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Ensayo Frege

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Ensayo sobre Frege: sobre sentido y referencia

Friedrich Ludwig Gottlob Frege fue un matemático, lógico y filósofo nacido en 1848 en
la ciudad alemana de Wismar. A sus 21 años comenzó sus estudios de física y matemáticas en
la universidad de Jena. Tras especializarse en física aplicada, geometría analítica y álgebra, creo
un vínculo con la filosofía neokantiana, vinculo que se hace notorio en los años finales de su
vida. En sus años de estudiante, fue aprendiz de Rudolf Hermann, quien postuló la tesis
conocida como “logicismo”. El logicismo consiste en la afirmación de que una gran parte de las
áreas matemáticas o su totalidad sean derivadas por axiomas de la lógica formal 1. Se dice que
esta tesis jugó un papel crucial en la vida filosófica de Frege.

Este autor afirmaba que, si se estudiaba el lenguaje en detalle, podríamos llegar a


comprender sus enigmas, es por esto por lo que los estudios que Frege realizo se basaron
sobre todo en la lingüística. En la semántica lógica, la identidad está representada con el signo
=. Es por eso por lo que a simple vista podríamos decir que A=A y A=B son iguales, pero la
realidad es que son enunciados con distinto valor cognitivo. Según Frege A=A no nos aporta
nada de valor como para ampliar nuestro conocimiento, mientras que A=B sí que lo hace. Esto
se debe a que A=B no es únicamente una cuestión de nombres, sino que nos dice algo sobre el
objeto al cual A y B se refieren, dándonos a entender que se nos dice algo sobre el mundo,
dejando así de ser una cuestión puramente lingüística.

Frege denominaba a lo designado referencia, según él, toda expresión designativa


posee algo llamado sentido de la palabra, es decir, un modo de presentación. Esto lo explicó
con un sencillo ejemplo: el planeta venus. El planeta Venus puede ser presentado como “la
primera estrella que vemos”, “el lucero vespertino”, “Hespero”, “fósforo” y muchas
expresiones más. La referencia de todas estas expresiones es la misma (Venus), pero estas
presentan lo referido de distintas maneras.

El filósofo denomina a toda expresión que se refiera a algo como nombre propio.
Según Frege, cualquier persona que este familiarizada con el lenguaje, debería reconocer el
sentido de un nombre propio, mientras que la referencia podría no ser reconocida por el
mismo. Esto se nos explica con el siguiente ejemplo: el nombre propio “el cuerpo celeste más
alejado de la tierra”, se supone que todos deberíamos comprender lo que se nos quiere
presentar en la anterior expresión, pero nadie conoce la referencia, pues el cuerpo celeste mas
lejano de la tierra no es conocido.

Una de las maneras que tiene el autor de explicar la diferencia que hace entre sentido
y referencia es la analogía del telescopio, pero para comprender esta, antes debemos tener
claro el significado de varios términos. La representación es la manera que cada uno tenemos
de concebir cualquier objeto designado por un nombre propio, lo que vendría a ser la forma
del objeto, claro está que para que esto se dé, el objeto debe ser perceptible por los sentidos.
Al contrario que la representación, el sentido es algo público, o, dicho de otra manera,
conocido por todos. Ahora bien, podemos hablar de la analogía del telescopio. Pongamos que
miramos a la luna a través de un telescopio, el objeto al que miramos (la luna) es la referencia.
1
Barbosa, P. M. R. (2010). La Filosofía de Gottlob Frege.
Como cada uno ve la luna a través de sus propios ojos es la representación. La imagen que la
luna proyecta sobre la lente de nuestro telescopio es el sentido, esta imagen no es fija, ya que,
dependiendo de la posición del telescopio, esta se ve distinta.

Según Frege los enunciados completos, es decir, las oraciones, expresan


pensamientos, contenidos objetivos. ¿Es el pensamiento expresado el sentido o la referencia
del enunciado? Si suponemos que el pensamiento es la referencia, si en el enunciado
sustituimos una palabra por otra correferencial, pero con diferente sentido, este no tendrá
efecto sobre la referencia de la oración. Pero se da el caso que el pensamiento cambia. El
ejemplo que Frege propone es el siguiente, la expresión “el lucero matutino es iluminado por
el sol” difiere de “el lucero vespertino es iluminado por el sol”. Alguien que no supiera que el
lucero matutino es el lucero vespertino, podría asimilar un pensamiento como falso y otro
como verdadero, es esto mismo lo que nos indica que el pensamiento no puede ser la
referencia del enunciado, sino que es el sentido

Es aquí donde surge el dilema: ¿Cuál es la referencia de un enunciado completo? Lo


explicare con el ejemplo que el mismo Frege emplea. El enunciado “Ulises fue dejado en Ítaca
profundamente dormido” tiene sentido, pero no tiene referencia pues “Ulises” no designa
nada. Este enunciado tan solo expresa un pensamiento, nos presenta cierto estado de las
cosas, por lo que el pensamiento sería el mismo tanto si Ulises refiere como si no lo hace. Para
que alguien sepa si el enunciado es verdadero, Ulises debe referir a algo. Al leer una obra
ficticia lo importante no es que los enunciados sean verdaderos, sino que lo que prima es la
estética del enunciado como tal, en el resto de los casos tenemos la meta de saber si lo que se
dice es verdadero o falso. Es por esto por lo que diremos que el valor veritativo de un
enunciado se encuentra en su referencia. La referencia de un enunciado verdadero estará en
“lo verdadero” y la de uno falso en “lo falso”.

Conocemos por estilo indirecto a los enunciados en los que se utilizan las palabras de
manera distinta a lo habitual. A estas oraciones Frege les llama “subordinadas con qué”. En
estas oraciones subordinadas introducidas por “que”, los nombres propios no refieren sus
referencias, sino a sus sentidos habituales. Estas oraciones son las que acompañan a
expresiones como “escuchar”, “opinar”, “creer” …

“la referencia del enunciado subordinado es un pensamiento en que el pensamiento


de la subordinada es indiferente para la verdad del todo”, o, dicho de otra manera, la oración
va a ser completamente verdadera si aquel que la haya dicho también ha dicho “escuche”,
“vi”, “creí” … independientemente de si se cree en algo verdadero o no.

En este texto se nos presenta un punto de vista sobre la semántica y lingüística un


tanto distinto a lo que se nos suele presentar. El que sea un texto tan denso lo aleja del lector
promedio y lo acerca a un público más selecto. A pesar de que en muchas ocasiones resulte
confuso, una vez que se entiende, te permite la posibilidad de admirar algo tan cotidiano como
lo es el lenguaje
Bibliografía

- Barbosa, P. M. R. (2010). La Filosofía de Gottlob Frege.


- López, O., & Oliver, R. (2017). Sobre el sentido y la referencia en Frege.
- Requena, E. (1974). Frege: sentido y referencia. Teorema: Revista Internacional de
Filosofía, 4(4), 579-586.
- Moreno, L. F. (2009). Sentido, referencia y representación lingüística en
Frege. Contrastes. Revista Internacional de Filosofía.
- Pizarro, L. Á. (2001). Sobre sentido y denotación en Gottlob Frege. Límite: revista de
filosofía y psicología, (8), 49-70.

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