Guía para la

elaboración
del Plan de
vida espiritual
“Ningún viento es favorable
para el barco que no sabe a
dónde va” - Séneca -
 Muchas veces hemos sentido que algo
anda mal con nuestra vida espiritual. No
sabemos exactamente qué pasa, pero no
estamos contentos con nuestra relación
con Dios.

La mayoría de las veces las

personas son bondadosas, tienen
buenas intenciones y quieren vivir
coherentemente su vida cristiana, pero
falta lo fundamental: herramientas,
medios concretos y un plan de vida. Es decir,
la oración, la frecuencia de los sacramentos,
la práctica de pequeños sacrificios que componen
la ascética cristiana y, sobre todo, la práctica de
las virtudes. Por tal motivo, la ausencia de todos
estos elementos espirituales en nuestra vida hace
imposible que demos el salto a una vida más feliz y
plena.

Sentimos la necesidad de hacer algo para cambiar, el

problema es que no sabemos por dónde comenzar.

“Porque, ¿Quién de vosotros, que quiere edificar una

torre, no se sienta primero a calcular los gastos y
ver si tiene para acabarla”? Lc 14, 28

Todos estamos llamados a ser felices, a amar y

ser amados, a ser santos; estamos llamados a la
salvación. El cielo está abierto y espera por nosotros.

Nuestra vida es una obra de gran importancia y no se

puede tomar a la ligera. ¡Pero! ¿Por dónde empezar?
¿Cuál es el primer paso?

• Todo proyecto comienza siempre por un plan.

Las cosas verdaderamente importantes no las

dejamos a la deriva, a ver como sale, a ver como
sucede, a ver que pasa. No dejes a la deriva el

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proyecto de ser feliz, de amar más, de amarte más,
de alcanzar la santidad. ¿Quieres cambiar tu vida?
Comienza por hacer un plan de vida.

La finalidad del plan de vida se concreta en

encauzar y ordenar el trabajo espiritual. Requiere:
conocimiento personal para detectar la pasión
dominante y sus manifestaciones más frecuentes;
reconocer también las propias virtudes y fortalezas
para avanzar en el camino de la transformación;
discernimiento y prudencia para elegir los mejores
medios y, sobre todo, una gran “determinada
determinación”, como decía Santa Teresa, para
alcanzar el ideal propuesto.

Tu vida no puede pasar desapercibida. Tu vida tiene

un propósito, un por qué y un para qué

“Antes que yo te formara en el seno de materno, te

conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por
profeta de las naciones” Jer 1, 5

• Enfocado, concreto y realista

El plan de vida es un trabajo espiritual, fruto del

conocimiento de sí mismo. Debe estar siempre
enfocado a un proyecto concreto y específico. Quiero
construir una torre, ¿en dónde la quieres construir,
¿cómo es el terreno, que altura
va a tener, que necesito para
realizar su construcción?

El enfoque concreto,
especifico y realista
de un plan de vida es:
la virtud a conquistar.
El cielo es la meta, las
virtudes son los pasos
que tienes que dar para
alcanzarlo.

3
 No podemos prestar atención a todo, ni
tenemos fuerzas suficientes para atacar
al mismo tiempo todos nuestros
defectos. Elige solo uno y trabaja por
erradicarlo todo un año. Aquí rige
también el principio romano “divide
y vencerás”. También a los enemigos
de nuestra alma, externos o internos,
tenemos necesidad de seccionarlos, de
aislarlos, para combatirlos uno a uno y
vencerlos más fácilmente.” Una estrategia
corroborada con otro dicho popular: “El que
mucho abarca poco aprieta”.

• Esfuerzo y perseverancia.

La vida cristiana exige esfuerzo y perseverancia.

Esto traerá consigo el avance en la vida espiritual.
Después de un tiempo y de un sincero esfuerzo, verás
mejorías y avances en tu vida, en tu relación con
Dios, contigo mismo y con los demás.

En este camino de esfuerzo, hay muchas caídas y

fracasos que te harán sentir estancado. La primera
tentación que tendrás es abandonar el plan. Pensarás
que es imposible vivir la vida cristiana de manera
coherente, porque nos encontramos constantemente
con nuestra debilidad y eso nos desanima.

