JeremiasYLosFalsosMaestros - Les Thompson
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Desde las más tempranas edades los seguidores del Dios verdadero han tenido problemas con falsos profetas,
maestros y pastores. La seria instrucción negativa y la severidad espiritual causadas por estos “ciegos guías de
ciegos” (como los llamó Jesús), es que todos terminan cayéndose “en el hoyo” (la destrucción eterna).
El escritor bíblico que más comentarios hace acerca de los falsos guías religiosos es Jeremías. Haremos, pues, un
estudio de sus comentarios para familiarizarnos con lo que los falsos religiosos dicen, hacen y destruyen. Así
podremos ver las similitudes con los modernos profetas, maestros y pastores falsos que hoy día igualmente
trastornan las verdades de Dios y llevan al pueblo al error.
Veremos que a través de su escrito, Jeremías dedica unos ochenta versículos para condenarlos. Para nuestro estudio
tomaremos las citas principales y las analizaremos para conocer mucho mejor a estos perniciosos y falsos guías.
Conociendo sus tácticas podremos con más facilidad identificar a los falsos profetas, maestros y pastores que hoy
confunden, ciegan y destruyen espiritualmente al pueblo.
1. Jeremías 2:8: Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los
pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no
aprovecha.
Jeremías identifica a sacerdotes, pastores y profetas que habían traicionado su llamado. Dios había asignado a
estos tres grupos la tarea de revelar sus divinas verdades (Dt 33:10; Mal 2:7). Sin embargo, entre los fieles, se
levantaron falsos imitadores que pretendían ser los mensajeros de Dios.
A. En los días de Jeremías los “maestros”, es decir los levitas (los que habían sido llamados por Dios
específicamente para enseñar su ley), ahora actuaban como si esa ley no existiera, e ignorándola, enseñaban
lo que más les hacía aceptados y populares.
B. Los “pastores” (estos no solo representaban los líderes del templo sino también los dirigentes políticos) se
rebelaron contra mí, dice el Señor. Esos falsos líderes no querían relacionarse con el verdadero Dios ni con
sus verdades. Solo buscaban los beneficios que acompañan a aquellos que en verdad sirven a Dios.
Pretendían ser de Dios, pero realmente eran unos mentirosos, lobos vestidos de ovejas. Se parecían a los
liberales religiosos de nuestros días que piadosamente se declaran mensajeros de Dios, aunque niegan la
veracidad de la Biblia, la eficacia de Jesucristo, y abiertamente apoyan los pecados que la Biblia condena.
C. Por su parte los “profetas” en los días de Jeremías (esta representa la tercera agrupación llamada por Dios
para proclamar su mensaje) actuaban como aquellos que no conocen a Dios. Jeremías los acusa de
profetizar “en nombre de Baal”. Baal significa “sin valor”, o “sin provecho”. Al parecer, Jeremías hace un
juego de palabras, señalando que los falsos profetas profetizan lo que no aprovecha. Es decir, sus mensajes
no tienen contenido, son vacíos, sin respaldo bíblico. ¡Qué parecido a nuestros días! Ponen a un lado la
Palabra de Dios y la sustituyen con visiones y mensajes propios, huecos, sin sustancia y sin provecho.
2. Jeremías 5:30-31: Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes
dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?
El profeta Jeremías, viendo la funesta conducta inmoral del pueblo, señala como culpables a los falsos maestros.
Predicar, enseñar y profetizar mentira engendra una conducta horrible. Veamos los pasos producidos por el error:
A. Aquellos que debieran haber enseñado la verdad para formar un pueblo recto y moral habían traicionado su
deber, convirtiéndose en los que con sus mentiras respaldaban cosas espantosas y feas en la tierra.
B. Los más culpables eran los profetas. En lugar de denunciar el pecado para llevar al pueblo al arrepentimiento, lo
que hacían era predecir prosperidad, salud y bienestar. El pueblo, hipnotizado por sus promesas falsas,
tranquilamente continuaba pecando y alejándose de Dios.
D. Por animar la idolatría, por vivir en inmoralidad, por su indiferencia a lo justo, por su tolerancia del pecado,
y por sus palabras engañosas todos los líderes falsos son culpables de endurecer los corazones del pueblo.
Así que ante los ojos de Dios todo el pueblo se convierte en uno pecaminoso como Sodoma, y sus
moradores como Gomorra.
E. Por haber envenenado los manantiales espirituales del pueblo, los líderes espirituales, en particular, son los
más culpables y los merecedores del mayor castigo. El Señor declara: He aquí que yo les hago comer
ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la
tierra.
6. Jeremías 23:16-24; 25-32: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que
os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.