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Texto - Sobre El Análisis Macroeconómico - Aguilar y Fucci - Capítulo 6

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SOBRE EL ANÁLISIS

MACROECONÓMICO
Sobre el análisis macroeconómico| 181

CAPÍTULO 6

El Equilibrio Macroeconómico

Si se sigue el enfoque predominante de los manuales de


Economía, la teoría económica puede ser estudiada desde dos
puntos de vista: el microeconómico y el macroeconómico.
A partir de allí cabe señalar que no debe necesariamente
asociarse lo micro con los pequeños números y lo macro con
los grandes números
Por ejemplo, el producto bruto interno de Paraguay (objeto
de estudio de la macroeconomía) es menos del 10% de la
facturación de la empresa automotriz Toyota a nivel mundial
(objeto de estudio de la microeconomía).
En el enfoque predominante de los manuales de
Economía la clasificación obedece a la visión y el
comportamiento de elementos individuales (micro) o de
conjunto (macro).
Así el enfoque microeconómico centra su análisis en el
agente económico individual (ya sea como productor o
consumidor de bienes o servicios) y formula las leyes de
comportamiento de dicho componente en el marco de un
sistema de economía de mercado.
Por su parte el enfoque macroeconómico apunta hacia
los agregados económicos, es decir hacia magnitudes que
son analizadas globalmente, esto es más allá del
comportamiento de los componentes individuales.
En el enfoque microeconómico hablar de “equilibrio”
implica plantear la igualdad entre la oferta y la demanda de
bienes y servicios centrando el análisis en el agente económico
individual, de allí que se utilice la expresión “equilibrio parcial”
para situaciones de equilibrio referidas a un mercado en
particular.
182 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
En el enfoque macroeconómico hablar de equilibrio implica
plantear la igualdad entre la oferta agregada y la demanda
agregada, centrando el análisis en el conjunto del sistema
económico, de allí que se utilice la expresión “equilibrio
general” para situaciones de equilibrio simultáneo de los
mercados.
El presente capítulo se propone abordar de manera
introductoria el equilibrio macroeconómico a partir de señalar
que no existe una sola interpretación posible en este tema y
que el abordaje se realiza a partir de analizar el
comportamiento de las variables económicas consideradas
como las más relevantes, las relaciones causa-efecto que se
establecen en base a razonamientos teóricos y al análisis de
datos históricos.
Para tratar de influir sobre la actividad económica, los
economistas suelen preocuparse por las relaciones causa-
efecto y este tipo de problemas es afrontado en base a un
razonamiento teórico y a un análisis de datos históricos sobre
las variables económicas consideradas relevantes.
Así desde los manuales de Economía se plantea que un
modelo es una simplificación de la realidad que a través de
supuestos, argumentos y conclusiones explica una
determinada proposición o un aspecto de un fenómeno
más amplio.
De todo esto se deduce la necesidad del estudio de los
modelos económicos que, conforme al enfoque predominante
en los manuales de Economía, describen el equilibrio
macroeconómico: el modelo clásico y el modelo keynesiano.
En la primera parte del capítulo se introduce al lector en
el enfoque que desarrolla el modelo clásico, también
denominado modelo del equilibrio general.
En la segunda parte del capítulo se introduce al lector en
el enfoque que desarrolla el modelo keynesiano
Por último, en la tercera parte del capítulo se realizan
algunas reflexiones acerca del debate sobre el equilibrio
macroeconómico que se desarrolla, después de la muerte de
Keynes, entre el enfoque de la síntesis neoclásica y la síntesis
kaleckiana
Sobre el análisis macroeconómico| 183
EL MODELO CLASICO

En el amplio campo de la defensa del denominado


“modelo clásico” aparece un conjunto de economistas que
conformaron la corriente marginalista o neoclásica (Jevons,
Menger, Walras y Marshall) surgida en las tres últimas décadas
del siglo XIX pero también pueden incorporarse economistas
contemporáneos como Milton Friedman o Robert Lucas.
La IDEA CENTRAL de esta corriente es que la economía
capitalista se desenvuelve a través de mercados que siempre
están en equilibrio o se orientan hacia él cuando por cualquier
causa se producen fluctuaciones que temporariamente los
sacan de tal situación.
Los supuestos analíticos fundamentales pueden ser
sintetizados en:
1) La forma predominante de mercado es la competencia
perfecta.
2) El marco temporal de análisis es el del corto plazo.
3) Rige la ley de los mercados de Say
4) Se privilegian los análisis para una economía cerrada y sin
sector gobierno.
5) Existe una disociación entre una “economía monetaria” y
una “economía real”.

