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Tesina Jacinto Lorena 2017

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FACULTAD DE ACTIVIDAD FÍSICA Y DEPORTE

Carrera: Ciclo de Licenciatura en Actividad Física y Deporte


Orientación: Actividad Física y Salud
Modalidad: Presencial
Materia: Trabajo de Investigación
Año: 2017

Título:
La relación entre el Gasto Energético por Actividad Física a
intensidad moderada y la Calidad de Vida en Adultos Mayores

Estudiante: Jacinto, Lorena


Legajo: 14737
Correo electrónico: lorejaci@gmail.com
Tutor Metodológico: Prof. Lic. Lobo, Pablo
Tutora Temática: Prof. Lic. Baigún, Valeria
Agradecimientos

Este camino no lo transité sola, y por eso quiero agradecer al equipo del
Laboratorio de Ergonomía y Actividad Física (LEAF) de la UFLO que me
acompañó desde el primer momento. Principalmente a Valeria Baigún y a
Pablo Lobo, por la paciencia, las palabras de aliento, las enseñanzas y por
sobre todo, el respeto y la calidez humana; también, agradecerle a Gabriela De
Roia, por acompañar este proceso en los pequeños y grandes detalles.

Pero, hay alguien que caminó conmigo todos los días este recorrido, Dalmiro,
mi amor y compañero, quien supo adaptarse a mis cambios de humor, quien
supo cuidar a nuestro hijo con el amor y el cuidado más puro en mis ausencias
y quien siempre me apoyó para que cumpla mis objetivos.

Se la dedico a Benjamín, mi pequeño sonriente, para dejarle la enseñanza que


todo lo que se proponga en la vida, con amor y dedicación, lo va a cumplir.
Índice

Resumen……………………………………………………………………………….5
1. Primera Parte: Delimitación teórica del objeto de estudio………………...6
1.1. Área temática, rama y especialidad………………………………………….6
1.2. Tema y subtema…………………………………………………………………6
1.3. Introducción……………………………………………………………………...6
1.4. Problema………………………………………………………………………….8
1.5. Relevancia cognitiva……………………………………………………..........8
1.6. Marco teórico…………………………………………………………………..11
1.6.1. Capítulo 1: Envejecimiento y Adulto Mayor...………………………….11
1.6.1.1. Rol de la Actividad Física y enfermedades asociadas al
sedentarismo……………………………………………………………………......12
1.6.1.2. Características del Adulto Mayor…………………………………......18
1.6.1.3. Envejecimiento Saludable……………………………………………….22
1.6.2. Capítulo 2: Actividad Física…………………………...…………………..25
1.6.2.1. Actividad Física y sus dimensiones………………………………...…25
1.6.2.1.1. Gasto Energético por Actividad Física……………………………..27
1.6.2.2. Valoración de la Actividad Física………………………………………28
1.6.2.3. Actividad física del Adulto Mayor……………………………………...32
1.6.3. Capítulo 3: Calidad de Vida………………………………………………..35
1.6.3.1. Calidad de vida y sus dimensiones……………………………………35
1.6.3.2. Calidad de vida del Adulto Mayor……………………………………...37
1.7. Hipótesis………………………………………………………………………...40
1.8. Objetivos………………………………………………………………………..40
2. Segunda Parte: Material y Método……………………………………………41
2.1. Tipo de diseño …………………………………………………………………41
2.2. Matriz de datos………………………………………………………………...43
2.3. Fuentes de datos………………………………………………………………44
2.4. Instrumentos para la producción de datos……………………………….49
2.4.1 Instrumento para la valoración de la Actividad Física………………..50
2.4.2 Instrumento para la valoración de la Calidad de Vida………………...51
2.5. Plan de actividades en contexto…………………………...……………….53
2.6. Población y muestra…………………………...……………………………..55
2.7. Plan de tratamiento y análisis de los datos……………………...............56
3. Tercera Parte: Análisis y Conclusiones……………………………………..58
3.1. Exposición de los datos……………………………………………………...58
3.1.1. GEAF a Intensidad Moderada……………………………………………..58
3.1.2. Datos de Calidad de Vida…………………………………………………..60
3.1.2.1. Dimensión 1. Salud Física……………………………………………….60
3.1.2.2. Dimensión 2. Psicológica………………………………………………..61
3.1.2.3. Dimensión 3. Relaciones Sociales……………………………………..62
3.1.2.4. Dimensión 4. Entorno…………………………………………………….63
3.1.2.5. Calidad de Vida Total……………………………………………………..64
3.1.3. Relación entre el GEAF a Intensidad Moderada y la Calidad de
Vida……………………………………………………………………………………65
3.2. Análisis e interpretación de los datos……………………………………..67
3.3. Discusión y conclusiones……………………………………………………68
4. Anexos……………………………………………………………………………..72
4.1. Anexo 1. IPAQ………………………………………………………………….72
4.2. Anexo 2. WHOQOL-BREF……………………………………………………74
5. Bibliografía………………………………………………………………………..80
Resumen

Gracias al fruto de los éxitos económicos, sociales y sanitarios que han


conseguido alargar la vida de las personas, el envejecimiento de la población
es un hecho de gran trascendencia social y se encuentra en constante
aumento. Sin embargo, la insuficiente actividad física también aumenta en
muchos países y ello influye en la prevalencia de enfermedades crónicas no
transmisibles (ECNT) y en la salud general de la población.
Por tal motivo, el objetivo del presente estudio es relacionar el Gasto
Energético por Actividad Física (GEAF) a intensidad moderada y la Calidad de
Vida de los adultos mayores con nivel de Actividad Física bajo. El trabajo de
campo se llevó a cabo en los talleres del programa “Universidad para Adultos
Mayores Integrados” (UPAMI) en la sede Buenos Aires de la Universidad de
Flores, durante el año 2017. La muestra estudiada se compone de 17 mujeres
adultas mayores con nivel bajo de actividad física. Los instrumentos utilizados
fueron dos cuestionarios: la versión corta del Cuestionario Internacional de
Actividad Física (IPAQ, por sus siglas en inglés) y el Cuestionario de Medición
de Calidad de Vida WHOQOL-BREF de la Organización Mundial de la Salud. El
análisis de los datos se hizo mediante procedimientos de estadística
inferencial.
Los resultados mostraron que no existe relación entre el gasto
energético por actividad física a intensidad moderada y la calidad de vida de las
mujeres mayores con nivel bajo de actividad física que participan de los talleres
del Programa UPAMI.

Palabras clave
Gasto Energético por Actividad Física – Calidad de Vida – Adulto Mayor

5
1. Primera Parte: Delimitación conceptual del objeto de estudio

1.1. Área temática, rama y especialidad


Área temática: Ciencias de la Salud
Rama: Actividad Física y Salud

1.2. Tema y subtema


Tema: Actividad Física y Calidad de Vida
Subtema: Actividad Física y Calidad de Vida en el Adulto Mayor

1.3. Introducción

Al momento de terminar de cursar las materias del Ciclo de


Licenciatura en Actividad Física y Deporte, comienza un nuevo proceso: el de
investigar. Este proceso de investigación afortunadamente está dirigido y
conducido por tutores temáticos y metodológicos que facilitan y proporcionan
las herramientas que se necesitan, e ir paso a paso disfrutando este camino y
finalmente crear conocimiento. Esta investigación está enmarcada dentro de un
equipo de investigación específica del área de Actividad Física y Salud, sobre
el tema Actividad Física y Calidad de Vida en adultos mayores. El trabajo de
campo se realizó con una población de adultos mayores que asisten al
Programa Integral de UPAMI con sede en la Universidad de Flores. Dicho
programa es un espacio creado específicamente para aquellos adultos
mayores afiliados al PAMI.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2002), el
número de personas que superan los 60 años de edad se está incrementando,
y se espera que para el año 2025 aumente la población de adultos mayores a
unos 1200 millones de personas con más de 60 años en el mundo. Teniendo
en cuenta este incremento de la población adulta mayor, la atención sobre los
adultos mayores debe verse como un desafío, promoviendo en la sociedad
acciones para hacer frente a los cambios demográficos que se producen
gracias al avance de los éxitos económicos, sociales y sanitarios que han
conseguido alargar la vida de las personas. (Marín, Homar, Niedfeld,
Matcovick, & Mamonde, 2009). Todas las personas al llegar a una edad

6
avanzada sufren tres tipos de crisis, la primera relacionada con la identidad de
su propia imagen, con una apariencia física en deterioro; la segunda una crisis
de autonomía, por el aumento de la dependencia de otros para moverse; y
finalmente una crisis de pertenencia, por su menor participación social y su
retiro de la vida activa (Marín, Homar, Niedfeld, Matcovick, & Mamonde, 2009).
Por eso, realizar la siguiente investigación, que estudiará la calidad de vida de
los adultos mayores, será de gran aporte, no sólo para la comunidad científica
sino también para la misma población, dando respuesta a los cambios que se
vivencian.
Los factores ambientales, los estilos de vida y la práctica de actividad
física, son tres factores que influyen significativamente en el tipo de
envejecimiento que cada persona presenta (Nelson, y otros, 2007). Como
profesionales de la Actividad Física y el Deporte, de los tres factores antes
mencionados, en el que más influencia podemos generar como docentes es en
la práctica de Actividad Física; mientras que en los factores ambientales y/o
estilos de vida, es más difícil transcender. Por otra parte, el alcance de las
oportunidades que tengan los adultos mayores para una mayor longevidad
dependerá, en gran medida, de un factor clave: la salud. Es decir, que si las
personas viven esos años adicionales en buen estado de salud, su capacidad
para hacer lo que valoran será apenas diferente a la de las personas más
jóvenes. Pero si esos años adicionales se caracterizan por una disminución y
decadencia de las capacidades físicas y mentales, las consecuencias para los
adultos mayores y para la sociedad serán mucho más negativas (OMS, 2015),
y seguramente la percepción de su calidad de vida también lo será.
Por lo general, las enfermedades diagnosticadas en edades avanzadas
no son curables y, si no se tratan adecuada y oportunamente, tienden a
provocar complicaciones y secuelas que dificultan la independencia y la
autonomía de la dichas personas (Menéndez, y otros, 2005), de esta manera
se propone estudiar, investigar y generar nuevo conocimiento para brindarle a
los adultos mayores la posibilidad de transitar los últimos años de vida en una
sociedad atenta a sus necesidades.
Son varios los motivos que impulsan a iniciar esta investigación, pero
principalmente se espera que a través del estudio de la actividad física y la
calidad de vida en adultos mayores a) aumente la participación de los adultos

7
mayores en espacios creados para el desarrollo de la actividad física, como el
de los talleres del programa UPAMI, en pos de mejorar la calidad de vida; b)
genere conocimiento que enriquezca, cuestione y/o transforme con fundamento
teórico y empírico las prácticas profesionales de los docentes del área.

1.4. Problema

¿Cuál es la relación entre el gasto energético por Actividad Física a


intensidad moderada y la Calidad de Vida de los Adultos Mayores con nivel de
Actividad Física bajo que participan en talleres del programa UPAMI? Estudio
de caso en la sede Buenos Aires de la Universidad de Flores durante el año
2017.

1.5. Relevancia cognitiva

Luego de relevar el estado del arte, se puede destacar que se han


encontrado diversos antecedentes de investigación sobre la actividad física y la
calidad de vida en los adultos mayores, que fueron de gran aporte, brindando
conceptos necesarios para la formulación del marco teórico de la presente
investigación. Sin embargo, se ha encontrado un área de vacancia con
respecto a la relación entre ambas variables de investigación: el nivel de
actividad física y la calidad de vida de los adultos mayores.
En los antecedentes que tratan el tema de la calidad vida, los distintos
autores han tomado diferentes concepciones sobre la misma. Por tal motivo, es
interesante señalar que en la presente investigación el estudio de la calidad de
vida responderá a la definición que propone la Organización Mundial de la
Salud: “La Calidad de Vida denota la percepción individual que cada sujeto
tiene respecto de su posición en el contexto cultural y sistema de valores en el
que vive, en relación con sus logros, expectativas e intereses. Es un concepto
extenso y complejo que considera la salud física, la situación psicológica, el
nivel de independencia, las relaciones sociales y las relaciones con el medio
ambiente” (OMS, 1998, pp. 28). Como se puede observar se mencionan cinco
dimensiones en su definición, sin embargo, el instrumento de valoración de
calidad de vida (WHOQOL-BREF) se basó sobre la estructura de cuatro

8
dimensiones: la salud física, la salud psicológica, las relaciones sociales y el
medio ambiente (OMS, 1996), siendo éstas las elegidas para llevar adelante la
presente investigación.
Como se puede observar, la calidad de vida es un complejo concepto
cuya definición operacional y dimensional resulta francamente difícil. No
obstante, hay acuerdo en cuanto a la necesidad de abordarla desde una
dimensión subjetiva; es decir, lo que la persona valora de ella sin restringirla a
la opinión de otras personas o terceros porque lo fundamental es la percepción
propia (Rojas, 1997).
Mora, Villalobos, Araya, & Ozols (2004) realizaron un estudio en Costa
Rica donde participaron 152 adultos mayores y relacionaron la calidad de vida
en su dominio social, su grado de autonomía y su salud psicológica, con la
actividad físico-recreativa, ligadas al género en adultos mayores. Quisieron
conocer cuál es la principal motivación para la realización de actividad física y
qué beneficios perciben de ella. Estos investigadores demostraron que la salud
fue el factor principal en la motivación para realizar actividad física y que los
beneficios percibidos por los adultos mayores fueron el sentirse más
reanimados, más alegres, con energía, y el alivio de dolores. Estos autores
concluyen que los adultos mayores con niveles altos de activdad física tanto en
frecuencia como en duración diaria tienden a tener una mejor percepción de su
calidad de vida. Sin embargo, se sigue evidenciando una vacancia de
conocmiento sobre la relación entre la actividad física y la calidad en adultos
mayores con niveles bajos de actividad física.
Schapira & Soderlung (2006) manifiestan que los programas de
promoción de la salud dirigidos a los adultos mayores no deben ir enfocados a
prolongar la vida indefinidamente, sino a brindar la mejor calidad de vida
posible durante los años que le queden a esa persona, mediante una serie de
actividades para reducir los riesgos y el deterioro funcional de los procesos
asociados al envejecimiento, proponiendo postergarlos y manteniendo una vida
física, mental y social activa.
Branch & Jette (1982) revelaron que la calidad de vida es tan importante
como la duración de la vida de muchos adultos mayores. Sin embargo, Koltyn
(2001) del Departamento de Kinesiología de la Universidad de Wisconsin-
Madison, EE.UU., en su artículo “La relación entre Actividad Física y Calidad de

