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5 - Foulet, Alfred - Es Roland Culpable de Desmesura

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¿ES ROLAND CULPABLE DE DESMESURA?

*
Por Alfred Foulet

¿Es Roland culpable de desmesura? En esta nota mi análisis se limitará a exami-


nar la conducta de Roland en la batalla de Roncesvalles, tal como se describe en el
· manuscrito de Oxford de la Chanson de Roland. El término en francés antiguo "desme-
sure" se comprenderá como "orgullo pecaminoso, orgullo que invita al castigo" . 1
Al momento de evaluar el comportamiento de Roland, son tres los episodios que
la crítica suele escoger como los más significativos:

l. A pesar de las súplicas de Olivier, Roland se rehúsa a tocar el olifante para


advertirle a Carlomagno que vuelva (1006 ss.).
2 Roland recién toca el olifante cuando solo quedan vivos sesenta de los veinté
.mil hombres que había llevado a la batalla, aunque Olivier le señala que ya es
demasiado tarde para que el olifante sea de alguna utilidad {1691 ss. ).
3. Roland, moribundo, eleva-su guante en homenaje a Dios y el arcángel Gabriel lo
lleva al cielo junto con el alma del héroe (2389-96).

* Foulet, Alfred, "Is Roland guilty of desmesure?'', Romance Philology, 1O, 1957, pp.
145-48. Traducción de Marianela Amorín para uso de los alumnos de la cátedra de
Literatura Europea Medieval. [N. de T.]

Sobre poesía épica francesa 41


Estos tres episodios se suelen interpretar de la siguiente manera. 2 En el episodio
(1) Roland está equivocado y Olivier, en lo correcto. Dado que los francos son supera-
dos en número por cinco contra uno, carece de sentido no convocar al Emperador y a su
ejército. Roland, cuya excesiva confianza lo lleva a la imprudencia, .muestra una mani-
fiesta indiferencia hacia la vida de los hombres que comanda; es culpable de desmesura.
Pero en el episodio (2) la situación se invierte: ahora Roland tiene razón y Olivier
está equivocado. Si bien es cierto que ya es demasiado tarde para salvar lo que queda
de la retaguardia, no lo es para que Carlos vuelva a Roncesvalles a tiempo para vengar
a los guerreros caídos. A partir de este punto, como lo demuestra claramente el episodio
(3 )~ Rofand actúa de forma tal que encuentra el fayor de Dios. ¿Qué ha sucedido, pues,
entre los episodios (1) y (2)?
Evidentemente, el orgullo de Roland ha sido abatido. La victoria ya no está a la
vista. De los veinte mil hombres que había conducido a la batalla solo quedan sesenta.
Sentimientos de angustia y remordimiento lo carcomen y, repentinamente contrito y
arrepentido, escucha las acusaciones de Olivier:

Vos os lo habéis buscado:


valentía prudente no es insensatez,
y más vale mesura que locura insensata.
Los franceses han muerto por vuestra ligereza ... (1723-26) 3

En esta nota, mi propósito es cuestionar la teoría de que los sentimientos de


Roland cambian entre los episodios ( 1) y (2), así como el supuesto asociado a ella según
el cual en el episodio ( 1) el héroe sería culpable de desmesura. En efecto, propondré que
en el episodio (1), al igual que en el (2), Roland tiene razón y Olivierestáequivocado. 4
Naturalmente, reconozco que el poeta presenta a Roland como un guerrero que
se enorgullece de manera considerable por sus logros pasados, que tiene gran confian-
za en sí mismo y que es plenamente consciente de su importancia para Carlomagno y la
causa cristiana. Pero creo que el poeta no sugiere en ningún momento que el orgullo de
Roland es excesivo. Esta idea se apoya en el grado de autocontrol que mantiene el
héroe incluso durante su acalorado intercambio con Olivier en el episodio (1). Tras
hacer callar a Olivier por acusar de traición a su padrastro, Ganelon (1026-27), Roland
enseguida se disculpa y admite que la acusación estaba bien fundada (1146-48), En mi
opinión, este no es el tono propio de la arrogancia y la desmesura.
En tres momentos distintos (1055-56, 1065-67, 1078-79) Roland explica su nega-
tiva a sonar el olifante diciendo que dará muchos golpes y que Durandarte se verá
cubierta de sangre:

Con Durandarte ahora yo daré grandes golpes,


saldrá llena de sangre hasta el oro del pomo

42 -Ficha de Cátedra-
o•••;.,."•••"'"••• o••••~•••• n • •• • •• • •• ¡.,. • •• • ••

Haré que Dimmdarte hiera continuamente,


esa mi buena espada que ciño en mi costado:
· ¡todos.veréis su hoja ensangrentada toda!
... ·~. ~~. ~· ~ .:~ ................... .. .............. ·-
~ ~

asestaré mil setecientos golpes:


veréis de Ourandarte su acero ensangrentado.

¿Acaso estoy sobreinterpretando estos versos del episodio (1) al ver en ellos
una anticipación del episodio (2)? ¿No está Roland diciendo que, una vez que él y sus
compañeros hayan peleado vigorosamente e infligido sangrientas muertes al enemigo,
será admisible pedir ayuda?
El Roman d 'Alexandre nos presenta una situación bastante similar. Urt grupo de
griegos está a punto de ser atácado por una fuerza ampliamente superior. Su líder,
Emenidus, desea informar a Alejandro sobre esta situación apremiante enviándole a
uno de los integrantes de su reducido grupo. Nadie accede a llevar el mensaje. Final-
mente Aridés acepta, pero bajo una condición:

Llevaré el mensaje, ¡que Dios nos otorgue su gracia!


