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Bauxita 2
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Resumen
Estudios actualizados de teledetección y estimación de recursos de bauxita en la Serranía La
Cerbatana, localizada a 45 km al este de Los Pijiguaos y 90 km al sur de Caicara del Orinoco, indican
la presencia de un importante potencial de este mineral en 3900 km2.
Estas bauxitas se derivan de la meteorización de rocas plutónicas ácidas, sintectónicas tardías, post
colisiónales y calco alcalinas, conocidas como Granito Santa Rosalía de la Provincia Geológica
Cuchivero del Escudo de Guayana.
Se identificaron 4 áreas de interés con un potencial de reservas de 2360 Mtn, de los cuales 150 Mtn
habían sido descubiertas por Tecmin (1991) en el depósito denominado Cerbatana Central.
Investigaciones del terreno señalan que este depósito posee un tenor mayor al del Yacimiento Los
Pijiguaos, al igual que un menor contenido de hierro e inferior variabilidad.
Considerando lo expuesto, se recomienda el protocolo de investigación geológica de campo para
confirmar reservas, teniendo en cuenta la prefactibilidad técnica/económica/ambiental. La presencia
de yacimientos de bauxita en el área investigada sería el detonante para crear polos de desarrollo,
incluyendo la implementación de la cadena de valor agregado, desde la extracción hasta la
fabricación de partes y componentes de aluminio.
Introducción
La demanda de petróleo, fuente casi exclusiva de generación de divisas para el país, en estado de
amenaza debido a la disminución de su consumo para combustibles fósiles y en vista de su
comprobado impacto sobre el calentamiento global, por el efecto invernadero acumulativo, está
causando la emisión nociva de CO2 asociado; por esta razón existe la obligación de diversificar
nuestra economía para buscar formas alternas de generación de riqueza, a través de otros
derroteros, entre los cuales, destaca la cadena de valor agregado sucesivo, constituida por la bauxita/
la alúmina/el aluminio/la fabricación de partes y componentes que debe desarrollarse, en lo posible,
a nivel nacional.
Para ello contamos con la mayoría de los ingredientes necesarios: 1) Yacimientos conocidos y
potencial remarcable. 2) Mano de obra calificada hasta el eslabón de la producción de aluminio.
3) Infraestructuras de procesamiento y plantas instaladas. 4) Energía barata derivada de procesos
amigables con el ambiente, hidroelectricidad. 5) Instalaciones portuarias fluviales y marítimas
importantes. 6) Posición geográfica privilegiada del país con respecto a los mercados demandantes
de mayor relevancia.
Adicionalmente, se dispone de una situación ventajosa con respecto a la mayoría de los países con
reservas de bauxita, al contar con todos los aspectos favorables para la oportunidad en que se desee
y puedan integrarse los extremos de la cadena de valor agregado sucesivo ya referida.
A manera de una modesta contribución a estos planteamientos, los autores de este estudio, todos
ex empleados de CVG Tecmin, han tomado la iniciativa de realizar un estudio a nivel de teledetección
sobre el primer eslabón de esta cadena, la bauxita, en un área específica y conveniente. Esta área
se trata de una superficie de unos 3900 km2, que ocupa una fracción de la extensa región, donde
está emplazado El Granito de Santa Rosalía (GSR), en el borde noroccidental del Estado Bolívar, a
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unos 90 y 45 km al sur y este, respectivamente, de las poblaciones de Caicara del Orinoco y Los
Pijiguaos (figura 1).
Las razones y motivaciones que conllevan a la selección del área de estudio se proponen a
continuación:
A. Existencia de bauxitas de alto grado comprobada por trabajos exploratorios conducidos por
CVG Tecmin a finales de los 80 e inicios de los 90 en uno de los plateaus más importantes
de la serranía ya mencionada e identificado como el depósito Cerbatana Central (CC), el cual
formará parte de este trabajo como se indicará en capitulo posterior (Figuras 1 y 3).
B. Presencia del GSR, roca madre adecuada para la generación de bauxita, como sustrato
predominante en el área de estudio (Figura 2).
C. La proximidad relativa a la infraestructura de transporte masivo, que constituye el eje fluvial
del Rio Orinoco para trasladar bauxita desde Los Pijiguaos hasta Ciudad Guayana.
