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Poesía Lírica y Épica en El Renacimiento.

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Poesía lírica y Épica en el renacimiento.

Características, obras y autores representativos.

a) Datos históricos y literarios de esta época:


La lírica renacentista se caracteriza por un fuerte influjo de los modos poéticos
italianos, sobre todo de Petrarca. A principios del siglo XVI y con el reinado de
Carlos I especialmente, nos encontramos una serie de poetas cultos que
abandonan los modos medievales para abrazar el endecasílabo y estrofas
nuevas: sonetos, tercetos, octavas reales… Por otro lado, los poemas se alejan
de las narraciones medievales para girar en torno a la temática amorosa (con un
fuerte sustrato de los mitos, historias, dioses y héroes de la antigüedad clásica)
en un entorno natural bucólico, estilizado y platonizado.
b) Características de la poesía lirica y épica del renacimiento:
c) Datos bibliográficos referentes a la formación, trayectoria y trascendencia los
siguientes autores:

Francesco Petrarca
(Arezzo, actual Italia, 1304 - Arqua, id., 1374) Fue un poeta y humanista italiano.
Que durante su niñez y su primera adolescencia residió en distintas ciudades
italianas y francesas, debido a las persecuciones políticas de que fue objeto su
padre, adherido al partido negro güelfo. Cursó estudios de leyes en Carpentras,
Montpellier, Bolonia y Aviñón, si bien nunca consiguió graduarse.

La producción de la obra de Petrarca puede dividirse en dos grupos: obras en


latín y obras en lengua vulgar. Las primeras fueron las que le reportaron mayor
éxito en vida, y en ellas cifraba Petrarca sus aspiraciones a la fama. Cabe
destacar en este apartado el poema en hexámetros África (que dejó inacabado
y en el que rescata el estilo de Tito Livio), las doce églogas que componen
el Bucolicum carmen y la serie de biografías de personajes clásicos titulada De
viris illustribus.

Petrarca logró en vida una importante fama como autor latino y humanista, tal
como prueba su coronación en Roma como poeta, en 1341. Sin embargo, sus
poemas en lengua vulgar recogidos en el Cancionero fueron los que habían de
darle fama inmortal. En la primera parte del Cancionero, las poesías reflejan la
sensualidad y el tormento apasionado del poeta, mientras que, tras la muerte de
Laura, acontecida según declara el poeta en 1348, su amor resulta sublimado en
una adoración espiritual. Petrarca supo escapar a la retórica cortés del amor,
transmitiendo un aliento más sincero a sus versos, sobre todo gracias a sus
imágenes, de gran fuerza y originalidad.

Cita: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Francesco Petrarca». En Biografías y Vidas.
La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/petrarca.htm [fecha de acceso: 28 de abril de
2022].

Torquato Tasso
El poeta italiano Torquato Tasso (1544-1595) es, considerado una de las figuras
más trágicas y controvertidas del Renacimiento. Byron y Goethe, Pushkin y
Baratynsky se inspiraron en su trabajo. Liszt le dedicó un estudio sinfónico de
gran sensibilidad y fue pintado por los mejores artistas de su tiempo.
Torquato mostraba grandes dotes para la poesía a la edad de 14 años. En sus
primeros experimentos poéticos, idealiza la caballerosidad. El héroe cortés de su
poema juvenil «Rinaldo» se siente atraído por pensamientos elevados y atraído
por el amor de una bella dama. Tasso obtiene inspiración en la Antigüedad
clásica, estudia a Platón, Aristóteles e imita a Virgilio.
Tasso dentro de su libertad creativa es incompatible con el papel de un poeta de
la corte. Decide publicar Jerusalén liberada en otra ciudad.
En los últimos años de su vida, Tasso crea una nueva versión de su heroica
epopeya y le da el nombre definitivo de «Jerusalén conquistada», pero esto es
sólo un vago reflejo del declive de la gloria poética. El texto final estaba
desprovisto de su anterior ligereza, lleno de patetismo crepitante.
Desesperado por la imperfección del mundo, atormentado por una enfermedad
mental, Tasso murió en 1595, un día antes de alcanzar su preciado sueño: ser
coronado (oficialmente) como poeta laureado. La corona de laurel se puso sobre
el ataúd de Tasso.

Ludovico Ariosto
(Reggio Emilia, actual Italia, 1474 - Ferrara, id., 1533) Fue un gran poeta italiano
que con la figura de Ariosto llegó el Renacimiento italiano a su cenit. Miembro de
una familia aristocrática, ya desde joven recibió el apoyo de la casa de Este, una
familia de mecenas renacentista en cuya corte permanecería de 1503 a 1517.

