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Las 4 Etapas Del Desarrollo Cognitivo de Jean Piaget
Las 4 Etapas Del Desarrollo Cognitivo de Jean Piaget
Las 4 Etapas Del Desarrollo Cognitivo de Jean Piaget
La idea que planteó Jean Piaget es que, al igual que nuestro cuerpo evoluciona
rápidamente durante los primeros años de nuestras vidas, nuestras capacidades
mentales también evolucionan a través de una serie de fases cualitativamente
diferentes entre sí.
En un contexto histórico en el que se daba por sentado que los niños y niñas no eran
más que "proyectos de adulto" o versiones imperfectas de ser humano, Piaget señaló
que el modo en el que los pequeños actúan, sienten y perciben denota no que sus
procesos mentales estén sin terminar, sino más bien que se encuentran en un estadio
con unas reglas de juego diferentes, aunque coherentes y cohesionadas entre sí. Es
decir, que la manera de pensar de los niños y niñas no se caracteriza tanto por la
ausencia de habilidades mentales típicas de los adultos, como por la presencia de
formas de pensar que siguen otras dinámicas muy diferentes, dependiendo de la etapa
de desarrollo en la que se encuentren.
Es por eso que Piaget consideraba que los patrones de pensamiento y comportamiento
de los más jóvenes son cualitativamente distintos con respecto a los de los adultos, y
que cada etapa del desarrollo define los contornos de estas maneras de actuar y sentir.
Este artículo ofrece una breve explicación acerca de estas fases del
desarrollo planteadas por Piaget; una teoría que, si bien ha quedado desfasada, es el
primer ladrillo sobre el que se ha construido la Psicología Evolutiva.
Tal y como explica Bertrand Regader en su artículo sobre la teoría del aprendizaje de
Jean Piaget, el aprendizaje es para este psicólogo un proceso de construcción
constante de nuevos significados, y el motor de esta extracción de conocimiento a
partir de lo que se sabe es el propio individuo. Por lo tanto, para Piaget el protagonista
del aprendizaje es el propio aprendiz, y no sus tutores ni sus maestros. Este
planteamiento es llamado enfoque constructivista, y enfatiza la autonomía de la que
disponen los individuos a la hora de interiorizar todo tipo de conocimientos; según este,
es la persona quien sienta las bases de su propio conocimiento, dependiendo de cómo
organiza e interpreta la información que capta del entorno.
Sin embargo, que el motor del aprendizaje sea el propio individuo no significa que
todos tengamos total libertad para aprender ni que el desarrollo cognitivo de las
personas se vaya realizando de cualquier manera. Si así fuese, no tendría sentido
desarrollar una psicología evolutiva dedicada a estudiar las fases de desarrollo
cognitivo típicas de cada etapa de crecimiento, y está claro que hay ciertos patrones
que hacen que personas de una edad parecida se parezcan entre sí y se distingan de
gente con una edad muy diferente.
Este es el punto en el que cobran importancia las etapas de desarrollo cognitivo
propuestas por Jean Piaget: cuando queremos ver cómo encaja una actividad
autónoma y ligada al contexto social con los condicionantes genéticos y biológicos que
se van desarrollando durante el crecimiento. Los estadios o etapas describirían el estilo
en el que el ser humano organiza sus esquemas cognitivos, que a su vez le servirán
para organizar y asimilar de una u otra manera la información que recibe sobre el
entorno, los demás agentes y él mismo.
Cabe destacar, sin embargo, que estas etapas de desarrollo cognitivo no equivalen al
conjunto de conocimiento que típicamente podemos encontrar en personas que se
encuentran en una u otra fase de crecimiento, sino que describen los tipos de
estructuras cognitivas que se encuentran detrás de estos conocimientos.
A fin de cuentas, el contenido de los diferentes aprendizajes que uno lleva a cabo
depende en gran parte del contexto, pero las condiciones cognoscitivas están limitadas
por la genética y la manera en la que esta se va plasmando a lo largo del crecimiento
físico de la persona.
Las fases de desarrollo expuestas por Piaget forman una secuencia de cuatro períodos
que a su vez se dividen en otras etapas. Estas cuatro fases principales quedan
enumeradas y explicadas brevemente a continuación, con las características que
Piaget les atribuía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, como veremos, estas
etapas no se ajustan exactamente a la realidad.
