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Nal Que Derrocó A Rosas - MARTÍNEZ

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jores do existencia. Para ello, contamos con In persoverante colabora- riores de nes onvonces nos acompafaron en la empresa y de los que -uieran incorporarse en esta altura del camino, eon identidad de pro- Meitos y altitud de miras, A todos es ngradecemos desde ahora st Petioso apoyo y su generoso esfuerzo para la consecucién de un objetivo eminentemente cultural y patristico. Consesa Direotivo bu La PUNDAGION NUESTRA Historta Sose Tren’ o- Romobbel dir, tuestre Histerion, 35-36, dec. 1490. 3. As. daibedT r fe * 236 BA COALICION INTERNACIONAL QUE DERROCO A ROSAS * PEDRO SaNtos Manrénez Acaitemia Nectonal de la Historia ‘Mondosa (Argentina) 12, De manera que esia comtienda en el ven ‘20 e8 moderns, ni tiene relacién solamente con los problemas contempordneos, sito que se'remonta a una “contienda de tres siglos” como dice Céreano*. 1, Los antecedentes En este conflicto hay dos piezas princi accionss, de ambas pata todas las guay y la Banda Seimuat ental, 08 nta de Buenos Aires y las Josintatigencias eon Ar realizada por el Sele aa erdo con, las autora 3 Bue ara eliminar a Artigas, La provincia oriental quedé Paina bre de Provineia Gisplatina y, por con- In pérdida de ete teritorio a d el reino portugués., 1 neia y la resolucién patriética de los uruguayos ido sobre Ie. base de otros anteriores nuestros citados en noine 99, 43 y 89). Bn este oportunidad referencias y datos histor iplonatiques du Ministore dee Affaires Birangerss, Pavio; £ Gaesta Mercantil; HNA: Historia de la Nacién Argentina. Academia Nas eional de la Historia; PRO-FO: Public Roootd Office, Foreign Office. Lanives, 1 Céreano, Ramén J. La Guerra del Perpuay. Origonen y cnusus, Tuewos ‘Aires, Viau, 1039, p. 18, Tste trabajo se he rreferidos al mismo tema 281 mente a la Argentina, determinaron Ia guerra con Brasil (1825), que quedé conicluida en 1828 bajo la garantie de Gran Bretaiia en cavicler de Arbitro, Tiempo después la oposicién a Rosas, sostenida desde ‘Montevideo; se conect6 con los bloqueos #rancés y anglo-francés, los cuales sy divigidos desde la capital oriental. ‘En el caso wraguay las desavenencias se orlginaron en opor> mnidad de constituirse la Primera Junta de Buenos Aires y subsistié ‘eqpubs dol trecaso de le expedteion militar conducida. por Mantel Belgrano, Rosas nunca quiso reconocer la independencia de aguella nacién por considerer que era una provincia argentina, Pero la sepa- raolén fue estimulada por Brasil, que r4pidamente reconocié Ia in- dependencia-paraguaya y, postert , alent6 2 Carlos Antonio ‘dyer pare que fnvadiers a Sariaosén: arr res, @ in territorial ¢ ’ 850 Brasil ain vetenia una gran porcién de las misiones ia a principios de siglod{o/ ; al dea del erra Grande, «ue 8 desarrollabe jo urnguayo, Una de las fraceiones de esta lucha era encabezada por Oribe, quien estaba ayudado por el gobierno de Buenos Aires, y la otra se encontraba sostenida por el imperio del En tal situacién, ina necesitaba geo- gol e-Uru , sran_-bajo Tmperio, Segin el embajador espafiol Creus, el alejamiento de estos dos estados de la, érbita de Ii Confederacién abria 1a posibilidad de otras. desmembractones, “Brasil, para neutralizar y des- fe lebja_sostener a Montevideo y ‘el modo de eviter ‘verse. atacado en una. misma frontera —sigue el diploniétics Creus— lo que pondrfa en. peligro su existencia politica por Ia inmensa cantided de esclavos que enelerra en sus dominios" *, (2, Previsiones bélieas del Brasil Estos dos interoses algung vez tenfan que encontrarse para estallar. ‘Las vinculaciones diplométicas entre la Contederacion y_ el Imperio i Ue el 80° de" setiembre de 1850 el emba-— ‘jador argentin fi abandoné Rio de Janelro y podemos tomar esa fecha como inicio de In intensifieacién de los preparativos 2 Montevideo, 18 de octubre de 1950, AAEM. Lag. 178 Uruguay. 1840-1951, Corraspondencia. 238 | Re para Ta guerra que ambos estados estaban realizarido, Antes de regre- sar Guido a Buenos Aires, el Senado brasilefio autorizé a su gobierno para aumentar el ejército 2 26.000 hombres, El Joraal do Comercio de finales de 1860 informa que ha salido de Inglaterra, con destino al Brasil, Juan Pascot Grenfell para manday la estacién naval del Rio de Ia ‘Plata, In cual iba sor aumentada con siete baques de la escuadra ¢ El eanciller Soares de Souza instruy6 al embajador brasilefio en Montevideo, Silva Pontes, para destacarle que: "El Brasil ests re- suelto a acaber con este actual estado de cosas para obtener seguridad {(y twanquilidad en lo futuro, Para esto cuenta con las fuerzas de mar y | Herra que tiene proparadas y esté preparando, eon las tropas qua mandé enganchar en Europa, con le alianaa del Paraguay (...), com \\ lag fuerza que existen en Ja plaza de Montevideo, con Tas que ha de j traer Pacheco y Obes [alude a ¢olongsitalianos y franceses] y con © Jos emigrados, que. existen en Rfo.Grande” *, Por su parte, el representante britinico aereditado en Rio de Janeiro. —Hudson— informaba a Londres que el gobierno brasiletio ‘habia obtenido un préstamo de # 500.000 facilitado por Ia casa Gomes y Paiva, Comenta este diplomatico que “'a menos que fueran utilizados en activos preparatives para la guerra”, no habia otras necesidades que requirieran la contratacién de un empréstito tan grande. A conti- nuaeién agrega que después de conversaciones mantenidas con algunos dirigentes brasilefios eonvencidlo que Brasil se esta preparando: para una guerra ofensiva, Esto no concuerda con Ins repetidas decla- Yaciones hechas a m{ del sefior Paulino [Soares de Souza] en el sen~ tido de que Brasil no atacaria al General Rosas” *, Esta interpretacién se confirmaba —continia Hudson— porque algiin tiempo después, en ‘una entrevista con un consejero de estado, éste le habia dicho que el actual gabinete se estaba lanzando elegamente a la guerra contra Rosas”. 