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El Vinculo Parento Filial Hospitalidad

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El VINCULOPARENTO-FILIAL EN PERSPECTIVA DE

HOSPITALIDAD

*Lic. Sonia Kleiman

Como psicoanalistas somos convocados en numerosas ocasiones, y por


diferentes disciplinas, a transmitir nuestras ideas respecto del vínculo
entre padres e hijos. Diferentes discursos abordan el tema de la
familia: el biológico, el legal, el religioso y dan cuenta de aquello
instituído, es decir como son las relaciones de parentesco y cómo
ocupar los lugares funciones adscriptas a ellas.
Luego de quince años de trabajo hospitalario ininterrumpido con
familias con niños y adolescentes me interesaria dar cuanta de algunos
interrogantes y reflexiones, que hacen a la clinica vincular.
¿Cuál es la óptica de un psicoanalista vincular respecto del vínculo
parento-filial? ¿Qué le da especificidad a su perspectiva, qué lo
diferencia de otros discursos, de otros modos de enfocar la clínica?
El discurso psicoanalítico enunció hipótesis explicativas acerca de
cómo se instituye el psiquismo humano, el mundo interno de un sujeto.
Lo pulsional, la vivencia de indefensión y los consecuentes estados de
dependencia, las vicisitudes del vínculo temprano, el entramado
edípico, la determinación fundante de experiencias infantiles con los
llamados objetos parentales, dan cuenta de la creación de un mundo
representacional, del espacio psiquico que corresponde a las relaciones
de objeto.
Como psicoanalistas nos educamos con esta teoría, enriquecida por
desarrollos múltiples. Desde hace unos cuantos años, un grupo de
psicoanalistas entre ellos I Berenstein, Janine Puget, plantean un
conjunto de hipótesis acerca de lo vincular que producen, no solo una
ampliación de los conceptos enunciados, sino también la creación de
nuevas formulaciones.
La practica clínica con familias, deja expuesto a un analista vincular
que, subjetivado en una determinada época, por las teorías con las
que se formó, por su análisis personal, experimenta en ocasiones

1
algunas inconsistencias. Estas se refieren especialmente a que en sus
intervenciones, predomina la misma teoría de referencia, que aquella
que utiliza para el abordaje del paciente desde su mundo interno.
Cuando se escuchan interpretaciones acerca del vínculo familiar, éstas
tienen una fuerte reminiscencia, a una intervención formulada a un
paciente individual dicha en plural.
Por otra parte en las sesiones familiares cuando hay niños y
adolescentes, es usual encontrar enunciaciones reguladoras, a veces
hasta admonitorias del ejercicio de las funciones parentales; Muchos
colegas comentan como tema reiterado, la dificultad de los padres,
sobre como “poner limites” y una demanda literal a que el analista se
ocupe de esta cuestión.
Las derivaciones a las terapias de familia especialmente si hay niños y
adolescentes, generalmente están precedidas por una descripción
detallada de las supuestas “fallas parentales” , como causalidad casi
asegurada de la patología de los hijos. Estos a su vez son presentados
como el hijo-niño pasivo, que no tiene otra salida que ser soporte de
los síntomas de sus padres.
Teoria y clinica de familia con niños y adolescentes
El psicoanálisis surge en un contexto filosófico y científico, en el que la
representación, y la repetición, tienen fuerte pregnancia a nivel
conceptual. En el siglo actual las enunciaciones científicas y filosóficas
aportan líneas de pensamiento como la dinámica no lineal, el caos
determinista y los sistemas complejos, el acontecimiento, el azar, la
incertidumbre, la verosimilitud, enunciaciones que generan cambios,
también en las teorías que enfocan el psiquismo.
El interrogante es si la comprensión y los abordajes vinculares, pueden
seguir sosteniendo como hipótesis teóricas, las mismas enunciaciones
metapsicológicas que se enunciaron para el paciente individual y éstas
ser aplicadas a las configuraciones vinculares. Si bien las practicas
pueden ser pensadas desde la aplicación de una teoría ya instituida, la
novedad del campo de aplicación requiere de términos que nominen
específicamente a ese campo, como sucedió cuando desde
Psicoanálisis de adultos, devino la practica de análisis de niños.
Retomo entonces a ese analista en la clínica familiar, moviéndose ya
con menos referentes teóricos que con los que contaba, entre las
nuevas teorías y las nuevas tecnologías, con una familia paciente a
cuya sesión concurren padres, madres, hijos de distintas

