Legislatura de La Ciudad de Buenos Aires Juicio Político Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra Jorge Telerman Futboleras
Legislatura de La Ciudad de Buenos Aires Juicio Político Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra Jorge Telerman Futboleras
Legislatura de La Ciudad de Buenos Aires Juicio Político Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra Jorge Telerman Futboleras
Esta tragedia causó, además, importantes cambios políticos y culturales. Los familiares de
los jóvenes fallecidos y los sobrevivientes del incendio conformaron un gran colectivo de
movilización pública y demanda de justicia, por las muertes y los daños sufridos. [5] En lo
político, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires inició un juicio político para destituir al
entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra por considerarlo responsable político de la
tragedia. El enjuiciamiento terminó con su destitución, y fue reemplazado por el vicejefe de
Gobierno, Jorge Telerman. En cuanto a lo cultural, la tragedia concientizó a la sociedad
sobre el estado de las discotecas y locales destinados a espectáculos musicales, además de
que provocó fuertes replanteos acerca de prácticas habituales y símil futboleras, como el
uso de bengalas y la búsqueda de juntar el máximo posible de público. El Gobierno revisó
el estado de las discotecas y otros locales de baile, lo que resultó en la clausura de una
gran cantidad de ellos. La tragedia de Cromañón fue un evento altamente impactante en la
historia del rock argentino; cerró una etapa y dio paso a la era post-Cromañón del rock
argentino, donde las tendencias de géneros musicales, espacios de recitales, organización
e infraestructura reflejaron los cambios surgidos a raíz del siniestro.
LOCAL:
INCENDIO:
En consecuencia, es dable concluir que fue la propia estructura de las puertas cine, es decir, la
circunstancia de que ese corredor de salida se encontrara dividido por seis puertas con sus
respectivos marcos y hojas lo que dificultó la salida de una cantidad de personas considerable que
pretendían con desesperación hacerlo simultáneamente, más allá de si estuvieran cerradas o
abiertas.[17]
Esta salida alternativa se componía de un portón que poseía dos hojas con un
tamaño de 2,5 metros de ancho por 3,6 metros de alto. La misma al momento del
incendio se encontraba cerrada con un candado y ataduras de alambre, a pesar de
que contaba en su parte superior con un cartel que indicaba que se trataba de una
salida habilitada. La puerta fue abierta por los bomberos una vez que llegaron al
lugar, minutos después de iniciado el incendio.[17]Según la habilitación esa puerta
no debía estar clausurada:
Conforme se desprende de la plancheta de habilitación del local –ver fs. 350 del legajo de la Pericia
de Arquitectura-, ...el local posee una salida alternativa, la que se activa exclusivamente en caso de
producirse un siniestro, permitiendo la evacuación del público concurrente por un corredor que
sirve en casos normales para la entrada y salida de vehículos... [29]
HabilitaciónEditar
El establecimiento se encontraba habilitado como local de baile clase C en forma
autónoma, no como anexo de otro establecimiento. Según el inciso "d" del artículo
10.2.3 del Código de Habilitaciones y Verificaciones [30] de la ciudad, se prohíbe a
este tipo de locales la comunicación con otros establecimientos, lo que no sucedía
ya que la puerta que se encontraba detrás del escenario y la puerta alternativa
daban al estacionamiento de un hotel.
Además, la Certificación de Bomberos de República Cromañón se encontraba
vencida.[31] La Superintendencia de Bomberos es la encargada de expedir la
habilitación del sistema contra incendios del local, algo que se había hecho por
última vez en noviembre de 2003 y por un período de un año. Por lo tanto, dicha
habilitación había caducado y el local debió haber sido clausurado. Asimismo, de
los quince matafuegos existentes en el lugar diez se encontraban despresurizados.