8. Wl alistamionto de soldados en Europa’ 140 4 ew! pce bia del Brasil, el gobierno de Montevideo ira cbtener contingentes en Itali lay en Alemania, a fin de continnar la lucha contra Oribe. realiz5” algunas “tratativa B 8 0 americana, Rfo de Janeiro, 28 Je agosto de 1860. 408 gor le ohty 3° BL4E Baenos, Ales’ ds ent de 2867, p. 228. Gvenfell 4¢ desempefiaba eomo eSnsul en Liverpool y desde esta ciudad lo tras Jude el Imperio para dirigir su eaeuadra, (Hudson qi Potmerston, Yio de Janeiro, I de febrero de 1851, PRO-PO, 18/288, fa. 45). fo da Janelro, 11 Ge mavso de 1850, Cit. por Sierra, Vicente D., Historia de la Argentina. T. 1X. Gobierno de Rosas. Su cate, Hacia we nuevo régime (lasonta2). Buenos Aires, Bd. Clentitien Argentina, 1972, p._ 599 Hadaon a Palmerston. Bio de Janeiro, 16 de abril de 1861, Desp. ». 15. PRO-FO, 18/285, £8, 162/17, F Td. a Td. Rio de Janeiro, 14 de julio de 1864, Desp, n® 61. Confidenctal, PRO-FO. 13/284, fs, 286 y ¥. 239 a) Le vontvatacion de soldados en Italia, Los diavios, italianos publicaron la noticia que el Dr. Ellauri se encontraba en Génove, con 2 propésite de efectuar enrolamientos por cuenta de Montevideo *, El Sepresentante francés Devolze, acreditado en la capital oriental, in- formaba a la cancilleris de supais que se esperaba el arribo de 150 ‘4.200 colonos del Piamonto®, Este diplomético, en un d ior informaba, que los colonos ya haben leg Jos iba a organizar en batall a. sex i estaba Iuchando contra el general Orike, Estos italianos fueron concen- trados en un cuartel donde dormian en el suelo, no tenfan mantas para protegerse del frio, Solicitaron el primer mes de sueldo, que se es habia prometido pager al momento de su legada, pero no se_les pudo hacer efective por carecerse de dinero en In’ administracién. Tampoco habfan reelbido copia del contrato que se les habia prome- 4ido entregar on Italia, En esa situacién, los reclamantes pretendieron ejercer ent la ciudad las diversas profesiones y arteganfes en las cusles eran précticos, pero se los puso en prisién. 1] diplomético Zrancés ‘antes eitado informa que “de los.75.eolanos que. componian esta expe- dieion, 85 estin hoy detenidos en Montevideo, o en un pontén de la yada o en Ja isla Martin Garcia”, Terminaron por acudir al consulado francés para solicitar protecci6n, pero el diplomético galo se as in- genid para derivarlos a su eolega italiano ®. El Correo del Havre publieaba Aires”, que Intaderes, Pero todo exo ‘A su de Paris, en un editorial titulado Una expedic andestine informa- ‘ba ‘detalladamente sobre Ia instalacién y funcionamiento de la oficina de xeclutamiento en esa capital, Deeia el periddico: “Cuando aquéllos C..) se presentan a la oficina de reclutamiento, desde Ins once de la ‘mofiana hasta Ins dos de la tarde, se les lee un prospecto que no se les entrega, y del que aun se les rehtisa que saquen copias. Tiste prospecto Jes promiete, en nombre del titulade gobierno oriental, en, primer nga el pasaje y manutencién hasta Montevideo; y on seguida diez ‘pesos mensuales mientras dure In guerra, Después de la victoria, cada Yoluntario recibixé tina asa, dos bueyes, una vaca, un toro, diez cax~ eros, doce allinas y una inmensa oxtensién de terreno con los Instrinmentes necesarios pars la explotaciOn. Los. que, siempre después Ge la victoria, quisieran volver a Europa, podrén realizar el valor do 8 Paivis, Pavis, 18 de febrero de 185%. Cit por GM, n@ 8219 (8 de abil de 1851), p. 2. 3 Monievideo, @1 de matzo de 1851, Dosp. x0 112. AATP. Corvespoudance Politique (1848-1871). Uruguay, v, 8 (3861), p. TY ¥. “h“Montevideo, 20 de abril’ de i851. Desp. n? 118. Idom, idem, p. 76-78. v. 41 1p y 20 de’ febrero de 185%. Cit. pox GM, n° SdH (6 de mayo de 1851), pat 240 | Je coneesién; en ewanto a tos que sucumbiesen en la lucha, se enti ' seduce Je loeture del prospecto pasan a uaa habitacién donde sufren la visita del médico que invariablemente 0 poco menos, los declara apt para ser enrolados? =, ke ¢) La contvaticion de soldados alemanes, 11 embajador a on Londres comuneaba a at, gobiome ques “debemen flisttarnos el embarque pera el Brasil de cierto ntimero de soldados tomados de las filas del ejército de Holstemoise (...) que se han presentado (...) en Ja legacién de Brasil en Berlin” ™, El periodismo protestaba estas “ventas de alas”! pero portaneta relacién con estos enganches, la Gazeta del Imperio Alemdn (12 febrero do 1861). pullicaba ue-une Je lan personas mks vintages eon el consulado brasilefio eva Lemmers, eapitan de un bstallon de infanteria on Schleswig-Holstein, Bl plan concertado con el Brasi Mempre segin la version de agiel periodico, era el adleszenionis de dos batallones de soldades que hubieran servido en aquel Estado, Jos cuales serfan equipados y armados antes de embarcarse on forma semejante a dos o tres baterfas de campo, que proveeria Prusia. ‘Dicen también —continda el periédico— que el ministerio prusiano hha consentido en que un cierto nimero de oficiales de artilleria pueda obtener Hcencia por algunos afios para ir al Brasil a organizar alli Ja artilleria y ponerla en el mismo pie que Ia de Prusia (...)”. Agrega: “Para geneval en jefe de todo ol ojéreito brasilefio ha sido designado el teniente mariscal de campo Vetter, hingaro, que ha vedido un plazo para resolverse; para general de divisién el ex mayor general Gerhardt, euyo earfcter veleidoso fue enuisa de ser despedido del servicio en Jos dueados’”*, M. Gallois, cSnsul argentino en Ham- burgo, formalizé un reclamo ‘ante el Senado de esa ciudad, porque aquellos enganches violaban la neutralidad y el derecho de gentes. Se~ fala que si ge declaraban las hostilidades, In Confederacin Argentina trataria a “como a un estado que le hace la guerra’ *, A mediades de 1850 —segiin noticias que publicaba Le Gaceta Mer cantil, de Buenos Aives, desembarearon en Rio de Janeiro “532 mé- auinas infernales enganchadas para el servicio de Brasil”, las cuales eR SE Et det cD it CME ee su sims wim Be is eben ol ME a aay, ay fon (14 ‘ » 34, Cf, PRO-PO. 13/283, fs. 162-167’ y v, = eae 2AL Iuerén transportadas en dos navios alemanes. Por jiltimo, digamos que el comandante de los batallones alemanes seria von der Heyde'*. 