2
configuraciones, y el amplio espectro de metamorfosis familiares que
se estan produciendo Seria interesante preguntarnos, si lo que está
sucediendo en el ámbito de las nuevas modalidades vinculares, solo es
un cambio de formas o una situación mucho más compleja. Quizás
estemos asistiendo a un agotamiento del dispositivo, de la institución
familia tal como fue construido en determinada época y se este
produciendo esa cualidad heterogénea, acontecimental, que de
cuenta, de un otro discurso acerca de las condiciones de producción de
la subjetividad, hasta ahora fuertemente ligadas a la institución
1
familia.
“Habitamos estas moradas —el cuerpo, la familia, la nación— como
naturalmente propias sin advertir que lo “naturalmente propio”
responde a un trazado arbitrario de prácticas simbólicas siempre
expuestas a modificaciones epocales. Damos por hecho que exista la
institución familia, los padres, los hijos. Los hermanos.¿Será que el
hecho cultural por excelencia se ha transformado no solo en lo
legitimado por el discurso consensuado sino en lo natural que
habitamos ” A Tortorelli
Lo socio -cultural no es la escenografía de la vida de las personas, sino
aquello que hace que esas personas, sean sujetos de esa época con
sus lógicas y contextos de significación.
Actualmente atravesamos por una crisis generalizada de las
instituciones como espacios de encierro al decir de Foucault. Las
sociedades de control están sustituyendo a las sociedades
disciplinarias. La empresa ha sustituido a la fábrica y el marketing es el
nuevo y distinto modo de control social. El hombre ya no es el hombre
encerrado, sino el hombre endeudado. El ciudadano,
fundamentalmente un consumidor.
Si la familia como institución, fue aquella sobre la que recaía el peso
central de instituir subjetividad, habrá que investigar cuáles son las
lógicas imperantes en el presente y en consecuencia cuáles son los
dispositivos de subjetivación que coexisten con lo familiar.

Intersubjetividad. Vínculo parento- filial

1
“En los estados nacionales, la existencia es existencia institucional y el paradigma de funcionamiento son las instituciones
disciplinarias....se organiza un encadenamiento institucional que asegura y refuerza la eficacia de la operatoria disciplinaria en cada uno de
los dispositivos....El Estado Nación delega en sus dispositivos la producción y reproducción de la subjetividad ciudadana...” Del fragmento
a la situación. Notas sobre la subjetividad contemporánea Grupo doce nov. 2001

3
Actualmente diversas teorías se refieren a la intersubjetividad, pero sus
perspectivas son distintas.
Desde uno de esos vértices, la teoría psicoanalítica de los vínculos que
enuncia el grupo al que referi al comienzo, comenzó a ocuparse del
otro, otro sujeto, no solo efecto de la proyección de una relación de
objeto.
Lo intersubjetivo se aleja así de la lógica identitaria. Es decir se aparta
de la conceptualización de lo que seria una relación, en la cual habría
dos entidades perfectamente definidas que interactúan.
“Desde el sujeto individual como matriz, el otro era una otredad
internalizada; es decir, un “otro por sí mismo”; desde lo vincular, el
otro no habrá de ser colonizado por la economía de la representación.
En la re-presentación el otro desaparece como otro “Uno mismo”no es,
“uno mismo” adviene (otro) con otro.” A. Tortorelli
En referencia a los vínculos familiares, desde una lectura no
identitaria, desde la complejidad intersubjetiva, ya no se es madre,
padre, hijo en sí mismo. “Las cosas sólo empiezan a vivir por el medio”
afirma Deleuze
Cuando encaramos el tema de la familia, nos enfrentamos a un desafío
interesante: nos exige trabajar, con los conceptos enunciados y ya
avalados en la comunidad científica; con lo institucional de la familia
como configuración legitimada por el contexto socio cultural; con las
transformaciones que se están produciendo en el ámbito de las nuevas
configuraciones.
El discurso de la intersubjetividad en cuanto a lo familiar, se diferencia
del discurso biológico, del discurso legal y de lo simbólico de la
investidura, ya que toma otras variables para su comprensión.
Para el psicoanálisis vincular, el discurso familiar.2) Implicaría señalar
tres posibles modalidades, “... I) la más cercana a lo biológico, II) la
más cercana a la posición en el parentesco donde se establecen lugares
para cada uno,... con el legado transgeneracional ; y III) Padres e hijos
haciendo, produciendo un vinculo” I Berenstein

2
Discurso como un conjunto de prácticas que producen significaciones y que son significadas por los sujetos
que las ejercen

