de Tracy. En este caso, es más sencillo que el que
presenta House porque el donante ya está, es el propio hermano.
Debido a esa noticia la esposa de Tracy manifiesta: “No había visto
tan feliz a Tracy hacía tiempo, por eso lo solicité a mi seguro médico
pero me lo rechazaron”.
Entonces pide una reunión con el Consejo de Administración para
hablar con la gente que tiene el poder de aprobar el trasplante. Pero
también se lo rechazan diciéndole que “comprendían su situación…
pero no”.
Julie les responde: “Esto no me servirá de nada cuando lo
entierren el año que viene”.
Ella relata lo siguiente: “Cuando llegué a casa lo encontré en el
baño llorando y me dijo: ‘Sé que moriré, puedo renunciar a cualquier
cosa pero no quiero dejarlos a ti y a nuestro hijo’”.
Y continúa: “El 13 de enero, el día de mi cumpleaños, se fue a
dormir y cinco días después murió aquí en mi casa. Nuestro seguro
es Saint Joseph Medical Building”.
La esposa declara en el documental: “Hablan de valores, dicen
que se preocupan por los enfermos, moribundos y pobres, que es
un seguro que no se olvida de nadie… pero con lo que hicieron con
Tracy hacen todo lo contrario a lo que predican”.
Después de haber visto este episodio de House, nos quedan
algunas preguntas. Te propongo intentar responder estas
cuestiones:
¿Qué habría hecho en ese caso el Dr. House? ¿Le habría dado
esta posibilidad en el ficticio Hospital Universitario Princeton
Plainsboro? ¿Habría transgredido algunas reglas a favor del
paciente?
Si fueras paciente del Dr. House y estuvieras en similares
circunstancias, ¿lo cuestionarías por haber luchado y haber ocultado
que tenías bulimia o cualquier otra enfermedad para poder salvarte
la vida?
Si existiera, lo tendríamos que buscar en un hospital estatal como
el de la serie, pero seguramente no lo encontraríamos en uno que
pertenezca a una empresa de seguros médicos. En EE.UU. a dichas
empresas se las denomina “industrias” porque existen solo para
maximizar ganancias. Contrariamente a la ética que plantea el Dr.
House. Rechazan a pacientes y solo funcionan si uno puede pagar
primas altísimas. De lo contrario, niegan las operaciones o
tratamientos que recomendaron los médicos, sin importar que la
persona muera, como en el caso de Tracy.
La famosa frase “todos mienten” se refiere a todos en general:
pacientes, familiares, profesionales, etc. Pero también mienten estas
corporaciones de salud que dicen que se preocupan por los
enfermos, los moribundos y los pobres en sus publicidades. Pero no
es verdad, “mienten” y no se preocupan en absoluto por la salud, tal
como lo manifiesta la esposa de Tracy. Aunque tenía un seguro
médico, no le dieron una oportunidad a esta paciente de la vida real
al derecho a la vida de su esposo.

La ética de House

Nuestro Dr. House salva vidas contra viento y marea. Aunque es


cuestionado tiene su ética particular. Sin ir más lejos, en este
episodio, logra que Carly obtenga su trasplante de corazón y siga
viva. Pero antes de ser trasplantada, House le hace prometer que
abandonará la conducta psicológica incorrecta que tiene de
provocarse el vómito. Al final del episodio, cuando están por darle el
alta, chequea el cumplimiento de esta promesa y le lleva un pollo
para comer. Si esto que hace House no es preocuparse y jugarse
por los pacientes, ¿qué es?

Conclusión

Si en la vida real alguien como Carly padece de bulimia, es


aconsejable que realice un tratamiento psicológico para no llegar a
estos extremos. La familia o los amigos que advierten alguna de
estas conductas, como por ejemplo la de provocarse el vomito
deliberadamente tomando algún medicamento, son los primeros que
deben advertirle que busque ayuda profesional. Deben saber que en
muchos casos, entre otras consecuencias graves, puede estar en
riesgo su vida por producirse un deterioro en su corazón.
CAPÍTULO 9

House no se deja corromper

E n este capítulo veremos las actitudes de House y cómo no se


deja corromper por un millonario, ni se deja impresionar por
más que se trate del dueño de un laboratorio. A su vez,
aprenderemos ciertas características de su personalidad que nos
brindan herramientas para enfrentar a los psicópatas con actitudes
saludables.
Como base, haremos referencia a estos cinco episodios de la
primera temporada, los cuales están estratégicamente
seleccionados para descubrir a un psicópata:
“El nuevo Jefe del Consejo” (1.14)
“El gánster” (1.15)
“Obesidad” (1.16)
“Modelo a seguir” (1.17)
“Morir por amor” (1.18)
Podemos ver claramente cómo se despliega la “conducta de un
psicópata” reflejada en el personaje llamado Vogler. Es interesante
observar cómo reaccionará House ante él. Más allá de la ficción,
seguramente este segmento puede ser de utilidad para la vida
cotidiana. Todos, alguna vez, estuvimos o estaremos frente a
alguien con esta personalidad.
Seleccionamos cinco episodios para este relato ya que
probablemente si vemos tan solo uno en forma aislada, no nos
demos cuenta de que estamos en presencia de un psicópata. En la
vida real pueden pasar meses y años hasta que nos demos cuenta
de su accionar.
La intención es descubrir si fuimos dañados por alguno de los
“psicópatas cotidianos” que viven entre nosotros. Intentaremos
desenmascararlos y revelaremos algunas claves para que no nos
lastimen. Ellos pueden formar parte de nuestra pareja o familia y de
la sociedad hasta llegar a nuestras instituciones, como el personaje
de Vogler.
Nos dedicaremos a este tema también en el capítulo 15 llamado
“Mujer psicópata”; allí haremos referencia al episodio “Sin pista
alguna” (2.25) de la segunda temporada.
Para hablar en términos correctos, el accionar de Vogler en las
instituciones o lugares de trabajo se denomina mobbing*. El
mobbing es la conducta de este personaje que acosa y presiona a
los profesionales trabajadores del hospital para finalmente
eliminarlos, despidiéndolos. Mediante la denigración, el objetivo
oculto es destruir una institución como lo es un hospital para
convertirlo en un negociado.
Desde el principio, a House no le cae bien Vogler y descubre sus
intenciones ocultas. Por supuesto que nuestro querido Dr. House es
genial e intuitivo incluso para esto. Pero Vogler, al sentirse
descubierto, intenta dañarlo sin éxito. House no se engancha en su
manera de accionar, y lo curioso es que el resto de los personajes sí
caen en la trampa.
Muchas veces así es como ocurre en la vida. Los psicópatas
tienen características particulares. Pero en lugar de enumerarlas
ahora, las analizaremos en el accionar de Vogler.
No podemos afirmar que alguien es psicópata si tiene una o dos
características. Sí podemos estar seguros de que alguien es
psicópata si tiene muchas de estas características y las practica
deliberadamente. Incluso intentando que los demás no se den
cuenta y con un objetivo oculto no explicitado, con el fin de dañar a
otros.
Ellos empiezan por seducirnos y, lo hacen de tal manera, que
quedamos maravillados, atrapados; pueden pasar años sin que nos
demos cuenta del encanto. Tal como ocurre con Cuddy, la Decana y
Directora del hospital. Para que ella se dé cuenta de las verdaderas
intenciones de Vogler, tienen que pasar cinco episodios. Es
importante notar que cada psicópata seduce con aquello que será
su objetivo; en Vogler será su dinero para lograr llegar a ser el
dueño del hospital.
Este psicópata da su primer discurso ni bien llega al hospital.
Primeramente seduce a Cuddy, y también a algunos otros
profesionales, para lograr ser el Presidente del Consejo del Hospital
Princeton Plainsboro… y lo logra.
¿Cómo los seduce? Donando cien millones de dólares al hospital.
En la primera reunión del Consejo del hospital (con catorce
miembros presentes), Cuddy lo presenta de este modo:

Cuddy.—Es raro que un individuo haga una donación lo


bastante significativa para una organización tan grande y
rígida como un hospital. Esta donación viene con una
condición: Vogler debe ser el Presidente del Consejo, tiene
que saber qué hacemos con sus cien millones de dólares…
den la bienvenida al nuevo Presidente del Consejo: Edward
Vogler.

¿Quién no se dejaría seducir ante tamaña oferta? Todos, excepto


House. ¿Cómo empieza el juego? Con una condición, a modo de
chantaje invisible o sutil: donar esta suma de dinero con la condición
de que le den poder. Y así logra desplazar a Wilson que tenía el
cargo de Presidente del Consejo. Empieza tomando el poder desde
el comienzo, imponiendo condiciones.
Se producen aplausos entre los integrantes del Consejo, después
de la presentación de Cuddy. Los psicópatas siempre buscan “el
poder” de una u otra forma. Y en este caso, con semejante suma de
dinero, a Vogler le es más fácil lograrlo. Así, de a poco van
desplazando a personas claves, buscando eliminarlas. Pretenden
correr de su camino a quienes creen que podrían entorpecer sus
objetivos.
El objetivo oculto que tiene en su cabeza Vogler es vender un
medicamento igual al anterior de su empresa farmacéutica. Lo
comercializaría a un precio mucho mayor que el actual, ya que se le
está por vencer su licencia. Planea tomar el hospital para sus
ensayos de laboratorio y, finalmente, hacerse aún más millonario de
lo que ya es.
El blanco de su objetivo es House. ¿Por qué? Por ser un médico
prestigioso y renombrado. Quiere que sea él quien presente este
medicamento para, de esta manera, duplicar sus ventas. Con este
objetivo, hace todo tipo de manejos y manipulaciones. Intenta
manejar a House presionándolo hasta límites increíbles.
Esta es una característica de los psicópatas que tienen mucho
dinero: utilizar la corrupción*. Por ejemplo, dan dinero o regalos a un
médico, a cambio de conseguir algo.
En este caso, Vogler le pide a House que presente ante un
auditorio un medicamento mucho más caro (igual al anterior), para
convertirse en multimillonario. Otros médicos quizás aceptan
presentar el medicamento y luego lo recetan, con lo que obtienen
beneficios.
Con House esto no funciona de ninguna manera porque él es
íntegro por naturaleza. Vogler se da cuenta y, por ese motivo, lo
tiene en la mira todo el tiempo con la actitud que tienen los
psicópatas de acoso*, a través de un trato vejatorio y descalificador.
Lo realizará de modo constante con todos, pero principalmente con
House.
Como ya ha desplazado a Wilson fácilmente (lo ha movido de la
presidencia del Consejo), ahora va por el Jefe de Diagnóstico.
Pero, como todo psicópata, va de a poco y trata de que los otros
no se den cuenta de su accionar. Porque la mayor característica de
ellos es que tienen todo planificado y lo hacen a propósito,
escondiendo sus verdaderas intenciones.
Eligen a sus víctimas cuando son utilizables para su objetivo. En
Vogler, como ya sabemos, es vender un mismo medicamento más
caro, ser aún más rico y apoderarse del hospital. Elige en primer
lugar a sus dos víctimas: House y Wilson, a través de Cuddy que
representa para él a la “dueña” del hospital. Sin que ella se dé
cuenta, Vogler puede manipular a todos los demás. Finalmente,
cuando logre esa meta, tomará el lugar de Cuddy: el poder.
A lo largo de estos cinco episodios, se verá en la práctica cómo se
realiza la conducta de mobbing. Tal y como pasa en la vida real: el
psicópata busca en los demás sus partes vulnerables, sus puntos
débiles, sus fallas.
En cuanto a su imagen, las personas como Vogler quieren
mostrarse impecables en su vestimenta: saco, camisa, corbata; es
parte de la seducción con la cual buscan a su “presa” para poder
dominarla.
Empieza de este modo por preguntarle a Cuddy por qué House no
usa bata blanca como los otros doctores. Y con esta sola pregunta,
algo sutil, marca fallas en los otros: ¿por qué Cuddy no tiene el
poder de hacer que House use bata blanca? Para el psicópata la
negociación es imposible, todo es por imposición.
Logró ser el Jefe del Consejo de modo impuesto, por eso
intentará manejar las conductas de los otros. En este caso, con “la
bata blanca de House”, intenta manipularlo a través de Cuddy. Por
eso ella, ni bien lo ve a House, le dice:

Cuddy.—Necesito que use su bata blanca (guardapolvo).


Sin saber el motivo por el cual a Cuddy se le ocurre decirle esto,
ni el por qué (tampoco sabe que hubo una reunión del Consejo), le
responde con su típica ironía:

House.—Y yo necesito dos días de sexo escandaloso con


alguien más joven que usted, como la mitad de su edad.

House y su ironía sexual

House usa la ironía sexual la mayoría de las veces en un intento por


desviar el tema del que están hablando, como lo hace con Cuddy en
esta oportunidad para decir metafóricamente: “No voy a usar la bata
blanca”.
Sabemos que House no funciona por obediencia debida* ni por
nada que le sea impuesto, rechazó siempre esa manera de ser de
su padre militar como se ve en el episodio de la quinta temporada
“Marcas de nacimiento” (5.04). Y agrega:

House.—¿Pero qué le pasó esta mañana? Debieron darle


una buena zurra (tendrían que haberle dado sexo) esta
mañana.

Da a entender que Cuddy no debe haber tenido sexo esta


mañana y viene a pedirle una estupidez, ¡que use la bata blanca!
House no participó de la reunión del Consejo, a la cual asistieron
la mayoría de los profesionales del hospital; tampoco participaron
los miembros de su equipo de elite, por eso todavía no está
informado de la presencia de Vogler. Cuddy no contesta linealmente
a lo que le dice House, como hace siempre, y quiere que sepa quién
es Vogler porque ella está muy seducida con la donación.

Cuddy.—Vogler donó cien millones de dólares a este hospital


para curar el cáncer, póngase la bata de laboratorio. ¡Es una
pequeña concesión que use la bata blanca!
House.—¿Curar el cáncer? ¿El hospital se sale de la
obligación de tratar y curar pacientes?
Cuddy.—No es lo que él hace.
House.—Sé exactamente lo que él hace. Nos usará para
hacer ensayos clínicos.

Desde el principio House no se deja engañar por Vogler, pero


Cuddy sí. Para poder accionar, los psicópatas eligen “víctimas”,
personas que acepten lo que les dicen y lo cumplan al pie de la
letra. Cuddy cumple ese rol de víctima y exclama:

Cuddy.—¡Pobre hombre que salva vidas!

Lo dice con inocencia todavía, pero también atraída por la


seducción del dinero. Pero House no cumple este rol de víctima,
aunque Vogler lo haya elegido para que lo cumpla y lo quiera poner
en ese lugar. House no confía en las intensiones de Vogler, no se
engancha porque no va con su ética, y dice:

House.—¡No es ético!

House no solo no se deja seducir por Vogler ni por el dinero, sino


que además siempre tiene la mente lúcida y puede darse cuenta de
las maniobras de los demás.

Cuddy.—¡Los ensayos clínicos salvan miles de vidas!

Aquí es donde aparece nuevamente la ética de House:

House.—Usa como conejillos de Indias a los pacientes.


Cuddy.—Las compañías farmacéuticas hacen eso a diario.
House.—¿Somos una compañía farmacéutica?
Terminaremos presionando a pacientes desesperados,
diciéndoles lo que es malo para ellos y bueno para nosotros.
House quiere seguir cumpliendo su rol de médico, haciendo lo
que sea bueno para los pacientes. Curarlos pero no usarlos como
conejillos de Indias para ensayos clínicos. El razonamiento de
Cuddy, en cambio, se presenta como un pensamiento poco ético o
muy influenciado por Vogler.
Esto suelen hacer los psicópatas: siempre intentan influir en las
personas para manipularlas y convencerlas y así obtener beneficios
personales. La mayoría de las veces, lo hacen sin que ellas se den
cuenta. Parecen utilizar un lenguaje casi hipnótico; así es como
parece ser el lenguaje de Vogler con Cuddy. Él le hace creer que
dona dinero para que le sea redituable, sin importarle si los
pacientes viven o mueren.
Esta es una característica muy psicopática: “hacer creer” que van
a hacer algo muy bueno. En este caso, una donación de dinero.
Pero, en realidad, desea hacer algo muy malo y dañino: tomar seres
humanos del hospital para ensayos clínicos, sin que importe que
puedan morir. Tampoco le importan los miembros de la institución,
ya que parte de su plan es despedir gente para poder maniobrar
mejor. Esta conducta los define: no sienten culpa*.
Cuddy le pregunta a House:

Cuddy.—¿Las fallas éticas son su mayor preocupación?

Y House la mira como no pudiendo creer que Cuddy, la Decana y


Directora del hospital le diga esto porque él está completamente
consciente de la falta de ética de Vogler.

House.—Lo interesante es que de repente no le preocupen a


usted.

House ético
A House le interesa que el hospital cumpla su propósito: “curar
pacientes”, y se siente furioso de que venga alguien y lo quiera
transformar en algo que no es un hospital. Él sabe que lo quieren
usar para probar si un medicamento funciona o no en un ser
humano, lo cual está prohibido internacionalmente. Porque si se
transforma en un laboratorio con seres humanos incluidos, solo
serviría para vender más medicamentos. Estarían tratándolos como
ratas de laboratorio, sin importar que algunos mueran por esos
ensayos.
Muy contrario a la ética de House que cree que los pacientes
están para ser curados y seguir viviendo. Él lo dice de este modo:

House.—Vogler no va a matar a unos cuantos pacientes


más... él va a matar a este hospital.
Cuddy.—Le tomó a él tres segundos evaluarlo a usted. Y, con
sorpresa, no le agrada. ¡Use la maldita bata!

Estos diálogos son maravillosos y sirven para mostrar cómo


Vogler, y los psicópatas en general, nublan el razonamiento de las
personas que toman como “presas” o víctimas para lograr sus
objetivos.
Vogler empieza por nublar el razonamiento de Cuddy. Lo que
hace es el “establecimiento del dominio” porque quiere establecer la
confusión*. A la personas que el psicópata logra convencer, seducir
o manipular se la llama complementario de psicópata*; es aquella
que se engancha, la víctima, como en este caso Cuddy.
En los pasillos del hospital, House y Wilson tienen una
conversación:

Wilson.—Hay nuevo Presidente del Consejo, ensayos


clínicos.
House.—Falta de ética, esto es mundano, un multimillonario
quiere tener relaciones sexuales.
House se da cuenta enseguida de los manejos de Vogler y que lo
que hace es lisa y llanamente una “falta de ética”. Esto no va con
House.

Wilson.—Compran hospitales para tener respeto.


House.—¿Y para qué quieres tener respeto?
Wilson.—Para tener relaciones sexuales.

Con su ironía habitual, House le responde a Wilson


humorísticamente:

House.—¡Sí! Pensemos como millonarios y digámosle a la


Dra. Cameron: ‘¡Cenemos para discutir mi futuro en mi avión
privado!’.

En estos diálogos imperdibles aparece desplegada la ironía de


House en un juego de palabras con condimentos sexuales. Lo usa
para mostrar su molestia ante la falta de ética de estos psicópatas.
Personajes como Vogler no tendrían ningún reparo en tener
relaciones sexuales con alguna médica del hospital, como Cameron.
Seguramente llevándola a cenar en un avión privado, con cualquier
excusa. Ella probablemente quedaría fascinada con su manera de
seducirla, para luego tener sexo con ella. El sexo y el poder están
muy emparentados con los objetivos que persiguen los psicópatas.
House sigue haciendo su trabajo: curar pacientes con
diagnósticos muy complicados y, por otro lado, atender a algunos
pacientes de Clínica (lo que no le gusta demasiado).
No le interesa hacerse millonario, es ético con sus convicciones
acerca de lo que es correcto para los pacientes y, en este caso, para
el hospital.
Sabemos que hay muchos médicos comerciantes que apoyan
medicamentos malos, o muy caros, porque les conviene recetarlos.
¿Por qué? Porque se benefician con los viajes que les regalan los
laboratorios y con las importantes sumas de dinero que cobran por
recetarlos.
A House no le preocupa ni el dinero ni el estatus, solo vive de
acuerdo a su ética: hacer lo correcto y recopilar evidencias para
resolver casos imposibles con tratamientos exitosos para así curar
pacientes. House vive modestamente sin un automóvil último
modelo ni un jet privado (como ironiza con Wilson), porque los que
viven así lo hacen para tener sexo con cuanta mujer puedan. Él no
hace nada de esto. Tampoco engaña a mujeres para tener sexo,
aun cuando tiene muchas oportunidades en el mismo hospital.
En otra escena, Vogler va al despacho de Cuddy y le pregunta de
qué se trata el Departamento de Diagnóstico. Cuddy le dice que es
del Dr. House y que tratan con casos que otros doctores no pueden
resolver. Vogler responde que financieramente es un hoyo negro,
que tratar a un paciente por semana cuesta mucho dinero anual.

Tema para la reflexión respecto al paciente y su salud

En los distintos países existen diferentes modos de tratar al paciente


enfermo; aquí detallaremos cuatro de los más habituales que son
los que se pueden ver claramente en el documental Sicko*,
estrenado en junio de 2007.
Parte de este documental está reflejado en la temporada cuatro
en los episodios “Espejito, espejito” (4.05) y “Feo” (4.07).
Por un lado, el servicio gratuito que brinda el hospital estatal para
que el paciente se vaya a atender. Por otro lado, el sistema de
medicina prepaga donde el paciente, aunque no esté trabajando,
paga una cuota mensual y tiene atención garantizada y todos los
estudios que sean necesarios para su curación. También está el
paciente que paga una cuota mensual (llamada cobertura social en
Argentina) a través de sus deducciones salariales; si tiene una
enfermedad y necesita estudios para poder curarse, la atención está
asegurada.
Y está la triste realidad del paciente que muere, si no paga una
fortuna para los análisis que solicitan los médicos o no recibe
atención. Aunque estén cubiertos por grandes compañías
aseguradoras como Aetna Inc., Horizon Blue Cross, Blue Shield,
Humana Inc., Cigna y United Health Care (se muestra cada una en
el documental).
En la frase de House “todos los que no tengan seguro de salud
exijan sus derechos”, en los dos episodios mencionados, se hace
referencia de modo directo (y también metafórico) a Michael Moore.
Volvamos a Vogler. Como todo buen psicópata, tiene una
mentalidad enfocada solo en ganar dinero que se asemeja a la de
las compañías aseguradoras de los EE.UU. No le interesa que la
gente muera porque solo está pensando en números y ganancias
para él, y en lo que obtendría si se apoderara del hospital.
En la conversación que mantiene con Cuddy, ella le dice que
House salva la vida de un paciente por semana. Vogler le responde
que House no va a encontrar la cura para el cáncer de mama.
Sabemos que esto no tiene que ver con la tarea de House, y aquí
utiliza otra de las características psicopáticas: la confusión. Pretende
ver si la convence a Cuddy, hasta con una tarea que House no
tiene.
Los psicópatas, para confundir, tienen cantidad de argumentos
“falaces”, son maestros en usar falacias.
En este episodio notamos que ya empieza a presionar a Cuddy y
le pregunta:

Vogler.—¿Te acuestas con House?


Cuddy.—No.
Vogler.—¿Pero lo hiciste hace tiempo?
Cuddy.—Esa es una pregunta inapropiada.
Es muy común en los psicópatas que avancen con preguntas
íntimas para manipular mejor. En este caso, Vogler quiere ver si
puede manipular a House a través de Cuddy. Prueba ver si logra
que ella le haga usar la bata blanca, solo para saber si House acata
órdenes y si funciona con obediencia debida. Y agrega:

Vogler.—Solo me pregunto si eso refleja algo de él o tuyo.

Los psicópatas, sea como sea, quieren saber detalles y aquí


Cuddy queda muy incómoda por lo que quiso averiguar Vogler.
Mientras tanto, House sigue con su labor de atender pacientes de
Clínica: trata a un niño con estreptococos que tenía un padre mudo
(en realidad descubre que se hizo pasar por mudo para cobrar un
millón de dólares a una compañía de seguros). No lo delata porque
le dice que en realidad el hospital tiene una donación muy grande de
dinero. House es muy reservado en “no delatar” conductas de otros,
a lo largo de todas las temporadas no lo vemos hacerlo. Pero los
psicópatas no tienen ningún problema en delatar.
House también tiene como paciente a Carly que tiene bulimia y la
coloca primera en la lista de trasplantes de corazón. En el capítulo 8
de este libro vimos este caso tan interesante y la maestría de House
para resolverlo, salvando la vida de esta joven ejecutiva.
Finalizando este episodio, House está en su despacho disfrutando
escuchar música a todo volumen, porque logró un trasplante para
Carly que es su paciente y le salvó la vida.
Entra Vogler, apaga la música y House le dice:

House.—Lo echó a perder.

El momento, la música y, metafóricamente, todo lo que vino a


hacer Vogler al hospital es para echar a perder esa institución.
Vogler.—Venía a presentarme. Soy Edward Vogler, el nuevo
Presidente del Consejo. En cierta forma me hace su jefe.

En una conducta psicopática típica, le viene a marcar poder a


House. Pero él no se deja amedrentar por el poder:

House.—Lamento lo de mi bata de laboratorio, los de la


tintorería la destruyeron.

Con esta respuesta, le está diciendo que no se doblega, que no


se la va a poner. Pero Vogler, iniciando una lucha de poder, le
retruca:

Vogler.—Es difícil ser doctor, tener todo ese poder, parecerse


a Dios.

Hace este comentario para remarcar que House tiene el poder


máximo: el de parecerse a Dios.

House.—Vayamos al grano. Usted no me agrada, y estoy


seguro que yo tampoco a usted; ya que vamos a estar tan
pegados, podríamos ignorarnos.

Con estas palabras, House demuestra que no se engancha con la


psicopatía de Vogler. Lo cual es la clave: “ignorarlos”.
A esta conducta tan saludable de House, el Dr. Marietán,
especialista en temas de personalidades psicopáticas, la denomina
contacto cero*. Advierte que a las víctimas de los psicópatas se las
denomina “complementarias de psicópatas”. Las complementarias
son quienes se acercan a nuestros consultorios ya destruidas
emocionalmente, con muy diversos trastornos psicológicos y físicos.
Los psicópatas nunca piden consultas para cambiar algo que les
moleste de su personalidad, pareciera que es porque no sufren pero
en realidad es porque no quieren ser descubiertos por nadie, mucho
menos por un terapeuta.
Si aparecen por algún consultorio, es para intentar manejar o
manipular al terapeuta o para decir que ellos no son como su
compañera o compañero dice que son. Jamás con deseos de hacer
un tratamiento.
Aquí vemos claramente la personalidad de House: cuando
empezó a sufrir por todo lo que estaba atravesando (muertes de
colegas, de pacientes, de su propio padre) y empezó a tener
alucinaciones, él mismo quiso tratarse con profesionales e
internarse en una institución. Se trató durante un tiempo con el
terapeuta Nolan en el episodio “Destrozado” (6.01) y (6.02) con la
intención de curarse y ser feliz. Descubrimos entonces que House
no tiene una personalidad psicopática; por el contrario, enfrenta a
quienes tienen estas características de un modo muy saludable.
Lo saludable, cuando una persona se enferma, es hacer como el
Dr. House: tener conciencia de la enfermedad que es la premisa
clave para curarse. Cuando House tiene conciencia de que está
enfermo, pide ayuda y se interna en el Mayfield Hospital. Esto se
verá en el episodio “Quebrado” (6.01) de la sexta temporada de la
serie, en el capítulo de este libro “House enamorado de Lydia en
Manfield”.
En esta serie podemos ver la humanidad de los profesionales de
la salud y cómo ellos se enferman como cualquier persona (los
pacientes tienden a pensar que ellos no se enferman).
Volviendo a la conversación con Vogler, House no se engancha
con personalidades psicopáticas sino que les descubre manejos y
manipulaciones para dañar a la gente. Los repudia pero muestra
que no tiene la más mínima intención de negociar. Por eso, sugiere:
“Ya que a ninguno le gusta la personalidad del otro, ¿qué tal si nos
ignoramos?”.
Le dice a Vogler:
House.—Usted tiene dinero y yo la titularidad, el puesto
vitalicio, necesita la aprobación de todo el Consejo para
deshacerse de mí. Los tengo a Cuddy y a Wilson. Y ya que
vamos a estar tan pegados, podríamos ignorarnos.

Para un psicópata, es intolerable que alguien no se doblegue ni le


tenga miedo. No soporta el hecho de no poder convertirlo en su
víctima para poder manipularlo. Es entonces que, desplegando su
psicopatía al máximo, le contesta:

Vogler.—Es más fácil deshacerme de ellos que de un doctor.

Dando a entender que si quiere deshacerse de House, primero se


tendrá que deshacer de Wilson y de Cuddy, es decir despedir gente.
Y esto es lo que intentará en los siguientes episodios. Con Wilson lo
logra, con Cuddy no puede.
Veamos ahora cómo continúa el despliegue psicopático de Vogler
en el episodio “El gánster” (1.15). Como ya sabemos, para descubrir
a un psicópata hay que seguir minuciosamente el hilo de sus
conductas; de otro modo, es muy difícil descubrirlos.
Y como todo buen psicópata, lo encontramos tratando de
persuadir a Cuddy para empezar a despedir gente:

Vogler.—No cederemos hasta que se vaya House, o me


muestres una buena razón para conservarlo. Las metáforas
son una simple basura, esto es un negocio.

En este discurso empiezan a notarse claramente sus intenciones:


vino a hacer un negocio con el hospital. Y comienza desacreditando
y descalificando a House al decir que sus metáforas son basura. Sin
entender ni el método socrático ni el motivo por el que él las utiliza.
Es muy difícil que un psicópata comprenda y reconozca las
genialidades de pensamiento de la gente.
Y habla con Cuddy de despedirlo, de correrlo del lugar habitual de
trabajo, o lograr desgastarlo como hace con Wilson que se termina
yendo del hospital por Vogler.
Los psicópatas desgastan de tal modo que llegan al punto de
despedir al personal, y con eso asustar a los que se quedan, o
lograr que el personal renuncie.
Vogler continúa con esta tesitura pidiendo ahora que despida a
uno de los profesionales del equipo de House. Y en el siguiente
episodio “Obesidad” (1.16) es asombrosa la forma en que Cuddy
obedece.
Exactamente como ocurre con el psicópata y su complementario,
a quien le “lava el cerebro” y funciona como una marioneta
hipnotizada.
Ni bien Cuddy lo ve a House, le dice que tienen que hablar y él
para cambiar de tema, como es su costumbre y con su ironía de
siempre, le contesta: “¿De pezones?”. Pero Cuddy, sin escuchar a
House y haciendo caso hipnóticamente a la presión de Vogler, le
anuncia:

Cuddy.—Necesita deshacerse de uno de su equipo.

House, que sabe que el tema viene por Vogler, se toma su tiempo
y le contesta:

House.—Por supuesto, en cuanto haga las evaluaciones…


dentro de tres meses o más.
Cuddy.—Podemos terminar con todo esto como arrancarse
una curita.

Sorprende que Cuddy, que es decana de un hospital y


profesional, piense así de la gente y que además dé su opinión del
personal médico. Pero actúa como lo hacen los complementarios de
un psicópata, respondiendo al “hechizo psicopático”. Este se
produce cuando el psicópata logra que por su intermedio la víctima
(Cuddy), sin pensar demasiado lo que dice, le haga a otra persona
(House) lo que él (Vogler) quiere.
Como los psicópatas en la vida real, Vogler le hace sentir a Cuddy
que, para que ella valga como autoridad, tiene que hacer lo que él la
presiona a hacer; de esa manera le hace creer a Cuddy que tiene
poder.
Es notable cómo saben jugar con el poder de la otra persona para
así levantar su autoestima; en este caso si Cuddy no logra que
House despida personal, seguramente ella se sentirá como una
mujer sin poder ni autoestima.
Únicamente quien se haya enganchado como “complementario de
psicópata” sabe de la adrenalina que les brinda este mecanismo que
él usa de modo artero con quien eligió para ser su víctima.

House.—Solo que no es una cinta con gasa, es un ser


humano.

House le demuestra a Cuddy que para él las personas no son


cosas desechables, como una curita, sino que son seres humanos.
La gran característica de los psicópatas es que cosifican* a las
personas que para ellos son “cosas”. Pero como Cuddy está presa
del hechizo psicopático de Vogler, pareciera que no piensa lo que
está diciendo y expresa:

Cuddy.—¿Le importa eso?


House.—¿A usted no? —dice sorprendido.

A House le importan las personas, para él no son “cosas”, y se


sorprende de que a Cuddy le importe tan poco la gente y se la
quiere sacar de encima como si fuera una curita. Debido al hechizo
de Vogler, y la adrenalina (y en consecuencia la alta autoestima) que
le provoca tener poder sobre otro, le ordena a House:
Cuddy.—¡Una semana y tiene que hacerlo!

House busca, junto con su equipo, una solución que no perjudique


el trabajo de nadie para no despedir a ninguno de ellos. En su afán
negociador, entra en el despacho de Cuddy donde está Vogler y
dice que va a reducir el sueldo de todos (incluido el propio) pero que
no despedirá a nadie. Una prueba más de que le interesan los seres
humanos al sacrificar también su sueldo y cuidar así el trabajo de
todos.
Pero Vogler le dice a House, al mejor estilo psicopático, algo
interesantísimo: necesita saber que cualquier cosa que le pida a
House, aunque sea desagradable, él la hará. Resulta claro que no le
interesa negociar, lo único que quiere es someter al otro porque
tiene poder y punto.
Luego aparece la conducta más típica del psicópata, cuando
participa en un grupo y pretende crear internas entre sus
participantes. Vogler llama a su despacho por separado a cada uno
del grupo de House. Les dice diferentes cosas con lo cual crea
intrigas (comúnmente llamadas “intrigas palaciegas”) para obtener
información y ver quién traiciona a quién, y así crear peleas entre
ellos.
Por esto nos enteramos de que quien traiciona al equipo es
Chase, que es el informante de Vogler. House se da cuenta del
juego de Vogler y de la traición de Chase, le sigue el juego y decide
elegir a Chase para que sea despedido ya que Vogler no aceptó su
decisión de no despedir a ninguno. Se lo comunica a Vogler de esta
manera:

House.—Chase.
Vogler.—No, elija a otro, si no se va todo el departamento.

Una actitud muy típica del psicópata: lo que se escribe con la


mano se borra con el codo. Es decir, Vogler le pidió a House que
tomara la decisión de despedir a uno del equipo pero cuando él
decide por uno, Vogler no se lo permite. Con esto, además,
pretende sumar más presión sobre House.
En el maravilloso episodio “Modelo a seguir” (1.17), seguimos con
el hilo de la conducta psicopática de Vogler. Aquí el paciente
principal que atenderá House con su equipo es un senador
afroamericano que es candidato presidencial y se desvanece
durante una conferencia de su campaña electoral.
En este episodio también se aprecia la psicopatía de Vogler
totalmente desplegada, más que nunca se ven sus verdaderas
intenciones: chantajear a House y dañar al equipo. Le dice a House
que tiene que despedir a alguien y dar un discurso:

Vogler.—¿Sabe por qué lo obligo a despedir a uno? Porque


necesito saber que juega para el equipo; si lo hace, no
tendría que pasar por esta situación. Y quiero que usted dé
un discurso en la Conferencia Nacional de Cardiología.
House.—Soy tímido, no doy discursos.

Intenta manipular a House como sea, como si no hubiera


escuchado que él no da discursos. Pero ahora trata de convencerlo
en un tono seductor para que no se note la presión y le dice:

Vogler.—Los laboratorios Eastbrook desarrollaron un nuevo


inhibidor, quisiera que usted elogiara las ventajas de este
medicamento innovador.
House.—¿Laboratorios Eastbrook? Espere, no soy dueño de
esa compañía… ah, usted es el dueño.

House le responde con ironía pero Vogler insiste:

Vogler.—Viopril es una mejora significante de la versión


anterior, todo está ahí en el estudio —y le da una carpeta a
House.
House.—Sé que el precio tiene una mejora importante.
Vogler.—Puede dar una charla de diez minutos, hacer un
diagnóstico de tres minutos o despedir a una de sus
mascotas.

Vogler vuelve a ponerle presión a House, ahora amenazándolo.


Un conducta muy psicopática: si no da la conferencia, tiene que
despedir a uno de su equipo. Los llama “mascotas”, un término
despectivo para un ser humano, los trata como “cosas” y no como
seres humanos.
House lo mira, toma una carpeta que le mostró Vogler del
escritorio, y se va del despacho con cara seria pronunciando el
nombre del medicamento:

House.—Viopril.

En los pasillos hablando con Cuddy, acerca del discurso que le


pidió Vogler, House le dice a ella:

House.—¿Lo ve correcto? Es a mí al que le piden cometer un


fraude al pueblo norteamericano.
Cuddy.—¡Solo tiene que hablar diez minutos!
House.—¡Me ordenaron hacerlo!
Cuddy.—¡La droga de Vogler funciona!
House.—¡Yo qué sé! Da igual.

Queda claro que House no quiere dar el discurso porque no ve


correcto lo que Vogler le pide. Le dice a Cuddy que da igual,
afirmando que es igual al medicamento anterior, y se pregunta por
qué tiene que cometer un fraude al pueblo americano: hablarles de
sus bondades o mentirles que es mejor que el anterior (si es igual
pero más caro).
House no está de acuerdo porque le parece un fraude al pueblo,
tampoco le gustan las presiones de Vogler. De todas maneras, llega
el día en que tiene que dar el discurso. Vogler, con su mejor
seducción, presenta a House como un doctor íntegro, entre otras
cualidades, y él dice:

House.—Farmacéuticos, Eastbrook tiene un compromiso de


excelencia en innovación médica que protegerá a millones de
afecciones cardíacas.

House termina el discurso y se va. Estuvo correcto pero fue breve,


no dijo nada malo sobre la compañía. Pero Vogler, por lo bajo, lo
vuelve a presionar. Ya a modo de coacción, le dice: “Foreman o
Cameron”, dándole a entender que si no da un discurso más largo,
uno de ellos se tendrá que ir. Entonces House vuelve al micrófono y,
para alargar el discurso, dice:

House.—Hay cosas que olvidé mencionar. Edward Vogler es


un hombre de negocios brillante; como empresario, a juzgar
por sus empleados, es un hombre que jamás ha perdido una
pelea. ¿Saben cómo yo sé que el nuevo inhibidor de enzimas
es bueno? Porque el viejo era bueno. El nuevo es igual pero
más costoso, mucho más costoso. Y ese es otro ejemplo de
la brillantez de Ed, siempre que una de sus drogas está a
punto de perder su patente, él pone a trabajar a su gente. La
altera un poquito y la vuelve a patentar, haciendo no solo una
nueva patente, que no es sin sentido, sino ganando millones
y millones de dólares. Lo cual es bueno para todos.

Y aquí, nuevamente con ironía, House descubre a Vogler y sus


intenciones y además marca un pensamiento contra toda la industria
farmacéutica, encarnada en este dueño de un laboratorio. Luego
agrega:

House.—Los pacientes solo están enfermos, ¿a quién le


interesa? Creo que a Dios tampoco le importa. Bueno, demos
un aplauso a Ed Vogler.

Esto último lo dice ¡con total ironía!


House ético hace lo correcto

A él no le parece correcto vender un medicamento igual al anterior


pero más caro y lo califica como una estafa al pueblo americano.
Mucho menos, convertir el hospital en un lugar de ensayos clínicos
para probar drogas nuevas y luego venderlas cada vez más caras.
¿Qué sucedería si la gente muriera en los ensayos? A House le
importa mucho que esto no ocurra.
El episodio que sigue es también imperdible: “Una cuestión de
muerte o muerte” (1.18). House se queda dormido en su oficina y
tiene un sueño al mejor estilo freudiano para ser interpretado. Sueña
que está sentado en su escritorio y tiene enfrente a Vogler a quien le
dice:

House.—Tiene cáncer fase IV. Está haciendo metástasis a su


hígado. Hay una nueva droga llamada 8C12, exitosa en los
ensayos fase II, y en fase de prueba promete ser buena. Es
su mejor opción.
Vogler.—Gracias doctor. Ha sido tan bueno conmigo.
House.—Bueno, públicamente critiqué la droga de su
empresa; no le di publicidad a su compañía de fármacos.
Vogler.—Cuando pienso en como lo traté yo…
House.—¡Por Dios! —se levanta de su silla sin bastón (y
camina perfectamente) para hacerle masajes en los hombros
a Vogler.
Vogler.—¿Hay alguna esperanza?
House.—¡Todo va a estar bien! Pero por si acaso, ordené un
ataúd tamaño extra grande.
Vogler.—Oiga…
House.—No me agradezca, ¡yo soy así —dice con ironía y
placer.

Ante este sueño maravilloso de House no podemos dejar de


mencionar a Freud. “Los sueños son una realización de los deseos”
es una famosa frase suya en La interpretación de los sueños. Freud
dice que el sueño es un conjunto de operaciones que tienen por
objeto la deformación: a House no le duele la pierna y camina
normalmente (se realizaría su deseo).
Hay restos diurnos, lo que significa que todavía está en su
inconsciente la conferencia que tuvo que dar el día anterior por
presión y amenaza de Vogler (despedir a un integrante de su
equipo), sus comportamientos no éticos. Y el contenido latente es su
deseo inconsciente: que Vogler tenga cáncer incurable; desearía
encargar un ataúd tamaño gigante para que su cuerpo enorme entre
allí. Además Vogler llegó al hospital con la excusa de investigar una
droga para la cura del cáncer.
Aquí apreciamos cómo House sueña con lo que sería la
realización de sus deseos. Magistrales escenas que ejemplifican la
realización de los deseos inconscientes en un sueño.
En un momento, House empieza a escuchar:

—¡Oiga! ¡Despierte! ¡Arriba gran jefe!

Es la voz de Foreman que lo está despertando de su sueño (se


quedó dormido sobre una camilla del hospital); desperezándose,
House les dice a Foreman y Chase que están ahí mirándolo:

House.—Lo siento. Me dormí tarde. Pornografía en Internet.


Chase.—¿Por qué no está en su oficina?
House.—Porque hay una computadora en mi oficina y si me
conecto seguirá el romance, arruinaría mi muñeca.

Como no tiene intención de hablar de lo que soñó, siempre habla


de sexo y lo hace cuando no quiere dar respuestas concretas, esto
hace muy atractivos todos los capítulos de la serie.

Foreman.—Ya sé, se está ocultando para que Vogler no lo


encuentre, eso es patético.
House.—No me agradan los gigantes molestos que me
amenazan con violencia. ¿Qué es lo patético?
Chase.—¿Cree que ocultándose aquí puede evitar despedir
a uno de nosotros? Tarde o temprano lo encontrará.
House.—Mejor, ¡tarde!

House habló de la violencia de Vogler, tema interesantísimo para


estos psicópatas que impecablemente practican el mobbing. Se
trata de una violencia invisible, sutil* pero violencia al fin.
En una próxima escena en que House se encuentra con Vogler,
vemos el despliegue del personaje psicopático que solemos
observar en la realidad en instituciones, oficinas y lugares de trabajo
en general y de todos estos manejos en el ámbito laboral que, como
ya dijimos, se denomina mobbing.
Para presionar por completo a House, descalificarlo, despreciarlo,
debilitarlo y hacerlo sentir como una víctima (siendo él el victimario),
Vogler le dice que despidió a Cameron debido a que el discurso no
fue lo que tenía en mente. Y agrega que lo espera en la oficina al
día siguiente con la carta de renuncia y los planes para una disculpa
pública, caso contario lo destruirá.

Personaje psicópata

En esta escena se ve a un Vogler descarnado, confesando que


destruirá a House. Este es el objetivo final de todo psicópata:
destruir al otro de una u otra manera. Este es su gran “goce”, pues
el psicópata goza destruyendo.
Aunque ya se venía perfilando la personalidad en los anteriores
capítulos desde que llegó al hospital, aquí cuando muestra el daño
que le quiere infligir a House (diciendo que literalmente lo destruirá),
la psicopatía llega a su más alto grado. Cuando ocupan puestos de
poder en instituciones, estas personas son altamente dañinas para
quienes estén bajo su influencia.
De regreso a Vogler... reúne a todo el personal del hospital
diciéndoles que House dio un discurso sobre él y quiere devolverle
el favor. Por como lo dice, suena más a una venganza que otra
cosa, y ahora va a presionar no solo a House sino a todo el hospital
con sus millones de dólares. Quiere que renuncien (o despedir a
unos cuantos) para poder apoderarse del lugar.
Esa fue su verdadera intención desde el principio y encontrará la
vuelta para hacerlo (estos personajes siempre lo hacen). En este
caso, dio con unas carpetas antiguas donde figura lo que ocurrió
con algunos casos de pacientes de House antes de que él llegara.
Vogler comienza leyendo una falta de House: “No acató una orden
de no resucitar” y lo acusaron de agresión (1.09). Pero como él no
estaba para ese entonces en el hospital, no sabe que al final le
salvó la vida al paciente, y si hubiera estado seguramente tampoco
le habría importado.
Esta es otra característica de los psicópatas: acusar a alguien de
una falta. Pero lo hacen para confundir, con información incorrecta,
distorsionada o incompleta; así le dan otro sentido a lo que pasó en
la realidad. Es lo que comúnmente se llama “fuera de contexto”. Uno
de los mejores capítulos, donde se ve la integridad de House, es el
del caso de Giles, el paciente del episodio “Orden de no reanimar”
(1.09). House entuba al paciente porque se le administró mal una
medicina que nada tenía que ver con lo que Giles había firmado: su
deseo de morir por tener un diagnóstico incorrecto.
Vogler lee las fallas que supuestamente tuvo House, con total
mala fe, pero en todas le salvó la vida a los pacientes. Claro que la
vida de los pacientes no es del interés de Vogler; él tiene el objetivo
de despedir a House, por eso dice que es una vergüenza para el
hospital. Es entonces que les da a elegir a todos los profesionales
convocados quién se va (algo habitual también en los psicópatas),
los presiona con un “me voy” con el objetivo de que los demás le
digan: “No te vayas”.
Vogler.—¿Se va House o me voy yo?

Por el cargo que tiene House, en una votación y solo con un voto
a favor, se queda. Cuddy dice la frase típica que esperan oír los
psicópatas, el “no te vayas” dicho de este modo:

Cuddy.—Nos diste ese dinero por una razón. ¿Vas a


desechar todo solo por un doctor?
Vogler.—Gregory House es un símbolo de todo lo malo en la
industria de la atención médica, el derroche, la
insubordinación, médicos que se creen reyes en los
hospitales como si estos fueran su propio feudo privado. La
atención médica es un buen negocio y yo lo dirigiré como tal.
Así revoco el contrato de Gregory House y lo despido de su
empleo efectivo inmediatamente, a partir de este momento.

House no representa a la industria médica porque, como ya


mencionamos, la industria médica de los EE.UU. es un negocio para
ganar dinero. No para curar pacientes y salvar vidas, como lo hace
House. Aquí claramente Vogler dice que quiere apoderarse del
hospital. House lo intuye desde el principio, los millones que ofreció
fueron con una doble intención. Vogler pone en evidencia que es él
quien está trabajando para la industria, para ganar plata y no para
curar a ningún paciente.
Pide que todos estén a favor de que se vaya House (manipulando
la votación), pero el único que se opone es Wilson y con ese único
voto no queda despedido. ¿Qué hace ahora Vogler, como símbolo
de poder y presión? Le pide a Wilson que salga, fuera de todo
reglamento y estatuto.
Al mejor estilo psicopático, una apariencia de votación que
avasalla todo lo que encuentra a su paso para un único objetivo:
hacerse aún más millonario sin importarle nada las personas ni
tampoco todo lo que destruye en el camino. Esa sería la única forma
de despedir a House, por la diferencia de un solo voto, porque ni
siquiera tiene el voto a favor de la Dra. Cuddy que todavía está
hechizada por Vogler y sus millones.
En otra escena, House le pregunta Cuddy:

House.—¿Así salva mi empleo?


Cuddy.—¿Qué creía que iba a pasar con el discurso que dio?
No se escupe la mano a quien le firma los cheques del
sueldo; primero Cameron, luego Wilson y ahora usted.
House.—¿Todo es por el dinero?
Cuddy.—Claro que es acerca de dinero, el dinero que Vogler
donó. Vogler podría haber comprado jets, un equipo de
béisbol o ponerlo en el Chase Manhattan y cobrar intereses,
pero nos lo dio a nosotros para comprar equipos para hacer
investigación. Usted es un gran doctor pero no vale cien
millones de dólares.

House tiene que escuchar esta afrenta de Cuddy. Él siempre


quiso defender el trabajo de su equipo. Y a pesar de todo, sigue
atendiendo pacientes. Es por eso que, en medio de aquellas
circunstancias, y para salvar la vida de una paciente embarazada,
programa una cirugía. Pero cuando la empiezan a operar, una orden
de Vogler hace que se cancele.
Entonces House en un pasillo del hospital le grita:

House.—¡Oiga! ¡Está matándola!


Vogler.—¿De veras?
House.—¡No es su vida! ¡Solo afectaría sus estadísticas!
¡Sus números se verán mal! ¡Solo el costo le importa! ¡Una
persona es un punto en los datos!
Vogler.—¡Aquí está usted para salvar esas vidas!

Al darse cuenta de que esa conversación la está escuchando


Cuddy, Vogler ríe socarronamente y le dice a House:

Vogler.—La Junta volverá a reunirse esta tarde.


Tranquilícese, juegue con su Game-boy, mire su telenovela.
Hoy despidieron a un guapo doctor, eso fue muy bueno —
refiriéndose a Wilson y dicho con malicia.

En un rato, vuelven a estar todos reunidos para la Junta y Vogler


pide que levanten la mano los que estén a favor de despedir a
Gregory House. Esta vez Cuddy vota en contra y no levanta la
mano. La presiona nuevamente pero ella le dice que House salvó
otra vida y que, mientras estaba pasando todo esto, él siguió
trabajando.
Este es el momento en el que a Cuddy se le termina el hechizo
con Vogler. Pareciera que ella empieza a darse cuenta de las
verdaderas intenciones y pone sobre la mesa su propia renuncia.
Los hace pensar a todos los profesionales que están allí reunidos
sobre lo peligroso de tener a alguien como Vogler. Permite que se
den cuenta de que estar atados al financiamiento seguramente
comprometería la vida de los pacientes. Al fin llegando a este
extremo, Cuddy se da cuenta de lo que House decía ni bien llegó
Vogler al hospital. Y de esta manera, la Junta vota en contra de
Vogler.
Un broche de oro para poner en evidencia a este personaje y su
psicopatía: los psicópatas se van cuando se los descubre. A Cuddy
por fin se le termina el hechizo y ella misma hace que lo descubran
todos.
Mientras que no se los descubra, siguen haciendo daño sin
importarle la gente; lo que saben hacer muy bien es perjudicar a los
demás, todas sus conductas son premeditadas.
En la última escena de este episodio, se ve al equipo completo en
la oficina de House descorchando champaña. House le dice a
Cuddy que es genial por convencer a los de la Junta de renunciar a
esa fortuna para salvar sus empleos. Cuando ella llega, todos dicen
al unísono: “¡Cuddy! ¡La mujer del año!”.
Cuddy.—Lo salvé a usted (por House), a Wilson y ¡a todo el
equipo! —bebe un vaso de champaña de un trago.

En la vida real estos personajes se van de una institución pero


pronto encuentran otra para perjudicarla. Si la víctima del psicópata
sigue sin darse cuenta, en una pareja o en una familia, seguirá
acosándola todo el tiempo que pueda. Pero si la víctima no se
doblega y se da cuenta de sus manejos (cuando ya no está
“hechizada”), entonces puede llegar a matarla literalmente de
diversas maneras.

Conclusión

Para que una persona no sea dañada por un psicópata tiene que
incorporar a su vida algunas conductas como las que empleó
House. Pero la más importante, entre muchas otras, es no
engancharse. En los consultorios no atendemos a los psicópatas,
ellos no vienen porque no quieren ser descubiertos. Atendemos a
sus víctimas, ya destruidas, con una gran depresión y daño
psicológico.
CAPÍTULO 10

House y el aborto adolescente

E n el episodio “Niñas maduras” (1.19) vemos la reacción de


House en relación al aborto y el embarazo adolescente. La
paciente central es Mary, una niña madura.
En medio de un caos, el Hospital Princeton Plainsboro recibe
cientos de pacientes por atender debido a un brote de meningitis en
la región.
En una competencia de natación cercana al hospital, un juez
reveló tener meningitis bacteriana. Como resultado, las 2.500
personas que estuvieron expuestas en esa piscina han abarrotado
todos los hospitales vecinos.
House le dice a Cuddy que es un problema de recursos, no de
diagnóstico, que él estorbará y quiere que continúen sin él. Sin
embargo, ella le exige quedarse y actuar como médico del hospital.
Es así como House tiene que revisar a una “niña madura”: Mary,
de doce años, saltadora de trampolín de la competencia de
natación. Los síntomas son parecidos a los de la meningitis pero
padece algo completamente distinto. Para evaluar qué enfermedad
tiene, House busca a Foreman y a Chase.
Cuddy piensa que es injustificado que House se enfoque solo en
esta paciente; cree que lo hace para evadirse de sus tareas,
evitando así los diagnósticos de meningitis del hospital que son
cerca de 800… ¡muchísimas personas!
Por este motivo, cuando Cuddy ve a House en los pasillos del
hospital, le dice:

Cuddy.—El resto del hospital colapsa y usted…

House, tapando el escote de Cuddy, le dice:

House.—Lo siento, es que uno no se acostumbra a ver


pechos como estos en decanos de Medicina.

Siempre que House no quiere darle una respuesta a Cuddy, le


habla de algo sexual referido generalmente a ella.
House sigue buscando el diagnóstico de Mary y llega al extremo
de llevar a su equipo al baño, para que Cuddy los deje investigar
tranquilos la causa de los síntomas de la paciente. Finalmente
descubre que la joven saltadora de trampolín tiene un trastorno que
destruye los glóbulos rojos y que se relaciona con el embarazo.
Los análisis confirman que está embarazada y tiene que poner fin
al embarazo. La joven Mary le pide a House que no diga nada a sus
padres y prefiere someterse sola a un aborto. Él protege la
privacidad de la joven y no la traiciona, no se lo dice a sus padres.
Pareciera que House le dice a Mary que bajo la ley de Nueva Jersey
(que lo protege a House), ella es quien manda. En otros lugares,
sería un tema muy polémico.
House encuentra a los padres en el pasillo del hospital y ellos le
piden que les diga qué es lo que tiene su hija; él solo les dice que es
una palabra difícil lo que tienen que hacerle pero que va a estar
bien.
No traiciona a la joven, no revela la verdad, ni siquiera cuando los
padres quieren saber de qué tienen que operar a su hija. Pero
luego, mirando detrás del vidrio de la habitación, observa con alivio
y con mucha ternura cuando Mary (luego de que le practicaron el
aborto) se lo confiesa a sus padres llorando.
Para reflexionar

Tema polémico si los hay: embarazo adolescente y aborto. Según el


país de que se trate, en algunos lugares está penalizado, mientras
que en otros no.
¿Estás de acuerdo con la despenalización del aborto? ¿Tiene que
ser legal practicarlo en hospitales, con la garantía de asepsia? Una
niña de doce años, como en este caso, ¿debe tener a su bebé a esa
edad?

Conclusión

Quien se practique un aborto siempre necesitará tratamiento


psicológico. Ya sea que se trate de una niña madura, como en este
episodio, o de una mujer adulta. Ya sea que se llegue a la instancia
de un “aborto legal” o no.
Es un momento muy traumático porque tiene secuelas tanto
emocionales como psicológicas, además de diversos síntomas.
Entre las consecuencias de un aborto podemos mencionar:
pesadillas, dolores abdominales, migrañas, disfunciones sexuales,
depresión, ansiedad, sentimiento de culpa, estrés post-traumático,
angustia, insomnio, planteamientos suicidas, refuerzo del hábito de
fumar, abuso de alcohol o de drogas, descuido de otros niños,
divorcios o problemas de relación (si son menores con la familia),
abortos a repetición, irritabilidad, miedo, llanto inmotivado, trastornos
del aparato digestivo, etc.
Puede haber un período de negación antes de que la mujer
acepte recibir tratamiento, y estos sentimientos reprimidos suelen
causar afecciones psicosomáticas.
C A P Í T U L O 11

Perversión

E n el episodio “Perversión” (1.20) se relata la historia de un


joven perverso, a quien sus padres discriminan y repudian, que
tiene una novia dominatrix. ¡Un caso para Freud!
Harvey es un joven que está esperando un médico de Guardia
para que lo atienda en el Hospital Princeton Plainsboro. Se nota que
tiene un malestar. Camina por los pasillos del hospital, se choca con
House y su torpeza de movimientos hace que derrame un líquido
sobre su camisa y su saco.
House le grita porque cree que es orina que tenía el joven en un
vaso sin tapa. El joven corre y se escapa pero luego Wilson huele la
camisa de House y le dice que era jugo de manzana; le sugiere ir y
pedirle disculpas.

House.—Te disculpo por arruinar mi saco.

Allí mismo, delante de House, Harvey tiene un ataque como de


asfixia y sufre un accidente cerebro vascular* (ACV). Ingresa
entonces internado al hospital.
En la oficina de House, él y su equipo miran unas radiografías en
las que se observa una placa de metal en su mandíbula. Por ese
motivo, no pueden hacerle una resonancia ya que el imán del
aparato de resonancia podría hacerle daño.
Harvey tiene una amiga, Annette, quien lo acompaña en su
habitación permanentemente. Ella le dice a Foreman que Harvey no
tiene familiares, que sus padres murieron en un accidente
automovilístico. Le informa que Harvey tiene afasia nominal*, que no
recuerda sustantivos y que antes de ingresar al hospital se trató con
acupuntura; luego pasó por un homeópata, un quiropráctico, un
naturópata y el Zen*.
Cuando el equipo completo de House viene a ver a Harvey, todos
se sorprenden al encontrarla a Annette tratando de estrangularlo. Lo
primero que piensan es que estaba tratando de matarlo. Pero luego
se enteran de que ella es una dominatrix y que Harvey es perverso.
El joven tiene la tendencia al masoquismo* y le gusta que lo
asfixien.
A pedido de House, se realiza una reunión en el despacho de
Cuddy donde participan Cuddy, House, un abogado y Annette. Ellos
mantienen el siguiente diálogo:

Annette.—Harvey es aficionado a la asfixia; es asfixiafílico, le


gusta que lo estrangulen, que lo ahoguen o ser sofocado.
Abogado.—Eso es enfermizo, morboso.
House.—¿Qué opinión legal es esa? ¿Qué clase de abogado
es usted?
Abogado.—Quiere una opinión legal, llame a la policía.
Annette.—Fui cuidadosa, observé los monitores para revisar
sus signos vitales, nunca lo lastimaría, él está perturbado,
necesita el control siendo controlado.
Cuddy.—¿Él paga por esto?
Annette.—Él paga mis impuestos, limpia mi casa.
House.—Llamen a la policía, prohíbale la entrada al hospital,
que se perfore los pezones, un médico no soluciona eso.

House se va del despacho de Cuddy y deja que ella y el abogado


resuelvan el tema. Pide que se prohíba la entrada de Annette al
hospital. Luego cuando House se reúne con su equipo, se refiere a
la dominatrix como la “señorita diabólica”.
La ética de House

Ante personas que infringen sufrimiento a otros, cobran dinero por


ello y ponen en peligro la vida de alguien, House sugiere llamar a la
policía, con abogado de por medio. Sabe que además de hacerle
daño, estando cerca le puede provocar la muerte. Es entonces que
decide resolverlo con la ley (un abogado) diciendo que un médico
tiene que ocuparse de otras cosas, cosas de médicos, no de
abogados ni policías.
House siempre ocupa su rol de médico. Los abogados y la policía
tienen otro rol que deben cumplir y esto él lo tiene muy claro a lo
largo de toda la serie. La ética de House es respetar las leyes y los
códigos que sean para beneficiar a los pacientes, para salvarles la
vida y curarlos, como en el caso de Harvey. No respeta dogmas ni
leyes que perjudiquen al paciente y que por ello peligre su vida.
Volviendo a Harvey, él tiene la perversión denominada
masoquismo* (castigo), quiere que le hagan sentir dolor y
sufrimiento, por eso quiere una dominatrix. Y la dominatrix, por su
parte, lo pone a Harvey en un lugar de sumisión denominada
sadismo* (dominación), en donde ella domina y él obtiene placer
siendo humillado y dominado.
Esta relación perversa siempre es complementaria, uno ocupa el
lugar de dominación y otro el lugar de castigo.
Harvey siente placer, más allá del dolor o sufrimiento, al ser
asfixiado y dominado por ella.
Harvey empeora y cae en coma. Necesita que alguien firme un
“consentimiento informado”. Lo deben firmar los padres, pero ellos
no quieren acercarse al hospital. La única manera de que los padres
vengan es que House los llame y les diga lo siguiente:

House.—¿Sr. Park? Soy el Dr. House y hablo del Hospital


Universitario Princeton Plainsboro de Nueva Jersey; su hijo
falleció y necesitamos que identifique su cuerpo. Sí, lo
lamento, es la ley.

Es la única manera que tiene House de hablar con estos padres


para salvar la vida de su hijo. El equipo lo intentó antes y ellos
cortaron la comunicación. No quieren acercarse al hospital ni
reconocer que tienen un hijo perverso; lo discriminan. House intuye
que si creen que su hijo ha muerto, vendrán a identificarlo. De otra
manera, ni siquiera vendrían.
Nuevamente se trata el tema de la discriminación, en este caso de
los padres hacia su hijo. En el capítulo 7 se hace referencia a la
discriminación por parte de un médico, de Foreman hacia una
paciente.
House no discrimina a nadie y, para seguir tratando a Harvey,
necesita esa orden de “consentimiento informado” que tienen que
firmar los padres. Pero cuando ellos llegan al hospital, en el
despacho de Cuddy dicen con enojo:

Madre.—¡Usted nos dijo que nuestro hijo había muerto!


House.—Es solo una mentira piadosa, técnicamente lo que
hice es llamarlos un poco antes. De hecho, su hijo estará
muerto muy pronto —les responde con sarcasmo.
Madre.—Llamaré a mi abogado.
House.—Tan pronto firme el “consentimiento informado”; yo
tengo bolígrafo.

Los padres de Harvey se niegan a involucrarse y tampoco quieren


dar su consentimiento para una operación que deben realizarle a su
hijo para salvarle la vida. El padre se justifica diciendo que el hijo los
humilló mucho; las personas que los conocen saben de su
perversión y tienen mucha vergüenza por su comportamiento. A lo
que House les responde:
House.—¿Usted se avergüenza por el camino que su hijo
tomó? Creo que me perdí una generación. La humillación
viene en toda clase de presentaciones. Las personas que
descubren la perversión en su hijo, y que todos sepan que su
hijo es un pervertido, ¿eso es muy perturbador? Los padres
prefieren dejar morir a su hijo que firmar un pedazo de papel.
Y créame aunque deba pagar un letrero en cada tienda de
estética y en todos los comedores de Pennsylvania haré que
se enteren y me aseguraré de que todos sepan. ¿Cómo lo
califican?

House amenaza con poner carteles donde viven los padres, para
que todos se enteren de la conducta de ellos. Lo haría para que
firmaran el “consentimiento informado” y así salvar la vida de su hijo.
Cuando los padres firman, les dice:

House.—Su hijo va a cirugía mañana, a primera hora.