4. Vivisitudes de Ins soldndos alemanes Las tropas gormanas que Hegaron a Rfo de Janeiro, desde junio A agosto de 1861, sufrieron las més notables aventuras y desventuras. Todo cuanto vivieron se encuentra referido en un interesante libro titulado: Mirada retroepeetiva de la guerra contra Rosas y del destino de las tropas alemanas al servicto del Brasil. Por un testigo ocular, Este libro, publfeado en alemén gético, lo encontramos en una biblio- teca universitaria de los Estados Unidos y esta escrito, sin duda, por algin oficial de las tropas mereenarias_alemanas, a se trata del propio comandante von der Heyde, Trafan un armamento tan poderos0 —refiere el autor— como Sudamériea no habia visto hasta enionces, Estos alemanes fueron aproximadnmente, 1.800 y hay ido. reel rmbuirgo por Sebastién de Rego Barros. Gaando llegnran 4. Rfo de Janeiro comprobaron asombrados que se los ‘abia_enganchado por 26 taleros, mientras que por un negro o un miulato libre Jos brasilefios, pagaben més de cien y no se conseguia cen todo.ol pais un esclavo fuerte por menos de 600 taleros *, Se produjeron luchas y recelos personales entre ellos y hasta un motin de sargentos, cabos y soldados contra sus superiores, Se_ene- mistaron piblicamente los jefes Lommers y von der Heyde. Sufrieron ‘hambres y privaciones, En la Mirada retrospectiva se encuentra esta referencia: “Un descubrimiento hacfan de vez en cuando los soldados al hallar un huevo de avestruz (...) se encontraban también, al insta~ Jar Ins cazpas, viboras grandes y hermoses, cuya piel Iuein después de un tiempo colgada de un palo de la carpa y cuiya carne, parecida a la de la anguila, era consumida por los soldados con mucho apetito y sin mayores consecuencias”. Estos alemanes, que habian arribado gallar- dos, con vistosos uniformes, poco a poco fueron vendiendo correajes y algunos, hasta tative para procumar la desercién ‘de ellos en ‘Igunos enviados entraron en vineulacién eon hes, eno Tepresentante convino, en nombre de todos us compaiieros, pasarse 2 Ia Confederactén, Se acord6, entonces, que al salir a practicar ejercicios militares los batallones alemanes #pro- vecharian para embarcarse con toda reserva hacia Buenos Aires. El cumplimiento de esta misién fue eneomendada al mayor Antonino Reyes, quien a bordo de un vapor, acompafiado por embareaciones menores ue se escondieron entre las islas, se dirigié hacia el punto coneertado. En medio de la mavegacién aparecié un desperfecto en el vapor prin- ' GM, n® 8361 (B de sotiembre de 1861), p. 2. ts Bucktliok auf Wen Krieg geen Roaue und die Sohiek sale der deutschen ‘Trappe Diente Eeaitions, Veu einen Augensengen. Berlin, Verlag von Bett, und Gawp, 1864, p. 80 BL viIdata,” ps 133. 242, elpal que, de acuerdo con el testimonio de Reyes en sus Mamori proveeado adrede por alyuion que colocd um petno dentro ce ‘avis quina. Con ese motivo la nave no pudo seguir naveganda y se trustré el intento. Después fue imposible repetir In operseiin porque los. acon- tecimientos 0. sucedieron vertiginosamonto™. Sin ombergo, alunos interioridad @, Caseros, y se trasladaron hacia or AUS Ta Gonfederacion y otros, batalla, se quedaron en Buenos Aires, Bl batallén que fue disuslto y sus intezrantes se diseminaron por srs0s lugares del pats, BI téstimonio que utilizamos consigna que de los 1.800 alemsnes alistados en Hamburgo, s6lo continvaron $00, Los 1.600 restantes ‘se habian dispersado por todos los vientos” *, 5. omemnintottesionestinat pes ARTISTE = Después de haber sido derrotado Rosas, el canciller Soares de Souza explicé ante el Senado imperial las razones que habfan desatado Ta guerra con la Confederacién, En uno de sus pérrafos indies que si Rosas /hublese dominado a todos sus adversarios en el Uruguay y ajustajlo una alfanza eon Paraguay "nos hubiera pedido enantas (...) toméndonos de sorpresa, y entonces nos hubiera forzado a una lucha en esos momentos desigual, ya que él hubiera salido fuerte por sus triunfos y rodeado de prestigio”. Hn esa oportunidad “no estabamos ‘preparados para la guerra —sigue diciendo— y no tenfamos lianas” ®, Por tal causa Brasil no s6 se, clepaoualieaereate pare Ja guerra, — ‘tempo, se’ preocupé en planear tind-amplia y eficaz ‘operacién diplomética para hostigar y neutralizar a la Confederacién. Sefiala el eanciller Soares de Souza que el primer arbitrio fue re solver las diferencias con Paraguay porque la reintegracién del Para- guay a la Confederacién darfa al poder argentino “un desenvolvimriento colosal, eapaz de inspirar serios recelos al Brasil, de ser funesto a su integridad, y de trastornar el equilibrio politico entre paises cuyas ©) Pormenorisada releclén de este intento de tobomo, en: Fitte, Emesto 4, Rosos y Dorvago. Buiretelones del soburno de tropa marcenariay al ‘at Brasil, Buenos. Aives, Femndnde Blanco, 1961, p. 190-151, Brevem: Saldias, Adolfo, Historia’ de le Confederactén Argentina, ‘T. IX, Buenos Aires, Ed. Atherieana, 1945, p. 110, nota 1. B Mivada’ retreapec + ps 184-165, Rolatario du repartigaa’ dos negodies extrongeivos, Bxtenso vesvmen da Jos acontacimientos que levavon a Caseras, en ol Anexo al Deap. n° 1 del Ministro Greling. Rio de Janciro, 1852. AEP. Correspoudanes Pobitigue (J848-1871).. Bre ly. 32, £8, 88.108, Dado a conocer vesumido y pareialmente en Quesada, Viemte torin diplomética Tatino-emericeno, Buenies Aites, Vacaxo, 1919, Cap. IX 8) 248 irbita abarcada por la tradicional codicia bvasileiia” “. Rosas llevaba qeemportante negociacién, para lograr In veineoxporacién del Para- Jnay ela Confederacion Argentina, mediante la formula pactada en el tratado