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Exposición de Textos

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MVRGETANA. ISSN: 0213-0939. Número 123, Año LXI, 2010. Págs. 235-239.

EXPLICACIÓN DE TEXTOS POÉTICOS

ANTONIO MORENO AYORA

Resumen:
Analiza pormenorizadamente el libro sobre Didáctica del texto literario. Explicación de tex-
tos poéticos españoles, que ha publicado, en Murcia, el Profesor Francisco Javier Díez de
Revenga, especialista en los estudios de la poesía española del Siglo de Oro y contemporánea.

Palabras claves: Poesía española del Siglo de Oro, Poesía española del siglo XX, Francisco Javier
Díez de Revenga, Crítica literaria, Didáctica de la Literatura, Análisis de Textos.

Abstract:
This paper analyses the book Didáctica del texto literario. Explicación de textos poéticos
españoles, published in Murcia by the writer and professor Francisco Javier Díez de Revenga, a
specialist in Spanish Golden Age and Contemporary Poetry.

Keywords: Golden Age Spanish Poetry, 20th Century Spanish Poetry, Francisco Javier Díez de
Revenga, Literary Criticism. Teaching of Literature, Text Analysis.
236 ANTONIO MORENO AYORA

Francisco Javier Díez de Revenga, responsable de ediciones tan curiosas como


Aire del sur buscado: estudios sobre Luis Cernuda y Rafael Alberti (Murcia, 2003),
La actualidad literaria en Europa (Madrid, 2005) o Antología poética de la
Generación del 27 (Málaga, 2007), y coordinador de otras como Aproximación a la
poesía de Joaquín Ortega Parra (Cartagena, 2007), dedica ahora su más reciente
libro, Didáctica del texto literario. Explicación de textos poéticos españoles
(Murcia, Región de Murcia, 2010), «a los estudiantes de distintos niveles educati-
vos, desde la Secundaria al Bachillerato y a las enseñanzas de Grado en el marco
del EEES». Y lo cierto es que el volumen, una vez examinado por el profesor y
orientado para su uso docente, no solo va a permitir obtener la integral formación
literaria pretendida en el alumnado, sino, paralelamente y en atención a que es tam-
bién objetivo primordial, «conseguir que el estudiante logre disfrutar de la lectura
como fuente de nuevos conocimientos y como actividad placentera para el ocio
[…]». El profesor Francisco Javier Díez de Revenga está seguro del aprovecha-
miento didáctico de su libro, y por eso lo encabeza con una muy acertada cita de
Don Juan Manuel, quien escribió: «…es mejor pasar el tiempo en fazer libros que
en iugar los dados o fazer otras viles cosas».
Ya el subtítulo del libro precisa que los textos literarios presentes en sus pági-
nas van a espigarse «de textos poéticos españoles», y esto va a condicionar su
estructuración en dos apartados según estén referidos al Siglo de Oro (deteniéndo-
se, entonces, en nueve poemas) o a la época contemporánea (diez, en este caso).
Varios de este total de diecinueve proceden de autores murcianos: Salvador Jacinto
Polo de Medina (s. XVII), Vicente Medina (finales del XIX y principios del XX),
Carmen Conde (s. XX) y Eloy Sánchez Rosillo (poeta actual nacido en 1948). De
este modo, los comentarios del Siglo de Oro se inician con uno basado en el famo-
so soneto de Garcilaso «Cuando me paro a contemplar mi estado», elección que
incita a explicar los conceptos literarios de «imitación» y «tradición», y sobre todo
en relación con este último a hacer un detenido recuento de los poetas contemporá-
neos que han bebido de esa tradición clásica. Díez de Revenga demuestra aquí sus
buenas fuentes de información y conocimiento, pues no en vano él mismo es un
experto, como se ha indicado, en la poesía de la Generación del 27 y un estudioso
del ese término literario en su libro La tradición áurea: sobre la recepción del Siglo
de Oro en poetas contemporáneos (Madrid, 2003). Para el otro concepto, el de imi-
tación, elige el profesor de la Universidad de Murcia un segundo soneto de
Garcilaso, aquel que comienza «¡Oh dulces prendas por mi mal halladas», y a par-
tir de su contenido desarrolla un nuevo comentario en el que se aúnan las vivencias
