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El Cultivo de La Alfalfa
El Cultivo de La Alfalfa
El Cultivo de La Alfalfa
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EL CULTIVO DE LA ALFALFA
1. Origen
2. Botánica
3. Importancia económica y distribución geográfica
4. Requerimientos edafoclimáticos
a. Radiación solar
b. Temperatura
c. Ph
d. Salinidad
e. Tipo de suelos
5. Particularidades del cultivo
a. Preparación del terreno
b. Siembra
i. Época de siembra
ii. Dosis de siembra
iii. Profundidad de siembra
c. Abonado
d. Riego
e. Malas hierbas
f. Frecuencia del corte
g. Altura de corte
6. Clasificación de alfalfas
7. Aprovechamiento de la alfalfa
a. En verde
b. Ensilado
c. Henificado
d. Deshidratado
e. Pastoreo de la alfalfa
8. Valor nutricional
9. Selección y mejora
10. Plagas
11. Enfermedades
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1. ORIGEN.
La alfalfa tiene su área de origen en Asia Menor y sur del Cáucaso, abarcando países como Turquía,
Irak, Irán, Siria, Afganistán y Pakistán. Los persas introdujeron la alfalfa en Grecia y de ahí pasó a Italia
en el siglo IV a. C. La gran difusión de su cultivo fue llevada a cabo por los árabes a través del norte de
África, llegando a España donde se extendió a toda Europa.
2. BOTÁNICA.
La alfalfa pertenece a la familia de las leguminosas, cuyo nombre científico es Medicago sativa. Se
trata de una planta perenne, vivaz y de porte erecto.
-Raíz. La raíz principal es pivotante, robusta y muy desarrollada (hasta 5 m. de longitud) con
numerosas raíces secundarias. Posee una corona que sale del terreno, de la cual emergen brotes que
dan lugar a los tallos.
-Tallos. Son delgados y erectos para soportar el peso de las hojas y de las inflorescencias, además
son muy consistentes, por tanto, es una planta muy adecuada para la siega.
-Hojas. Son trifoliadas, aunque las primeras hojas verdaderas son unifoliadas. Los márgenes son lisos
y con los bordes superiores ligeramente dentados.
-Flores. La flor característica de esta familia es la de la subfamilia Papilionoidea. Son de color azul o
púrpura, con inflorescencias en racimos que nacen en las axilas de las hojas.
-Fruto. Es una legumbre indehiscente sin espinas que contiene entre 2 y 6 semillas amarillentas,
arriñonadas y de 1.5 a 2.5 mm de longitud.
Se trata de un cultivo muy extendido en los países de clima templado. La ganadería intensiva es la que
ha demandado de forma regular los alimentos que ha tenido que proveer la industria, dando lugar al
cultivo de la alfalfa, cuya finalidad es abastecer a la industria de piensos. La importancia del cultivo de
la alfalfa va desde su interés como fuente natural de proteínas, fibra, vitaminas y minerales; así como
su contribución paisajística y su utilidad como cultivo conservacionista de la fauna. Además de la
importante reducción energética que supone la fijación simbiótica del nitrógeno para el propio cultivo y
para los siguientes en las rotaciones de las que forma parte. Por ser una especie pratense y perenne,
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su cultivo aporta elementos de interés como limitador y reductor de la erosión y de ciertas plagas y
enfermedades de los cultivos que le siguen en la rotación.
4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS.
Es un factor muy importante que influye positivamente en el cultivo de la alfalfa, pues el número de
horas de radiación solar aumenta a medida que disminuye la latitud de la región. La radiación solar
favorece la técnica del presecado en campo en las regiones más cercanas al ecuador, y dificulta el
secado en las regiones más hacia el norte.