4
En una sesión en la que hay un clima de tensión y agresiones
constantes un padre le dice al hijo: – no podés insultar, pegar de esa
manera a tu madre, porque es tu madre”.
¿Es el hecho de la ubicación nominal, de la investidura simbólica que
implica ocupar un lugar de parentesco, aquello que hay que invocar
para que no haya insulto? Por otra parte intentar anular el insulto
desde una normativa, es hacer caso omiso al hecho de que hay insulto.
Desde una perspectiva centrada en la asimetría funciones y lugares,
se puede recurrir a una intervención valorativa respecto de lo que se
puede hacer o no entre padres e hijos; desde otra perspectiva el
acento va a recaer en pensar las condidiciones de producción vincular
cuyo efecto es el insulto.
Aquí entonces aludir al parentesco, al respeto por la maternidad
(significación por concenso ), es encubridor del hecho violento
producido vincularmente, al que habría que encontrarle un sentido.
La representación social madre, a la que remite el padre: “Una madre
no debe ser insultada” elude la presencia actual de esa madre, de
ese hijo y de él (padre), produciendo un clima de tensión y maltrato.
“... la violencia da una consistencia momentánea a un vínculo, anula su
complejidad y el inquietante factor de ajenidad inherente a cualquier
situación humana. La violencia produce dolor, malestar desplazando la
inquietud y perplejidad inherente a la incertidumbre. La violencia
concretiza el malestar.. Pero en la medida en la que el sujeto humano
necesita pensarse sobre bases de certezas y la ilusión que constituye
vínculos sólidos, ello deja poco lugar a lo imprevisible y a lo que debido
a la potencialidad vincular va sucediendo en cada momento. No es fácil
vivir en la incertidumbre. Para hacerla menos inquietante se la recubre
de certezas, opiniones, habitat estables, relaciones a los que se
imagina sólidas a veces a cualquier precio” Puget J.
Una cualidad particular de la intersubjetividad se relaciona con aquello
imprevisible, el entre dos implica la tramitación de ese ir siendo
sujeto, devenir haciendo el vinculo.
El hacer el vinculo, alude a producción, producción y repetición
interjuegan.
El hacer según Hanna arendt remite a que “con palabras y actos nos
insertamos en el mundo humano y esta inserción es como un segundo
nacimiento... Actuar en su sentido más general significa tomar una

5
iniciativa, comenzar, conducir, y finalmente gobernar, poner algo en
movimiento”.

Vinculo parento-filial como hospitalidad

A partir del tratamiento de numerosas familias en las que se


presentificaba el vinculo parento filial, comence a hacer un recorrido
buscando posibilidades de comprensión e intervención que me permitieran
sostener un lugar desde el pensamiento psicoanalitico , diferenciando
puericultura, orientación a padres u otras estrategias. Es en este sentido,en
un interjuego enriquecedor entre el inconciente, la sexualidad infantil, lo
edipico, es que el concepto de Hospitalidad tal cual lo desarrolla J Derrida me
permitio incluir otro vértice de comprensión. .
Pensar en el discurso familiar, específicamente lo parento filial desde el
concepto de hospitalidad, permite generar un modelo de pensamiento en
referencia a este vinculo, cuyas variables sean otras que el desvalimiento y
la necesidad de asistencia, las cuestiones de género y la continuidad
narcisista. Nociones teoricas sumamente valiosas y vigentes que requerian a
mi entender entrecruzarlas con otras variables de comprensión.
El vinculo padres hijos es presentado como lo paradigmático de lo que
coloquialmente se llama hospitalidad. Un anfitrión, ( padres) que recibe,
acoge, inviste, desea, y un huésped, hijo, que es esperado, acogido,
cobijado.
En esta idea, hay sujetos ya constituidos que reciben a otro por constituirse.
Este es un planteo con un sentido progresivo, un origen y una meta a
alcanzar. El acento está puesto en el niño que ira modificándose,
completando un desarrollo tanto madurativo como psicológico.
Hasta aquí las condiciones minimas, planteadas como necesarias para la
construcción del psiquismo.
No voy a explayarme en este trabajo en los aportes enriquecedores de
autores psicoanaliticos que se han ocupado del tema: Freud, M Klein, Bion,
Winnicott, Piera Aulagnier, ya que la idea es explicar la inclusión del concepto
de Hospitalidad. Desde este concepto un elemento fundamental es la
simultaneidad.
“la hospitalidad no pertenece originalmente ni al anfitrión, ni al invitado, sino
al gesto mediante el cual se dan la acogida.” “Es ese movimiento de
invitación.”