Para cuando llegues a este punto, el recuerdo de

cuando aprendiste a andar en bicicleta puede
ayudarte: Lo más probable es que te hayas caído,
ante esa experiencia tenías dos opciones. La primera
es no querer subir más a la bicicleta, para no caerte
de nuevo, aunque al final no aprendieras. La segunda
es volver a intentar, aunque exista la real posibilidad
de volver a caer.

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 “La vida espiritual es una batalla, eso significa
que a veces se gana y a veces se pierde”
Recuerda: La primera persona a la que le
debes tener paciencia es a ti mismo.

•Conócete, acéptate y supérate

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus

árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El
roble le dijo que se moría porque no podía ser tan
alto como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído
porque no podía dar uvas como la vid. Y la vid se
moría porque no podía florecer como la rosa. La
rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el roble.
Entonces encontró una planta, un clavel floreciendo y
más fresco que nunca.

El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces tan saludable

en medio de este jardín mustio y sombrío? La flor
contestó: Quizás sea porque siempre supuse que
cuando me plantaste querías claveles; si hubieras
querido un roble, lo habrías plantado. En aquel
momento me dije: Intentaré ser clavel de la mejor
manera que pueda, y heme aquí, el más hermoso y
bello clavel de tu jardín.”

Vivimos marchitándonos: en nuestras propias

insatisfacciones, en nuestras
absurdas comparaciones con
los demás... si yo fuera, si yo
tuviera, si mi vida fuera...,
siempre conjugando el
futuro incierto en vez
del presente concreto,
empecinados en no
querer ver, que la
felicidad es un estado
subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy estar
felices con lo que somos, con

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 lo que tenemos, o vivir amargados por lo
que no tenemos o no podemos ser. Sólo
podremos florecer el día que aceptemos
que somos lo que somos, que somos
únicos y que nadie puede hacer lo que
nosotros vinimos a hacer.

Quien se conoce a sí mismo, posee una

gran arma: saber quién es, su fisonomía
moral, psicológica, afectiva, e incluso
física; entonces, podrá planear serena
y confiadamente un plan de vida para su
crecimiento como persona.

Quien se acepta tal cual es, ya inició su camino de

perfección, de crecimiento, pues ya sabe y acepta lo
que tiene naturalmente, su base humana para crecer.
¡Acéptate tal cual eres! Con todas tus grandezas y
tus flaquezas, tus cualidades y tus debilidades, tus
aciertos y tus errores, tus triunfos y tus derrotas.

Quien se supera, quien se esfuerza por ser mejor,

quien lucha por su crecimiento personal, podrá amar
mejor a los demás, servirlos mejor, acelerará su
camino a la madurez personal, será más dueño de sí
mismo, será más grato a Dios.

“Comienza haciendo lo que es necesario, después

lo que es posible y de repente estarás haciendo lo
imposible.”

• Los elementos del plan de vida

“Guarda el orden y el orden te guardará a ti”

San Agustín

Los elementos que componen el plan de vida tienen

su razón de ser. Se comienza con el ideal porque

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me recuerda el destino al que quiero llegar. El lema
es una frase que me recuerda el ideal y me motiva
para seguir trabajando. El defecto dominante es el
enemigo a vencer. Mientras sepamos qué es y dónde
está, será más fácil combatirlo. Los medios con lo
que venceremos serán las virtudes

Importante aclarar: No vas en contra del

defecto, sino a favor de la virtud

1. Ideal

El ideal representa la meta que quiero alcanzar en

mi vida. El ideal es aquello que late en los más noble
de mi ser. Es el horizonte de mi vida y por lo cual
estoy dispuesto a vivir, luchar y sacrificarme. En la
vida espiritual, ese ideal, puede parecer inalcanzable,
pero nos muestra la dirección que le quiero dar a mi
vida de cristiano.

“Sed perfectos como vuestro Padre celestial es

perfecto” (Mt 5,8). En esta vida no podemos alcanzar
esa perfección, pero con la práctica de las virtudes
podemos acercarnos.

