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3.2 La Confidencialidad.

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CONFIDENCIALIDAD

INTEGRIDAD
 Los psicólogos tienen que promover la honestidad y la veracidad en su actuación
profesional. Por lo tanto, no se tendrían que implicar en fraudes ni dar información parcial
o insuficiente.

 Este principio se tienen que cumplir las promesas hechas y hay que evitar implicarse en
promesas o compromisos poco claros y difíciles de llevar a cabo. Si por circunstancias o
para evitar daños el psicólogo no fuera del todo honesto y pudiera dar explicaciones
incompletas, tendría que considerar las posibles.
JUSTICIA

 Este principio reconoce el derecho de todas las personas a acceder a las


contribuciones de la psicología y beneficiarse de las mismas, y también a recibir
servicios psicológicos de la misma calidad que los que reciben el resto de las
personas. Por lo tanto, el psicólogo tiene que ser prudente y evaluar si su
actuación es sesgada, de una calidad inferior o si da apoyo a prácticas injustas
con las personas.
RESPETO DE LOS DERECHOS DE
LAS PERSONAS Y SU DIGNIDAD
 Los psicólogos tienen que respetar los derechos y la dignidad de todas las personas.

 Esto implica el derecho a la privacidad, la confidencialidad, la autodeterminación y la


autonomía.

 Este principio supone, además, que los psicólogos deben tener mucho cuidado para
salvaguardar y proteger los derechos y el bienestar de las personas y los colectivos
más desfavorecidos.

 El psicólogo tratará de eliminar los sesgos basados en estas diferencias cuando


trabaje con personas de estos grupos y evitará o condenará toda actividad basada
en prejuicios
 Una mujer sudamericana de unos cincuenta años había ido a Barcelona a visitar a sus
parientes y fue llevada por un taxista al servicio de urgencias de un hospital porque la
había atropellado con el taxi cuando cruzaba despistada por el medio de la calle. El
médico no apreció ningún daño físico, pero encontró que la mujer mostraba síntomas
de ansiedad y alteración cognitiva, con aparentes delirios. La mujer hablaba
constantemente, y de manera incoherente, de muertes y el psicólogo del hospital
diagnosticó un ataque de pánico con posible trastorno psicótico leve. Su
recomendación era el internamiento en el hospital. Afortunadamente, en urgencias
había un médico de origen sudamericano que consiguió averiguar la causa de su
estado: a su hijo le habían diagnosticado un cáncer. El médico recomendó que se
avisara a la familia para que la fueran a recoger al hospital y se pudiera recuperar en
su entorno familiar, un elemento clave en su cultura de origen, en lugar de estar aislada
en un entorno extraño para ella
 Cuando se trabaja con personas de cultura, raza, orientación sexual o religión
diferente, hay que asegurarse que se entienden estas diferencias antes de poder
ofrecer una intervención de calidad.

 Tratar a una persona con menos cuidado porque es gay, incapacitado físico, pobre,
inmigrante o musulmán puede representar un delito de discriminación.

 Los principios representan aspiraciones, pero posiblemente no son la manera más


detallada y eficiente de definir cómo tiene que ser la conducta apropiada de un
psicólogo. Si bien el código deontológico de la APA detalla los estándares de
conducta, éstos no deberían ser aislados de los principios éticos, incluso en su uso
en el día a día (Knapp y VandeCreek, 2006). De hecho, no se respetan los principios
si se vulneran los diferentes estándares deontológicos.
 Así, por ejemplo, se vulnera el principio de beneficencia si no se dispone de la
competencia necesaria. Tampoco se respeta la autonomía del cliente si no se
utilizan procedimientos de consentimiento informado.

