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Ricardo Kalimán - La Palabra Que Produce Regiones. El Concepto de Región Desde La Teoria Literaria.
Ricardo Kalimán - La Palabra Que Produce Regiones. El Concepto de Región Desde La Teoria Literaria.
Ricardo Kalimán - La Palabra Que Produce Regiones. El Concepto de Región Desde La Teoria Literaria.
Ricardo J. Kaliman
Documento de trabajo Nº 3
Programa "Tucumán en el contexto de los Andes
Centromeridionales''
M. ALEJANDRA NALLIM
Profe-sora en Letras
Vélez Sarslleld 3~2 ~ 20228
Rica.rdo J. Kaliman
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Ricardo J. Kaliman
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1. - Quiero comenzar aclarando que asumo que los estudios literarios son
parte de las ciencias sociales. Esta es la concepción que creo sustancial en la
tradición de lo que llamamos crítica literaria latinoamericana y en la que se
inscriben estas reflexiones. Sin duda alguna, coexisten en la institución,
· incluso en Latinoamérica, muchas interpretaciones alternativas de nu_estro
trabajo, que van desde el liso y llano impresionismo, con sus variantes
modernas autorizadas por la noción postestructuralista de la productividad
textual, hasta los que la conciben -o por la menos la concibieron en su
momento- como una especie de matemática abstracta y puramente formal,
como fue el caso del estructuralismo francés más ortodoxo.
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• 1
.
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En la tensión entre estas dos concepciones, los estudios literarios corren a 1 de-los sistemás literarios, cchi.'l.ina estructura de centm-p.eriferia paralela a la
menudo el riesgo de caer en una esterilizante ambigüedad. La especificidad, e de las estructuras ecoríomi'cas. ·
incluso la aparentemente irreductible individualidad del material literario, Hoy tenemos conciencia de la ilegitimidad epistemológica dtl esé concepto
impide a cualquier generalización alcanzar el nivel de abstracción, o en todo de literatura como objeto dt\ estudio. El conjunto de_te:ictok: y'pr.i¿ti'caPC¡tie .
caso impersonalidad, _de la teoría económica o de cierta sociología; pero, _al recorta y distingue no se sigue dLniiigún criterio indepen:cúe'nte..'._:'si~o" ~ue
mismo tiempo, una voluntad explicativa, una tensión de universalidad que constituye un c<!:_non al que se g ~ por mecanismos q u e ~
también se inspira sin duda en las propiedades de nuestra materia, nos impide que ver con_el.pooer cultural que con--{;Áterios dedYGti.vos basados en algúri '
conformamos con la generalización empírica y la inducción cauta que modelo de la condición de nuestra especie. Me interesan 'aquí los desarrollos·,,
caracteriza el discurso d~ nuestros colegas historiadores o geógrafos. En este superª-cl9~es que han reform~~cl_QJa relación entre' literátu'ra y esp~To; y que,
vaivén entre el cielo y la tierra, entre la entelequia y la vida, buscando . por lo mismo~ie~e~ consecuencias no sól~ e~ la definición" del ·objeto de
escapar del dilemático trance de una ciencia de lo particular, y luego de sanas estudio, en un' nivel estrictamente teórico, sino también~odelizaci_ón de
y periódicas crisis, la teoría literaria ha ido construyendo un objeto de los datos, es decir en los criterios que seguiremos para irlterprt:rtar la realidad
estudio más preciso, que nos va permitiendo saber dónde, dentro de un misma de un modo que nos permita co·nsensuar la é_orlfrontaeión
. -· ·---·--- - - - - ypu.ésta "a
marco conceptual y una explícita modelización de los datos, se sitúan las prueba de las generalizaciones que propongamos, un : nivéf 'que _durante
distintas aproximaciones a la realidad que nos atañen. mucho tiempo no atendimos con el rigor necesario. ' ·· -ri,¡o:;.~, .•U
Entre los presupuestos que han visto decaer gradualmente su crédito está el 2.- Hay dos relacio~es ;;t~e- literat~ra y...espacio.~qli~ tÍré~tari 'tó'cta\ií'á'
1