9
Vida en Mujeres Mayores” se propuso investigar la relación entre la actividad
física y la calidad de vida en mujeres mayores. Sostuvo que las mujeres
mayores pasan una parte sustancial de su tercera edad con enfermedades
crónicas y discapacidades, lo que puede afectar negativamente la calidad de
vida de ellas. Por tales motivos, esta investigadora cree necesario encontrar
formas seguras y eficaces de alentar a los adultos mayores a volverse
físicamente activos y así prevenir distintos tipos de enfermedades y mejorar la
percepción de su calidad de vida.
A su vez, Koltyn (2001), manifiesta la vacancia de conocimiento en el
tema, ya que plantea la duda sobre si la actividad física cumple un rol en la
mejora de la calidad de vida en los adultos mayores, diciendo que sólo una
cantidad limitada de investigaciones se han llevado a cabo en esta área, y los
resultados de algunas son relativos. Por otro lado, en su estudio se citan a
algunos investigadores que han dado a conocer la mejora de la calidad de vida
en relación con la participación en diversos programas de actividad física
(Emery & Blumenthal, 1990; Mihalko & McAuley, 1996); sin embargo, otros
investigadores no han encontrado tal relación (Blumenthal , y otros, 1989).
Asimismo, la OMS (2015) en su Informe Mundial sobre “El
Envejecimiento y la Salud” manifiesta la necesidad de comenzar acciones
integrales de salud pública para hacer frente al envejecimiento activo.
Otro estudio, realizado en el año 2009 por investigadores pertenecientes
al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, han evaluado la eficacia
de un programa de promoción de la salud, con la intención de fomentar la
actividad física y la prevención de patologías asociadas al envejecimiento, para
evitar complicaciones asociadas y mejorar la calidad de vida en adultos
mayores. Este estudio demostró que la participación de los adultos mayores en
programas de promoción de la salud conlleva a efectos y resultados positivos
en cuanto a la prevención y mejoría de su salud y calidad de vida. Asimismo,
descubrieron que la participación en estos programas demostró que tener
amistades, en esta etapa de la vida, está relacionado con una buena salud
mental y física, con una moral elevada, y con la sensación de bienestar. Estos
beneficios se manifiestan tras el estar en contacto con personas del mismo
grupo etario, reduciendo la ansiedad y la tensión que los cambios vitales
generan en esta etapa. Entre los adultos mayores se forman así vínculos de

10
apoyo, destacando la comprensión y el compañerismo (Marín, Homar,
Niedfeld, Matcovick, & Mamonde, 2009).
Teniendo en cuenta que los adultos mayores que participan en distintos
programas de actividad física, suelen tener mejorías en algunos dominios de su
la calidad de vida, resulta interesante iniciar esta investigación para aportar
datos que arrojen la relación que existe entre la actividad física a intensidad
moderada y las cuatro dimensiones de la calidad de vida en adultos mayores
con nivel bajo de actividad física.
El mismo estudio demostró que la actividad física desempeña un papel
importante en la salud de los adultos mayores; no sólo reduce las limitaciones
físicas y mejora la calidad de vida, sino que disminuye los factores de riesgo de
sufrir enfermedades cardiovasculares y traumatismos.
Como se puede observar, estudiar la actividad física y la calidad de vida
en los adultos mayores será relevante para la comunidad científica, ya que es
un tema que viene siendo estudiado por diversas investigaciones y brindará
datos que podrán ser utilizados por otros investigadores en futuros estudios.
Sin embargo, no se han encontrado investigaciones que estudien los
niveles de actividad física en relación con la calidad de vida, y tampoco sobre
una población de adultos mayores con nivel bajo de actividad física.

1.6. Marco teórico

1.6.1. Capítulo 1: Envejecimiento y adulto mayor

Para dar inicio al marco teórico es necesario establecer algunas


definiciones. La presente investigación trata cuestiones relacionadas a los
adultos mayores, al envejecimiento y a la vejez. La edad es la variable que
determina si una persona ingresa al grupo de adultos mayores, y es la edad la
que marca el paso del tiempo físico. Así es que los adultos mayores son un
grupo de edad. Teniendo en cuenta esto, se puede decir que los adultos
mayores abarcan una franja etaria que va desde los 60/65 años hasta los 115
años de edad (si se tiene en cuenta la expectativa máxima de vida de la
especie humana) (IMSERSO, 2011). Por otro lado, el envejecimiento es un
proceso progresivo, intrínseco y universal que con el paso de los años ocurre

11
en todo los seres vivos a consecuencia de la interacción de la genética del
individuo y su medio ambiente (Rinessi, Saiach, & Lecuna, 2000). Asimismo,
según la OMS (2015) desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es la
consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y
celulares que se producen a lo largo de los años, lo que lleva a un descenso
paulatino de las capacidades físicas y mentales, un aumento del riesgo de
contraer enfermedades, y finalmente a la muerte. Sin embargo, el
envejecimiento y la vejez, como estado o período, deben ser considerados no
sólo desde una perspectiva biológica sino bio-psico-social. Es decir que,
cualquier consideración sobre el envejecimiento, la vejez o los adultos mayores
deberá integrar los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de ese proceso,
estado o grupo de edad (IMSERSO, 2011).
Ahora bien, aunque tomemos una edad concreta para marcar el inicio
del proceso de envejecimiento, existe una amplia diversidad de adultos
mayores, ya que esos cambios que se manifiestan en esta etapa no son
lineales ni uniformes, y su vinculación es relativa. Si bien algunos adultos
mayores disfrutan de una excelente salud y se desenvuelven perfectamente en
su vida cotidiana, otros necesitan de una considerable ayuda para el desarrollo
del día a día (OMS, 2015).

1.6.1.1. Rol de la Actividad Física y enfermedades asociadas al


sedentarismo

En este apartado se dará a conocer específicamente el rol de la


Actividad Física (AF), así como su función, sus beneficios, ventajas y las
enfermedades asociadas al sedentarismo.
El aumento de la población de adultos mayores es un hecho de gran
alcance social que está promoviendo la atención en los ámbitos político,
económico, sociológico y sanitario por las enormes consecuencias que se
advierten en nuestros días, tales como el mayor número de población pasiva
en relación con la activa y los cambios epidemiológicos que se trasladan de
una alta prevalencia de las enfermedades infecciosas a un incremento de las
enfermedades no trasmisibles (Zunzunegui Pastor, 1998).

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Ahora bien, en los últimos años uno de los debates que se plantea es
que si ese aumento de la población de adultos mayores, lograda por una mayor
longevidad, tiene relación con mejores condiciones de vida o se está
cambiando mortalidad por discapacidad (IMSERSO, 2011).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2002), manifestó que en
América se han observado cambios en los patrones de consumo y en los
hábitos de vida de los adultos mayores. Estos cambios están asociados con
dietas abundantes en contenido graso, con el aumento del consumo de
productos de origen animal, disminuyendo los de origen vegetal, y
principalmente con adoptar estilos de vida sedentarios.
Para continuar, se cree necesario aclarar el significado de los
términos sedentario, inactivo e insuficientemente activo, ya que se suelen usar
como sinónimos pero no lo son (Farinola, 2010).
El término inactivo refiere específicamente a la ausencia de actividad,
ya que el prefijo in indica negación o privación (Real Academia Española,
2001). Esto es muy poco común, se da en muy pocas situaciones de la vida, ya
que es cuando el trabajo muscular está ausente o es mínimo, como por
ejemplo cuando se está quieto en la cama o en los viajes espaciales, donde no
hay necesidad de contraer los músculos (Farinola, 2010). Asimismo, la palabra
“inactivo” y “sedentario” se suelen usar como sinónimos para clasificar a
aquellas personas que no alcanzan un nivel esperado de AF para su salud,
pero veamos: sedentario quiere decir estar sentado (Real Academia Española,
2001), lo cual implica una actividad muscular muy baja y por eso la confusión
de los términos. Pero como indica Farinola (2010) utilizar el término conducta
sedentaria sería lo más apropiado para delimitar el tiempo que la persona pasa
sentada y las consecuencias que conlleva esta conducta. Por último, el término
insuficientemente activo hace referencia a la persona que no alcanza un nivel
de AF mínimo necesario para llevar adelante una vida saludable,
independientemente del tiempo que esté sentada.
Se conoce que la AF reduce, retrasa o impide considerablemente los
factores de riesgo para contraer muchas de las enfermedades crónicas
degenerativas del mundo civilizado (Farinola, 2006). Evolutivamente, el rol que
ocupaba la AF en la vida de los seres humanos hace 2 mil millones de años
atrás, era fundamental para sobrevivir y conseguir alimento. Nuestro cuerpo se

13
fue adaptando a las demandas del paisaje y nuestro patrón de subsistencia se
fue modificando ante la necesidad de cazar y correr para conseguir alimento.
Ambas acciones demandan un alto esfuerzo físico. Si comparamos estas
acciones con las del mundo actual, se puede decir que hoy en día prevalecen
las conductas sedentarias, siendo éstas casi un comportamiento antinatural
para nuestro diseño genético (Farinola, 2006).
Ésta conducta sedentaria y los cambios en el estilo de vida, no sólo
afectan a la población adulta en general, sino también a los adultos mayores:
aparecen enfermedades tales como la obesidad, la diabetes mellitus tipo II, la
hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer y la cardiopatía isquémica.
Por lo general, las enfermedades diagnosticadas en los adultos
mayores no son curables y, si no se tratan adecuada y oportunamente, tienden
a provocar complicaciones y secuelas que dificultan la independencia y la
autonomía de la dichas personas (Menéndez, y otros, 2005).
Aquellos adultos mayores que realizan AF presentan una menor tasa
de mortalidad y menor riesgo de contraer cardiopatías, hipertensión, ACV,
diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. También, presentan mejor
funcionamiento cardio-respiratorio y muscular, una composición corporal
saludable y mejor salud ósea (Paterson, Jones, Rice, 2007, citado en Manual
Director de AF y Salud de la República Argentina, 2013).
Una de las enfermedades asociadas al sedentarismo es la diabetes
(Wei, Gibons, & Kampert, 2000). Un 91% de los casos de diabetes tipo 2
podrían evitarse adoptando un estilo de vida en presencia de la práctica regular
de AF (Hu, y otros, 2001). La práctica de AF es fundamental para que las
personas diagnosticadas con diabetes puedan alcanzar un control metabólico
adecuado. Incluso realizar AF a baja intensidad también ha demostrado
notorios beneficios en los pacientes diabéticos (Kirk, Mutrie, McIntyre, & Fisher,
2003).
Varo y otros (2003) establecieron que el sedentarismo también se asocia
con enfermedades cardiovasculares, tales como la hipertensión arterial,
accidentes cerebro vasculares (ACV) y cardiopatías isquémicas. En este
mismo estudio han demostrado que la práctica regular y controlada de AF,
disminuye la presión sistólica y diastólica. Melano Carranza, Lasses Ojeda, &
Ávila Funes (2008) sostienen que las enfermedades cardiovasculares

14
constituyen la primera causa de muerte entre los adultos mayores y de igual
manera la cardiopatía isquémica. Se establece en otro estudio que el rol de la
AF se convierte en un modelo de prevención para luchar contra las
cardiopatías, tanto en hombres como en mujeres mayores (Manson, y otros,
2002).
Otras investigaciones, han demostrado que la AF posee efectos
terapéuticos en el tratamiento de la depresión y la ansiedad en adultos
mayores, mejorando entre otros aspectos las funciones cognitivas de estas
personas (Fox, 1999). De igual manera, la obesidad es otra enfermedad
asociada al sedentarismo que aparece y se mantiene en la población de
adultos mayores (DiPietro, 1999).
Otro importante rol que tiene la AF en los adultos mayores es en la
prevención de sufrir caídas. La AF disminuye la pérdida de masa ósea en
general, esto repercute en el descenso del número de caídas tan frecuentes en
esta edad, siendo así que los adultos mayores que realizan AF sufren menor
número de caídas, lesiones y fracturas, que los adultos mayores sedentarios.
(Batty, 2002)
Según Hardman (2001, citado en Salinas Martínez, Cocca, Mohamed, &
Ramírez, 2010) la práctica de actividad física puede reducir el porcentaje de
contraer algunos tipos de cáncer hasta un 40-50%. Sin embargo, la literatura
científica desarrollada hasta el momento no muestra una evidencia confiable
acerca de este hecho (Salinas Martínez, Cocca, Mohamed, & Ramírez, 2010).
El Colegio Americano de Medicina del Deporte (1998) sostiene que la
presencia de AF y fomentar estilos de vida activos son importantes, ya que la
participación en actividades físicas de forma regular provoca varias respuestas
favorables que contribuyen al envejecimiento saludable. Algunos de los
beneficios que se han atribuido a la AF regular incluyen:
1) minimizar los cambios biológicos asociados con el envejecimiento;
2) retrasar los signos producidos por el sedentarismo;
3) controlar y mejorar las enfermedades crónicas;
4) beneficiar la salud psicológica,
5) incrementar la movilidad y funcionalidad y;
6) colaborar en la rehabilitación de enfermedades agudas y crónicas.

15
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) (2002) menciona que los
beneficios para la salud que presenta la AF en el adulto mayor se pueden
diferenciar según distintos aspectos, siendo el aspecto cardiovascular el que
mayores beneficios presenta:

 Mejora el desempeño del miocardio.


 Aumenta la capacidad diastólica máxima.
 Aumenta la capacidad de contracción del
musculo cardíaco.
 Reduce las contracciones ventriculares
Aspecto cardiovascular prematuras.
 Mejora el perfil de lípidos sanguíneos.
 Aumenta la capacidad aeróbica.
 Reduce la presión sistólica.
 Mejora la presión diastólica.
 Mejora la resistencia.

La OPS (2002) también estableció los beneficios de la AF para otros


aspectos de la salud. Para los adultos mayores que padecen obesidad, se ha
detectado que la AF disminuye el tejido adiposo abdominal, aumenta la masa
muscular y reduce el porcentaje de grasa corporal. Por otro lado, muchas
veces los adultos mayores padecen dislipidemias, y para tal caso, se conoce
que la AF reduce las lipoproteínas de baja densidad y de los triglicéridos,
reduce el colesterol y aumenta las lipoproteínas de alta densidad. Asimismo,
los adultos mayores que comienzan a ser intolerantes a la glucosa por el
aumento de edad, padeciendo diabetes tipo 2, se conoce que la AF aumenta la
tolerancia a la glucosa y mejora el metabolismo de la misma. Aquellos adultos
mayores que sufren osteoporosis y debilidad muscular, la AF no sólo los
ayudará a retardar la declinación de la densidad mineral ósea, sino que
también favorece el aumento de la densidad ósea, reduce el riesgo de
discapacidad músculo-esquelética y mejora la fuerza y la flexibilidad. Se
conoce también que los adultos mayores que realizan AF mejoran su bienestar
psicológico, aumentando la secreción de beta-endorfinas y los niveles de

16
norepinefrina y serotonina, generando mejor ánimo y satisfacción. Por último, el
aspecto de la capacidad funcional en general de un adulto mayor que realiza
AF será beneficiado tras reducir el riesgo de caídas debido a un incremento en
el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad, previniendo el riesgo de fracturas.
Asimismo, disminuye el tiempo de reacción de las respuestas cerebrales,
manteniendo la irrigación cerebral y la cognición saludables (OPS, 2002).

Varo, Martínez, & Martínez-González, (2003) y Buchner, Beresford,


Larson, LaCroix, & Wagner (1992) coinciden en que un estilo de vida
sedentario, propio sobre todo en los adultos mayores, está asociado a la
aparición de riesgos que afectan negativamente la calidad de vida de esta
población. Asimismo, remarcan que el sedentarismo es uno de los factores de
riesgo más importante y que contribuyen al deterioro de la funcionalidad física
con el paso de la edad. Asimismo, La OMS (2002) en su ‹Informe sobre la
Salud en el mundo› afirma que los estilos de vida sedentarios son una de las
diez causas de muerte y discapacidad en el mundo.