de 1811, La Sala de Representantes de Buenos Aires aiitorizé a Rosas (18 de marzo de 1850) para utilizar ilimitadamente Jos recursos que Zucran necesarios a fin de obtener Ia cifada xeincor- aeion, Poracinte con actitud del gobierno de In Confederacién, Léped, pata defender a st pais, suscribié un tratado de alianga con Brasil, que {ue mantenido secreto (25 de diciembre de 1850) *. En su virtud, y por jnstigacién del Brasil, Paraguay invadié Corrientes mientras tos bra- ‘saltefios hacian lo mismo en la Banda Oriental. Como el avance paragua- yo fie Féchazado por la Confederacién, B: ‘ail suspendié los auxilios ‘a Lopez y esta actitud motivé desavenencias entre ambos aliados, que fhovelon % ‘ana invasion paraguaya al territosio brasilefio de Matto Grosso, Aquel acuerdo entre Paraguay y Brasil establecia: ja) el gutuo xespeto para las soberanias y el rechazo conjunto al atague contra cualquiera de ellos; b) 1a fijacién de los limites sobre la base {fel stutu guoj.e) la bre navegacién de los rios interiores y el empeio para obtener el del rfo de la Plata y Paraguay hasta su_desemboca- dura“, Con esta alianza, Brasil forjaba‘el primer eslabén de la cadena eonque se desplegaria el cerco diplomatico « la Confederacion Ax senting. Como para fortalecer las campafias desatadas contra Rosas en 1850, Sarmiento intensificé su accion desde Chile con el propésito de que, “retirada la Francia de la lucha”, “Chile ponga su nombre en la palanza de los asuntos del Plata”, donde “tendria por_auxiliares Jos. untos pendientes eon el Paraguay, Brasil, Uruguay, Francia". Con- idera que es “Ja oportunidad, la ocasién, el momento decisivo”. En fin, Sarmiento trataba de lograr la intervencién chilena contra Rosas. ‘W) historiador Encina afirma que “las campaiias de prensa de Sar- Jniento, Alberdi, Mitre, Lépez y demés. emigrados argentinos casi wieicrana Chile a la guerra con la Confederacion y causaron al go- ierno bastantes dolores de cabeza”. Hn este caso, Sarmiento hacia el ‘Aitimo intento para que Chile interviniera contra Rosas °8, En el mar- . Buenos Alves, La Vor del 24 reususta, Tullo, Urulza y eb promunoianian Pata, 1952, p- 300. "a Barbe, Durique M. Les relacionse osteriores eon los paises americans. Eni HNA, vy. VIL, 3 Becsién, Buenos Alves, 191, p. 263 y nota. 20 Baldieey A, Ob. cit, p. 26-28. St Rooms toad Masia, La oulde ds Rosas. Institato de Bstudios Politic 058) p. 816-816; Sierra, V. D. Ob eit, p. 606-008; Ruiz Moreno, Isidore El Pavaguay v Hossa”. Bn: Historia, n? 85,’ Buenos Aites, 1064, p, 61-68, SO Hicd Tines de 1842, desde les paginas de Bl Progreso (ae Santingo de tproplela ia-ocepacién del Hatrecho de Magallanes pov Cl Hien, el gobi toaiandina wo dnp, a gezanrepideent Greanizd gna axpedicion que ocups aquel sector y parte de ls Patagonia, Deste fentonces data la fundacién de Paevto Bulnes, Afios después (en 1849), desde 1a 24d, 1 5, Aion mig ase or Gl AAR, co de 1n maniobra diplomaéticn brasilahs contra Rosas, Ja intervencis de Chile propiciada por Sarmiento, significeba abritle otro frente de combats al fate del Confederacy, ee En marzo del aflo siguiente el representante inglés en Rio, co caba al Foreign Offies tna liportantisina Informacion que le Nabla proporeionado su colega en Rio Grande. Hn el documento Gecta: “El sefior Duarte de Ponts Ribeiro, ex ministro de Brasil en Buenos Aires y notoriamente host a esa Confederacion y enemigo acérrimo del Ge- feral Rosas, deJ6 esta eapital [Bio de Janeiro] (.~.) ‘haela.Valpac raiso y Lima en mision ante las Reptblicas Sudamericanas dol Pact feo, siendo el objeto de esta misién (...) explicar las Tazones_ que podifan forzar al gobierno de Brasil levantar sus simas contre Bue- hos Aires, y suavizar ol efecto de wn siaque dirigide por una mont Guia de ascondencin portuguesa, contra ims repiblica do sange es- Dalela”®. Ista gestion de Ponte Ribelto tenia el propésito de lograr In aliaaaa o Ta neutvalidad de los patses del Pactfico st logubs a pro- ducivse una guerra con In Confedoract6n, El envindo brasileno ofrecaria el apoyo a Ja postura del gobierno chileng en el debate gue mantenia con Ta Confederacién sobre el Tistre- cho derMagellanes. Con Pera accederia a concederie la libre navexactén @e) rio Amazonas, Ante Bolivia invocaria el riesgo de 1a reconstn slén vieseinal dol Ro do la Plata o el intento argentino do recupora ‘Parija, Sobre la gestion de Ponte Ribeiro, escribla Andrés Lamas a Herrera y Obes: "Hard todo: concesiones de navegacién, arreglon de cuestiones tervitosisles, ote, para straer a las Repiblicas dal Pecifico y. en especial, para sacar a Bolivia de In sumision a Roses” ®. Tl eb- viedo Dasileo no obtuvo vespuestas contundentas, pero consiguié la heuttalidad de Chile y Perd, En cambio, nada logré de Bolivia, sino ‘Qué, pore) contravio, al poco tiempo st presidente, Manuel Isidoro Griniog, al sanjasnino refuta. al gobierno. argentino porque ha protestado en Teefgoe tec oseoetin ona’ Mal tteche in ste" aiticnlosofste ue" por tes Tee Raa poti osenpndeie «chile Yon Ta Patagonia se 80 ¥ Geate ol alamo perdi, tiguy refutando sl gobierno argentina > afta gue ae aalate el mito ie shar niuticaseiat canes eee ¥ que por ete motivo debfa “defender ta colonia n euya, undacibu cate vi ober hletrieas entre Seamiens ne e ‘Argentina, Universad Nacional de Cujo, Facultad de Plas ‘aie Hist n0b yA Mendon, 1080106) p80. 5 Hudson's Pelnayetow, Bio de Janvizo, 15 ie marzo de 1851, Desp. 0? 16 R0-BO, 49/3 26 9 ingore man dl Tepmuaitante renee © Pe Hist St Georges, a ew Cencllena. 