Ludovico estudió con distintos preceptores y gracias a su padre, emprendió la


carrera jurídica. Sin embargo, no tardó mucho en abandonarla para seguir su
vocación, que le llevó a relacionarse con los principales representantes de la
cultura del Humanismo. En esos primeros años de su juventud, época en la que,
libre de obligaciones gracias a la acomodada posición de su familia, pudo
frecuentar las fiestas y representaciones teatrales de la corte, empezó a cultivar
la poesía, dedicándose en un primer momento a componer versos en latín.
En las Rimas, casi todas compuestas también en ese período, experimentó con
las reiteradamente imitadas formas de Petrarca en busca de una voz propia.
Dentro de sus primeras comedias, de imitación clásica y destinadas a las
representaciones de corte: La Cassaria (1508) y Los supuestos (1509). También
se dedicó pacientemente a la composición de la primera edición del Orlando
furioso (1516), obra a la que está ligado su nombre y que lo convirtió en una de
las principales figuras literarias del cinquecento italiano.

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Ludovico Ariosto». En Biografías y Vidas. La


enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/ariosto.htm [fecha de acceso: 28 de abril de
2022].

Luis Vaz de Camões


(Lisboa, 1524 - id., 1580) Fue un escritor portugués, autor de la epopeya
nacional Os Lusíadas (Los Lusíadas). Luis de Camões frecuentó la corte real de
Lisboa, pero la indiferencia que le mostró el rey le incitó a afincarse en Ceuta
(1547), donde formó parte de la guarnición de la plaza.

Luis Vaz como poeta lírico cultivó las formas petrarquistas, y dominaba
perfectamente la ejecución del soneto. Es autor también de tres
comedias: Anfitrión, El rey Seleuco (1545) y Filodemo (1555).
Su verdadera importancia como escritor radica en la poesía épica. En 1572
apareció la obra que le hizo célebre, Los Lusíadas, epopeya semimítica en verso
en la línea de Virgilio y Torquiato Tazzo que narra la expansión portuguesa por
el mundo, sin que falten elementos pertenecientes a la tradición legendaria de
Portugal, como el episodio de Inés Castro.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Luis Vaz de Camões». En Biografías y Vidas. La
enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/camoes.htm [fecha de acceso: 3 de mayo de
2022].
John Milton
(Londres, 1608 - id., 1674) Fue un poeta inglés. Su padre, un notario apasionado
por la música, le animó a estudiar las lenguas clásicas, el hebreo y el italiano.
Tras una estancia en Cambridge, abandonó la carrera eclesiástica y se retiró en
casa de sus padres.

En 1642 se casó con Mary Powell, una joven de diecisiete años que lo abandonó
al poco tiempo debido a la férrea austeridad del régimen doméstico. Milton
reaccionó con una serie de escritos en los que se manifestaba partidario del
divorcio y que le ocasionaron problemas con la censura parlamentaria, hecho
que motivó que en 1644 publicara la Areopagítica, en defensa de la libertad de
expresión.

Antimonárquico y adscrito al sector radical, por un tiempo abandonó la poesía y


ocupó el cargo de secretario del Comité de Asuntos Exteriores del gobierno de
Oliver Cromwell. Luego, con la restauración monárquica, se vieron frustrados
todos sus ideales políticos y, por otra parte, su ceguera era ya total. Se retiró de
la vida pública y dedicó los últimos años de su vida a la poesía.
Finalmente escribió la epopeya que siempre había soñado, El Paraíso
perdido (1667), la más lograda poesía cristiana heroica y una de las obras
cumbres de la poesía inglesa de todos los tiempos. En 1671 publicó El Paraíso
recobrado, de inferior valor literario, y la tragedia Sansón agonista, con la que se
cumplió su deseo renacentista de restaurar la tragedia griega. Milton fue un
humanista cristiano que consiguió armonizar en sus obras la experiencia vital
con la meditación y la disciplina moral y artística.

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de John Milton». En Biografías y Vidas. La


enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/milton.htm [fecha de acceso: 3 de mayo de
2022].

Actividad lV

Leer los tragmentos de las obras de los escritores mencionados y


selecciona muestras de las frases que mas te gusten.

