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10 Fabulas, 5 Oraciones Con Sustantivo, 5 Frases Con Articulo, 2 Palabras Ilustradas Con C, S, Z, Sion...
10 Fabulas, 5 Oraciones Con Sustantivo, 5 Frases Con Articulo, 2 Palabras Ilustradas Con C, S, Z, Sion...
10 Fabulas, 5 Oraciones Con Sustantivo, 5 Frases Con Articulo, 2 Palabras Ilustradas Con C, S, Z, Sion...
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos
vivir así!
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y
felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada
del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión
importante: ¿Quien de todos le pondrá el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no
podían contestar a aquella pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos,
absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes.
Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar la cuenta de tres, se inició
la carrera de estos dos contendientes. La tortuga no dejaba de caminar y caminar, pero a su
lento paso, avanzaba tranquilamente hacia la meta.
En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al darse la vuelta y
ya no verla, la liebre vió seguro su éxito sobre la carrera y deicidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vió si por atrás seguía sin llegar la tortuga, pero al mirar
hacia la meta, vió a la tortuga muy cerca de la final, y en un intento desesperado por correr
lo más veloz que pudo, la tortuga llegó y ganó.
Moraleja: la enseñanza es que las metas se consiguen poco a poco, con trabajo y esfuerzo.
Aunque a veces parezcamos lentos, el éxito llegará siempre.
También nos muestra que no tenemos que burlarnos de las personas por sus defectos
físicos, ya que pueden ser mejores en otros aspectos.
Esta fábula tiene un gran valor educativo, ya que hacer las cosas bien hechas es importante
en la educación y para ello es necesario ser pacientes.
EL LEÓN Y EL RATÓN
Érase una vez un león que estaba descansando en la selva, después de un día de caza. Era
un día caluroso y solo le apetecía dormir.
Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón haciendo mucho ruido. El león era tan
grande que ni si quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su nariz.
El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al ratón, preparándose
para comerlo.
“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día seguramente te lo
pagaré”.
Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero fue
generoso y finalmente lo liberó.
Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león quedó atrapado
en la red de un cazador.
Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz y acudió
rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león y este se liberó.
Moraleja: no menosprecies lo que pueden hacer los demás. Aunque parezca lo contrario
todos te pueden ayudar.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día tras día se despertaba tarde y sólo
se dedicaba a cantar, hasta que un día algo le llamó la atención.
Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama cargando pesadas porciones de
comida sobre su espalda, entonces la cigarra bajó de su rama y le preguntó a una.
-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?-
-El invierno se acerca, debemos guardas provisiones para poder pasar la helada-
respondió la hormiga.
A lo que la cigarra luego dijo:
-¡Bah! Trabajar tanto es para bobos, haz como yo, canta y disfruta del verano.
La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes días, la cigarra
seguía cantando y muchas veces componía canciones que se burlaban de su amiguita la
hormiga.
Pero un día, la cigarra despertó y ya no era verano, el invierno había llegado.
La helada era la peor de todas en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama,
pero no pudo. Hambrienta buscó comida, pero no encontró nada.
Entonces recordó que su amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el
verano y se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió. Entonces dijo:
-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y comida!
-¿Pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la hormiga.
-Cantar y bailar- contestó la cigarra.
-¡Pues si eso hiciste en el verano, ahora baila en el invierno!- Dijo la hormiga y cerró la
puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando sobre la lección que había
aprendido.
Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y se llevaba todo el día caminando con
sus ovejas.
Un día estaba tan aburrido que comenzó a preguntarse cómo divertirse. Entonces se le
ocurrió gastar una broma, diciendo que un lobo estaba cerca. Dijo:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Ayuda!
Los vecinos del pueblo acudieron rápidamente con palos para ahuyentar al lobo, pero
cuando llegaron al árbol donde se sentaba Pedro, lo encontraron riendo a carcajadas. Pedro
decía:
¡Ja ja ja! ¡Os lo habéis creído!
Los vecinos se fueron a sus casas pensando que era una broma y que no pasaba nada.
Otro día, de nuevo Pedro se encontraba aburrido y volvió con la misma broma:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socoro! ¡Socoro!
Los vecinos volvieron a acudir rápido, con sus palos y preparados para hacer frente al lobo.
Pero se volvieron a encontrar a Pedro riendo, que reía y decía:
¡Os lo habéis vuelto a creer! ¡Qué incrédulos! ¡Ja ja ja!
Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan graciosa y se fueron malhumorados a
sus casas.
Otro día, Pedro estaba caminando con sus ovejas cuando escuchó un ruido entre los
matorrales. No le dio importancia, pero rápidamente un lobo salió empezó a perseguir a sus
ovejas. Pedro empezó a pedir ayuda:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socorro!
Los vecinos lo escucharon pero no prestaron atención, ya que pensaban que era otra broma
de Pedro.
El lobo pudo atrapar a algunas de sus ovejas y se las llevó para comerlas con su manada.
Moraleja: no mientas, ya que puede que los demás no te crean cuando digas la verdad.