D. El avance tecnológico acontecido en el campo de la informática que incluye el uso de los
sensores remotos, con mejor y mayor resolución, aunado al manejo y manipulación
automática de datos de sistemas geodésicos, cartográficos y topográficos de detalle inter
relacionables georeferencialmente entre sí, junto con la inevitable mejora de los métodos y
técnicas de evaluación de reservas, lo cual optimizará la definición sobre los objetivos
planteados en este estudio.
E. La Importante disponibilidad de información geológica básica y de detalle, generada en el
pasado por instituciones públicas y académicas de prestigio, potenciada con la experiencia
documentada de profesionales avezados en las geociencias en los campos de exploración y
explotación de bauxita, desde hace más de 70 años en el sur del país.
De manera que este trabajo de investigación se desarrolla básicamente para definir como primer
objetivo, una reestimación de las reservas de bauxitas de alto grado del depósito de CC y como
segundo propósito, la identificación de blancos exploratorios con indicios y elementos geológicos
favorables para albergar otros depósitos de bauxita no conocidos hasta ahora.
Antecedentes
La Región Guayana, dado su contexto geológico regional, dominado por rocas ígneas, metamórficas
y sedimentarias del Precámbrico, fue siempre percibida por los geólogos pioneros como un reservorio
potencial de importantes acumulaciones de bauxitas lateríticas, condición que ha sido comprobada
posteriormente en forma fehaciente, tal y como será expuesto en los párrafos subyacentes:
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Los primeros hallazgos de este mineral se remontan a los años 40 del siglo XX, los cuales fueron
ubicados en los alrededores de la población de Upata, Estado Bolívar, y se trata de un grupo de
depósitos de alta pureza, pero de muy modestas dimensiones (MEM, Perfetti, 1951).
En las dos décadas siguientes, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) pone en evidencia
acumulaciones importantes de bauxitas lateríticas de calidades marginales, cuyos contenidos de
hierro representan inconvenientes para su procesamiento en los hornos de digestión de alúmina.
Estas bauxitas están asociadas con los perfiles de meteorización de rocas intrusivas de diabasas,
de aparente edad jurásica, en los granitos de Supamo y las sedimentarias de la Formación Roraima,
destacándose los depósitos existentes en la Altiplanicie de Nuria y la Serranía Los Guaicas,
respectivamente.
El MEM con información de sensores remotos y cartografía regional suministrados por CODESUR,
señala la presencia de extensos mantos de bauxita laterítica de alto grado en la Serranía Los
Pijiguaos (Mendoza, 1972); el hallazgo es de tal importancia, que se crea la empresa CVG Bauxiven
con la misión de evaluar y desarrollar la extracción de estas materias primas para ser procesadas en
plantas metalúrgicas ya instaladas en Ciudad Guayana y las cuales usaban, para ese entonces,
bauxitas importadas desde países del Caribe, Guyana y Surinam, aprovechando el bajo costo de la
energía hidroeléctrica proporcionada por el Río Caroní.
Con el inminente desarrollo del gigantesco proyecto hidroeléctrico del Río Caroní, se mantiene el
interés por localizar reservas de bauxita en la Región Guayana, a los fines de tratarlas en las plantas
mencionadas e integrar este recurso mineral con la producción de aluminio autóctono, incluyendo
actividades vinculadas, aguas abajo, con la fabricación de partes y utensilios, este último propósito
todavía en desarrollo.
En 1987 se pone en marcha la extracción y transporte fluvial por 650 Km (Rio Orinoco), de la bauxita
de Los Pijiguaos hasta Ciudad Guayana por parte de CVG Bauxiven, con apoyo técnico y operacional
de CVG Ferrominera Orinoco, aprovechando la trayectoria y la comprobada experiencia de esta
última, en minería de cielo abierto y manejo ferroviario.
