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Instruyendo Al Niño

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 Sermon de Presentació n de Niñ os | Dios | Fe

Source : cinturones.de2wa.com
Acción de Gracias
Nombre: Carlos Jared Ajanel Pelicó .
Padres: Carlos Ajanel, Glandy Pelicó

VIENDO A LOS NIÑOS COMO DIOS LOS VE

Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo


deshecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante
de sus ojos, pero Jehová mira el corazó n” (1 Samuel 16:7).

Salmos 127:3

ENFOQUE

Muchos padres no sienten que sus hijos son importantes o que valen tiempo y esfuerzo. Muy
continuamente las ocupaciones de los padres toman prioridad, y muchos niñ os nunca alcanzan
su potencial predispuesto por Dios debido a esto. La Palabra de Dios nos da instrucciones claras
sobre có mo É l ve a todos — incluyendo a los niñ os. É l ve el corazó n.

LO QUE HE APRENDIDO

Nuestra cita clave es sacada de la historia de Samuel, Dios eligiendo un nuevo rey para Israel. El
profeta y sacerdote habló con Dios, pidiendo su direcció n, pero aun así él vio a la situació n y a
David, de la manera en que los adultos normalmente ven a los niñ os — pequeñ os e
insignificantes. Dios tuvo un plan para este pastorcito, y el plan de Dios siempre ha incluido a los
niñ os.

•A. É l diseñ ó a los niñ os para que fueran una bendició n de parte de É l — y no una molestia que se
interpone en el camino de los planes “importantes” de los adultos (Proverbios 17:6).

•B. É l plan de Dios toma a sus criaturas má s inocentes, mansas y vulnerables, y los forma en sus
hijos grandes.

• C. É l quiere que ellos sigan su Palabra, hagan su voluntad y vivan de acuerdo a su propó sito
(Romanos 12:1-2).
• D. É l a menudo usa a estas criaturas pequeñ as para atraer la atenció n de la gente má s grande y
mostrarles có mo deben actuar, si es que quieren entrar en su reino (Marcos 10: 13-16).

• E. É l desea que ellos pertenezcan a una familia donde lo amen mucho a É l y también se amen
mucho el uno al otro (Efesios 6: 1-4).

• F. É l planea que la familia ame a aquellos a su alrededor, de tal modo que compartan las buenas
nuevas de su Palabra (Génesis 18: 17-19).

• G. É l quiere que todos disfruten una vida abundante (Juan 10: 10).

CÓMO VE EL DIABLO A LOS NIÑOS

Mirando a los diferentes tiempos de la historia, es interesante notar que el Diablo sabe dó nde
empezar la destrucció n de un enemigo — matando a los bebés.

• Faraó n ordenó la matanza de todos los bebés recién nacidos para detener el crecimiento de
Israel (É xodo 1:16-17, 22). Pero Moisés fue preservado y creció en el palacio del Faraó n (É xodo
2:1-10).

• Herodes ordenó la matanza de todos los bebés menores de dos añ os de edad, después de que
los reyes sabios de oriente, vinieron buscando al bebé Jesú s (Mateo 2:16-18). José obedeció las
instrucciones del á ngel y llevó a su familia a Egipto para escapar de esta matanza (Mateo 2:13-
15).

Hoy día, los niñ os son el blanco principal del ataque del Diablo contra la humanidad. Veamos
algunas estadísticas (sacadas de la revista Misió n Fronteras, Marzo 2001).

• 35,000 niñ os menores de cinco añ os de edad mueren cada día debido a la desnutrició n.

• 40 millones de niñ os son abortados cada añ o. (El 29% de los bebés concebidos nunca nacen.)

• 2 millones de niñ os mueren cada añ o debido a que no son vacunados.

• 2 millones de niñ os murieron en las guerras durante los ú ltimos veinte añ os.

CÓMO VE DIOS A LOS NIÑOS


“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesú s, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los
cielos? Y llamando Jesú s a un niñ o, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo que si no os
volvéis y os hacéis como niñ os, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se
humille como este niñ o, éste es mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi
nombre a un niñ o como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos
pequeñ os que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de
asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:1-6).

En todo el sinó ptico de los evangelios, Jesú s nos da un entendimiento claro de có mo É l ve a los
niñ os:

A. El mayor en su reino, es aquel que cambia su actitud de “adulto”, para tener el cará cter de
un niñ o.

B. Cualquiera que haga dañ o (ofenda) a uno de sus niñ os (ya sea en realidad un niñ o o un
creyente con el cará cter de un niñ o) estará en un problema serio.