4.2. Temperatura.
La semilla germina a temperaturas de 2-3º C, siempre que las demás condiciones ambientales lo
permitan. A medida que se incrementa la temperatura la germinación es más rápida hasta alcanzar un
óptimo a los 28-30º C. Temperaturas superiores a 38º C resultan letales para las plántulas. Al
comenzar el invierno detienen su crecimiento hasta la llegada de la primavera cuando comienzan a
rebrotar. Existen variedades de alfalfa que toleran temperaturas muy bajas (-10º C). La temperatura
media anual para la producción forrajera está en torno a los 15º C. Siendo el rango óptimo de
temperaturas, según las variedades de 18-28º C.
4.3. pH.
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4.4. Salinidad.
La alfalfa es muy sensible a la salinidad, cuyos síntomas comienzan con la palidez de algunos tejidos,
la disminución del tamaño de las hojas y finalmente la parada vegetativa con el consiguiente
achaparrado. El incremento de la salinidad induce desequilibrios entre la raíz y la parte aérea.
La alfalfa requiere suelos profundos y bien drenados, aunque se cultiva en una amplia variabilidad de
suelos. Los suelos con menos de 60 cm. de profundidad no son aconsejables para la alfalfa.
Antes de realizar la siembra es necesario conocer las características del terreno, contenido de fósforo
y potasio, condiciones de drenaje y sobre todo el pH. Las labores de preparación del terreno se inician
con un subsolado (para remover las capas profundas sin voltearlas ni mezclarlas) que mejorará las
condiciones de drenaje y aumentará la capacidad de almacenamiento de agua del suelo. Esta labor es
muy importante en el cultivo de la alfalfa, pues las raíces son muy profundas y subsolando se favorece
que estas penetren con facilidad.
A continuación, se realizan sucesivos gradeos (de 2 a 3), con la finalidad de nivelar el terreno,
disminuir el encharcamiento debido al riego o a intensas lluvias y eliminar las malas hierbas existentes.
Se recomienda intercalar las labores con aplicaciones de abonos y enmiendas realizadas al mismo
tiempo que los gradeos, para mezclar los fertilizantes con la tierra y homogeneizar su distribución.
Conviene aplicar el abonado de fondo y el encalado dos meses antes de la siembra para permitir su
descomposición y estar a disposición de la plántula después de la germinación.
5.2. Siembra.
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Los métodos de siembra son a voleo o con sembradoras específicas de pratenses. La mayoría de las
siembras se hacen sólo con alfalfa, pero también puede asociarse a otras gramíneas las fechas de
siembra están condicionadas por la alternancia de los cultivos que se sigue en la explotación.
En regiones cálidas y praderas de secano la siembra se realizará en otoño, pues el riesgo de heladas
tempranas es muy reducido; además la planta desarrolla su sistema radicular, almacena las reservas y
a partir de la primavera siguiente la explotación está en un nivel alto de producción. Se aconsejan las
siembras primaverales en zonas frías de secano. En cultivos de regadío la siembra se realizará en
primavera, aun teniendo en cuenta que su mayor inconveniente es la presencia de malas hierbas.
En siembras asociadas con gramíneas la dosis de alfalfa debe reducirse a 6-8 kg/ha en praderas con
pastoreo, y a 12-16 kg/ha en el caso de praderas de siega.
Depende del tipo de suelo: en terrenos pesados la profundidad está comprendida entre 1-1.25 cm., en
terrenos ligeros o arenosos, la profundidad será de 2.5 cm.
5.3. Abonado.
Se aplicará una enmienda caliza a voleo y enterrada con anterioridad a la siembra, ya que el calcio es
muy importante para el crecimiento de la planta y es esencial para la nodulación. La presencia de
manganeso y aluminio reduce el crecimiento de las plantas, afectando negativamente al desarrollo de
las raíces. Entre el fósforo y el aluminio se produce una interacción negativa. La presencia de aluminio
libre en el suelo disminuye la cantidad de fósforo disponible.