 A este respecto, es fácil que un estudiante o un psicólogo que se inicia en el


ejercicio profesional trate de ser escrupuloso en el cumplimiento de los principios
éticos. Para ello, y siguiendo el redactado del código deontológico puede tratar de
evitar discriminar, de adquirir la cualificación profesional mínima para ejercer, evitar
abusar de su posición, cumplir con la normativa legal de protección de datos,
ofrecer a sus clientes protocolos de consentimiento informado y garantizar la
confidencialidad.
 Knapp y VandeCreek (2006) proponen que los psicólogos deben ir más allá y
maximizar su adhesión a los principios éticos. Esto es posible si se acepta que
comportarse de forma ética implica ir más allá del respeto de la ley y los estándares
profesionales.

 Es lo que Knapp y VandeCreek (2006) denominan ética positiva. Desde este punto
de vista los psicólogos tratan de: acercarse a los grupos desfavorecidos, trabajan
por desarrollar al máximo su competencia, cultivan la calidad en sus relaciones
profesionales, mejoran la participación del cliente en el desarrollo y objetivos de la
terapia y, finalmente, establecen relaciones profesionales basadas en la confianza.
Respeto de los derechos y la dignidad
de las personas

 Según este principio, los psicólogos tienen que respetar y promover los
derechos y la dignidad de las personas. «Respetarán los derechos de los
individuos en la privacidad, la autodeterminación y la autonomía.
En lo que respecta al respeto de los derechos y la dignidad de las personas, el meta
código dice lo siguiente:

 El respeto de los derechos y la dignidad de las personas se concreta en respetar


los conocimientos, las experiencias y la especialización de los clientes, colegas,
estudiantes y público en general.

 Los psicólogos tienen que ser conscientes de las diferencias individuales en cuanto
a cultura, género, capacidad, orientación sexual, raza, etnia, nacionalidad, edad,
religión, idioma y nivel sociocultural.
COMPETENCIA.

 Los psicólogos tienen que mantener su competencia profesional y reconocer sus


limitaciones y su área de especialización. Igualmente, sólo utilizarán las técnicas
para las cuales estén cualificados y formados.

 Actuar con competencia incluye la obligación de tener un buen conocimiento del


código ético y de la integración de los aspectos éticos en la práctica profesional.

 Actuar con competencia también incluye conocer los límites de los procedimientos,
la actualización profesional y no ejercer cuando la habilidad o el juicio profesional
están afectados.
RESPONSABILIDAD.
 Los psicólogos tienen que ser conscientes de sus responsabilidades profesionales y
científicas con sus clientes, la comunidad en la que viven y trabajan y con el conjunto de
la sociedad.
 Tienen que evitar producir daños con sus actuaciones.
 El psicólogo tiene responsabilidad respecto de la calidad de su intervención y de las
consecuencias de sus intervenciones.
 La responsabilidad del psicólogo implica que se tienen que evitar y minimizar los daños
causados por una mala utilización de los conocimientos o una mala práctica. Esto
implica una responsabilidad del psicólogo tanto durante la intervención profesional como
después de la finalización, en caso de que se deriven consecuencias negativas para el
cliente.
 Otro aspecto importante de este principio es que el psicólogo es responsable del respeto
de los principios éticos de sus trabajadores, ayudantes, supervisados y estudiantes. Si
se tiene conocimiento de una acción no ética, el psicólogo está obligado a criticar
razonablemente la actuación de un compañero y, si es el caso, informar a la asociación
profesional.
INTEGRIDAD
 Los psicólogos tiene que promover la integridad como científicos, docentes y en su
práctica profesional.
 Por lo tanto, tienen que ser honestos, sinceros, justos y respetuosos con los otros, tratar
de aclarar sus roles profesionales y actuar de acuerdo con éstos.
 El principio de integridad implica mostrarse abierto hacia los límites personales y
profesionales, y también frente a las recomendaciones de asesoramiento en situaciones
difíciles.
 La honestidad se concreta en la obligación de ser preciso al informar de las propias
calificaciones y experiencia y aceptar hipótesis alternativas, las propias finanzas
profesionales y los informes que se presenten por escrito.
 La sinceridad implica la obligación de evitar el engaño y no ocultar información respecto
de otros procedimientos alternativos.
 Si un psicólogo engaña, está obligado a restablecer la confianza.
EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL
PSICÓLOGO
 Hemos visto en los apartados anteriores que la práctica de la profesión de psicólogo
a menudo presenta situaciones en las que éstos se enfrentan al reto de tomar
decisiones que tienen fuertes repercusiones para las personas.
 Tomar estas decisiones hace que se planteen las posibles consecuencias de sus
actuaciones y, en definitiva, si sus actuaciones se corresponden con lo que se
espera de un psicólogo: ayudar a las personas, los grupos y las instituciones que
reclaman sus servicios.
 Este cuestionamiento hacia su propia actuación, al cual constantemente se ve
abocado el psicólogo, requiere la aplicación de criterios y principios éticos que le
permitan decidir cuál es la mejor actuación posible. Sin embargo, ya hemos visto que
los principios éticos no son una panacea, no nos dan pautas claras de actuación en
situaciones concretas.
LA MALA PRÁCTICA PROFESIONAL