6
Esta simultaneidad permite hacer un corrimiento de los conceptos de
asimetría, de ejercicio de funciones para ampliar la observación de esta
relacion tan compleja entre padres e hijos.
El desamparo, por ejemplo ya no se referiría solo, a la necesidad de
asistencia de un bebé huésped inmaduro y desprovisto, sino que
comtemplaria el desamparo que envuelve a todos los habitantes de ese
nuevo vínculo, incluidos los padres, en ese encuentro frente a lo
desconocido,( aun cuando haya otros hijos) a aquello nunca vivido que surge
con lo ajeno e inquietante del otro que arriba. Arribo y nacimiento implican
diferentes operaciones. En este sentido no hay solo un desamparado y un
amparador. La hospitalidad, es ese gesto de invitación, que implica ser
huésped y anfitrión al mismo tiempo, es decir en simultáneo. Entonces ya no
se trata solo de la historia, de los padres esperando, nominando,
fantaseando con el hijo que van a tener. El hecho hospitalario se produce en
lo impredecible, en los efectos de presencia, a diferencia de lo ya
representado en la fantasía. Una madre dice en la sesión con ansiedad, - me
desconozco hago cosas con mi hijo que jamás hubiera pensado que haría. ( e
inmediatamente agrega)... yo que siempre pensé que iba a ser distinta a mi
madre.” Frente a su sorpresa, es decir aquello que deviene en el encuentro
con ese otro, hijo, el impacto la lleva remitirse algo ya conocido en
perspectiva de identificación, como un intento de evitar lo inquietante de lo
inédito.
Tomar este modelo de la hospitalidad, para hacerlo trabajar con relación al
vinculo parento- filial, implica abrir un campo, pensar en multiples origenes.
Origen ha quedado muy engarzado con el comienzo biológico. Lo vincular
propone la existencia de múltiples orígenes, en cuanto a que cada vinculo
significativo, produce marcas nuevas, inscripciones que no existían
previamente a dicho vinculo y que interjuegan con la historia precedente.
Una de las cuestiones fundamentales que plantea la parentalidad-filiación es
el problema de la alteridad y de la ajenidad. En el vínculo, … “algo del otro se
resiste, no se puede incorporar y aun en lo semejante y lo diferente una
parte no puede inscribirse como propia, permanece no conocida: es lo 'ajeno'
y es inherente a la presencia del otro. No se deja transformar en ausencia y
no se puede simbolizar. La ajenidad ('alienness', 'ce qui est étranger de
l'autre' ) caracteriza fuertemente al otro y a su presencia. En una relación
significativa es todo registro del otro que el sujeto no logran inscribir como
propio...”(I Berenstein) y del cual hay deseo de apropiarse.

7
Puede haber encuentro entre un potencial anfitrión y un potencial huésped,
pero el encuentro no es garantía de hospitalidad. Los padres, adultos desde lo
evolutivo, serán nuevamente subjetivados en el acto de la hospitalidad. Ya
que la simultaneidad de este origen crea una nueva inscripción. Un plus, una
suplementariedad.
El énfasis en el vinculo de hospitalidad, esta en el hecho de lo arribante y no
es sólo el niño que llega sino que lo arribante propone una alteración radical
en el conjunto.
“.... ésta es la hospitalidad misma, la hospitalidad para con el
acontecimiento—. (...) Lo que podríamos denominar el arribante, es esto,
éste que al llegar, no pasa un umbral que separaría dos lugares identificables,
el propio y el ajeno, el lugar propio de uno y el lugar propio de otro, (...)3
Dejar venir al otro sin preguntarle quién es, dejar venir al otro sin decir “yo
soy”, es un dejar venir no representable.. El arribante como acontecimiento
no sólo anuncia lo ajeno de sí sino, simultáneamente, lo ajeno de “mi” que
sólo-adviene-con-otro”.
La preparación que se realiza previa a la llegada del hijo, aunque
necesaria, puede ocupar, la función de amortiguar la experiencia
sorpresiva de lo arribante..
Una anécdota, es usual en Argentina tener preparada antes del
nacimiento del bebé (varón), la camiseta de fútbol del equipo al que el
padre alienta, expectativa interesante a la hora de la pertenencia, pero
es usual también ver a veces la cara de desolación frente al sexo
inesperado del hijo, o bien cuando éste elige más adelante, alentar a
otro equipo.
A veces es tan intensa la necesidad de amortiguar lo nuevo, que no
hay arribo, hay sólo nacimiento.
Lo familiar, sostenido por lo taxativo de la formulación “ sangre de tu
sangre” pone a trabajar incansablemente las nociones de lo propio y lo
ajeno.
“La “hospitalidad del cuerpo” y de la familia, habla, de una auténtica
paradoja: la de constituir lo propio dando acogida simultánea a lo
ajeno. Un lugar ya apropiado de antemano no es habitable.”
Un material
33
Jacques Derrida, Aporías, pp. 63-4
1 La presencia es esa cualidad del otro que incide fuertemente en mi como sujeto o si es mía incide en el otro, impone una marca, me y lo
modifica. No admite su inclusión imaginaria. En tanto ajeno instituye una diferencia que no se reducirá por identificación. Presencia se
diferencia de exterioridad, no es solo lo que discierne si está fuera del yo además de estar adentro (juicio de existencia) sino y
principalmente no se deja convertir en ausente y no permite inscribirse como objeto. Berenstein I