En este análisis la competencia perfecta implica:

1) Estado estacionario.
2) Libre movilidad de los factores de producción.
3) El cambio tecnológico es neutral.
4) Existencia de un homo economicus.

El término estado estacionario proviene de la obra de


Adam Smith y se refiere a aquella situación donde la economía
deja de crecer quedando la población en un nivel de
subsistencia, de manera que el precio de equilibrio termina
siendo constante.
184 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
La libre movilidad de los factores de la producción
implica que no deben existir trabas tecnológicas ni legales ni
económicas para el ingreso y la salida del mercado por parte
de los productores.
Hablar de un cambio tecnológico neutral es presuponer
que todas las empresas operan con la misma tecnología de
manera que cualquier innovación tecnológica no genera
dificultades en la competencia porque rápidamente se
generaliza
Finalmente cuando se habla de homo economicus se
supone que todos los participantes en el mercado son
individuos racionales que actúan sobre la base del principio
hedonista de conseguir la máxima satisfacción con el mínimo
esfuerzo. Por otra parte el ser humano tiene un deseo ilimitado
de consumo y esto lleva a que los recursos son escasos para
satisfacer las necesidades humanas.
Cuando se habla de análisis de corto plazo se supone que la
mayoría de los costos son fijos de manera que todo cambio que
se produzca en los costos variables equivale al costo marginal,
Por el contrario una decisión empresaria de largo plazo sería
aquella donde no hay costos fijos.
Si rige la ley de los mercados de Say hay una tendencia
natural al equilibrio de mercado en una economía que funciona
con pleno empleo.
Cabe señalar, para el mercado de trabajo, que en este pleno
empleo se tolera la existencia de un desempleo voluntario y/o
friccional pequeño en términos porcentuales que en los
manuales de Economía se lo denomina “tasa natural de
desempleo”.
Una economía cerrada y sin sector gobierno es también
denominada “economía simple”.
En una economía simple el producto es la suma del
consumo y la inversión mientras que el ingreso es la suma del
consumo y del ahorro.
En una economía simple la condición de equilibrio requiere
que coincidan las decisiones de ahorro e inversión pero si esa
coincidencia no se verifica es posible llegar al equilibrio a partir
del juego de las leyes de la oferta y la demanda.
Sobre el análisis macroeconómico| 185
Como ya se ha señalado, en el capítulo 1, si hubiera un
exceso de ahorro, esto implicaría un consumo por debajo del
equilibrio y, por lo tanto, el empresario no podría vender toda
su producción lo que hará que opte por producir en el próximo
período una cantidad menor hasta que se llegue al equilibrio,
mientras que, si hubiera un exceso de inversión, esto
implicaría una producción de bienes de consumo por debajo
del equilibrio, sin que se pueda satisfacer la demanda, lo que
hará que el empresario opte por una mayor producción en el
período siguiente hasta que se vuelvan a igualar oferta y
demanda..
Por último la disociación entre una “economía monetaria”
y una “economía real” implica afirmar que el dinero es neutral
de manera que un cambio en la cantidad de dinero sólo puede
generar efectos monetarios lo que lleva a avalar el análisis que
se hace en la teoría cuantitativa del dinero que, al hablar de
una identidad entre oferta monetaria y demanda monetaria, no
está haciendo otra cosa que ratificar la ley de los mercados de
Say porque quienes ofrecen dinero son los compradores de
bienes y quienes demandan dinero son los vendedores de
bienes..
La síntesis argumental del modelo clásico se desarrolla
a través del funcionamiento de los mercados:
Para el modelo clásico la economía capitalista se
encuentra en un equilibrio estable.
Esto significa que si por algún motivo la economía sale del
equilibrio, cuenta con un mecanismo endógeno que lo devuelve
a él en forma natural.
Ese mecanismo consiste en la acción simultánea de los
tres grandes mercados de la economía: Mercado de Bienes y
Servicios, Mercado de Capitales y Mercado de Trabajo.
Con esto lo que se pretende afirmar es que cada uno de
estos mercados, al ajustar sus desequilibrios mediante
aumento o disminución en el precio, contribuye, además, al
equilibrio de los otros dos.
La oferta de trabajo tenderá a crecer cuando el salario
real sea superior a la desutilidad marginal del trabajo y
viceversa.
186 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
Por lo tanto se entiende que, en tanto el salario real
crezca, tenderá a crecer la oferta de trabajo y viceversa lo que
constituye una relación directa.
Por otro lado, la demanda de trabajo se comportará de
acuerdo a la relación que exista entre el salario real y el
producto marginal del trabajo, en la medida que este último sea
superior al salario real, la demanda tenderá a crecer; por lo
tanto se entiende que si el salario real disminuye (aumenta)
