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Monografia Esquizofrenia Catatonica Terminada
Monografia Esquizofrenia Catatonica Terminada
Monografia Esquizofrenia Catatonica Terminada
Los pacientes pueden presentar muchos otros síntomas, incluso, sin mutismo o acinesia. Algunos de
estos otros signos clásicamente descritos, como la obediencia automática, la paratonía o rigidez y la
ambitendencia o expresión simultánea de conductas opuestas, con frecuencia no se evalúan, aun
cuando exista la sospecha de catatonía. Es claro que usualmente la gran mayoría de signos
catatónicos no es identificada y su consideración en el diagnóstico pasa inadvertida.
CAPITULO II
2 Etiología
Los trastornos del afecto, las condiciones médicas y neurológicas y las anormalidades genéticas
pueden estar asociados con la catatonía, aunque hasta el momento no existen pruebas
concluyentes que apoyen una asociación directa de causa-efecto. En la actualidad, se reconoce
que su la naturaleza de la catatonía sigue siendo desconocida y que faltan marcadores biológicos
que soporten su existencia como un trastorno aislado.
4. Diagnóstico
La catatonía es un síndrome neuropsiquiátrico de difícil enfoque diagnóstico. Es claro, como se
mencionó, que la gran mayoría de signos catatónicos no es reconocida usualmente y que su
implicación en el diagnóstico pasa inadvertida.
Se critica, por ejemplo, que como parte de su condición los pacientes estuporosos están en estado
de mutismo y, según esto, el DSM-IV rotularía a todo paciente estuporoso como catatónico, aunque
es claro que no todos los pacientes en estupor o estado de mutismo padecen de catatonía.
CAPITULO V
5. Tratamiento
Los benzodiacepinas, en especial el Lorazepam, son el tratamiento inicial de elección,
independientemente de la etiología. En las primeras 48-72 horas luego del inicio del Lorazepam (6-8
mg/día), aproximadamente el 70% al 80% de los pacientes muestran mejoría. La respuesta aguda a
los benzodiacepinas parece ser independiente de la vía de administración. El Lorazepam parenteral,
que produce un aumento rápido de las concentraciones plasmáticas con mayor confiabilidad que
otros benzodiacepinas, puede ser efectivo en pacientes que no han respondido a las
benzodiacepinas orales. También se ha recomendado el uso de Lorazepam intravenoso, con las
precauciones necesarias, en pacientes que no responden al Lorazepam oral.
La TEC está indicada en el de manejo de pacientes que no responden al uso del Lorazepam
recomiendan el uso temprano de TEC como opción en el tratamiento de la catatonía, dada la rápida
respuesta observada en algunos pacientes. Sin embargo, hasta el momento no hay hallazgos
publicados ni estudios clínicos controlados aleatorizados que demuestren la superioridad del TEC
sobre los benzodiacepinas y los barbitúricos. Comparativamente, son más los ensayos que apoyan el
uso de benzodiacepinas en la catatonía entre estos más de 35 reportes de casos desde 1986 y dos
series grandes que describen la respuesta rápida al Lorazepam.
El pronóstico de la catatonía, sin importar el número y la gravedad de los síntomas, es bueno si se
interviene en el período agudo. Por otro lado, a partir del cuarto día en que la condición permanece
sin modificarse y la medicación no ha resuelto los síntomas, el riesgo de mortalidad aumenta
drásticamente. A largo plazo, el pronóstico depende de la condición de base que la produjo.
La exposición a antipsicóticos usualmente empeora el pronóstico, al inducir el subtipo maligno, el
cual requiere, como parte del tratamiento, grandes dosis de benzodiacepinas y medidas de soporte
encaminadas a hidratar y a controlar la curva térmica.
En últimas, la catatonía es un síndrome definido y reconocible. Tiene muchas causas etiológicas y
responde a tratamientos específicos. Cuando no se reconoce y no se trata de manera apropiada,
trae consecuencias adversas para el paciente se centró predominantemente en los ganglios basales,
asociados con la generación de movimientos. Con la introducción de los neurolépticos, se produjo un
descenso, aún inexplicable, de su incidencia, a la vez que emergieron otras patologías, como el
síndrome neuroléptico maligno.
Comúnmente relacionada con la esquizofrenia, la catatonía ha sido poco estudiada en relación con
otros trastornos; sin embargo, con el tiempo se ha hecho evidente su asociación con un grupo
heterogéneo de condiciones, fuera de los límites de la esquizofrenia y de los trastornos del afecto.
Esto ha llevado a un incremento en su interés y en los intentos por definirla.
La catatonía es una condición delimitada y fácilmente reconocible, que afecta tanto a adultos como
a niños y adolescentes, y cuyo diagnóstico requiere la presencia de determinados signos cardinales.
Considerada un síndrome neuropsiquiátrico, se caracteriza por una variedad de síntomas y signos,
con alteraciones en el afecto y en la expresión voluntaria del pensamiento y de la conducta motora.
5.1 discusión
A comienzos del siglo XX, la catatonía se reducía a un síndrome motor, por lo que la investigación
se centró predominantemente en los ganglios basales, asociados con la generación de movimientos.
Con la introducción de los neurolépticos, se produjo un descenso, aún inexplicable, de su incidencia,
a la vez que emergieron otras patologías, como el síndrome neuroléptico maligno.
Comúnmente relacionada con la esquizofrenia, la catatonía ha sido poco estudiada en relación con
otros trastornos; sin embargo, con el tiempo se ha hecho evidente su asociación con un grupo
heterogéneo de condiciones, fuera de los límites de la esquizofrenia y de los trastornos del afecto.
Esto ha llevado a un incremento en su interés y en los intentos por definirla.
La catatonía es una condición delimitada y fácilmente reconocible, que afecta tanto a adultos como
a niños y adolescentes, y cuyo diagnóstico requiere la presencia de determinados signos cardinales.
Considerada un síndrome neuropsiquiátrico, se caracteriza por una variedad de síntomas y signos,
con alteraciones en el afecto y en la expresión voluntaria del pensamiento y de la conducta motora.
Aunque su naturaleza se mantiene poco clara, clínicamente muestra síntomas motores que pueden
explicarse por la alteración en la regulación gabérgica de circuitos cortico-subcorticales, sobre todo
del circuito motor, que conecta la corteza motora/premotora con los ganglios basales. A su vez, es
posible que la disfunción gabérgica del circuito prefrontal orbitofrontal explique los síntomas
afectivos y comportamentales observados.
Su evolución es típica y su curso episódico, con períodos de remisión. Responde a tratamientos
específicos e, incluso, empeora cuando no se realiza la intervención apropiada. Los benzodiacepinas,
principalmente el Lorazepam, son el tratamiento de elección. La TEC está indicada en los pacientes
que no responden al uso del Lorazepam. Cuando no es reconocida a tiempo, y no se instaura
oportunamente el manejo apropiado, trae al paciente consecuencias graves, que pueden incluir la
muerte.
caracteriza la catatonía como un «síndrome psicomotor cortical». Por otra parte, proponen que sea
incluida dentro de una nueva categoría diagnóstica, como un fenómeno que va más allá de una
«enfermedad específica», ya que no se limita a un único diagnóstico. De todos modos, es necesario
que se genere una mayor discusión acerca de la categorización y clasificación diagnóstica de la
catatonía como un síndrome aislado, un síndrome neuropsiquiátrico de múltiples etiologías, y que se
promuevan nuevas investigaciones a partir de las cuales se pueda estructurar un consenso general
sobre la condición.