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Apuntes Estética 14-15
Apuntes Estética 14-15
Apuntes Estética 14-15
EXPERIENCIA ARTÍSTICA
CONCEPTO DE ARTE
TECHNÉ: Según Aristóteles, toda actividad humana productiva como, por ejemplo, el arquitecto, el
pintor, el escultor, el médico, el carpintero.
CREACIÓN ARTÍSTICA
Actualmente, el artísta es igual al creador. Los griegos carecían del concepto actual de creación
artística. No pensaban que la creación artística se diferenciara de otro tipo de producción humana.
Entendían que el arte era igual a la habilidad, y consideraban tres factores básicos en el arte:
MÍMESIS
Platón fue el primero en dar un nuevo sentido al viejo término, entendiendo por mímesis la copia de
la realidad.
A partir de aquí, el concepto mímesis se convirtió en una de las cuestiones básicas de la teoría del
arte.
RESUMEN
Hemos visto que los conceptos estéticos de los griegos fueron muy distintos a los que empleamos
actualmente. Los conceptos de arte y belleza eran más amplios, carecían de los conceptos de
experiencia estética y creación artística, e iniciaron el desarrollo del concepto de mímesis.
EL CANON
El arte clásico de los griegos estimaba que para cada obra había un canon, o sea, una forma
obligatoria para el artista. La historia del arte distingue entre períodos “canónicos” y “nocanónicos”.
Los primeros buscaban y observaban un canon, porque veían en él una garantía de la perfección.
Los segundos lo evitaban, porque veían en él un peligro para el arte y una imitación de la libertad. El
período clásico del arte griego fue un período canónico.
ANTROPOCENTRISMO
CANON/ORDEN
Uno de los significados de orden es la propiedad que emerge en el momento en que varios sistemas
abiertos, pero en origen aislados, llegan a interactuar por coincidencia en el espacio y el tiempo,
produciendo, mediante sus interacciones naturales, una sinergia que ofrece como resultado una
realimentación en el medio.
PITAGÓRICOS
IDEAS GENERALES
Comunidad fundada por Pitágoras de Samos en Crotona (sur Italia) durante la 2ª mitad del s VI aC.
Principalmente, su carácter era moral y religioso, pero también realizaban investigaciones
científicas. Tenía un doble carácter religioso y científico. Su fin era liberar el alma de la
contaminación del mal, que nos invade a través de los sentidos. Se consigue mediante una unión
entre las matemáticas, la gimnasia y la música.
IDEAS ESTÉTICAS
PROPORCIÓN Y MEDIDA
El mundo, construido matemáticamente. Los números son la esencia de todas las cosas. Todo lo
que existe tiene estructura matemática. No consideraban la estética como disciplina independiente.
La armonía era entendida como orden y buena proporción, en sustitución del término de belleza.
CONCEPTO DE MÚSICA
Tiene un poder psicacógico, es decir, una capacidad de educar y guiar el alma, tanto para educarla
como para corromperla. El objetivo era formar el carácter y purificar el alma. Es un don de los
dioses, algo único, excepcional, distinto a las otras artes. La concepción pitagórica de la música
influyó en toda la teoría griega del arte, que se desarrolló bajo el lema de la proporción, la medida y
número por una parte, y el perfeccionamiento y purificación del alma por la otra.
DEMÓCRITO
IDEAS GENERALES
Pertenecía a la misma generación que los sofistas, Sócrates y Platón. Es considerado como el último
gran filósofo de la naturaleza. Las ideas básicas de su estética eran el materialismo y el
mecanicismo.
IDEAS ESTÉTICAS
“Se trata de la declaración más antigua en la que figuran juntos los conceptos de placer (alegría),
contemplación y belleza”. Tatarkiewicz.
Demócrito consideraba que el fin de la conducta humana era lograr la felicidad (= estado de ánimo =
bienestar = dicha). Para conseguir la felicidad, el hombre debe juzgar las cosas y diferenciar entre
los diferentes placeres, guiándose por el principio de “armonía” = proporción, equilibrio, mesura,
moderación. Así, se logra el equilibrio corporal –salud- y la tranquilidad del alma –felicidad-.
EL CONCEPTO DE INSPIRACIÓN
Demócrito era materialista y mecanicista, sólo creía en la existencia de átomos y del vacío, y en los
hechos naturales mecánicos.
Explicación mecanicista de las sensaciones: Todos los objetos emiten constantemente unos
“efluvios” (imágenes pequeñísimas = átomos), que entran en los órganos de los sentidos y chocan
con el alma o la conciencia. De esta forma, somos capaces de sentir, porque los átomos se mueven
por el vacío. Al ser materialista y mecanicista no admite la existencia de ninguna fuerza o espíritu
que intervenga en los procesos de la naturaleza. Por esto, fue el primero en negar que la inspiración
de los poetas fuera de origen divino.
Al mismo tiempo, “No puede existir un buen poeta sin entusiasmo, o sin un soplo de locura”. Para
Demócrito, la inspiración procede de un estado especial de la mente, distinto del normal, provocado
por la naturaleza (en el sistema atomista no encaja la noción de Dios).
LA MÚSICA
Demócrito reacciona ante la actitud mantenida por la mayoría de los griegos, que la consideraban
un arte excepcional. Para él, la música no figura entre las actividades primarias del hombre, ya que
no resultaba de la necesidad –como el arte-, sino de la invención humana. Era, por tanto, un objeto
de lujo.
SOFISTAS
IDEAS GENERALES
Eran un grupo de retóricos y oradores que se dedicaban a la educación de los ciudadanos griegos.
Itinerantes, de ciudad en ciudad, lo que les proporcionaba muchas noticias y experiencias. Hacían
algo escandaloso para su época: cobraban por sus enseñanzas. En sofista es un profesional del
saber, intelectual, profesor. A partir de Platón, surge un sentido peyorativo del término, sobre todo
porque se oponían al pensamiento de Sócrates y Platón. Aristóteles acentuará este aspecto
negativo: “La sofística sólo es una sabiduría aparente”.
Protágoras fue la figura principal; fue el primero en llamarse a sí mismo sofista, y en cobrar por sus
enseñanzas. A él se deben las ideas más importantes que caracterizan el pensamiento sofista.
Los sofistas griegos se diferenciaban mucho unos de otros, por su talento y sus opiniones, pero se
pueden señalar unos rasgos comunes que los caracterizan y los diferencian de la filosofía anterior:
IDEAS ESTÉTICAS
TEORÍA DE BELLEZA
Definición de la belleza estética. Tesis sobre la relatividad y la conveniencia de la belleza.
OPOSICIÓN ARTE-NATURALEZA
Protágoras estableció una oposición entre el arte y la naturaleza, considerando un elemento
esencial: El azar. El arte se consideraba un producto del hombre, mientras que la naturaleza existe,
independientemente del hombre.
No todo producto del hombre es arte, sino sólo el intencional, el realizado conscientemente y
conforme a principios universales. Para los griegos, el arte era producto de actividades
intencionales, que excluía la casualidad. Los sofistas, en cambio, tuvieron en cuenta la casualidad y
el azar.
“Y los poetas no componen sus poemas con vistas a la verdad, sino al placer de los hombres” texto
DIALEXEIS
Isócrates se basó en esta idea para distinguir entre los productos que son útiles y los que agradan.
Esta idea ya había aparecido antes en el pensamiento griego, pero fueron los sofistas los primeros
en aplicarla al arte.
BELLEZA ESTÉTICA
“La belleza es lo que produce placer por medio del oído y la vista”. Esta definición es una
manifestación estética del hedonismo que predicaban los sofistas. Intentaban formular un concepto
más reducido de belleza, limitando el concepto tradicional (kalón). Intentaron independizar la
belleza estética de la moral (de hecho, en la definición no se hace referencia a esta última).
“Es bello que las mujeres se arreglen y se pinten, pero es feo que lo hagan los hombres; el tatuar el
cuerpo es considerado en Tracia como un adorno, pero en otros países es un castigo para los reos; en
Esparta es bello no dar educación superior a los jóvenes y en Jonia es feo; hacer bien a los amigos es
bello y a los enemigos feo”.
Con esto, los sofistas reconocen la diversidad y variedad de la belleza, llegando a la conclusión de
que la belleza es relativa y conveniente. Conveniente es un término que hace referencia a que una
cosa es bella cuando se adapta a unas condiciones particulares, desde su punto de vista, cuando se
adapta al gusto de quien mira.
Tesis de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Esta frase se ha interpretado de
varias maneras; pero la más acertada sería tomando “hombre” como “hombre individual”: “Lo que a
ti te parece bello es bello para ti y lo que a mí me parece bello es bello para mí”.
Los griegos antiguos habían pensado que la belleza era una propiedad objetiva de las cosas, basada
en el número, la medida y la proporción.
SÓCRATES
IDEAS ESTÉTICAS
“La pintura es una representación de lo que se ve” Diálogo de Sócrates con el pintor Parrasio,
recogido por Jenofonte. Se refiere al concepto de mímesis (aunque no usa el término).
Hay que recordar que en la cultura griega arcaica la palabra mímesis se utilizó para hacer referencia
a la manifestación de los sentimientos, expresión de experiencias, aplicándose a la danza, música y
poesía; y que el primero en utilizar la palabra mímesis con el sentido de “imitación de la realidad”
fue Demócrito.
El concepto de belleza espiritual no aparece en la cultura griega antes del periodo clásico. En
cambio, en los sistemas posteriores, los dos conceptos: belleza de la forma y belleza del alma, serán
igualmente importantes.
Sócrates: “Las cosas hermosas son diversas, cada una de ellas distinta a la otra. Un hermoso
corredor no se parece a un hermoso luchador así como un escudo bello es distinto a una bella
jabalina”.
Sócrates: “La belleza de una cosa reside en que se adapte a su fin, una cosa es hermosa si
corresponde a su propósito. Un escudo es hermoso cuando protege bien, y una jabalina cuando
sirve para lanzarla con fuerza y rapidez. Por eso puede ser hermoso un cesto para llevar estiércol”.
Sócrates pensaba que todo lo que es bello y bueno es a la vez útil, se adapta a su fin. “Todas las
cosas son bellas y hermosas para lo que vayan bien, y feas y malas para lo que vaya mal”
La tesis de Sócrates sobre la belleza parece tan relativista como las de los sofistas, pero la diferencia
entre ambas es fundamental: la postura de Sócrates es funcional, mientras que la de los sofistas es
subjetiva.
EL CONCEPTO DE EURITMIA
Euritmia: Buenas proporciones –Sócrates-.
Esta idea aparece en el diálogo que Sócrates mantiene con un fabricante de corazas llamado Pistias,
que 3 considera que sus corazas tienen buena proporción, porque se ajustan al cuerpo del que las va
a utilizar. Sócrates: “¿Qué pasa entonces con la coraza preparada para un hombre cuyo cuerpo no
esté bien proporcionado? ¿Cómo hacer una coraza eurítmica para alguien que no está construido
eurítmicamente?”
Para intentar solucionar esta cuestión, Sócrates introdujo una importante distinción. En realidad,
existen dos tipos de euritmia:
1. De buenas proporciones o de belleza (la belleza por sí misma, por su forma exterior).
2. Belleza como adaptación al fin (la belleza de la coraza para el que la utiliza).
PLATÓN
IDEAS GENERALES
428-347 a.C. No es sólo uno de los filósofos más grandes de la época clásica, sino también uno de los
pensadores más grandes de todos los tiempos.
Nació en el seno de una familia aristocrática, hecho que explica muchos rasgos de su pensamiento,
además de que haya sido educado por los mejores maestros de su tiempo. Conoció a Sócrates a los
20 años, el cual a partir de ese momento se convirtió en su único maestro. La condena a muerte de
su maestro le hizo reflexionar y orientar su pensamiento, pues de él heredó su concepto de la
verdadera “sabiduría”, es decir, la necesidad de encontrar los “universales” o definiciones válidas
para todos los hombres. Fundó en el año 388 aC en Atenas su escuela: la Academia, primera escuela
de filosofía organizada. Se englobaban todas las disciplinas necesarias para la formación de
filósofos gobernantes: astronomía, jurisprudencia, historia natural, dialéctica, música,
matemáticas… (Las matemáticas eran muy importantes para él). “NADIE ENTRE AQUÍ SIN SABER
GEOMETRÍA”. Es importante precisar que, según palabras del propio Platón, la intención de todos
estos estudios era fomentar el amor desinteresado a la ciencia. Estos estudios de carácter científico
y desinteresado se diferenciaban claramente de las enseñanzas “prácticas” de los sofistas.
Platón nunca publicó un sistema filosófico completo, bien estructurado y acabado. Escribió sus
textos a lo largo de más de 50 años, y en ellos su pensamiento fue evolucionando.
