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111 Unidad 1 Capitulo 1 Dornbusch F y S
111 Unidad 1 Capitulo 1 Dornbusch F y S
111 Unidad 1 Capitulo 1 Dornbusch F y S
En el año 2000, el empleo era abundante en Estados Unidos y la situación era buena.
En 1933, las colas para conseguir pan estaban a la orden del día.
En 2003, una llamada de teléfono costaba cincuenta centavos.
En 1933, costaba diez centavos (si uno era lo suficientemente afortunado para tenerlos).
¿Por qué es abundante el empleo unos años y escaso otros?
¿Qué eleva los precios con el paso del tiempo?
Los macroeconomistas responden a estas preguntas cuando tratan de entender la situación de
la economía y buscan métodos para mejorarla para todos nosotros.
La macroeconomía se ocupa de la conducta de la economía en su conjunto:
de las expansiones y las recesiones,
de la producción total de bienes y servicios de la economía,
del crecimiento de la producción, de las tasas de inflación y de desempleo,
de la balanza de pagos y de los tipos de cambio.
Se ocupa tanto del crecimiento económico a largo plazo como de las fluctuaciones a corto plazo
que constituyen el ciclo económico.
La macroeconomía centra la atención en la conducta de la economía y en las medidas
económicas que afectan al consumo y a la inversión,
en la moneda nacional y en la balanza comercial,
en los determinantes de las variaciones de los salarios y de los precios,
en la política monetaria y fiscal,
en la cantidad de dinero,
en el Presupuesto del Estado,
en los tipos de interés y en la deuda nacional.
En suma, la macroeconomía se ocupa de las principales cuestiones y problemas económicos actuales. Para
entender estas cuestiones, tenemos que reducir los complejos detalles de la economía a unos
elementos esenciales que resulten manejables.
Esos elementos esenciales se encuentran en las relaciones entre los mercados de bienes, de
trabajo y de activos de la economía y en la relaciones entre las economías nacionales que
comercian entre sí.
Para ocuparnos de los elementos esenciales, vamos más allá de los detalles de la conducta de cada unidad
económica, como los hogares y las empresas, o de la determinación de los precios en cada mercado, temas de los
que se ocupa la microeconomía.
En macroeconomía nos ocupamos del mercado de bienes en su conjunto, considerando todos
los mercados de los diferentes bienes –como de los productos agrícolas y los de servicios médicos- como
si fueran uno solo.
También nos ocupamos del mercado de trabajo en su conjunto, haciendo abstracción de las
diferencias que existen, por ejemplo, entre el mercado de trabajo no cualificado y el de médicos.
Nos ocupamos de los mercados de activos en su conjunto, haciendo abstracción de las diferencias que
existen entre los mercados de acciones de IBM y los de cuadros de Rembrandt.
La abstracción tiene la ventaja de que nos permite comprender mejor las interacciones
fundamentales entre los mercados de bienes, de trabajo y de activos.
Su coste reside en que a veces son importantes los detalles omitidos.
De estudiar el funcionamiento de la macroeconomía a preguntarse qué debe hacerse para
que funcione mejor no hay más que un paso.
He aquí los interrogantes fundamentales:
¿puede y debe intervenir el Estado en la economía para mejorar sus resultados?
Los grandes macroeconomistas siempre han mostrado un enorme interés por la aplicación de la
teoría macroeconómica a la política económica.
Así sucedió en el caso de John Maynard Keynes y así sucede en el de algunos estadounidenses que son una
autoridad en este campo, entre los cuales se encuentran los miembros de la generación de mayor edad
galardonada con el Premio Nobel, como Milton Friedman, profesor de la Universidad de Chicago y miembro de la
Hoover Institution, Franco Modigliani y Robert Solow, profesores del MIT – Massachusetts Institute of
Technology- , y el desaparecido James Tobin, profesor de la Universidad de Yale.
Los de la siguiente generación, como Robert Barro, Martin Feldstein y N. Gregory Mankiw, profesores de la
Universidad de Harvard, ….., también tienen una clara postura sobre las cuestiones relacionadas con la política
económica, a pesar de que se muestran más escépticos –y en algunos casos, absolutamente escépticos- sobre la
conveniencia de adoptar medidas económícas activas.