[28]
Existía además el pago de soborno a un oficial de la Policía Federal Argentina para
que brindaran seguridad en la puerta del lugar y para que no se realizaran
contravenciones debido a las irregularidades existentes en el local. [32] Entre las
contravenciones existentes se incluía la superación de la capacidad habilitada, la
venta de alcohol, la obstrucción de las salidas y la omisión de recaudos durante la
organización y seguridad (que permitió el ingreso de pirotecnia). [32]Durante los
recitales que brindó Callejeros Raúl Villarreal, por orden de Chabán, le pagó al
subcomisario Carlos Rubén Díaz 300 pesos argentinos por jornada.[32]
PirotecniaEditar
La utilización de bengalas y otro tipo de pirotecnia, tanto en espacios abiertos como
(peligrosamente) en espacios cerrados, era común en los recitales del llamado rock
barrial o rock chabón.[33] La pirotecnia llegó a convertirse en parte del folclore y de
la estética de esa música, un ritual dentro del propio recital. [33] Estas prácticas
fueron completamente alentadas por los artistas. En la edición de noviembre de
2005 de la revista Rolling Stone Argentina, en una entrevista al Indio Solari, uno de
los principales referentes del rock argentino, este comentaba declarando
explícitamente su deleite por ver bengalas encendidas en los recitales:
En referencia a las bengalas y demás, digamos que la cultura rock tiene eso, también: no es una
cultura progresista, de todo prolijito. Ahora les recomendamos a los chicos que no vayan con
pirotecnia al show (...) Pero, en definitiva, a mí me cuesta mucho renegar del folklore de las
bengalas y las banderas del rock. Creo que el rock es eso. Yo tengo la imagen de «Juguetes
perdidos»[34] en River, entrando a cantar con todo eso y… ¡Guau! No es sopa. Yo no quiero renegar
definitivamente de todo eso. Aunque, desde ya, en este momento tiene que primar el respeto y el
cuidado. (...) [La pirotecnia] Dejó un acento, una marca estética en casi todo lo que llamamos rock
nacional, que por algo es diferente del rock belga, del rock japonés o de cualquier otro.
Indio Solari.[35]
Los miembros de Callejeros también se deleitaban por las bengalas en los recitales,
y han quedado como testimonios dos entrevistas de estos en la radio Rock&Pop en
los meses previos a la tragedia:
— Juan di Natale: hay un rumor parece, que no se van a dejar pasar las bengalas y que si pasa
alguna, le pondrían una multa a la banda. Esto tiene que ver igual con las condiciones de seguridad
de Obras, y no es nada contra Callejeros ni contra este show.
Sí hemos podido extraer una conclusión: que la banda toleraba el uso de pirotecnia. Ello así, pues su
empleo en los recitales fue siempre una constante y nada serio se hizo para evitar que esa práctica
cesara definitivamente.[37]
Sin embargo, antes de que comience el recital del 30 de diciembre, Chaban advirtió
al público que no encendieran bengalas,[37] ya que se había usado pirotecnia
durante la presentación del grupo soporte, Ojos Locos. [17] Según testigos,[38]
Chabán declaró:
No sean pelotudos. No tiren bengalas. Acá hay 6000 personas y no quiero que pase lo de Paraguay.
[39] Si alguien prende algo nos morimos todos.
Omar Chabán.[38]
Etapa de instrucciónEditar
Tras la tragedia, la Justicia dictó la orden de captura nacional e internacional
de Omar Chabán, gerente de República Cromañón. Tras varios allanamientos,
Chabán fue arrestado en una casa del barrio porteño de Monserrat.[41] Durante los
primeros días, la banda Callejeros declaró a los medios, a través de su abogado,
que ellos no habían firmado ningún contrato con Chabán, y que el único
organizador del recital fue el empresario.[42]
Tras interrogar a varios testigos, la jueza de instrucción María Angélica Crotto dictó
el procesamiento de Omar Chabán acusándolo de homicidio simple con dolo
eventual de 192 personas (eran las víctimas fatales hasta ese momento). Además,
resolvió el embargo de bienes por 57,6 millones de pesos.[43] Por problemas de
salud, la jueza decidió tomarse una licencia, siendo reemplazada por el juez de
Instrucción n.º 8 de Julio Lucini.[44]
A finales del mes de febrero de 2005 fueron detenidos Diego Argañaraz, mánager
de Callejeros, Lorenzo Bussi, encargado de la seguridad, y Raúl Villarreal,
mencionado como coordinador general del local.[45] Argañaraz y Bussi fueron
liberados, ya que fueron procesados por homicidio culposo, un delito excarcelable.
A Villarreal en cambio, se le dictó la prisión preventiva ya que fue acusado de
homicidio con dolo eventual. En el caso de Villarreal el juez destacó que «lejos de
asumir el rol de simple empleado o colaborador, tenía una activa participación en
el "negocio", a punto de haberse convertido en la verdadera "mano derecha" de
Chabán», del mánager de la banda expresó que «actuó en forma imprudente y
negligente, lo cual facilitó la producción del siniestro que terminó con la vida de
193 personas y produjo centenares de heridos» y en el caso de Bussi estableció
que «si hubiera actuado en forma correcta, extremando el cacheo de los asistentes
y verificando que ninguno de ellos ingrese al lugar sin antes ser exhaustivamente
revisado, el incendio no se hubiera producido y las muertes se hubiesen evitado».