1. Que se adaptaba a su fin. Lo que es bueno es a la vez bello, porque se adapta a su fin, pero
no todo lo bello es bueno. Platón no puede aceptar la visión de su maestro, porque no cree
que lo eficaz para un mal fin sea bello.
2. La definición de Sócrates resulta insuficiente, porque existen formas, cuerpos y colores que
apreciamos por ellos mismos, y no por su utilidad. Tendría que distinguir entre las cosas que
son “bellas en sí” y “bellas por su utilidad”.
Ante la postura de los sofistas –lo hermoso es lo que produce placer por medio del oído y de la
vista-, propone 4 argumentos:
1. Platón la considera una definición demasiado restringida y limitada. Pensaba que los
sofistas restringían el concepto griego de lo bello, limitándolo a la belleza de las apariencias
y de las formas, olvidando así nociones fundamentales como la sabiduría, la virtud, los actos
heroicos o las buenas leyes.
2. Considera que los sofistas interpretan la belleza subjetivamente, ya que los placeres
provocados por los objetos bellos no son una propiedad objetiva que tienen éstos, sino una
reacción subjetiva hacia los mismos. Para Platón, la belleza es una propiedad objetiva de las
cosas, y no una reacción subjetiva de las personas hacia ellas.
3. El placer es claramente fugaz, por tanto no sirve como prueba de la belleza, que es una
propiedad permanente.
4. No todo lo que nos gusta o produce placer es bello de verdad, a veces sólo lo aparenta.
Diferenció así entre la belleza aparente (la que podemos conocer a través de nuestros
sentidos) y la belleza real (que sólo podemos conocer a través de la razón).
Belleza del cuerpo, belleza del alma e idea de belleza: De su sistema filosófico surge la segunda
concepción de la belleza. Sostiene que en el mundo no sólo existen cuerpos, objetos sensibles y
perecederos, sino también almas e ideas eternas. Las ALMAS son más perfectas que los CUERPOS,
y las IDEAS más perfectas que los cuerpos y las almas. Surgen así 3 tipos de belleza jerarquizados:
1. La belleza de los cuerpos o del mundo material, que es la belleza inferior y que pertenece a
la esfera de lo sensible.
2. La belleza de las almas o belleza espiritual (intelectual y moral). Es una belleza superior,
pero no la más perfecta. Es la belleza de los pensamientos y de las acciones.
3. La Idea de belleza, o belleza en sí, que existe para los sabios. Es la belleza máxima y a
diferencia de las anteriores, es eterna. Si el hombre ha de realizar algo bello, sólo puede
hacerlo a semejanza de la Idea de belleza, puesto que es la fuente de toda belleza. Si algo es
bello, es por su semejanza con la Idea de belleza.
ISÓCRATES: Distingue dos tipos de productos humanos: Los que son útiles y los que
proporcionan placer.
SÓCRATES: Distingue entre artes que crean objetos que la naturaleza no produce (herrero,
zapatero…) y artes que repiten lo que existe en la naturaleza, como las artes miméticas
(pintor, escultor…).
Debido a la amplitud del concepto “ARTE”, PLATÓN se planteó la necesidad de realizar una división
de las artes. La que mayor repercusión tuvo en el mundo de la estética fue la siguiente:
Platón hizo esta división de manera muy general, sin enunciar las artes comprendidas en cada
grupo, pero le sirvió para enunciar el concepto de MÍMESIS de manera definitiva; puede decirse que
utilizó esta palabra con el sentido de: Reproducir, repetir el aspecto de las cosas, de imitar, de
representar.
JUSTEDAD: O veracidad. El arte, para cumplir la misión que le corresponde, debe atenerse a las
leyes eternas que rigen el cosmos, es decir, debe penetrar en el plano del mundo de las ideas. De lo
contrario, será acusado de falsedad, y Platón pensaba que, un arte sin verdad, no puede ser un buen
arte. El artista debe intentar descubrir y representar la forma o la esencia única que corresponde a
cada cosa, debe intentar representar la IDEA. Cada desviación de la perfección de la IDEA es un
error o una falsificación.
Los argumentos de Platón para condenar el arte de su época están relacionados con la utilidad y la
justedad: el arte era negativo porque no cumplía sus objetivos: ni tenía utilidad moral, ni daba una
imagen verdadera de la realidad.
El idealismo platónico afirma que la verdad de las cosas no está en su apariencia sensible, sino en su
esencia eterna e inmutable, en la IDEA de esa cosa. De ahí su condena hacia el arte: porque
representa sólo el aspecto superficial de las cosas y, de acuerdo con su sistema filosófico, el aspecto
externo y sensorial de la realidad constituye una imagen superficial y falsa.
El arte del pintor, que trabaja con imágenes y no con cosas reales, lo contrapone a las artes “serias”,
que “colaboran con la naturaleza”, como la medicina, la agricultura, la gimnasia o la política.
ARISTÓTELES
IDEAS GENERALES
384 a.C. Estagira (Macedonia) - 322 a.C. Calcis (Eubea-isla griega). A los 16-17 años ingresó en la
Academia de Platón, que entonces tenía 61 años (su filosofía estaba en su última etapa de
desarrollo). Fue su discípulo y colaborador hasta la muerte de Platón. Fundó su propia escuela
(~335a.C.) en Atenas: el Liceo, en el santuario del Lykeion, que incluía zonas ajardinadas y un
gimnasio, en el que había un paseo porticado donde Aristóteles impartía sus lecciones. Por esta
razón, su escuela recibió el nombre de PERÍPATOS, o PERIPATÉTICA. Igual que en la Academia de
Platón, nadie pagaba por aprender ni cobraba por enseñar. En ambas instituciones se estimulaba la
crítica y la originalidad de pensamiento. La diferencia fundamental fue que en la Academia se
practicaba más la dialéctica y su interés estaba especialmente centrado en las matemáticas. En el
Liceo, la enseñanza se impartía de forma más sistemática y su principal línea de investigación
estaba dedicada a la ciencia experimental y la historia natural, además de la enseñanza jurídica y
social.
Puede decirse que el pensamiento de Aristóteles reemplazó el dualismo platónico entre el MUNDO
DE LAS IDEAS y el MUNDO DE LOS SENTIDOS, por la relación entre MATERIA y FORMA. Nos
encontramos ante un cambio radical en la manera de pensar, por varias razones:
1. Para Platón, lo que existe sólo son reflejos imperfectos de algo que existe de un modo real
en el mundo de las ideas. Aristóteles, en cambio, dio al mundo sensible un significado y una
realidad que no existían en la Teoría de las Ideas de su maestro.
2. Platón creía que el mayor grado de realidad es lo que pensamos con la razón, mientras que
para Aristóteles es igual de importante el conocimiento proporcionado por nuestros
sentidos.
Aristóteles abandona el mundo de las ideas porque considera que no es una teoría capaz de explicar
los cambios continuos que se producen en la naturaleza. Para Aristóteles, todas las cosas
(sustancias) son un compuesto inseparable entre materia y forma, y cada cambio que tiene lugar en
la naturaleza es una transformación de la materia de posibilidad a realidad, es decir, distingue dos
formas de ser: ser en acto (lo que está siendo) y ser en potencia (lo que puede ser).
Platón se ocupó más de la teoría de la belleza, mientras que Aristóteles le dio más importancia a la
teoría del arte. La estética de Aristóteles estaba influenciada por el arte de una generación anterior
a la suya (seguía siendo contemporáneo, pero ya había obtenido una aceptación general). Estas
obras de arte eran las mismas que había conocido Platón, pero su actitud estética hacia ellas fue
muy diferente. Platón las condenó por no corresponder a su pensamiento, y A. partió de ellas para
formular su teoría.
“Del arte proceden las cosas cuya forma está en el alma del artista”. Aristóteles.
“El arte nace cuando de muchas observaciones experimentales surge una sola concepción universal
sobre las cosas semejantes”. Aristóteles.
Concepto de mímesis:
1. El artista, al imitar la realidad, la puede representar no sólo tal y como es, sino que también
la puede embellecer o afear. “Los que imitan… imitan a personas mejores que nosotros, o
peores, o incluso iguales, como hacen los pintores; pues Polignoto representaba a las personas
mejores, Pausón a peores y Dionisio a semejantes…”. Aristóteles.
2. El arte debe representar únicamente las cosas que tienen un significado general. El objetivo
del arte es presentar cuestiones generales de manera convincente para todos.
3. Aristóteles sostiene que el artista tiene derecho a introducir en su obra cosas imposibles, si
lo requiere el objetivo que se ha propuesto. La misión del poeta consiste en “describir no lo
que realmente ocurrió, sino lo que pudo ocurrir”.
4. Lo importante en una obra de arte no son los objetos particulares que el artista imita, sino el
nuevo conjunto que crea con ellos. Este conjunto no se evalúa comparándolo con la
realidad, sino teniendo en cuenta su estructura interna y su resultado: lo importante es su
composición y su armonía.
5. Moraleja: Aristóteles sostuvo que el arte imita la realidad, pero la imitación no significa
según él una copia fiel, sino un libre enfoque de la realidad.
1. Al hablar de purificación, ¿se refiere a purificar el alma del espectador –perfeccionar sus
sentimientos-, o a purificar la mente de estas pasiones –liberarse de esos sentimientos-?
Durante mucho tiempo se pensó que era la primera opción, pero actualmente se piensa que
concibió la purificación en el segundo sentido.
2. ¿Tomó el concepto de catarsis del culto religioso o de la medicina? Entendió la purificación
de los sentimientos mediante la liberación como un proceso natural, psicológico y biológico.
Es como una metáfora tomada de la medicina, como un efecto purgativo, emocional (como
efecto moral, no ético). Observó efectos catárticos o purificadores en la música, la danza y
la poesía, pero no en la pintura ni en la escultura.
Los fines del arte: Recordamos las diferentes opiniones de los griegos hasta el momento:
Definición de Aristóteles (en “La Retórica”): “Lo bello es lo que, siendo preferible por sí mismo, será
laudable, o lo que, siendo bueno, sea agradable, porque es bueno”. Aristóteles · La Retórica.
Según Tatarkiewicz, Aristóteles no identificó completamente la belleza con el bien, como hizo
Platón. En “La Metafísica” lo vemos: “Lo bueno y lo bello se diferencian porque lo primero siempre
implica alguna acción, mientras que lo bello se encuentra también en las cosas inmóviles”.
Aristóteles · La Metafísica.
"Pues si alguien, al ver una bella estatua, un caballo o un hombre, al escuchar a alguien cantando, no
quisiera ni comer, ni beber, ni entregarse a los placeres del amor, sino que quisiera ver aquellas bellas
cosas y escuchar a los cantores, no parecería ser un desenfrenado, como no lo parecen los encantados
por las Sirenas. Pero eso no ocurre con las dos clases de sensaciones que son las únicas en relación con
las cuales también los demás animales poseen sensaciones y sienten placer o dolor, las sensaciones del
gusto y del tacto. En cambio, en relación a los placeres proporcionados por las demás sensaciones, casi
todos se muestran insensibles por igual, por ejemplo, a la armonía o la belleza; pues parecen, algo que
es también digno de mención, no experimentar nada con la sola vista de las cosas bellas o con la
audición de sonidos armónicos, al no ser que suceda algo prodigioso. Pero tampoco experimenta nada
con los colores agradables o desagradables, sin embargo, tienen los sentidos más agudos (que en los
del hombre). Pero de los olores, también se complacen con aquellos que les alegran por circunstancias
accesorias, pero no por sí mismos; y digo que no alegran por sí mismos aquellos olores con los que nos
complacemos por esperar o recordar otras cosas, como ocurre con los de comidas y bebidas; en efecto,
con esos nos complacemos por otro placer, el de comer o beber; en cambio, alegran por sí mismos los
olores, por ejemplo, de las flores. Por eso decía Estratónico, convenientemente, que unas cosas tienen
un olor bello y otras placentero".
CONCLUSIONES:
1. Para Aristóteles, las experiencias estéticas consisten en disfrutar un placer, que deriva
de observar o escuchar, de modo intenso. Es una experiencia de la que el hombre no
puede desprenderse. Por eso dice que el hombre “no quiere ni comer, ni beber, ni
entregarse a los placeres del amor”.
2. Al experimentar esta sensación, el hombre parece como fascinado o encantado. A esta
fascinación se refiere cuando utiliza la metáfora de estar “como encantado por las
Sirenas”.
3. Se trata de una experiencia exclusiva del hombre. El placer experimentado por otros
seres vivos proviene del sabor y del tacto, y no de la vista o del oído y su armonía.
4. La experiencia estética se debe a las impresiones sensoriales, se origina en los sentidos,
pero no depende de la agudeza de los sentidos, ya que precisamente los sentidos de
otros seres vivos son más agudos que los del hombre.
