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La Historia de La Oración de Elías

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La historia de la oración de

Elías
1 Reyes capítulos 17 y 18 (Versión para niños)
por Sharla Guenther

Esta historia se trata de un profeta llamado Elías. Él


era un hombre corriente que cometía errores, que
tenía miedo a veces, pero cuando se trataba de las
cosas realmente importantes, confiaba en Dios. Elías
hizo cosas maravillosas con la ayuda de Dios y éste
hizo cosas importantes por Elías.
Debes saber algunas cosas antes de que
comencemos esta historia, como que la tierra de
Israel, a donde iba Elías, era malvada. Había un rey
llamado Acab, quien creía en un dios llamado Baal (el
dios de la tormenta). El rey y la mayoría de las
personas adoraban a este dios e hicieron muchas
cosas que la Biblia dice que no debemos hacer.
El rey Acab también tenía una esposa llamada
Jezabel. Tanto el rey como su esposa venían de
diferentes familias malvadas. Juntos ayudaron a hacer
de Israel un lugar que no le agradaba a Dios. Es por
esto que Dios envió a Elías, para mostrarle a la gente
que Dios era más poderoso, y a quien debían adorar.
Todo comenzó cuando Dios le dijo a Elías que
entregara un mensaje al Rey Acab. Elías fue donde
Acab y le dijo, "Mi Dios me ha dicho que no habrá
lluvia y ni siquiera rocío en los próximos tres años,
hasta que yo así lo pida." Voy a adivinar que Acab no
creyó que esto pasaría porque él adoraba a Baal, que
era el dios de la tormenta, y este debería poder darle
lluvia cuando la gente orara pidiéndola.
Ahora piensa por un segundo, si no hubiera lluvia,
nieve, o inclusive rocío por tres años; el tamaño de ríos
y lagos se reduciría mucho, o inclusive se secarían
completamente. Como de allí obtenemos nuestra
agua, probablemente ya no podríamos bañarnos ni
descargar las cisternas de los inodoros. Tomar agua
ya no sería tan fácil, y tal vez solo se nos permitiría
tomar un vaso de agua por día.