2. Etapa preoperacional
La segunda etapa del desarrollo cognitivo según Piaget aparece más o menos entre los
dos y los siete años.
Las personas que se encuentran en la fase preoperacional empiezan a ganar la
capacidad de ponerse en el lugar de los demás, actuar y jugar siguiendo roles ficticios y
utilizar objetos de carácter simbólico. Sin embargo, el egocentrismo sigue estando muy
presente en esta fase, lo cual se traduce en serias dificultades para acceder a
pensamientos y reflexiones de tipo relativamente abstracto.
Además, en esta etapa aún no se ha ganado la capacidad para manipular información
siguiendo las normas de la lógica para extraer conclusiones formalmente válidas, y
tampoco se pueden realizar correctamente operaciones mentales complejas típicas de
la vida adulta (de ahí el nombre de este período de desarrollo cognitivo). Por eso,
el pensamiento mágico basado en asociaciones simples y arbitrarias está muy presente
en la manera de interiorizar la información acerca de cómo funciona el mundo.
Aproximadamente entre los siete y los doce años de edad se accede al estadio de las
operaciones concretas, una etapa de desarrollo cognitivo en el que empieza a usarse la
lógica para llegar a conclusiones válidas, siempre y cuando las premisas desde las que
se parte tengan que ver con situaciones concretas y no abstractas. Además, los
sistemas de categorías para clasificar aspectos de la realidad se vuelven notablemente
más complejos en esta etapa, y el estilo de pensamiento deja de ser tan
marcadamente egocéntrico.
Uno de los síntomas típicos de que un niño o niña ha accedido a la etapa de las
operaciones concretas es que sea capaz de inferir que la cantidad de líquido contenido
en un recipiente no depende de la forma que adquiere este líquido, ya que conserva su
volumen.
El hecho de ver expuesto de esta manera un listado con etapas de desarrollo puede
dar a pensar que la evolución de la cognición humana de cada persona es un proceso
acumulativo, en la que varias capas de información se van asentando sobre los
conocimientos previos. Sin embargo, esta idea puede llevar a engaño.
Para Piaget, las etapas de desarrollo indican las diferencias cognitivas en las
condiciones de aprender. Por tanto, aquello que se aprende sobre, por ejemplo, el
segundo período de desarrollo cognitivo, no se deposita sobre todo lo que se ha
aprendido durante la etapa anterior, sino que lo reconfigura y lo expande hacia varios
ámbitos de conocimiento.
En la teoría piagetiana, estas fases se van sucediendo una tras otra, ofreciendo cada
una de ellas las condiciones para que la persona en desarrollo vaya elaborando la
información de la que dispone para pasar a la siguiente fase. Pero no se trata de un
proceso puramente lineal, ya que lo que se aprende durante las primeras etapas de
desarrollo se reconfigura constantemente a partir de los desarrollos cognitivos que
vienen después.
Por lo demás, esta teoría de las etapas de desarrollo cognitivo no fija límites de edad
muy fijos, sino que se limita a describir las edades en las que son comunes las fases de
transición de una a otra. Es por ello que para Piaget es posible encontrar casos de
desarrollo estadísticamente anormal en las que una persona tarda en pasar a la
siguiente fase o bien llega a ella a una edad temprana.
Críticas a la teoría
A pesar de que la teoría de las etapas del desarrollo cognitivo de Jean Piaget ha sido la
pieza fundacional de la Psicología del Desarrollo y de que ha tenido una gran
influencia, hoy se considera que está desfasada. Por un lado, se ha demostrado que la
cultura en la que se vive afecta mucho al modo de pensar, y que hay lugares en los que
las personas adultas tienden a no pensar según las características de la etapa de las
operaciones formales, debido entre otras cosas a la influencia del pensamiento mágico
propio de algunas tribus.
Por el otro, las evidencias a favor de la existencia de estas fases del desarrollo
cognitivo tampoco son muy sólidas, de modo que no se puede dar por hecho que
describan bien cómo va cambiando la manera de pensar durante la niñez y la
adolescencia. De todas formas, sí es cierto que en ciertos aspectos, como el concepto
de permanencia del objeto o la idea general e que los niños y niñas tienden a pensar
desde planteamientos basados en lo que ocurre en el entorno y no según ideas
abstractas, son aceptados y han servido para dar pie a investigaciones que sí están
actualizadas.