habrá una demanda de trabajo mayor (menor) lo que constituye
una relación inversa.
Si existiera, por ejemplo, un aumento de la oferta laboral y
se produjera un desequilibrio donde la oferta laboral es mayor a
la demanda laboral, entonces, con salarios flexibles a la baja,
se producirá una caída del salario real, lo cual provocará que
caiga la oferta laboral (crecerá el desempleo voluntario pues el
salario real se habrá ubicado debajo de la demanda marginal
de trabajo y que crezca la demanda laboral, ya que el salario
real también será inferior al Producto Marginal del Trabajo
volviéndose de este modo al equilibrio.
En el Mercado de Capitales el precio es la tasa de
interés.
La oferta está representada por los ahorristas que son
quienes renuncian al consumo presente con el objetivo de
incrementar su consumo futuro. Por lo tanto, a cambio de esa
postergación de consumo, requieren una retribución que es el
interés. A mayor tasa de interés estarán dispuestos a ahorrar
más y viceversa (relación directa entre ahorro y tasa de
interés).
La demanda está representada por los tomadores de
crédito, cuyo objetivo es destinar esos fondos a la compra de
bienes de capital (Inversión); los tomadores de crédito
demandaran más capital cuanto menor sea el costo que deben
pagar. Es decir que existe una relación inversa entre
Inversión y tasa de interés.
Los bancos son los intermediarios en ese mercado,
captando el dinero de los ahorristas y otorgando créditos a
quienes lo demandan.
Sobre el análisis macroeconómico| 187
Ante la eventualidad de un desajuste de mercado, por
ejemplo que exista un exceso de ahorro sobre inversión; el
modelo clásico plantea que los bancos ofrecerán, a los
ahorristas, una tasa de interés menor y, por lo tanto podrán
prestar a esa tasa de interés más baja.
Esta baja de la tasa de interés hará que se reduzca la
oferta de fondos (Ahorro) y que se estimule la demanda
(Inversión).
Entonces, en el mercado de capitales también funciona
la ley de Say y la oferta habrá creado su demanda, al tolerar
una caída de la tasa de interés.
En el mercado monetario los cambios en la oferta de
dinero afectan al nivel general de precios pero no afectan a las
variables reales (dinero neutral)
Luego de este conjunto de afirmaciones acerca del modelo
clásico resulta necesario examinar cómo funcionan los
mercados para ajustar los desequilibrios
Partiendo de la base que existe un desequilibrio inicial
motivado por un aumento del nivel de ahorro en la economía
se tiene que el ahorro es superior a la inversión, en el
mercado de capitales.
Este aumento del ahorro es, a su vez, una caída del
consumo y por lo tanto una caída de la demanda global que
conduce a un exceso de oferta en el mercado de bienes y
servicios de consumo.
Este exceso de oferta, asimismo, redunda en una caída
de las ventas, de la producción y del empleo en el sector
mencionado y, por lo tanto, se verifica que un desequilibrio en
el mercado de capitales afectó al mercado de trabajo y al
mercado de bienes.
A partir de lo afirmado se desarrolla un mecanismo de
ajuste donde el exceso de ahorro sobre inversión, habilita una
caída de la tasa de interés; el exceso de oferta en el
mercado de bienes y servicios origina una caída del nivel de
precios y el desempleo que se produce en el mercado de
trabajo provoca una caída del salario real.
188 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
En este contexto los empresarios se mostrarán
dispuestos a tomar créditos más baratos (aumenta la
demanda de inversión), los que habrán de utilizar para
demandar bienes de capital (aumenta la demanda de
bienes y servicios) a fin de prepararse para enfrentar la
explosión de consumo futuro y, para poner en funcionamiento
los nuevos bienes de capital, contratarán mano de obra, cuyo
valor (el salario real) ha caído por debajo del producto marginal
del trabajo (aumenta la demanda de trabajo).
De este modo, por medio de la competencia, se vuelve
al equilibrio en los tres mercados habiéndose producido,
solamente, una reasignación de factores (trabajo y capital) de
un sector a otro.
De la misma manera puede establecerse una secuencia
de relaciones causa-efecto para el caso del desequilibrio donde
la inversión supera al ahorro.
Si se analiza en detalle la descripción del proceso de
ajuste en los manuales de Economía se plantea que la
situación donde el ahorro supera la inversión deriva en un
sobrante de producción mientras que la situación donde la
inversión es superior al ahorro termina generando un sobrante
de producción pero en ambos casos las leyes de la oferta y la
demanda sonb las que garantizan el retorno al equilibrio.
He aquí plasmada la visión del sistema capitalista que
presenta el modelo clásico donde el permanente ajuste
endógeno hacia el equilibrio conduce en forma automática
hacia el pleno empleo.
De todo esto se deducen las siguientes conclusiones:
1) La economía de mercado es eficiente en la asignación
de recursos.