Se descubre que Harvey tiene una infección en la mandíbula de


una operación anterior. A su vez, tiene una placa de metal en su
mandíbula, presumiblemente porque al ser estrangulado
antiguamente se le quebró y necesitó una prótesis. Ellos se la curan.

House psicólogo

Cuando les hace una devolución a los padres de Harvey, les dice
que la humillación viene en toda clase de presentaciones. Quiere
decir que ellos son los que humillan a su hijo por un comportamiento
que él eligió.
Se podría agregar que así como sus padres lo humillaron, Harvey
se dejó humillar al buscar una novia dominatrix. Y en lugar de
ayudarlo, se sienten perturbados como padres. ¿Qué clase de
padres son que no aceptan las elecciones de su hijo al punto de
dejarlo morir?… ¡es su hijo! Esto es lo que House les cuestiona.
House ético

House, nuevamente para salvar la vida de un paciente, tiene que


presionar a los padres. Lo hace diciéndoles que pondrá carteles
públicos por las calles de Pennsylvania donde ellos viven. Es su
ética de salvar una vida más, sin prejuicios ni discriminación, sea
cual sea la condición del paciente.

House transmite siempre un mensaje

Luego de la operación, House se dirige a la habitación de Harvey.


Allí está la dominatrix que entró sin permiso. Le dice que se quede
porque tiene que decirles algo:

House.—Como les digo a todos mis pacientes simplemente


deben decir no a la estrangulación… y Harvey morirá si no se
detiene.

Este es un episodio magnífico, con un final que habla del amor y


del desamor en sus dos últimas escenas.
En la escena del desamor, Harvey le pregunta a House si sus
padres vinieron a verlo al hospital. Esa falta de amor de los padres
se manifiesta claramente porque, ni siquiera estando en el hospital,
se acercaron a verlo. Y si no hubiera sido por House, que los hizo
venir para obligarlos a firmar el consentimiento, Harvey habría
muerto.
La otra imagen, la del amor, es de House que ya está en su casa
solo, en su escritorio. Está mirando con nostalgia una foto de Stacy,
su última pareja a quien amó profundamente y aún recuerda.
En este episodio Cameron le pide a House una cita pero él le
explica que ella “no lo ama, lo necesita”. House amó a Stacy. En el
capítulo “Cameron”, veremos en detalle lo que ocurrió en aquel
encuentro.
Reflexión final

Si tuvieras una infección en la mandíbula y tuvieras un doctor como


House que no te discrimina por tu elección sexual y familiares que
no quieren verte, ¿estarías de acuerdo en que House los presionara
telefónicamente para que viniera a firmar un acuerdo informado
para, con esa acción, salvarte la vida?

Conclusión

Además del consejo de House de abandonar la estrangulación,


estos pacientes necesitan un tratamiento psicológico para tomar
conciencia de que, más allá de la perversión, no deberían hacer
ninguna práctica que ponga en peligro su vida. Lo mismo se aplica
para cualquiera de las otras perversiones*.
CAPÍTULO 12

Clase magistral y método socrático

E l episodio “Tres historias” (1.21) está brillantemente


presentado. Veremos una clase de House a un grupo de
estudiantes y el estilo magistral con el que aplica el método
socrático. A medida que leas, espero que disfrutes tanto como yo lo
hice porque aquí descubriremos varios de los misterios de su vida.
Este es un episodio crucial que nos brinda la historia oculta detrás
de la pierna de House: ¿un mal diagnóstico? A su vez conocemos a
su ex mujer Stacy, con quien vivió cinco años y de quien él se
muestra aún enamorado.
No puedo dejar de felicitar a los autores de este episodio por sus
merecidos premios. David Shore recibió el premio Emmy al mejor
guión en el 2005, como así también el premio Humanitas por su
inusual manera narrativa, con un gran impacto emocional.
La historia va siendo relatada a medida que House brinda una
brillante conferencia a estudiantes de Medicina, ejercitando el
método socrático con su habitual excelencia.
Empieza el episodio cuando Stacy está llegando al hospital y
sorprende a House que camina hacia el Aula Magna, para disertar
frente a un grupo de estudiantes de Medicina. La historia de amor
entre ellos estará detallada en el capítulo 13. En esta ocasión, ella
llega pidiéndole ayuda para que diagnostique a Mark, su esposo
actual; House se niega y le dice sinceramente lo que siente: House.
—No sé con certeza si quiero que viva.
Y se dirige a la conferencia.
Está sentado en el centro del escenario y crea. Para hacer pensar
a los estudiantes imagina tres diagnósticos de tres pacientes
hipotéticos con un síntoma común: dolor de pierna. Persona A: un
granjero que arreglaba una cerca cuando tuvo pérdida de control
muscular. Persona B: un jugador de vóleibol que creyó sufrir un
desgarro o la torcedura de un músculo. Persona C: un golfista.
Uno se excedió en narcóticos y otro está muy cerca de la muerte.
House pregunta: House.—¿Alguien sabe cuál es cuál?
A través de cada diagnóstico, House va guiando a los estudiantes
con el método socrático y queda cada vez más claro que uno de los
pacientes, el jugador de vóleibol, es la historia de House y su pierna.
Quizás, como él es muy creativo, utiliza ese ejemplo porque unos
minutos antes de empezar la conferencia la vio a Stacy y le hizo
recordar el momento en el que le ocurrió lo de la pierna, cuando
estaba con ella años atrás.
Cuando hace un intervalo y sale de la sala de conferencias, se
encuentra con Wilson y hablan de Stacy. No sabe si tomará como
paciente al marido de ella y Wilson le dice que se acercó porque
debe estar desesperada. House le pregunta: House.—¿Y debo
ayudarla porque siente odio por mí?
Wilson.—No te odia, te quiere, pero no puede soportar estar
cerca de ti.

Vuelve a la clase y dice:

House.—El jugador de vóleibol estaba respondiendo a los


antiinflamatorios, como se espera en un caso de tendinitis.

Ante la interrupción de un estudiante, House pregunta:

House.—¿Y si al jugador de vóleibol le dio un infarto masivo?


A este jugador lo despidieron, erróneamente, por considerarlo un
buscador de drogas; pero regresa más tarde al hospital con dolor y
una falla en los riñones. Se han perdido tres días en su diagnóstico.

House.—El adicto está orinando sangre.

Pinta un dibujo con los colores amarillo, rojo y marrón. Se lo


muestra a los estudiantes y pregunta (algo digno de ver para
entender el método socrático y cómo los hace pensar por medio de
sus preguntas): House.—¿Cuál es el diagnóstico diferencial para la
orina color marrón?
Estudiante.—Cálculo renal.
House.—Los cálculos renales, ¿qué podrían causar?
Estudiante.—Sangre en la orina.
House.—¿De qué color es su orina?
Estudiante.—Amarilla.
House.—¿De qué color es su sangre?
Estudiante.—Roja.
House.—¿Qué colores utilicé en este dibujo?

Estudiante.—Rojo, amarillo y marrón.


House.—Y marrón, ¿qué causa el marrón?
Estudiante.—Los residuos.
House.—Los riñones dejan de funcionar, ¿por qué?
Estudiante.—No sé.
House.—Es un inútil, por lo menos no lo sabe.

Algo parecido le ocurrió a House, quizás el médico de su pierna


también era un inútil como ese estudiante… obviaron el color de su
sangre. Al estudiante le contesta de ese modo, aludiendo a estos
profesionales que lo atendieron a él que también fueron inútiles.

House.—La sangre muestra creatinina elevada. ¿Qué les


dice?
Estudiante.—Que tiene traumatismo, se recuperará.
House.—¿Sabe qué es peor que inútil? ¡Ignorante!
Los médicos que trataron el caso de la pierna de House
seguramente sacaron esas conclusiones, al igual que este
estudiante. Aquellos ignorantes le dijeron que sería un traumatismo
y que se recuperaría, y perdieron tres días de tiempo tan valioso
para cualquier diagnóstico.

House.—¿Qué están omitiendo?


Estudiante.—Es difícil pensar cuando nos presiona.
House.—¿Es más fácil en la realidad cuando tienen un
paciente que se muere?
Cameron.—Muerte muscular —dice desde el fondo del salón
donde estaba escuchando la conferencia de House.
Estudiante.—Un músculo muriendo gotea hemoglobina, que
es tóxica para los riñones —agrega después de la respuesta
de Cameron.
House.—¡Brillante!

Luego House sugiere una resonancia magnética, para ver qué


está matando la pierna, y les dice a los estudiantes: House.—Le
dieron antibióticos, como ustedes habrían hecho.
Estudiante.—¿Mejoró?
House.—No.
Estudiante.—¿Cuánto tiempo?
House.—Tres días.

Hasta acá una prueba magistral de cómo utilizar el método


socrático por medio de preguntas, para hacer pensar a los
estudiantes con ejemplos prácticos. Consiste en una manera de
exponer, en lugar de disertar sobre un tema de modo enciclopedista
que solo memoricen. ¡House los hace pensar!
House es brillante en la enseñanza de este método y lo aplica a
diario con su equipo de diagnóstico. Por eso, Cameron, que ya está
entrenada, pudo dar la respuesta. House continúa diciendo sobre la
resonancia pedida: House.—Su resonancia mostró que el dolor en
la pierna se debía a un aneurisma que se coaguló, llevando al
paciente a un infarto y a la muerte clínica en un minuto.
Aparecen unas maravillosas imágenes, envolviendo a House en
una luz blanca, que relatan personas que experimentaron cuando
estuvieron clínicamente muertas. Aquí House, mientras da la clase,
recuerda esas imágenes de muerte clínica por un minuto y qué
pasaría cuando reviviera. Piensa sus dos opciones: el granjero con
pierna ortopédica y en un partido de béisbol, si revivía. Maravillosa
metáfora de la imaginación de House: antes del infarto se ve
jugando un partido de béisbol y luego ve que después de este tienen
que amputarle la pierna.
En el auditorio se encuentra Wilson quien dice:

Wilson.—¿Crees que él estaba muerto? ¿Crees que estas


experiencias fueron reales?
House.—Fueron experiencias reales, lo que significa… en lo
personal prefiero creer que la luz blanca que ve la gente a
veces son reacciones químicas que se dan cuando el cerebro
muere.

Estas visiones fueron de House, rodeado de una luz blanca, las


cuales experimentó. Esta es la explicación de un lógico con mente
científica, razonador de todo lo que se dice respecto a la luz blanca:
“Son reacciones químicas”.
Muchas personas tuvieron este tipo de experiencias cuando
estaban a punto de morir. O la experimentaron cuando pasaron por
una muerte clínica. Se escribieron muchos libros sobre este tema,
como los que escribió el periodista y escritor Víctor Sueiro*.

Foreman.—Elige creer eso (estaba en el auditorio).


House.—No hay pruebas científicas. Mi elección no tiene
importancia práctica en mi vida, busco el resultado que
encuentro más reconfortante.
Cameron.—¿Encuentra más cómodo pensar que eso es todo
lo que hay?
House.—Encuentro más reconfortante que esto no es un
simple análisis, que no es una prueba.

Y sigue explicando lo que pasó luego de la operación:

House.—Dada la cantidad de músculo removido, la utilidad


de la pierna del paciente quedó gravemente comprometida,
debido al retraso para realizar un diagnóstico; a la fecha, el
paciente continúa sufriendo dolor crónico.

A medida que House va revelando su historia, por la manera


como la expone a través de sus preguntas y las respuestas de los
estudiantes, la sala de conferencias se va colmando de otros
estudiantes, colegas y compañeros que escuchan su discurso cada
vez más cautivados. Aunque no menciona abierta y explícitamente
que está hablando de lo que le pasó con su pierna, su equipo se da
cuenta de que se está refiriendo a sí mismo.

House.—Por naturaleza en la Medicina van a “meter la pata”,


a alguien matarán. Si no pueden controlar esa realidad, elijan
otra profesión, o terminen la carrera y enseñen.

En el capítulo “Médicos idiotas” veremos que, según House, son


los que “meten la pata” porque no se preocupan de buscar las
causas.
House sigue con muchísimo dolor en su pierna debido a una
necrosis muscular. Según lo que él dijo (refiriéndose al paciente), “a
la fecha continua experimentando dolor crónico”.
Cuddy que es la decana y actual administradora, en ese momento
era su médica y recomendó amputar alegando que era necesario
para salvarle la vida. Pero House rechazó esta opción y, dispuesto a
correr el riesgo de morir, quiso que lo sometieran a un coma
temporal, inducido por medicación. Cuando House perdió la
conciencia, Stacy (su mujer entonces) le pidió a Cuddy que llevara
un procedimiento con el que se esperaba que tuviera una mayor
oportunidad de vivir.
Ambas sabían que House no lo quería, pero se hizo con la
aprobación de Stacy. Sobrevivió a la cirugía que le practicaron en
contra de sus deseos y no fue necesaria la amputación. Por este
motivo, sufrirá dolor crónico toda su vida y no podrá caminar sin
bastón. Se produce a continuación este intercambio de House con
los estudiantes: House.—Dada la cantidad de músculo removido, la
utilidad de la pierna del paciente (la de House) quedó gravemente
comprometida, debido al retraso para conseguir un diagnóstico, el
paciente continua sufriendo dolor crónico.
Estudiante 1.—Ella (Stacy) no tenía el derecho de hacerlo.
Estudiante 2.—Ella tenía el poder de decisión.
Estudiante 1.—Sabía que él no quería la cirugía.
Estudiante 2.—Ella le salvó la vida.
Estudiante 3.—Eso no lo sabemos, quizás él habría estado
bien.
Estudiante 1.—No importa, es el derecho del paciente.
Estudiante 2.—El paciente es un idiota.
House.—Normalmente lo son.

Y ante esta respuesta maravillosa del estudiante, House la


aprueba y se incluye. Los pacientes muchas veces no saben lo que
es mejor para ellos; ni siquiera House supo qué era lo mejor cuando
fue paciente.
A partir de este capítulo empezamos a darnos cuenta cómo este
acontecimiento tan fuerte lo afectó física, emocional y
profesionalmente. Y nos da la pauta de por qué House es un
defensor a ultranza de la vida de cada paciente.
Su código ético tiene que ver más con “hacer lo correcto” que con
“seguir las normas”. Para House las normas son pura burocracia,
mientras que un paciente puede estar al borde de la muerte. Una
demora por burocracia institucional para su diagnóstico puede ser
fatal. Puede morir o usar permanentemente bastón (como le ocurrió
a él) porque lo atendieron médicos idiotas que, al no encontrar las
causas, demoraron tres días, no supieron diagnosticar que no era
tendinitis el diagnóstico de House, sino un infarto en la pierna.
Con esto descubrimos por qué tiene una opinión tan mala de la
profesión médica, sumadas las normas y las reglas médicas, lo cual
es parte de su amargura y desconfianza.
Podría ser que Mark, actual marido de Stacy, haya sido mal
diagnosticado por profesionales anteriores. House se replantea todo
esto y le dice a Stacy que lo va a tratar. Decide hacerse cargo del
caso. Este excepcional episodio concluye cuando la llama a Stacy y
le dice: House.—Stacy, soy Greg, tengo un espacio en mi agenda
mañana a las diez; asegúrate de que tu esposo no llegue tarde.
Aquí muestra su gran nobleza porque todavía está enamorado de
Stacy.

Conclusión

Acontecimientos tan traumáticos como el que le ocurrieron a House,


quien por un mal diagnóstico debe usar bastón y tener dolor crónico
el resto de su vida, dejan secuelas. Esto sumado a otros
acontecimientos traumáticos de la vida, como los duelos no bien
elaborados*, hará que el paciente necesite tratamiento psicológico.
Siempre que se está entre la vida y la muerte es necesario un
soporte terapéutico profesional. House tuvo su propio terapeuta
llamado Nolan, como lo veremos más adelante.
CAPÍTULO 13

House enamorado de Stacy

L legamos a un capítulo apasionante de esta serie donde


descubrimos la ternura de House y exploraremos su historia de
amor. ¡Podremos verlo enamorado!
Ya a esta altura nos vamos dando cuenta de que su áspero
carácter tiene más que ver con luchar contra médicos idiotas que no
buscan las causas de las enfermedades. También con cargar con su
crónico dolor de pierna, por un mal diagnóstico, y soportar toda la
burocracia de una institución como lo es un hospital que a veces le
impide salvar vidas de pacientes.
Tomaremos el hilo completo de la historia de cómo House amó a
Stacy y la sigue amando. Es apasionante la manera en la que se va
entretejiendo y desarrollando en episodios no consecutivos, de
diferentes temporadas, que son:
“Tres historias” (1.21)
“Luna de miel” (1.22)
“Dar vueltas” (2.06)
“Cacería” (2.07)
“El error” (2.08)
“Problemas de comunicación” (2.10)
“Necesidad de saber” (2.11)
Aquí los haremos consecutivos para entender esta historia de
amor que transcurre mientras House atiende, en cada episodio, a
sus pacientes con diagnósticos difíciles día a día en el hospital. Y,
como ocurre en la realidad, hay enamoramientos, divorcios y
posteriores encuentros y desencuentros.
Podremos apreciar además que un gran profesional como House,
que tiene que lidiar con diagnósticos tan difíciles y con un dolor
crónico en su pierna, aunque es un hombre muy dañado por la vida,
tiene espacios para el amor, la pasión, el romanticismo y la ternura.
Todo comienza a entenderse en el episodio “Tres historias” (1.21)
donde la conocemos a Stacy por primera vez…
House y Stacy convivieron cinco años y pasaron otros cinco
desde la última vez que se vieron. Él la ve llegar sorpresivamente al
hospital, se le transforma la mirada y se nota que todavía existe un
gran sentimiento por ella. Ese día House tiene que dar una clase a
estudiantes de Medicina, porque el otro profesional que la tenía que
dar está enfermo.
Se encuentran en el pasillo del hospital y, mientras House está
caminando hacia el lugar donde va a dar la clase, Stacy le pide
ayuda profesional para que diagnostique a su actual esposo. Pero,
aunque está conmocionado por su presencia, House no se muestra
interesado en tratarlo. Se niega con total sinceridad y le dice a Stacy
que no sabe si quiere que viva.
Llega al salón, abarrotado de estudiantes de Medicina, y da una
clase magistral al mejor estilo House, aplicando el “método
socrático” que ya analizamos en el capítulo anterior. También vimos
en detalle este método en el capítulo 4.
House no tenía en su agenda dar una conferencia ese día. Pero
improvisa y propone su propio caso en forma anónima: lo que le
pasó en la pierna. A medida que les va contando a los estudiantes
tres historias hipotéticas (o casos de pacientes), va recordando
parte de su historia de amor con Stacy. Le aparecen imágenes de
cuando ella le decía:
Stacy.—¿No crees que mereces vivir? ¿No crees que
mereces ser feliz?

En estas circunstancias dramáticas, House no quería ni vivir con


dolor crónico para toda su vida ni que le amputaran su pierna (las
dos opciones para seguir viviendo) y pide que lo pongan en coma
para morir. Ya con el efecto de la anestesia, mientras se está
durmiendo le dice a Stacy:

House.—Te veré cuando despierte, iremos a jugar al golf. Te


amo.
Stacy.—Yo también te amo.

Es una escena muy conmovedora ver a House en una camilla de


hospital diciendo “te amo”; se lo ve sinceramente enamorado y no
tiene problema con que Stacy lo toque y lo consuele. Emociona ver
la sensibilidad de House, un hombre con esa capacidad de amar.
Quien observa esta escena no puede más que emocionarse.
Estos momentos, que parecieran ser breves a lo largo de la serie,
no son poco característicos de House sino que están ocultos. Serían
la parte no visible del “iceberg” que propongo como metáfora de la
lectura de este libro. Generalmente está oculta su parte sentimental,
su emocionalidad.
Mientras está dando la clase, le viene a la memoria una discusión
de hace cinco años atrás con Stacy sobre si debe permitir que los
médicos le amputen la pierna. Ella sostiene que “es solo una maldita
pierna”. Es algo que House también le recomendaría a un paciente
para salvarle la vida, en una situación similar. Pero no quiere tomar
esta decisión para él, prefiere morir, no quiere vivir con discapacidad
y dolor crónico. Tras la fatídica decisión de Stacy de ignorar los
deseos de House (ella no quiere que muera), ayudada por Cuddy
que era su médica en ese momento, toma otra decisión: que House
viva y quede con el dolor crónico para toda su vida.
“Luna de miel”: episodio (1.22)

En este episodio, House decide tomar como paciente a Mark, el


esposo de Stacy, quien afirma que no tiene nada y no quiere
tratarse con él. Se encuentran los tres en un restaurante, House
decide darle un somnífero para adormecerlo y así poder internarlo
en el hospital.
Gregory tiene todavía sentimientos muy fuertes hacia Stacy. En el
restaurante le acomoda un colgante con una cruz sobre su escote
(antes de que llegue Mark), con una mirada cómplice de ambos.
Esto sugiere que entre ellos todavía hay sentimientos mutuos de
afecto y amor, que comparten con la mirada.
House decide operar a Mark, en la sala de espera se sienta al
lado de Stacy y le dice:

House.—¿Haces el amor con alguien aparte de Mark? Es


una pregunta médica.
Stacy.—Me lo preguntas porque si soy infiel, tal vez podría
acostarme contigo. Te digo que no, no duermo con nadie, no
soy infiel, asegúrate de anotarlo en tu ficha.

Stacy se vuelve muy atractiva de nuevo para él, le atraen las


mujeres fieles.
En otra escena, pide a Foreman que le haga al esposo de Stacy
una tomografía para ver cambios metabólicos en la corteza cerebral.
Y, además, que revise su memoria con una serie de preguntas.
House va al lugar en el que Foreman le está haciendo la tomografía
a Mark y le pregunta:

House.—¿Cuándo contrajiste matrimonio?

Es evidente que quiere tener más información de Stacy.

Mark.—Hace tres años en julio. ¿Quién es?


House.—¿Fue una boda en una iglesia?
Mark.—¿Quién es, House?
House.—¿La novia atea usó un lindo vestido blanco? —le
pregunta por Stacy.
Mark.—Si ella pensaba en ti, ¿es lo que médicamente
quieres saber? Recuerdo que la luna de miel fue en París.

El título de este capítulo hace alusión a esta “luna de miel”,


aunque luego House se entera de que Mark y Stacy no tuvieron su
luna de miel en París.
Continuando con la historia, en otra escena se lo ve a House en la
terraza del hospital. Stacy lo encuentra allí y enojada le dice:

Stacy.—¿Por qué haces esas preguntas a Mark? ¿Para


fastidiarlo? Y luego te escapas a la terraza a ocultarte como
un adolescente… como siempre (ella sabe que antiguamente
hacía eso).

House le confiesa a Stacy que no ha ido allí por cinco años y le


dice que no sabe qué tiene Mark. Tiene perfecta salud pero su
cerebro está muriendo. Y al verla llorar, la consuela, la abraza con
gran ternura y afecto. En ese abrazo se ve la gran sensibilidad de
House, y el hecho de que la sigue amando. No es difícil advertir lo
que debe estar pasando por su mente y su corazón en ese instante,
en el que además mira al cielo, pensativo. Observamos una gran
emoción, angustia mezclada con amor, y luego anuncia:

House.—Aún no me rindo —dándole un fuerte abrazo.

Este “aún no me rindo” significa que no se rinde al amor de ella.


Para ella tal vez sea que no se rinde hasta encontrar el diagnóstico
de Mark, y le dice:

Stacy.—Dime qué haremos.


House.—Esperar.
Stacy.—¿A qué?
House.—A que cambie algo. Una de las grandes tragedias de
la vida es que algo siempre cambia.

El sigue hablándole en doble sentido, refiriéndose al amor que


todavía siente por ella. Este pensamiento de “esperar a que cambie
algo” lo hace sentir esperanzado de que ella lo siga amando como
antes. Es un momento conmovedor que nos muestra cuánto
desearía Gregory House retroceder el tiempo en el reloj hasta antes
de que “todo cambiara” y se separaran.
En otra escena en el hospital, fuera de la habitación donde se
encuentra Mark, hablan de sus anteriores amigos y House le dice:

House.—Él (por Wilson) cree que aún sigo enamorado de ti,


que no hemos terminado y podría ser peligroso pasar tiempo
contigo; pienso que tus amigos podrían tener similares
inquietudes.

Stacy no responde a esas conclusiones de House porque en ese


momento se descubre el diagnóstico de Mark: porfiria aguda
intermitente. La secuela, o complicación grave, que deja esta
enfermedad es la parálisis motora: quedará en silla de ruedas.
Luego de haber descubierto el diagnóstico del esposo de Stacy,
House está a solas en su oficina; escucha música y mira llover por
la ventana. Llega Stacy para darle las gracias y ella admite que
Gregory House siempre será el indicado para ella, pero eso no es
suficiente y se lo dice de este modo (demostrando que aún lo sigue
amando):

Stacy.—Tenías razón sobre mí, aún no he dejado de


quererte, tú eras el indicado, fuiste el único y lo serás pero no
puedo estar contigo.
House.—¿Así que soy yo el indicado pero quieres a otro que
por definición jamás será yo?
Stacy.—Lo genial de ti es que siempre quieres tener razón y
lo frustrante de ti es que la tienes la mayoría de las veces.
Eres brillante, divertido, sorprendente, sexy, pero contigo
estaba sola y con Mark hay espacio para mí.
House.—Entiendo.

Stacy se acerca como para darle un beso en la boca y se lo da en


la mejilla. Una escena de gran amor entre ellos. House queda unos
segundos con los ojos entrecerrados, como dándonos una idea de
lo que siente por ella, de su ternura y sus sentimientos y de lo que
sufre al mismo tiempo. Una escena que transmite mucho amor en
ambos, donde también se percibe mucha pasión.
Este episodio nos brinda mucha información de la vida emocional
de House, y de sus sentimientos no resueltos hacia Stacy. Llega a
su casa y pareciera que la pierna le duele más que antes. El dolor
está en su cuerpo pero podríamos decir que también está en su
alma. Piensa en la imagen de Stacy y Mark juntos, abrazados en
una camilla del hospital…
Casi no puede caminar del dolor cuando intenta hacerlo sin su
bastón y toma un Vicodin; se siente solo, se sienta en la banqueta
de su piano y se escucha una música de fondo. ¡Qué gran
sensibilidad descubrimos en House en este marco que es su casa!
Estos momentos que pasa House, escuchando música o tocando el
piano, Freud los llama momentos de sublimación*.

La psicología de House

A House le resulta muy difícil elaborar el duelo por la pérdida de


Stacy, como así también otros duelos que se verán más adelante
por separaciones y muertes.
El duelo y su elaboración es un proceso de adaptación emocional
que sigue a cualquier pérdida: un ser querido, una relación, un
trabajo, etc.
Según Freud*, ante las pérdidas, el ser humano hace “el trabajo
de duelo”. En Duelo y melancolía dice, para comprender este
fenómeno psíquico, que cuando es normal hay una atenuación
progresiva del dolor. Es decir, el dolor por la pérdida de quien se
amó.
Aquí descubrimos a un House que es muy capaz de amar, muy
romántico, sumamente sensible y más fácil de herir de lo que nos
habríamos imaginado.
Es Stacy la que hace que aparezca la veta romántica de House.
Podemos entender de qué manera se le rompió el corazón y que
todavía no ha sanado por completo. Y como todo enamorado,
muestra su lado más sensible.
Es Stacy quien lo dulcifica, en su mirada, en sus gestos y por
momentos lo saca de esa personalidad hosca que muestra
habitualmente en el hospital, para ubicarlo en su lado más romántico
y con tanto amor para dar. Ella parece ser la única que pudo llegar
al corazón de House y hacer que se despojara de esa coraza que
utiliza diariamente en su trabajo.

“Aceptación”: episodio (2.01)

Stacy, la mujer a quien House ama, empieza a formar parte del


hospital.

“Dar vueltas”: episodio (2.06)

Stacy va a la oficina se House, para que complete un papeleo


burocrático, y le dice:

Stacy.—Debemos hablar.
House.—Sí, ¿estás embarazada? Porque en realidad
necesitarías terminar el bachillerato —retrotrayéndose en el
tiempo y como si fuera una conversación de adolescentes,
con ironía y sus respuestas de contenido sexual.
Stacy.—Debes renovar tus documentos, tu asignación, tu
seguro por negligencia.
House.—¿Sabes? Nuestra relación era mucho mejor cuando
teníamos sexo, ¿por qué dejamos de hacerlo? ¿Te casaste?
—empleando siempre su ironía al no soportar que Stacy no
esté con él, sino con otro.

Cuando quiere evadir respuestas, House habla de sexo y a Stacy


trata siempre de seducirla porque la ama. Podría hacerlo pero la
realidad es que la ama.
En otra escena, Gregory visita a Stacy en su oficina y ella le dice:

Stacy.—¿Qué quieres saber, mi vida sexual con Mark?


House.—Quiero disculparme contigo, quizás estuve
castigándote por mucho tiempo, y tal vez tu a mí. Si vamos a
trabajar juntos, necesito saber si tú me odias o me amas. Y,
como sea, tenemos un problema.
Stacy.—Te odio y te amo, y amo a Mark.
House.—¿Y a él no lo odias?
Stacy.—No.
House.—Entonces, ¿qué propones?
Stacy.—Intentemos vivir con esto.
House.—Claro, ese plan ha funcionado hasta ahora.
Stacy.—Será cada vez mas fácil. No lo sé, es lo que me dice
mi terapeuta.

A ella se le escapa que su terapeuta le dijo que podría ser fácil y


esto lo lleva a House a darse cuenta de que ha estado hablando de
él en sus sesiones de terapia. Este comentario de ella le crea
curiosidad (por la curiosidad crónica que padece) y quiere saber de
qué modo Stacy habló refiriéndose a él en las sesiones de terapia.
Le pide a una ordenanza que está limpiando que le abra una
puerta donde están las carpetas de historias clínicas de la terapeuta
de Stacy. Lee del archivo las sesiones escritas de Stacy con su
terapeuta.

“Cacería”: episodio (2.07)

Se lo ve a House en su casa, con Wilson, leyendo unos papeles que


fotocopió de la historia clínica de Stacy con su terapeuta y le dice:

Wilson.—¿Te metiste en el consultorio de la terapeuta de


Stacy?
House.—Pedí prestada una llave.
Wilson.—Y robaste las notas de su tratamiento.
House.—No, hice copias, y cito: “Mark es distante, retraído,
pasivo, agresivo, poco comunicativo, está resentido conmigo
porque camino”.
Wilson.—No quiero escuchar esto.
House.—“Platos en el fregadero, no baja la tapa del inodoro,
mientras ella no puede dejar de pensar…”. ¿Qué dice aquí?
“Está obsesionada con un gran doctor”. ¿Ese soy yo? Esta es
la mejor parte —y se la da a Wilson para que lea que Stacy y
Mark no tienen sexo.
Wilson.—¿No tienen sexo? —pregunta sorprendido.

House empezará a intentar ganar el amor de Stacy, usando la


información que encontró en los archivos de su terapeuta. Y es una
buena oportunidad cuando Cuddy le pide a House que la vea a
Stacy por un paciente con SIDA que entró en shock anafiláctico.
House no lo quería atender, agarró el bastón del doctor y cayó al
piso porque él lo soltó.
Como Stacy ese día no fue a trabajar al hospital, House va a la
casa de ella porque tiene que consultarla por una posible demanda
del paciente. Ella tiene que esperar en su casa a un fumigador por
un ratón que vio en su casa la noche anterior. House le dice que el
tema del paciente es aburrido y, aprovechando la oportunidad que
tiene de consultarla en su casa (Mark no está), le dice:
House.—Me agrada la opción de tener sexo esta mañana.
Stacy.—Mark está en fisioterapia. Aquí estoy esperando al
exterminador, vi una rata anoche y casi no dormí.

House le habla de sus recuerdos cuando estaba con ella, cuando


bastaba un poco de sexo y una rápida subida a la montaña Gregory
(metáfora de House) para que se quedara bien dormida; estaba
como poseída, disfrutando y gritando. Luego House decide ayudarla
a lavar los platos, porque leyó en el escrito de la terapeuta que el
marido no los lavaba. Stacy dice:

Stacy.—¿Qué haces?, odias lavar platos.


House.—La gente cambia —tratando de seducirla y
mirándola con gran ternura—. Yo me aseguraría de que
pudieras dormir como un bebé esta noche.

La seduce y quiere conquistarla, sabiendo que con Mark no tiene


sexo. Llega el marido de Stacy y al verlos lavar los platos juntos,
pregunta qué sucede. House le responde con su habitual ironía:

House.—No es lo que piensas, parece que lavábamos platos


pero estábamos teniendo sexo.

House vuelve al hospital y busca entre la medicación un


medicamento para que la rata de Stacy muera por anti coagulación.
Allí está Wilson quien le dice que tratar de recuperar a Stacy
matando a un animal es muy primitivo y House le responde:

House.—No quiero que vuelva, solo quiero que admita lo que


siente por mí.

En esta frase House expresa su deseo al mejor estilo lacaniano.


La frase famosa de Jaques Lacan*es: “El deseo del hombre es el
deseo del otro”.
“Quiero que admita lo que siente por mí”. House desea que Stacy
lo desee, y que además lo admita. Lo que expresa Lacan en esta
frase es que lo que el ser humano desea es que la otra persona (en
este caso Stacy) lo desee. Ser deseable para otro. House hace todo
lo posible para lograr que ella lo desee. Vuelve a la casa de ella y
suben al ático para buscar a la rata, a la que House le puso de
nombre “Steve Mc Queen”.

Stacy.—¿Cuánto vamos a quedarnos aquí?


House.—Hasta que algo pase —con doble sentido hasta que
algo pase entre ellos, no solo con la rata.
Se los ve en una escena de mucha ternura con miradas y
complicidades.
House.—Admítelo, te agrada —siempre en doble sentido.
Stacy.—Sí, la rata —captando lo que él le quiere decir: que
es él quien le agrada.
House.—Quieres saber lo genial que es —en referencia a él.

House y Stacy se piden disculpas mutuamente por las heridas del


pasado y cada uno reconoce el dolor y el sufrimiento que se han
ocasionado mutuamente.

House.—Lamento haberte hecho infeliz —dice sintiéndose


miserable.
Stacy.—Lamento haberte causado tanto dolor.

Quedan a centímetros de besarse, escena en la que vemos el


gran deseo de ambos, la ternura y los sentimientos mutuos. Se
escucha un ruido, la rata entró en la jaula justo en ese momento,
interrumpiendo la escena romántica. House lleva la rata en la jaula
al hospital.
En el hospital, Cuddy le pide a House que vea a Stacy por un
problema con un paciente. Él va a verla para poder seducirla
nuevamente. Él tiene en cuenta los antecedentes que leyó en la
historia de la terapeuta para enterarse qué es lo que siente ella por
él, y así poder enamorarla de nuevo.
En el diálogo que tienen, Stacy se da cuenta de que él leyó su
historial. El plan para seducirla le salió mal. Ella se enoja. House se
va a su casa y, estando solo, mira la jaula de la rata que ayudó a
atrapar en casa de Stacy. Está muy triste y pensativo.

“Problemas de comunicación”: episodio (2.10)

Por un problema legal suyo, House tiene que viajar con Stacy como
abogada del Hospital Princeton Plainsboro para defender su
facturación de Medicare ante la justicia.
Quedan varados por la nieve en el aeropuerto de Baltimore por
una noche. Stacy reservó una habitación en un hotel porque sabe
que House tiene dificultad para dormir en los catres del aeropuerto
por su dolor en la pierna. Solos en una habitación de hotel se besan,
y lo hacen con mucha pasión.
Aunque sea solo un beso, esa escena hizo que millones de
corazones de mujeres que los seguían latieran con ellos. Este
tiempo en la habitación del hotel revela la intimidad de ellos más allá
del sexo. Stacy compara la relación que ella tiene con House con el
“curry”, esa especia picante que pica en el momento, pero se
extraña cuando uno no la tiene.
A House lo llaman del hospital por un paciente que tiene
dificultades para comunicarse. Al no tener un pizarrón a mano, le
pide a Stacy un lápiz de labios y se va de la habitación a un pasillo
donde escribe toda una pared con los síntomas del paciente en
cuestión que le cuenta a su equipo del hospital. Stacy le hace
compañía y le alcanza el cargador del celular que había olvidado en
la habitación.
Toman el avión para volver a Princeton.
“Necesidad de saber”: episodio (2.11)

Al día siguiente House y Stacy, ya de nuevo en el hospital, se


preguntan: “¿Y ahora cómo sigue todo?
Wilson le comenta a Stacy que House está tomando el encuentro
más en serio de lo que ella cree y le dice que él ha suspirado por
ella durante cinco años después de que lo dejó.
Wilson le dice a House que tiene que hacer algo por ella pero él,
no entendiendo bien qué le quiere decir Wilson con “hacer algo”,
responde:

House.—Hay un enorme salto de la “infidelidad es


moralmente mala” a “móntatela”.

Sabemos que House no está de acuerdo con la infidelidad pero


arriesga, y después de ese viaje en el que solo se dieron un beso
muy apasionado, la envía a su casa. House decide hacer el amor
con Stacy y se los ve en la casa de él en la cama. Una escena con
mucho romanticismo y amor.
House cree que ella estaría dispuesta a dejar a Mark y seguir su
vida con él. Le envía una receta para su condición del corazón, una
carta romántica y le pide que se reúnan en la azotea del hospital a la
madrugada. Quiere saber si Stacy está dispuesta a dejar a Mark. Se
abrazan románticamente, con un gran sentimiento de amor en
ambos, y House dice:

House.—Todavía igual —queriendo decir que cuando


hicieron el amor todo fue igual que entonces— ¿Le dijiste a
Mark?
Stacy.—Le dije que trabajé hasta tarde.
House.—¿Le dirás?
Stacy.—Pienso decirle: “Eso que te preocupaba cuando
vinimos aquí, querido, tenías razón”.
House.—Conciso.
Stacy.—Todo es sencillo cuando no te importa herir a alguien.
House.—Ya pasaste esa etapa, él no sabe…
Le está diciendo que no le dirá a Mark de su infidelidad con
House, que ella no lo quiere herir a su marido pero que a
House si lo hirió cuando lo dejó.
Stacy.—Si nunca le digo, no le dolerá, no le haré daño.
Quiero amar a Mark y odiarte a ti, que todo sea simple, pero
no lo es.
House la mira asombrado y dolorido y le dice:
House.—Puedes tener una vida conmigo, o tal vez con él,
pero no ambas, no es posible. No es fácil pero es simple.

Lágrimas recorren las mejillas de Stacy. Él se convence de que no


la podrá hacer feliz a largo plazo, porque no quiere pasar por el
mismo sufrimiento que pasó la primera vez, cuando ella lo dejó.
En estos episodios podemos apreciar los sentimientos de House y
conmovernos con su romanticismo, como cuando está feliz y canta
o cuando envía cartas de amor. En fin, tal como se expresa un
House enamorado que enamora al público femenino. Lo que atrae
mucho a las televidentes es el hecho de que está de acuerdo con la
fidelidad. No juega con los sentimientos de la mujer y no está de
acuerdo con engañar estando en pareja. Y se lo dice a Stacy muy
claramente: “Puedes estar con Mark o conmigo, pero no con los dos
al mismo tiempo”. Como médico es fiel a sus convicciones y como
hombre es fiel a la mujer que tiene al lado.

Conclusión

Para este duelo por la pérdida de Stacy (sumado a otros que tendrá
que enfrentar más adelante), House necesitó un tratamiento de
psicoterapia que realizó con Nolan. Y fue allí que se volvió a
enamorar. ¡El amor hace maravillas!
CAPÍTULO 14

Un padre abusador sexual de su hija

E l episodio “Piel profunda” (2.13) trata el tema del incesto.


Relata la historia de un padre abusador que tiene relaciones
sexuales con su hija. Ella es Alex, una hermosa modelo adolescente
que durante un desfile de modas cae desmayada en plena pasarela,
en medio de otras modelos. Así es como llega al Hospital Princeton
Plainsboro.
Se descubre que tiene drogas en su sistema y tienen que
desintoxicarla previamente. House lo descubre, como siempre,
primero intuitivamente antes de tener pruebas. Con su agudeza
psicológica, nota que Alex ha sido abusada sexualmente. Ha tenido
relaciones sexuales con su manager, que es su padre.
Mientras les muestra una foto en la que Alex aparece muy
atractiva en una revista, les dice lo siguiente a Cameron, Chase y
Foreman:

House.—Muéstrenme una modelo adicta a la heroína que se


vea así, y yo les enseñaré una mujer que ha sido abusada
sexualmente.
Cameron.—¿Esa es su prueba, que ella es atractiva?
House.—Él maneja su carrera, viaja por el mundo con ella las
24 horas, o es un padre muy bueno o uno muy malo. ¿Vieron
esos toqueteos? El hecho que fuera tu hija, ¿podría frenarte?

Al fin se descubre que Alex es hermafrodita. Después de muchas


investigaciones del equipo, descubren que con esa apariencia de
supermodelo y mujer hermosa de gran cabellera rubia, en realidad
es “él”. Tiene cáncer testicular, aunque los testículos son internos y
nunca se pudieron ver.

House psicólogo

House siempre estuvo más interesado en revelar el abuso sexual


del padre de Alex, que el propio diagnóstico. Una vez que confirma
sus sospechas, tiene un total desprecio hacia el padre abusador de
su propia hija. No informa a Servicios Sociales porque necesita que
el padre esté cerca de Alex en el hospital, en caso que se necesite
más información.
Es Cameron quien reporta a Cuddy y ella llama a la Agencia de
Protección Infantil. Cameron tiene miedo de que House tome alguna
represalia contra ella, pero él aprueba su conducta y le dice que ella
hizo lo “que creía que era lo correcto”. Es un mito tenerle miedo a
House, como lo manifiesta Cameron, porque él tiene “ética
profesional” y le dice a Cameron que lo que hizo está bien.
En más de un episodio House no delata a un paciente y no
reporta a Servicios Sociales. No se ocupa de ninguna de estas
cuestiones administrativas y burocráticas, aunque desprecia
profundamente estas conductas y en su interior las condena. Deja
que otros se ocupen de llamar, porque sabe que tarde o temprano lo
harán.
En muchos países, existe la “Ley Universal de Prohibición del
Incesto”. Se lo considera un delito, aunque sea practicado con
consentimiento mutuo entre mayores de edad. Las sanciones
oscilan desde el castigo severo hasta el repudio social. El incesto
está relacionado con el complejo de Edipo*.

Conclusión
Todas las conductas de padres abusadores de sus hijos son
condenables, pues les hacen mucho daño y requerirán tratamiento
psicológico. Cuando el abuso es sexual, como en este caso, pueden
convertirse en un cuadro psicopatológico grave, aunque sea con
consentimiento mutuo.
CAPÍTULO 15

Mujer psicópata

E n el episodio “Sin pistas” (2.15) se descubre que una mujer


psicópata envenenaba con oro a su marido. Nuevamente la
intuición de House va por los caminos raros y la pone en evidencia.
Es la historia de Bob, quien luego de tener sexo con su esposa
jugando a fantasías de violación, queda sin poder respirar. En un
juego un tanto perverso, tapándose el rostro con una media,
simulaba querer violarla. Ella, cuando ve que él se asfixia,
inmediatamente pide una ambulancia.
Bob llega al Hospital Princeton Pleinsboro jadeante porque le falta
el aire, no puede respirar. Pasó por diferentes doctores, los cuales
no encontraron su diagnóstico. Por sus síntomas, House sospecha
que está intoxicado con metales (plomo o cadmio); sin embargo, el
equipo sostiene que puede tratarse de otra cosa, pero él insiste.
Cuando House trabaja con su equipo, vemos desplegada su
agudeza psicológica; por ejemplo en el momento que Cameron dice:

Cameron.—No es un sexópata, es un hombre felizmente


casado.
House.—Eso es imposible.
Foreman.—Si tienen fantasías de violación, son
sadomasoquistas. Y el traumatismo cervical pudo causar
asfixia.
Cameron.—Son bastante abiertos, les pregunté por
enfermedades de trasmisión sexual y me dijeron que
participaron en un “ménage à trois”.
House.—Les apuesto cien dólares a que son tan infelices
como cualquier pareja. Algo están buscando, si eres feliz no
tienes nada que buscar.

House: su psicología y su fidelidad

Aquí revela su pensamiento respecto al concepto de fidelidad,


referido a su honestidad hacia la pareja. Coincide que lo dice de
manera más concreta cuando aparece Stacy nuevamente en su
vida, luego de cinco años de ausencia y ya casada (como se
describe en el capítulo 13). House, todavía enamorado de ella y
luego de un encuentro sexual, le dice: “Puedes estar con Mark o
conmigo, pero no con los dos al mismo tiempo”. Con esta
declaración, House verbaliza lo que piensa sobre la fidelidad y la
felicidad, y esta personalidad es la que enamora a las televidentes
femeninas.
Cameron continúa diciendo:

Cameron.—El trío lo organizó su esposa como regalo de


aniversario y si me preguntan si dos personas se tienen
confianza, un trío cada siete años puede ayudar al
matrimonio.

¿Qué dijo Cameron? El equipo la mira con extrañeza y House,


con su mirada, deja en claro que no aprueba el comentario de ella.
Con ironía, dice que podrían detener un rato el diagnóstico
diferencial y comentar sobre lo que ella dijo.
Cameron tiene apariencia de inocentona pero no lo es tanto. En el
capítulo “Cameron”, se puede ver su personalidad en su totalidad.
House sigue con el diagnóstico diferencial…
Cameron se apega al enamoramiento y a las parejas que se
aman, a cualquier costo. Por eso cuando le tiene que hacer un
estudio a Bob (una espirometría para medir la capacidad pulmonar),
le pregunta a la esposa que está allí:
Cameron.—¿Los juegos de trío los hacen porque se han
aburrido?
Esposa.—No, solo disfrutamos de las fantasías. Los
matrimonios no fracasan porque las parejas se aburran, lo
hacen porque durante el cortejo, cuando son novios, la gente
finge lo que su pareja quiere que sea; pero no puedes seguir
fingiendo siempre.
Cameron.—Tal vez se comporten así cuando novios, pero
luego cambian.

Maravilloso diálogo entre dos mujeres respecto al matrimonio. La


esposa habla de “fingir”, lo cual es un rasgo de su personalidad. Se
irá mostrando más claramente cómo finge en el hospital, muestra
que ama a su esposo cuando en realidad tiene la intención de
matarlo.
Y Cameron, en un pensamiento femenino muy generalizado, por
demás ingenuo y hasta infantil, dice: “Se comportan así y luego
cambian”. Es como decir lo que una mujer piensa de ella y de su
pareja: “Me caso y luego trato de cambiar al hombre que fue mi
novio; o el hombre va a cambiar por sí solo y todo lo que no me
gusta de él, de acuerdo a mis fantasías, lo cambiaré”.
Mientras tanto Bob sigue teniendo diversas reacciones en su
cuerpo y House insiste, cuando habla con su equipo, en que los
síntomas del paciente tienen que ver con metales pesados. Por eso,
les pide que vayan a su casa y busquen plomo, mercurio y arsénico.
Además les pide que averigüen cuando la pareja estuvo en un hotel
de México si pintaron el edificio o hicieron reparaciones de plomería,
siguiendo con su idea de que está intoxicado con metales.
Le pregunta al equipo:

House.—¿A quién hay que hacerle caso: a los síntomas o a


los análisis?
Luego House descubre que la intoxicación es por oro que le daba
su esposa para matarlo. Esto no aparecía en los análisis porque
nadie pensaba que se estaba intoxicando con ese metal.
Pero, ¿cómo empieza House la investigación ante esa sospecha
que tiene? Revisando la cartera de la mujer en el hospital (antes se
lo pidió a Cameron pero ella no quiso hacerlo). House le informa, de
manera deliberada, que es porque necesita saber con qué está
envenenando a su esposo. Así directamente le revisa la cartera,
porque los demás no se atreven a ser tan directos. Pero no
encuentra nada.
Le pide entonces a Cameron, delante de Cuddy, que le revise la
vagina porque sigue pensando que en algún lugar esconde el oro.
Ellas no aceptan y House le dice a Cuddy:

House.—¿Y usted protege a una perfecta extraña (la esposa)


basada en una idea infantil, ilusa y romántica (de Cameron)
de que la gente casada es tan feliz que no se mata?

Cuddy no da su permiso para revisar la vagina de la esposa.


En otra escena Wilson y House miran detrás de un vidrio al
paciente y a su esposa, y Wilson dice:

Wilson.—Sí, ¡es una excelente actriz!

Este es un rasgo de personalidades sociópata* o psicópata* (junto


a muchos otros): la “actuación” que describimos en el capítulo 9 y se
ve reflejada en el personaje de Vogler.
House les pide que hagan un análisis para saber si el paciente
está intoxicado con polvo de oro y, al mismo tiempo, va a su casa a
toda prisa para buscar su equipo de química y hacerle una prueba a
la esposa del paciente. Pidió a Cameron que no la dejaran ir al baño
pero Cameron no la pudo detener, la esposa salió de la habitación y
fue igual.
Justo a tiempo llega House y entra al baño de mujeres, esperando
que no se haya lavado las manos.
La toma de una mano y le explica que cuando vivió en Egipto
aprendió que el cloruro de estaño (lo que fue a buscar a su casa y
con lo se empapó su propia mano) mezclado con oro se vuelve
púrpura brillante. Luego le suelta la mano y esta tiene color púrpura
brillante, con lo que comprueba que todavía hay un resto de polvo
de oro en esta. Por lo tanto, ¡sí estaba envenenando al marido con
ese metal! House agrega:

House.—O sus manos valen oro o estuvo rociando el cereal


de su esposo con “tío malato sádico de oro“; es un remedio
para la artritis que ya no es común en este país pero aún es
común en México.

Luego House camina por los pasillos del hospital con todo su
equipo y se escucha la voz de Cameron que no puede creerlo y
comenta:

Cameron.—¿Cómo puede sentarse día y noche al lado de su


marido, ayudarlo, darle ánimo y al mismo tiempo matarlo?

House psicólogo

House responde con una interpretación muy acertada:

House.—Quizás a ella le satisfacía absorber y extinguir la


vida de un hombre paso a paso y verlo sufrir.

Nadie puede expresarlo de mejor modo que House con esta frase.
Esto es lo que hacen los psicópatas (o sociópatas): sienten
satisfacción o gozan viendo sufrir a otra persona. Ellos pueden
matar de dos maneras. Los psicópatas cotidianos matan el alma de
la otra persona, su parte psicológica, y pueden llegar a destruirla si
no se da cuenta a tiempo.
En el capítulo 9 está claramente mostrado el “psicópata cotidiano”
encarnado en Vogler que utiliza el mobbing con todo el grupo del
hospital.
Y por otra parte, está el psicópata que comete un delito, mata el
cuerpo del otro (literalmente hablando) de diversas maneras. Esto
es lo que hace la esposa de Bob con oro pero puede ser con armas
blancas, con revólveres, etc.
Desde un principio House sospechaba de o intuía la conducta de
esta mujer. Él define exactamente lo que hace el psicópata: se
satisface haciéndole daño a propósito a la otra persona y sacándole
toda su energía; goza cuando hace sufrir. Todo esto, sin que se dé
cuenta la víctima ni tampoco quienes los rodean. Y la conclusión de
Chase que comparte con el equipo es:

Chase.—Lo único que le hizo mal a él es casarse con una


psicópata.

Se ve luego la imagen de dos policías que se llevan a la mujer de


Bob del hospital a la cárcel, con las esposas puestas.

Conclusión

Bob necesitará un tratamiento psicológico. Casi muere porque la


mujer que él amaba lo quiso matar, y él no se dio cuenta. Las
parejas de los psicópatas son víctimas muy dañadas.
CAPÍTULO 16

“Violación ética”: Wilson se acuesta con una


paciente

C uando vemos el episodio “House contra Dios” (2.19),


encontramos que Wilson tiene relaciones con una paciente y
House lo sermonea por salirse de su ética profesional.
House toma como paciente a Boyd, un curandero que se
desmaya en una misa de sanación. El religioso cree que Dios le
habla y siente que es un canal entre Dios y la persona que él toque
con sus manos.
De hecho, él puso las manos sobre Grace, una paciente de
Wilson que padece cáncer y ahora ella se siente mejor. Asimismo,
los análisis de Grace indican que su tumor se está reduciendo. Pero
House, con mente científica y creyendo solo en la lógica y la razón,
no cree que sea por “imposición de manos”. Por lo tanto, investiga
por qué se está reduciendo el tumor.
Pero Chase, que es un antiguo seminarista, se pregunta si tal vez
una “chispa divina” podrá tener que ver en la mejoría de Grace.
A Boyd se le descubre el diagnóstico: herpes sexual; se ha
contagiado un virus por su comportamiento sexual y humano. House
recuerda haber leído un documento italiano de principio del siglo XX
sobre los virus que atacan células tumorales y encuentra la causa:
el virus que Boyd contagia a Grace y hace que el tumor se encoja
por un tiempo. Esta mejoría no fue por la imposición de manos.
Según House, el motivo es que Boyd contagió el virus a Grace.
Más adelante, House descubre que Wilson está durmiendo con
Grace, su paciente de cáncer, y esta conducta es una enorme
violación ética por parte de un médico. Incluso puede hacer que
Wilson pierda su licencia médica. Entonces House le da un discurso,
varios consejos y lo sermonea acerca de lo que está arriesgando si
continúa durmiendo con la paciente.

La ética de House

Esta es la ética de House, su código moral: no se acuesta ni tiene


relaciones sexuales con ninguna paciente, aunque tiene
oportunidades al igual que todos los médicos. Tampoco con
Cameron, aunque ella lo quiera y sea quien le pide una cita; él tiene
la oportunidad pero no lo hace (ver capítulo “Cameron”).

Para reflexionar

El joven traicionó sus principios religiosos al tener una aventura


sexual. Y Wilson traicionó sus principios éticos al tener relaciones
sexuales con una paciente.

Conclusión

La falta de ética de profesionales que se acuestan con sus


pacientes hace que estas personas dañadas psicológicamente
necesiten tratamiento.
CAPÍTULO 17

Adolescente acosadora de House

E n el episodio 3 de la tercera temporada “Consentimiento


informado” (3.03) y en el episodio que le sigue “Líneas de
arena” (3.04), House se encuentra con una adolescente acosadora
llamada Ali que es hija de un paciente y se enamora de él. Veremos
su reacción frente a este asunto.
Son dos maravillosos episodios ya que, además de tener una
enamorada acosadora de 17 años, tiene dos pacientes con
diagnósticos difíciles: Ezra Pawel, un renombrado investigador y
Adam, un niño autista.
Ali conoce a House cuando acompaña a su padre al hospital
porque no tiene apetito, le duele todo y está débil. Es entonces
cuando House le diagnostica un rino-virus, es decir un resfriado.
Le hace preguntas y refieren que la familia estuvo de vacaciones
en Fresno, un lugar en California. Cuando House se va del
consultorio, se le caen unos papeles y Ali corre a levantarlos
diciéndole de manera muy seductora:

Ali.—Si se le ocurre otra cosa, llámenos a casa.

Ali acosa a House, lo llama una infinidad de veces al celular y él le


dice que llame al hospital. Por eso, se aparece en los pasillos del
hospital y al verlo le explica:
Ali.—Dr. House, ¿cómo está? No lo estoy acosando, mi papá
perdió la medicación y tuvo que volver por otra receta. ¿Por
qué no contestó mis llamadas?
House.—Iba a hacerlo en unos años —con ironía porque Ali
tiene 17 años.
Ali.—Solo iba a decirle gracias, me impresionó que
diagnosticara a mi padre con solo mirarlo.
House.—También palpé sus glándulas.

Le quiere decir que no adivina un diagnóstico sino que tiene


evidencias.

Ali.—Ah, no tiene que esperar años para contestar mis


llamadas. Solo seis meses, hasta que cumpla los 18.

Al irse Ali del hospital, House la mira caminar y nota que asoma
su tanga roja por arriba del pantalón hacia la cintura. Ese detalle lo
hace pensar creativamente, como le ocurre muchas veces, en lo
que puede ser el diagnóstico de otro paciente…
Entonces busca a su equipo y les dice: “Congo rojo”. Establece
así una asociación de ideas, en este caso con esa tintura que
serviría para que el equipo tiñera una muestra empleada en el
diagnóstico de amilodosis de su otro paciente a punto de morir. Ellos
tiñen una muestra del tejido del paciente y el resultado es positivo.
¡Un genio! En el pensamiento de House funcionan continuamente
las asociaciones de ideas para descubrir diagnósticos complicados.
House tiene estas “asociaciones” muy a menudo y su cerebro las
realiza de modo inconsciente. Esto es justamente lo que los
psicoanalistas le dicen a un paciente: “Asocie libremente”. En Freud,
la asociación es una palabra tomada del “asociacionismo” para
designar toda ligazón entre dos o más elementos psíquicos (ideas,
palabras, frases), cuya serie constituye una cadena asociativa.
A House estas cadenas asociativas se le presentan como un
mecanismo que aparece automáticamente y liga así dos o varios
elementos psíquicos.
Chase le pregunta:

Chase.—¿Cómo pudo sacar esa conclusión?


House.—Ayudó una musa.

Alude a las musas inspiradoras, lo cual les ocurre a las mentes


creativas que muchas veces no tiene explicación de por qué les vino
la inspiración, solo les viene y crean. Tal como lo hacen los genios,
los músicos, los poetas, etc. En el capítulo “Estrategia de los genios”
veremos qué los inspira a ellos para crear.
Siguiendo con la historia de Ali, la acosadora de 17 años… House
llega a su oficina y encuentra sobre su escritorio una tarjeta de Ali
con una portada: “Fresno de noche”. La abre y ve que es un
calendario con el día de su cumpleaños 18, marcado con una cruz
roja, y lee: “Seis meses y contando”. Con ese mensaje concluye el
episodio.
En el próximo episodio “Líneas de arena” (3.04), House entra en
un consultorio de Clínica y la ve a Ali que le dice:

Ali.—Hola Dr. House.


House.—Hola niña cuyo nombre no recuerdo, pero cuyo
padre atendí, así que no sé qué haces aquí.
Ali.—Creo que mi papá me contagió ese rino… no sé qué.
House.—Claro.

Ali se descubre el pecho bajándose el suéter con actitud


seductora. House le dice que la podría haber revisado con la blusa
puesta, que no tenía que haberse abierto la blusa; la revisa y ella le
dice:

Ali.—¡Qué calidez! —siempre muy seductora.


House.—¿Cuándo se terminaron los muchachos sexies de
17 años en Nueva Jersey?
Ali.—Hace unos treinta días, he estado muy sola.
House.—¡Felicidades!: eres la poseedora de tu propio rino…
no sé qué —en alusión al resfrío.

En otro momento, Cuddy se encuentra con House y le dice que su


“novia” (cree que lo es) llamó a la clínica como quince veces
preguntando por él. Es una acosadora, ni su madre se interesa tanto
por usted, más vale que no se esté divirtiendo. Él le dice que se
divierte, pero sin sexo, con su habitual ironía.

Cuddy.—Notificaré a seguridad.
House.—Déjela en paz, no es peligrosa, es perspicaz.

Wilson le dice a Cuddy que House no tendría sexo con una


paciente de 17 años. Además sabemos que por su ética jamás lo
haría, primero porque es una menor y segundo porque es una
paciente. Recordemos que desaprueba a Wilson en el capítulo 16 al
descubrir que tuvo sexo con una paciente.
Ali lo espera a House a la salida del hospital, sentada en su moto;
él le anuncia que ella está en problemas por estar ahí y que todo el
mundo piensa que es una acosadora y ella responde:

Ali.—Hoy soy menor de edad pero en 22 semanas podría


hacer lo que quiera conmigo. ¿Seré tan distinta en 22
semanas? —totalmente seductora.
House.—Dije que se terminó.

Al día siguiente, Ali está en la oficina de Cuddy. Entonces House


va hacia allá y le dice:

House.—¿Tienes idea de lo que podría suceder si estuvieras


conmigo? Los dos terminaríamos en la cárcel.
Ali.—Solo me dices eso para que me vaya.
House.—No, lo digo porque es cierto. Si no estás con alguien
de tu edad lo lamentarás, quizás no hoy, pero pronto y por el
resto de tu vida.
Ali.—¿Qué pasará con nosotros?
House.—Siempre tendremos Fresno.

Le pregunta si hubo un terremoto cuando la familia estuvo en


Fresno, se acerca a ella, observa sus lágrimas y le dice que tiene
una espora de hongo (coccidioides immitis) en el cerebro. No es
amor, es algo común en California, hay un temblor y salen liberadas
al aire; al liberarlas te resfrías, tienes congestión nasal, lágrimas
lechosas… y muchas veces pérdida de inhibición y de juicio. De
este modo, House descubre que los sentimientos de Ali hacia él son
por respirar esporas liberadas después de un terremoto durante sus
vacaciones familiares en Fresno y Ali dice:

Ali.—Entonces amarte a ti, pretender sexo contigo, ¿es solo


por la espora?

House le hace una receta y, mientras se va del consultorio, le


dice:

House.—Quizás vivirás.

La ética de House

House no tiene sexo con ninguna paciente del hospital, mucho


menos con una menor. Él mantiene su ética.
Todo el tiempo observamos las enseñanzas anexas que tiene
House con los pacientes. Una vez más, no hay que creer que él no
ve a sus pacientes, de hecho los ve a todos y a muchos les da algún
consejo o enseñanza para sus vidas. Cuando House le dice a Ali
que no tiene ninguna oportunidad con él, también le da una
enseñanza: si intenta tener sexo con personas mayores que ella, lo
lamentará.
Conclusión

Muchas menores que tienen sexo con adultos a la larga necesitarán


tratamiento psicológico, exactamente como se lo dice House: “Si no
estás con alguien de tu edad, lo lamentarás por el resto de tu vida”.
CAPÍTULO 18

Mujer violada

E n el episodio “Un día, una habitación” (3.12) se entrecruzan


temas de medicina, psicología y filosofía, todo esto en un
entramado entre la violación y el aborto reflejado en la historia de
Eve, una hermosa joven.
Cuddy obliga nuevamente a House a dar consulta externa y, entre
varios pacientes de Clínica, tiene que ver a Eve. Ella es una joven
víctima de violación que fue diagnosticada con clamidia (causada
por una bacteria que se trasmite por vía sexual). Como House no se
siente preparado para atender este caso, le pide a Cuddy que se lo
reasigne a otro profesional; sin embargo, Eve no desea hablar con
nadie que no sea House.
Si bien House en este episodio tiene como caso principal a Eve,
una paciente que no sufre una enfermedad que deba diagnosticar
fiel a su estilo, ella posee un problema de índole psicológica y
filosófica. Es interesante ver diferentes puntos de vista en los
diálogos: cómo perciben el mundo un científico como House y una
paciente estudiante de Filosofía y Religiones Comparadas. Y
aunque House no está interesado en tratarla, tiene curiosidad por
saber por qué ella lo eligió a él. Le pregunta: House.—¿Por qué me
quieres a mí?
Eve.—No lo sé.

House se va de la habitación de Eve después de explicarle que,


por estar físicamente sana, él no tiene nada que tratar y la deriva a
una psiquiatra. Pero Eve, en un descuido de la psiquiatra, toma
tranquilizantes y le tienen que hacer un lavaje de estómago.
También tiene un intento de suicidio, no habló ni una palabra con la
psiquiatra y ahora está internada.
House, intrigado porque ella solo habla con él, va nuevamente a
la habitación y le dice que se está recuperando físicamente. Quiere
saber por qué lo quiere a él como su médico, pero ella no lo sabe
racionalmente.