5. Lo más significativo es que el placer se debe a la experiencia misma, y no a lo que se
asocia con ella. Podemos gozar con los perfumes de las flores “por sí mismos”, o
también por lo que anuncian o recuerdan, como el olor a los manjares o a la bebida que
disfrutamos, porque prometen otro placer, el de comer o beber. Los demás seres vivos
también experimentan este placer, pero sólo el hombre es capaz de experimentar el
primero.
Aristóteles, aunque no emplease los términos específicos, conocía los términos de belleza y
experiencia estética perfectamente.
Estas ideas de Aristóteles eran nuevas, y no sólo para su época, ya que aún hoy las percibimos como
modernas. Sin embargo, en su obra aparecen en segundo plano, apenas esbozadas y nunca fueron
desarrolladas por él.
PLOTINO
MARCO CRONOLÓGICO
La estética antigua abarca ocho siglos (V a.C. – III d.C.), y se divide en dos períodos: - Helénico (V-IV
a.C.) y helenístico (III a.C.-III d.C.). Desde el punto de vista de la historia de las ideas estéticas, estos
seis siglos pueden ser considerados como uno solo, pues los conceptos relativos al arte y la belleza
que habían formulado los griegos durante la época clásica apenas cambiaron. (Se mantuvieron los
rasgos fundamentales de estas ideas, realizándose sólo aportaciones puntuales). La mayor
aportación estética realmente nueva tuvo lugar en el siglo III d.C., y fue obra de PLOTINO.
IDEAS GENERALES
205 d.C (Egipto) – 270 d.C. (Roma). Estudió en Alejandría, ciudad donde la filosofía griega convivía
con las doctrinas místicas de Oriente. Filósofo, erudito e historiador; está considerado como el
fundador del Neoplatonismo –poderoso movimiento intelectual que influyó de manera decisiva en
la historia del pensamiento y arte europeos-. Esta corriente deriva del pensamiento de Platón. Pero
no nos podemos olvidar de que Platón y Plotino están separados seis siglos en la historia: Platón
vivió a principios de la época clásica, y Plotino a finales de la Antigüedad. (Existirán, por tanto,
diferencias considerables entre ambos).
Igual que Platón, Plotino también diferenció dos mundos: Un MUNDO MATERIAL: en donde
vivimos, imperfecto; y un MUNDO DE LAS IDEAS: suprasensible y perfecto.
El hombre, para él, también es un ser dual, formado por: el ALMA INMORTAL; y el CUERPO, que
pertenece al mundo de los sentidos.
El mundo, aunque tiene dos formas diferentes, es único, porque surgió del “UNO”, “DIOS” o
“INTELIGENCIA UNIVERSAL”; es indivisible, eterno, inmutable y absolutamente trascendente a
todo ser del que tenemos experiencia.
Plotino no habla de un dios creador, como el cristiano, sino más bien del principio último o la
primera fuente de todo. El mundo procede de este “UNO” o “DIOS” por necesidad, no por voluntad,
pues su característica esencial es la expansión. Plotino habla de emanación, no de creación (se
explica con una metáfora):
El punto clave para entender a Plotino es que la materia, como tal, en realidad no tiene existencia
alguna. Se trata simplemente de una ausencia de luz de algo que no es puesto que lo único que
existe es el UNO
Por lo tanto, a diferencia de Platón, Plotino piensa que en los elementos del mundo material
también existe un débil resplandor del Uno, cree que en la naturaleza también brilla algo de luz
divina.
El cosmos de Plotino se caracteriza por la unidad y la armonía, pues todo lo que existe procede del
Uno. No se debe despreciar el mundo sensible –como hizo Platón-, pues incluso en él podemos
encontrar un débil resplandor del Uno.
DOCTRINA DE SALVACIÓN
La filosofía de Plotino es también una doctrina de salvación porque explica el camino que el alma
del hombre debe seguir para encontrar la unidad original y fundirse con ella.
Plotino pensaba que donde más cerca podemos estar de Dios es en nuestra propia alma. Para ello,
el hombre debe purificarse, liberándose de la tiranía y practicar una vida de virtud y disciplina
mental. Sólo hay un estado de absoluta perfección, aquel al que se llega cuando el alma se eleva por
encima del pensamiento, en un estado de éxtasis o inconsciencia, en el que la luz divina nos invade.
Este concepto implica que no son bellos los elementos individuales que componen un objeto, sino la
relación entre los elementos del conjunto. Fue formulado por los pitagóricos, asumido por Platón y
Aristóteles, y más adelante aceptado por los filósofos del Helenismo y los romanos. Prácticamente
todos ellos aceptaron el concepto básico de la belleza entendida como symmetria.
1. Creía que si la belleza consiste en la symmetria, sólo podría existir en los objetos complejos;
y para él es evidente que la belleza también existe en los objetos simples (un color, un
sonido, la luz del sol, el reflejo de las estrellas…)
2. La belleza no puede depender de la proporción, porque, por ejemplo, para un mismo rostro,
según la expresión que adopta, aparecerá más o menos bello. Pero, aunque varíe la
expresión, la proporción del rostro permanece constante.
3. Pensaba que la simetría o proporción es reconocible fácilmente, y puede aplicarse a los
objetos materiales. Pero no sucede lo mismo con los conceptos relativos al conocimiento,
los espirituales o morales –como la virtud-, que también están dentro del concepto de
belleza. (Plotino concibió la belleza de modo muy amplio; incluía también los valores
morales).
“La belleza es más el resplandor que se trasluce de la proporción, que la proporción misma” Plotino.
La Enéada.
Mímesis: Plotino no considera que el artista, al imitar, esté haciendo una copia de otra copia
(~Platón). Para Plotino, el arte nace gracias a la “idea” que existe en la mente del artista. “Fidias hizo
su Zeus –estatua- sin mirar a nada sensible, sino imaginando cómo sería, si Zeus quisiera mostrársenos
a través de los ojos” Plotino. La Enéada.
Fidias no copió un modelo sensible, del mundo de los sentidos, sino que “ideó” la forma en la que el
Dios se le habría aparecido si hubiese deseado revelarse a los hombres.
De esta manera, aunque la pintura representaba los cuerpos reales, no reproducía la realidad. Esta
pintura parecía reproducir un mundo espiritual.
RENACIMIENTO - MANIERISMO
MARCO CRONOLÓGICO
El Renacimiento se inicia en el norte de Italia a finales del s.XIV, y se extiende por el resto de Europa
a lo largo de los s. XV y XVI. Supone la recuperación de la cultura de la Antigüedad clásica. Se
reconoce un florecimiento espléndido de las artes, y una concepción nueva del mundo y del
hombre, que termina afectando a la filosofía, la teología, la ciencia, la economía, el arte…
Las ideas y teorías estéticas del XVI son “pocas y confusas” (contrasta con el enorme desarrollo que
vivió el arte en este siglo). Se puede resumir en:
EL VELO Y EL ESPEJO
En general, en la estética renacentista del XVI se prolonga la medieval. Para el hombre medieval, el
mundo visible (arte y naturaleza) reproduce la belleza de Dios. (Dios crea la naturaleza e inspira al
artista). El hombre renacentista recoge esta idea, pero no la refiere a Dios, sino a una idea o verdad
trascendental, que estaría cubierta por la imaginación. La mirada del espejo (speculum) sigue los
mismos caminos que los del velo: Para el hombre medieval la naturaleza y el arte son espejos que
reflejan la belleza divina. Para el hombre renacentista (Alberti, Vinci) el arte pictórico o literario sería
el espejo de la naturaleza y de la vida.
LEONARDO DA VINCI
1452-1519. Figura emblemática del Renacimiento. Combina estudios anatómicos, arquitectónicos y
del color con otros referidos a las aguas, el vuelo de los pájaros y las máquinas. También teoriza
sobre su percepción de los problemas estéticos
1404-1472. Era arquitecto, matemático, poeta, lingüista... Buscó reglas (teóricas y prácticas)
capaces de orientar el trabajo a los artistas. Menciona cánones en algunas de sus obras:
Innovación: consiste en mezclar lo antiguo y moderno, buscando que el artista no sea un simple
artesano, sino un intelectual preparado en todas las disciplinas. (Idea heredada del medievo,
adaptada al humanismo). Función del arquitecto: matemática, dar proporciones, crear. Inventa la
obra.
DE PICTURA – 1436
Intenta dar reglas sistemáticas a las artes figurativas. Distingue entre la forma presente, la palpable
y la aparente (que aparece ante la vista) y varía según la luz y el lugar. Trata de los colores: rojo, azul,
verde y amarillo (correspondencia con los 4 elementos). Blanco y negro no son colores: son
modificaciones de la luz. Divide la pintura en:
DE RE AEDIFICATORIA – 1450
Completo tratado de arquitectura con todos los aspectos teóricos y prácticos relativos a la profesión
del arquitecto. Formación humanística para todo el público, no para especialistas. Dividido en 10
libros (tomando como modelo los 10 libros de Vitruvio, que circulaban en copias manuscritas sin
corregir):
1. De 1º a 3º: Elección del terreno, materiales que se deben utilizar y cimientos FIRMITAS
2. 4º y 5º: Se centran en los diversos tipos de edificios UTILITAS
3. 6º: Sobre la belleza arquitectónica VENUSTAS, y habla de la belleza como armonía que se
puede expresar matemáticamente gracias a la ciencia de las proporciones. Incluye un
tratado sobre la construcción de máquinas.
4. 7º,8º y 9º: Tratan de la construcción: iglesias, edificios públicos y privados.
5. 10º: Sobre restauración.
DE STATUA– 1464
Más adelante, Alberti fija sus reglas de procedimiento con los dos métodos: dimensio y definitio.
El Barroco surge como movimiento espiritual y artístico revolucionario, que elimina el Renacimiento
anterior. Después del orden y equilibrio renacentistas, surge la pasión, la libertad, la confusión y la
estridencia
Puede ser enfocada desde dos puntos de vista: La praxis artística en sí misma y las teorizaciones
conceptuales.
1. Dado que el Barroco es sucesor del Renacimiento muestra una fuerte voluntad de
ordenamiento conceptual y abstracto.
2. Irracionalidad evasiva y dispersa, marcada por la tensión y la angustia.
RACIONALISMO FRANCÉS
La sensibilidad (instintiva y fluctuante) debe someterse a la razón (estable). El arte se rige por leyes
y principios que deben buscar lo verdadero antes que lo bello.
Supone una confianza total en la razón humana que, contrariamente a la imaginación y la pasión, es
capaz de obtener de sí misma las primeras verdades fundamentales (ideas innatas) y deducir de
ellas otras que conforman el sistema del mundo y de la realidad.
DESCARTES
1596-1650. Pronto puso en tela de juicio lo aprendido en la escuela a lo largo de su vida. Su método
supone la unificación de todas las ciencias y la aceptación de la sabiduría humana como fuente del
conocimiento verdadero. PIENSO, LUEGO EXISTO. Su teoría estética:
EMPIRISMO INGLÉS
Doctrina filosófica opuesta al racionalismo. Doctrina que afirma que todo conocimiento se basa en
la experiencia, mientras que niega toda la posibilidad de ideas espontáneas o del pensamiento a
priori.
“La sola experiencia sensible determina lo que es verdad, valor, ideal, derecho y religión. Como esta
experiencia no se concluye nunca, ya que el proceso del mundo y del saber avanzan continuamente,
no habrá ya verdades eternas con vigencia absoluta: todo se relativiza en función de lo espacial,
temporal, humano, y a veces hasta excesivamente humano. Sobre la inteligibilidad triunfa lo
sensible, sobre la idealidad la utilidad, sobre la universalidad la individualidad, sobre la eternidad el
tiempo, sobre el deber el querer, sobre el derecho la fuerza, sobre el todo la parte, sobre la
necesidad el puro hecho…” Johannes Hirschberger explica así el empirismo.
DORFLES
RELACIONES E INTERFERENCIAS ENTRE EL DISEÑO INDUSTRIAL, LA PINTURA Y LA
ESCULTURA
Una de las hipótesis estéticas que más aceptación tienen hoy es la que postula la identidad
estilística entre las obras de arte de una determinada época, inclusive entre las de artes muy
distintas unas de otras (música, arquitectura, poesía), y mucho más para las pertenecientes a una
misma categoría “sensorial” como son las artes visuales.
Quizá sólo en nuestros días se venga dando cierto desfase en cuanto a esto, desfase debido sin duda
al advenimiento de los medios mecánicos. Los cuales, por una parte, han estimulado y exaltado el
proceso creador, y por otra, lo han subordinado a nuevas razones de ser que a menudo se alejan
bastante de las que deberían regular el surgimiento y el devenir de la obra de arte.