El ideal en el plan de vida de todo cristiano debe

ser otro Cristo. La personalidad de Jesucristo es tan

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grande y amplia que tengo que bajarla a un aspecto
que me haga atractiva esa figura de Cristo y que me
saque de mí mismo.

Ejemplos:

Jesucristo ideal de Jesucristo ideal de gozo

mansedumbre en la espiritual en la
tolerancia a los demás benedicencia (para los
(para los que son que son dados a hablar
impacientes) mal de los demás y a la
critica

Jesucristo ideal de Jesucristo ideal de

humildad de corazón servicio en el interés por
para reconocer los los demás y sus cosas
propios defectos (Para (para quien piensa más
quien peca de soberbia) en si mismo)

Jesucristo ideal de Jesucristo ideal de

humildad de corazón castidad, en encauzar la
para reconocer los afectividad (para quien
propios defectos (Para se inclina a la impureza)
quien peca de soberbia)

Jesucristo ideal Jesucristo ideal de

de exigencia en la obediencia en aceptar
laboriosidad las observaciones de los
(para el perezoso) demás (para doblegar la
rebeldía)

Jesucristo ideal de Jesucristo ideal de

reciedumbre de espíritu comprensión y paciencia
en conseguir los (para quien se desespera
propósitos propuestos con los demás)
(para los que son
inconstantes)

Jesucristo es el centro y modelo de toda vida

cristiana y apostólica, pues solo Él nos dará las
gracias necesarias para seguirlo muy de cerca.

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 Importante aclarar: El ideal, aunque es lo
primero que aparece en el plan de vida,
dependerá su elección de cuál sea nuestro
defecto dominante. Es conveniente comenzar
por determinar primero el defecto para
saber con más seguridad la virtud que nos
convendrá trabajar. Describes el ideal y eliges
el lema, una vez que tengas claro el defecto
que no te deja avanzar y la virtud con la que
lo vas a combatir.

2. Lema

El lema tiene como finalidad, recordarte de manera

breve, sintética y positiva, el trabajo que estás
realizando en la virtud que quieres lograr. Su
importancia está en que puedas recordarla con
frecuencia, facilidad y que te motive a lo largo del
día.

Ejemplos:

Conviene que él crezca y Padre, perdónales

yo disminuya porque no saben lo que
hacen.
¡Hágase en mí, según tu Para hacerse grande hay
voluntad! que comenzar por
hacerse pequeño
Confía en el señor, Él Cuando una persona
actuará inclina la cabeza ante
Dios, él se la corona.

¡Por cristo y por las Nadie más está a cargo

almas! de tu felicidad. Tú y Dios
¡Vence aquel que se son los directores de tu
vence a sí mismo! alegría.

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Cuando se trata de No seas un testigo de la
perseguir lo que amas en vida, sé un protagonista
la vida, nunca aceptes el
“no, no puedo”

Al final, lo que realmente Los azotes se acaban, el

importa es que hayas amor de Jesús
amado a Dios y a los permanece
hombres tus hermanos

Dame un corazón de Lo que coseche, eso

apóstol recogeré
El que es fiel en lo Caer está permitido,
pequeño, lo es también levantarse es lo debido
en lo grande

Cuando te sientas Primero lo primero, cada

vacilante, solo da el cosa a su tiempo, y no
siguiente paso todo junto

La vida es demasiado Dios enriquece el alma

corta para la que se despoja de todo
autocompasión, ocúpate
no te pre – ocupes

3. Defecto dominante

«Si cada año desarraigásemos un vicio, pronto

seríamos santos». (Tomás de Kempis)

En la vida de cada persona hay múltiples fallos

y defectos. Pero analizando tales defectos,
encontramos la repetición de unos con más
frecuencia que otros, y la mayor gravedad de unos
respecto a los otros. Si profundizamos un poco más,
descubrimos en la mayor parte de nuestros fallos y
defectos una única causa, una misma raíz, una misma
tendencia. Esa raíz común la llamamos defecto o
pasión dominante.