y emociones de Garcilaso con su peculiar estilo poético que crearía escuela en la
literatura posterior.
Del clasicismo de Garcilaso se vira al de Lope de Vega, al que se le reservan
los dos siguientes capítulos del comentario. De los dos se sitúa en primer lugar el
texto –también soneto– titulado «A una calavera de mujer», propuesto por partici-
par de «las dos leyes máximas del barroco español, el contraste y el desengaño
[…]», y revisado a la luz del tópico del tempus fugit. Díez de Revenga lo emparen-
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ta con otro soneto de Saavedra Fajardo, y por este camino se expande en un comen-
tario que recoge nuevas analogías literarias que inserta en lo que la crítica textual
denomina «intertextualidad». En cuanto al segundo comentario aludido (cfr. págs.
47 a 52), parte de los versos «Blancas coge Lucinda / las azucenas», que al crítico
le sirven para explicar las técnicas poéticas en la canción barroca y como evidencia
de que «El Fénix cultivó siempre una poesía muy cercana a lo popular». La inten-
ción última es probar cómo el poema sintetiza «los ritmos y los motivos de la tra-
dición» con «la retórica petrarquista dominante».
En la misma línea de eficacia docente y de aplicación práctica a las clases de
literatura se insertan los tres comentarios siguientes. Referido el primero a Esteban
Manuel de Villegas, cuyo poema «Sáficos» llama la atención por ser «de un gran
interés para la historia literaria», permite una indagación con punto de referencia
obligado en la naturaleza y, en relación con ella, aparecerá una determinada adjeti-
vación y una estructura métrica específica; sobre Salvador Jacinto Polo de Medina
(del que se ha elegido su texto «Los naranjos») se desarrolla un discurso cuya peda-
gogía descansa en explicitar sus obras poéticas y en situarlo como «acuñador de un
producto típico de la literatura barroca: la fábula mitológica-burlesca», además de
añadir observaciones sobre la sensualidad expresa en el poema y elevada a estilo
barroco sobre todo por el peso de las metáforas; por fin, como representación de
esta aludida fábula mitológica burlesca está el texto poético de Antonio de Solís
Ribadeneyra, comentado (págs. 85-90) para ilustrar lo que es una «inmediata aco-
metida contra el culteranismo y visto como ejemplo de desmitificación de lo mito-
lógico y de imitación jocosa de versos cultistas, con todo lo cual quiere argumen-
tarse que «las invenciones literarias de un tiempo determinado llegan finalmente a
ser parodiadas y tratadas burlescamente».
El trabajo de comentario del profesor Díez de Revenga avanza manteniendo
en todo momento la misma profundidad, detallismo y desglose estilístico. Así,
ejemplo del contexto religioso del Barroco son las tres octavas transcritas de La
Cristiada de Diego de Hojeda, propuestas para argumentar cómo, en el arte y la lite-
ratura, «se vive la religión, la suntuosidad y el recargamiento en las representacio-
nes». Modelo, asimismo, de «producto barroco cien por cien» es la famosa silva que
Francisco de Rioja escribe «A la rosa», vista como «el gran símbolo de la caduci-
dad de lo terreno y de la inexorable ley que marchitará la belleza juvenil». El poema
va a ser un reflejo de las preocupaciones y asunciones artísticas del Barroco, y fun-
damentalmente de la temática del desengaño. Por otra parte, el texto del cordobés
Luis Carrillo Sotomayor «A las penas del amor inmortales», permite de nuevo –y
completando mucho de lo que se dijo sobre Garcilaso– insistir en la poesía amoro-
sa, ya que «Carrillo destaca por sus poemas de amor, escritos normalmente en sone-
tos»; su aprovechamiento para considerar muchos de los recursos estilísticos del
Barroco y exponer la sensibilidad del mismo resulta indudable, al tiempo que el
poema se ofrece como portador de la idea –que Carrillo Sotomayor defiende en su
Libro de la erudición poética– de «buscar una expresión aristocrática de poeta
culto».
238 ANTONIO MORENO AYORA