Dado que la macroeconomía está estrechamente relacionada con los problemas económicos
de la actualidad, no produce grandes satisfacciones a aquellos cuyo interés primordial es
abstracto.
Las fronteras de la teoría macroeconómica son algo borrosas, pero también lo son las del mundo.
En este libro utilizamos la macroeconomía para esclarecer acontecimientos económicos que
van desde la Gran Depresión hasta los comienzos del milenio.
Nos referimos continuamente a hechos de la vida real para elucidar el significado y la
relevancia de la teoría.
Existe un sencillo test para que el lector compruebe si comprende el contenido de este libro: ¿ puede utilizarlo
LA MACROECONOMÍA ES
para comprender los debates actuales sobre la economía nacional e internacional?
UNA CIENCIA APLICADA. Raras veces es bella, pero resulta extraordinariamente importante
para el bienestar de los países y de los pueblos.
1.1
1. 1
La Figura 1-1a muestra el crecimiento de la renta per cápita de EEUU durante más de cien
años. Observamos una curva de crecimiento bastante uniforme, correspondiente en promedio
a una tasa de 2 a 3 por ciento al año.
Al estudiar la teoría del crecimiento, nos preguntamos de qué manera la acumulación de
factores –por ejemplo, la inversión en maquinaria- y las mejoras de la tecnología elevan el nivel
de vida.
Prescindimos de las recesiones y de las expansiones, así como de las fluctuaciones a corto
plazo del empleo de personas y de otros recursos que guardan relación con ellas. Suponemos
que el trabajo, el capital, las materias primas, etc., están plenamente empleados.
¿Cómo puede decirnos algo sensato un modelo que no tiene en cuenta las fluctuaciones de la
economía?
Las fluctuaciones de la economía –por ejemplo, las oscilaciones del desempleo- tienden a
anularse a lo largo de los años.
Cuando se toman períodos muy largos, lo único que importa es el ritmo al que crece la
economía por término medio.
La teoría del crecimiento trata de explicar las tasas de crecimiento observadas en promedio
durante muchos años y décadas.
¿Por qué crece la economía de un país un 2 por al año y la de otro un 4 por ciento?
¿Podemos explicar los milagros de crecimiento, como el crecimiento anual del 8 por ciento que
experimentó Japón tras la Segunda Guerra Mundial?
¿A qué se deben los descalabros del crecimiento, como el crecimiento nulo que ha
experimentado Ghana desde los descalabros del crecimiento, como el crecimiento nulo que ha
experimentado Ghana desde la Segunda Guerra Mundial?
En los capítulos 3 y 4 examinamos las causas del crecimiento económico y de las diferencias internacionales
entre las tasas de crecimiento.
En los países industrializados, los cambios del nivel de vida dependen principalmente del
desarrollo de nueva tecnología y de la acumulación de capital, definida en un sentido amplio.
En los países en vías de desarrollo, la creación de una infraestructura que funcione
satisfactoriamente es más importante que el desarrollo de nueva tecnología, ya que esta última
puede importarse.
En todos los países, la tasa de ahorro es un determinante fundamental del futuro bienestar.
Los países que están dispuestos a sacrificar hoy tienen unos niveles de vida más altos en el
futuro.
¿Nos importa realmente que la economía crezca un 2 por ciento al año en lugar de un 4 por ciento?
A lo largo de nuestra vida, nos importará mucho: al final de una generación de 20 años, nuestro nivel de vida será
50 por ciento más alto con un crecimiento del 4 por ciento que con un crecimiento del 2 por ciento.
Al final de un período de 100 años, el nivel de vida es siete veces mayor con una tasa de crecimiento del 4 por
ciento que con una del 2 por ciento.
EL CORTO PLAZO
Examinemos el panel (b) de la Figura 1-1.
Cuando observamos una ampliación de la senda de la producción, vemos que no es en
absoluto uniforme. Las fluctuaciones de la producción a corto plazo son suficientemente
grandes para ser importantes. La explicación de estas fluctuaciones corresponde a la demanda
agregada4.