[45]Los tres sufrieron un embargo de bienes, Villarreal de 57 millones de pesos,
mientras que Argañaraz y Bussi de 20 millones.[45]
En el mes de marzo fueron procesados cinco integrantes de la Policía Federal
Argentina.[46] Los comisarios Miguel Ángel Belay y Gabriel Sevald, y el subcomisario
Carlos Díaz fueron procesados por el delito de cohecho pasivo, [47] y fueron
embargados por la suma de 500 mil pesos. Además se procesó a los agentes Oscar
Sosa y Cristian Villegas por incumplimiento de los deberes de funcionario
público[48] y fueron embargados por 100 mil pesos. Los imputados expresaron que
eran inocentes, mientras que Chabán se negó a declarar por el presunto pago de
sobornos.
En el mes de mayo, los abogados de Omar Chabán solicitaron al juez Lucini la
excarcelación. Lucini la negó, por lo que fue apelada ante la Cámara del Crimen de
la Ciudad de Buenos Aires. Allí, la Sala Quinta (integrada por Gustavo Bruzzone,
María Laura Garrigós de Rébori y Rodolfo Pociello Argerich) decidió excarcelar al
empresario mediante el pago de una fianza de 500 mil pesos. Chabán fue
trasladado a la prisión de Marcos Paz, y luego de que fuera pagada la fianza fue
liberado el 14 de junio.[49]
La excarcelación desató una nueva polémica, no solo en lo referente a la causa sino
en lo referente a todo el sistema judicial. Se discutía la existencia de un excesivo
"garantismo", una corriente del Derecho penal que pretende una minimalización
del sistema penal, la humanización de las penas y el respeto irrestricto de los
Derechos Humanos fundamentales en el proceso. Como símbolo de los
"garantistas" se encontraba el juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Argentina, Eugenio Raúl Zaffaroni, mientras que los opositores eran varios políticos
de la derecha argentina y el Sr. Juan Carlos Blumberg. El Presidente de la
Nación Néstor Kirchner manifestó su rechazo por la excarcelación, lo que derivó en
varias disputas[50] con miembros del Poder Judicial, quienes calificaron las palabras
del primer mandatario como una injerencia de un Poder de la República en otro. A
los dos jueces que votaron a favor de la excarcelación de Chabán, tildados de
"garantistas" por diferentes medios de comunicación, [51] se les intentó iniciar un
juicio político, pero el Consejo de la Magistratura rechazó, meses después, ese
pedido.[52] También fue excarcelado Raúl Villereal.[53]
Tras su liberación, Chabán decidió recluirse en la casa de su madre, ubicada en el
Partido de General San Martín, en la Provincia de Buenos Aires. Familiares de las
víctimas se trasladaron hasta el lugar para manifestar su repudio, lo que produjo
quejas de vecinos y comerciantes del lugar. Las diferentes manifestaciones en
contra de la excarcelación del empresario afectaban la tranquilidad de la zona. Es
por esto que el gobierno provincial reclamó al juez el traslado de Chabán,
basándose en la gran cantidad de recursos que eran necesarios para mantener la
custodia policial en el lugar.[54] Finalmente el empresario se trasladó a una casa
ubicada en el delta del Tigre, que había alquilado uno de sus amigos, en donde
decidió entrevistarse con algunos familiares de las víctimas. [55] Sin embargo,
debido a que las protestan se trasladaron al lugar y a que los dueños de la casa
querían desalojarlo,[56] decidió mudarse a otra casa, también ubicada en el Delta
pero más alejada.[57] Sin embargo eso no detuvo a los familiares, quienes lograron
apedrear la nueva casa.[58] En medio de estos sucesos hubo un cambio de carátula
que benefició a Chabán, ya que los jueces se inclinaron por la figura de estrago
doloso seguido de muerte (penado con ocho a veinte años de prisión) en lugar de
la de homicidio simple (penado con ocho a veinticinco años de prisión). [59]
Finalmente la Cámara de Casación hizo lugar al pedido de anular la excarcelación
de Chabán. Debido a esta decisión, el juez Lucini ordenó la detención del
empresario y su traslado al penal de Marcos Paz el 24 de noviembre.[60]
En medio de la polémica que involucraba al gerente del local, el 3 de junio la banda
fue procesada por homicidio culposo agravado,[61] y se trabó un embargo de 10
millones de pesos a cada integrante.[62]
Además, tres exfuncionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fueron
procesados: el exsecretario de Seguridad porteño Juan Carlos López fue procesado
por homicidio culposo agravado, mientras que el ex subsecretario de Seguridad del
gobierno comunal Enrique Careli y el exdirector general de Servicios de Seguridad
Privada Vicente Rizzo fueron procesados por incumplimiento de los deberes de
funcionario público.[63] También fueron procesados por homicidio culposo