2) Esa eficiencia es posible si no hay interferencias


extrañas (estado, sindicatos y monopolios), es decir
cuando los mercados son perfectamente competitivos
Sobre el análisis macroeconómico| 189
EL MODELO KEYNESIANO

El modelo keynesiano tiene como figura económica


emblemática al más importante economista que dio el siglo XX:
John Keynes. Si bien entre sus divulgadores hay economistas
talentosos como John Galbraith y James Tobin, ninguno de
ellos ha alcanzado la dimensión de Keynes.
La IDEA CENTRAL es que el capitalismo funciona en
base a “fallas de mercado” que se traducen en la existencia de
desocupación involuntaria así como de una desigual
distribución del ingreso y la riqueza.
Los supuestos analíticos fundamentales pueden ser
sintetizados en:

1) La forma predominante de mercado es la competencia


imperfecta.
2) El marco temporal de análisis es el del corto plazo.
3) Existe una economía monetaria de producción, es decir no
hay una disociación entre un mundo monetario y un
mundo real.
4) Se privilegian los análisis para una economía cerrada con
sector gobierno.
5) No rige la ley de los mercados de Say.

En este análisis la existencia de competencia imperfecta


implica una ruptura con el análisis del modelo clásico que
puede observarse en: I) Información imperfecta. II) Las
decisiones en base al estado de las expectativas III)
Indeterminaciones en los precios de los mercados.
La información imperfecta introduce la incertidumbre en la
toma de decisiones porque al producirse discriminación en el
sistema de precios no hay ninguna posibilidad de hacer
pronósticos perfectos.
Al introducirse la incertidumbre aparecen las decisiones en
base al estado de las expectativas sobre rendimientos
probables futuros. Al respecto Keynes sostiene que
190 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
“El estado de expectativas a largo plazo que sirve de base a
nuestras decisiones, depende, no sólo de los pronósticos más
probables que podamos realizar, sino también de la confianza
con que hagamos la previsión. Si esperamos grandes
modificaciones pero estamos muy inseguros sobre la forma en
que ocurrirán, entonces nuestra confianza será débil.
El estado de confianza, como se llama, es un asunto al que los
hombres prácticos conceden la atención más estrecha y
preocupada (…) sin embargo no hay mucho que decir a priori
sobre él. Nuestras conclusiones deben depender
esencialmente de la observación real de los mercados y de la
psicología de los negocios (…)
El hecho más destacado es lo extremadamente precario de las
bases de conocimiento en que han de basarse nuestros
rendimientos probables”.
(“Teoría general de la ocupación el interés y el dinero”- Fondo
de Cultura Económica-1986- páginas 136-137)
En relación a las indeterminaciones en los precios de los
mercados lo que se está planteando es que no existe una
tendencia al equilibrio en el mercado de bienes y servicios, en
el mercado monetario y en el mercado laboral debdio a la
existencia de rigideces en el sistema de precios.
En el caso del mercado de bienes si hay subutilización de
capital (capacidad ociosa) y de trabajo (desocupación) los
desequilibrios de mercado no necesariamente habrá un ajuste
a través del precio aunque pueda haberlo a través de los
stocks.
Para el caso del mercado monetario la tasa de interés no
está vinculada al motivo transacciones de la demanda de
dinero sino al motivo especulativo por lo que no hay ningún
mecanismo estabilizador cuando éste es el que predomina.
Finalmente para el mercado laboral tampoco habrá
flexibilidad descendente de los salarios reales porque, para
Keynes, los sindicatos asumen el rol de mantener cierto nivel
más que el de imponer niveles superiores a los que las