-Fósforo. La fertilización fosfórica es muy importante en el año de establecimiento del cultivo, pues
asegura el desarrollo radicular. Como el fósforo se desplaza muy lentamente en el suelo se
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-Potasio. La alfalfa requiere grandes cantidades de este elemento, pues de él depende la resistencia al
frío, sequía y almacenamiento de reservas. Se recomienda aplicar abonado potásico de fondo antes
de la siembra junto con el fósforo. El abonado potásico de mantenimiento se realizará anualmente a la
salida del invierno. En suelos pobres se recomienda un abonado potásico de fondo de 200-300 kg/ha y
restituciones anuales de 100-200 kg/ha. En la siguiente tabla se muestra la equivalencia de las
unidades fertilizantes y de los abonos empleados.
-Azufre. Sus síntomas de carencia suelen coincidir con los de nitrógeno. Si se añade sulfato amónico
el suelo se enriquece lo suficiente para cubrir las necesidades de la planta.
-Boro. Se trata de una carencia muy usual en el cultivo de la alfalfa, ocasionando la detención del
crecimiento, amarillamiento de las hojas terminales y crecimiento entre nudos escaso. Para enriquecer
el suelo en este elemento se mezcla con otros abonos que facilitan su distribución. Se debe tener en
cuenta que los encalados suelen agravar la situación de escasez de boro. Este debe distribuirse
durante el invierno o inmediatamente después de una siega.
-Molibdeno. Los suelos ácidos pueden presentar carencia de molibdeno, que afecta al funcionamiento
de las bacterias fijadoras de nitrógeno. El fósforo y la cal favorecen la absorción y disponibilidad del
molibdeno en el suelo. Los síntomas de carencia coinciden con los del nitrógeno y se suelen dar en
terrenos arenosos y muy ácidos. Cuando es preciso añadirlo al terreno, suele hacerse en forma de
molibdato sódico o amónico.
Elemento fertilizante
Abono orgánico Nitrógeno (kg/tn) P205 (kg/t) K20 (kg/ha)
Estiércol (20-25% de MS) 4 2.5 5.5
Estiércol semilíquido Vacuno-Cerdo (9% MS) 5 2 6
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-Enmiendas calizas. Son materias fertilizantes que contienen calcio y magnesio en forma de óxidos,
hidróxidos o carbonatos. La finalidad de la enmienda cálcica es mantener o incrementar el p H del
suelo así como mejorar las propiedades del mismo. Estas enmiendas se emplean principalmente en
áreas con suelos ácidos.
A continuación, se muestran las enmiendas calizas y magnésicas más empleadas, tipos de productos
y riqueza en fertilizantes. (Gros y Domínguez, 92).
Riqueza en %
Producto
CaO MgO (min) P205 (min)
Calizas molidas 45-55 - -
Productos crudos Calizas magnésicas 30 20 -
Margas 25 - -
Cal viva 70-95 - -
Cal apagada 50-72 - -
Productos cocidos
Cal magnésica 70* 15 -
Cal magnésica apagada 50* 10 -
Escorias Thomas 45-55 2-3 16-20
5.4. Riego.
En áreas húmedas el riego retiene la producción durante los periodos secos cuando la lluvia no
proporciona la humedad suficiente para una elevada producción. En áreas con estaciones húmedas y
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secas definidas el riego proporciona seguridad en caso de sequía durante la estación normalmente
húmeda y para una producción de heno o pasto durante la estación seca.
La alfalfa requiere la administración hídrica de forma fraccionada, ya que sus necesidades varían a lo
largo del ciclo productivo. Si el aporte de agua está por encima de las necesidades de la alfalfa
disminuye la eficiencia de la utilización del agua disponible. El aporte de agua en caso de riego por
inundación es de 1000 m3/ha. En riego por aspersión será de 880 m3/ha.