de la universalidad de la literatura. Podemos estar seguros hoy, con sólido afianzadamente en el discurso crítico: . 1) hay u~ lugar do'iide' se escrÍbe'.!·¿l
asidero, de que todas las afirmaciones en esa dirección estaban inspiradas en .j espacio de la en!:JE_Ciación literaria (uso "escribir" . metafóricametJte po{ fa:
un eurocentrismo a ultranza, y aún en una imagen sin espesor, esto es sólo , producción de textos en general, en cuanto, como parte de la reformtilácÍóri ·
atenta a los movimientos en los sectores socialmente dominantes, de las \ del objeto de estudio, hemos acabado por reconocer que las práctlcas 'ora1~s
literaturas europeas. Acompañando los procesos de formación y participan de él acabada e insoslayablemente); 2) hay uthúgar cbm'Ó ·tefuá
consolidación de las estructuras coloniales, estas coordenadas delimitaron
1
sobre el que se escribe, el espacio· como referen~ia ' del ie~~ 7Supondré,
idealmente, que esta es la situa'ción ~c~ar de la discusió~ t paÍtÍré e~tónces
l
durante siglos el objeto de estudio, imponiendo el modelo para la
consideración de las prácticas discursivas en diferentes partes del globo, lo ~~e. la. i.~~~rp,onicióh 'de ~na t~r~-~ ?ersp~ctiva, ~¡ ~u~a~ en ,el} ~e' drc~lá Í~
que determinó otros presupuestos, como el de la unilateralidad de la difusión Íiteratura, sea la c'ornümdad_ p_ara la cual se ha producido el texto, sea una
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com_!:l~idad que, aunque esté lejana en .el tiempo y en eI espacio de esa el romanticismo latinoamericano no es una mera ~opia .del romanticismo/
producción, r~gbe el texto y lo a~.Q&liI1 su seno. Es mi intención mostrar europeo, sino una síntesis entre esa influencia 'i. los procesos históricos
'ji
que esta ~Y! opción subordina: crucialmente a las otras dos y explorar las particulares o la idiosincracia propia de la sociedad y la cultura
revisiones del concepto de r_egión que esta conclusión sugiere. latinoamericanas.
Examinemos con un poco más de detalle las dos relaciones entre literatura 2 ) La otr~~ lación es la del espacio como tema de la literatura. La historia de
y espacio antes apuntadas. Con respecto a la primera, ~I_ espacio de la esta relación va imbricada con la de los temas. literariamente aceptables 'en
producción textual, la aceptación de su importancia más o menos sistemátrca general. En contextos dominados por nociones como la de las bellas letras o
como variable relevante puede dat~rse en el romanticismo. En cierto sentido, el alto lenguaje, se imponían ·criterios selectivos en torno a los tópicos que
el concepto de literatura univers_aJ pare~@. inmune ª- l~s__ variaciones en la podían considerarse dignos de la literatura. El espacio referido, naturalmente,
dimensión espacial. En la búsqueda herderiana de las esencias nacionales, se estaba ·también sujeto a estos criterios. Una vez más, la libera~ión que da
comenzó a aceptar la metáfora de la "aclimatacLón" de las formas europeas lugar a la actitud contemporánea .en este aspecto puede datarse en el
en otras latitudes, lo que hasta comienzos de este siglo se redujo, sin romanticismo, con sus banderas divergentes del color local, por un lado, y
1 - ' ", •. ---- '
En este contexto, el espacio de la producc_ió~ _t_~~ual comie!)za .a CJ)_brar literaria que ha permanecido incólume. Constituye un conjunto de opciones
temáticas o de ambientación, de entre las cuales los autores habrían ido
cierto peso ~om~_~ariable, ya no sólo por su vinculación con formas literarias
inéditas surgidas en espacios diferentes al europeo, sino porque incluso se
empieza también a poner en tela de juicio la aplicación d~ las periodizaciones
seleccionando según el gusto dominante en cada período. LG~a que se
inicia con el romanticismo no implica una _modificación ...c.ualitati'la en este
~-
mecanismo, sino más bien la ampliación cuantitativa del s_ubconjunto de
de las literaturas europeas a las ~tra~_l~~aturas. Podemos decir que hoy han