empresas pretenden conceder.
Sobre el análisis macroeconómico| 191
Cuando se habla de análisis de corto plazo vuelve a
suponerse que la mayoría de los costos son fijos de manera
que todo cambio que se produzca en los costos variables es
equivalente al costo marginal.
La diferencia con el modelo clásico es que al introducirse la
incertidumbre en la toma de decisiones no hay garantías que
se arribe a una situación de equilibrio.
Para justificar que no hay una disociación entre un
mundo monetario y un mundo real Keynes desarrolla el
concepto de economía monetaria de producción.
Una economía monetaria de producción es aquella donde
las cambiantes opiniones de los empresarios sobre el futuro
afectan al volumen de producción y a la ocupación.
De todo esto se deduce que los cambios en la cantidad
de dinero generan efectos reales y entonces el dinero no es
neutral.
En una economía cerrada con sector gobierno puede
verificarse el rol anticíclico del estado para situaciones de crisis.
Siendo el producto la suma del consumo privado, la
inversión y el gasto público y el ingreso la suma del consumo
privado el ahorro y los impuestos, la condición de equilibrio
requiere que la suma de la inversión privada y el gasto público
(entradas de dinero al circuito productivo) debe ser igual a la
suma del ahorro y los impuestos (salidas de dinero del circuito
productivo).
Si el ahorro supera a la inversión (por un predominio del
motivo especulativo) será necesario un aumento del gasto
público (con déficit fiscal) para corregir los desequilibrios
sistémicos.
Finalmente el hecho que no rige la ley de los mercados
de Say refuerza la idea que al no existir una tendencia natural
al equilibrio de los mercados hace falta la intervención del
estado para resolver el crucial problema del desempleo.
La síntesis argumental del modelo se desarrolla a partir
de describir cuáles son las “fallas del mercado”· que hacen que
no funcione la ley de Say. Luego de criticar, fuertemente, lo que
él denomina los postulados clásicos, Keynes va a elaborar otro
enfoque del equilibrio macroeconómico.
192 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
Los postulados clásicos son:

1) Que la Oferta de trabajo está en relación directa con el


salario real.
2) Que la Demanda de trabajo está en relación inversa con el
salario real.
3) Que la oferta crea su propia demanda (Ley de Say)

Las críticas de Keynes pueden sintetizarse como sigue:


1) La oferta de trabajo se reducirá ante una caída del
salario real sólo cuando el salario caiga en términos nominales.
Sin embargo, cuando la caída del salario real obedece a una
suba del nivel de precios; entonces Keynes afirma que, lejos de
contraerse, la oferta de trabajo tiene una tendencia a crecer.
2) Keynes observa que, a pesar de bajar el salario real
por efecto de la suba de precios, existen circunstancias (como
el inicio de la depresión de la década de 1930) donde la
demanda de trabajo no crece.
3) Si el salario real está cayendo y, por ende, ubicándose
por debajo del producto marginal del trabajo, ¿por qué los
empresarios no se comportan como los clásicos esperan que lo
hagan?. Keynes va a responder que los empresarios no sólo se
guían por lo bajo que puede estar el salario real, sino que
observan si van a poder vender aquello que producirán al
incrementar del nivel de empleo. Es decir que la oferta no crea
su propia demanda, sino que es la demanda la que
determina el nivel de oferta.
4) De lo antedicho, se desprende que, en disonancia con
el planteo clásico, puede haber una oferta de mano de obra,
que aunque acepta el salario existente, no sea demandada. Es
decir que, en la economía capitalista, puede existir desempleo
involuntario.