C. Aquellos que reciben a los niñ os en su nombre, lo reciben a É l.

D. El cielo va a estar lleno de gente, de quienes su cará cter son como el de un niñ o.

Los discípulos trataron de despedir a los niñ os que eran presentados a Jesú s. Ellos pensaron que
el Maestro estaba muy ocupado con “cosas importantes”, como para tomarse un tiempo con tales
niñ os. Pero Jesú s se tomó el tiempo para bendecirlos y para hacer recordar a los adultos que los
niñ os son importantes en su reino.

“Y le presentaban niñ os para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los
presentaban. Viéndolo Jesú s, se indignó , y les dijo: Dejad a los niñ os venir a mí, y no se lo
impidá is, porque de los tales es el reino de Dios. Y tomá ndolos en los brazos, poniendo las manos
sobre ellos, los bendecía” (Marcos 10:13-16).

Note que las narraciones de estas bendiciones a los niñ os (Mateo 19:13-15;

La iglesia primitiva obviamente entendió las lecciones que Jesú s enseñ ó sobre el valor de los
niñ os. Cuando Pablo escribió a Timoteo, dá ndole instrucciones para la iglesia en É feso, él habló
de lo importante que es que los santos cuiden de sus familias y provean para sus necesidades.
LOS PADRES DEBEN DE PROVEER PARA SUS HIJOS:
A. “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado
la fe, y es peor que un incrédulo.” (1. Timoteo 5:8).

Esto es especialmente importante para los líderes de la iglesia.


“Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeció n con toda honestidad (pues el que no
sabe gobernar su propia casa, ¿có mo cuidará de la iglesia de Dios?)” (1. Timoteo 3:4-5).

¿CÓ MO VE DIOS A LOS NIÑ OS?

“Los hijos son una herencia del SEÑ OR, los frutos del vientre son una recompensa. Como flechas en las manos
del guerrero son los hijos de la juventud. Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas. No será n
avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales” (Salmos 127:3-5; NVI)

• Los niñ os son tesoros sin precio, son una herencia del Señ or (Salmos 127:3- 5).

• É l toma seriamente a cualquiera que hiciese dañ o a uno de estos regalos preciosos (Mateo 18:1-6; Marcos
9:33-37; Lucas 9:46-48).

• É l no está de acuerdo con los padres que no aman y crían apropiadamente a sus hijos — juntos como una
familia (Marcos 10:2-12; I Timoteo 5:8).

• Su desacuerdo incluye a cualquiera que no se toma el tiempo de ministrarlos espiritualmente (Mateo 19:13-
15; Marcos 10:13-16; Lucas 18:15-17).

CONCLUSIÓN
Durante la historia, las naciones han sido conquistadas mediante la destrucció n de los niñ os, usualmente
mediante la caída de sus familias, pero Dios siempre ha tenido un plan. Una y otra vez, É l ha usado la docilidad
o la mansedumbre de un bebé para traer salvació n a una situació n sin esperanza.

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para
que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopció n de hijos” (Gá latas 4:4-5).

Jesú s no tuvo un padre terrenal, pero É l inició su vida de la misma manera que tú y yo lo hicimos — como bebé.
Esto significa que É l tuvo que crecer y aprender y seguir el proceso normal por el cual todos los niñ os pasan
para convertirse en adultos. É l no apuró el proceso. É l no omitió los períodos de la vida que todos enfrentamos
(bebé, infancia, pubertad, adolescencia y juventud adulta). El pasó por todo el proceso y se convirtió en un
hombre maduro victorioso.

“Y el niñ o crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40).

“Cuando algo equivocado necesita correcció n, O cuando una verdad necesita ser predicada, O un continente
necesita ser abierto,

Dios envía a un bebé al mundo para que lo haga.”  John Maxwell

Aunque ejércitos han tratado de destruir a los niñ os, y reyes han tratado de pisotearlos, los bebé s que Dios
envía como medio de rescate, siempre han sobrevivido. Los bebés crecen para ser niñ os. Los niñ os crecen para
ser jovencitos y jovencitas. Después crecen para ser hombres y mujeres. Sin ellos, la bendició n de esperanza no
continuaría. No veas la semilla de su principio, sino má s bien el á rbol de su madurez, a medida que das gozo y
suples las necesidades del futuro. Cuando veas a los niñ os, ve líderes con visió n, ve padres y madres de valentía
y fe, ve una nueva generació n de creyentes, llevando la antorcha de la verdad hasta que Jesú s regrese.

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