8
Es una familia con un intenso padecimiento vincular, que también se
instala en el consultorio. Uno de los hijos presenta conductas que más
que manifestarse, estallan. Los padres comentan sus dificultades para
hacer concurrir a este hijo a las sesiones. Cuando no lo hace, llama
constantemente a un radio que emite mensajes escritos en un beeper.
Estos mensajes son leídos por la madre en la sesión, suelen ser del
estilo, “mamá cuando vuelvas a casa vas a ver que hice pedazos tu
libro”, título del libro “ cómo comprender a mi hijo de 12 años”
En una de estas sesiones dice el Padre: “Con Martín ( hijo menor que
concurrió a la sesión) es diferente porque es un hijo, cuando hace
cosas que no corresponden lo tratamos como a un hijo, lo retamos, nos
enojamos, como hacen los padres. Con Juan no.( hijo mayor el que
manda mensajes) Cuando Juan hace cosas que están mal, es como si
no fuera nuestro hijo.Despues del impacto, Virginia ( la mamá) ,
empieza a mirarme con cara de que soy el culpable, que todo lo que
hace Juan es porque se parece a mí, en todas las cosas que ella no le
gustan. Le habla a Juan como a un grande y con mucha agresión, yo
me pongo loco me enojo y empezamos a pelearnos entre ella y yo.”
¿Qué significa en esta familia que uno de los hijos es hijo y el otro no?
¿Hijo es ese niño que hace cosas parecidas a otros niños y esto a su
vez, los hacer ser semejantes a otros padres? Pero cuando lo que
sucede produce descolocación, sorpresa, perturbación, cuando se
presenta algo que no se puede encasillar en lo conocido, entonces en
ese momento, el niño pierde la categoría de hijo, ya no puede ser
hospedado como tal, porque a su vez ellos pierden la categoría de
padres y esto los desespera. La formulación “es hijo; no es hijo”, nos
recuerda a las noticias dadas por los medios, cuando suceden hechos
violentos como los atentados terroristas y dicen que el hecho “no es
humano”. Si se produce algo que desborda el instituido pasa a no ser,
a no pertenecer. En esta familia es intensa la dificultad aquello que , no
alude a la historia individual de los dos miembros de la pareja, ni a la
historia creada a través de los años, ni a la historia familiar, ni a
ningún conflicto en especial. Es un fenómeno creado en el entre, un
desvío de la historia, una extrañeza que debe aceptarse como
producción vincular.
En parrafos anteriore aludi las metamorfosis familiares.Asistimos a
diferentes y multiples maneras de gestar un vinculo parento-filial. Ej. ,
las múltiples técnicas de fertilización asistida, la gestación que realiza

9
una pareja heterosexual, la parentalidad en la homosexualidad, la
monoparentalidad, podríamos decir en función de las ideas expuestas,
estas modalidades, no difieren entre sí, en cuanto a la potencialidad
de devenir, un vinculo de hospitalidad.
“..Yo hablo del arribante absoluto que ni siquiera es huésped. Este
sorprende lo suficiente al anfitrión que todavía no es un anfitrión. O
una potencia invitante, como para poner en cuestión, hasta aniquilarlos
o indeterminarlos, todos los signos distintivos de una identidad previa,
empezando por la frontera misma que delimitaba un “ en casa”, las
naciones, las familias y las genealogías”.
Los psicoanalistas no enfrentamos al desafio de pensar, junto con
otros, las marcas de epoca. Este desafío permite a su vez sostener la
potencialidad vital del Psicoanalisis.

*Lic. Sonia Kleiman


Psicoanalista. APdeBA ( Asoc. Psicoanalitica de Buenos Aires)
Av. Sta Fe 3942 Bs As Rep. Argentina
(1425)
skleiman@fibertel.com.ar

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