House es psicólogo sin darse cuenta

Refiriéndose a la violación, él le dice que no fue su culpa, que ella


no hizo nada malo: “Un imbécil te hizo daño”.
Lo que ella comparte con House es por un lado empatía*, que es
la intuición de quien escucha para poder entender y ayudar al otro.
Y por otro lado, sucede lo que Freud llamaría transferencia* (en este
caso positiva). El paciente pone al terapeuta en el lugar de los
padres, hermanos, mentores y personas significativas que le
hicieron bien en su vida, y desde allí les habla a ellos en la figura de
House. Esto se produce en Eve sin que ella ni el doctor sepan el
motivo. A ella le hace bien terapéuticamente.
Lo curioso es que esto no le sucedió con la psiquiatra con quien
no tuvo ni empatía ni transferencia. House ocupa el lugar de
psicólogo, sin querer. Respecto a este fenómeno, Freud afirma que
la transferencia en un encuadre analítico ocupa un lugar central para
la cura.
En otro momento, Eve quiere seguir hablando con House (aunque
sea de nada en particular) y le dice que el tiempo lo cambia todo,
pero House le contesta: House.—Eso no es cierto, hacer cosas
cambia las cosas, no hacer nada deja todo tal y como estaba.
Este es un concepto central en el Dr. House: si él no hiciera nada,
muchos pacientes habrían muerto. House es un “hacedor” constante
y provoca que las cosas cambien. Con esta paciente, que necesita
hablar con él, se acerca a la habitación para escucharla. Al final del
episodio, podemos ver cómo en esa última conversación toma una
decisión y queda aliviada. Ella cambia porque House, con sus
acciones, logra un cambio en la paciente.
Eve le cuenta que estudió Religión Comparada en la universidad;
como él estudió Medicina, le pregunta con mente de científico:
House.—¿Por qué confías en mí?
Eve.—No lo sé, podemos…

House no se explica cómo ella, siendo estudiante de Religiones


Comparadas, quiera hablar con él que es tan racional.
Pero lo cierto es que ella tiene la intuición de que tienen algo en
común. House le dice: House.—Eso no es racional.
Eve.—Nada es racional.
House.—¡Todo es racional!
Eve.—¡Me violaron! Dime, ¿cómo lo razonas tú?

House razona la violación de esta manera:

House.—Somos muy egoístas, animales que se arrastran por


la tierra y, solo porque tenemos cerebro si lo intentamos de
verdad, tal vez podamos aspirar a no hacer algo demasiado
malvado.

El violador sería un animal que no parece tener cerebro, que no


razona, porque si lo hiciera, no haría algo tan malvado. Y aquí
encontramos uno de los razonamientos más interesantes de House
que une dos fuentes de conocimiento: la racional que es propia de
un científico y la psicológica que estaría impregnada del
razonamiento que él tiene.
La primera corriente proviene de la corriente de pensamiento de
René Descartes: “el racionalismo”*. Este sostiene que la fuente de
conocimiento es la razón (House siempre se apega a ella). Y la otra
es de Freud quien dice que el niño es “un perverso polimorfo”*. La
mayoría de los violadores son perversos que quedaron anclados a
estas etapas anárquicas de la sexualidad de la niñez. No pueden
comportarse como adultos normales y House lo expresa
brillantemente cuando dice: “Se comportan como viles animales”.
Alude a un violador o a cualquier persona que no llega a usar la
razón correctamente porque, si lo hiciera, podría aspirar a hacer
algo no demasiado malo. Estos seres que pareciera que no usan la
razón son los asesinos, los violadores, los estafadores, etc., a
quienes House llama viles animales.
Eve insiste en que si a House le pasó algo horrible, se lo diga:

House.—¿Qué quieres que te diga?


Eve.—Tú querías hablar de algo importante, ¡dilo!

House, muy nervioso y preocupado, le da un calmante que la


duerme y sale de la habitación, en busca de los consejos de los
demás…
El consejo de Wilson es que le diga la verdad porque lo que
intenta es conectarse con él. Esto es lo que le da miedo a House,
que Eve le pregunte sobre su experiencia de vida.
Cameron le aconseja que le diga que su vida fue buena porque el
paciente quiere esperanza. Esto es lo que hace siempre Cameron,
no decir la verdad y dar esperanzas.
Foreman sugiere que le diga que la vida de House apesta, que
fue terrible. O que le diga que, como ella cree que va a sanar, que
actúe como si estuviera sano. Foreman, como siempre, con ironía
hacia House.
Y por último, Chase le dice:

Chase.—Manténgala dormida. No hay respuesta equivocada


ni correcta.
Típico de Chase, no se involucra ni le importan demasiado los
pacientes. A lo que House responde: House.—¡Error! No sabemos
cuál es la correcta.
Después de consultar a todos los de su equipo, va de nuevo a la
habitación de Eve, la despierta y le dice: House.—No es tan malo
como lo que te pasó a ti, aunque no sé lo que te pasó a ti, pero por
cómo estás respondiendo debe ser peor que ser abusado por tu
abuela.
Aunque House no da más detalles, miente. Más tarde cuenta que
en vez de la abuela fue el padre y, de alguna manera, revela el
maltrato infantil en su propia vida.
Eve le pregunta:

Eve.—¿Qué te hizo?
House.—Mis padres viajaban mucho y me dejaban con ella,
le gustaban las cosas a su manera y creía en la disciplina;
nunca me porté mal cuando estuve con ella, tenía miedo a
que me obligara a dormir en el jardín o a bañarme con hielo.
Tu turno.

Eve no le cree y House exclama: “¡Qué más da!”. Si le pasó o no


a él, a cualquier persona le pasa: médicos, carteros, abogados. Eve
les dice que ellos no están en esta habitación. Y House le dice:
House.—¿Basarás toda tu vida en la persona que está contigo en
una habitación?
Eve.—Basaré este momento en la persona que está conmigo
en esta habitación; así es la vida, una serie de habitaciones y
las personas que están en esas habitaciones son la suma de
nuestra existencia.

Cuánta verdad en estas palabras de una estudiante de Filosofía.


¡Qué razonamiento profundo! Es tal y como decimos los psicólogos:
“El ser humano se construye con los otros”. Los otros nos generan
sentimientos profundos de todo tipo: amor, confianza, compasión,
miedo, enojo, odio, sufrimiento, abandono, culpa, injusticia,
ansiedad, preocupación, etc. Sin embargo, precisamos la
interacción con ellos, los necesitamos para desarrollar nuestras
capacidades cognitivas y emocionales y nuestros atributos morales.
Desde niños empezamos con una dependencia hacia quienes nos
criaron. Y la primera habitación es el seno materno para, después
del nacimiento, pasar a estar en otra habitación.
Esto fue expresado de un modo brillante por Judith Viorst:
“Comenzamos la vida con una pérdida. Somos expulsados desde
las entrañas sin un departamento, sin tarjeta de crédito, sin trabajo y
sin coche. Nuestra condición de recién nacidos solo nos permite
chupar, sollozar y aferrarnos a otro cuerpo. Nuestra madre está
situada entre el mundo y nos protege del desconcierto y de la
ansiedad”*.
Y luego, a lo largo de la vida, cada ser humano seguirá
interactuando en otras “habitaciones” y con otros. De este modo, se
irán desarrollando las diferentes capacidades en permanente
interacción con los demás seres humanos.
La interacción social modelará nuestra identidad, porque los otros
y cada “habitación” en la que participemos guardarán el secreto de
lo que necesitamos. Así se va construyendo la personalidad de cada
uno, al asimilar maneras de ser de otros y proyectar en ellos las
nuestras. Modelaremos a los demás en cada interacción, e iremos
construyendo nuestra propia manera de ser y nuestra autoestima.
Continuando con el episodio, en la habitación de Eve está House
y en ese momento Cuddy abre la puerta y lo llama para que salga
afuera. House le dice que lo tiene que liberar de esta paciente
porque no hay nada que diagnosticar, y Cuddy le informa que está
embarazada. Él vuelve a la habitación y trata de convencerla de
abortar, pero ella no quiere. Ambos debaten sobre la moralidad del
aborto. A continuación un diálogo imperdible sobre el aborto y la
violación, para seguir debatiendo: House.—El procedimiento de
interrupción no es agradable.
Eve.—No quiero interrumpirlo.
House.—¿Quieres conservar al bebé?
Eve.—El aborto es un crimen.
House.—Cierto, es una vida que tienes que ponerle fin.
Eve.—Toda vida es sagrada.
House.—¡Ah, por favor! ¡No cites frases de las calcomanías!
Eve.—Es cierto.

House.—No tiene sentido (la frase).


Eve.—Toda vida es sagrada para Dios, a Él le importa la vida
de todos.
House.—A mí no me parece y, juzgando por el número de
desastres naturales, tampoco a Dios.
Eve.—Solo estás argumentando.
House.—Sí, suelo hacerlo. ¿Y Hitler? ¿También su vida era
sagrada para Dios? ¿El padre de tu hijo? ¿Su vida es
sagrada para ti?
Eve.—Mi hijo no es Hitler.
House.—¿Toda vida es sagrada o es…?
Eve.—¡Basta! ¡No quiero hablar más de Filosofía!
House.—Pero… ¿no vas a matar al bebé de tu violación a
causa de una filosofía?
Eve.—Es criminal, estoy en contra de abortar. ¿Tú estás a
favor?
House.—En general no. No como regla general.
Eve.—Solo para mujeres violadas…
House.—Sí, el problema de las excepciones a las reglas es
dónde marcar los límites. ¿Tendría sentido matar al cerdo
que te hizo esto? El problema es el límite. ¿A qué cerdos
matamos y a qué cerdos dejamos seguir viviendo? Lo bueno
de la discusión sobre el aborto es que podemos discutir,
sobre los trimestres, pero al final hay un límite bien dibujado:
el nacimiento. Moralmente hay una gran diferencia, pero en la
práctica es abismal.

Eve distrae a House nuevamente en la conversación hacia lo que


ella quiere: saber más de él, de su aspecto personal.
Tal como ocurre en la realidad, muchos pacientes quieren saber
de la vida personal de su doctor o de su terapeuta.
En este caso, es para saber si hay un espíritu afín; o si también
está dañado psicológicamente, como lo está ella. Ella siempre lo
percibió.

Eve.—¿Te gusta esta conversación?


House.—Es la clase de conversación que se me da.
Eve.—¿Pero la otra clase, la personal, se te da?
House.—No hay respuestas. Y si no las hay, ¿para qué
hablar de ello? Tienes salud, no debes estar aquí.
Eve.—No quiero irme.
House.—Bien, no te daré el alta, ¿quieres salir a caminar?

A continuación, en la anteúltima escena del episodio, se muestra


a House y a Eve ya no en una habitación sino en el parque,
sentados en un banco de plaza: House.—Si crees en la eternidad, la
vida es irrelevante, igual que un insecto es irrelevante en
comparación con el universo.
Eve.—Si no crees en la eternidad lo que haces aquí es
irrelevante.
House.—Tus acciones aquí son lo único que importa.
Eve.—Entonces nada importa, de aquí al final no hay
consecuencias, no podría vivir así.
House.—Entonces, ¿necesitas creer que el tipo que te hizo
esto recibirá un castigo?
Eve.—Necesito saber que la vida tiene un significado, ¿es
razonable?
House.—Sí. ¿Te sientes cómoda ahora? ¿Te sientes bien
ahora? ¿Cálida por dentro?
Eve.—Fui violada. ¿Cuál es tu excusa? ¿Crees que ese
sujeto alguna vez se arrepienta?
House.—¿Eso te ayudaría? ¿Te haría sentir mejor? ¿Eso
sirve?
Eve.—¿Por qué insistes en hacer eso? ¿En hacer preguntas
en lugar de contestarlas?
House.—No me interesa la respuesta, no me importa lo que
él sienta, me importa lo que tú puedas sentir.
Eve.—¿En serio?
House.—Estoy en la habitación contigo, ¿no? ¿Por qué me
elegiste?
Eve.—Hay algo que puedo ver en ti, estás herido igual que
yo.
House.—Era verdad, no era mi abuela pero era verdad.
Eve.—¿Quién fue?
House.—Fue mi padre.
Eve.—Ahora sí, quiero contarte lo que me pasó —dice con
lágrimas en los ojos y con mucha angustia.
House.—Quiero escucharlo.
Eve.—Ese día era el cumpleaños de mi amiga…

En la última escena, House está jugando al metegol con Wilson;


entra Cuddy y House dice: House.—Lo interrumpió, ella terminó el
embarazo, le dimos el alta.
Cuddy.—Estará bien —sin saber la verdadera historia.
House.—Sí, así de simple —con ironía, sabiendo por lo que
pasó en realidad la paciente y conociendo en profundidad su
historia.
Wilson.—¿Seguirás viéndola?
House.—Cada día “una habitación”.

Eve ve un espíritu afín en House y revela: “Hay algo en ti como si


también estuvieses herido”. Entonces él le revela que es un
“sobreviviente del maltrato de menores”.
Eve menciona que nuestras vidas están conformadas por una
serie de habitaciones y por las personas con las que pasamos
tiempo en estas. House le puede confesar a Eve algo que quizás no
había hablado nunca antes. Es la revelación de la historia del Dr.
House.
Esto tiene relación con el episodio de la segunda temporada “Piel
Profunda” (2.13), en el que Foreman y House mantienen este
diálogo: Foreman.—¿Por qué su mente siempre piensa tan rápido
en el abuso?
House.—Tuve un tío divertido.
Foreman.—¿Abusaron de usted?
House.—¿Qué? No. ¿Por qué su mente piensa en eso tan
rápido? Solo tuve un tío divertido, buenas historias, siempre
sucias.

House dice y no dice nada, da a entender… y podríamos pensar


que en vez del tío (al igual que la abuela), fue el padre. En esta
serie, se continúan las historias de temporada en temporada, así
como ocurre en la vida real, y no consecutivamente, de episodio en
episodio. ¡Una genialidad autoral!

Para reflexionar

La violación produce en las mujeres un gran daño emocional y,


además de eso, corren el riesgo de quedar embarazadas. Como se
insinúa en este episodio puede ser un familiar, como el padre o el
tío. El aborto en estos casos sigue siendo un tema de discusión.
¿Qué postura se toma desde las distintas instituciones? En algunos
países el aborto es legal.
La violación en hombres también deja un gran daño psicológico,
sobre todo, si ocurrió cuando fueron niños.
CAPÍTULO 19

House enamorado de Lydia

E n los episodios “Destrozado” (6.01) y (6.02) House expone su


humanidad, su lado vulnerable. Confiesa que quiere ser feliz y
entrega su corazón.
House se interna de manera voluntaria en el Hospital Psiquiátrico
Mayfield porque desea curarse de sus alucinaciones. Llega allí
como paciente porque tiene conciencia de la enfermedad, por lo
tanto tiene posibilidad de curación. También transita por un proceso
de desintoxicación.
Sin Vicodin en su sistema, las alucinaciones desaparecen y
aunque continúa con dolor en su pierna, quiere irse. Le pide el alta a
Nolan, su terapeuta: House.—Estoy mejor, nada de analgésicos ni
alucinaciones. Me duele la pierna pero es controlable.
Nolan.—Te sugiero que te quedes, si las alucinaciones eran
por el Vicodin, ¿por qué no te internaste en rehabilitación?
House.—Porque me hicieron pensar que estaba loco.

A House le preocupaban muchísimo sus alucinaciones. ¿Qué


haría sin su capacidad de razonamiento? La razón es lo que más lo
sostiene como profesional de la medicina y a él le interesan mucho
más su pensamiento y su razonamiento que sus emociones, a las
cuales reprime. Piensa que las emociones lo hacen perder su
capacidad de razonar correctamente pero al reprimirlas, retornan
sus alucinaciones.
Para Freud la represión* consiste en mantener y apartar de la
conciencia todo aquello que provoca displacer: pensamientos,
imágenes, recuerdos. House reprimió muchas cosas en su vida: las
muertes de pacientes, de colegas como Kutner y Amber y de su
padre, su separación de Stacy, etc. Reprimió su parte afectiva y se
puso una coraza. Y todo lo que se reprime, regresa y aparece luego
deformado (disfrazado) en alucinaciones, sueños, etc. La represión,
según Freud, es un mecanismo psíquico universal y si bien se
manifiesta en afecciones mentales, como las patologías, también se
manifiesta en la psicología normal.
Freud lo llama retorno de lo reprimido. Estos contenidos que a
House le provocaron displacer, primero los reprimió y quedaron en
el inconsciente. Pero en algún momento reaparecen e irrumpen
nuevamente a la conciencia, ahora de un modo deformado. Nunca
desaparecen sino que reaparecen en el plano consciente: en
sueños que a veces son pesadillas; en House aparecieron
produciéndole alucinaciones.
Estas alucinaciones lo llevaron a pensar que estaba loco y lo que
más reprimió es su emoción, sus afectos.
Nolan se lo sugiere porque antes no tenía problemas para dormir
ni delirios, hasta que murieron dos colegas y su padre. Le explica
que sus problemas van más allá del Vicodin y afirma que tiene un
problema para relacionarse con la gente.
House, no de muy buena gana, lo acepta. Se va integrando,
conociendo a todos, y su papel de líder y médico no lo pierde. Hasta
que conoce a Lydia, que está en un salón tocando el piano, y le
dice: House.—La musicoterapia es más eficaz si hay pacientes que
la escuchen.
Lydia está tocando el piano para su cuñada, no es
músicoterapeuta, y le cuenta que cuando su cuñada estaba bien
tocaba el violoncello para la Filarmónica de Filadelfia; ahora no
habla y tiene la mirada perdida.
House le sugiere que podría responder mejor al violoncello,
porque Lydia cree que tocando el piano para ella de algún modo se
comunicaba. House le dice que su cuñada se mueve de acuerdo a
las pulsaciones (observación de médico) no al ritmo del piano. Lydia
responde que la próxima vez le traerá el violoncello y así lo hace.
House la ve desde la ventana cuando llega en el auto, se lo pide
prestado, ella accede y van a dar una vuelta. House le pregunta:
House.—¿Por qué eres tan amable conmigo?
Lydia.—Porque creo que tienes un gran corazón.

House lleva a un paciente a un parque de diversiones en el auto


prestado de Lydia; cuando están por volver y subir al auto, el
paciente quiere volar (delira) y se tira del estacionamiento a la calle.
Cuando vuelven al hospital, Nolan le dice que lo va a transferir a
otro lugar pero House le dice que no lo haga y le pide ayuda
terapéutica.
Este pedido, comúnmente llamado “demanda de terapia”, es lo
más importante para un paciente (en este caso House) que se
quiere curar, y también para el profesional que puede trabajar
terapéuticamente.
House va al consultorio de Nolan y él le pregunta:

Nolan.—¿Qué quieres?
House.—Recuperarme, o lo que eso signifique, me harté de
estar triste.
Nolan.—Entonces, ¿quieres ser feliz?
House.—Otra vez con reflexiones, sí, me gustaría ser feliz.
Nolan.—Ser feliz es una gran meta. Muy pocos pacientes
pueden cristalizar esto.
House.—Bueno, bien por mí.
Nolan.—Y ahora debemos ver cómo podemos hacer para
llevarte a la felicidad.
Nolan va a la habitación de House y le lleva un traje. Le dice que
quiere que confíe en las personas y le pide que se vista. Luego van
a una reunión, del estilo de una fiesta de caridad, y se encuentra
con Lydia; ella le pregunta en referencia a lo que pasó con el
paciente cuando ella le prestó el auto: Lydia.—¿Estás en
problemas?
House.—Parece que no. ¿Por qué no estás enojada por
haber robado tu auto?
Lydia.—Hacerlo fue lindo. Aunque fue un error, algo
irresponsable pero también fue lindo. Le diste un momento de
felicidad pura.

Lydia ve la parte oculta de House detrás de su coraza: su gran


sensibilidad, su gran corazón. Ella le dice que se va y le da un beso
en la boca, con gran ternura; lo sorprende a House, aunque se
vislumbran sentimientos en ambos. Vuelve a su habitación,
pensativo.
Al otro día en el consultorio de Nolan dice:

House.—Ella me besó… no leas entre líneas, nos besamos


uno al otro.
Nolan.—¿Y cómo te sientes?
House.—¿Cómo me siento? Fue un beso. Los besos son
buenos.
Nolan.—Bien.

Los dos saben que Lydia es casada y Nolan le pregunta a House:

Nolan.—¿En qué concluye la historia?


House.—No lo sé.

Al otro día, durante el horario de visitas, llega Lydia y House la


está esperando. Luego están los dos sentados en la banqueta del
piano y le pregunta: House.—¿Por qué besarme?
Lydia.—Me gustas. ¿Cuántas razones hay? Me gustas, sentí
que era una linda forma de demostrártelo.

El se pone frente al piano y toca la misma canción que ella le


tocaba a su cuñada, la mira seductoramente y con mucha ternura y
los dos sonríen al compás de la música. En ese momento se dan
vuelta y ambos ven al paciente que House llevó en el auto de ella y
se tiró por una ventana del estacionamiento, saliendo de un
ascensor en silla de ruedas, enyesado.
En otra escena, House espera a que Nolan lo atienda, entra al
consultorio y el terapeuta le pregunta: Nolan.—¿Cómo te fue con
Lydia?
House.—Descubrí que puedes ser feliz hasta que el paciente
con dos miembros rotos salga del ascensor… filosóficamente
hablando.

Luego aparece la imagen de House que está pensativo en el sillón


de un pasillo del Hospital Psiquiátrico Mayfield, llega Lydia, se sienta
a su lado con un papel en la mano y le dice: Lydia.—Traje a Dvorak
(compositor de piano)… a cuatro manos.
House.—Necesito saber qué es esto —lo dice no por el papel
en el que está escrita la composición de piano, sino en
alusión a la relación entre ellos.

House se pregunta por qué ella se acerca tanto a él, siendo


casada.

Lydia.—Una partitura —con cara muy pícara—. Te lo dije son


solo dos personas divirtiéndose.
House.—Hay dos posibles resultados: termina y alguien sale
herido o no se termina y alguien sale herido.
House se refiere al hecho de que ella es casada y que de
ambos modos alguien sufrirá; lo más probable es que sea él.
Lydia.—Ah, el final es trágico, no significa que el principio
deba ser así, todo se acaba, la vida es igual, no significa que
no podamos disfrutar.
House.—No puedo hacer esto —devolviéndole el papel con
la partitura.

Por un lado House tiene un gran concepto de la fidelidad, ya lo


vimos cuando le dice a Stacy que ella puede estar con su marido
Mark o con él, pero no con los dos al mismo tiempo. La fidelidad es
una postura de House. Y por otro lado, están los duelos que a
House le cuesta tanto elaborar y lo hacen sufrir tanto.
En este caso, no quiere seguir en este juego que le propone
Lydia, lo ve peligroso para sus emociones y para lo que piensa
acerca de la fidelidad.

Lydia.—Solo sé que hace cinco minutos era feliz y ahora, no


lo soy, ¿eso es mejor?
House.—Adiós Lydia —se levanta y se va.

Otro día, House entra al salón, la ve a Lydia llorando y le dice:

House.—Perdóname por hacerte a un lado, lo hago cuando


tengo miedo.

Aquí House le confiesa a Lydia su miedo y que es capaz de pedir


disculpas, cuando cree que ha hecho daño a alguien. Conducta
nada psicópata y muy sentimental. Y con su habitual sentido del
humor, para que ella salga de ese estado de angustia, le dice:
House.—Pero la traducción al alemán puede ser diferente.
Lydia.—No estoy llorando por ti; lloro porque soy patética,
traje un violoncello en caso de que mágicamente despertara
para el espectáculo…

La terapeuta había propuesto un espectáculo con los internados.

House.—Entonces retiro mi disculpa… todos somos


patéticos. Es lo que hace que todo sea interesante.
Lydia.—Estoy harta de que la vida sea interesante.
Aquí somos testigos de una de las escenas más románticas de la
serie: House se acerca donde ella está sentada, le ofrece su mano
para que se levante, se abrazan y ambos bailan en el salón sin
música. Un momento de gran emotividad en que ambos se
muestran con gran amor para dar. Ella llega profundamente al
corazón de él debido a su capacidad de dar.
Y lo hace de distintas maneras. Por un lado, aparta horas varios
días a la semana para que su cuñada se recupere a través de la
música. Y le presta a House su auto para que sea feliz, disfrutando
con un paciente.
House abre una puerta, la lleva a Lydia a una habitación con él y
en una semipenumbra le saca lentamente la ropa. Vemos una
escena de verdadero amor, de gran ternura, de enamoramiento, que
sugiere un encuentro sexual donde los ojos celestes de él están
humedecidos por la emoción: un momento de gran felicidad que
enamora a las televidentes.
Un House totalmente emocionado, con una gran capacidad de
amar en lo más profundo de su corazón. Aquí puede dar rienda
suelta a sus sentimientos y amar, lejos de su lugar de trabajo, sin la
presión de sus obligaciones profesionales.
En su profesión de médico prima la razón, por eso usa una coraza
para reprimir sus emociones, para mantenerlas a raya, para no
distraerse, para que no muera ningún paciente. Cuando se enamora
de Lydia y hacen el amor, puede expresar sus emociones y llorar.
El momento culminante del personaje del Dr. House, donde se lo
puede ver desnudando sus emociones al máximo.
Pero la vida sigue. House logra que dos pacientes puedan
comunicarse y empezar a hablar, al hacerlos escuchar una cajita de
música en el hospital psiquiátrico.
Uno de ellos es la cuñada de Lydia. House le dice a ella que le
tiene una sorpresa, la toma de la mano y la lleva a ver a su cuñada
Anny que está tocando el violoncello. Lydia se emociona hasta las
lágrimas. Finalmente a la cuñada le dan el alta y se va del hospital.
House se entera por Nolan que Lydia se va con toda la familia a
Arizona y le pide salir de noche. Toca el timbre en la casa de ella
quien le cuenta que su esposo viaja mucho, hace años querían
viajar todos pero estaban atados a Anny. A lo que House responde:
House.—No quiero que te vayas.
Lydia.—No me quiero ir, pero no puedo dividir a mi familia y
dejar a mis hijos —con lágrimas en los ojos.
House.—Quiero que todo siga igual. No quiero que esto
cambie —lo dice con gran emoción.
Lydia.—Lamento que no pude ir a despedirme —le dice
acariciando a House en la mejilla y con gran ternura—. Pensé
que era un final perfecto, tengo que irme.

Ella vuelve a entrar en su casa y House se queda afuera con gran


angustia y apesadumbrado.
Vuelve a Manfield. Nolan lo ve sentado en un banco y House le
dice:

House.—Se fue… y me siento perdido.


Nolan.—Escribiré la carta para la junta médica, para que te
devuelvan tu licencia.

Y le explica por qué:

Nolan.—Pasaron dos cosas: saliste herido, lo cual significa


que te relacionaste con alguien lo suficiente para extrañarla y,
lo más importante, reconociste tu pérdida y viniste a hablar
conmigo, en vez de tomar Vicodin. El hecho que sufras y
vengas aquí… ve adentro y duerme, mañana puedes
comenzar a despedirte.

Nolan le da el alta a House porque para él está curado.


Reflexión

Este es uno de los capítulos más emotivos y brillantes. House como


paciente tiene conciencia de enfermedad, le preocupan sus
alucinaciones, se quiere curar y se interna voluntariamente. Es
consciente de que si pierde la razón, no puede ejercer la medicina.
Su patrimonio es la razón, sabe que necesita pensar correctamente
sus diagnósticos.
Tiene un excelente terapeuta que lo lleva a expresar su deseo:
“Quiero ser feliz”. En su internación conoce a Lydia, se enamora,
apuesta a ser feliz y puede expresar sus emociones como también
mostrar su gran capacidad de amar.
Nolan le da el alta porque considera que puede relacionarse
adecuadamente con otras personas y, ante el sufrimiento, en vez de
recluirse a tomar Vicodin, decide volver a Mayfield para hablar.
Este es el proceso real de curación.
CAPÍTULO 20

House enamorado de Cuddy

Sexo, ¿y ahora qué?

En la sexta temporada, en el episodio “Ayúdame” (6.22), vemos que


el operador de una grúa soltó su carga por accidente (tal vez
dormido) y esto causó el derrumbe de un edificio. Hay muchas
víctimas por rescatar. House escucha una tenue voz entre los
escombros: “Ayúdenme”. Cuando llega al lugar, se da cuenta de que
Anna está bajo una viga que le comprime una pierna y quiere
salvarla; debe esperar a los rescatistas para que levanten la viga.
Cuddy dice:

Cuddy.—Tu pierna no tiene suficiente circulación, mientras


más tiempo pase, mas músculo muere. Los músculos
muertos liberan veneno, el veneno puede ir a tu sistema y
puede detener el corazón.

Como la paciente quiere esperar a que levanten la viga, Cuddy


decide darle un par de horas para ver si la pueden rescatar. House
de algún modo se identifica con la problemática de Anna, tal como
fuimos testigos de su caso en el episodio “Tres historias” (1.21) y en
los capítulos 1, 12 y 13.

Anna.—¿Qué le pasó a tu pierna?


House.—Me cayó una grúa, es un mundo pequeño —Anna
se ríe.
Siempre con su estilo particular, con respuestas evasivas o
irónicas. Sabemos bien que no se le cayó ninguna grúa encima, sino
que tuvo muerte muscular en su pierna porque demoraron mucho
tiempo en darle un diagnóstico correcto. En este caso, responde con
empatía* hacia la paciente y le dice que a él le ocurrió algo parecido
para desdramatizar el momento.

Anna.—Podías haber dicho no y haberte ido.

Anna hace alusión al hecho de que podría abandonarla y dejarla


ahí, sin embargo se quedó para ayudarla.

House.—Lo recordaré para mi próximo contacto humano.


Anna.—¿Rezarías conmigo?
House.—No. No tengo el hábito de alentar las supersticiones
de mis pacientes.
Anna.—¿Se hace hábito?
House.—No tengo fe en Dios, no creo en él.
Anna.—Ni yo tampoco, ¿oramos por favor?

Ambos cierran los ojos, cruzan las manos y oran. House también
reza, acompaña de todas maneras a Anna, si esto a ella la ayuda.
Aquí aparece un House con gran compasión. Y no hay que olvidar
que su padre biológico es un ministro religioso. Esto se ve en la
sexta temporada, en el episodio “Vidas privadas” (6.15).

Anna.—Siempre pensé que si yo hacía lo correcto, si trataba


bien a la gente, me podían pasar cosas buenas, recibiría
cosas buenas. ¿Crees que es así como funciona?
House.—No lo creía, pero recientemente lo intenté.

Haciendo referencia a cuando estuvo en Mayfield, internado para


hacer terapia. Aquí vemos a un House transformado, luego de su
tiempo en terapia con Nolan. Notamos que se identifica con ese
“ayúdenme” de Anna. Establece un vínculo con ella porque el
también exclamó: “¡Ayuda, alguien… ayúdenme!”. ¿Ayudar a quien?
¿A Anna o a House? ¿Están los destinos unidos? En realidad
ambos necesitan ayuda. En esta escena, más allá de ser médico,
House revela ser un hombre de gran integridad, profundidad,
nobleza y compasión.
El jefe de la unidad de rescate sugiere amputar la pierna de Anna.
House y sus recuerdos amargos de la lesión de su pierna hacen que
se involucre personalmente y regresa al origen de su verdadero
sufrimiento. En ese momento, se produce una caída en la estructura
del edificio, un derrumbe secundario, que hace que quede
totalmente atrapada la pierna y no se pueda levantar la viga.

Cuddy.—Hay que amputar.


House.—Soy el único que conoce el valor de una pierna —
enfrentando a Cuddy.

Hay una historia entre House y Cuddy respecto de la pierna de él.


Esto hace que él regrese al punto de partida que alteró su vida
tantos años atrás: su decisión de morir antes que perder una pierna.
Sumado a la traición de Stacy, su ex mujer, y la sugerencia de
Cuddy para que no muriera y quedara con un dolor crónico
permanente. El conjunto de malas decisiones y su empeño por
conservar su pierna, destruyeron su vida. Esto solo le ha
ocasionado dolor y sufrimiento.
Estas son las palabras de Cuddy:

Cuddy.—¿A qué te aferras House? ¿Arriesgarás tu vida para


salvarle la pierna? Eso no te funcionó a ti. ¿Cierto?
Honestamente, ¿qué tienes en la vida, dime? Yo voy
adelante en la vida, Wilson también lo hizo. ¿Y tú? Estás
solo, no tienes nada. La convenceré de cortarle la pierna.

House regresa al lado de Anna y, con Cuddy presente, le relata lo


que le pasó a su pierna.
House.—Anna, debemos amputarte la pierna, había tiempo
pero se acabó. Me preguntaste cómo me lastimé la pierna…
tenía un coágulo de sangre y el músculo se estaba muriendo,
varios doctores decían que debían amputar y yo no quería.
Me hicieron una operación muy riesgosa, casi muero, me
arrepiento de no haberlo hecho —refiriéndose a su propia
muerte—. Recortaron un pedazo de mi músculo del tamaño
de mi puño, dejándome con esta pierna mutilada e inútil que
me duele cada minuto. Eso me cambió, me hizo una persona
dura, una persona peor, y ahora estoy solo. No debes ser
como yo. Tienes un esposo que te ama, hijos, una familia,
tienes una vida y esto es solo una pierna, es solo eso.

House relata una vez mas lo que le pasó a su pierna y Anna le


responde:

Anna.—Está bien, de acuerdo.

House ha podido expresar estos sentimientos. Repite lo que Stacy


le dijo: “Es solo una pierna”. Para Cuddy, escuchar estas palabras
fue un momento muy movilizador y tiene lágrimas en los ojos.

House.—Lo haré.

Antes de proceder, House le dice a Anna que muy pronto, con una
prótesis, correrá a su alrededor; siempre con la esperanza de
curarla. Luego Cuddy se sienta afuera mientras House le corta la
pierna. Escuchar los gritos de Anna es absolutamente desgarrador.
Antes de subir a la ambulancia, el marido de Anna le dice “te amo”,
mientras ella le recuerda que siempre le gustaron sus piernas, él le
responde que no le importa porque la ama. Cuddy y House ven
juntos esa escena con emoción.
Mientras el equipo de urgencias lleva a Anna en la ambulancia, se
pueden ver los ojos llorosos de House. Pero en la ambulancia, Anna
muere de una embolia grasa. House no puede hacer nada y se
siente impotente por no impedir que muera y no hablar más con ella.
Cuando llega la ambulancia, Foreman abre la puerta y le dice a
House que aunque hubiera estado en un quirófano, no podría haber
prevenido una embolia grasa.

Foreman.—No puedes culparte de su muerte, no fue tu culpa.


House.—De eso se trata, ¡hice todo bien! —gritando— ¡Y aun
así murió! ¿Por qué piensas que eso puede hacerme sentir
mejor?

Psicología de House

House y su impotencia ante la muerte, vive siempre entre la delgada


línea que divide salvar una vida y perderla. Este caso lo retrotrae a
lo que tuvo que pasar en su vida y, cuando se repite su propia
historia en esta paciente que muere, su dolor es físico y también
emocional; le provoca mucha culpa.
Entonces vuelve a su casa para estar solo con su dolor y su
sufrimiento. Mira su rostro en el espejo del baño, se le superpone la
imagen de Anna, lo rompe y mira el Vicodin. Se queda durante
horas sentado en el suelo del baño con el Vicodin en sus manos y
con los ojos enrojecidos de lágrimas.
Ha perdido mucha sangre, tiene mucho dolor… ¿es una
alucinación o está Cuddy allí? Ella va a verlo para saber cómo está
y le dice:

Cuddy.—Tú decides si quieres regresar a las drogas.

Cuddy le confiesa que terminó con Lucas, su novio. Le explica


que, aunque tenga su nueva casa, todo lo que hace es pensar en
House; solo quiere saber si una relación con él funcionaría.

House.—¿Crees que puedo curarme?


Cuddy.—No lo sé.
House.—Soy la persona más arruinada del mundo.
Cuddy.—Lo sé, te amo.

Este es un episodio imperdible. Observamos a un House


totalmente humano frente al dolor ajeno y a su propio dolor,
sintiéndose arruinado física y psicológicamente. Nuevamente, la
angustia de House ante la muerte, su sufrimiento y su conflicto
interno referido a su dificultad para elaborar los duelos, las pérdidas,
las despedidas, las muertes. Un tema recurrente en él.
Cuddy le declara que está enamorada de él, se besan y termina
esta temporada con la imagen de ambos con sus manos
entrelazadas. Y con House sabiéndose amado por ella.

“¿Y ahora qué?”: episodio (7.01)

Empieza la nueva temporada con las últimas escenas de la


temporada anterior. Con las manos entrelazadas de House y Cuddy
y ella curando las heridas de él. Luego le baja los pantalones y le da
un beso en la pierna, en el lugar de la herida. House le dice que no
haga eso y ella le dice “te amo”. Es una escena conmovedora y
llena de ternura; se sacan la ropa, se besan, se abrazan, él la
levanta en sus brazos y la lleva a la cama.
Al día siguiente, cuando están abrazados en la cama, House
pregunta:

House.—¿Y ahora qué?


Cuddy.—Todo está bien, no tenemos que discutirlo.
House.—Lo dije literalmente, cotidianamente, podemos
desayunar, ir a los bolos o quedarnos aquí.

Cuddy le dice que tiene que trabajar, House propone apagar los
teléfonos y tomarse el día. Se los ve dentro de la bañera y House
dice:
House.—La noche fue emotiva para ti, ambos perdimos a la
paciente, vimos gente morir; yo vengo a mi casa a buscar el
Vicodin y tú vienes aquí.
Cuddy.—Y no me arrepiento.
House.—No digo que lo haces, digo que fue algo impulsivo.
Cuddy.—¿Por qué debes analizarlo todo? ¿Por qué no dejas
que sea lindo?

House.—Tienes razón, eso está en contra del baño secreto.

Baño que le había prometido preparar para ella, pero en realidad


también era para esconderse ahí y solucionar todo lo referente a las
llamadas del hospital al celular.
En otra escena, en el sillón del living, House le dice que le preparó
una comida: una mezcla de maíz con carnes exóticas acompañada
de salsa picante. Esta salsa picante o “curry” es lo que sentía Stacy
con respecto a la relación entre ambos, como lo vemos en el
episodio “Falla de comunicación” (2.10).

Cuddy.—¿Y el segundo plato?


House.—Solo una uva, y es un desperdicio porque no hay un
tercer plato.

Luego Wilson golpea la puerta de la casa de House, preocupado


porque sabe lo que puede ocurrir con él cuando se muere un
paciente. Quiere entrar para ver cómo está. No supone que está con
Cuddy. Lo llama al celular pero House no quiere que entre, le
contesta como si hubiera puesto el contestador automático:

House.—Si eres Wilson, no me suicidaré, no estoy drogado y


manejo muy bien la pérdida de mi último paciente. Pasa un
buen día sin preocuparte, Cuddy me dio el día libre, ahora
vete.
Se los ve luego en otra escena en la cama, luego de hacer
nuevamente el amor. Los dos piensan en Wilson. Ella le pregunta
por qué la ocultó, a lo que él responde que lo hizo porque la respeta:

House.—No te oculté, protegía tu privacidad. No sabía si


querías que se supiera todo esto de nosotros.
Cuddy.—Debí preguntarte, quizás tú no estés listo.

Pero Wilson no cree que su amigo esté bien e intenta entrar por la
ventana de la cocina. Queda atrapado en una escena divertida, al
mejor estilo comedia, con la mitad de su cuerpo dentro de la cocina
de la casa de House y la mitad afuera.
House lo ve, lo hace entrar, le dice que no se preocupe y le
cuenta que está con Cuddy. Cuando ambos van al dormitorio, ella
ya no está allí. Wilson no la ve porque ella se escondió en el
placard, quizás pensado que House no estaba listo para blanquear
la relación.
Ahora en el living, juegan a construir palabras. Cuddy le hace
notar que ella le dijo que lo amaba pero que él no lo dijo, y House
usa la frase característica de él y su pensamiento:

House.—Las palabras no importan, las acciones importan.

Luego escribe “te amo” con las letras del juego, realizando de este
modo una acción. Pero Cuando Cuddy se está yendo y se despide
hasta mañana, House le anuncia:

House.—Esto no funcionará.

Argumenta que él puede ver el pasado y recordará todas las


cosas horribles que ha hecho. Ella tratará de convecerse de que
cambió, pero él seguirá haciendo esas cosas espantosas. Entonces
se dará cuenta de que él es una mala elección para alguien que
tiene una hija. Con estas palabras, House se expresa con la más
absoluta honestidad y deja en claro que él no está preparado para
esta relación, ni para ser un buen ejemplo para la hija de Cuddy.

House reflexivo de sus acciones

Cuando House dice estas palabras, reflexiona sobre sí mismo y


sabe que hace cosas que al otro no le gustan. Se hace cargo de sus
acciones. Y esto es lo que atrae al sexo opuesto de un hombre. Las
mujeres se enamoran de quienes dicen la verdad y toman el riesgo
de ser sinceros sobre sus sentimientos. Esto es lo que le sucede a
Cuddy, por eso le pregunta:

Cuddy.—¿Solo tienes miedo a ser feliz? Espera que dure.


House.—¿Por qué? No durará.

Cuddy le dice que no quiere que cambie y afirma que es el


hombre más increíble que ha conocido, a lo que House responde:

House.—Te amo.

Cuddy, tal como hacen muchas mujeres en su lugar, le explica


que no quiere que cambie pero más adelante intentará cambiarlo.
House le dijo la verdad: él seguirá siendo como es.

“Egoísmo”: episodio (7.02)

House y Cuddy se encuentran en el estacionamiento del hospital,


como si fueran adolescentes. Él se baja de la moto y ella del auto.
House le dice que la gente empezará a hablar y que no deben hacer
más esto (aludiendo a que tienen que blanquear su relación). Cuddy
le cuenta que lo informará en el Departamento de Recursos
Humanos y le pide que espere para decírselo a los demás. Se
toman de la mano, como enamorados, y caminan al ascensor. Él
exclama:
House.—Difícil conmigo intentando agarrarte del trasero.

Y se lo agarra antes de entrar en el ascensor.

Cuddy.—Avisaré a Recursos humanos esta tarde. ¿Crees


poder callarte hasta entonces?
House.—¡Mamá!

Esta expresión House la utiliza a menudo metafóricamente


cuando las mujeres se ponen en lugar de madres que le advierten
de algo a un niño. Llega silbando donde está su equipo, como hizo
cada vez que estuvo enamorado y contento, y les dice:

House.—Estoy viendo a Cuddy, de hecho sin ropa, usen su


imaginación; espero que tengan lente panorámica.

Así es House, sin filtros. No acata la obediencia a Cuddy en lo


que se refiere a la pareja. No se pone en el lugar de un niño
obediente. Los demás no le creen pero él asegura que es en serio.
Es honesto consigo mismo, no miente sobre estas cuestiones ni
tampoco hace alarde de la situación. Demuestra su honestidad e
integridad. En el diálogo que sigue, vemos que no se aprovecha de
su posición y lo demuestra obedeciendo las órdenes de Cuddy
porque es su jefa. Demuestra que su relación con ella no implicará
ocupar un lugar de privilegio.

Taub.—¿Te parece buena idea meterte con la cadena de


mando?
Foreman.—Bien hecho House, me sorprende que no lo
hicieras antes.

Pero Taub y Foreman lo ven desde otra perspectiva. Ellos


hubieran sentido más poder al estar en pareja con la “Decana de
Medicina que dirige el hospital”. Pero House se enamoró y la
cadena de mando lo tiene sin cuidado. Apuesta de nuevo a la
felicidad, lo cual había trabajado con su psicoterapeuta. Pretende
seguir siendo como es en su Departamento de Diagnóstico y dice:

House.—Le hago caso a Cuddy todo el tiempo porque es mi


jefa.

Pero Taub, médico de su equipo e infiel por naturaleza, está


preocupado y piensa que la relación con Cuddy puede complicar el
trabajo. House le responde:

House.—Los fracasados no están solos —aludiendo a que


los infieles como Taub están muy acompañados porque,
estando casados, salen con montones de mujeres—. Y si un
misántropo* como yo tiene la oportunidad de ser feliz, vas a
estar muy solo en ese reino de fracasados que tú llamas el
matrimonio.

Muchas veces House increpó a Taub, especialmente por ser infiel


a su esposa. La postura que House manifestó en todo momento fue
a favor de la monogamia. Se burla de los hombres infieles porque
no es como ellos. Así como es fiel a sus principios, también es fiel
hacia la mujer y no juega con sus sentimientos. Esta actitud lo hace
atractivo y fácil de amar para cualquier mujer. No es vulgar y,
aunque la mayoría de los hombres engañan a sus mujeres (como
vemos a lo largo de toda la serie), House no engaña.
En otra escena, se supone que al final de un día de trabajo, se los
ve a Cuddy y House enamorados en la cama y ella le dice:

Cuddy.—Tal vez debemos hacer planes para almorzar


mañana.
House.—El problema es que en el almuerzo tiendes a usar
ropa —levanta la sábana y la mira—, así está mejor.

Los dos ríen, se los ve contentos y enamorados. Cuddy le explica


que tiene que irse, porque la niñera se va a las nueve de la noche,
pero House le contesta que le dio dinero para que se quede una
hora más y deciden hacer el amor.

“No escrito”: episodio (7.03)

Al día siguiente, llega al hospital una escritora que intentó


suicidarse. Aparentemente falló el tiro de su arma porque tuvo una
convulsión en el momento preciso del disparo y no se pudo quitar la
vida.
Mientras tanto, House recorre los pasillos del hospital con un
ramo de flores que sacó de la habitación de una paciente en coma.
Camina acompañado por Wilson, conversando acerca del
enamoramiento y lo que pasará con Cuddy en el futuro. Wilson le
cuestiona:

Wilson.—¿Le robas flores a una mujer en coma?


House.—Estamos bien juntos, la he visto tan feliz. ¿No puedo
ser romántico?
Wilson.—Sí.
House.—Estoy preocupado.
Wilson.—¿Porque ella es feliz?
House.—No, porque yo estoy feliz.

Este House es un verdadero romántico, el que tiene miedo, el que


fue muy herido emocionalmente porque amó a otras mujeres y ellas
lo abandonaron. Stacy lo abandonó; le dijo que lo amaba pero que,
viviendo con él, sentía que no había espacio para ella. Y cuando se
enamoró de Lydia, durante su internación en Mayfield, ella lo dejó
porque no quería destruir a su familia.
Volviendo a la conversación con Wilson, continúa diciéndole,
asombrado:

Wilson.—House, eso es…


House.—¿Irónico? ¿Raro? ¿Loco?
Wilson.—Iba a decir normal.
House.—Por ahora estamos en la etapa de luna de miel.
Nuestros cerebros están inundados de endorfinas; cuando
eso se termina, ¿qué nos queda?

Hasta para el enamoramiento House tiene la explicación


científica. Las endorfinas de las que habla son un tipo de hormonas
especiales que se liberan en estados de felicidad. Esa sensación de
estar enamorado se produce por algo tan físico como la dinámica
química que arrastran las endorfinas. En los momentos placenteros
de la vida, estas hormonas (norepinefrina, dopamina y
feniletilamina) aumentan y actúan como neurotransmisores. Así
existen diferentes fases del amor.

Fases del amor

House conoce estas fases con gran maestría. Siguiendo su teoría,


los sentimientos no se generarían en el corazón sino en el cerebro.
En una primera fase, reconocemos actitudes y virtudes de la otra
persona sumamente atractivas. Como las que House y Cuddy se
reconocen mutuamente. Por ejemplo, cuando Cuddy le confiesa que
siempre piensa en él y que lo ama. Esto ocurre justo después de
haber pasado por una situación tan fuerte como la de la paciente
Anna, al final de la sexta temporada en el episodio (6.22). Luego se
abrazan y se besan.
En la segunda fase, aparecen las fantasías desbordadas en las
que se proyectan cualidades extraordinarias. Esto se debe al
bienestar de las endorfinas que están en juego en nuestro interior. El
solo hecho de estar cerca de la persona amada produce este
bienestar. House le dice a Cuddy que él es “la persona más
arruinada del mundo”. Ella le responde que lo sabe pero igual lo
ama.
En la tercera fase, se crea un vínculo sexual y emocional con una
segregación importante de feniletilamina. Esto lo vemos al principio
de la séptima temporada en el episodio (7.01). Cuddy cura las
heridas de House, le da un beso en la pierna y le dice que lo ama.
Esta es una escena llena de ternura y amor. Se quitan la ropa,
House la levanta en sus brazos y la lleva a la cama. Pero cuando
deja de segregarse esta sustancia, aparecen los problemas, pues
esta química de las endorfinas tiene fecha de caducidad. Esto
House lo sabe mejor que nadie. Por eso, cuando Cuddy se va, le
dice que la relación no funcionará.
Cuddy lo atribuye a que House tiene miedo de ser feliz y le pide
que espere que dure. Él insiste que no durará pero Cuddy lo
considera “el hombre más increíble que ha conocido”. Antes de que
ella se vaya, House le dice que la ama.
Esto me recuerda la película Ex, todos tenemos uno de Fausto
Fabrizzi. Hay una escena en la que un profesor, que es psiquiatra,
les da una clase a sus alumnos (también conocedores del tema) y
les dice:

Profesor.—El amor es una enfermedad peligrosa que, a


diferencia del sarampión y la varicela, puede contagiarnos a
lo largo de nuestra existencia varias veces. Se utilizan frases
universales como: “Siempre te amaré”; “eres la mujer de mi
vida”; “no te dejaré jamás”.

El profesor explica que son las típicas frases que decimos cuando
nos enamoramos y pregunta a sus alumnos quién de ellos las dijo
alguna vez, o a quién se las dijeron… todo el auditorio levanta la
mano. Luego agrega:

Profesor.—La dopamina, que es un neurotransmisor,


aumenta durante la fase de enamoramiento. Esta es una
droga natural que hace que veamos el mundo de color de
rosa, pero sus niveles tienden a normalizarse dentro de un
par de años. Está demostrado que el amor romántico y
pasional tiene un final, que llega en menos de mil días tras el
primer beso y que tarde o temprano nos resignamos a
convertirnos en un ex.

Las palabras de este profesor me recordaron a las de House


hacia Wilson. Solo que House le agrega mayor sabiduría, porque
conoce la manera en la que una pareja puede perdurar en el tiempo.
Para que un hombre y una mujer sigan juntos, deben tener alguna
actividad en común que ambos disfruten. House esto lo experimentó
con Lydia, la mujer de la que estuvo anteriormente enamorado.
Cuando ella tocaba el piano, compartían esa actividad. La escena
en que él llora de felicidad, al hacer el amor con ella, demuestra su
gran sensibilidad. En aquella oportunidad había encontrado una
actividad en común que aún no halla con Cuddy.
Por eso cuando House pregunta a Wilson qué les quedará una
vez que ya no tengan sus cerebros inundados de endorfinas, le
responde:

Wilson.—Una relación adulta.


House.—Dime una cosa que Cuddy y yo tengamos en común
aparte del trabajo.
Wilson.—Ambos… espera…
House.—Exacto, las relaciones largas se basan en
compatibilidad y por ahora lo único que tenemos es el sexo.

House sabe muy bien que, para que haya una relación que
perdure, tiene que haber compatibilidad además de sexo.
Por eso, no podemos dejar de ver la escena cuando hace el amor
con Lydia en el episodio (6.01) y (6.02). Allí siente una gran
compatibilidad con ella, a través de la música, cuando descubre que
toca el piano en Mayfield para que la escuche su cuñada que está
internada. Este enamoramiento se lo guarda para él, no le cuenta ni
siquiera a Wilson, su gran amigo, lo que le pasó con Lydia durante
su internación.
Wilson continúa el diálogo tratando de convencerlo:

Wilson.—House, ¿crees que te dejará porque no haces


yoga?
House.—No de inmediato. Discutiremos, habrá sexo de
reconciliación, pelearemos, tal vez sexo y luego me dejará,
tal vez con sexo de despedida.
Wilson.—Entonces, en vez de disfrutar de la luna de miel,
¿decidiste saltarla por completo?
House.—Tengo que buscar algo que nos guste a ambos.
Wilson.—Cierto, o podrías hablarlo con ella.
House.—No, porque ella empezará a fingir que le gustan
cosas que en realidad no le gustan para hacerme sentir
mejor, lo que la hará sentirse peor. No será mi culpa, así que
me resentiré con ella; no será su culpa y ella se resentirá
conmigo. Al menos mi plan me dará la dosis diaria, hasta que
llegue el amargo fin.

House sabe que esto es así y trata de luchar contra lo que sabe
que irremediablemente ocurrirá. Algo característico de un visionario
que sabe anticipar los acontecimientos. Esto es parte de su
sufrimiento diario. Sus grandes preocupaciones surgen cuando no
puede anticipar los hechos y algunos pacientes mueren, o algún
profesional de su equipo se ve afectado. Estas cosas pueden llegar
a enfermarlo. Su cabeza nunca para de pensar.
En otro momento de este mismo episodio, Cuddy le dice:

Cuddy.—¿Por qué no podemos tener algo en común?

Se refiere a los libros que House le había dado de la escritora que


están tratando médicamente. Ella lo dice para hacerle creer a House
que pueden tener algo en común. Y él responde:
House.—Wilson te lo dijo.
Cuddy.—Sí.
House.—Es un chismoso.
Cuddy.—No te dejaré porque nos gusten comidas distintas, o
libros o música; podría dejarte si no me dices cuando tengas
algún problema con nuestra relación.
House.—Sé que piensas eso ahora, pero…
Cuddy.—¿A quién le importa si tenemos cosas en común? Es
aburrido, es eso: común. Me gusta estar contigo, me haces
ser mejor, espero hacerte mejor. Lo que tenemos es poco
común y nunca había sido tan feliz.

“Pequeños sacrificios”: episodio (7.08)

House llega al hospital y Cuddy se acerca a él; le habla de un caso


nuevo y le pide que se disculpe por haberle mentido acerca de un
paciente. House le contesta que no se va a disculpar por haber
“hecho lo correcto”:

House.—Mentí para salvarle la vida a mi paciente, no te


mentí a ti, le mentí a mi jefa.

House tiene claros los roles. A su jefa le miente para salvar la vida
de un paciente; a su mujer en otro rol no le habría mentido. Cuddy
quiere que él vaya a una boda el sábado, y a la cena de ensayo el
viernes, que es del Presidente de la Junta del hospital, a lo que
House responde:

House.—Odio las bodas y sus siete niveles de hipocresía.

Cuando se están preparando para ir, los dos vestidos de gala,


tienen una conversación. House le dice que la razón por la que se
casan es porque desean hacer una boda insoportable para que los
demás se sientan indignos y que luego, en dos años, sus abogados
estarán peleándose en un juicio de divorcio. Y agrega:
House.—Ella tiene belleza y él dinero ¿Qué se acabará
primero?
Cuddy.—La Corte de Nueva Jersey de divorcio requiere que
las parejas vivan al menos dieciocho meses juntos.

Ya en el casamiento, le hace una pregunta para probar que ella


también miente, mientras supuestamente están mirando a la novia:

House.—¿Qué te gustaría usar?


Cuddy.—Me fascina el vestido blanco, pero no soy buena
para vestir de blanco.
House.—Tradicional para novias jóvenes y primerizas.
Cuddy.—Bueno, tal vez no sea joven pero sería mi primera
vez.
House.—Eso es mentira, no es cierto, estuviste casada en
1987 durante seis días. Hablar de tu conocimiento de las
leyes de Nueva Jersey me hizo investigar.
Cuddy.—¿Todo esto fue una trampa?
House.—La trampa es primitiva, prefiero la seducción; el
punto es que yo te mentí y tú me mentiste, sin embargo, te
perdono.

Este es el House investigador de todo. Y otra característica


importante de su personalidad: sabe perdonar. Al fin y al cabo,
“todos mienten por alguna razón”; por eso también perdona a
Cuddy. La razón que tiene House para mentir generalmente es para
salvar la vida de un paciente. Lo toma como algo personal y lo llama
“mi paciente”. Y aunque no sabe la razón por la cual Cuddy mintió
(cuando dijo que sería su primera vez), tampoco le interesa mucho
cuáles son los motivos por los que la gente miente. Tiene la
grandeza de no enojarse con ella y la perdona.

“Medicina familiar”: episodio (7.11)


En este capítulo la mamá de Cuddy se enferma. House se esconde
con su equipo en la morgue porque no quiere que ella lo llame para
atender a su madre. Cuando lo encuentra, House le da sus razones.
Afirma que no es conveniente atender a alguien cuando se está
involucrado afectivamente. Y le aconseja derivar el caso a otros
profesionales porque no es bueno para ella tampoco involucrarse.

House.—Si conoces a la persona y te involucras


emocionalmente, no puedes tomar decisiones racionales.
Sabes que esto sería un desastre.

Todo el pensamiento de House a lo largo de la serie es: “Si te


involucras emocionalmente, no puedes tomar decisiones
racionales”. Esta es una idea muy profesional y se la repite muchas
veces a su equipo para que no cometan errores.

Análisis psicológico

Este pensamiento atormentará a House a lo largo de su vida, por


eso mantiene a raya su emocionalidad. Para ser brillante con su
razón, elige ser profesionalmente correcto.
Pero dejar las emociones de lado en su vida privada le ha traído
muchos problemas de relación. Muestra siempre su veta de
científico e investigador. Como profesional, está muy bien dejar las
emociones de lado para que no afecten su razonamiento ni el
diagnóstico del paciente. Lo que le dice a Cuddy es lo correcto,
desde el punto de vista profesional.
Pero esto de reprimir las emociones hace estragos en su vida
personal. En lo profesional, la coraza que recubre siempre su
personalidad de médico brillante encubre su interior de ser humano
sensible y vulnerable. Tal como lo confiesa en el capítulo 3, cuando
habla con una monja: “Cuando las cosas van mal, me duele; no soy
fuerte, soy vulnerable”. Este es uno de los aspectos que House muy
raramente muestra (en la metáfora que propuse se encontraría en la
parte profunda del “iceberg”, aquella que no se ve).
Pero a pesar de que él piensa así, escucha a Cuddy decir:

Cuddy.—Es mi madre —con ojos llorosos.

Le da el gusto y, de guardapolvo blanco (bata), va junto a ella a


atender a la mujer. Esta es una muestra de amor hacia Cuddy. Hay
una serie de incidentes con el diagnóstico, en realidad se trata de
idas y vueltas para apartar a House del caso. Finalmente es él quien
descubre el diagnóstico: envenenamiento por cobalto. La cadera
artificial se desgastó demasiado y tiene lo que se denomina
metalosis. Parece ser que este episodio interesó tanto al público,
que en la vida real (estadísticamente) se incrementaron las
consultas médicas de las mujeres.
House le demuestra su amor a Cuddy con acciones. Porque a
pesar de todo descubre el diagnóstico que los otros médicos no
logran encontrar y cura a la mujer. El se considera a sí mismo
sarcástico y lo es con la madre de Cuddy, cuando se produce esta
conversación entre ambos:

Mamá.—Si eres tan grandioso, ¿cómo es que no estás más a


cargo?
House.—Le dije que no tenía un departamento a cargo, fui
sarcástico.

House siempre juega con ironías y sarcasmos porque para él es


un juego más de palabras, como suele decir: “Más que las palabras
son las acciones las que valen”. De esta manera, hablando con su
madre, le demuestra a Cuddy que con sus acciones diagnosticó a la
mujer y la salvó del envenenamiento por cobalto (contraído por su
prótesis de cadera de metal).
“Prueba de recesión”: episodio (7.14)

Hasta aquí va todo bien con Cuddy, pero ocurre un hecho en este
episodio que cambia su relación con ella. House llega al hospital y
Cuddy le recuerda que el viernes es la Gala de Caridad donde ella
recibe un premio. House le dice que no le importan las Galas de
Caridad ni los premios, pero que está haciendo un juego de
palabras preliminar. Lo va a ver a Wilson y le dice que quiere hacer
algo divertido para su novia Cuddy, pero él no le cree y le aconseja
ir y comportarse bien.
El paciente de este episodio es un agente inmobiliario que ahora
limpia casas, por la recesión que existe en EE.UU. Parece tener una
infección bacterial y tuvo convulsiones. Todos los del equipo dan
ideas para este paciente. Pero a House, que siempre está muy
concentrado, ahora se lo ve un poco distraído, aunque contento, y
pregunta quién irá a la Gala de Caridad.
La distracción se debe a que contrató a un grupo de mariachis,
pensando que a Cuddy le encantarán. Averiguó que le gustan
porque se enteró de que el año anterior ella quiso contratar
mariachis, pero la Junta no se lo autorizó por el costo elevado.
Vemos a House en su consultorio con la banda de mariachis y
Wilson va a verlo por el sonido fuerte de la música. Le cuenta que
pagó dos mil dólares para que Cuddy tenga la banda en la gala.
Ahora House está frente al pizarrón con todos los síntomas
escritos del paciente en coma, tratando de descubrir el diagnóstico
con todo su equipo. En un momento dice: “Hemos perdido
conexiones del caso”. Pero sigue preguntando, como siempre, al
mejor estilo socrático. Al escuchar que dijeron que tenía frío cuando
le hicieron una resonancia, entonces deduce: “Frío y erupción… la
urticaria fría causa erupción… síndrome del gen auto inflamatorio”.
De este modo, el equipo descubre el diagnóstico: síndrome de
Mukle Wells. House dice:
House.—Encaja con todos los síntomas. ¡Qué idiotas por no
haberlo visto antes! Trátenlo con rinolacept, llevará una larga
vida llena de mentiras para su esposa y su futuro hijo.

El equipo va corriendo a la habitación donde hay enfermeras que


lo quieren reanimar, también el equipo de House intenta reanimarlo.
Sin embargo, no lo consiguen, ya es tarde y el paciente muere. Se
lo ve a House en su consultorio cuando entra Wilson y dice:

Wilson.—¿Estás bien?
House.—¿Por qué no habría de estarlo? —con dolor e ironía
—. Resolví el caso.
Wilson.—Pero tu paciente murió.
House.—No dije que lo resolviera a tiempo, suele pasar, no
puedo salvar a todos.

Le dice esto a Wilson pero se lo nota dolido, apesadumbrado,


angustiado. Algunos creen que a House solo le interesa “resolver el
caso” o tiene el complejo de Rubik. Él mismo ironiza pero no es así,
además le importa salvar las vidas de sus pacientes. Wilson le dice:

Wilson.—Ve a casa y cámbiate, la fiesta empieza en unas


horas.

House se queda en su consultorio observando cómo se va


Wilson, con la mirada perdida.
En otra escena, se los ve vestidos de gala a Foreman, Chase,
Master y Taub, el equipo completo de House. Todos van a la fiesta y
Foreman dice:

Foreman.—Tenemos quince minutos para ver a la Junta


aterrorizada cuando aparezcan los mariachis de House.

Pero House no asiste, no está de ánimo. Sabemos lo que le


ocurre cuando sufre alguna pérdida, tiene muchas dificultades para
elaborar los duelos, como vimos en capítulos anteriores.
Luego se lo ve en un bar, medio dormido, supuestamente
después de haber tomado alcohol. Suena su celular y un reloj marca
las seis de la mañana. Llega Wilson, a quien le dice en estado de
ebriedad:

House.—Todos ellos murieron, Wilson, todos muertos porque


yo lo eché a perder.
Wilson.—Perdiste un paciente y no fue tu culpa.