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También podemos decir que el defecto dominante es
la tendencia desordenada más profunda y fuerte en
nosotros. Esta es la raíz y origen de la mayor parte de
nuestros fallos y caídas. Nuestros defectos pueden
ser muchos, unos más relevantes que otros, pero
todos contrarios a la santidad.
Los defectos tienen su origen en los vicios. Es como
un árbol del cual se desprenden 2 ramas gruesas
o principales: la soberbia y la sensualidad. Son las
que más cerca y unidas están al tronco y sus raíces.
De estas dos ramas salen numerosas ramificaciones
que son los vicios, defectos o comportamientos que
afectan tu relación con Dios, contigo mismos, con los
demás y no te dejan ser feliz.

El Arbol del Vicio

Los defectos tienen su origen en los vicios. Es como

un árbol del cual se desprenden 2 ramas gruesas o
principales: la soberbia y la sensualidad. Son las que
más cerca y unidas están al tronco y sus raíces. De
estas dos ramas salen numerosas ramificaciones que

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 son los vicios, defectos o comportamientos
que afectan tu relación con Dios, contigo
mismos, con los demás y no te dejan ser
feliz.

En el defecto dominante una de

las dos tendencias, soberbia o
sensualidad, prevalece, aunque no se
dé en estado puro. Su determinación
dependerá de su frecuencia y/o de su
gravedad.

Una vez que hayamos seleccionado nuestros

defectos dentro de la soberbia o de la sensualidad,
podremos darnos cuenta cuál es nuestra tendencia
predominante, al menos en una primera instancia.

Cuando combates los vicios con la fuerza de las

virtudes, podas o cortas una de esas ramificaciones,
poco a poco, entre más ramas cortes, más te vas
acercando al tronco y raíces que alimenta los
defectos que no te dejan ser feliz, te quitan la
paz y te alejan del cielo. Por este motivo conviene
establecer una estrategia, un plan para ir eliminando
las manifestaciones de este defecto dominante.

Recuerda: No podemos prestar atención a

todo, ni tenemos fuerzas suficientes para
atacar al mismo tiempo todos nuestros
defectos. Elige solo uno y trabaja por
erradicarlo todo un año. Aquí rige también
el principio romano “divide y vencerás”.
También a los enemigos de nuestra alma,
externos o internos, tenemos necesidad de
seccionarlos, de aislarlos, para combatirlos
uno a uno y vencerlos más fácilmente.”
Una estrategia corroborada con otro dicho
popular: “El que mucho abarca poco aprieta”.

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 4. Virtud a conquistar

La virtud es la acción contraría al vicio. La virtud será,

por tanto, el medio que me ayudará a eliminar el
defecto dominante en mi vida. Determinar la virtud
en la que trabajaremos está en estrecha relación al
defecto que hayamos descubierto en nuestra vida.

El defecto dominante se conoce por sus

manifestaciones. El cultivo de la virtud se hará a
través de acciones concretas. No basta poner una
acción virtuosa esporádica contra nuestros defectos,
se necesita un trabajo perseverante, las motivaciones
adecuadas y revisar constantemente tu trabajo.

No basta decir que estamos trabajando en “ser

humildes” o en “ser exigentes con nosotros”. Estos
nos llevaría a un trabajo muy etéreo. Un medio que
no es concreto no nos motiva ni ayuda, porque no
enuncia claramente lo que se quiere conquistar.
Por eso, a esta virtud hay que ponerle “apellido”, es
decir, que nuestra virtud a conquistar no será solo la
humildad o exigencia a secas, sino la “humildad en
el reconocer nuestros defectos”, o la “humildad en
el saber pedir ayuda u opinión de los demás”, o la
“humildad en el ser tolerante con los demás”, etc. Lo
mismo sucede con, los que su virtud a conquistar es
la exigencia, será la “exigencia en el aprovechamiento
del tiempo”, o la “exigencia en
el dominio personal en mis
sentidos”, o la “exigencia
de la responsabilidad
en mis obligaciones y
compromisos”, etc.

El Arbol de la Virtud

Por eso, a esta virtud hay

que ponerle “apellido”, es
decir, que nuestra virtud a

13
conquistar no será solo la humildad o exigencia a
secas, sino la “humildad en el reconocer nuestros
defectos”, o la “humildad en el saber pedir ayuda
u opinión de los demás”, o la “humildad en el ser
tolerante con los demás”, etc. Lo mismo sucede con,
los que su virtud a conquistar es la exigencia, será la
“exigencia en el aprovechamiento del tiempo”, o la
“exigencia en el dominio personal en mis sentidos”,
o la “exigencia de la responsabilidad en mis
obligaciones y compromisos”, etc.