ganado un consenso generalizado afirmaciones del tipo de que, por ejemplo, opciones literariamente válidas, gradualmente incorporando, e incluso
M. ALEJANDRA NALLIM
Prol~or;¡¡ en Letras
Vélez Saroflel<l 3~2~ 20228 9
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" 3.- Todo esté marco conceptual puede convivir con una concepción de la
otorgándoles una jerarquía superior, a espacios no prestigiados por las literatura como u~_conjunto -~e t~xtos. La tercera relación .entre espacio y
tradiciones _anteriores En última instancia, para el discurso critico, sin literatura, en cambio, supone más bien un cuestionarníento a este modo de
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embargo, el espacio y su configuración imaginaria constituyen una instancia entender el objeto de estudio. De un tiempo a esta parte, en efecto, ha ido
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preestablecida, con independencia y anterioridad al discurso que hace cobrando cada vez más presencia la conciencia de que en última instancia un
referencia a él texto no t!S sino _un_ obj_etq totaJrn!;!nte ine~y Cª-1'ente de significado en
La confluencia de todas estas concepciones dio lugar a un concepto de ausencia de ls,_s ir.!.dividups q!}_e lo _pJ_O~~san con el fin de vivi! un cierto tipo
literatura .re~i_o11al qt1e hasta el día hoy mantiene S!!_ .validez explícita o de experiencias comunicativas. Del tex_to en sí mismo como objeto
implícita: la literatura regional . sería_ aq!:!_ella .Producida ~ autores que \ privilegiado de nuestras cavilaciones, hemos ido pasando gradualmente a una
escribe~_~n <?~<:f!ª regj{m y~Q!an @_esa misma_región. Se asume en esta modelización más atinada de los datos, que pone de relieve esa realización
definición la concepción de las dos relaciones entre espacio y literatura que pragmática, los procesamientos que realmente dotan al texto de una
acabo de delinear: el espacio de producción entendido como una estructura y un sentido .
determinante de ciertas propiedades del texto y el espacioreferjsfo entendido Sobre esta base, permítaseme introducir el concepto de comupidad
como una opción preestablecida. Pero además la validez del concepto discursiva, según el razonamiento de que la relevancia social de los
descansa en la adopción subyacente de los presupuestos de una pretendida procesamientos textuales está determinada por un conjunto de expectativas y
universalidad y del mecanismQ 1:!ni!ateral . de difusión de la li!eratura. En operaciones que comparten un conjunto de individuos, una comunidad. Todo
efecto, la definición implica una subvaloración de estas producciones producror de un texto tiene en mente una · comunída~ <!_e este tipo, en el
regionales, aunque con un margen abierto para aquellos autores que alcancen sentido de que espera que el texto que produce será .P..!_<?~esado de tal o cual
una dimensión "universal", mediante la aplicación de procedimientos manera, y cualquier receptor de un texto, a su vez, lo vivirá cOmo una
considerados literariamente avanzados por los jueces del centro. Este función de las expectativas y operaciones propias de la comunidad en la que
concepto e!~ literatur~ regional sigue vigente en la enseñanza uniyersitaria y
.~. \ se inscribe. Ciertamente, en la experiencia concreta del productor corno en la
.. ···--- -- -
en el discurso crítico d~ ~irculación i11terna <ie países con una fu_erte '-- de los receptores, entran siem¡:,re en acción factores estrictamente
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estructura de colonialismo interno. Pero si se analiza con detenimiento, está individuales, _gue enriquecen y matizan el resultado final más allá de las
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present~ incluso, aunque con contornos más flexibilizados, en el por otra determinaciones de las comunidades en el sentido que las acabo de definir.
f
parte excelente y clásico análisis de la transculturación de Angel Rama.