Para concluir este apartado, es importante resaltar que entre un 40 y


70% del total de las enfermedades son parcial o totalmente prevenibles a
través de cambios en los estilos de vida. El lector deberá tener en cuenta que
este estudio está alejado de aquella idea que se tiene que los años traen
aparejados enfermedades, y que por el contrario, se pretende estudiar y
entender que la aplicación de medidas preventivas, como la práctica regular de
AF, son efectivas para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores
(IMSERSO, 2011). A continuación se detallarán las características de los
adultos mayores, y conocer las particularidades de esta población desde una
mirada integral.

17
1.6.1.2. Características del Adulto Mayor

Una vez establecido el rol de la AF y las enfermedades asociadas al


sedentarismo, continuaremos caracterizando a los adultos mayores. En
principio, es interesante aclarar que se ha optado por la utilización del término
«adulto mayor» ya que se consideró el más correcto, siendo los términos
«viejo», «anciano» y «tercera edad» peyorativos y no adecuados(Instituto de
Mayores y Servicios Sociales [IMSERSO], 2011).
Como se ha mencionado anteriormente, el envejecimiento es un
proceso donde se vivencian cambios biológicos, psicológicos y sociales. Sin
embargo, no existe ninguna caracteristica que defina el inicio en la categoria
«mayor» más que los años. Así, teniendo en cuenta la franja de años se puede
decir que este proceso comienza entre los 60/65 años y se extiende, si se tiene
en cuenta la expectativa máxima de vida de la especie humana, a los 100/115
años (IMSERSO, 2011). Sin embargo, para el presente estudio se consideró
relevante establecer una edad de corte para la recolección de los datos de 60
años en adelante.
Los adultos mayores, como bien advierte Del Calero (1999), sufren
tres tipos de crisis en relación a estos cambios: 1) de identidad de su propia
imagen, con una fachada exterior que se derrumba; 2) de autonomía, por el
aumento de la dependencia de otros para moverse; y 3) de pertenencia, por su
menor participación social y su retiro de la vida activa. Asimismo, este autor
habla de los estereotipos negativos que se han instalado en la sociedad en
relación a los adultos mayores. Estos estereotipos están vinculados con ideas
de gente enferma, incapaces de producir y que por lo general se encuentran
limitados para asumir tareas y ejercer funciones. La OMS (2015) resalta la
importancia de no estimular este tipo de estereotipos negativos ya que podrían
atentar contra la calidad de vida de los adultos mayores. Asimismo, el
IMSERSO (2011) explica que este tipo de estereotipos sociales vinculados al
prejuicio, a la discriminación y a las imágenes negativas que se tiene sobre los
adultos mayores abarcan distintas repercusiones sobre el individuo que
envejece. La OMS (2015) manifiesta que no hay un adulto mayor típico, y que
la sociedad muy a menudo observa a estas personas con este tipo de
estereotipo y que puede inducir a la discriminación. Otro estereotipo

18
generalizado relacionado con la vejez es que los adultos mayores son
dependientes o representan una carga; esto puede dar lugar a que, al formular
las políticas, se suponga que el gasto en los adultos mayores sea una pérdida
en la economía y se contenga de ese gasto. Del mismo modo, la sociedad
actual piensa que tener relaciones sexuales se termina con la edad, o que la
capacidad fisiológica no permite a los adultos mayores tener conductas
sexuales, o que el deseo sexual desaparece en la vejez. Es cierto que las
trasformaciones anatómicas y funcionales que presentan los órganos sexuales
en los adultos mayores, y las alteraciones hormonales que se generan, pueden
condicionar la actividad sexual tanto en su periodicidad como en su desarrollo.
Sin embargo, se conoce que la necesidad del contacto físico y la manifestación
de emociones van más allá de la función reproductiva (IMSERSO, 2011).
Por otro lado, los adultos mayores que participan en actividades
sociales suelen relacionarse mejor con sus pares y familiares. Las relaciones
con la comunidad y las amistades son una fuente importante de apoyo para los
adultos mayores. La ayuda que les proporciona el resto de la comunidad es
voluntaria y muchas veces se da en ambos sentidos, por lo que es algo
mutuamente satisfactorio, que reafirma la identidad y la autoestima de ambas
partes (Guzmán, Huenchuan, & Montes de Oca, 2003). Asimismo, tener
amistades en la última etapa de la vida se correlaciona con una buena salud
mental y física, con una moral elevada, y se asocia a una sensación de
bienestar (Observatorio de Personas Mayores del M.T.A.S., 2006). Los
entornos sociales incluyen el hogar, el vecindario y la comunidad, y pueden
afectar la salud de forma directa o por medio de obstáculos o incentivos que
repercuten en las oportunidades, decisiones y comportamientos de los adultos
mayores (OMS, 2015).
Otra vivencia que experimentan los adultos mayores va en relación a
las funciones y las posiciones sociales, y la necesidad de hacer frente a la
pérdida de relaciones estrechas. Así es, pues que los adultos mayores suelen
concentrarse en menos metas y actividades, pero más significativas para ellos.
Además, optimizan sus capacidades existentes a través de la práctica y las
nuevas tecnologías, compensando la pérdida de algunas habilidades con otras
maneras de realizar tareas (Baltes, Freund, & Li, 2005).

19
Se debe recordar que después de los 60 años y dependiendo el
proceso de envejecimiento que transita el individuo, sobrevienen las
discapacidades, en gran parte debido a las pérdidas de audición, visión y
movilidad relacionadas con la edad y a las enfermedades no transmisibles, que
incluyen las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades
respiratorias crónicas, el cáncer y la demencia (OMS, 2015). Asimismo, los
subsistemas somatosensoriales, se tornan menos eficientes, produciéndose un
deterioro progresivo en las características físicas tales como la elasticidad de la
piel, la fuerza muscular, la agudeza visual y auditiva. Sin embargo, como se ha
establecido al principio del capítulo, el envejecimiento es un proceso bio-psico-
social, y por lo tanto el deterioro biofísico transcurre paralelamente al
envejecimiento psico-social. Aunque la mayoría de las limitaciones que
aparecen en la vejez proceden de nuestra biología, genera un amplio impacto
en la posibilidad de cambio y la actuación, el medio ambiente; ya que
dependiendo de qué tipo de relación establece el adulto mayor con él, va a dar
como resultado a qué tipo de envejecimiento se enfrenta: un envejecimiento
activo y positivo, o un envejecimiento con enfermedad, dependencia y
padecimiento (Fernández-Ballesteros, 2011). Biológicamente, el envejecimiento
es un proceso gradual y adaptativo que se caracteriza por una disminución de
la respuesta homeostática, debido a las modificaciones morfológicas,
fisiológicas, bioquímicas y psicológicas, propiciadas por los cambios inherentes
a la edad y al desgaste acumulado que fue enfrentando el organismo durante
todo el transcurso de la vida (Sánchez-Rodriguez & Mendoza-Nuñez, 2003). De
esta manera, los humanos envejecen de forma distinta y la edad cronológica no
siempre es representativa a la edad biológica (Semsei, 2000). La población de
adultos mayores se caracteriza por una gran diversidad. Algunas personas de
80 años tienen niveles de capacidad física y mental comparables a los de
muchos jóvenes de 20 años. Mientras que otras personas, en cambio,
presentan una disminución considerable de sus capacidades a edades muchos
menores. Por ejemplo, algunas personas en el entorno de los 60 años de edad
pueden requerir la ayuda de terceros para llevar a cabo actividades incluso
básicas (OMS, 2015). Esta diversidad observada en los adultos mayores
responde en parte a la herencia genética, y por otro lado, a los entornos físicos
y sociales en los que habitan (Steves, Spector, & Jackson, 2012). Sin embargo,

20
las distintas formas de envejecer no se dan al azar, y tampoco son exclusiva
responsabilidad del organismo (sentido biológico) y del ambiente (estímulos
físicos y sociales); sino que el tipo de envejecimiento está vinculado con la
relación que la persona establece con estos factores, y con la manera que
adopta el individuo para ir construyendo su propio proceso de envejecimiento
(IMSERSO, 2011). Estas relaciones que establece el individuo con su contexto,
su sentido biológico, psicológico y su comportamiento, se dan a lo largo del
transcurso de toda la vida. De esta forma, los seres humanos a lo largo de la
vida desarrollan distintos comportamientos adaptativos para seleccionar y crear
el entorno y las situaciones. En la vejez, el funcionamiento intelectual,
emocional, social y la salud, van a depender en gran medida de cómo el
individuo fue capaz de ir construyendo y optimizando sus hábitos y recursos a
lo largo de toda su vida (INMERSO, 2011).
Según Torres & Castillo Herrera (2011), los adultos mayores
necesitan mejorar su salud y para ello se requiere de una atención integral.
Esta atención establece primero que exista una solidaridad consiente por parte
de toda la población en acompañar el proceso de envejecimiento de cada
individuo. A su vez, es necesario que los adultos mayores adopten estilos de
vida saludables y tengan estricto control sobre las enfermedades que puedan
contraer. También manifiesta la necesidad que se mejore la situación
económica y el acceso a la asistencia social que atraviesan los adultos
mayores. Por otra parte, es importante fomentar el desarrollo personal y la
integración social, así como también el uso adecuado y creativo del tiempo libre
y la recreación. Estas son cuestiones claves para transitar de una manera más
favorable el envejecimiento.
Así como los factores ambientales y los estilos de vida influyen
significativamente en el tipo de envejecimiento, identificar las cuestiones que
favorecen al “envejecimiento saludable” es uno de los objetivos fundamentales
de la ecología humana y de la gerontología (Mendoza-Nuñez, 2007).
A continuación se ampliará el concepto de “Envejecimiento
Saludable”.

21
1.6.1.3. Envejecimiento saludable

Para dar comienzo a este apartado, es necesario primero esclarecer una


diferenciación de términos. El Libro Blanco sobre Envejecimiento Activo
(IMSERSO, 2011) explica que la Organización Mundial de la Salud a finales de
los años ´90 adoptó el término “envejecimiento activo” para expresar un
mensaje más incluso y comprensivo que el del término “envejecimiento
saludable”. Este término de envejecimiento activo se definía como el proceso
de optimizar las oportunidades de la salud, la participación y la seguridad con la
intención de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que
envejecen. Sin embargo, en el 2015, la OMS publica el “Informe Mundial sobre
el Envejecimiento y la Salud” donde vuelve a utilizar el término “envejecimiento
saludable”, y para comprenderlo utiliza dos conceptos: primero, la concepción
de la capacidad intrínseca, que es la capacidad que combina todas las
capacidades físicas y mentales que un individuo puede utilizar en un momento
determinado; y segundo, el entorno en el que habita y su interacción con él. El
entorno es importante porque ofrece recursos y obstáculos que determinan si
una persona puede hacer las cosas que siente que son importantes. Así,
aunque un adulto mayor tenga alguna discapacidad, aún podrá hacer lo que
guste si tiene acceso a medicamentos, o a su dispositivo de apoyo, o si vive
cerca de un medio de transporte. Esta interacción entre la capacidad intrínseca
del individuo y el entorno en el que vive, se define como la capacidad funcional
del individuo. La capacidad funcional es aquella que reúne todos los atributos
necesarios relacionados a la salud para que una persona pueda hacer todas
las cosas que valora.
Ahora bien, a partir de estos dos conceptos: capacidad intrínseca y
capacidad funcional la OMS (2015) define al “Envejecimiento Saludable” como
“el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que permite el
bienestar en la vejez” (pág. 14).Para entender este concepto se debe tener en
cuenta que ambas capacidades no se mantienen siempre constantes y que la
trayectoria de esa persona es importante, y eso determinará el camino de cada
individuo. Se puede decir entonces que el “envejecimiento saludable” es un
proceso que depende de cada persona, ya que puede tornarse más o menos

22
positiva la experiencia de envejecer dependiendo de los factores del entorno
(OMS, 2015).
Aunque el envejecimiento es multifactorial e individualizado, existe una
vulnerabilidad inherente al proceso que involucra aspectos biológicos,
psicológicos y sociales (Mendoza-Nuñez, 2007). Teniendo en cuenta éstos tres
aspectos del ser humano, la OMS (2015) propone a todos los países adoptar
medidas de salud pública integral sobre el envejecimiento. Asimismo, alienta a
que los sistemas de salud que se ocupan de los requerimientos
multidimensionales de los adultos mayores trabajen de una manera integrada,
entendiendo al adulto mayor como un ser bio-psico-social, y advirtiendo que los
servicios de salud que trabajan de esta forma han demostrado dar mejores
resultados. A su vez, aclara que no son económicamente más costosos que los
servicios tradicionales, siendo éstos últimos los que se ocupan del adulto
mayor en sus particularidades específicas por separado. Es decir, si se
gestiona un sistema de salud multidimensional se estaría implementando un
sistema de salud pensado en promover un envejecimiento saludable en la
población.
Recordando que según la OMS (2015) el concepto de “envejecimiento
saludable” comprende la optimización de la capacidad funcional del ser
humano, es importante mencionar que a esa capacidad la engloban cinco
dominios fundamentales, que se interconectan y son esenciales para que los
adultos mayores puedan continuar realizando en su vejez aquello que valoran.
Esos dominios son el de satisfacer las necesidades básicas; el de aprender, de
crecer y tomar decisiones; el de tener movilidad; el de crear y mantener
relaciones; y el de contribuir. Juntos estos dominios conforman la capacidad
funcional permitiendo a los adultos mayores envejecer saludablemente: de
forma segura en un lugar adecuado, continuar desarrollándose, contribuir en su
entorno y conservar su autonomía y bienestar.
El envejecimiento debe ser considerado como una experiencia positiva
para el ser humano, ya que está relacionado con la posibilidad de tener una
vida más larga. Sin embargo, la longevidad junto con el funcionamiento
intelectual, emocional, social y la salud van a depender en gran medida de
cómo se comporte el individuo a lo largo de toda su vida. La OMS (2002) ha
citado a los autores Kalache y Kickbush (1997) para explicar que las formas de

23
envejecer y la gran variedad de tipos de envejecimiento que pueden presentar
los individuos dependen del proceso de envejecimiento que se desarrolla a lo
largo de toda la vida. Es decir, las formas de envejecer van a estar
relacionadas con la optimización de los recursos que logre el individuo durante
la infancia y la adolescencia, también con la capacidad de maximizar esos
recursos en la adultez, y finalmente con el mantenimiento justo que se logre en
la vejez. Si el individuo logra al máximo el uso de los recursos a lo largo de
todas las etapas de la vida, es probable que la inclinación hacia padecer
discapacidades sea menor en la vejez.
A continuación se expone el gráfico que muestra los ciclos de la vida
sobre un envejecimiento activo propuesto por la OMS (2002) extraído de
Kalache y Kickbusch (1997) (IMSERSO, 2011).

24
1.6.2. Capítulo 2: Actividad Física

Para comenzar el capítulo sobre Actividad Física (AF), se cree necesario


establecer una definición del concepto. Se entiende por AF a “cualquier
movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que den como
resultado gasto energético” (Caspersen, Powell, & Christenson, 1985, p.126).
Todas las personas realizamos AF para mantener la vida, ya que ésta integra
todas las actividades de la vida diaria, tales como las ocupaciones laborales,
los deportes, el acondicionamiento físico, tareas del hogar u otras actividades.
Se puede observar que se denomina AF a cualquier movimiento corporal, y
de esta forma podemos diferenciar a la AF del “ejercicio físico”, ya que al
ejercicio físico se lo entiende como a la actividad física planificada,
estructurada, repetitiva y dirigida hacia un determinado fin. El ejercicio físico es
uno de los factores que favorecen el “envejecimiento saludable” y tiene efectos
benéficos sobre la función cardiovascular, pulmonar, musculo esquelética,
inmunitaria y metabólica en general, además de promover la liberación de
endorfinas y neurotransmisores, entre los que destaca la serotonina,
provocando una sensación de bienestar (Nelson, y otros, 2007).
A continuación se describirá a la AF a partir de cinco dimensiones
principales (Farinola, 2010).