Keynes distingue entre la producción potencial (de pleno


empleo) y la producción real o efectiva.
Sobre el análisis macroeconómico| 193
La economía puede alcanzar el equilibrio en distintos
niveles de producción real o efectiva, sin alcanzar,
necesariamente, el producto potencial o de pleno empleo.
Para cada nivel de empleo habrá sólo un volumen de
producción de equilibrio que estará determinado por el volumen
de demanda efectiva que genera ese nivel de empleo.
El capitalismo no presenta obstáculos por el lado del
proceso de producción sino por el lado de la demanda
efectiva insuficiente.
Siendo la demanda efectiva la suma de bienes de consumo
(Consumo) y bienes de capital (Inversión), el planteo de una
demanda efectiva insuficiente se traduce en que la inversión
es inferior al ahorro.
La evolución del consumo se rige por la ley de propensión
a consumir que establece que un cambio en el ingreso genera
un cambio menos que proporcional en el consumo y más que
proporcional en el ahorro. Esto hace que, en una economía en
crecimiento, se produzca una “brecha creciente” entre el nivel
de Ingreso (equivalente al producto) y el nivel de Consumo.
Para que la economía alcance el equilibrio, debería existir un
volumen de Inversión creciente que permita cerrar esa brecha.
El planteo “clásico” resuelve ese dilema haciendo depender
al ahorro y a la inversión de la tasa de interés. Al crecer el
ahorro cae la tasa de interés y esto eleva la inversión; de
manera que lo que retrocedió el consumo a manos del ahorro,
se recupera por vía de la inversión garantizándose el equilibrio.
Keynes niega esta afirmación “clásica”, al sostener que el
ahorro no depende de la tasa de interés sino del nivel de
ingreso y que la inversión no depende solamente de dicha tasa
de interés sino que ésta debe ser comparada con la eficiencia
marginal del capital”.
Si la eficiencia marginal del capital es mayor que la tasa de
interés de mercado, conviene invertir pero si es inferior, se
acentúan las conductas especulativas y cae la inversión.
Como ya se ha visto en el capítulo 3, Keynes define a la
eficiencia marginal del capital como el rendimiento probable de
una nueva unidad de un bien de capital comparado con su
precio de costo.
194 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
Esto puede interpretarse como una tasa de ganancia
esperada de los proyectos de inversión disponibles, siendo la
mayor, de ellas, la eficiencia marginal del capital de la
economía en un momento dado.
Puede afirmarse que existe una relación directa entre la
inversión y la eficiencia marginal del capital.
El paso siguiente es determinar cómo se comporta la
eficiencia marginal del capital que, para Keynes, tiene una
relación directa con las expectativas de rendimientos probables
futuros, es decir del flujo de beneficios futuros que espera
obtener quien realiza la evaluación de determinado proyecto.
A modo de CONCLUSION. para Keynes el equilibrio
macroeconómico de la economía capitalista, no depende de la
acción racional del Homo Economicus, sino que se sustenta
principalmente en la confianza, en las sensaciones que tienen
los empresarios respecto del futuro, lo que se conoce como los
“espíritus animales” (animal spirits).
Dicho esto, conviene interrogarse acerca de cómo estará el
estado de confianza, cuando la economía crece fuertemente y,
al crecer el ahorro más que el consumo, la brecha entre oferta
y demanda se agranda.
Cuando empiezan a mermar las ventas el estado de
confianza será bajo y los animal spirits estarán deprimidos.
Esa desconfianza respecto de la evolución de la economía,
hará que caigan las expectativas de rendimientos probables
futuros y con estos se desplomará la eficiencia marginal del
capital que se ubicará por debajo de la tasa de interés.
Para salir de la depresión es necesaria la intervención del
estado quien, incrementando el gasto público sostendrá y hará
crecer la propensión a consumir de la comunidad para que
haya una repercusión favorable sobre la eficiencia marginal del
capital vía incremento de los rendimientos probables, lo que
además contribuirá a mejorar el estado de confianza de los
Animal Spirits.
A modo de síntesis, en esta presentación de los modelos
económicos que son utilizados desde los manuales de
Economía la ley de los mercados de Say ocupa el centro del
debate.
Sobre el análisis macroeconómico| 195
LA CIENCIA ECONOMICA DESPUES DE KEYNES