Si observamos, en efecto, las relaciones que se han venido estableciendo entre el diseño industrial,
la pintura y la escultura, podremos darnos cuenta fácilmente de que tales relaciones han pasado por
tres fases distintas: una primera fase –la que, sólo para entendernos, llamaremos correspondiente a
la primera revolución industrial (a la arquitectura ingenieril del siglo pasado)- durante la cual las
obras técnicas y mecánicas (comprendiendo entre ellas los grandes puentes metálicos, las primeras
máquinas de vapor, las primeras máquinas tejedoras y las de escribir) eran consideradas
enteramente distintas de las “bellas artes” y, a lo sumo, se intentaba a veces “enmascarar” la
máquina añadiéndole algunos adornos o introduciendo en su estructura elementos decorativos
(capiteles, columnillas).
A esta fase le siguió la del art nouveau, que trató de crear objetos y arquitecturas que, aun
valiéndose de la elaboración mecánica, tuvieran también un coeficiente artístico; por aquella época
se realizaron algunas importantes obras que deberían ser revaloradas, sobre todo en nuestros días.
En esta fase se imbricó la bauhausiana y neoplástica, durante la cual fue cobrando vigor la
convicción de que el objeto industrial (y la arquitectura creada con los nuevos materiales) deberían
estar absolutamente sometidos al binomio utilidad-belleza; y fue entonces cuando se verificaron los
conocidos casos de analogías “estilísticas” entre algunas pinturas (las de Mondrian, Van Doesburg,
Malevich), algunas esculturas (las de Arp, Pevsner, Gabo), y los objetos producidos industrialmente
(muebles de Rietveld, Le Corbusier, Mies, Breuer).
Ciertamente, aquel fue un periodo glorioso y lleno de interés polémico o ideológico, pero hoy, a la
distancia de cuarenta años, podemos darnos cuenta de que en aquella supuesta sumisión de un
sector artístico al imperativo del “funcionalismo” tenía que haber algo de forzado.
Es evidente que entre estas últimas formas de arte visual, extremadamente libres de todo canon y
que recurren a las solicitaciones materiales del signo y del gesto, no podía subsistir más que una
afinidad muy escasa con el objeto industrial. En vano intentaron algunos autores señalar en cierta
arquitectura “brutalista” o en cierta captación ornamental del objeto industrial una analogía con el
informalismo pictórico y escultórico; la realidad es bien diversa: tenemos hoy un género de pintura y
de escultura que –oponiéndose precisamente al racionalismo arquitectónico y al rigorismo científico
de la producción industrial- quiere mantener intactos sus privilegios de absoluta libertad creadora y
de total independencia con respecto a cualquier construcción racional.
Tenemos, por tanto otro lado, la vasta gama de los productos industriales, que no pueden
sustraerse en modo alguno a las exigencias de la práctica, del funcionalismo y de las leyes del
mercado, y que deben someterse por ello a algunas normas constitutivas y constructivas que
regulan hasta su mismo “aspecto exterior”. Lo cual no es óbice para que se siga dando una ósmosis
entre las diversas formas creativas; de ello son ejemplo, dentro del campo de las “artes puras”, la
frecuente inclusión en éstas de elementos tomados en préstamo al mundo de la industria y del
diseño industrial (como puede comprobarse en muchos artistas, a los que se suele calificar de
neodadaístas, entre los cuales recordaré a Rauschenberg, dedica a la creación de objetos “no
utilitarios”, o sea, de objetos cuya única finalidad consiste en ser “agradables”, en satisfacer las
exigencias estéticas del público. Algunas de tales obras, como las creadas por el grupo francés de las
Recherches visuelles (Morellet, Le Parc, Sobrino, Yvaral, Stein) o por los italianos del Grupo T
(Anceschi, Boriani, Colombo, Devecchi), y del Grupo N de Padua, o por artistas como los alemanes
Rot, Pohl, Mack, Piene, los italianos Munari y Mari, y otro más1, vienen a demostrar que es posible
concebir también el diseño industrial en función de una creación de obras “artísticas” no utilitarias y
que probabilísimamente hallarán en el futura amplias aplicaciones en los sectores de la publicidad,
del amueblamiento, de la decoración, de las señalizaciones y, en general, en todo cuanto constituye
el lay out de la moderna civilización mecanizada.
MUNARI
ANÁLISIS
1. No acpetar nunca nada como verdadero que no me hubiese dado pruebas evidentes de
serlo, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no incluir en mis
juicio nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi inteligencia que
excluyese cualquier posiblidad de duda.
2. Dividir cada problema en tantas pequeñas partes como fuese posible y necesario para
resolverlo mejor.
3. Conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más sencillos y fáciles de
conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por peldaños, hasta el conocimiento de los
más complejos.
4. Hacer enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que me permitieran estar
seguro de no haber omitido nada.
FICHA DE ANÁLISIS
Al proyectista puede serle útil conocer el procedimiento de análisis de los objetos de producción
industrial, a fin de conocer sus ventajas e inconvenientes en todos los aspectos. Se deben analizar
bajo el aspecto de valores objetivos, como la funcionalidad, la manejabilidad, el color, la forma, el
material con el que están construidos, etc, observando si lo que se obtiene resulta acertado o
equivocado según un criterio objetivo. No todos los elementos sirven para todos los objetos, para
algunos basta con analizar unos cuantos elementos, para otros todos, según los casos.
AUTOR
Al conocer el método proyectual de un autor se puede apreciar mejor un objeto.
PRODUCTOR
El nombre del productor puede ser garantía de unn buen producto.
DIMENSIONES
Un objeto puede tener dimensiones inadecuadas para su función. Un buen funcionamiento depende
de la manejabilidad de un objeto.
MATERIAL
Según la función habrá que hallar el material apropiado del objeto que se está analizando.
PESO
TÉCNICAS
Los materiales que componen el objeto, ¿han sido trabajados correctamente? Una técnica
inadecuada produce un objeto inadecuado, incluso si el material utilizado ha sido el correcto.
COSTE
Compara el coste del objeto analizado con el coste de otros objetos parecidos con las mismas
funciones.
EMBALAJE
¿Embalaje exclusivo para escaparates, o sirve de estuche? ¿Protege bien el objeto?
UTILIDAD DECLARADA
¿La utilidad afectiva responde a la utilidad declarada? ¿Pueden darse otros posibles usos? ¿El objeto
proporciona todos los servicios declarados?
FUNCIONALIDAD
¿Funciona bien el objeto?
RUIDO
¿Es ruidoso o silencioso?
MANTENIMIENTO
¿Requiere mantenimiento especial o ninguno? ¿Cómo se lleva a cabo la limpieza? ¿Debe protegerse
del polvo?
ERGONOMÍA
¿Cómo se agarra? ¿La empuñadura está regulada?
ACABADOS
¿Cómo es la pintura? ¿Cómo está pintado? ¿Se le ha dado textura a la empuñadura? ¿Cómo son los
tornillos?
MANEJABILIDAD
¿Puede trasladarse con facilidad? ¿Cómo se coge?
DURACIÓN
¿Los materiales responden a la duración declarada?
TOXICIDAD
¿Está construido con materiales tóxicos?
ESTÉTICA
Modo coherente en que las partes forman un todo
MODA
Muchos objetos están producidos para representar un símbolo de bienestar, de lujo o clase. Estos
no son objetos de diseño, ya que el diseño no se dedica a estas frivolidades.
VALOR SOCIAL
¿Posee el objeto una eliminación o reducción de trabajos pesados o nocivos? ¿O bien la de
aumentar el nivel cultural y tecnológico?
ESENCIALIDAD
¿Es esencial para su función? ¿Tiene más elementos de los necesarios? ¿Se le han añadido adornos?
¿Todas sus partes son indispensables?
PRECEDENTES
Puede resultar interesante conocer los precedentes del objeto que estamos analizando para ver si
ha sufrido una lógica evolución. Este conocimiento aumenta nuestra confianza en el producto.
La experiencia del recién casado Buster Keaton para conseguir montar su casa en One Week (1920),
es muestra perfecta de la asimilación que el proceso de construcción de la casa propia es
considerado en los Estados Unidos, donde ha sido práctica habitual recibir por correo una serie de
cajas numeradas que contienen los elementos que habrán de formalizar la edificación, para
simplemente ser montada. Se trataba de aplicar las ventajas de la producción en taller a la
tecnología del balloon frame llevado al proceso de expansión de la nación, o como se ha dicho
“industria americana o ideas europeas”. En la película, resumida magníficamente en los fotogramas
que muestran al protagonista y su esposa frente a su hogar finalizado, se plantea la complejidad
añadida al proceso cuando la numeración de las cajas contenedoras ha sido maliciosamente
manipulada y el protagonista trata de ser fiel al proceso recogido en el manual.
La presente comunicación pretende indagar en la realidad que generó un hecho tan singular como
para ser argumento de la incipiente industria cinematográfica en los Estados Unidos a principios del
siglo pasado.
EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA
El problema de la vivienda ha sido punto central y obsesivo del ejercicio de la arquitectura durante el
siglo XX. Puede entenderse como consecuencia del incremento progresivo de la población, que
junto con la problemática derivada de los conflictos bélicos, ha hecho que jamás este problema
haya estado resuelto y que se mantenga vivo hasta nuestros días. En ello está presente la
consecuencia de los avances en el conocimiento científico y médico, así como el desarrollo de la
técnica.
Precisamente serán las miradas hacia los sistemas de producción masiva de vivienda aquellos
considerados por los arquitectos con la finalidad de lograr el viejo sueño de la vivienda para todos,
siendo conscientes de que en el modo tradicional de hacer no se encontraría la solución. Los nuevos
modos de producción que Henry Ford proponía con su cadena de montaje en 1913 para producir
cientos de miles de automóviles años más tarde, y que previamente habían sido intuidas en los
primeros años de siglo por Ramson Eli Olds, fueron objeto de atención por arquitectos como W.
Gropius, “atrapado entre las formas de expresión artística y las formas producidas por la máquina” a
lo largo de su obra. Asimismo, es posible hacer una lectura histórica de la importancia del hecho a
través de la mirada de muchos de los más reconocidos arquitectos del siglo, que se apoyaron en el
nuevo mundo de la prefabricación industrial, desde el montaje del Crystal Palace en Londres, a la
Casa desmontable de los trópicos de finales del siglo XIX, la Patente de casa transportable, la Casa
de hormigón y muchos otros.
LA OPORTUNIDAD NORTEAMERICANA
Mientras que las experiencias europeas se basaban en las nuevas técnicas, fundamentalmente del
acero, el caso norteamericano evolucionó de un modo diferente. En primer lugar, el material
utilizado no fue otro que la madera, material económico en un país de grandes recursos naturales,
con una gran tradición constructiva vinculada al mismo. En segundo lugar, se optó por el ferrocarril
como sistema de transporte principal, en elementos de tamaño limitado, lo cual impedía las
grandes piezas pero facilitaba la movilidad, en una nueva suerte de conquista del oeste. En tercer
lugar, se obvió cualquier imposición estética, pues este asunto habría de ser elección exclusiva del
comprador.
De este modo, los habituales condicionantes que hacían renegar al comprador potencial de estas
arquitecturas, como son la necesidad de intervenir directamente en el proceso para sentir propia la
vivienda, son asumidos a través de la aparición de los catálogos de casas y de la participación activa
en el proceso de montaje con la consecuente personalización del producto, facilitando así el éxito.
Por supuesto, la apariencia de la casa no diferiría de las construidas por métodos tradicionales.
MANUFACTURED HOUSE
1. Modular, muy completo, constituido por secciones de la edificación que se unen en obra y
se conectan a las redes. Es el de mayor desarrollo en taller y más complejo de traslado.
2. Panelizado y precut, realizados a base de elementos planos o lineales de las edificaciones. El
proceso de montaje es más tedioso in situ, sin embargo el transporte mucho más sencillo
que en el caso anterior.
3. Móvil, considerando la totalidad de la edificación construida en taller. Para muchos autores
este cuarto tipo no es propiamente una manufactured house, pues no participa de un
proceso último de finalización in situ, más allá de la conexión a las infraestructuras y, en
ocasiones, a elementos de cimentación.
Interesarán especialmente aquellas denominadas precut, pues ofrecen el máximo nivel de ahorro
cuando se produce un proceso de montaje por el comprador. Asimismo, presentan dos limitaciones:
el menor ahorro en tiempo de montaje y una gran susceptibilidad de acumular errores en el proceso
lo cual, por otra parte, ofrece un mayor grado de personalización. Es el modo fundamental en el que
las mail order houses se desarrollaron en las primeras décadas del siglo XX en los Estados Unidos.