14 Ge mateo de 1851. Desp, n? 10. ABP. Enireopntonce Plgue Bros: Sic po T4T8 Lan temneasentanbien ashes ci eg a 9.88 eaten aver 17 de seo de TBE. Ol poi Bose, J. Ob ot. 64 1 Arshivo Ameriotie, (24 de Gistombre de 1850) se eeups do lo objetivo do cata misién on Lima, Patn ettes gustoncs on lor paises dal Pacfieo, vid Tosa, SRO city p. 484775 400-481; Slovan, Ve D, OB city p. B86, yy Lebvas Tate 245 * Belaii, despiaché un enviado a Buenos Aires con el propésito de forta lecer Jas relaciones con la Confederacién Argentina ir dl roblema suseitedo por el dliscrepancias existentes con Brasil. Isa es Ia vazén por la cual el diplomatico inglés en Rfo informabe muy certeramente a Londres: “Rosas no puede ir ala guerra mientras no esté seguro de la ratifi cacién del tratado del almivante Le Predour; si lo hiciera se veria ‘oxpuesto a un ataque del Paraguay en el flanco izquierdo, de Monte- video en el derecho y del Brasil en el centro”, La ratiticacién del Citado tratado revestia una importancia capital para todos los que se enfrentaban en este conflicto: para Rosas, para el Brasil y también para el gobierno de Montevideo, Estos dos tltimos goblernos reliza- ban todas las gestiones a su alcance para impedir que Francia ratifi- eava el convenio Arana-Le Predour. El diplomético espafiol en Montevi- Geo sefialaba a su gobierno que Pacheco, Obes y Bllauri trabajan con quella intencién obstaculizadora y habian gastado en Paris 1.250.000 tr c dor de Entre Rios sélo espersbe Ia ocasién para pronun- a Rosas. Herrera y Obes escribfa a Lamas para anunciarle que habria ‘una estrepitosa xuptura entre Urquiza y Rosas”. Y agre- vaba que Rosas tenia cierta desconfianza respecto de la actitud del entrerrieno, “al que atribuye un plan para la formacién de un Estado independiente y poderoso, compuesto de Entre Rios, Corrientes y el Paraguay”, #1 dictador portefio. se habia enterado de wna conferen- ‘ia secreta celebrada entre Virasoro, gobernador de Corrientes, y Ur- auize. en la cual se habria tretado €l retiro de los poderes delezados Gh Rosas para If conduccién de las velaciones exteriores de 1a Confe- GeiaciOn y la no participacién en una eventual guerra contra el Brasil, St Roos, J. M, Ob. ity pe 479-481, 7 1&2 Hudson a Palmerston. iio de Janeizo, 11 de febrero de 1861. Desp. B. 51 Contidencial. PRO-FO, 13/288, fs, 40 y_v. 'S Greus a ta Secretarta de etado, Montevideo, 17 de enero de 1861. AAEM. Correnpondencia. Urupyay, 1849-1851, "M Blerra, V. Ds Ob eit, p. 625 y 624. 4 10 de seliernbee de 1850, Cit. por Sierra, V. D. Ob. cit, p. $25 ¥ 528, 246 que se consideraba inminente, Fn esa época ya se IRs Felasiones diplométieas entre @! Inperio y el yoolara argenti, Hn los contactos y gestiones que. hemos referido figuraba el hébil € inquieto comercianie catalan Antonio Cuyés y Sampore, socio y amigo de Urquiza, en cuyo nombre trabé contacto con Herrera (el mi- nistro de Gobierno de Montevideo), con Herrera y Obes y con el repre. sentante brasilefio, en la eapital oriental, Rodrigo de Souza da Silve Pontes. Con éstos acordé las bases de tin convenio secreto ajustado a las Instrueciones que el canciller Soares de Souza envié a su repre. fontante Silva Pontes. A. través de sus clusnlas oe advierte In extva. silezio et decia: “Si. por causa de esta misma alianza el gobierno de Buenos Aires declarase la quetra a log aliados, individual © colectivamente, Ia alianza actual se tornaré en alianza comin contra din ene eats seuerdo sontentt In intogrided y sobera- ros, aclaraba qu: juicio adquiridos” (art. "tormala que le. p ita 2 con nes Orient J icin se aplicé a misma condicién pudiese ser incluida en la alianza (art. 8). Frente al contenido de’ estos titimos artielon, 1 emperador manitete aus veservas para vatificar el pacto, Deseaba que esas eldusulas fuesen suprimidas porque expresan “que Urquiza obré por instigacién mues- tra —trasmitia, Soares de Souza a Silva Pontes— y que su declaracién fue una condicién que le impusimos. Aunque sea asf, que no aparezca en el convenio (...). Hecho el edificio se tiran los andamios”. ‘veces 2y 3, ¥ wt habia dispuesto que se suprimie- $6 Estas Tnstrucciones pueden Jeers en: Rosa, J. M. 00. 384.885, nota 7 (en portugués) y Sierra, V. D. Ob, clty p. 646-640 (en castellano). 2aT yan, ‘También lo hizo el titular del Imperio*. 301 prontnciamiento. de Urduiza del 1 de mayo de 161 significaha no s6lo aceptar Ja renun- cia ofrecida por Rosas, sino también que la provincia de Entre Ros retomaba el “ejercicio de las, facultades inherentes @ su territorial sobérania” ¥ “quedaba (...) an aptitud de entenderse con los demas gobiernos del_mundo”, ‘Tal decisiOn implicaba seperarse de In Confe- deraeién Argentina. ‘Como Usquiza era uno de los hombres més conocedores de los negocios piblicos de la Confederacién y de las provincias, era diffeil coneiliar suis declaraciones y propésitos “con el hecho. deprimente como dice Saldias— de que el Imperio concurriese a realizarlos [e908 propésitos] com sus armas, en cireunstancias en que la Confederacién se preparaba a desagraviar hasta con sts armas las ofensas que el Tmperio Je habia inferido” ®. Las implicancias nacionales.e.interna- cionales de la actitud de Uxquiaa eétan correctamente planteadas en el mensaje dirigido a la Legislatura de Mendoza por su gobernador Alejo Mallen, Como se consideraba_qite Urguiaa hab(a perdido la. razon, ze le aplicaron los mas duros calificativos en los documentos oficiales, tanto de Buenos Aires como del interior de 1s Confederacion. ‘Rosas tive conocimiento de este tratado y cusndo habia transeu- rrido um med desde que Urquiza ponetrara en la Banda Oriental, de- claré la guerra al Brasil (18 de agosto de 1851). Este declaracion fue comunieada a Gran Bretafia porque en sv condicién de potencia ‘mediadora del tratado de 1828, debia tener conocimiento con geis me- '8e5 de anticipagién del comiento de hostilidades entre Argentina y el imperio. Pero desde unos meses atras los bareos brasilefios cireulaban por el xfo Parana y ya se habian intercambiado eafionazos con las baterias axgentinas do tierra. Esas cireunstancias y la provocacién del ejéreito comandado por el barén de Caxias, fueron invocados por ‘el gobierno argentino como motivos pare la declaracion de guerra. ‘Patagtay habia sido invitado a integrar la alianza del 29 de