Ochenta páginas se le han dedicado en el volumen a los textos poéticos del


Siglo de Oro, y ciento diez se le dedicarán a continuación a los contemporáneos. De
estos, es el primero «Cansera», que Vicente Medina inserta en su libro Aires mur-
cianos. Por este libro su autor puede quedar emparentado históricamente con la
Generación de 1898 al practicar en él una «poesía como compromiso que no ha
merecido el reconocimiento de los historiadores de la literatura, y que pretendemos
demostrar en estas páginas». Es a este tipo de poesía a la que pertenece el poema
seleccionado, «fiel trasunto de un mundo [de dolor, desilusión y desesperación] que
Medina conoció de cerca». Tres aspectos, filológico, literario e histórico-social, son
los más destacables en el poema, del que se extrae el costumbrismo y el reflejo de
las penalidades de la huerta murciana, desembocando todo en un estilo caracteriza-
do «por su verismo y autenticidad». En este sentido, Medina es tildado de escritor
naturalista apegado al espíritu del 98. Y tras su texto, aparece el muy conocido de
Antonio Machado «A José María Palacio». Pero no por difundido y explicado
rechaza nuevos añadidos, nuevos decursos, opiniones y matices, aunque todos giren
en torno a la vivencia que el poeta andaluz tiene de su «vinculación muy personal
a su amor, y a la muerte de su amor».
La cronología literaria sitúa a la Generación del 27 tras la de 1898, y por ello
a la presencia de Machado sigue –en los comentarios del profesor Díez de
Revenga– la de Pedro Salinas (de este se explica su largo poema, de 126 versos,
«Nocturno de los avisos», que es «uno de los poemas más famosos de Salinas en su
etapa americana, cuando el poeta creó y cultivó una poesía de carácter satírico-
moral […]». Aspectos temáticos, métricos, simbólicos, neobarrocos y metafísicos
son los que presiden el poema y condicionan su exégesis literaria, solo comprensi-
ble en un contexto histórico-social en que triunfa el mundo –precisa Díez de
Revenga– «mecanizado, tecnicista y deshumanizado». Entiéndase que estos versos
de Salinas conforman «un poema perfecto y representativo de su actitud ante el
mundo, de su experiencia ante él en un momento determinado».
En general, más breves que los precedentes, pero igualmente acertados en su
interpretación, observamos que son las secciones referidas a Jorge Guillén –a quien
en «Muerte a lo lejos» se presenta en «actitud un tanto estoica»–; a Gerardo Diego
–su «Torerillo en Triana» cristaliza líricamente por ser él «gran aficionado a la poe-
sía tradicional y a los toros»–; a Vicente Aleixandre –del que Díez de Revenga hace
un nutrido comentario a partir del título «Padre mío» perteneciente a Sombra del
paraíso–; a Federico García Lorca –cuya «Baladilla de los tres ríos» queda expues-
ta una vez más ante el lector remarcando las potencialidades y peculiaridades de su
versificación y su estilo–. Al detenerse en estos autores, Díez de Revenga aparece
como un verdadero experto en la poesía de su generación, y en sus páginas aúna lo
mucho que ha pensado y escrito en muy diversos trabajos de investigación (sirvan
de ejemplo los titulados Panorama crítico de la Generación de 1927 (Madrid,
Castalia, 1987) y Los poetas del 27, clásicos y modernos (Murcia, Ediciones Tres
Fronteras, 2009).
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Muy en relación con estos miembros del 27, y participantes activos de su


temática, de sus preocupaciones estilísticas y de su contemporaneidad, se insertan
en este volumen los nombres de Carmen Conde, que como muchos de ellos incre-
pa a Nueva York con su visión amarga resultante en «Un momento en Maniatan»,
y de Miguel Hernández, del que se ofrece un exhaustivo análisis que desglosa, con-
juntándolas, su vida y su poesía reflejadas en tres poemas adscritos a diferentes épo-
cas de composición. Con ellos ha homenajeado, precisamente cuando en el pasado
octubre se cumplía el centenario de su nacimiento, «la poesía de ese muchacho
bueno y noble, sensible y digno, gran poeta y gran amador que fue Miguel
Hernández». Por fin, igualmente sigue habiendo contemporaneidad y actualidad en
las páginas, ya finales, que se escriben para mostrar cómo la poesía de Eloy Sánchez
Rosillo (véase lo escrito sobre su poema «La playa») «se distingue, entre otras
muchas cualidades, por una interpretación del tiempo muy singular». Si las incur-
siones en la poesía del Siglo de Oro y de la época contemporánea responden a las
líneas generales de la poesía española, las muestras analizadas de Salvador Jacinto
Polo de Medina, Vicente Medina, Carmen Conde y Sánchez Rosillo significan las
voces líricas que desde la Región de Murcia participan y confluyen con su persona-
lidad y valía en esas orientaciones generales de la literatura española.
Quiere Díez de Revenga rematar este su último (por ahora) volumen de
comentarios poéticos con uno postrero –él lo titula «Apéndice»– referido al autor
murciano Francisco Alemán Sainz, cuyo cuento «Hay un ser humano bajo ese para-
guas que pasa», de tres páginas breves, le suscita otras siete para analizarlo desde
los diversos flancos que el texto le permite. El lector, una vez conocido el cuento,
de pasmosa originalidad y estructura, observará cómo lo aborda el comentarista,
enmarcándolo en la temática de la incomunicación y la soledad y caracterizándolo
estilísticamente como modelo de «morosidad narrativa». Numerosos aspectos del
relato (perspectiva narrativa, figuras literarias, estructura, contraposición entre
«tiempo» y «tempo», caracterizaciones semánticas o morfosintácticas) son adverti-
bles en el mismo, y en consecuencia puestos de manifiesto por Díez de Revenga
para ponderar de Alemán Sainz «su altísima calidad como autor de cuentos y sus
capacidades», a partir de las cuales este «creó una de las más interesantes narrati-
vas breves de la Posguerra española». Así que este conjunto de textos, formado por
el de Alemán Sáinz y los otros diecinueve anteriores, sirve para reconstruir dos
momentos clave de la literatura española, el del Siglo de Oro y el de la modernidad
contemporánea.

Puente Genil (Córdoba)

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