Este “apellido” de la virtud

se podrá determinar de
la siguiente manera. El
nombre de la virtud
será una de las siete
virtudes que se oponen
directamente a cada
pecado capital. Y el
apellido corresponderá
a la manifestación
virtuosa que contrarresta

14
 las manifestaciones viciosas de los pecados
capitales. Por ejemplo: Si el nombre de
la virtud es “la bondad” su apellido
será una de sus manifestaciones. Así
la virtud que tenga que practicar
será “la bondad en la tolerancia”, “la
bondad en el perdón”, “la bondad
en el respeto”, “la bondad en la
paciencia”, “la bondad en la empatía”
o “la bondad en la alabanza”. Esta
virtud y las manifestaciones contrarrestan
a sus contrarios. En este caso, el nombre
del vicio es “la ira” y su apellido es una de sus
manifestaciones; así el vicio a vencer es la “ira en
la impaciencia”, “la ira en el rencor”, “la ira en el
insulto”, “la ira en el arrebato”, “la ira en la violencia”,
la ira en la blasfemia”.

Importante aclarar: Las virtudes no son

realidades aisladas, sino que son un
organismo ¿Cómo crece un organismo?
– armónicamente. Esto significa que, al
trabajar una virtud, trabajas todas. El que
trabaja en adquirir la virtud de la humildad,
indirectamente está trabajando la virtud de
la caridad.

Otro ejemplo es el racimo de uvas. Cuando arrancas

una se viene las demás con ella.

Recuerda: Quien se conoce a sí mismo, posee

una gran arma:
saber quién es, su fisonomía moral,
psicológica, afectiva, e incluso física;
entonces, podrá planear serena y
confiadamente un plan de vida para su
crecimiento como persona.

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Quien se acepta tal cual es, ya inició su camino de
perfección, de crecimiento, pues ya sabe y acepta lo
que tiene naturalmente, su base humana para crecer.
¡Acéptate tal cual eres! Con todas tus grandezas y
tus flaquezas, tus cualidades y tus debilidades, tus
aciertos y tus errores, tus triunfos y tus derrotas.

Quien se supera, quien se esfuerza por ser mejor,

quien lucha por su crecimiento personal, podrá amar
mejor a los demás, servirlos mejor, acelerará su
camino a la madurez personal, será más dueño de sí
mismo, será más grato a Dios.

5. Medio concretos

Los medio concretos o prácticos consisten en las

acciones concretas que practicaré para contrarrestar
las manifestaciones del defecto dominante. Son
medios que se pueden medir.

Ejemplo:

A partir de ahora voy a ser humilde en mi matrimonio

¿Cómo vas a ser humilde? – Cuando mi esposo
(a) me pida o diga algo, evitaré responder
inmediatamente que no, antes de responder, voy a
reflexionar 10 segundos y después le daré mi opinión
o mi respuesta.
Importante aclarar: Esto no significa que
tienes que estar de acuerdo, implica que
harás un esfuerzo voluntario para tomarte
el tiempo en escuchar y reflexionar para
después responder.

El trabajo en la vida espiritual depende de la ayuda

que nos viene de Dios, “sin mí nada podéis hacer”

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(Jn 15,5). A los medios humanos, debemos sumar
los medios espirituales para pedir la gracia a Dios y,
seguir buscando la conquista de nuestra virtud.

Los medios espirituales son fundamentales. No basta

tener buena voluntad para conquistar la virtud. La
ayuda de Dios será a la larga motivo de perseverancia
en nuestro trabajo. Cuando experimentemos nuestra
debilidad, sabremos que nuestro trabajo en la virtud
es por amor a Él, y no por vernos más perfectos o
virtuosos. De lo contrario, el trabajo que realices será
para una recompensa propia y no para corresponder
a Dios el amor que te tiene.