-·- - j Sin embargo, este componente, por importante que sea desde un punto de
•
l -.,f
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LO
vista cualitativo en la singularidad de la vivencia, no puede, por esa misma empírica pronunciarse dentro de la alternativa entre un imaginado grupo de
singularidad, tener repercusión social alguna (si la tuviera, automáticamente
tl selectos espíritus france~es o la élite hispanoamericana que luego la historia
como ciencias sociales, la idealización científica que asumo, por la cual esa están p.ensando en ningún grupo razonablemente amplio en sus propios
variable individual queda fuera de consideración . ámbitos. Y si en alguna medida lo hacen, de cualquier manera las
Estas comunidades constituyen un espacio social, en un sentido no construcciones textu~_les que han permitido el ingreso de sus producciones a
. - -- - -
metafórico, en la medida en que están conformadas por individuos concretos los circuitos canonizados no tiene que ver con esas consideraciones locales,
y prácticas mediante la_s cuales se construyen y cobran sentido los textos.- El sino con lo que puede recuperarse . ~ partir de las estrategias de lectura
concepto de c::o?:un_~dad, conviene insistir, n__? es un constructo teórico que en definidas por alguna de esas dos comunidades, la europea o la que podríamos
denominar "cosmopolita hispanoamericana".
sí mismo pretenda explicar fenómenos, sino una modelización de los datos . ··· - ··-·. ·- . .
sobre los cuales vamos a buscar explicaciones o, por lo menos, proponer Lo que está aquí cuestionado no es que el lugar en el que un autor escribe
'; ... ~--=-----,------,:--------:· - ___ _:.__\ ~--·-··- ·-·-·__._ __ _
generalizaciones válidas. Esta modelización, a su vez, deriva, precisamente, tenga alguna influencia en s~ esc~!tura, sino la ~ i a de ~a influ,t:ncia
de la comprobación . de que los· text~~ nQ_ existen, en un sentido para los estudios literarios. En el ejemplo re.cién citado, f3 que ,en !,Parío,
eminentemente empírico, sino en los actos que realizan los hablantes, pueda atribuirse a su formación nicaragüense, será pertinente, cuando
productores y receptores de esos textos. En consecuencia, no sólo son las hablemos de la cornu12idad modernista hispanoamericana, · sólo si esta
comuniclade~un ~cio sog_al, sino que resulta válido postular que nuestro comunidad lo ha incluido entre sus expectativas y operaciones 'te~tuales, en
' ·,
objeto de estudio, la literaturá~ só~_existe en ese e~acio. cuyo caso la extracc;ió:nJQc_aj _es un dato meramente anecdóti~~ Á:sU vez,
esto no quiere decir que la cultura nicaragüense no es 'interesante para ' los
Revi~~!± _:,~to_~c-~~~~o!l__c~p~iones tradicionales de la r~ación entre
estudios literarios, sino únicamente que, en principio, no seria relevarité para
1
literatura y espacio en el marco de esta modelización 1\El(!_~r en que se -- ...
escribe, desde la perspectiva de la modelización en comunidades, se el estudio de esa comunidad, la modernista hispanoamericana. Este • '\rn es
convierte en un_f~~tQr_m_inimaroente_p_er:tinente y hasta en algún caso puede punto importante sobrr el que me gustaría evitar malentendidos, pcir lo que
llegar a resultar totalmente irrelevante. Rubén Darío escribe en Tegucigalpa, me permitiré un pequeño desarrollo.
Julián del Casal en La Habana, Ricardo Jaimes Freyre en Potosí, sobre la En el marco de los presupuestos tradicionales de la relación entre la
base de sus encendidas lecturas de románticos tardíos, simbolistas y literatura. _y_.§.1:! _~spacio. de enun_ciación, la .presión de la estructura centro-
parnasianos . ¿A qué comunidad se dirigen sus poemas? Es una cuestión periferia determinaba para el discurso crítico una relación propo,rcional que
l.