La psicología de House

Pero House se siente culpable, se siente responsable, no tiene una


personalidad psicopática. Si la tuviera, habría ido a la fiesta sin dolor
ni remordimiento. Habría continuado su vida como si nada hubiera
ocurrido, tratando a la gente o a los pacientes como si fueran
objetos, habría festejado y bailado.
Cuando los demás creen que a él solo le interesa descubrir el
diagnóstico y no le importan los pacientes, vemos que eso no es
cierto; le importan sus pacientes y mucho. Esta es la parte más
profunda de House, la que en mi metáfora del iceberg está bajo el
agua, no se ve a simple vista pero allí está, siempre presente en su
personalidad.
House continúa diciéndole a Wilson:

House.—¿Y la mamá que le transmitió el cáncer a su bebé?


De haberlo resuelto rápido, habría sido una mujer con vida.

“Paternidad no planeada”: episodio (7.05)

En este episodio, House recuerda que Cuddy le pide cuidar a la


hija en su casa porque ella tiene reunión con la Junta Directiva y
nadie más la puede cuidar. House accede y dice:
House.—Está bien, porque tengo buen corazón… cosa que
te hará feliz… que te hará desearme más… es decir que
habrá más sexo.

Va a la casa a cuidarla y la niña supuestamente se traga una


moneda. La lleva al hospital y ocupa muchísimo tiempo en averiguar
dónde está la moneda. Se queda esa noche a dormir en la casa de
Cuddy pero a la mañana, cuando Cuddy se levanta para cambiarle
el pañal, escucha que limpiándole el “popo” a la niña su madre le
pregunta: “¿Cuándo te tragaste la moneda?”
El equipo lo llama extrañado porque no atendió el teléfono en
ocho horas. Estuvo muy preocupado por la niña y la moneda que se
había tragado.
La paciente que dio a luz en el hospital dijo: “Investigué el
esperma del donador y se me pasó una cosa enorme: mi propio
cáncer”. Tema interesante el de los donantes de esperma. Aquí la
madre del bebé muere y la criatura queda a cargo de la hermana, es
decir de la otra hija. Taub le informa que tiene que operarse, ella
decide que no y al otro día muere. Taub y otra doctora creen que no
habría sucedido si la hubieran operado y proceden a extraerle
sangre aun muerta para salvar al bebé.
Volviendo a la conversación de House con Wilson, este último le
dice:

Wilson.—Ella se negó al tratamiento cuando se le ofreció. No


es tu culpa.

Pero House se culpa de todos modos porque, como ya dijimos, no


tiene una personalidad psicopática (si la tuviera, no sentiría culpa
por nada). Como estaba muy ocupado con la hija de Cuddy, se le
pasó este caso. Por amor a Cuddy prestó más atención a la moneda
que se había tragado la niña, y ahora siente que por su distracción
la paciente murió. House continúa diciendo, todavía alcoholizado:
House.—Y ese paciente con el que estuve atrapado un día
en aislamiento, a solo un metro y medio de él, lo vi morir
como idiota.

“Un fastidio en nuestra casa”: episodio (7.07)

Se trata de un capítulo muy fuerte que empieza con el tema de la


esclavitud, cuando en otro tiempo tiraban al agua desde un barco a
aquellos que estaban enfermos. En esa época quedó en el fondo del
mar una caja, y en el presente se ve a una familia que navega en
aguas cristalinas de las Bermudas. Los dos hijos bucean y la niña
trae al crucero una misteriosa caja del naufragio de un barco
holandés de esclavos (intencionalmente hundido porque una
epidemia de viruela irrumpió). Esta se rompe en la mano de la niña y
se lastima. El frasco en su interior contiene costras infectadas, de
modo que House decide tratar a la niña contra la viruela aunque sea
una enfermedad mortal.
Luego enferma el padre y House entra en la habitación para darle
una medicación. Cree que mejorará, ya que tuvo cáncer unos cinco
años atrás. House pone en riesgo su vida y de allí en más no le
permiten salir por temor al contagio. Hablando con Cuddy, ella teme
por su vida y le dice:

House.—Supongo que verás lo mezquino de enojarte


conmigo por mentir —en alusión a un paciente que salvó en
el episodio anterior y sobre el cual le mintió a ella.

Y mientas está adentro, sin poder salir, el paciente muere. Pero


Master, una estudiante de medicina del equipo de House, sigue
investigando y descubre que en realidad la enfermedad que se
contagiaron el padre y la hija no era viruela, sino rickettsiosis que es
curable.
Continúa la conversación con Wilson quien le dice:
Wilson.—Sí. Perdiste pacientes y volverás a perderlos.
House.—Exacto. ¿Por qué? —dice con firmeza y convicción
—. Porque el amor y la felicidad son solo distracciones. Lo
único que mi relación con Cuddy hizo por mí… fue hacerme
peor doctor.

Esta es la otra gran conclusión de House: si se distrae con sus


emociones, no funciona su razón y no se considera un buen doctor.

Wilson.—Claro, el Gran Dr. House no merece ser feliz. Sabes


que eso no es verdad.
House.—Mi felicidad está siendo pagada con la vida de otras
personas. ¿Cómo está ella?
Wilson.—Cuddy está preocupada, enojada porque no
apareciste anoche.
House.—Le diré la verdad Wilson.

Aquí muestra su carácter totalmente obsesivo. Paga el precio de


no ser feliz para salvar una vida más y, aunque algunas no las
pueda salvar, él se culpa igual.

House y su honestidad

Este es House: honesto con sus sentimientos y con los de otras


personas, no juega con ellas. Le dirá la verdad a Cuddy sin filtros.
Juega con ironías y sarcasmos pero, a la hora de decir la verdad de
sus sentimientos, no miente. A quienes encubren sus sentimientos o
dicen frases para quedar bien con la gente, House los llama
hipócritas.
Llega a la casa de Cuddy a la madrugada, todavía alcoholizado, y
le dice que tienen que hablar porque él tomó una decisión:

House.—Ser feliz y estar enamorado de ti me hace un


pésimo doctor.
Cuddy.—Cierra la boca, ¿quieres terminar la relación? Estás
ebrio.
House.—Sí, estoy ebrio y también tengo razón; tú me hiciste
un peor doctor y la gente va a morir debido a eso. Sé que tú
vales. Si tengo que elegir entre salvar a todos o amarte y ser
feliz, te elijo a ti. Elijo ser feliz contigo, siempre te elegiré —
recostándose en la falda de Cuddy—. Mi cabeza está en tu
vagina.
Cuddy.—Vete a dormir.
House.—Sí, me siento cansado.

Concluye este capítulo con la imagen de House durmiendo en el


sillón con Cuddy, ella está sentada y él tiene su cabeza en la falda
de ella.

House y su gran conflicto

Si da rienda suelta a sus sentimientos, se distrae y las distracciones


pueden ser fatales. Por ellas se pueden morir pacientes y esto es
insoportable para House. Él se siente muy culpable y responsable
cuando esto ocurre. Cada muerte le provoca un terrible dolor y para
paliarlo se va a un bar y se pone ebrio, como lo vemos en este
episodio. Se siente totalmente afectado, con lo que comprobamos
nuevamente que no es un psicópata; si lo fuera, estas muertes no le
importarían nada. Los psicópatas no registran que son culpables.

“Sorpresa”: episodio (7.15)

House se queda a dormir en casa de Cuddy. Cuando suena el


despertador, ella lo llama. No lo ve y cuando se levanta, él está
debajo de la cama, la toma de las piernas jugando como un niño y le
dice:

House.—Te atrapé.
Cuddy.—¿Te escondiste abajo para matarme de un susto?
Es como ser la novia de un niño.
House.—Espero que no.

La psicología de House

House tiene su personalidad dividida en dos. El adulto en lo


profesional, un brillante diagnosticador y un “genio” (como se lo han
dicho sus colegas en más de una oportunidad); esa es la parte
madura de su personalidad en su profesión como médico que él ha
hecho crecer a niveles ilimitados. Y el House niño en lo emocional
que no se ocupa de hacer crecer esa parte suya, la cual le trae una
infinidad de conflictos en lo relacional con pacientes, colegas y
amigos. En este episodio se ve con claridad cómo esa parte infantil
emocional de su personalidad le juega en contra con Cuddy.
Continuando con House y Cuddy… cuando se despiertan, ella va
al baño y le cuenta que hay sangre en su orina. Se terminan los
juegos entre ellos. Y todo este episodio es sobre el diagnóstico de
Cuddy. Los primeros resultados House se los lleva a su despacho y
le informa que son normales pero ella dice que la sangre pudo haber
venido de los riñones.
Wilson le realiza un estudio y ve que tiene una masa en el riñón.
House entra preocupado al despacho de Cuddy y, queriendo negar
que el diagnóstico sea más comprometido, le dice que debería
esperar para redactar su testamento con el abogado que está con
ella:

House.—La locura puede esperar hasta la biopsia de esta


tarde.

Durante la lluvia de ideas con su equipo, y refiriéndose a un


paciente que también orinó sangre, House dice que una masa en el
riñón no significa cáncer. Está haciendo conjeturas sobre Cuddy,
más que del paciente del que están hablando.
Preocupado, va a hablar con Wilson y le dice que él debería
hacerle compañía a Cuddy (la biopsia es en una hora) y exclama:

House.—Odio el olor a muerte.

Como siempre House habla en metáfora y se refiere a la muerte


de la pareja, no de la biopsia.

House.—Hablo de nuestra relación de pareja —refiriéndose a


él y Cuddy—. Necesita apoyo y comodidad, cosas de las que
yo carezco, esto va inevitablemente a…

House sabe que no le puede dar ni apoyo ni comodidad, tal vez


podría si no fuera tan niño en la parte emocional; él reconoce que
estas actitudes son propias de alguien que es emocionalmente
maduro. Es por eso que se apoya en Wilson que quiere aconsejarlo,
a lo que House responde:

House.—No voy a actuar como si hubiera una crisis antes de


saber si hay una. Nada prueba que ella tenga algo malo.

La psicología de House

Aparecen los miedos de House ante el futuro diagnóstico de Cuddy.


Wilson le dice que si ella tiene miedo, él como novio tiene que
hacerla sentir mejor. Y justamente House no puede, o no sabe,
cómo contener o bajar los miedos de alguien porque él mismo
reconoce que carece de eso. Y para contener, ser soporte y hacer
sentir confort a otro, es necesario ser una persona madura y adulta.
House, en este sentido, es como un niño asustado. Puede ser el
profesional más adulto con sus razonamientos médicos, pero falla
en la parte emocional, y él lo sabe. Aunque busca ayuda en Wilson,
no logra hacerlo. Y como él no puede, lo manda a Chase a que le
haga compañía a Cuddy; entre ellos conjeturan si House vendrá a
verla.

House y su sueño

Se queda dormido y tiene una pesadilla: todos los profesionales de


su grupo están luchando con él, entre la vida y la muerte,
ensangrentados como si fueran monstruos y la voz de Cuddy le
dice: “House, ayúdame”. En el sueño le pregunta a Chase si fue a
ver a Cuddy.
Al mejor estilo freudiano: “el sueño y su relación con el
inconsciente”. House sueña que Cuddy está entre la vida y la
muerte y todos los profesionales del equipo están ahí; es él quien no
puede estar porque le pregunta a Chase si fue a verla. Este sueño
es una joya para la situación que están viviendo.
En otra escena, House sigue sin poder ir a ver a Cuddy. Está en el
departamento de Foreman jugando video juegos en el televisor y él
le dice que no importa lo mal que se sienta acompañando a Cuddy
en su habitación, si evade ir allí, estará peor.
Wilson va a la casa de Cuddy a llevarle la tomografía y lo llama a
House al celular; le dice que están comprometidos los pulmones, a
lo que Foreman agrega que así se ve el cáncer cuando hace
metástasis.
House queda desencajado y con los ojos llorosos dice:

House.—Morirá.

En otro sueño Cuddy exclama:

Cuddy.—Tenía la esperanza de que encontraras la manera


de ayudarme a manejar todo esto, quizás no puedas porque
todavía eres un niño.
House.—Lo haré mejor.

En este sueño aparece la imagen recurrente de Cuddy que le dice


que es un niño; en verdad su parte emocional no maduró, él lo sabe
y dice que lo hará mejor. En otros episodios también usa estas
palabras. Por eso pidió ayuda a Wilson y a su psiquiatra Nolan. Él
quiere hacer mejor las cosas con respecto a sus vínculos y a sus
relaciones, sobre todo cuando están comprometidos sus
sentimientos. Expresa su deseo pero algo le impide concretarlo.
Cuddy conoce esta dificultad de House para relacionarse, por eso
ella también tiene un sueño antes de entrar al quirófano donde le
anuncia:
Cuddy.—Podría ser demasiado tarde.

Esto en lógica referencia al hecho de que ella podría morir con


ese diagnóstico. Se despierta en la habitación del hospital y House
la va a ver, se miran los dos con lágrimas en los ojos y él le dice:

House.—No estuve aquí, lo siento —se estrechan las manos.


Cuddy.—Sabía que vendrías.

House se acerca a la camilla y besa a Cuddy en la boca, antes de


que la lleven para cirugía y, con su ironía y sentido del humor
habituales, exclama:

House.—Si no sobrevives, no dormiré con nadie al menos


por un mes.

Cuddy responde a su ironía y sonriendo le contesta:

Cuddy.—Que sean dos meses.

Luego se ve la imagen de Cuddy en el quirófano y House que la


mira conmovido a través del vidrio. Al quedarse dormida, ella tiene
un sueño al mejor estilo comedia musical. Sueña que ambos están
bailando en el cielo, entre las nubes... un sueño con pasos de baile
que los dos interpretan mientras se escucha esta letra fabulosa:
Get happy: sé feliz
(Música de Jon Ehrlich y Jason Derlatka)

Olvida tus problemas


Vamos, sé feliz.
Será mejor que ahuyentes
Todas tus preocupaciones
Grita aleluya.
Vamos, sé feliz.
Prepárate para el juicio final.
El sol brilla.
Vamos, sé feliz.
El Señor está esperando
Tomar tu mano.
Grita aleluya.
Vamos, sé feliz.
Vamos a la Tierra… Prometida.
Nos estamos dirigiendo
A través del río.
Lávate los pecados en él.
Todo es muy tranquilo…
…del otro lado…
Olvida tus problemas.
Vamos, sé feliz.

Una metáfora maravillosa sobre lo que podría pasar después de


la muerte.
Cuando Cuddy despierta, House está a su lado y le informa que
no tiene cáncer, que tenía un oncocitoma que le extirparon y estará
bien. Lo que tenía en los pulmones era una reacción alérgica pero
gracias a los antibióticos ya no tiene nada. House le muestra lo que
le extirparon en un frasquito. Cuddy aquí le cuenta de los miedos,
que por supuesto tuvo, en metáfora:

Cuddy.—Hay muchas cosas a las que les tengo miedo y, la


mayor parte del tiempo, logro encerrarlas detrás de las
puertas; y si esto pasa, todas las puertas se acaban de abrir.
Se abren las puertas porque la operaron de un tumor renal
benigno (oncocitoma). El sueño de ella, mientras la operaban en
versión comedia musical, es una hermosísima metáfora de su miedo
a la muerte. Esta imagen de las puertas que se cierran y se abren le
da a House una idea para encontrar el diagnóstico del paciente
grave que estaba atendiendo en el hospital. Cuddy se da cuenta y le
dice que vaya. Esta forma en la que funciona House es exactamente
una de las estrategias de los genios (en este libro hay un capítulo
dedicado a ese apasionante tema).
En otra escena, se la ve a Cuddy ya en su casa hablando con su
hermana que estuvo cuidando a su hija mientras estaba internada.
Le hace el comentario de que no deje a mano pastillas (el frasco de
Vicodin de House), porque su hija Rachel las llama caramelos.
Cuddy va a ver a House y le dice que sabe que cuando la fue a ver
había tomado Vicodin, pero que no debería hacer eso, que podría
haber pasado esa circunstancia (de la posible enfermedad de ella)
sin drogas. A lo que House responde:

House.—Estaba asustado porque creí que mi novia podía


morir.

Cuddy dice que él no toma Vicodin porque está asustado, sino


para no sentir dolor. Todo lo que hace es para evitar el dolor: las
drogas, el sarcasmo, el mantener a todos alejados y que así nadie
pueda dañarlo.

House.—A diferencia de todos los demás que buscan el dolor


como si fuera un tesoro enterrado.

Le quiere decir que él quiere deshacerse del dolor, no hacer lo


que hacen los demás.

Cuddy.—Siempre que alguien te importa hay dolor, no


puedes amar a alguien sin abrirte a ti mismo a sus
problemas, a sus miedos; si no estás dispuesto a hacerlo…
House.—Yo fui para estar contigo.
Cuddy.—Pero no estuviste conmigo realmente.
House.—Yo lo deseaba.
Cuddy.—Eso no es suficiente.
House.—Lo puedo hacer mejor.

La psicología de House

La frase “lo puedo hacer mejor” es dicha por House en más de una
oportunidad a lo largo de varios episodios; vemos que así se esforzó
en su brillante carrera y es verdad que lo pudo hacer mejor, con su
inteligencia, con sus acertados razonamientos, lo cual lo hacen ser
genial en su profesión. Pero no puede con su emoción, quiere e
intenta hacerlo mejor pero no alcanza para los demás, incluida
Cuddy, quien ante esta frase, responde:

Cuddy.—No creo que puedas. Te elegirás a ti sobre los


demás una y otra vez porque así eres tú, lo siento.

Se lo dice acariciándole la cara y con lágrimas en los ojos.

House.—No, no, no, no. No lo hagas. No lo hagas.

En alusión a que no lo deje, ya que otro duelo sería insoportable


para House. Cuddy le explica que ella pensó que podía (seguir con
House), en una escena conmovedora y llena de emoción:

House.—Por favor, no lo hagas.


Cuddy.—Adiós, House.

Vemos a House desolado, conmovido, angustiado, sentado en el


piso de su baño, con un frasco de Vicodin en la mano. Así termina la
relación con Cuddy.
Cuando empezó la relación entre ellos, desde su honestidad,
House le dijo que pensaba que esta no iba a funcionar (porque él
haría las cosas espantosas que está acostumbrado a hacer) y que
él no era una buena elección para alguien que tenía una hija.
Muchas mujeres se sienten identificadas: cuando se enamoran,
piensan que su hombre cambiará a futuro. Algunos hombres hasta
prometen que lo harán. No es el caso de House. Él le dijo la verdad
desde el principio y además le hizo pensar, desde el primer día en
que ella lo fue a buscar a su casa, que la relación comenzaba por un
impulso de ella. Le dijo que no funcionaría, fue totalmente sincero. Y
Cuddy lo deja por lo mismo que House predijo: que él es una mala
elección para su hija y que ella pensaba que iba a cambiar.

Para reflexionar

¿Cuántas personas comienzan una relación pensando que el otro


va a cambiar, o muestran una imagen de sí mismas que no es la
verdadera? Este no es el caso de House.
CAPÍTULO 21

“El archienemigo de House”: la muerte

H ouse le da batalla sin descanso y lo hace absolutamente todos


los días, aun en las circunstancias en las que otros médicos se
rendirían. La muerte, por su parte, es un adversario poderoso con
quien se enfrenta. La mayoría de las veces, House gana y la
derrota, aunque en algunas ocasiones no hay un final feliz y sus
pacientes mueren.
Fue un golpe duro para House experimentar el hecho de que dos
de sus colegas murieran. En el episodio “Simple explicación” (5.20),
muere el residente del nuevo equipo Lawrence Kutner. El joven se
suicida y su muerte para House será siempre un enigma que no
pudo resolver.
En el episodio “El corazón de Wilson” (4.16), pierde la vida la
residente Amber. House le pide a ella que lo vaya a buscar a un bar,
porque está alcoholizado, y cuando ambos regresan el micro choca.
Posteriormente, él está muy grave y ella muere.
La realidad es que House no puede soportar la muerte de un
paciente, ni de nadie de su equipo de colegas, por ningún motivo.
Esas experiencias lo llenan de amargura, dolor y angustia.
Mucho menos soporta el hecho de descubrir tarde los
diagnósticos. Esto es lo que le sucede cuando está distraído con la
banda de los mariachis para alegrar a Cuddy en una fiesta. House
descubre el diagnóstico del paciente que atiende a destiempo y
cuando envía a su equipo a la habitación para curarlo, ya es tarde.
Se encuentran con que lo están reanimando, y al instante muere. De
este modo, House llega a la conclusión de que “estar enamorado de
Cuddy lo hace un peor doctor”. Siente que se distrajo y perdió
tiempo en realizar el diagnóstico.
El gran problema para él es que, enamorado de Cuddy, no puede
cumplir con su “misión” en la vida. Su gran talento es ser un doctor
excepcional. Reconoce que su gran conflicto psicológico es que
para ser un buen doctor, no puede ser feliz porque estar enamorado
lo distrae.
Las muertes están conectadas con las pérdidas y los duelos no
resueltos, lo cual tiene que ver con los sentimientos que House
experimenta: desolación, vacío, ausencia, dolor, impotencia,
sufrimiento, angustia, soledad, miedo, tristeza, irreversibilidad,
desconcierto, nostalgia, desesperación, auto-reproche.
House pasa por todos estos sentimientos a lo largo de cada
temporada cuando se enfrenta a su archienemigo: la muerte.
CAPÍTULO 22

Cameron y el análisis freudiano

En este capítulo analizaremos la personalidad de Cameron y cómo


House realiza interpretaciones psicológicas acertadas sobre ella.
También investigaremos qué pasa entre ellos en realidad. Y
veremos cómo Cameron refleja las actitudes de muchas mujeres de
la vida real.
Cameron, médica residente del equipo de House, es seleccionada
para ser parte de sus colaboradores desde el principio. Ella es la
única mujer y es muy bonita. Al observarla durante las primeras
temporadas, se la ve como una mujer frágil e insegura. Vive
preocupada porque las personas la desestimen, pues ella cree que
la ven bonita y no notan sus capacidades o su inteligencia.
House la contrató porque tuvo el valor de estudiar Medicina, a
pesar de haber podido elegir otro camino. Su buena apariencia
habría sido un pase automático al éxito en cualquier trabajo. Sin
embargo, ella desafió esa circunstancia, estudió duro y se esfuerza
trabajando. House la considera una profesional valiosa para el
equipo, tal como se muestra en el primer episodio y el capítulo 1. Y
desde su análisis psicológico, intuye que hay algo oculto en la vida
de Cameron, cree que algo la dañó en su pasado y le dice:

House.—Las mujeres hermosas no estudian Medicina, a no


ser que sufran un daño del tamaño de su belleza. ¿La violó
un miembro de su familia?
Cameron.—No.
House.—¿Abuso sexual?
Cameron.—No.
House.—Pero algo le pasó, algo la dañó, ¿no?
Cameron.—Me retiro, tengo que irme —sonó su radio
mensaje.

House es un investigador nato, siempre quiere averiguar sobre


todo lo referente a su equipo. Siempre ha considerado a Cameron
como alguien que se preocupa demasiado con cualquier persona
que esté emocional o físicamente herida. Según él, ella siempre
está cerca de las personas “dañadas”. Seguramente le hizo esta
pregunta, porque considera que ha sufrido algún daño emocional.
Por otro lado, a Cameron le cuesta trasmitir malas noticias a los
pacientes y sus familiares. Por el contrario, House y Wilson saben
que dar noticias correctas es parte de una responsabilidad médica,
es parte del trabajo.
Esto se ve claramente en el primer episodio, cuando todavía el
equipo no tiene un diagnóstico concluyente acerca de Rebecca. La
paciente quiere saber qué tiene, pensando que puede tratarse de un
tumor. Cameron le dice que tiene vasculitis (inflamación de los
vasos sanguíneos del cerebro). Pero al salir de la habitación, Chase
le dice a Cameron que debió decirle la verdad, que aún no tienen un
diagnóstico. Cameron responde que le dio esperanzas pero, según
Chase, son esperanzas falsas. En realidad, lo que hace Cameron es
mentirle a la paciente, quizás porque a ella misma le asusta la
posibilidad de que tenga un tumor.
En el episodio “Maternidad” (1.04), Cameron tiene la misma
actitud. Les brinda falsas esperanzas a los padres de un bebé, lo
cual Wilson le hace notar, y luego, cuando el bebé muere, House la
obliga a darles la noticia a los padres y le dice que “haga su trabajo”.
Cameron quiere hacerse valer, intentando manipular al grupo,
pero House se da cuenta y le explica que ella quiere llevar al grupo
a una posición negociadora suave. El mismo método de “cinco
pasos sencillos para llegar al sí”. Este afirma que si se hacen cinco
preguntas en las que se induce a un grupo a decir que sí, en la
sexta el grupo también dirá que sí, sea o no la respuesta correcta.
Esta es una forma de manipulación, como se ve en el episodio “El
nuevo jefe del Consejo” (1.14).
Cuando analizamos las actitudes de Cameron, vemos que aunque
parece ser ingenua y cándida, la verdad es que no lo es. Otro
ejemplo está en el episodio “La navaja de Occam” (1.03); allí ella
hace que a Chase se le derrame el café por quedarse mirándola
después de lo que dijo sobre el sexo. Ella se da cuenta y retoma el
tema con Chase, refiriéndose al paciente que están tratando con
síntomas muy raros y llegó al hospital luego de una noche de sexo
muy intenso con su novia:

Cameron.—El sexo quizás sea mortal. ¿Sabes por lo que


pasa el cuerpo humano durante el sexo? Las pupilas se
dilatan. Las arterias se estrechan. La temperatura aumenta.
El corazón se acelera. La presión sanguínea está por los
cielos. La respiración va de rápido a lento. El cerebro lanza
impulsos eléctricos a ninguna parte. Hay secreciones en
todas las glándulas y los músculos se tensan como si
levantaran el peso de tu cuerpo. Es violento, trepidante. Y si
Dios no lo hubiera hecho tan divertido, la raza humana habría
muerto hace siglos. Qué suerte que los hombres solo tienen
un orgasmo. ¿Sabes que el de la mujer puede durar una
hora?

Cameron en apariencia se muestra como una mujer delicada, en


sus diálogos y trato con los pacientes, pero en su interior existe una
personalidad fogosa y sensual. Ella está enamorada de House, pero
actúa sin manifestárselo directamente, lo hace de modo indirecto.
Luego empieza a buscar la manera de conquistarlo, desde la
ocasión en la que ella le administró una medicación incorrecta a
Jessica, una niña de nueve años con sobrepeso, en el episodio
“Peso” (1.16).
House esperaba solamente una disculpa por este error.
Es evidente que a Cameron le atrae House desde hace tiempo.
En la primera temporada, en el episodio (1.16), Cameron ingresa en
el despacho de House y le pregunta si quiere despedirla. Pero
minutos previos a ese encuentro, House le dijo a Vogler que no
despedirá a nadie sino que solo les reducirá el sueldo como lo había
sugerido precisamente Cameron. Se produce este diálogo entre
ellos:

Cameron.—¿Quiere despedirme?
House.—Solo espero una excusa, gracias a Dios vino Vogler.
Cameron.—Por eso insiste en que me equivoqué, es la única
razón por la que puedo pensar que cometí un error.
House.—¿En serio? Porque existe otra explicación, puede
que no tan divertida como su análisis freudiano, pero de
hecho cometió un error.

Y Cameron hace alusión a los sentimientos de ella:

Cameron.—Hace esto porque no puede enfrentar sus


sentimientos por mí.
House.—Yo creo que usted es la única que expresa
sentimientos y si vemos esto desde el punto de vista
psicológico, quizás quiere que la despida, por eso actúa tan
raro…

Cameron.—Usted es el diferente… tal vez solo debo


renunciar, hacerlo más fácil para todos.
House.—Quizás sí.

Cameron se va. Y esta conducta de ella es maravillosa desde el


punto de vista psicológico porque ¡a muchas mujeres les pasa! Ella
es quien expresa sus sentimientos hacia él, creyendo que es él
quien tiene sentimientos hacia ella. Se produce en ella el
mecanismo de proyección*. Es su propia conducta la que focaliza en
otra persona, en este caso House. Deposita en él las cualidades, los
deseos, los afectos y los sentimientos que son de ella. De este
modo, cree que House tiene sentimientos hacia ella. Pero en
realidad se trata de un pensamiento imaginario de Cameron.
Con frecuencia, cuando las mujeres se enamoran de un hombre,
imaginan que a ellos les pasa lo mismo que a ellas: proyectan.
House nota esta conducta porque es un gran intuitivo de la
psicología. Y aunque tiene un buen concepto de Cameron desde el
punto de vista profesional, la respeta y la deja ir para que ella tome
la decisión por sí misma.
Cameron muestra otra conducta muy común: “la auto-profecía
cumplida”*. Entra en el despacho de House con la idea equivocada
de que él la quiere despedir, cosa que no está en la mente de
House. Por el contrario, él la espera con chocolates o flores,
pensando que ella se disculpará por el error de administrarle una
medicación equivocada a una paciente. Pero Cameron viene con la
idea que House la va a despedir y es ella misma quien provoca que
se cumpla su pensamiento: “me va a despedir”. Y se cumple,
aunque no estaba en los planes de él despedirla.
Ella quiere conquistarlo y conocer los sentimientos de él, por eso
le dice: “Quizás deba renunciar”; House le dice que sí. Se va del
hospital y decide ir a la casa de House, toca el timbre mientras él
está tocando el piano. Esto ocurre en el episodio “Modelo a seguir”
(1.17), cuando House da una conferencia pero no se deja corromper
por un millonario dueño de un laboratorio.
Ni bien entra en el departamento, Cameron le dice a House:

Cameron.—No tiene que despedir a nadie. Yo me voy.


House.—Este es otro gesto noble de auto sacrificio. ¿Trata
de proteger a Foreman?
Cameron.—No.
House.—Entonces sería: no me despida, renuncio.
Cameron.—Me estoy protegiendo. Me preguntaste por qué
me agradas, no lo sé, eres brusco y grosero pero pensé que
todo lo que hacías era para ayudar a los demás, y me
equivoqué. Lo haces porque es lo correcto. Solo hay dos
formas en que puedo enfrentar las cosas, en una puedo tener
control diciendo adiós. Me voy House.

Cierra la puerta del departamento de House y se va. Aquí


Cameron le confiesa que él le agrada, y le muestra sus
sentimientos.
Otra actitud manipuladora de los seres humanos: decir “me voy”
pretendiendo que la otra persona los siga. El caso es que muchos lo
consiguen.
Cameron, en este caso, lo hace para comprobar si House la va a
buscar, cosa que ocurre, él la va a buscar porque es una buena
médica. Pero Cameron quiere saber si House se siente atraído por
ella, ya que ella le anticipó que él le agrada. Claro que se lo dijo al
estilo Cameron, en forma sutil y delicada, aunque sus intenciones
son otras.
Mientras tanto en el hospital, House gana la batalla y Vogler, se va
por lo que ya no tiene la presión de despedir a nadie. Como House
considera que Cameron es muy buena médica, va a buscarla para
pedirle que trabaje nuevamente en el equipo del hospital. Toca el
timbre del departamento de Cameron, y cuando ella abre la puerta
le dice:

House.—Vi la luz encendida.


Cameron.—Es de día.
House.—Es una forma de hablar, siempre tan literal.

House en realidad habla con metáforas la mayoría de las veces y


le atraen las mujeres que las captan. No es el caso de Cameron.
Aunque reconoce que es una gran profesional, a veces la ve como
una niña, como si todavía jugara con “ositos de peluche”.

Cameron.—¿Por qué estás aquí?


House.—Vogler murió.
Cameron.—¿Qué? ¿Qué pasó?
Otra metáfora de House que Cameron no entiende.
House.—Otra vez con el sentido literal. Vogler, la idea del
Señor “destructor con billetes”, el Señor “ricachón”, se inclinó
ante mí y se fue del hospital, y las cosas pueden ser como
antes.
Cameron.—Pues eran muy extrañas.
House.—Eso funciona para mí. Me gusta lo raro.
Cameron.—Literalmente, ¿qué quieres?
House.—Que regreses al hospital.
Cameron.—¿Por qué?

En ese momento le llega a House un mensaje del hospital, lo


llaman porque hay una epidemia, y Cameron le dice:

Cameron.—Te llegó un mensaje —porque escuchó el radio


mensaje que llevan los médicos para las urgencias.
House.—No es gran cosa, una especie de epidemia, no es mi
área.
Cameron.—¡Tienes que ir es importante!
House.—Lo que hago ahora es importante.
Cameron.—¿Por qué quieres que vuelva?
House.—Porque eres una gran médica.

Aquí es donde House le dice literalmente la verdad a Cameron,


que en realidad le dijo desde el principio cuando la incorporó para
trabajar en el hospital. En ese momento le explicó que la tomaba
porque es muy linda, y ella entendió rápidamente que era para
acostarse con ella; nuevamente Cameron con su mecanismo de
“proyección”. Lo que sí le dijo fue que seguramente ella tuvo que
haber hecho un gran esfuerzo por estudiar Medicina, porque
cualquier otra carrera habría sido más sencilla para ella por lo linda
que es. Y tuvo en cuenta ese esfuerzo para contratarla.
Volviendo al diálogo anterior, Cameron le pregunta:

Cameron.—¿Es todo?
House.—¿No es suficiente?
Cameron.—No para mí. Vaya a encargarse de su peste.

House la vuelve a respetar, no intenta convencerla ni entra en su


casa. Se dirige al hospital para atender la epidemia de meningitis de
una competencia de natación cercana.
Luego House toma una serie de entrevistas a otras postulantes, y
para ello es ayudado por Wilson, pero ninguna le parece tan buena
médica como Cameron. Por eso se dirige nuevamente a buscarla y
toca a su puerta. En realidad, Cameron manipuló la situación para
que esto sucediera. Cuando abre la puerta le dice:

House.—Ya no quiero entrevistar a nadie.


Cameron.—No volveré, ya te lo dije.
House.—Quieres que te escuche más, puedo hacerlo.

House psicólogo

Este es el House que hace la diferencia, el que tiene gran capacidad


de escucha, su gran perfil psicológico. El House que cree que no la
escuchó lo suficiente por eso va más allá del médico común y se
parece a un verdadero psicólogo. Está dispuesto a escuchar lo que
Cameron quiere para volver a trabajar en el hospital. Y ella le
anuncia:

Cameron.—Ya acepté otro puesto en otra parte, trabajar con


otro.
House.—¿Con quién?
Cameron.—Con Yeuell, en Jefferson.
House.—No lo aceptes.
Cameron.—¿Por qué?
House.—Porque Yeuell es aburrido, es pedante, pretencioso
y es enano. Porque quiero que regreses.
Cameron.—No es suficiente.
House.—¿Quieres más dinero, prestación de auto, mejor
lugar de estacionamiento?

Los ofrecimientos de House serían lo esperable en una relación


laboral, pero Cameron le contesta que quiere otra cosa:

Cameron.—Una cena, y no solo cenar como colegas, sería


una cita.
House.—¿Volverás al trabajo si tengo una cita contigo? —
pregunta extrañado
Cameron.—Sí.
House.—Correcto. Es un trato.

Cameron.—Te veo mañana.


House.—No llegues tarde.

House se va sorprendido por la respuesta de Cameron, pero ella


logró su propósito anhelado: tener una cita con House, y él logró
que ella volviera.
Esta es una conducta muy practicada por las mujeres, no solo por
Cameron. Desde la manipulación, la presión o la extorsión solapada,
logran la cita para ver si pueden conquistar a ese hombre. Ellas
desearían que sean ellos quienes las conquisten pero como eso no
ocurre, despliegan todo tipo de conductas para ver si lo logran.
Algunas lo logran, pero veamos qué ocurre con House…
Sabemos que él es ético también en estas circunstancias, no se
aprovecha de oportunidades como esta que otros hombres
aprovecharían. Es así como Cameron vuelve al trabajo, en el
episodio “Perversión” (1.20). House le pide discreción por la “cita“,
pero Cameron ni bien lo ve a Chase le dice:
Cameron.—Es mi jefe, puedo acosar sexualmente a mi jefe.

En otra escena por los pasillos del hospital, Cameron le pregunta


a House dónde irán para vestirse acorde y él le dice con ironía:

House.—Botas del ejército y camiseta, te llevaré al torneo de


paintball (torneo con balas de pintura); el premio son
cincuenta dólares, lo compartiré si llegas a la final.

Cameron le dice que ese no fue el trato, como siempre ella no


entiende a House en sus ironías ni metáforas. Él le responde que se
quede tranquila, que hizo reservaciones en el Café Spoleto. Y,
nuevamente con ironía, agrega:

House.—En cuanto al atuendo, ¿tendrás algo de panty-lycra


o eres demasiado niña?

Otra vez le hace entender metafóricamente que la ve como una


niña, porque esas son medias largas que las mujeres usan cuando
dejan de ser niñas. Cameron está muy ilusionada pero House,
literalmente, la ve de esa manera.
Pareciera que estos comentarios Cameron no los registra, lo
quiere seducir en la cita, como literalmente les ocurre a muchas
mujeres; solo que los hombres se aprovechan de ellas cuando se
muestran de ese modo, seduciéndolas porque ellas piden eso a
gritos. Los hombres que se aprovecharían de una circunstancia así
son los que tienen alguna característica psicopática, no es el caso
de House.
Llega el momento de la cita en el restaurante que House reservó.
A House se lo nota incomodo, le lleva unas flores como prendedor
para su vestido.

Cameron.—Es hermoso —se lo prende en el vestido —y tú


luces tan elegante.
House.—Gracias.
Cameron.—Siempre me gustó este restaurante.
House.—Sí, cambió mucho desde la última vez que vine,
había nudistas, ¡qué lindos pendientes!
Cameron.—Son de mamá, gracias.
House.—Bonitos zapatos. ¿Son cómodos?
Cameron.—No espero que seas alguien que no eres.
House.—Estamos en un restaurante. Vestidos para comer,
debe haber una charla.

Cameron hace una interpretación mencionando a Freud:

Cameron.—De acuerdo a Freud, y estoy parafraseando, el


instinto del amor hacia un objeto requiere maestría para
obtenerlo y si alguien siente que no controla el objeto, o se
siente amenazado, se comporta negativamente hacia él, igual
que un niño de ocho años cuando golpea a una niña.

Es maravilloso lo que le dice Cameron a House (podemos


observar su personalidad manipuladora), cuando habla de que si
alguien tiene “amor al objeto”, sería algo parecido a: “Si yo tengo
amor hacia ti, requiero maestría para obtenerte”. Es decir se
requiere de la maestría de Cameron para obtener a House.

House.—Te traté como basura, ¿de modo que yo te agrado?


Según tu teoría freudiana, ¿qué significado tiene que no soy
amable contigo?

House quiere saber qué significado tiene para ella que él no la


trate amablemente.

Cameron.—Que te pones en contacto con tus sentimientos.


House.—Entonces, ¿no hay nada que yo pueda hacer para
convencerte de que no me agradas?
Aquí House le dice la verdad y Cameron nuevamente no lo
registra, o adopta una conducta común en las mujeres, lo niega. Es
decir, no escucha, o no quiere escuchar, que House le dice que ella
a él no le agrada.

Cameron.—Lo siento, la oportunidad que tengo contigo esta


noche no quiero desperdiciarla hablando de los vinos que te
gustan ni de qué películas odias. Quiero saber lo que sientes
por mí.

Y House le responde con total sinceridad:

House.—Vives con la vana ilusión de que puedes arreglar lo


que no es perfecto. Por eso te casaste con un hombre que
moría de cáncer. Tú no amas, tú necesitas. Y ahora que tu
esposo murió, buscas un nuevo caso de caridad. Por eso
saliste conmigo. Te doblo la edad. No soy apuesto ni guapo,
tampoco soy amable. Lo que soy es lo que necesitas. Estoy
muy dañado.

House le devuelve a Cameron una interpretación al mejor estilo


freudiano. ¡Mejor imposible! La frase clave es “soy lo que necesitas”,
porque Cameron tiene esa necesidad: necesita un hombre que la
necesite. House es un hombre dañado y eso es lo que Cameron
necesita, ser necesitada.
Hay muchas mujeres que funcionan de este modo, buscan a un
hombre que las necesite por diversos motivos (para curarlos de
algún padecimiento, porque están dañados, porque ellos no pueden
algo: hacerse la comida, lavar la ropa, ir al supermercado, etc… hay
una larga lista de lo que los hombres no podrían o no querrían
hacer). Y para ellos están estas mujeres.
House no se enamora de este tipo de mujeres. Y la mayoría de
ellas, después de que los obtuvieron, los “quieren cambiar”.
La palabra que emplea House es “dañado”. Existen muchos
daños y las necesidades que ellas buscan en estos hombres son
muy diversas; pero siempre es para rescatarlos de lo que les pasa:
alcohol, drogas, maltrato que tuvieron de niños, etc.
La necesidad que tienen estas mujeres es la de ser necesitadas o
necesarias. En el caso de Cameron, ella eligió a su primer marido
porque estaba enfermo y ella era necesaria para cuidarlo. Este tipo
de mujeres piensan cosas como: “lo rescataré”, “seré su salvadora”.
House sabe que la mujer que tuvo esa manera de conducirse con
su primer marido repetirá lo mismo con el próximo. Lo que observa
en Cameron es un mecanismo muy de Freud: “compulsión a la
repetición”*. Repite con House la misma conducta que tuvo con su
esposo anterior, un hombre dañado para el que ella era necesaria.
House continúa y le dice:

House.—Tú no amas, tú necesitas.

House quiere y ama, y se enamora de las mujeres que lo aman,


no de las que tienen “necesidad de ser necesitadas”.
El hombre adulto funciona como House en la elección de una
mujer; el hombre con mentalidad de niño busca ese tipo de mujeres
que son como Cameron, inmaduras emocionalmente. Por eso,
House la ve metafóricamente como un “osito de peluche”, es decir
como una niña. Ella es aniñada y no lo ama, lo quiere para su
necesidad de tener al lado un hombre dañado.
Cameron siempre sintió una gran atracción por House y ella ve las
dos partes del iceberg que mencionamos al principio. La fachada o
la parte visible (“te traté como basura, no soy amable contigo”); y la
verdadera esencia de su humanidad o la parte del iceberg que no se
ve pero está allí abajo.
Ese día, cuando House vuelve a su casa, mira nostálgicamente
una foto antigua de Stacy, su ex mujer.
Cameron recién se da cuenta de lo que House siente por ella,
cuando en el episodio “Luna de Miel” (1.22) ve cómo es el trato con
Stacy, su ex-mujer, después del divorcio tras cinco años de no
verse.
Se da cuenta, sobre todo, cuando House mira cómo Stacy y su
marido actual se abrazan (aquí se puede ver a un hombre todavía
enamorado de su ex-mujer). Saca conclusiones de que House es
bastante capaz de amar pero a ella no la ama, y lo dice de este
modo:

Cameron.—Creí que estabas muy dañado para amar a


alguien. Me equivoqué, es a mí a quien no amas, eso es
bueno, me alegro por ti.

Avanzando en la serie, luego Cameron empieza una relación con


Chase de “amigos con beneficios” en la tercera temporada, y se
casan al final de la quinta temporada. Lo abandona al principio de la
sexta temporada, por un mal entendido, porque cree que House
influyó en una decisión referida a la muerte de un dictador, que en
realidad tomó Chase. Y decide irse del hospital. A mediados de la
sexta temporada vuelve para pedirle a Chase los papeles de
divorcio. En una escena maravillosa en la que se lo ve a Chase
confundido, él se pregunta si ella verdaderamente lo amó.
CAPÍTULO 23

Dr. Robert Chase

E l Dr. Robert Chase fue contratado por House debido a que su


padre, un reconocido médico reumatólogo de fama mundial, lo
llamó por teléfono para pedirle que lo incorporara.
A lo largo de la serie observamos que, en el ámbito profesional,
su especialidad en Medicina de Terapia Intensiva le resulta útil al
equipo en su práctica de diagnósticos. Él sabe bien qué hacer
cuando un paciente ingresa al quirófano en estado crítico.
En lo personal, traiciona a House durante el período en el que
está el psicópata y archimillonario Vogler como Jefe del Consejo del
Hospital Princeton Plainsboro. Chase actúa como informante; esto
ocurre en el episodio “Peso” (1.16).
Pero House, con la grandeza que lo caracteriza, le dice a Wilson
que lo hizo para conservar su trabajo. Con esto quiere decirle que
no le importa que lo haya traicionado y que no lo despedirá por ese
motivo. Aunque no le gusta lo que sucedió, House no le guarda
rencor y a largo plazo termina perdonándolo.
Por el lado religioso, sabemos que Chase alguna vez fue
seminarista y se sintió atraído hacia el sacerdocio. El verdadero
padre de House fue un ministro religioso, tal vez este haya sido otro
motivo más que hizo que lo contratara.
Sin embargo, sus actitudes son propias de un ser perezoso, rico y
malcriado. Foreman considera que no merece estar en un “equipo
de elite” como es el de House, pero él hará cualquier cosa por
permanecer en el puesto.
En el episodio “El nuevo Jefe del Consejo” (1.14), escanea la
pierna izquierda de una paciente dos veces, en lugar de escanear la
derecha y la izquierda. Comete un error porque se distrae con una
nueva y hermosa residente, conversando acerca de dónde iría a
esquiar.
Lo que está buscando el equipo es una posible trombosis en la
pierna derecha. House se enfurece porque la pierna derecha le
duele mucho a la paciente; sabemos que él tiene gran sensibilidad
con este tema debido a su propia pierna que por un error de los
médicos (un diagnóstico tardío), le quedó con dolor crónico para
siempre.
En el episodio “La maldición” (1.13), durante la primera
temporada, aparece inesperadamente el padre de Chase para
asistir a una conferencia. Y como House padece también curiosidad
crónica, quiere saber por qué Chase lo evita. Así conocemos la
historia de Chase…
Cuando era pequeño, su madre era alcohólica y el padre los
abandonó a ambos. Lo dejó al cuidado de ella hasta que murió,
cuando él tenía 15 años. Esto explica el motivo por el cual Chase
tiene poca tolerancia a los pacientes alcohólicos quienes, por beber,
se causan enfermedades que los llevan a la muerte.
La curiosidad de House hace que se entere de que el padre de
Chase vino desde Australia, en realidad, para ver a Wilson que es
Jefe de Oncología. Tiene un cáncer de pulmón estadio IV y le
quedan pocos meses de vida. Es entonces que le pide a House que
guarde el secreto de su enfermedad frente a Chase. Y a pesar de
que House considera un error no informarle nada, respeta la
decisión del padre y no lo traiciona, sino que guarda su secreto.
Luego, en el episodio “El error” (2.08) de la segunda temporada,
Chase queda conmocionado porque se entera de que su padre
falleció. Se distrae por la noticia y se olvida de hacerle una pregunta
muy importante a una paciente, por lo cual ella muere.
Respecto de su vida afectiva, vemos que en el episodio “Cacería”
(2.07), Cameron lo seduce cuando está drogada con
metanfetaminas. En un principio, ella solo querrá sexo sin
compromiso. Pero cuando Chase queda sin trabajo en la tercera
temporada, al verlo dañado, Cameron acepta tener un compromiso
más formal con él. La historia evoluciona, regresan al hospital y
están juntos a lo largo de la quinta temporada. Chase se enamora
de Cameron y le propone matrimonio; se casan al final de la quinta
temporada.
En el episodio “El dictador” (6.04) de la séptima temporada,
Chase asesina médicamente a Dibala, un presidente africano, un
“tirano genocida” que mató a decenas de miles de personas. Se lo
confiesa a Cameron y ella acepta lo que él hizo.
House jamás habría hecho lo mismo que él y le aconseja que
busque ayuda profesional; Chase busca ayuda en un sacerdote
pero este no le da la absolución.
En el episodio “Trabajo en equipo” (6.08) de la sexta temporada,
Cameron le dice:

Cameron.—Yo estaba enamorada de ti, me desilusionaste.

Y como siempre, Cameron está equivocada al pensar que House


envenenó la mente de Chase. Ella deja su matrimonio y el hospital y
se muda a Chicago.
En el episodio “La ignorancia es una dicha” (6.09), Chase le pega
a House y lo tira al piso, por un comentario que hizo acerca de su
matrimonio. Chase no quiere hablar de sus sentimientos y lo hace
para que todos lo dejen en paz con sus opiniones.
Frente a esta situación, House lo protege de una acción
disciplinaria al negarse a acusarlo de violencia. No lo castiga, lo
perdona.
En el episodio “Encierro” (6.17), cuando el hospital es aislado,
nadie puede salir ni entrar porque un bebé se perdió. Cameron
regresa justo ese día al hospital para pedirle el divorcio. Chase se
queda dudando y piensa si ella solo sentía atracción física por él, o
si lo amó de verdad.
En “Nadie tiene la culpa” (8.11), durante un incidente violento,
Chase queda mortalmente herido y con posible imposibilidad de
caminar. El Jefe de Neurología lo va a ver y Chase le dice:

Chase.—Si tengo oportunidad de caminar otra vez, es porque


el Dr. House es un genio.

En “Persecución” (8.12), Chase se acuesta con una paciente que,


además, es monja. Taub y Adams le preguntan:

Taub.—¿Dormiste con una monja?


Adams.—Olvídate de la monja, ¿dormiste con una paciente?

En “Autopsia” (8.20), Chase tiene un error de diagnóstico y, por


ese motivo, Foreman lo releva del caso. Es del médico forense del
Hospital Princeton Plainsboro, quien lleva muy bien las estadísticas
de los pacientes que murieron y de qué médicos tuvieron esos
pacientes. Como House tiene el número más bajo en las
estadísticas, no quiere ser atendido por Chase y quiere que lo
atienda House.
En “Todos mueren” (8.22), durante el supuesto velatorio de House
cuando se lo creía muerto, Chase dice de él:

Chase.—No fue fácil lidiar con él.

Y es Chase quien queda al frente como Jefe del Departamento de


Diagnóstico Médico, el lugar que House deja vacante.
Personajes del Dr. House
CAPÍTULO 24

Diferentes personas en el camino de House

E stos son algunos personajes que, sin ser protagonistas ni


pacientes, aparecieron en la serie y nos ayudan a entenderla
mejor: Dr. Cristopher Taub: cirujano plástico que dejó su práctica
lucrativa porque tuvo muchos problemas con sus socios, antes de
integrar el equipo de residentes de House. Es conocido por sus
constantes infidelidades con sus parejas. Respeta a House por su
genialidad.
Dra. Remy Hadley: más conocida como “la trece”. Es reconocida
por House como una buena profesional en medicina; es bisexual y
tiene la enfermedad de Huntington (la misma enfermedad que tuvo
su madre).
Dr. Edward Vogler: dueño de un laboratorio que dona
100.000.000 de dólares al hospital y quiere convertirlo en un
laboratorio para sus experimentos. Pretende usar a las personas
como cobayos y, de ese modo, hacerse aún más rico. House siente
una inmediata antipatía hacia él. Se lo anuncia a Cuddy desde el
principio y, cuando ella se da cuenta, el hospital se libra de él y no
puede lograr sus propósitos.
Stacy Warner: el verdadero amor en la vida de House. Aparece
por primera vez en el episodio “Tres historias” (1.21) cuando, luego
de cinco años de estar divorciada de House, vuelve al hospital para
que él cure a su actual esposo Mark.
Dra. Adams: la médica que House conoce en la cárcel que cura a
los prisioneros, en la temporada 8. Luego, cuando House vuelve al
hospital, la contrata porque descubre que es muy buena profesional.
Dra. Park: la médica que trae Foreman para el equipo de House,
cuando en la octava temporada lo busca de la cárcel para que
vuelva al hospital. Luego House la contrata.
Masters: residente de House en la séptima temporada, no es
médica recibida pero Cuddy quiere que integre el equipo de House.
Dominika: se muestra como esposa de House en los papeles,
pero en realidad no lo es. Aparece en la octava temporada. Como
es ucraniana, se quiere casar con House con el fin de tener
aprobación legal y conseguir la Carta de Residencia. Cuando se
entera de que House se la ocultó, lo abandona.
Lydia: familiar de una paciente internada en el Hospital
Psiquiátrico Mayfield de quien House se enamora brevemente,
porque ella se tiene que ir a otro estado cuando se cura su cuñada.
Dr. Lawrence Kutner: forma parte del equipo de House en la
cuarta temporada. Es un médico muy creativo que se gana el afecto
de House y, al final de la quinta temporada, se suicida sin dejar
ningún aviso y sin causa aparente. Todos quedan consternados.
CAPÍTULO 25

Dr. James Wilson

E s el mejor amigo de House y Jefe de Oncología. Siempre se


hacen comentarios humorísticos y ásperos el uno al otro, y
también se dan consejos mutuos. Conversan sobre los pacientes y
se cuentan sus fantasías, sus amores y su vida cotidiana.
Wilson tuvo tres matrimonios y en la cuarta temporada se
enamora de Amber Volakis, quien luego muere en un accidente de
autobús.
Pertenece al Consejo del Hospital. Sus compañeros lo describen
como bueno, agradable, humano, amable. Y, como dice House, “por
la amabilidad indiscriminada, la humanidad (con Wilson incluido)
está sobrevalorada”.
Pero bajo su fachada de buen tipo, también tiene algunos
aspectos ocultos. Según House “nadie es todo lo que parece y todo
el mundo está bastante dañado”.
Wilson intenta ser bueno y amable, y tiene una imagen
sobrevalorada. Puede hacer lo que quiera y no importará si es
sincero o está actuando; siempre puede salirse con la suya. Puede
engañar a sus esposas, practicarle un ADN a Cuddy sin su
consentimiento y darles malas noticias a los pacientes, logrando que
además se lo agradezcan.
House dice que Wilson es un maestro de la manipulación.
Afirma que “necesita ser necesitado”, ya sea por sus pacientes de
cáncer, sus esposas o el mismo House.
En el episodio “El Contrato Social” (5.17), nos enteramos de que
Wilson tenía un hermano esquizofrénico llamado Dany, que es
admitido en una clínica psiquiátrica.
Él dice que el hecho de colgarle el teléfono a su hermano lo
marcó mucho, a tal punto que después de eso desapareció sin dejar
rastro hasta que 13 años después se supo de su internación.
En una oportunidad, Wilson dice que su amistad con House es
“una responsabilidad ética”. Quizás lo que quiere decir es que, como
a su hermano le “colgó el teléfono” y no lo escuchó, no hará lo
mismo con House; tal vez por eso, siempre lo escucha y lo ayuda en
lo que puede.
En el episodio “Destrozado” (6.01), House decide internarse en el
Hospital Psiquiátrico Mayfield (lo hace voluntariamente debido a sus
alucinaciones) y es Wilson quien lo acompaña. Luego, cuando le
dan de alta, se va a vivir con él.
Aunque en esa internación House quiere salir pronto, llama por
teléfono a Wilson y tampoco lo escucha.
House se da cuenta de que Wilson puede tanto mentirle como
manipularlo pero, como percibe que siempre lo hace con buena
intención, lo tolera. Aunque a veces las manipulaciones fracasan y
le hacen daño.
Wilson tiene antecedentes de haber practicado el adulterio.
Estuvo casado tres veces; protege a las mujeres en las necesidades
de ellas pero cuando ellas muestran estar curadas (y no
necesitadas), se va y las abandona porque se aburre cuando no lo
necesitan.
Necesita ser necesitado, por eso está tan cerca de House. Pero
en realidad, al final de la octava temporada, es Wilson quien
necesita de House.
En el episodio “La palabra con c” (8.19), Wilson tiene cáncer y
cuando le dice a House que no quiere que se involucre, House le
contesta que no está a su lado como doctor, sino como un apoyo.
Desde ese momento House accede a lo que Wilson desea, que
es tratarse con dosis muy altas de quimio en su casa; para eso,
House le ofrece la suya.
Le prepara la comida y también todo el equipamiento para la
quimio y lo contiene increíblemente. Con dos semanas de
quimioterapia y luego dos de descanso, Wilson podrá vivir hasta tres
años más.
Sin embargo, toca la puerta de la casa cuando es la próxima
quimio, y House ya tiene nuevamente todo preparado para alojarlo.
Wilson decide no hacer más tratamiento y le dice lo que siempre le
repetían los pacientes a lo largo de toda la serie: “Quiero morir con
dignidad”. Es partidario de la eutanasia.
House le responde que eso no existe, coherente con el
pensamiento que hemos visto en cada temporada y que manifestó
en el primer episodio a Rebecca, su primera paciente.
Sin embargo, House decide acompañar a Wilson y, como siempre,
con angustia por lo que le pasa a su amigo y por un hecho fortuito,
tira por el inodoro de la clínica unas entradas que le había dado
Foreman para un partido de hockey. Esto hace que se inunde el
hospital y se caiga un techo, motivo por el cual House debe ir preso.
En el episodio “Todos mueren” (8.22), House decide ir a una casa
en llamas y darse por muerto para poder acompañar a su amigo.
Cuando Wilson da su discurso en el velatorio (creyendo que
House había muerto), aparece su verdadera personalidad. Dice al
principio que House era su amigo, que hay que recordarlo como un
sanador que salvó vidas y que era un hombre íntegro.
Pero enseguida agrega que era un cretino, que lo necesitó un
millón de veces y se fue una vez que él lo necesita…
En ese momento, suena su celular y ve un mensaje que dice:
“Cállate idiota”. Es de House que se hizo pasar por muerto para
acompañar a su amigo en los últimos meses de vida.
Wilson se va del velatorio y cuando se encuentran, se produce un
diálogo imperdible entre ambos:

Wilson.—Destruiste toda tu vida… ya nunca volverás a ser


doctor.
House.—Estoy muerto, Wilson. ¿Cómo quieres pasar tus
últimos cinco meses?

Lo que no se ve de House, y marcó toda la serie, es que parece


que los demás no le importaran pero no es así. Su altruismo, que
muchas veces está oculto, en realidad está presente y a veces lo
lleva a su propia destrucción.
En cambio Wilson, con su fachada de bueno, no tuvo ningún
problema en hablar y mostrar sus miserias en el supuesto velatorio,
al creer que House lo había abandonado. No abandonó a Wilson,
como no lo hizo tampoco con ningún ser humano que se le cruzó
por el camino, a lo largo de las ocho temporadas.
CAPÍTULO 26

Dra. Lisa Cuddy

E s la Decana de Medicina y Directora del Hospital Princeton


Plainsboro desde la primera hasta la séptima temporada. En la
octava temporada la reemplaza el Dr. Foreman.
Formada como endocrinóloga, a los 32 años se convirtió en la
decana más joven de los EE.UU. También cumple el rol de
Administradora en Jefe del hospital.
Es inteligente y debe equilibrar las conductas de House entre
darle rienda suelta a todos los pedidos de él y ponerles límite. Lo
contrató porque entiende su genialidad y su capacidad para
diagnosticar. Gracias a este don, hay muchos pacientes
agradecidos, lo cual atrae reconocimiento para el hospital y también
donantes.
Cuddy ve en House una incesante búsqueda de respuestas para
descubrir cada diagnóstico y… vidas salvadas.
“Dado que Greg House expresa gran parte de lo que le dice a Lisa
con insinuaciones lascivas y sexistas, parecería que no la respeta
como médica, administradora o ser humano. Sin embargo, está
claro que sí lo hace” (Bárbara Barnett).
Este es el gran juego que los autores y escritores hacen
magistralmente a lo largo de toda la serie: lo que parece ser en
realidad no es, por eso hay que observar lo que vemos y
escuchamos de los personajes, incluido House. Hay que descubrir
“acertijos” y estar muy atento desde el principio hasta el final de
cada episodio.
En la quinta temporada, en el episodio “Dulce Navidad” (5.11),
Cuddy realiza su deseo de ser madre adoptiva.
Durante sus días agotadores tiene que discutir con el proveedor
de una gigantesca e importante empresa aseguradora, porque las
tarifas de pago son insultantes para el hospital. Busca consejo en
House, como vemos en el episodio “De 5 a 9” (6.14).
Él la apoya y aconseja de modo constructivo y aquí vemos que
House nunca se aprovecha de una mujer, no compite por el poder y
tampoco por ningún tema de género.
Siempre lo observa a House por sus conductas, que ella trata de
controlar, pero en el final de la sexta temporada en el episodio
“Ayúdame” (6.22), lo observa de un modo distinto.
“En el lugar de un desastre, cuidando a un paciente en las
circunstancias más desesperadas, ve su dedicación, su pasión, su
habilidad y su compasión. Ella descubre que, por mucho que le
gustaría resistirse, no tiene opción. A pesar de todos sus defectos y
de todo su bagaje, no puede evitar estar enamorada de él” (Bárbara
Barnett).
En la séptima temporada, en el episodio “Y ahora qué” (7.01),
empieza el romance entre House y Cuddy.
Ella va a la casa de House y le dice que lo ama. A él le parece
que fue algo impulsivo y le dice que no funcionará, con su
honestidad de siempre, porque seguirá haciendo cosas espantosas
que no serán convenientes para ella ni para la hija. Cuddy insiste y
él dice que no cambiará; ella le contesta que no quiere que cambie.
En el capítulo 20 “House enamorado de Cuddy”, vemos en detalle
este romance que tiene lugar a lo largo de varios episodios.
Pero ante un diagnóstico de Cuddy por el que ella podría morir,
House se angustia mucho (sabemos que tiene dificultad para
elaborar duelos), no puede contenerla y se va a su casa donde toma
Vicodin porque siente un dolor muy grande en su pierna.
Ella le dice “adiós” y House le responde que lo puede hacer mejor.
En el último episodio de esta temporada, “Seguir adelante” (7.23),
House le pregunta si ella está saliendo con alguien. Cuddy niega
que esté saliendo con alguien y le pide que le devuelva un cepillo de
pelo que él tiene. Se encuentran en la cafetería del hospital para
hablar y House dice:

House.—Tú eres el asunto pendiente, lo hice para arreglar mi


vida, no… lo hice porque soy una persona muy infeliz… lo
hice por inercia, lo hice porque no quería sufrir demasiado, lo
hice porque quería saber lo que es no tener dolor, o lo hice
porque quería mucho más dolor. La razón que sea fue un mal
motivo, una mala razón y una mala idea y es todo lo que
importa.

Se levanta y se va, Cuddy lo sigue y él le pregunta:

House.—¿Quieres saber cómo me siento? Me siento herido.


Cuddy.—Lo siento.
House.—No es tu culpa.