Aun no siendo la pionera, resulta indiscutible que la gran vendedora de casas por catálogo fue la
compañía Sears Roebuck and Co., fundada en 1886 por Sears y Roebuck. Sears apostó desde sus
comienzos por la venta por catálogo, siendo el primero de ellos datado en 1888. En 1895 se
introdujeron en su catálogo materiales de construcción y en 1908 apareció su primer “catálogo de
viviendas modernas”. A la compañía Sears pronto se le unieron otras como la RadFord.
En 1917 The Aladdin Company, principal competidora de Sears, presenta su Aladdin Built in a day
House Catalog, en el que aparece una extensa presentación de especificaciones, recomendaciones,
comentarios de periódicos locales, integridad y política de la compañía... para terminar con la
amplia disponibilidad de modelos, descuentos por pago al contado así como ejemplos de
amueblamiento.
En 1920 la compañía Bennet Homes presentaba un catálogo en el que se aseguraba que se habían
eliminado todas las posibilidades de error en el servicio, y existía una garantía de satisfacción o
devolución de dinero.
En este momento los catálogos no sólo se convertían en auténticas revistas de vivienda y de venta
de casas sino también en un importante negocio. Sin embargo, el negocio no se debía únicamente a
la venta por catálogo, sino también a los generosos sistemas de financiación que llegaban al 75%
con un 6-7% de interés, en los años 20-30. Un trabajador podía ganar unos 20 dólares a la semana y
pagar 28 dólares al mes de hipoteca, prácticamente en una semana obtenía el monto total de su
deuda mensual. Además, compañías como la Standard Oil Company o General Motors, entre otras,
construían estas viviendas como reclamo para sus trabajadores y posteriores ventas a los mismos
con mayor o menor dificultad en el proceso. La compañía Sears dejó de ofrecer su catálogo y
desapareció en 1934 por dos motivos principales: en ese año hace efectivo el cobro de 11 millones
de dólares en hipotecas, lo que hizo que los banqueros se inquietasen y, además, en esos años entró
a funcionar la Federal Housing Administration que ofrecía un seguro de hipoteca sobre los
préstamos otorgados por los prestamistas, por lo que se veía coartada su libertad de actuación y
realización de hipotecas.
Realizada la solicitud, el cliente recibía su manual de construcción que incluía instrucciones sobre
todas las fases de la construcción, desde la cimentación, plantas, alzados... y que en cada una de las
páginas detallaba además la lista de materiales necesaria para cada porción de diseño. Se trataba
de unas instrucciones que además identificarían las piezas a recibir con la lista ya en mano, al modo
de las instrucciones de juegos de niños o mobiliario de Ikea que hoy conocemos.
Conocidas las instrucciones se podía proceder a la solicitud del material o de otras instrucciones. En
muchas ocasiones la solicitud del material y documentación se realizaban en un mismo momento,
pero no deja de ser interesante la posibilidad de una mayor información previa a la compra
definitiva de todo el conjunto.
Los materiales para las viviendas incluían toda la madera, perfectamente cortadas17 en sus
dimensiones adecuadas, ventanas de guillotina, persianas, puertas, herrajes, pavimentos, material
para cubierta, barnices, pinturas... llegando a ser unas 30.000 piezas sin incluir clavos ni tornillos.
Además, el precio no incluía el coste de ladrillos, hormigón, adoquines o elementos de piedra, que sí
podían ser enviados pero con un coste adicional. El material de una vivienda ocupaba 2 vagones
durante su envío.
Conforme se popularizaba la construcción por catálogo, también se simplificaron los materiales, por
ejemplo el uso de cartón-yeso se extendió, el revestimiento a base de tablilla, las tejas de asfalto...
siendo todo ello precursor de lo que hoy denominamos construcción en seco.
El envío de los materiales se realizaba mediante ferrocarril, de ahí que la mayor concentración de
estas viviendas se encuentre en el noreste y medio oeste de los Estados Unidos. Los vagones con las
piezas se encontraban claramente identificados por los laterales. Los materiales podían ser
enviados de una sola vez, aunque normalmente el envío se realizaba en dos fases: un primer envío
con madera para forjados y paramentos, pinturas y barnices y un segundo envío con carpintería,
puertas y ventanas, así como tuberías para saneamiento.
Se ofrecían también fontanería y electricidad, servicio que se realizaba por separado ya que no en
todas las localidades disponían de abastecimiento. Sears estimaba que las horas de carpintero de
una de sus viviendas suponía una reducción de un 40% frente a las de uno realizando una vivienda
del modo tradicional. Una vivienda pequeña podía ser levantada en un único día.
LA VIVIENDA MODERNA
Las viviendas por catálogo se publicitaban en los mismos como Modern Homes, viviendas
modernas, y pese a la existencia de la venta de viviendas por catálogo desde 1908, no se produce un
verdadero boom en las ventas hasta después de la guerra. Curiosamente ese mismo año, en las
afueras de París, se construye la Villa Saboya, verdadero manifiesto de la arquitectura moderna.
Dos modos de entender el término, el de los arquitectos anónimos trabajando para Sears
perfeccionando sus modelos de casas y atendiendo a miles de familias, o el gran Le Corbusier
proponiendo un nuevo lenguaje arquitectónico que aspira a transformar las cosas a través de su
manifiesto parisino. En todo caso, los asuntos estilísticos se considera desde estas empresas como
una simple opción o, como se ha dicho, a los arquitectos no les gusta hablar de estilo20.
Los distintos diseños de las viviendas por catálogo se proyectaban con dos pisos, con un hall central
y un porche, en estilo colonial español o británico. Los diseñadores adaptaban estos diseños
populares realizándolos asequibles económica y constructivamente. Ésta es una de las razones del
éxito de las viviendas por catálogo, ofrecer un estilo popular.
La política de la compañía Sears respecto a los arquitectos y realización de planos fue variable,
acorde con las necesidades y los tiempos. Antes de 1919 Sears contrataba arquitectos externos con
alguna experiencia exitosa en su carrera y a partir de 1919, contrató a sus propios arquitectos que
diseñaban para los catálogos, organizándose la División de Arquitectura. En los catálogos aparecen
frases como: “nuestros planos son el trabajo de los mejores arquitectos especialmente contratados
por nosotros para este servicio”. Además, se realizan los planos de las viviendas populares
coloniales existentes, de gran atractivo para el gran público, y por último se ofrece un servicio de
realización de planos e instrucciones de diseños de viviendas vistas en revistas especializadas o
diseños de arquitectos que se finalizan en la División de Arquitectura acorde con los productos de la
compañía.
La empresa Aladdin hacía gala de su organización. Contaba con un primer nivel de diseño un
segundo de construcción y un tercero de expertos en eliminación de gastos, economía de costos y
estandarización de los distintos elementos necesarios24. Pese a que los honorarios de este personal
dedicado al estudio fueran altos, el coste era repercutido en los cientos de casas que se realizaban.
Los norteamericanos buscaban viviendas simples y confortables y dieron la bienvenida a la
posibilidad de hacerse ellos mismos su pequeño y confortable hogar como elección.
Pese a la inexistencia de un gran arquitecto detrás de las mismas, es justo señalar que en su mayoría
estas viviendas de hace un siglo tienen un espíritu más moderno e innovador que muchas de hoy en
día, si no en su diseño sí en sus ambiciones técnicas y de ejecución.
EL MOBILIARIO
Los catálogos incluían en múltiples ocasiones dibujos o fotografías reales de modelos de viviendas
terminadas y completamente amuebladas. Estas imágenes se incluían con doble propósito, primero
mostrar las mejores posibilidades de los diseños y segundo, incluir mobiliario y complementos a la
venta en las mismas compañías.
El número o ingresos derivados de las ventas de mobiliario para las viviendas es desconocida, pero
sin embargo se conoce que en 1929 Sears incluyó a un diseñador de interiores25 en su plantilla para
coordinar las fotografías, muestras, escaparates... de la marca, llegando a realizarse visitas por
posibles compradores de viviendas a otras ya realizadas y amuebladas.
CONCLUSIONES
Desde las primitivas urgencias de ingleses en Massachusetts para el envío de paneles y favorecer el
proceso de colonización hasta nuestros días, ha habido reiteradas miradas de nuestra disciplina
hacia las posibilidades de la prefabricación en una búsqueda resolutiva y económica para la
vivienda.
Como se ha visto, el problema de la vivienda ha centrado las preocupaciones de los arquitectos del
siglo XX. A pesar que los maestros modernos, en su afán de producir cambios, trataron de utilizar
las más modernas técnicas de producción industrial, sus propuestas no consiguieron alcanzar un
éxito notable. Frente a ello, los catálogos de modelos formales bajo diferentes denominaciones –
Sears Roebuck, Aladdin, Bennet...– alcanzaron una importante repercusión en los EEUU, pues no
presuponían un condicionante estético, se fundamentaban en el profundo arraigo de la tradición
norteamericana de la construcción en madera y se apoyaban en la condición moderna de incorporar
las más novedosas técnicas del momento, así como el mobiliario preciso. Hoy en día muchos
norteamericanos viven en estas casas aun sin saberlo, pues habían en gran medida sido olvidadas.
Desde los años ochenta, gracias a las miradas hacia la vivienda económica se ha producido un
proceso redescubrimiento y valoración de estos ejemplos, documentándolos a lo largo del país,
reeditando catálogos y valorándolos como hecho singular dentro de la herencia cultural y
arquitectónica norteamericana.
Asimismo, este modo de presentar al cliente el producto, las Mail Order Houses, Kit Houses, o
Houses by mail, se ha mantenido vigente, participando del correo postal o los estantes de los
supermercados norteamericanos de nuestros días, que nos muestran con naturalidad catálogos de
casas para su venta o construcción.
ESCALA-FORMA
20/11/2014
Torre Eiffel. Símbolo de progreso, potencial y ambición de Francia en un principio. Después del
congreso se planeaba desmontarla. Se convirtió en el símbolo de París y Francia.
Torre de Hércules. El significado que ha alcanzado ha variado, al margen del significado funcional
que lleva consigo. Elemento simbólico vinculado a la ciudad. El significado ha mutado.
André Bretón se plantea si la belleza es convulsa o no. La belleza tiene que estar relacionada con la
convulsión. Aparece el arte abstracto. Se llegó a pensa que el arte no debería tener ninguna forma
ni realización formal. Únicamente atiende a realizaciones funcionales. La forma solo atiende a la
función. Realmente no existe una relación directa entre la forma y la función.
Hay una vara de medir:
Se ha planteado el diseñador como un acróbata que tiene en cuenta todos estos aspectos, buscando
el equilibrio necesario.
¿Genio vs. Oficio? No son genios lo que necesitamos ahora. Coderch, 1960. En el contexto de la
posguerra. Coderch fue el único de los que quedaron en España que se mantuvo informado y en
contacto con las tendencias que se llevaban a cabo fuera de España. El problema era que en España
no había los materiales de los que se disponían fuera del país. Buscaban las manera de ser modernos
pero con los materiales de los que se disponían en aquel momento.
En el cambio de siglo XX al XXI se produjo un cambio importante en Venecia: Less Aesthetics, more
ethics. En este momento nos encontramos con personajes que hacen una puerta de hormigón en un
muro del mismo material. “Todo aquello que no expresa serenidad, falla en su misión”.
1. Ámbito de intervención. Gregotti. Tiene que ver con la geografía, la topografía y el objeto.
2. Modo de percepción. Quaroni. Relacionado con la representación.
3. Mecanismo de composición. Moore. Relativo al todo, a las partes, al tamaño habitual o bien
al tamaño humano.
Accesos Louvre. Ieoh Ming Pei. Las pirámides atienden a una jerarquía en la que la principal es más
grande. Cambiando las perspectivas, la grande pierde importancia y las más pequeñas se vuelven
más interesantes.
Chichen-Itza. La sombra que produce el flanco de la pirámide sobre el acceso central está estudiado
por el proyectista, cambiando la impresión que se tiene de la misma.
Las iglesias demuestran poder, por lo que nunca están dimensionadas a escala humana.
Las ciudades son elementos horizontales en los que se sitúan menhires contemporáneos que sitúan
los lugares de poder (empresas, instituciones).
Centro Internacional Convenciones de Madrid. Masilla. Un elemeto completamente distinto en
forma que pretende competir con 4 hitos que ganan en altura.
Columna: Elemento arquitectónico vertical. Soporte vertical de gran altura respecto a su sección
transversal. Cuando en el mundo romano se asumen los órdenes clásicos, lo hacen jugando con
ellos con absoluta libertad. Posteriormente las columnas se plantean con un apoyo horizontal
superior para dar cabida a una mayor carga mecánica, es decir, se genera una doble columnata. Ya
en el Renacimiento, Brunelleschi crea falsas columnas, pegadas a la pared. Combina columnas “de
verdad” con falsas columnas. Las columnas llegan a formar parte de un lenguaje estético, no sólo
como elemento de soporte, si no como elemento estético que forma parte de fachadas. Otto
Wagner genera columnas como elementos de transición entre elementos verticales y horizontales.