'
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'
puede formularse en estos términos: cuanto más lejos _d.el.c.e.lJ!.f.9. se produzca nada en comparación, de las comuni~!'lies poEulares de Tegucigalpa de su
· ~ }
un texto, menos posibilidades tendrá de acceder al canon. Esto es así porque época, e incluso de las comunidades de élites cultas en las que se movió
para acceder al
- - - - - ---.--
merecimiento de los estudios literarios, u_n_ t_exto de la - .;p Darío, pero que no desarrollaron una literatura valorable según los criterios
periferia debía ....._,,_ a J.as cQmJjciones fijadas por el centro. E~rminos
sujetarse
.. ______ '-- centrales. El camino por el cual la crítica puede superar sus limitaciones no
-----.....
,
de ~ .do, esto puede sonar perfectamente natural. Bl.J;ef!tro es el que es encontrando en Darío una huella nicaragüense que su práctica personal
concentra_ el _controLde Ja-di-fusión-ae textos_x. _e~estigios, a través de , logró "universalizar", sino incorporando todas aquellas comunidades que se
~. 'T1
' editoriales/ público, tmedios de comunicación, premiosr universidades y otras han obliterado en nombre de esa supuesta universalidad.
instituciones a las cuales la institución crítica es particularmente permeable, 4.- Volvámonos ahora a la otra relación tradicional entre literatura y
precisamente porque es p_arte_Q_e ellas. espacio, la del espacio referido en el texto. En la presentación que he hecho
Ahora bien, si ltieoría literaria pretende producir generalizaciones sobre la antes, he jugado adrede con la posición ingenua del referente inocente y
práctica del discurso en general, los criterios _cl_~Lmerc~d<? son variables que objetivo, cuya natur~eza y pr_opiedades están a la vista de todos. Todos
le resultarán pertinentes en el objeto de estudio (son parte de la realidad de la sabemos hoy que esto es una ilusión y que en una gran medida el .refrrente es
difusión de la literatura), pero no puede ella ~sma, en tanto_9ue sujeto que una construcción discursiva, fruto más bien de un consenso intersubjetivo.
estudia, adoptarlos _como _su propia e~~ala de 2,alore{Angel Rama analizó No me detendré, sin embargo, en la fundamentación de esta concepción del
detalladamente la estructura de la ciudad letrada, que impuso su hegemonía referente en general, sino que, a fin de ~ituar sus consecuencias sobre la
durante los siglos coloniales y después, pero a pesar de ello y de varios relación entre espacio y literatura, quisiera concentrarme en algunos aspectos
esfuerzos en contrario en curso, no creo que podamos decir todavía que la del concepto d~J]g!S/P·
- - ---¡:-- '
crítica literaria latinoamericana, como institución, ya no es un instrumento de Concibo a la región tlQ. como el espacio en sí, sino como una función sobre
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la ciudad letrada. En los términos de la discusión que estoy planteando, - el espacio, que arr,2_@ una clfcunscnpc1ón de ese espac;10. Pertenece a un
~
apenas si hemos empezado a abrir ~uestra mirada hacia espacios sociales que conjunto de conceptos ordenados en una escala que va desde nuestro propio
noSea_!.1 los delimi!a.dQS po,r_la ciudad, la letra y la jlustración, para incorporar cuerpo hastaAy__niy_e_rso_entero. Para los que hemos adquirido ciertos hábitos
los vastos y mayoritarios espacios sociales por los que circula la oralidad, y rutinarios, la escala incluye en sus niveles m~llI,!lediatos nuestro hogar,
aún la letra provinciana o popular. nuestro barrio, nuestros lugares más frecuentados, nuestra localidad, y ~sí
Volviendo al ejemplo anterior, es por este motivo que conocemos bastante
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l sucesivamente. A medida que asce@_~mos en ~sa. _ escala, el espacio
de la comuni~a~-~~J.~ -~~el~ -~oe!ía de Darí,.2_circuló, pero muf~, y casi circunscripto es más grande, lo que implica que cada vez son menores
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M. ALEJANDRA NALLIM