Wilson va a buscar a House a su casa y él le dice que le quiere


devolver el cepillo a Cuddy. Va en su auto a la casa de ella. Mira por
la ventana y la ve compartiendo un café con otro hombre; en la
mesa está su hermana también acompañada.
En vez de tocar el timbre, sube de nuevo al auto, le pide a Wilson
que baje, toma velocidad y choca el ventanal de la casa de Cuddy.
Entra con el auto, sin producir heridos, sale del auto (que quedó
dentro de la casa) y le devuelve el cepillo. Así termina la relación
entre Cuddy y House. Él se siente engañado.
CAPÍTULO 27

Dr. Eric Foreman

E s un doctor afroamericano que se graduó con las mejores


calificaciones en la Escuela de Medicina John Hopkins y es
neurólogo. House lo contrató porque quería alguien con “experiencia
y sabiduría en las calles”.
Cuando su madre lo sacó bajo fianza de la cárcel, sus palabras
impidieron un futuro criminal porque juró no darle ningún disgusto
más a ella.
Su posición es que su jefe siempre está equivocado… y loco.
Constantemente está en desacuerdo con House y teme llegar a
parecerse a él.
Se le considera el segundo al mando del equipo de House.
Algunas veces ha dirigido el Departamento de Diagnóstico.
Es muy ambicioso y en la segunda temporada prueba el gusto por
el poder, en el episodio “El error” (2.08), cuando Cuddy lo asigna
para supervisar a House.
“No hay poder real en su mandato porque el departamento de
House no se trata de quién lo dirige, sino del genio con las
respuestas, el genio que salva vidas” (Bárbara Barnett).
En el episodio “El engaño” (2.09), House trata a una paciente con
síndrome de Munchausen y no hace caso a la supervisión de
Foreman que prohíbe los análisis en ella.
En el episodio “El sueño de los justos” (2.19), Foreman roba la
idea de Cameron para un artículo académico.
Foreman está a punto de morir pero se salva en el episodio “Para
siempre” (2.22) y en vez de confrontar a House, como hace siempre,
está simpático, feliz y agradable. Esto le molesta a House porque
afirma que la amabilidad extrema es parte de ser hipócrita. Y por
otra parte, necesita que sus residentes lo confronten porque es
como logra aplicar el “método socrático”.
“Podría suponerse que un médico tan arrogante como House,
querría rodearse de residentes que pongan atención a sus palabras
como si fueran de oro; pero él no es así. Así como House desafía a
todos sus residentes, incluido Foreman, necesita que su equipo lo
rete a él (en todo). Es una parte integral del proceso de Greg”
(Bárbara Barnett).
Foreman tiene una relación ambivalente con House, de amor-
odio, la cual vemos en el episodio “Euforia” (2.21). Le dice a su
padre que es el “mejor médico con el que ha trabajado”. Lo
considera brillante. Y cuando tiene posibilidad de dejar el equipo de
House, porque el Dr. Marty Hamilton, su antiguo mentor y médico
poco exigente, le ofrece que sea su socio en la costa oeste de
California, decide no ir.
Foreman se da cuenta de que fue House quien descubrió el
diagnóstico del paciente John Giles y le salvó la vida, no Hamilton,
por lo que el hombre pudo salir caminando del hospital (se describe
en el capítulo 6).
Foreman decide permanecer en el equipo de House, para
continuar formándose con él y seguir aprendiendo de él. Aunque en
el episodio “La navaja de Occam” (1.03), Foreman menciona el
“síndrome de Estocolmo”*:

Foreman.—Pudimos desarrollar el síndrome de Estocolmo.

Se refiere a si el trabajo que ellos desempeñan consistiría en ser


los títeres de House, es decir que cuando él tenga una idea
descabellada, todo el grupo finja que no lo es. A lo que Cameron
dice que sus locas ideas suelen ser correctas.
Y Chase agrega que House piensa diferente porque es creativo.
Foreman se maneja permanentemente como si no entendiera en
el fondo la personalidad creativa de House. Lo confronta todo el
tiempo y rivaliza con él, sin entender por completo la genialidad de
sus procederes médicos.
“House ansía tener pensadores independientes en su equipo”
(Bárbara Barnett).
Cuando House está en prisión, en la temporada 8, y Cuddy ya no
es más la Decana Directora del hospital, Foreman toma el mando y
se convierte en el nuevo Director Médico del Princeton Plainsboro.
En el episodio “El trasplante” (8.02), va a ver a House a la prisión
antes de que le den la libertad, porque tienen un caso médico con
los pulmones de un donante que ningún doctor del hospital pudo
diagnosticar.
En el episodio final de la serie, cuando están en el velatorio
(porque supuestamente House ha muerto), estas son las palabras
que dice refiriéndose a House:

Foreman.—Fue mi jefe y mi empleado. Pero siempre en


ambas ocasiones aprendí de él.
CAPÍTULO 28

Dr. Lawrence Kutner

P ertenece al equipo de elite (residentes) de House, durante la


cuarta temporada. Se lo puede describir como un médico
creativo que comparte muchos puntos de la Medicina con House.
Para la mayoría es un ser cariñoso, brillante y con un don para la
Medicina y para arriesgarse y cruzar el límite, siempre en beneficio
de la vida del paciente.
House tiene un gran aprecio por él y, como en la cuarta
temporada no están ni Cameron ni Chase, necesita a alguien que
reemplace el desmesurado optimismo de Cameron y la creatividad
de Chase.
En él encuentra un poco de ambos, pero Kutner se suicida en el
episodio “Simple explicación” (5.20), en un acto inexplicable para
todos. House trata de encontrar el significado y la razón de lo que no
tiene explicación.
Consternado y dolido, se siente culpable porque cree que dejó
pasar algún signo, algo que no vio en Kutner, para que esto no
sucediera.
House siempre se culpa de las muertes que le duelen pero
muchas están más allá de su culpa, como esta.
Kutner aparece en el episodio final “Todos mueren” (8.22) en las
alucinaciones de House, cuando está en la casa en llamas, como el
primero que habla con él en su imaginación. Este es uno de los
diálogos que tienen:
Kutner.—Quizás quieras levantarte e ir a la salida.

House habla de ser buen amigo y Kutner vuelve a preguntar:

Kutner.—¿Por qué estas en el piso en vez de ir a la puerta?

Estos pensamientos en realidad son de House, que quiere ser


buen amigo de Wilson. Kutner se suicidó y a House lo impactó
mucho ese suicidio. En su imaginación, Kutner le recomienda
levantarse e ir a la salida, que no permanezca en el piso y vaya
hacia la puerta. Es decir, no suicidarse, no hacer lo mismo que él
hizo.
El suicidio es un acto que deja consternados a quienes rodean a
la persona, porque no tienen ninguna explicación. No hay respuesta.
Pero con la gran intuición psicológica de House, él sabe que los
que se suicidan dan algún indicio antes. Eso es lo que House no se
perdona a sí mismo: no haberse dado cuenta de la señal de Kutner.

Reflexión

La realidad es que a los que se suicidan les falta un “sentido a su


vida“, por distintas cuestiones particulares de cada ser humano.
Existe una terapia creada por el Dr. Víctor Frankl, quien padeció
los campos de concentración nazis y vio morir a toda su familia, a
muchos amigos y compañeros. Él escribió su teoría que dice que lo
que sostiene con vida al ser humano es que su vida tenga “un
sentido”; creó así la “logoterapia”, escrita en los campos de
concentración.
CAPÍTULO 29

Resumen de la octava temporada

E sta temporada es el corolario de la personalidad de House y la


serie tan brillantemente escrita. Es preciso ver la serie
completa para comprender a House en su complejidad: su genio y
sus dilemas éticos.
En el episodio “Veinte Vicodines” (8.01), House está por salir de la
prisión y un tribunal le anticipa la salida por buena conducta. Le
preguntan si está arrepentido, a lo que solo contesta que sí. Quieren
saber por qué dice un sí nada más y House explica:

House.—Esa es la respuesta correcta, ¿no es así?


Consejo Disciplinario.—¿Está tratando de molestarnos?
House.—No, estoy tratando de darles las respuestas que
necesitan para cubrir sus traseros; llenen sus papeles y
déjenme salir de aquí.
Consejo Disciplinario.—Necesitamos que nos muestre
arrepentimiento.
House.—¿Así es como funciona nuestro sistema? ¿Liberan a
los mejores actores? Me estremezco al pensar lo que sería el
mundo.

El Consejo Disciplinario de la prisión le pide a House que haga lo


que para su ética sería hipócrita*: ser un buen actor que actúa una
conducta de arrepentimiento. Para House el “sí” es suficiente. Él
cuestiona al sistema una vez más, el hecho de que un buen actor
que simule arrepentimiento quede liberado. No está de acuerdo con
estas hipocresías.
Por eso, en la primera temporada ya dice que la humanidad está
sobrevalorada, una humanidad que miente o un consejo disciplinario
que pide buenos actores. Como en este caso, para simular
arrepentimiento y no propugnar la verdad y demás valores éticos.
Según House esta humanidad tendría que estar infra-valorada. La
humanidad sobrevalorada debería propugnar la verdad con valores
éticos.
Ahora le quedan cinco días más en prisión (por haber estrellado
su auto contra la casa de Cuddy en el último episodio de la séptima
temporada), antes de salir en libertad condicional habiendo cumplido
ocho de los doce meses que le corresponden. He aquí la ironía del
sistema: ¿un año de prisión por estrellar un auto contra una casa sin
consecuencias graves, ni muertos, ni heridos? Como el que roba
una gallina va preso y el que estafa por miles de millones está
suelto.
Pero House lo toma con naturalidad, si tiene que pagar por lo que
hizo, irá a la cárcel. Estando allí, lo que más le atrae es aparecerse
por la enfermería de la prisión con su carro de limpieza, o el que le
asignaron allí.
En la sala donde se cura a los prisioneros enfermos hay dos
doctores que están siempre allí, un médico y la Dra. Adams. En
prisión House sigue con su misión en la vida de preocuparse por sus
semejantes y curar a quien esté enfermo, en forma totalmente
desinteresada. House no tiene un perfil psicopático, porque sus
conductas no son para dañar sino para curar a la gente.
En la cárcel se observan las conductas de los presos con
características psicopáticas reales como la intención de dañar a
otras personas deliberadamente.
House tiene como única intención curar a la gente y que esta no
muera. Este tema se desarrolla más extensamente en el capítulo 42:
“House no es un psicópata ni un perverso moral”. ¿Por qué no es un
psicópata? Porque su conducta no espera ninguna retribución, hace
lo que hace solo por ayudar al que necesita curarse.
El doctor de la prisión le comenta a la Dra. Adams:

Doctor.—House solía ser doctor.


House.—No volveré a serlo. Esa reacción es elitista y
ofensiva. Los doctores también pueden ser degenerados.
Estamos en América.

En esta última temporada se intensifica más la crítica a los malos


médicos. House no quiere seguir perteneciendo al grupo de los
médicos. Al mismo tiempo, tampoco quiere seguir perteneciendo a
los sistemas hipócritas que avalan la hipocresía. Ni a los sistemas
de salud que muchas veces avalan a los malos médicos, a los que
él llama idiotas.
De modo siempre metafórico, no soporta a esos doctores a quien
en definitiva no les importan los pacientes; a muchos de ellos
tampoco les interesa investigar las causas de las enfermedades, y
no hacen lo que deben hacer para curarlas cuando los síntomas son
complicados. Pueden presentarse de guardapolvo blanco o de
impecable traje pero hacen cosas horrorosas, algo que se ve a lo
largo de la serie.
Aunque vestido con jeans y zapatillas, House dice más de una
vez, y específicamente en el episodio “Un caso de caridad” (8.03):

House.—Escucharé tus acciones más que tus palabras, son


más honestas.

Este es el “leitmotiv del Dr. House”: le importan las acciones de la


gente y las suyas lo definen como un médico al que le interesa por
sobre todo la vida, de todos en general y de sus pacientes en
particular.
Siguiendo con el primer episodio de la temporada 8, la Dra.
Adams de la prisión le dice que generalmente el lupus no se
presenta de esa forma y House nuevamente hace una crítica a las
instituciones, en este caso al sistema carcelario:

House.—¿Generalmente? Bueno dado que estamos en


prisión debe ser suficiente con eso. No haces informes de los
detenidos por tener la lengua muy larga, ¿verdad?
Adams.—Normalmente no.

Con esta frase, House se torna muy crítico con el sistema


carcelario y se refiere a que en prisión no se ocupan de hacer
informes exhaustivos de los detenidos para curarlos; en realidad no
le importa al sistema que los detenidos se curen o mueran.
A House le interesa que los detenidos en prisión (sea cual fuere el
motivo) tengan atención médica adecuada para poder ser tratados y
que mejoren o se curen, y así salvarles la vida. A esta altura,
podemos decir que es un acérrimo defensor de los derechos
humanos.
En la segunda temporada, en el episodio “Pena de muerte” (2.01),
House trata a Clarence, un condenado a muerte que sufre
alucinaciones en las que se le aparecen todas las víctimas de sus
crímenes pasados.
House lo va a ver a la Prisión Mercer Estatal (Unidad de
Sentencia Capital), para luego traerlo al Hospital Princeton
Plainsboro para que reciba atención médica adecuada. Tiene
distintas objeciones de todo el personal. Foreman le pregunta si no
hay una mejor forma de pasar el tiempo, a lo que House responde
que es buena pregunta y agrega:

House.—¿Qué hace merecedora a una persona de recibir un


tratamiento médico? ¿Es más merecedor un hombre que
engaña a su esposa o uno que la mata? ¿Qué hay de un
abusador de menores? No es alguien bueno, de acuerdo no
la mata. Tal vez consiga antibióticos pero no resonancias.
¿Qué hay de usted? —le dice a Foreman—. ¿Qué atención
médica le sería negada por robar autos? Haremos esto: los
tres hagan una lista de qué tratamiento médico pierde una
persona, según el delito cometido, y la revisaré después.

Cuando House lo trae a Clarence de la prisión al hospital, Cuddy


quiere devolverlo a ese lugar sin siquiera tratarlo, pero House lo
trata a pesar de las objeciones de ella y le dice:

House.—Debo curarlo antes de enviarlo para que el Estado


lo mate. ¿Soy yo o es paradójico? En fin, con permiso,
seguimos adelante.

Y se va con el paciente que es llevado en camilla a una


habitación.
Es notable el desprecio de Foreman que se niega a tratarlo. De
este modo se convierte en juez y jurado, eludiendo el sistema legal.
Se niega a revivir a Clarence cuando entra en un paro cardíaco, se
queda de pie sin hacer nada hasta que aparece House en la escena
para reanimarlo.
Cameron, por su parte, sigue teniendo dificultades para
comunicarles a los pacientes las malas noticias, no puede aceptar
que Cindy, una joven que vino por una tos, según las pruebas tenga
cáncer de pulmón. Y que House esté más ocupado por atender a
Clarence. Con su ingenuidad habitual le pide a House que le sugiera
otras ideas y de este modo intenta manipularlo para que tome su
caso sin solución, en lugar de atender a Clarence.
House le responde anotando estas palabras en el negatoscopio
junto a la radiografía de la paciente: negación, ira, negociación,
depresión y aceptación, las etapas de la agonía (son en realidad las
etapas de la muerte*) y le dice a Cameron que cree que se explicó.
Trata de hacerle entender a ella que estas son las etapas que
deberá pasar la paciente.
House siempre atiende los casos muy raros pero curables, sea
cual sea la condición del paciente, en este caso un condenado a
muerte. Por eso, anteriormente hizo alusión a lo paradójico: “salvar
de la muerte a un condenado a muerte”. Él cree que todos los seres
humanos son merecedores de un tratamiento médico, sea cual fuere
la condición en la que se encuentren.
Cameron le dice a House que él no quiere ayudar a Cindy porque
está obsesionado “con esa basura”, refiriéndose al condenado a
muerte.

La ética de House

El equipo discute con House acerca de si un asesino convicto es


digno de tratamiento. Él los desafía con una serie de preguntas y
crea una lista de prioridades de valía.
Los invita a pensar si son merecedores de tratamiento médico, o
estarían en alguna jerarquía donde unos están más arriba que otros
en la lista: ¿los pederastas están por encima de los asesinos?; ¿los
ladrones de autos están por encima de los violadores?
Según la ética de House, todos sin excepción son merecedores
de tratamiento médico, no hay jerarquías para eso.
Cuando House tiene la oportunidad de estar en prisión, descubre
diagnósticos y se ocupa de la salud de los detenidos, mucho más
que los doctores asignados para esas tareas. Nos hace pensar que
a los detenidos no se les realizan historias clínicas muy completas,
dando a entender que no importa demasiado la salud de ellos, ni
tampoco curarlos. Y, con su ironía y metáforas habituales, dice que
los médicos suelen también ser degenerados (lo cual da lugar a
todo tipo de interpretaciones de las personalidades de los médicos).
En casi todas las temporadas deja entrever su gran
disconformidad con la profesión médica y su molestia hacia sus
colegas que no se toman en serio el hecho de curar a los pacientes
ni el juramento hipocrático que han hecho (ver Capítulo 40: “Ética,
moral y dignidad en la filosofía de House).
House siempre se muestra molesto y crítico ante estos médicos, y
ante el género humano en general: médicos, pacientes, familiares,
amigos, etc. Porque todos mienten.
Habla con la Dra. Adams de la prisión para que trate a un
prisionero con un diagnóstico que House cree es el correcto. Entra
con el carrito de limpieza en la enfermería y le dice a la doctora que
al “chico lupus” le notó una erupción en el muslo izquierdo.

Adams.—Te investigué. Eras alguien importante. ¿Qué fue lo


que pasó?

Se piensa que un doctor puede estar en prisión por matar a un


paciente, por adulterar medicamentos o recetas, etc., pero House
está en prisión por chocar con su auto el frente de la casa de Cuddy
sin que nadie resultara lastimado.
Tienen un breve diálogo:

Adams.—¿Por qué estás seguro de que voy a hacer lo que tú


dices?

Y en la respuesta de House tenemos lo mejor de Sherlock Holmes


en él, porque le muestra a la doctora que la investigó también a ella,
poniendo en evidencia una vez más la profundidad con la que
conoce al género humano.

House psicólogo

A la pregunta de la doctora, House responde:


House.—Porque eres inteligente, con una herencia en
fideicomiso, porque tomaste este trabajo debido a tu
ideología liberal que te hace querer hacer la diferencia. Ya te
estás aburriendo y esto es interesante.
Adams.—¿Por qué dirías algo así?
House.—Tus zapatos, un par diferente y caro cada día pero
nunca de cuero, lo cual significa que eres rica y liberal.
Medallón antiguo de oro sin pulir. No es basura hipster. Es
una reliquia de familia, lo que significa dinero viejo. Bufanda
Osler, solo los viernes, lo que significa que hiciste tu
residencia en Hopkins, lo que significa que eres más lista de
lo que pareces en las conversaciones que hemos tenido
hasta el momento. Y tus ojos… la única vez que no parecían
estar aburridos en los tres meses que has estado aquí es
cuando estuvimos discutiendo el diagnóstico. Sí, tú lo tratarás
por lupus.

House se va de la enfermería y deja pensando a la Dra. Adams,


como hace con todo el mundo. Es siempre un provocador del
pensamiento.
La médica queda asombrada por las palabras de House, al igual
que los espectadores que somos testigos de la manera en la que
observa a la gente, al mejor estilo “profesional psicólogo”, con gran
agudeza para entender cómo es la psicología de la persona que
tiene enfrente.
En otra escena, House vuelve a la sala de enfermería de la prisión
para ver al mismo paciente y seguir investigando su diagnóstico. La
médica le pregunta:

Adams.—¿Realmente estás dejando la medicina? ¿Qué vas


a hacer? Sabes, para alguien que pide tantos favores como
tú, seguro no te esfuerzas por ganarme.

Ella descubre en House que sabe mucho de Medicina y


Psicología pero no va a la enfermería para ganarle, es decir que no
es competitivo, solo le pide favores porque quiere curar. House le
contesta:

House.—Antes de ir a la Escuela de Medicina, pensé en


obtener un doctorado en Física. ¿Has escuchado de la
materia oscura?* La manera en que las galaxias rotan, el
moviente del Universo, significa que hay seis veces más
cosas de las que podemos detectar. Pero es teorizado.
Nunca nadie ha probado que existen.

Un tema tan interesante como la materia oscura*, el misterio del


universo, nos revela una vez más lo que le apasiona a House: la
investigación, algo para lo que es brillante y en lo que se parece a
otro genio como es Einstein, con su “teoría de la relatividad”.

¿Una coincidencia?

Albert Einstein murió a los 76 años de edad en Princeton, Nueva


Jersey, el lugar que eligieron para el hospital ficticio donde ejerce la
Medicina House: el Princeton Plainsboro.
En 1921 fue Premio Nóbel de Física.
En 1932 ejerció la docencia en EE.UU. en el Instituto de Estudios
Avanzados de Princeton.
En 1915 presentó la “teoría de la relatividad general”, en la que
reformuló el concepto de gravedad; una de las consecuencias fue el
estudio científico del origen y la evolución del Universo, por la rama
de la Física denominada Cosmología.
Vemos la coincidencia en el gusto por la investigación. De alguna
manera podríamos comparar los logros de Eisntein con la genialidad
de House. Solo que House investiga enfermedades, síntomas, y
lucha con las conductas y las acciones de la gente que tanto le
desagradan, en lugar de investigar en el campo de la Física que es
lo que realmente le gusta. Pero si lo hiciera, no tendría este contacto
tan cercano con la gente día a día, como es el caso de los que se
dedican a la Física.
Pareciera que a House siempre le atrajo sobremanera la
Cosmología, o estudio del Universo y su conjunto.

Adams.—Entonces, ¿quieres investigarlas? ¿Por qué?


House.—Es el misterio más grande que existe… la teoría de
todo.

El 12 de diciembre de 2012, cuando me encontraba terminando


de escribir este libro, abrí el diario y me encontré con la siguiente
noticia:

Una de las mentes brillantes del siglo XXI. El astrofísico


Stephen Hawking, quien sufre esclerosis lateral amiotrófica,
recibe el Premio de Física Fundamental por la fundación Yuri
Milner, considerado como el galardón más millonario del
mundo, por considerarlo una de las mentes brillantes del
siglo.

Me sorprendí porque es precisamente la parte de la Física que


nombra House en este episodio, y también en el episodio “Cuerpo y
alma” (8.18). Lo que le apasiona a House es lo que le apasiona a las
mentes brillantes. Este físico, astrofísico y cosmólogo investigó
acerca de los agujeros negros, lo mismo que le apasiona a House.
El artículo del periódico dice más adelante que este premio de
tres millones de dólares será principalmente para Stephen Hawking
y también para otros aportes singulares, otros siete físicos menos
conocidos. Ellos son líderes de los experimentos que se han
realizado en el Gran Colisionador de Hadrones, en la frontera entre
Suiza y Francia donde se descubrió la existencia del misterioso
“bosón de Higgs”, más conocido como la partícula de Dios.
Me sorprendió realmente cómo los brillantes autores de House se
anticiparon a poner en boca del personaje este conocimiento
científico, que no solo mencionan en este episodio, sino también en
el episodio (8.18), emitido el 24 de mayo de 2012, siete meses antes
de que Stephen Hawking recibiera el premio.
Allí Dominika le dice a House:

Dominika.—Eso es lo que no entiendo. ¿Cómo crees en la


materia oscura pero no en los espíritus oscuros? ¿Acaso la
idea de demonios es tan distinta al bosón de Higgs? No
podemos verlo pero podemos ver el impacto de su presencia.

House la mira asombrado y Dominika agrega:

Dominika.—Leí tu libro de Física.

House sigue sorprendido y le pregunta dónde leyó sobre física


cuántica. Ella le responde que lo hizo en la bañadera.
En boca de Dominika comprobamos su falta de entendimiento a
un genio como House, pues su conocimiento vulgar no es capaz de
diferenciar claramente una superchería de espíritus oscuros del
conocimiento científico.
Así está expresado textualmente en el diario Clarín del 12 de
diciembre de 2012: Se detectó este año la existencia del misterioso
bosón de Higgs vulgarmente conocido como partícula de Dios. Hay
una foto con la leyenda “Partícula divina: el bosón de Higgs”. Las
mentes brillantes de los premiados condujeron a un equipo de 3.000
científicos de 39 países de diferentes universidades.
Todos se habían concentrado en preguntas relacionadas con los
primeros momentos del Universo. Después de la explosión del Big
Bang, el Universo se enfrió, la temperatura descendió y un campo
de fuerzas invisible —que se conoce como campo de Higgs— se
formó asociado a bosón.
Estos científicos expandieron las fronteras del conocimiento. Por
lo que pudimos apreciar a lo largo de la serie, House siempre busca
expandir su frontera del conocimiento pues para realizar
investigaciones se necesita trasgredir; si no se transgredieran las
fronteras del conocimiento, la ciencia no avanzaría.
House siempre está al borde de estos límites, como lo haría
cualquier genio que muchas veces es incomprendido por el resto de
la humanidad hasta que se destacan por algún premio.
A él no le gustan los premios, lo que hace diariamente en el
hospital es trasgredir las fronteras del conocimiento y así salvar más
vidas que el común de los médicos.
Y, por lo que le dice la Dra. Adams y ya sabemos a esta altura,
House cree que la humanidad está sobrevalorada por lo que
descubrió a lo largo de su vida y siempre ha manifestado y
comprobado: “Todos mienten”. La médica le dice:

Adams.—Y completamente divorciado de la humanidad.


House.—Bueno, yo y la humanidad, estuvimos juntos
demasiado pronto.

Ese “todos mienten”, experimentado con sus propios padres, le


quedó marcado desde pequeño. No le dijeron que su papá no era su
padre biológico, por eso dice que él y la humanidad estuvieron
juntos demasiado pronto para que desde muy temprano se diera
cuenta de cómo es la humanidad. Esto lo lleva a pensar que hay
poca gente honesta como él, a la que no le gusta la hipocresía; por
ello, le cuesta llevarse bien con la gente. Además, como le ocurre a
todo genio, se maneja con ética. Le resulta difícil encontrar gente
que no sea hipócrita y sea fiel a sus convicciones.
La médica continúa:

Adams.—Tienes un don, hay algo en este mundo en lo que


eres innegablemente bueno.
Aquí se lo dice un profesional de la Medicina, ya se lo había dicho
antes una monja que había descubierto esto en House, en el
capítulo 3: “Monja embarazada que abortó” correspondiente al
episodio “Fe o buenas intenciones” (1.05).
Siguiendo con la conversación con la Dra. Adams, ella le habla de
la parte psicológica que ve en House y le dice:

Adams.—Puedes leer a las personas. Tú las puedes


entender. Debes volver a la Medicina.
House.—Bueno ese don es lo que me trajo aquí, entonces
deberías entender por qué quiero revisar la política de
reembolso*.

Aquí está nuevamente la crítica de House a las políticas de


reembolso que ya vimos en el capítulo 2: “Paternidad, adopción y
mentiras”, sobre el episodio “Paternidad” (1.02) donde House
descubre que el paciente era adoptado. Lo sospecha y hace un
ADN con los dos vasos de café de los padres. Cuddy le hace pagar
a House el estudio, cuando en realidad debería ser responsabilidad
de la aseguradora a cargo de la familia. La aseguradora, según su
política de reembolso, debería devolver el dinero del estudio a la
familia, si ella lo hubiera pagado, o a House que fue quien lo pagó
para salvarle la vida al paciente.
Volviendo a este episodio, House se hace golpear para volver al
consultorio de la prisión en donde está el paciente cuyo diagnóstico
los médicos no aciertan. Él dice que tienen que darle aspirinas y,
como no se las quieren dar, vuelve para dárselas él personalmente.
La Dra. Adams le explica que le revocarán la libertad condicional y
que estará allí seis meses más. Ella revisó su archivo y vio que no
tuvo un mal abogado y tomó el primer trato que le ofrecieron.
Entonces ahora, ¿por qué querría castigarse? Y le dice:

Adams.—¿Entonces por qué haces esto?


House.—Porque tengo un don —respondiendo irónicamente.

Aun en prisión House siempre quiere curar a un enfermo y


descubrir el diagnóstico, más allá de las imposiciones y los
impedimentos de las instituciones burocratizadas y de aquellos que
considera “médicos idiotas”.
En este episodio, House es presionado por una pandilla que le
pide conseguir 20 Vicodines. La médica quiere saber por qué está
en prisión y él le dice:

House.—Está bien, conduje un auto hacia una pared, en


lugar de robar algunas píldoras.
Adams.—No lastimaste a nadie.
House.—Tuve un mal abogado.

En espera del día en el que tiene que salir de la prisión, House


habla con otro compañero de celda y le cuenta:

House.—Daré clases de Física en la Universidad de Fiji.

Cuando salga de la cárcel, House no quiere volver a ser médico,


quiere dedicarse a la Física; anteriormente le dijo a la Dra. Adams
que le habría gustado hacer un Doctorado en Física.
Para House todos los seres humanos, sin importar las
condiciones en las que se encuentren, son merecedores de
tratamientos médicos. Los derechos humanos valen para todos. Y si
una persona está atravesando las etapas de la muerte (como le dijo
a Cameron), también necesitará tratamiento pero en este caso
asistencia psicológica.
Esta es la propuesta de Elisabeth Kubler Ross, la creadora de las
cinco etapas del duelo o de la muerte, tal y como las menciona
House, las cuales se producen en ese orden según la autora.

“El trasplante”: episodio (8.02)


House vuelve al Hospital Princeton Plainsboro. No puede cumplir
con su deseo de ir a la Universidad de Fiji a dar clases de Física,
que es eso lo que le gustó toda la vida, y ser investigador científico.
Pero Foreman que es quien dirige ahora el hospital, como Decano
de Medicina, viene con la orden de un juez para la liberación
inmediata de House. Tienen doce horas para descubrir lo que está
pasando con los pulmones de un donante que empezaron a fallar
antes del trasplante, y los demás doctores no logran dar con el
diagnóstico.
El donante era un joven que tuvo un accidente con su motocicleta
y murió.

House.—¿Tú crees que es buena idea que yo vuelva a mi


antigua vida? ¿Para cualquiera de los dos?
Foreman.—Tu paciente tiene los dos pulmones en una caja y
solo le quedan doce horas, sin pulso, sin cuerpo, sin
capacidad para responder preguntas; es tu paciente ideal.

Y le muestra una foto de los pulmones, mirados a través de una


computadora que le llevó a la prisión. Foreman sabe, porque conoce
mucho a House, que es un gran desafío para él y así logra que
vuelva al hospital.
House llega a la habitación donde están los pulmones y todos los
médicos están mirándolos en una caja transparente. Entre ellos se
encuentra Wilson y empiezan a comentar la hipótesis que tienen.
House hace algunas chanzas de que estuvo en prisión y no fue
violado, dando a entender que no le dan la bienvenida, que pasan
por alto su ida y su regreso al hospital, y un médico exclama:

Médico.—Perdón, Dr. House, bienvenido de vuelta.


House.—¿Hay torta? —empezando a desplegar su ironía
habitual.
House.—Agradecerás que haya dejado el “idiotas” implícito.
Wilson.—La muestra de sangre estaba limpia, y los idiotas
tratamos con antibióticos de amplio espectro.
House.—Cocaína.

Otro médico dice:

Médico.—El examen toxicológico fue limpio.


House.—Los cadáveres no orinan, pruebas de toxinas para
metabolitos en la orina, la cocaína nunca pasó de los
pulmones, también explica el accidente en motocicleta —y
repite nuevamente—, idiotas.

House, expresa nuevamente el término idiotas con el mismo


sentido que veremos en el capítulo 33: “Médicos idiotas”.
Uno de los médicos propone llevar los pulmones a tratamiento.
House dice que es buena idea, a menos que esté equivocado, y
también se refiere a él porque se corre el riesgo de que se puedan
quemar los agujeros de los pulmones (los llamaría idiotas de nuevo)
y agrega:

House.—Estoy empezando a dudar si realmente entendieron


lo que quiero decir con la palabra idiotas.

House sale de la habitación y, hablando con Wilson en los pasillos


del hospital, le dice:

House.—Estoy calculando que el receptor es un miembro de


toda la vida del club “Me importas mucho” de Wilson.
Wilson.—Excelente deducción.
House.—Tú eres la razón por la que estoy fuera de la casa
grande —refiriéndose a la prisión—, no compensa el nunca
haberme visitado.
Wilson.—Recurrir a ti fue idea de Foreman, no estaba
convencido hasta que Simpson (médico) falló tres veces.
Nadie fue a visitar a House a la prisión, ni siquiera Wilson que lo
considera su mejor amigo. Pero pareciera que más allá de su agrio
carácter y su caparazón para no sufrir, House le demuestra su gran
humanidad. Muestra su amistad y su afecto hacia él, cuando al
promediar la temporada Wilson se enferma y él está
permanentemente a su lado hasta el desenlace del último episodio
de esta temporada.
Según la ironía de House, Wilson es miembro del Club “Me
importas mucho” pero no fue a visitar a House a la prisión. Pareciera
que es a House a quien no le importaran mucho los demás, pero en
realidad demuestra que sí le importan, y él acompañará a su amigo
en su grave enfermedad.
Volviendo a este episodio, Wilson va a visitar a su paciente a la
que le van a hacer el trasplante de pulmón, que está acompañada
por su hermana, y le dice en referencia a House:

Wilson.—El hospital trajo un consultor para trabajar en los


pulmones.
Hermana.—¿Lo conoces? ¿Es bueno?
Wilson.—Es un excelente doctor.

En el primer capítulo de este libro, Wilson le dice lo mismo a


Rebecca, paciente que le pregunta si House es un buen doctor.
Pero agrega que House “descubrió algo más”, aludiendo a que si no
conoce a los pacientes, cuando llegan al hospital no les da la mano,
como algunos quisieran, pero investiga a fondo, encuentra el
diagnóstico y los cura.
House se arriesga para descubrir qué pasa con los pulmones del
donante. Se dirige a la casa del donante con la única médica que le
proporcionó Foreman. El joven tuvo un accidente con la moto y
murió, y esos son los pulmones donados que hay que curar antes
del trasplante. Y va a buscar pruebas que aporten al diagnóstico
junto a una nueva residente, la Dra. Chi Park. Allí está el padre del
joven y al poco rato de haber comenzado a hacer preguntas, lo
vienen a buscar porque se salió del radio permitido para su libertad
condicional. House no respeta una norma, en este caso los metros
que le permiten ir más allá del hospital y su casa, pero una vez más
lo hace para salvar la vida de una paciente.
Foreman lo llamó para que trabaje nuevamente en el hospital pero
no le proporciona un equipo de profesionales que puedan ir a
investigar a las casas, para sumar evidencias que le facilitarían
descubrir los diagnósticos.
Cuando lo buscó, Foreman le dijo que tenía doce horas para
descubrir lo mal que estaban los pulmones. Pero, ¿cómo pretende
el nuevo Director Médico, que conoce la metodología de House, que
lo haga si no le proporciona un equipo que vaya a la casa del
paciente a investigar? Solo cuenta con una doctora nueva que
todavía tiene que aprender la metodología de House, y no puede ir
sola a la casa de un paciente (siempre van de a dos).
El mismo Foreman ha ido infinidad de veces a investigar a las
casas de los pacientes, buscando algo que sea un aporte al
diagnóstico. Estas contradicciones pasan muy a menudo en las
instituciones. House las tolera con su habitual creatividad, pero le
pide a Foreman que le dé un equipo para seguir con su método
socrático, es decir para hacerle preguntas al equipo, pensar en
grupo y descubrir lo que tiene el paciente. Pero Foreman le dice que
no tiene dinero para pagarles. House, viendo cómo quedó
remodelado el despacho que anteriormente era de Cuddy, le dice:

House.—Claro, se fue en los diseñadores de interior.

Como tampoco tiene su pizarrón, ni un lugar para escribir y


pensar, toma un marcador y escribe en un vidrio exterior de lo que
era su antigua oficina grande, ahora destinada a ortopedia. Lo hace
de igual modo que cuando estaba sin pizarrón y había viajado con
Stacy (en aquella ocasión le pidió un lápiz de labios para anotar los
síntomas de un paciente en una pared, mientras hablaba por
teléfono con su equipo). Con estas actitudes, House es el mejor
exponente de lo que se llama resiliencia*, la capacidad de
sobreponerse a la adversidad.
Como médico, le empieza a enseñar con metáforas a la nueva
residente, y le explica maravillosamente cómo el sistema
inmunológico del paciente que será transplantado se ha debilitado,
refiriéndose a los glóbulos blancos:

House.—Son parte de la fuerza defensiva inmunitaria, como


la infantería. Pero esos pulmones necesitan a la Fuerza
Aérea y a la Marina: anticuerpos lloviendo desde arriba,
antibióticos e IVIG.

“Un caso de caridad”: episodio (8.03)

Un interesantísimo episodio en el que un paciente millonario, dueño


de una compañía de software, colapsa luego de hacer beneficencia:
donó un millón de dólares en un lugar donde ayudan a gente
necesitada y al salir se desplomó en la calle.
House detecta que padece de altruismo extremo (ese era su
síntoma), porque descubre que tiene la enfermedad de Plummer
tiroideas y que es un millonario excesivamente generoso.
Aquí se muestra el accionar de House, su honestidad. Cuando
habla con el paciente, este le ofrece un millón de dólares, para el
Departamento de Diagnósticos, que House no acepta. Él solo quiere
curar su síntoma. Nueva crítica: ¿qué harían otros médicos? Y
hablando de este paciente House dice:

House.—Me han dicho que algunas personas son


simplemente buenas; estoy tratando de aferrarme a ese
conocimiento.
House lo dice con esperanza como una excepción a la regla de la
“humanidad sobrevalorada”, como diciendo que hay pocas personas
altruistas. Quizás él se ve reflejado, pero no al extremo de padecerlo
como un síntoma. Este paciente quiere donar hasta sus órganos, lo
que lo haría a costa de dañarse a sí mismo, conducta similar a la de
House de auto-castigo.
En otro momento, House charla con Wilson:

House.—Probablemente una persona realmente decente.


Existen, ¿cierto?

En este intercambio de palabras, Wilson le dice que no puede


tomar el dinero de una persona enferma (algo que House no haría)
porque es éticamente sospechoso, y con ironía House le contesta:

House.—¿Qué es esto? ¿Canadá? Todo lo que hacemos es


aceptar dinero de gente enferma.

Y aquí nuevamente una crítica a lo que hacen las compañías de


salud de EE.UU., dicho de manera muy sutil y metafórica. En
Canadá el sistema de salud es gratuito, lo que podemos ver en el
documental Sicko de Michael Moore.
Luego Wilson se entera de que el paciente de House quiere donar
sus riñones a una de sus pacientes con falla renal y no uno sino los
dos, con lo que quedaría muy dañado.
House le dice que pensó que era ético, que no se puede tomar
cosas de gente enferma, y Wilson le contesta que cambió de
parecer. Foreman avala la donación de órganos de un paciente vivo.
¿Qué médicos son éticos aquí? House va nuevamente a la
habitación del paciente y este insiste nuevamente en donar el millón
de dólares, a lo que House responde:

House.—¡No, no lo harás!
Tampoco le permitió donar sus órganos y lo curó de su síntoma de
altruismo extremo.
En este episodio vuelve Trece, una antigua residente muy
competente a quien House llamó para que integrara nuevamente su
equipo. Pero la ve muy feliz (antes le había dicho que iba a viajar
con su novia a Mikonos, Grecia).
House entonces le pide que no venga a trabajar al día siguiente:

House.—Yo puedo trabajar con personas que no tienen


dónde ir. Personas que tienen algo que probar. Gente que
recién salió de casos extraños. Con lo que no puedo trabajar
es con alguien que está aquí, para no tener que sentirse mal.
Trece.—¿Estás intentando salvarme?
House.—Sí… creo que es un poco de ti y otra gran parte de
mí.

Con esto queda demostrado que House no acosa, ni retiene a


nadie, que le da libertad a su personal; y aunque ve que ella es muy
buena médica, prefiere que logre la felicidad con su novia porque él
tampoco discrimina a Trece por su bisexualidad.
Si no la puede salvar de la muerte, desea que sea feliz, porque
Trece padece Huntington, una enfermedad devastadora y mortal. Tal
como ocurrirá en el último episodio con su mejor amigo Wilson. A él
tampoco lo podrá salvar de la enfermedad oncológica que sufre,
pero lo acompañará a disfrutar su vida fuera del hospital.
Por eso podemos decir que House no tiene una personalidad
psicopática, muestra su costado humanitario, su empatía. Él sabe
que las personas tienen vidas limitadas, los entiende y los ayuda.

“Padres progenitores”: episodio (8.06)

Este es un episodio maravilloso para reflexionar acerca de ser


padres, desde diversos ángulos, en este caso los padres del
paciente Ben. También Taub, con su conducta de infidelidad, que
tiene dos hijas bebés de igual cantidad de meses con dos mujeres
diferentes que ahora son la ex-esposa y la ex-novia. Somos testigos
de todas las reflexiones que hace el equipo en relación a ser padres,
tarea nada fácil.
El paciente en este episodio es un adolescente que hace de
payaso en fiestas infantiles y, durante el cumpleaños de un niño,
tiene una parálisis facial. Él necesita un trasplante de médula ósea.
Lo acompaña en el hospital su madre y la pareja actual de ella; ella
le dijo a Ben que su padre murió porque tuvo una grave
enfermedad.
Se indaga en la historia y se descubre que el padre está vivo y
que la mamá no quiso decirle a Ben la verdad porque tiene una vida
muy desordenada, fue payaso de circo y ella no quiere que su hijo
siga los pasos de él.
Más tarde la mujer le cuenta a Taub, quien insistió para que Ben
sepa quién es su padre:

Madre.—Mitchel no es el padre de Ben. No más que un


donante de esperma.

Y aquí nuevamente la reflexión: ¿es un donante de un banco de


esperma; o, metafóricamente hablando, es el padre biológico que no
se ocupó de Ben? Lo abandonó y quien se ocupa de Ben es la
actual pareja de la mamá.
Todo este episodio ronda en torno a la pregunta de quién puede
ser mejor padre: ¿un donante de esperma, un padre biológico, o el
que cuida y está presente en la vida del hijo todos los días?
El equipo busca al padre y cuando viene al hospital, House
descubre que el adolescente tiene sífilis por abuso de su propio
padre. Fue su propio padre quien violó a su hijo, aunque en este
caso, pareciera que Ben no quedó traumatizado. Lo cierto es que la
violación* siempre tiene consecuencias, tarde o temprano.
Como la paciente Eve, quien llegó al hospital muy traumada como
consecuencia de una violación por la que quedó embarazada, en el
episodio “Un día, una habitación” (3.12). Un episodio
maravillosamente dirigido por el argentino Juan José Campanella
(Capítulo 18: “Mujer violada”).

La ética de House

House siempre repudia estas conductas de los padres que mienten;


pero repudia muchísimo más los abusos de padres a hijos. Estos
comportamientos antiéticos no van con él. Tampoco aprueba las
conductas de infidelidad, como se lo muestra a Taub en este
capítulo a quien llama “payaso de mediana edad”, porque engañó a
su ex esposa y tiene una hija bebé de la misma edad con su ex
novia. Así se comprueba que estuvo con las dos al mismo tiempo. A
ambas bebés las lleva al hospital, en un mismo cochecito, y parecen
mellizas por su edad pero son hijas de diferentes madres. House
reflexiona y le dice al equipo:

House.—¿Quién está mejor calificado para ser padre? El tipo


que vertió algo de ADN en sus genes o el tipo que está día y
noche trasmitiéndole valores importantes.

Se refiere a Taub que es el padre biológico de las niñas pero no


estará día y noche con sus hijas; su ex esposa tiene pareja y será
ese hombre quien estará más tiempo con la hija de Taub (él tendrá
que estar un par de noches con cada niña). Chase reflexiona:

Chase.—Permanente o no, ser padre es un trabajo imposible.


No hay manera de no meter la pata.

Luego House se encuentra en la cafetería con Wilson y este


menciona el tema de los padres de House; él no se enteró de niño
que su papá no era su padre biológico, sino recién cuando el
hombre murió. Su padre biológico fue un decente ministro de iglesia.
House le responde:

House.—Mi padre, el decente ministro, fue indecente con mi


madre casada.

Y aquí House nuevamente avala su postura de no estar de


acuerdo con las infidelidades. Durante las ocho temporadas se
muestra fiel a este concepto.
Cuando está con Cuddy, no seduce ni sale con otra mujer.
Cuando aparece Stacy, luego de cinco años de estar separados y
casada de nuevo (para pedirle que diagnostique a su nuevo marido),
ella le insinúa a House que podrían ser amantes pero él no acepta y
le dice:

House.—Puedes tener una vida conmigo, o tal vez con él,


pero no ambas, no es posible, no es fácil pero es simple.

House no acepta la infidelidad ni el triángulo amoroso. Es fiel a


sus convicciones, a sus acciones más que a sus palabras.
En otro momento, Chase habla con la Dra. Adams y le dice:

Chase.—Aun los padres mejor intencionados acaban


dañando a sus hijos.

Y le cuenta que se interesó por la medicina cuando su madre, que


era alcohólica, bebía y como no podía con él, lo encerraba en el
estudio de su padre; él lloraba y golpeaba la puerta un rato y luego
encontraba algo interesante que leer:

Chase.—Todos tenemos disfunciones familiares, por eso


somos exitosos, para rellenar ese hueco.

La otra nueva médica de esta temporada, la Dra. Adams, le


confiesa a Chase que sus padres tienen mucho dinero pero lo
consiguen ilegalmente: juego, narcóticos y trata de niños.
House se entera de lo que quería saber por un celular que Chase
dejó encendido, porque la doctora no le quiso decir a House cómo
está compuesta su familia ni a qué se dedica.
House siempre quiere tener información, de su equipo y de todo,
pero nunca toma represalias contra ellos por historias familiares con
sus padres. En cambio, hace metáforas con el comportamiento
adulto de ellos. Por ejemplo, en este episodio le dice a Taub:

House.—Te sientes como tonto por hornear bollos en dos


diferentes hornos.

Haciendo alusión a su infidelidad que House no comparte.

La psicología de House

House quedó dañado desde chico por estos temas: la infidelidad de


la madre respecto a su padre, la mentira y el ocultamiento que sufrió
desde niño. No sabe quién es su padre biológico; se supone que es
un ministro de la iglesia, porque en esta octava temporada, en el
episodio “El amor es ciego” (8.14), su madre aparece en el Hospital
Princeton Plainsboro para hablar de su nueva relación amorosa con
un hombre.
Se hacen conjeturas de quién podría ser el verdadero padre de
House, pero es Wilson quien esta vez hace un ADN tomando un
tenedor que había usado la nueva pareja de la madre en una cena
(el supuesto padre); pero le informa a House que la prueba dio
negativa. Termina la octava temporada y House no logró hacer un
ADN de quien fuera su verdadero padre, por lo tanto queda una
incógnita. Se supone que es el ministro de iglesia, del que se ha
hablado en capítulos anteriores. Concluye este episodio cuando
viene el padre biológico de Ben caminando por los pasillos del
hospital y House le dice:
House.—Usted abusa sexualmente de su hijo. Su caminar y
el balanceo dorsal. Tiene la última etapa de sífilis, que se la
contagió a nuestro paciente hace 12 años.
Madre.—Encontré manchas en su ropa, él no entendía y no
parecía traumatizado. Traté de hablar con él, pero al poco
tiempo lo había olvidado y parecía feliz, normal.
House.—Entonces hiciste que papi se fuera y no tuviera
razones para buscarlo.
Madre.—Solo quería protegerlo.

House le comunica al equipo el tratamiento a realizar, les dice que


ese padre fue violador de su hijo y agrega:

House.—Notifiquen a las parejas sexuales del padre, a su


empleador y a la policía.

La ética de House

House descubre a este padre violador de su hijo, que además violó


las leyes para dañarlo, y pide que se comunique a la policía por
haberse cometido un delito. Además ayuda a otras personas que no
conoce que pueden haberse contagiado esta enfermedad venérea.
Este es un episodio para reflexionar sobre el daño que le hacen
los padres a sus hijos con sus conductas de mentiras y engaños,
con respecto a sus verdaderas identidades. Y lo que es condenable,
la violación de un padre a su propio hijo, el paciente Ben, cuando
era menor.

“Peligros de la paranoia”: episodio (8.08)

En un juicio, durante un interrogatorio un fiscal sufre lo que


pareciera ser un paro cardíaco, con síntomas de taquicardia y
dificultades para respirar o tragar.
Las Dras. Adams y Park ingresan en la casa del paciente y
encuentran un arsenal escondido de armas de fuego, con lo que
descubren un trastorno psicológico más alarmante y profundamente
arraigado.
El diagnóstico del equipo es paranoia*. Este se refuerza al ver
semejante arsenal en su casa, al suponer que el paciente tiene un
delirio de persecución, algo que la esposa ni siquiera sabía.
Al hacerle más estudios, House descubre que, además de las
dificultades respiratorias, tiene una membrana adherida en la
garganta, por lo que llega a la conclusión de que el paciente padece
además de difteria.

“Media naranja”: episodio (8.09)

Este es un episodio interesante en el que se tratan a pacientes que


afirman estar en un matrimonio asexual* (sin sexo), que no es lo
mismo que la castidad*.
Una mujer joven, paciente de Wilson, explica que está casada
hace doce años y nunca tuvo sexo con el marido. Wilson le pregunta
si están en celibato y ella dice que son asexuales, que esa es su
orientación sexual.
House no le cree a esta paciente y apuesta cien dólares a que
puede encontrar una razón médica; entonces decide hacerle un
análisis pero en los resultados las hormonas son normales. “¿Qué
importa si ella dice que es asexual?”, pregunta la Dra. Adams, a lo
que House responde:

House.—Es el impulso fundamental de nuestra especie. El


sexo es saludable. Los orgasmos oxigenan el cerebro
excitando más de 30 áreas diferentes y haciéndonos olvidar
lo aburrida que es Susie Cooper. Esto último puede ser no
universal.

Hace alusión a la serie The Big Bang Theory en la que el


protagonista, Sheldon Cooper (Jim Parson), es asexual; por esto
House dice que esto puede no ser universal. La Dra. Adams le dice
a House que tiene que aceptar que ella no quiere tener sexo, a lo
que él responde:

House.—Varias personas no tienen sexo. Las únicas


personas que no lo quieren están enfermas, muertas o
mintiendo.

Es al marido a quien le hacen análisis y House anuncia:

House.—Los análisis de sangre demuestran altos niveles de


prolactina… sobre un tumor cerca de la pituitaria…
probablemente empezó a crecer en su adolescencia.

Es así como debido a un tumor bajó su libido y le causó disfunción


eréctil. Wilson se lo comunica a la pareja y la mujer se muestra muy
contenta, da a entender que por lo que recuerda el sexo es muy
divertido y que toda mujer tiene necesidades.
Muchas veces ocurren estas cuestiones en una pareja y realizan
un tratamiento psicológico, pero también hay que hacer exámenes
médicos exhaustivos y no creer solo en convicciones limitadas,
como la de la Dra. Adams o el Dr. Wilson sin tener pruebas de
laboratorio. Hay que buscar más causas y, según House, “si estas
no se encuentran, los médicos son idiotas”.
Luego de agotar todas las posibles causas, podría ser que la
persona sea asexual y no como la paciente de Wilson, que reprimía
su sexualidad por amor a su marido.

“Fugitivas”: episodio (8.10)

Una joven menor de edad necesita una cirugía con el


consentimiento de un adulto, su madre.
La paciente se escapó de su casa porque tiene un conflicto con su
madre, que es adicta en rehabilitación, y cuando llega al hospital
debe tomar la mejor decisión para su hija, dejando su pasado de
drogas de lado.
En un diálogo que tienen Chase y Adams se produce algo muy
interesante con respecto a lo que piensa cada uno sobre si la gente
cambia o no:

Adams.—¿Piensas que la gente puede cambiar?


Chase.—No. Pero no creo que esto vaya a cambiar tu
opinón, porque… la gente no cambia.

Y en otro momento del episodio, cuando House descubre el


diagnóstico, dice:

House.—Resolví el caso, no sus vidas.

Para reflexionar

¿La gente puede cambiar?


Al preguntarle a Chase, la Dra. Adams está diciendo que ella cree
que sí o, al menos, tiene esperanza de que así sea porque se lo
cuestiona. Chase ni siquiera se lo cuestiona y cree que la gente no
cambia, piensa que una respuesta negativa tampoco va a hacer
cambiar de opinión a la Dra. Adams.
Este episodio resulta de gran interés desde ese punto de los
vínculos humanos:
¿Las personas cambian?; ¿quieren cambiar verdaderamente?;
¿pueden cambiar si se lo proponen?
¿Esa madre podrá cambiar, dejar su adicción a las drogas y ser
un mejor modelo para su hija, y que esta quiera volver a su casa a
convivir con ella?
Los terapeutas apostamos a que las personas pueden cambiar,
que cada sujeto se construye. La realidad muestra que algunas
personas cambian y otras no.
¿Cuál es la diferencia?
Están las que se auto cuestionan, reflexionan sobre sus actos,
quieren reparar lo que hicieron mal, si eso les produce angustia, si
piensan que se equivocaron y lo quieren hacer mejor, si se culpan y
se responsabilizan por sus actos. Entonces toman decisiones para
modificar aquello que les produce sufrimiento. Y están las otras
personas que ni piensan ni quieren cambiar nada de su persona.
Si la madre quiere rehabilitarse de su adicción, lo tendrá que
resolver haciendo un tratamiento psicológico. Y si la hija quiere
mejorar el vínculo con su madre, tendrá que acudir a una psicóloga
para recibir ayuda.

“Persecución”: episodio (8.12)

“¿Te acostaste con una monja, con una paciente?”… nueva


violación ética.
En el episodio anterior “No es culpa de nadie” (8.11), Chase
queda mortalmente herido a causa de un incidente con un paciente;
queda un bisturí cerca del paciente y este lo clava en el cuerpo de
Chase que cae al piso.
El Dr. Walter, Jefe de Neurología (antiguo mentor de Foreman),
habla con cada integrante del equipo para tener detalles del
incidente dramático, potencialmente catastrófico, que le pudo haber
costado la vida a Chase.
Este incidente lo conmocionó y se cuestiona si volverá a trabajar o
no en el equipo de House. House lo va a buscar a su casa, toca el
timbre y dice:

House.—Pediría disculpas nuevamente. Pero estoy


esperando que aceptes la primera disculpa. Trabajas para mí,
tengo derecho a preguntarte cuando volverás.
House tiene la capacidad de pedir disculpas, por la que volvemos
a darnos cuenta de que no es un psicópata ni un perverso moral,
aun cuando en este caso no tendría que pedirlas. Chase le cierra la
puerta en la cara y le responde:

Chase.—No sé cuándo volveré, despídeme.

Finalmente Chase vuelve al hospital para hacer rehabilitación y


Foreman le explica que si no quiere estar en el equipo con House,
tiene que hacer horas de Clínica. Otro médico del equipo de House
le aconseja:

Taub.—Deberías aceptar las disculpas de House y volver al


equipo, él es molesto, malvado, pero nos hace mejores.

En Clínica Médica, Chase atiende a una joven monja a punto de


hacer sus votos, quien empieza a vomitar y presenta síntomas
neurológicos; cuando está bien, le da de alta. Pero ella le relata un
hecho inesperado: antes de ser monja era niñera y el niño a quien
cuidaba salió de la caja del arenero y un auto lo atropelló.
La monja va a la casa de Chase, pasan la noche juntos, tienen
relaciones y cuando amanece ella vomita sangre; Chase la tiene
que llevar de inmediato al hospital. En un pasillo, House imagina
que Chase pasó la noche con ella, antes que Chase se lo confiese,
y le dice:

House.—Quién diría que la Madre Inferiora era una chica


ardiente, no me asombra que juegues a las manitos con ella.

Y en otro momento, cuando Chase todavía no ha contado que


pasó la noche con la monja y al ver que Chase todavía tiene un
poco de sangre seca en su cuello, House le dice:
House.—Sangre seca en tu cuello, eso puede pasar cuando
la monja con la que despertaste tose sangre sobre ti.

House hace este comentario cuando Chase está por operarla y lo


escuchan Taub y Adams que le preguntan:

Taub.—¿Dormiste con una monja?


Adams.—Olvídate de la monja, ¿dormiste con una paciente?
A lo que Chase responde:
Chase.—Las dos.
Adams.—Tu criterio está comprometido.
Chase.—Esto no cambia la manera en que hago una incisión.

Sabemos que es antiético para los médicos acostarse con


pacientes pero muchos lo hacen, son muy pocos los que respetan la
ética médica.

La ética de House

House es uno de los que condena estas actitudes y aunque sabe


que todos lo hacen, no sanciona a nadie. En este episodio es Chase
quien viola la ética médica, del mismo modo que lo hace Wilson en
el capítulo 16: “Violación ética” y es sermoneado por House.
House tuvo muchas oportunidades pero jamás violó la ética
médica.
Podemos comparar su actitud tanto con la de Chase como con la
de Wilson, cuando en el episodio “Buenas intenciones” (1.05) una
monja se acerca a House muy seductoramente en la capilla del
hospital; por la forma en que lo mira él le dice que pareciera que
cayó en el pecado capital de la lujuria. No sigue el juego seductor de
ella, con lo que queda muy claro, para la monja y los espectadores,
que House no piensa tener relaciones sexuales con ella.
Por otra parte, en el mismo episodio, Chase confiesa que odia a
las monjas al enterarse que están tratando a una monja de clausura;
pero luego atiende a una monja a punto de tomar los votos, y no
tiene problema en violar la ética médica teniendo relaciones
sexuales con ella.
En el episodio “Comprobación visceral” (8.16), House dice:

House.—El único problema de estar enamorado de un


paciente es que está igual de mal que odiarlo.

House predica esta frase a sus residentes y la cumple siempre, a


lo largo de las ocho temporadas. Aunque vemos que los residentes
tienen sexo entre sí, y con los pacientes también. Es un mito que a
House no le importan sus pacientes, pues vemos en detalle que
nunca se enamora de ninguna paciente y que tampoco odia a nadie.
House cura a todos, sin distinción, en el Hospital Princeton
Plainsboro o en cualquier lugar que esté, en un avión, en la cárcel,
en un hospital psiquiátrico, etc.; donde sea que haya un enfermo,
hará todo lo posible por curarlo.

“El hombre de la casa”: episodio (8.13)

¿House se casa?
En realidad, House quiere ayudar a una ucraniana de nombre
Dominika a conseguir la residencia y conviven un tiempo, aunque no
tienen sexo. House no se enamora de Dominika y no tiene
relaciones sexuales con ella. En este caso, mantiene su ética y
sigue fiel a sus convicciones; solo se casa con ella para ayudarla a
conseguir la residencia.

“La palabra con c”: episodio (8.19)

House está con Wilson mirando una radiografía del tumor de Wilson
y este le pide que no se involucre. House le responde que no está a
su lado como doctor sino como un apoyo. Wilson está asustado y no
quiere morir lentamente en una cama de hospital con gente que se
detenga a mirarlo, y le dice que almacenó todo el equipo para hacer
el tratamiento en su casa.
House le responde:

House.—Lo haremos en mi casa.

Luego de administrarle un duro tratamiento en el sillón de su


departamento, le prepara comida y todo lo que Wilson necesita.
House le brinda su empatía, su ayuda, su angustia, su compasión;
también le inyecta los calmantes más fuertes colocándolos en la
máquina del suero. Le anuncia:

House.—Estamos de vacaciones.

House comparte con él su Vicodin para ayudarlo a lidiar con los


dolorosos efectos secundarios del tratamiento y, estando allí los dos
solos, no tiene quien le haga la receta. House le cuenta que le
quedan pocos y le dice con ironía:

House.—Recuerda, son un regalo, es maleducado


vomitarlos.

Va a la cocina, ve que quedan pocos para él y, en un gesto


solidario, se los guarda a Wilson y se toma un whisky.
Escenas totalmente conmovedoras que muestran lo que hace un
amigo por otro, y la asistencia a los enfermos oncológicos a quienes
se les brinda mayor contención; con ellos el sentido del humor es
fundamental, algo que House cumple del mejor modo para Wilson.
Luego de tanta quimioterapia, los dos regresan al hospital y
House le tiene preparado a Wilson un video con gran sentido del
humor y comicidad donde se los ve a ellos en el sillón de la casa de
House, divirtiéndose con chicas.
“Autopsia”: episodio (8.20)

En este episodio, el médico forense Treiber del Hospital Princeton


Plainsboro, sufre un lapsus mental y se corta la frente; no quiere que
ningún médico se acerque a él, excepto House, porque tiene las
verdaderas estadísticas de quién tiene un mínimo porcentaje de
pacientes que murieron. Una persona puede sufrir de una psicosis
debido a tóxicos. House dice:

House.—Psicosis estimulante.

Y los envía a Taub y a Park para que busquen exposición a


tóxicos. Cuando van a la morgue, descubren que Treiber tiene en un
pizarrón las anotaciones de cada doctor, cada tratamiento, cada
diagnóstico, cada resultado y cada paciente que murió. Taub
comenta que esa es una actitud muy orwelliana.
George Orwell, escritor y periodista británico, estaba en contra de
los totalitarismos nazis y escribió Rebelión en la granja. Allí crea el
concepto de “Gran Hermano”, como una técnica de vigilancia: el ojo
que todo lo mira.
Realiza una metáfora de que el médico forense todo lo mira, todo
lo ve. Como Taub es judío, agrega:

Taub.—Igual que la conferencia de Wansee.

Una conferencia en la que se reunieron los militares de la


Alemania nazi. Todo lo que allí se acordó condujo al Holocausto
para la exterminación de los judíos en los campos de concentración;
esa aniquilación estuvo dirigida por Adolfo Eichman, sin duda un
gran psicópata.
Park le responde:

Park.—La metáfora de Gran Hermano no es suficientemente


sugestiva para ti, ¿tenías que meter a Hitler?
Se descubre que el médico forense se enfermó debido a una
exposición continua a Tric losan, el desinfectante que usaba a diario.
House acompaña a Wilson a Cleveland, en el auto nuevo que
Wilson se compró, bajan en una taberna y gana una prueba en la
que, si en una hora come dos kilos de carne, no debe pagarla.
Wilson le dice a House que por unos instantes fue un héroe ante
toda esa gente gritando, por una razón increíblemente estúpida.
Luego chocan el auto y regresan en autobús, y vueven a aparecer
los miedos de Wilson. Le dice a House que no quiere regresar para
que una tomografía decida su destino.

“Aferrándose”: episodio (8.21)

Un animador tiene mareos y hemorragias nasales. El equipo


descubre que escucha la voz de su hermano pero no creen que esté
en edad para ser esquizofrénico. Quieren evaluar si sus síntomas
son de naturaleza psicológica, por lo que piden una evaluación
psiquiátrica.
House y Wilson continúan con el tratamiento para el cáncer, y
Wilson toca el timbre del departamento de House donde tiene todo
preparado para realizarle la quimioterapia. Le dice que no hará más
quimioterapia, a lo que House responde, con su habitual ironía:

House.—Buen plan, estarás muerto en cinco meses.

Wilson le confiesa que prefiere estar en el planeta cinco meses


más, en vez de un año con dolores insoportables.
House le muestra que tiene todo preparado y le dice quizás sean
tres o cuatro años más. Pero Wilson no quiere hacerlo y se va, a lo
que House en el pasillo le dice:

House.—No voy a dejarte morir.


Foreman le da a House un sobre con entradas para un partido de
jockey con una fecha posterior a cinco meses, cuando
supuestamente Wilson morirá. House comenta:

House.—Relájate, probablemente no me desmorone.

Cuando House llega, habla con su equipo y les dice que su mejor
amigo está tratando de suicidarse. La Dra. Adams le dice:

Adams.—Solo quiere morir con un poco de dignidad.


House.—Eso no existe.

Sabemos que House está en contra de la eutanasia. Habla del


tema con Rebecca, en el primer episodio de la serie, y lo sigue
sosteniendo. Y aquí se produce un diálogo maravillosamente
escrito, con un House que tiene dificultades para elaborar los duelos
(como hemos visto a lo largo de toda la serie):

House.—Quiero que sigas aquí tanto como se pueda, porque


no sé que voy a hacer sin ti.
Wilson.—No, no hagas eso.

Wilson se va a su auto y llora. Se acerca House al auto, sube y


Wilson dice algo muy conmovedor:

Wilson.—Necesito un amigo, tengo que saber que estás aquí.