1.6.2.1. Actividad Física y sus Dimensiones

Si bien la AF cuenta con dos elementos capaces de cuantificar: los


movimientos corporales y el gasto energético de los músculos esqueléticos,
estos elementos a su vez tienen cinco dimensiones principales (Farinola,
2010). Ellas son: la frecuencia; la intensidad; la duración; el tipo; y el dominio.
La frecuencia de la AF indica el número de veces que se realiza
cualquier AF a través de una unidad de tiempo, generalmente por semana.
La intensidad de la AF se refiere a la magnitud de la respuesta
fisiológica que ella provoca. La clasificación que propone la OMS (2010) para
clasificar a la intensidad de la AF es: AF moderada o AF vigorosa. La AF de
intensidad moderada es aquella actividad que representa el 45 al 59% del
consumo de oxigeno máximo (VO2max.), o a su vez puede ser estimada como

25
el 50 al 69% de la frecuencia cardíaca máxima. Este tipo de intensidad incluye
actividades tales como caminar enérgicamente, bajar escaleras, bailar, andar
en bicicleta, nadar. Por otro lado, también se puede identificar a las actividades
de intensidad moderada como aquellas que implican un esfuerzo físico
moderado y causan una ligera aceleración de la respiración o del ritmo
cardíaco. La AF de intensidad vigorosa es aquella actividad que representa un
consumo de oxigeno mayor al 60% del máximo posible, la frecuencia cardíaca
es mayor al 70% de la máxima e incluye actividades tales como correr, subir
escaleras, bailar a un ritmo intenso, andar en bicicleta cuesta arriba, saltar la
cuerda, jugar al fútbol. Por otro lado, también se puede identificar a las
actividades de intensidad vigorosa como aquellas que implican un esfuerzo
físico importante y que causan una gran aceleración de la respiración o del
ritmo cardíaco.
Sin embargo, el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ)
utiliza también el término leve o bajo para referirse a las actividades de
intensidad que no alcanzan a ninguno de los criterios anteriores. De esta forma,
aquellas actividades que no alcancen una intensidad moderada o vigorosa,
están consideradas actividades de intensidad leve o baja.
La duración de la AF va a indicar la cantidad de tiempo que la
actividad es realizada en cada momento, generalmente se expresa en minutos.
El tipo de AF puede hacer referencia a varias cuestiones: desde una
mirada fisiológica se puede decir que la AF puede ser de tipo aeróbica o
anaeróbica en función del sistema energético se utilice durante la actividad;
pero también puede hacer referencia a la acción misma que se lleve a cabo,
por ejemplo: caminar, correr, andar en bicicleta, nadar, etc. Y por otro lado,
también puede hacer referencia al objetivo que se persiga con dicha actividad,
por ejemplo pueden diferenciarse en actividades de fuerza o actividades de
resistencia.
El dominio de la AF va a indicar al contexto en el cual ésta se lleva a
cabo, por ejemplo, el hogar, el trabajo, el tiempo libre, el transporte (Marshall &
Welk, 2008, citado en Farinola, 2010).

26
1.6.2.1.1. Gasto Energético por Actividad Física

Una de las variables que se estudian en la presente investigación es


el gasto energético por actividad física (GEAF). Para su comprensión, es
importante recordar que el metabolismo debe mantener un equilibrio o balance
energético. Para ello, se establecen dos tipos de energía: la energía que
ingresa (Ei) y la energía que se gasta (Ee). La energía se expresa en
kilocalorías por día (kcal/d). Si la energía que ingresa es mayor a la energía
que se gasta, la persona aumentará de peso, y si la energía que ingresa es
menor a la energía que se gasta, la persona disminuirá su peso (Bazán, 2014).
Ahora bien, la energía gastada es igual al gasto energético total (GET). Este
gasto, en un adulto, está conformado por el gasto metabólico basal (GMB), el
efecto térmico de la dieta (ETD) y el gasto energético de la AF (GEAF). El GMB
comprende alrededor del 70% del GET en personas sedentarias y el ETD un
10%. El GEAF por su parte, es el componente más variable y comprende una
cantidad variable de energía proveniente del GET (Ravussin & Bogardus, 1992,
citado en: Farinola, 2010).

Figura 1. Gasto energético total y sus componentes

GET= GMB (50-70%) + ETD (6-10%) + GEAF (10-30%)


(adaptado de Starling, 2002, en Farinola, 2010)

27
El GET es la energía que el organismo requiere para sostener los
sistemas corporales en funcionamiento y la actividad de la bomba de sodio
explica hasta un 30% de ese gasto. El GET “es la producción de calor medida
en estado post absorción, 12 a 18 horas después de la última comida y en
estado de reposo” El GET varía de persona a persona, sin embargo está
influenciado por aspectos genéticos, por la edad, y el sexo (Bazán, 2014).
El ETD está relacionado con la digestión, la absorción, el trasporte, el
metabolismo y el almacenamiento de los alimentos. Va a depender de los
nutrientes ingeridos (Bazán, 2014).
El GEAF, como se mencionó anteriormente, es el que más
variaciones tiene ya que comprende las actividades de la vida diaria de una
persona, como bañarse, alimentarse, vestirse, realizar un deporte, el descanso
y el trabajo. Así, quienes mantengan una vida físicamente más activa tendrán
un porcentaje mayor de GEAF. También se debe tener en cuenta que la
cantidad de energía que se consume durante una actividad dependerá de la
intensidad y la duración de la misma, así como también de la edad, el sexo, la
talla, el estado físico y el nivel de entrenamiento de la persona que lo realiza
(Bazán, 2014).
Para conocer el GEAF de una persona, previamente es necesario
identificar los valores MET (unidad de medida del índice metabólico). Para ello,
es necesario establecer alguna técnica de valoración de actividad física para
poder luego medir el GEAF.

1.6.2.2. Valoración de la Actividad Física

Como se ha tratado anteriormente, la AF cuenta con diversas


dimensiones, lo cual dificulta considerar a todas en una única medida de
valoración. Sin embargo, llevar a cabo mediciones de calidad de la AF es
sumamente importante, ya sea para mejorar las estimaciones en las distintas
investigaciones, para llegar a conclusiones correctas, o para contar con
información confiable en la cual basarse para iniciar nuevas investigaciones
científicas. “La AF es un concepto complejo y no existe una técnica
considerada ideal para valorarla” (Farinola, 2010, p. 25). Sin embargo, según
Mantilla Toloza & Gómez-Conesa (2007) ha empezado a reconocerse la

28
importancia de establecer patrones estándar de medición de la AF que
perrmitan realizar comparaciones y mantener análisis de datos válidos.
Se conoce que más de 30 técnicas distintas se han usado para medir
la AF, pero ninguna fue lo suficientemente práctica y válida como para destacar
a una por sobre otra. Por lo general, cuánto más sencilla y práctica es la
técnica, menos precisa se vuelve (Corder & Ekelund, 2008; Rowland, 1996, en
Farinola, 2010). Si se quisiera establecer una técnica de valoración como la
ideal, se tendría que tener en cuenta su precision, su objetividad, su simpleza,
su eficiencia en cuanto al tiempo, su robustez, su aceptabilidad a nivel social,
ser capaz de mantener un seguimiento, y finalmente que se pueda utilizar a
gran escala (Valanou, Bamia & Trichopoulou, 2006, en Farinola, 2010). Sin
embargo, una técnica que reúna todas esas cuestiones no existe hasta el
momento (Farinola, 2010).
Según Sirard & Pate (2011, citado en Farinola, 2010) las técnicas de
valoración de la AF se pueden agrupar en tres categorías: las técnicas patrón,
las técnicas objetivas y las técnicas subjetivas.
Las técnicas patrón, son las más objetivas, válidas y confiables, pero
las menos factibles. Entre ellas encontramos las técnicas de agua doblemente
marcada, la calorimetría directa e indirecta, y la observación directa.
Las ténicas objetivas, son las que los datos pueden ser recolectados
sin necesidad de involucrarse en los procesos cognitivos o perceptivos del
individuo, ya que mide cuestiones relacionadas al GEAF o a los movimientos
corporales. Entre ellas encontramos los sensores de movimiento (podómetros y
acelerómetros), monitores de ritmo cardíaco, y equipos de GPS.
Las técnicas subjetivas, requieren de algún tipo de procesamiento
cognitivo o perceptivo del individuo para construir el dato. Son las técnicas de
menor válidez, pero de bajo costo económico y alto grado de practicidad. Sin
embargo, tomando los recaudos necesarios, es la técnica más utilizada
(Valanou, Bamia & Trichopoulou, 2006, en Farinola, 2010). Entre ellas
encontramos el cuestionario y el diario.
Considerando entonces que no existe una técnica ideal, y sabiendo
que cuando se seleccione una de ellas se va a tener que dejar de lado alguna
de sus caracteristicas, es importante establecer un equilibrio entre la
practicidad y la precisión. Por lo general, cuando el investigador buscaprecisión

29
en el dato, deberá sacrificarla practicidad; y cuando busca practicidad, deberá
sacrificar precisión (Farinola, 2010).
En la presente investigación se ha optado por la utilización de una
técnica subjetiva: el cuestionario. Éste, es una técnica capaz de valorar la AF
en una situación cotidiana, no es invasiva, es bastante práctica, no es costosa,
puede valorar la mayoría de las dimensiones de la AF como el tipo, la
frecuencia, la duración y ranquear el gasto energético (Corder & Ekelund, 2008,
citado en Farinola, 2010).
Más especificamente, se ha utilizado el “Cuestionario Internacional de
Actividad Física” (IPAQ, por sus siglas en inglés). El IPAQ ha sido
implementado desde el año 2000 y validado en diversos estudios realizados en
poblaciones europeas, asiáticas, australianas, africanas y americanas (Brown,
y otros, 2004; Pardini, y otros, 2001, citado en Mantilla Toloza & Gómez-
Conesa, 2007). Este cuestionario surgió tras la necesidad de crear una técnica
estandarizada para estudios poblacionales a nivel mundial, y controlar el
exceso de información que generaron distintos cuestionarios de medición
dificultando la comparación de resultados y siendo poco eficientes a la hora de
valorar la AF en diferentes ámbitos (Mantilla Toloza & Gómez-Conesa, 2007).
Los investigadores del IPAQ han desarrollado dos versiones del
instrumento de acuerdo al número de preguntas: la versión larga y la versión
corta. La versión corta está formada por 9 ítems, proporcionando información
sobre el tiempo utilizado para caminar, el tiempo utilizado en realizar
actividades moderadas, actividades vigorosas y el tiempo en actividades
sedentarias, en los últimos 7 días. Por otro lado, la versión larga está formada
por 31 ítems, registra y proporciona información sobre actividades relacionadas
al mantenimiento del hogar y la jardinería, actividades laborales, transporte,
tiempo libre y actividades sedentarias. Ambas versiones evalúan tres
dimensiones de la AF: la intensidad (leve, moderada o vigorosa), la frecuencia
(la cantidad de días por semana) y la duración (el tiempo por día) (Mantilla
Toloza & Gómez-Conesa, 2007). La AF semanal se mide a través del registro
en METs por minuto por semana. El término MET hace referencia a las siglas
del equivalente metabólico, y 1 MET es la tasa de consumo de energía en
estado de reposo (OMS, 2010).

30
La guía para el procesamiento de datos de la versión corta (2005)
establece que se pueden extraer METs promedio como resultado de la
intensidad de cada actividad y se creó un valor medio de METs para cada
categoría. Para la actividad de “caminar” se estableció el valor igual a 3.3
METs, para la AF moderada se estableció el valor igual a 4.0 METs y para la
AF vigorosa se estableció el valor igual a 8.0 METs.
Ahora bien, utilizando estos valores, se obtiene el índice de AF, que se alcanza
por el producto de la intensidad (en METs), la frecuencia y la duración. A
continuación se presenta la fórmula para cada actividad (Guía para el
procesamiento de datos y análisis del IPAQ, 2005):
1. Caminar MET-minutos/semana = 3.3*minutos andando*días andando

2. Actividad Moderada MET-minutos/semana = 4.0*minutos de actividad

de intensidad moderada*días de intensidad moderada

3. Actividad Vigorosa MET-minutos/semana = 8.0*minutos de actividad

de intensidad vigorosa*días de intensidad vigorosa

4. Actividad Física Total MET-minutos/semana = suma de Caminar +

Moderada + Vigorosa MET-minutos/semana

Una vez resuelta la suma que da como resultado la AF total, se


clasifica a los adultos en 3 categorías de acuerdo a ciertas condiciones:

La categoría 1 – Nivel Bajo de AF, como su nombre lo indica, corresponde al


nivel más bajo de AF y se ubican en este grupo aquellos individuos que no se
pueden ubicar en los criterios establecidos para la categoría 2 o 3.

La categoría 2 – Nivel Medio de AF corresponde al grupo que contengan


alguno de los siguientes criterios:
a) 3 días o más de AF de intensidad vigorosa al menos 20 minutos por
día, ó
b) 5 días o más de intensidad física moderada y/o caminar al menos 30
minutos por día, ó

31
c) 5 o más días de cualquier combinación de caminar, AF moderada y
AF vigorosa sumando un Total de AF de al menos 600 MET-
minutos/semana.

La categoría 3 – Nivel Alto de AF corresponde al grupo que contengan los


niveles más altos de participación y cumplan alguno de los siguientes criterios:
a) Actividades de intensidad vigorosa al menos 3 días por semana
sumando un mínimo total de AF de al menos 1500 MET-
minutos/semana, ó
b) 7 o más días de cualquier combinación de caminar, AF moderada o
AF vigorosa sumando un total de AF de al menos 3000 MET
minutos/semana.