Van der Rohe crea columnas con cuatro elementos en cruz, coincidiendo con las juntas del
pavimento del suelo. Lloyd Wright plantea una columna con forma de seta. La cubierta del mercado
de Barcelona está sujeta por columnas de formas muy orgánicas. Adolf Loos plantea un edificio-
columna, con los elementos compositivos de ésta sobredimensionados.
REFERENCIAS
SAN AGUSTÍN
Pero para muchos el fin último es el deleite humano, y no quieren aspirar a las cosas superiores para
juzgar por qué nos agradan las visibles, Así pues, si pregunto a un arquitecto por qué, cuando fabrica
un arco, construye otro igual enfrente de él, responderá, en mi opinión: “Para que los miembros
iguales del edificio se correspondan entre sí”. Si continúo indagando por qué elige esa simetría dirá:
“Esto es lo armonioso, esto es lo bello, esto deleita a los espectadores”. No oirá nada más: tiene los
ojos vueltos hacia la tierra, y on sabe cuáles son las causas de las que depende. Pero a un hombre
que mira hacia el interior, y que observa las cosas no visibles, yo insistiré en preguntarle por qué le
agradan éstas, para que se convierta en juez del propio deleite humano, pues se sobrepone a él de
tal manera, sin dejarse dominar, que no lo juzga según sus normas, sino objetivamente. Y primero le
preguntaré si las cosas son hermosas porque gustan o si, por el contrario, gustan porque son
hemosas. Él, sin dudarlo, me responderá que gustan porque son hermosas. Y después le preguntaré
por qué son hermosas, y si titubea, añadiré: “¿Será acaso porque sus partes son semejantes entre sí
y gracias a su conveniencia crean la armonía?”
Contempla el cielo, la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos, los astros que brillan en el
firmamento, los seres que reptan, vuelan o nadan; todos tienen su belleza, porque tienen sus
números: quítales estos y no serán nada. ¿De dónde proceden, pues, sino de donde procede el
número, pues participan del ser en tanto participan del número? Incluso los artífices de todas las
bellezas corpóreas tienen en su arte números, con los cuales ejecutan sus obras… Busca después
cuál es el motor de los miembros del propio artista: será el número.
SANTO TOMÁS
El bien propiamente se refiere al deseo… En cambio, la belleza se refiere al poder cognoscitivo, pues
se llama bello aquello que agrada a la vista; por esto la belleza consiste en la debida proporción, ya
que los sentidos se deleitan en las cosas debidamente proporcionadas como algo semejante a ellos,
pues los sentidos –como toda facultad cognoscitiva- son de algún modo entendimiento. Y si el
conocimiento se realiza por asimilación y la semejanza se basa en la forma, la belleza pertenece
propiamente a la razón de causa formal. Pertenece a la naturaleza de la belleza aquello cuya visión o
conocimiento colma el deseo. Por eso, también aquellos sentidos que son más cognoscitivos -como
la vista y el oído, que sirven a la razón- aspiran principalmente a la belleza; así hablamos de bellas
visiones y bellos sonidos; sin embargo, para las percepciones de los demás sentidos no usamos el
término belleza: no decimos bellos sabores y olores.
L. BATTISTA ALBERTI
El edificar consiste por entero en los diseños y muramentos. Toda la fuerza y regla de los diseños
consiste en saber adaptar y reunir, con perfecto buen orden, la línea con los ángulos, de los cuales la
hechura de la obra se forma y se compone. Toda la forma que tiene el edificio reposa en sus diseños.
No posee el diseño por sí mismo una tendencia a seguir a la materia. Será, por tanto, el diseño un
proyecto bello y firme concebido por el ánimo, hecho de líneas y de ángulos y dirigido por un ánimo
y un ingenio buenos.
Cuando alzamos los ojos hacia el cielo y miramos las maravillosas obras hechas por Dios, más nos
admiramos de Él por las cosas bellas que vemos que por la utilidad que experimentamos. ¿Mas por
qué digo esto? La misma naturaleza de las cosas que en todo puede verse, nunca deja de provocar
con el deseo, a unos y a otros, tras el mucho placer de la belleza. Dejo atrás otras cosas, como
aquello que hace al pintar las flores; semejante belleza en todo se desea. Y en verdad que el edificio
es cosa que no puede estar sin ella en modo alguno.
Mas qué es la Belleza y qué el ornato en sí, y qué diferencia hay entre ellos, quizá lo entenderemos
mejor mediante el ánimo, pues no me es fácil explicarlo con palabras. Pero para ser breves la
definiremos de este modo, diciendo que la Belleza es un concierto de todas las partes acomodadas
entre sí, con proporción y discurso, en la cosa en que se encuentran, de manera que no se le pueda
añadir o disminuir o cambiar nada sin que esté peor. Cosa es ésta por cierto tan grande y divina, y en
darle la perfección consumen sus fuerzas las artes y el ingenio, pues raramente se le concede a
alguno, ni siquiera a la Natura, que nos presente nada que esté del todo acabado y ya perfecto en
todos sus aspectos.
Pues la belleza es cierto consenso y concordancia de las partes, en la cual se pretende que dichas
partes se encuentren, cuya concordancia se habrá obtenido en efecto con cierto determinado
número, acabamiento y colocación, tal como la armonía, es decir, el principal intento de la
naturaleza, lo buscaba. Y esto es lo que pretende ser sobre todo la Arquitectura, con lo cual se
procura dignidad, gracia y autoridad, siendo así apreciada. Conociendo lo cual nuestros Antiguos, a
partir de la naturaleza de las cosas […] juzgaron ser preciso buscar la imitación de la Natura, óptima
artífice de las formas todas, por lo cual anduvieron recogiendo, en cuanto puede ser el trabajo de los
hombres, las leyes que Natura había usado al producir las cosas, trasladándolas luego al propio
edificar.
Este acabamiento que hemos aprendido en cierta correspondencia de las líneas entre sí, con las
cuales se miden las dimensiones, siendo una la largura, otra la anchura y la otra la altura. Y la regla
de dicho acabamiento fácilmente se deducirá de aquellas cosas por las que se ha sabido y visto
expresamente que la Natura se muestra maravillosa y que así debe ser considerada
Aquellos mismos números por los cuales el concierto de las voces les resulta tan grato a oídos de los
hombres, son por cierto los mismos que nos colman el ánimo y los ojos de placer maravilloso. Y de
aquí que tomemos toda regla de proporción de los Músicos, que conocen perfectamente dichos
números.
La belleza es algo bello –propio de sí mismo- y natural, difundido por todo bello cuerpo, de donde
parece que el ornamento debe ser algo adyacente y subsidiario, antes que natural o propio suyo. Y
de nuevo tenemos que decir que aquellos que edifican y pretenden obtener la estimación de todo
cuanto erigen, a lo que deben aspirar todos los sabios, en verdad que actúan impelidos por razón
verdadera. En consecuencia, pertenece al arte este hacer las cosas con razón verdadera. ¿Quién
podrá, pues, negar que la mejor y más bella de las construcciones no se ha podido hacer sino con
arte? Y en verdad que si esta parte que se refiere al ornamento y la belleza resulta la principal, no
será sorprendente que posea en sí misma algún arte y razón de gran potencia, y más necio será
quien haga burla de esto. Mas aun así algunos no aprueban estas cosas y dicen que sólo es una
cierta y variada opinión la que emite juicio de la belleza y de todas las construcciones, y que la forma
de los edificios cambia según el gusto y placer de cada uno, no estando constreñidos por las reglas
interiores del arte. Común defecto de los Ignorante, es decir, que no existen las cosas que no saben.
ADOLF LOOS
El embrión humano pasa, en el claustro materno, por todas las fases evolutivas del reino animal.
Cuando nace un ser humano, sus impresiones sensoriales son iguales a las de un perro recién
nacido. Su infancia pasa por todas las transformaciones que corresponden a aquellas por las que
pasó la historia del género humano. A los dos años, lo ve todo como si fuera un papúa. A los cuatro,
como un germano. A los seis, como Sócrates y a los ocho como Voltaire. Cuando tiene ocho años,
percibe el violeta, color que fue descubierto en el siglo XVIII, pues antes el violeta era azul y el
púrpura era rojo. El físico señala que hay otros colores, en el espectro solar, que ya tienen nombres,
pero el comprenderlo se reserva al hombre del futuro.
El niño es amoral. El papúa también lo es para nosotros. El papúa despedaza a sus enemigos y los
devora. No es un delincuente, pero cuando el hombre moderno despedaza y devora a alguien
entonces es un delincuente o un degenerado. El papúa se hace tatuajes en la piel, en el bote que
emplea, en los remos, en fin, en todo lo que tiene a su alcance. No es un delincuente. El hombre
moderno que se tatúa es un delincuente o un degenerado. Hay cárceles donde un 80 % de los
detenidos presentan tatuajes. Los tatuados que no están detenidos son criminales latentes o
aristócratas degenerados. Si un tatuado muere en libertad, esto quiere decir que ha muerto unos
años antes de cometer un asesinato.
El impulso de ornamentarse el rostro y cuanto se halle alcance es el primer origen de las artes
plásticas. Es el primer balbuceo de la pintura. Todo arte es erótico.
El primer ornamento que surgió, la cruz, es de origen erótico. La primera obra de arte, la primera
actividad artística que el artista pintarrajeó en la pared, fue para despojarse de sus excesos. Una
raya horizontal: la mujer yacente. Una raya vertical: el hombre que la penetra. El que creó esta
imagen sintió el mismo impulso que Beethoven, estuvo en el mismo cielo en el que Beethoven creó
la Novena Sinfonía.
Predico para los aristócratas. Soporto los ornamentos en mi propio cuerpo si éstos constituyen la
felicidad de mi prójimo. En este caso también llegan a ser, para mí, motivo de contento. Soporto los
ornamentos del cafre, del persa, de la campesina eslovaca, los de mi zapatero, ya que todos ellos no
tienen otro medio para alcanzar el punto culminante de su existencia. Tenemos el arte que ha
borrado el ornamento. Después del trabajo del día vamos al encuentro de Beethoven o de Tristán.
Esto no lo puede hacer mi zapatero. No puedo arrebatarle su alegría, ya que no tengo nada que
ofrecerle a cambio. El que, en cambio, va a escuchar la Novena Sinfonía y luego se sienta a dibujar
una muestra de tapete es un hipócrita o un degenerado. La carencia de ornamento ha conducido a
las demás artes a una altura imprevista. Las sinfonías de Beethoven no hubieran sido escritas nunca
por un hombre que fuera vestido de seda, terciopelos y encajes. El que hoy en día lleva una
americana de terciopelo no es un artista, sino un payaso o un pintor de brocha gorda. Nos hemos
vuelto más refinados, más sutiles. Los greganos se tenían que diferenciar por colores distintos, el
hombre moderno necesita su vestido impersonal como máscara. Su individualidad es tan
monstruosamente vigorosa que ya no la puede expresar en prendas de vestir. La falta de
ornamentos es un signo de fuerza espiritual. El hombre moderno utiliza los ornamentos de
civilizaciones anteriores y extrañas a su antojo. Su propia invención la concentra en otros objetos.
Un objeto viene determinado por su esencia. Para realizarlo de modo que funcione correctamente
—un recipiente, una silla, una casa— primero se debe estudiar su esencia; puesto que debe cumplir
plenamente su cometido, es decir, debe realizar útilmente sus funciones, debe ser duradero, barato
y «bonito». Este estudio de la esencia del objeto hace que una rigurosa consideración de todos los
métodos de producción, construcciones y materiales tenga como resultado unas formas que, al
apartarse de la tradición, a menudo parezcan extrañas y sorprendentes (considérese, por ejemplo,
el cambio de forma de la calefacción y la iluminación).
Sólo gracias a un contacto constante con la técnica en progreso, con el descubrimiento de nuevos
materiales y nuevas construcciones, el individuo creador puede adquirir la capacidad de establecer
una relación viva entre los objetos y la tradición y desarrollar así el nuevo espíritu de trabajo:
Las condiciones de vida de la mayoría de los hombres son iguales en lo esencial. Casa y utensilios
domésticos son objeto de la demanda de las masas, su realización es más una cuestión de razón que
de pasión. La máquina, capaz de producir productos estandarizados, es un medio eficaz para liberar
al individuo de su propio trabajo material mediante la fuerza me canica —vapor y electricidad— y
satisfacer así sus necesidades vitales y crear para él múltiples objetos más baratos y mejores que si
estuvieran hechos a mano. No es de temer una coacción del individuo por parte de la
estandarización...