Petrarca, El cancionero:

1- II: En mi pecho, do suele cobijarse, mi virtud pecho y ojos defendía cuando


el golpe mortal, donde solía mellarse cualquier dardo fue a encajarse.
2- XXVIII: Una parte del mundo siempre yace entre los hielos y la helada
nieve, del camino del sol muy alejada; y, bajo el día nebuloso y breve,
odiando ya la paz, en ella nace gente feroz a quien morir no enfada; y si,
con devoción no acostumbrada y tudesco furor, la espada ciñe, la
mahometana gente y la que es a los dioses obediente de acá del mar que
rojo color tiñe, tú debes ver si acaso es excelente pueblo desnudo,
temeroso y lento, que con hierro no riñe, pues sus golpes confía siempre
al viento.
3- XLV: Del dulce albergue mío vos me habéis echado, por consejo de él,
señora: mísero exilio, aunque creyera ahora no ser digno de estar do sola
estéis.
4- XLVII: Y me condujo, lento y vergonzoso, a ver los bellos ojos, que no veo
cuanto quiero, por no serles gravoso. Que viviré algo más es lo que creo,
gracias a ese mirar tan luminoso; y moriré, si no atiendo al deseo.
5- CIX: Más de mil veces, ay, amor me asalta de día, y en mis noches
intranquilas, y vuelvo a donde arder vi las pupilas que inmortalizan a mi
hoguera alta.
6- CCXII: seducción singular y peregrina, y el cantar que en el ánima se
siente; celeste andar y bello ánimo ardiente, que al rigor rompe y al orgullo
inclina; y ojos que al corazón de piedra tornan, que de alumbrar la noche
son capaces y a unos dan vida y a otros han matado.

Ludovico Ariosto, El Orlando furioso:


III: ¿Quién me prestará el estro poético, la inspiracion que requiere el noble
asunto que me propongo cantar? ¿Quién dará á mis versos alas para
remontarse hasta la altura de mis ideas? Preciso es hoy que encienda mi
pecho el fuego de la poesía con más vehemencia de lo acostumbrado; porque
esta parte de mi narracion va consagrada á mi Señor, de cuyos nobles
ascendientes voy á ocuparme. Entre tantos príncipes ilustres como
descendieron desde el Cielo á gobernar la Tierra, no has visto, ¡oh Febo, que
iluminas el mundo! raza tan gloriosa en la paz ó en la guerra, ni que por tanto
tiempo haya sabido conservar el inmaculado brillo de su nobleza, como sin
duda lo conservará, si no me engaña la profética inspiracion que en mí siento,
mientras el mundo gire sobre sus polos.
VI: ¡Desgraciado del hombre perverso que confia en que siempre han de
permanecer ocultas sus malas acciones! El aire, la tierra misma que encubra
su delito lo harán patente, á falta de alguna persona que la denuncie, y Dios
mismo permite muchas veces que el pecador, arrastrado por su intranquila
conciencia, y aun cuando haya conseguido su perdon, se descubra á sí
mismo por imprudencia ó por casualidad. El miserable Polineso creyó
encubrir completamente su crímen haciendo desaparecer de la faz de la tierra
á Dalinda, su única cómplice y la sola persona que podia revelarlo; y uniendo
un crímen á otro crímen, precipitó el funesto desenlace que podia muy bien
haber diferido y evitado quizá; pero impotente para contener su impaciencia,
él mismo aceleró su muerte, perdiendo á un tiempo mismo amigos, vida,
hacienda, y sobre todo el honor, principal castigo de su perfidia.

