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7 Fundamentos Mindfulness

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7 Fundamentos para la práctica de

Mindfulness
1. No juzgar
2. Paciencia
3. Mente de principiante
4. Confianza
5. No esfuerzo
6. Aceptación
7. Dejar ir, ceder

1. No juzgar.

No juzgar A NADIE. Tampoco a nosotros mismos y la verdad es que todo el


tiempo tenemos pensamientos que nos enjuician.

La buena noticia es que si podemos hacerlos conscientes, podemos


SOLTARLOS!

A medida que podemos reconocer y soltar los juicios hacia nosotros mismos
también podemos soltar los juicios hacia los demás.

Una manera de reconocerlos es respondernos estas preguntas:

 ¿Qué me dice la vocecita de mi cabeza que casi nunca se calla?


 ¿Cuántas veces está en modo “evaluativo y enjuiciativo”?
 ¿Cómo me hace sentir?
 ¿Evalúo y enjuicio a los demás?
 ¿Qué tan bonito sería vivir con menos juicios?

2. Paciencia
La paciencia es estar en PAZ en el momento PRESENTE, sin proyectarnos
hacia el futuro porque eso es exactamente lo que nos pone impacientes.

El adelantarnos a lo que va ocurrir, nos quita la vivencia de la experiencia


del ahora y solo podemos estar tranquilos AQUÍ Y AHORA.

Preguntémonos:

 ¿Qué sentido tiene perder mi paz interior, impacientándome por


un mañana que no existe?
 ¿Cómo quiero vivir el resto de mi vida? ¿Habitando mi presente
o perdiéndome en preocupaciones?

 3. Mente de principiante

Este es el Fundamento más divertido! Sí, porque meditar no tiene que ser
aburrido.

Recordemos cómo nos divertíamos de chicos. Todo era “WOW”. Bueno, en


algún punto, meditar se trata de recuperar el FACTOR WOW!

Cuando creemos que ya conocemos, entonces la mente deja de ser curiosa


y vivimos en la memoria de los recuerdos… ¿Qué tan aburrido es eso…?
Bastante, no?

Lo buena noticia es que cuando estás consciente, no te aburrís, porque


vivís la experiencia como si fuera la primera vez, reconociéndola única e
irrepetible.

Al cultivar la mente de principiante cuando meditás, cuando respirás,


cuando caminás, cuando comés, podés liberarte del “ya lo sé” y vivir
constantemente en un estado de asombro, haciendo de tu vida algo nuevo,
momento a momento!

4. Confianza
Hay varios niveles de confianza. Hay funciones de nosotros que ni siquiera
nos planteamos si confiamos, porque sabemos que responden, pero en el
caso de disfunción es cuando nos planteamos si confiamos en ese aspecto
de nosotros y podemos entrar en duda.

Confiás en tus diferentes niveles de confianza?

Nivel del hacer. Confiás en:

 Tu cuerpo
 Tus pensamientos
 Tus emociones
 Tu inteligencia
 Tu razonamiento

Es un tipo de confianza que tiene que ver con el hacer, si somos personas
saludables, confiamos en estos aspectos. Seguramente en algún momento
de nuestra vida no hemos estado tan saludables y la confianza en este nivel
ha descendido.

Nivel del Ser. Confiás en:


 Tu existencia
 Tus intuiciones
 Tus percepciones
 Tu misión
 Tu lugar en el mundo
 Tu Ser

Acá la confianza, pasa por creer en vos.

¿Hasta donde realmente confiamos en nosotros mismos?

Al practicar Mindfulness, es decir la meditación y la atención plena, vamos


obteniendo más confianza en nosotros.

 Nuestros pensamientos ya no nos atrapan tanto y su velocidad e


intensidad van disminuyendo y confiamos en ellos.
 Nuestras emociones ya no nos invaden tan fuertes y confiamos en
ellas.
 Nuestras intuiciones y percepciones son acertadas y confiamos en
ellas.

Esto nos convierte en una personas que confían en su cuerpo, en su mente


y en su alma. Viviendo una vida en la que nos sentimos más tranquilos, más
más seguros y calmados. Donde todo fluye de manera más “aceitada”.

5. No esfuerzo

¿Qué significa desde el punto de vista del Mindfulness, no esfuerzo?

Es estar en el momento presente, aquí, ahora, sin esforzarse por ir a otro


lugar, no irse del ahora en pensamiento o acción.

Esperar resultados, controlar, nos pone en modo esfuerzo.

Si al hacer una tarea, simplemente la hacemos sin preocuparnos por los


resultados, pasaremos del esfuerzo al disfrute.

Este no esforzarse nos lleva a la vivencia de lo que está ocurriendo ahora


es lo más importante y la experiencia más grande que tenemos.

Todo lo que hayamos hecho anteriormente nos sirvió para estar aquí ahora,
no hace falta recrearnos en el pasado y todo lo que pensemos sobre el
futuro, ahora no está ocurriendo.

El no esfuerzo, es no esforzarse más de lo que se requiere en este preciso


momento.

6. Aceptación
Aceptar no quiere decir estar de acuerdo o resignarse, es ponerle
atención a lo que está sucediendo en este momento, aceptando lo que está
pasando sin ponerle nuestras propias cargas a lo que está ocurriendo. El
aceptar hace más serena nuestra vida.

El aceptar nos puede quitar muchos sufrimientos en la vida, hacer lo


contrario, el rechazo, nos puede llevar a un torrente de pensamientos
y emociones negativas que nos impregna de infelicidad.

Si estamos conscientes podemos darnos cuenta de lo que está ocurriendo


en este momento, sea agradable, desagradable o neutro. Con la práctica de
la amabilidad hacia nosotros, al ir siendo amables con nosotros mismos, es
más fácil aceptarnos y aceptar las situaciones.

El hecho de aceptar lo que ocurre en el ahora, tal y como venga la


experiencia que tenemos que vivir, hace que no queden cosas pendientes o
por solucionar, dándonos más tranquilidad y serenidad en nuestra vida.

Si aceptamos una situación es muy posible que ya no se repita.

El vivir predispuesto a la aceptación es una actitud que se cultiva, es


una atención a nuestros pensamientos y emociones, un darse cuenta de
cómo son y decidir que hago con ellos, es vivir en un estado de consciencia
suficientemente grande como para saber responder en vez de reaccionar.

Al meditar nos volvemos más concientes gracias a la práctica de la


observación de nuestros pensamientos sin aferrarnos a ellos. Esto
calma nuestra mente y nos permite tener mayor capacidad de aceptar
nuestras circunstancias.

7. Dejar ir, ceder.

Dejar ir, es dejar que suceda. Es desapegarse.

Si nos adherimos a nuestros pensamientos, a nuestras opiniones, una y otra


vez, nos sentiremos apegados.
Dejar ir, tiene que ver con el desapego de los resultados, dejar de
identificarnos con lo que queremos, con lo que tenemos. Soltar aquello a lo
que nos aferramos, en las dos vertientes, agradable y desagradables.

Nuestro cuerpo y mente se sienten más ligeros, si dejamos ir,


especialmente algunos pensamientos que vienen “pegoteados” de
emociones que, justamente, nos generan apego...

Tenemos muchas oportunidades de practicar mindfulness viviendo las


cosas tal y como son. No hace falta rechazar nada. Si actuamos
rechazando, volverán una y otra vez. Recordemos: “lo que resistes,
persiste”. Al ampliar la conciencia y vivir las situaciones, las oportunidades
tal y como son, estaremos viviendo más en el ESPACIO DEL SER y menos
en el espacio del “DEBER SER”.

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