Después de que Elías le dijo al Rey


Acab lo que pasaría, el Señor le dijo a Elías que se
marchara y se escondiera. Y mientras que no había
lluvia y no muchos alimentos en la tierra, Dios se
aseguró de que Elías tuviera lo que necesitaba. Se
quedó cerca de un arroyo, donde había agua que
podía beber, y un tipo de ave llamada cuervo, le trajo
pan y carne para el desayuno y la cena todos los
días. Genial, ¿verdad?
Después de que había pasado un tiempo, el arroyo del
que había estado bebiendo Elías se secó, y no había
más agua para tomar. Así que Dios le dijo a Elías que
fuera a un lugar llamado Zarephath, donde encontraría
a una mujer que le daría comida y agua para beber.
Así que Elías confió en Dios e hizo lo que le había
pedido. Cuando Elías llegó a la entrada del pueblo, vio
a una mujer que recogía leña. Elías le dijo: "¿podrías,
por favor, traerme un poco de agua para beber en una
taza, y un pedazo pequeño de pan?"
Ella contestó, "Yo creo en Dios igual que tú, pero no
tengo pan para comer, solo un poco de harina en un
tarro y un poco de aceite en un jarro. Estaba a punto
de regresar a casa a preparar el resto de la comida
para mí y para mi hijo, y luego probablemente
moriríamos, porque ya no nos quedarían alimentos."
Elías le dijo, "¡No temas! Ve a casa y prepara la
comida para ti y para tu hijo, pero primero haz una
hogaza pequeña de pan para mí, y tráemela. El Señor
me ha dicho que si haces esto, tu tarro de harina
nunca estará vacío, y el jarro de aceite no se secará,
hasta el día en que el Señor envíe lluvia a la tierra."
Así que ella fue a casa e hizo lo que Elías le había
dicho, y todos los días había comida para Elías, la
mujer y su hijo. Imagina que tratas de vaciar un vaso
de agua, pero nunca se acaba. Este fue otro de los
sorprendentes milagros de Dios.
Todo iba bien hasta que el hijo de la mujer enfermó y
murió. Ella acudió a Elías para pedir su ayuda,
pensaba que Dios la estaba castigando por todos los
errores que había cometido. Así que Elías se apresuró
y fue a su casa y dijo: "entrégame a tu hijo." Tomó al
muchacho en sus brazos y lo llevó a la habitación en el
segundo piso, donde se quedaba. Luego imploró al
Señor: "¡Oh, mi Dios, por favor permite que este
muchacho viva nuevamente!"
Elías extendió sus manos sobre el muchacho e imploró
a Dios tres veces de esta manera. El Señor escuchó
sus suplicas y el muchacho comenzó a respirar. Elías
lo alzó y lo llevo nuevamente al primer piso donde
estaba su madre y dijo: "¡Mira, Dios contestó mi
plegaria, tu hijo está vivo!"
Mientras la mujer abrazaba y besaba a su hijo, dijo a
Elías, "¡Gracias! Sé que el Señor está contigo y lo que
digas es verdad."
Si piensas que esta es una historia genial, ¡esa es solo
la mitad de la historia! Dios le tenía preparadas
muchas más cosas a Elías. El aun debe mostrarle a la
gente de Israel, al Rey Acab y a Jezabel que Baal no
es Dios. Elías no sabe cómo va a hacerlo, pero Dios
tiene todo planeado.
Habían pasado más de tres años, sin que hubiera
caído una gota de agua del cielo. Los animales
comenzaban a morir, porque no tenían agua ni
comida.
También durante este tiempo, la malvada Jezabel
estaba tratando de deshacerse de todos los profetas
de Dios como Elías (un profeta es como un cartero,
que entrega mensajes de Dios, para que sepamos lo
que Dios quiere que hagamos). Lo que Jezabel no
sabía es que uno de los sirvientes del rey, de nombre
Obadiah, y quien estaba a cargo del palacio, escondía
a los profetas del Señor en cuevas para mantenerlos a
salvo.
Dios habló a Elías y le dijo: "Ve donde Acab y enviaré
lluvia." Así que Elías fue a buscar a Acab. Cuando
Acab supo que Elías quería verlo, dijo
enfurecido: "¿Eres tú Elías, el alborotador de Israel?"
Elías respondió: "No soy el alborotador. Primero fue
tu padre, y ahora tú desobedeces a Dios una y otra
vez. Dejaste de seguir sus mandamientos para seguir
a Baal. Ahora trae a la gente de Israel a mi encuentro
en el Monte Carmelo. Trae todos los profetas de Baal
y los falsos profetas de Jezabel."
Ninguno de nosotros debería desobedecer a Dios,
pero el Señor estaba disgustado especialmente porque
Acab y su padre eran reyes. Los reyes tenían mucha
responsabilidad, como los presidentes y los primeros
ministros. Ellos hacían leyes, y la gente los
escuchaba, y cuando el Rey y Jezabel gobernaban a
Israel, no adoraban a Dios sino a Baal, y
