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Capilla de Nuestra Señora de La Soledad
Capilla de Nuestra Señora de La Soledad
Capilla de Nuestra Señora de La Soledad
MÉXICO,D.F.
ARQUITECTOS ENRIQUE DE LA MORA, FERNANDO LÓPEZ CARMONA Y
FÉLIX CANDELA.
FUNCIONAL
Esta capilla de Nuestra Señora de la Soledad se le conoce como “El Altillo” ya que
en 1951 doña Elena Piña Aguayo dueña de la Hacienda de San José del Altillo
donó el casco y partes de los terrenos de la hacienda a la Congregación de los
Misioneros del Espíritu Santo, acto loable pues se preservó para la posteridad este
valioso lugar. Es un espacio atractivo, no sólo desde el punto de vista
arquitectónico, sino espiritual, pues en la cripta, se encuentra sepultada la
Venerable Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida, inspiradora de las
Obras de la Cruz.
El proyecto consistía en tener un recinto de un tamaño considerable que sirviera
tanto a los feligreses como a los misioneros de la orden para que encontraran un
espacio de meditación.
La celebración eucarística de la orden, buscando un acercamiento más estrecho
con los feligreses.
FORMAL
El acceso se hace en unos de los extremos del romboide por el sur, debajo de una
cubierta externa que se auto porta por medio de columnas y que divide el espacio
en dos verticalmente; en esta parte y debido a que cuenta con mayor altura
podemos encontrar un espacio superior designado para el público, este se apoya
de la losa que se soporta por las columnas y la cruz.
En la parte central del espacio se alojan las bancas de los feligreses, en este sitio
se disminuye la altura conforme la cubierta se dirige hacia las puntas laterales del
romboide.
El último espacio se encuentra es la zona del altar que es la parte posterior al
acceso. En este se encuentra un espacio abierto donde se encuentra un gran vitral
y permite la luz directa. Aquí existe un desnivel que se aprovechó para dar alojo a
los servicios en la parte baja, a los cuales se accede por medio de unas escaleras
laterales.
ESTRUCTURAL
La solución se encontró diseñando una planta romboidal con el eje principal norte-
sur, cubierta con un hypar de bordes rectos, limitando las generatrices derechas y
apoyos descentrados en el eje menor. En la parte posterior existe un elemento
vertical que es la cruz de hormigón que se encuentra en el acceso que ejerce la
función de contraventeo de tracción a todo el elemento arquitectónico. Todo esto
logra dar a la edificación suficiente iluminación por la parte del acceso y la parte
posterior con los grandes ventanales que contiene a través del levante de la
cubierta en esos sitios.
También se aprovecharon los desniveles del lugar dotando desde el acceso hasta
la parte posterior de un desnivel que ayuda a guardar los espacios de servicios,
así como la forma que toma el edificio pues las zonas donde la cubierta cuenta
con suficiente altura, se designan para los servicios que son cobijados por muros
sólidos de piedra que logran difuminar el desnivel.
Félix Candela diseño un paraboloide hiperbólico de hormigón donde las puntas
hacia los lados más largos se levantan; el problema de estas cubiertas y los
cerramientos verticales, fueron solucionados por Candela con un vitral en el
ábside triangular de la nave, incorporando así otro arte plástico a la obra, y por el
otro extremo realizo el cerramiento por medio de la cruz de hormigón armado para
darle la rigidez suficiente para soportarse.
La cubierta como bien se dice es de hormigón armado, gran parte de los muros
son de piedra de mampostería; los muros interiores están hechos de ladrillo con
un recubrimiento de mortero y las escaleras son de concreto armado.
Los pavimentos fueron hechos de piedra braza que es un material endémico en el
sur de la ciudad, casi todo el suelo desde el acceso y en el interior está diseñado
con este material. El mobiliario en general es de madera, así como el muro del
acceso y las carpinterías justo detrás de la cruz.
El tema central del vitral dominado por los tintes azules, dorados y rojos, es la de
una paloma que en trazos ligeros extiende sus alas por todo lo ancho. Es un
alusión al Espíritu Santo, la Epifanía y una imponente creación que imprime al
espacio con su luz filtrada, un halo de introspección.