La distinción mecánica de la oferta y la demanda agregadas entre el largo plazo y el corto
plazo es sencilla.
A corto plazo, la curva de oferta agregada es plana. Mantiene fijo el nivel de precios en el
punto en el que la curva toca el eje de ordenadas.
En cambio, la producción puede tomar cualquier valor. El supuesto subyacente es que el nivel
de producción no afecta a los precios a corto plazo.
La Figura 1-4 muestra una curva de oferta agregada a corto plazo horizontal.
EL MEDIO PLAZO
Resulta que los precios normalmente se ajustan a un ritmo bastante lento: por lo tanto, en un
horizonte de un año, las variaciones de la demanda agregada dan una idea buena, aunque,
desde luego, imperfecta, de la conducta de la economía.
El ritmo de ajuste de los precios se presume por medio de la curva de Phillips, de la que se
muestra una versión en la Figura 1-6.
En esta figura se representa la tasa de inflación en relación con la tasa de desempleo. Debe
prestarse especial atención a las cifras que figuran en la escala horizontal y en la vertical.
Una disminución del desempleo de 2 puntos es una variación muy grande.
El lector puede observar que una disminución de esa magnitud, por ejemplo, de 6 a 4 por
ciento, sólo eleva la tasa de inflación alrededor de 1 punto en un periodo de un año.
Por lo tanto, en un horizonte de 1 año, la curva de oferta agregada es bastante plana y la
demanda agregada es un buen modelo de la determinación de la producción.
En economía, la compleja conducta de millones de personas, de empresas y de mercados e
representa por medio de una, dos, una docena, unos cuantos cientos o unos cuantos miles de
relaciones matemáticas en forma de gráficos o de ecuaciones o de programas informáticos.
El problema intelectual que plantea la elaboración de un modelo se halla en que los seres
humanos sólo pueden comprender a lo sumo las interacciones de un puñado de relaciones.
Por lo tanto, la teoría macroeconómica utilizable se basa en una caja de herramientas llena de
modelos, cada uno de los cuales está formado por dos o tres ecuaciones.
Un modelo es un instrumento basado en un conjunto de supuestos –por ejemplo, que la
economía se encuentra en el nivel de pleno empleo- que son razonables en algunas
circunstancias del mundo real.
Para comprender la macroeconomía, se necesita disponer de una abundante caja de
herramientas y tener criterio para saber elegir el modelo idóneo en cada momento.
Todo lo que se diga sobre este punto es poco: la única manera de comprender el complejísimo
mundo en el que vivimos es dominar un conjunto de modelos simplificadores y elegir entonces
explícitamente el más idóneo para analizar cada problema.
Consideremos a modo de ilustración tres cuestiones económicas muy específicas.
(1) ¿Qué diferencia existirá entre el nivel de vida de nuestros nietos y el nuestro?
(2) ¿A qué se debió la gran inflación de la República de Weimar, tras la Primera Guerra Mundial (la inflación que
contribuyó a la subida de Hitler al poder)?
(3) ¿Por qué la tasa de desempleo de EEUU, que había sido inferior a un 6 por ciento durante algunos meses de
1979, alcanzó casi el 11 por ciento a finales de 1982?
El lector puede responder a cada una de estas preguntas aplicando un modelo presentado en este capítulo .
1–
2-
3-
La otra cara de la moneda de saber qué modelo tenemos que utilizar para responder a una
pregunta es que también tenemos que saber cuáles debemos dejar de lado.
Para analizar el crecimiento registrado durante dos generaciones, la política monetaria es muy
poco relevante.
Y para analizar la gran inflación alemana, el cambio tecnológico no es muy importante.
Cuando el lector estudie macroeconomía, observará que memorizar listas de ecuaciones es
mucho menos importante que aprender a encontrar el modelo correcto para resolver cada
problema.
La Tabla 1 – 1 compara las tasas de crecimiento de la renta real por cápita de diferentes países.