1.6.2.3. Actividad Física del Adulto Mayor

El Libro Blanco de Envejecimiento Activo (IMSERSO, 2011) establece


que la realización de AF es la recomendación más importante que se le puede
sugerir a un adulto mayor para que mantenga en el mejor estado posible sus
órganos y sistemas corporales.
La AF regular no sólo brinda una serie de beneficios para la salud de
los adultos mayores, sino que también, es una población, en la que mejor se ha
detectado el efecto protector que tiene la actividad física sobre la salud.
Asimismo, IMSERSO (2011) sostiene que las ventajas de la realización de AF
de forma mantenida y regular son múltiples y actúan en distintos aspectos de la
salud. Estas ventajas actúan principalmente sobre una realidad referente a la
prevención primaria, pero también, en muchos casos, actúan en el terreno de la
prevención secundaria y terciaria.
La prevención primaria es el conjunto de acciones sanitarias llevadas
a cabo para evitar la aparición de enfermedades en los habitantes de una
comunidad; mientras que la prevención secundaria “es la detección, en una
población asintomática, de una enfermedad en estado inicial, y como
deseablemente estará asociada a un tratamiento eficaz, se podrá disminuir su
tasa de mortalidad” (Manual Director de AF y Salud de la República Argentina,
2013, p. 34). Por otro lado, se entiende por prevención terciaria a aquellas

32
acciones llevadas a cabo luego de la aparición de la enfermedad o
discapacidad, para evitar futuros deterioros sobre la salud (Gordon, 1989,
citado en Farinola, 2010).
La OMS (2010) estableció que los adultos mayores que realizan una
mayor actividad, en comparación con las personas menos activas, presentan
tasas más bajas de mortalidad, cardiopatía coronaria, hipertensión, ACV,
diabetes de tipo 2, cáncer de colon, cáncer de mama, funciones
cardiorespiratorias y musculares mejoradas, una masa y composición corporal
más sanas. Además, se afirma que hay evidencia clara sobre estudios que
demuestran que la actividad física está asociada a una mejor salud funcional, a
un menor riesgo de caídas y a una mejora de las funciones cognitivas.
Asimismo, todos los adultos mayores que realizan actividad física con
regularidad presentan un menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas
y severas, y de limitaciones en su desenvolvimiento en general.
La OMS (2010) establece que la AF en los adultos mayores consiste en la
práctica de ejercicio durante el tiempo libre o los desplazamientos, por ejemplo
mediante paseos a pie o en bicicleta, actividades ocupacionales (si aún
desempeña una actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o
ejercicios programados, en el contexto de las actividades diarias, familiares y
comunitarias.
Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, la buena
forma muscular y la salud ósea y funcional, y de reducir el riesgo de
enfermedades no trasmisibles (ENT), depresión y deterioro cognitivo, la OMS
(2010, pág. 29) recomienda que:

1. Los adultos de mayor edad deberían acumular un mínimo de 150 minutos


semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien no menos de 75
minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación
equivalente de actividad física moderada y vigorosa.
2. La actividad aeróbica se desarrollará en sesiones de 10 minutos como
mínimo.
3. Para obtener aún mayores beneficios, los adultos de este grupo de edades
deberían aumentar hasta 300 minutos semanales su actividad física mediante
ejercicios aeróbicos de intensidad moderada, o bien practicar 150 minutos

33
semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación equivalente
de actividad física moderada y vigorosa.
4. Los adultos de mayor edad con dificultades de movilidad deberían dedicar
tres o más días a la semana a realizar actividades físicas para mejorar su
equilibrio y evitar las caídas.
5. Deberían realizarse actividades de fortalecimiento muscular de los grandes
grupos musculares dos o más veces a la semana.
6. Cuando los adultos de este grupo no puedan realizar la actividad física
recomendada debido a su estado de salud, deberían mantenerse activos hasta
donde les sea posible y les permita su salud.

Por otro lado, el Colegio Americano de Medicina del Deporte (2009)


divide la recomendación de actividad física para los adultos mayores en
ejercicios de resistencia, fortalecimiento muscular y flexibilidad:

*Ejercicio de resistencia:
Frecuencia: para actividades de intensidad moderada, se recomienda acumular
al menos 30 o hasta 60 minutos por día, en series de al menos de 10 minutos
cada una para un total de 150-300 min por semana; o al menos 20-30 min (o
más) por día de actividades de intensidad vigorosa para un total de 75-150min
por semana; o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
Intensidad: en una escala de 0 a 10 para el nivel de esfuerzo físico, de 5 a 6
para intensidad moderada y de 7 a 8 para intensidad vigorosa.
Duración: Para actividades de intensidad moderada, acumular al menos 30 min
por día en series de al menos 10 minutos cada una o al menos 20 min por día
de actividad continua para actividades de intensidad vigorosa.
Tipo: cualquier modalidad que no imponga un cansancio excesivo; caminar es
el tipo más recomendado de actividad. El ejercicio acuático y la bicicleta fija
pueden ser actividades ventajosas para aquellos con tolerancia limitada para la
actividad de soporte de peso.

34
*Ejercicio de fortalecimiento muscular para adultos mayores:
Frecuencia: al menos 2 veces por semana.
Intensidad: Entre intensidad moderada (5-6) y vigorosa (7-8) en una escala de
0 a 10.
Tipo: Programa progresivo de entrenamiento con pesas o calistenia para
soportar peso (8-10 ejercicios que involucran a los principales grupos
musculares de 8-12 repeticiones cada uno)

*Ejercicio de flexibilidad para adultos mayores:


Frecuencia: al menos 2 veces por semana.
Intensidad: intensidad moderada (5-6) en una escala de 0 a 10.
Tipo: cualquier actividad que mantenga o aumente la flexibilidad mediante
estiramientos sostenidos para los principales grupos musculares y movimientos
estáticos en lugar de balísticos.

1.6.3. Capítulo 3: Calidad de Vida

Como se ha mencionado en el apartado anterior, la práctica regular y


mantenida de AF, mejora la Calidad de Vida (CV) de los adultos mayores
(IMSERSO, 2011). La OMS (1998) define a la CV como “la percepción del
individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema
de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y
preocupaciones. Es un concepto extenso y complejo que engloba la salud
física, el estado psicológico, el nivel de independencia, las relaciones sociales,
las creencias personales y la relación con las características sobresalientes del
entorno” (p. 28).

1.6.3.1. Calidad de Vida y sus dimensiones

Como se puede observar, la CV es un concepto que engloba muchas


dimensiones y a su vez contiene un alto componente subjetivo, dependiendo
de la percepción de cada persona. Esto dificulta su operacionalización y su
medición (Farinola, 2011), pero de todas formas no sería posible evaluar la CV
desde una sola dimensión, ya que para su correcta medición es importante

35
considerar la existencia de todas sus dimensiones, ya que éstas interactúan
entre sí (Kerman, 2011). La OMS (1998) ha identificado seis dimensiones que
describen aspectos fundamentales de la calidad de vida: a) la salud física, b)la
salud psicológica, c) el nivel de independencia, d) las relaciones sociales, e) el
medio ambiente y f) las creencias personales y/o espirituales.

La OMS fue la primera organización en llevar adelante la iniciativa de


evaluar la CV. Esta iniciativa surgió tras la necesidad de establecer una técnica
de medición internacional de CV y por el compromiso que la organización tiene
con la promoción de la salud. Así fue que crearon el cuestionario WHOQOL-
BREF (1996). El marco inicial de este cuestionario incorporaba las seis
dimensiones antes mencionadas. Sin embargo, un análisis más profundo de los
datos disponibles en las primeras pruebas, ha mostrado una solución más
apropiada utilizando cuatro dimensiones.

Ellas son:
a) Salud física,
b) Psicológico,
c) Relaciones sociales
d) Entorno

A su vez, el Manual de Instrucciones del WHOQOL-BREF (1996)


establece que cada una de estas dimensiones engloba una serie de facetas.
La dimensión salud física, incorpora aspectos relacionados con las
actividades de la vida diaria, donde se incluye la dependencia de medicinas y
algún tratamiento médico, la energía y la fatiga, la movilidad, el dolor y el
malestar, el sueño y el descanso, y la capacidad de trabajo.
La dimensión psicológica incorpora aspectos relacionados a la imagen
corporal y la apariencia, a sentimientos negativos y sentimientos positivos, a la
autoestima, a la espiritualidad, la religión y las creencias personales, a
pensamientos, aprendizajes, memoria y concentración.
La dimensión relaciones sociales, incorpora aspectos relacionados con
las relaciones personales, con el apoyo social y con la actividad sexual.

36
Por último, la dimensión entorno, incorpora aspectos que incluyen los
recursos financieros, la libertad, la seguridad física y la seguridad social, la
salud y la asistencia social: su accesibilidad y calidad, el ambiente del hogar,
las oportunidades de adquirir nueva información y habilidades, la participación
y las oportunidades de recreación y actividades de ocio, el entorno físico
(contaminación / ruido / tráfico / clima) y el transporte.

1.6.3.2. Calidad de Vida del Adulto Mayor

Tal como se ha mencionado al principio del capítulo, la CV es un


concepto multidimensional, ya que resulta de la interacción de múltiples
factores de la vida de una persona (Azpiazu Garrido, y otros, 2002). Asimismo,
varios autores coinciden que su significado es subjetivo, ya que va a depender
de la apreciación personal que cada individuo tenga en relación a su estilo de
vida (Vicente López, 2011). De esta manera, para conocer acerca de la CV de
los adultos mayores es necesario hablar sobre aquellas cuestiones o aspectos
de la vida que pueden aumentar o disminuir dicha apreciación.
Según la OMS (1996), como se ha mencionado anteriormente, la
primera dimensión de la CV es la salud física. Esta dimensión quizás sea una
de las más importantes para hablar de CV del adulto mayor, ya que el estado
de salud de una persona es uno de los principales determinantes de su calidad
de vida. Si una persona está sufriendo alguna enfermedad, ésta producirá un
deterioro físico que conduce a una limitación para realizar actividades o
comportamientos que normalmente realizaba, lo cual repercutirá en la
percepción de su propio estado de salud. Asimismo, muchas veces con el
simple hecho de conocer el padecimiento de una enfermedad, se pueden
generar cambios en los comportamientos y empeorar la percepción de salud
que se tenía antes de la enfermedad. Sin embargo, los adultos mayores con un
mismo grado de problemas de salud que las personas de menor edad, se
perciben más sanas (Azpiazu Garrido, y otros, 2002).
En los adultos mayores la CV está principalmente relacionada con la
interacción entre las características del individuo y su ambiente. Se busca
desde las políticas de salud, responder a las necesidades de los adultos
mayores, y así mantener la capacidad de llevar una vida independiente en

37
relación a su entorno (Fletcher A, y otros, 1992, citado en Azpiazu Garrido, y
otros, 2002).
Los adultos mayores prestan gran atención al apoyo y a la oferta que
tienen de protección social, ya que sufren muchos problemas crónicos y
discapacidades y es la población que con mayor frecuencia concurre a los
centros sanitarios y sociales (García Cardova, 1994, citado en Azpiazu Garrido,
y otros, 2002)
Diversos estudios han considerado que para la CV de los adultos
mayores es importante tener en cuenta algunas variables, como las relaciones
familiares y el contacto social, la salud en general, el estado funcional, la
vivienda y la disponibilidad económica (Farquhar, 1995, Rubio Herrera, 1997,
citado en Azpiazu Garrido y otros, 2002). Por otro lado, Kerschner & Pegnes,
(1998) establecen que lo que los adultos mayores necesitan, para disfrutar de
la vida, es ser productivos y contribuir activamente en la vida de algún modo.
Asimismo, afirman que el crecimiento personal, el tener un propósito y una
meta, y mantener relaciones sociales sanas, son parte de un funcionamiento
positivo para la CV en los adultos mayores. Sin embargo, si bien los factores
sociales son sumamente importantes para la CV de los adultos mayores, éstos
no indican necesariamente el grado de satisfacción que podría percibir el
individuo, ya que éste depende de sus valores y aprendizajes previos (Kerman,
2011).
Otro factor importante en la CV de los adultos mayores es el grado de
autonomía. El inicio del envejecimiento, por lo general se da paralelamente al
inicio de la jubilación, y los adultos mayores comienzan a introducir cambios en
su “nueva” vida. Comienzan a planificar nuevos proyectos, cuidar su salud
física y psicológica, disfrutan de iniciativas que antes en su vida activa laboral
no habían podido y comienzan a generar un proceso de independencia que les
permite vivir de acuerdo a sus preferencias, sin depender de otros (IMSERSO,
2011).
Tener la posibilidad de dar respuesta a las necesidades a cualquier
edad, es un factor muy importante para elevar el grado de satisfacción
(Kerman, 2011), por tal motivo es importante que los adultos mayores
mantengan relaciones estrechas con aquellos ámbitos de la vida donde puedan
desempeñar un rol activo y participativo. Hace unos años se viene trabajando

38
sobre la idea de brindar más servicios y programas pensados para que los
adultos mayores continúen aprendiendo, ya que el aprender se considera un
aspecto esencial para la CV de los adultos mayores (IMSERSO, 2011).
De esta manera, se cree que tener la posibilidad de continuar
aprendiendo a lo largo de la vida, teniendo en cuenta aspectos tales como el
desarrollo personal, el bienestar emocional, las relaciones sociales, la
autodeterminación, la inclusión social y la defensa de los derechos, son
factores que se ven fortalecidos gracias a la experiencia del aprendizaje. El
aprender a lo largo de la vida permite avanzar como sociedad en materia de
derechos para los adultos mayores, como el derecho a la libertad de
pensamiento, de creencia y de acción. Independientemente de sus dificultades
o limitaciones, el continuar aprendiendo, aún pasados los 60 años acercará a
las generaciones de los más jóvenes y adultos a la de los adultos mayores
(IMSERSO, 2011).
De esta forma, varias Universidades han comenzado a ofrecer un
espacio creado para la enseñanza de diversos temas para los adultos mayores,
denominado UPAMI (Universidad para Adultos Mayores Integrados). Estos
programas ofrecen diferentes talleres con el objetivo de adaptar los contenidos
al nivel de los adultos mayores que participan, tienen en cuenta las situaciones
específicas de aprendizaje de los adultos mayores y buscan que los talleres se
complementen con otras actividades fuera del contexto universitario para
generar un espacio sociocultural (IMSERSO, 2011). Siguiendo con esta idea,
la Universidad de Flores se unió a la iniciativa y es sede de UPAMI, lugar
donde se llevó a cabo el presente estudio.

39
1.7. Hipótesis

Existe una relación positiva y proporcional entre el Gasto Energético por


Actividad Física a intensidad moderada y la Calidad de Vida de los Adultos
Mayores con nivel de Actividad Física bajo que participan en talleres del
Programa UPAMI.

1.8 Objetivos

1.8.1 Objetivo general

 Relacionar el Gasto Energético por Actividad Física (GEAF) a intensidad


moderada y la Calidad de Vida de los adultos mayores con nivel de
Actividad Física bajo que participan en los talleres del Programa UPAMI.

1.8.2 Objetivos específicos

 Identificar el Gasto Energético por Actividad Física a intensidad


moderada de los Adultos Mayores con nivel de Actividad Física bajo.
 Valorar la Calidad de Vida de los Adultos Mayores con nivel de Actividad
Física bajo.

40
2. Segunda Parte: Materiales y Método

2.1. Tipo de diseño

El tipo de diseño se refiere al plan o estrategia que se llevará a cabo


para obtener la información que se desea. La precisión, la amplitud y la
profundidad de la información obtenida al final de la investigación variará en
función del diseño elegido. Tal es así que es muy importante determinar qué
tipo de diseño será el adecuado para que al final del estudio (sus resultados) se
logren mayores posibilidades de éxito para generar conocimiento. (Hernández
Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010)
En este caso, estamos frente a un tipo de diseño no experimental, ya
que la investigación se realiza sin manipulación de las variables. Es decir, se
trata de un estudio donde no se modifican de forma intencional las variables
independientes para ver su efecto sobre otras variables. En este caso, se
recolectarán datos tal como se establecen en su contexto natural y
posteriormente se analizará su relación. (Hernández Sampieri, Baptista Lucio,
& Fernández Collado, 2010)
Los estudios de tipo no experimental se pueden clasificar según el
autor, en diacrónico o sincrónico; longitudinal o transversal. Según Hernández
Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado (2010) los estudios
transversales son aquellos que recolectan datos en un solo momento, en un
tiempo único. Su propósito es describir variables y analizar su relación en un
momento dado. Es como tomar una fotografía de algo que sucede. Tal es así,
que identificamos a la siguiente investigación según el tiempo, como una
investigación transversal ya que analizaremos las variables según el estado en
que se encuentran, y no en función de las modificaciones que sufren.
Asimismo, es necesario establecer el tipo de diseño teniendo en cuenta
el estado del arte y el nivel o tipo de conocimiento a alcanzar. En este sentido,
estamos frente a una investigación de tipo correlacional, ya que esta
investigación tiene como objetivo medir el grado de relación que existe entre
dos variables en un contexto en particular y en un momento determinado: el
gasto energético por actividad física moderada y la calidad de vida en los

41
adultos mayores con nivel de actividad física bajo, que participan del programa
UPAMI.
Los estudios correlaciónales, miden dos o más variables; en este caso
son dos. Primero se describirá cada una, luego se establecerá si están o no
relacionadas y finalmente se analizará su correlación.
Teniendo en cuenta a Gómez (2014), ubicamos a esta investigación,
según la búsqueda de conocimiento, como aplicada o práctica, pues los fines
son generar y transferir conocimientos, que luego puedan ser administrados de
manera inmediata en nuestras prácticas profesionales. En este caso lo que se
busca es generar nuevos conocimientos para los Profesores y Licenciados de
Educación Física, y que así puedan trasmitirlo en sus futuras prácticas.
Según el contexto del dato, estamos frente a una investigación de
campo, ya que el conocimiento se generó a través de la recolección empírica
de datos, por medio de dos cuestionarios aplicados a adultos mayores que
asisten a los talleres del programa UPAMI, en el marco de una situación real
determinada (Gómez, 2014), es decir, en una universidad de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.