Hacia fines de la segunda guerra mundial surge un nuevo


orden mundial que reúne las siguientes características:
1) Se basa en una hegemonía absoluta de los EE. UU que en
1947 representaban el 50% del PBI de los países
desarrollados. La irrupción de la URSS como nueva potencia
generó una fuerte disputa en el terreno ideológico entre la
economía centralmente planificada y la economía de mercado
pero esta disputa denominada “Guerra Fría” no terminó en una
nueva guerra mundial debido a la paridad militar de fuerzas
2) Este orden se apoya en un conjunto de instituciones
creadas con el objeto de garantizar la paz y la estabilidad
económica tales como la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial
3) Surge un nuevo orden monetario internacional en base a
la convertibilidad dólar-oro, es decir que cada dólar que
circulaba por el mundo tenía respaldo en oro en la reserva
Federal de EE. UU:
4) En el marco de la aplicación generalizada de políticas
keynesianas este orden mundial se sustenta socialmente a
través de políticas económicas que persiguieron como objetivo
el pleno empleo. Pero junto con el pleno empleo hubo mejoras
en la distribución del ingreso, progreso en la expectativa de
vida de la población, en la educación, la salud y la vivienda,
una mayor inserción laboral de la mujer, así como avances en
el terreno de los derechos humanos y el respeto por las
minorías
5) Surge además la economía transnacional que involucra a
capitales de dos o más países que se asocian en empresas
que realizan inversiones productivas en todo el mundo. Estas
asociaciones entre capitalistas de distintos países apuntan a
evitar nuevos conflictos que debiliten aún más el capitalismo
196 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
En su libro “Historia del siglo XX” Eric Hobsbawm denomina
al período que va desde fines de la segunda guerra mundial
hasta inicios de la década de 1970 la “edad de oro”
En ese período el mundo experimenta un crecimiento
económico nunca visto en la historia con un 5% anual de
promedio en las décadas de 1950 y 1960 contra un 1% para el
período histórico 1820-1950.
Hobsbawm plantea que:

“La economía mundial crecía a un ritmo explosivo. Al llegar


a los años sesenta, era evidente que nunca había existido
algo semejante. La producción mundial de manufacturas se
cuadruplicó entre los inicios de los cincuenta y los inicios de los
setenta y algo todavía más impresionante el comercio mundial
se multiplicó por diez. También creció la agricultura no con
tanta espectacularidad y las flotas pesqueras triplicaron sus
capturas.Hubo un efecto secundario de esta extraordinaria
explosión que apenas si recibió atención aunque, vistos desde
la actualidad, ya presentaba un aspecto amenazante: la
contaminación y el deterioro ecológico.”
(Hobsbawm, obra citada, Ediciones Crítica, página 264)

En este contexto se generaron debates en los centros


académicos sobre el grado de efectividad de las políticas
keynesianas y la necesidad de políticas de libre mercado.
Sin embargo, los países centrales, los más desarrollados,
gozaron mucho más de estos beneficios que los países
periféricos, los menos desarrollados.
No es casual entonces que en el amplio campo de las
ciencias sociales y en la ciencia económica surgieran diferentes
lecturas sobre lo acontecido en el período de posguerra.
Sobre el análisis macroeconómico| 197
La síntesis neoclásica

La aparición de la “Teoría general” de John Keynes en 1936


provocó un amplio revuelo en el ámbito académico de los
países más avanzados, en especial en los Estados Unidos.
En 1937 Alvin Hansen, un catedrático de la Universidad de
Harvard, se opuso a considerarla una obra de gran importancia
a partir de utilizar argumentos en defensa de los mecanismos
de ajuste a través del mercado para los períodos de crisis.
Con el transcurso de los años fue cambiando de opinión y
junto con su gran amigo, el economista Paul Samuelson (1915-
2009), comenzaron a buscar la manera de conciliar el planteo
de Keynes sobre el estado en épocas de crisis con la defensa
de la ley de Say.
Es así como Hansen publica en 1953 un libro titulado “Guía
de Keynes” donde plantea que

“La intención de este volumen consiste en servir, por así


decirlo, de tutor (...) y de buscar la más amplia comprensión del
pensamiento de Keynes”.
(Hansen, obra citada, Fondo de
Cultura Económica, edición de 1986, página 7).

A poco que el lector se introduce en el texto de Hansen


advierte que, lejos de convertirse en un tutor de Keynes, asume
la defensa de la ley de Say.
En el capítulo 1 de su libro Hansen plantea que

“La ley de Say, en términos amplios, es una descripción de


una economía de librecambio. Concebida como tal, ilumina la
verdad que la principal fuente de la demanda es el flujo de
ingreso de los factores generados del proceso de producción
mismo. (...) El mercado es tan grande como el volumen de
productos que se ofrecen para el intercambio. La oferta así
crea su propia demanda. La teoría entonces en boga era
limpiamente lógica”
(Hansen, obra citada, páginas 14 y 15).
198 Rita I. Aguilar-Pablo O. Fucci
Luego al analizar la crisis de la década de 1930 Hansen
parece encaminarse hacia una crítica al afirmar que “la
insatisfacción con la teoría ortodoxa surgió del hecho que las
conclusiones frecuentemente resultaron alejadas del mundo
real” (página. 21) pero luego plantea que “las depresiones
económicas no refutan la ley de Say, siendo un principio válido
a largo plazo”. (página. 22).