Necesito que me digas que mi vida ha valido la pena y
necesito que me digas que me quieres.

Y House, que tiene su posición tomada respecto a no rendirse y


no a la eutanasia, le contesta:

House.—No voy a decírtelo, a menos que luches.

De vuelta al Hospital Princeton Plainsboro, en los pasillos Taub le


dice a House, refiriéndose a la actitud de Wilson:
Taub.—Simplemente no quiere vivir para no sufrir dolor.

Y House le responde gritando a más no poder:

House.—¡La vida es dolor! Me despierto todas las mañanas y


estoy con dolor. Voy a trabajar con dolor. ¿Sabes cuántas
veces he querido rendirme? ¿Cuántas veces he pensado en
ponerle fin?

Este es el corolario de House:


A pesar de todos los dolores de su vida, físicos y anímicos, ¡no se
rinde! Y aunque sea con la mayor cantidad de calmantes, o con un
gran dolor, ¡sigue adelante!
En el episodio siguiente, sigue acompañando a su gran amigo.
Estamos llegando al final de la serie y nos damos cuenta de que a
lo largo de todas las temporadas se han abordado una infinidad de
temas médicos (y psicológicos) maravillosamente tratados. Ahora al
final aparece la gran pregunta: ¿qué hace que la vida valga la pena?

“Todos mueren”: episodio (8.22)

En este último y apasionante episodio final, aparecen personajes


que aparecieron en la serie en algún momento de los 177 episodios
y fueron de gran relevancia para House por lo que ocurrió con ellos.
House no logra evitar una condena de seis meses por haber
tirado en un inodoro, en el episodio anterior “Aferrándose” (8.21), las
entradas para un partido de hockey. Se las había regalado Foreman
para distraerlo de la inminente muerte de Wilson y lograr su amistad
cuando Wilson ya no esté en el hospital.
House se da cuenta de esta maniobra y tira las entradas. Por esta
razón, ocasiona una inundación en el hospital. Sabe que este hecho
lo llevará a la cárcel nuevamente y no podrá acompañar a Wilson en
sus últimos meses de vida.
Por lo tanto, House toma una decisión. Desaparece del hospital y
despierta en un edificio en llamas. Supuestamente consumió
heroína, como su último paciente del hospital, por lo que padece
alucinaciones con personas que han muerto y otras con vida; en ese
estado surgen distintos temas referidos al vínculo que tuvo con cada
una de ellas.
La primera alucinación es con un paciente que era adicto a las
drogas (heroína) y que ahora ve muerto en el piso.
House se encuentra casi en el mismo estado, está también en el
piso, pues se suma a la droga el efecto del dióxido de carbono
producto de la combustión. La quema de las partes de madera del
edificio, en lugares encerrados, produce insuficiente oxígeno y,
como consecuencia, asfixia. Esto House lo sabe bien.
¿House desea morir? ¿El dolor que le produce la enfermedad de
Wilson, su mejor amigo, le resulta insoportable?
En ese estado de alucinación, sumado a la desesperación
cercana a la muerte, aparece Lawrence Kutner quien fue su
residente. Un médico pensador y creativo que, durante su primer
año en el equipo, prende fuego a la paciente (tal vez por asociación
de ideas hay fuego y ve a este residente) Greta, joven capitana de la
Fuerza Aérea, mientras trata de reanimar su corazón en una cámara
hiperbática. La paciente no muere. Y en el episodio “Lo correcto”
(4.02), casi electrocuta a otro paciente cuando lo reanima mientras
está mojado. Kutner no tiene miedo de correr riesgos, si eso
significa salvar la vida de un paciente. En este mismo episodio,
Cameron ve en House a un romántico encubierto que no puede
matar los sueños de los demás. En este caso Greta, que es
candidata a astronauta, le pide a House que la trate sin que quede
registro y él no la traiciona.

La ética de House
En el mismo episodio, un candidato a residente se hace pasar por
médico, apelando a que House lo tome como miembro del equipo.
Intenta cruzar la línea ética de House, pero él sabe cuáles son los
principios éticos y no accede a traspasarla. No incluye como médico
a quien no lo es, pero amablemente le dice que si decidiera tomarlo
sería como asistente.
Pero esta línea ética la cruza Cuddy en la séptima temporada
cuando lo obliga a House a incorporar a Master, una brillante
estudiante de Medicina que todavía no está graduada. Nos
preguntamos: ¿cuál es la ética de la Decana de Medicina y
Directora del Hospital Princeton Plainsboro, al incorporar al equipo a
alguien sin título de médica?
Kutner es el más parecido a House en el sentido de salvar vidas
de pacientes, aun corriendo riesgos. Tuvo gran aprecio por él y no
casualmente aparece en su primera alucinación.
Estos juegos de la mente de House no solo están magistralmente
mostrados en esta octava temporada, sino a lo largo de toda la
serie.
Aquí vuelve con su mecanismo alucinatorio, pero ahora la
diferencia es que es provocado por él mismo: o muere en ese
edificio en llamas o se le produce en su mente el acertijo buscado a
través de las personas significativas que pasaron por su vida.
Y esto nos hace reflexionar sobre la problemática universal del ser
humano: ¿vale la pena vivir con tanto dolor o es mejor dejarse morir
entre las llamas?
En su alucinación, House produce un interesantísimo diálogo con
Kutner quien le dice que quizás quiera levantarse e ir a la salida,
cosa que hará al final del episodio. Y House le contesta que está
levantado, es decir todavía vivo, y se pregunta por qué alucinaría
con un ex empleado de su equipo que se mató, se suicidó de un
disparo auto infligido.
Una vez más la excelencia de los guionistas: cada episodio
termina como empieza. Debido al gran dolor que le provocó el
suicidio de Kutner, al principio de este episodio, y con todos los
personajes que aparecerán luego, House toma la decisión de no
morir, no repite lo que tanto dolor le causó: el suicidio de Kutner,
sumado a otras muertes.
Decide por la vida y cambia los registros dentales, con lo cual lo
darán por muerto. Lo hace para pasar fuera del hospital los últimos
meses que le queden de vida a su amigo Wilson. Un episodio que
es un canto a la vida.
Si vemos cada episodio a la ligera, nos perderemos la esencia de
House, la cual es genial y atrapante. Es así que pasamos de una
comedia, con situaciones muy graciosas, a una sátira ácida de la
sociedad en su conjunto, de las instituciones, de la profesión médica
y sus profesionales que están involucrados con los laboratorios, los
seguros de salud, etc.
Nos conmueven las tragedias. Una de ellas es la de Anna cuya
pierna queda atrapada bajo una viga; a House no le queda otro
remedio más que amputar, y luego ella muere. House llora con
angustia, aunque aun el mismo Foreman le dice que no fue su
culpa.
Volviendo al último episodio, House recuerda haber hablado con
Foreman y haberle dicho que necesita una reunión con él para que
le diga a la Junta Probatoria que lo necesita cinco meses más en el
hospital para resolver ocho casos de pacientes que solo él puede
atender.
De esta manera podría pasar ese tiempo con Wilson, su mejor
amigo, al que le quedan pocos meses de vida.
Le explica a Foreman que tirar las entradas para el partido de
hockey por el inodoro fue una broma que le salió mal:

House.—¡Es una pequeña mentira blanca piadosa!


Y agrega que no quiso arruinar ese techo, que no puede creer
que tenía intenciones de arruinarlo. En realidad, tiró los boletos por
el inodoro como una metáfora de que no aceptaba la invitación que
Foreman le hizo, pensando en que Wilson moriría. Y le dice que le
congele el sueldo, que lo demande, pero que si va a la cárcel,
Wilson es el que pagará el precio de no estar con su amigo su
último tiempo de vida.

El concepto sobre la amistad de House

Cuando House está preso, Wilson no lo va a visitar. Luego Wilson


se enferma y House, demostrando su amistad por él, tira los boletos
(como diciendo que Foreman no lo reemplazará) y si tiene que
pagar por ello lo hará. Solo pide que no pague Wilson por esa
acción, que fue una broma y una forma de decir metafóricamente:
“Tengo un gran concepto de lo que es la amistad, mi amigo es
Wilson”.
Sigue la escena con House en el piso entre las llamas y Kutner
que le pregunta nuevamente por qué está allí, en vez de ir a la
puerta, por qué quiere suicidarse. House le contesta:

House.—¿No es un cálculo simple lo que va a suceder? Voy


a ir a la cárcel, perderé mi empleo, y perderé a mi mejor
amigo. ¿Necesito más?

También se le aparece Amber, una residente del equipo de House


que murió en un accidente de autobús en el episodio “En la cabeza
de House” (4.15); ella le pregunta qué pasó con el paciente de la
heroína y House recuerda que el paciente le dijo:

Paciente.—No dejaré las drogas, porque es la realidad la que


apesta.
Es el razonamiento de muchos adictos que no soportan lo que les
pasa en la realidad cotidiana. Amber le dice que ese paciente está
muerto y House le contesta que está preocupado también porque su
plan falló. Para demorar su encierro en prisión, pretendía que
Foreman cometiera perjurio pero él no lo hará. House le cuenta que
su amigo Wilson morirá y Amber responde:

Amber.—Luego que mueren lloras un tiempo, y vuelves a


hacer lo que amas.

House le dice que todos mueren sin el menor sentido y Amber le


aconseja:

Amber.—Cuando resuelves un caso enigma el mundo tiene


sentido, y todo se siente bien, y siempre tendrás otro porque
la gente siempre se enferma… Vete a casa.

En otro momento aparece Stacy y le pregunta:

Stacy.—¿Qué hay del amor? Viví años contigo y sé que crees


en el amor.

Refiriéndose a Wilson, Stacy le dice que representa el lado bueno,


a lo que House responde con una metáfora:

House.—Yo siempre me preguntaba por qué salgo mal en las


fotos.

Lo intriga por qué a él la gente no le ve el lado bueno: sus valores,


su genialidad, su ética particular para salvar vidas, su valentía para
arriesgar cosas personales en pos de un ideal, etc.
En sus alucinaciones House se ve con Stacy, quien fue el amor de
su vida, le da un bebé en sus brazos y le dice que sostenga a su
hijo. House exclama:
House.—No tendría que morir antes de tener un hijo…
Tienes esposo y Cuddy se fue.
Stacy.—No somos las dos únicas mujeres que pueden
amarte… Levántate, no tienes que morirte aquí.

En otra alucinación aparece Cameron que le dice:

Cameron.—Mientras las llamas están lamiéndote tus pies, le


temes a esta decisión y discutes hasta que el destino te la
quite. Estás tomando el camino del cobarde y, aun peor, eres
muy cobarde para admitir que estás tomando esa salida.

Y House le contesta:

House.—Tienes razón. Pero puedo cambiar.

Todos se dirigen al edificio en llamas: los bomberos, Foreman,


Wilson, Adams, Park, Taub. Y en el hospital el forense confirma que
se trata de House.
En el funeral todos hablan bien de él, menos Wilson que está
enojado porque un millón de veces House necesitó de él y la única
vez que él lo necesita…

Park.—Me contrató cuando nadie lo habría hecho.


Master.—Me dio el valor para renunciar.
Madre.—Gregory fue un buen hijo.
Stacy.—Fue un intento de novio, pero yo no dejé de amarlo
jamás.
Dominika.—En verdad fue mi esposo, no pude evitar amarlo.
Foreman.—Fue mi jefe y mi empleado, pero siempre en
ambas ocasiones aprendí de él.
Taub.—Él me hizo ser mejor padre, aun si fue o no su
intención.
La Trece.—Siempre le estaré agradecida.
Chase.—No siempre fue fácil lidiar con él.
Cameron.—En el fondo sabía cómo amar.
Wilson.—Fue mi amigo, salvó vidas, fue un sanador. Pero al
final fue un cretino, se burlaba de cualquiera que no se
adaptara o no compartiera sus locos ideales. Decía estar en
una gesta heroica de búsqueda de la verdad.

Wilson sigue hablando, sangrando por la herida, porque cree que


House se murió y lo dejó, pero suena el celular y es House que le
dice: “Cállate idiota”.
Wilson va con su auto y encuentra a House sentado en una
escalera esperándolo. Le explica que al final salió de la parte de
atrás del edificio y cambió los registros dentales. Wilson le dice que
destruyó su vida, que no podrá volver al hospital a ser doctor. House
le contesta, sorprendiéndolo como un gran amigo, que lo
acompañará en sus últimos meses de vida.

House.—Estoy muerto Wilson, ¿cómo quieres pasar tus


últimos cinco meses?

Observamos una imagen de House y Wilson en la que ambos


suben cada uno a una moto. House se coloca el casco y le comenta
a Wilson:

House.—El cáncer es aburrido.

Esta serie maravillosa culmina con la imagen de House y Wilson,


de la misma manera que comenzó en el primer capítulo (ocho años
atrás): con ambos caminando por los pasillos del Hospital Princeton
Plainsboro.
Y cierra con la letra maravillosa de una canción que es un canto a
la vida:
Disfruta
Es más tarde de lo que crees
Disfruta
Mientras sigues en la cima
Los años pasan tan rápido como un guiño
Disfruta
Es más tarde de lo que crees
Harás ese viaje de dos semanas
No importa lo que suceda
Ya has hecho la reserva
Pero simplemente no te puedes escapar
Seguro que el año próximo conocerás el mundo
Viajarás muy lejos…
Pero, ¿qué tan lejos podrás ir
Cuando estés a dos metros bajo tierra?
Disfruta
Es más tarde de lo que crees
Disfruta
Mientras sigues en la cima
Los años pasan tan rápido como un guiño
Disfruta
Es más tarde de lo que crees
CAPÍTULO 30

¿House es un genio?

R evisemos los patrones o estrategias de algunos genios y


descubrámoslo. Estas son 21 estrategias que Robert Dilts* ha
investigado y observado en Tesla, Da Vinci, Mozart, Holmes, Miguel
Ángel, Freud y Einstein1:

1. Habilidad para visualizar altamente desarrollado

Los genios parecen tener la habilidad de visualizar altamente


desarrollada. Por supuesto, utilizan también sus otros sentidos pero
la visión parece ser un elemento guía central en todos ellos.

2. Mientras la visión funciona como el foco central, los genios


tienden a usar todos los sentidos y a crear sinestesia entre los
sentidos

Mozart, probablemente el mejor ejemplo de esto, sentía, veía y


hasta saboreaba su música. Einstein decía que derivaba emociones
de sus construcciones imaginarias internas. Tenía la habilidad de
ponerse a sí mismo en sus imágenes internas, para traer lo que
imaginaba hacia adentro de su neurología y hacerlo real.

3. Utilización de múltiples perspectivas: pasado-futuro

Una de las características más comunes de los genios es la


habilidad de tener más perspectivas de las habituales sobre un tema
particular o proceso, y encontrar aquellas que nadie más ha
considerado.

4. Habilidad para cambiar de posiciones perceptuales altamente


desarrollada

Además de ser capaces de tener distintos puntos de vista, los


genios tienen la habilidad de identificarse con diferentes posiciones
perceptuales. Disney, por ejemplo, no podía describir el
comportamiento de sus personajes animados sin actuarlos
simultáneamente desde sí mismo. También tenía la habilidad de
dejar su propia posición perceptual y asumir el mundo de la visión
de la audiencia. Una de las verdaderas habilidades de los genios es
la de identificarse con aquello con lo que están trabajando, incluso
con objetos inanimados. Los genios de la computación dicen ser
capaces de ver el mundo como lo ve una computadora. Miguel
Ángel podía ponerse en segunda posición con un pedazo de piedra.
El explicaba: “Yo no hago la estatua, la estatua ya está en el mármol
esperando que yo la libere. Yo simplemente continúo esculpiendo
hasta que sea libre”.

5. Habilidad para moverse a través de porciones de


pensamiento de distintos tamaños y niveles

Los genios son capaces de moverse con facilidad entre la visión


más amplia y las acciones específicas requeridas para manifestar la
imagen más amplia. Pueden trabajar con las pequeñas partes y, sin
embargo, no quedar atrapados en los detalles. También son
capaces de ver la imagen amplia sin perder de vista las pequeñas
partes. Los genios parecen ser capaces de balancear ambos.

6. Lazo de feedback entre lo abstracto y lo concreto


Los genios también son capaces de moverse entre modelos
abstractos y principios y expresiones específicas de esas
abstracciones. Son capaces de encontrar los principios abstractos
en los ejemplos concretos con los que están trabajando, y de dar
cuerpo a relaciones abstractas en problemas específicos. Esto crea
una especie de lazo que les permite refinar sus teorías a través del
feedback del mundo concreto y, al mismo tiempo, refinar sus
trabajos físicos a través del feedback de principios más abstractos.

7. Habilidad para construir modelos internos que funcionan por


sí mismos sin dirección consciente

Los genios son capaces de formar circuitos internos y modelos que


funcionan por sí mismos “en paralelo” con su pensamiento
consciente. Mozart, por ejemplo, decía que sus sinfonías se
escribían a sí mismas, una vez que él llegaba a un cierto punto.
Muchos escritores hablan de cómo ellos “inspeccionan” en sus
historias para ver cuán lejos han llegado. Esta habilidad parece
relacionarse con el pensamiento sistémico efectivo. Cuando se ha
alcanzado una cantidad de elementos determinantes, el resto se
acomoda solo en su lugar.

8. Habilidad para desarrollar estados especiales para acceder a


procesos inconscientes

Todos los genios han reconocido la importancia de los procesos


inconscientes en su trabajo. Parece ser que una vez que uno ha
establecido todos los circuitos internos es importante maximizar la
competencia inconsciente para no interferir en el proceso. Muchas
personas creativas dicen que obtienen sus ideas cuando están en la
ducha a la mañana. Muchas personas dicen algo parecido a: “Meto
en mi mente toda la información que puedo encontrar hasta que
estoy completamente exhausto y ya no puedo meter más nada ahí
dentro. Entonces me voy a dormir. Y cuando me despierto, ¡tengo
una respuesta!”. Mozart describía su proceso creativo como un
placentero sueño vivo. Leonardo llegó tan lejos que sugirió algunos
procesos para estimular las asociaciones inconscientes a través de
mirar fijo una pared.

9. Habilidad para incorporar la casualidad o el azar en los


procesos creativos

Los genios a menudo incorporan la casualidad y el azar en sus


procesos creativos. Es decir, que no se ven amenazados por la
incertidumbre. Tienen la habilidad de sacar ventaja de ocurrencias
espontáneas y percepciones. La mayoría de ellos manifiesta tener
solo una vaga idea de hacia dónde los conduce su trabajo
inicialmente. Los artistas intentan especialmente estar provistos de
elementos azarosos en su trabajo.

10. Balance de funciones: soñador, realista y crítico

Los genios no son simplemente soñadores. Ellos tienen la habilidad


y las herramientas para manifestar sus sueños en expresiones
concretas y para pensar críticamente acerca de sus ideas. De
alguna manera, la habilidad de pensar críticamente es tan
importante para el proceso del genio como la habilidad de soñar. Es
lo que asegura que sus ideas estén verdaderamente más elevadas
que las comunes. La clave parece estar en no dejar que el
pensamiento crítico derrote al sueño.

11. Habilidad para hacer preguntas básicas y operar a través de


un marco de feedback en lugar del de fracaso
Los genios tienden a enfatizar más las preguntas que las
respuestas. Son típicamente muy intrépidos y audaces con sus
preguntas y humildes con sus respuestas. Con certeza, una de sus
características claves es el alto grado de curiosidad y fascinación.
En lugar de tratar de aferrarse a lo que ya saben, buscan en qué
lugar el conocimiento está incompleto. También tienen la habilidad
única de percibir la falta de éxito, no como un fracaso sino como un
feedback de hacia dónde mirar para continuar. Como alguien dijo:
“Un fracaso es solo la solución a un problema distinto que estoy
intentando solucionar en este momento”.

12. Uso de metáforas y analogías

Los genios están constantemente usando metáforas y estrategias


de pensamiento lateral o no-lineal. Las metáforas o analogías
parecen estar en el centro de cualquier acto del genio. Mozart usó la
analogía de unir bocados para crear una comida para la
composición de su música. Einstein usó construcciones metafóricas
tales como la de un escarabajo ciego caminando sobre una pelota
playera o sombras tridimensionales para formular y explicar sus
teorías. Pareciera que el uso de las metáforas le permite al genio
focalizar en los principios profundos y no quedar atrapado en el
contenido o los límites de la realidad.

13. Uso de modelos para aproximarse a la realidad

Aun cuando trabajan con procesos sumamente complejos, todos los


genios tienden a usar procesos simples pero abstractos como base
para su pensamiento. Estos modelos son a menudo simplificaciones
de la realidad que focalizan solo en ciertos elementos esenciales.
Mozart, por ejemplo, visualizaba sus piezas completas de música
como una pintura. Einstein a menudo pensaba en imágenes simples
de formas básicas (esferas, discos, triángulos, etc.).

14. Habilidad para promover y usar procesos de “auto


organización”

Los genios parecen ser capaces de formar estrategias mentales y


modelos que son “auto organizados” y funcionan por sí mismos, “en
paralelo” con su pensamiento consciente. En otras palabras, son
capaces de realizar modelos internos que funcionan por sí mismos
sin una dirección consciente. Una vez que han establecido estos
circuitos mentales internos, son capaces de maximizar la
competencia inconsciente y no interferir con el proceso. La habilidad
de Tesla de construir motores imaginarios en su mente, y hacerlos
funcionar durante un mes, es uno de los ejemplos más asombrosos
de esta idea. La estrategia de Leonardo para ver figuras en las
manchas y rocas en la paredes, “si uno está a punto de crear un
escenario”, es otro ejemplo que promueve los procesos auto
organizados dentro de la mente y el sistema nervioso (las ideas se
convierten en un “atractor” contra el fondo desestabilizado de la
pared). Por supuesto, todo el proceso terapéutico de Freud estaba
basado en descubrir y apoyar los ciclos naturales de organización y
los procesos de cambio a través de la “corrección asociativa”.

15. Habilidad para adquirir familiaridad con información


necesaria a través del aprendizaje auto manejado

Los genios a menudo utilizan inusuales cantidades de tiempo en


adquirir maestría en conocimientos básicos; en oposición a
simplemente guiar conocimientos límites o parciales. Obviamente,
para ser efectivo en algún área, y obtener la cantidad determinante
necesaria para el inconsciente y los procesos auto organizados, uno
necesita estar familiarizado con cierta información necesaria. Los
genios están permanentemente actualizando su conocimiento a
través de aprendizaje auto manejado. Raramente son especialistas
y se nutren de muchas fuentes diferentes. Esto se demuestra en el
voraz apetito que tenía Leonardo por el conocimiento. Él fue “el
aprendiz auto manejado” fundamental. Aristóteles también es
conocido por el increíble rango de temas que abordó. Freud también
se nutrió de varios cambios del conocimiento y aplicó sus teorías a
muchos temas distintos. Einstein escribió sobre muchos otros temas
además de la física, desde el desarrollo del lenguaje hasta el tema
de la paz mundial.

16. Habilidad para operar desde modelos dinámicos divididos


en tres elementos interactivos

Para estimular los procesos dinámicos, los genios tienden a utilizar


modelos formados por tres elementos interactivos a los que nos
referimos con humor en P.N.L. como “la Santa Trinidad”. Este tipo de
modelos permite a las personas responder a patrones complejos de
manera manejable. De acuerdo con Buckminster Fuller (un genio en
todo su derecho) se necesitan como mínimo tres elementos para
tener una estructura o patrón. Aunque el número de variables es
pequeño, si los elementos se influencian mutuamente y se
relacionan el uno con el otro, pueden producirse interacciones
bastante sofisticadas. El soñador, el realista y el crítico de Disney; el
ello, el yo y el superyo de Freud; la fórmula E=MC2 de Einstein y las
tres perspectivas de Leonardo. Todos estos son ejemplos de
modelos dinámicos basados en tres elementos interrelacionados.

17. Habilidad para pensar sistémicamente


Uno de los patrones esenciales de los genios parece ser el de
pensar en forma de sistema en lugar de mecánicamente. Las
estrategias mentales de los genios les permiten rastrear sistemas
completos de elementos interactivos. Freud, por ejemplo, veía los
procesos mentales como simples actos aislados que forman parte
de una entidad física completa, y sostenía que el significado del
síntoma solo podía ser encontrado en relación al sistema más
amplio. Estas estrategias tienden a operar más en términos de
“lazos de interacción” o “mutua interacción” que en forma de causa-
efecto lineal o mecánica. Los genios focalizan más en la relación
entre los objetos que en los objetos mismos. Como lo dijo Leonardo,
están más interesados en los “procesos del resultado” que en los
“resultados del proceso”. Él desarrolló estrategias que le permitían
representar y explorar la dinámica de sistemas complejos,
observando cómo se comportaban bajo condiciones extremas.
Einstein rechazó aproximaciones estadísticas de la física porque
pensaba que ignoraban la dinámica profunda del sistema y
focalizaban demasiado en los resultados. Claramente, la habilidad
de Mozart de representar una ópera o una sinfonía completas en su
mente demuestra al mismo tiempo un alto grado de la capacidad de
pensar sistémicamente.

18. Habilidad para focalizar en la estructura profunda en lugar


de la estructura de superficie

Tal vez la característica más definitiva de los genios es su empeño


por llegar a la “estructura profunda” que yace más allá de la
estructura de superficie. Tanto Aristóteles como Leonardo decían
estar buscando los “primeros principios” del mundo natura. Las
estrategias de observación estaban diseñadas para encontrar
inductivamente estructuras más profundas comparando múltiples
ejemplos de algo. Tesla también enfatizaba la importancia de
mantener el foco en los grandes “principios subyacentes”. La
investigación de Einstein para la teoría del campo unificado
representó la búsqueda de las estructuras más profundas del
Universo. Freud continuamente buscaba múltiples niveles de
sucesivas estructuras profundas detrás de síntomas y
comportamientos de superficie en sus sujetos de análisis.

19. Habilidad para mapear las ideas en un sistema externo


formal de representación

El acto de un genio siempre culmina en algún tipo de mapeo de


forma externa. Mozart escribía su música como notas. Aristóteles
enseñaba y escribía sus tratados. Einstein formulaba sus metáforas
y construcciones imaginarias como fórmulas matemáticas. Tesla
escribía sus propias patentes para sus inventos. Leonardo guardaba
sus cuadernos de notas. Disney hacía sus películas. Freud reunía
sus ideas en libros. Si estas personas hubieran guardado sus ideas
en sus cabezas, nunca nos habríamos enterado de que eran genios.

20. Habilidad para armonizar nuevas ideas con el conocimiento


ya existente

Hasta que una idea no esté armonizada con lo que ya se sabe, no


será puesta en práctica, sin importar cuán brillante sea. Una de las
tareas más importantes de un genio es hacer entendibles las ideas
que desafían y transforman las antiguas maneras de pensar de las
personas. De acuerdo con el filósofo Arthur Schopenhauer, todas las
nuevas grandes ideas atraviesan tres etapas. La primera es el
ridículo, la segunda es la oposición violenta y finalmente la
aceptación como si siempre hubieran sido “auto evidentes”. Ninguna
de las ideas de los genios incluidos en este estudio tuvo aceptación
inmediata. Todos tuvieron, hasta cierto punto, la experiencia
descripta por Schopenhauer.

21. Una misión más allá de su identidad individual

En la introducción de su trabajo sobre anatomía, Leonardo


audazmente decía: “Yo deseo hacer milagros”. Sobre su trabajo
Disney sostenía: “No se trata solo de dibujos animados; tenemos
mundos por conquistar aquí. Lo que sea que conciba la mente
humana puede ser explicado a través de la animación”. Sobre sus
razones para estudiar física Einstein decía: “Quiero conocer los
pensamientos de Dios, todo lo demás son detalles”, y luego sostuvo:
“Todos los medios no prueban más que un obtuso instrumento, si
por detrás no tienen un espíritu vivo”.
Una de las características comunes a todos los genios es que
perciben su trabajo como proveniente de algo y al servicio de algo
mayor que ellos mismos. Ha habido muchas personas brillantes y
creativas. Quizás esta conexión con algo mayor es lo que diferencia
a los genios de aquellos que son simplemente creativos o
innovadores.
¿Ya descubriste que House posee los 21 patrones de los genios?
Robert Dilts, Estrategias de los genios, Editorial Mar, 1996.
CAPÍTULO 31

¿En qué se parece House a Sócrates?

C omo ya hemos visto, a la hora de buscar la verdad, ambos


practican el método socrático ó mayéutica. Recordemos que
este método se basa en la idea de que el conocimiento no es algo
dado, sino que cada uno debe descubrirlo por sí mismo. La única
forma de que alguien aprenda es por medio de preguntas que lo
ayuden a razonar.
Una manera de ayudar a otros a razonar y acercarse a la verdad
es tener un comportamiento detestable y arrogante que los obligue a
cuestionarlo constantemente. Este comportamiento, que suele irritar
a otros, es el leitmotiv de House a lo largo de toda la serie.
El método socrático es un método paradójico que consiste en tres
pasos:

1. Admitir que no se conoce la verdad (cuando llega un paciente


a House, no se conoce el diagnóstico). En esta etapa se
encuentra la afirmación de Sócrates: “Solo sé que no sé
nada”.
2. Actuar de forma convincente, como si uno estuviera seguro
de que sabe la verdad, y tener una hipótesis.
3. ¿Pero qué sucede si nos hemos equivocado? Necesitamos
que otros refuten esa hipótesis, que nos cuestionen, para
saber si tenemos evidencia suficiente o realizamos una
suposición incorrecta. Esto es lo que hace House delante de
su equipo, utilizando su pizarrón y provocando un torbellino
de ideas con sus preguntas.
Cuando camina por los pasillos del hospital con su equipo,
podríamos hacer un paralelo con Sócrates caminando por Atenas
con sus alumnos.
House trata a los demás como ignorantes o idiotas para
desafiarlos a que encuentren la verdad. Como Sócrates, que al
declarar su famosa frase, quería decir: “Yo no sé y ustedes tampoco;
vamos a averiguarlo”.
Tanto Sócrates como House necesitan que las personas los
confronten. Es por eso que House utiliza ese comportamiento
arrogante y detestable, el cual obliga a otros a cuestionarlo
permanentemente. Él obliga a las personas a pensar.
Siguiendo la metáfora del iceberg, hay quienes ven en House solo
la arrogancia y el cinismo, que es la parte visible. Y muchos otros
ven la parte profunda del iceberg, se dan cuenta de que se trata de
una constante provocación para que los demás se queden
pensando.
Muchas personas dejan de pensar y aceptan las posturas de los
demás, aun estando en desacuerdo con ellos, House los llama
idiotas.
Sócrates y House necesitan formar personas que los confronten y
cuestionen sus suposiciones pero para tener este comportamiento,
deben sentirse atacados o amenazados. Por eso, lo vemos a House
atacando a los demás irónicamente con preguntas y comentarios,
desde todos los frentes, para que contraataquen y lo cuestionen
permanentemente, criticando sus propias suposiciones.
Una verdadera educación es aquella que permite que los
estudiantes puedan confrontar, y así avanzar en el conocimiento.
Esta es la propuesta de House. Él la practica con su propio
comportamiento y los residentes aprenden. Pero nos preguntamos
si ellos aprecian lo que aprenden. Él los desafía por medio de
preguntas, fomenta la discusión y el debate y hace todo lo posible
para que se resuelvan los casos médicos.
¿Los residentes se darán cuenta de que les enseña tanto?
¿Sabrán que la ironía es parte del método? Quizás todos los
residentes que se van y luego, en algún momento, quieren regresar
lo hacen porque reconocen en House a un genio.
CAPÍTULO 32

House y Sherlock Holmes

¿En qué se parece el Dr. Gregory House a Sherlock Holmes, el


personaje de ficción inventado por Arthur Conan Doyle?
Un gran investigador en este tema es Robert Dilts*. Utilizaremos
varios de sus conceptos al presentar el parecido entre Sherlock
Holmes y la personalidad de House.
Este capítulo tiene como objetivo hacer pensar e investigar al
lector sobre el mundo que nos rodea de la misma manera en que lo
hacen House y Sherlock Holmes, ambos sobresalientes en su
campo. Y a su vez, poder trasmitir esos patrones de
comportamiento desde la Programación Neurolingüística* y uno de
sus investigadores sumamente destacado en esta área, como lo es
Robert Dilts.
El personaje de House está en gran medida basado en Holmes.

Holmes.—No, no, yo nunca adivino. Es un hábito


escandaloso, destructivo de la facultad lógica.

Esta frase bien podría haber sido de House, quien nunca adivina
sino que usa su facultad lógica en sus razonamientos. Es un
visionario que anticipa, adelanta conceptos e ideas y descubre
diagnósticos. House piensa y razona. En el episodio “Un día, una
habitación” (3.12), en la escena del parque fuera del hospital, Wilson
le pregunta qué hace allí y House le responde: “Pienso, veo,
imagino”.
Ambos aplican la observación y la deducción. De una gota de
agua, un hombre lógico puede inferir la posibilidad del Atlántico o del
Niágara, sin haber visto o escuchado sobre ninguno de ellos.
Entonces toda la vida es una gran cadena cuya naturaleza
conocemos cuando se nos muestra alguno de sus eslabones.
El razonador ideal podría, en el momento que se le muestra un
simple hecho en todos sus aspectos, deducir no solo la cadena de
acontecimientos que lo generó, sino también la cadena de efectos
que surgirán a partir de este.
Y tanto House como Holmes, por medio de la expresión de un ser
humano tales como las uñas de sus manos, las rodillas de sus
pantalones, la callosidad de sus dedos y su pulgar, los puños de su
camisa, etc., ven que este se revela plenamente. Es casi
inconcebible que todos esos datos unidos no basten para iluminar al
investigador competente.
Para comenzar a pensar como Holmes, tendría sentido seguir su
propia sugerencia de observar a alguien e intentar aprender de un
vistazo a distinguir la historia, el oficio o la profesión a los cuales
pertenece. Holmes sugiere pistas como las uñas de las manos, las
rodillas de los pantalones, las callosidades del índice y del pulgar, la
expresión, los puños de la camisa, etc. Advierte que el oficio de una
persona es claramente revelado a través de cada una de estas
cosas.
Para comenzar a pensar como House, tendría sentido realizar un
ejercicio: imagina que tú eres Sherlock Holmes y crees que la vida
es una gran cadena, cuya naturaleza es conocida apenas se nos
muestra un simple eslabón de esta. Cuando encuentras a alguien
nuevo que no conoces, ya sea en la oficina, en una fiesta, en una
conferencia o en algún otro tipo de reunión, ve si puedes decir algo
acerca de su historia personal o su profesión antes de que te lo
diga. Incluso podrías practicar ir a una esquina, un aeropuerto u otro
lugar público y observar a la gente.
¿Cómo lo hace House? Tal como se lo describe a Wilson: “piensa,
ve e imagina”. Junta observaciones e inferencias, y extrae una
conclusión acerca de la profesión o la historia de una persona.
Luego verifica la precisión de tu suposición con ella o con alguien
más que la conozca.
Ten en mente que Holmes típicamente juntaba grupos de pistas
para hacer sus inferencias. Él también comenzaba con
características generales al principio y luego iba a lo específico.
Entonces busca varias pistas que puedan sumarse a algo.
House, igual que Holmes, junta grupos de pistas y hace
inferencias; cuando no le alcanzan las que tiene en el hospital, envía
a los residentes a las casas de los pacientes para buscar más
pistas, con las que pueda resolver muchos diagnósticos. En
ocasiones, él mismo sale del hospital, como en el episodio “Buenas
intenciones” (1.05), cuando va a un monasterio para juntar más
pistas y descubrir qué le ocurre a la monja Agustine. En esa
oportunidad, gracias a lo que le dijo otra monja, une esa información
con muchas otras pistas y descubre que Agustine tiene un DIU.
Supo que, debido a la vida que había tenido antes de entrar al
convento, quedó embarazada y se provocó un aborto.
Al principio, tú puedes usar pistas para inferir comportamientos,
hábitos y la historia personal y luego combinar tus inferencias con
otras pistas, para extraer tu conclusión acerca de la profesión de la
persona. Por ejemplo, se puede hacer la inferencia de que una
persona que usa anteojos bifocales podría necesitar alternar a
menudo entre leer y mirar a la gente. Luego se podría combinar esa
inferencia con otras pistas para tratar de agudizar las suposiciones
aún más. Una vez que hayas hecho una inferencia, piensa en qué
otras señales deberían acompañarla y busca esos detalles que
podrían confirmar o eliminar una posibilidad en particular. Por
ejemplo, en qué clase de profesiones una persona no sería capaz
de usar lentes bifocales.
Con esta manera de usar pistas para extraer la conclusión de la
profesión de una persona, House extrae conclusiones de
diagnósticos muy complicados que necesitan muchas pistas (si son
pocas no le alcanzan).
Si resulta demasiado difícil determinar definitivamente la profesión
de una persona, comienza por eliminar profesiones. Es decir, que se
podría determinar rápidamente que alguien no es un oficial de
policía, un militar o un músico. Esto sería más rápido y casi tan
valioso como la identificación positiva de la profesión de la persona.
Cuando a House se le hace difícil descubrir un diagnóstico,
después de escribir una cantidad de síntomas de un paciente en su
pizarrón, elimina algunos síntomas menos probables, o los que no
son síntomas.
Si a ti no se te ocurre la profesión de una persona, solo infiere lo
que puedas acerca de su pasado o su historia. La persona en
cuestión, ¿es casada?; ¿es diestra o zurda?; ¿qué nacionalidad
tiene?; ¿dónde ha estado recientemente?
Aquí es cuando House sigue hurgando en la historia psicológica
del pasado del paciente, porque con las pistas que tiene no le
alcanza.
Como en el episodio “El amor duele” (1.20), donde se relata la
historia de un joven que tiene una placa en la mandíbula porque
practica la perversión sexual de ser estrangulado. House se entera
de la historia familiar, conoce a sus padres, que no quieren verlo,
porque los presiona para que vengan al hospital y, luego de curar al
paciente, le aconseja no seguir con esa práctica.
Recuerda que el contexto, las presunciones culturales, la memoria
personal, la imaginación, etc. desempeñan un papel importante en
la determinación del significado de las diferentes pistas. Antes de
intentar este ejercicio, podría ser útil hacer una lista de presunciones
y determinar el contexto en el cual te encuentras inmerso. ¿Qué tipo
de trasfondo profesional tienes más probabilidades de encontrar
allí? También hay probablemente un número de patrones culturales
que no solo te pueden ayudar a interpretar tus observaciones, sino
que además te pueden decir dónde focalizarte inicialmente. Por
ejemplo, en muchas sociedades occidentales, una persona que usa
un anillo de oro en el anular de su mano izquierda está casada; los
diestros generalmente usan su reloj en la muñeca izquierda y los
zurdos en la muñeca derecha.
Aquí es donde House utiliza a diario su imaginación, en cualquier
lugar donde esté. En una oportunidad, ve el anillo que una mujer le
arroja a su esposo (paciente de House) en el despacho de Cuddy y
se va. Él mira el anillo y obtiene una pista de otro paciente, y así
descubre un diagnóstico diferencial.
Amplía tu espacio del problema tanto como puedas. Piensa qué
clase de pistas te dirían si una persona es un médico, un abogado,
un contador, un hombre de negocios, un obrero, un vendedor, un
músico, un oficial de policía fuera de servicio, un militar retirado, etc.
Holmes implica algunas categorías generales en su
recomendación de posibles señales.
Uñas y callosidades del índice y el pulgar, sumadas a la
expresión, nos darían la clave de la clase de características físicas y
comportamientos mentales asociados con una profesión en
particular. ¿Hay alguna característica mental culturalmente asociada
con la lista de profesiones arriba mencionadas? Dentro del contexto
cultural, por ejemplo, ¿caminaría distinto un médico de un técnico
electrónico? Ciertas clases particulares de posturas, tonos de voz y
vocabularios pueden ser características de diversas profesiones.
¿Qué tipo de material de lectura llevarían personas con diferentes
profesiones? ¿Qué parte del periódico los encontraríamos leyendo?
¿Qué papel desempeña la edad en las diferentes profesiones?
Toda señal que House observa lo lleva a descubrir diagnósticos.
También a deducir infidelidades, como en el episodio “Piloto” (1.01).
Allí vemos que un paciente ha comido demasiadas zanahorias y se
ha puesto de color naranja, por lo que House deduce que su esposa
tiene una aventura amorosa porque no le presta atención; de lo
contrario se habría dado cuenta de un marido tan colorido.
Puños de camisas y rodillas de pantalones caen en la categoría
de patrones y características de la vestimenta, y sirven a la hora de
determinar la profesión de una persona. ¿Cuáles son las clases de
vestimenta que personas con diferentes oficios o profesiones
usarían, o no usarían, incluidos aquellos uniformes que pueden ser
parte de dichas labores? ¿Qué tipo de personas usarían jeans o
ropa de diseño? ¿Qué tipo de relojes, lentes, peinados, corbatas,
corbateras, anillos, cinturones, zapatos, prendedores, maquillaje o
joyería podrían brindarte pistas?
Un ejecutivo de ventas en viaje podría llevar un maletín con
muestras. Por otro lado, ¿cómo podría la ropa verse afectada por
las actividades en que la persona se involucraría de acuerdo a su
profesión? Una persona que trabaja todo el día en un escritorio y se
apoya sobre los codos, podría tener más gastada esa parte de su
saco.
House, del mismo modo, busca minuciosamente pistas en todo
momento, como en el episodio “Veneno” (1.08), el caso de dos
adolescentes enfermos por intoxicación con pesticidas. Ambos
tienen pantalones vaqueros gastados que compraron en un camión
contaminado con pesticidas.
También busca detalles que parezcan contrarios al contexto o los
patrones culturales típicos. Como señaló Holmes: “La singularidad
es casi invariablemente una pista”. Un adulto que no usa anillo de
casamiento, pero está cargando un bebé, puede ser un padre
soltero u otro pariente de la criatura.
El paciente que tiene una coloración naranja cuando va a
consultar a House lleva anillo de casado. House revela la posibilidad
de que su esposa podría serle infiel. Cuando vuelve al hospital, y
mientras habla con Cuddy sobre el tema, ya no tiene el anillo en su
dedo anular. Esto significa que confirmó la infidelidad de su esposa
y se quitó el anillo porque va a divorciarse. House descubrió la
infidelidad antes que el mismo paciente.
Después que hayas terminado de hacer tus observaciones y
deducciones, regresa a las pistas de entorno y comportamiento que
has notado y combínalas para realizar tus inferencias. Nota en qué
orden las combinas y qué grado de prioridad le das a las distintas
pistas. También nota qué inferencias hiciste para interpretar el
significado de esas pistas. Ve si puedes ser consciente de alguna
memoria o escenario fantaseado que trajeron a tu pensamiento para
crear, confirmar o eliminar posibilidades.
Si llegas a una conclusión que es parcialmente correcta, da
marcha atrás sobre tu proceso de pensamiento y encuentra cuáles
inferencias fueron legítimas y cuáles estaban mal. Si ves una pista
que pensaste que debería ser distintiva, como cierto estilo de ropa o
peinado, pero no eres capaz de extraer una inferencia de esto,
escríbelo para que puedas encontrar su significado más tarde.
Esta conclusión se ve en el primer episodio “Piloto” (1.01), cuando
House decide darle esteroides a una paciente y dice: “Si mejora
tendremos razón; y si no, habremos aprendido algo”; con lo que
quiere decir que si su conclusión es parcialmente correcta, y no es
basculitas el diagnóstico de la paciente, lo que hará será dar marcha
atrás y buscar más pistas. Así lo hace y descubre que por comer
jamón, la paciente tiene una lombriz en el cerebro.
Como una extensión de este ejercicio, pídele a un conocido que te
dé un objeto que él o ella hayan recibido o heredado y perteneció a
alguien más por un largo tiempo; ve qué puedes averiguar acerca
del propietario anterior por medio de tus observaciones.
Veamos esta situación en una de las historias de Sherlock
Holmes, donde se quiere averiguar sobre un reloj:
Watson.—He escuchado que usted ha dicho que es difícil
para un hombre tener un objeto de uso diario sin dejar la
impresión de su individualidad en él, de manera tal que el
observador entrenado puede leerla. Ahora, yo tengo aquí un
reloj que ha llegado a mi posesión. ¿Podría ser usted tan
amable de darme su opinión de las características o hábitos
del último dueño?
Sherlock Holmes movió el reloj en su mano, miró fijamente el
cuadrante, abrió la parte trasera y examinó el mecanismo,
primero con sus ojos desnudos y luego con una poderosa
lente convexa. Yo apenas podía sostener la sonrisa ante su
cara abatida cuando finalmente cerró con un golpe seco la
caja y la sostuvo detrás.
Holmes.—Prácticamente no hay datos —murmuró—. El reloj
ha sido recientemente limpiado, lo que me lleva a los hechos
más sospechosos.
Watson.—Tiene razón —respondí—. Fue limpiado antes de
que me lo enviaran.
Holmes.—Aunque insatisfactoria, mi búsqueda no ha sido
enteramente estéril —observó, contemplando el techo con los
ojos soñadores, sin brillo—. Sujeto a su corrección, debería
juzgar que el reloj pertenecía a su hermano mayor, quien lo
había heredado de su padre.
Watson.—Eso lo deduce, sin duda, de las iniciales HW de
atrás.
Holmes.—Absolutamente. La W sugiere su propio nombre.
La fecha del reloj es de hace unos 50 años y las iniciales son
tan antiguas como el reloj; por lo tanto fue hecho para la
última generación. Las alhajas generalmente se heredan a
partir del hijo mayor, que probablemente tuviera el mismo
nombre que su padre. Si mal no recuerdo, su padre falleció
hace varios años. Entonces ha estado en las manos de su
hermano mayor.
Watson.—Correcto. ¿Dice algo más?
Holmes.—Era un hombre de hábitos desprolijos, muy
desprolijo y descuidado. Obtuvo una perspectiva pero
desperdició sus oportunidades, vivió cierto tiempo en la
pobreza con pequeños intervalos de prosperidad y
finalmente, llevado a la bebida, falleció. Esto es todo lo que
puedo obtener.
Watson.—Esto es indigno de usted, Holmes. Nunca podría
haber imaginado que podría llegar a esto. Usted ha hecho
deducciones de la infeliz historia de mi hermano, y ahora
pretende deducir este conocimiento de manera fantasiosa.
Usted no puede esperar que le crea que ha leído todo de ese
antiguo reloj. Es poco amable y, para ser sincero, tiene un
toque de charlatanería.

A House le ocurre algo parecido, lo ven poco amable y no creen al


principio que su imaginación y su fantasía lo lleven a hacer tantas
deducciones… hasta que estas se comprueban.

Holmes.—Mi querido doctor —dijo amablemente—. Por favor


acepte mis disculpas. Viendo el asunto como un problema
abstracto, me he olvidado de cómo algo personal y doloroso
me puede afectar. Le aseguro, a pesar de todo, que nunca
supe que tenía un hermano hasta que me dio el reloj.
Watson.—Entonces ¿cómo, en el nombre de todo eso,
obtuvo estos hechos? Todos ellos son absolutamente
correctos en todo y cada uno en particular también.

Las personas que rodean a House también se asombran cuando


los hechos comprueban que son correctas sus deducciones.

Holmes.—Ah, eso es buena suerte. Yo solo podría decir que


es el balance de la probabilidad. No esperaba, para nada,
que todo fuera preciso.

Todo aquello que descubre House tampoco es por buena suerte,


sino por hacer deducciones correctas.

Watson.—Pero, no fue solo mero trabajo de suposición.


House no basa sus suposiciones en adivinanzas, al igual que
Holmes.

Holmes.—No, no. Yo nunca adivino. Es un hábito chocante,


destructivo para la facultad de la lógica. Lo que parece
extraño para usted es solo porque usted no sigue mi tren de
estrategia ni observa los pequeños hechos sobre los que las
grandes inferencias pueden depender. Por ejemplo, comencé
expresando que su hermano era descuidado. Cuando usted
observa la parte de debajo de la caja del reloj, nota que no
está marcada solo en dos partes, sino que está cortada y
marcada en todos lados, del hábito de tener otros objetos
duros en ella, tales como monedas o llaves en el mismo
bolsillo. Seguramente no es difícil de creer que un hombre
que trata un reloj de 50 guineas de esta manera, debe ser un
hombre descuidado. No es inferencia tan tirada de los pelos
que un hombre que hereda un artículo de tanto valor es
factible que haya sido bien provisto en otros aspectos.

House se la pasa observando pequeños hechos, tal como lo hace


un investigador, y constantemente hace inferencias de lo que ve no
solo de pacientes, sino de todos cuanto se le cruzan en su camino.

Asentí con la cabeza para mostrar que seguía su


razonamiento.Holmes.—Es habitual que los prestamistas de
Inglaterra, cuando llevan un reloj, escriban los números en
los boletos con una lapicera en el interior de la caja. Es más
manejable que una etiqueta, ya que no hay riesgo de que el
número se pierda o se transponga. No hay menos de cuatro
de esos números visibles a mis lentes en el interior de la caja.
Lo que infiero es que su hermano estaba muchas veces en la
lona. La segunda inferencia acerca de que desperdició
oportunidades o que no había redimido el empeño.
Finalmente, yo le pido que mire el interior del plato que
contiene una cerradura. Mire los cientos de golpes alrededor
del agujero-marca donde se deslizaba la llave. ¿Las llaves de
qué hombre sobrio pueden haber hecho estas rayaduras?
Pero nunca faltarán las rayaduras en el reloj de un borracho.
Le da cuerda a la noche y deja rastros de sus manos
inestables.

Como ya vimos, en el episodio “Consejo disciplinario de la prisión”


(1.08) de la temporada 8, House le dice a la Dra. Adams:

House.—Porque eres inteligente, con una herencia en


fideicomiso, porque tomaste este trabajo debido a tu
ideología liberal que te hace querer hacer la diferencia. Ya te
estás aburriendo y esto es interesante.
Adams.—¿Por qué dirías algo así?
House.—Tus zapatos, un par diferente y caro cada día pero
nunca de cuero, lo cual significa que eres rica y liberal.
Medallón antiguo de oro sin pulir. No es basura hipster. Es
una reliquia de familia, lo que significa dinero viejo. Bufanda
Osler, solo los viernes, lo que significa que hiciste tu
residencia en Hopkins, lo que significa que eres más lista de
lo que pareces en las conversaciones que hemos tenido
hasta el momento. Y tus ojos… la única vez que no parecían
estar aburridos en los tres meses que has estado aquí es
cuando hemos estuvimos discutiendo el diagnóstico.

¿Dónde está el misterio en todo esto?


Al igual que con House, no hay misterio. Holmes hace tantas
deducciones que, al fin, llega a la conclusión acertada.
CAPÍTULO 33

Médicos idiotas

¿A quiénes llama House así? A los médicos que “meten la pata” al


recetar; también a los farmacéuticos y los pacientes que mueren. A
los médicos los llama de esa manera porque no buscan las causas
de las enfermedades que padecen los pacientes y generalmente se
contentan con la explicación más sencilla, como lo expresa Foreman
en el episodio “La navaja de Occam” (1.03).
Este es un maravilloso episodio que nos hace repensar la
profesión médica, y la de todos los profesionales de la salud. ¿De
qué manera la ejercen? ¿Al estilo House o al estilo Foreman? ¿O al
estilo del médico que se equivoca en la receta y prescribe mal un
medicamento?
Este episodio se llamó de dos maneras: “Principio de parsimonia”
(en Hispanoamérica) y “La navaja de Occam” (en España).
Aquí vemos a un joven veinteañero, llamado Brandon, que se
desmaya durante una noche de sexo intenso con su novia. Tiene un
conjunto de síntomas complicados y además tiene tos, razón por la
cual estaba tomando un medicamento equivocado. Un error que
cometió otro médico, antes de que llegara al Hospital Princeton
Plainsboro y lo tratara House con su equipo. Esto dice él:

House.—El paciente dio con un mal doctor, un idiota, que


para justificar los 200 dólares de consulta sintió que debía
hacer algo, y le prescribió en una receta un medicamento.
¿Sabían que 7.000 personas mueren al año por “metidas de
pata” de los médicos? Las metidas de pata de los médicos,
por mala prescripción, son para promocionar los
medicamentos. Los farmacéuticos dan medicina para la gota,
en vez de para la tos, y lo que nunca hace es aliviar la tos.
“Principio de parsimonia” o “La navaja de Occam”: la
explicación más simple es que alguien falló o que alguien
“metió la pata”.

Ese medicamento que estaba tomando el paciente para la tos es


el equivocado y lo está envenenando (porque es para la gota, no
para la tos). House es quien descubre que el paciente no tiene gota
y está tomando un medicamento para esa enfermedad. Por eso los
síntomas son tan raros.
Le da una clase al equipo acerca de por qué tenía todos estos
síntomas: dolor abdominal, erupción, nauseas, fiebre, falla renal,
presión arterial baja y un desorden en el hueso medular; debido a
que estaba tomando un medicamento equivocado.
Antes de llegar a esta conclusión, House tiene dos teorías con
respecto a los complejos síntomas de Brandon: hipotiroidismo y
afección nasal.
Pero Foreman descarta el principio médico denominado “la
Navaja de Occam”, un principio básico de la investigación científica
que significa que la “explicación más sencilla es siempre la mejor”.
Lo hace refutando a House y desafiándolo para que elija una de las
dos teorías y cierren el caso, sin investigar más. Pero House sigue
investigando, habla con la familia y con el paciente y descubre que
todos los síntomas se deben a que estaba tomando una medicación
equivocada, la cual lo está matando.
Al final del episodio, House va a la farmacia del hospital, pese a
haber curado al paciente, para ver si algún medicamento tiene
cochilcina y descubre que eran las pastillas de la tos.

Reflexión
Los médicos que “meten la pata” son idiotas para House. Con su
mente científica, él descubre que ninguna de las hipótesis de la
enfermedad que podía tener Brandon es la verdadera, que no está
enfermo sino que los síntomas tienen una explicación más simple:
alguien falló, alguien metió la pata. El que lo hizo fue un médico que
no buscó las causas y lo recetó mal. Cuando no aparece la causa o
el origen de una enfermedad, a esta se la llama idiopática.
House denomina idiotas a los médicos cuando no encuentran la
causa de la enfermedad. No la encuentran porque no la buscan y se
conforman con la explicación más sencilla, como Foreman quien le
decía que se quedara con la explicación más sencilla: hipotiroidismo
o afección nasal.
Pareciera que House no trata bien a los profesionales al decirles
que son idiotas. En mi opinión, es bastante tolerante con esos
médicos al llamarlos así, aunque a algunas personas les caiga mal
este término. Los médicos que enferman al paciente en realidad
más que simplemente idiotas, están cometiendo algo gravísimo que
se denomina iatrogenia*.
Muchas veces House llama idiotas a los de su equipo, en
referencia a que no saben la causa (el término idiopático).
Pero no lo utiliza como un insulto, simplemente quiere decirles
que no se están dando cuenta de cuál es la causa de la enfermedad
del paciente y no lo están ayudando a él a descubrirla.
Se enoja mucho porque atienden casos muy graves y los
pacientes pueden morir. En cambio, se pone muy contento, siente
una gran satisfacción y exclama “encaja”, cuando encuentran el
diagnóstico y habrá un tratamiento y una cura para el paciente.
CAPÍTULO 34

House y sus impulsos sexuales reprimidos

E ste es el condimento de todos los capítulos de House. Reprime


sus impulsos sexuales y los desplaza con frases llenas de
picardía, ironía e incluso sarcasmo en momentos cruciales. Lo hace
en los momentos que no quiere dar una respuesta a lo que le están
preguntando.
Analicemos algunas de sus frases:

Cuddy.—Necesito que te pongas tu bata de laboratorio.


House.—Y yo necesito dos días de sexo salvaje con alguien
más joven que tú. Como la mitad de tu edad.

Este juego de frases es muy habitual en House para no responder


lo que la otra persona quiere que responda, y que para él sería una
obviedad, como en este caso decir que no se pondrá la bata de
laboratorio.

Cuddy.—Tomas demasiadas pastillas, los pacientes


empiezan a hablar.
House.—¿De qué? ¿Acerca de que tu trasero peligra? No el
mío. Deberías cuidarte.

Son respuestas llenas de humor y sarcasmo que aparecen en la


mayoría de los capítulos. Aquí en vez de contestar a aquello que los
pacientes hablan de él (de las pastillas que toma), lo traslada a que
ellos hablan de que el trasero de Cuddy peligra, no el de House.
En otro capítulo, una estudiante le habla de obviedades, mientras
está averiguando el diagnóstico complicado de una paciente y
viendo los dibujos que ella hacía. House le contesta: Estudiante.—
Dr. House. ¿Está leyendo un cómic?
House.—Y tú me distraes la atención hacia tu pecho con ese
escote.

A estas respuestas House las llamaría “no literales” y encajan con


su pensamiento, el de hablar con muchas metáforas.
CAPÍTULO 35

El secreto de la personalidad de House

E l don que Gregory House tiene no es mera suerte. Muchos se


lo dicen a lo largo de todas las temporadas. Por ejemplo, una
monja en el episodio “Buenas intenciones” (1.05) en la primera
temporada. También empiezan a entenderlo Wilson y Cuddy en el
episodio “Pequeña Feliz Navidad” (3.10) en la tercera temporada; y
en la última temporada, la médica Adams en el episodio “Veinte
Vicodines” (8.01).
Y cuando House es capaz de integrar distintos síntomas de una
adolecente moribunda, en una forma en que otros médicos no
pueden, Wilson lo ve en ese contexto y admite lo que House es
capaz de hacer debido a “su don” y lo define como “una fuerza para
el bien en el Universo”.
¿Por qué está lleno de magnetismo para las mujeres? ¿Por qué
se enamoran de él? ¿Por qué atrae tanto a aquellas que se topa en
el mundo ficticio, como a las millones de televidentes que lo
encuentran irresistible como un genio de mediana edad,
malhumorado y con más de un problema físico y emocional?
Quizás las mujeres de la serie ven en él un espíritu herido y
sienten deseos naturales de sanarlo.
Esto es lo que le atrae tanto a Cameron (como vimos en el
capítulo “Cameron“), por lo que llega a sentirse enamorada de él. Y
precisamente eso es lo que House cree que le atrae a Cameron:
“necesita ser necesitada”.
Esa vulnerabilidad es una de las mejores herramientas literarias
para humanizar a un genio y, al mismo tiempo, un anti-héroe como
House.
La manera como House expresa la “nobleza herida” es una
maravillosa forma de enamorar a las mujeres: ficticias (los
personajes femeninos de la serie) o reales (las televidentes).
A las mujeres como Cameron les atrae la vulnerabilidad de House
y él se lo expresa de este modo: “Soy un hombre muy dañado”.
También le dice a una monja que cuando las cosas van mal, es
vulnerable” (ver capítulo 3).
Pero su vulnerabilidad no es lo único que les atrae a las mujeres.
A Cuddy le atrae su gran inteligencia, su valentía, su capacidad de
ayuda al prójimo. Ella reconoce que está enamorada de House.
Stacy, por su parte, lo encuentra “brillante, divertido, sorprendente,
sexy”. Y le dice que además lo ama (ver capítulo 13). Sin olvidar a
Lydia que lo ama porque tiene un gran corazón.
Personalmente creo que es porque, como hombre, es fiel a sus
convicciones que hemos explicado a lo largo de esta obra. Y por esa
misma convicción es también fiel a sus mujeres cuando se enamora
y tiene algún proyecto en común con ellas. Gregory no sale con
otras, no engaña.
CAPÍTULO 36

¿De qué se disfraza House?

E l Dr. House es lo que es y anda siempre con lo puesto pero


tiene un disfraz que es su gran atractivo: hacer dos personajes
en uno. Se disfraza de “malo” o villano de la serie y es a la vez
bueno, noble, honesto, etc.
House llamaría hipócritas a las personas que tienen disfraz de
bueno, siendo malos; los considera verdaderos villanos y piensa
que, por un disfraz de extrema amabilidad, están sobrevalorados,
aunque cometan delitos, fraudes y maten a pacientes (si son
médicos). Cree que ellos disimulan, o simulan, ser buenas
personas.
Hay una película llamada Bernie que está basada en una historia
real y fue estrenada en abril de 2012. Se trata de un ciudadano
ejemplar, Bernie Tielde (Jack Black), muy querido en su comunidad,
que entabla amistad con una viuda millonaria, Marjorie Nuget
(Shirley Mac Laine), a quien asesina y mantiene muerta en un
freezer hasta que lo descubren y lo condenan a cadena perpetua,
acusado de asesinato.
Por su amabilidad extrema, todo ese pueblo que lo vio siempre
tan correcto y amable no solo que no lo condenaría, sino que lo
visitarían en prisión con la ilusión de que lo podrán sacar de allí.
Este es un caso en el que House opinaría que “la amabilidad está
sobrevalorada” o que “la humanidad está sobrevaluada”. Porque
“todos mienten”, simulan u ocultan verdades, como lo hizo Bernie
Tielde. Mintió y ocultó el crimen y la sociedad no lo condenó (la
justicia sí) porque todo el pueblo sobrevaloró su amabilidad por
encima del asesinato que cometió.
Lo podemos comparar con otra serie argentina llamada Los
simuladores. Se hicieron 24 episodios hasta el 21 de marzo de
2002, fecha en la que ganó el premio “Martín Fierro de Oro”. Obtuvo
el máximo galardón del espectáculo de la Argentina, habiendo
tenido altísimos niveles de audiencia y se emitió hasta el 23 de
diciembre de 2003.
¿Cuándo se simula para el mal? En una situación como la de la
película mencionada que es un caso real.
¿Cuándo se simula para el bien, con un fin noble? En situaciones
como las que vemos en toda la serie del Dr. House, donde el
personaje simula ser “el malo” con el objetivo de ayudar a la gente.
Volviendo a la serie Los simuladores… sus personajes principales
son cuatro socios que, mediante “operativos de simulacros”,
resuelven los problemas y las necesidades de la gente. Los
simuladores son invasivos, violan reglas, pero su fin siempre es
noble; son justos pero políticamente incorrectos.
Esta serie premiada también está inspirada en las investigaciones
que llevaba a cabo Sherlock Holmes.
Ellos tienen clientes con problemas a resolver y, para hacerlo,
realizan un operativo de simulacro en el que utilizan la mentira, el
engaño, etc.
Las mentiras son hacia criminales, comerciantes inescrupulosos,
estafadores, etc., con el objetivo de ayudar a la gente buena. La
filosofía del grupo tiene un postulado general: “Muchas veces lo
justo es ilegal, y lo injusto legal”.
Los simuladores quieren impartir justicia a los que han sido
injustamente perjudicados. Como ocurre en la segunda temporada
de esta serie, en el episodio “Cosas del corazón”, donde simulando
y mintiendo ayudan a la familia de un enfermo cuyo seguro médico
no lo quiere atender porque tiene una enfermedad preexistente.
Entonces engañan al gerente del seguro médico y le hacen creer
que será candidato al Premio Nóbel, si acepta tratar enfermedades
preexistentes. Así ayudan al enfermo y a su familia a recibir
tratamiento del seguro médico.

Puntos en común entre Los Simuladores y Dr. House Los


simuladores utilizan el engaño, la mentira, no hacen caso de las
reglas, pero siempre con un fin noble. Son justos cuando ven
que la justicia es injusta. Siempre lo hacen para ayudar a
alguien, nunca para perjudicar ni dañar a nadie. Y pareciera que
estas conductas, como engañar, manipular, etc., llaman mucho
la atención de los espectadores.