EL CUERVO Y EL ZORRO
Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber logrado robar un queso de
la ventana de una casa.
Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le dijo:
-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le queda muy bien.
El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron ganas de cantar para
celebrarlo, abrió el pico, pero entonces dejó caer el queso.
El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca antes de caer al suelo.
Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas. Puede que sea por interés.
Moraleja: no seas egoísta, avaricioso y escoge solo aquello que necesites. Como bien dice
el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”.
Esta fábula enseña a los niños a no ser tan egoístas, una cualidad muy importante a la hora
desarrollar su personalidad. En un mundo en donde la individualidad prevalece, es bueno
desde pequeños que lo niños aprendan a compartir y a ser generosos con sus iguales.
LA PULGA Y EL HOMBRE
Un hombre disfruta de un buen sueño cuando de repente comenzó a sentir picazón por todo
el cuerpo.
Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué era lo que les estaba
causando tanta molestia. Tras su búsqueda encontró a una minúscula pulga y le dijo las
siguientes palabras:
– ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por todo mi cuerpo y
no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?
– Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu vida para
siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus picaduras, no importa
si es grande o pequeño que pueda ser el prejuicio que me
causes.
Moraleja: nos enseña a que todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar
dispuesto a afrontar las consecuencias. Ya que cuando uno molesta, agrede u ofende a otros
compañeros, debe saber que sus actos irán seguidos de unas consecuencias.
EL CONEJO Y EL CERDO
Había una vez en un colegio un conejo muy presumido que todos los días llevaba sus
zapatitos muy limpios, relucientes, brillantes.
En su misma clase también estaba el cerdito Peny, que tenía mucha envidia al conejo por
sus zapatos.
Pero el cerdito al vivir en una charca de barro sabía que nunca conseguiría tener unos
zapatos como los de su amigo conejo.
Todos los días limpiaba y limpiaba, pero nada seguían igual de sucios.
Un día jugando en el recreo tenía que hacer una carrera para ver quien era el más veloz. El
cerdito asustado, no sabía que hacer, ya que sus zapatillas no eran como las de su amigo.
El día de la carrera, el cerdito Peny no se lo pensó, y salió corriendo a la par que el conejo.
Mientras corría, solo pensaba en ser el ganador y no rendirse nunca, tal y como le decía su
madre.
Al llegar a la meta, todos se quedaron asombrados por la rapidez del cerdito Peny, no
entendían como podía haberle ganado al conejo y sus superzapatillas.
Moraleja: da igual el zapato que lleves, el esfuerzo por conseguir una meta que te
propongas no está en los zapatos sino en ti. Debes ser feliz con lo que tienes, sentirte a
gusto contigo mismo y confiar en ti.
FAMILIA DE HORMIGAS
Había una vez una familia de hormigas formada por la madre, el padre y su dos hijitas.
Pronto se acercaba el invierno, así que toda la familia salió en busca de comida ya que si no
morirían.
Paseando por el prado, se encontraron con otra hormiga, pero esta no era de su misma
especie, ya que era de color rojo y le faltaban dos patitas.
Angustiada, la hormiga roja les pidió ayuda para que la llevasen hasta su casa, ya que
podría morir enterrada por la nieve.
Una vez llegaron las dos a la casa de las hormigas rojas, estas sorprendidas por la
solidaridad de la hormiga negra, le regalaron toda la comida que tenían.
Gracias a esta recompensa, la familia de la hormiga negra pudo sobrevivir todo el invierno
gracias a la familia de hormigas rojas.
Moraleja: hay que ayudar a los demás cuando lo necesiten, ya que algún día también
nosotros podemos necesitar esa ayuda.
También nos enseña a que no hay que prejuzgar ni discriminar a otros por su raza o por su
condición fisica, algo muy importante en la vida, ya que tenemos que educar a nuestros
hijos en la tolerancia y el respeto a la diversidad.
El pájaro ruiseñor
Era un pájaro ruiseñor muy alegre y divertido. Siempre andaba cantando pero era muy muy
despistado.
Una noche cenando con su madre, esta le dijo que no debía cantar hasta mas tarde ya que
los cazadores pasarían a esa hora y si estos les oían podrían matarle.
A la mañana siguiente como todos los días, el pájaro comenzaba a cantar para así atraer a
sus presas. Olvidando lo que le dijo su madre, los cazadores le oyeron y se pusieron a
disparar.
Afortunadamente al pájaro le dio tiempo a esconderse, ya que oyó el canto de su madre
avisando de que estaban los cazadores en la zona
Moraleja: hay que estar muy atentos y escuchar a nuestros padres cuando nos hablen, ya
que un descuido nos puede salir caro.
2. No funciona el televisor.
PALABRAS CON C
Caballo
Cabello
PALABRAS CON S
sábana
semana
PALABRAS CON Z
zafacón.
zafar.
1. ansión
2. cesión
creces
jueces
abreviación.
acetificación.
abducción
dilección
PALABRAS CON X
asfixia
experimentar
PALABRAS CON LL
llaga
llamarada
PALABRAS CON Y
yacaré
yerbal