mayo firmada con Urguiza, pero Lépez puso conio conficién el reconoci- jnjento de la independencia de su pats y la seguridad de que en forma efectiva se respetarfa la del Uruguay. El presidente paraguayo envié 1a José Barges como representante ante el gobierno del Uruguay para Lop jomunnores sobre In negecasién y Home de, ette converio, pod vers en Shvty By Obs sy B4003H Hae J Ob yy Alay Sa- it p28. fol Gobermadoy Alejo Mallen a 1s Legisiatara de Men- “Histirioos de Mondoso, Segunda ‘Bpeee, 1m. 6, T, 11, Mendoza, 1970, p. 719-145. Vid. pronuncismiantos semejantes on meestio tvabajo: “EL gobierno 'ée Catamarca ante Caseros segin documentos fel Archivo HistScieo de Mendoza”, En: Acias del ter. Congreso de, Historia, de Cutamarco, Catamarea, 912 de octubre de 1968, T. 1. Buencs Aires, 1061, p. 263- ir; Galarze, Pedvo Ignacio, “Cstamazea y el prowunciamients de Urquiaa”. Bn: Tolisin de le Jute de Bstudiog Hietorlove de Catamcres, Avo VIL, nL y 2 Gatainerea, 1050, p. 70-04, MH Cit, Rosa, J. UM, Ob, eit, p. AT2ATA. ae ‘do ta Junta de. Batu 248 negociar esas exigencias. Cuando Berges Megs a su destino, el tratado ya habia sido sustituido por el del 21 de noviembre, al cual nos refs. riremos en seguida. e En sintesis: Beast! habia logrado formelizar alianzas con totios Jos gobiernos que todeaben a la Argentina, excepto Bolivia‘!, Se ase- urd pues, Ta cadena para atenacear a la Confederacién, El diploma- tico francés Devoize, screditado en Montevideo, pensaba que Rosas no podia llevar a cabo wna ofensiva contra esta liga que era apoyada con Jos recursos del Brasil“, En fin, la contratacién de tropas extran- jjeras, la compra de modernos equipos y armamentos mailitar y naval, ‘asi como el asedio diplomético contra Rosas, fueron los elementos que utiliz6 el Imperio para hacer frente a Ja guerra que habia preparado para estrangular @ la Confederacién *, 8. Loa tratados del 12 de oebubre y 21 de noviembre _El triunfo de Urquiza on el Uruguay quedé sellado con la capitue Jacién del Pantanoso, tirmada el 8 de octubre de 1861. A los pocos dias se suscribieron los cinco “txatados de Rio de Janeiro” o de Lamas (12 de octubre de 1851), que comprendian: limites, alianza, subsidios ¥ eomereio y nayegacién y oxtradicién, Su artifice principal fue La- mas, que representaba al gobierno de Montevideo cn Rio de Janeiro. Wstos tratados convertfan al Uruguay en la condieién de protectorado bbragilefio “‘desafiando el orgullo de los orientales y sus intereses como pais independiente”, afirma Pivel Devoto, quien responsabiliza a La- mas por haber trafdo “Ia infgerencia brasilefia on el Rfo de Ia Plata”. Férmula anéloga so aplied con Entre Rios. Didgenes, el hijo da ‘Urquize, solicits un empréstito de 100.000 patacones mensuales al Imperio’con el objeto de mantener Ios gastos que demandara Ia cant fia contra Rosas y sin cargo de rendir cuenias. Esta gestién tue reali zada ante el xoprosontante on Montevideo, Honorio Carneiro Leno. ‘Los brasilefios pensaron que de negarse a esta solicitud de Urquiza se corris el riesgo de malograr ol triunfo sobre la Confederacién. Sin ‘embargo, como Brasil recelaba del gobernador entrerriano, le impuso previamente un acuerdo que se llamé: Convencién para ostablecer el modo de satisfacer los deberes de la atianza celebrads en Bnire Rios 4¥ Corrientes con el Brasil y In Reptibtica Orlentat det Uruguay. Tate ‘aeuertlo fue firmado en Montevideo ol 21 de noviombro de 1851, con- 4 Galton As Ob i Aoéndig 08-8 42 Menteridss, 96°de jinlo de 1861. Desp. n° 123, AAP, foe. of. Uruguay, vy 18, (1851), fe, 172-176 7 i Oe ‘«t'Vid ion tastimonios diplométices eonsignados ex ny vos, las tropas extranjerse y la pelle internacional oD! Asadensia Nocioal de le Historia. y. XLVIL, Buenos Alree, 1974, p, 119, note CL e'yeoguay independiente”: Bn: Hiioria de Ametien y de. lot pueblos emorieaion, dsteida por Antonie Ballesteros Berelts, XX, Bareelona, Salvat, S040, 9. 148; Slevvay Vs Oby oft p. 80-800; Bose, J, ME, Ob. ef, Cap, 10; Hina, Diego' Luis. Profogdinonae do Cuasves, Buenos Alves, Ba, Devonit, 1862, p. 148-154, 249 mantendrfa “secreto hasta que se consiga su objeto” n Entre Rfos : ’ pe ‘nica del gob (a Compromiso obligaba al genet a [raulae esizar el xfo Pe jo" fama aia brevedad para operar mull cana alae ba el nimero de soldados y elementos do guerra eon que éooperarian 3 Brasil y Uruguay (art. 5). Para afrontar los gastos que demendara Ya movilizacién militar, el emperador otorgaba un pista, deg) 00. patacones a los Estados, de Entre Rios y Corrientes oa aotmer ae cue pocuia ‘i Pero ln clivaula de mnés graves eonsecuencias para nuestro pats are mo militar convenida no alcanzara los objetivos estabiecidos, canipati aguella “deuda quedaré a cargo de los Batados de Entre Rios y Corrien- tes, mandatarios para serena de su pago con los. intereses estipulados”, los je Tas citadas provincias “hipotecan, (...) las rentas y de propiedad piblca de ‘istados’ ver que Ura ee “ielacones Dt Dian conireido aqueias dos ‘arin, el encargo de las Rela- Elones ‘exteriors lo asuml6 retroactivamente a 1861 con al objcto de aisipar’ “todo motivo de duda y ansiedad” y dar “garantias. 