Los talleres de la Bauhaus son esencialmente laboratorios, en los que se estudian y perfeccionan
continuamente los prototipos adecuados para la producción en masa y típicos de nuestro tiempo.
En estos laboratorios, la Bauhaus quiere formar un tipo de colaborador, hasta ahora inexistente,
para la artesanía y la industria, que domine en la misma medida la técnica y la forma.
Lograr el objetivo de crear prototipos estándar que satisfagan todos los requisitos económicos,
técnicos y formales, exige la selección de los mejores cerebros con una amplia formación, que
hayan adquirido una educación práctica fundamental así como un conocimiento exacto de los
elementos formales y mecánicos de producción y sus leyes de funcionamiento.
La Bauhaus sustenta la opinión de que el contraste entre industria y artesanía se caracteriza menos
por la diferencia de los instrumentos de trabajo que por la división del trabajo en la primera y la
unidad del mismo en la segunda. Pero la artesanía y la industria están concebidas en constante
contacto. La artesanía del pasado ha evolucionado, la artesanía del futuro será absorbida en una
nueva unidad de trabajo, en la que realizará el trabajo de investigación necesario para la producción
industrial. Los estudios especulativos realizados en talleres-laboratorio crearán modelos —tipos—
que serán realizados productivamente en las fábricas.
Los modelos definitivos elaborados en los talleres de la Bauhaus son reproducidos por empresas
ajenas a ésta, con las que los talleres están en estrecha relación.
Los productos realizados en gran cantidad según modelos de la Bauhaus deben resultar rentables
gracias a la utilización de todos los modernos medios económicos de la estandarización (producción
en serie por la industria) y a su gran consumo. El peligro de una disminución de la calidad de
material y realización de los productos respecto a los modelos debido a su reproducción mecánica,
debe evitarse por todos los medios. La Bauhaus lucha contra los sucedáneos, el trabajo de calidad
inferior y el diletantismo artesanal, en favor de un nuevo trabajo de calidad.
Proyectar hoy
Tomás Maldonado
“Si es verdad que, en líneas muy generales, ya somos conscientes de la naturaleza de los
cambios que se están verificando, en particular en la esfera productiva y comunicativa, no
siempre somos capaces de establecer con precisión cuales son las cosas capaces de abrir nuevos
e inéditos espacios a una intervención proyectual innovadora”
«Proyectar hoy» es el título que he elegido para mi intervención. Un título que, tomado al pie de
la letra, puede parecer (y seguramente lo es) demasiado ambicioso. Ello por la sencilla razón que el
mismo permite intuir un ámbito temático que, por su vastedad y complejidad, resulta difícil de
tratar sistemáticamente en los límites de tiempo que me han sido concedidos. Por tanto, me
gustaría dar a mi contribución un carácter simplemente explorativo. Sólo una serie de reflexiones
fragmentarias o, si prefieren, digresiones‐ acerca del argumento.
«Proyectar hoy» puede ser afrontado desde dos vertientes interpretativas:
1. ¿Qué se entiende hoy por proyectar?
2 . ¿Qué se debe hoy proyectar?
Las dos líneas, aunque diferentes, están, como obvio, íntimamente ligadas.
Un enfoque, digamos cartesiano aconsejaría tratarlos en sucesión, uno después del otro. Pero
no es el camino que seguiré. Prefiero abordar el argumento siguiendo una línea en zigzag, con un ir
y venir continuo desde una vertiente a la otra.
Desde este enfoque no lineal, incremental, me comprometo, en el breve espacio a disposición,
proporcionarles un panorama, muy general y sin ninguna intención de exhaustividad, de los
aspectos relevantes del tema que nos concierne. Expondré algunos problemas que, a mi juicio, son
importantes. Me esforzaré, en sugerir soluciones. O por lo menos en localizar las áreas en las
cuales se puedan buscar tales soluciones.
1/6
Comencemos ahora por plantearnos una pregunta que en el tercer milenio es seguramente
crucial. La pregunta es: ¿existen hoy, además de las tradicionales, nuevas tareas para la
proyectación? Y si existen, ¿cuáles son en concreto? Si estas tareas, como se sostiene, son la
expresión de profundos cambios en nuestra sociedad, ¿estamos seguros de que todos estos
cambios, y por lo tanto todas las tareas que de ellos derivan, son iguales, deseables y augurables?
Si no queremos repetir los errores del pasado, es importante que la valoración de las nuevas
exigencias proyectuales no prescinda de un examen atento de los desarrollos que se están
verificando en nuestra sociedad. Una sociedad, digámoslo enseguida, en la cual la irrupción de las
nuevas tecnologías informática, robótica, bioingeniería simultáneamente provoca expectativas
admirables y preocupaciones agobiantes. Y los argumentos a favor de una o de la otra valoración
son, aparentemente, igualmente atendibles.
No es éste el lugar para entrar en profundidad en el sentido de esta ambivalencia. En esta
ocasión, solamente me urge señalar lo que considero un punto de partida ineludible: que cualquier
discurso, aunque sea aproximativo, sobre las posibles tareas de la proyectación en el contexto de
hoy, tiene que basarse en el concepto de que en nuestro mundo hay en curso un cambio de vasto
alcance.
Nos vemos así obligados a medirnos con un mundo en fuerte transformación pero del cual rara
vez somos capaces de intuir la dirección de la marcha y, mucho menos aún, de ejercer sobre ella
un control eficaz.
Para complicar aún más el problema está la fascinación que las realidades emergentes ejercen
sobre muchos (y me incluyo entre ellos). Pero de ahí a dejarse arrastrar por una euforia
embriagante ante todos los cambios ‐reales o presuntos, hay un abismo. Nada sería más erróneo,
en estas circunstancias, que aceptar un ofuscamiento de nuestra propia capacidad de análisis y la
renuncia a medirnos críticamente con los problemas relativos a los modos, sobre todo, a los
objetivos, de un mundo que cambia.
Esto es especialmente cierto cuando, como en nuestro caso, nos aprestamos a discutir sobre la
proyectación entendida no como una actividad que cree ser autosuficiente y autorreferencial, sino
como actividad íntimamente ligada a la dinámica social, económica e incluso política de nuestra
sociedad.
O sea: cuando nuestro análisis está referido nada menos que al modo y a la medida en que los
cambios pueden influir sobre la proyectación, y viceversa. A decir verdad es impensable que, en tal
enfoque, las preguntas sobre el futuro de la proyectación se examinen ‐insisto en ello en un clima,
de resignada postergación del juicio sobre los escenarios del cambio que hoy se exponen.
A pesar que aquí, lo hemos dicho, no hay ni espacio ni tiempo para profundizar el argumento,
me gustaría por lo menos detenerme en algunos aspectos que me parecen relevantes. Aspectos
que conciernen a la lógica que está en la base de cualquier discurso riguroso del tema que nos
interesa. Y digo riguroso porque en este campo hay demasiados discursos que no lo son en
absoluto .
Y entre éstos, tal vez el más dañino es el que contempla una visión épica del papel del
proyectista en el tercer milenio. Por esta vía, el panorama de una proyectación destinada a operar
como factor propulsor del cambio, puede acabar encallando en las arenas movedizas de una
poética del «mundo próximo futuro», una poética en la que se propone de nuevo la figura del
proyectista como un tipo de demiurgo de una palingenesia utopística.
Si queremos conjurar esta amenaza, es importante volver a la realidad y entender que proyectar
2/6
para el cambio presupone, en práctica, tener en claro cuáles son, en realidad los objetos que a
corto o a largo plazo pueden funcionar como agentes del cambio.
Una tarea, hoy en día, nada fácil. Porque si es verdad que, en líneas muy generales, ya somos
conscientes de la naturaleza de los cambios que se está verificando, en particular en la esfera
productiva y comunicativa, no siempre somos capaces de establecer con precisión cuales son las
cosas capaces de abrir nuevos (e inéditos) espacios a una intervención proyectual innovadora. He
aquí, por lo tanto, los interrogantes que un discurso riguroso sobre la proyectación tendrá que
afrontar.
Sin embargo, en esta óptica es inevitable una pregunta: ¿cuál es la relación, entre el proyectar, el
inventar, el descubrir y, no por último, el decidir?
No hay duda que, bajo un cierto perfil, proyectar es una actividad creativa. No es menos verdad,
que también lo es exasperar el papel de la componente creativa en el proyectar ha tenido, y aún
tiene, una influencia más bien negativa. Negativa para una comprensión mejor del proyectar, pero
también para los resultados del proyectar en sí.
Para evitar que pueda resentirse la sospecha, francamente absurda, de que yo sostenga. la
necesidad de un proyectista no creativo, en el sentido habitual de la palabra, tratemos de
examinar más de cerca la idea de la creatividad.
De qué creatividad estamos hablando? La creatividad frente a la cual yo manifiesto algunas
perplejidades es la heredada del neoplatonismo del Renacimiento o del romanticismo del siglo
diecinueve. Una creatividad que celebra, en la esfera de la proyectación, un enfoque irracional, de
descomedida confianza en la sola intuición. Que cree suficiente, para acercarse a las problemas
proyectuales, el husmeo, el sexto sentido. Y que todo depende de un recurso de la imaginación
individual, imaginación a la cual, en el Renacimiento, Pietro Pomponazzi atribuía la capacidad
taumatúrgica de «hacer milagros».
Además de esta idea de creatividad, existe otra que ha estado al centro de una reflexión
ponderada acerca de cómo, en el campo de la ciencia y de la técnica, se es capaz de inventar y
descubrir. Es la pregunta que se hacía Max Wertheimer: «Qué sucede cuando el pensamiento se
vuelve fecundo de verdad? ¿Qué sucede cuando el pensamiento progresa? ¿Qué sucede en
realidad en este proceso?».
En la pregunta de Wertheirner hay implícita, a modo de corolario, otra: «¿Existen destrezas
particulares metodológicas destinadas a hacer fecundo tal proceso de maduración?» Dicho de otro
modo: existen estrategias cognoscitivas destinadas a hacer fecundo nuestro pensamiento, a
potenciar su creatividad en relación, por ejemplo, a problemas específicos que hay que resolver?
En épocas distintas, muchos pensadores han tratado de dar una respuesta a estas preguntas.
Para darles una idea de la importancia del argumento en la tradición filosófica y científica
occidental, me gustaría citar rápidamente algunos nombres: Descartes, Spinoza, Leibniz, Hume,
Peirce, Poincaré, Popper, Quine, Kuhn y Simon. Revisando sus contribuciones emerge con claridad
la importancia del momento creativo en los procesos de invención y descubrimiento.
Pero en todas estas contribuciones, de modo implícito y explícito, el afamado momento creativo
se identifica en gran parte con el momento, en ninguna manera irracional, de la resolución de
problemas. Es ahí donde se comprende el aspecto que inventar y descubrir tienen en común con
proyectar. Porqué la proyectación es siempre, de uno u otro modo, medirse con problemas.
El supuesto ineludible de toda intervención proyectual es el estímulo que viene de una
3/6
dificultad, o sea, de un problema que se sitúa entre nosotros y la finalidad que queremos
perseguir:" Montaigne ha dicho:
“La difficulté donne prix aux choses” (“La dificultad da valor a las cosas”). Sin embargo, los
problemas con las que el proyectista se tiene que medir, tienen una naturaleza distinta. Son
seguramente relativos a la estructura o a la forma del objeto que queremos proyectar, pero
también a sus prestaciones funcionales. Con referencia a la vieja disputa entre los arquitectos, de
si es la forma la que sigue a la función o si, por el contrario, la función es la que sigue a la forma
nosotros podemos afirmar que ambos supuestos son verdaderos. El desarrollo reciente de las
ciencias biológicas y también de las ciencias cognoscitivas, nos han enseñado que éste es el único
modo razonable de afrontar el argumento. Pero si proyectar se explica en la dialéctica forma
‐función, no se debe olvidar que tal dialéctica se basa en la información. Y ésta, a su vez, es
inseparable de la idea de forma.
No obstante todos los matices posibles sobre la relación forma‐función, el problema de la forma
sigue siendo central. A nivel empírico, proyectar es formar. Y sin embargo, proyectar también es
informar. René Thorn ha subrayado la estrecha relación que media entre formar e informar. Para
él, el que forma informa, y el que informa forma. Y así se explica, siempre según Thom, por qué las
formas informes son las que, normalmente, informan menos.