Casi simultáneamente con el inicio de la explotación en el Cerro Páez en Los Pijiguaos, otra empresa
del holding CVG de naturaleza estratégica (CVG Técnica Minera, Tecmin), dedicada al inventario de
los recursos naturales de la Región Guayana, localiza en las mesetas de la Serranía Paisapa, a
unos 20 km al norte franco de la población de El Palmar, en el Estado Bolívar, un importante depósito
de bauxitas lateríticas; estas bauxitas son de bajo grado, pero susceptibles de concentración y
beneficio, encontrándose además a tan sólo unos 90 Km de las factorías básicas de Ciudad
Guayana, situación que califica a este depósito, como una alternativa con posibilidades de ser,
incluso, más económica que el Yacimiento Los Pijiguaos.
Esta misma empresa localiza, poco después, en el Estado Amazonas y por medio de estudios
regionales de gran visión a escala 1:250.000, otros depósitos de bauxita (Chivapure y Cataniapo) en
el mismo contexto geológico, donde se emplazan las bauxitas de Los Pijiguaos, el Batolito de El
Parguaza, unidad litológica regional que trasciende geográficamente hacia el oeste y el norte de esa
entidad federal.
El último hallazgo relevante de bauxita es, también, producto del protagonismo de CVG Tecmin,
empresa que aplica un protocolo de exploración en cooperación con el BRGM de Francia y tecnología
satelital SPOT, muy avanzado para la época y que se traduce en el descubrimiento del depósito de
bauxitas lateríticas de alto grado de Cerbatana Central (CC).
Ya para el 2001 hay consenso general en cuanto a que Venezuela es uno de los países con mayores
reservas de bauxitas lateríticas, estimándose un potencial entre reservas probadas, probables y
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posibles de unos 6000 millones de toneladas (Meyer, 2001 y Mendoza, 2013), sin contar con las
reservas que se pudiesen localizar en el área de estudio de este trabajo.
Finalmente, resulta pertinente señalar que la búsqueda y el desarrollo de la minería de bauxita en
Venezuela, a diferencia de la prospección y extracción del hierro, petróleo y oro, entre otros,
desarrollados por capitales, iniciativas y tecnología foráneos, han sido conducidos, exclusivamente,
por empresas y técnicos venezolanos.
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SiO2 Al2O3 Fe2O3 Cuarzo Feldespatos Máficos
GRP 69.30 15.10 5.70 23.70 42.30 6.60
GSR 72.50 13.70 1.80 32.30 37.50 1.90
Tabla 1. Composiciones químicas y modales de los GRP Y GSR.
En general, todo indica que, a pesar de las diferencias en composición química y mineralógica entre
los mencionados tipos de granitos, ambos son protomenas de bauxitas lateríticas con características
particulares en su anisotropía, igualmente química y mineralógica. De manera que los GSR y GRP
sólo necesitan ser sometidos durante un muy extenso tiempo geológico de decenas de millones de
años, a variables tales como estabilidad tectónica/climática, presencia de geoformas favorables,
permeabilidad y fracturamiento; este último causado por: a) dilatación de las rocas por el diferencial
entre las temperaturas diurnas vs nocturnas, generadora de rupturas de diversa orientación
(Mendoza y Reyes, comunicación personal), b) tectonismo y fallamiento con diaclasas asociadas
(Bertani, Moreno y Torrealba, 1984) y/o combinación de ambas, para que la meteorización química
proceda, intensiva y extensivamente, a promover la laterización sobre estas rocas madres con la
consecuente generación de bauxitas de diversas características (tablas 2 y 3).
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.- Adaptada, que se trata de especies endémicas, de nichos reducidos y especializadas a
condiciones extremas de disponibilidad de nutrientes y agua, de tamaño arbustivo y escasa densidad
de distribución (figuras 3, 4 y 5).
.- Afectada, la cual consiste de las mismas especies del bosque tropical circundante, que han tenido
un crecimiento disminuido por efecto de las condiciones extremas antes mencionadas, con respecto
a sus congéneres, sobre sustratos más arcillosos no lateríticos y con mayor fertilidad. Esta se refleja,
a nivel de sensores remotos, con una
textura fina por la menor dimensión
de las copas sus árboles, pero con
una presencia de alta densidad
(Figuras 3,4 y 5).