16 Pro fes ora e n Le tra a
"i!/ez Sar3fleld 3'42 :i:' 20228
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Esta imagen pudo difundirse _p9rn_t1e__ J<! .región pampeana, en donde
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. . . rr
radicaban el poder poJitico y el ecqnómico, a través de la Capital Federal y el
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frontera cuando, desde niños, encuentran descripciones similares en sus
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puerto de Bu~r:ills . Aires, estuvo en condiciQn.es de_jmponer su discurso ,t, libros de texto ..='colare~r~~~~~ados e irn~sos en Buerio~es_
mediante el extendido ap_1!;~ato e_<l._':lcativo que había fundado en las últimas Estas y Qtras culturas originarias son un tema recurrente en la poesía de
décadas del siglo ~X. Contribuy~~~~op~é_!.c@:L.de.los grandes ~¡~~~l _J. ¿;~~illa: un poeta que vivió en la provincia de Salta...de 1918 a •
centro~_.!:!F~ S, en los que dificilmente se encontraran elementos 1980. En 1974 fue galardonado con una distinción nacional y, en líneas
experienciales de peso que contrarrestaran la versión del discurso dominante, generales, la crítica argentina le ha concedido un lugar destacado dentro de
lo cual se vio reforzl_i.dQ _por )~ inc_~rpoi:._ación, durante este período, de las lo que se conoce como ge!).eración del 40 9 neorromántica. Se trata de uno
oleadas__~e i!li:oigrantes europ~_s. El hecho es que, de creer en la imagen así de esos escritores llamados "regionales" de los cuales se juzga sin embargo
generada, habríamos de encontrar gauchos con sus pesados arreos
cabalgando raudamente en sus veloces caballos por los pedrosos y
que han logrado alcanzar matices de la "universalidad". Este caso resulta
particularmente relevante aquí porque en__su obra no se observan diferencias p
escarpados senderos andinos, a 3000 y hasta casi 4000 metros de altura. sustanciale~_e_ll_t~~-__Ios __(n_digt!nas del___territ;ri ; arge_ntino y los queji-ªbitaf! en\l__
Siempre según las versiones más gruesas de esta argentinidad, y dejando de territ()_~~J,()liviano. Esto es todavía más flagrante en ciertos poemas que
lado la pregunta de cuántas vacas podrían encontrar y cuán gordas en las revelan una evidente voluD.t~~- 4e_ englobar~ioLJLajgjes y las prácticas
inmensas salinas de la Puna, estos mitoló~ersonajes habrían habitado humanas de una amplia región í Oruro, ,:Potosí y1 Tarija (poblaciones
casi exactamente hasta donde h_Qy _g, tiende eU ímite_ argentino-boliviano, bolivianas) quedan incluidos en esa circunscripción..§pacial junto a La Poma,
adivinando visionariamente adónde exactamente iba a acabar por fijarse ese Iruya_y....eL ½lle...Calchaq.1,1í, bastante más al sur en territorio argentino. No
límite tras las diversas vicisitudes, disputas y arbitrajes que no cesaron hasta obstante, una gran parte de la crítica argentina.ha insistido siempre en señalar
bien avanzado el siglo XX. Siempre resulta divertido someter proposiciones
que hoy sabemos tan francamente ideológicas a las pruebas de rigor que
-y ensalzar- a Castilla como uf!___pg_eta d_e Salta,J .~Ijsdlº-.C..i.úILpro..vincial, o el
noroe_ste argentino, es decir una circunscripción relatiya _JL.lL.j.w:isdi.eción
+-
solemos exigir más bien de una afirmación científica. Pero lo que me interesa nacional.
hacer notar es que si, puesta en esos términos, sólo levemente exagerados, , ¿Por qué ese discurso · crítico se empeña en negar lo que, por lo menos
esta curiosa imagen despierta nuestras suspicacias, resulta fácil ,/ como lo he formulado, surge como la concepción del .e.spacio.indudable en la
- ,,....-~-- imaginarse
... _ ___ -
la
¡
(p_erplejidaª·_que _asalta a los indios.-collas. que...hahitan...deLlado..argentino de la ..-. 1 poesía de_Castilla? El concepto de comunidades nos permite poner de un
------- modo cauto las cosas: la cpm!!_!lidad crítica lee los textos con las categorías
1
.