2 los ‘po- deves extranjeros” en el sentido.de que 108 compromises” y~estipula~ clones convenidos denfan ahora un cardeter obligatorio para toda lx Confederacién, Para remarcar el compromiso, en esta cléusula séptima se mencionan expresamente los pactos de mayo firmados en Montevi- deo en 1861 +, de noviembre que analizamos, oi dir al. teatro, de Jas oparasiones, 06 decir, | rgontino, si asi lo demandase el desarrollo de la gue- ’). En otra cléusula se indicaba que las tropas orientales y brasilefias “reunidas deber’n guardar y defender los Estados de «© Rona, J, M. Ob. eit, p. 582-589, 250 | | | Entre Rios y Corrientes, si ese auxilio fuese pedido” (art, 17), Tal ‘concesiones del tratado de noviembre, al igual que el de mayo, indica ban al Imperio del Brasil eomo entidad principal, “eon cuyos recixrsos yen cuyo beneficio se harfa la guerra, era, i.aum.en.terri- teniou eee kel Capteal Tf man articulo 8 ue el ejéreito imperial conservaris, el mando de. er lets, ponlendose de acuerdo sem tue le cone) general Ura rse.ob fuerzas quedarisn jefe que ‘os mayores coutingentes, es decir bajo las érdenes del jefe serial, Urquiza no disponia de facultades para hacer la paz, porque “ag condiciones (...) serén ajustadas entre los jefes de las fuerzas aladas” (art, 18), For ote parte, Ungulen estaba obligato a cont aeién no jo consintir, ese ‘és Ja may . favor de los Estados aliad erie Cate Sietra la contradieci6n en que incurrié Urquiza, pues él, que iba a orga~ nizar el pais, se comprometia “a romper toda organizacién nacional si no se concedia el privilegio que el Brasil ambicionaba conguistar” *. Por el articulo 20 se acordaba invitar al Paraguay pare entrar en la alianza, En fin, con este tratado queda sellada la tercera coalicién con- tra la Confederacién Argentina ", 9. Anétisis militar de las fuerzas argentinas Debido a la tiraitter existente en el drea, la Confederacién y Bra- sil se habfan preocupado en adguirir equipo militar completo y moder: no, pues Ia guerra ce, consideraba, inovitabl at jachar a Us | de que haya constancia en los documentos histé- . Bao oxuines,y también dinero, estaban destinads sla guerre outta el Pan 50, estavo a llegar a su paroxis- Ba Boro Ucqeise aprovecho tecn eon coutnibucén para. Sibuemiec contra Rosas ®, El enviado francés acreditado en Montevideo comunicaba 2 Paris que el,ejéreito de Ia Confederaeién estaba “abundantemente provisto de municiones”; indieaba que se habfan recibido “3.000 fusiles y algu- nas piezas de campafia compradas en Bélgica y que le habien Wlegado 48 Saldtas, A. Ob, sit, W Bierva,"V."D. Ob. cit, p. 505. #8 La primera tue la de Francla (1898-1840), La segunda 1a franco-inglese (145.1888). “W Trasusta, J. Od. eit, p. on Victories, J. Urauisn 4 Mire, Buenos Aires, Lajouane, 1906, p. 6. 2. 251 por intermedio de Ia casu Bunge de Buenos Alres’"**. Por su pavta, ol Giplomético britanico en esa misma ciudad, informaba-en un despacho reservado: “Rosas tiene en la provincia de Buenos Aires més de 120.000 caballos-adiéstrados (...), Si en el enrso de una campafia, un soldado argentino se ve provisio con varios caballos frescos, puede considerarse miultiplicade por ese ndmero” , Dos meses més tarde, el mismo diplo- miético inglés comunica al Foreign Office que “Ia-artilleria de la Con- federacién esta recibiendo amplios aportes del exterior; y los artesanos extranjeros (...)" reparan ese material, y agregaba que se estaban reuniendo cabalios “en gran niimero y en excelentes condiciones” . de vista militar, el ejéreito de Rosas era superior al de los lucho después de la batalla, los brasilefios afirmaron —segtin sostione Motinari— que “toda su [la de Rosas] artilleria de bronce era de calibre superior a nossa”, Desde 1851 esto era una con vyiceién en todos los observadores. Al respecto, el tieo francés quo el general Rosas “tien recursos suticion - . Bl ejéreito aliado tenfa 1.000 hombres destinados a la artille- fa “con 45 bocas de fogo —dice el Jornal de Comereio— e wma bateria de foquetas a congréve de dos estativas (...)®. Cuando en wn momen- to detorminado de Ja batalla Urquiza ordené avanzar In artilleria (que ya la del Imperio) para que abriera um fuego vivisimo, fue seguido sin demora por otra descarga horrible®. Esto ocurrié en el palomar de Casoros y por ello los jefes brasileiies llamaron con ese nombre a Ia batalla realizada en los cam Dice Molinari que los a lo congréve, ante la cual “la caballeria criolla no pudo brigade de los disparadores de cohetes, que Urauiza envi6 en su contra, La caballeria espant6se, los hombres se confundieron, y ocurrié Ta di persion sin que nadie pudiese atajar las bestias enloquecidas. Lo res- tante fue cosa de nada, porque el grupo alemén decidié la suerte det encuentro” , Ts ° ay la tie or los brasilefios ccasionaron enormes bajas en racién y su posterior disgregacién, Pero Rosas {ambien comiaba con esos eohetes, Bl yeneral César Dian, urugaayo qe combatié en el ejército aliado, cuenta en sus Memorias que cuando Urquiza examin6 en Morén ol despliogue del ejército argentino, apre- 1 Devoiee a to Canoitlerit, Montevideo, 25 de juno do 1861, Dosp. n° 123. AAUP. Corraspondancs Politique (1848-1871). Uruguoy, v. 18 (1881), £8, 112-475. Southern Palmerston, Buenos Alves, 28 de Julio de 1861, PRO-FO, 6/168, £6. 804 Altes, 2 de octubre de 1861, Desp. n9 85. PRO-FO, p. 160, 168, Sogiin este autor, Brasil facilits q Uvquiza 4.000 hombres, 208 easiones ¥ 17 baveos (ob. eit, p. 168, nota 20). id, p. 110. se Td, p. a9. 252 ci6'el néimero’ aproximado de hombres y de su parque “eomprendidas cuatro maquinas de cohetes” (p. 278). El mismo general Diaz cuenta que en el Palomar habfa wna bateria de “eohetes a la congréve colocada en la cixeunferencia de base” (p. 79) que hizo “un fuego vivo” (p. 287) al ejéreito aliado ™, ie cries, aaeant get tats we ney Ach on ou -equipamiento bélicd le faltaba una marina de guerra, Hacia ya algin tiempo que el diplomético espafiol en Montevideo —Crens— eomuni- al por desvergonzadamente pan insolente y hi es. Esto mismo lo afirma el diplomatico francés Devoite, quien decia a au gobierno 2 mediado de 1851, que la flota argentina eva ‘‘débil y mal equipada”®, Por su parte, ol inglés Southern mostraba su sorpresa porque Rosas no realizaba preparatives navales", Jos cuales recién comenzaron en 1852, cuando compré cinco Duque, Por esta causa, Ts P 10. 