En general, podríamos establecer que ambos tipos de vegetación suprayacen los plateaus
mineralizados, pero a veces, pueden no estar necesariamente presentes; algunos de los más
importantes depósitos conocidos de bauxitas lateríticas, están cubiertos total o parcialmente por el
bosque denso tropical y es probable que acumulaciones de humus y/o materiales coluviales u otras
condiciones edáficas específicas sobre las bauxitas, permitan el crecimiento de especies selváticas
sobre las zonas mineralizadas (figura 4).
Figura 4. Foto Izq: Plateau de la Serranía Paisapa en los cuales no existe presencia de vegetación adaptada/ afectada.
Foto Der: Plateau CC en el cual si existe presencia de vegetación adaptada afectada de tonos verdes claros. En
ambos casos esta presente bauxita subyacente a los diversos tipos de vegetación.
En todo caso, está claro que la presencia de vegetación adaptada y/o afectada no siempre es
consecuencia de pavimentos bauxíticos; otros tipos de sustrato pueden desarrollar el mismo
fenómeno, tales como afloramientos de unidades pétreas, escaso e incipiente desarrollo saprolítico,
presencia de rocas con altas concentraciones de sílice (areniscas, cuarcitas, etc.) y otras (figura 5).
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Figura 5. Presencia de vegetación
adaptada/afectada sobre sustratos no
lateríticos de escaso desarrollo saprolitico
casi a nivel de afloramiento de rocas
(GSR).
Por las consideraciones ya expuestas en relación con las dos guías de exploración regional referidas,
hemos estimado que los aspectos geomorfológicos tienen, sin duda alguna, el papel más relevante
en el proceso de localización de importantes depósitos de bauxitas lateríticas. La geomorfología
típica del plateau de tope plano, con pendientes de ángulo bajo e inclinación moderada, es una
condición omnipresente en todos los depósitos de bauxitas lateríticas conocidos en Venezuela; en la
Serranía Paisapa (El Palmar), Altiplanicie de Nuria (El Miamo), La Mesa de la Carata (Upata), Cerro
Páez (Los Pijiguaos) y Cerbatana Central, entre otros (figuras 3,4 y 6).
Estudios de teledetección con imágenes SPOT sobre el Yacimiento Los Pijiguaos, determinaron que
las características geomorfológicas y la vegetación pueden ser utilizadas como guías de prospección
regional, en la búsqueda de bauxitas lateríticas en zonas cubiertas de selva tropical densa (Brojanigo
y Delpont, 1991).
Ambos rasgos, geomorfología y vegetación, son muy perceptibles a nivel de sensores remotos, razón
por la cual ponen en evidencia depósitos lateríticos suprayacentes a rocas madres adecuadas,
especialmente en las paleo superficies o niveles de erosión conocidos del Escudo de Guayana, los
cuales albergan la mayoría de los depósitos supergénicos de aluminio, hierro y manganeso (Mayer,
2001 y Mendoza, 2005), detalle que se ilustra en las figuras 3 y 6.
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Figura 7. Áreas mineralizadas
seleccionadas por Tecmin en
1991 (amarillo) y en este
estudio en 2021 (azul-
amarillo), donde prevalece la
geomorfología sobre la
condición del estado de la
vegetación.
Para este trabajo se consideró que la estimación de reservas es sobre la base de que todo el plateau
está mineralizado por encima de la cota 760 msnm, independientemente del tipo de vegetación que
lo cubre (adaptada/afectada y selva alta tropical) y con rangos de inclinación del terreno o relieve de
topes de plateau menores a 18 grados de inclinación (figura 7). Estas condiciones fueron
extrapoladas desde el Yacimiento Los Pijiguaos, el cual ha sido exhaustivamente estudiado en 9
bloques destinados a la explotación al corto, mediano y largo plazo, a través de perforaciones
exploratorias e información de producción y control de calidad. También fue referida la data
proveniente de otros depósitos menos conocidos en detalle, tal como la serranía de Paisapa (Tecmin,
1988). En otras palabras, los indicios geológicos señalan que es válido y coherente tomar en cuenta
un área mineralizada de mayor dimensión, que hace tres décadas para el caso que nos compete,
depósito de Cerbatana Central.