El control de las malas hierbas durante la nascencia del cultivo se realiza aplicando las técnicas
culturales adecuadas. En los cultivos establecidos, la invasión de las malas hierbas en el alfalfar se
produce antes del rebrote de primavera, debilitando a la alfalfa y retrasando su crecimiento. Las malas
hierbas de verano perjudican a los alfalfares de riego, siendo las más perjudiciales las gramíneas
perennes del verano tipo gramas, que se desarrollan bien con las elevadas temperaturas de esta
época. Si el cultivo de destina a la producción de heno o a la deshidratación, el tratamiento herbicida
se recomienda durante el segundo o tercer año. El empleo de herbicidas depende del tipo de hierba y
del estado vegetativo de la alfalfa.
-Tratamientos de presiembra.
La alfalfa posee sus primeras hojas verdaderas, resultando éstas menos susceptibles a los
tratamientos herbicidas.
Una vez que el alfalfar está invadido por malas hierbas ó éstas invaden la plantación por debilidad de
las plantas de alfalfa en cualquier época del año, la caída de la producción y la degeneración del
alfalfar se produce rápidamente. El manejo adecuado del cultivo mediante siegas facilita el control
sobre las malas hierbas, ayudando al mantenimiento y producción.
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Época de
Hierbas controladas Materia activa Dosis (kg/ha) Forma de aplicación
aplicación
Carbetamida 3-5 l/ha Incorporado en el laboreo.
Gramíneas y anuales
Presiembra Dos aplicaciones en invierno
de hoja ancha
Propyzamida 1-3 y primavera.
La cuscuta (Cuscuta epythinum) carece de hojas, clorofila y raíces, por lo que extrae la savia
elaborada de la planta huésped mediante chupadores. La cuscuta forma una madeja de tallos
filamentosos y volubles que envuelven a la alfalfa hasta ahogarla. La cuscuta se introduce en el alfalfar
por semilla (mezcladas con las de alfalfa) o a través del agua de riego.
*Medidas preventivas.
-Controlar el pastoreo con ganado que pueda proceder de otras parcelas o zonas infectadas.
*Control.
-Segar el rodal afectado, amontonarlo fuera del alfalfar destruyéndolos y tratar la zona segada con
arsenito sódico al 0.5%.
-Aplicar Glisofato a bajas dosis, aunque se pierda parte de la producción del año eliminan la cuscuta y
no destruyen al cultivo.
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La frecuencia del corte varía según el manejo de la cosecha, siendo un criterio muy importante junto
con la fecha del último corte para la determinación del rendimiento y de la persistencia del alfalfar. Los
cortes frecuentes implican un agotamiento de la alfalfa y como consecuencia una reducción en su
rendimiento y densidad. Cuanto más avanzado es el estado vegetativo de la planta en el momento de
defoliación, más rápido tiene lugar el rebrote del crecimiento siguiente. En las regiones cálidas la
alfalfa se corta con el 10% de floración en otoño, en primavera y a principios de verano, y con el 25-
50% de floración durante el verano. El rebrote depende del nivel de reservas reduciéndose éstas
cuando los cortes son frecuentes.
El rebrote no depende solamente de las reservas de carbohidratos de la raíz sino también de la parte
aérea residual. La alfalfa cortada alta deja en la planta tallos ramificados y yemas que permiten el
rebrote continuado. La altura de corte resulta un factor crítico si se corta frecuentemente en estados
tempranos de crecimiento, pues implica una reducción en el rendimiento y una disminución de la
densidad de plantas del alfalfar a causa de las insuficientes reservas acumuladas en los órganos de
almacenamiento. La máxima producción se obtiene con menores alturas de corte y cortadas a
intervalos largos.
6. CLASIFICACIÓN DE ALFALFAS.
7. APROVECHAMIENTO DE LA ALFALFA.
7.1. En verde.
La alfalfa en verde constituye una excelente forma de utilización por su buena calidad e ingestibilidad,
pero conlleva gastos importantes tanto en mecanización como en mano de obra. Al contrario, sucede
con el pastoreo directo, pues constituye la forma más económica de aprovechamiento de una pradera,
junto al pastoreo rotacional.