VI:
XXXVII: Harpalice, Tomiris, las heroinas, que socorrieron á Turno y á Héctor,
la princesa que, seguida de Tirios y Sidonios, atravesó los mares para
establecerse en la Libia, Zenobia, la famosa reina que llevó sus armas
victoriosas por la Asiria, la Persia y la India, y otras muchas, no fueron las
únicas damas dignas de la inmortalidad por sus esclarecidos hechos de
armas. Y no tan solo Roma y Grecia tuvieron el privilegio de dar al mundo
mujeres fieles, castas, prudentes y esforzadas: todos los países de la Tierra
las han producido, desde las márgenes del Indo hasta las playas de las
Hespérides, donde el Sol recoje su cabellera; pero los escritores falsos,
injustos y envidiosos de su tiempo apenas nos han dejado el recuerdo de una
por cada mil. Continuad á pesar de esto vuestro camino, ¡oh mujeres amantes
de la virtud! sin que os detenga el temor de no adquirir la honrosa fama que
vuestras elevadas acciones merecen; pues así como no hay cosa buena que
dure siempre, tampoco se perpetúan las malas, y si hasta ahora habeis
carecido de escritores que enaltecieran vuestras sublimes virtudes, en la
época actual contais con ellos. Hoy os dedican sus cantos Marullo, el Pontan,
los dos Strozzi, padre é hijo; el Bembo, el Cappel, el que ha hecho adquirir á
sus cortesanos el mismo gusto que siente por la poesía, Luis Aleman y esos
dos príncipes, tan queridos de Marte como de las Musas y descendientes de
los soberanos de la comarca que atraviesa el Mincio y está rodeada de
anchurosos lagos. El amor, la fé y el invencible y esforzado ánimo que aun
en presencia de los mayores peligros ha demostrado Isabel por uno de estos
príncipes, han hecho que él os pertenezca más que á sí mismo, aun cuando
ya era inclinado por instinto á honraros y reverenciaros, y á hacer resonar el
Pindo y el Cinthio con vuestras alabanzas, elevándolas hasta el mismo Cielo:
por esta razon se manifiesta incansable en celebraros en sus versos llenos
de fuego, y por esta razon tambien está siempre dispuesto á tomar las armas
para castigar á los que os ultrajen. No existe en el mundo un caballero más
decidido que él á perder su vida en defensa de la virtud, y al mismo tiempo
que con sus acciones da á los poetas inagotable materia para ensalzarle,
eterniza la fama de los demás con sus escritos. Digno es por lo tanto de que
el Cielo le concediera una esposa dotada de tan inestimables prendas como
la que más de su sexo, una esposa de constancia inalterable, y que haya sido
para él una verdadera columna, despreciando todos los reveses de la fortuna.
¿Dónde se vieron nunca dos esposos más dignos el uno del otro? Coloca
nuevos trofeos en la orilla del Oglio; pues entre el fragor de las armas, de los
carros, de los incendios y de las olas ha escrito versos tan sonoros y
melodiosos, que el cercano rio se manifiesta envidioso de su gloria.
XXXVIII: Montando de nuevo en el caballo alado que fué primero de Atlante
y de Rugiero despues, dejó el Paladin aquellas regiones bienaventuradas,
606 despidiéndose de San Juan, y siguiendo las orillas del Nilo, llegó en breve
al país de los Nubios, y descendió en la capital, pasando en seguida á visitar
á Senapo. Extraordinario fué el júbilo que causó al Rey su regreso, pues no
habia podido olvidar el gran beneficio de que le era deudor por haberle librado
de las molestas arpías; pero cuando Astolfo hizo desaparecer de sus ojos
aquel espeso humor que le privaba de la luz, y le devolvió la vista, le adoró y
reverenció como si fuera un dios, y no solo le proporcionó la gente que le
pedia para llevar la guerra al reino de Biserta, sino que puso á sus órdenes
cien mil hombres más, ofreciéndose tambien él á marchar con la expedicion.
El ejército era tan numeroso, que apenas cabia en una llanura extensa;
estaba formado exclusivamente de infantería, porque en aquel país hay
mucha escasez de caballos, aunque los camellos y elefantes se encuentran
en gran abundancia. Durante la noche que precedió al dia en que debia
emprender la marcha el ejército de Nubia, montó el Paladin en su hipogrifo,
se dirigió con raudo vuelo hácia el Mediodia hasta llegar al monte donde tiene
su orígen el viento austral que sopla contra las Osas, y encontró la caverna,
por cuya estrecha boca se escapa furioso aquel viento, siempre que se
despierta. Siguiendo las órdenes de su maestro, habia llevado un odre vacío,
que colocó tácita y cautelosamente en el respiradero del antro donde dormia
fatigado el fiero Noto; el cual cayó tan bien en aquel lazo, para él
desconocido, que cuando al dia siguiente quiso salir de la caverna, quedó
cautivo y encadenado en el odre.

Luis Vaz Camões, los lusiadas:

XX: Cuando los Dioses en el Olimpo luminoso, donde el gobierno está de


humana gente, se juntan en un consejo glorioso, sobre las cosas futuras del
Oriente
John Milton, paraíso perdido:
Libro III: Desde las cumbres del puro empíreo, donde ocupando su trono domina
sobre las mayores eminencias, inclinó una mirada el omnipotente Padre para
contemplar a la vez sus obras y las obras de sus criaturas. Agrupábanse en torno
suyo todas las santidades del cielo, como otras tantas estrellas, y se gozaban de
su vista con indecible bienaventuranza: a su diestra tenía asiento su único Hijo,
radiante imagen de su gloria. Dirigió su vista a la Tierra, fijándola en nuestros
dos primeros padres, únicos seres de la especie humana, que colocados en un
jardín delicioso saboreaban inmortales frutos de paz y amor, inalterable paz,
amor sin igual en aquella soledad dichosa.
Libro IV: pósase, tomando la forma de un buitre, sobre el árbol de la vida, que es
el más elevado de cuantos se ven allí, y contempla detenidamente el sitio en que
se halla. Hácese una pintura de todo él, y aparecen Adán y Eva: la admiración
que su belleza y su dichoso estado producen en Satán no lo retrae de su mal
propósito; antes de oír cómo discurren entre sí, y al saber que les estaba
prohibido, so pena de muerte, comer el fruto del árbol de la ciencia, por este lado
piensa tentarlos, induciéndolos a la desobediencia; y poco después se aleja de
ellos para averiguar por otros medios algo más respecto a su situación.
«¡Maldecido amor, o maldecido odio, que tanto valen para mí uno como otro,
dado que es eterna mi desventura! Aunque el maldito eres tú, tú mismo, que
siendo árbitro de tu voluntad, voluntariamente elegiste lo que hoy motiva tu justo
arrepentimiento. ¡Ah miserable! ¿Por dónde huiré de aquella cólera sin fin, o de
esta también infinita desesperación? Todos los caminos me llevan al infierno.
Pero ¡si el infierno soy yo! ¡Si por profundo que sea su abismo, tengo dentro de
mí otro más horrible, más implacable, que a todas horas me amenaza con
devorarme! Comparado con él, este en que padezco me parece un cielo .

