Poesía Lírica y Épica en El Renacimiento.
Poesía Lírica y Épica en El Renacimiento.
Poesía Lírica y Épica en El Renacimiento.
Francesco Petrarca
(Arezzo, actual Italia, 1304 - Arqua, id., 1374) Fue un poeta y humanista italiano.
Que durante su niñez y su primera adolescencia residió en distintas ciudades
italianas y francesas, debido a las persecuciones políticas de que fue objeto su
padre, adherido al partido negro güelfo. Cursó estudios de leyes en Carpentras,
Montpellier, Bolonia y Aviñón, si bien nunca consiguió graduarse.
Petrarca logró en vida una importante fama como autor latino y humanista, tal
como prueba su coronación en Roma como poeta, en 1341. Sin embargo, sus
poemas en lengua vulgar recogidos en el Cancionero fueron los que habían de
darle fama inmortal. En la primera parte del Cancionero, las poesías reflejan la
sensualidad y el tormento apasionado del poeta, mientras que, tras la muerte de
Laura, acontecida según declara el poeta en 1348, su amor resulta sublimado en
una adoración espiritual. Petrarca supo escapar a la retórica cortés del amor,
transmitiendo un aliento más sincero a sus versos, sobre todo gracias a sus
imágenes, de gran fuerza y originalidad.
Cita: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Francesco Petrarca». En Biografías y Vidas.
La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/petrarca.htm [fecha de acceso: 28 de abril de
2022].
Torquato Tasso
El poeta italiano Torquato Tasso (1544-1595) es, considerado una de las figuras
más trágicas y controvertidas del Renacimiento. Byron y Goethe, Pushkin y
Baratynsky se inspiraron en su trabajo. Liszt le dedicó un estudio sinfónico de
gran sensibilidad y fue pintado por los mejores artistas de su tiempo.
Torquato mostraba grandes dotes para la poesía a la edad de 14 años. En sus
primeros experimentos poéticos, idealiza la caballerosidad. El héroe cortés de su
poema juvenil «Rinaldo» se siente atraído por pensamientos elevados y atraído
por el amor de una bella dama. Tasso obtiene inspiración en la Antigüedad
clásica, estudia a Platón, Aristóteles e imita a Virgilio.
Tasso dentro de su libertad creativa es incompatible con el papel de un poeta de
la corte. Decide publicar Jerusalén liberada en otra ciudad.
En los últimos años de su vida, Tasso crea una nueva versión de su heroica
epopeya y le da el nombre definitivo de «Jerusalén conquistada», pero esto es
sólo un vago reflejo del declive de la gloria poética. El texto final estaba
desprovisto de su anterior ligereza, lleno de patetismo crepitante.
Desesperado por la imperfección del mundo, atormentado por una enfermedad
mental, Tasso murió en 1595, un día antes de alcanzar su preciado sueño: ser
coronado (oficialmente) como poeta laureado. La corona de laurel se puso sobre
el ataúd de Tasso.
Ludovico Ariosto
(Reggio Emilia, actual Italia, 1474 - Ferrara, id., 1533) Fue un gran poeta italiano
que con la figura de Ariosto llegó el Renacimiento italiano a su cenit. Miembro de
una familia aristocrática, ya desde joven recibió el apoyo de la casa de Este, una
familia de mecenas renacentista en cuya corte permanecería de 1503 a 1517.
Luis Vaz como poeta lírico cultivó las formas petrarquistas, y dominaba
perfectamente la ejecución del soneto. Es autor también de tres
comedias: Anfitrión, El rey Seleuco (1545) y Filodemo (1555).
Su verdadera importancia como escritor radica en la poesía épica. En 1572
apareció la obra que le hizo célebre, Los Lusíadas, epopeya semimítica en verso
en la línea de Virgilio y Torquiato Tazzo que narra la expansión portuguesa por
el mundo, sin que falten elementos pertenecientes a la tradición legendaria de
Portugal, como el episodio de Inés Castro.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Luis Vaz de Camões». En Biografías y Vidas. La
enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/camoes.htm [fecha de acceso: 3 de mayo de
2022].
John Milton
(Londres, 1608 - id., 1674) Fue un poeta inglés. Su padre, un notario apasionado
por la música, le animó a estudiar las lenguas clásicas, el hebreo y el italiano.
Tras una estancia en Cambridge, abandonó la carrera eclesiástica y se retiró en
casa de sus padres.
En 1642 se casó con Mary Powell, una joven de diecisiete años que lo abandonó
al poco tiempo debido a la férrea austeridad del régimen doméstico. Milton
reaccionó con una serie de escritos en los que se manifestaba partidario del
divorcio y que le ocasionaron problemas con la censura parlamentaria, hecho
que motivó que en 1644 publicara la Areopagítica, en defensa de la libertad de
expresión.