7.2. Ensilado.
Es un método de conservación de forrajes por medios biológicos, siendo muy adecuado en regiones
húmedas, cuya principal ventaja es la reducción de pérdidas tanto en siega como en almacenamiento.
La posibilidad de ensilar la alfalfa facilita la conservación de los primeros y últimos cortes (realizados
durante la primavera y a principios de otoño), los cuales son más difíciles de henificar, ya que la
probabilidad de lluvias durante este periodo se incrementa. Para conseguir un ensilado de calidad, el
forraje debe contener un elevado porcentaje en materia seca (30-40%), debiendo estar bien troceado
para conseguir un buen apisonamiento en el silo.
7.3. Henificado.
El uso de la alfalfa como heno es característico de regiones con elevadas horas de radiación solar,
escasas precipitaciones y elevadas temperaturas durante el periodo productivo. El proceso de
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7.4. Deshidratado.
El pastoreo es una alternativa a su cultivo en zonas con dificultades de mecanización de las labores de
siega y recolección, además de ser un sistema económico de aprovechamiento en la que se reducen
los costes de la explotación ganadera. Los inconvenientes que limitan el pastoreo de la alfalfa son los
daños del animal sobre la planta (reducen su producción y persistencia) y los trastornos digestivos
sobre el animal.
8. VALOR NUTRICIONAL.
La alfalfa es una excelente planta forrajera que proporciona elevados niveles de proteínas, minerales y
vitaminas de calidad. Su valor energético también es muy alto estando relacionado con el valor
nitrogenado del forraje. Además, es una fuente de minerales como: calcio, fósforo, potasio, magnesio,
azufre, etc. Los elevados niveles de ß-carotenos (precursores de la vitamina A) influyen en la
reproducción de los bovinos.
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% HOJAS TALLOS
Proteína bruta 24 10.7
Grasa bruta 3.1 1.3
Extracto no nitrogenado 45.8 37.3
Fibra bruta 16.4 44.4
Cenizas 10.7 6.3
9. SELECCIÓN Y MEJORA.
10. PLAGAS.
Se trata de un insecto de color verde amarillento y de pequeño tamaño (1 - 2.5 mm) que ataca las
hojas de la alfalfa durante el invierno y principios de la primavera. Los síntomas se manifiestan en las
hojas que aparecen taladradas, y al progresar el ataque quedan reducidas al esqueleto de sus venas.
El tratamiento para combatirla es el uso de Malathion y Diazinon.
Son insectos chupadores de cuerpo globoso que extraen la savia, depositando toxinas que necrosan
los tejidos circundantes. Además, segregan un jugo azucarado que impregna la planta y supone un
caldo de cultivo para los hongos, pudiendo modificar el sabor del forraje, haciéndolo poco apetecible
para el ganado.
Para el control químico se muestra en la siguiente tabla, las materias activas, dosis y presentación de
productos:
El empleo de variedades resistentes como método de control es muy utilizado tanto en Australia como
en E.E.U.U. Las variedades más utilizadas en Australia son: Siriver, Sirotasman, Falkiner y Hunter
River. En E.E.U.U. destacan: CUF 101, WL 311, WL315, WL 318, WL 451, WL 511, WL 512 y WL 514.
La lucha biológica se lleva a cabo tanto en Australia como en E.E.U.U. empleando una avispa (Trioxys
complanatus); esta avispa deposita los huevos dentro del pulgón donde se desarrolla su larva,
produciendo la muerte del mismo.