Pero es necesario notar la diferencia: si se utilizan


sistemáticamente con el único objetivo de perjudicar a otro son
propias de una personalidad psicopática. El psicópata tiene leyes
propias; el que no lo es sabe que existen leyes fuera de sí mismo y
decide acatarlas o transgredirlas.
En el caso de estas dos series, los personajes saben que existen
leyes fuera de ellos y deciden transgredirlas, a veces, con fines
nobles.
En el capítulo 9, analizamos el accionar del personaje Vogler que
tiene conductas que lo revelan como a un psicópata cotidiano, ya
que utiliza todo tipo de acciones malas con un fin para nada noble:
dañar al hospital.
En el capítulo 15, vimos el caso de una mujer psicópata que, con
seducción y mostrando mucha amabilidad, está administrando a su
marido polvo de oro para que muera de a poco y sin que nadie se
dé cuenta. Solo House puede darse cuenta porque es justamente él
quien sabe cuáles son las leyes, y condena este tipo de conductas y
a los psicópatas que le hacen daño al prójimo.
Por eso dice que la “humanidad está sobrevalorada”, porque se
valoran las conductas de amabilidad de las personas, cuando ellas
esconden el daño que les hacen a otros hasta el punto de llegar a
matarlos.
A lo largo de todos los episodios de Dr. House, vemos que él tiene
estas conductas (mentir, manipular, engañar, etc.), al igual que Los
simuladores, pero siempre con un propósito noble: ayudar, curar y
salvar vidas. Y pareciera que a los seres humanos les atrae ver este
tipo de conductas que todos podemos tener alguna vez y están
excelentemente interpretadas en esta serie.
House desconfía de las personas que son tan amables y los llama
hipócritas, porque en el fondo simulan algo que no son. Por eso él,
para diferenciarse de ellas, se muestra siempre como es, aunque
esto irrite a los otros.
House siempre enfrenta a los psicópatas para descubrirlos, para
él no tendrían que estar sobrevalorados.
Utilizando la palabra disfraz como sinónimo de lo que diría una
canción de Juan Manuel Serrat, la metáfora de que “uno es lo que
es y anda siempre con lo puesto”, podemos afirmar que el psicópata
siempre andará con lo que es, con lo puesto: mentirá
sistemáticamente para dañar al otro.
En cambio, el ser humano noble, honesto (siguiendo la misma
metáfora) siempre andará con lo que es, con lo puesto: deseará el
bien a los demás. Podrá mentir esporádicamente, como Los
simuladores o como el Dr. House, pero la mayoría de las veces
tratará de ayudar y de no lastimar.
Esta fue mi propuesta al escribir este libro sobre una serie que me
apasionó. Aplaudo de pie a su creador, David Shore, a todos los
escritores y a la Dra. Lisa Sanders quien fue la científica inspiradora.
Lo escribí con un criterio lo más científico posible, desde mi
profesión que es la psicología y con una aguda observación de cada
episodio, los cuales vi consecutivamente desde el primero al último,
sin saltearme ninguno. Por un tema de espacio, escribí solo sobre
los episodios que, a mi criterio, fueron los más emblemáticos.
Dice Woody Allen en una de sus películas: “No todo el mundo se
corrompe”.
House con su disfraz de malo (jeans, zapatillas, bastón, algo
despeinado, barba sin afeitar y malos modales), muestra una
sociedad de gente que se ha corrompido y que miente para hacerles
daño a los demás, con la que él no está de acuerdo para nada y a la
que tiene el valor de enfrentar.
Enfrenta a otros médicos llamándolos “idiotas que aparecen con
disfraces de buenas personas” cuando en realidad no lo son, como
el personaje del Dr. Hamilton que analizamos en el capítulo 6.
Enfrenta a médicos de guardia que diagnostican erróneamente
(ver capítulo 4). House atiende a esos pacientes mal
diagnosticados, los cura y les salva la vida.
Enfrenta a médicos que quedaron en su reemplazo cuando fue
preso; Foreman lo busca y lo saca de prisión porque todos los
doctores fallaron, incluido Wilson. La primera palabra que utiliza
refiriéndose a ellos es idiotas.
Enfrenta a dueños de laboratorios millonarios, representados en el
personaje de Vogler que usa el disfraz de bueno: traje impecable,
camisa bien planchada, corbata, afeitado y peinado. Él seduce a las
autoridades del hospital, con la escondida intención de transformarlo
en un laboratorio de experimentos con los propios pacientes, a
quienes considera “ratas de laboratorio” (ver capítulo 9).
La manera de descubrir a los psicópatas es “siguiéndoles el hilo
de sus conductas”. Y según, Hugo Marietán, como ya dijimos, la
víctima de un psicópata debe tener “contacto cero”. Precisamente lo
que logra hacer House desde el principio con Vogler, sin que esto
afecte su trabajo profesional ni a ninguno de sus pacientes.
Enfrenta a poderosos mal intencionados y lo hace sin necesidad
de corromperse. Esto es algo admirable en su conducta y está
magistralmente escrito en los guiones.
Enfrenta a la mafia, en el episodio “Las reglas de la mafia” (1.15),
pero no se deja corromper por ella.
Enfrenta a un senador que es candidato a la presidencia, en el
episodio “Ejemplo” (1.17) y le pregunta: “¿Por qué miente con su
historia de vida verdadera y los que le hacen el marketing se la
distorsionan?”. House lo dice sabiendo que los políticos, en su
mayoría, son corruptos, solo quieren los votos de la gente y mienten
con su imagen. Se lo ve muy bien vestido de traje, camisa y corbata.
House con su disfraz de malo cumple con su misión en la vida:
curar a todos los pacientes que llegan a su Departamento de
Diagnóstico y salvarles la vida.
Cumple con el “juramento hipocrático” y con el antiguo juramento,
el original, el clásico, en el que se dice que Hipócrates enseñaba
desinteresadamente a aquellos que querían aprender ciencia y se
habla ya en esa época de compartir fortuna. House no es un médico
interesado en ningún tipo de fortuna, y podemos ver cómo vive: no
tiene una mansión ni un auto importado muy caro que se compró
gracias a la Medicina. Vive humildemente, solo con su ideal: la
satisfacción de salvar una vida más día tras día.
La actitud de House me recuerda a un espectáculo de los
cantantes Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina: Dos pájaros de un
tiro, en el que se disfrazan de piratas para contar lo que estos
hacían. House se disfraza de malo para denunciar las malas
acciones de infinidad de seres humanos. Si se quitara el disfraz de
malo, sería un ser humano genial, muy querible, con ética y valores
más allá de lo común.
Como se ve en el excelente episodio final de la serie donde,
creyendo que House está muerto, todos los que lo conocieron dicen
palabras de agradecimiento hacia él.
Estas son algunas palabras de la canción que Serrat y Sabina
cantan en el espectáculo mencionado (cuando aparecen los dos
disfrazados de piratas), y su equivalente en temas mencionados en
la serie: Más de cien palabras, más de cien motivos Para no
cortarse de un tajo las venas (El mundo apesta) Más de cien pupilas
donde vernos vivos (Pacientes curados) Más de cien mentiras
(Todos mienten) Que valen la pena (De las mentiras se obtienen
verdades) Tenemos micrófonos, cruces de cables (Quirófanos,
diagnósticos correctos) Ramblas en la luna, barquitos de vela
(Metáforas, creatividad) Pobres exquisitos (House sin bienes y su
exquisita mente brillante) Ricos miserables (Dueños de laboratorios
y de compañías aseguradoras, médicos corruptos enriquecidos)
Tenemos proyectos que se marchitaron (House investigador en
Física) Crímenes perfectos que no cometimos (No practica
eutanasia con ningún paciente, no mata a nadie deliberadamente)
Retratos de novias que nos olvidaron (Stacy, Lydia y Cuddy) Y un
alma en oferta que nunca vendimos (No se corrompe con ninguna
oferta de nadie) Caminante no hay camino Se hace camino al andar
Al andar se hace camino Y al volver la vista atrás Se ve la senda
que nunca Se ha de volver a pisar.
(Antonio Machado)
CAPÍTULO 37

Los diez mandamientos de House

E ste decálogo fue necesario a causa del oscurecimiento de la


luz de la razón.
En primer lugar, a modo de introducción, me pareció interesante
recordar lo que significa la palabra codicia. Codicia es el deseo o
apetito ansioso y excesivo de bienes o riqueza. Desear querer
poseer lo que otro tiene: casas, automóviles y distintas cosas
materiales, como así también personas con quienes otros están
vinculados.
Respecto de los mandamientos, comenzamos con el cuarto por
razones que se mencionarán más adelante:
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
5. No matarás.
6. No cometerás adulterio.
7. No robarás.
8. No mentirás ni dirás falso testimonio.
9. No codiciarás la casa de tu prójimo ni bienes ajenos.
10. No codiciarás la mujer de tu prójimo.

House y los tres primeros mandamientos

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.


2. No pronunciarás el nombre de Dios en vano.
3. Santificarás las fiestas.
House parece no creer y así lo manifiesta, como vimos en el
capítulo 3: “Monja embarazada que abortó”. Aunque en el episodio
“Ayúdame” (6.22) una paciente le pide rezar y él reza con ella. Más
adelante, en la octava temporada, podría existir la posibilidad de que
crea en Dios a través de su mente científica. Porque en el primer
episodio de esa temporada House le dice claramente a la médica
Adams que le gustaría haber realizado un Doctorado en Física, ya
que lo que más le apasiona es investigar:

House.—El misterio más grande que existe, la teoría de todo,


la “materia oscura”: la manera en que las galaxias rotan, el
movimiento del universo.

En el episodio “Cuerpo y alma” (8.18), Dominika le dice que miró


un libro de física de él que habla de la existencia del misterioso
“bosón de Higgs”, vulgarmente llamado “partícula de Dios” o
“partícula divina”. Esto está relacionado con el tema mencionado en
el episodio “Veinte Vicodines” (8.01) de que a House le apasiona
investigar como científico que es.
En varios episodios de esta temporada (emitida al aire en EE.UU.
por la cadena de televisión FOX entre el 3 de octubre de 2011 y el
21 de mayo de 2012), la serie anticipa un hecho científico que
ocurrió el 12 de diciembre de 2012. Es sorprendente la gran
coincidencia al ver la noticia del descubrimiento publicada en los
periódicos tiempo después. El 8 de octubre de 2013, los físicos
Peter Higgs y Francoise Englert ganaron el Premio Nóbel de Física
por el descubrimiento del bosón de Higgs.
Y volviendo al tema de Dios, podríamos decir que House se
acerca desde un lugar científico pero nos preguntamos: “¿House
está más cerca de creer en Dios?”. Seguramente está en esa
búsqueda desde otro lugar: su rol de investigador que es en realidad
su pasión.
Si observamos los pensamientos de Cicerón y Aristóteles,
veremos que son también coherentes con el pensamiento de House.
Cicerón escribe en el contexto de la formación del Derecho
Romano, fundamental para el estado de derecho. Afirma que para el
hombre culto, existe una ley de la inteligencia cuya función natural
es prescribir la conducta correcta, que es la mente y la razón del
hombre inteligente, la norma por la cual se mide la justicia y la
injusticia (Leyes 1, VI). Este pensamiento de un romano también lo
aplica House en su quehacer diario, y tiene sus conductas de lo que
para él es “lo correcto”.
En Ética a Nicómaco, Aristóteles decía que como la razón puede
pervertirse, al servicio de intereses, la ley natural es la ley de la
recta y “sana” razón. House aplica a diario este principio de
Aristóteles.
Aunque, para sorpresa de muchos, durante las ocho temporadas
House adhiere a la mayoría de los mandamientos aquí enumerados.
Los tres primeros están en su búsqueda científica.
Veamos los demás del cinco al diez:
5. No matarás. Parece ser el que tiene como prioridad, como
hombre y como médico, a lo largo de las ocho temporadas.
6. No cometerás adulterio. Jamás comete adulterio a lo largo de las
ocho temporadas y marca siempre su postura en contra de la
infidelidad. Utiliza sus metáforas e ironías hacia pacientes y médicos
que fueron adúlteros. Uno de ellos es Taub, quien siempre fue infiel
a sus mujeres.
7. No robarás. No solamente que jamás lo hace, sino que además
no acepta dinero. Como en la octava temporada, cuando rechaza el
ofrecimiento de un millón de dólares de un paciente sumamente
altruista, a quien cura de su altruismo extremo en el episodio (8.03).
8. No mentirás ni dirás falso testimonio. Es con el único que House
vive en conflicto permanente, porque a diario ve que “todo el mundo
miente”. Sus padres le mintieron a él, pues comprobó que el papá
con el que vivió toda su vida no era su padre biológico. House cree
que todo el mundo miente por alguna razón. Él también lo hace y su
razón es siempre para curar y salvar la vida de un paciente.
House tiene una frase que lo caracteriza: “Escucharé tus acciones,
son más honestas que tus palabras”. Con las palabras se puede
mentir, con las acciones no. Está a la vista lo que las personas
hacen.
9. No codiciarás la casa de tu prójimo ni bienes ajenos. House no
hace esto, no codicia bienes ni ninguna cosa ajena, sino que vive
modestamente.
10. No codiciarás la mujer de tu prójimo. Jamás codicia las mujeres
de otros, es más, condena estas conductas en quienes lo hacen,
sean pacientes o colegas a quienes trata con gran ironía.

El cuarto mandamiento: “honrar a los padres”

House tiene sus reparos respecto de este mandamiento, como se ve


en muchos episodios. Piensa que si los padres tratan muy mal a sus
hijos con conductas como la mentira, la discriminación, el abuso, el
delito, las adicciones, etc., se debe defender a los hijos. Es un
acérrimo defensor de la debilidad y de los derechos de los niños, de
los hijos que sufren por la conducta de los padres.
Cuando decimos que tiene sus reparos, nos referimos a las
actitudes de House frente a estas situaciones:
Hijos adoptados a quienes se lo han ocultado (ver capítulo 2:
“Paternidad, adopción y mentiras”); padres que discriminan por no
estar de acuerdo con las elecciones sexuales de sus hijos (ver
capítulo 11: “Perversión”); padres abusadores sexuales (ver capítulo
14: “Padre abusador de su hija modelo”); un padre que practica el
incesto y abusa de su hijo, lo cual es relatado en el episodio
“Progenitores” (8.06); una madre que es adicta a las drogas y por
ese motivo su hija menor se fuga de la casa, visto en el episodio
“Fugitiva” (8.10).
House toma una postura similar a la de la psicoanalista Alice
Miller* en su libro El cuerpo no miente. Ella habla del sufrimiento
padecido durante la infancia y dice que el cuarto mandamiento de
honrar padre y madre exige que queramos a nuestros padres, y
oculta una amenaza. Porque el hijo que ha sido despreciado,
maltratado o abusado sexualmente por sus padres solo los podrá
amar si oculta o reprime sus verdaderas emociones. Pero cuando el
cuerpo se rebela contra esta negación (ocultar y reprimir), lo hace
mediante graves enfermedades. Ella escribe lo siguiente:

Es significativo que, desde hace miles de años, vivamos con


un mandamiento que hasta el día de hoy casi nadie ha
cuestionado, porque apoya el hecho fisiológico de la unión
entre el niño menospreciado y sus padres; así, nos
comportamos como si aún fuéramos niños a los que se
prohíbe cuestionar las órdenes de los padres. Pero como
adultos conscientes tenemos derecho a formular nuestras
preguntas, aunque sepamos lo mucho que a nuestros padres
les habrían desconcertado en el pasado.

House psicólogo

Pareciera que House adopta la ideología, o “marco teórico”, de esta


psicoanalista. Defiende a los menores que llegan al hospital cuyos
padres no son buenos para ellos. Alice Miller dice que es necesario
que el terapeuta se ponga en el lugar de acompañante como
“testigo cómplice” para conocer y ayudar al niño (al menor
concretamente) y al niño que llevamos adentro, si somos adultos, y
que no ignore lo que le pasa, como se ha hecho hasta ahora.
House adhiere a esta postura por su gran agudeza psicológica,
porque entiende a estos niños y quiere ayudarlos.
Vimos que él nunca los traiciona. En el episodio “Método
socrático” (1.06), un menor que es hijo de una de sus pacientes le
pide a House que no llame a servicios sociales. No lo traiciona y no
llama.
Como tampoco traiciona a una paciente “niña madura” de doce
años que está embarazada y le pide a House que no se lo diga a
sus padres. No la traiciona, no les cuenta nada (ver capítulo 10:
“House y el aborto adolescente”).
La psicoanalista Alice Miller agrega que terapeutas y
psicoanalistas, frente a los traumas de la infancia, no ayudarán al
paciente si se muestran “neutrales” o interpretan como “fantasías”
los relatos del paciente referidos a maltratos infantiles. Afirma que
se necesita un acompañante que comparta el horror y la
indignación, cuando las emociones del niño revelan cómo sufrió y
por lo que tuvo que pasar, completamente solo y durante años, pues
esa vida está en peligro.
Es genial la forma en que House manifiesta su perfil y su gran
intuición psicológica. Defiende a los niños, sus pacientes, que llegan
a él con enfermedades complicadas y se pone en el lugar de “testigo
cómplice” del niño, como lo explica esta autora.
Además de toda la ayuda médica, House brinda ayuda
psicológica a los niños. Paradójicamente, su lema es “todos
mienten”, y Alice Miller escribió el brillante libro que ya
mencionamos: El cuerpo no miente.

Reflexión

House atiende a los pacientes cuyos “cuerpos no mienten”, porque


han sufrido en su parte psicológica. De niños, aprendieron esas
formas de relacionarse, quizás de sus padres y otros mayores, y de
adultos repiten esas conductas y maneras de conducirse.
House repite su frase emblemática de que “todos mienten… por
alguna razón”; y Alice Miller escribe que “el cuerpo no miente”, a lo
que podríamos agregar ¡también por alguna razón!
House atiende en principio a “cuerpos que no mienten”. Los
cuerpos siempre dicen la verdad de lo que les ocurre a las personas
a través de un sinnúmero de síntomas. Pero para poder atenderlos
correctamente, también atiende la parte psicológica de los pacientes
que mienten.
Su lucha es día a día para curar y salvar vidas, más allá de las
mentiras que la gente diga.
Todo lo dicho y visto en los episodios a los que nos hemos
referido, maravillosamente escritos con muchos ingredientes de la
verdad sobre lo que les ocurre a los niños en la actualidad, supera la
realidad cotidiana e incluso el artículo que Freud escribió cuyo título
es: “Pegan a un niño”.
Supera también, en gran medida, lo que escuchamos en el
consultorio a diario: los relatos de adultos maltratados por sus
padres cuando eran niños.
CAPÍTULO 38

¿House es bueno o es malo: visión amplia o


estrecha?

T al vez te preguntes si la visión de House es amplia o estrecha.


Estas son mis conclusiones a continuación, luego de ver los
177 episodios de la serie (algunos los he visto más de 30 veces),
que espero puedan responder esta pregunta.
Para poder apreciar la historia de alguien desde la visión
psicológica es preciso saber lo máximo posible acerca de esa
persona. Por eso, me propuse escuchar a House en sus palabras y
en sus acciones. También observar a cada personaje en la totalidad
de los episodios de esta obra maestra, lo mejor de lo que se puede
ver en televisión hoy en día.
Si vemos la serie con una visión estrecha, es decir incompleta,
solo veremos la parte más pequeña del iceberg: lo superficial. Es lo
que ven quienes observan a un House parcial, malhumorado,
inconformista de la sociedad que se rebela contra la burocracia de
las instituciones.
Pero en este libro mi intención es mostrarles a los lectores la parte
del iceberg que está en la parte profunda y que es una visión más
amplia de su personalidad, la cual no se ve tan claramente.
Para ver en su totalidad la polifacética personalidad de House,
habría que ver los 177 episodios. Como esto puede resultar difícil,
decidí escribir este libro, para que cuando veas algún episodio de la
serie (aunque no los veas todos), puedas notar su genialidad y su
ética y lo puedas disfrutar como yo lo hice. Al principio, me
chocaban su mal carácter y su maltrato pero cuando entendí el por
qué de su forma de ser, empecé a pensar y a preguntarme si eran
contra algo o contra alguien.

¿Contra qué o contra quién?

Esto está expresado de manera maravillosa, sutil, irónica y


metafórica en la crítica hacia los “médicos inoperantes” y el “sistema
institucional y de salud” en su conjunto, a lo largo de toda la serie.
Hay que prestar mucha atención para poder leer lo que House
dice entre líneas (contra algo o contra alguien) y en cada episodio
hay un acertijo para que el espectador lo descubra.
Contra la inoperancia de los médicos, a quienes llama “médicos
idiotas” porque por ellos muchos pacientes mueren.
Contra los sistemas institucionales o las personas corruptas.
Contra los laboratorios corruptos que patentan los mismos
medicamentos pero más caros.
Contra los hombres que les mienten a sus esposas, las engañan,
como es el caso de Taub en la temporada ocho donde tiene dos
bebés de la misma edad, con dos mujeres distintas, y se separa de
ambas porque se sienten engañadas. House no está de acuerdo
con la infidelidad.
Contra los profesionales que tienen relaciones sexuales con
pacientes. Él tampoco está de acuerdo con esta forma de
conducirse y sermonea incluso a Wilson, su mejor amigo, cuando
comete este error.
Contra los padres que les mienten a sus hijos y no les dicen que
son adoptados.
Contra los padres que discriminan a sus hijos porque tienen una
preferencia sexual que no aceptan.
Contra los psicópatas que son capaces de llegar a matar
lentamente a su cónyuge, como la mujer del capítulo 15 que trata de
envenenar a su esposo con oro.
Contra las compañías aseguradoras de los EE.UU. pues si los
pacientes no tienen dinero para costearse los estudios y el
tratamiento, mueren (esto se puede ver claramente en el
documental Sicko de Michael Moore). House menciona muy
sutilmente este tema cuando piensa en “políticas de reembolso”.
Contra políticos corruptos que mienten haciendo marketing con su
historia de vida para ganar votos.
Y también contra ciertas actitudes de la sociedad y de los seres
humanos en general, por eso pronuncia la frase: “La humanidad
está sobrevaluada”. Dicho de otro modo: “La amabilidad está
sobrevaluada”. La sociedad sobrevalúa al ser humano amable pero
que puede hacer las cosas más horrendas.
Con su mal carácter y desde un hospital, su lugar de trabajo,
House es el mayor defensor los derechos humanos. Atiende a todos
sin distinción de raza, credo o preferencia sexual, ya sea que esté
preso o que sea un indigente… Por sobre todas las cosas, defiende
el derecho a la vida, los cura y les salva la vida.
Este libro fue escrito para que puedas entender y disfrutar al
personaje de Gregory House. Están incluidos los episodios más
emblemáticos que permiten apreciar su filosofía y ética particulares:
las de un hombre que desea la vida y la salud de sus semejantes y
va a trabajar a un hospital con su terrible dolor de pierna, venciendo
día a día muchos obstáculos institucionales.
Un tema apasionante es la manera cómo House trata a los
psicópatas. Con total desprecio por estas personalidades, como es
el caso del dueño de un laboratorio bajo el personaje de Vogler (ver
capítulo 9) y el de la mujer que pretende matar a su marido sin que
nadie se dé cuenta (ver capítulo 15).
Los psicólogos que atendemos en consultorio a diario sabemos lo
mal que quedan las parejas, o las familias, cuando se encuentran
con uno de estos personajes perversos o psicópatas. Hay personas
que han enfermado psicológicamente por estar en contacto con
psicópatas cotidianamente.
En la serie, se despliega maravillosamente el carácter del
psicópata encarnado en el personaje de Vogler ante quien House no
se deja corromper. También en el personaje de la mujer psicópata,
hermosa y seductora, cuya dulzura nada indica que esté intentando
matar a su marido.
House dice que la humanidad está sobrevalorada porque existen
estos personajes que hacen tanto daño y aparecen siendo amables
y seductores (la sociedad sobrevalora a la gente amable y
seductora), pero en el fondo no tienen ningún código ético ni de
valores.
House descubre a Vogler y le hace frente; a la mujer la descubre
cuando todo su equipo ni se imagina que alguien tan amable con su
esposo, y con todos los médicos, podría querer envenenarlo. House
es quien la desenmascara y le salva la vida al esposo.

Derribando mitos acerca de House

Si se miran solo algunos episodios salteados de Dr. House, se corre


el riesgo de ver solo la parte superficial del iceberg, es decir una
visión estrecha, y no se puede disfrutar la serie completa ni al
personaje genial, humanitario, altruista. Se suele reparar solamente
en su mal carácter y estas son las creencias erróneas más
comunes:

Se cree que House tiene un equipo de médicos a quienes


trata mal
A House lo altera que los médicos no piensen en profundidad
para salvar las vidas de los pacientes, que se distraigan y cometan
errores. Como ocurre en el episodio “Control” (1.14), cuando Chase
se distrae con otra médica (conversando acerca de dónde irán de
vacaciones) y hace una radiografía en la que aparecen las dos
piernas izquierdas, en lugar de la derecha donde le apareció el dolor
a la paciente y es la que necesita House para el diagnóstico.
En otra ocasión, no le da la mano al Dr. Hamilton cuando lo viene
a saludar, muy bien vestido de impecable saco y corbata, porque
viene a desconectar y matar a un paciente con un diagnóstico
equivocado. House lucha por encontrar el diagnóstico, con todos los
impedimentos institucionales, y le salva la vida en el episodio “Orden
de no reanimar” (1.09).

Se cree que si House llega a un diagnóstico por errores


propios y del equipo que dirige, con métodos de ensayo y
error, hace ostentación de su inteligencia. No es así, él
aplica en todo momento el método socrático

House aplica en todo momento el método socrático, que son


maravillosamente tratados en los episodios “Tres historias” (1.21) y
“Método socrático” (1.06).
Lejos de hacer ostentación de su inteligencia, son siempre los
demás quienes le dicen que tiene un don.
En el episodio “Buenas intenciones” (1.05), se lo dice una monja,
a lo que House responde: “Les gusta hablar”.
En el episodio “Veinte Vicodines” (8.01), se lo dice la médica
Adams de la prisión que atiende a los prisioneros enfermos. Allí se
acerca House para ayudar voluntariamente con los diagnósticos de
los pacientes y, al poco tiempo de conocerlo, sorprendida le dice:

Adams.—Tienes un don, hay algo en este mundo para lo que


eres innegablemente bueno. Puedes leer a las personas. Tú
las puedes entender. Debes volver a la Medicina.

House le dijo antes que no volvería a la Medicina, que le habría


gustado hacer un Doctorado en Física, y eso es lo que piensa hacer
luego que salga de la prisión.

House.—Bueno, yo y la humanidad estuvimos juntos


demasiado tiempo.

Con esta metáfora le quiere decir que para él “la humanidad está
sobrevalorada”.

Se cree que no respeta reglas de la deontología con sus


pacientes

House es respetuoso de las reglas de la deontología, que es el


conjunto de reglas o principios éticos que regulan y guían una
actividad profesional. Estas normas determinan los deberes
mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su
actividad.
House hace lo mínimamente exigible: por sobre todas las cosas,
vela por la salud y la vida de sus pacientes. En cambio, otros
médicos que se presentan como muy amables, a quienes House
llama “hipócritas” porque no respetan ni la salud ni mucho menos las
vidas de sus pacientes, no respetan dichas reglas.
En el episodio “Autopsia” (8.20), el médico forense del Hospital
Princeton Plainsboro se enferma luego de practicar una autopsia.
Sufre un lapsus debido a la exposición constante a un desinfectante
por su trabajo, y solo quiere ser atendido por House. El forense tiene
las estadísticas exactas de cuántos pacientes se le mueren a cada
doctor y los motivos por los cuales murieron. Sabe que House es el
que tiene el mínimo porcentaje y todos los demás doctores lo
superan ampliamente.
Se cree que usa a pacientes como cobayos

Contrariamente a esta creencia, se enfrenta con un poderoso


millonario como Vogler que quiere convertir el Hospital Princeton
Plainsboro en un gran laboratorio experimental, para que los
pacientes sean “cobayos” de sus nuevos medicamentos (ver
capítulo 9).
House no está para nada de acuerdo con la pretensión de Vogler
y lo enfrenta, a tal punto que se va del hospital sin lograr su
cometido.
Como dato ilustrativo, y para ser más específicos con la visión
errónea de las “ratas de laboratorio”, House ni siquiera tiene el
coraje de matar a un animal. En el episodio “Cacería” (2.07), Stacy
le pide deshacerse de una rata que entró en su ático y él la atrapa
en una jaula pero no la mata, la adopta y le pone el apodo “Steve
Mc Queen” (en honor al actor que interpretó antihéroes audaces en
películas). House no mata ni a una rata, ni tampoco se lo ve nunca
hacer ningún experimento con un animal a lo largo de los 177
episodios.

Se cree que salta autorizaciones de sus superiores porque


Si vemos varios episodios en los que desafía autorizaciones, y


observamos muy detenidamente, nos daremos cuenta de que lo
hace porque su objetivo es la vida del paciente. Siempre el objetivo
de House es noble, nunca lo hace para fastidiar a otro porque sí.

Se cree que no es un buen médico porque no tiene


consideración por nadie
Es justamente lo contrario, en primer lugar tiene consideración por
la salud y la vida de sus pacientes. Cuando llegan a él, es porque
otros médicos no los consideraron y hasta los dieron por muertos,
en la mayoría de los casos, o no supieron qué hacer con ellos. A
estos médicos House no les tiene ninguna consideración y los llama
idiotas. Es más, la mayoría de sus pacientes le agradecen lo que
hizo por ellos para salvarles la vida y lo que arriesgó por ellos,
incluida su licencia médica, sin pedirles nada a cambio.
Muchos pacientes le preguntan por qué lo hizo y su respuesta es:
“Solo porque eres mi paciente”.
Además desde el primer capítulo de la serie se muestra cómo
respeta la decisión de sus pacientes. Con Rebecca, por ejemplo,
cuando luego de encontrar el diagnóstico, House va a su habitación
y la paciente le dice que quiere morir en su casa “con dignidad”.
House le responde que nunca se muere con dignidad, se vive con
dignidad. Luego, sale de la habitación y le informa al equipo que ella
no quiere más tratamientos, a lo que Wilson agrega que ella no es
un caso más para House, “la paciente de tal habitación, como
muchos médicos dirían, sino que él la respeta.

Se cree que, en general, es arrogante, cínico y provocador

Este es otro concepto erróneo, tomado a la ligera, sin haber visto


en profundidad lo que House propone: aplicar de manera brillante el
método socrático. Para que este método funcione tiene que adoptar
ciertas conductas como las que se mencionaron antes: arrogancia,
cinismo y provocación; de esta manera hace que los demás piensen
y desarrollen sus propias ideas.
House incita a los demás a investigar, los provoca, de otro modo
no funcionaría esta metodología expuesta en los episodios “Método
Socrático” (1.06) y “Tres historias” (1.21). Analizamos en los
capítulos 4 y 12 la maestría de House para exponer ante
estudiantes de Medicina el “método socrático”.

Se cree, con desprecio, que la “frase fetiche” de House es


“todo el mundo miente”

Nada más equivocado que creer que la frase “todos mienten”


tiene que ver con el fetichismo. Es la frase que los autores
encontraron como metáfora del famoso silogismo referido a
Sócrates: “Todos los hombres son mortales”. Sócrates es hombre.
Sócrates es mortal. En referencia a la muerte, curiosamente, House
enuncia esta frase que se podría universalizar diciendo: “Todos los
hombres mienten”. House es hombre. House miente.
Y agrega la única variante de “sobre qué mienten”. Cada persona
que miente, según House, lo hace por alguna razón. La de House es
para salvar vidas. De él sabemos por qué lo hace, y en la serie se
demostrará que todos los demás personajes mienten también por
distintas razones.
House cree, además, que las verdades se averiguan muchas
veces a partir de mentiras (lo enuncia en el primer episodio de la
serie) y le pide a Foreman que hable con Rebecca, la paciente.
Foreman, altanero e irónico, le pregunta:

Foreman.—¿No dijo que mentían todos?


House.—La verdad surge así, con las mentiras, solo
piénselo.
Foreman.—Eso no significa nada. ¿O sí?

Este “piénselo” es lo que prevalece en el espíritu de House


durante toda la serie y es parte del método socrático.
House le dice a la paciente Rebecca, respecto a la muerte, que
“nuestros cuerpos fallan, a veces a los 90, otras veces antes de
nacer, pero siempre ocurre”. Y durante toda la serie, juega con estos
términos universales que aplican a todos los seres humanos.
Las palabras pueden ser engañosas para House, las evidencias
no, y eso es lo que necesita para descubrir diagnósticos. Ya en el
primer episodio, Cameron dice:

Cameron.—A House no le gusta fingir, no cree en falsedades.

Comparando este “todos mienten” universal en el primer episodio


con el “todos mueren” universal del último episodio, comprobamos
que es una serie perfectamente acabada.
Y para maravillarnos a los televidentes, esta concluye con el
episodio titulado: “Todos mueren”.
Para darle dramatismo a la serie y como para House la muerte es
insoportable, él miente, esta vez haciéndose pasar por muerto. La
razón es para acompañar a su amigo Wilson en los últimos meses
que le quedan de vida. Y aunque se trata el tema de la muerte, es
un canto a la vida ver a ambos médicos, que todos los días han
luchado con sus pacientes entre la vida y la muerte, abandonar el
hospital para irse a disfrutar la vida por el tiempo que les quede. En
este caso, por el tiempo que le quede a Wilson, su entrañable
amigo.

Se cree, conceptual y peyorativamente, que House es


adicto al Vicodin

El riesgo de este medicamento, aunque le calma los tremendos


dolores de su pierna, es que produce adicción. Existen muchos
medicamentos que producen adicción en los pacientes, pero eso no
significa que la persona sea adicta.
La pregunta es: ¿cómo hace un profesional que tiene que seguir
trabajando en su profesión y lucha con tremendos dolores para
seguir adelante sin claudicar?
Cuando Cuddy, u otras personas, le preguntan por este tema,
House contesta que no es adicto al dolor y este hace que pueda
seguir con su trabajo. Todos los profesionales de la Medicina, en
cualquier parte del mundo, aconsejan tomar calmantes para aliviar
el dolor y no sufrir.
Entonces, la adicción que tiene House es “adicción al trabajo”, sin
que espere por ello siquiera una gran paga.
Para comprender a House, es necesario ver todas las temporadas
de la serie con continuidad. De esta manera, es posible descubrir
cómo es su personalidad y disfrutar al personaje. Los errores aquí
presentados son de quienes vieron unos pocos episodios y no
llegan a comprender su verdadera personalidad.
¿Qué es un médico? Es un profesional que practica la medicina e
intenta mantener y recuperar la salud humana mediante el estudio,
el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad o la lesión del
paciente. Es un profesional altamente capacitado en materia
sanitaria que es capaz de dar respuestas acertadas y rápidas a
problemas de salud, mediante decisiones tomadas habitualmente en
condiciones de gran incertidumbre. Precisa formación continuada a
lo largo de toda su vida laboral.
La película El buen doctor nos muestra a un mal doctor en
Medicina, un “psicópata o perverso moral”. Se trata del doctor Martín
Blake (Orlando Bloom) que, con su guardapolvo impecable y su
estetoscopio al cuello, se hace la fama de ser un profesional muy
respetado. Conoce a una paciente que sufre una infección al
hígado, se enamora de ella y logra que lo invite a su casa donde
está toda la familia. Ella no está presente en ese momento, porque
tiene novio, y el “buen doctor” va al baño y le cambia unas pastillas
para enfermarla y que vuelva a la clínica para así poder atenderla.
Cuando se interna de nuevo, para tenerla cerca de él, la mantiene
enferma pero se le va la mano con la medicación y finalmente
muere.
Como buen psicópata, hace todo de tal modo que la justicia no
descubra que el culpable del asesinato fue el “buen doctor”; nadie
piensa que él es un asesino que planeó todo con el objetivo de
dañar a la paciente hasta matarla.
Todo lo contrario de lo que hace House, que lucha hasta el
cansancio para salvar la vida de cada paciente.
¿Quién es entonces el doctor bueno y quién es el doctor malo?
CAPÍTULO 39

“No” a la mala praxis

A los médicos que practican la mala praxis, House los llama


idiotas. Seguramente en todo el mundo existen causas de
médicos que ejercieron la mala praxis, razón por la cual algunos
pacientes murieron y otros quedaron con un deterioro permanente
de su salud.
En realidad este es, en lo profundo, otro de los fuertes motivos
que me llevó a escribir este libro. Al mirar detenidamente cada
capítulo de esta serie y tomar al Dr. House como un paradigma de lo
que sería “el paladín”* con la bandera de “no” a la mala praxis.
¿Por qué le dice “no” a la mala praxis? Porque él se especializó
en diagnósticos y llegó a ser el Jefe de Diagnósticos del Hospital
Princeton Plainsboro. Para descubrir las causas de la enfermedad
que tiene un paciente, y curarlo, hay que saber mucho para
diagnosticar y House en esta área es un genio.
Tomaré solo dos ejemplos verídicos de mi país. Uno que tuvo
sentencia en el año 2004 y en el que el paciente es un niño que
quedó con un daño para toda la vida. Y otro que recién empieza a
investigarse: la muerte de una mamá embarazada, Jennifer Farías,
que murió al dar a luz a su bebé.
La adolescente de 19 años murió el 18 de julio de 2012, tres días
después de haber tenido a su bebé.
El diario “La Nación”, del día 7 de agosto de 2012, publicó una
nota titulada “Una hora de furia en el Santojanni” y comienza
diciendo (citado textualmente):

El ritmo habitual del Hospital Santojanni se alteró ayer, de


pronto, media hora antes del mediodía. Unas sesenta
personas entraron con aerosoles en mano, bombos,
pancartas y panfletos en los que exigían justicia por Jennifer
Farías. Un grupo llegó hasta la Dirección del Hospital,
mientras escribía en las paredes “Justicia por Jenni” y
“Asesinos”. La familia acusa a los profesionales de
negligencia, abandono de persona y mala praxis. Y esta
causa recién empieza.

El otro caso con sentencia es la Causa N°387/98 C.R.A Y OTROS


C/ JOSE Y OTROS sobre responsabilidad médica. Juz. 7 Sec 13.
En Buenos Aires, a los 16 días del mes de julio del año 2004 (dos
mil cuatro) I. El Señor Juez de primera instancia admitió la demanda
de daños y perjuicios por mala praxis médica… Los padres del
menor promovieron la demanda de su hijo, de un año y diez meses.
Ingresó al Hospital Cosme Argerich en el que estuvo 5 (cinco)
días sin obtener diagnóstico ni tratamiento preciso; había sido
derivado del Sanatorio Americano de Morón, con un cuadro febril y
dolores abdominales, el 24 de octubre de 1994 y fue derivado a su
vez a la Fundación Hospitalaria CE-NI.
En esta Institución se realizó un presuntivo diagnóstico de
peritonitis apendicular, enteritis grado III y enterocolitis gravísima
con deshidratación y fue operado de apéndice.
Se encontró un apéndice gangrenoso y perforado con una
peritonitis generalizada, luego el paciente sufrió un paro cardio-
respiratorio que fue superado pero a consecuencia de ello tuvo un
cuadro de tetraparesia esvástica, lo que significa un daño cerebral
irreparable con incapacidad laboral total y permanente.
El fallo se fundó en que la culpa de los médicos radicaba en que
habían evaluado equivocadamente el cuadro clínico (error de
diagnóstico) y habían omitido (no habían hecho) estudios necesarios
e indicados para su esclarecimiento, lo que sumado a la medicación
inadecuada que enmascaró el proceso septicémico causó el
deterioro grave del paciente. Interesa poner de relieve que la
demora en el diagnóstico agravó significativamente la situación del
paciente, ya que al ser operado se encontró líquido purulento y un
apéndice gangrenoso y perforado.
En cuántos episodios de House cuando llegan pacientes a él y su
equipo, todos tienen que actuar rápidamente; de lo contrario, el
paciente queda con daño permanente o muere. De ahí la premura
que imprime House a su gente para que no se distraigan y hagan su
trabajo.

Conclusiones de un caso verídico

El médico perito revela que los síntomas que tenía el niño cuando
ingresó por primera vez era el cuadro clásico de apendicitis, pero se
consideró erróneamente una patología urinaria (presuntiva sin tener
un diagnóstico certero). En ningún momento se consideró una
patología severa de apendicitis, por lo tanto los medicamentos
suministrados enmascararon los síntomas (analgésicos,
antiespasmódicos y antibióticos).
Este profesional del caso dijo: “A todo paciente que ingresa de
urgencia con abdomen agudo/neuropatía, se le debe realizar un
buen interrogatorio, en caso de menores a sus padres, luego un
examen minucioso y exámenes complementarios (laboratorio:
sangre y orina, radiología de tórax y abdomen, ecografías, etc.) a fin
de determinar el posible origen de la patología”.
Volviendo a House, cuando los médicos no determinan el “origen
de las patologías”, él los llama idiotas.

Conclusiones personales
¿Cómo habría actuado House?

1. A los médicos que atendieron a este niño los habría


denominado idiotas. En otro capítulo de este libro explicamos
que los denomina “médicos idiotas” porque idiota viene de
idiopático que significa “el que no busca las causas”.
Aparentemente estos médicos no las buscaron.
2. A House le llegan la mayoría de los casos porque otros
médicos no encontraron el diagnóstico que él busca
afanosamente y finalmente encuentra.
3. Seguramente House coincidiría con las conclusiones a las
que llegó el perito médico de este caso real, y haría los
exámenes semiológicos minuciosos y los exámenes
complementarios para detectar el origen de la patología, es
decir las causas.

House agrega un plus para detectar las causas y salvar las vidas
de los pacientes: envía a sus médicos residentes a las casas de los
pacientes para tener más pistas. Saber el origen que generó la
enfermedad es clave para encontrar el diagnóstico. También tiene
en cuenta que, tanto los pacientes como los familiares mienten, por
ello muchas veces realiza interrogatorios o prácticas complejas para
encontrar las verdaderas causas y determinar el diagnóstico
correcto.
Para House, quien busca las causas las encuentra. Y el médico
que hace un diagnóstico correcto no es un médico idiota. En la
mayoría de los capítulos, él encuentra las causas, para lo cual
siempre practica magistralmente el método socrático con su equipo.
En ocasiones, son otros médicos de su equipo los que descubren
las causas y por lo tanto lo hacen pensar a House en los posibles
diagnósticos. Él los alienta a actuar así.
Esta es la esencia de toda la serie:
House, y cualquier médico de su equipo, descubre las causas
para realizar el correcto diagnóstico del paciente.
CAPÍTULO 40

Ética, moral y dignidad en la filosofía de House

E ste capítulo es para que puedas seguir reflexionando,


argumentando, debatiendo y pensando…

¿Qué es la ética?

Ética: del griego ethos que significa “carácter”, es una rama de la


filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el
deber, la felicidad y el buen vivir.
Constituye una reflexión sobre el hecho moral. Busca las razones
que justifican la utilización de un sistema moral u otro. Es el conjunto
de valores generales de los seres humanos que viven en sociedad.
Una sentencia ética es una afirmación que contendrá términos
tales como: bueno, malo, correcto, obligatorio, permitido, etc.,
referidos a una acción, decisión o intención de quien actúa o decide
algo.
Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando
moralmente a personas, situaciones o acciones.
Se establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese
político es corrupto”, que es una valoración de tipo moral.
Hay disciplinas y ciencias con las que se relaciona la ética como
la antropología, la filosofía, el derecho, la medicina, la sociología, la
psicología y todas aquellas que tengan que ver con el
comportamiento humano.
La ética y sus dos principales corrientes ¿House tiene más que
ver con la segunda?

Aristotélica y hedonística: Grecia, siglo IV a.C. Nace con la


convicción de que lo moral es la búsqueda de la felicidad y qué tipo
de racionalidad nos llevará a conseguirla.
Kantiana y dialógica: finales del siglo XVII. La verdadera cuestión
es si existe algún tipo de seres a los que no se debe manipular, a los
que hay que reconocerles una dignidad y qué criterio debemos
aplicar al tomar decisiones para respetarla realmente.

¿Qué es la ética médica?

La ética médica tiene su punto de partida en Hipócrates, (siglo V


a.C.), y su “juramento hipocrático”: juramento público que hacen
quienes comienzan sus prácticas con pacientes.
House menciona varias veces a Hipócrates. ¿House tiene en
cuenta el juramento hipocrático?
Es el primer escrito “ético” relacionado con el compromiso que
asumía la persona que decidía curar al prójimo; el compromiso del
médico era actuar siempre en beneficio del ser humano y no
perjudicarlo.
El contenido del juramento hipocrático fue actualizado por la
“Declaración de Ginebra” de 1984. La finalidad era crear un nuevo
documento que cumpla la función que tuvo el texto hipocrático: la de
crear una base moral para todos los médicos. Este es el texto que
posteriormente tuvo enmiendas: Prometo solemnemente consagrar
mi vida al servicio de la humanidad.
Otorgar a mis maestros el respeto y la gratitud que se merecen.
Ejercer mi profesión a conciencia y dignamente.
Velar ante todo por la salud de mi paciente.
Guardar y respetar los secretos confiados a mí incluso después del
fallecimiento del paciente.
Mantener, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles
tradiciones de la profesión médica.
Considerar como hermanos y hermanas a mis colegas.
No permitiré que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad,
credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza,
orientación sexual, clase social, o cualquier otro factor, se interpongan
entre mis deberes y mi paciente.
Velar por el máximo respeto por la vida humana.
No emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes
humanas, incluso bajo amenaza.
Hago estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.

¿Qué es un diagnóstico y cuál es el que practica House?

Diagnóstico: del griego diagnostikós que significa “apto para


conocer”, alude al análisis que se realiza para determinar cualquier
situación y cuáles son las tendencias.
El diagnóstico médico es el procedimiento por el cual se identifica
una enfermedad, entidad nosológica, síndrome o cualquier
condición de salud o enfermedad. El estado de salud también se
diagnostica.
El diagnóstico diferencial es el procedimiento por el cual se
identifica una enfermedad, entidad nosológica, síndrome o cualquier
condición de salud o enfermedad, mediante la exclusión de otras
posibles causas que presenten un cuadro clínico semejante al que
el paciente padece.
House realiza el “diagnóstico diferencial”.
Su excepcional manera de practicar este diagnóstico diferencial
es lo que lo hace un genio, como lo hemos visto. Episodio tras
episodio utiliza el método socrático para buscar las verdaderas
causas, anota en el pizarrón el conjunto de síntomas (síndrome)
para excluir las que no lo son. El diagnóstico médico simple es el
que se hace en Guardia y el que no le atrae a House. Pero cuando
hay alguna dificultad con algún médico de Clínica, por no buscar las
causas correctas, los pacientes llegan a House quien los atiende,
como es el caso de Lucy en el capítulo 4: “Esquizofrenia”.
¿Hay otro diagnóstico de la Medicina emparentado con la
Psicología?

El diagnóstico enmarcado dentro de la evaluación psicológica,


dentro de la Psicología Clínica, supone el reconocimiento de una
enfermedad o un trastorno mental, emocional o conductual, a partir
de la observación de sus signos y síntomas.

¿House se ocupa de la Psicología en sus diagnósticos?

House también se ocupa del diagnóstico enmarcado dentro de la


evaluación de la Psicología Clínica, es decir de lo psicológico, de
estas causas, porque es muy detallista y perceptivo para observar
signos y síntomas. Donde se ve esto claramente es con Carly, una
joven ejecutiva a quien le está fallando el corazón y está a punto de
morir. House descubre que tiene una enfermedad psicológica que
causa esa falla en su corazón: bulimia.
House dice que la vida es digna por lo que hacemos acá.
Dignidad, o cualidad de digno, deriva del adjetivo latino dignus
que se traduce como “valioso”. Hace referencia al valor inherente al
ser humano en cuanto a ser racional, dotado de libertad y poder
creador. Las personas pueden modelar y mejorar sus vidas
mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad.

¿House tiene dignidad?

La dignidad se expresa por la autonomía del ser humano, como lo


expresaron Platón y otros filósofos. Pues solo el que sabe y puede
gobernarse a sí mismo, según un principio racional, resulta “señor
de sus acciones”. En consecuencia, es un sujeto libre pues regula
su comportamiento, según normas propias. Y según el significado
etimológico de la voz griega autonomía, ya no es un mero súbdito,
ya no está bajo el dictado de otro, sino que es un ciudadano.
Entendemos que esa autonomía o dignidad es solo un “potencial
de emancipación”, respecto a las necesidades e imposiciones
naturales o sociales y en la historia universal del género humano. El
ser humano, varón o mujer, niño o anciano, enfermo o sano,
religioso o ateo, blanco o negro, es siempre “digno” porque puede
elegir qué ser, porque no es solo lo que es, sino sus aspiraciones o
proyectos personales.
El pensamiento de House para pensar en su ética y dignidad: “El
concepto que usted tiene sobre mí no va a cambiar quién soy, pero
sí puede cambiar mi concepto sobre usted”.
CAPÍTULO 41

La excelencia de una serie encarnada en un


médico: el Dr. House

¿Por qué más de 80.000.000 de personas semana tras semana han


visto al Dr. Gregory House discutir con pacientes, compañeros,
colegas? ¿Por qué tiene tanto éxito esta serie de un hombre que no
es apuesto ni joven, que no soporta tonterías, que es brusco y
siempre lleva un bastón?
Tiene que haber algo más en la serie y en su personaje. ¿Se debe
a los extraños casos médicos?
Quizás esa sea una razón, tan bien documentada e inspirada en
Diagnóstico que la doctora Lisa Sanders publica en el New York
Times.
¿Se debe a que quien mira la serie se ve identificado por haber
sido atendido por algún médico que “no dio en la tecla”, cuando él o
su familia estuvieron enfermos?; ¿o porque sufrió algún
padecimiento en manos de algún “médico idiota” que lo curó cuando
estaba internado?
¿Se debe al ritmo ágil del guión, con diálogos rápidos llenos de
metáforas excelentemente incorporadas al personaje de House?
Con magistral sutileza, las metáforas, las alegorías, las ironías,
etc. dicen y sugieren mucho más de lo pensado para una mirada no
frívola. Son muy profundas pero hay que escucharlas con
muchísima atención.
Los 177 episodios de Dr. House, vistos con mucha profundidad,
constituyen una maravillosa crítica ácida a la sociedad en su
conjunto y a las distintas instituciones, a través del personaje
principal.
Es una mirada crítica hacia las compañías aseguradoras de salud
de EE.UU. El director expresa la realidad de 50.000.000 de
ciudadanos estadounidenses que no cuentan con ningún plan de
cobertura médica; mientras otros 250.000.000 sí tienen un seguro
médico y creen estar cubiertos porque pagan alrededor de 2.000
dólares al año, aunque en la mayoría de los casos los tratamientos
les son denegados cuando los necesitan. Millones de casos reales
en los que las aseguradoras les niegan la atención a personas con
cobertura médica que terminan perdiendo la vida.
A partir de agosto de 1971, Richard Nixon y su asesor Edgar
Káiser acordaron degradar el sistema sanitario público, dando así
origen al sistema privatizado actual.
Poco antes de terminar este libro, Barack Obama firmó la “ley de
asistencia asequible” (Obamacare), que representa la reforma
regulatoria más importante del sistema de salud de los EE.UU., para
disminuir la tasa de personas sin seguro de salud y las políticas de
reembolso. Esta empezó a aplicarse el 1 de octubre de 2013. En la
serie este tema estuvo presente desde la temporada 4, en el
episodio “Espejito, espejito” (4.05).
El ficticio Hospital Princeton Plainsboro es un hospital escuela
gratuito. En el episodio “Espejito espejito” (4.05) se trata este tema.
House grita: “Los que no tienen seguro que exijan sus derechos.
Michael Moore tenía razón”. Y en el episodio “Último recurso” (5.09),
el paciente Janson, desesperado porque vio a otros 16 médicos no
descubrir su diagnóstico, toma como rehenes a una cantidad de
personas en la oficina de Cuddy, para que House descubra qué es
lo que tiene.
House atiende a toda persona, sea indigente o convicto, sin
distinción de ningún tipo. Hay episodios específicos en los que se
menciona a Michael Moore y su documental, como en el episodio
“Feo” (4.07). Como así también a las compañías aseguradoras en el
episodio “De 5 a 9” (6.14), donde Cuddy discute con una poderosa
aseguradora.
House critica a los laboratorios farmacéuticos (encarnados en el
personaje de Vogler), a los que les interesa más el dinero que la
salud de los pacientes.
House critica al sistema carcelario, a la pena de muerte y al
trabajo de los médicos en las cárceles donde no profundizan
demasiado en las historias clínicas.
House critica la falta de ética de otros médicos que matan
deliberadamente a sus pacientes, tienen relaciones sexuales entre
ellos en el hospital donde trabajan o tienen relaciones sexuales con
pacientes. House no está de acuerdo con estas acciones y nunca
las practica, las condena durante las ocho temporadas.
En la serie se tratan muchísimos temas más muy controvertidos
como la eutanasia, con la que House tampoco está de acuerdo.
También hay un “no” rotundo a la hipocresía individual y social
que condena House a lo largo de todas las temporadas.
Escribí este libro para el lector interesado en todos los temas
tratados en la serie, a quien le aconsejo tomarse el tiempo de ver
consecutivamente desde el primero hasta el último episodio de Dr.
House, una serie absolutamente lograda desde todo punto de vista.
CAPÍTULO 42

House no es un psicópata ni un perverso moral

H ouse no tiene el objetivo de dañar, su objetivo es noble


¿Existen las manipulaciones buenas o positivas?
La manipulación forma parte de la vida. Entre los humanos, no
todas las manipulaciones constituyen violencias morales y algunas
son positivas. El objetivo puede ser noble: estimular a un estudiante,
motivar a un subordinado o ayudar a un paciente (Marie France
Hirigoyen, El abuso de la debilidad, pág. 36, octubre 2012).
House estimula a los estudiantes a pensar, a descubrir, a
investigar, a aprender por sí mismos mas allá de lo que aprenden en
los libros y en la Facultad de Medicina; esto lo vimos en detalle en el
capítulo 12 de este libro donde magistralmente House aplica el
método socrático en el episodio “Tres historias” (1.21).
House motiva permanentemente a su equipo, sus subordinados, a
pensar cada vez más, a no repetir de memoria lo que aprendieron.
Por medio de preguntas y siempre utilizando el método socrático. Lo
hace para encontrar el diagnóstico correcto, como lo analizamos en
el capítulo 4.
House ayuda a los pacientes y este es su principal objetivo, él
quiere que las personas se curen, que no mueran, por eso busca
dar con el diagnóstico correcto. Aquel diagnóstico preciso que otros
médicos no encontraron.
Los psicópatas manipulan pero siempre lo hacen con mala fe,
para perjudicar y dañar al otro, en forma deliberada y con
intencionalidad. Manipulan para adormecer conciencias y neutralizar
su lucidez mental.
Si bien House tiene algún rasgo, no es psicópata ni perverso en
su estructura de personalidad. El trabajo maravilloso de los autores
al construir los diálogos nos permite ver al personaje de esa
manera. Si el Dr. House no tuviera absolutamente ningún rasgo
psicópata, quedaría tan fuera de la realidad cotidiana que no habría
tanta gente en el mundo siguiendo la serie.
Al observar los 177 episodios de la serie completa, notamos que
lo que más desea House es que los estudiantes piensen por sí
mismos, y que todos los de su equipo tengan una permanente
lucidez mental. Se enoja, se pone de mal humor y les contesta mal,
cuando ellos se distraen y se equivocan, porque los errores que
cometan pueden dar como resultado la muerte de algún paciente.
El personaje de Vogler es un perfecto “psicópata cotidiano”. Lo
estudiamos en detalle en el capítulo 9 y para poder descubrirlo,
como a todo psicópata, hay que seguir el hilo de lo que hace más
allá de lo que dice. Eso es precisamente lo que hicimos: le seguimos
el hilo en los episodios en los que aparece que son cinco de la
primera temporada: (1.14), (1.15), (1.16), (1.17) y (1.18). Esto es
imprescindible para entender lo que hace y dice un psicópata, y
cómo muchas veces hace actuar a otros de su entorno para
perseguir su fin de destrucción, en este caso apoderarse del
hospital.
Vogler es un gran seductor, se presenta donando una cifra
multimillonaria con el objetivo último de convertirse en dueño del
Hospital Princeton Plainsboro. Quiere que los pacientes sean
“cobayos de experimentación” para las drogas que él venderá, con
lo cual se hará mucho más rico de lo que ya es.
Seduce con el poder del dinero y busca más poder: se proclama
Presidente del Consejo, desplazando del cargo al Dr. Wilson. Así
empieza a moverse.
Presiona a House hasta límites increíbles, pero él le responde con
la conducta de “contacto cero”, propuesta por el Dr. Marietán, con
una frase memorable:

House.—Usted no me agrada, y estoy seguro que ni yo a


usted; y ya que vamos a estar tan pegados, podríamos
ignorarnos.

Vogler entonces empieza a manipular a Cuddy para que despida


gente y así, de a poco, quedarse con el hospital.
House no quiere despedir a nadie de su equipo y propone que
todos tengan un sueldo más bajo. Pero Vogler no está dispuesto a
negociar nada porque, como todos los psicópatas, solo quiere el
poder.
Busca dividir, tal como suelen hacer los psicópatas cuando existe
un grupo, y crea internas (peleas) entre los miembros. Con este
manejo de la situación, Vogler hace que Cameron renuncie y que
Chase traicione a House.
Sin embargo House, que no es psicópata, va a buscar a Cameron
a su casa para que vuelva al hospital y también perdona a Chase,
aunque lo haya traicionado siendo el informante de Vogler.
Finalmente Vogler se va del hospital cuando se descubren sus
maniobras, House y Cuddy lo ponen en evidencia. Cuddy se da
cuenta de que House tenía razón, que Vogler vino al hospital solo
para convertirlo en un negocio y tomar a los pacientes como ratas
de laboratorio para sus experimentos, sin que le importen en
absoluto sus vidas.
El personaje de Vogler tiene todo el perfil de un psicópata, lo cual
queda magistralmente demostrado en estos episodios. Como
dijimos, para descubrir a un psicópata hay que seguir el hilo de sus
acciones. Como ocurre en la realidad, si vemos solamente una parte
de su conducta, esta persona manipuladora puede engañarnos,
como lo hizo Vogler con Cuddy y todo el plantel médico. El único
que lo descubrió desde el comienzo fue House.
La película Lo mejor de Eva muestra la personalidad de los
psicópatas y presenta el personaje de Eva (interpretado por Leonor
Watling) que es una jueza. En lo profesional cuenta con
calificaciones que la hacen la mejor en su profesión, pero en su vida
afectiva sería lo que llamamos “complementaria del psicópata”. Se
engancha con un psicópata de nombre Rocco, interpretado por el
actor Miguel Ángel Silvestre.
Aquí podemos ver al psicópata desplegado paso a paso en la
relación con esta jueza donde hay un juego de seducción que la
lleva a tener conductas inimaginables para una persona que ocupa
ese cargo.
Ella está realmente comprometida con la ley y con su profesión
pero la seducción del psicópata la hace perder la cordura y su
trabajo, hasta el punto de ser separada de su puesto. Vemos cómo,
de un modo maravillosamente relatado, él la acosa, la daña
psicológicamente y luego destruye su profesión de jueza, sin
importarle nada de ella. Solo se interesa por su propia necesidad
especial de sacarle dinero.
Cómo acabar con tu jefe es otra película de tono humorístico
donde se ve claramente la conducta de un psicópata en una
empresa y lo que hace con sus subordinados. Allí se muestra cómo
el personaje pretende tener poder sobre sus subordinados. Lo hace
de un modo distinto, utiliza el mecanismo de mobbing (descripto en
el capítulo 9).
House descubre rápidamente a los psicópatas. No les tiene
ningún aprecio y se refiere a ellos cuando dice la consagrada frase:
“La humanidad está sobrevalorada”.
Sobre la mujer psicópata que estaba envenenando a su propio
marido, en el episodio “Sin pista” (2.15), House comenta:
House.—Quizás a ella le satisfacía absorber y extinguir la
vida de un hombre paso a paso y verlo sufrir.

Esta frase memorable y tan acertada sintetiza aquello que


caracteriza a un psicópata, lo que el Dr. Hugo Marietán llama
“necesidades especiales” y los diferencia del resto de los seres
humanos normales.
Él llama anormal al psicópata y dice que es una modalidad del ser
humano con características conductuales especiales tendientes a
satisfacer necesidades distintas; son precisamente estas
necesidades distintas las que lo recortan de una manera particular
del resto de la población*.
Luego Chase reflexiona y, refiriéndose al marido de la mujer
psicópata, le dice al grupo:

Chase.—Lo único que hizo mal él fue casarse con una


psicópata.

Al ver la serie completa, es imposible confundir a House con un


psicópata porque siempre sus conductas están al servicio de los
demás, y su mayor objetivo es salvar vidas.
A House no le caen bien los psicópatas, como en el caso de esta
mujer que tenía la “necesidad especial” de hacer sufrir a su esposo
y verlo morir lentamente. Tampoco le cae bien Vogler con su
intención de “matar el hospital”.
House no tiene la intención de matar a nadie, a ningún ser
humano. Cuando muere algún paciente, lo vemos deprimirse,
angustiarse, sufrir, entristecerse, desesperarse y culparse a sí
mismo aunque la culpa no haya sido de él.
En el episodio “Persecución” (8.12), House no tiene la culpa del
incidente donde casi muere Chase: un paciente le clava un bisturí
en el cuerpo. Sin embargo, va a la casa de Chase y cuando abre la
puerta le dice:
House.—Pediría disculpas nuevamente. Pero estoy
esperando que aceptes la primera disculpa. Trabajas para mí,
tengo derecho a preguntarte cuándo volverás.

Los psicópatas no tienen la capacidad de pedir disculpas.


Un pensamiento de House que está presente a lo largo de toda la
serie es que “involucrarse emocionalmente con los pacientes hace
que no se puedan tomar decisiones racionales”. Piensa de este
modo porque cualquier distracción puede hacer que muera algún
paciente. Él se reviste de una gran coraza para que su
emocionalidad no lo haga cometer errores.
Recordemos el episodio “Prueba de recesión” (7.14), donde le
dice a Cuddy:

House.—Ser feliz y estar enamorado de ti me hace un


pésimo doctor.

En aquella ocasión en la que se distrae por contratar una banda


de mariachis para Cuddy, descubre el diagnóstico correcto de su
paciente… pero tarde.
House exclama “¡qué idiotas!”, por no haberlo visto antes, y aquí
se incluye a él mismo por haber estado distraído con los mariachis
para Cuddy.
Más tarde en ese mismo episodio, todos van a la fiesta, excepto
House, porque no puede soportar la muerte de ningún paciente. Se
culpa, sufre, se angustia y va a un bar a beber. Wilson lo llama
porque sabe cómo se pone cuando muere algún paciente. Luego,
en el bar, ambos mantienen este diálogo:

House.—Todos murieron porque yo lo eché a perder —


refiriéndose a este y otros pacientes.
Wilson.—Perdiste un paciente, no fue tu culpa.
House siempre se siente culpable, aunque no sea su culpa; se
siente dolido y responsable.
Estas son conductas de una persona que no es un psicópata
porque si lo fuera, no le importaría nada de nada. Quizás habría ido
a la fiesta como si nada hubiese ocurrido. No le habría importado,
no se habría sentido culpable, no se habría reprochado nada, no
habría tenido remordimientos, no le habría dolido.
Esto es lo que House le dice a una monja en el episodio “Fe o
buenas intenciones” (1.5):

House.—Cuando las cosas van mal, me duelen, soy


vulnerable.