Los estudios de las fuentes de crecimiento en los distintos países y a lo largo de la historia
tratan de explicar las causas por las que un país como Brasil ha crecido muy de prisa (al menos
hasta finales de los años 80), mientras que Ghana, por ejemplo, apenas ha crecido.
En 19980, la renta de Ghana sólo era un 20 por ciento más alta que en 1913, mientras que la de
Brasil se había quintuplicado con creces.
Evidentemente, merecería la pena saber qué medidas, de existir alguna, pueden elevar la tasa
media de crecimiento de un país durante largos períodos de tiempo.
EL CICLO ECONÓMICO Y LA BRECHA DE PRODUCCIÓN 15
La inflación, el crecimiento y el desempleo están relacionados a través del ciclo
económico-
El ciclo económico es el patrón más o menos regular de expansión
(recuperación) y contracción (recesión) de la actividad económica en torno a la
senda de crecimiento tendencial.
En una cima cíclica, la actividad económica es elevada en relación con la
tendencia; y en un fondo cíclico, se alcanza el punto mínimo de actividad
económica.
La inflación, el crecimiento y el desempleo muestran todos ellos claros patrones
cíclicos.
De momento, centraremos la atención en la medición de la conducta de la
producción o del PBI en relación con la tendencia a lo largo del ciclo económico.
La línea de color de la Figura 1-7 muestra la senda tendencial del PIB real.
La senda tendencial del PIB es la senda que seguiría éste si se utilizaran
plenamente los factores de producción.
El PIB varía con el paso del tiempo del tiempo por las dos razones ya señaladas.
En primer lugar, aumenta la cantidad de recursos: aumenta el tamaño de la
población, las empresas adquieren maquinarias o construyen plantas, la tierra se
mejora para el cultivo, aumenta el acervo de conocimientos al inventarse e
introducirse nuevos bienes y nuevos métodos de producción.
Este aumento de los recursos permite a la economía producir más bienes y
servicios, lo que provoca un aumento del nivel tendencial de producción.
Pero
En segundo lugar, los factores no se utilizan siempre plenamente.
El pleno empleo de los factores de producción no es un concepto físico sino
económico.
Desde el punto de vista físico, el trabajo se emplea plenamente si todo el
mundo trabaja 16 horas al día durante todo el año.
En términos económicos, el trabajo se emplea plenamente cuando todo el que
quiere trabajar encuentra trabajo en un plazo de tiempo razonable.
Como la definición económica no es precisa, normalmente definimos el pleno
empleo del trabajo por medio de alguna convención, por ejemplo, el trabajo está
plenamente empleado cuando la tasa de desempleo es del 0.5 por ciento.
Asimismo, el capital nunca se emplea plenamente en un sentido físico; por
ejemplo, los edificios de oficinas o salas de conferencias, que forman parte del
stock de capital, sólo se utilizan una parte del día.
La producción no se encuentra siempre en su nivel tendencial, es decir, en el
nivel que corresponde al pleno empleo (económico) de los factores de
producción, sino que fluctúa en torno a él.
Durante las expansiones (o recuperaciones), aumenta el empleo de factores de
producción y ésa es una fuente de incremento de la producción. Ésta puede
aumentar por encima de la tendencia debido a que los trabajadores realizan
horas extraordinarias y la maquinaría se utiliza en varios turnos.
En cambio,
Durante las recesiones el desempleo aumenta y se produce menos de lo que
puede producirse realmente con los recursos y la tecnología existentes.
La línea ondulada de la Figura 1-7 muestra estas desviaciones cíclicas de la
producción con respecto a la tendencia.
Estas desviaciones se denominan brecha de producción (gap).
La brecha de producción mide la diferencia entre la producción efectiva y lo
que podría producir la economía en el nivel de pleno empleo dados los recursos
existentes.
La producción de pleno empleo también se denomina producción potencial.
Brecha de producción = Producción efectiva – Producción potencial (1)
La brecha de producción nos permite medir la magnitud de las desviaciones
cíclicas de la producción con respecto a la producción potencial o tendencial.
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institución privada de investigación sin ánimo de lucro que se encuentra en Cambridge (Massachusett)