Por otra parte, se aprovechan tecnologías avanzadas y actualizadas referentes a evaluación de
reservas, complementadas con el uso de sistemas informáticos, cartográficos, geodésicos y
topográficos, cuya información es intercambiable y vinculada georeferencialmente entre ellos
(AutoCAD, Google Earth, QGIS, Petrel, Global Mapper, etc). El manejo apropiado de estos datos
permite disponer de una mejor aproximación del potencial de reservas del depósito en cuestión, tal
como se explicará en lo sucesivo.
Para esta oportunidad, como ya se especificó, se tomaron parámetros, premisas y variables del
Yacimiento Los Pijiguaos, entre los cuales destacan:
➢ Toda el área del plateau con pendientes menores a 18 grados de inclinación está
mineralizada (figura 8).
➢ En los topes del plateau comprendidos entre cero y doce grados de inclinación, se asumen
espesores promedio de bauxitas de 7.6 m (figura 8).
➢ A las laderas del plateau con pendientes entre 12 y 18 grados de inclinación se le asignan
espesores promedio de 3 m, por efecto de acuñamiento del mineral (figura 8).
Adicionalmente, hay que indicar que el subsuelo del depósito CC fue estudiado, en forma preliminar,
por medio de la excavación manual de 15 calicatas, separadas por aproximadamente 1 km y de 4 m
de profundidad, sin alcanzar la base de la mineralización, una lito marga saprolítica caolinizada. Esta
actividad de campo generó 60 muestras consideradas representativas de toda la masa mineral
(Tecmin, 1989).
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La metodología de estimación de reservas aplicada señala la presencia de 390 millones de toneladas
aproximadamente. El análisis de este lote de muestras indica que la calidad promedio del depósito
es 50.64% Al203, 12.25% SiO2 total y 2.42% Fe203, destacándose el bajo contenido de este último
óxido, lo cual se explica por la escasa presencia de minerales ferromagnesianos en la roca madre,
GSR (Tablas 1 y 2). También se nota que las bauxitas de CC son más homogéneas y menos
variables que las bauxitas del Yacimiento de Los Pijiguaos (tabla 3).
Figura 9. Representaciones 3D. Izquierda: vista oeste este desde el Yacimiento Los Pijiguaos. Derecha: visual ortogonal
de la zona de estudio; ambas abarcan la Serranía la Cerbatana.
Las áreas de interés prospectivo tienen elementos comunes e indicios geológicos, que las hacen
relevantes para ser tomadas en cuenta en los protocolos de geología de superficie e investigación
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preliminar del subsuelo (calicatas y trincheras), los cuales confirmarían o descartarían la presencia
de depósitos de bauxita en tales espacios.
El primero de ellos es la presencia de extensas áreas de peniplanicies, conformando topes de
plateau, bastante continuos y de forma regularmente ameboidal, configuración de relieve ya señalada
como favorable para la génesis de bauxitas lateríticas, según Bertani, Moreno y Torrealba en 1984
(figuras 4,6,7,9,10,11 y 12).
Complementariamente, la presencia de vegetación adaptada y/o afectada sobre algunos de los topes
planos, lo cual podría indicar sustratos lateríticos, localmente en dimensiones de hasta centenares
de hectáreas (figuras 4, 6, 7, 9, 10, 11 y 12). La información que hace más perceptible las
características de la vegetación en la zona de estudio ha sido posible obtenerla gracias a la alta
resolución de la aplicación Google Earth con datos importados desde AutoCAD para su correlación
con la geomorfología.
Otro aspecto regional relevante es que ambas expresiones de geomorfología y vegetación están
ubicadas en un rango altimétrico comprendido, aproximadamente, entre los 600 y 1.000 msnm (figura
6). Este rango representa los niveles de erosión o paleo superficies (Nuria), generados desde el
Jurásico (figura 6), dentro de los cuales existe la mayoría de los depósitos supergénicos y lateríticos,
que representan concentraciones económicas de hierro, aluminio y manganeso en el Escudo de
Guayana. En Venezuela, tales son los casos de Cerro Bolívar, Altamira, Cuadrilátero Ferrífero San
Isidro, El Trueno, Arimagua, Paisapa, Los Pijiguaos, Cerbatana Central y Guacuripia.