Pero preferiría ver cómo mi yelmo se hunde y se rompe,
cómo mi escudo es atravesado y mi cota de mallas desgarrada
cómo la sangre brota de mi cuerpo a grandes cantidades,
y cómo debajo de mí el caballo se cubre de agrio sudor.
No quiero abandonar el campo de batalla sin antes de claramente los estandartes,
ningún hombre deberá burlanne al partir
ni al rey culpar demasiado, si puedo llegar a él. ( vv. 4 79-486)

La negativa de Roland a sonar el olifante en el episodio ( 1), ¿puede justificarse


en términos militares? La respuesta que suele darse a esta pregunta no es del todo clara.
Si Roland hubiese pedido ayuda al comienzo de la batalla, su vida y la de los muchos
hombres a su mando podrían haberse salvado. Por lo tanto, es acusado de haber toma- .
do la decisión equivocada, de ser un mal líder. Al mismo tiempo, quienes critican a
Roland admiten que, si no hllbiese sido por su muerte y la de sus veinte mil hombres,
Carlomagno y el ejército principal no se hubiesen visto inc~tados por la ira y el ardiente
deseo de venganza a completar la conquista de España y su conversión al cristianismo.
Tras siete largos años de guerra, habían acumulado un cansancio tal que solo podían
abrigar una idea, volver a sus hogares. Cuando solo restaba tomar una ciudad, Zarago.,
za, aceptan las dudosás ofertas de paz de Marsil. En consecuencia, el error táctico de
Roland eventualmente los lleva a la victoria. Engañado por su desmesura, el héroe es
impulsado· a hacer algo que luego resulta ser lo mejor que podría haber hecho.

Sobre poesía épica francesa 43


¿No es más plausible imaginar a un Roland menos impulsivo, más hábil, que en
lo más profundo de su corazón sabe que se exige de él un terrible sacrificio, el de su
propia vida y las vidas de los ho..1bres que comanda? Solo muriendo y llevando a otros
a la muerte puede conseguir que triunfe la causa que defiende. Sin embargo, esta oscura
verdad de la que Roland es conscierite no puede ser transmitida a los demás. Su incapa-
cidad para transmitir a Olivier la necesidad del sacrificio supremo contribuye
inmensamente al pathos y a la tensión dramática de la Chanson.
Esta nota, en la que intenté refutar la acusación de desmesura que habitualmen-
te se atribuye a Roland, está inspirada, en gran medida, en la tesis doctoral de uno de los
alumnos de Armstrong, Richard Trask J ameson. 5 Para J ameson, la Chanson de Roland
constituye una épica primitiva, la creación de un artista que intenta dar vida y forma a
creencias y convicciones profundamente sentidas, aunque no siempre claramente apre-
hendidas. Según Jameson, la narración de Roland por momentos puede parecer ilógica,
pero los personajes, las situaciones y el escenario poseen la inevitabilidad arquetípica
de un mito. Roland es el héroe abnegado que sabe que debe morir y desea su muerte.
Car!omagno podría haber evitado que su sobrino muriera pero, aparentemente, acepta
la necesidad de su muerte cuando Ganelon designa a Roland como j~fe de la retaguar-
dia. Como indica Jameson:

El lector de la Chanson de Roland participa de un ritual y el objetivo de todo


ritual no es desarrollar una trama sino expresar una verdad ... Carlomagno repre-
senta al padre y creador; Roland, al héroe trágico; Roland y Olivier, el dualismo
humano; Ganelon, al traidor sobre el que recaerá la culpa de la necesaria catás-
trofe para que los demás puedan permanecer puros; y la guerra con Baligant
proporciona la victoria del Bien sobre el Mal, la cual es el beneficio que se
desprende de Ja muerte del héroe [p. 95]. Aunque debe reconocerse que proba-
blemente sea debido a su orgullo que Roland inicialmente se niega a tocar el
olifante, esta negativa se ajusta al arquetipo, puesto que representa el primer
paso del héroe hacia esa destrucción y ese goce superior. Este acto no es más
que un eslabón en una cadena que conviene a la fórmula arquetípica [p. 48].

44 -Ficha de Cátedra-
NOTAS
1
<

H. E Muller, L 'epoque mérovingienne, New York, i 945, p. 269.


2
Para una excelente interpretación de la teoría de la desmesura -7castigo-7 humildad
en relación con el personaje de Roland, véase A. Pauphilet, Le legs du moyen áge,
Melun, 1950, pp. 73-76 o Le Gentil, La Chanson df! Roland, París, Hatier, 1955, pp.
124-131. Bédierno utiliza la palabra "desmesura" (Légendes épiques, III, p. 4 34).
Cito por El cantardeRoldán, trad. Juan Victotio, Madrid, Cátedra, 1997. [N. de T.]
4
En su análisis de la Nota Emilianense (X, 1-18), R. N. Walpole muestra por qué no se
debe otorgar una importancia desmedida a la sabiduría de Olivier (v. 1093: "Roldán
es valeroso y Oliveros pr:udente").
The Chansori de Roland, a Primitive Masterpiece, Princeton University, 1950, 105
pp.; cf. Dissertation Abstracts, XV, 408. El profesor R. S. Willis ya menciona este
interesante estudio en una reseña de La Chanson de Roland dans les littératures
fram;aise et espágnole au moyen áge de J. Horrent publicada en HR, XXI, 1953, '55.
Desafortunadamente, Jameson, que falleció el 3 de febrero de 1953, nunca publicó
su tesis.

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