agravado Fabiana Fiszbin, exsubsecretaria de Control Comunal, Ana María
Fernández, exdirectora general adjunta del organismo de control porteño, Gustavo
Torres, exdirector general de Fiscalización, Rodrigo Cozzani, excoordinador
operativo del mismo organismo y Alfredo Ucar, asesor de Fiszbin; y a Víctor Telias,
coordinador operativo del área de control, por incumplimiento de los deberes de
funcionario público.[64] En octubre, también fue procesado el exfuncionario
Roberto Calderini, responsable del área de Habilitaciones, por el delito de
negociaciones incompatibles con la función pública.[65]
Sin embargo, para fines del 2005 solo Juan Carlos López permanecía acusado de
homicidio culposo agravado.[66] Fiszbin, Fernández y Torres fueron sobreseídos por
ese cargo, mientras que a Ucar y Cozzani se les dictó la falta de mérito para
procesar o sobreseer.
El 27 de septiembre la Sala V de la Cámara del crimen cambió la carátula a
estrago culposo,[67][68] y, finalmente, el 16 de diciembre, el juez Lucini imputó al
grupo Callejeros por estrago doloso seguido de muerte.[69] El cambio de carátula
responde a que el juez consideró que irregularidades en ciertas tareas que se
encontraban a cargo del grupo (como la seguridad del local y la cantidad de
entradas vendidas) influyeron en gran medida para que se produjera el incendio. [69]
Durante el 2006 la causa volvió a manos de la jueza Crotto,[70] y la Cámara del
Crimen negó el pedido de cambio de carátula de estrago doloso a homicidio
culposo, pedido por el grupo musical. Sin embargo, la justicia los autorizó a realizar
presentaciones,[71] lo que finalmente sucedería el 6 de julio.[72]
En cuanto al exjefe de Gobierno, la jueza de la causa se había negado a llamar a
Ibarra a declarar, lo que había motivado el enojo de los familiares, algunos de los
cuales están denunciados por amenazar a la jueza.[73] Finalmente, Ibarra fue
sobreseído de la causa en la que había sido denunciado por homicidio doloso e
incumplimiento de los deberes de funcionario público. [74] Además, en el mes de
julio la justicia civil había revocado la inhibición de bienes que pesaba sobre el
exmandatario[75] y en noviembre la Cámara de Casación rechazó un pedido de
familiares de las víctimas para revertir el sobreseimiento.[76]
En el mes de abril, la Sala V de la Cámara del Crimen desprocesó al exfuncionario,
Juan Carlos López, quien estaba imputado por homicidio doloso. [77] Los jueces
determinaron que «con sólo mirar la diversidad de funciones de la Secretaría a
cargo de López, se puede advertir lo dificultoso que resulta para quien se encargue
de ella, poseer un conocimiento profundo de todos los problemas que existen en
la Ciudad de Buenos Aires vinculados a su competencia». En el mismo fallo fueron
sobreseídos Enrique Carelli y Vicente Rizzo, quienes se encontraban imputados por
incumplimiento de los deberes de funcionario público. En el mes de septiembre,
otros tres funcionarios serían sobreseídos: Juan Carlos Loupías, Juan Carlos
Sánchez, Alfredo Ucar también se encontraban imputados por el mismo cargo que
los dos anteriores.[78]
En agosto de 2006, la jueza María Angélica Crotto elevó a juicio oral las actuaciones
de Omar Chabán, Raúl Villarreal, cinco policías y el grupo Callejeros (junto a su
mánager y el escenógrafo).[79][80]
El 10 de octubre de 2006, los exfuncionarios Fiszbin, Fernández y Torres fueron
acusados por incumplimiento de los deberes de funcionario público y su causa fue
elevada a juicio oral.[81] En el mes de septiembre, los integrantes de Callejeros, su
mánager y el escenógrafo fueron procesados por cohecho activo como partícipes
secundarios, lo que se suma a la acusación por estrago doloso. [82]
En agosto de 2007 la Sala III de la Cámara de Casación Penal confirmó el
sobreseimiento de Ibarra, pero revocó el sobreseimiento de Juan Carlos López,
quien volvió a quedar procesado en la causa. [83]Desde fines de ese mes, la causa
pasó a manos del juez Alberto Baños, luego de que María Angélica Crotto
decidiera pedir una licencia médica por enfermedad.[84]
El 22 de noviembre el Tribunal Oral n.º 24 prorrogó la prisión preventiva de Omar
Chabán.[85] Sin embargo, a fines de ese mes la Sala III de la Cámara de Casación
Penal dispuso que el empresario debía recuperar la libertad. [86] Finalmente, el 7 de
diciembre Chabán abandonó el penal de Marcos Paz.[87] En mayo de 2008, Rafael
Levy, sospechado de ser el dueño del local, fue procesado bajo los mismos cargos
que Chabán.[15]
En diciembre de 2009 el juez ordenó que se comparara el identikit de la persona
que supuestamente había tirado la pirotecnia que inició el incendio con las fotos
de los integrantes de un grupo de fanáticos identificados como El Fondo No Fisura.