desafortunadamente muchas personas se volvieron
hacia Baal como ellos.
Toda la gente se reunió en el Monte Carmelo. Elías se
presentó frente a ellos y dijo: "¿Cuánto más seguirán
cambiando de opinión? Si el Señor es Dios, síganlo;
pero si Baal es Dios, síganlo." La multitud se quedó
allí, sin decir palabra.
Luego Elías les dijo, "Esto es lo que haremos. Yo soy
el único profeta que queda del Señor y Baal tiene más
de cuatrocientos. Traigan dos toros, y déjenlos que
escojan uno y yo tomaré el otro. Córtenlo en pedazos,
pónganlo sobre la leña y no prendan fuego. Yo haré lo
mismo. Luego pídanle a Baal y yo pediré al Señor. El
dios que escuche y prenda el fuego es el Dios
verdadero."
Todos asintieron y estuvieron de acuerdo. Así que
Elías dijo a los profetas de Baal, "adelántense y alisten
su toro primero. Pídanle a Baal, pero no prendan
fuego ustedes."
Así que escogieron al mejor toro y lo pusieron sobre la
leña. Luego comenzaron a pedir a Baal que
encendiera el fuego. Gritaban y bailaban alrededor del
altar, pidiendo a Baal que encendiera el
fuego. Gritaron y gritaron desde la mañana hasta el
mediodía, sin recibir respuesta.
Cerca del mediodía, Elías estaba aburrido pero dijo a
los profetas de Baal, "Tal vez no están gritando lo
suficientemente fuerte. Tal vez su dios está ocupado o
durmiendo y no los puede oír, mejor será que griten
más fuerte."
Así que algunos corrieron alrededor pidiendo a Baal,
otros se inclinaban y lloraban a Baal. Nada parecía
ser suficiente, y no sucedió nada.
Quienes creían en Baal habían hecho esto todo el día
y estaban muy cansados. Finalmente, Elías llamó a la
gente hacia su altar y comenzó a construirlo. Tomó
algunas piedras y las puso alrededor de su
altar. Luego construyó una zanja alrededor de su altar
para contener aproximadamente media bañera llena
de agua. Luego Elías hizo algo muy extraño. Le pidió
a la gente que vertiera agua sobre su toro, sobre la
leña y suficiente agua para llenar las zanjas debajo del
altar.
¿Cómo iba Dios a encender un fuego cuando todo el
altar estaba empapado? La gente comenzó a
burlarse, y pensaban que ahora si con seguridad el
Dios de Elías no iba a poder encender el fuego.
Después de que todo el altar estaba completamente
empapado, Elías se acercó y solo oró: "Oh Señor,
Dios de Abraham, Isaac e Israel, muéstranos hoy que
eres el Dios verdadero de Israel y que todo lo que he
hecho ha sido por obedecerte. Contéstame Señor,
para que estas personas puedan creer en ti
nuevamente."
Cuando Elías terminó su plegaria y todos observaban
en silencio, brotó fuego del altar y todo se cubrió de
llamas. Todo se quemó hasta hacerse cenizas, y toda
el agua se evaporó.
Cuando todos vieron esto, se sorprendieron y
comenzaron a caer de rodillas y a gritar, "¡el Señor, el
es Dios! El Señor, ¡es el Dios verdadero!"
Luego todos los profetas de Baal fueron atrapados y
Elías dijo a Acab que observara porque ahora que la
gente no adoraba más a Baal, el Señor enviaría lluvia.
Luego Elías regresó al Monte Carmelo y oró a Dios
para que terminara la maldición y que llegaran las
lluvias. Mientras que oraba le pidió a su sirviente que
mirara hacia el mar para ver si había nubes de
lluvia. El sirviente regresó y dijo, "No hay nada en el
cielo, Elías."
Elías le pidió siete veces que volviera a mirar, y la
séptima vez el sirviente regresó y dijo: "Esta vez
cuando fui a mirar había una nube muy pequeña, tan
pequeña como el puño de la mano, y se estaba
acercando."
Elijas dijo al sirviente: "corre y dile a Acab que si
quiere llegar a su palacio en Jezreel, tendrá que salir
ahora, porque ya viene la lluvia."
Mientras tanto, la pequeña nube se hizo más y más
grande y el cielo se oscureció más y más. El viento
comenzó a soplar y comenzó a llover, y a llover... Y se
acabó la sequía.
Elías y la cueva.
HISTORIA: Lea los siguientes versículos utilizando las preguntas para animar a los niños a compartir
sus ideas: --Lea 1 Reyes 19:1-2--dialoguen acerca de las razones del temor de Elías --Lea 1 Reyes
19:3-5a--¿Qué hizo Elías? ¿Por qué tenía temor? ¿Qué sentía? --Lea 1 Reyes 19:5b-9a--Converse
del milagro que hizo Dios --Lea 1 Reyes 19:9b-13a--¿Qué aprendió Elías de Dios? ¿Cómo habló Dios
con Elías? --Lea 1 Reyes 19:13b-18--¿Cuáles fueron las instrucciones de Dios para Elías? ¿Qué hizo
Dios para animar a Elías?

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