 Otra situación en la que un psicólogo se puede ver involucrado con la justicia tiene
lugar cuando es demandado judicialmente por un cliente que considera haber sido
perjudicado por sus prácticas profesionales.
 Esta demanda judicial puede ser independiente de la denuncia del cliente ante la
Comisión Deontológica del colegio profesional. El perjuicio causado por la «mala
práctica» de un psicólogo se puede definir como cualquier daño percibido por el
cliente como consecuencia de las palabras o acciones realizadas por el psicólogo en
su actuación profesional.
 En el caso de la práctica psicológica, es muy difícil evaluar y determinar cuándo se
ha producido daño psicológico como resultado de una mala práctica.
 La mala práctica ha sido definida por Franca-Tarragó (1996) como «el error del
psicólogo en ejercer de forma idónea su profesión». Esta práctica es diferente de lo
habitual entre los miembros de la profesión, en las mismas situaciones y contextos.
SE CONSIDERA «MALA PRÁCTICA»

 La imprudencia: Cuando un psicólogo utiliza métodos que, aunque son habituales


en la profesión, requieren una formación y un entrenamiento de los que no dispone.
También puede ser imprudencia el uso de procedimientos inciertos y con resultados
dudosos.

 La negligencia. Una conducta profesional es negligente cuando el profesional, aun


conociendo cuál es la utilización adecuada de un instrumento o procedimiento, no
lo pone en práctica con exactitud y precisión y causa perjuicio al cliente. Otro tipo
de negligencia es no poner los medios necesarios para llevar a cabo las
actuaciones propias de la práctica psicológica.
EJEMPLOS
 Un psicólogo trata a un cliente, muy deprimido, únicamente con psicoterapia. Esta
persona se suicida y el psicólogo es acusado de negligencia por no haber
consultado con un psiquiatra la posibilidad de utilizar de manera simultánea una
medicación adecuada.
 Un psicólogo trata a su cliente a lo largo de mucho tiempo. Finalmente, el cliente
decide dejar la terapia porque ve que no mejora de manera significativa. Consulta
con otro psicólogo, que le aplica una terapia breve con resultados satisfactorios.
¿Podría el cliente demandar al psicólogo que lo había tratado antes por
negligencia?
LA IMPERICIA

 Se considera impericia cuando el perjuicio causado al cliente se produce por la


utilización de métodos que el psicólogo no conoce o no está capacitado para utilizar.
 Este término se puede aplicar tanto a una situación en la que el tratamiento es
ineficaz, es aplicado de manera incorrecta o produce resultados inesperados.
 Un psicólogo hace que estudiantes en prácticas se encarguen de aplicar los tests y
atiendan a algunos de sus clientes. Uno de los clientes denuncia al psicólogo por
mala práctica.
LA EXPLOTACIÓN

 Se considera explotación el aprovechamiento de la posición de superioridad sobre el


cliente para lucrarse, los aumentos desmesurados de los honorarios en el transcurso
de la terapia y las influencias de los psicólogos sobre sus clientes para obtener
beneficios económicos o por conveniencia no terapéutica.