4Qué vow iS en Caseros? anteriores al encuentro de los campos do Morén falté En Jos dias ante plan cilaciones en el Bstado Mayor argentino, Hacia fines de 1851, el general Mansilla fue victima de un atague cerebral y, bajo sus efectos, adopt6 disposiefones incoherentes que contribuyeron a la dispersion do sus fuorzas. El general Pacheco, por su parte, daba érd nes contradictorias que causaban Ja impvesién de favorecer al enemigo. Al general Lagos, que estaba dispnesto a resistix, se le ordend reti- verse. A ello deben agregarse las dudas sobre ln fidelidad de Pacheco y la sospecha de su entendimiento con Uraniza, hechos que fueron de- nuneiados por Eugenio Bustos, Al fin, el general Pacheco resigné el 88 Memoriaa inéditan del generat oriental don César Dias, Publiendas por Adviano Diaz, Buonoa Aires, Iapr. y Libreria Mago, 1978, 0’ Montevideo, 26 de noviembre de 1848. AAEM. Leg. 1412. Corrsependoncis, Brail, 1848-1850, 1 Montevideo, 11 de diclembre de 1860, Leg. 1785. Correspondenote. Uru gay, 1549-1860. 2 Tdem, nota 50. & Idem, nota 58. 4 Vigaiazeta do Tjarks, Alicia. “Diaxio de viaje al Platz de José Berges (19511868)". En: Trabejoe y Comimiotoiones. Departamento. de Historia de. In Universidad Nacional do La Plata, n° 19. La Plate, 1960, p, 254 y 256, W Saldias, A. Ob. eit, p, 0290; Savobo, Joss’ Maria. Campafin de Caseroe. Antecedentes con referencia # Ja politien interna y externa! in HNA, y. VIF cit, p. 540; referencias biblicyrdfieas en nuogsro trabajo eit. en nota 3, p. 135, nota 186, i 258 soando (era ¢l 80 de enero de 1852), eon eugo acto brindé “sl. entmigo 1 primer triunfo, completando la derrota de 5.000 hombres y desmo- relizando a todo el ejéreito” *, abt ansencin de plan y jiones de Ja Confederacién, facili- taban el alia‘ iia al de Caseros hubo una junta ae orque atin no se tenia en claro y con precisién qué debfa los Set melt dir el encuentro, Rosas pr id entren sar al enemigo, Opina Antonino Reyes que en esta decis{én influyé In presencia en Colonia de la divi- sion mercenaria slemana que cruzaria el rio pare plegarse a los argen- tinos , Reyes agrega que al finelizar Ja junta de guerra, Rosas Je dijo: “No hay remedio, es preciso jugar el todo. Hemos legado aqui y no se puede retroceder”®, Recuerda Sarmiento que en la vispera de In batalla, Rosas dijo: “Rstoy abandonado de todos; el pueblo me abo- sreee; ‘porque mis jrenerales y mis hermanos lo han sagueado; y mis generales me abandonan porque estin hartos de fortuna y quieren guardarla”, Pero esta obligada decisién lo perdi6. ; pes, las ‘Rosas arrojaron sus armas y huyeron"", Le Predour, comandante oe at Montootaee, al refers iy bavale fe Careron dice? “Hubo Ge batalla, un pél-male conturo, darente el coal Roses tue al lo por sus'tropas, pesar del coraje y sangre fria que demostré” "2, Sarmiento, que era el “boletinero”” del eféreito de Ur- _ quiza, dijo: ido, pues, batalla de Monte Caseros por que nadie, ni Rosas mismo, ni st sus soldados querian resis- _ tir” ®, Ei) historiador Slerr plométioo tng i ’. ¥ responde él mismo enti alla, sino o Dlarse por la dete 0 ‘mal mandado, sin cohesién entre los jefes, y actuando dentro de planes improvisados. .."", Debido a este motivo, Saldias aaa batalla “\a_disperaién de Caseros” P jusndo todo coneluy6, el comandante de las tropas brasilefias, Antonino, Memoria péatuma. Cit, por Saldfas, A, Ob, city p, 108, Ble 605809, ? nd, nota BL de Vongay, 18 de ostubre de 1852, En; Sarmiento, 0. 0. “3tariano ‘Moveno!, 'P. KV. Buenos ‘Aires, 1097, p. 27. " Gore @ Palmerston, Buenos Aires, 9 de Tebrero de 1852, PRO-FO, 0/467. Cits, por Molinari, D. LOB, olt, D, 188. si Bot de febrero de 1852. AABP, Correspondance Polite, Buenca Ai 254 conde de Caxias, informé a su ministra de Guerra Souza e Mello sobre Ja terminacién le la eampafia y el éxito aleanzado por el ejército aliado. Dijo que sus tropas hicieron “prodigios de valor recuperando el honor de las armas brasilefias perdido el 20 de febrera de 1827" ™. La batalla a la que se refiere el jefe brasilefio es 1a de Ituznings (20 de febrero de 1827), en que las armas argentinas derrotaron completamente a Jas brasilefiag al finalizar Ia guerva (1825-1828) T. Ademés, el conde de Caxiaa y el margués de Souza quisieron levarse al Brasil los tro- feos de Ttnzaingé, que se encontraban en la catedyal de Buenos Aires, Este propésito, aunque Urquiza acepté en un primer momento, des. ‘pués retras6 1a’ decisién final a 1a par que desde Rfo de Janeiro Andrés Lames, representante uruguayo ante la corte del Imperio, destacé al ‘emperador y a su ministro Soares de Souza que tal reclamo causaria un efecto desfavorable en Argentina y Uruguay si legaba a concre. tarse, De cualquier manera, los trofeos quedaron en Buenos Aires ™. 11, Gosenoes “ana smuerte cmumetada” josas estaba muy firme y se mostraba més fuerte que nunes. Pero hi jo de Zt y denna ox ‘au goblerno, El pronunciamien- to de je-mayo de 1851 arrancé detonantes expresiones de adhesién a Rosas, ratificadas desde diferentes lugares del pais. embargo, joracion se habia extendido wn agotamfento que listintos sintomas. El dfplomético inate Gore 4 ‘es: “A m{ me parece que falta entusiasmo, la masa ‘del pueblo desea Ia paz que creo obtendré mis ffcilmente si Urqniza consigue destruir o expulsar a Rosas del poder (. Se_teme que si Rosas triunfa la guerra se prolongaré hasta-el-infinito” ®. Por su parte, el comandante Le Predour informaba al Quai d'Orsay que Rosas fenfa’ conocimiento, en Palermo, ‘a cada instante nuevas defecciones que deben debilitar sus esperanzes” ®, Tal ver, esta, gitima cireuns- fancia y para impedir nuevas deslesltades hayan sido determinantos para que Rosas decidiora entablar batalla de inmedisto, eventualidad de una derrota frente a Urguizn y sus aliados byasilefios también habia tomado cuerpo en las esferss oficiales y ‘atrapado al mismo Rosas, Quizés esto nos permite comprender y ex- plicarnos las medidas adoptadas con antelacién por el gobernador de Buenos Aires. El diplomético norteamerieano en Buenos Aires, John 8 Rosa, J. M. Ob, city p. 546. HL subrayado es nuestro, TT Vid.’ nuestio trabajo. elt. en nota 48, mota 124; Bosch, Beatrix, “Ta entrada en Buenos

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