«Y aun cuando fuera posible mi arrepentimiento, y que perdonado ya, pudiera


recobrar mi primer estado ¡qué de elevados designios no volvería a sugerirme
mi elevación! ¡qué tardaría mi hipócrita humildad en faltar a sus juramentos
contemplándolos nulos, como impuestos por el dolor y arrancados por la
violencia! Ni, ¿qué sincera reconciliación ha de caber donde un odio mortal ha
abierto tan profunda herida? En reincidencia, por el contrario, me precipitaría en
mayor mismo; pagaría cara esta breve tregua a costa de redoblar mis méritos; y
como nada de esto se oculta al que me condena, tan lejos está él de perdonarme,
cuanto yo de solicitar su misericordia. Así que ninguna esperanza resta: en lugar
de nosotros, expulsados de nuestra patria, ha creado al Hombre, en quien tiene
puestas sus delicias, y para el Hombre este mundo. Renuncio, pues, a la
esperanza, y con ella al temor, al remordimiento. No hay ya para mi bien posible;
tú ¡oh mal! serás ido mi bien en lo sucesivo; por ti a lo menos reinaré
conjuntamente con el Señor del Cielo, y quizás me quepa por reino la tetad del
Universo, como el Hombre y ese nuevo mundo lo Cimentarán en breve.»
2- Redacta una reseña critca de una de las muestras literarias de las obras:

Luis Vaz Camões, los lusiadas:


Dentro del contexto general del libro se
contextualiza el hecho de que Camões
observa al pueblo lusitano como
predestinado a grandes obras y destaca
haber vencido a moros y a castellanos.
Cuando describe las batallas, la narración
es muy dinámica y descriptiva, llena de
vívidas aliteraciones, presentadas sobre
con un ritmo ágil y con sensaciones
acústicas y muy visuales. En algunas
partes, el poema adquiere la forma de
lamentaciones.
Se destaca la utilización de descripciones,
con cierta variedad de registros, los cuales
logran poner en evidencia la habilidad del
poeta. Resulta áspero en la descripción de
una larga lista de lugares, tratados con extrema rapidez, que denotan una cierta
prisa por elaborar una idea concreta del poeta. Camoens dota a su epopeya de
una precisión excepcional en materia de astronomía, zoología, botánica y
geografía, acudiendo a cuantas fuentes escritas grecorromanas y
contemporáneas existían entonces sobre el asunto desplegado en «Os
Lusíadas». El amor y el erotismo no están ausentes en las octavas reales
del poema Como contraste, encontramos la descripción colorista, fantasiosa y
bella de la Isla de Venus, y, la personificación del Cabo de Nueva Esperanza
como un Gigante, llamado Adamastor, que resulta un recurso eficaz de dar
belleza a un fragmento, en teoría, de una forma meramente descriptiva y
posiblemente, densa, cuya consecuencia es una mayor aligeración del poema y
un aumento de su lirismo.

Señalar que el poema Las Lusiadas, es una obra cuyo contenido es difícil de
considerar, hoy día, debido a su lenguaje poético, y más concretamente, a la
mezcla que realiza el autor entre las fuentes clásicas y la poética de su época.
Las constantes alusiones mitológicas, lo retórico de su composición, así como,
la lejanía del origen y desarrollo de los personajes hacen que, el lector no
iniciado, no llegue a la comprensión total del poema. A todo ello, va unido la
ausencia de una lectura prolongada, detallada y minuciosa, que permita disfrutar
y sobre todo, comprender ampliamente todos y cada uno de los variados versos
que contiene.

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