42
2.2. Diseño del objeto: Matriz de datos

43
2.3. Fuentes de datos

En este apartado se describirá según propone Samaja (1994) en primer


lugar la validez de la fuente de datos respecto a las condiciones de factibilidad,
viabilidad y accesibilidad, y a cada criterio: calidad, economía, riqueza, cantidad
y oportunidad.
Resulta de suma importancia, dedicarnos especialmente a la
identificación y evaluación de las fuentes de información posibles, porque de
ellas depende no sólo la calidad, la riqueza, la cobertura, la oportunidad, etc. de
los datos que sirven de materia prima al proceso investigativo, sino también la
comprensión crítica de los criterios de relevancia, dado el carácter social e
histórico del objeto de estudio (Samaja, 1994).
La fuente de datos que se utilizó fue primaria, con datos de terreno
recolectadas por los propios investigadores (Samaja, 1994), mediante la
utilización de dos cuestionarios que se suministraron a los adultos mayores que
asisten a los talleres del programa UPAMI en la sede de la Universidad de
Flores.
Como explica Samaja (1994) la evaluación de las fuentes de datos está
relacionada con tres condiciones: la viabilidad, que manifiesta la coherencia
entre el hecho a producir y las condiciones esenciales, es decir que la
viabilidad está relacionada con los objetivos que la investigación persigue. La
factibilidad, que está relacionada con aquellas condiciones ocasionales que
facilitan la acción, es decir que son las acciones llevadas a cabo para lograr
algo real en el marco de la investigación, y por último, la condición de
accesibilidad, que es la posibilidad de acceder al conocimiento y poder
emplearlo.

Tomando estas tres condiciones, se puede decir que la fuente de datos


elegida fue viable ya que se obtuvieron datos relevantes que permitieron
avanzar en la investigación, guardando una estrecha relación con los objetivos
planteados. El cuestionario que se implementó posibilitó recabar un gran
abanico de datos relacionados con las variables investigadas. Algunos de los
adultos mayores encuestados han tenido dificultades a la hora de brindar
respuestas verídicas correspondientes al cuestionario de Actividad Física

44
IPAQ, pero el grupo de investigadores junto con el grupo de tutores han podido
repreguntar explicando nuevamente la pregunta, o en los casos que fue
necesario se contactaron los encuestados cuyos cuestionarios generaban
dudas, volviendo a preguntar y así corroborar la validez de sus respuestas.
Esto valida los datos recolectados. Puede destacarse que los cuestionarios
fueron realizados correctamente respetando las pautas establecidas, realizados
a voluntad y a conciencia, comprendiendo los ítems y lo que se les solicitaba,
por lo que los datos recolectados permitieron cumplir con los objetivos. Los
cuestionarios confusos y que generaban cierto grado de inconsistencia e
inverosimilitud fueron descartados.

En cuanto a la factibilidad de los datos, esta condición se vio reflejada


al contar con los recursos necesarios para llevar adelante la investigación.
Dichos recursos fueron brindados por los tutores. Ellos fueron quienes
facilitaron desde un principio la bibliografía específica, tanto temática como
metodológica, y han dirigido la gestión para llevar a cabo el trabajo de campo,
facilitando el encuentro con los adultos mayores que asisten a los talleres del
programa de UPAMI (UFLO). Se han empleado instrumentos de recolección de
datos económicos como lo fueron los cuestionarios, teniendo ambos la
validación y la legitimidad pertinente siendo cuestionarios validados de forma
internacional. El trabajo de campo se llevó a cabo por el equipo de
investigadores pertenecientes al mismo tema de estudio, y entre todos se ha
podido encuestar a 66 adultos mayores. Fueron 6 encuentros los que se
realizaron para encuestar a la mayor cantidad de adultos/as mayores. Todos
los cuestionarios fueron completados por los investigadores a medida que se
les iba preguntando y explicando punto por punto a cada adulto mayor. En
todos los encuentros se dieron las condiciones adecuadas para realizar la
recolección de datos ya que los adultos mayores han mostrado buena voluntad
y predisposición para responder a cada una de las preguntas y permitiendo
indagar sobre sus vidas personales de forma muy agradable y natural. Se ha
mantenido una coherencia entre las condiciones con las que se contaba para la
realización del trabajo de campo y con los datos que se querían conseguir,
actuando sobre la realidad.

45
En cuanto a la accesibilidad de los datos, es “la posibilidad de acceder
a su conocimiento y empleo” (Samaja, 1994, pág. 260). En el momento de
llevar a cabo los cuestionarios, las condiciones de accesibilidad se vieron
reflejadas gracias a la buena predisposición de los adultos mayores. Asimismo,
estas condiciones fueron también expresadas en la gestión brindada por las
tutoras generando los espacios de encuentro entre los investigadores y los
adultos mayores. Gracias a que la población encuestada asiste semanalmente
a los talleres del Programa de UPAMI en la sede de la Universidad de Flores,
se ha podido tener un acceso a ellos fácil y directo. En relación a la
intervención activa de las tutoras dentro del terreno posibilitó un control más
minucioso del procedimiento de recolección de datos y facilitó la resolución de
cualquier inconveniente a la hora de la realización de los cuestionarios.

Ahora bien, en relación a lo que propone Samaja (1994) a la hora de


tomar decisiones y analizar sobre las fuentes de datos se pueden numerar los
siguientes cinco criterios:

1) La calidad de los datos, es decir, si los datos reflejan fielmente la


manifestación de los hechos (Samaja, 1994). Durante la experiencia de las
entrevistas los adultos mayores mostraron interés y fueron libres a través
del anonimato, en elegir las respuestas que ellos consideraban. En el caso
del IPAQ, los entrevistadores acompañaron al adulto mayor a pensar en
todas las actividades que realizaban en su vida cotidianamente, más
específicamente en los últimos 7 días, para así determinar minuciosamente
el tiempo que realizaba cada actividad. Considerando que los
entrevistadores han sido cuidadosos y específicos a la hora de realizar cada
pregunta, se puede decir que los datos recolectados fueron válidos, y que
aquellos que presentaron alguna inverosimilitud han sido descartados. Una
de las problemáticas que surgió fue poder conocer con certeza la cantidad
de horas que los adultos mayores pasan sentados. Si bien es una población
de adultos mayores que participa en los talleres del programa UPAMI y se
estima que son relativamente activos en su vida diaria, costaba lograr que
puedan determinar su propio tiempo sentado. Para eso se los acompañaba
detallando un pequeño cronograma de horarios donde se les iba

46
preguntado todas las actividades que realizaban en uno de los días, desde
que se levantaban hasta que se iban a dormir. De esta forma se pudo
plasmar la cantidad de horas que pasan sentados de una manera específica
y confiable.

2) La Riqueza de los datos refiere a “si informa de múltiples aspectos o sólo de


unos pocos” (Samaja, 1994, p.262). Los cuestionarios abarcaron las dos
variables de la investigación y de ellos se desprenden abundantes datos
que enriquecen la investigación. Durante 3 semanas con 6 encuentros en
diferentes días se han recolectado los datos utilizando los cuestionarios
como únicos elementos, se logró recolectar los datos e información
empírica, para las dos variables. Se ha observado que los adultos mayores
se han mostrado bien dispuestos para responder todo manifestado
sinceridad y transparencia en sus respuestas. De esta forma se logra
enriquecer los datos a través de la veracidad de las respuestas.

3) La Cantidad de los datos se remite a “si da información de unos pocos o de


muchos individuos del universo” (Samaja, 1994, p.262). Es importante
señalar en este caso las tutoras son al mismo tiempo las docentes a cargo
de uno de los talleres de Actividad Física que se dictan dentro del Programa
de UPAMI con sede en la UFLO. Al tener ellas contacto directo con la
población, se ha podido contar con eso para que previo a la realización del
trabajo de campo ellas expliquen a los adultos mayores la intención de
llevar a cabo los cuestionarios, el tema y los propósitos que esta
investigación persigue. Gracias a ello, y para no convocar a los adultos
mayores un día y horario fuera del horario de sus clases, las docentes han
cedido su espacio para poder llevar adelante las entrevistas personales. Se
han podido relevar 66 cuestionarios válidos. La recolección de datos ha sido
efectuada sin dificultad. Se han necesitado 6 encuentros para poder
entrevistar a la mayor cantidad de adultos mayores. También es importante
aclarar que uno de los días la convocatoria a las clases de Actividad Física
no ha sido muy buena y por tal motivo se han realizado cuestionarios con
adultos mayores que asisten a las clases de Portugués, también dentro del

47
mismo Programa. Esto no presentó ningún tipo de dificultad ya que todos se
encuentran en el mismo lugar.

4) La Oportunidad de la información que proporcionan los datos hace


referencia al tiempo con que se dispone para tener acceso a los datos. Para
hablar de este criterio se propone plantear la siguiente pregunta: ¿es
adecuado el tiempo que lleva suministrar los cuestionarios u obliga a la
postergación de la investigación? (Samaja, 1994). En este caso, la
respuesta es que fue adecuado el tiempo y no se necesitó postergar el
trabajo de investigación. La UFLO junto al Programa UPAMI abrió su
espacio para que el grupo de investigadores tenga acceso a los adultos
mayores que asisten a los talleres. La recolección de los datos pudo
realizarse de manera veloz en cada encuentro, ya que alrededor de 25
minutos llevaba la entrevista con cada adulto mayor, siendo un promedio de
5 encuestadores simultáneamente. Los encuentros para formular los
cuestionarios se han realizado los días lunes y martes durante 3 semanas,
es decir fueron 6 días de 3 horas cada día. Por lo tanto, se puede decir que
fue una fuente de datos que permitió producir evidencia empírica a gran
velocidad.

5) La Economía de los datos se refiere a “si la fuente produce datos de costo


accesible a los recursos de la investigación o no” (Samaja, 1994, p.262).
Teniendo en cuenta los recursos para producir los datos, éstos han sido
económicos, ya que se necesitaron los cuestionarios impresos y una birome
por cada investigador. Asimismo, el lugar donde se llevó a cabo el trabajo
de campo no generó costos ya que fue dentro de la Universidad de Flores:
en un aula o en el espacio común con mesas de la cafetería. Por otro lado,
el instrumento que se utilizó: los cuestionarios, han sido de bajo costo.
Teniendo en cuenta estas tres cuestiones: los recursos, el lugar y el
instrumento se puede decir que se proporcionó una fuente de datos
económica y accesible.

48
2.4. Instrumentos para la producción de datos

Los instrumentos que se utilizaron para la producción de datos fueron


dos cuestionarios que se aplicaron por entrevista personal a los adultos
mayores que asisten a los talleres del Programa UPAMI. Este tipo de
instrumento, es el más utilizado para recolectar datos y consisten en un
conjunto de preguntas respecto a cada una de las variables a medir. Ambos
cuestionarios fueron congruentes con el planteamiento del problema e hipótesis
(Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010).

Para distinguir el nivel de Actividad Física se utilizó el Cuestionario


Internacional de Actividad física (IPAQ, por sus siglas en inglés: International
Physical Activity Quiestionnaire); y la Calidad de Vida fue evaluada utilizando
las preguntas de uno de los instrumentos de medición de la Organización
Mundial de Salud, el cuestionario WHOQOL-BREF. Ambos cuestionarios están
validados internacionalmente y han sido utilizados previamente como el
instrumento de medición de investigaciones científicas y encuestas nacionales.
A continuación se mencionan los antecedentes de investigación concurrentes.

El IPAQ fue utilizado por el Ministerio de Salud de la Presidencia de la


Nación Argentina en las tres “Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo”
que se realizaron en el país en el año 2005, 2009 y 2013. Se utilizó para medir
el nivel de Actividad Física de los ciudadanos argentinos. Las preguntas del
cuestionario IPAQ permitieron discriminar a la población argentina encuestada
en activos e inactivos y medir el nivel de actividad física. Fue suministrado a
1309 personas de 15 a 69 años. Por otra parte, el WHOQOL-BREF fue
utilizado por la investigadora Kelli F. Koltyn de la Universidad de Wisconsin-
Madison en Estados Unidos de la Facultad de Kinesiología en un estudio sobre
“La asociación entre Actividad Física y Calidad de Vida en Mujeres Mayores”
en el año 2001. La investigadora fundamenta la elección de dicho instrumento
por su fiabilidad y su validez.

49
2.4.1. Instrumento N°1: IPAQ versión corta

El IPAQ versión corta contiene 7 preguntas organizadas en 4 grupos. El


propósito del IPAQ es proporcionar datos vinculados a la actividad física
relacionada con salud. Principalmente el objetivo de este cuestionario es
conocer acerca de la clase de Actividad Física que las personas realizan como
parte de su vida diaria, catalogando a cada persona en tres niveles de actividad
física en relación a sus respuestas. Esos niveles propuestos de Actividad Física
se clasifican en nivel “Alto”, “Moderado” y “Bajo”. Las preguntas están referidas
acerca del tiempo que cada persona dedicó siendo físicamente activo y al
tiempo sentado, en los últimos 7 días. Las preguntas se encuentran distribuidas
en 4 grupos: el primer grupo, que corresponde a las preguntas n° 1 y n° 2, hace
referencia a todas aquellas actividades vigorosas que la persona realizó en los
últimos siete días por lo menos 10 minutos continuos. La pregunta n°1
corresponde a la cantidad de días (de 0 a 7) y la pregunta n° 2 al tiempo total
dedicado a esa actividad en horas y minutos. El segundo grupo, que
corresponde a las preguntas n° 3 y n° 4, hacen referencia a todas aquellas
actividades moderadas que la persona realizó en los últimos siete días por lo
menos 10 minutos continuos. Al igual que en el primer grupo de preguntas, la
pregunta n° 3 corresponde a la cantidad de días y la pregunta n° 4 al tiempo
que dedico a esa actividad en horas y minutos. El tercer grupo de preguntas,
que corresponde a las preguntas n° 5 y n° 6, hacen referencia a la cantidad de
días (preg. n°5) y al tiempo (preg. n° 6) que la persona dedico a caminar al
menos 10 minutos continuos en los últimos siete días. Finalmente, la última
pregunta se refiere al tiempo que la persona permaneció sentado/a en los
últimos 7 días en uno de esos días, reflejándolo en horas y minutos.
(Ver cuestionario IPAQ versión corta en anexo 1)

Para el procesamiento de los datos del IPAQ, se utilizó la “Guía para el


procesamiento de Datos y Análisis del IPAQ” versión corta. La Guía propone un
valor promedio expresado en METs para cada tipo de actividad: para caminar
3.3 METs, para la actividad física de intensidad moderada 4.0 METs y para la
actividad física de intensidad vigorosa 8.0 METs. Utilizando estos valores, se
formulan tres resultados para cada actividad y finalmente se realiza la suma de

50
dichos resultados, obteniendo así el Gasto Energético por Actividad Física
(GEAF) expresada en MET-minuto/semana.