A House se lo puede confundir, si uno ve esporádicamente


algunos episodios y lo hace a la ligera.
Todo individuo normalmente neurótico (no psicópata ni perverso)
presenta comportamientos perversos en determinados momentos —
por ejemplo en un momento de rabia— pero también es capaz de
pasar a otros registros de comportamientos (histéricos, fóbicos,
obsesivos) y sus movimientos perversos dan lugar a un
cuestionamiento posterior. Un individuo perverso, en cambio, lo es
permanentemente y se encuentra fijado a ese modo de relación con
el otro, no se pone a sí mismo en tela de juicio en ningún momento
pues le resulta imposible cuestionarse a sí mismo*.
Hay conductas que son universales a todos los seres humanos: la
manipulación, la seducción, la mentira, algunos actos de violencia,
etc. El neurótico las tiene esporádicamente pero puede perseguir un
fin noble, sin el objetivo de dañar a otro, como “la mentira piadosa”
que se formula de vez en cuando y con buenas intenciones.
El psicópata o perverso tiene conductas como mentir, manipular,
seducir y muchísimas otras pero las practica sistemáticamente con
el único objetivo de dañar deliberadamente a otros, y por una
“necesidad especial”.
En el episodio “Ayúdame” (6.22), la paciente Anna muere en la
ambulancia y vemos los ojos llorosos de House, percibimos su gran
angustia. Cuando la ambulancia llega al hospital y Foreman abre la
puerta, lo ve tan desolado que le dice:

Foreman.—No puedes culparte de su muerte, no fue tu culpa.

House le responde con una mezcla de angustia y bronca, porque


se siente culpable, y le grita:

House.—¡De eso se trata! ¡Hice todo bien! Y aun así murió.


¿Por qué piensas que eso puede hacerme sentir mejor?

Pareciera que estos dolores emocionales son insoportables para


él. Va a su casa, se mira en el espejo, en el que se le superpone el
rostro de la paciente, y con los ojos enrojecidos de lágrimas, lo
rompe. Llora sin consuelo, sin poder soportar el dolor emocional
sumado al dolor físico en su pierna. Necesita tomar calmantes y
recurre al Vicodin.
House tiene otra conducta que no la tienen los perversos morales,
y mucho menos los psicópatas: internarse espontáneamente, por
propia decisión y de modo voluntario, en el Hospital Psiquiátrico
Mayfield.
Lo hace porque le preocuparon sus alucinaciones a partir de
varios duelos que le fue imposible elaborar. Y cuando por aquellos
días se enamora de Lydia, le confiesa a su terapeuta Nolan que
quiere ser feliz y entregar su corazón.
Esta conducta de llegar allí como paciente, pedir ayuda
terapéutica y tener conciencia de la enfermedad para volver a estar
mejor, es decir querer curarse, no la tienen los perversos morales ni
tampoco los psicópatas.
Esta conducta es propia de los neuróticos que, cuando tienen
conflictos que les resulta difícil sobrellevar, buscan un terapeuta
para sincerarse de lo que les pasa.
Los neuróticos tienen culpa y quieren, por medio de la auto
reflexión, resolver aquello que los está aquejando. Con este
propósito, House se interna voluntariamente en Mayfield porque
tiene conciencia de su enfermedad y quiere curarse.
Un psicópata no se someterá a ningún tratamiento terapéutico
porque justamente no quiere ser descubierto en sus “fechorías”, es
por eso que nunca realizará una terapia.
En la realidad cotidiana en los consultorios atendemos a los que
llamamos “complementarios del psicópata”: las víctimas que sufren
los daños que provocaron los psicópatas o perversos.
El psicópata es permanentemente perverso, está siempre fijado
en ese modo de ser, y jamás se cuestionará lo que hace. No pone
en tela de juicio su accionar, sino que tiene conductas para destruir
y desgastar al otro, sin compasión por nadie.

¿Cómo son los perversos?

Los perversos morales están representados en el accionar del


personaje de Vogler y presentan la siguiente conducta:
Mienten, engañan, manipulan y manejan todo tipo de situaciones.
Destruyen, tienen intenciones ocultas, seducen, chantajean, a veces
de modo no visible. Imponen condiciones, no negocian, presionan,
son corruptos, acosan. Desplazan de lugares a otras personas.
Tienen todo planificado, lo hacen todo a propósito, escondiendo
intenciones malignas. Quieren en definitiva el poder.
Buscan las partes vulnerables en los demás, sus puntos débiles,
sus fallas. Se muestran por lo general impecables en su vestimenta
a la vista de la gente. De esta manera, atraen a la “presa” para
luego poder dominarla.
Se imponen para poder manejar conductas de los otros, buscan la
parte de inocencia en las personas para dominarlas, influyen el
razonamiento de los otros a modo de lo que llamaríamos un “lavado
de cerebro”. Influyen en la gente hasta hacerles creer lo que ellos
quieren: convencerlos para su beneficio puro y exclusivo.
Todo lo hacen solo para obtener algún beneficio personal.
Pareciera que utilizan un lenguaje casi hipnótico porque las víctimas
no se dan cuenta, “hacen creer” lo que ellos quieren que los otros
crean. No les importan las consecuencias de sus acciones (si el otro
murió, si se deprimió, etc.)
Jamás se sienten culpables por lo que hicieron, crean confusión
deliberadamente, usan magistralmente las falacias, buscan saber
intimidades no solo para manipular mejor, sino para hacer daño.
Delatan sin ningún problema, traicionan, viven constantemente en
luchas de poder, desacreditan y descalifican.
Pareciera que hipnotizaran a quienes toman como víctimas, es
como si las “hechizaran”, las presionan y tratan de bajar su
autoestima. Cosifican, tratan a las personas como cosas, someten a
los demás.
Crean internas en los grupos, es decir hacen que los demás se
peleen para que ellos puedan conseguir mejor su objetivo: “Divide y
reinarás”.
Chantajean, coaccionan, denigran, desacreditan con
insinuaciones hostiles, su goce está en destruir al otro.
Son vengativos, acusan deformando, distorsionando y difamando,
para conseguir lo que desean.
Actúan de mala fe, tienen malas intenciones, generalmente tienen
una doble intención: la que muestran (y hacen creer que es buena) y
la que ocultan (la perversa que es mala para los demás y solo
buena para ellos).
Todas estas conductas son propias del perverso moral o
psicópata. Son premeditadas y con el único objetivo de dañar a otra
persona.
Para entender mejor definiremos:
Al perverso moral como a alguien que tiene todas las
características de Vogler y hace lo que hace premeditadamente, con
el objetivo de dañar (pero no se atrevería a matar).
Al psicópata cotidiano como alguien que tiene todas las
características mencionadas anteriormente y realiza sus acciones
con total premeditación e impunidad (no le importaría que alguien
muriera como efecto colateral de sus maniobras). Por lo general,
este tipo de personajes quedan impunes, ya que no se llega a tener
pruebas para condenarlos. Vogler es también un ejemplo de
psicópata cotidiano porque pretende transformar el hospital en un
laboratorio de experimentos, y no le importa en lo más mínimo si la
gente muere.
No siempre una persona que mata es un psicópata. Puede
tratarse de un comerciante que mata en defensa propia a un ladrón
que ocasionalmente entró en su negocio con el fin de robar o matar.
Tal vez es alguien que si no se hubieran dado esas circunstancias,
nunca habría matado. No tramó cómo matar, sino que lo
sorprendieron en su buena fe y para defenderse disparó. Luego
podrá ir a la cárcel o no, pero no es un psicópata.
El psicópata que además es asesino, que puede planear una
muerte, aunque tenga solo una víctima, es así porque actúa con
premeditación y alevosía*. El psicópata asesino serial mata a todas
sus víctimas con premeditación y alevosía.
Lo que define a un psicópata son sus actos premeditados y
dirigidos exclusivamente a dañar a otros. Ya sea daño moral,
material, económico, espiritual o de cualquier índole. Esto se debe a
sus “necesidades diferentes” de las de los seres humanos normales.
A él se lo considera anormal porque está fuera de las normas y trata
que los otros no se den cuenta.
El perverso moral tendrá estas mismas características pero jamás
se animará a matar un cuerpo; en cambio irá matando el alma de la
persona hasta debilitarla totalmente, como la mujer psicópata del
capítulo 15, quien mataba a su marido de a poco envenenándolo
con oro, para que nadie se diera cuenta. Su conducta fue totalmente
premeditada para dañar y matar a su propio marido.
El psicópata adaptado es como un lobo entre ovejas*. Los
conocemos a diario por el comentario de las víctimas que vienen al
consultorio destruidas, ya sea emocional, económica o socialmente.
Vemos que son “depredadores perfectos” dentro de la sociedad.
El Dr. Fabián Alejandro Molina, neurocirujano y psiquiatra, ha
dedicado su carrera al estudio del cerebro y la conducta. Reconoce
varias fases de la relación de aquél que él denomina psicópata
adaptado* en su libro Bajo la sombra del psicópata. Estas son:
1. Fase de elección de la víctima: el psicópata deambula por la
sociedad hasta que detecta una víctima que es vulnerable para sus
gustos y “necesidades especiales”. House no deambula por el
mundo buscando víctimas, ni tiene ningún tipo de necesidad
especial macabra para hacer sufrir a otro. Lo único que pretende es
trabajar y descubrir diagnósticos. Quiere que sus estudiantes
estudien, piensen, no se distraigan, y que sus pacientes no se
mueran. Cuando esto ocurre, House sufre mucho más que
cualquiera de su equipo.
2. Fase de seducción y acercamiento: el psicópata despliega todo
su caudal de seducción para transformarse en el centro del mundo
de la víctima. Se convierte en un objeto de placer, satisfaciendo sus
deseos más profundos. Le produce a la víctima una adrenalina
especial de forma deliberada.
House no despliega su caudal de seducción en busca de ninguna
víctima. Por el contrario, en el hospital muchas veces sus conductas
no agradan a los demás, pero lo buscan porque es un brillante
diagnosticador.
Como ocurre cuando Foreman lo va a buscar anticipadamente a
la prisión porque tienen que resolver un caso donde los otros
doctores fallaron. Cuando House quiere saber quién fue el médico
que quiso que volviera al hospital, Wilson le dice que fue idea de
Foreman porque el Dr. Simpson falló tres veces.
Esto significa que no lo buscan por su seducción, lo hacen por su
brillantez para descubrir diagnósticos. Tampoco lo espera su antiguo
equipo, ni Foreman tiene preparado su antiguo despacho ni la sala
en la que se reunía con su equipo.
Esta segunda fase no tiene que ver con House, pues su conducta
no corresponde con el accionar de los psicópatas y perversos.
3. Fase de dominio psíquico: aquí el psicópata arma la
complementariedad con su víctima a través de las experiencias
placenteras que le brinda.
Pero House tampoco hace esto, no arma complementariedad con
nadie. Sabemos que en un punto le molesta la gente porque todos
mienten y están sobrevalorados, en especial aquellos que tienen
conductas para no estarlo. Anima a su equipo para que piensen por
ellos mismos y sean independientes de la opinión de los demás,
para que investiguen. Tal como lo hacía Sócrates con sus
discípulos, aplica siempre el método socrático para que todos
tengan libertad de pensamiento.
4. Fase de maltrato físico y psíquico: las frases del “complementario
del psicópata” (el paciente que viene a atenderse al consultorio)
suelen ser: “No sé qué hacer”; “no aguanto más”; “no lo puedo
dejar”; “si yo lo dejo, me va a hacer algo peor todavía”; etc.
Tampoco esto ocurre con House. A él lo dejan, como ocurrió con
Stacy, de quien siempre se mostró enamorado. Él no genera
complementarios porque no es psicópata. Lo mismo ocurre con los
profesionales de su equipo que se van de su lado con total libertad.
5. Fase de ruptura: por los maltratos recibidos la víctima termina la
relación pero su mente nunca se separa del todo, siempre quiere
volver y se olvida del maltrato.
Tampoco esto ocurre con House, no tiene víctimas que quieran
volver, no atrapa a nadie, algunos se fueron y no volvieron. No
genera la complementariedad. Stacy se separo de él y se casó con
otro, al igual que Cuddy que sin problemas también lo dejó. En
realidad, House es quien queda más afectado por las separaciones
que sus mujeres, siempre es él quien más sufre.
Las tres veces que se enamora, a lo largo de las ocho
temporadas, lo hace de Stacy, de Lydia y de Cuddy. Y sufre con
cada separación mucho más que cualquiera de ellas tres.
El psicópata no puede amar ni enamorarse porque simplemente
no ve a las personas como tales, las ve como cosas, las cosifica.
Por lo que vimos hasta la octava temporada, esto no le sucede a
House.
6. Fase de reconciliación y recaída: la víctima se vuelve activa y es
quien quiere volver pensando “me prometió que va a cambiar”.
Aunque no lo veamos a simple vista, House es más una víctima
del sistema en el que está inmerso y él no le promete a nadie que va
a cambiar. Se lo dice a Cuddy cuando ella se enamora de él.
En el episodio “Y ahora qué” (7.01), él le dice que la relación no
funcionará, no durará, porque él no le puede prometer que va a
cambiar. Le recuerda que seguirá haciendo las cosas que siempre
hizo y que es una mala elección para alguien que tiene una hija. En
el episodio “Trasplante” (8.02), lo explica maravillosamente hablando
con Wilson, cuando sale de la prisión por haber chocado su auto
contra la casa de Cuddy:

House.—Estaba equivocado, fui a prisión y pagué el precio.


Wilson.—Eres un hombre nuevo.
House.—Dije que estaba equivocado, no dije que había
cambiado.
Nada mejor que este diálogo para demostrar que House no es un
psicópata, sino alguien que reconoce que se equivocó y tiene que
pagar el precio. Pero no promete que va a cambiar. Él siempre se
refiere a su accionar, a lo que cree correcto, a su ética, a su “no
hipocresía”, a sus valores. Sobre estas cuestiones no va a cambiar.
Los psicópatas prometen que van a cambiar porque saben que
dañan pero como también saben que van a seguir haciendo daño, le
hacen creer a sus víctimas que van a cambiar. Prometen y no
cumplen.

House es House pero no es perverso ni psicópata

Por estos días llegó a mis manos un libro que menciona al


personaje de Dr. House en unas pocas líneas y me doy cuenta de
que la autora se equivoca al describirlo. Tal vez porque solo vio un
episodio, o varios, pero no la serie completa. Esto le pasa a mucha
gente que no la ve en su totalidad y entiende su personalidad de
forma incorrecta. En este libro se dice que House corrompe a sus
colaboradores y se habla de un tal James, el cual no existe en la
serie; quizás quiso referirse a Chase pero si fuera él a quien se
refiere, repasemos la influencia de House sobre él…
Chase es integrante del equipo de House y aparece
prácticamente en todas las temporadas. Se casa con Cameron, otra
de las médicas residentes. Ambos forman parte del equipo y se
unen al final de la quinta temporada. Chase mata deliberadamente,
como médico, a un dictador y genocida, un presidente africano
quien mató a decenas de miles de personas.
House jamás habría hecho esto, siempre salva vidas, se trate de
quien se trate. Cuando se entera, le dice a Chase que busque ayuda
profesional. Chase en lugar de buscar a un profesional de la salud
mental, busca a un sacerdote pero este no lo absuelve.
Le cuesta mucho a Chase confesárselo a su esposa, pero
finalmente lo hace. Cameron lo culpa a House, quien no tiene la
culpa ni tuvo participación en el hecho, pero más bien condena a los
médicos que matan deliberadamente a sus pacientes. Cameron
cree equivocadamente que House tiene la culpa, cuando no es así.
Quien mató al paciente fue Chase, por querer impartir “justicia por
mano propia”. Cameron le dice a House:

Cameron.—Tú lo has arruinado; él no distingue lo que está


bien de lo que está mal.

Cameron deja su matrimonio con Chase. En los capítulos 22:


“Cameron y el análisis freudiano” y 23: “Dr. Robert Chase”, vimos la
historia de ellos dos en detalle.
Con sumo respeto, antes de escribir esta obra, he visto los 177
episodios completos y, en algunos casos, más de una vez un
episodio. Me he tomado el tiempo de observarlos detenidamente ya
que de no hacerlo, uno podría llegar a errores conceptuales debido
a la información incompleta de la serie. De esta manera, es posible
interpretar el personaje de House y sus colaboradores de modo
totalmente incorrecto.
CAPÍTULO 43

Despedida con récord

H ugh Laurie es el principal protagonista de Dr. House durante


ocho temporadas, el doctor más cínico de la televisión. Se
despidió batiendo todos los récords ya que, según el libro Guinness,
es la serie más popular del mundo con 82.000.000 de seguidores.
El último episodio quedará en la historia como un final a medida.
El 22 de mayo de 2012, en EE.UU. lo vieron casi 9.000.000 de
personas. En Argentina se emitió el 21 de junio de ese año. El
secreto de este éxito está principalmente en el personaje, las
actuaciones y los increíbles guiones.
La serie tiene una audiencia de personas cuyas edades van de
los 8 hasta más de 60 años. ¿Por qué?
Si llegaste casi hasta el final de este libro, habrás descubierto los
“principios de House” con las pistas presentadas en cada capítulo.
Si los consideras como le gustaría a House, como acertijos, serás
capaz de hacer “su diagnóstico”: entenderás y admirarás su
personalidad. Al comienzo de este libro, te propuse aplicar la
metáfora del iceberg, es decir la parte profunda que no es visible
pero allí está y que, a esta altura, ya habrás descubierto.
El ideal por el cual lucha House es el gran atractivo con el que se
identifican la mayoría de los espectadores. House tiene una
profesión que quiere llevar con dignidad y lo demuestra cuando dice
que “la vida es digna” (no la muerte) y su misión es salvar las vidas
de sus pacientes.
Lucha por muchas cuestiones con las que nos podemos sentir
identificados. Enfrenta cotidianamente la burocracia de las
instituciones. ¡Cuántos de nosotros también tenemos que luchar
contra tanta burocracia!
House tiene un ideal: cada caso que toma es para alcanzar un
diagnóstico y salvar una vida más.
Lucha contra sus colegas.
Lucha contra los médicos, a los que él llama idiotas, a quienes no
les importa en realidad la vida de los pacientes; ya sea porque no se
interesan en las causas que provocaron sus enfermedades
(entonces los diagnostican mal) o porque eligen matarlos
directamente con la “eutanasia embozada”.
¿Quién no se ha enterado del caso de un familiar, un amigo o
alguna persona que aparece en los periódicos que fue víctima de
“médicos idiotas”? En este libro dedicamos un capítulo entero a
ellos.
Como el caso verídico que ocurrió en California: Richard Marsh
sufrió un ACV (accidente cerebro vascular) y los médicos lo iban a
dejar morir, pero se recuperó. ¿Cuántos casos más existirán que no
se hacen públicos? Quedan en el anonimato pero existen, y los
espectadores lo saben.
Esta es la noticia sobre Richard Marsh que apareció en el diario
Clarín del 13 de agosto de 2012:

Él estuvo cuatro meses en terapia intensiva, paralizado pero


consciente, y podía oír todo. Pero no podía expresar lo que
sentía. “Los médicos se paraban a los pies de mi cama y
hablaban como si yo no estuviera en la habitación, yo quería
gritar: ¡Todavía estoy aquí!”. Los médicos preguntaban a su
esposa Lili si desconectaban la maquina que lo mantenía con
vida.
En la serie Dr. House hay un paciente con estas mismas
características y él lo cura. El médico Hamilton del episodio “Orden
de no reanimar” (1.09) vino directamente a desconectar a Giles para
que muriera.
Los médicos creían que Marsh estaba en un estado vegetativo
permanente, desprovisto de conciencia y de toda sensación física.
Pero él estaba consciente y cuenta que tenía “una conciencia
cognitiva y física total”. Solo que no lo podía expresar. Recuerda el
instante en el que su esposa les dijo a los médicos que no podían
desconectar su máquina.
Marsh sufrió un ACV el 20 de mayo del 2009 y, después de cuatro
meses y nueve días, salió caminando de la terapia intensiva. Hoy va
al gimnasio y se compró una bicicleta que usa en la zona de Napa
Valley, California, donde vive.
Hay una innumerable cantidad de casos reales similares, algunos
salen publicados como el de Marsh, pero de otros ni siquiera nos
enteramos. De algún modo, todos nos identificamos con estos casos
por alguna circunstancia personal y desearíamos tener un Dr. House
que nos salve en esos momentos.
Yo personalmente tuve a mi médico, el Dr. Israel Stolovitsky, quien
me salvó la vida en el año 1985. Había dado a luz a mi única hija
Samanta y la impericia médica de un “médico idiota”, tal como
llamaría House a quien no subsana un error, me dejó al borde de la
muerte. Como consecuencia de ello, tuve que salir de esa clínica
para que me atendiera el Dr. Stolovitsky. Un médico casi me dejó
morir y otro me salvó la vida.
Aunque ya no está entre nosotros, lo recuerdo con el mayor de los
afectos, en especial después de haber visto la serie Dr. House, la
cual me impactó muchísimo emocionalmente por todo lo expuesto a
lo largo de esta obra. Pero sobre todo, porque me hizo acordar de
mi médico, el Dr. Stolovitsky, y su inseparable secretaría Ana María.
House parece ser solo un personaje de ficción, pero para mí
existió un médico como él que me curó y salvó mi vida.
Le rindo mi homenaje aquí al Dr. Stolovitsky, al igual que a todos
los médicos que en su labor cotidiana no son “idiotas”, término
acuñado por House, se preocupan mucho e investigan
permanentemente para curar y salvar las vidas de sus pacientes.
CAPÍTULO 44

Epílogo

L legando casi al final y como breve resumen diría que, en


definitiva, lo que cada uno ve en House es su propio espejo. Su
personalidad tiene tantas facetas, que uno siempre se verá reflejado
en alguna de ellas. Cada uno ve en este personaje lo que quiere ver,
lo que más le gusta, lo que le atrae, lo que rechaza… ¡tiene tanta
riqueza que algo de esta nos reflejará!
Algunos verán a un genio al estilo de Stephen Hawking,
astrofísico premiado a fines del año 2012.
A otros les recordará a Sócrates con sus discípulos, caminando
por la calles de Atenas.
Otros podrán ver en él algo de Don Quijote de la Mancha, por el
tratamiento burlesco, irónico, trágico y cómico de la sociedad. Con
su inseparable Sancho Panza e impulsado por su idealismo, él
ayuda a desfavorecidos y lucha contra “gigantes” (molinos de
viento).
Habrá quienes incluso lo vean como a Jesucristo, rodeado de sus
apóstoles; algunos lo siguen, otros se lavan las manos, otros lo
traicionan.
La metáfora del último episodio, en una casa en llamas, pareciera
ser el mismo infierno. Todos creen que House murió y velan un
cajón cerrado, creyendo que está ahí, pero “resucita” y se va con
Wilson para seguir ayudando a su amigo por el mundo. ¡Y
seguramente a otras personas también!
Gracias a su creador y a todos los que participaron de esta serie
maravillosa, otros lo compararán con Sherlock Holmes: un gran
investigador.
Otros verán en él al “Che Guevara”, inmortalizado en una de las
tantas obras que se han hecho sobre él, la película Diarios de
motocicleta, interpretada por el actor mexicano Gael García Bernal,
donde el personaje va por el mundo con su motocicleta, su
idealismo y su inseparable amigo… tal y como los vemos a House y
Wilson en el último episodio.
Otros encontrarán en él a Charles Chaplin, por su genialidad y su
gran ironía hacia una sociedad de hipócritas y mentirosos que
inmortalizó en la emblemática película Tiempos modernos. Si
observamos a House en la portada de los DVD de la séptima
temporada, lo veremos con sus zapatos y su característico bastón,
al mejor estilo Chaplin. También disfrutamos en esta temporada de
un Hugh Laurie en su faceta de gran comediante.
Otros recordarán al profesor de la película La sociedad de los
poetas muertos (interpretado por Robin Williams) quien le da
lecciones de libertad de pensamiento a sus alumnos, al igual que
hace House con sus subordinados y colegas médicos del grupo que
dirige, como Jefe del Departamento de Diagnóstico.
En más de una oportunidad, les pregunta si ellos vieron esta
película y utiliza la frase carpe diem que significa “aprovecha el día”
y el profesor les repetía a sus alumnos.
Al hacer referencia a esta expresión latina del poeta romano
Horacio, como por ejemplo cuando están investigando un
diagnóstico y le preguntan si por la enfermedad Wilson se iba a
morir, House les está diciendo que no malgasten el momento, que
vivan cada día de sus vidas como si fuera el último. Un tema de la
literatura universal que nos recuerda: “Vive el momento… porque
vas a morir pronto”.
Desde mi perspectiva, House es un personaje que difícilmente
podamos ver como un héroe que sale a arreglar el mundo, porque la
realidad lo lleva por delante. Le pasan cosas que tiene que enfrentar
y resolver: duelos, divorcios, separaciones, una mala praxis en su
pierna que lo lleva a sufrir dolor crónico, etc.
Su gran costado humano siempre está topándose con la realidad,
su profesión de salvar vidas humanas a punto de morir, y las
circunstancias que le han tocado vivir.
Podemos observar este costado a lo largo de las ocho
temporadas, pero está mucho más acentuado en la última donde su
amigo Wilson se enferma de cáncer y House lo cuida en su propia
casa, hasta que decide abandonar el hospital para acompañarlo en
sus últimos meses de vida.
House no trata de arreglar el mundo pero sí de marcar, con
sarcasmos e ironías, todo lo que no le gusta de este a través de sus
compañeros de trabajo, todo lo que ve de ellos a diario: mentiras,
hipocresías, corrupción, etc.
Para él la amabilidad está sobrevalorada y esconde hipocresía,
por eso siempre dice lo que piensa, sin ser amable, porque no
quiere ser hipócrita.
Quizás nos sorprenda mucho, si vemos en profundidad cada
episodio, el hecho de que es a House a quien tratan mal los demás.
Él reacciona y les responde a sus compañeros, a la sociedad y a las
instituciones de la manera en la que sabe hacerlo de maravilla: con
metáforas, ironías, sarcasmos, etc. Utiliza las frases más
extraordinarias.
Por todo esto y mucho más, creo que esta serie ha sido tan
exitosa.
Al igual que la serie, este libro concluye con la imagen de los ojos
azules de Gregory House y la profundidad de su mirada, y con la
palabra del creador David Schore quien mantiene un diálogo con
Hugh Laurie en el detrás de escena. Después del último capítulo
177, está el 178 que es una especie de fiesta de celebración con
actores, guionistas, productores, etc.
Allí Hugh Laurie le pregunta a David Schore:

Hugh.—¿ Por qué millones de personas alrededor del mundo


están involucradas con el personaje de Gregory House?
David.—Creo que es por sus ojos azules.
Hugh.—Creo que eso es mucho más bonito de lo que yo
decía, pero mucho más condensado.

Gracias a la genialidad de David Schore y a la excepcional


actuación de Hugh Laurie y la de todos los que participaron de esta
serie que es, a mi criterio, brillante.
Gracias a ti, lector, por haber llegado hasta aquí. Mi propósito es
que cuando veas Dr. House, una serie que ya está en la historia,
puedas ver algo nuevo y descubrir una faceta diferente de la que
cada uno quiera ver en nuestro inolvidable doctor.
Sigamos comunicándonos.
¡Hasta siempre!
Glosario

Acoso psicológico o moral: según el Diccionario de la Lengua


Española, es el trato vejatorio y descalificador hacia una persona,
con el fin de desestabilizarla psíquicamente. Atenta contra la
dignidad e integridad del ser humano. Siempre conlleva maltrato
psicológico y abuso emocional. Es un largo proceso, donde la
persona va perdiendo progresivamente su autoestima y la seguridad
en sí misma. No es plenamente consciente de que está siendo
humillada y de que se están vulnerando sus derechos más
fundamentales. El acoso continuado puede ocasionar el suicidio de
la víctima.

ACV: accidente cerebro vascular. El derrame cerebral, o apoplejía,


es la pérdida de funciones cerebrales producto de la interrupción del
flujo sanguíneo al cerebro. Se llama también infarto cerebral porque
el cerebro pierde la irrigación sanguínea debido a la interrupción
súbita e inmediata del flujo sanguíneo y es en ese momento en el
que ocurre el infarto cerebral. Se tapan (ocluyen) algunas arterias.

Afasia nominal: dificultad del lenguaje para entender palabras o


pronunciar nombres, uno de los síntomas del ACV.

Anorexia: inapetencia o falta de apetito (lo cual es un síntoma). A


diferencia de la anorexia nerviosa, donde la pérdida de peso es auto
inducida, aquí es una enfermedad psicológica y está acompañada
por una distorsión de la imagen corporal. En ambas, la ingesta es
insuficiente de nutrientes esenciales para el organismo.
Asexualidad: falta de orientación y deseo sexual. Las personas
asexuales no sienten atracción sexual o física hacia ninguna otra
persona y no sienten deseo por el placer sexual, por lo que no
encajan dentro de ninguna orientación sexual definida y no es
habitual que suelan enamorarse o tengan pareja.

Auto cuestionamiento: análisis profundo, auto análisis, auto crítica,


auto examen, examen de conciencia, examen de uno mismo,
examen profundo.

Bulimia o bulimia nerviosa: trastorno alimenticio caracterizado por la


adopción de conductas por las cuales el individuo se aleja de las
pautas de alimentación saludables. Por lo general consumiendo una
gran cantidad de comida, en un período de tiempo muy corto (lo que
le genera una sensación temporal de bienestar), para después
buscar eliminar el exceso de alimento a través de ayunos, vómitos,
purgas o laxantes.
El efecto psicológico que tiene el sujeto luego de ingerir mucha
comida es que siente culpa, sufre mucho y hace todo lo que tiene a
su alcance para eliminar las calorías que ingirió.
Según el Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos
Mentales (DSM IV), existen altas puntuaciones para los estilos de
personalidad: límite, esquizoide, auto destructiva, pasivo-agresiva,
evitativa, dependiente e histriónica. También emparentados con
sentimientos de obsesión, trastornos obsesivo-compulsivos y
narcisismo.
Psicología de la bulimia: se basa en la idea de que solo a través
de la delgadez, y del atractivo físico, se puede triunfar en la
sociedad. La bulimia suele presentarse junto a un fuerte sentimiento
de inseguridad emocional y con problemas graves en la autoestima
en relación directa con el peso y la imagen corporal. Las
estadísticas afirman que los trastornos en la alimentación presentan
una de las tasas más altas dentro del grupo de enfermedades
mentales.
Hay mejoría si los pacientes se comprometen a realizar un
tratamiento psicológico con distintos tipos de terapias, individuales o
grupales. Pero la recuperación solo es posible si la persona en
cuestión toma la decisión de cambiar, porque se trata de una
“enfermedad mental”.

Castidad: comportamiento voluntario a la moderación y la adecuada


regulación de placeres o actos sexuales. Requiere abstención y
abstinencia.
En el Catolicismo los ministros consagrados (sacerdotes, obispos,
etc.) se comprometen a vivir en celibato, no se casan y no tienen
una pareja sexual.

Complejo de Edipo: también denominado “conflicto edípico” por


Freud en psicoanálisis, se refiere al conjunto de emociones y
sentimientos infantiles caracterizados por la presencia de deseos
amorosos de un niño con su madre. Es el deseo inconsciente de
mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del
sexo opuesto.
En este episodio se trataría del complejo de Electra: el de la niña
con su padre.

Complementario del psicópata: “El tipo de necesidad que satisface


el complementario con el psicópata, o el tipo de anclaje que hace
que este tipo de relación se mantenga, no se basa en la lógica sino
en lo irracional” (Marietán Hugo, El complementario y su psicópata,
Ed. Ananke, 2011).

Compulsión a la repetición: proceso de origen inconsciente, en


virtud del cual el sujeto se sitúa activamente en situaciones
penosas. Repitiendo así experiencias antiguas, sin recordar el
prototipo de ellas sino lo contrario, con la impresión muy viva de que
se trata de algo plenamente motivado por lo actual.
Para Freud, la compulsión a la repetición se considera un factor
autónomo, irreductible, en último análisis, a una dinámica conflictual
en la que solo intervendría la interacción del principio del placer y el
principio de la realidad. Se le atribuye un carácter conservador.

Confusión: el establecimiento del dominio sume a las víctimas en la


confusión. Es como si estuvieran anestesiadas, se lamentan de
tener su cabeza hueca y de sus propias dificultades para pensar y
describen un verdadero empobrecimiento, una anulación parcial de
sus facultades y una amputación de su vitalidad y de su
espontaneidad (Hirigoyen Marie-France, El Acoso Moral, Ed. Paidós
Ibérica, 1999).

Contacto cero: Frase utilizada por el Dr. Marietán: “En 1998 llamé
contacto cero a que la persona que se alejó de un psicópata no
debe bajo ninguna circunstancia, ni bajo ningún medio, contactarse
nuevamente con él. De lo contrario, armará nuevamente su circuito
psicopático y todo el esfuerzo realizado por alejarse habrá sido en
vano. Fíjense en la profundidad psicológica en la que recala esta
relación y cómo se diferencia de las relaciones neurótico-neurótico y
normal-neurótico”.

Corrupción: propiciar hechos o actitudes ilícitas en alguien


(corromper a un juez); dar dinero o regalos a una persona para ser
beneficiado en algo. Sinónimos: soborno, cohecho.

Cosificar: quitarle a un ser humano los atributos de persona y


considerarlo un medio.

Culpa: falta, delito (violación de la ley) o pecado que se comete


voluntariamente. Es toda acción u omisión imprudente que ocasiona
un daño a otra persona y que puede merecer sanción legal. Es la
voluntaria omisión en calcular las consecuencias posibles y
previsibles en el propio hecho.

Depresión: opresión, abatimiento, encogimiento, una gran tristeza.


Es un trastorno del estado de ánimo, ya sea desde la psicología o
de la psiquiatría, pero siempre desde el ámbito de la sicopatología.
El estado habitual es de abatimiento e infelicidad que puede ser
transitorio o permanente. El conjunto de síntomas que afectan
principalmente a la esfera afectiva (la tristeza patológica, el
decaimiento, la irritabilidad o un trastorno en el humor) puede
disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad de vida
habitual.
También puede expresarse a través de afecciones de tipo
cognitivo, volitivo o somático, es decir del razonamiento, de la
voluntad. Aquí es área de la psicología pero también puede hacer
impacto en el cuerpo, donde el área a tratar será desde la medicina.
Hay factores desencadenantes como el estrés derivado de una
decepción sentimental, un accidente, malas noticias, una pena muy
grande, la contemplación de un asesinato o una tragedia, incluso de
haber atravesado una experiencia muy cercana a la muerte.
También una elaboración inadecuada del duelo por separación o
muerte de un ser querido. Todo esto puede tener importantes
consecuencias para la persona que la padece, desde la incapacidad
laboral hasta el suicidio.
Su alta prevalencia y su relación con la esfera emocional
requieren de tratamiento psicológico o psiquiátrico para las
conductas desadaptativas que empiezan a trastornar la vida de la
persona. El origen es un complejo conjunto de factores genéticos,
biológicos y psicosociales. Se evidencian trastornos con nuestro
sistema defensivo, por lo tanto alteraciones inmunológicas que
estudia la psico-neuro-inmunología.
Desamparo: según Freud, el estado del niño que para satisfacer sus
necesidades (sed, hambre) depende de otra persona porque es
impotente para realizar esas acciones por sí solo. Para el adulto es
la situación traumática generadora de angustia.

Dilts Robert: desarrollador, consultor, autor y entrenador en el área


de Programación Neurolingüística, desde su creación en 1975 por
sus autores Richard Bandler y John Grinder.

Elaboración del duelo: proceso intra-psíquico, consecutivo a la


pérdida de un objeto de fijación, por medio del cual el sujeto logra
desprenderse progresivamente de dicho objeto.
Para comprender este fenómeno psíquico debemos tener en
cuenta que cuando es normal hay una atenuación progresiva del
dolor. Es decir, el dolor por la pérdida de quien se amó, en este caso
una separación que también es considerada como un duelo.

Empatía: del vocablo griego que significa “lo que se sufre”, “en el
interior de”, “sufrimiento”; llamada también inteligencia interpersonal
en la teoría de las inteligencias múltiples. Es la capacidad cognitiva
de percibir, en un contexto común, lo que otro ser humano puede
sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una
persona en la realidad que afecta a otra.

Esclerosis lateral amiotrófica (ELA): enfermedad fatal que ataca las


células nerviosas encargadas de controlar los músculos voluntarios
y se caracteriza por una degeneración gradual y muerte de las
células motoras. Estas comienzan a fallar, al igual que todos los
músculos del cuerpo, hasta que se pierde la capacidad de respirar y
se necesita un respirador artificial. Se presume que desde que
comienzan los síntomas los pacientes tienen cinco años más de
vida hasta que empiezan los fallos respiratorios.
Esquizofrenia: clínicamente tiene como características la
incoherencia del pensamiento, de la acción y de la afectividad que
se designa con las palabras clásicas “discordancia”, “disociación”,
“disgregación”. Consiste en el distanciamiento de la realidad con
repliegue hacia sí mismo y predominio de una vida interior
entregada a las producciones de la fantasía, actividad delirante más
o menos acentuada, siempre mal sistematizada. El carácter crónico
de la enfermedad puede evolucionar hacia un deterioro intelectual y
afectivo mayor conduciendo a estados demenciales.

Etapas de la muerte (o etapas del duelo): modelo de la psiquiatra


suizo estadounidense Elisabeth Kubler Ross (192-2004) en el libro
On death and dying (Sobre la muerte y los moribundos) en 1969.
Este libro describe las cinco etapas distintas que atraviesa la gente
diagnosticada con una enfermedad terminal o que ha sufrido una
pérdida catastrófica:

1. Negación: “Me siento bien esto no puede estar pasándome a


mí”.
2. Ira: “¿Por qué a mí?, ¡no es justo!”.
3. Negociación: “Haré cualquier cosa por unos años más”, “Dios
déjame vivir algunos años más para ver a mis hijos
graduarse”.
4. Depresión: “Estoy tan triste”, “¿por qué voy a hacer algo?,
voy a morir”, “extraño a mi ser querido, ¿por qué seguir?”.
5. Aceptación: “Esto tiene que pasar, no hay solución, no puedo
luchar contra la realidad, debería prepararme para esto”.

Falacia: razonamiento incorrecto que aparenta ser correcto. Todo


razonamiento falaz es inválido, es decir que sus premisas no
garantizan la verdad de la conclusión, pero en ocasiones pueden ser
muy sutiles y persuasivas.
Fetichismo: devoción a los objetos materiales a los que se ha
denominado fetiches. Es una forma de creencia o práctica religiosa,
en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos
o sobrenaturales y que protegen al portador, o a las personas, de las
fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches.
Viene del término portugués fítico que significa “hechizo”.
Sigmund Freud usó el concepto para describir la parafilia.

Freud Sigmund: médico neurólogo (1856-1939), padre del


psicoanálisis. Postuló una sexualidad infantil perversa, polimorfa;
empezó tratando con histeria y neurosis y usó la técnica de la
asociación libre. Su obra completa abarca varios tomos.
Es interesante subrayar algo que les pasa a muchos profesionales
de la salud que son humanos, Freud fue un médico dañado: tuvo
cáncer de paladar. Fue operado 33 veces y tuvo también sordera en
su oído derecho, por lo que debió usar incómodas prótesis de
paladar.

Hipocresía: la actitud constante o esporádica de fingir creencias,


opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades o estándares que no
se siguen. La hipocresía en sí es un tipo de mentira o pantalla de
reputación.
La persona hipócrita finge cualidades o sentimientos contrarios a
los que verdaderamente tiene y experimenta. Un hipócrita es aquel
que esconde sus intenciones y su verdadera personalidad.
La hipocresía consta de dos operaciones: simulación (mostrar lo
que se desea) y disimulo (ocultar lo que no se quiere mostrar). Es
similar a la mentira porque consiste en pretender ser alguien que no
se es, engañando a los demás.
Siempre conlleva falta de honestidad.

Iatrogenia: enfermedad o afección causada por los médicos,


también llamada “acto dañino médico”.
Es una negligencia médica, un acto mal realizado que causa una
lesión al paciente, una impericia, una imprudencia.

Idiota: hace referencia a un “tema médico idiopático” que significa


“causa desconocida” o “causa oscura”.
En la clasificación de enfermedades, cuando las causas de una
enfermedad son desconocidas, cuando el origen no aparece, se la
llama “idiopática”.

Ipecacuana: jarabe que produce el vómito, la expulsión violenta y


espasmódica del contenido del estómago (enosis) a través de la
boca. Se lo utiliza para expulsar del organismo venenos ingeridos.
Es peligroso ingerirlo continuadamente, si se convierte en hábito.

Lacan Jaques: médico psiquiatra y psicoanalista francés (1901-


1981). Aportó al psicoanálisis, basado en la lectura de Freud,
incorporando elementos de estructuralismo, lingüística, matemática
y filosofía. Sus aportes se definen como un “retorno a Freud”. Él
formuló la tesis de que el inconsciente está estructurado como un
lenguaje y su frase más conocida es: “El deseo del hombre es el
deseo de otro”.
Lacan también fue un medico dañado: tuvo trastornos cerebrales,
afasia parcial y cáncer de colon.

Masoquismo: la obtención de placer al ser víctima de actos de


crueldad, brutalidad o dominio infligidos por otra persona. Hay un
disfrute, una satisfacción física que se obtiene por el dolor físico en
distintos grados. Hay personas que buscan y mantienen situaciones
en que resultarán dañadas, humilladas, castigadas e incluso
torturadas o destruidas.
Masoquismo, según Freud, es una perversión sexual en la cual la
satisfacción va ligada al sufrimiento o a la humillación
experimentados por la persona a quien humillan.
Materia oscura y curva de rotación: artículos principales: “Tully-
Fisher y Materia oscura”.

Mecanismos de defensa: operaciones que utiliza el yo donde el


problema permanece sin resolverse. Anna Freud los enumera:
represión, regresión, formación reactiva, aislamiento, anulación
retroactiva, proyección, introyección, vuelta en contra del sujeto,
transformación en lo contrario, sublimación, negación, idealización.
Melanie Kleine describe como defensas primarias: negación de la
realidad psíquica, omnipotencia del objeto, identificación proyectiva,
escisión del objeto, etc.

Miller Alice: (1923-2010); nació en Polonia y estudió filosofía,


psicología, y sociología en Basilea, Suiza. Tras el doctorado, se
formó en Zurich como psicoanalista, profesión que ejerció durante
20 años.
Tiene más de diez libros publicados, entre ellos: El drama del niño
dotado, El saber proscrito, La llave perdida y Por tu propio bien.
Criticó la teoría psicoanalítica de las pulsiones porque en su
opinión esta teoría otorgaba el marco para que las experiencias
traumáticas de los niños fuesen comprendidas como fantasías
infantiles, negando así el abuso y el maltrato infantil.

Misántropo: alguien que posee una actitud social y psicológica


caracterizada por aversión general al género humano. No implica
desagrado a personas concretas, sino una animadversión a los
rasgos compartidos por toda la humanidad.

Misión: del latín misio que significa “enviar”. Se denomina al objetivo


que tienen algunas personas para hacer un plan. Por ejemplo, la
“misión humanitaria” es aquella donde un grupo de personas se
traslada a un lugar donde existen riesgos para sus habitantes a
efectos de prestarles asistencia alimenticia, médica o sanitaria.
Mobbing: asediar, acosar, acorralar al grupo. Es la acción de un
hostigador conducente a producir miedo, terror desprecio o
desánimo en el trabajador (afectando su desempeño), como así
también enfermedades que pueden surgir en él.
La persona, o grupo de personas, reciben una violencia
psicológica injustificada a través de actos negativos y hostiles. Dicha
violencia psicológica se produce de forma sistemática y recurrente
durante un tiempo prolongado, semanas, meses o años.
Lo que se pretende en último término con el hostigamiento, la
intimidación o la perturbación (o normalmente la conjugación de
todos ellos) es que la víctima abandone el trabajo. La víctima es
considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para
sus intereses personales: ambición de poder o de riquezas, posición
social, necesidad de extorsión, mantenimiento del status quo, etc.
Las estrategias que utilizan los mobbers o acosadores son sutiles
porque la intención es no dejar rastro o huella del acoso. Lo que se
pretende es hacer pasar al acosado por incompetente, improductivo
o problemático y, de paso, no ser acusados de nada debido a la
dificultad para demostrar la agresión psicológica.
El Juzgado Social de Santander, en una reciente sentencia,
estableció el concepto uniforme de mobbing: “Aquella presión
laboral tendiente a la eliminación, o auto eliminación, de un
trabajador mediante la denigración”. Un ataque muy común es la
provocación continuada a través de la cual se intenta que la víctima,
debido a la presión o el estrés a los que vive sometida, acabe
explotando y en un arranque de ira traicionándose a sí misma, bien
de palabra o de acto. Este será el pretexto para el castigo, o la
expulsión, y así el acosador puede lavarse las manos.
Hinez Leymann (1932-1999), Doctor en Psicología Pedagógica,
Doctor en Psiquiatría y Psicólogo del trabajo en Suecia, fue uno de
los pioneros que investigó durante una década el proceso que él
llamó “psicoterror” en varios grupos de profesionales. En los años 60
detectó un especial tipo de comportamiento hostil en la escuela que
fue denominado “mobbing”. En los años 80 encontró el mismo tipo
de comportamiento en los lugares de trabajo.
Actualmente muchos sindicatos, mutualidades sanitarias y
médicos laborales empiezan a interesarse por este fenómeno para
ayudar a las víctimas.

Navaja de Occam: también “escrito Ockham u Ockam” y “principio


de parsimonia”; principio metodológico y filosófico atribuido a
Guillermo de Ockham (1820-1349), según el cual cuando dos
teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas
consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de
ser correcta que la compleja. Según el método científico, “la
explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no
necesariamente la verdadera”.

Niveles de aprendizaje o neurológicos: en el modelo creado por


Robert Dilts son seis:

1. Entorno: aquello a lo que reaccionamos, lo que nos rodea, y


las demás personas con las que entramos en contacto.
2. Comportamiento: las acciones específicas que llevamos a
cabo. Para House son “las acciones lo que importa”.
3. Capacidad: conjunto de habilidades y estrategias que
empleamos en la vida.
4. Creencias o convicciones: ideas que pensamos que son
verdad y empleamos como base para nuestras acciones
diarias.
5. Identidad: mis valores principales y mi misión en la vida.
6. Espíritu: el nivel más profundo donde revisamos todas las
cuestiones metafísicas: ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es
nuestra tarea? El nivel espiritual guía y modela nuestras vidas
y proporciona la base y el camino de nuestra existencia:
nuestra misión en la vida.
Obediencia debida: el subordinado está obligado a cumplir las
órdenes que le ha impartido su superior jerárquico.

Obsesión: ideas pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes o


persistentes. Algo así como los pensamientos que invaden la
conciencia y son vividos como exagerados.

Paladín: caballero que se distinguía por sus hazañas valientes y


nobles. Persona que defiende con fervor una causa noble: el
“paladín de los derechos humanos“. Sinónimos: defensor, campeón,
sostenedor, abanderado, amparador, guardián.

Parafilia: (para: al margen de, filia: amor); patrón de comportamiento


sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra
en la cópula, sino en alguna otra cosa que lo acompaña. Una
manera donde el sujeto de afecto es representado por un objeto o
una parte del cuerpo de una persona.

Paranoia: psicosis crónica caracterizada por un delirio más o menos


sistematizado, el predominio de la interpretación y la ausencia de
debilitación intelectual que generalmente no evoluciona hacia la
deterioración.
Freud incluye en la paranoia no solo el delirio de persecución,
sino también la erotomanía, el delirio celotípico y el delirio de
grandeza.2

Perversión: según Freud, una desviación con respecto al acto


sexual normal. Este lo define como el coito dirigido a obtener el
orgasmo por penetración vaginal, con una persona del sexo
opuesto.
Existe perversión cuando el orgasmo se obtiene de diferentes
modos sexuales, que no son para Freud el acto sexual normal:
fetichismo, transvestismo, veedismo, homosexualidad, paidofilia,
bestialidad, etc., por medio de otras zonas corporales como por
ejemplo el coito anal.

Perverso polimorfo: existe una sexualidad infantil ligada a las


diversas zonas erógenas (orales, anales, genitales) de modo
anárquico que se puede describir como una “disposición perversa
polimorfa”. La perversión adulta aparece como una reaparición de
un componente parcial de la sexualidad infantil, o mejor dicho, una
regresión que hace el adulto a las etapas de la niñez.

Política de reembolso: el reembolso de gastos incurridos por el


trabajador para el desarrollo de actividades propias de su relación
laboral son pagos que no constituyen salario ni ingresos para el
contribuyente. En cumplimiento de sus funciones, los trabajadores
pueden incurrir en gastos que posteriormente la empresa se los
reembolsará. Estos pagos serán devueltos al trabajador porque
debió invertir para realizar una actividad relacionada y necesaria
para el desempeño de las funciones para las que fue contratado.
Estos pagos no constituyen ingreso para el trabajador porque no
enriquecen su patrimonio.

Premeditación: acción que consiste en pensar una cosa detenida y


cuidadosamente antes de realizarla. Acción que consiste en planear
y organizar detenidamente la forma de cometer un delito y que
constituye una circunstancia que agrava la responsabilidad criminal
de la persona acusada: “asesinato con premeditación y alevosía”.
Sus requisitos son: 1) ideológico o deliberación reflexiva y resolución
firme; 2) cronológico, es decir, la persistencia del deseo acordado a
realizar, durante cierto tiempo; 3) psicológico o anímico, consiste en
la ausencia pasional reveladora de cierta frialdad en el obrar; y 4) la
apreciación de un plus antijurídico, basado en una mayor repulsa del
acto delictivo, en atención a los motivos a obrar y a la valoración de
la personalidad del sujeto activo como elemento sintomático.3
Profecía auto cumplida o auto realizada: es una predicción que, una
vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad. Es una
expresión acuñada por el sociólogo Robert K. Merton.

Programación neurolingüística (PNL): modelo de comunicación


interpersonal que se ocupa de la relación entre los comportamientos
exitosos y los pensamientos que influyen en nuestro lenguaje, a
modo de programación positiva; ya que desde nuestra infancia, sin
darnos cuenta y de modo inconsciente, recibimos programaciones
negativas.
El secreto consiste en poder transformar esas programaciones y
producir cambios positivos en nuestra vida. Es una excelente
herramienta terapéutica, pues bien utilizada produce cambios muy
favorables en el ser humano.
Entre los neurolingüistas destacados se encuentra Robert Dilts y
uno de sus muchos escritos interesantes es Estrategia de los
genios. Allí explora los procesos cognitivos del pensamiento y el rico
tejido de la mente humana de cuatro genios: Sherlock Holmes, Walt
Disney, Mozart y Aristóteles.

Proyección: en psicoanálisis, y según Freud, conducta por medio de


la cual, el sujeto sitúa en el exterior (localiza en el otro) cualidades,
sentimientos, deseos, afectos, pensamientos. De esta manera, cree
que existen afuera. Es una operación esencialmente imaginaria.
En el sentido psicoanalítico, es un “mecanismo de defensa” que
opera en situaciones de conflicto emocional, o amenaza de origen
interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los
sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan
inaceptables para el sujeto. Se “proyectan” los pensamientos,
sentimientos, o deseos que no terminan de aceptarse como propios.
No se aceptan porque generan angustia o ansiedad. De este modo,
atribuyéndolos al objeto externo, la defensa psíquica logra poner
estos contenidos amenazantes afuera.

Psicópata: modalidad del ser humano con ciertas características de


conducta: satisfacer necesidades distintas o especiales.
El psicópata se relaciona con los demás de un modo utilitario,
cumplimenta sus necesidades y no los ve en calidad de personas
sino de cosas, los cosifica.
Es un gran actor, lleva a cabo el “acting out”. Para Lacan, este
consiste en “algo en la conducta de un sujeto que se muestra
esencialmente distinto de lo que es”. Se realiza el pasaje al acto: la
persona en lugar de hablar, actúa.
Sigue su plan de modo que los demás no se den cuenta de nada.
Nadie lo nota y, mucho menos, si se trata de personas como
Cameron que es infantil, ilusa y romántica (en palabras de House).
Pero este accionar puede llegar al “gran acto“: el asesinato o el
suicidio.
Es cruel pero tiene un arte especial en usar la seducción, la
fascinación y también la coerción para lograr sus objetivos. Los
demás no se imaginan las necesidades ocultas tras las acciones del
psicópata.

Psicosis: perturbación de la relación de la persona con la realidad,


siendo los síntomas manifiestos, como denominador común, las
construcciones delirantes.

Racionalismo: corriente filosófica que se desarrolló en Europa


continental, en los siglos XVII Y XVIII. Fue formulada por René
Descartes. Es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la
razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con otras
teorías que resaltaban el sentido de la percepción.
Represión: concepto central del psicoanálisis; es el mecanismo de
defensa por el cual un sujeto rechaza representaciones, ideas,
pensamientos, recuerdos o deseos. Según Freud, los contenidos
rechazados quedan en el inconsciente, lejos de ser destruidos u
olvidados y retornan a manera de síntomas.

Resiliencia: la capacidad de un sujeto para reponerse a períodos de


dolor emocional y traumas, es decir para afrontar la adversidad
saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia
profesional y personal.

Retorno de lo reprimido: proceso en el cual los elementos


reprimidos, al no quedar nunca abolidos por la represión, tienden a
reaparecer y lo hacen de modo deformado, en forma de transacción:
síntomas. Se produce por desplazamiento y condensación.

Sadismo: la obtención de placer al realizar actos de crueldad o


dominio. Este acto puede ser de naturaleza consensuada.
Según Freud, es una perversión sexual que consiste en una forma
de obtener excitación y placer sexual causando humillación,
sufrimiento o dolor a otra persona.
El Sadomasoquismo es una expresión que señala lo que puede
haber de simétrico y complementario en las dos perversiones sádica
y masoquista. El psicoanálisis subraya la interacción entre estas dos
posiciones, tanto en el conflicto intersubjetivo (dominio-sumisión)
como en la estructuración de la persona (auto castigo).

Sicko: Documental estadounidense de Michael Moore, que muestra


el sistema de salud de EE.UU. y realiza una crítica a las grandes
compañías aseguradoras de ese país.
Para reflexionar sobre la posibilidad de que ocurran cambios
políticos y se puedan acercar a la sanidad gratuita que tienen otros
países presentados en el documental como Francia, Canadá, El
Reino Unido y Cuba.

Síndrome de burnout: agotamiento laboral o fatiga laboral crónica.


Es un padecimiento que, a grandes rasgos, consiste en la presencia
de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los
factores estresantes emocionales e interpersonales que se
presentan en el trabajo; incluye fatiga crónica, ineficacia y negación
de lo ocurrido. También se lo conoce como “síndrome de desgaste
profesional”, “síndrome de desgaste ocupacional”, “síndrome del
trabajador desgastado”, “síndrome del trabajador consumido”,
“síndrome de quemarse por el trabajo” y “síndrome de la cabeza
quemada”. En varios episodios de la serie es el síndrome que
padecería el Dr. House, al igual que muchos profesionales de la
salud.

Síndrome de Estocolmo: reacción psicológica en la cual la víctima


de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad,
desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo
con quien la ha secuestrado.

Soborno: coima, cohecho. Consiste en que un funcionario público


autorizado acepta o solicita una dádiva a cambio de realizar u omitir
un acto.

Sociópata: las características son similares a las del psicópata pero


están dirigidas a la sociedad, a un grupo, y no a una persona en
particular.

Sublimación: proceso postulado por Freud para explicar ciertas


actividades humanas que aparentemente no guardan relación con la
sexualidad, pero que hallarían su energía en la pulsión sexual.
Freud describió como actividades de sublimación principalmente
todas las actividades artísticas y la investigación intelectual. House
luego de un arduo día de trabajo en el hospital, sublima con su
piano y su música.

Sueiro Víctor: contó lo que le pasó un 20 de junio de 1990… “En


serio, suena muy loco pero es así: un sueñito suavecito y después…
¡TAC! Un túnel con una luz hermosa al final y la línea mortal”. Fue el
día que sufrió un paro cardíaco que lo tuvo clínicamente muerto
durante 40 segundos, después de lo cual publicó Más allá de la vida
y escribió 16 libros en total.
El tema del pasaje de la vida a la muerte, la sensación de una
luminosidad que envuelve todo y lo adentra a uno en otra
percepción, fue lo que lo impulsó a profundizar su fe en Dios y hacer
frente a 15 cateterismos y a 11 angioplastías con estoicismo y la
convicción de la existencia de un más allá.

Testigo cómplice o testigo iniciado: persona que está dispuesta a


ayudar a alguien dañado, a empatizar con el otro y a ayudarlo a
obtener un entendimiento de su pasado biográfico.

Transferencia: afectos que han estado orientados originalmente


hacia los padres, los hermanos u otras personas significativas en la
infancia, y que en la vida adulta mantienen su presencia y su
efectividad psíquica, de modo que es posible transferirlos a
escenarios actuales. Freud señala que este fenómeno ocurre de
manera completamente espontánea en las relaciones humanas,
pero cobran una relevancia especial en la relación terapéutica,
convirtiéndose en un cambio psíquico del paciente.
Freud registró que solo mediante la experiencia transferencial, en
la actualidad del tratamiento, pueden ser vencidas las resistencias
psíquicas del paciente; de esta manera se puede lograr que aquello
reprimido o inconsciente sea aceptado por el paciente, produciendo
un cambio permanente en este punto y su trama.
Violación: delito sexual por el cual se fuerza a mantener relaciones
sexuales a una persona, con violencia o amenaza y con falta de
consentimiento. La violación es la violencia de tipo sexual que se
produce cuando una persona tiene acceso carnal a otra mediante el
empleo de la violencia física o psicológica, o mediante el uso de
mecanismos que anulen el consentimiento de la víctima.
También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su
consentimiento, como en el caso de los incapaces mentales,
menores de edad o personas que se encuentran en estado de
inconciencia.
Los agravantes del agresor sobre su víctima, siendo este padre,
tutor, patrón o empleador, son el incesto, el acoso sexual, el estupro,
la zoofilia y todo atentado contra el pudor.
El procedimiento legal consiste en recabar evidencias y tener
pruebas, como vellos púbicos y semen (fluidos que se encuentran
en prendas de vestir).

Violencia sutil: la violencia es verbal, fría y se construye a partir de


denigraciones, insinuaciones hostiles, señales de condescendencia
u ofensas. El efecto destructor se debe a la repetición de agresiones
que son anodinas aparentemente, pero continuadas, y de las que se
sabe que nunca se detendrán. Se trata de una agresión a
perpetuidad. En la superficie no se ve casi nada, o nada. Un
cataclismo hace que una familia, una institución o un individuo
revienten. La violencia casi nunca es física y, si lo es, se debe a una
reacción demasiado fuerte por parte de la víctima.

Zen: una escuela del budismo; palabra en japonés que deriva de


otras que significan meditación y quiere decir “la sabiduría más allá
del discurso racional”. Es la técnica para conseguir el “nirvana”, o
estado de liberación, que consiste en ser libre de tanto sufrimiento y
llegar a un estado de calma, quietud y equilibrio, como un cese de la
actividad mental corriente para lograr un estado de paz interior.
Laplanche y Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis, Editorial Rama.
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Acerca de la autora

Dora Susana Mauro se graduó de Licenciada en Psicología,


egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el 30 de
noviembre de 1984. Actualmente cursa la carrera de Ciencias
Políticas en la misma universidad.
Autora del libro Maradooo ídolo inmortal, escrito en homenaje al
futbolista Diego Armando Maradona por su genialidad deportiva, a
través de Editorial Dunken (primera edición en 2001). Fue
presentado en la 28° Feria del Libro de la Ciudad de Buenos Aires,
Argentina, en abril de 2002.
Conferencista a nivel nacional e internacional. Desarrolla su tarea
profesional repartiendo su tiempo entre el consultorio privado, como
psicoterapeuta de adultos y parejas, y la docencia terapéutica. Dicta
cursos de Psicología en instituciones y realiza también conferencias
y disertaciones en el país y en el extranjero.
Docente universitaria en cursos para graduados universitarios con
el tema: “Psico-neuro-inmuno-endocrinología, integrando el
Psicoanálisis con la Programación Neurolingüística (PNL)” en la
Universidad John F. Kennedy, en abril y septiembre de 2006.
Ganadora por un Comité Científico Internacional de la ponencia
para disertar en el XXIII Congreso Internacional en Vancouver,
Canadá, del 19 al 25 de septiembre de 1999. Único trabajo
seleccionado de la República Argentina sobre el tema: “Mujer y
desempleo, un camino hacia el estrés y todo tipo de enfermedades
graves”. Fue organizado por la ONG BPW (Business and
Professional Women: Mujeres Empresarias y Profesionales).
Ganadora por un Comité Científico Internacional de la ponencia
para disertar en el XXIV Congreso Internacional en Melbourne,
Australia, del 3 al 9 de octubre de 2002, sobre el tema: “La
inestabilidad política como causa de las crisis gubernamentales
ocasiona deficiencias sanitarias entre la población y más
concretamente entre las mujeres”. Fue organizada por la BPW.
Disertante en el XXXI Congreso Nacional en Torreón, México,
organizado por la BPW, del 26 al 29 de julio de 2000, con la
ponencia: “Adicciones, un nuevo enfoque”.
Disertante en el XXXII Congreso Nacional en Ciudad Juárez,
México, organizado por la BPW, del 26 al 29 de julio de 2001, con la
ponencia: “Autoestima, violencia psicológica, y adicciones con la
PNL”.
Disertante en los Congresos Latinoamericanos de Neurociencia
Cognitiva, organizados por la Asociación Argentina en Neurociencia
Cognitiva, en el Salón Auditorio del Honorable Senado de la Nación
Argentina, el 1 y 2 de julio y el 9 y 10 de septiembre de 1999, con
temas como: “Recuperación y remisión de enfermedades con la
PNL” y “El poder de la palabra y la comunicación para recuperarse
de enfermedades graves”.
Disertante en el III Congreso de Neurociencias realizado el 6 y 7
de julio de 2000, en el Salón Auditorio de la Honorable Cámara de
Diputados de la Nación Argentina, con el tema: “Adicciones, un
nuevo enfoque con la PNL”.
Organizadora y disertante en el Congreso de la BPW, Federación
Argentina, realizado en Villa Gesell, Argentina, sobre “Perspectivas
de la Mujer del Tercer Milenio”, el 2 y 3 de abril de 1999.
Disertante en las Jornadas Latinoamericanas de PNL en
Argentina, el 14 y 15 de noviembre de 1992, con los temas
“Dadictogenia tan malo como la iatrogenia“ y “Psico-inmunología”.
Disertante en la Universidad Católica Argentina (UCA),
organizada por INCISO, organización no gubernamental que
coordina instituciones cívico sociales a nivel nacional e internacional
de la Argentina, con el tema: “El Psicópata cotidiano, cómo
defendernos de él”, en aporte al Comité de Salud Internacional de la
BPW Internacional el 12 de abril de 2012.

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