Es un coleóptero de 10 mm de longitud, cuya larva de color verde con una línea blanca ataca a los
primeros cortes en primavera, produciendo los mayores daños. En la siguiente tabla se muestra la
materia activa, dosis y presentación de productos:
Es un coleóptero crisomélido de 5 mm de longitud y color negro brillante, cuyas larvas son amarillo-
rojizas al nacer oscureciéndose a medida que crecen. Esta plaga reduce considerablemente la
producción primaveral de la alfalfa. Pasados los primeros cortes desaparece hasta la primera cosecha,
ya que sólo tiene una generación al año. Devoran todas las hojas a excepción del nervio central, y en
los últimos estadios devoran los foliolos enteros. A continuación, se muestra las materias activas, dosis
y presentación de productos:
Son curculiónidos de 2 - 3 mm de longitud de color negro con patas amarillas. Las larvas producen
daños en las yemas terminales durante el periodo vegetativo; si las condiciones ambientales le son
favorables, pueden afectar al primer corte. Para su control se recomienda adelantar el corte y
pulverizar con las siguientes materias activas:
Son heterópteros de color verdoso, que ocasionan daños en yemas y caída de flores, pudiendo llegar
a reducir la producción de semilla en un 50%. Para su control se emplea Endosulfan a dosis de 1
kg/ha.
La oruga de color verde produce numerosos daños cuando el ataque es muy fuerte; pasando la
primavera en estado latente en alfalfares de regadío. Se emplean productos como Carbaril, Lindano,
Triclorfon, etc.
Es una plaga polífaga cuya oruga de 3 cm. de longitud se alimenta vorazmente por la noche desde
finales de verano hasta otoño. Como medida preventiva se recomienda la desinsectación previa del
terreno y como método de control químico el empleo de cebos con Fluosisilicato sódico o de bario y
Deltametrin 2.5 % en suspensión concentrada a dosis de 0.03-0.05 %.
Son lepidópteros cuyas larvas de color gris verdoso de 15 - 20 mm de longitud devoran las yemas y
hojas de la alfalfa. Tienen de 3 a 4 generaciones al año, realizando la puesta de huevos en primavera.
Para combatir esta plaga se emplean las siguientes materias activas:
Se trata de curculiónidos cuyas larvas devoran las semillas en el interior de las vainas. Los adultos
deben ser eliminados antes de la puesta y tratando con Fosalone.
Son dípteros que viven de la alfalfa, siendo sus larvas las causantes de los daños. Contarinia
medicaginis es una mosca de 2 mm de longitud, de color amarillo con la cabeza negra, siendo sus
larvas también de color amarillo. Las larvas atacan las flores formando agallas de color rosado,
terminando por secar la flor, causando la llamada Cecidomina. Las larvas de Asphondylia miki viven en
las vainas de las semillas, las de Dasyneura medicaginis son minadoras de hojas y las de D. ignorata
producen graves daños en las yemas causando la Cecidomina de las yemas. Para combatir las
moscas de la alfalfa se recomienda la aplicación de productos como Fosalone y Endosulfan.
Son insectos muy pequeños que se alimentan de las células de las plantas, y al romper los tejidos
aparecen manchas blanquecinas en las hojas, peciolos y yemas. Se recomienda Cipermetrin 5% +
Malation 70% como concentrado emulsionable a dosis de 0.10 - 0.15%.
Se trata de un pequeño arácnido, que se concentra en la parte inferior de las hojas, de las que se
alimenta y en las que pone sus huevos. Los síntomas se manifiestan con puntos translúcidos que se
tornan marrones o negros con el tiempo.
Son organismos de pequeño tamaño (inferior a 1 mm). Considerada una de las plagas que afecta a la
producción de alfalfa, ya que todo el ciclo de vida lo realiza en el tejido de la alfalfa, aunque es
considerado como una plaga de suelo por sobrevivir en el mismo junto a los restos de cosecha. Los
síntomas producidos por Ditylenchus dispaci se manifiestan en el alfalfar en los brotes de la corona,
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que da lugar a tallos cortos, frágiles con nudos anchos y entrenudos cortos. Las hojas jóvenes son
más pequeñas, de color verde claro, llegando a ser casi blancas. Pratylenchus penetrans, Meloidogine
sp. y Trichodorus sp. atacan más a las raíces, dando lugar a una reducción del crecimiento de la
planta. La infección se realiza por transporte de material vegetal, con el agua de riego, con la
maquinaria de siega, animales, etc. Las variedades americanas resistentes a nemátodos son:
Lahontan, AS-13R y Washoe.