 Otra manera de explotación es la sexual: cuando se abusa de la autoridad o la


superioridad para aprovecharse sexualmente del cliente.
MENTIRA, FALSEDAD Y ENGAÑO

 Se producen cuando se utiliza a una persona con finalidad experimental sin su


consentimiento, si se hacen grabaciones sin consentimiento o se utilizan tests de
manera que violan el derecho a la intimidad y el derecho a la autonomía (como
cuando se aplican sin información previa en un contexto laboral o escolar).

 Se produce falsedad cuando se presentan informes ambiguos o beneficiosos para


una de las partes en litigio. También la publicidad que permite generar falsas
expectativas o garantiza el éxito es considerada engañosa.
RUPTURA DEL SECRETO Y
CONFIDENCIALIDAD.

 Cuando no se mantiene la custodia de documentos psicológicos, se viola la intimidad


en presencia de terceros (como estudiantes en prácticas) o se utilizan técnicas de
evaluación que representan una invasión de la intimidad.
ABANDONO.

 Son situaciones en las que el psicólogo deja de atender a una persona, que se
siente rechazada o abandonada en un momento en el que es vulnerable y sufre
riesgo personal.

 En una terapia de grupo, todos los asistentes están satisfechos con el resultado
excepto uno de los participantes, que siente que el psicólogo no le ha prestado
suficiente atención. Considera que el psicólogo no le había advertido previamente
de este posible resultado.
DISCRIMINACIÓN

 Se produce cuando grupos minoritarios (homosexuales, extranjeros, etc.) se sienten


