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Tema de La Castidad
Tema de La Castidad
Tema de La Castidad
pertenezco a la Parroquia Divino Niño y soy consagrada a Jesús por medio de María, en el
Movimiento Lazos de Amor Mariano. Hoy quisiera hablarles un poquito de una virtud maravillosa,
una virtud que guarda el amor y prepara a los novios para la fidelidad en el matrimonio. Sí, es el
fruto de la castidad- Pero antes les comparto un poco de mi experiencia (un efecto bien chévere
de cambio de cámara).
Empecé a asistir a la iglesia desde los 15 años, pero consideré el camino de mi verdadera
conversión a los 18. Nunca supe lo importante que era vivir castamente hasta ahora. Pero desde
muy jovencita, cuando ya se está en la edad del enamoramiento, siempre mi corazón me dijo que
era una niña pura y de corazón limpio. Mis propias actitudes me hacían creerlo, y me sentía muy
orgullosa de eso. Hoy en día ya se lo que significa tener un amor genuino. La castidad me ha
hecho libre… peeero, también me ha demostrado que puede ser un desastre si no la vivo cada día,
en oración y perseverancia. Más de una vez, mi noviazgo pasó situaciones muy duras a causa del
mero deseo.
- La primera razón y la más importante, es porque Dios no los pide. Solo con saber que Él
nos ama y quiere nuestra felicidad, ya debe ser suficiente. El propio Jesús nos lo explica en
Mateo 5:8, “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”.
- La castidad garantiza verdadera alegría y paz en nuestra alma. Los jóvenes castos
experimentan armonía interior, son más constantes en el trabajo y en el estudio. No están
preocupados por sus deseos carnales, no se sienten atados a algo o alguien.
Cuidar los pensamientos: No es posible guardar la pureza corporal, sin guardar también lo
que pensamos. El apetito sexual es sobre todo psíquico. Si le damos importancia a los
deseos de la imaginación es imposible contener los deseos de la carne. “Les hablo así,
hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa
libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor”.
Gálatas 5:13
La oración diaria: “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está
dispuesto, pero el cuerpo es débil”. Mateo 26:41
Confesión y comunión frecuentes: No podemos con la tentación por nuestros propios medios,
necesitamos una fuerza divina, esa fuerza mayor es Dios. La eucaristía es el mejor antídoto
para vencer las impurezas.
Huir de las ocasiones: Reconocernos débiles, y evitar todo encuentro peligroso, es un acto de
caridad para el otro.
Cuidar el pudor: Modestia al hablar o vestir. Nada de frases banales que pongan a volar la
imaginación. Estar dispuesto a respetar el cuerpo del otro con profundo amor.
Mantener la mente ocupada: Evitar la ociosidad es de gran ayuda. Siempre busca algo que
hacer, algo que te alimente espiritualmente.
La castidad no limita el amor ni lo reprime, sino que lo purifica del egoísmo y lo eleva a su
plena madurez. Nunca es tarde para alcanzar la pureza, Dios hace nueva todas las cosas.