A continuación se adjuntan las fórmulas utilizadas:


Caminar
3.3 x minutos caminando x días caminando
MET-minutos/semana
Actividad Moderada 4.0 x minutos de actividad de intensidad
MET-minutos/semana moderada x días de intensidad moderada
Actividad Vigorosa 8.0 x minutos de actividad de intensidad
MET-minutos/semana vigorosa x días de intensidad vigorosa
Actividad Física TOTAL
Caminar + AF moderada + AF vigorosa
MET-minutos/semana

Una vez obtenido el valor de la AF total en MET-minutos/semana se logró


ubicar a los individuos, de acuerdo a los criterios propuestos por la Guía, en
alguna de las tres categorías: Categoría 1 Bajo – Categoría 2 Medio –
Categoría 3 Alto. Hay que señalar que para la presente investigación se
utilizaron los datos únicamente de los individuos que resultaron ser de la
Categoría 1 – Nivel Bajo de Actividad Física.

2.4.2. Instrumento N° 2: CALIDAD DE VIDA WHOQOL BREF

El cuestionario WHOQOL-BREF permite valorar de forma independiente


la vida en general y la satisfacción con la salud. Este cuestionario se presenta a
través del método de escala tipo Likert. Este método consiste en un conjunto
de ítems presentados en forma de preguntas, ante las cuales se pide la
reacción del entrevistado. Es decir, se formula cada pregunta y se le solicita al
entrevistado que sitúe su reacción eligiendo uno de los cinco puntos de la
escala. (Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010).
Dicho cuestionario consta de 26 ítems, los cuales están conformados por 4
categorías, las de dominio físico, psicológico, relaciones sociales y del entorno
o ambiente; y la escala de respuesta va de 1 a 5, siendo 1 la afirmación más
negativa y 5 la más positiva. Una vez realizados los cuestionarios se obtienen

51
sumas parciales que van de 0 a 100 puntos y a mayor puntaje, mejor es la
calidad de vida de esa persona.
Es un instrumento de fácil comprensión y no necesita demasiado tiempo
para contestarlo. Según la OMS (2015) este instrumento se ha aplicado en
diversas ocasiones, como para medir la calidad de vida en adultos mayores
pobres y calidad de vida asociados a mujeres con tratamiento oncológico. Por
tal motivo al observar que ya ha sido utilizado en la misma población se
consideró pertinente su utilización.
(Ver cuestionario WHOQOL BREF en anexo 2).

Para el procesamiento de datos del WHOQOL-BREF se utilizó el Manual


del WHOQOL-BREF (OMS, 1996). Se utilizaron las ecuaciones modelo para
cada una de las cuatro dimensiones y una vez obtenidos esos valores, se
ubicaron en una tabla de transformación estándar, para obtener así un valor
total de Calidad de Vida expresado en porcentaje.

A continuación se adjuntan las ecuaciones utilizadas:


Resultado
Ecuación Resultado
transformado
Dimensión 1
(6-Q3) + (6-Q4) + Q10 + Q15 + Q16 + Q17 + Q18
(Salud física)
Dimensión 2
Q5 + Q6 + Q7 + Q11 + Q19 + (6-Q26)
(Psicológica)
Dimensión 3
(Relaciones Q20 + Q21 + Q22
sociales)
Dimensión 4
Q8 + Q9 + Q12 + Q13 + Q14 + Q23 + Q24 + Q25
(Entorno)

Como el cuestionario WHOQOL-BREF es un cuestionario que utiliza el


método de escalamiento de Likert, siendo éste un conjunto de ítems que se
presentan en forma de afirmaciones para medir la reacción del sujeto en cinco
categorías (Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010);
se le otorgó un puntaje de 1 a 5 a cada una de las respuestas, para así poder

52
resolver las ecuaciones. Las respuestas van cambiando según la pregunta,
pero a continuación se expresan todas las posibilidades.

Puntaje Respuestas
1 Muy mal / Muy insatisfecho / Nada / Nunca
2 Poco / Un poco / Raramente
3 Lo normal / Moderado / Medianamente
4 Bastante / Bastante satisfecho / Frecuentemente
5 Muy bien / Muy satisfecho / Extremadamente / Totalmente / Siempre

2.5. Plan de actividades en contexto

Tal como señala Samaja (1994) en este apartado se detallarán aquellas


previsiones que se tuvieron en cuenta para lograr la recolección de los datos.
Se trabajó específicamente en contexto de terreno, es decir que los adultos
mayores respondieron a las preguntas de los cuestionarios en un aula
designada generando un clima ameno y cálido para la entrevista. La
recolección de datos fue realizada directamente por los investigadores
mediante el instrumento cuestionario.
La posición de la investigadora en una primera instancia en el proceso de
recolección de datos fue no interactiva ya que las tutoras fueron quienes han
tenido la posición interactiva con los adultos mayores para introducirlos en el
tema de investigación, contarles brevemente la intención de la investigación,
explicarles cada detalle y aclararles las dudas que pudieron surgir. Asimismo,
fueron ellas quienes escogieron a los adultos mayores que deseaban formar
parte de esta tarea y a aquellos que se ofrecieron para realizar los
cuestionarios. En un segundo momento, la posición de la investigadora sí fue
interactiva, ya que durante 6 encuentros se han realizado los cuestionarios por
entrevista personal a cada adulto mayor.

53
Se presenta a continuación, el cronograma de las actividades desarrolladas
durante el trabajo de campo.

Actividad Fecha
Comunicación con los adultos
mayores para introducirlos en el tema
e informarles sobre la intervención
05 de Junio de 2017
que se realizará en los próximos
encuentros para llevar adelante las
entrevistas personales.
Presentación de un Power Point a los
adultos mayores sobre el tema de 06 de Junio de 2017
investigación. Despejar dudas.
1° día de entrevistas 12 de Junio de 2017
2° día de entrevistas 13 de Junio de 2017
3° día de entrevistas 19 de Junio de 2017
4° día de entrevistas 26 de Junio de 2017
5° día de entrevistas 27 de Junio de 2017
6° día de entrevistas 03 de Julio de 2017

54
2.6. Población y muestra

Como bien explican Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández


Collado (2010) la población es el “conjunto de todos los casos que concuerdan
con determinadas especificaciones” (p. 178), de esta manera se establece que
la población del presente estudio comprende a todos aquellos adultos mayores
con nivel de actividad física bajo que participan en los talleres del programa
UPAMI. Para comprender mejor a la población, a continuación se delimitarán
algunas características que dependen de los objetivos y del problema de la
investigación, para ello se tendrán en cuenta criterios de inclusión y exclusión.

La población la componen:
 Todos los adultos mayores que participan de los talleres del Programa
UPAMI;
 con nivel de actividad física bajo, excluyendo a quienes tienen nivel de
actividad física alto y medio;
 que tengan más de 60 años, ya que es la edad considerada como corte
para la asignación al grupo «adulto mayor»; excluyendo a aquellos que
tengan menos años;
 adultos mayores que puedan moverse por sus propios medios, ya que el
Cuestionario Internacional de Actividad Física mide el nivel de actividad
física a través de las actividades moderadas, vigorosas y caminatas que
realiza la persona durante su vida cotidiana, es necesario y excluyente que
la persona sea capaz de desplazarse y moverse por sus propios medios;
 adultos mayores que tengan la lucidez necesaria para exponer y
comprender de manera coherente las preguntas que le son formuladas.

La muestra, como explican Hernández Sampieri, Baptista Lucio, &


Fernández Collado (2010) es un subgrupo de la población, que la representa y
que tiene elementos que pertenecen a la misma. De la muestra se recolectarán
los datos, es así que se establece que la muestra son 17 adultos mayores con
nivel de actvidad física bajo que participan de los talleres del Programa UPAMI.

55
El tamaño muestral se determinó de modo arbitrario, sin mediar cálculo
estadístico para una muestra representativa, sino limitado por motivos de
acceso a la población. Por otra parte, la técnica utilizada para seleccionar la
muestra fue de tipo no probabilística ya que la elección de los elementos no
dependió de la probabilidad, sino de las causas relacionadas con las
características de la investigación y los propósitos del equipo de
investigadores. Durante el proceso de selección, los individuos de la población
no tuvieron la misma probabilidad de ser elegidos o de participar en la muestra
(Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010). La muestra
fue de tipo intencional, ya que fue el resultado de una selección de casos de
forma arbitraria según los criterios que estableció el equipo de investigadores
(Padua, 1994).

2.7. Plan de tratamiento y análisis de los datos

Como lo expresa Samaja (1994) el plan de tratamiento y análisis de los


datos estará integrado por la planificación de la investigación, es decir, aquí se
expresará lo que se hará una vez que se obtuvieron los datos, para luego
finalmente poder dar a conocer los resultados comprendidos científicamente.
El análisis de los datos se hará mediante procedimientos de estadística
descriptiva para cada una de las variables (Samaja, 1994). El tratamiento de
los datos será de tipo estadístico inferencial, ya que si bien no se pueden
calcular estadísticamente los datos de la población completa (parámetros); sí
se podrá inferir en los datos recolectados de la muestra para probar la hipótesis
(Hernández Sampieri, Baptista Lucio, & Fernández Collado, 2010).

Se utilizarán las siguientes técnicas estadísticas:

 Distribución de frecuencias: absoluta y porcentual


 Medida de tendencia central: media aritmética
 Medida de dispersión: desvío estándar
 Correlación lineal de Pearson: valor de R2 y línea de tendencia

56
El procesamiento de la información empírica se realizará cargando los
datos en el software Microsoft Excel 2010. Se crearán dos planillas, una por
cada uno de los cuestionarios. En las columnas de las planillas se encontrarán
los ítems utilizados en cada cuestionario y en las filas las respuestas obtenidas
de cada unidad de análisis.

Para ilustrar los datos producidos se incluirán tablas y gráficos. Los gráficos
que se usarán serán:

 Gráfico de barras para representar la distribución de frecuencias de la


variable Gasto Energético por Actividad Física a intensidad Moderada.
 Gráfico de barras para representar la distribución de frecuencias de las
cuatro dimensiones (física, psicológica, relaciones sociales y entorno)
de la Calidad de Vida y para representar la Calidad de Vida Total.
 Gráfico de dispersión que representa la correlación entre las dos
variables de investigación: GEAF por AF a intensidad moderada y
Calidad de Vida.

57
3. Tercera Parte: Análisis y conclusiones

3.1. Exposición de los datos

En esta tercer y última parte del trabajo de investigación se expondrán


los resultados obtenidos, teniendo en cuenta la matriz de datos diseñada.
Es interesante recordar que el presente trabajo de investigación forma
parte, junto con otros 12 estudios, de un equipo de investigación
correspondiente al área de Salud. Se encuestaron a 66 sujetos, mientras que
sólo 17 cumplieron con los criterios de inclusión.
En primer lugar se expone la edad y el sexo de los individuos. Se
realizó la Media ± Desvío Estándar de la edad, siendo ésta de 71,11±8,36
años. La edad máxima es de 91 años y la edad mínima de 61 años. El 100%
de la muestra es de sexo femenino.

Edad promedio 71,11 años


Desvío estándar 8,36 años
Edad Máxima 91 años
Edad Mínima 61 años

3.1.1. Gasto Energético por Actividad Física a intensidad Moderada

A continuación se expondrán las medidas de frecuencia absoluta y


porcentual de la variable Gasto Energético por Actividad Física a intensidad
moderada. El 53% de las mujeres se ubican en el rango de 0-99 METs
minutos-semana, y si bien este porcentaje responde de alguna manera al
criterio de inclusión poblacional sobre el nivel de actividad física bajo, son 9 las
mujeres que resultaron tener 0 METs minutos-semana.

58
Gasto Energético Frecuencia Frecuencia
por AF moderada Absoluta Porcentual

0-99 9 53%

100-199 0 0%

200-299 4 23%

300-399 2 12%

400-499 2 12%

500-599 0 0%

Total 17 100%

59
3.1.2. Calidad de Vida
A continuación se expondrán las medidas de frecuencia porcentual de
las cuatro dimensiones de la Calidad de Vida (salud física, psicológica,
relaciones sociales y entorno) y del total de Calidad de Vida.

3.1.2.1 Dimensión Salud Física


Los resultados de la salud física demuestran una tendencia unimodal,
siendo el rango que más veces se repite, con el 41% de la muestra, el de entre
60-70% de su calidad de vida. No hubo individuos que consideren su
percepción de salud física por debajo del 30%, mientras que 4 sujetos se
ubican por debajo del 60% y 6 sujetos por arriba del 70%

Dimensión Física
Frecuencia Frecuencia
de la Calidad de
Absoluta porcentual
Vida
0-9,9% 0 0%
10-19,9% 0 0%
20-29,9% 0 0%
30-39,9% 2 12%
40-49,9% 1 6%
50-59,9% 1 6%
60-69,9% 7 41%
70-79,9% 2 12%
80-89,9% 3 18%
90-99,9% 1 6%
Total 17

60
3.1.2.2 Dimensión Psicológica

Los resultados de la dimensión psicológica volcaron que el 35% de la


muestra se ubica entre el 50-60% de su calidad de vida. La segunda frecuencia
más alta fue de un 24% de la muestra, ubicándose entre el 80-90% de calidad
de vida. No hubo individuos que consideren su percepción de calidad de vida
psicológica por debajo del 20%. Mientras que hubo sólo dos sujetos que se
ubican por debajo del 50%.

Dimensión
Frecuencia Frecuencia
psicológica de la
Absoluta Porcentual
Calidad de Vida
0-9,9% 0 0%
10-19,9% 0 0%
20-29,9% 1 6%
30-39,9% 0 0%
40-49,9% 1 6%
50-59,9% 6 35%
60-69,9% 3 18%
70-79,9% 1 6%
80-89,9% 4 24%
90-99,9% 1 6%
Total 17

61
3.1.2.3 Dimensión Relaciones Sociales

Los resultados del dominio de relaciones sociales volcaron datos


dispersos, existiendo 1 sujeto que se ubica en el rango de 0-10% de calidad de
vida, y 1 sujeto que se ubica en el rango de 90-100% de calidad de vida.
También se puede observar que la concentración más alta de sujetos se
encuentra entre el 70-80% de calidad de vida. La segunda frecuencia absoluta
más alta, marcando una tendencia bimodal con el 18% de la muestra,
considera tener entre 40-60% de calidad de vida.

Dimensión Social
Frecuencia Frecuencia
de la Calidad de
Absoluta porcentual
Vida
0-9,9% 1 6%
10-19,9% 0 0%
20-29,9% 1 6%
30-39,9% 0 0%
40-49,9% 3 18%
50-59,9% 3 18%
60-69,9% 1 6%
70-79,9% 5 29%
80-89,9% 2 12%
90-99,9% 1 6%
Total 17

62
3.1.2.4 Dimensión Entorno

Los resultados de la dimensión entorno se ubican por arriba del 50% de


la calidad de vida. El 35% de la muestra considera tener entre el 50-60% de
calidad de vida. La segunda frecuencia absoluta más alta fue de 29% de la
muestra, que consideran tener entre el 60-40% de calidad de vida. No hubo
individuos que consideren su percepción de calidad de vida en cuanto a su
entorno por debajo del 50%.