perjudicados por informes o actuaciones de psicólogos.
 Para determinar si un psicólogo ha producido un perjuicio por mala práctica, el juez
tiene que comprobar si el profesional tenía el deber de asistir a su cliente de una
determinada manera (por ejemplo, por haberlo dicho de manera explícita), si este
deber no se llevó a cabo, si como consecuencia el cliente sufrió daño psicológico y si
la actuación del psicólogo fue la causa más próxima del daño. El aumento
continuado de demandas judiciales contra psicólogos muestra la conciencia que hay
en nuestra sociedad hacia los abusos de los profesionales, no tan sólo los
psicólogos. Por otra parte, también se tiene que interpretar desde la perspectiva de
la experiencia mayor de los usuarios como clientes, lo cual hace que, cada vez más,
las personas sepan lo que les conviene y lo que no.
 Se tiene que prevenir la mala práctica mediante la aplicación sistemática del
consentimiento válido, la formación permanente, la eliminación de los
malentendidos, la prevención de falsas expectativas por los clientes y las
manipulaciones de los psicólogos. Hay prácticas profesionales que producen daños
a los clientes: el abuso sexual, la explotación económica, la falta de formación
científica y ética o presentar como seguras terapias no lo bastante demostradas,
entre otras.
LA GESTIÓN DEL RIESGO EN EL
EJERCICIO PROFESIONAL
 Los psicólogos se ven obligados a ejercer la profesión en situaciones de
incertidumbre, por lo que el riesgo de error o de causar daño a los clientes es real.
 El riesgo cero no existe, los psicólogos no pueden pretender actuar profesionalmente
eliminado todos los riesgos. Por ello, se está instalando una cultura de la seguridad
según la cual uno tiene que anticipar los riesgos y protegerse.
 También se ha indicado anteriormente, que esta postura es aceptable y
posiblemente permite cumplir con los principios éticos. Pero como también hemos
argumentado, una postura positiva y activa desde el punto de vista ético
posiblemente sea mejor manera de garantizar la mejor calidad y seguridad en
nuestro ejercicio profesional.
 Knapp y VandeCreek (2006) sugieren algunas prácticas que pueden ser útiles. La
idea básica es que los psicólogos deberían monitorizar su propia conducta, de tal
manera que se comporten con el máximo respeto por los principios éticos y los
estándares que guían la profesión.
 Esta monitorización requiere de una cierta introspección para detectar algunas conductas de
riesgo. Los riesgos identificados por Knapp y VandeCreek (2006) son: la ignorancia, la
incompetencia, la impulsividad, la insensibilidad, la falta de insight y la documentación
incompleta.
 Estos riesgos pueden ser evitados si tratamos de estar informados, ser competentes,
equilibrados emocionalmente, sensibles y cultivamos nuestra habilidad para tomar conciencia
de las cosas (insight). Así, es recomendable estar informado acerca de la legislación y las
normas éticas y deontológicas a las que estamos sometidos.
 También es importante que ofrezcamos los servicios para los que tenemos una buena
formación, que mantengamos la distancia profesional adecuada, que utilicemos un modelo
terapéutico y no nos dejemos guiar por reacciones emocionales poco apropiadas.
 Es recomendable establecer una relación profesional (rapport) que facilite el tratamiento. Como
puede observarse, actuar de forma positiva y activa de acuerdo con la ética profesional tiene
implicaciones personales. De hecho, es más fácil cumplir con los principios éticos de la
profesión de psicólogo si la ética personal y la profesional están integradas. Aceptar que no
podemos ejercer sin riesgo es básico. Por tanto, ser prudente es una actitud útil. Esforzarse por
ser positivos y activos desde el punto de vista ético es una buena guía para mejorar nuestro
ejercicio profesional.
 Integrar la moral individual y la ética profesional facilita la práctica de la ética positiva.
LA TOMA DE DECISIONES ÉTICAS
Como hemos visto en el apartado anterior, gestionar el riesgo en el ejercicio profesional no es nada fácil.
Hemos visto que algunas prácticas personales y profesionales pueden ser útiles para posibilitar el ejercicio
profesional ético, pero posiblemente algunos lectores todavía encontraran estos consejos poco prácticos.
Efectivamente, es fácil decir que debemos integrar nuestra moral individual con el respeto de la ética
profesional, pero difícil de llevar a cabo. En este sentido, Knapp y VandeCreek (2006) proponen tratar la
toma de decisiones éticas como si se tratara de una habilidad en solución de problemas.
Hablamos de solución de problemas cuando una persona se enfrenta a una tarea pero previamente no
sabe como realizarla. Por tanto, podemos considerar que tenemos un problema cuando necesitamos
conseguir un objetivo u obtener un resultado y no disponemos de un camino rápido y directo que nos lleve
a él.
Es decir, una situación únicamente puede ser concebida como un problema en la medida en que sea una
situación nueva o diferente de lo habitual, sea reconocida como problema y no dispongamos de
procedimientos para resolverla de forma más o menos inmediata.
Es necesaria, por lo tanto, una cierta reflexión y toma de decisiones sobre los pasos a seguir para
solucionar un problema (Pozo, Puy, Domínguez, Gómez y Postigo, 1994). Debemos entender que una
misma situación puede suponer un problema para una persona pero no para otra.
Si no se tiene interés en resolver la tarea no se encuentra ante un problema. Igualmente, si se puede
solucionar una tarea sin reflexión y toma de decisiones, no se trata de un problema, lo denominamos
ejercicio.
 Un ejercicio se basa en el uso de técnicas, habilidades o destrezas que hemos aprendido
muy bien y utilizamos frecuentemente, y por lo tanto las aplicamos de manera
automática.
 Resolver situaciones de conflicto ético, o dilemas éticos, es una actividad en la que
tenemos poca práctica. De hecho pocos hemos recibido formación en ética y deontología
durante nuestros estudios. Además, el conocimiento acerca de la ética psicológica no es
muy profundo. De hecho, incluso los códigos deontológicos son instrumentos poco claros
a la hora de guiar nuestra actuación para resolver conflictos.
Por lo tanto, es evidente que los psicólogos necesitan desarrollar su habilidad de resolver problemas
éticos.. Por ello, Knapp y VandeCreek (2006) proponen que utilicemos un modelo de cinco etapas.
Este modelo de solución de problemas tiene por objetivo aumentar nuestra probabilidad de tomar
buenas decisiones éticas y representa una pauta de toma de decisiones en situaciones de crisis y
emergencia.
Las cinco etapas son:
 a) identificar el problema,
 b) desarrollar hipótesis alternativas respecto al problema,
 c) valorar la información y las opciones disponibles,
 d) elegir, y ejecutar, la mejor solución,
 e) revisar los resultados.