11. ENFERMEDADES.
Esta enfermedad puede permanecer en el terreno hasta veinte años, por tanto, una vez que el suelo
se ha infectado resulta muy difícil sanearlo. El síntoma clásico es la aparición en el cuello de una
podredumbre que inicialmente afecta a la zona más externa, pero profundizando hasta la raíz principal.
Las medidas preventivas más eficaces son el encalado del terreno, la mejora del drenaje del mismo
para evitar el exceso de agua y evitar pastoreos muy intensos a final de otoño.
Se trata de una enfermedad típica de zonas cálidas. Auque no produce la muerte de la planta, afecta a
la producción y a la calidad del forraje. Los síntomas se manifiestan fundamentalmente en las hojas,
apareciendo pústulas marrones o pardas, de hasta medio milímetro de diámetro, en cuyo interior se
encuentran las esporas. Para combatirla se procede a un corte precoz.
Este hongo ataca al cuello y raíz de la planta, dando lugar a una podredumbre blanca y húmeda. En la
base de los tallos aparece una materia blanquecina en la que se observan unos corpúsculos negros
que son los esclerocios. Esta enfermedad prolifera en otoños lluviosos, empleándose los mismos
métodos de lucha que contra el mal vinoso.
-Mildio de la alfalfa. (Peronospora trifoliorum).
No es una enfermedad muy frecuente pero su ataque resulta especialmente peligroso en el
establecimiento. Los foliolos amarillean con aspecto variegado, llegando el envés a tomar un color
grisáceo si las condiciones ambientales son húmedas.
-Oidio de la alfalfa. (Erysiphe polygoni).
Los ataques de esta enfermedad son poco intensos, manifestándose en el haz y envés de las hojas un
moho blanquecino, debajo del cual se forman puntos negros. El control químico contra oidio se realiza
aplicando Penconazol 10%, como concentrado emulsionable en dosis de 40 cc/100 l de agua.
-Antracnosis. (Colletotrichum trifolli).
Este hongo ataca a las partes aéreas de la planta, sobre todo a los tallos, llegando incluso hasta el
cuello. Aparecen manchas fusiformes de color oscuro y negras en el centro, impidiendo el movimiento
de agua y nutrientes, dando lugar a la muerte de las partes aéreas superiores. Esta enfermedad es
más común en alfalfares ya establecidos que en los recién sembrados, y especialmente en los últimos
cortes.
-Marchitez bacteriana. (Corynebacterium insidiosum, Pseudomonas medicaginis).
Las plantas atacadas por Corynebacterium insidiosum presentan síntomas de detención del
crecimiento de la punta del tallo y amarilleamiento al segundo o tercer año del establecimiento. Las
plantas enfermas producen un gran número de tallos finos, de escaso vigor extendiéndose la infección
por todo el tejido vascular. Pseudomonas medicagis es una marchitez del tallo muy extendida en
E.E.U.U., presentando manchas marrones, en forma lineal, en los tallos, sobre las que surgen gotas
del exudado bacteriano. Esta enfermedad está relacionada con las heridas al segar o por heladas
tardías. No existe un tratamiento eficaz contra esta enfermedad, pero se deben tomar medidas
preventivas como es una fertilización adecuada, buen manejo y realizar los cortes en épocas secas.
En E.E.U.U. se emplean variedades resistentes como Ranger, Bufalo y Caliverde.
-Virus del mosaico.
Los síntomas se manifiestan por la aparición de manchas amarillentas intervenosas en las hojas
durante la primavera y otoño. Las medidas de control se basan en reducir la presencia de áfidos
transmisores de virus, así como el empleo de semillas certificadas.
-Virus de las enations.
Se caracteriza por la presencia de abultamientos en las nerviaciones principales de las hojas que dan
lugar a su arrugamiento. Las medidas de control serán iguales a las del virus del mosaico.