Ejemplos de medios espirituales

Viviré con mucho fervor Asistiré a retiros

la misa y pediré la espirituales y/o a grupos
gracia de la virtud que de oración que me
pretendo adquirir. ayuden a perseverar
y me animen a seguir
luchando.
Haré con fervor mi Haré examen de
meditación, oración conciencia diariamente
personal, liturgia de las sobre mi plan de vida
horas u tras oraciones y lo haré parte de mi
pidiendo a Dios alcanzar confesión mensual.
la práctica de la virtud
que deseo
alcanzar.
Escucharé una plática, Revisaré mi plan de
o leeré algún libro vida diariamente y daré
que me oriente en el cuentas de él cuando
conocimiento de la tenga dirección u
virtud que quiero orientación espiritual.
conquistar.

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Rezaré con especial Meditaré con frecuencia
fervor el Santo Rosario en la espiritualidad
o un misterio del mismo, eclesial, magisterio
pidiendo alcanzar la Pontificio, Sagrada Biblia
virtud que me he fijado u otro, especialmente lo
en mi plan de vida. que se destaque de la
virtud que pretendo.
Haré un número de Mantendré regularmente
visitas a la eucaristía, a la dirección espiritual
María o a un Santo que o consultoría
haya alcanzado la virtud espiritual, para revisar
que estoy buscando, periódicamente el
pidiendo su ayuda para trabajo de este plan de
perseverar. vida.

Recuerda: “Ningún viento es favorable para el

barco que no sabe a dónde va” - Séneca -

6. Motivaciones

Lo que me ayuda a mover mi voluntad para trabajar

contra mi defecto dominante son las motivaciones
humanas y espirituales. Las motivaciones son
muy personales y variantes. Su finalidad es que
te mantenga siempre en una actitud de trabajo
perseverante.

Si este plan de vida, como cualquier otro, carece de

estas motivaciones, es como tener un coche, pero sin
motor. En pocas palabras, no nos servirá de mucho.
Tenemos que ir poco a poco cambiando nuestra vida
humana y progresando en la vida espiritual.

Ejemplos:

Por la iglesia perseguida. Por los propios

familiares o amigos
necesitados
de alguna gracia especial
o salud.

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Por el Papa y su Por las personas que
ministerio. conozco que pasan
momentos difíciles.
Por los obispos, Por la justicia y la paz
sacerdotes, religiosos del propio país.
y laicos para que sean
fieles a su misión
encomendada
por Dios.
Por los misioneros, Por los gobernantes del
catequistas y país, para que busquen
evangelizadores. el bien común y no el
propio.

Por las benditas almas Por una necesidad

del purgatorio. personal que puede ser
permanente o pasajera.

Por las personas Por la pena debida a mis

que sufren y pasan pecados cometidos,
necesidad. para que se me
perdonen en esta vida.

Los ejemplos pueden ser muchos y la lista

interminable. Tendrás que escoger las que más
te ayuden y te impulsen a seguir avanzado en la
conquista de la virtud.

Las motivaciones humanas, son las que de alguna

manera me mueven más en el campo humano, por
ejemplo:

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Por ser mejor persona, Por superar mis metas
esposo (a), novio (a), hijo anteriores y lograr
(a), padre, madre. objetivos mas altos y
sanamente ambiciosos.
Por mejorar mi Por cambiar mis
rendimiento estudiantil, costumbres y llegar a un
laboral, profesional. equilibrio psicológico,
emocional, afectivo,
físico.
Por obtener mejores Por ser más programado
resultados en mis y ordenado en mis
proyectos cosas, compromisos y
personales, familiares, deberes.
profesionales, laborales.
Por educar mi Por mantenerme mejor
temperamento y en salud o mejorarla.
carácter, y ser
mejor con los demás.
Por ser coherente en mi Por mejorar mis
vida personal, de relaciones familiares,
acuerdo con los valores sociales,
humanos y cristianos. profesionales, laborales.

Recuerda: En este camino de esfuerzo, hay

muchas caídas y fracasos que te harán
sentir estancado. La primera tentación que
tendrás es abandonar el plan. Pensarás
que es imposible vivir la vida cristiana de
manera coherente, porque nos encontramos
constantemente con nuestra debilidad y eso
nos desanima.