Estas cinco etapas de solución de problemas no han sido ideadas para las situaciones de conflicto
ético, de hecho son comunes a todo proceso de solución de problemas, pero pueden ser
perfectamente aplicables.
 La especificidad de la aplicación de la solución de problemas a los dilemas éticos
recae en el objetivo del proceso.

 En los problemas éticos el objetivo debe ser que la solución sea compatible con
los principios éticos (propios y de la profesión), factible, que no haya una
alternativa mejor, que lesione el menos posible otros principios éticos y que sea
imparcial.
LA PRIMERA ETAPA:

 es identificar el problema para ello es recomendable estar familiarizado


con los principios éticos y el código deontológico, así como saber cuales
suelen ser la áreas más propensas a producir situaciones de conflicto
ético.

 Para ello, es recomendable utilizar los principios éticos como herramienta


de análisis del problema (por ejemplo: ¿estoy haciendo el bien a mi cliente
con mi conducta?, ¿respeto su autonomía?) En una terapia en una prisión
la psicóloga experimenta emociones inapropiadas cuando el recluso
explica el delito sexual que cometió.
LA SEGUNDA ETAPA:

 es plantearse alternativas al problema buscar soluciones requiere ser capaz


de ver el problema desde diferentes puntos de vista.
 Pero esto es difícil. Normalmente, actuamos con rigidez cognitiva y nos
centramos únicamente en una solución. Otro factor a considerar es el efecto
que tienen las emociones en nuestro razonamiento y toma decisiones. Por
ejemplo, la ansiedad nos puede conducir a seleccionar la primera solución
que se nos ocurre.
 También tendemos a centrarnos en los aspectos de dentro del problema, en
vez de explorar opciones e información alrededor del problema (por ejemplo
buscando analogías con otros dilemas con los que se tiene experiencia). En
esta etapa es cuando solicitar ayuda a otros colegas es más útil.
 La psicóloga pide consejo a otro psicólogo de la prisión y descubre que
sentirse mal ante este tipo de reclusos no es infrecuente. Así puede aislar sus
emociones y centrarse en los avances de la terapia.
LA TERCERA ETAPA:

 consiste en valorar la información disponible y analizar las opciones de


solución para ello es útil valorar las ventajas y desventajas de cada
solución potencial.

 Se puede escoger la solución que parece mejor, o, también construir una


nueva solución que integre aspectos de todas las alternativas valoradas.
LA CUARTA ETAPA:

 consiste en actuar Y llevar a la práctica la solución escogida. Esta etapa


que parece sencilla también es una nueva fuente de conflictos, dado que
a veces escogemos soluciones que luego no queremos, no podemos o no
sabemos llevar a la práctica. Por ello, la solución escogida debe satisfacer
la condición de ser factibles.

 Así que a la hora de escoger una solución puede ser útil valorar como la
ejecutaremos (¿estoy capacitado para esta solución?).
LA QUINTA ETAPA:

 consiste en reevaluar el proceso de solución de problemas. Para ello es


útil valorar si la solución ha sido adecuada a los principios éticos y el
código deontológico.

 Si la solución era factible, no había mejores alternativas que causasen el


menor daño posible al cliente, y se derivasen de la información disponible.
Aunque hemos expuesto este proceso como si se tratara de una
secuencia line- al, éste proceso puede ser considerado más flexible. Por
ejemplo, podemos des- componer el dilema en una serie de pequeños (o
alternativos) problemas que pueden ser solucionados paso a paso.
Bibliografía
Chamarro Lusar, A. (2013). Ética del psicólogo. Editorial UOC.

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