Hansen considera justo criticar la ley de los mercados de


Say cuando sostiene que

“A corto plazo el camino de los productos se divide en dos


partes: los productos se cambian por dinero y el dinero se
cambia por productos. Como dijo Marshall los hombres tienen
posibilidad de comprar, pero pueden no usarla, debido a
disturbios temporales y desajustes que destruyen la confianza.
(...) Estos disturbios temporales no invalidan en ninguna
forma las fuerzas fundamentales, que la ley de Say pretendía
iluminar y que conducen a la ocupación plena”
(Hansen, obra citada, página 23).
.
Hansen considera que el uso del método de las
expectativas es lo más revolucionario de la Teoría General de
Keynes. También plantea que esto no es incompatible con el
equilibrio general al decir que

“La Teoría General se presenta en término de análisis de


equilibrio. El método de Keynes en gran parte del libro puede
describirse como estática comparativa. En el análisis estático
comparativo investigamos la respuesta del sistema ante
cambios en los parámetros dados .En el análisis del período
investigamos la conducta del sistema a través del tiempo. La
estática comparativa salta sobre el tiempo que va implícito en la
transición a sucesivas posiciones de equilibrio”.
(Hansen, obra citada, páginas 48 y 49)
.
Sobre el análisis macroeconómico| 199
De esta manera Keynes es convertido por la interpretación de
Hansen en un “defensor de la teoría del equilibrio general” por
su método de estática comparativa en donde el punto inicial y
el punto final de todo análisis es el equilibrio de mercado con
pleno empleo.
El diagnóstico de la “síntesis neoclásica” es que en un
sistema de economía de mercado hay “inestabilidades” que son
corregidas por la acción conjunta del mercado y el estado hasta
llegar al equilibrio general, haciendo desaparecer toda
posibilidad de considerar que existan crisis estructurales en una
economía capitalista.
En esa época Joan Robinson, una de las más lúcidas
defensoras de Keynes, bautizaría al modelo de la síntesis
neoclásica como “el keynesianismo bastardo”.
Sin embargo, más allá de las críticas recibidas, este
enfoque es el predominante en los actuales manuales de
Economía influenciados por el pensamiento de Paul
Samuelson.
Siguiendo el enfoque de los manuales de Economía, en un
sistema económico con sector financiero, sector gobierno y
sector externo, se tiene que el producto es igual a la suma del
consumo privado más la inversión privada más el gasto
público más las exportaciones (P = C + I + G + X) y el ingreso
equivale a al suma del consumo privado más el ahorro más los
impuestos más las importaciones (Y = C + S + T + M).
La condición de equilibrio en este sistema requiere que la
suma de las entradas de dinero al circuito productivo (I + G +
X) sean iguales a la suma de las salidas de dinero del circuito
productivo (S + T + M).
¿Qué sucede con la propuesta keynesiana de incrementar
el gasto público en situaciones recesivas cuando se tiene una
economía abierta?
Partiendo de un ejemplo numérico en una situación recesiva
(I es menor que S) se puede visualizar con claridad la
respuesta.
Para el caso 1 puede observarse que con I menor que S resulta
necesario que G sea mayor que T lo que permite que se
verifique parcialmente la propuesta de Keynes
Para el caso 2 cuando hay equilibrio fiscal la condición de
equilibrio queda reducida a lo que suceda en el mercado interno
y en el mercado mundial (I + X = S + M).
Finalmente en el caso 3 siendo I menor a S y G menor a T
sólo habrá equilibrio si X es mayor que M, lo que no tiene nada
que ver con el planteo de Keynes
De todo esto se desprende que si todas las naciones del
mundo tuvieran equilibrio fiscal, al ser las exportaciones
mundiales iguales a las importaciones mundiales, se confirmaría
la plena vigencia de la ley de Say para todas las naciones del
mundo al coincidir las decisiones de ahorro con las de inversión.

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