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Para cuando llegues a este punto, el recuerdo de
cuando aprendiste a andar en bicicleta puede
ayudarte: Lo más probable es que te hayas caído, ante
esa experiencia tenías dos opciones. La primera es
no querer subir más a la bicicleta, para no caerte de
nuevo, aunque al final no aprendieras. La segunda es
volver a intentar, aunque exista la real posibilidad de
volver a caer.
Vicios – vs – Virtudes

Vicios de soberbia Virtudes de la Humildad

Es la fuente de donde La humildad es la virtud

brotan todos los demás que nos ayuda a controlar
vicios y pecados, incluidos el desordenado apetito
los capitales, a través de la propia excelencia,
del culto idolátrico de sí dándonos el justo
mismo, anteponiendo los conocimiento de nuestra
propios gustos y pequeñez y
caprichos a la misma ley miseria, principalmente
de Dios con relación a Dios
1.- Vanagloria
Jactancia del propio 1.- Humildad
valer u obra, en donde Virtud que consiste en
se busca la propia el conocimiento de las
excelencia, pero que vs propias limitaciones y
no debilidades y en
tiene consistencia obrar de acuerdo con
real. este conocimiento.

2.- Envidia 2.- Gozo espiritual

Es la tristeza o Gozar con sinceridad
pesar por el bien vs del bien y éxito de los
ajeno debido a la demás
comparación
3.- Avaricia 3.- Pobreza
Afán desordenado Renuncia voluntaria
de poseer y adquirir con el desapego del
riquezas para corazón de todo lo
vs
atesorarlas que se posee, y de
todo lo que el amor
propio puede juzgar
necesario.
4.- Ira 4.- Bondad
Pasión del alma, que Natural inclinación a
vs
causa indignación y hacer el bien
enojo

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 Vicios de sensualidad Virtudes de la
abnegación / exigencia
Se dice de los gustos y Sacrificio que alguien
deleites de los sentidos, hace de su querer, de
de las cosas que los sus afectos o de sus
incitan o satisfacen y de intereses, generalmente
las personas aficionadas por motivos espirituales
a ellos o humanos
5.- Pereza 5.- Exigencia /
Negligencia, tedio moderación
o descuido en las Entendido como
vs
cosas a que estamos cumplimiento del
obligados deber y guardar la
proporción
6.- Gula 6.- Sobriedad /
El apetito abstinencia
desordenado de vs Regular la
comer y beber moderación en el
comer y beber
7.- Lujuria 7.- Castidad / pureza
El apetito Moderar el apetito
vs
desordenado de los sexual
placeres sexuales

Explicación de los árboles del vicio y la virtud

Las Imágenes de los árboles son una manera

pedagógica y sinóptica de enseñar lo que está
expuesto anteriormente. En los dibujos vemos el
organismo del vicio con los pecados capitales y sus
manifestaciones y las correspondientes virtudes que
las contrarrestan.

Solo con identificar el defecto que me domina

y sus manifestaciones en el árbol del vicio y
sobreponiéndolo sobre el árbol de la virtud, podrás
identificar de manera rápida y fácil el acto virtuoso
que tendré que cultivar con su nombre y apellido.
Esta es otra manera práctica de identificar mi defecto
dominante.

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 Les deseamos a todos un buen comienzo y sobre
todo la perseverancia en el cultivo de las virtudes
para alcanzar el progreso espiritual. ¡Que Dios los
acompañe en su empeño!

El Arbol del El Arbol de la

Vicio Virtud

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 ESQUEMA DE PLAN DE VIDA

1. Ideal:
2. Lema:
3. Defecto dominante:

Manifestaciones de tu defecto dominante:

*Son las acciones o comportamientos más frecuentes
y que te llevaron a la conclusión de que ese es tu
defecto dominante.

4. Virtud a conquistar:
*Recuerda que la virtud debe llevar nombre y apellido

5. Medios concretos:
*Consisten en las acciones concretas que practicaré
para contrarrestar las manifestaciones del defecto
dominante.

6. Motivaciones:
*Lo que me ayuda a mover mi voluntad para trabajar
contra mi defecto dominante.

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