[88]
JUICIO ORAL:
La valoración conjunta de las pruebas reseñadas, de conformidad con las pautas de la sana crítica
racional, nos llevan a concluir, fundadamente, que las únicas personas que se abocaron
concretamente a la organización del recital del 30 de diciembre de 2004, fueron Diego Marcelo
Argañaraz y Emir Omar Chabán.[20]
Sí reiteramos que sólo los organizadores asumen el deber de custodia de la fuente de peligro que
comporta un espectáculo y porque así la ley lo dispone. Esas personas son quienes detentan una
posición de garantía desde un punto de vista material-formal conforme lo propone la doctrina
dominante, no los empleados del lugar donde se realiza el evento, por más jerarquizados o
independientes que puedan mostrarse en la estructura de trabajo. [92]
En suma, de los testimonios de la totalidad de las personas que depusieron en el juicio, sólo cabe
concluir ante la inexistencia de prueba que acredite lo contrario que, en lo que atañe a la concreta
organización del recital que se efectuó el día 30 de diciembre de 2004, ninguno de los músicos de la
banda ni el escenógrafo realizaron alguna actividad puntual. [93]
Tampoco consideraron que los músicos incentivaban el uso de bengalas, sino que
simplemente toleraban su uso:
Sin embargo, esa tolerancia no implica ni fomento ni incentivo como lo han propuesto algunos
acusadores.[37]
Es que ha quedado fuera de toda duda que Villarreal no se encargó de decidir el número de entradas
ni de su comercialización o distribución, no contrató al sonido, ni a la iluminación, ni a la
seguridad, ni a los socorristas, ni a la publicidad. Ello lo hicieron el mánager del grupo «Callejeros»
Diego Argañaraz y el explotador del local Omar Chabán. [92]
En cuanto al pago de sobornos, se demostró que tanto Chabán, Argañaraz y
Villarreal se encontraban involucrados en el mismo. [32] En la documentación
suministrada al juzgado, los pagos se encontraban incluidos en la liquidación de
gastos que llevaban informalmente los involucrados. [32]
El acuerdo espurio al que aludimos tuvo por objeto la omisión funcional por parte de Carlos Rubén
Díaz, a cambio del dinero pactado, de brindar seguridad y permitir la existencia de numerosas
contravenciones en que incurría el local emplazado en la jurisdicción de la seccional 7.ª de esta
ciudad.[32]
Esta «protección» que Díaz otorgaba, permitió que se dieran las condiciones que
desataron este hecho.[94]
Entonces en el contexto de la situación afirmamos que la remoción de obstáculos a la acción de
Omar Emir Chabán y Diego Marcelo Argañaraz en la apertura y desarrollo del recital del grupo
Callejeros la noche del día 30 de diciembre del año 2004 […] contribuyó a aumentar el peligro de la
realización de la lesión al bien jurídico protegido por la figura del art. 186 inciso 5.º y se traduce en
un aporte necesario al hecho principal.[94]
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, a principios del mes de marzo del 2016,
catalogó como “inadmisibles” los recursos extraordinarios que 11 imputados
interpusieron ante las sentencias; por lo que los acusados debían regresar a
cumplir sus penas en prisión.