Dimensión
Frecuencia Frecuencia
ambiente de
Absoluta porcentual
Calidad de Vida
0-9,9% 0 0%
10-19,9% 0 0%
20-29,9% 0 0%
30-39,9% 0 0%
40-49,9% 0 0%
50-59,9% 6 35%
60-69,9% 5 29%
70-79,9% 2 12%
80-89,9% 4 24%
90-99,9% 0 0%
Total 17

63
3.1.2.5 Calidad de Vida Total

Los resultados de la Calidad de Vida Total volcaron que el 58% de la


muestra perciben a su calidad de vida entre el 50-70%. La segunda frecuencia
con más valor fue del 36% de la muestra se ubica entre el 70-90% de calidad
de vida. Un sólo caso se ubica entre el 30-40% y ninguno entre el 90-100%. No
hubo individuos que consideren su percepción de calidad de vida por debajo
del 30%
Calidad de Vida Frecuencia Frecuencia
Total absoluta porcentual
0-9,9% 0 0%
10-19,9% 0 0%
20-29,9% 0 0%
30-39,9% 1 6%
40-49,9% 0 0%
50-59,9% 5 29%
60-69,9% 5 29%
70-79,9% 3 18%
80-89,9% 3 18%
90-99,9% 0 0%
Total 17

64
3.1.3 Relación entre Gasto Energético por Actividad Física a intensidad
moderada y Calidad de Vida

A continuación se presenta una tabla de tres columnas con los datos


obtenidos a partir de los cuestionarios realizados. Comenzando de izquierda
a derecha, se pueden observar en la primera, la numeración que
corresponde al caso, en la segunda, los datos obtenidos del GEAF a
intensidad moderada, siendo su unidad de medida en METs-
minutos/semana y en la tercera el valor porcentual total de la Calidad de
Vida. Se calculó la media aritmética y la desviación estándar para cada
variable, obteniendo un valor de 155±184 METs-minutos/semana y un
65%±14% de Calidad de Vida.

Para ilustrar los resultados de una manera más visible se expone a


continuación de la tabla, un gráfico de dispersión con ambas variables.

65
Gasto Energético por AF
Calidad de Vida
ID Intensidad Moderada
(Total)
(METs-minutos/semana)
1 240 83,0%
2 0 87,8%
3 0 67,3%
4 0 64,3%
5 240 51,8%
6 0 61,0%
7 360 72,0%
8 240 50,0%
9 0 54,8%
10 240 61,0%
11 360 72,0%
12 0 56,5%
13 480 67,3%
14 480 84,8%
15 0 57,8%
16 0 34,5%
17 0 76,5%

66
Se puede observar que los datos del Gasto Energético por Actividad
Física a intensidad Moderada y la Calidad de Vida se presentan en el gráfico
de manera dispersa. Esta dispersión, se confirma a través de la correlación
lineal de Pearson, siendo el valor de R2 de 0,096, demostrando así que no
existe relación lineal entre las variables. Para que exista una correlación
positiva perfecta entre las variables el valor de R2 debe ser lo más cercano a 1
(uno).

3.2. Análisis e interpretación de los datos

Culminada la exposición de los datos obtenidos de la muestra total, nos


adentramos en el análisis e interpretación de los mismos.
Si bien los valores del Gasto Energético por Actividad Física a
intensidad moderada, coinciden con el criterio poblacional nivel de actividad
física bajo, son nueve las mujeres que resultaron tener 0 METs minutos-
semana. Estos valores son llamativos, ya que para ubicarse dentro de la
categoría de nivel bajo de actividad física podían alcanzar hasta 600METs
minutos-semana; sin embargo, ninguna mujer obtuvo más de 480METs
minutos-semana. Se puede interpretar que la muestra seleccionada tiene
dentro del nivel bajo, niveles muy bajos de gasto energético.

67
Como se observó en el gráfico de dispersión, la calidad de vida total tuvo
valores por arriba del 50%, es decir que a pesar del bajo gasto energético que
estas mujeres presentaron, perciben 16 de ellas su calidad de vida total con
valores superiores al 50%, mientras solo 1 entre 30-40%.
Si se realiza un análisis por cada una de las dimensiones se puede
observar que el dominio relaciones sociales es el que presenta datos más
distribuidos en relación al resto de los dominios. Esto puede interpretarse como
la dimensión que mayor duda generó a la hora de establecer las respuestas. El
dominio de salud física y psicológica presentan datos muy parecidos,
ubicándose la mayoría de las mujeres por arriba del 50%, habiendo 2 casos en
cada una menor al 50%. Para el dominio del entorno, resultaron todas las
mujeres tener más del 50% de calidad de vida.

3.3. Discusión y conclusiones

Finalizando el trabajo de investigación, en el siguiente apartado se


presentarán las discusiones y conclusiones principales.
La investigación planteó conocer la relación entre el gasto energético
por actividad física a intensidad moderada y la calidad de vida en adultos
mayores con nivel de actividad física bajo. Se consideró interesante y relevante
investigar dicha relación, ya que si bien se le han atribuido gran cantidad de
beneficios a la práctica regular de actividad física, muchos adultos mayores no
realizan o no alcanzan los niveles recomendados de actividad física, siendo
insuficientemente activos. De esta manera, conocer la percepción de la calidad
de vida en una población con nivel de actividad física bajo, fue de gran valor.
Principalmente, es importante mencionar que la hipótesis planteada en
esta investigación no resistió la contrastación empírica, demostrando los
resultados, que no existe una relación positiva y proporcional (ni de ningún otro
tipo) entre el gasto energético por actividad física a intensidad moderada y la
calidad de vida en adultos mayores con nivel bajo de actividad física que
participan en los talleres del Programa UPAMI.
Sin embargo, existen estudios que si hallaron relación entre las
variables mencionadas. Koltyn (2001) que estudió la relación entre la actividad
física y la calidad de vida en mujeres mayores, comparando las que viven de

68
manera independiente con las que viven en centros de asistencia médica;
descubrió que la relación entre la actividad física y la calidad de vida, reveló
una asociación positiva y significativa. La correlación alcanzada por Koltyn
(2001) no se registró de igual manera para la investigación aquí presente. Por
el contrario, la correlación entre variables en la presente investigación no ha
estadísticamente significativa. Los valores porcentuales de la calidad de vida
resultaron altos (promedio de 65%) mientras que los valores del gasto
energético resultaron muy bajos (promedio de 155 METs minutos-semana).
Como se ha mencionado en el análisis de los datos, si bien la
población estuvo conformada por adultos mayores con nivel de actividad física
bajo, se esperaba que los valores del gasto energético por actividad física a
intensidad moderada sean más cercanos a los 600 METs minutos-semana.
Nueve mujeres presentaron 0 METs minutos-semana, generando esto mayor
dispersión en la correlación.
Los valores obtenidos en las dimensiones de la calidad de vida dan
lugar a interpretar que son mujeres que están satisfechas con su salud, que su
cuerpo les permite hacer lo que necesitan, que disfrutan de la vida, que sienten
seguridad en su vida diaria para desplazarse de un lugar a otro sin ayuda de
nadie, que tienen la energía y entusiasmo suficiente para asistir y participar de
los talleres, que están satisfechas con sus habilidades, con sus relaciones
personales, con las condiciones del lugar donde viven y con su transporte,
valorando así de manera positiva su calidad de vida.
Continuando con la discusión, es interesante recordar un estudio
realizado por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires (Marín,
Homar, Niedfeld, Matcovick, & Mamonde, 2009), sobre la evaluación y eficacia
de un programa de promoción de la salud y prevención de patologías
vinculadas al envejecimiento, para evitar complicaciones asociadas y mejorar la
calidad de vida en adultos mayores durante los años 2006 y 2007. Este estudio
ha demostrado que tanto la actividad física, como la capacitación para una
adecuada nutrición y el acompañamiento personalizado en el cumplimiento del
programa, no sólo tuvieron efecto en la reducción de las limitaciones físicas y
en la mejora de la calidad de vida, sino que también favorecieron la
disminución de los factores de riesgo de sufrir enfermedades.

69
Tomando los datos alcanzados por la investigación mencionada, se
puede discutir que las mujeres que conformaron la muestra de la presente
investigación, son mujeres que asisten a los talleres del programa UPAMI y,
teniendo en cuenta que el desempeñarse de manera activa en alguno de los
ámbitos de su vida, como puede ser la continuidad del aprendizaje, el
desarrollo personal, el bienestar emocional, las relaciones sociales, la
autodeterminación y la inclusión social, son factores que fortalecen la
percepción de la calidad de vida, independientemente de las dificultades, las
limitaciones o el nivel de actividad física que tengan. Esta interpretación puede
ser la causa para comprender por qué teniendo un nivel de actividad física
bajo, mantienen altos valores de calidad de vida.
De esta manera, se propone continuar investigando en futuros estudios
la relación que existe entre la participación en programas de promoción para la
salud, el nivel de actividad física y la calidad de vida en adultos mayores.
Se concluye que 17 mujeres mayores de 60 años, con nivel de
actividad física bajo, que participan en los talleres del Programa UPAMI,
durante el año 2017 reportaron un valor promedio del 65% de su calidad de
vida.

A continuación se presentan las dificultades encontradas durante el proceso de


investigación:
o La muestra es numéricamente acotada. Se propone realizar el mismo
estudio con una muestra más grande.
o La hipótesis no resistió la contratación empírica. Sin embargo, la
realización y el desarrollo de la presente investigación ha sido de
gran importancia, por un lado porque se han podido establecer con
éxito todas las partes necesarias de una investigación científica,
investigando, estudiando y repensando cuestiones sobre la actividad
física y la calidad de vida en población adulta mayor, siendo un área
de investigación necesaria de ser estudiada. Por otro lado, los datos
obtenidos, no sólo los del gasto energético por actividad física
moderada, sino que también por actividad física vigorosa, por
caminata y el tiempo que permanecen sentados, fueron de gran valor
para otras investigaciones. En cuanto a la calidad de vida, se

70
pudieron relevar datos sobre las cuatro dimensiones, y así conocer la
percepción que mantienen los adultos mayores que participan de los
talleres del Programa UPAMI sobre su calidad de vida.
o Los instrumentos de recolección de datos tienen limitaciones. Si bien
son instrumentos económicos, capaces de ser utilizados en la
población elegida y responden a los objetivos alcanzando un rápido
acceso a los datos, son instrumentos subjetivos (Farinola, 2010), ya
que los datos quedan expuestos a la luz de la interpretación del
sujeto.
o Poco tiempo de capacitación a los encuestadores. Si bien el plan de
actividades en contexto se logró y permitió acceder a los datos,
durante el trabajo de campo se observaron limitaciones a la hora de
encuestar a los adultos mayores, teniendo que repreguntar o
descartar casos, ya que algunos datos resultaban inverosímiles.

71
4. Anexos
4.1 Anexo 1. Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ)

72
Este es el final del cuestionario, gracias por su participación

73
4.2 Anexo 2. Cuestionario de Calidad de Vida - WHOQOL-BREF

Cuestionario WHOQOL-BREF
Este cuestionario sirve para conocer su opinión acerca de su
calidad de vida, su salud y otras áreas de su vida. Por favor,
conteste a todas las preguntas. Si no está seguro qué respuesta
dar a una pregunta, escoja la que le parezca más apropiada. A
veces, ésta puede ser su primera respuesta.
Tenga presente su modo de vivir, expectativas, placeres y
preocupaciones. Le pedimos que piense en su vida durante las
últimas dos semanas. Por favor lea cada pregunta, valores sus
sentimientos y haga un círculo en el número de la escala de
cada pregunta que sea su mejor respuesta.

FECHA:
EDAD:
SEXO:

1. ¿Cómo puntuaría su calidad de vida?

Muy mal Poco Lo normal Bastante Muy bien


Bien
1 2 3 4 5

2. ¿Cuán satisfecho está con su salud?

Muy Poco Lo normal Bastante Muy


insatisfecho Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

74
Las siguientes preguntas hacen referencia a cuánto ha
experimentado ciertos hechos en las últimas dos semanas:

3. ¿Hasta qué punto piensa que el dolor (físico) le


impide hacer lo que necesita?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

4. ¿Cuánto necesita de cualquier tratamiento médico


para funcionar en su vida diaria?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

5. ¿Cuánto disfruta de la vida?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

6. ¿Hasta qué punto siente que su vida tiene sentido?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

7. ¿Cuál es su capacidad de concentración?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

8. ¿Cuánta seguridad siente en su vida diaria?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal

75
1 2 3 4 5

9. ¿Cuán saludable es el ambiente físico a su


alrededor?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

Las siguientes preguntas hacen referencia a “cuan totalmente”


usted experimenta o fue capaz de hacer ciertas cosas en las
últimas dos semanas.

10. ¿Tiene energía suficiente para su vida diaria?

Nada Un Poco Moderado Bastante Totalmente


1 2 3 4 5

11. ¿Es capaz de aceptar su apariencia física?

Nada Un Poco Moderado Bastante Totalmente


1 2 3 4 5

12. ¿Tiene suficiente dinero para cubrir sus


necesidades?

Nada Un Poco Moderado Bastante Totalmente


1 2 3 4 5

13. ¿Qué disponible tiene la información que necesita


en su vida diaria?

Nada Un Poco Moderado Bastante Totalmente


1 2 3 4 5

14. ¿Hasta qué punto tiene oportunidad para realizar


actividades de ocio?

76
Nada Un Poco Moderado Bastante Totalmente
1 2 3 4 5

15. ¿Es capaz de desplazarse de un lugar a otro?

Nada Un Poco Lo Bastante Extremadamente


normal
1 2 3 4 5

Las siguientes preguntas hacen referencia a “cuan satisfecho o


bien” se ha sentido en varios aspectos de su vida en las últimas
dos semanas.

16. ¿Cuán satisfecho está con su sueño?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

17. ¿Cuán satisfecho está con su habilidad para realizar


sus actividades de la vida diaria?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

18. ¿Cuán satisfecho está con su capacidad de trabajo?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

19. ¿Cuán satisfecho está de sí mismo?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

77
20 ¿Cuán satisfecho está con sus relaciones personales?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

21. ¿Cuán satisfecho está con su vida sexual?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

22. ¿Cuán satisfecho está con el apoyo que obtiene de


sus amigos?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

23. ¿Cuán satisfecho está de las condiciones del lugar


donde vive?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

24. ¿Cuán satisfecho está con el acceso que tiene a los


servicios sanitarios?

Nada Poco Lo normal Bastante Muy


Satisfecho satisfecho
1 2 3 4 5

25. ¿Cuán satisfecho está con su transporte?

Nada Poco Lo normal Bastante Extremadamente


1 2 3 4 5

78
La siguiente pregunta hace referencia a la frecuencia con que
Ud. ha sentido o experimentado ciertos sentimientos en las
últimas dos semanas.

26. ¿Con que frecuencia tiene sentimientos negativos,


tales como tristeza, desesperanza, ansiedad, depresión?

Nunca Raramente Medianamente Frecuentemente Siempre


1 2 3 4 5

79
5. Bibliografía

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