Finalmente destaca la ubicuidad de GSR como sustrato en el área de estudio, que es una roca madre
válida y adecuada para generar bauxitas de alto grado, tal y como fue comprobado con el hallazgo
del depósito de Cerbatana Central (Figuras 2,3,7,8,9 y tablas 1 y 2).
En definitiva, un análisis con teledetección actual, con técnicas más sofisticadas y vigentes
disponibles, sobre las repuestas geomorfológica y de vegetación, junto con los acertados criterios
documentados de geólogos pioneros y experimentados, permitió identificar tres blancos de interés
prospectivo, descritos a continuación:
Blanco exploratorio Septentrional I, constituido por una penillanura de elongación NS en el
interfluvio de los ríos Turiba y Maniapure, cuyo eje de mayor longitud mide aproximadamente 29 Km
en tanto su ancho promedio se ubica en unos 4.5 Km (figuras 9 y 10).
Blanco exploratorio Septentrional II, el cual es una geoforma similar a la anterior, pero de menores
dimensiones, unos 18 Km de largo por 1.7 Km de ancho promedio y ubicada también en otro
interfluvio conformado por los ríos Maniapure y Chaviripa al oeste y este, respectivamente (figuras 9
y 11).
Blanco exploratorio Meridional III, un sector ubicado en la vertiente sur de la Quebrada La Miel, el
cual representa la menor dimensión en cuanto a la superficie de las zonas planas individuales que a
su vez se presentan en forma discontinua. En todo caso este blanco geoexploratorio se ubica en la
zona más alejada y menos accesible a las infraestructuras de transporte terrestre y fluvial, (figuras 9
y 12).
La tabla 4 indica la potencialidad de reservas de los blancos prospectivos identificados, en función
de las superficies de plateau y de otros parámetros extrapolados del Yacimiento Los Pijiguaos y el
depósito CC, únicas y obligadas referencias más próximas en contextos geológicos similares.
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Figura 10. Detalle del Blanco Figura 11. Detalle del Blanco Figura 12. Detalle del Blanco geoexploratorio
geoexploratorio septentrional I geoexploratorio septentrional II meridional III
Peniplanicies
Sectores de vegetación adaptada/afectada
Afloramiento del GSR
Conclusiones
Según nuevas y actualizadas técnicas de investigación a nivel de teledetección y de evaluación de
reservas, se determinó que el depósito de bauxitas lateríticas de alto grado, denominado Cerbatana
Central y descubierto por Tecmin en 1991, tiene un potencial de reservas de 395 millones de
toneladas con una calidad promedio de 50.64% Al2O3, 12.25% SiO2 total y 2.42% F2O3.
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y otros). De hecho, algunas calicatas excavadas en CC en áreas de plateau cubiertas por bosque
tropical reportan espesores mineralizados mayores de 4 metros (figuras 7 y 8).
También se logró identificar en un radio de unos 40 Km del mencionado depósito, la presencia de 3
blancos de interés prospectivo que pudieran albergar importantes depósitos de bauxitas, dados los
indicios y evidencias geológicas similares al Yacimiento Los Pijiguaos y al depósito de CC con una
magnitud de potencial de reservas de unos 2.000 millones de toneladas. La expectativa es que la
calidad de estas bauxitas sea mayor (con menor variabilidad) a la de las menas del Yacimiento Los
Pijiguaos.
Como recomendación, en todo caso se trata de llamar la atención con respecto a que estos blancos
sean considerados en las exploraciones geológicas de detalle, que tengan lugar en su oportunidad,
dadas sus condiciones de proximidad a los centros de procesamiento existentes o por desarrollar,
por ejemplo, la población de Caicara del Orinoco.
En virtud de lo anteriormente expresado, consideramos pertinente señalar que los yacimientos en
esta área investigada pudieran complementar la producción de Los Pijiguaos, en caso de un
incremento de la demanda o sustituirlo ante su agotamiento.
Bibliografía
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TORREALBA C. (1984), Influencia de la geomorfología y las estructuras tectónicas en el proceso de
bauxitización en el bloque 6 del yacimiento de bauxita de Los Pijiguaos. Inédito. UDO Escuela de
Ciencias de la Tierra, Ciudad Bolivar
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