No obstante, la caída del rock barrial no fue abrupta sino que fue lenta y paulatina
en los años siguientes a Cromañón. Tal vez por la inercia con que las bandas de
rock barrial venían grabando y tocando desde años anteriores, tal vez por
compromisos previos del mercado discográfico, tal vez por la fidelidad y pasión
símil-futbolera de los seguidores de las bandas de rock barrial, tal vez por la lentitud
en cambiar hábitos pre-existentes que ya existían en la sociedad desde larga data,
lo cierto es que en los primeros años luego de Cromañón las bandas de rock barrial
continuaron teniendo buena actividad, participando en festivales, lanzando
álbumes, contando con buena adhesión de público y buen respaldo del mercado
discográfico.[156] Hacia fines de la década de 2000 las bandas del rock barrial aún
continuaban siendo partícipes relevantes en la escena, el diario Página 12 decía: "un
rock barrial que sigue vigente pese a los embates del tiempo, aunque bajo condiciones
cada vez más severas y excluyentes".[155]
De hecho, Callejeros tuvo un aumento en su difusión en las radios tras la tragedia
(sus canciones «Una nueva noche fría» y «Prohibido» rotaron fuertemente en los
meses siguientes), continuaron haciendo shows (aunque cada vez con más
obstáculos) e incluso el 11 de mayo de 2006 lanzaron su álbum Señales a un precio
equivalente a 15 dólares, un 29% más caro que lo entonces habitual, y sin embargo
el álbum se agotó rápidamente.[157][158]
Así pues, la caída del rock barrial se fue dando lentamente, con distintos eventos
que fueron sucediéndose en los años siguientes a Cromañón, especialmente las
separaciones de fines de los 2000 y principios de los 2010 (Jóvenes Pordioseros en
2008, Los Piojos y Bersuit Vergarabat en 2009, Callejeros en 2010, Ratones
Paranoicos en 2011).
Como contrapartida a la baja del rock barrial, se revitalizaron los otros géneros en
la escena argentina: el pop rock (con bandas
como Babasónicos, Miranda!, Airbag, Nermkids, Azafata y Los Látigos, más solistas
como Gustavo Cerati, Fito Páez y Coti), el rock alternativo (con bandas como Catupecu
Machu, Árbol, Massacre, El Otro Yo, y Él Mató a un Policía Motorizado),
el reggae y ska (con bandas como Los Pericos, Los Cafres, Nonpalidece, Karamelo
Santo y Los Caligaris más solistas como Fidel Nadal y Dread Mar-I), el punk (con
bandas como Attaque 77, Dos Minutos, Expulsados, Cadena Perpetua y Smitten), y
el heavy metal (con bandas como Rata Blanca, Almafuerte, D-mente y Carajo).
Influyó en la revitalización de dichos géneros que se intensificaran las visitas de
artistas internacionales, una tendencia que en realidad era previa a Cromañón. Por
ejemplo, ya en enero de 2004 habían sido retomadas, cuando en la cancha
de Vélez tocó Iron Maiden con Horcas y O'Connor como teloneros.[159] Las visitas
internacionales siempre fueron un factor de peso para el crecimiento del rock
argentino, desde sus inicios en los años '50, cuando Bill Haley & His Comets tocó en
el Teatro Metropolitan el 7 de mayo de 1958,[160] ya que aparte de la oportunidad de
ver a artistas internacionales, les daban a las bandas locales la oportunidad de
difundirse a través de ser teloneras: por ejemplo, en el mencionado recital de Bill
Haley, tocó de telonera la banda de Eddie Pequenino, Mr. Roll y sus Rockers.[161]
Tanto el aumento de popularidad de los géneros como el aumento de las visitas de
artistas internacionales influyó para que, en los años siguientes a Cromañón, en el
ámbito de las tribus urbanas aumentaran en popularidad otras tribus aparte de
los rolingas, como
los floggers, metaleros, punks, skinheads, rastafaris, emos, darks, rockabillies, reguetoneros
, chetos y cumbieros.
Las bandas de rock barrial que sobrevivieron a la baja del género lo hicieron
manteniéndose unidas, continuando con las giras y grabaciones, y apelando a los
mensajes políticos, sociales y contraculturales que encontraron buena respuesta en
los simpatizantes del kirchnerismo. Así fue como en la era post
Cromañón sobrevivieron bandas del rock barrial como La Renga, La Mancha de
Rolando, Las Pastillas del Abuelo, Los Gardelitos, La 25, El Bordo, Salta La Banca y La
Beriso, además tuvieron buena respuesta los proyectos solistas del Indio
Solari, Gustavo Cordera, Ciro Martínez y Juanse.