Actividad lV
Petrarca, El cancionero:
VI:
XXXVII: Harpalice, Tomiris, las heroinas, que socorrieron á Turno y á Héctor,
la princesa que, seguida de Tirios y Sidonios, atravesó los mares para
establecerse en la Libia, Zenobia, la famosa reina que llevó sus armas
victoriosas por la Asiria, la Persia y la India, y otras muchas, no fueron las
únicas damas dignas de la inmortalidad por sus esclarecidos hechos de
armas. Y no tan solo Roma y Grecia tuvieron el privilegio de dar al mundo
mujeres fieles, castas, prudentes y esforzadas: todos los países de la Tierra
las han producido, desde las márgenes del Indo hasta las playas de las
Hespérides, donde el Sol recoje su cabellera; pero los escritores falsos,
injustos y envidiosos de su tiempo apenas nos han dejado el recuerdo de una
por cada mil. Continuad á pesar de esto vuestro camino, ¡oh mujeres amantes
de la virtud! sin que os detenga el temor de no adquirir la honrosa fama que
vuestras elevadas acciones merecen; pues así como no hay cosa buena que
dure siempre, tampoco se perpetúan las malas, y si hasta ahora habeis
carecido de escritores que enaltecieran vuestras sublimes virtudes, en la
época actual contais con ellos. Hoy os dedican sus cantos Marullo, el Pontan,
los dos Strozzi, padre é hijo; el Bembo, el Cappel, el que ha hecho adquirir á
sus cortesanos el mismo gusto que siente por la poesía, Luis Aleman y esos
dos príncipes, tan queridos de Marte como de las Musas y descendientes de
los soberanos de la comarca que atraviesa el Mincio y está rodeada de
anchurosos lagos. El amor, la fé y el invencible y esforzado ánimo que aun
en presencia de los mayores peligros ha demostrado Isabel por uno de estos
príncipes, han hecho que él os pertenezca más que á sí mismo, aun cuando
ya era inclinado por instinto á honraros y reverenciaros, y á hacer resonar el
Pindo y el Cinthio con vuestras alabanzas, elevándolas hasta el mismo Cielo:
por esta razon se manifiesta incansable en celebraros en sus versos llenos
de fuego, y por esta razon tambien está siempre dispuesto á tomar las armas
para castigar á los que os ultrajen. No existe en el mundo un caballero más
decidido que él á perder su vida en defensa de la virtud, y al mismo tiempo
que con sus acciones da á los poetas inagotable materia para ensalzarle,
eterniza la fama de los demás con sus escritos. Digno es por lo tanto de que
el Cielo le concediera una esposa dotada de tan inestimables prendas como
la que más de su sexo, una esposa de constancia inalterable, y que haya sido
para él una verdadera columna, despreciando todos los reveses de la fortuna.
¿Dónde se vieron nunca dos esposos más dignos el uno del otro? Coloca
nuevos trofeos en la orilla del Oglio; pues entre el fragor de las armas, de los
carros, de los incendios y de las olas ha escrito versos tan sonoros y
melodiosos, que el cercano rio se manifiesta envidioso de su gloria.
XXXVIII: Montando de nuevo en el caballo alado que fué primero de Atlante
y de Rugiero despues, dejó el Paladin aquellas regiones bienaventuradas,
606 despidiéndose de San Juan, y siguiendo las orillas del Nilo, llegó en breve
al país de los Nubios, y descendió en la capital, pasando en seguida á visitar
á Senapo. Extraordinario fué el júbilo que causó al Rey su regreso, pues no
habia podido olvidar el gran beneficio de que le era deudor por haberle librado
de las molestas arpías; pero cuando Astolfo hizo desaparecer de sus ojos
aquel espeso humor que le privaba de la luz, y le devolvió la vista, le adoró y
reverenció como si fuera un dios, y no solo le proporcionó la gente que le
pedia para llevar la guerra al reino de Biserta, sino que puso á sus órdenes
cien mil hombres más, ofreciéndose tambien él á marchar con la expedicion.
El ejército era tan numeroso, que apenas cabia en una llanura extensa;
estaba formado exclusivamente de infantería, porque en aquel país hay
mucha escasez de caballos, aunque los camellos y elefantes se encuentran
en gran abundancia. Durante la noche que precedió al dia en que debia
emprender la marcha el ejército de Nubia, montó el Paladin en su hipogrifo,
se dirigió con raudo vuelo hácia el Mediodia hasta llegar al monte donde tiene
su orígen el viento austral que sopla contra las Osas, y encontró la caverna,
por cuya estrecha boca se escapa furioso aquel viento, siempre que se
despierta. Siguiendo las órdenes de su maestro, habia llevado un odre vacío,
que colocó tácita y cautelosamente en el respiradero del antro donde dormia
fatigado el fiero Noto; el cual cayó tan bien en aquel lazo, para él
desconocido, que cuando al dia siguiente quiso salir de la caverna, quedó
cautivo y encadenado en el odre.
Señalar que el poema Las Lusiadas, es una obra cuyo contenido es difícil de
considerar, hoy día, debido a su lenguaje poético, y más concretamente, a la
mezcla que realiza el autor entre las fuentes clásicas y la poética de su época.
Las constantes alusiones mitológicas, lo retórico de su composición, así como,
la lejanía del origen y desarrollo de los personajes hacen que, el lector no
iniciado, no llegue a la comprensión total del poema. A todo ello, va unido la
ausencia de una lectura prolongada, detallada y minuciosa, que permita disfrutar
y sobre todo, comprender ampliamente todos y cada uno de los variados versos
que contiene.