Todas estas consideraciones acerca de la naturaleza del proyectar no son meras teorías. En ellas,
están presentes elementos importantes para una indagación sobre los nuevos deberes del
proyectista en el contexto histórico actual. De hecho, hoy el proyectista debe operar en un mundo
en el que se prefiguran algunas fuertes novedades. Novedades que tocan de lleno, la materia
prima de la actividad proyectual. Y por materia prima entiendo el modo en el que hasta ahora ha
sido presentada la relación entre forma y función, y también, sobre todo, la dependencia de esta
relación con la naturaleza tangible de los objetos.
En algunos sectores del mundo que vivimos se constata, sin lugar a dudas, una tendencia a un
debilitamiento progresivo de la presencia material de las cosas. Ante este hecho, muchos
sostienen que, en el futuro, proyectar será con preponderancia, proyectar mensajes, manipular
símbolos.
Si esta tesis es verdadera para el área de los artefactos informativos y comunicativos, ya no lo es
si se lleva al extremo de predecir un mundo que, a corto o a largo plazo, ya no sería un mundo de
cosas tangibles.
También, con la mejor buena voluntad, es difícil imaginar una proyectación que no sea una
proyectación de cosas tangibles. Para la proyectación, perder la tangibilidad de las cosas no es un
hecho que se deba tomar a la ligera.
Además, entre los que fervientemente apoyan una proyectación sin cosas están y por suerte no
son muchos, los que proponen una vuelta al más burdo idealismo subjetivo. Me refiero a los que
ven en la pérdida de tangibilidad de las cosas la prueba de que, en resumidas cuentas, la realidad
no existe.
Frente a los que, hoy como ayer, defienden tales tesis, es útil recordar las palabras del filósofo y
lógico estadounidense Willard V.O. Quine: «Los objetos materiales cotidianos pueden no abarcar
todo lo que es real, pero son ejemplos admirables».
Estoy persuadido que, junto a la tarea de proyectar mensajes, continuará siendo fundamental
proyectar estos «ejemplos admirables» que son las objetos materiales.
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Dicho esto, quede bien claro que en el contexto de un mundo en el que los prodigiosos
desarrollos de las nuevas tecnologías están asumiendo una influencia omnipresente, la tarea de
proyectar los objetos materiales, no puede ser lo mismo que antes. Tenemos que tomar nota de
que estas tecnologías, particularmente las de la información y de la comunicación, están
trasformando radicalmente el parque de objetos de nuestra sociedad.
Muchas tipologías tradicionales de objetos ya han desaparecido, o están a punto de hacerlo, y
otras, de naturaleza muy distinta, han entrado en su lugar. Incluso otras, como en el caso de la
electrónica de consumo, han perdido su identidad original, integrándose en auténticos sistemas.
Todo ello quiere decir que la tarea de proyectar ya no se refiere, como en el pasado,
exclusivamente al objeto individual∙, sino que también, y cada vez más, a sistemas de objetos. O
sea, de acuerdo con Gilbert Simondon, a una agregación formal, funcional y estructural de
individuos técnicos. Lo que, de hecho, no es más que el resultado de una desindividuación.
Esta tendencia se presenta, en la actualidad incrementada hoy por muchos otros factores . Entre
éstos, hay uno que considero quizá el más relevante: la necesidad perentoria de un cambio
drástico en la relación producto‐ambiente. Desde la revolución industrial hasta hace poco tiempo,
la economía capitalista se ha desarrollado sin tener mínimamente en cuenta los efectos perversos
de los productos en el ambiente. El resultado, como sabemos, ha sido tremendamente devastador.
Para modificar desde la raíz la grave situación que se ha creado, uno de los caminos a recorrer es
el proyectual. Me refiero a la exigencia de una verificación de gran alcance sobre la sustentabilidad
ambiental de los productos actualmente en el mercado. Ellos tendrían que llevar a una
reproyectación en el caso de productos en los que tal sustentabilidad no fuera respetada. Y en el
momento que eso se manifiestase imposible, a la proyectación de nuevos productos alternativos.
Por otra parte; un enfoque de este tipo se ha de ver en un contexto más amplio. Personalmente,
estoy cada vez más convencido que el tema de la sustentabilidad ambiental se tiene que discutir
en el contexto de otro tema, mucho más ambicioso, que concierne a la sustentabilidad social. Hay,
de hecho, productos que se pueden mostrar ambientalmente sustentables, sin que por ello sean
también socialmente sustentables.
A esta altura es imprescindible hacernos una pregunta: ¿Qué se debe entender por
sustentabilidad social de los productos? A mi juicio la idea de sostenibilidad social se refiere al
grado de correspondencia de los productos con las prioridades estratégicas que cada sociedad
democrética se plantea (o se tendría que plantear) con el fin de resolver sus problemas sociales
más urgentes.
Los problemas actuales de nuestra sociedad son bien conocidos, sin contar los que, quizás aún
más graves, se deban prever para el futuro. Problemas que giran alrededor del problema de todos
los problemas: la cada vez mayor sutilización de la esfera del trabajo como resultado de la difusión
de las nuevas tecnologías laboursaving, y de la globalización. La expulsión de la fuerza trabajo ya
no es un fenómeno sectorial, sino que concierne a la totalidad del sistema.
No sólo en el tercer mundo, sino también en el mundo industrializado y postindustrializado.
Ningún economista serio se siente hoy capaz de defender la tan discutida “teoría de la
compensación” con la que hace algunos años se sostenía la tesis, en extremo optimista, que la
fuerza trabajo expulsada de un sector podría ser absorbida por otro.
Lo que vuelve todavía más preocupante la actual situación es el esfuerzo, que se manifiesta un
poco por todas partes, de desmantelar el estado social en nombre de las exigencias del libre
mercado y del saneamiento de las finanzas públicas, Por una parte, se aumenta el número de los
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excluidos, o sea de los desempleados y de los subempleados y, por otra, y simultáneamente, se
propone reducir, y en algunos casos extremos incluso anular, los servicios sociales destinados a los
desempleados y a los indigentes. Se hace saltar, de este modo, en un momento particularmente
delicado, aquel sistema der amortizadores y equilibradores típico de estado social.
Frente a esta explosiva realidad, en la que la marginación de vastos sectores de las población
mundial resulta cada vez más evidente, hay que encarar, para evitar lo peor, la posibilidad de una
reconstrucción sobre nuevas bases del estado social, destinadas a crear un área ligada al
fortalecimiento de los servicios y al mejoramiento cualitativo de sus prestaciones.
Esto significa, de hecho, una movilización proyectual de vasto alcance. En tal perspectiva, los
servicios tradicionales tendrán que ser proyectados esta vez, a diferencia del pasado
simultáneamente en función de su compatibilidad ambiental y social.
Mas sería prueba, en el mejor de los casos de ingenuidad, en el peor de los casos, de
complicidad, de exagerar nuestro optimismo proyectual en un mundo como el presente. Un
mundo, no podemos (ni debemos) ignorarlo, en que la propuesta de una guerra infinita y de un
imperio global dejan poco espacio a un proyecto de repensamiento del estado social.
Si bien no hay, en tal contexto, ninguna razonable razón para ser optimista, existen siempre
muchas irrazonables razones para serlo, y creo que estas últimas no deban ser nunca
subestimadas. En algunas ocasiones, la historia ha demostrado que, de frente a la insensatez
dominante, pensar 1o impensable se ha demostrado, a fin de cuentas, sea la posición mas sensata.
MALDONADO, Tomás (1997).
Proyectar hoy en Revista Contextos, núm. 1. Buenos Aires
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UBA.
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PROYECTO
DEFINICIÓN
Conjunto de obras o acciones específicas necesarias para alcanzar los objetivos y metas definidas
por un programa o subprograma, tendientes a la obtención de resultados concretos de acuerdo al
ámbito de competencia y responsabilidad de cada unidad, y que pueden planificarse, analizarse y
ejecutarse administrativamente, en forma independiente. Un proyecto, por definición, está
orientado hacia la acción…
FASES GENÉRICAS
1. Planificación
2. Ejecución
3. Entrega-Puesta en marcha
4. Iniciación
5. Control
TEORÍA Y PROYECTO
Proyecto: Proposición de algo nuevo, prefiguración, dominio del devenir, del azar, control de lo
imprevisto, planear, gobernar, indagar. Temporal: Proyectación, construcción, vida.
El proyecto tiene 3 enfoques según Cacciari: Estrategia de previsión, Vía (superación del presente,
Poder ser.
Estrategias del proyecto: Estudio y uso de las partes, uso de sistemas, representación de actitudes
ideológicas, hasta regulaciones geométricas o matemáticas.
Proyecto actual: Múltiples modos de acceso en las últimas décadas. Múltiples modos de entender.
CASA ROBIE
FRANK LLOYD WRIGHT
Junto con su colaborador George Niedecken, Wright planteó una doble estrategia para solventar la
problemática de la presencia de la verticalidad en los elementos “pata” o “respaldo” de los
diferentes muebles. En primer lugar, optó por evitar el problema jugando a la integración de las
piezas de mobiliario en la arquitectura, haciéndolos fijos: lugares de asiento, chimeneas,
estanterías,… todo aquello susceptible de no ser desplazado de su posición original. En segundo
lugar, para las piezas que precisan de independencia o están condicionadas por su necesidad de
movimiento, se utilizaron rígidos parámetros geométricos que permitiesen hacerlos coherentes con
esta. La empresa Cassina ha producido dos de los diseños de mobiliario específicos de la casa que
atienden a esta condición y que se recogían en su catálogo como mod. 601 Robie y 611 Robie:
Con el sofá Robie se reproduce fielmente y a pequeña escala la concepción de la casa que lo
contiene: un gran tablero superior volado en tres de sus lados, cuatro apoyos puntuales unidos por
bandas horizontales ligeramente elevadas del suelo, que generan el espacio de asiento y restan
importancia a cualquier otro elemento vertical que forme parte del objeto. El sofá llega a
confundirse casi con una mesa, resultando útil y muy versátil en su uso. Otros arquitectos, como el
británico John Pawson, han utilizado esta misma estrategia en su “sofadesk” desarrollado para la
firma italiana Driade.
La silla Robie toca al plano de suelo a través, de nuevo, de cuatro apoyos ligeramente curvos
formalmente idénticos a los del sofá. Entre estos se disponen travesaños que además de arriostrar
el conjunto señalan la presencia horizontal junto con el plano de asiento. Sin embargo, el respaldo
se soluciona como un elemento vertical, de gran altura, que hace prevalecer esta dirección en la
pieza al igual que había ocurrido en otros ejemplos de casas de la pradera como la Husser. Se trata
de situaciones en las que, no el elemento individual sino el conjunto de elementos, compondrán un
espacio propio en torno a la mesa; un espacio propio para definir, con sus altos respaldosbarrera
formalizados como filtro de listones de madera, el lugar litúrgico de la comida.
Pero es importante no olvidar que cuando hablamos de Frank Lloyd Wright no nos estaremos
refiriendo sólo a una sola persona sino a un gran equipo, incluso a una marca a la que el maestro
supo sacar rendimiento económico y que con fuerza pervive en la actualidad. Él pudo trabajar en
todas las escalas del diseño y alcanzar el máximo detalle en sus obras, precisamente por contar con
un buen número de colaboradores completamente identificados con su pensamiento que fueron
utilizados como útiles armas para alcanzar su fin. Por ejemplo, el diseñador, artista y artesano
George Niedecken, anteriormente citado, puede ser entendido como la mano capaz de
complementar la tarea del maestro con su trabajo en el desarrollo de pinturas murales, lámparas,
vidrieras, muebles tanto integrados como independientes, etc. que en la casa Robie dirigió tras la
marcha de Wright a Europa en 1909.
Entendamos todas estas como piezas para el homenaje al maestro, excusa para recordar y
reflexionar sobre los grandes valores de la Casa Robie; o como diría B. Munari en su definición de
estética: “modo coherente en el que las partes forman un todo”, en un todo coherente llamado
arquitectura.
ESTÉTICA INDUSTRIAL
Frank Lloyd Wright: Siempre planteaba cosas novedosas. Por ejemplo, en la casa Robie, Wright
hablaba de la destrucción de la caja. De este modo se empiezan a generar esquinas y voladizos.
Todos los elementos que forman parte de la casa es importante, y su diseño está muy cuidado.
Propone una elevación de los respaldos de las sillas para generar intimidad y reunir a la familia en
torno a la mesa. El sofá de la casa Robie se hace famoso por la presencia de apoyabrazos que
generan a su vez unas pequeñas mesas a su alrededor. Años después, John Pawson y su Sofadesk
toman el concepto y lo comercializan actualmente.
Estética industrial:
Tetralema del molinillo de café: En 30 años no habrá, pasarán a ser inútiles porque se puede
comprar el café molido. Van a ser sustituido por una innovación técnica que va a ser desconocida.
Va a convertirse en un accesorio banal, y derivará en un objeto más barroco.