¡¡ que le pr()porciona la secular ontologización de la nación-estado. Desde
r
18
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20 21
22
23 kv.e
. admite la reg1on como hipótesis, y el descubrimiento de un punto de
La presunción__g~~onvergencia comporta el riesg_o de que acabemos por
1
t1l11
des~~ aquellos datos de la realidad que no contribuyan a afian~ar la
converge11cia. Muy probablemente, podríamos construir una argumentación
,.
1 het;~~eidad nos informa que ese punt@pertenece a la r~n, lo cual
puede o oo ser relevante para la validez ~hipótesis conceptual, según las
para mostrar que no es casual que se acompañe de una relajación de la predicciones de ésta sobre la circunscripción regional propiamente dicha.
exigencia de homogeneidad, sino que incluso necesita de esa relajación. La Por último, de manera menos directa, el requisito de homogeneidad
presunción de convergencia, en efecto, asum~ _un c~~epto
actúa como constru~to__modelizad.ar, que
qe r~gi<'>n que
constniy~ __la--r..e.gión
. -
deterntina un concepto dinámico ,fo r.egión, de donde mi insistencia en la
dimensión temporal de la circunscripción implícita en el criterio conceptual.
apriorísticam~nte_ )".__pJQcede a Q.QIIBtatatla. Si rno"""relajara la exigencia de En efecto, mientras la permisibilidad de lo _heterogéneo - puede considerar
'·- -----. --- .. -
homogeneidad, acabaría necesariamente por conducirnos a la conclusión de irrelevante. ~i_e rja transformación que se a.J&a de ese .criterio_def!!!:.9 del
que IJO-~Q.!!__?lguna El pr9~~9imiento apriorístico es, en territorio ~irc_i.:nscripto, o se acereª- ª -~l en un territorio vecino; la exigencia
consecuencia, contrario al concepto de región homo~nea que estamos d ~ g ~ ~ . d deterntina inm_~diatamente_que el primer caso constituye
explorando, que debe satisfacer entonces el siguiente principio de la un "achi~amiento" de la región (que puede llegar hasta la misma desaparición
naturaleza hipotética: de ésta), y el segundo un "agrandamiento". En suma, una r e g i ~ e aJ
satisface el p r i n c i ~ o :
(b) Una región no es un postulado, sino una hipótesis.
(c) La circunscripción regional conlleva determinaciones
La hipótesis aquí pertinente, por supuesto, se refiere ·a la circunscripción espacio-temporales. / '
espacio-temporal en la cual se propone la valide~_L_c_rite.r::i9 en cuestión,
, - - - - - -··- --- Si el criterio homogeneizador ha sido conceptualizado con cierta precisión,
peró implica, en un niv~l TI_J.ás _abstracto, la .hipót~sis__.~a__yaij_q_ez _de la
los límites de una regió@eberían constituiI._~I_p_
!:.Qplema teórico que hasta
conceptualización g!:!,.ej_~_s._eptido._a1ª1 cri!_erio . En la práctica de las' ciencias
ahora representan. El p~sería más bien de or<!en práctico, en razón de
sociales, podría decirse que la puesta a prueba de· la hipótesis espacio-
satisfagan el criterio que se considera característico de la mayor parte del l A primera vista, este razonamiento nos lleva a un concepto de región
1
,¡;_. bastante más incómodo que el instituido por el ~~o tradicional de la palabra
resto del territorio regional; mientras que el criterio de homogeneidad sólo ~
.._ ____...._____.---
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